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diente, Este se forma en las inflexiones que enlazan entre si dos tramos de yacimiento horizontal de las capas, pero que estan dis- puestas a nivetes diferentes. En este caso el monoclinal participa en Ja composicién de la flexura (vean mas abajo). También se forma en fas alas en que las capas de pliegues grandes se deslizan descendiendo y ascendiendo, formando partes de estas formas estructurales. Aunque no existe regla alguna al respecto, es mas habitual de- nominar monoclinal a los tramos de yacimiento de las capas con pendiente suave o no abruptos, cuyos dngulos de buzamiento no superan 40°, que a los tramos de posicién abrupta de las capas. E] monoctinal se caracteriza por la direccién y angulo de buza- miento de Jas capas, longitud y anchura. El monoclinal grande puede estar complicado por formas es- tructurales de segundo orden, que se manifiestan en flexiones com- plementarias de las capas tanto en el rumbo como en el buzamiento del monoclinal. Los tramos de yacimiento con declive mds suave, que resaJtan sobre el fondo del monoclinal, se denominan terrazas estructurales. Si la terraza tiene el aspecto de plataforma alargada en la direccién del buzamiento del moneclinal, es la llamada nariz estructural. En el mapa de estratoisohipsas se dibuja en forma de promontorio (fig. 29). FLEXURA Si dos tramos de yacimiento horizontal o de pendiente suave, que sé encuentran a diferentes niveles, estan eslabonados entre si por una flexién escalonada mas abrupta de capas, a semejante forma de yacimiento se la denomina flexura (fig. 30). En Ja flexura Fig. 80. Flexura en las Montafias Rocosas, EE. UU. (segéin A. Irdli). La flexura esta formada por los sedimentos del paleozoico y mesozoico. En las rocas del precémbrico la flexura est4 sustituida por fracturas se distinguen las alas: superior, de empalme e inferior. La estrati- ficacién de las capas en la ala de empalme de la flexura puede ser cualquiera: desde la de pendiente suave hasta Ia vertical, e incluso invertida bruscamente, La fiexura se caracteriza por los 4ngulos de buzamiento de las capas en todas las tres alas, por su amplitud vertical y por su anchura, que se mide por el rumbo del ala de empalme. Se debe 58 tener en cuenta que, en el rumbo, varia tanto la altura de la flexura, como el Angulo de buzamiento de su ala de empalme. La flexura puede acufiarse totalmente y fusionarse con el yacimiento general horizontal o monoclinal de las capas. Las flexuras en los monoclinales, en dependencia de la direccién del buzamiento de su ala de empalme, se dividen en flexuras con- cordantes (sintéticas) y opuestas (antifélicas). En las primeras el ala de empalme es de buzamiento andlogo a la direccién del mono- clinal, en las segundas es de buzamiento opuesto. En este dltimo caso la diferencia existente entre la flexura y la terraza estructural consiste en que las capas del ala de empalme en Ia flexura opuesta descienden al encuentro del menoclinal comin, mientras que el yacimiento de las capas en Ja terraza estructural se aproxima a la posicién horizontal Frecuentemente se observan series de flexuras que siguen unas tras otras. En semejantes casos se habla de las “escaleras” 0 “cas- cadas” de Jas Hexuras, si todas ellas estén dirigidas hacia un mismo lado. * A veces se habla de las “flexuras horizontales”, sobreenten- diendo las alteraciones bruscas locales en el rumbo de las capas de yacimiento abrupto, que tienen lugar sobre el fondo del rumbo de patente uniformidad de dichas capas en grandes extensiones. Semejantes flexiones se ven en los cortes horizontales. FLEXIONES GRANDES. Al observar las capas de una misma edad en grandes extensio- nes, en su yacimiento se pueden percibir tanto amplias depresiones 0 combaduras hacia abajo, como elevaciones de igual cuantia o combaduras hacia arriba, A dichas formas las denominaremos flexiones grandes. La amplitud de las flexiones grandes se mide generalmente en varios kilémetros, pero puede alcanzar incluso diez-doce kilémetros. Por otra parte, la amplitud varia segan la profundida: generalmente el espesor de los depésites en los limites de Jas flexiones grandes varia regularmente, siendo mayor en el centro de la combadura hacia abajo y, disminuyendo en sus decli- ves y hacia el centro de la combadura hacia arriba vecina. Es por esto por lo que las capas de relativa profundidad son de yacimien- to mas abrupto que las superficiales. En las combaduras hacia arriba la disminucién consecuente del espesor conduce frecuente- mente a un completo acuiiamiento, al menos, de algunos conjuntos (a veces, de todos) acumulades en las combaduras hacia abajo. Cuando la amplitud se mide en kildmetros los didmetros de las flexiones grandes se miden, en unos casos, en decenas de kiléme- tros, y, en otros, en centenares e, incluso, miles de kilémetros. Las flexiones grandes mas simples son aquellas que tienen una anchura de centenares y miles de kilémetros y una amplitud de varios kilémetros, que son en el plano de forma redondeada irregu- 59 lar y que coinciden con los tramos imperturbados de Ia corteza terrestre, con las plataformas. Los dngulos de buzamiento de las capas en las alas de este grupo de flexiones grandes son excesiva- mente pequejios y constituyen partes insiguiticantes del grado. Ge- neralmente se miden segin Ja vartacién de la profundidad de cual- quier nivel o del basamento cristatino que yace bajo las capas se- dimentarias, en metros por kilémetro de distancia. El declive nor- mai que se observa en las alas de semejantes flexiones grandes es de dos-tres metros por kilémetro. A las distorsiones de este tipo se las denomina sinclisas y anticlisas, y corresponden a las comba- duras hacia abajo y hacia arriba respectivamente. Las flexiones No sE oO s Mosod a Se eA eee LSE CESS 100__200__800 kon Fig. 81. Perfil geolégico esquematico a través de la sinclisa de Mosci (segin Y, Kosiguin): d—Mesozoico: 2—Carbonitera superior; Sux Cerbonlfero medio; ¢—Carbonitero Inferior; 6—Devéntico superior, piso famennense: 6—-Devénico supert ay yénlco medio; 9—Silirlco Injerlor: 10—Cdmbrica _Inferlo' 4—basamento cristalin (Proterozoico fnfertor y Arcalco). La Ja estala vertical es aproximadamente clon veces super! yeata es eproximada: la hortzontal grandes de plataforma, redondeadas y de poco declive, quedan complicadas en uno u otra grado por las dislocaciones de segundo orden. Asi, por ejemplo, en sus alas se forman escaleras de pe- quefias flexuras. Como ejemplo de sinclisa puede servir la cuenca de les alrede- dores de Moscii (sinclisa de Mosca) (fig. 31). En la parte central de dicha sinclisa el basamento cristalino yace a la profundidad de 1600 m. Ese mismo basamento aflora en dos anticlisas lindantes por el norte y por el sur: la del Ballico (escuds de Baltico) y la de Voronezh. El basamento cristalino esta cubierto de rocas sedimen- tarias del Proterozoico superior, Paleozoico y Mesozoico que, en su conjunto, yacen en forma de enorme vaso. Si consideramos que et diametro de la sinclisa es la distancia entre los afloramientos del basamento cristalino en el extremo sur del escudo Baltico y en el extremo norte de la combadura hacia arriba de Voronezh, ésta re- sultara ser de 1300 km. Siendo asi, el buzamiento de las capas en 60 Jas alas de la sinclisa serd aproximadamente de 2,5 m por kild- metro. En la parte central de la sinclisa se observa el corte mas potente y completo de rocas sedimentarias, compuesto de rocas del Proterozoico superior, Paleozoice inferior, Devénico, Carbonifero, Jurasico, Cretacico. Todos estos depésitos se acufian paulatina- mente hacia los extremos de la sinclisa, desapareciendo completa- mente en el declive del escudo Baltico y siendo de espesor excesiva- mente pequefio en la anticlisa de Voronezh. Las alas de la sinclisa de Moscti quedan complicadas débilmente por dislocaciones de se- gundo orden, que tienen formas de pequefias flexuras, terrazas y narices estructurales. Entre las anticlisas se distinguen algunas en cuyos nucleos, por debajo de las capas sedimentarias de estratificacién no alterada, aflora el basamento cristalino de las plataformas, que sul fuer- tes dislocaciones y esta metamorfizado (respecto a la division del corte de la plataforma vean cap. 18). Estas anticlisas llevan el nombre de escudos. Un ejemplo es el ya mencionado escudo del Baltico, compuesto en su ntcleo desnudo por rocas metamorfizadas del Arcaico y del Proterozoico inferior y rodeado en su periferia por depdsites de estratificaciones inalterades del Proterozoico superior y del Paleozoico (con buzamiento muy suave del escudo hacia el exterior). Respecto a otros tipos de flexiones grandes trataremos mas adelante. Debemos sefialar, sin embargo, que las combaduras hacia abajo y hacia arriba de cualquier dimensién existen siempre como forma de yacimiento de las rocas pertenecientes a un intervalo determi- nado de la edad. Asi, por ejemplo, las sinclisas y anticlisas de la plataforma Rusa se observan en el yacimiento de las rocas desde el Proterozoico superior y hasta del mas jéven, Pero en Jas rocas més antiguas del basamento cristalino de la plataforma se obser- van formas estructurales completamente diferentes. CONDICIONES EN LAS QUE SE FORMAN LOS MONOCLINALES LAS FLEXURAS Y LAS FLEXIONES GRANDES Todas las formas estructurales mencionadas hasta ahora tienen, sin duda, rasgos afines. Todas ellas se originan como resultado de los movimientos corticales diferenciados verticales, de los alza- mientos y descensos de la corteza terrestre. Puesto que las capas de los depésitos sedimentarios inicialmente se forman en estado horizontal, su posicién combada, hacia abajo en las depresiones y hacia arriba en los levantamientos, es el resultado de los corres- pondientes movimientos de la corteza terrestre em ambas direccio- nes, y el declive de las capas en las alas de las flexiones grandes refleja el grado de brusquedad o de contraste de la transicién de los descenses a los alzamientos. 61 La flexura refleja el limite en cl que bruscamente varia la direc- cién de los movimientos corticales verticales o la amplitud de dichos movimientos, Los movimientos corticales verticales que concluyen con la for- macién de combaduras hacia abajo y hacia arriba y flexuras se denominan movimientos osctlatorios ondulados ya que, provocando alzamiento de ta corteza terrestre en unos lugares y su descenso a otros, parece ser como si formaran ondas en la superficie de la ierra. PLIEGUES. PARTICULARIDADES FUNDAMENTALES DE SU MORFOLOGIA A las Inflexiones de mayor brusquedad de las capas, y cuyas dimensiones son considerablemente inferiores a las de las sinclisas y anticlisas, se las denomina pliegues. Como veremos a contitua- cién, existen formas transitorias entre las flexiones grandes tipicas y los pliegues tipicos que hacen ser convencional a] limite entre estos dos tipos de estructuras. La posibilidad de diferenciarlos de acuerdo a sus indicios genéticos se estudia en el curso de geotec- tonica, Los pliegues se diferencian tanto por su dimensién como por su forma. Existen pliegues cuyas amplitudas se miden en varios kilé- metros; muchos pliegues son de anchura y altura de cientos de metros; no son menos frecuentes los pliegues que se miden en de- cenas de metros; pero existen también pliegues mucho mas dimi- nutos, cuyas dimensiones (anchura y altura) son de algunos centi- metros, a semejantes pliegues diminutos se les denomina frurtci- miento de las rocas. Las diferencias morfoldgicas permiten distin- guir entre los pliegues gran cantidad de variedades. Cierta parte de ellos, indudablemente, se distingue no sdlo por su forma, sino que también por sus condiciones de formacién. Sin embargo, en este capitulo vamos a tratar solamente de las diferencias morfolé- icas entre los distintos