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Emplane: Leonel Betancourt Alvarez Correceisn: Néstor Niiez © Zuleica Romay, 2015 © Sobre la presente edicion: Ediciones Matanzas, 2015. ISBN 978-959-268. 353-2 Ediciones Matanzas Casa de las Letras Digdora Alonso Calle Sta Teresa N° 27 ¢/Contreras y Manzatto. Matanzas ‘e-mail: edicionesmataizas@atenas.cult.cu ‘www cubaliteraria.com leccién, infografia y disefo: Johann E. Tj PREFACIO A mediados del afio 2008 emprendi el disefio de la investigacion 26n literaria de Elogio de la altea 0 las paradojas dela racialidad, un libro publicado aos después y que me ha deparado desde entonces muchas'alegrias | Habia yo represado de la Repablica Bolivariana de Veriezuela, todavia ae por las sutiles pera inequivocas muestras de techazo con|que acogié mi presencia la mayoria del ‘vecinda- rio de clase media en que hube de vivir durante afto y medio. Me Sorprendieron|d! narcisismo que erige altares al cabelio: 6 Sich) fc ey con leche”,! y él afan madrugador de peluqueras y estilistas, solfcita esp tras sus sillones désde las primeras h¢ mafiana. Tan yirtuosa puntualidad a mf no.me sirvié de'mucho pues, transcurrido mi primer mes de estancia en la tierra de Bolivar, debt ™ seis salones de belleza del centro de Caracas “La primera edict, a cargo del Fondo Editorial Caca de las Amésicas, data de 2012, ® Metafora alusive al mestizaje de la poblacion venezolana, equivalents al -daductas, pero no Iograr| expulsar los, sentimient ‘Ver: “Los grupds de raza subjetiva en Venezuela”, en VV-AA: Cambio emo- _grifico y desigualded social en Venezuela al inicia dei tercer milenio, 8/ zneica nowy | para hallar una especialista dispuesta a lidiar con mi cabello crudo ‘Mi peluquera pasaba por blanca|—como|acostumbramos a decir enesta parte del mundo y era jina persona hacendosa y amable; tanto, que una vez. cerrado su dontrato én el salon de Belleza, la segui hasta|su barrio, en la prolitarizada|zona oeste de Ih ciudad, La publicidad comercial de fos productos de belleza} la nivea apariencia de los actores y condictores de Ta television por cable; la jerga taxonémica que se aplich a las personas segiin el tono de su piel y el trazado de sus facciones; la perversa anjabilidad de algunas sefioras burguesas que declinaban abordar clevadores en mi compafifa; y la actitud vigilante que en establedimientos comerciales elegantes provocdbamos los Clientes de pigmentacién oscura, me persuadieron de que el racismo puede repfoducirse con total normalidad en una sociedad ‘lada por la impronta fisonémica de indoamericanos y africangs en la que las personas blancas constituyen apreciable minoria. | ‘Varias veces durante Ja estancia en Venezuela, me sorprendi repasando mentalmente hechos de mi vida en los que|mi color tuvo alguna importancia, y comp: as respuestas sociales e individuales que observaba con otras integradas a mis recuerdos. Tenia mas interrogantes que respuestas, de modo que me/zambulli con energia en la historia social de nuestros paises, es} da en que esas lecturas me ayudasen a plantearme las preguntas de manera adecuada. ‘Cuando de forma cuidadosa abordé el asunto con amigas. amigos venezolanos, no me sorprendi demasiado al constatar que sus experiencias, dudas e inconformidades sobre la cuestién racial eran parecidas a las mias. Entonces emprendi nal disereta », como yo, cdlaboraban con el pueblo yel gobierno de ese pais en esferas oo el deporte, la educacién y la cultura. Eh Elogio de la altea..., mi primer intento de aprehender —desde la cultura que heredamos y construimos cada dia— las causas de lalpermanencia y mutacion ‘de los prejuicios y pricticas discriminatotias en nuestro pais, estan. plasmadas algunas anécdotas ¢ interesantes reflexiones de esos profesionales, que con toda intencién seleccioné entre negros y mestizos, descendientes directos de obreros, campesinos y amas de casa. Ellos me alentaron a continua las entrevistas tras mi regreso a Cuba. | Por entonces, nuestro exceso de confianza en la infalibilidad de las transformaciones de carécterestruttural se habia atenuad, | | » de hacer las cosds que infundieron confianza en que el ratismo | - habia sido erradicado. a CEPOS DELA MEMORIA/ 9 y comenzébamos a abdicar del entusiasmo positivista que nos ilevé a subestimar el contrapeso que modos de vida y cultura hetedados ejercian sobre el proyecto social en construccién. Los s mas duros de la crisis econdmica, tras la implosion del de a conceptos y categorias filosoficas y politicas, a la memoria, las representaciones sociales, los sentimientos y las emociones, ‘Sucede asi porque las construcciones ideolégicas —el racismo y el antirracismo entre ellas— no se articulan solo con saberes tesricos, sino que incorporan parte de la red de intersubjetividades con que cada individuo nutre su propia subjetividad. En busca de un ejemplo que ilustre la compk contra el racismo en nuestros dias, par! condiciones de Cuba —y cuando digo condiciones no aludo solo al presente, sino también al pasado y al futuro~, acostumbro a comparar su cok més alta, que es la desracializacién total de las relaciones sociales, con la liberacion de una ciudad blogteada que el invasor résguarda con tres anillos defensivos. El primer anillo, el que protege los accesos a la urbe, puede ser identificado con|la naturaleza de una sociedad —Ia estructura de la propiedad) el entramado legal, su ordenamiento institu- ional, el cardcter|de las relaciones soci +¥ como todo sistema de defensa exteripr, es muy sensible alla precision dela ay ‘el empuje arrollatior de los vehiculos| blindados. ‘primer anillo fue destrozado con‘el triunfo del el desmantelamiento de la institucionatidad | burguesa dh Jos primeros tres afios de poder revolucionario. Como fos murod que protegian fortalezas militares y las verjas que eater, elracismo legalizado e institucionalizado fue demolido; las personas negras y mestizas conquistaron dignidad y nadié pudo volver a detenerlas, impunemente, “a la puerta de un dancing o de un bar, o bien en la carpeta de un | hotel”. El cambio de época que la revolucién inauguré para la humilde y explotada mayoria, gener6 una expansion del sentimiento de igualdad social, un estado de cosas y una manera Organizacion de Estados Americanos (OBA), Fidel Castro en la Plaza 7 para repudiar la expulsion de e la 107 zueca Romar | destacé entre los logros de la jgven revolucién haber “...] con- vertido en duefios de las tierras a mi agricultores, asegurado emgieo todb mencionados por el lider de la Revolu multitud con una salva de aplausos. ' tarismo politico ni imposicién alguna, sino una visién comparti de que los cubanos de todos los colores reunidos en la Plaza Civica representaban el espiritu de una nacién decidida a de fin, servidumbres y divisiones. Algunos investigadores, tratando de explicar la inyolucién de la lucha antirracista en Cuba a inicio$ de los sesenta, utilizan ese discurso como ejemplo supremo del paralizante dicto. Pero aquel dia Fidel Castro no decreté nada; hizo inventario de los logros de la revolucién naciente, reafirmé los horizontes del modelo social en construccién y convocé a pensar que la-utopia era posible. Y lo hizo con el lenguaje rotundo y metafético de la politica, con la oratoria inflamada de la Montafia que'tan bien se avenfa a la irreverente juventud de Ia revoluci ; En Cuba no extirpamos el machismo y la iiferiorizadicn dela mujer en 1962, pero nadie alude a la Segunda Declaracién de La Habana para argumentar la permanencia del mactfismo en nuestro pais, ¢ incluso su incipiente restauracién en! familias stibitamente enriquecidas donde el hor impone su condicion de monopélico proveedor, en mujeres coh calificacion i que retoman el delantal de forma permanente o en el recrude- cimiento de la violencia estetizante contta la mujer. Por és0 creo que no. puede atribuirse a una alocucién, aunque a nonbto ocarcn eomtan op ares or yt inet eentete ered ane CCEPOS DE LA MEMO! pronunciada por el lider maximo, la capacidad de inhibir 0 clausurar un debate. Mas bien he Iegado a pensar que, desde entonces, interpretaciones opuestas de aquel discurso emanci- rio confluyeron a Jo largo del tiempo, paradéjicamente con similares resultados. a lectura entusiasta y un tanto ingenua de las masas y de buena parte de la intelectualidad desestimulé el debate, al legitimar —con sus loas o su silencio el fin de la discrimi racial en Cuba. De esa circunstancia se aproveché la lectura aviesa, conservadora ¢ interesada de los que, aun militando en la revolucién, no |ereyeron necesario llegar hasta cl final; los convencidos de que se puede construir el socialismo sin devastar el entramado ideosimbélico erigido en el siglo xx para aherrojar la utopia de la igualdad. Apalancado por el dogmatismo —con su tendencia a confundir igualdad politica e igualdad social—, y por una obsesiva bésqueda de la unidad ante el enorme desafio sma de la desunién, El est presente en la correspondencia del exiliado Félix Varela, en las pugnas entre los gobiérnos civiles|y militares de