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is Cha cas Dele des Oya sl SHVAYNAC a1 range Doinnodel defos cOn fines dec inuevoRorno(eGr nguitoAlfp mere suadcaren Los incas, reyes del Pert ‘Mudie a. Pint Mikio. taco ck po fn SCRE e ge oar co elprimer emp Fuelsmach el Suhiolas Tes ik BF elicron abodes raf. Imagen deci Fennec ofteyna eave Ci ‘adifiincii, “de olmsméines principales la ‘edad de’ los Ingps. Seow fis Ann cd a Rolctcada nore 9 AnH ie bier er Pune Lleueasiisieas real ule be Cheb 54 afta acoya iMaer Slama. fs ric hi Suede Roragorne Ae an Is iaChncl Re as Los incas, reyes del Peru Thomas Cummins Gabriela Ramos Elena Phipps Juan Carlos Estenssoro Luis Eduardo Wuffarden Natalia Majluf COLECCION ARTE Y TESOROS DEL PERU Construyendo la memoria: la figura del inca y el reino del Perti, de la conquista a Tupac Amaru II Juan Carlos Estenssoro Fuchs censar las Imagenes coloniales peruanas fue, por décadas, debatir sobre su auto- nomia o dependencia respecto de sus modelos hasta que la importancia del corpus de temas y motivos indigenas reunido por Teresa Gisbert, puso punto final a esa situaci6n, Entretanto, en las ciencias sociales a figura del inca servia pa detectar resistencias y sobrevivencias religiosas, 0 era interpretada como manifesta- cién de identidades, proyectos politicos populares, formas alternativas de la historia y utopias, todos valorados siempre en términos endégenos. En los uiltimos afios, esa vision esti cambiando. Al restituir toda su complejidad —técnica, formal, religiosa, social y politica a la plastica, la literatura, la musica y las formas festivas,se ha puesto en evidencia las tensiones ideol6gicas que las atraviesan y su impronta eminentemente colonial La iconografia de tema incaico tiene antecedentes que se suelen olvidar, pero recuperarlos no significa volver a la pregunta de la originalidad sino tomar consciencia de que significados vehiculan esos motivos y culles vinieron a sumarse 0 a modularlos fen su recepci6n local, Este ensayo busca contribuir a repensar en su contexto histo- % el sefiorio universal del Tahuantinsuyo y no una corona individual. Este nuevo sentido debid ser lo suficientemente importante para que se inventara, como si fuese una verdad historica, que la borla roja era el simbolo reservado exclusamente para el monarca de la totalidad del imperio peruano.As! lo hizo Gémara quien, reconociendo a “Guaxcar sefior soberano de todos fos reinos del Pert", pretende que Atahualpa “nunca se puso la borla [roja] hasta que lo tuvo preso” ,, cuando se sabe que en realidad la usaba ya antes de su prision en Calamarca , La lectura de los arcos supone una identificacion tal que los incas son plenamente la imagen de los espafioles. Es cierto que la decapitacién apunta también a un Ccuestionamiento de la legitimidad indigena pero este es ambivalente. Con ella la suce- sién cuzquefia y la de Vilcabamba quedaban descartadas pero ese vacfo hacia emerger las elites étnicas regionales, Esta primera representacion de un inca con la cabeza cortada es también el inicio de una perdurable leyenda, Para estudiarla no hay que erder de vista en ningiin caso quiénes inventaron ese Imagen y, mas atin, que Jo hicieron en defensa de los intereses metropolitanos, Si una tendencia da cohesién a las imagenes que se filan en torno a la autoridad imperial de Carlos V, desde el descubrimiento hasta la pacificacién final en 1557, es que todo el peso politico del Tahuantinsuyo se va concentrando en la figura de Atahualpa ¥ que, implicita o explicitamente, es el requerimiento, cristalizado en su captura, el Punto de flexion que transmite la soberania simbolizada en su mascapaycha-corona a la cabeza del emperador. Frente a ello, se fue descartando el reconacimiento de cual- uier otra autoridad: tanto de una posible sucesién incaica, simbélicamente decapita- da, como de los encomenderos rebeldes cuyas cabezas sangrantes decoraron la orla del escudo de Potosi (Fig.17)-A los conquistadores como tales, la mayor visibllidad