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Los romnticos eran unos grandes sufridores, unos mrtires del amor, unos
genios atormentados que como no tenan que madrugar para ir al huerto o
a la fbrica, disponan de muchas horas libres para pensar en el amor. Su
tiempo de ocio lo empleaban en quejarse y llorar amargamente, en dejarse
llevar por la imaginacin o los recuerdos, fantaseaban sobre el futuro,
teorizaban sobre el amor o creaban sus utopas amorosas y sus castillos en
el aire. Con todas esas emociones intensas componan bellos y desgarrados
poemas, hermosos y melanclicos paisajes, o grandiosas obras musicales.
Los habitantes del siglo XXI, en cambio, no tenemos tanto tiempo libre.
Nuestras pocas horas del da transcurren mayormente en la oficina o a la
fbrica, tenemos que cocinar, limpiar, ir a la compra, hacer lavadoras,
atender a los hijos y las hijas, cuidar a los animales domsticos, cuidar
nuestra vida social y afectiva. no podemos permitirnos el lujo de pasar
horas soando con amores imposibles, o malgastar das y das
atormentados por un amor no correspondido.
Con tan poco tiempo libre, tampoco hay espacio para lamentarse: los lutos
ya no nos determinan, los duelos ya no duran aos. El sufrimiento romntico
es cosa de adolescentes con tiempo para llorar en su habitacin mientras
todo se nubla a su alrededor. Los adultos no podemos pedir en el trabajo
una semana de permiso para llorar a mares por una ruptura sentimental
pues el mal de amores no se considera una enfermedad que nos incapacite
para trabajar: el mundo gira a su ritmo, y sufras o no, la vida contina, y hay
que pagar las facturas.
-identificas con facilidad las situaciones en las que no te sientes bien para
poder irte, y para evitarlas.
Aqu algunos consejos para aprender las artes del romanticismo prctico:
- Si llevas mucho tiempo en una relacin, has sido muy feliz pero ya no
disfrutas, corta por lo sano tambin. Ahrrate meses o aos de guerras
romnticas y luchas de poder. Lo que se deteriora con el tiempo es mejor
dejarlo morir: es agotador andar reavivando llamas lnguidas que se
extinguen en cuanto dejas de soplar fuerte.