pliggues, dejando para luego la cuestion a hasta qué punto dichas diferencias fueron determinadas por su origen distinto, Concentramos nuestra atencion en aquellos rasgos caracteristi- cos morfolégicos de los pliegues que se revelan al examinar estos filtimos en su seccién transversal vertical. Ante todo sefialaremos que, en la geologia, se llama pliegue a la flexién de la capa hacia arriba, hacia abajo, o hacia un lado. Asi pues, el pliegue se compone del lugar de dobladura de las capas, llamado gancko, y de dos alas del pliegue, en cada una de las cuales, como regla, las capas tienen el buzamiento uniforme (fig. 32). Si los plicgues vecinos se suceden y son de transiciéa directa entre si, el limite entre ellos, convencionalmente, puede trazarse en cualquier punto del ala ya que, practicamente, los plie- gues contiguos tienen un ala comtin. No obstante, sus ganchos son independientes y sus combaduras estan en contraposicion. 62 Las alas del pliegue pueden también estar contrapuestas al nicico de éste. Dicha division, aunque es convencional, en la prac- tica es cémoda. Se considera nicleo del pliegue a la parte interior de éste que linda con su garicho. Se distinguen los pliegues anficlinales y sinclinales, que tam- bién simplemente se denominan anticlinales y sinclinales. Se dife- rencian éstos entre si en que en el niicleo del anticlinal las rocas son mas antiguas que en sus alas. Si la sucesién de las capas en Gancko del antictinal (eoveda) uu —_ — Nicleo del anticlinat Alas del anticlinal Fig. 32. Elementos del pliegue (esquema) la estratificacidn es normal, es decir, las capas de antigiedad re- Jativamente superior se suceden de abajo hacia arriba en el corte geoldgico por capas mds jévenes, los pliegues anticlinales seran convexos y los sinclinales céncavos. Asf resulta ser en Ja mayoria de los casos. Y por esto en las determinaciones simplificadas se de- nominan pliegues anticlinales a los pliegues convexos, y pliegues sinclinales a los céncavos, No obstante, como veremos en lo su- cesivo, en las regiones en las que en extensiones considerables las capas, como resultado de fuertes dislocaciones, adquirieron una estratilicacién invertida (las mas antiguas son suprayacentes a las mas jévenes), los pliegues anticlinales pueden resultar ser cénca- vos y los sinclinales ser convexos (fig. 35). La posibilidad de semejante posicién anormal de los pliegues, por un lado, y la necesidad de conocer la edad relativa de las capas 63 que forman uno u otro pliegue para poder atribuirlo a Jos anticli- nales o sinclinales, por otro Lado, ponen al investigador en una si- tuacién embarazosa cuando, al ver la distorsién de las capas, no puede determinar cudles son las mas antiguas y cules son fas mas jovenes. Si para una regién determinada es caracteristica la dispo- sicién normal de los estratos, no habr4 duda alguna de que los pliegues convexos son anticlinales mientras que los céncavos son sinclinales. Pero si, por el contrario, el cardcter general complejo de las dislocaciones desarrotladas en la regién dada permite supo- ner también una estratificacién invertida de las capas, el investi- gador, hasta que no aclare la sucesién estratigrdfica de las capas, Fig, 33. Pliegues de formas diferentes en su corte transversal: a—agudos o de ojiva, b—redondeados, c—I(soelnales, d—en abanicos; e—en arqueta, © en calén se verd obligado a abstenerse en 1a distinciém de los pliegues anti- clinales y sinclinales, y se limitara a dividirlos en pliegues antifor- mes y sinformes. Tal divisién no estar4 basada én la posicién re- lativa de las rocas de diferente edad, pero s{ en la geomeiria simple: los pliegues antiformes siempre son convexos y los sin- formes, céncavos. A dicha terminofogia se recurre frecuentemente al deseribir formas estructurales en rocas de fuerte metamorfiza- cién, en donde las dislocaciones son muy complicadas y Ia estrati- grafia no esté clara. A la parte superior del pliegue convexo a veces se la denomina Géveda del pliegue. Al plano que atraviesa los puntos de inflexién de las capas que forman el pliegue se la denomina plano axial del pliegue. En el corte transversal dicho plano estard expresado por la linea de su interseccién con el plano yertical del corte (vean fig. 32). Esta linea puede ser recta si el piano axial es plano. Pero también puede ser encorvado. Por lo general, es la bisectriz del Angulo que forman las alas del pliegue. 64 Segin fa relacién existente etttre las alas y el gancho se pueden distinguir pliegues (fig. 33): de gancho agudo (agudos o de ojiva), de gancho redondeado (redondeados), abiertos (las alas se sepa- ran desde el gancho hacia los lados), isoclinales (las alas en su mayor parte son paralelas entre si), en abanico (es caracteristica f°, 8 TN Cresta Cresta Plano aziat Cresta Plano axtot Fig, 34. Pliegues con diferente inclinactén de los planos axiales: a—normeles o paradas: '—Inclinados; e—volcados; d—acestados 9 tumbados. Les cifras son fos mimeros de Jas capas desde Ins més antiguas hacla las més jévence la estrangulacién transversal del pliegue, debido a le cua! se puede observar la separacién del nficleo de las rocas de una misma edad por el otro lado de la estrangulacién), Ademas de esto, se distin- guen los pliegues en arqueta o en cajén, para los que es caracteris- tico un gancho ancho en pendiente suave y alas abruptas. Los pliegues se distinguen también de acuerdo a la inclinacién del plano axial y de las alas (fig. 34). Si el plano axial es vertical y ambas alas tienen una inclinacién aproximadamente simétrica, 52215 65 se frata de plicgues normales o parados. Si el plano axial esta in- clinado y las alas son asimétricas (un ala es mas abrupta que la otra), pero el yacimiento de ambas alas es normal (es decir, se se- paran en fos anticlinales y se aproximan en los sinclinales), tene- Mos gue ver con el pliegue inclinado. Si en una ala las capas resul- tan ser de