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Muy de tarde en tarde surge un libro capaz de cambiar nuestro senti- do de la realidad, o de encaminarmos hacia Una nueva forma de vida. EL VINCULO /ogra ambas cosas. DEEPAK CHOPRA LA CONEXION EXISTENTE ENTRE NOSOTROS 0 VINCULO ~~ Z 4 — ie LYNNE McIAGGART AUTORA DE EL CAMPO Y EL EXPERIMENTO DE LA INTENCION ie VINCULO EI Vinculo trae un mensaje de esperanza e inspiracion a los mi- llones de personas que piensan que «debe haber un camino mejor». Demuestra que hemos estado viviendo en contra de nuestra verdade- ra naturaleza, en contra de todas y cada una de las células de nuestro cuerpo. Durante siglos la ciencia y la cultura occidentales nos han ense- fiado a pensar en nosotros mismos como individuos. Hoy, en los labo- ratorios de algunos psicdlogos, bidlogos y fisicos de vanguardia, esta surgiendo una nueva comprension: lo que importa no es la entidad ais- lada, sino el espacio y la relacion existente entre las cosas: el vinculo. CNM) aar M1 1a) 1 Cole (ok Mtoe ale) ca Reel ole co dos, desde las células a las sociedades. El deseo de ayudar a los de- rire oom lama cre-or- aoe (0 (Mea Mreltdr-e- 1g (Mo (elem LUn eM AO Meo (e-] mayores placeres, tan gratificante como la comida 0 el sexo. Solo se puede tener éxito y prosperar a largo plazo si nos vemos a nosotros mismos como parte de un todo mayor. Todo conflicto -ya sea entre cOnyuges, grupos sociales 0 naciones— se resolvera unicamente si los implicados son conscientes y abrazan totalmente al espacio —vinculo— ela oae low El presente libro sacudira tu mente y acariciara tu corazon, al tiem- po que abrira una puerta hacia un mundo mejor para todos nosotros y fete Ma ema ed editorial ta Lynne Mclaggart es el Malcolm Gladwell dela nueva ciencia. En este libro, extraor- dinariamente escrito, une su inspiradora visién con la ciencia de vanguardia, y nos reece Okesec uae nc rch) CUR Cee ON re Reco ReO nite ae Coi pos. EI vinculo puede cambiar tu vida y la Weenie cetenn Jack Canfield, autor de la famosa serie aoe ee En cada una de las paginas de este libro PTTEre ge eds trek en eee (ena ec Es como cuando secretamente sospe- Fe eee ey econ een oe te de ser verdad, pues nadie habla de ello, y ahora, de pronto ise demuestra que es cierto! Tu alma ha estado sedienta de esta informacién, que ahora no vas a poder dejar de beber. Raramente un libro dice Etech eh cs Marianne Williamson, EY coe ks moog eno Lynne McTaggart es una periodista de PN es erecCe COME CCeOOne SOMITE LEU Cet te. Entre sus libros estén los best-seller El Campo y El Experimento de la Intencién, ENS een CO Oe Ie Rem OTT ec Renee ren aeay fundadora de la revista What Doctors Don't Tell You, cuya tirada actual es de cientos CCST CKO [on CHK CLOCKS EOC Unidos, pero vive en Londres con su ma- rido y sus dos hijos, aunque viaja conti- nuamente por todo el mundo impartien- Fle ere enue een acne SSDS SEIS e UTR eee nD www.thebond.net www:theintentionexperiment.com RNaIee Onn NORCO] EL VINCULO LACONEXION EXISTENTE ENTRE NOSOTROS Si este libro le ha interesado y desea que lo mantengamos in- formado de nuestras publicaciones, escribanos indicandonos cuales son los temas de su interés (Astrologia, Autoayuda, Esoterismo, Qigong, Naturismo, Espiritualidad, Terapias Ener- ‘éticas, Psicologia prictica, Tradicién..) y gustosamente lo ‘complaceremos, Puede contactar con nosotros en comunicacidnieditorialsirio.com Titulo original: Tue Boo: Cowsecrine TuovoH THE Seact: BETWEEN US ‘Tradueide del inglés por Elsa Gémez Belastegui © de la edicion original 2011, Lynne McTaggart Egitado en espafiol segiin acuerdo con el autora través de Barot Intemational Inc., Armonk, New York, U.S.A. © de lapresente edicién EDITORIAL SIRIO, SoA. EDITORIAL SIRI FD, SIRIO ARGENTINA C/ Rosa de los Vientos, 64 Nirvana Libros S.A. de C.V. C/ Paracas 59 Pol. Ind. El Viso Camino a Minas, 501 1275- Capital Federal 29006-Malaga Bodega n° 8, Buenos Aires Espaita Col. Lomas de Becerra (Argentina) Del.: Alvaro Obregén México D-F., 01280 ww w.editorialsirio.com E-Mail: sirio@editorialsirio.com LS.BN.: 978-84-7808-784-6 Depisito Legal: NA-2417-2011 Impreso en Rodesa Printed in Spain Cualquier forma de reproduccién, distribucién, comunicacién publica o transformacién de esta ‘obra sélo puede ser realizada con la autorizacién de sus titulares, salvo excepcién prevista por la ley. Dirljase a CEDRO (Centro Espafiol de Derechos Reprogréficas, www.cedro.org) si necesita “folocopiar 0 escanear algiin fragmenta de esta obra, Lynne McTaggart EL VINCULO LA CONEXION EXISTENTE ENTRE NOSOTROS editorial 8... S.a. Para Bryan Se estaba destruyendo todo, pero me daba la sensacién de que ha- bia empezado a nacer algo nuevo: una especie de [...] responsabilidad del hombre para con el hombre [...]. Volver a traer eso a la tierra como una especie de monumento, y que cada individuo sintiera su presencia detras de si y eso le hiciera cambiar. Arthur Miller, Todos eran mis hijos PROLOGO NX Era una frfa mafiana de sébado, y me encontraba sentada en un auditorio, en medio de la corriente, viendo actuar a una de mis hijas en el ensayo general de la obra que habian preparado aquel afio en [a clase de teatro. Es una actriz con talento, y en las audiciones le habfan dado el papel principal, pero unas semanas antes del ensayo general la habian re- legado a un segundo plano, asignandole un papel de poca importancia. Yo no habfa conseguido entender el motivo del cambio —y mi hija se negaba a hablar de ello— hasta que a una de sus amigas se le escapé que, aprovechando la llegada de un director nuevo, otra nifia de trece afios habia mentido en cuanto a su experiencia como actriz para convencerlo de que era ella quien debfa representar el papel que le habfan dado a mi hija; otra nifia que, casualmente, era su mejor amiga.' Cuando luego, al encontrarme con su madre, que era otra de las espectadoras, intenté con mucho tacto sacar el tema, me corté a mitad de la frase y se encogié de hombros: «jAsf es la vida, ;no?!», me respon- did sin darle importancia. Me quedeé perpleja, pero tuve que admitir que, hasta cierto pun- fo no le faleaba raron Sin dude cae: la vida oars li cue nosorres los EL VINCULO adultos nos hemos programado. La competitividad constituye el pro- pio entramado social de los paises mas modernos y desarrollados; es el motor de nuestra economia, y se la ha aceptado como la base de la mayoria de nuestras relaciones laborales o de vecindario, e incluso de las que mantenemos con nuestros amigos mds {ntimos. Considerando que la idea de ser el primero, sin importar cémo, ha calado hasta lo mas hondo de nuestro léxico —y asi lo demuestran expresiones como: «En la guerra y en el amor, todo vale», «La supervivencia del més fuerte», «El ganador absoluto», o «Va todo al ganadorm»—, no es de extrafiar que las tdcticas despiadadamente competitivas se hayan filtrado en las relacio- nes sociales de nuestros hijos, derivandose en transgresiones tanto leves como graves. Empecé a pensar en la relacién social que habia en nuestra vecin- dad, y me pregunté hasta qué punto estaba determinada por lo que los psicdlogos llaman «conciencia de la posicién relativan: «jCudntos hi- jos tenéis?», «Qué automévil has comprado?», «Cudntas veces os ha- béis ido de vacaciones este afio?», «{En qué universidad va a estudiar tu hijo?», «Qué nota media ha sacado tu hija?». riguar, en otras palabras, es dénde encajas tt en la escala social. Incluso lo que quieres ave- los més cultos y educados tenemos momentos como el del inversor de Wall Street Patrick Bateman, de la pelicula American Prycho, que, al ver la exquisita tarjeta de visita de su colega, piensa alarmado: «Dios mio!, tiene hasta una filigrana», De todos modos, desde una perspectiva cientifica, no tenia para mi ningun sentido la idea de que la competencia fuera una necesidad humana fundamental. Parte de mi trabajo es escribir sobre la ciencia de vanguardia, y los tiltimos descubrimientos que se han hecho en toda una diversidad de disciplinas —desde la neurociencia y la biologia has- ta la fisica cudntica— ponen de manifiesto que el impulso més basico de la naturaleza no es la competencia, como sostenia la teoria evolutiva clasica, sino la integracién de la totalidad. Numerosas