que se les habia concedido en reconocimiento a su labor era cedertes, en sus escudos, la sujecién de los atributos del poder incaico. Por todo ello la imagen del inca sera central en los conflictos simbélicos en el Perit entre Indios, caciques, encomenderos, funcionarios de la corona e Iglesia. Esa centralidad no tiene en ningiin caso su origen ‘en la cristalizacién de una identidad indigena, muy por el contrario, es el poder ‘metropolitano y sus representantes quienes eligen los elementos mas importantes del repertorio visual que entrari en disputa. Dos milagros de conquista o la construccién por la imagen Terminada la pacificacién, Catlos V cedié a su hijo sus posesiones americanas. El Virreinato jur6 fidelidad a Felipe Il en 1557 pero, hasta 1568, este no definid las politicas que darian un perfil definitivo a ta nueva sociedad. Durante esa larga década de transicién., fue posible influir sobre ese destino final, Los encomenderos vuelven a la carga esta vez por la via de la negociacién, tratando de obtener el mantenimiento de sus antigtos privilegios. Mientras tanto, el cuestionamiento del poder incaico habia acrecentado el protagonismo y la legitimidad de las élites de los antiguos sefiorios prehispanicos. Con la ayuda de los frailes del partido de los, indios, pudieron contraofertar en pro de la abolicién total de las encomiendas ,.. Pero, a fin de cuentas, fueron los funcionarios reales quienes construyeron lent3- mente lo que sera el proyecto colonial definitivo. Mientras Felipe Il perpetia el prestigio de autoridad de la imagen de suv padre, en el Peril son tiempos de dislogo. La ampliacién del repertorio visual se hard ahora en un terreno religioso, con [a anuencia obligads de los indigenas y,en buena parte, en detrimento de los conquistadores. 110 a > Fig, 18 Milagro de Santa Mati, fen el Cuzco. Felipe Guaman Pema de Ayala. Nueva coronica y buon gobierno. 1615. Folio [404] del manuscro fon a Bibloreca Real de Copennague, Binamarca, Fg 19, Desceneicn dela Vigan sotre ‘91 Sunturnuas) Cuzco, fine del ilo XM, Gieo sobre lenz0, 2825 x281.2 en. Compo Muscograico "Enique Udaondo" de Lujan, Argertna ‘snc eves et an Toda imagen debe partir de una apariencia consensual para poder ser politicamente eficaz y ejercer una real presién ideolégica, mis alin para imponer una hegemonia. La construccién de la nueva sociedad necesitaba de una representacién en que se puidieran reconocer conquistadores, vencidos y la corona. Al cuestionar el requeri- miento, s6lo una voluntad divina, ausente de los hechos de Cajamarca pese a que se tuvlera por extraordinaria la captura del inca, podia generar ese elemento de con- fluencia, El aflo 1535, Manco Inca sitiando el Cuzco puso en jaque a los espafioles al punto que parecié posible revertir la conquista. El desenlace final fue, sin embargo, favorable a los invasores. Los relatos estrictamente contemporineos a los hechos son sin duds entusiastas sin que haya en ellos vestigio de aparicién ni de milagro yy aunque pueden ver la victoria obtenida in extremis como un signo providencial Pero ello era un topico de autojustificacion perfectamente establecido. Toda victoria lograba asi su plena legitimidad: Dios como juez supremo no hubiese tolerado una Injusticia, su intervencién por lo tanto, presentida en lo imprevisible, estaba sefialan- do que la causa del vencedor era justa. De otro lado, el triunfo atribuido a Dios, aun cuando diluyera el heroismo del vencedor, permitia encontrar un terreno de enten- dimiento para establecer, y hacer aceptar con la menor resistencia posible, términos durables de paz futura al vencido, como si éstos viniesen ofrecides por una volun- tad exterior al conflicto y no por su enemigo. Y, efectivamente, el milagro leg cuando Ilegé la paz, veintitrés aftos después de la batalla EI milagro se fue modelando con la memoria indigena. La prueba de una victoria just no podia imponerse como un gesto mas del poder del vencedor: La diferencia funds- mental con la reconquista, cuyos