yacimiento volcado, se trata de un pliegue volcado. Si el plano axial es horizontal se debe hablar de pliegues acostados 0 tumbados, Y, por dltime, se encuentran plickues zambullidos, 0 invertidos, en los que e! plano axial pasé la posicién horizontal y adquirié una inclinacién inversa (fig. 35). Este es precisamente el caso en el que el anticlinal llega a ser céncavo y parece ser sinclinal, mientras que los sinclinales alcanzan la forma convexa y se confunden con los anticlinales. Acentud4bamos anteriormente Fig. 35. Pliegue zambullido en las capas del cdmbrico inferior y protetozolee superior, Montafias de Grampians, Escocta meridional (segin J. Johnston): J—dalredtano oupettor; 2—dalredlano inferior; 8—tinees de ios petilies por fos que se ha construido et pitegue. En la parte derecha el plicgue anti clinal se zembulle y genera una sinforma que en este caso solamente el conocimiento de la sucesién estrati- grafica de las capas permite establecer 1a naturaleza auténtica del pliegue. ‘ Puesto que en un mismo pliegue pueden combinarse diferentes rasgos morfoldgicos, Ia caracteristica de éste puede también ser combinada. Asi, por ejemplo, el pliegue puede ser isoclinal y, si- multaneamente, acostado, o abierto con béveda redondeada y, al mismo tiempo, inclinado, etc. Las diversidades morfolégicas entre los pliegues pueden adver- tirse también al examinarlos en el plano y en el corte longitudinal. Los pliegues pueden ser largos y estrechos. Si la longitud del pliegue excede muchas veces su anchura, a éste se le denomina H- neal. Si, por el contrario, la longitud del pliegue excede solamente des-tres veces su anchura se trata entonces del braguipliegue. Existen braguianticlinales y braquisinclinales (fig. 36). Al bra- quianticlinal alargado de disposicién aislada se le denomina tam- bién cordén, cc} Los pliegues lineales y los braquipliegues se caracterizan por la extensién de sus ejes en el plano. Se denomina eje del pliegue (o linea axial) a la linea horizontal trazada en el plano axial. En caso de relieve de llanura se puede considerar que el eje es la huella de salida del plano axial a la superficie de la tierra. La direccién det eje respecto a los cuatro puntos cardinales es el rumbo del pliegue. Este puede ser consecuente en grandes di- Fig. 36. Braquipliegues. Mapa estructural de la elevacién de Archeditisk segdn el techo del horizonte vereico: f=4—braquianticiinales alslados; [—braquisinclinal; a—pericltnal; b—centrociinal mensiones, pero también puede cambiar de tal manera que, en el plano, el pliegtte resultard ser sinuoso. En su rumbo el pliegue puede ramificarse. A semejante fenémeno se denomina virgaciéa de los pliegues (fig. 37). A la linea de interseccién del plano axial del pliegue con cual- quier capa se la llama charnefa del pliegue. La charnela raramente es horizontal, y precisamente ello la diferencia del eje del pliegue. En el rumbo la charnela ora se hunde, ora se eleva formando on- das longitudinales. Semejantes ondas son el reflejo de las inflexio- nes transversales de los pliegues. En los pliegues vecinos se ob- 5* 67 servan diferentes combinaciones de las inflexiones transversales. A veces las elevaciones y hundimientos transversales en el grupo de pliegues paralelos son vecinos mientras que en otras ocasiones se disponen en orden escaqueado: allf donde un pliegue se eleva el contiguo se hunde, y viceversa. En los anticlinales volcados y acestados su tramo superior no coincide con la charnela, Con motivo de esto resulta oportuno in- troducir el concepto de la cresta del anticlinal (vean fig. 34, ¢ y d). La prospeccion de la cresta del pliegue tiene frecuentemente importaneia practica. Puesto que ningtin pliegue prosigue infinitamente su rum- bo y, obligatoriamente, termina en algién sitio (los lineales des- pués de una gran extensién, el braquipliegue —a corta distan- cia), alguna undulacién de la charnela resulta ser la altima, En Ja terminacién del anticlinal la charnela desciende y el plic- gue se fusiona con el yacimiento horizontal de las capas circun- vecinas (o en el rumbo del an- ticlinal aparece el sinclinal), y Fig. 37. Virgacién de los plieguesen en la terminacién del sinclinal la cuenca de Donets (segin P. Ste- Ja charnela se eleva, y el plie- La, sere op some pegs Sue también se pierde entre Is Anticiinales (las lineas se engrueces en Capas horizontales o se trans- los lugares de elevacion de las charnelas) forma en su antipoda, en anti- clinal, Alli donde los pliegues terminan su rumbo, se crean condicio- nes especiales de yacimiento de las capas, En el hundimiento del anticlinal [as capas describen un arco, y su buzamiento en ciertos puntos corresponde a la direccién del radio de dicho arco y va di- tigido hacia la parte exterior del anticlinal. En la terminacién del sinclinal las capas de ta superficie erosionada también forman unt arco, pero su buzamiento es hacia el interior de este ultimo. La forma de yacimiento de las capas en ta terminacién (es de- cir, hundimiento) del anticlinal se denomina perictinal, mientras que’ la forma de yacimiento de las capas en la terminacién (es decir, elevacién) del sinclinal se denomina centroclinal (vean fig. 36). Generalmente, en los periclinales y centroclinales se ob- serva un yacimiento de las capas de menor declive qite en las alas del mismo pliegue. Pero de vez en cuando se encuentran casos de periclinaes y centroclinales abruptos, e incluso volcados, en los que las capas se doblan hacia dentro en la terminacién del anti- clinal y penden sobre la terminacién de! sinclinal. En este iltimo 68 caso los pliegues, en su seccién longitudinal, tienen forma de aba- nico. En las pilas metamérficas de complicada dislocacién, igual que en el interior de los domos diapiricos (vean mas adelante), fre- cuentemente se observan pliegues de charnelas verticales. Seme- jantes pliegues se ven en los cortes horizontales, mientras que