investigaciones de las que habia sido testigo recientemente demostraban que todos los seres vivos, incluidos los seres humanos, tenemos la necesidad instintiva de conectarnos, practicamente por encima de cualquier otro impulso e PROLOGO incluso arriesgando la vida para ello. Sin embargo, el paradigma actual que nos ha transmitido la ciencia tradicional, la idea que tenemos del universo en el que vivimos, es el de un lugar de escasez, poblado por en- tidades separadas que deben enfrentarse entre si para poder sobrevivir; y simplemente hemos asumido todos que «asi es la vidal». Ademés, por mucho que esa hubiera sido nuestra concepcién de la vida, indudablemente no era la que tenia el animal mds préximo a nosotros, nuestro perro Ollie; en el vecindario de Ollie, no habia nada semejante a una competencia despiadada. El no demuestra demasiado interés por los seres humanos, pero es siempre cordial con todos los pe- rros que se encuentra cuando lo sacamos de paseo, y tiene la costumbre de esconder huesos debajo de Ia valla para T-bone, la pequefia affens- pincher de nuestro vecino; de hecho, guarda para ella los huesos mas grandes, La relacién que mantiene Olliecon T-bone echa por tierra todas las descripciones bioldgicas actuales sobre el imperativo de actuar con egoismo. Teniendo en cuenta que Ollie est4 castrado, cortejar a T-bone no va a proporcionarle ningtin beneficio en sentido genético, no hay posibilidad de extender el linaje, pero, aun asi, cuando 7-bone viene a jugar con él, Ollie se lanza al cubo de la basura y consigue sacar un tro- zo de pollo, por ejemplo, para agasajarla, y después le brinda acceso sin restricciones a su plato de la comida, sus orejas de cerdo y sus juguetes. Aunque T-bone es mas pequefia que él, cuando juegan juntos Ollie suele dejarla ganar, simplemente para que siga jugando contenta. Empecé a hacerme varias preguntas elementales: ;tiene que ser asi? 2Es necesario que seamos tan competitivos? ;Es algo inherente a la bio- logfa animal y humana? ;Cémo hemos llegado a ser de esta manera? Y si no somos asi realmente, ;c6mo somos Desde aquel ensayo general, he estado pensando que, en cierto momento, hicimos pedazos el contrato social y nos olvidamos de cémo vivir unidos; en cierto momento, olvidamos cémo ser. Notiene por quéserast. Alempezararecopilar material para este libro y aestudiar los tiltimos descubrimientos de una larga lista de disciplinas —biologia general, fisica, zoologia, psicologia, botdnica, antropologia, astronomfa, cronobiologia e historia cultural—, comprendi atin con EL VINCULO mayor claridad que las vidas que hemos elegido llevar no se correspon- den con quienes en verdad somos. Descubri otras sociedades que viven de forma muy diferente a la nuestra y que tienen una visi6n del mundo mucho més acorde con los hallazgos de la nueva ciencia. Son culturas que conciben el universo como un todo indivisible, y esta creencia central ha engendrado en ellas una forma de contemplar el mundo y de interactuar con él radicalmente distinta. Creen en la relacién de cada ser humano con todo lo que existe en la vida, incluso con la’Tierra misma. Nosotros vemos las cosas, mientras que ellos ven el aglutinante que hay entre ellas, lo que las mantiene unidas. Lo esencial para estas sociedades no es el individuo, sino la relacién entre los individuos, que, para ellos, es algo en s{ mismo. Estas sociedades han entendido que la naturaleza esencial de la hu- manidad es la unién —la comunién—, y como consecuencia son més fe- lices, tienen un indice de divorcios ms bajo, menos nifios con problemas, tasas menores de criminalidad y violencia, y una comunidad mis fuerte. Han elegido una forma mejor de vivir, una manera més auténtica de ser —que es, a mi entender, la forma de vida para la cual también ta y yo estamos hechos—, y son asi porque han acogido una descripcién de las cosas, una concepcidn del mundo, de quiénes somos y de por qué estamos aqui muy distinta de la que propugna nuestra cultura, y espe- cialmente la ciencia vigente. Escribi este libro para demostrarte que vivimos en funcién de una serie de normas obsoletas. Quiero mostrarte que la descripcién cien- tifica de quiénes somos ha cambiado drdsticamente, y que debemos cambiar con ella si queremos sobrevivir. El impulso competitivo, que constituye en la actualidad una parte fundamental de la definicién que hacemos de nosotros mismos y que forma una corriente subterrdnea en las vidas de todos nosotros, es la misma disposicién mental que ha creado todas y cada una de las crisis globales que actualmente amenazan con destruirnos. Si somos capaces de recuperar la integridad en nuestras relaciones, yo dirfa que empezaremos a sanar nuestro mundo. ‘Tengo la esperanza de que leer El vinculo hard de tu vecindario un lugar mejor de lo que es ahora, un lugar donde las comparaciones cons- tantes y el usurpar papeles no formen parte de las reglas del juego. PROLOGO Quiero dejar claro que este libro no es de ningtin modo una apo- logia del comunismo ni del socialismo, ni tampoco un nuevo modelo politico ni econémico. Me gustan las libertades de la democracia, su- pongo que exactamente igual que a ti, aunque no los recientes excesos del modelo econémico que la democracia ha engendrado, y, después de haber vivido muchos afios en el Reino Unido, he sido testigo directa de las deficiencias que caracterizaron a sus anteriores politicas de caracter més socialista. Las ideas que se exponen en este libro no tienen como fin desacreditar ni la ciencia como profesién ni los descubrimientos de los grandes genios de esta disciplina, tales como Isaac Newton 0 Charles Darwin; no soy en modo alguno creacionista. No obstante, la ciencia es un incansable proceso de descubrimiento, y no hay un solo cientifico que pueda concluir el relato, puesto que, a medida que se hacen nue- vos hallazgos, van surgiendo nuevos capitulos que corrigen, o incluso sustituyen, las versiones anteriores. Actualmente estamos experimen- tando una revision radical de las ideas que hasta ahora teniamos acerca de nosotros mismos y de nuestro mundo, y muchas de las teorfas que considerébamos sagradas, incluida la teoria original de la evolucién, se van redefiniendo a medida que contamos con més informacién sobre la naturaleza de este mundo nuestro. Confio en poder ofreceros el primer conjunto de directrices sobre cémo vivir de acuerdo con esta nueva narracién cientifica. Mi objetivo es exponer una manera nueva de ver el mundo desde una perspectiva mas amplia, una manera diferente de relacionarnos con otros seres hu- manos, un nuevo sentido de lo que es la comunidad, un propésito dis- tinto y auténtico..., algo un poco mejor que envidiar la tarjeta de visita con filigrana que exhibe nuestro vecino. Intento demostrarte lo facil que es vivir con integridad, y cémo pequefios cambios pueden revolucionar tu vida y la vida de todos los que te rodean. No tiene que ser necesariamente asf. No tiene por qué serlo ni si- quiera un dia més. Lynne McTaggart, diciembre de 2010 INTRODUCCION Tenemos la sensacién de que algo ha tocado a su fin. Desde el co- mienzo del milenio, los comentaristas de todos los Ambitos han inten- tado afinar al maximo sobre la significacién colectiva de la crisis que en estos tiempos nos acosa aparentemente sin descanso: la crisis bancaria, la crisis terrorista, la crisis de la deuda, la crisis climatica, la crisis ener- gética, la crisis de alimentos, la crisis ecolégica, provocadas por el ser humano y por otros factores. «El mundo, tal como hasta ahora lo conocemos, esté cayendo en picado», comentaba un corredor de Bolsa de Wall Street a los periodistas en septiembre de 2008, después de la quiebra de Lehman Brothers y de que Morgan Stanley amenazara con seguir su ejemplo. Es el «fin del ca- pitalismo tal como lo hemos conocido hasta ahora», declaré el produc- tor cinematografico Michael Moore cuando los gigantes del automévil norteamericanos Ford y General Motors se declararon en quiebra. «La dependencia norteamericana de los combustibles fésiles ha llegado a su fin», anuncié el presidente Barack Obama tras la explosién de la pla- taforma petrolifera Deepwater Horizon. «Es el fin de la naturaleza», EL VINCULO escribié Bill McKibben en su libro del