nuestras gestas independentistas, en la prédica en de José Marti, en los perentorios despachos militares de Antonio Maceo, en el resignado alejamierto de Maximo Gémey, en la polémica aprobacién de la nda Moria, en el fracaso del Movimiento de Veteranos y Patriofas, en Ja frustrada Revolucién del treinta y en la compleja construccion del consenso por parte de las fuerzas revolucionarias, que Fidel Castro protagonizé entre 1959 y 1965. La permanente amenaza de una potencia|imperial a noventa millas de las costas cubanas, acrecent6 el valor de Ja unidad y reforz6 su inmanencia en el {el siglo xvm hastai nuestros dias, la aplicacién Jaigualdad a proyectos politicos caracterizados por la diversidad de sus protagonistas, ha sido fuerite de debvelos de lideres y visignarios. A pesar de sit distancia fisica y ral, descubro vasos ¢omunicantes entre la madre de las revoludiones, el mundo de la politica y los politicos a|partir | ses0 cubano, cuando leo pasajes de und obra al galo Pierre Rosanvallon: 127 zmeica Romar [..] el Estado apuntaba/a trans Jazo social. Se daba por misi equivalencias e1 rel ‘mantenian entre ellos. me i Procedis Tescate permanente de la diversidad de las apariencias. Se aplicé asf{a actuar sobre todo lo que sensiblemente gobernaba el lago social —la organizaci6n del espacio, \gua, la medida de las ‘cosas, la memoria misma— para instilar el sentidb de una ‘igualdad de pertenencia [...] La evocacién de un lazo de familia entre los ciudadanos, en efecta, los invita a una espetie de reeducacién de la mitada. Propone |corregir mediante el calor de los sentimientos y, de las fdrmas de afecto las distancias funcionales Lo cierto es que en Cuba, ante la apelacién a la uhidad, la batalla se detuvo y dos de los baluartes del racismo quedaron casi intactos. En Elogio de la altea... me propuse recorrer los bastiones que articulan el segundo anillo, cuya funciin es proteger lds puntos josas} cabildos de nacion y sociedades de ayuda mutua; sindicalistas, maestros y Ifderesas feministas; ateos y creyentes; trabajadores y campesinos; anexionss y ptrigtas, C Enfrentados a un segundo anillo que ha sido refor: zado por nuestros prejuicios y miedos estamos hdy, ejtcito ain disperso cuyo Estado Mayor discute alternativas para la reconquista de la ciudad. Yo suefio con aportar a la confgrmacién de un) plan de ataque, y digo més: suefio con integrar la vanguardia de ese jército, no solo por mi condicién de mujer negra, también porque soy cubana y madre. Comprendo, no obstante, que ahf no terminaria todo. Cuando el segundo anillo caiga, atin tendremos que enfrentar una defensa irregular, con toscas barricadas, francotiradores camuflados y emboscadas que complicarénel pasp 7 I Pierre Rosanvallon: La sciedad de los iguales, pp. 67-68 y 78. (CEPOS DE LA MeMoRIA/ 13, por callejuelas y zaguanes: Para liberar a esa amada y mitica ciudad de los grilletes del racismo, habr que pelear casa por casa y enredarse en combates cuerpo a cuerpo. Los discursos — teolégicos, cientificos, artisticos ~ destinados a naturalizar la jerarquizacién racial del género humano, se erigieron sobre algo inexistente y, como los animales mitolégicos de nuestra infancia, generaron un corpus narrative donde realidad y fantasia se confunden. La racializacién de la huma- escamoteos, trampas y silencios. De ahi que Cepos de la memoria pueda ser un libro inquietante, tanto como narrar historias de aparecidos en una noche oscura y tormentosa. Ya sabemos que “[...] no es in «raza» la que constituye una ‘memoria biolégica 0 psicoldgica de los hombres, es el racismo el que representa una de las formas ms insistentes de la memoria hist6rica -rnas, Fl racismo es lo que continta operando del pasado y de la actualidad en la que se despliega la percepci6n colectiva de la historia humana”,Y Esa percepcion sHipada construye teorias alucinadas, coartadas y justificaciones| de gran versatilidad y resistencia. Cuarldo es rechazado por Iq raz6n 0 el sentimiento, el racismo existe en el instinto y la emo¢ién. Negada por filiaciones ideol6gicas, diseursos éticos y preceptds educativos; la diéctil nocién de raza afldra en frases y compottamientos cotidianos, y en|estados antmi oe tan evanescentes coino la aprensiGn y Ia inquietud. Porque la raza, —asever6 Femando Ortiz— “[...] es un fantasma, raiser te por ser creado por la fantasia; pero el terror y el don con que se | ‘expresan los racismos no son imaginativos sino verdaderos”." En nuestros paises —los que fueron invadidos, diezmados, esclavizados y clasificados en virtud de atributos fisicos totalmen- écidentales ee considerado blanco|o negro tiene conse- ‘6 que impactan en varias esferas de la actividad social de las personas, sobre todo en aquellas en que los avances y los ascensos dependen de las cualidades que te atribuyan los dems. Como e} color de la piel tiene significacién social, a la 147 zueica tomar | ctiterios clasificatorios y se le recgnocen jerarquias, validadas en relaciones sociales que jasocian determinadas cualidades no solo a colores, también a tenalidades de la piel, Ese proceso ocurre en rluestra mente, y no por $ubjetivo deja de ser|parte de la realidad cotidi Jues se trata de la forma en que fe ves y la manera dh que te perpen stros| de las expec- sntas gue genera tu apariencia. Nadie nace blanco, mestizo; sencillamente se co no importa el color Ge ia que exhiba la epidermis, Fruto de zo que hasta bien entrado el siglo xx hidieron los|caribefios de clase thedia a la vestimenta de colores viyos; la poy entre las mujeres negras alcanzaron técnicas de alt cabello con crecientes niveles de spfisti¢acion; a |r Jos estadounidenses negros a comer melén en piiblico; o la incomodidad que en muchos desdendientes de genera la palabra negro si se utiliza para aludir a jana persona,, no importa el tono en que dicho vocablo sea iado. “La realidad econémica y sot ‘ocultural del racismo en Latinoamérica —nos dice el sovilogo y ta holandés Teun A. Van Dijk— se basa en formas de|discriminacién tales como la subordinacién, la marginacién o la exclusién, que derivan de una distribuci6n desigual tanto de los recursos de poder material como de poder simbélico. Ast, por lo general, las personas de aspecto africano 0 indigena tienen un accéso limitado al capital, a la tierra, al trabajo, ala vivienda, a la educacién, a la|informacién, al estatus, a la fama, al respeto, etcétera’."2 | La subordinacién racial es el resultado de un|largo y con- solidado proceso de dominacién, que constrayé mecanismos de reproduccién no solo en el Ambit) econémico o politico, sino también a nivel de la subjetividad, estableciendo| nexos carac- terizados por su interdependendia. Las relaciones sociales legitiman, en cada momento histérico, las representaciones sociales qué cualidades me definen y cuales card otros; y ambas sustentan los procesos de construccién de las. identidades sociales —quién soy y, quiénes son los vvez, las identidades nutren constantemente las representationes —de m{y de los ofros—, condicionando como nos. Tlclorgmes, i { | "Teun A, Van Dik: Doninacin étnicay racism dscursivo en Espaia y América Latina reise sot rcisas en Teresa, . 102 \ cerOS DE LA MEMORIA / 15 Cuba constituye, ano dudarlo, una excepcionalidad hist6rica, en virtud de sucesos y procesos en los que el pensamiento social, el ideario pedagogico, los proyectos e instituciones culturales, el periodismo, los movimientos estudiantiles 0 las corrientes artsticas y literarias han sido promotores del cambio social. La fuerte interre- lacion entre cultura y politica esté en la base de sus particularidades y de su notable influencia, muchas veces desproporcionada en relacion con su geografia y al tamafo de su poblaci6n. Pero a la vvez, por su tbicacién, su historia y sus variados intercambios con los territorios vecinos, nuestro pais forma parte de una regién cultural con la que comparte representaciones sociales, simbolos {dentitarios, religiones, oralidades, masicas, danzas, manualidades ytodoun uniferso de précticas culturales; acercamientos y simetrias muy relacionados con la forzada didspora africana y sus aportes a Ta conformacién de las naciones americanas. Debido a su historia, ‘Cuba es parte muy importante de Afroamérica.!