en los afloramientos verticales solamente se puede ver el yacimiento vertical de las capas. Los pliegues de charnelas verticales tienen Jas mismas particularidades morfolégicas que los pliegues de char- nelas horizontales, solamente parece ser como si todo el sistema de pliegues estuviese girado en 90° respecto a un eje horizontal que es transversal al rumbo de los pliegues. Es obvio que, en semejan- tes casos, es imprescindible conocer bien la sucesiOn estratigrafica de las capas para poder comprender correctamente e} caracter del pliegue. Existen también pliegues conocides bajo el nombre de domos y eubetas. E| domo es un pliegue anticlinal de forma redondeada o de irregular redondez en el plano. Semejante pliegue no tiene rumbo, puesto que carece de eje largo elocuente. La cubeta repre- senta en si un sinclinal de forma también redondeada sin rumbo determinado. VARIACION DE LAS FORMAS DE LOS PLIEGUES AL PASAR DE UNAS CAPAS A OTRAS Al descender o elevarse por el corte vertical de la corteza te- rrestre se puede advertir que, en unos casos, en un tramo consi- derable del corte se conserva la forma de los pliegues, mientras que en otros las capas sobrepuestas estd4n arrugadas de diferente manera. El pliegue puede ser recto en las capas de relativa pro- fundidad y convertirse en inclinado a niveles superiores. Si en una pila arrugada en pliegues las superficies de las capas forman arcos que parecen haber sido descritos desde un mismo centro, a dichos pliegues se les denomina concéntricos (fig. 38). Estos pliegues se aplanan rapidamente hacia arriba y hacia abajo por el corte y no pueden abarcar paquetes de estratos de consi- derable espesor. En la naturaleza tienen difusién limitada, En la mayoria de los casos tenemos que ver con los pliegues llamados semejantes (fig. 38,6). En ellos todas Jas capas tienen un mismo radio de curvatura, aunque cada una de ellas tiene su centro de curvatura propio: cuanto mayor sea la altura a la que yace la capa en el corte, tanto mas arriba, correspondientemente, se desplaza su centro de curvatura. Una condicién infalible para la existencia de semejantes plie- gues es la de que el espesor de las capas en los ganchos de los pliegues debe ser superior al de las alas (fig. 38,6). Tales varia- ciones del espesor de las capas en fos limites de cada pliegue re- presentan en si un fendmeno secundario, provocado por el trasiego oy del material de las alas de los pliegues hacia sus ganchos durante el proceso de plegamiento, Respecto al mecanismo del mencionado proceso se trata en el capitulo siguiente. Los pliegues concéniricos y semejantes pertenecen a la clase de pliegues arinénicos: a Jos anticlinales en las capas mas profun- an 4 a @ & Fig. 38. Pliegues concéntricos (a) y semejantes (6): 1—potencia de Ia capa en cl gansho; 2—potencia de Ia capa on el ala das [es corresponden anticlinales en las capas superiores (de igual forma se corresponden los sinclinales en las capas sobrepuestas). Si varia el declive de los pliegues al elevarse por el corte, éstos no Fig. 39. Plicgues inarménicos. Apeninos del Norte, Italia (segin L. Trevisan): d—tocas rélativomente blandas: 2—rocas relativamente duras dejan de ser arménicos (por ejemplo, los pliegues que son rectos en las capas profundas se convierten en inclinados o acostados en las capas superiores). Son, sin embargo, numerasos los casos en los que en las dife- rentes capas no existe semejante coincidencia en la disposicién de los pliegues anticlinales y sinclinales. Encima del anticlinal, por ejemplo, en otras capas, puede existir un sinclinal, o puede ser di- 70 versa la dimensidn de los pliegues en las diferentes capas o en los diferentes paquetes, debido a lo cual en una misma extension puede ser diferente el ntimero de pliegues en las diferentes capas. Con esto, frecuentemente, en una misma tiasa las capas de mayor es- pesor y dureza (por ejemplo, las capas de areniscas), se encuen- tran encorvadas en anchos pliegues inalterados, mientras que las capas finas y blandas (por ejemplo, las pizarras arcillosas) for- man pliegues intensos pequefios. A semejantes pliegues se les denomina inarmdnicos, y el propio fendmeno lleva el nombre de inarmonia (fig. 39). PLIEGUES DIAPIROS La inarmonia adquiere expresién de extraordinaria ostensién en los llamados pliegues diapiros, Estos ultimos se caracterizan Fig. 40. Domo salino diapfrico con niicleo en forma de hongo (RFA). Segun Trusheim. desde BS hasta K—tridsicas; J, y Wedel jurésico: desde Ving hasta Su—del cretdcico; Tr—teretarlas Roe por el rasgo de que una de las masas que participan en su forma- cién perfora la capa superior, formando el nucleo diapirico o ni- cleo perforante. En su forma mas tipica los pliegues diapiros estan representa- dos en forma de domos salinos diapiricos (fig. 40). En la estructura de estos diltimos participan, por lo menos, tres complejos de rocas que se encuentran en diferentes condiciones de yacimiento. Et complejo medio, compuesto de sal gema que se 71 distingue por su elevada plasticidad y pequefia densidad, tiene una importancia fundamental. Este complejo inicialmente pudo te- ner un espesor uniforme en 4reas considerables, y durante el pro- ceso de deformacién resulté quedar aplastado en ciertos lugares, mientras que su material se estrujaba hacia otros donde su espesor, correspondientemente, aumentaba intensamente. A las hinchazones del complejo plastico se las denomina nucleos diapiricos, y tienen formas de lentejas, crestas. conos, cilindros o columnas. En una o E (Oo) EEE > BB BSS ES Fig. 4], Plegamiento en el interior del niiclea de un domo dieplrico (segiin Bentz). La edod de tas capas que recubren el micteo se senala con ndlees: s-7 nérmico: f—areniscas del pérmico tnferior, 2—margas del pérmieo foferior, $—atellias del pésmico Inferlor, ¢—sal del pérmico ‘Inferior, 5—ank{drita del pérmico superior, 6—sal del pécmico superior. 