ficticios milagros sirvieron de modelo, es que, aqui, €l milagro no podia agotarse en confirmar la militancia de una guerra santa para Is expulsion de fos infieles Ese discurso identitario era una construccién de enfrentamiento y polémica pero, ante todo, era unilateral El milagro colonial por el contrario, para ser aceptable y eficaz, debia ser enunciado y reconocido por el vencido. Los milagras fundadores de la conquista del Pert aparecen ante la diffcultad de resolver definitizamente un principio unico para la transmisi6n de la legitimidad politica, cues- tin que tardara todavia en estabilizarse. La necesidad de construir un consenso permi- tird desligarios de los hechos de Cajamarca y dirigirlos mis bien a cuestionar la resisten- cla. Son un pronunciamiento a favor de una sociedad cristiana indigena bajo la corona castellana, El milagro fundacional, que confirma que esta sociedad no sélo es posible sino Ineluctable, lo constituye la doble aparicién de Santiago Apostol y la Virgen com- batiendo contra los indios rebeldes. El momento en que el milagro se enuncia por primera vez y cristaliza, entre 1558 y 1560, es més que elocuente, Tras la muerte de ‘Manco Inca en 1545; a resistencia militar de Vilcabamba estaba temporalmente extingui- da y,por [a via diplomitica, se habia intentado llegar a un acuerdo. Sayri Tupac, hijo del antiguo inca rebelde, saldra de su reducto, llegar a Lima en enero de 1558 para entrevis- tarse con ef virrey Hurtado de Mendoza y, renunciando a sus derechos, se instalard finalmente en lz antigua capital del Tahuantinsuyo. on esta nueva paz,¢l sitio del Cuzco ‘era un recuerdo que ponia en una posicién doblemente incémoda a las élites indigenas: politicamente, evidenclaba un antecedente de ruptura del pacto monarquico andlogo al ‘que se acababa de conclu, desde el punto de vista religioso, parecia dificil disimular ue en esa ocasién se habla atacado simbalos cristianos y espacios sagrados. Este episo- dioy de connotaciones apéstatas y sacrilegas, podria serles recordado, Antes que tratar de eludirlo, debian resignificarfo y [0 haran al punto de poder redefinir el acto Fundador de la conquista, excentrado hasta entonces de la esfera de poder cuzque,poniendo de lado a Atahualpa, Calamarca y el requerimfento. 14 Los mca EVES DE Cuzco, tago Mata {ieo sobre lienzo, Lima, colecciin priv El cronista Juan de Betanzos, casado con una noble inca, fue el intermediario entre Sayri Tupac y el virey de los por cuyo encargo redact6 su Suma y narracion Incas, compatibilizando ambos intereses. Alli se men- clona por primera vez que “decian los indios” cémo, ‘cuando hablan intentado inceniar la capillainstalada en el antiguo Suntur Huasi, apenas “se encendia esta paja que una sefiora de Castilla vestida toda de blanco la veian estar sentada sobre la iglesia y que esta mataba este fuego [...] y que todo el tiempo que {duré] el cerco [que] tuvieron puesto sobre el Cuzco, siempre la Vieron a esta seffora encima desta iglesia asentada”. ‘Ademés, habrian identiicado aun hombre en un ballo blanco todo armado y una barba blanca y larga y ‘que tenia en los pechos una cruz colorada como el habito de Santiago que tenia ef Marques en los pechos y-a este decian que era el espiritu del Marques [Fran- cisco Pizarro] que andaba delante de los suyos (.] y que angi los desbarataban os cristianos” Si bien las dos apariciones estin establecidas, la primera no ha reconocida como la Virgen aunque sus atributos estén muy préximos ,.. La aparici6n prodigiosa del ca- ballero espafiol no es atribuida a un ser celestial sino al, spectro de Francisco Pizarro. Ausente de la escena de los hechos y muerto desde hacia mas de tres lustros no parecia causar problema y por lo visto, as elites Jocales estaban dispuestas a ceder el triunfo del cerco de los conquistadores para ‘como una colosal hazai palear sui pasada rebeldia y encontrar un espacio de entendimiento. Con la complicidad del autor, que es- cribe a cuenta del virrey pareciera que las elites