™ Consu, de la realidad cubana actual y de sus cercanfas hhistoricas a que sufrieron el flagelo de la esclavitud, Copos de ta memoria intenta demostrar:que la raza es “la marca en el cuerpo de la posicion que se ocupé en a historia” *y que tanto la posicion como su marca tienen consecuencias en las sociedades contempordheas, Las relaciones de dominio, siempre prepon- derantes enj/el universo material, solo se completan|si logran extenderse 4 la subjetividad e implaniarse en el imaginario de dominados, haciéndoles compartir url mismo y jo modo de aprehender Ia realidad, mediante nes sociales cargadas de éstereotipos* | Y# Nocisn legitimada académicamenté por un gfupo de intelectuales partici- pantes ene Primer Congreso Demografico Interamericano, celebrado en | Ciudad México en octubre de 1943: Bajo la direccién de Fernando Ortiz, spora africana en las América cauces proflridos de la raza "en Critica y Emancipacién. Revi fo griego Comelius sginaria de Ia sociedad, 16 / zuveica RowaY liar el componente ico de las relaciones i lo de mal que do racialidad|-, este libro pret mar la atencién sobre el intimo combate que debemos librar contra nosotros|mismos para deser 10s, le una ved por todas, de predisposiciones psicolégicas y cbnductas instirftivas. Para que no nes aceptemos tal cual = ni jstifiqu nuestros actos y Sentimientos vergohzantes, esqs que callamos para simular = no exi fon nunca. Pero jaquf la racialidad es el camino, no la meta, Nuestro Pasado cplonial constrayé ataduras que trascienden Iq epidermis y refuersan, en el plano ideal, la conidicion subalterha, prorro- gando er alguna medida el sistema de jerarquizacién social que Ja explotaci6n colonial viabiliz6. Si el ¢uerpo queda libre pero la mente sigue encadenada al pasado, ¢ a la reproduccion adap- tativa de las relaciones de subordinacién que ese pasado Pautas establecidas por quienes nos déminaron una vez, creando condiciones para que continéen hagiéndolo, ahora desde la prision de nuestra mente" | No somos culpables de ser fruto de una sociedad esclavist que terminé esclavizéndose a s{ misma, y mas aa después no ha completado su emancipacién. Lo seremos sino interrogamos a la historia —nuestra historia— y, como escribis Aime Cesaire, asumimos nuestro pasado para conyertirlo en Punto de apoyo y seguir hacia adelante! i En a Esquina de Tejas, Muni¢ipio Cerro. atfil de2015. [eat eeepc corny pet oe et pene engendr6, los modos de pensar y — sguirén las * id, cosmovision o conciencia colectiva, expresé la intencién de superar el determinismo, : tnd y elas fo en las América o Ddcuen sobre lacing ie Aim Care en Ia Uiversidod de la Fld 26 de eens ac tt | | | UNA‘MIRADA A LAS RAICES | | | Laesclevitud era, en verdad, a sume de todas las Ta causa de toda angustia, la ratz de todo WEB. Dubois primera|imagen que guardo:de Catlos Manuel de Capes rete die tes ca ate nae eee moracisn del inicio de nuestras guerras de independencia, en el pequefio tio de una casona convertida en escuela. FI chico. de unos diez. afios que le represenitaba, tocaba nervios: imente su incémoda perilla y repasaba con su mano derecha las semirra- padas cabezas de cuatro condiscipulos, todos negros, quienes ‘empufiando|sus machetes de madera se declaraban dispuestés a ‘morir por ldjlibertad de Cuba. Yo tendria unos seis afios, y proba- blemente aprendia a leer, como todos, entre ceceos y gagueos, ilusionada eon la perspectiva de prescindir pronto de las escenifi- caciones escolares y las desganadas lecturas de mis mayores. El recuerdo emocionado de aquella mafiana de octubre me acompafié ‘Horante mucho tiempo, reafirmado hasta finales de la ensefianza secundaria por las epopéyicas rememoraciones de mis ‘maestros de toria. La idilica visién se mantuvo hasta que, 7 ae 1 gesto de Céspedes, sus disposiciones respetuosas ta Famer institucién pocos dias después, y su timido decreto le la esclavitud, en| diciembre de 1870, i la refiere que, el 12 de noviemts poner a disposicién de tribun: 207 2U8ICA ROMAY nuestras libertades es suficientp para cohsiderarlos ya regenerados y flanquearles toda la indep. ee que con sujecién a las leyes tienen indisputable deracho" * Con el tiempo comprend} que la Revolucién del 68, como cualquies proceso de ruptura con el pasado, tuvo Mdiferentes niveles tat ¥ que las circ as econdmicas, por su incidencia sobre el acontecer social, pueden ser la ola que arrastra ¢ el dique que detienel Solo cuando el sistemalplantacio- nista, bagado en el latifundio y la mano de obra esclavizada, result6 iniviable por sus pobres renditnientos, bajos hiveles de innovacidn tecnol6gica, altos costos de produccién y cdstos social todavia mas altos; el patriciaddo cubano, aurique teme- icipador espiritu de Haiti, se rindié a lalevidencia del inevitable fin de la esclavitud. Las prevenciones catastrofistas de Ios terratenientes cubanos contendieron siempre con el ideal de independencia hacional y frateridad social de la vanguardia ideol6gica decimohonica, en virtud de la tradicién cultural tzica y racista én que las élites criollas fueron educadas. Se asi una doble paradoja: por un lado, la del ideal republicano| que se abria paso en la metr6poli, dando la espalda al estatus ¢olonial de las posesiones de ultramar. Por el otro, la del liberalismo cubano, quelse echaba ‘en mullida cama a sofiar patria y libertad mientras decenas de miles de africanos y criollos esclavizadas malvivian en los barra- cones de la gigantesca plantacién en que se convirtié Ia Isla. Tratados como objetos que podian ser.”[...] permutados, alquilados, vendidos, retasados, rifados, canjeados, legados por disposicion testamentaria, usados para pagos de ceudas y para entretenimiento de sus duerios [..|’? laxevolucién de Haiti mostr6 allosesclavizados de Cuba otra =: ladanos.| A ello se oponia una élite que, empefiada en con: '8u parasitario estilo de vida, intensifics la explotacién de l| mano de obra a niveles inconciliables con Ja cautela econémicalaconsejada por el fin de la trata y el alza incesante del mercado de esclavos, Ninguno de los proyectos civilistas elaborados por la vanguar- dia intelectual cubana durante la primera mitad del siglo xx be Elda Cento Gfimer: ob. it, pp.209.210. | 7 Oriiio Cosme Diaz Bente: Verdades ote dela ecitud lcamar de, cautions, p. 6. | CEPOS DE LA MEMORIA / 21 P08 DEA memoria / 21 Propuso Ia abolicién de la esclavitud; mucho menos se intenté confrontar al régimen colonial con una propuesta especttica, Solo Félix Varela concibié —cuando Inglaterra y Francia no habian erradicado el régimen escla jas—un “Proyecto de Decreto sobre la abolicién de la esclavitud en la Isla de Cuba y sobre los medios de evitar los dafios que pueden ocasionarse a la pobl blanca y a la agricultura”, con el Propésito de someterlo a las Cortes de Cadiz en 1822-1823, intencién frustrada por la disolucién del foro y la caida del *gimen constitucional bajo la presiGn del ejército francés, cuya invasion hizo posible la restauracién monarquica y la derogacion Por Fernandes) VII de la Constitucién de 1812. Afios después, las Cortes constituyentes instauradas en Espaita por la revoh liberal de 1868, promulgaron la Ley Moret o “de vientres libres” * inutil y pernicioso aplazamiento de la abolicién que, estiréndose hasta 1880 con mada Ley, del Patronato? agotarfa su capacidad ws fencién en 1886, Los terratenientes criollos lograron inhibir durante casi medio siglo el debate puiblico sobre la esclavitud. Su propaganda antiabolicionista —favorecida por las autoridades coloniales, y secundada pot importantes periGdicos habaneros— apenas tenia contrapeso, y las fuerzas conservadotas de la peninsula les respal- daron para impedir la aprobaci6n de una Sociedad abolicionista "La Ley prepar [. dea abolcion de Ip exclavtud, cy nombre kona se asocia Sepsindo Moret Prendegast micmvo dele Sotalol, "ta Espafolay Minsto de Ultram, dere la Ifoerad inmediat polo excavizados mayores de secenta as la abolcén con indaseccen oe esclavos nacidos desputs del 17 de septiembre de 1868 oo rts par asta fale, ios espace logtaron I profbiton de ena na de 1883, i | en Cuba, Contaron con Ja complicidad ie los funcionarios de la Corona para abortar las iniciatiyas legalés de corte antiésclavista, © atemperarlas a sus intereses. Incentivaron flujos informatives y matrices de opinién dirigidos 4 aterrori fl lites metropo, litanas conlla probable extensiéh a Cuba de la rebeldia haitiana,!” ‘mientras forjaban con Ja buro¢racia civil y| iitar un alianza asada en trafico de influencias y la egotiacion de éuotas de 22.7 ZuAcA ROMY participacign en el contrabando negrer: La corrupcién generalizada que entronizé la esclavitud y su ‘metastasis bn el cuerpo social fueron denlunciadas por ellbritanico Richard Madden, superintendente de enhancipados," para quien Ia cubana tra una | [...] donde et que ha adquirido sus riquezas en el abominable tréfico de negros, disfruta, por favor de su soberano, el tratamiento de «Escelencia»; donde el prospero mercader de carne humana, retirado ahora del tréfico, es un noble del pais; donde el forastdro que atin prattica este lucrativo ramo del comercio sobre la costa, es el compafiero jovial de los magnates comercialey de la comarca|y donde hasta los ajentes de los gobiernos ektranjeros son stludados ‘como los protectores privados del tréfico de negros, cuyo Progreso conocidamente desean.” ‘Miles de personas fueron escamoteadas en los padrones de esclavos para evadir impuestos, y otros tantos emancipados se utilizaron como reemplazo de esclavizados que habfan fallecido, * Ada Ferrer, en su articulo “Noticias de Haitf én Cuba’, analiza Ins fuentes, destinatarios y canales de propagacién de lag noticias que sot Uegaban, y la manera intencionada en qu i to de los aeuerdos suseritos en 1835 para la supresion dela trata esclavista. Fue resporsable dela puesta a buen recaudo de los manuseritos de Juan Francisco Manzano y la tradue- cin al inglés de Ia primera parte de la autobiografia y algunas Composicio. nes del poeta esclavizado, » “Informe del Dr. Madden sobre la exclavitud fn Ta isla de Cuba”, Alexander y Richard Madden: Ohseroaciones sobre la esclavitud y come «sclaoes,p. 5 En todas as referencias textuales|he respetado la ortograia, Spe de tas enfassuiizados por los auiore CEROS DE LA MeMoRIA/ 23 incluso antes de que las autoridades a cargo decidieran sus destinos.