mismo titulo; «Es el fin del pe- trdleo», afirmé el periodista Paul Roberts en el suyo, del mismo titulo también, y «dado que es el fin del petréleo, es el fin de los alimentos», declaré luego Roberts en una continuacién de su libro. Y para quienes creen en el calendario maya de La Cuenta Larga y en el significado apo- caliptico de 2012, es el principio del fin del mundo. Pero las crisis que nos asedian desde numerosos frentes son sinto- ma de un problema ms profundo y con repercusiones potencialmente mucho mis serias que las de cualquier cataclismo aislado; son simple- mente la medida de la colosal disparidad que existe entre la definicién que hacemos de quiénes somos y nuestra esencia verdadera. Durante cientos de afios hemos actuado en contra de la naturaleza, pues el hecho de haber ignorado nuestra conectividad esencial nos ha hecho conside- rarnos separados de nuestro mundo; no obstante, hemos llegado a un punto en que ya no podemos seguir fundamentando nuestra vida en esa falsa idea de quiénes somos en realidad. Lo que est Ilegando a su fin es el cuento que nos han contado hasta ahora sobre quiénes somos y cémo deberiamos vivir. Con este libro, quiero cumplir una misién muy audaz, que es lade revolucionar la forma en que vives tu vida. Esta obra va a reescribir el cuento cientifico que te han contado sobre quién eres, ya que la versién en uso nos ha reducido a nuestro minimo comin denominador. En este momento, vives en contra de tu naturaleza mas verdadera, y yo confio en poder ayudarte a recuperar un derecho que es tuyo e inalienable y que no solo la sociedad moderna sino més fundamentalmente la cien- cia moderna han saboteado. Deseo hacerte despertar a quien realmente eres; quiero ni mds ni menos que devolverte a tu auténtico ser. EI Leitmotiv de nuestro cuento actual es el héroe que se enfrenta a todo. Damos por hecho que el viaje de nuestra vida ha de ser una lucha, y, como consecuencia, mantenemos una vigilancia constante, prepara- dos siempre para batallar contra cada uno de los gigantes que, en casa, en el trabajo o entre los conocidos y amigos, se crucen en nuestro camino. Por més agradable que sea nuestra vida, la gran mayoria mantenemos una postura de actuacién contra mundi, y encontramos en todo una INTRODUCCION batalla que combatir: contra los comparfieros de trabajo que intentan usurparnos el puesto o la promocién, los estudiantes que elevan la cur- va sobre la base de la cual se nos evaluard, quienes nos quitan el asiento en el metro, las tiendas que nos cobran de més, los vecinos que condu- cen un Mercedes cuando nosotros conducimos un Renault, o incluso el marido o la esposa que tienen la temeridad de empefarse en mantener una opinién diferente a la nuestra. Esta idea de que operamos contra el mundo tiene su origen en el concepto basico que todos tenemos de que este ser nuestro, esto alo que llamamos «yo», existe como una entidad separada, como una creacién de cédigo genético tinica que vive aislada de todo cuanto existe. La declaracién més categérica que hacemos sobre la condicién hu- mana es la de nuestra soledad; el hecho central de nuestra existencia es el sentimiento de estar separados del mundo. Consideramos un hecho més que evidente que somos seres aislados ¢ independientes que sobre- vivimos a nuestros dramas individuales mientras todo lo demas —otros Atomos y otras células, otros seres vivos, las masas de tierra, los planetas e incluso el aire que respiramos— existe clara y completamente separa- do de nosotros. Pese a que nuestra vida se origina por la unién de dos entidades, la ciencia nos cuenta que, a partir de ese instante, estamos esencialmente desamparados: el mundo es irrefutablemente «el otro», que sigue ade- lante impasible, con o sin nosotros; nuestros corazones, creemos, laten final y dolorosamente solos. La concepcién de la vida que nos oftece el paradigma del indivi- dualismo competitivo es la de una heroica lucha por dominar los ele- mentos hostiles y hacernos con una porcidn de los recursos, estricta- mente limitados. No hay suficiente para todos —nos han contado—, y como puede que los demés sean mds competentes que nosotros, tene- mos que dejarnos la piel para apropiarnos de lo necesario antes que ellos. Son una multitud de influencias —religiosas, politicas, econdmi- cas, cientificas y filos6ficas— las que han escrito el relato por el que regi- mos nuestras vidas. Sin embargo, la mayorfa de las ideas incuestionables EL VINCULO que tenemos sobre el universo y lo que significa ser humano se derivan de tres revoluciones: la revolucién cientifica, la Ilustracién y las dos re- voluciones industriales de los siglos xviti y xix, respectivamente, que transformaron las condiciones culturales y socioecondémicas de Occi- dente dando lugar al mundo desarrollado moderno. Estos movimien- tos crearon en buena medida nuestro sentimiento de individualidad al modificar drasticamente la idea del universo que hasta entonces tenia el ser humano, y que pas6, de ser un todo armonioso, benévolo ¢ interco- nectado, a una amalgama de cosas separadas y sin relacién entre si que competian unas con otras por la supervivencia. La revolucién cientifica inicié una infatigable marcha hacia la ato- mizacién, pues los cientificos estaban convencidos de que podrian com- prender la totalidad del universo estudiando por separado sus compo- nentes individuales. En 1687 se publicé la obra Philosophiae Naturalis Principia Mathe- matica, en la que Isaac Newton, el padre de la fisica moderna, describia un universo donde toda la materia se movia de acuerdo con ciertas leyes fijas, y dentro de un tiempo y un espacio geométrico tridimensionales. Sus leyes del movimiento y de la gravedad representan el universo esen- cialmente como una maquina, como una gran maquinaria de relojeria cuyas piezas, separadas unas de otras, puede tenerse la total certeza de que mantendran siempre un comportamiento predecible. Una vez que las leyes newtonianas demostraron que la trayectoria que seguia practi- camente todo, desde los objetos més simples hasta los planetas, podia re- ducirse a una ecuacién matematica, empezé a considerarse que el mun- do tenia un funcionamiento predecible y mecanicista. Pero, ademés, estas leyes demostraron que las cosas existian aisladas, independientes unas de otras, completas en si mismas, cada una con sus I{mites intactos. Los nuestros son el vello de la piel; allf donde este termina, empieza el resto del universo. El fildsofo francés René Descartes explicé la esencial separacién del ser humano con respecto a su universo en una filosofia que desterré de teligencia holistica, y atribuyé a la ma- teria una cualidad mecanicista y corpuscular. Incluso nuestros cuerpos la naturaleza cualquier clase d INTRODUCCION materiales quedan fuera de nuestro yo consciente: no son sino una mé- quina bien engrasada y altamente fiable. El paradigma newtoniano del mundo como maquina resulté re- forzado con la aparicién de la que mas repercusiones tendria de todas: la méquina de vapor. El vapor y el desarrollo de maquinas herramienta no solo transformaron la produccién de alimentos, combustibles, cale- faccién, manufacturas y transporte, sino que afectaron profundamente alos seres humanos al separarlos del mundo natural. La vida, en todos sus aspectos, se descompuso en secuencias regulares. El trabajo venia dictado por una linea de montaje, y los trabajadores pasaron a ser un diente de engranaje ms en la gran rueda de la produccién. El tiempo qued6 parcelado en minutos, en lugar de ser regido por las estaciones de la siembra y la cosecha, y marcado por una maquina de fichar. La gran mayoria de la gente que trabajaba en fabricas empez6 a regirse por el rit- mo de la maquina, y no por los de la naturaleza. La segunda revolucién industrial, en el siglo x1x, supuso la intro- n del acero y la ma- nufactura del petréleo, lo cual conducirfaa un ascenso de la clase media, duccién de tecnologia moderna, gracias a la apari que a su vez prepararia el camino al capitalismo moderno asi como la promocién del individuo y sus intereses. El fildsofo escocés Adam Smith publicé en 1776 La riqueza de las naciones, considerada uno de los pila- res filos6ficos de la teoria econémica, en la que argumenta que la «mano invisible» del mercado, creada por la natural oferta y demanda y por la competencia entre los individuos movidos por el interés propio, era la forma mas natural y saludable de atender las necesidades de la sociedad en su conjunto. Crefa, como es bien sabido, que lo mejor que podemos hacer por los demds es ceder a los impulsos de nuestra naturaleza fun- damentalmente egoista y tratar de ser el ntimero uno: «Al perseguir su propio interés, es frecuente que [el individuo] favorezca mucho més efi- cientemente el interés de la sociedad que cuando intenta favorecerlo».' Sin duda, el descubrimiento cientifico que mds ha calado en nues- tra actual concepcién del mundo es la teoria de la evolucién a través de la seleccién natural, de Charles Darwin. Cuando trataba de orga- nizar sus ideas para El origen de las especies, el joven Darwin resulté EL VINCULO. profundamente influido por las preocupaciones del reverendo Thomas Robert Malthus relativas a la explosi6n demogréfica y al cardcter limi- tado de los recursos naturales.’ Llegé a la conclusién de que, teniendo en cuenta que no habja suficiente para todos, la vida debfa evolucio- nar mediante lo que él llamé «da lucha por la existencia». «Dado que se producen mis individuos de los que pueden sobrevivir —escribié en El origen de las especies—, tiene que haber en cada caso una lucha por la existencia, ya sea de un individuo contra otro de su misma especie o contra individuos de especies distintas, ya sea contra las condiciones fisicas de la vida».> Darwin traté de dejar bien claro que este eslogan de la «lucha por la existencia» no era literal sino enormemente eldstico y lo abarcaba todo, desde la busqueda de agua por parte de las raices de los arboles hasta la dependencia mutua de los miembros de una manada de lobos. Fue en realidad el fildsofo britanico Herbert Spencer quien primero acuié la frase «la supervivencia del mas apto», después de leer con entusiasmo El origen de las especies. Tras cierta persuasion, Darwin acabé por aceptar dicha frase,‘ y afiadié al libro en determinado momento el subtitulo O [a preservacién de las razas favorecidas en la lucha por la vida. Malthus habia proporcionado a Darwin una metéfora clave que le permitié explicar el mecanismo que actuaba tras el impulso de la na- turaleza por propagarse y prosperar, y, como consecuencia inadvertida, Darwin lanzé al mundo una metéfora que llegé a representar a la expe- riencia humana: la de la vida como guerra; es decir, un individuo 0 una poblacién prosperan solo a expensas de otro o de otra. A pesar del uso tan liberal del término por parte de Darwin, el significado mas estricto de la metéfora cuajé casi de inmediato, ofreciendo un marco cientifico a los diversos movimientos sociales y econémicos emergentes en aquel tiempo. La mayoria de las interpretaciones de la obra de Darwin que se hicieron a continuaci6n, incluso en vida de este, fomentaron la con- cepcién de que la vida suponia en todos sus aspectos una batalla contra la escasez de recursos, en la que tnicamente los mds fuertes y resueltos conseguian sobrevivir. INTRODUCCION El bidlogo inglés Thomas Huxley —el Richard Dawkins de su épo- ca~—, apodado el bulldog de Darwin por su papel de vociferante portavoz de este, extendié generosamente la idea de la competencia despiadada, en la creencia de que esa competencia era la responsable de la evolucién de las culturas, de las ideas ¢ incluso de la mente humana. Huxley esta- ba convencido de que constitufa el orden natural de los seres humanos poner los propios intereses por encima del de todos los demas.* Gracias a la reciente invencién de los cables telegraficos y a los avances de la imprenta, esta interpretaci6n de la teoria de Darwin se extendié rdpidamente por todo el planeta. «La supervivencia del mas fuerte» encajaba a la perfeccién con la clase de preclara competencia mercantil que propugnaba Smith, pero, ademas del capitalismo occi- dental, la teoria de la seleccién natural se utilizé también para justificar la Revolucién rusa y el «blanqueamiento» de la cultura indigena de La- tinoamérica con sangre europea.°Algunos escritores, tales como el autor de origen ruso Ayn Rand, hicieron uso dela ficcidn para instigar, de for- ma apenas encubierta, la polémica y aplaudir el proceso por el que cada uno de nosotros intenta tragar la bocanada més grande de un oxigeno estrictamente limitado. La representacién metaférica de la vida como una carrera para al- canzar la linea de meta se ha empleado como justificacién intelectual de casi todos los aspectos de la industrializada sociedad moderna, que considera que la competitividad es el mecanismo perfecto para sacudir ala sociedad y separar dentro de ella a los econémica, politica y social- mente débiles de los fuertes. Los ganadores tienen entonces el derecho a quedarse con todo, porque la raza humana en su totalidad se benefi- ciard de ello. La Ultima influencia importante de nuestra moderna definicién cientifica de quiénes somos se produjo en 1953, cuando los bidlogos moleculares James Watson y Francis Crick dijeron haber desvelado el «secreto de la vida» al desentrafiar el acido desoxirribonucleico (ADN), es decir, el cédigo genético contenido en el nticleo de las células. A raiz de ello, muchos cientificos llegaron a creer que dentro de la doble hélice EL VINCULO enroscada residia el disefio de la vida entera de cada individuo. Cada una de las células, equipada con la partida completa de genes, viviria su futu- to programado, mientras nosotros, rehenes de nuestro destino genético, nos encontrariamos impotentes para hacer nada salvo observar cémo se desarrollaba el drama de nuestra vida. Al igual que se habia hecho con cualquier otro tipo de materia, el ser humano también se habia atomiza- do, quedando reducido, en cierto sentido, a una ecuacién matematica. Los intérpretes actuales de Darwin, los neodarwinistas, han en- tretejido la competencia y la lucha con las tiltimas teorfas sobre nuestra constitucién biolégica, proponiendo que cada parte de nosotros acttia de un modo egoista a fin de sobrevivir; nuestros genes —e incluso nues- tras ideas— compiten con otras asociaciones de genes y de ideas por la dominacién y la longevidad.’ En fin, hay cientificos que atribuyen a los genes el poder de controlar todos los aspectos de nuestra vida, y con- sideran que el cuerpo es un mero derivado accidental de un propésito evolucionista muy superior.® La teorfa evolutiva moderna ha eliminado hasta el ms leve sentido de disefio moral o de benevolencia por parte de la naturaleza: esta no tiene ni el menor interés en la cooperacién ni en la participacién, sino que quiere solo a los ganadores, del tipo que sean. La idea de un todo armonioso y Ileno de significado ha sido reemplazada por una fuerza evolutiva que sigue su curso a ciegas, y en la que los seres humanos ya no desempefian un papel consciente. Muchos psicdlogos sostienen que la competitividad es innata en el ser humano, que es un instinto biolégico natural tan inherente a nosotros como nuestro instinto basico de supervivencia. Una vez que dejamos de luchar por la comida, el agua, un cobijo y una pareja, sigue diciendo la teoria, empezamos a competir por premios més efimeros, como el poder, el estatus y, en tiempos mds recientes, la fama. Como consecuencia, durante mas de trescientos afios nuestra con- cepcién del mundo ha estado moldeada por el cuento que describe cémo unos seres aislados compiten por la supervivencia en un planeta solitario de un universo indiferente. La vida, tal como la define la ciencia moderna, es esencialmente predatoria, interesada y solitaria. INTRODUCCION Estas metéforas —la concepcién mecanicista del universo o la idea de que somos seres depredadores «con ufias y dientes tefiidos de rojo»-— han penetrado en nuestra conciencia e impregnan nuestro dia a dia. El paradigma del vivir cotidiano se ha construido a partir de la premisa de que la competicién es la tarjeta de visita de la existencia. Cada formula moderna que empleamos se deriva de la interpretacién que hemos he- cho dela vida como lucha individual y solitaria, como una competicién, en la que cada uno va a lo suyo, como parte inherente del hecho de vi- vir. El modelo econémico de Occidente