indige nas estén ofreciendo como un obsequio la posibilidad de transformar la vietorla del cerco en un milagro. Pero, si la idea del milagro resultaba atractivaj ni la autoridad civil, ni menos atin la lelesia, iban a desperdiciar la posibilidad de sellar simbslicamente el nuevo pacto cediéndoselo a los encomenderos (el argumento esencial para defender sus privi- legios era haber ganado Ia tierra para el rey y Pizarro era ef conquistador por antonomasia) cuyo estatus definitivo habia quedado en suspenso y contra los cuales los eclesiésticos seguian luchando, por la via de la presion moral, tratando de obligartos a Ia restitucién. El desafio, asumido por el clero secular, era, partien- do de la narrativa indigena, induclr a una nueva interpretacion. Pasar de la dama de blanco a la Virgen era sencillo. El aspecto del viejo caballero (barba, caballo blanco, cruz roja) permitia dar un vuelco a su identificacién. Para reelaborar la vision y convertirla en milagro, sometiéndose al imperativo del testimonio indigena, se utilizé la imagen. El Inca Garcilaso cuenta cémo los espafioles, “en el hastial de pintaron al sefior Santiago aquel templo [catedral del Cuzco} que sale a la pla ‘encima de un caballo con su adarga embrazada y la espada en la mano, y Ia espada era culebreada; tenia muchos indios derribados a sus pies, muertos y heridos”.Asi us surglo en el Perii el célebre motivo de Santiago Mataindios, retomando el Matamoros de la reconquista y, probablemente también, los retratos y celebraciones triuntales de Carlos V. Lo mas importante es el valor heuristico asignado a la imagen. Como indica claram (fecha limite para la Su mestizo}- rectificaron la lectura de su recuerdo exclamando:“Un v1 este era el que nos destruia en esta plaza”, Si la interpretacién permanecia en manos indigenas, la invenclén iconografica conducia del fantasma de Pizarro a la Presencia del apéstol. La pintura histérica, produciendo la ilusion de tener como referente la verdad de lo vivido, hace su aparicién en el Peril para ayudar a trans- figurar el recuerdo y fijar su sentido. nte el cronista, “los indios viendo esta pintura” -posterior a 1858 12 de Betanzos} y anterior a 1560 (partida del cronista acocha como Ls identificacién tardard todavia en cuajai finitivamente; s6lo la publicacién de las de Jose de Acosta (1590) y del propio Garcilaso (I6I7) proporcionard la versin can6nica de ambos milagros. Sin embargo, en 1567 cuando entre algunos Indios ef reconocimiento de Santiago era todavia objeto de duda, el licenciado de ellos para ilustrar “cémo entraron los espa Noy como Fue justamente ganado y tiene su Magestad justo titulo a €l" Por esta via, uno de los constructores del nuevo proyecto colonial, usa el mnilagro, antes incluso de que haya terminado de cristalizar, para devolver a la domi- nacion espafiola bases hist6ricas, providenciales y juridicas de una legitimidad que estaba en entredicho. Impone asi su voz por encima de la de los indios afirmando aue el desconocido “debid de ser el Apéstol » abogado de nuestra Espatia, Dios para que los indios fuesen vencidos, y para que no fuesen para se si mismos, recebiendo el bien que Nuestro Sefior les tenia aparexado, y que ellos mesmos agora reconocen’ ,,. Pero si el milagro prospera es porque todos pueden encontrar gracias a él su lugar. El conqui a) tan cuestionada,transformarse en una tarea secundada por la Virgen y su santo patrono; los indios pueden alegar que la conquista no ha tenido lugar y que se tindieron a la dlvinidad gla lalesia se converte en garante del pacto colonial que el milagro hace Irreversible, y la corona encuentra una legitimidad perdida agregando a [a razon divina la tares patemalista de proteccién del indio, La Virgen del Suntur Huasi se convirtié en una advocacién independiente bajo el nombre de la Virgen de la Descensi6n; el emplazamiento de su aparicién, catedral hasta 1664, en un espacio Privileglado que le devolvi6 cierta centralidad religiosa ala antigua capital del impo- 'o; Santiago