® Presionados por las criticas de Inglaterra y los Estados Unidos, cuyos gobiernos negociaban un acuerdo para impedir el trafico de africanos hacia América, las autoridades metropo- litanas promulgaron en septiembre de 1866 un real decreto —elevado al rango de ley en mayo de 1867 y puesto en vigor mediante reglamento trece meses después— que dispuso la realizacién de un censo general de todos los esclavizados y declaré libre a toda persona de color que no estuviera inscrita, asi como a las que, en adelante, nacieran de ellas. Segiin el historiador espafiol José Antonio Piqueras Arenas: Elempadronamiento se verificarfa en esta ocasion mediante inspeccién ocular de los funcionarios, procurando hacerse enel mayor ntimero de poblaciones y fincas simulté- dades cometidas por los fundionarigs en el desempefio de esta labdt. Pot vez primera a ley contemplaba tanjbién la idad de que las autoridades realizaran registrps en el le las fincas en persecucion del tréfico de bizales.!* lo, los esclavistas perseveraron en sus estrategias fraudulentas, Bes otro recuento, realizado en 1871, declard 75 668 ] 7 llamo emarepaias ao afcaos eos en ror nage inlercepiados y apresados por les buques encargados de patalla los mares ‘para evitar Ia trta, : iratado anglo- ran personas libres, condicion que no siem- pie se revalidabp pues estos nflices eran conucidas a “cepeaitos, donde debian esperar Hasta que se decidiera su nsignacion labora, por no fas ce 5 vo de empresaros, funciona ara el jercicig de la bert Lalindefen, ipas y los funcionarios que les debfan proteger, Por kjemplo, mia Figuere cuenta ue maclosemanelpaos Econ ext traldot de los deposits con certindos de defulony vendidos nego cone eselaves. (Ver d¢ este autor: Estudios sobre la isla de Cuba: la == | eras Arenas: “Censos lato sensu. La abolicién de 1d esclavie 24 / ZULEICA ROMAY cautivos menos, a contrapelo {le la reduccion significativa de los Procesos de coartacién que venia experimentandose tlesde 1860 y de la disminucién de la mottalidad lop ingenios, influidas por los altos precios (lel mercado de esclavos.® Cuando se publicitaron las nuevas estadisticas, la Ley Mot cos resultados que exhibir, por las cpnstantes recl: nes y solicitudes de prérrogas de instripcién de los hacendadbs, quienes, ce ademas para retardar, habta finales de 1872, la pu- blicacién jdel reglamento que 1a impleinentaba, la mirida golosa Jos altos precios que por entonces alcanz6 dl azticar. Los afios setenta del siglo.0x, aunque iluminados pot el ejemplo de miles de afticanos y descendiente} incorporados al Ejército Libertad@r, no hicieron honor al antiesclaVismo radical de la Constitucién de Gudimaro, ya que’ la mayoria de Ips esclavos cubanos permanecieron inequivocamente esclavizadds [...], los hhacendados mantuvieron a los hijos f esclavos trabajando sin aga en las plantaciones, trataron de negar a los registrados el acceso a las listas que | Se situaci6n, disputaron la edad de los ancianos, y cabil busca de limit tradicionalment Particularmente los emancipados, que legalmente no eran esclavos pero tampoco eran libres, ya que como seres originarios de Africa se consideraban no-personas destinadas a la condicién servil, fueron objeto deinnumerablesabusos y de un infame trifico doméstico, Sus periodos de “aprendizaje” podian ser renovados indefinidamente para sustentar negocios en los cuales partici- aban, con grandes beneficios econdmicos, hacendadbs, comer- ciantes, contratistas y funcionarios colores, sobre toile a partir dela gubematura de Miguel Tacén.” A Leopoldo O” Dorel, uno de on en ag concesiones ptorgadas Bl registro de 1867 arrojo una cifra de 363 288, Le ao solo se iban 287 290 personas en condicion esélava, un 21% menos. (Rebicea temasicipacin de tos esclavos en Cuba. La transcin al trabajo libre 1860- 23). los trabajos de los cafetalese ingenios. Incluso se les «vendiaw récticamente, pues se cobraba por dichas cdnsignaciones, enumascaranp a CEPOS DE LA MEMORIA / 25, sus émulos en las corruptelas de la capitania general, se le calculan mas de 1100 emancipados “desaparecidos” durante los cuatro afios y medio de su mandato."* En mayo de 1880 casi tres quintas partes de las personas negras y mestizas ya eran libres," como resultado de los procesos de coartacién Uevados a cabo desde el siglo xvi por iniciativa de patronos y esclavizados y asentados a lo largo del tiempo como derecho consuetudinario, de la aplicacién de la Ley Moret, ast como del Pacto del Zanjén, controvertido tratado de paz sin independencia que, en cumplimiento de su articulo tres, otorg6 la libertad a unos 16 000 combatientes entre ambos bandos, ‘emparejandg asf los derechos de quienes Iucharon por ertadicar Ia esclavitud|con los de aquellos que, del lado de Espafia, derra- maron su sangre esclava para mantenerla. Sobre el particular, el anélisis estadistico de Piqueras Arenas precisa: Al cerrarse el padrén de esclavos el 25 de enero de 1880 se determind que su némero ascendia a 204.941, 15.345 mas de los dleclarados en el censo de ‘1877. Habia ottos 26.758 esclavos cuyos propietariés reclamaron que fugran afia- didos, y 5.365 més figuraban inscritos en el censo adicional de 1871 y ahora no eran reconocidos. Todo apunta a que fos 32\[23 pendientes de \califidacién eran esclavos no censados en anteriores padrones y que los hatendados rene nuevo intento de legalizar su ar fin de ver prorrogada su pertenericia. El total de esclavos de fdcto era aces } | Todavia fn 1881, un afio después de la publicacion de la Ley del Patronato, los esclavistas seguian requiriendo prorrogas para Ja solicitud de certificados de inscripeién de sus patrocinados en los registroy, La subdeclaracién del ntimero de esclavizados weraciones con supuestes donativs entregados por tales pro las obras pablicas”. (Verde este autor: ELondenamizt juriico ‘ratamento defense y rpresion de os esclaoos en ls clon dela ola. http:// www larramendi.¢s/i8n/catalogo_lmagenes/ ath=1000202 [fecha de consulta: 2/ 2/ 2013). Inés Rokién dt Montaud: “En los borrpeos confines de la eleawde io ipados en Cuba, 1817160" pp. I 26 / ZULEICA ROMAY | beneficiarios dela ley fue denunti: ida por la Sociedad Abolicionista Espafiola la que estimé en 71 000 los jndiyiduos escamoteados en el censo de 1877, pues “[...]|no nacieron después [dé 1870], ni fueron apresados como cit ss [y] tampoco declarados como esclavos por los tribunales” | | La valoracién de las estadisticas ppblationales dé la época reafirma fa justeza de Ia denuincia, con todo y la equtela con que debesnos manejarlas.” En julio de sulo fle Hacen- dados reporté a la administracién m\ a sqlo 25 000 esclavizados; pero las autoridades coloniales habian ihformado a finales de 1883 la existencia de 99 556 patrocinadbs.™ Si se tiene en clienta que el promedio anual de ¢sclavos liberados a partir de 1881 fue de poco mas de 18 000, n¢ resulta crefble que en solo dbs afios (1884-1885) le haya sido devuelta Ip libertad a 74.556 esclavizados.* La incongruendia entre los datos aporta- dos por los propietarios y la informacién oficial publicada, evidencia el fraude cometido. Durante sus accidentados procesos de emancipa¢i6n legal, mujeres y hombres esclavizados, sobre todo en las ai urbanas, ae Cuba (Revista Cubana, 1885, exactitud el niimero de emancipados sobre lacifra de eslavizados al comenzat ‘mayo de 1880, Juan Pérez de la Riva en secundaria para la historia integral de Cuba’ (mmanuscrito), argumenta cémo diverses coyunturas econdmicas y poiticas provocaban omisiones y falsifi- caciones de los propietarios, lo que afectabs la fiabilidad de los censo$ de fete) ny oh sp ens de rere caPOS DE LA Memonua / 27 contaron con la solidaridad de familiares, amigos y cofrades ya libres, y con la asesorfa de abolicionistas activos para enfrentar las argucias de los patronos y la negligencia culpable de los fun- cionarios dela Corona, Requirieron aprenderse los textos y subtex- tos de la legislacién colonial, pero también aplicar sus conoci- mientos sobre la psicologfa de los amos y las virtudes y vicios de los funcionarios. Lidiar con las trampas y subterfugios de nuestro dilatado proceso de abolicién fue, para los cubanos descendientes ‘icanos, la primera leccién en el largo aprendizaje de la ejemplifica 1 escenario de confrontacién que configuré la engafiosa ley|de 1880 y las medidas de represién de la protesta por parte dé las autoridades coloniales, con las suspensiones y multas aplicadas en 1882 a los directivos de Demécrata y La Discusién, por sus criticas a las limitaciones y trampas del| patronato, que la primera de estas publicaciones consideré “[_ .] inmoral, anticristiano y una mancha qué empafia la honra nacional ante el mundo civilizado” > ‘Laman! cuenta de las medidas coercitivas adoptadas, probabl principios pi 1880, con El Pueblo, primer periédico di Martin Morda Delgado: “El gobierno espaftol, debido allas ideas que propagalba Martin Moria Delgado, le cerr6 el periédico en esta etapa, reapareciendo semanas después como «semanario politico y de intereses generales» |...] en esta segunda aparicion se publicaba los domingos” ”” : frema constatar Ja falta de atencién que, salvo académico,¢ intelectual cubano ha pres- periodistas negras del siglo xxx Ios que ibilizados en un compendio referencia] como el » pln as gu Hej pons en eid cake 878. (Chapeau: El negro en et periadismo cubano en el sigla xx, p.16. i—* causas adicionale \perante pudieran explicar la aparente periodismo negro de la époea. ZEl intento de reducir al silencio una personalidad descollante como Mora Delgado disuadié a otros periodistas negros | mulato$ de asumir posturas radi- cales? 