esta enteramente basado en la idea de que la competencia dentro de una economia de libre mercado es esencial para conseguir excelencia y prosperidad. En nuestras relaciones, ensalzamos el derecho que inherentemente tenemos a la felicidad ind vidual y a la expresién propia por encima de todo lo demas. Educamos anuestros hijos alentandolos a competir contra sus compafieros y a des- tacar entre ellos. La moneda de cambio de la mayoria de los vecindarios modernos en los que hay dos automéviles en el garaje es la comparacién yelarte de llevar siempre la delantera. El mundo, tal como Woody Allen lo definfa en una ocasién, «es una gran cafeteria». Elespiritu individualista de la época moderna y el convencimiento de que el ganador tiene derecho a todo son los responsables de la crisis a la que actualmente se enfrenta nuestra sociedad, y, sobre todo, de los excesos del sector financiero, empefiado en aumentar afio tras afio sus beneficios a cualquier precio. Antes de que se le encarcelara por su par- ticipacién en las innumerables actividades fraudulentas de la empresa de energia Enron, el presidente de la corporacién, Jeffrey Skilling, so- lia alardear de que su libro favorito era El gen egoista, del neodarwinista Richard Hawkins, y, de su plantilla de trabajadores, despedia periddi- camente a todos aquellos que obtuvieran resultados inferiores al 90% de lo que se consideraba deseable, como forma de mejorar la «aptitud» general de la manada.° Este tipo de actitud mental es la responsable del engafio descarado que florece en todos los sectores de la sociedad: * Verso de un poema inglés, In Memoriam A.H.H., escrito por AlfredTennyson en 1849. Aun- ‘que publicado diez aos antes de que Charles Darwin hiciera publica su teoria de la evolu- cién, la frase «Nature, red in tooth and claw» del canto 56 pronto fue adoptada por muchos, que vieron en ella una evocacién del proceso de seleccién natural. Posteriormente, la han aa Ae ae ea ae ee EL VINCULO desde el fraude estudiantil —dado que es bien sabido que el 50% de los estudiantes universitarios copian en los ex4menes— hasta el fraude empresarial, incluso en aquellos sectores dirigidos al interés puiblico. Se cree actualmente que, en la literatura médica, casi tres cuartas partes de los informes que se publican sobre investigaciones farmacéuticas estén escritos en realidad por empresas de relaciones ptiblicas que las compa- fifas farmacéuticas contratan, y que se encargan de ocultar por rutina los graves, e incluso potencialmente letales, efectos secundarios de los medicamentos."° EI peligro que inherentemente supone nuestra actual concepcién del mundo ha quedado bien patente en aquellos momentos en los que esta se ha llevado a su conclusién extrema y se ha utilizado como justi- ficacién de comportamientos sociopaticos, desde el asesinato en masa durante el Tercer Reich y la eugenesia del siglo xx hasta las limpiezas étnicas y los asesinatos en serie de los tiempos modernos. Eric Harris, por ejemplo, lucia una camiseta en la que estaban estampadas las pala- bras «Seleccién natural» cuando el 20 de abril de 1999 Dylan Klebolt y él, armados con bombas de propano, un surtido de cécteles molotov, una pistola ametralladora Intratec TEC-DC9 semiautomatica, una ca- rabina semiautomatica Hi-point 995 de calibre 9 mm, una escopeta de bombeo Savage 67-H y otra de cafiones recortados Stevens 311D, en- traron a paso lento en el Instituto Columbine y abrieron fuego.'! Aunque nuestra newtoniana posicién de superioridad nos ha per- mitido adquirir un dominio tecnoldgico de nuestras vidas, hechos tales como el colapso mundial de nuestro modelo econdmico en 2008, la ac- tual crisis ecolégica, la amenazante escasez de agua y de alimentos y el agotamiento de las fuentes petroliferas ponen de manifiesto las limita- ciones extremas de dicha predisposicién mental, que actualmente ame- naza a nuestro planeta con la destruccién. En el nivel personal, nos ha dejado a la mayoria de nosotros un sentimiento de vacio, como si algo muy profundo —nuestra humanidad misma— hubiera acabado piso- teado en la lucha cotidiana que libramos contra el mundo. Necesitamos urgentemente un «cuento» nuevo por el que regir nuestras vidas. INTRODUCCION Durante los ultimos quince afios, desde el momento en que em- pecé a cavilar sobre el significado de los vanguardistas descubrimientos hechos en el campo de la fisica y de otras ramas de la ciencia,'? me ha impresionado comprobar cudnto de la teoria cientffica y, consiguiente- mente, de nuestro modelo de cémo funciona todo ha quedado reducido finalmente a nada. Cada nuevo hallazgo de la ciencia desbanca una mas de las ideas que tan calurosamente hemos albergado acerca de quiénes somos. Actualmente ha empezado a emerger un relato cientifico nue- vo, que desafia muchas de nuestras suposiciones newtonianas y darwi- nianas, incluida nuestra premisa mds bdsica: la nocién de que las cosas son entidades separadas que compiten por la supervivencia. Las ultimas pruebas de la fisica cudntica nos presentan la extraordinaria posibilidad de que toda vida exista en una dindmica relacién de cooperacién. Los fisicos cudnticos reconocen actualmente que el universo no es una colec- cién de cosas separadas que se abren paso a empujones en un espacio va- cio, sino que toda materia existe en una vasta red cudntica de conexién, y un ser vivo es, en su aspecto mds elemental, un sistema de energia que participa con su entorno en una constante transferencia de informa- cién. Se ha comprendido por fin que, més que un grupo de 4tomos y moléculas individuals e independientes, los objetos y los seres vivos son procesos dindmicos y proteicos, en los que ciertas partes de una cosa y ciertas partes de otra intercambian continuamente sus posiciones. Pero esta revolucién no se limita al campo de la fisica. En biologia y en ciencias sociales se han hecho descubrimientos que han alterado profundamente nuestra concepcién de la relacién que existe entre los seres vivos y su entorno. Tanto los bidlogos como los psicélogos y socié- logos de vanguardia han encontrado pruebas de que los seres humanos son mucho menos individuales de lo que hasta ahora pensdbamos. En- tre las mas minusculas particulas de nuestro ser, entre nuestro cuerpo y nuestro medio ambiente, entre cada uno de nosotros y aquellos con quienes tenemos contacto, y entre los miembros de cada grupo de la so- ciedad existe un vinculo, una conexién tan integral y profunda que no es posible ya demarcar con exactitud dénde termina una cosa y empieza otra. En esencia, el mundo opera no a través de la actividad de las cosas EL VINCULO individuales, sino en la conexién que hay entre ellas. .., en cierto modo, en el espacio que hay entre las cosas. El aspecto més esencial de la vida no es la cosa aislada, ya se trate de una particula subatémica o de un ser vivo hecho y derecho, sino la rela- cin en sf: el vinculo inseparable ¢ irreducible. En esa conexién, en ese espacio intermedio, reside la clave de la vida de todo organismo, desde las particulas subatémicas hasta las sociedades a gran escala, y también la clave de un futuro viable para la humanidad. Estos descubrimientos dan a entender que la idea de que el ser hu- mano es una entidad individual claramente diferenciada de otras enti- dades es una falacia; no hay nada —desde nuestras particulas subatémi- cas hasta nuestro ser entero— que podamos definir con la menor certeza como un cuerpo totalmente separado que pueda aislarse y cercarse. El «individuo» es simplemente la suma de un ntimero infinito de partes definidas con poca precisién, y las partes que hasta ahora hemos consi- derado concretas y diferenciadas se desplazan y se transforman a cada instante. En todos los sentidos, las cosas individuales viven una vida inextricablemente apegada y vinculada a «otra». El impulso mas basico de la naturaleza no es una lucha por la dominacié6n, sino un constante e irreprimible instinto de totalidad. Estas nuevas revelaciones que nos lIlegan desde la vanguardia de la ciencia representan un proceso inverso al de la atomizacién que co- menzé con la Ilustracién. El nuevo relato que hoy se escribe por toda la faz de la Tierra demuestra que hemos empezado a recuperar nuestra concepcién