7—callza de! pérmico superior serie de casos los nitcleos diapiricos adquieren forma de hongo. La altura del nticleo puede medirse en varios kilémetros, teniendo un diémetro de centenares de metros. Si las rocas del complejo plastico son estratiformes, se puede observar que en el interior del niicleo diapirico éstas se encuentran arrugadas en estrechos plie- gues isoclinales aplastados (fig. 41). Las rocas suprayacentes al complejo plastico se elevan sobre el miicleo diapirico y, general- mente, yacen en forma de domo complicado por las fracturas. Es muy tipica ta penetracién de las rocas del complejo plastico en las capas del complejo de recubrimiento, su rotura y desplazamiento hacia los lados. La estructura del complejo inferior de rocas, subyacente al complejo plastico, generalmente es mal conocida. Sin embargo, est4 claro que su yacimiento es diferente al de los complejos su- pericres. A veces el complejo inferior yace inalteradamente, de 72 forma horizontal o monoclinal de suave pendiente, o forma cubetas en declive suave y domos disconformes con los pliegues de las ¢apas suprayacentes. Otras veces el complejo resulta estar quebra- do por fracturas verticales en un “teclado” de bloques elevados y hundidos unos respecto a los otros. El nicleo del pliegue diapiro, ademas de sal, puede estar com- puesto de arcilla blanda y, a veces, de una intercalacién de arcillas y margas. En la depresién precaspica se conace un gran niimero de domos salinos diapfricos. Los pliegues diapiros con niicleos de arcilla estan desarrollados en las peninsulas de Kerch, Taman y de Ap- sherén. CAPITULO 5 CONDICIONES FUNDAMENTALES PARA LA FORMACION DE PLIEGUES VARIEDADES MECANICAS DE LOS PLIEGUES Las capas de las socas pueden doblarse en pliegues de dos ma- neras; como resultado de la flexidn transversal y pot medio de la lexiéa longitudinal. En el primero de los casos la capa se encorva bajo la accién de luetzas aplicadas en direccion perpendicular al plano de Ja capa. Para que ésta se encorve deben existir pares de fuerzas (fig. 42). Los pliegues que surgen en este caso son pliegues originados por la fleaton transversal, Los mas caracteristicos entre ellos surgen como resultado de la accién de fuerzas verticales aplicadas a las capas horizontales. Asi, por ejemplo, el pliegue de flexién transver- sal se forma en las capas que recubren el basamento cristalino, en- cima del bloque elevado y limitado por Jas fracturas. Las fuerzas que forman pares con las fuerzas dirigidas de abajo hacia arriba van al encuentro de estas ultimas y estan provocadas por la fuerza de gravedad, aus sostiene a las capas en su nivel original fuera de los limites del bloque que se eleva. . La flexion longitudinal de las capas surge bajo la accién de la juerza de compresion de direccién paralela a Jas capas. Estas tlti- mas, durante la compresién longitudinal, pierden su estabilidad y, en lugar de deformarse engrosando uniformemente, se encorvan (vean mas detalladamente cap. 10). El papel de la estructura estratificada de las rocas durante las flexiones transversal y longitudinal no es el mismo, Durante la flexién transversal, incluso si no existen divisorios mecanicos de-" terminados por la estratificacién, la deformacién terminaré con la formacién de un pliegue. Por ejemplo, si las capas estén simple- mente dibujadas en la pared lateral de una probeta plastica y, por Jo tanto, no pueden jugar ningin papel mecdnico, como resultado de Ja deformacion las primeras resultaran encorvadas en un plie- gue de flexién transversal, 4 Durante ja flexién longitudinal la estratificacién juega un pa- pel diferente en su ptincipio: sin esta Wtima de ninguna manera pueden formarse pliegues, ya que una de las condiciones obligato- tias para su formacion durante Ja Slexién longitudinal es la posibi- lidad de resbalamiento entre las capas (fig. 43). Al encorvarse en pliegues paquetes de estratos divididos por superficies de resbala- miento aliviado, toda capa resbala respecto a la subyacente, hacia FAQS = Fig. 42. Pares de fuerzas que actiian durante la formacién de los pliegues de flexién transversal: a—pitegue simétrico: b—-pllegue asimétrico ta béveda del anticlinal y respecto a la suprayacente, hacia el gancho del sinclinal. Debido al rozamiento, al encorvarse el pa- quete de estratos, toda capa en su interior se encuentra bajo la accién de un par de fuerzas, una de las cuales (en el techo de la capa) esta dirigida hacia la béveda del anticlinal, y la otra {en el Fig. 43, Resbalamiento de las capas durante ta flexién: e=— bévedas suaves y alas abruptas (o con un ala de pequefio bu- zamiento y otra abrupta). Tales son las elevaciones del amplio pliegue anticlinal del Don-Medveditsk y de los Zhiguli en la plata- forma Rusa (fig. 48,a,6). Su rumbo es de centenares de kilé- metros y su amplitud se mide en muchos centenares de metros. La elevacién de Zhiguli es asimétrica: su ala sur es de pendiente muy suave, su ala norte en algunas partes es vertical y esta alterada por fracturas. Las alas de la elevacién del Don-Medveditsk estan complicadas por los escalones de las flexuras, En la fig. 48, ¢ se expone una elevacioén en arqueta que se encuenira en la depresidén de Minusinsk (regidn de Krasnoyarsk). Elevaciones masivas arqueadas de tipo semejante se conocen en gran cantidad en las Montafias Roquenas en EE.UU. a4 Son también caracteristicos los cordones bajos y alargados de pendiente suave, cuyo ejemplo es el de Oksk-Tsinsk en la plata- forma Rusa. Este se extiende en 350 km con anchura de 25-40 km y amplitud de 200-300 m. Los 4ngulos de buzamiento de las capas en las alas no exceden de un grado y medio, Para todas las grandes elevaciones de tipo idiomorfo es carac- teristica su complicacién por domos y elevaciones menores irregu- lares. Al examinar el corte a profundidad del plegamiento disconti- nua o idiomorfo se descubren importantes particularidades de su estructura. En