2E1 cardcter efimero de la mayoria|de estas pliblicaciones dificulté que articularan y com discursol claramente antirracista? 2Era la protesta contertida|del periodismo negro- ‘una de las reglas no escrifas impuestas por las autoridades sa 20 la aparente ausencia (le conflictos fije resultado de efectivos mecanismos de autocensura?i La Iley de Imprenta, definitivamente aprobada en 1886" represeiit6, sin dudas, una conquista dn Ia batalla por los derechos civiles due entonces se libraba, un paso hacia la civilidad republicana por la cual luchaban| tanto separalistas como autonomistas; si bien sus libertades y alcances fuergn limitados por los mecanismos de sujecién politica de la metrbpoli. En su ' alegato’ anticolonial intitulado Cuba y sus jueces Raimundo Cabrera sefial6 el ambiente de inseguridad ciudadana, el negli- gente ejercicio de imparticion de justicia y la falta de garantias Jegales existentes, asi como las acciones de coerci6n eintimidacién que se ejercfan sobre los publicistas, En su opinién, la Ley de Imprenta “[...] tolera al periodista tratar de todo lo que no esté prohibido, que le leva al destierto 6 las cérceles por infringir la pro- hibicién y que consagra la inmunidad de los abusos del gobierno, convirtiendo las censuras de los actos administrativos en injurias contra la autoridad” | Dada la fragilidad politica y legal del sector letrado de los calificados como no blancos, cuya capacidad de maniobra frente a los poderes coloniales era muy fe a la de la prensa » Para mi sorpresa, la ica edicién de este valiogo texto de fonsulta ome figuras dela Iieraturay el periodiamo, coho Rafael Serra Montalvo y Mar tin Moréa Delgado. Noaparecen entadas dedicadas a dos caro proyectos de Juan Gualbero Gomez: La Fateridad y Ea Iguaad, ni siguiera porque el aitimo de ellos se considers érgano oficjoso del Partido Revolucignario Cubano; y tampoco se mencionan dos de lo 6rganos mas importantes dit? sidos por Morda Delgado: El Pueblo La Nucoa Era | » La promulgacion de la Constitucin liberal espafiole, en 1876, inéyjo un reljamiento dela corn politic en as colonas de ultramar. Aa, eh 1878 comenz6 a regir en Cuba una Ley de Imprenta con caréter provisional [a cual se actualiz6y preisé tuna ver abolida la esclavitud » Raimund Cabrera! Cu y sus jueces(recticaionesoportunas), p. 29. CEPOS DE LA MEMORIA / 29 autonomista, presumo que diversos mecanismos de coaccién inhibieron la radicalidad de la prensa gestionada por negros y mulatos, hasta que nuevas condiciones la hicieron posible, una vez proclamada la rep laetapa que nos ocupa, el discurso racial de ese minoritario sector periodistico se caracteriz6, en general, por su insistencia en el esfuerzo que cotrespondia hacer a las personas negras y mestizas por “superarse” e igualar las cotas del hombre blanco en los émbitos de la educacién, la cultura ¥ el trabajo, Mensajes exhortativos como el siguiente expresaban las aspiraciones inmediatas de diferentes clases y estratos: truyémonos, mejorémonos, en cuantonos sea posible, apartémonos de todas esas costumbres incultas que por largo tiempg nos han sumido en el atraso; releguemos al olvido encores y caprichos pasados que al presente no tienen objeto; y de ese modo estaremos preparados para entrar de eno ef el lugar que la dignidad humana y el progreso por justa ley nos depare.* ! Por 2 hombres negros e ilustrados como Juan Gualberto Gomez, Martin Moréa Delgado y Antonlo Maceo constitufan, por su conducta 0 sy discurso, ejemplos peligrosos. La opi icialista —de la prensa, las sociedades, clubes e ins. ieron al promdver como ‘a aquellos negtos y mulatos cuya ejedutoria no cuestionara radicalmente el sistema de dominacion imy | ' ast, pues la tertulia delmontina —germen de Pacificos arsuetipos literarios como el Francisco de Anselmo Suarez y Rot exalt6 la excepcionalitdad de Juan Francisco janzano, unl negro manso que, al elevarse socialmente desde el sfuerzo individual, Proporcionaba evidencias de los maravillosos tos de 1a cultura europea sobre los afrocubanos de fibra cepcional, Otros, como José White y Claudio José Domingo Brindis de Salas, suscitaron la complacencia y admiracién de las lites mient se mezclaron en politica. Cuando lo hhicieron, impatia y la opinion, las autoridades cbloniales como fuete deimayoral, prohibiendd u obsta- tas al pais: Ambos murieron lejos de Cuba: } ol nh 30 / zuvexca Romar | White, en Parts, probabl de vejez; Brindis de Salas, tubercu- Joso y solo en Buenos Aires, apresadalsu grandeza en el refulgir de un medallén de oro y la dpacidad de un desastrado corsé. El poder hegeménico enaltece siempre al subalterno de cualidades especiales que acepta el re iento indlividual y, a cambio de ello, no perturba el fu | sistema, Explig 10s, si no, la desapariciéa del libro de pinturas del martirizado José Antonio Aponte, especie de manifiesto pre- negrista fenerado por el talento artistico de un d liente de africanos, quien recreé un mundo de, protagonismo|negro, con hubiese ispensado el mismo tratamiento que “beneficio” con el destierro a conspiradores mucho mas comprometidos en la lucha contra el poder colonial. Preguritémonos qué causalidades editorial cubano durante mas de un siglo" Eldecenio de los ochenta del siglo xx comenz6 a ajustar cuentas como diverso, sobre la cientificidad de los enjuiciamientos de que eran objeto los africanos y sus descendientes; {a rreinsercién social de los exesclavos; y el futuro de un pais de ma- niatada economia colonial donde los recién emancipados repre- sentaban la octava parte de los ciudadanos. : Notables obras literarias de variado perfil van alacompafiar las discusiones que tienen lugar, como casi siempre, er{los estratos superiores de la sociedad, fuese por ee ° a H ® EI silencio editorial cubano en torno a la novela de Ger ‘Avellaneda, publicada en 1841 en Madrid yen 1920 en P ‘en ia Isla hasia 1963 (calvo la edicion por entregas relizada én 1883 por la revista habunera EI Museo), se debi a su confrontacion de los estereotipos y rormas sociales reinantes en la colonia y en el modelo de repablia que le sucedid. Que el esclavo Sab —transgresoramente culto y de buenas mane- ras, amara secretamente a la seforita Carlota; y que sina mujer blanca aunque pobre, como Teresa, ofrecierasacrifcar su amor por otro hombre y tnirse a Sab, para compensar au adoracion kstéil,reivindicaba ideaes!ret- dos con Ios paradigmas racists de la época. (CePOS DE LA MEMORIA 31 periodo, que inicia con la publicacién en New York de Francisco, EL ingenio o tas delicias del campo (1880) —la novela que Anselmo Suarez. y Romero nunca pudo ver impresa— y de la versién definitiva de Cecilia Valdés (1882), continga con Ia reedicion de los textos dispersos que Antonio Bachiller y Morales dio en llamar Los negros, y la publicacion de Poetas de color, una precursora antologia de Francisco Calcagno (1887), para concluir con la rulacién de versiones impresas de “Dispersién de mana”, trascendente conferencia de Felipe Poy sobre la unidad de la especie humana, y dos series de las Confe- rencias Filoséficas de Engique José Varona, referidas a la psicologia y Ja moral (1888). Estas obras, vistas de conjunto, nos hablan sobre a nueva etapa que la sociedad cubana comenzaba. ien afios de preparaciin de los africanos y sus descendientes para integrarse a la sociedad y ostentar cartas de ciudadanfa, en 1886 las circunstancias econémicas y politicas forzaron la abolicién formal de la esclavitud en Cuba, més de medio siglo después que Inglaterra y casi cuarenta afios més tarde que rein. La Real Orden ‘del 8 de octubre se celebré en las ciudades gon desfiles populares callejeros, que en Is capital tuvieron su mayor iento el primero de enero de 1887, con ura parada cfyica en la zona del Parque Central. Alli, “Morenos a caballo, is de musica, varias orquestas, sath y ién cabildos con sus trajes tipicos [...] rpcorrfan -ados a connotadas [figuras ‘erraba la manifestacién una carroza, piotegida de carruajes y tirada por cuatro caballos Eon una joven que representaba la libertad y estaba vestida con los colores de la bandera|espafiola [...]”