holistica de nosotros mismos como seres inextricablemente vinculados a todo cuanto nos rodea. Estos descubrimientos tienen no solo profundas implicaciones so- bre cémo elegimos definirnos a nosotros mismos, sino también sobre cémo deberiamos vivir nuestra vida. Indican que todas las creaciones de la sociedad, empefiadas como estan en la competencia y la individuali- dad, son contrarias a nuestro ser mas fundamental..., que el impulso de cooperacién y asociacién, y no el de dominacién, es fundamental parala fisica de la vida y la constitucién bioldgica de todos los seres vivos. Dan a entender que la mayoria de los que habitamos el mundo desarrollado INTRODUCCION moderno no vivimos en armonia con nuestra naturaleza verdadera. El hecho de que a cada instante influyamos en toda la materia circundante y ella influya en nosotros, de que estemos unidos por un vinculo cons- tante y en eterna evolucién, exige que cambiemos drdsticamente nues- tra forma de relacionarnos con nosotros mismos y con el resto de los seres vivos. Necesitamos nuevas normas por las que regirnos. Necesitamos otra forma de ser. Este libro ofrece la posibilidad de vivir de acuerdo con una metéfo- ra nueva. Rechaza la tesis central de la ciencia ortodoxa de que la mate- ria, incluso la subatémica, existe aislada y esta completa en s{ misma, y sugiere que la danza de la vida no es un solo, sino un dueto..., que cada parte de nosotros est conectada con un vinculo esencial e irreducible. Reconoce que cada uno de nosotros se halla tan intimamente interco- nectado con nuestro mundo que solo podremos vivir auténticamente cuando vivamos de acuerdo con un relato diferente. Es necesario que adoptemos una nueva definicién de lo que sig- nifica ser humano, y es necesario que contemplemos nuestro universo con una mirada nueva. Aplicar los recientes descubrimientos a todos los aspectos de nuestra vida supone ni mds ni menos que hacernos a noso- tros mismos de nuevo. El vinculo propone, por tltimo, un futuro alternativo en el que un nuevo paradigma del vivir en asociacién y conexién reemplace a la metéfora de la batalla. Confio en que habré sido capaz de ofrecerte una concepcién enteramente nueva de quién eres y del lugar que ocupas en el mundo, no como duefio ni competidor suyo, sino como socio coo- perativo. Esta nueva concepcién empieza por comprender algo tan impac- tante, dado el alcance de sus implicaciones, como que nada en este mun- do esta separado. De hecho, en el sentido més basico, no existe algo como «una cosa». Primera parte EL SUPERORGANISMO La enfermedad de nuestro tiempo es a mi entender esta maldicion de que todo se haya ido volviendo cada vez més banal, cada vez menos importante. Norman Mailer, Los desnudos y los muertos ] INCANSABLEMENTE EN BUSCA DE LA COSA °F Sobre una mesa de trabajo del tamaiio de dos todoterrenos, en la Universidad de California, en Berkeley, Graham Fleming y sus colegas del Departamento de Quimica han montado el equivalente cientifico de una maquina de pinball. Los numerosos ldseres de precisién, que, como en un latido, emiten luz en fracciones de tiempo de una milbillo- nésima de segundo, estén situados en varios puntos estratégicos y enfo- cados en una pista de obstaculos hechos de espejo y lentes de aumento, cuyo foco de atencién es una diminuta y solitaria caja negra. Una vez que las m4quinas estan conectadas, la luz ldser que generan estos artefac- tos ultrarrépidos sale despedida precipitadamente de cada espejo y cada lente antes de incidir en el interior de la caja e iluminar su contenido: una diminuta muestra de la bacteria verde del azufre. Supuestamente, la luz de los ldseres imita a la del sol, ya que esta bacteria es, a todos los efectos, una planta, con su misma extraordinaria capacidad forosintéti- ca de convertir la luz solar en energia dentro de sus células. A base de descubrir paso a paso el procedimiento por el cual un ser vivo rudimentario aprovecha la luz del sol y la convierte en energia que EL VINCULO luego almacena, Fleming, un britanico de sesenta afios, espera resolver el principal misterio de las plantas: su implacable eficiencia. El miste- tio no es solo que la planta sea capaz de llevar a cabo semejante hazafia, sino que lo haga utilizando por completo hasta el ultimo fotén que llega aella. Ni la mis sofisticada maquina de la tierra puede siquiera emular la produccién de energia que realiza una planta; en toda y cada una de las actividades artificiales vagamente equiparables, el almacenamiento inicial de energia disminuye en més de un 20% durante el proceso de transformar un tipo de energfa en otro. Si los seres humanos pudieran aprender a captar y a transformar la energfa solar por un método inclu- so remotamente aproximado al que utilizan las plantas, tendriamos la garantia de que las necesidades energéticas de la humanidad estarian cubiertas para siempre. El otro aspecto del misterio es mas elemental: cémo un sistema vivo tan sencillo como es un vegetal puede generar el oxigeno y los hi- dratos de carbono del mundo mediante una reaccién activada por la electricidad que él mismo crea, esencialmente a partir de la luz. La clave para estudiar este proceso tan extraordinario reside en se- guir la trayectoria que describe la energia del electrén dentro de la es- tructura proteica de la célula, conectando los paneles solares exteriores de la bacteria, 0 clorosomas —los recolectores de la luz solar—, con el centro de reaccién situado en el coraz6n de las células, un diminuto cri- sol donde tiene lugar el milagro de la conversién. El experimento de Fleming dura una miniscula fraccién del tiempo que se tarda en parpadear. En cuanto la luz que emiten los laseres «golpea» la proteina, excita los electrones, y la energia resultante necesita encontrar entonces la ruta mds directa, a lo largo de la diminuta pista de la estruc- tura proteica, para llegar a los centros de reaccién. Se trata de una tarea compleja y potencialmente demasiado laboriosa, segiin la fisica conven- cional, puesto que son muchos los posibles caminos y destinos finales que la energia del electron debe buscar a fondo y descartar uno a uno. Pero lo que Fleming descubrié no es ni mas ni menos que una gi- gantesca grieta en el gran edificio de la biologfa comuinmente aceptada. INCANSABLEMENTE EN BUSCA DE LA COSA En lugar de un solo camino, la energia llega a su destino probando varias rutas simult4neamente, y solo una vez hecha la conexién final y alcan- zado el final del trayecto, investigard cual es la via mas eficaz —es decir, retroactivamente— y seguird ese tinico camino. Parece como si la ruta 6ptima se eligiera en retrospectiva, después de haber agotado todas las posibilidades. Es como si una persona que estuviera perdida en un labe- rinto hubiera probado todos los posibles caminos al mismo tiempo, y, tras encontrar finalmente el camino correcto para llegar a la salida, eli- minara por completo cualquier rastro de sus ensayos. El descubrimiento de Fleming es una inesperada respuesta a su li- nea de investigacién: la planta es tan eficiente porque la energia que ge- neran sus electrones mensajeros es capaz de ocupar més de una posicién al mismo tiempo. Fleming esté haciendo en la actualidad algunas de las primeras in- cursiones tentativas en lo que se ha dado en Ilamar «biologia cudntica», consiguiendo las primeras pruebas de que la vida en la Tierra esta regi- da por las leyes de la fisica cudntica. Su experimento es necesariamente burdo; sustituye por luz de léser la verdadera luz solar y se lleva a cabo a temperaturas de 70° Kelvin (0 -202° C), un ambiente excesivamente frio para que la mayoria de las plantas puedan sobrevivir. No obstante, su experiencia en el campo de la fisica, ademés del de la quimica, le permite comprender la significacién de aquello que acaba de presenciar. Como descubrieron el fisico danés Niels Bohr y su brillante discipulo aleman Werner Heisenberg, fundadores de la teoria cudntica en la primera mitad del siglo xx, las particulas subatémicas, ta- les como los electrones y los fotones, no son todavia nada por si mismas. Los 4tomos no son pequefios sistemas solares hechos de bolas de billar, sino més bien una desordenada nubecilla de probabilidades. Existen en muchos sitios