ellos mds frecuentemente se observa una disminu- cién regular del espesor de Jas series sedimentarias en direccién de las bévedas de los anticlinaies y un aumento de Jos espesores en las depresiones residuales entre ios anticlinales. En relacién a esto, las capas que se encuentran a mayor profundidad estan encorvadas mas bruscamente que las que se encuentran mas cerca de la su- perficie. Algunas series se acufian totalmente en las bévedas de los anticlinales y en éstas, como resultado de este proceso, surgen interrupciones estratigrAficas que no existen en las alas o entre los pliegues. Los cambios de espesor frecuentemente van acompafiados tam- bién de cambios de las facies (composicién litolégica) de las rocas sedimentarias: en direccién hacia la béveda del anticlinal los sedi- mentos llegan a ser mas gruesos. Asi, por ejemplo, Jas arcillas, que son caracteristicas para las depresiones entre los pliegues y las alas de estos uitimos, en las bévedas se sustituyen por arenas. Puesto que la dimensién del espesor de los depdsitos queda de- terminada por la dimensién del encorvamiento de la corteza te- rresire y las facies de éstos se determinan por la profundidad en la que fiene lugar la depositacién, los datos expuestos que atafian a los cambios de espesores y facies de los sedimentos en las re- giones de desarrollo del plegamiento discontinuo o idiomorfo testi- monian la historia determinada del desarrollo de este plegamiento. Exactamente: algunos pliegues, que forman parte del plegamiento discontinuo, debaran haberse elevado relativamente sobre e| fondo de un descenso mds general de iodo el terreno. El des- censo general condujo a la acumulacién de espesores considerables de sedimentos en los espacios entre los pliegues. La elevacién de estos ultimos, sobrepuesta como fendmeno de segundo orden a dicho descenso general, condujo a su vez a que las bévedas de los pliegues resultaran ser los lugares de menor encorvadura y, por consiguiente, de menor acumulacién de sedimentos. Esto se ma- nifesto también en el relieve del fondo como tramos de relativo bajio, lo que se reflejé correspondientemente en las facies de los sedimentos (fig. 49). La elevacion relativa de los pliegues transcurriéd durante todo aquel intervalo de tiempo para el que en el corte geolégico se re- gistran los correspondientes cambios de espesores y facies. El 85 acufiamiento total de algunas formaciones en las bévedas de los anticlinales corresponde a los intervalos de tiempo en los que la elevacién relativa del pliegue resultaba ser mds rapida que el en- corvamiento general del terreno, debido a lo cual la elevacién re- lativa del pliegue se convertia, temporalmente, en absoluta. En casos aislados este simple cuadro de cambios de los espe- sores y facies en los limites de pliegues aislados resulta estar com- plicado. Asi, por ejemplo, frecuentemente, comenzando desde cierto nivel estratigr4fico, al seguir m4s abajo no tiene lugar ningiin cambio de espesores. Ello significa que el nivel estratigrafico de que se trata corresponde al tiempo de comienzo del desarrollo del pliegue; anteriormente aqui no existia pliegue alguno y las capas se mantenian en posicién horizontal. EES Bess Fig. 49. Variacién de las facies y de los espeSores de los depdsitos sobre una ctipula de origen de bloques (esquema}: f—basamento; 2—calizas, 5—areillas: 4—arenas; 5—conglomerados. La escala vertical ‘em comparacién con Ja horizontal estd aumentada varias veces En otros casos, desde cierta profundidad puede obseryarse un fendmeno contrario: el aumento del espesor de las formaciones se- dimentarias en direccién hacia la béveda del anticlinal discontinuo, Debido a esto, con la profundidad tiene lugar el aplanamiento del anticlinal. A cierta profundidad el yacimiento anticlinal de las ro- cas puede ser sustituido por el horizontal (o monoclinal), y a mayor projundidad atin, por el yacimiento sinclinal, que por el lugar en que se manifiesta, coincide con el yacitiento anticlinal Suprayacente fig. 50). Semejantes pliegues discontinuos se deno- minan invertidos, Y, por Gltimo, se tropieza con casos de distribu- cién irregular de los espesores en las pilas de rocas, lo que con- duce a una disconformidad considerable de las formas estructura- les en las diferentes profundidades. Todos los casos enumerados testimonian la historia compleja det movimiento de la corteza terrestre. Si se observa un aumento de los espesores en direccién hacia la béveda del anticlinal actual ello significa que, durante 1a sedimentacién de unidades en las que existe semejante aumento de la potencia, alli donde ahora esta el anticlinal tuvo lugar una combaduta hacia abajo local de la corteza terrestre. Mas tarde, ésta fue sustituida por una elevacién 86 relaliva, cuando los espesores fucron disminuyendo hacia la béveda del anticlinal y cuando tomé forma el propio antictinal. En otros casos ja disposicién de los tramos de relativos des- eensos y elevaciones pude variar reiteradamente y la distribucién contemporanea de los pliegues discontinuos de diversa forma re- NNE adgna Age de Usbate God f $B ten Fig. 50. Ejemplos de pliegues de bloques que se formaron en el lugar de una comba mas temprana: Assmplio pliegue anticlinal de Wild on Inglaterra meridional (segdn Lapwort); el aumento Get cspesor de tos depssitos del Jurdsieo y ueocomlenses debalo de la béveda del amplio pliegue onticiina! demuestra que durante la acunulaci¢n de ¢stas sedimentaciones cn Ingat del ampli pllegue sntictinal existia una comba, B—anticlinal de bloques en [a Bepresisn de Minusinsk (segiin A. Mossakovsk |). [estructura moderna (pertit); il—perfi! paleotecténico que indica la distribucion del eapesor ae los sedimentos ante: ja efevacién de! anticlinal. Eq antlelinal (Ak) se formé Sil'donde es mayor el espesor del. Devénico medio, es decir, ne) sitlo de la comba del Dovénico medio, J=%—Devdnico supertor; #-5— Devanlco