.# 4 Sin embargo, pronto la vergonzante situacién social que la esclavitud represents se trastocé en trauma social, pues el régimen colonial ni siquiera se propuso un timido programa asistencialista como la Reconstruccién Radical en’ Estados Unidos, que bien sabemos no ‘6 el sistema de relaciones sociales basado clasista y racial ni fue de veras radical, pero de las tierras acaparadas por los terratenientes 2 Marta del Carmen Baca "La scidad prfunda: seit ci dab, p22 * Se denomind Reconstuccién Radical a! pero 1865-1877, caraterade pac el disere y de politics gubetnamesiales digas » revit Is dafios causad9s por la Guerra de Secesién y las secuelas de la edciavitud, 32./ zuneica nowar | surefios, amplié el mercado Jaboral y|ofrecié oportunidades de aptendizaje de oficios a los ghupos pablacionales mas empobre- cidos, los negros en primer lugar. ! En laé plantaciones y hacitndas, miles de hombres y mujeres lacerados por un régimen de ¢xplotaci i tendimiento de su condicién humana, desi squica, laboral y espacialmente, vacilando entre ‘el miedo al incierto futuro y fl deseo|de estrenar sus libertades. ‘Los anci i 108 —rememora Manuel Moreno Fraginals— “Inca- paces dd adaptarse al trabajo asalariado, ineptos siquiera para entender las nuevas relaciones de dependencia éconémica, faltanddles comida, la ropa y el techo que desde la infancia hhabfan tenido en la plantacién descehdieron al diltimno nivel de degradacién social. Con palos y hojas construyeron sis minimas viviendas a la orilla de cualquier camino y'se dedicaton a morir poco a poco” * Otros emprendieron| nuevos derroteros con el nico deseo de alejarse cuanto antes de la hacienda o la ' con sistemas de trabajo que apenas habfan renunciado al latigo cién, aprendizaje de oficios y entrega de tieras baldias; y fayorecer sencia de los afroamericanos en las legislaturas estaduales. Los programas Tevados a cabo no revirtieron las genocidas practicas de “expansion hacia el de las funcionatios que debian in ofiiatizacton a i an aon promlgaon Ieyes segtegaconistasWdenicadas comp Tin Crow [ac % Manuel Moreno Fraginals."Aportes cultutales y decuituracién”, en Manuel Moreno Frgial (Comp): Afr en Ata Latin, p22 2 “er | CEPOS DE LA MEMORIA / 33 y el grillete, Como braceros, sirvientes o recién estrenados obreros, el pats fue pare ellos una gigantesca plantacién. resaltada por vatios estudiosos del pensamiento y el imaginario social de la época.” Para ajustar los mecanismos de domina- cientes regimenes republicanos de América, las élites nativas resignificaron las relaciones de subordinacién, apuntalaron las bbarreras racialés e hicieron grandes esfuerzos por sustracr el tema dela discusién politica, anclando el discurso racista en el poco acce- in subalterna, expresada en diferentes campos, y suis productos; la naturaleza y sus recursos de producci6n; al sexo y la reproduccion de la especie; la subjeti- vidad y sus productos materiales ‘e intersubjetivos, incluido el conocimiento; ast como la autoridad y sus instrumentos de coercion, dreds todas de la actividad social en las que el color de la piel se cUnstituye atributo diferenciador. i El cese del Sistema esclavista en Europa y Norteamética fue causa influyente en el declive paulatino del poligenismo como doctrina, y con ello del afianzamiento del materialistho y el positivismo et el terreno cientifico y el pensai peto a la vez 16 la expansi6n, en el Ambit las ideas eugenésicas/ con In consiguiente Sobre este tema, |y referido a Cuba, pueden consultarse a: Rad Cepero Bonilla: “Aziicar y abolicién”, en Obras histéricas; Eduardo Torres-Cuevas: Historia del 2 edici; y Lui Alvarez Alvarez y Olga Gaia Yero: EI a elo xx cuba. Immontel Wallerstein: “Colonalidad del poder y dlasifi- -malof World Systems-Researc, Special Ice v. KI 20. 2, Summer/Fall 2000, p. 343. | ® La eugenesia, [ixpresion del pensamiento evolutivo més conservados, du- ante largo tiephpo sustent6 y acompan@ a la Genética como cienca, Eour- ‘Gada en 1883 por Francis Galton en eu dora Inguies into the Hua Facut, ttaz6 como olfitive central ofrecer “una que le . fas me 10s aptas”.Sas[tess ofrecieron sustento)”cientfico” a ls politica Favorece- doras de la migracién europea y otras estrategias de blanqueamlento que i Ha | 34/ zuunca tomar | curriculos de los futuros bi6lpgos y médicos de los postulados del padre de la genética, Gregorio Johann Mendel; las teorias nisin de Cesare Lombroso Hivos que caracterizan a los Jos|sectores marginados de la Cubd fue atribuilla predomi- cuales cometidos contra las mujetes y la preocupacién por el descanso de las dotaciohes dé esclavos, asociado a insalubridad y pésimas id de las thujeres por frecuentes afecciones uterinas y los abortos esponténeos 0 siglo x, mediante la instituci campo de estudio y programa social.,Con su pretepdida inter- vencién “cientifica” del proceso natural de reproduccién de la sociedad, Ja eugenesia se propuso cumplir la promesa de mejora- miento progresivo de la especie humana y materializar el ideal les homogéneas, a través de plani- ieza social” que, andando el tiempo, ipalmente hacia las sci étnica y Desde entonces, el ideal de blanqueamiento y la aspiracion a “mejorar la raza”, que todavia forinan parte de los proyectos de vida de no poca genie en nuesttas tierras, se pretendieron sustentar desde el saber teorico. y | evaban a cabo en las sociedades americanas. Un iesarrollo y aplicacion de las ideas eugenicas, Hesde seme mich dee ceo He enon 2a cee \lientes. El hntropélogo . nacién'no pudo e: CEROS DE LA MEMORIA / 35 Sedimentadas en la cultura, validadas por la ciencia y naturalizadas por la préctica social, la esclavitud prolong6 sujeciones mentales y subordinaciones culturales mas alla de proclamas y decretos. A eso se referia Esteban Montejo, el diltimo cimarrén cubano, cuando testimonié: “Ya todos los negros estaban libres. En esa libertad decfan ellos, porque amfme consta que segufan los horrores. Y los amos, o mejor dicho, duefios que se crefan que los negros estaban hechos para la encerradera y el cuero. Entonces los trataban igual. Muchos negros para mi que no se habian dado cuenta de las cosas, porque segufan diciendo: «Mi amo, la bendicién>” En Ios afios ochenta del siglo xx la configuracion ideal de la nacién, legitimada por la canonizaci6n intelectual de la amada Tustracién reformista cubana, estaba siendo desmentida por la ‘emergencia de|las capas populares y por la existencia de una comunidad estindida en dos partes —racial y culturalmente hheterogéneas—| que la fraternidad racial de la contienda libera- dora no logré acercar lo suficiente..La abolicién de la esclavitud se produce en tina sociedad sumida en una crisis identitaria, como resultado de un cambio social caracterizatlo por la alteration de Jos contextos pdlitico, econémico, legal, cultural y comunicacional; proceso cuyas| principales variables el sistema colonial dg domi- ni encauzar. Debilitado el discurso unitario de Lana el reverdecimiento de los prejuicios raciales una vez finalizada la guerra, y extraviados los referentes de identidad fropal de los ciudadanos emergentes, la eman- cipacién legal ihcorpor6 otras tensiones a la reconstruccién de lo que era ya und identidad deteriorada. | Sobre el irtipacto que en la identidad grupal de los nuevos ciudadanos tuvo el proceso de desesclavizacion en los Estados Unidos, apengs veinte aftos antes, W.E.B. Dubois anot6: “[...] de Ja doble vida que tiene que vivir todo negto norteamericano, como negro y.como norteamericano, arrastrado por la corriente del siglo xx mientras atin lucha en los remolinos del siglo xv, ; t ee tiene que me ‘una dolorosa autoconciencia, un sentido casi morboso de IA personalidad y una ince resulta fatal para la confianza en sf mismo”. | ] ims del pueblo negro,'p. 208. 36 / zuvnicn Romy : | psicoldgicos similares a los|descritos por W.E.B. Dubois.’ Es la explicacién probable al Hecho dé que una experiencia tan desgarradora como la esclavitud, i familiares un “agujero temppral’ de cientia ficcion. Asumida pn el pasado 0 remembranza de mal gust: esclavitud fue un tema tabd, no solo por alos anicestros més alla de la segunda o tercera generacién, sino, y sobrp todo, por la vergtienza. Muchas familias negras y mestizas se enorgullecen de contar con un mam colaboté con un patriota insigne, alcanz6 uma prof u stents propiedades. Son escasas, sin embargo, las que han rescataddo de las brumas del pasado a algan esclavi este terminara siendo un digno cimarrén. Resulta una verdad de Perogrill relaci6n social basada en el ejercicjo del poder di otros entrafia subordinaciones y dependencias, Presumo que muchos e) ae Cuba sufrieron traumas ryaen nuestras historias atributo que les de origen—, se esparcen socialmente mediant formas culturales que infiltran todos los Ambitos de la’ vida © Como se sabe, Estados Unidos ee uno de los paaes que atesora mayor vol men de testimonios directos sobre la tratumética experic esclaviza- cign de los aricanos y eus descendientes, A diferencia de Brasil, donde el abolsonsia Ruy Baaboss de Olvera, en fa condicion de Maustro de Finan zas ardené en 1890 destruir toda la doct taciéin que estaba bajo su custo- dla —cartas de embarque de cargamncntod de africana ectag de compraver- ts, podrones de exlavizaos,eesare~ en Estados Unicel proceso de toata de conciencia dela personas negrap ante la opresion facial de cuatro sgios la existent de vluminoyos archives de! peiodoexcay Sncentvaron el estudio de las menaidads de la epocs el impact de process histrics en gue fos descendents de afrcanons veron inion Sos el legado paicolgico de a ecavitud. Coneero etl valoay dese Cul obras testimonials y de fein einvestgacionesrelacionada con la esclavitud en Estados Unidos y Brasil, asi como las consecuencias de $u abo- licin no compensa, pues se tata ce naciones que deserliaron se forma cxtnsiva el rigmen eedavist,producteno en is poblaconessojegadas inp lis ecco repulse terenvirtud de la Mata particular de cada pais, CEPOS DE LA MEMORIA / 37 cotidiana, a la par que connotan y reproducen mecanismos de relegaci6n 0 exclusién social que naturalizan la desigualdad y legitiman, en el plano simbélico, las relaciones de poder. En las Américas, tal proceso de naturalizacion comenz6 con todavia es motivo de polémica entre Jaciones interraciales en Cuba, cuanto de la actual permanencia de prejuicios por motivos de color puede acreditarse a nuestro pasado esclavista. Los enfoques historio- graficos positivistas, tan apegados al dato y a la constatacion de rocesos inércicos, atribuyen las disfuncionalidades de hoy a un pasado no superado, dada la persistencia en el imaginario social de sistemas de jerarquizacién basados en el color de la piel. Otros, entre ellos buena parte de los activistas antirracistas, evaden este tipo de arguurfento como a la trampa en el monte, preocupados porque se conyierta en eterna justificacién para ignorar los meca- nismos de reconstruccién, difusion y legitimacién de los prejui- cios raciales en el pais. Sin embajgo, la reticencia a considerar el efecto de|factores historicos sobre los problemas dél presente, obstruye la vi de las raices de un arbol que crece sobre el sustr mientras recibe, en alguna medida, nutrientes si focalizacién ¢h las personas de piel oscura de todos los traumas andlisis a la 7 litad de la ecuaci noce el caracter significante del color de Ia piel en relacién de Peder que en virtud de su pronunciada asi transforme eh relacién de dominio, y ancla en el blancos, apunté sabiamente el presbitero Félix Varela, y el ismo —hijo de ambas— enfermé a la sociedad toda, Hasta srechos civicos y sut participacién en el gobierno 10 enfermedad hereditaria, en las nuevas genera- todavia no encuentra el adecuado tratamiento Ramiter: “Mirada erica aa istoviograia cuba sobrala negro en el Efrcito Libertador (1868-1898)", p. 166. 38 / zusca now | Un poder externo, ejetcido a fontrapelo de la distancia geografica y cultural entre la opresiva higpanidad y la cubanidad que pugnaba por nacer, y daracterizado por el pillaje, el despo- tismo y la cosificacion de |miles dé seres humanbs, no podia obtener el beneplacito de Jos naturales del pais dunque estos fuesen reconocidos como stibditos, Sobre la base del parentesco © el lingje, Los terratenientes y hacendaqos criollos| sometidos a un sistema de expoliacion pconémica y|subordination politica, eran rechazados por su psicologfa, sus costumbres y, sobre todo, Por sus aspiraciones autonémicas. La fnaquinaria legalista de la metrépoli erigic de legislaciones para coartar econ gonica 'y politic: espafioles de ultramar. La prohibicion él comercio con paises competidores o enemigos de Espafia; la penalizacién del con- trabando con las islas vecinas, también regidas desde Europa; Jas enormes cargas impositivas exigidas por la Corona; y la ilegalizacién de la trata esclavista, figuran entre | reiteradamente incumplidas por la élite criolla, pr iego y las campafias cista del derroche pal decadente imperio espafiol “Se acata pero no se cumple” fue la respuesta de Ips habitantes, de las colonias hispanoamericanas a las draconiands leyes de la metrépoli; una practica social tan extendida en Cuba que nuestro primer texto literario, Espejo de paciencia, tiene comd leitmotiv los esfuerzos de las autoridades espafiolas por reprimir el floreciente contrabando en la comarca de Bayamo, poniend excesos del pirata Gilberto Girén, secuestrador del las Cabezas Altamirano, quien fuera enviado por el rey a esos parajes para Jamar al orden a sus discolos pobladol ‘Al margen del color de su piel, Ja logica de furcionamiento inativos cultivar cualidades de la sociedad colonial exigia a como la violencia, el hedonismo, la hipocresta y la pereza; y las contravenciones de los stibditos de] rey tenian extension enla actitud de los esclavos hacia sus amos, y de los negros y mulatos libres respecto a autoridades locales, cobradores de impuestos y otros funcionarios encargados del cumplimiento de la ley. La forma en que hoy se explica la necesidad de resolver por cualquier via aquello que se necesita 0 se desea; la aquiescencia social del mercado informal, designado popularmente como “bolsa negra” y otras acciones de escamoteo de lds bienes, la autoridad o el derecho ajenos, rememoran las poses rufianescas de gents de diferentes clases y estratos en nuestro temprano siglo Xvi. CEPOS DE LA MEMORIA / 39 Cuando en 1830 José Antonio Saco, imbuido de la preocu- pacién de los miembros de la Sociedad Patristica de La Habana, se aprests a sugerir en su Memoria de la vagancia en la Isla de Cuba, remedios para las “enfermedades morales” que padecia el pais, se centré en problemas que se manifiestan todavia hoy, © han resurgido en nuestra sociedad catalizados por nuevas condiciones. El juego, amplio en sus opciones, desde disimiles variantes apostadoras hasta los enajenantes entretenimientos bélicos que ofrece Ia tecnologia digital, sigue descontandole al pais innumerables horas de aportes productivos. Conductas desenfrenadas que desacralizan la solemnidad de las festividades religiosas — de las que el exceso de libaciones alcohélicas durante la peregrinacién de San Lazaro es un ejemplo—, toman distancia de la pacata simulacién de la fe catélica en que fuimos educados, La ineuficiente preocupacién de las familias por labrar el porvenir de sus hijos —algo que en nuestros dias no pocos padres incons te jeren dejar en manos del Estado— jtodavia amamanta nifos grandes que aspiran a obtener réditos sin desplegar grandes esfuerzos. El poco aprovechamiento de las tierras férti al mar, a la espera no solo de los peces, también de los panesiy muchas cosas) més. El emprehdimiento intelectual de Saco sugeria vial ain la salvacién moral de los jovenes disolutos de las clases pudientes y la elevacida social de otros, igualmente blancos, a quienes consideraba ¢apaces de disputar ¢ incluso desplazar del cultivo de las artes 4 las gentes de color, cuya preeminencia en tan gracia terrenos politico 'y econémico, sino también en el cultural y el picologico, en tanto herederos de culturas generadas en socie- dades estaméntales obsesionadas por la limpieza de sangre. Por eso el afan de progresién social, transferido al ambito racial, no puede achacarse solo a‘las cubanas y cubangs de tez ‘més oscura. on de blanqueamiento —de la piel o del linaje ~ es destacado| por la prosa irénica de Gastén Baquero: El blanép criollo corria a enriquecerse y a comprar para i al blanco de la Corona. El me: 407 ZULEICA ROMAY i | cuanto podia, se las arteglaba para casarse con blanca, para por la convivencia de amos y esclavos, y la isividad religios que utiliz6 los cabildos de nation como valvula de escape y herramienta de control de los africdnos y sus descendientes. Tales argumentos desconocen las explicaciones psociadas al proceso de poblamiento del archipiélago cubano. La diéspora africana alcanz6 sus mayores proporciones en los dbs primeros ' tercios del siglo xxx, cuando la sociedad insular reivindicaba sus intereses econémicos frente a la metr6poli, reafirmaba sus par- ticularidades psicolégicas y cultural, fundaba ifettucones propias y asimilaba lentamente las practicas y saHeres de sus nanas, cocineras, miisicos y artesanos; hasta que la Participacion en las gestas independentistas de los africanos y bus descen- dientes junto a los criollos blancos, cimenté la construccion de tuna nueva nacionaldad. De lo que se deduce que en Cuba i africanos y criollos no fueron sometidos a unal esclavitud “mejor”, sino que hicieron mayor resistencia a la desposesién caltural inherente a ese sistema de dominacién. La esclavitud nunca fue levadera 0 suave, ni siquiera en la convivencia patriarcal de las casonas sefiori 1es la relaci6n| entre amos y esclavos jams renuncié a la cosificacién del sujeto subalterno, la explotacion y posesi6n obligada de su cuerpo, la violencia psicolégica, la estigmatizacin y el aa La ilustracién reformista cubana siempre