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Los trastornos mentales son un caso aparte en la medicina, cuando no deberan serlo.
Las llamamos enfermedades asumiendo que son dolencias con sus mecanismos
biolgicos, tratamiento y prevencin, pero no nos lo acabamos de creer. Hay todo un
abismo de olvido y negligencia que separa la atencin de las enfermedades somticas y
las mentales. Las instituciones sanitarias y de investigacin no parecen ser conscientes
de que las enfermedades mentales son la primera causa de discapacidad en el mundo. El
presupuesto para estudiarlas, tratarlas y prevenirlas es ridculo respecto al de otras
enfermedades, incluso en los pases desarrollados. Ahora mismo hay, segn la OMS,
300 millones de personas con depresin en el mundo, y la mayora no recibe tratamiento
alguno, ni siquiera en los pases ricos. Cada ao se suicidan 800.000 personas, el 75%
de ellas en pases de ingresos medios y bajos, y muchas como consecuencia de un
trastorno mental o por abuso de sustancias.
Claramente no es lo mismo sufrir una enfermedad mental que cualquier otra, como bien
saben los afectados y familiares de una persona con esquizofrenia, trastorno bipolar,
autismo o depresin. No es lo mismo hablar del riego sanguneo y el corazn que
hacerlo de la mente y el cerebro. Sin embargo, si la ciencia rechaza la dicotoma cuerpo-
mente, por qu las enfermedades mentales no son abordadas como las dems
dolencias? La complejidad del cerebro es una razn poderosa, pero no la nica ni la ms
importante. La psiquiatra no acaba de ser reconocida por mucha gente como una
especialidad mdica ms, entre otras cosas porque muchos ignoran que los trastornos
mentales pueden tratarse y prevenirse. Y esto solo contribuye a la marginacin, el olvido
y el silencio.