Mataindios, en un motivo iconogrsfico per se. Ciertas imagenes son Probablemente el eco de las que sirvieron para filar la leyenda. El dibujo de Guaman Poma muestra ya diferencias con la descripcion de Garcilaso de la pintura del hastial Pero también més de una afinidad con el retrato de Carlos V por Vermeyen, entre ella, la victima dinica empufiando el cetro a sus pies (Figs. 13,14) Matienzo se servia ya abiertamen fioles en este r dor ve su labor guerr Los dos milagros de las imagenes fijadas anteriormente. No estan focalizadas en un tinico individuo dad homogénea que permite mas ficilmente una identificacion del indigena con la escena. Es un primer desvio frente a la imagen central de Atahualpa pero la ausencla de un monarca diluye la \isibilidad de fos indigenas {como las mujeres desnudas de la carta de Colén) Puesto que ya no representan ni un reino, nf una soberania, sino una indlanidad, Desaparece el inca y aparecen los indios, un cambio politico importante cuyo Proyecto se esti gestando en esa década de 1560. A cambio de ello, mas qui hasupuest abedon asus funoeres de use en {ann aleaido o cus lo cfereaba doe hares dep). os sabe ios srvicios alas (uo be su asus cavesponden a agin hecho recto del ave rohan ead tetrrio seen fis Posberertetuve gan io dopraagonsno ‘onal posses snus Jerez068: 224 Se elata. que Manco Inca deco esperar recor labora jae Par para que ls expanois ‘ejeran qo “ra dotacato corr ol Cobar [Pamroly aasespelsivar vedas is nsgnas ‘eas yendo a ped a restucen cel ra’ En ‘ezde zalaron qe sgniiabala poses, am laaratila pander su condcen oe tered0 logo” (Gaelaeo 19596, vel 730140). La ceretunen oe ate ecu es compa por ‘be ecrobstiomentemaxfcade La primera ‘ls que cera es asian seve no da (9 justieacon de as gues ae tema Sega en canbo,queioaica en remand ‘Se o.gar un oeor asus, ce au pecza los piss Ferman de Ones 19586 ¥ mina figura Ta) Alps dade cued ena cere onuerae famosas permionaptcar a un dipemaion tan és enel palace dead en 1687 Wars Ge {oe Ings dt Pes [ienes aol Espaa 1050, ‘el 30) Loomer coleras vce parsallauoy ‘ppm bor, onlesque apaacen en eco 1 Manco Capac del manusorto Gain de Ma (Goaso gua dela p39 40, Pras 1948, vl I 3, tac por Heeonyms Coc (enalgrasdesip- ‘tones coun cn grade mberes(ca 155), BuO do Maron van Hetrekook gabe doporDik leet Comment Un sagun trae Hevea pie utos wreos en tanooey cabeane, Manni, muse 36 Paco Ente abungavo Wert sctrelarmagan de Cot lee se pus constr Coca 7, acu S75 os navercsoscaogns da expostenes cele trades parle centerance de Felipe I Caos Paraanvarcion del ming ecentescién dea apaticen Ge apexes Satago ela balla ce Clatjoweae scsi estudio do Sancho loo or 1957 Las acutelasconespondionis a esos stand tos se ereverian en a Amita eal do Nats (fepequcias on La Cron cla 197s es), Batalien 1975, Seto 1680, vl V XX (oaalaclaen quer age (ato partion paatacifarlalecra)Elaeo ‘de Guo Romo exten gran oar raprade en Unmodob del Lv de arqutecura id. ky aunque Yonon ray ee vemelazad por na base que sostere le escuura scoot Pare laesorectonce is tesiaven Ian vease Chast se 7206 (Gade en Boer 176: $0010, Guteraz do Santa Cara 1829, vo Vi: 2¥8 Iba 210 rans 1965, 01 9597, Yas Lome de Goma 1978174, 178 over 1968: 226, Mana 1968: 124 Vere clésico estutio de Lohmann Viena on Mavenz 17 Yer Assadouran 1904, Face 1610, Betaneos 1987 300, Paras dress taretmaccnosy oor 573 36) Tarblnen bs bortos cols Crass ‘Se Mexno(O0. 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El ebelde Juan Sanze Ashuspa oe ura sce ‘tn eli) que ears reaps un en ‘dgunos document aparece car 8 soso ‘ombre dua Sats Husyra Capa Esse 2008 510), Asta zo la Nstooyatia dels ator stata (ac, Paso). ‘os 1902 Veve une ste eica del dete rece en Mer 2001 Nartnez Comparén 1985172173 ‘Arco 1955: 161. E56 pa8a0 08 aio hy 2 isansad Plo de Ondsnede, Para una compazacion exhaustive de a eri- ‘es Guaman fora y Mua ene eet 4e Cuming en Mies 2008 3225, OS INCAS REVS De EU i i ;

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