reconoci¢ el derecho alallibertad de los “negros de nacién” y sus descendiehtes islefios, si bien tema los efectos de la emancipacién inmediata de los esclavizados. A finales del siglo xx, buena parte de los cubanos de clase media y alta no habian logrado desterrar sus aprensiones, ™ Maya Angelou, escritora, en Henry Louis Gates Jr: Eu busca de nuestras res. p.B. i EROS DE LA MEMORIA 53, temerosos de que el desate libertario de los otrora esclavizados diera lugar a venganzas, des6rdenes y violencia; sentimiento perceptible en el prélogo de Francisco Calcagno a su novela Los crimenes de Concha, escrita en 1863 pero publicada en 1887, apenas tun afio después de la abolicion formal de la esclavitud: “Lo que nos toca hater hoy es ilustrar por todos los medios posibles a los manumitidos. No basta hacerlos libres es preciso hacerlos dignos de la libertad. Enseftarles que la libertad no vale nada sino esté basada en el amor al orden y el trabajo, en el respeto a la ley, en el patriotismo bien entendido””” Tan loable intencién, caracteristica de los sectores mas pro- gresivos de la intelectualidad blanca cubana, no deja de encarnar una quimera: se predicaba amor a los que solo recibieron desprecio y maltratos; se instaba a la disciplina consciente a los que fueron ensefiados a responder al chasquido del latigo; se pretendia mostrarles el trabajo como deber y derecho, tras imponérsele como deshumanizada e inexcusable obligacién, De cualquier modo, la indulgencia filantropica de los criticos de la esclavitud desconocia los miltiples talentos que los negros y ‘mulatos, al fin libres, habian sumado a los saberes heredados de ‘sus ancestros africanos, hombres que “[!..] sabian construir casas, administrar,imperios, construir ciudades, cultivar los campos, fund log meres, jer el algodion forprel hero [. Py cuyas 7 nn, desde la inocente intimidad del cudrto de los de las mixturas culturales que nos canstituyen tal como argumenta Reynaldo Gonzalez: 7 jegos orientados por la nifiera negra, suelen ser entretenimientos infantiles africanos, que pasan en pala- bras y| gestos a la receptiva percepcién del nifio blanco. Las canciones que lo acunan Ilegan directamente de Africa, acostumbran su ofdo a una musicalidad que difiere de la peninsular, para una nueva sensibilidad audit que identificard en las cunas y ferias populares cuando sea grande, también trasladados a los salones aristocraticos letenible mestizaje de la sociedad." | 54 / ZuLECA ROMAY de Jo cubano; no como mixtura de afluentes que intercambian liquidos y transmutan colores, sino ¢omb choque trada a las universi- izar el tratamiento jedo al negro” y la llevadala cabo por Ia prensa interit, itentaron trapeso|a las tardias medidas adoptadas por la adninistracion las tensiones interraciales y restar adeptos independentistas. El miedo al sujeto subalterno” es un sentimiento profunda-' mente enraizado en la psique de aquellos que usufructian su i ‘pues ejercer dominio sobre otros no libera del temor aque la relaci6n se debilite ose subviesta, ya sea porque las barreras de casta, color u origen social sean traspuestas; los sojuzgados se conjuren para organizar la resistencia, 0 porque|sucesivas e inarticuladas rebeliones reblandezcan la cohesion de los grupos que dominan. Ese temor, casi nunca admitido, estructura percep- ciones de amenaza ante el empoderamiento econdmico de los subalternos —zcémo olvidar el proceso de La Escalefa?—; su protagonismo politico —aspiraci6n que costé la vida a los Iideres del Partido Independiente de Color y.cientos ge personas inocentes—; 0 un avaice personal que resulte suficiertte para dotar a Jos sujetos preteridos de cualidades y recursos que favorezcan su ascenso social Elradicalismo antiesclavista y. militar (lel almirante mulato José Prudencio Padilla, Ie Hevaron ante un pelotén de > A tenor con Ja tradicién gramsciana, que sitda la hegemonialy la subalterni- dad en un campo de fuerzas que articula modelos, formas y representaciones ccalturales, as{ como con la interpretacion que de esta perspectiva se ha cons- ‘ruido desde el Sur, inclayo también en la nocién de subalterno a individuos algo alejados de los estratos mas humildes de la sociedad cubana, peto per- ‘cibidos —y tratados— como inferiores, debido a su lugar de procedencia, nivel cultural, color de piel 0 identidad de género. Es la experiencia que tengo de mis intercambios con mujeres, negros y mestizos, migrantes inter- ‘noe ¥ homosexuales “de clase media’. | CEPOS DE LA MEMORIA / 55, fusilamiento, acusado por el general. Mariano Montilla, coman- dante militar de Cartagena de Indias, de conspirar contra Simon Bolivar. Imputaciones de cardcter personal —casi siempre ‘exageradas 0 inciertas— limitaron el desempefio militar de los generales José Maceo y Guillermén Moncada, y les pusieron mas de una vez bajo el mando de oficiales menos competentes pero iis claros y de origenes sociales més elevados que los suyos. Dos meses después de iniciada la “guerra necesaria”, Manuel de la ‘Cruz, el tinico escritor cubano que reficjé en su obra los aportes de los negros y mulatos durante la gesta del 68, todavia argu- mentaba contra el “miedo al negro” que minaba la unidad del movimiento independentista” Una vez: derrotado el poder colonial espafiol, las personas negras y mestizas se aplicaron en aprovechar las pocas opor- tunidades conferidas por su nueva condicién de ciudadanos, centrando los esfuerzos principales en sus hijos. Ello se refleja en las estadisticas censales de la primera década republicana: en solo ‘ocho afios —dle 1899 a 1907— los alfatetizados ao de 10 afios crecieron de 24 a 45%, siete puntos porcentuales pdr encima delos de similar segmento poblacional; y los addlescentes entre 10 y 14 affos que sabfan leer y escribir casi igualaban el 70% alcanzado por sus pares blancos.” La pat ‘emersién social de los negros y = desde el adveni ‘0 de la repéblica burguesa neocolonial, catapul- tada después por el radicalismo de la revolucién cubana, es resultado de! un esfuerzo sostenido cuyos costos psi¢ologicos —no siempre perceptibles— merecen ser valorados. Mi interés en develar las fisuras producidas por la esclavitud que sobrevi- ersubjetividad social —limitando el efecto de las extraordinarias dispensas sociales conferidas a todos los cubanos después de 1959—, parte del reporte de dafios que, sobre nuestrd memoria de la vivencia esclava y la subordinacion. servil, realiz6 el poeta y ensayista 10 René Depestre, cuando atin imilitaba en la izquierda radical: (Cruz: Episotios dela reoluciin cubana, y Le ms cuban Consus of Cube, 1899, Office Director Census of Cuba. War Censo de la Reptiblica de Cuba 1907, Oficina del Cénso de los ‘Wathngions 18, / 56 / ZuL.AcA ROMAY . I Laaccién hist6rica de a cimar conjurar las actividades del vergiienza de ser negro} la inl a abdicaci6n del ser pnte el inforioridad, Ia a negacién de warismo int ifn, las formas de ambioalencia social|zada, y otros lesOrdenes psicologicos que ¢aracterizan atin el comporta- « fniento de muchos negros y millatos de nuestras sociedades.* ol6gicos generados z cepos de la memoria? %® René Depestre: “Buenos dias y adiés a la negritud”, pp.76-77. [He yesaltado, entre los presunios desirdents petquicos que el autor stibuye alee negros Y mulats, aquellos de cayo andlists me ocuparé en el prosente se 57 “6 , MARCA NUMERO I: VERGUENZA DE SER. NEGRO A diferencia de la angustia y el miedo, sentimientos que pueden experimentarse en soledad, la vergtienza siempre es resultado de la interacci6n con otros. Se manifiesta como el recogimiento ante Personas que tienen cualidades, condiciones, aparientia, saberes © posibilidades de las cuales carecemos; una it spisfaccion hist -a: el dolor de no ser, no estar, no ser tenido en cuenta. Es también la)internalizacién de la inconformidad con imo mismo por la manera en que se ha actuado, 0 por la falta dé actuacién. La vergiieniza, en tanto sentimiento generado por nuestra natu- raleza social, no germina en Ja imaginacién ni constituye una experiencia abstracta. la vergenza de si repele la imagen —siempre fragmentada, difusa, indgmpleta— que la sociedad ha acuftado sobre el grupo de pertentncia, asi como los significadgs y contenidos emocio- nales que de ella derivan. La vergiienza de si es un sentimiento ‘lacerante ylautodestructivo. Es umn collar de hierro que comienza y termina en dolor. Mucho se ha dicho y escrito a lo largo de nuestra historia sobre el aorte de los africanos y sus descendientes a nuestras | maneras de ser y actuar. Las descalificadoras visiones de la élite ‘letrada caf Jas que José Antonio Saco y Domingo del Monte, entre otros, dejaron testimonio escrito—, contienden con’ una historia de luchas libertarias, sociales y culturales, para confi- gurar tnaltepresentacién social de Ia psicologia de lds personas negras en] Ja que se mezclan estereotipos de signo negativo. foslayando casi siempre los condicionant y subestimando las culturas africanas, ese collage de estereotipos

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