simulténeamente, en estado de potencial puro, o como los fisicos se refieren a ello, de «superposicién», que es la suma de todas las probabilidades. Una particula subatémica como las que se encuentran en la bacteria que ha estudiado Fleming experimenta esencialmente con un camino y con otro al mismo tiempo antes de elegir el sendero éptimo para llegar al lugar de la reaccién. EL VINCULO Una de las conclusiones de su teoria, que se conoce como la inter- pretacién de Copenhague —en honor de la ciudad donde por primera vez elaboraron esforzadamente las ineludibles conclusiones de sus des- cubrimientos matematicos—, es la idea de la indeterminacién: el hecho de que nunca es posible saberlo todo acerca de una particula subatémi- ca. Si se mide, por ejemplo, dénde esta, no se puede averiguar también adénde va o a qué velocidad. Bohr y Heisenberg reconocieron que una particula cudntica puede existir a la vez como particula, como elemento helado con forma de bala y como «funcién de onda», es decir, una gran regién difuminada de espacio y de tiempo, en cualquiera de cuyos rin- cones puede estar situada la particula. En estado cudntico, una particula existe como una coleccién de todos los posibles «sf mismos» futuros al mismo tiempo, o como una cadena de muhecas de papel interminablemente replicadas. Un elec- trén existe «probablemente» hasta que los cientificos lo inmovilizan y lo miden, momento en el que sus multiples «si mismos» se colapsan y el electrén se asienta en un solo estado de ser. Si llegan a verificarse los resultados del experimento de Fleming —y actualmente hay quienes ya lo han llevado a cabo con plantas reales a temperatura ambiente—, esto significaria que el proceso mas funda- mental del universo, el proceso responsable de que haya vida en la Tie- tra, estaria regido por un mecanismo que no es en realidad una cosa en absoluto, al menos atendiendo a nuestra definicién habitual de lo que es una cosa. La transferencia de electrones durante la fotosintesis es imposi- ble de determinar ni de localizar con precisién.' El experimento de Fle- ming pone ademis al descubierto una posibilidad de mucho mayor al- cance: la de que toda la vida sea creada y sustentada por algo tan efimero que quizd ni siquiera seamos capaces de identificat lo que es en realidad, y mucho menos todavia de localizar con exactitud dénde se encuentra. Pese a sus implicaciones revolucionarias, el descubrimiento de Graham Fleming no ha resultado especialmente revelador para los fisi- cos cudnticos, Muchos, dentro de esta disciplina, andan buscando sin éxito /a cosa: la cosa mas pequefia y que crea todas las demds cosas del INCANSABLEMENTE EN BUSCA DE LA COSA mundo. Todas las suposiciones modernas acerca de nuestro universo fi- sico se basan en la creencia de que la vida esta compuesta de cosas, que a su vez estan hechas de cosas mds pequefias, y de que a base de descubrir y nombrar las pequefias podemos llegar a entender las grandes. A partir del momento en que un fisico musulman llamado Ibn al- Haytham desarrollé el método cientifico hace mas de mil afios, los cien- tificos han intentado por todos los medios desmontar el universo, como side una gran radio se tratara, a fin de examinar sus piezas. Durante los Ultimos cien afios aproximadamente, han estado ocupados intentando localizar el mas diminuto de los bloques que lo constituyen. En 1909 el neozelandés Ernest Rutherford, premio nobel de Quimica, y sus cole- gas de la Universidad de Manchester crearon el modelo Rutherford del tomo, un mintisculo sistema solar de electrones bien ordenados, tras descubrir lo que en un principio se creyé que era su soly una de las uni dades mds pequefias del mundo: el nticleo. Pero el modelo de Ruther- ford recibid un ligero batacazo cuando un colega de la Universidad de Cambridge, el fisico briténico James Chadwick, fue mds alld todavia y descubrié una particula atin mds pequefia dentro del nticleo: el neutrén. Chadwick postulé que los constituyentes de un tomo, es decir, los protones, electrones y neutrones, son las unidades mds fundamentales de nuestro mundo; hasta que se descubrié que, como en una mufieca tusa, dentro de estas particulas residen otras atin mds pequefias. En 1969 la ciencia se congratulé brevemente al poder aislar los que, a su entender, eran los elementos més fundamentales del universo, cuando de repente se descubrié el quark; y esto duré hasta que se descu- brié o se postulé toda una sopa de letras de otras particulas en las déca- das siguientes: los muones y tautones, positrones y gravitones, particu- las con fuerza y particulas sin fuerza, particulas upsilon, tau neutrino, y las més recientemente descubiertas, skyrmiones y goldstinos, y pome- tones y luxones, ademés de las «particulas combinadas» de interaccién fuerte, como los hadrones, e incluso particulas hipotéticas nacidas de las teorias de la supersimetria. EL VINCULO Para poner orden entre todas estas entidades, los fisicos crearon el modelo estandar —la piedra Rosetta de la fisica de particulas moderna—,” que divide todos estos cientos de variedades de particulas y sus compli- cadisimas interacciones en tres familias, con sus interacciones y carac- teristicas fundamentales: seis tipos de quarks, seis de leptones y una va- tiedad de bosones, 0 particulas «portadoras de fuerza», que incluyen la més diminuta unidad de luz —el fotén—; los gluones, algo a lo que se llama bosones de gauge de interaccién débil, y por tiltimo los gravito- nes y el bosén de Higgs, estas dos tiltimas clasificaciones supuestamente existentes, pero nunca vistas en realidad. Pero por ms elegante que resulte el modelo estandar como teoria, que permite a los cientificos reducir todas estas docenas de particulas a taquigrafia matematica, lo cierto es que los fisicos siguen sin ser capaces de aislar una sola estructura y afirmar con certeza que esa es la mas pe- quefia moneda de cambio del cosmos, la entidad individual final de la que nuestro universo se deriva. En realidad, actualmente se considera que la mayoria de las innumerables particulas que se han descubierto después de la II Guerra Mundial no son elementales, sino combinacio- nes de otras particulas, y, de hecho, los fisicos admiten hoy dia que tal vez sea imposible demostrar jamas que estas particulas puedan seguir dividiéndose en sus partes constituyentes. Los fisicos suponen que ciertas particulas son mds elementales que otras —que los quarks son més elementales que, por ejemplo, los nu- cleones 0 los piones—; no obstante, como se lamentaba en una ocasién el fisico de particulas norteamericano Steven Weinberg, galardonado con el Premio Nobel: «No podemos llegar a ninguna conclusién defini- tiva sobre la elementalidad de los quarks y de los gluones en si».? Aquello con lo que los cientificos se han conformado, la teoria del modelo estandar, es una difusa aproximacién, que podria tener tan- to que ver con la verdad final de la vida como tiene que ver un ciborg con un ser humano. Es probable que el modelo esténdar demuestre ser solo una vaga aproximacién, base potencial de alguna teorfa més * La piedra Rosetta es parte de una antigua estela egipcia de granodiorita donde aparece un texto grabado, que proveyé la clave para el entendimiento modemo de los jeroglificos eee ee INCANSABLEMENTE EN BUSCA DE LA COSA fundamental que pueda revelarse una vez que los cientificos hayan in- ventado aceleradores de particulas de mayor energia, momento en el que quiza descubramos que la mds pequefia de estas particulas no es en realidad la mds pequeiia de las mufiecas rusas sino sencillamente otra mufeca distinta con mds mufiecas en su interior. Una de las razones por las que esta resultando tan dificil localizar la pieza més pequefia del universo tal vez sea el simple hecho de que, al final, nada existe de modo independiente. Aunque consideramos que la materia es discreta y definible, el hecho es que no hay posibilidad de compartimentarla en nada definitivo, pues incluso la més infima es- tructura de materia podria resultar imposible de separar de sus vecinas, imposible de cercar, de delimitar con precisién tan absoluta como para poder de mentos mds pequefios que un tomo, no podemos sacar en claro si esa dénde empieza y dénde termina. Cuando se trata de ele- particula subatémica existe sola o si es una combinacién de elementos. Cuanto més se aproxima la mirada del cientifico, mas descubre hasta qué punto depende todo, y es en iiltima instancia inseparable, de todo lo demas. Werner Heisenberg se refirid a este hecho como «el més importante descubrimiento experimental de los tiltimos cincuenta afios». Afiadié, ademds, que incluso «el preguntarse de qué estan com- puestas las particulas ha dejado de tener ningiin sentido racional. Un protén, por ejemplo, podria estar constituido por neutrén y pidn, o lambdahyperén y kaén, o por dos nticleos y un antinucledn; seria mas sencillo decir que un protén consiste de materia continua, pues todas estas afirmaciones son igualmente correctas 0 igualmente falsas. La di- Jerencia, por tanto, entre particulas elementales y compuestas bdsicamente ha desaparecido».> Lo cierto es que el término mismo «particula», con su connotacién de una realidad separada y corpérea, es un nombre inapro- piado. Cuando los fisicos de particulas Ilegan a la capa tiltima de la ma- teria, en realidad alli no hay nada. Aunque el modelo de Rutherford siga ensefidndose en la asignatura de fisica impartida en los centros de en- sefianza secundaria y los 4tomos sigan considerdndose una agrupacién de pequefias bolas de billar de comportamiento ejemplar que describen EL VINCULO pequefias érbitas bien ordenadas alrededor de un nticleo central, las particulas subatémicas se parecen mucho més a una diminuta fusién de energia, a una réfaga difuminada e incorpérea de vibrante nada. Vlatko Vedral, catedrético de fisica cudntica de la Universidad de Oxford, recalcé en una ocasién que es més correcto decir que una par- ticula es una excitacién de una onda, una excitacién de energia, una pequefia fusién de energia dentro de un campo de energia mayor, muy semejante a la forma en que existe un nudo en un trozo de cuerda. Ste- ven Weinberg afiade: «No podremos dar una respuesta definitiva a la pregunta de qué particulas son elementales hasta que tengamos una teoria definitiva de la fuerza y de la materia. Cuando la tengamos, tal vez descubramos que las estructuras elementales de la fisica no son par- ticulas en modo alguno».* Aunque clasifiquemos todo lo que existe en el universo como si de elementos separados e individuales se tratara, la individualidad, en el nivel mds rudimentario, no existe. El mundo estd en deuda con el delicado sistema inmunitario de Werner Heisenberg y con la propensién de su cuerpo a experimentar alarmantes subidas de los niveles de estamina. A causa de un fuerte ata- que de fiebre de heno en mayo de 1925, Heisenberg se trasladé a la isla principal del pequefio archipiélago rocoso de Heligoland, préximo a la costa noroccidental de Alemania, llamada «Tierra sagrada», en honor de su clima inusitadamente templado —un fenémeno del todo anor- mal en el mar del Norte—, y que eligié por su ausencia practicamente absoluta de polen, debido a lo inhéspito del terreno. Una vez que em- pez6 a respirar bien, Heisenberg pudo también estudiar tranquilamente los innumerables enigmas que planteaban los nuevos descubrimientos acerca de la estructura de la materia. Niels Bohr y él habian mantenido largas conversaciones sobre la incompatibilidad entre las nuevas ideas y la teoria fisica vigente mientras paseaban por las montafias cercanas alacasa de Bohr, en Copenhague, y Heisenberg habia pasado muchas horas intentando reconciliarlas. Ahora, sin otra distraccién, en aquella isla sin Arboles, elaboré por fin las precisas y elegantes ecuaciones de la INCANSABLEMENTE EN BUSCA DE LA COSA mecdnica cudntica matricial, poniendo fin para siempre jams a la ne- cesidad de meter con calzador los nuevos descubrimientos sobre las en- tidades cudnticas dentro de la mecdnica cldsica. Las ideas de Heisenberg se reducian a un simple truismo: el de que cualquier teorfa sobre el universo fisico deberfa basarse solo en lo que puede observarse de hecho en los experimentos. EI eliminé todas las suposiciones que se habfan hecho hasta entonces sobre los bits subaté- micos, tales como la nocién de que orbitan como planetas alrededor del sol. En lugar de trabajar con digitos individuales, empezé a jugar con agrupaciones de ntimeros para representar el espectro de estados abier- tos a una entidad subatémica, y de esta manera encontré finalmente el modo matemiatico de representar el extrafio creptisculo de la particula cudntica. Asu regreso al continente, Heisenberg les mostré su trabajo a Bohr y asu otro mentor, el fisico Max Born, que le ayudaron a formularlo y crear asf la primera teorfa coherente de fisica cudntica. Las ecuaciones de Heisenberg, por lo dems tan exitosas, habian dejado sin resolver un hecho extrafio: no eran conmutables. A diferen- cia de lo que sucede en Algebra normal, x + y no era equivalente ay + x, Un afio més tarde pasé a formular el principio de incertidumbre, o Ungenauigkeit en su aleman natal, que en esencia postulaba la escanda- losa proposicién de que la materia es en ultima instancia imposible de conocer. Confindndose a la pureza de las matemiticas, habia hallado un modo de demostrar lo que empezaba a resultarles obvio a Bohr y a él. Habfan descubierto algo tan contrario a la intuicién y tan insdlito acerca del mundo fisico que muchos fisicos modernos, imbuidos de fi- sica newtoniana, siguen resistiéndose a aceptar: que no existe algo como «una cosa», que no hay una realidad sélida subyacente, sino tinicamente el espacio intermedio, las relaciones indivisibles entre las cosas. Desde que se establecié la fisica cudntica, los fisicos se han visto obligados a seguir inventando teorfas —la teorfa de las cuerdas, la teo- ria de los mundos miiltiples...— porque, de lo contrario, a pesar de los trabajos de matemiticas, su légica sigue resultando confusa. No obstan- te, los fisicos cudnticos modernos han demostrado lo que Heisenberg EL VINCULO hab/a intuido desde un principio: que la materia no es sino relacién; x + y representan, en un sentido, el impenetrable vinculo que existe en- tre dos cosas indeterminadas que no tienen existencia independiente, 0 como Heisenberg, con su vena filos6fica, afirmé sin rodeos tras intentar infructuosamente ir més all de la incertidumbre en el mundo cuantico: «No podemos conocer, por principio, el presente en todos sus detalles»,* Heisenberg pas6 a redefinir sus teorias en lo que se conoceria como la «teoria del campo cudntico». Descubrié que la capa mas fundamental del ser, nuestras particulas subatémicas, no solo no son nada definible sino que, ademés, no se mantienen iguales en ningtin momento. Las cosas pequefias que constituyen las grandes cosas del universo no per- manecen idénticas, sino que cambian de continuo; todas las particulas subatémicas intercambian constantemente informacién con su entor- noy se reorganizan segtin un patrén dindmico. El universo contiene un numero indeterminado de vibrantes haces de energia que de continuo pasan esa energia adelante y atrds, como en un interminable partido de baloncesto con un mar cudntico de luz. En realidad, ni siquiera estén presentes en todo momento, sino que entran y salen de la existencia a cada momento; aparecen brevemente y un instante después desapare- cen de nuevo en el campo de energia subyacente. Todas las particulas elementales interacttian a través de lo que se considera particulas cuanticas temporales o «virtuales», combinandose y aniquil4ndose unas a otras en menos de un instante. Ademés, cada tipo de particula tiene su sombra en forma de antimateria o antiparti- cula, que se comporta exactamente del mismo modo que su variedad «positiva» correspondiente, exceptuando el hecho de que tiene la carga opuesta. Esto significa que por cada quark, hay un antiquark, y por cada electrén, un positrén; y si en algtin caso se encuentran, simplemente se combinan, haciendo que la apariencia superficial de una entidad se con- vierta en energia indeterminada, no especffica. Los pases hacia delante y hacia atrds que realizan las particulas vir- tuales, semejantes a dos personas que se turnaran continuamente para ingresar y retirar la misma cantidad de dinero de una cuenta bancaria, se

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