medio; 6— Devdnico Inferior presenta en si e] resultado sumario de los movimientos verticales de ja corteza terrestre que, a veces, son de sucesién muy compli- cada. En total, tanto el aspecto exterior del plegamiento discontinuo o idiomorfo, como las particularidades furdumentales de la histo- tia de su desarrollo, indican que este pleeumigite se formé como resultado de la elevacién individual de pliegues aislados que cn- tran en su composicién, elevacién que fue provocada por las fle- 87 xiones transversales locales de las capas bajo Ja influencia de fuerzas dirigidas desde abajo hacia arriba. Ademas de estos dos principales tipos morfoldgicos de plega- miento, puede distinguirse también el plegamiento de tipo morjo- légico intermedio, que en uno u otro grado comprende los rasgos tanto del plegamiento completo como del discontinuo. A éste per- tenecen los domos diapiricos, e] plegamiento en cresta y el plega- miento en arqueta. Como ya sefialabamos antes, en los domos diapiros se retinen los mecanismos de flexiones longitudinal y transversal. Si trata- mos de los pliegues en el interior del nucleo diapirico, debemos ne N Ayfctnat s este Fig SL. Ejemplo de plegamiento en forma de -cresta, Corte a través de la depresién de Tersk en Daguestdn septentrional (segan I, Brod): C,~creldciea superior; my_g—paleocena y eoceno; my—g—aligoceno (serie de Maykop): ang, mj, m4-7, m§—ttoceno; m4— plloteno subrayar que su conjunto tiene todos los indicios fundamentales del plegamiento completo. Y la combadura hacia arriba cupuli- forme, formada por el complejo superior de capas que pasivamente esta elevado sobre el niicleo diapirico, representa un elemento ti- pico del plegamiento discontinuo. La zona de propagacién de los domos diapiros, desde el punto de vista de la morfologfa de su estructura superficial, se caracteriza por ser de plegamiento de extrema “discontinuidad”, aunque a profundidad, en el interior de los niicleos diapiricos, el tipo de plegamiento es totalmente dife- rente. Precisamente esta mezcladura de los diversos tipos de ple- gamiento obliga a referir los domos diapiros al tipo morfolégico intermedio. En el tipico plegamiento en cresta se observa una alternacién bien marcada de los anticlinales (rectos, inclinados 0 en abanico) y sinclinales amplios y planos (fig. 51). Este plegamiento, por consiguiente, se caracteriza por un desarrollo desigual de les an- ticlinales y sinclinales, lo que lo aproxima al plegamiento discon- tinuo. Sin embargo, Ios sinclinales aqui no desaparecen por com- pleto, sino que se convierten en suaves y anchos. Ademas, para este plegamiento es caracteristica (mucho mas que para el plega- miento discontinuo) una linealidad elocuente (los anticlinales estan representados por cordones estirados o pot braquianticlina- les). En una serie de casos quedé establecido que, en los niicleos de los anticlinales en cresta, se concentran las aglomeraciones de material plastico estrujado del fondo de los amplios sinclinales 88 vecinos. A veces, este material plastico se exprime a la superficie a través de la béveda del anticlinal en forma de lengua y origina pequefio manto de arrasire (fig. 52). De aqui que se pueda pensar que los anticlinales en cresta, por su estructura interna, son seme- jantes a los domos diapiros, diferencidndose de éstos solamente por su linealidad. También pertenece al tipo intermedio el plegamiento compuesto de gran cantidad de pliegues considerables en arqueta, que cubren un drea extensa, Un gran desarrollo de los pliegues considerables en arqueta se observa, por ejemplo, en Daguestén (CAucaso nor- este). Todo anticlinal en arqueta es semejante a los pliegues ais- Fe) GM. as EZA> Ege je [ale Ezsds Eeqe Fig. 52, Manto de arrastre que se formé en_el nticlea de un diapiro de forma de cresta. Anticlinal de Gro Servo, Francia (segin G. Coroie): 1—1Uitas det_paleazoico: 2—depésitos areno-arciliosos del carbonifero: 3—conglomerados del pérmlco: ¢—arenlscas ablgarradas continentales (trifsico inferior); 5—callzas de est tificacién fina, dolomitas. anhldrites, yeso. sal de piedra (tridésico medioy, d—arcilia abl- Gorrada y arent doloimitas y yeso ‘Urldsico superion)s 7 catacién de areiltas ‘ealizas (edtieo reillas ¥ eallzas (jurdsico interlor intdsteo mediols: fo—ealizas y ‘margas {jurdsicn ewarcillas (Aplico); JF—areniacas (senomense); (uronense); 6—margas y calizas (scnonense). La linea de trazos es el supuesto muro del manto de arrastce en los lugares en donde esté derrublado lados de tipo discontinuo (por ejemplo, a los de Zhigulf o Don- Medveditsk). Tales pliegues debieron quedar formados como resul- tado de la flexién transversal local de las capas, y se debe admitir la elevacién individual del bloque del basamento debajo de cada pliegue. Pero su desarrollo ininterrurpido en un drea considerable aproxima su conjunto al plegamiento completo. De aqui que el ple- gamiento en arqueta se refiere al tipo morfolégico intermedio. CLASIPFICACION CINEMATICA DE LOS PLEGAMIENTOS Al diferenciar los tipos morfolégicos de plegamientos ya in- dicabamos el cardcter mas probable de los movimientos que con- dujeron a la formacién del plegamiento de uno u otro tipo. Dichas observaciones permiten pasar facilmente de la clasificacién mor- foldgica a la clasificacié6n cinemética de los plegamientos, que se basa en la nocién respecto al caraécter de las deformaciones o mo- vimientos del material de la corteza terrestre que, directamente, evaron a la formacién de pliegues. Puesto que la morfologia del plegamiento completo u holomorfo indica que su formacién tuvo lugar durante el proceso de compre- a9 sién horizontal general de todo el espesor dado de capas, a seme- jante plegamiento, en ta clasificacién cinematica, se le puede de- nominar plegamiento de aplastamiento general. La morfologia del plegamiento discontinuo o idiomorfo testi- monia, por el contrario, la elevacién individual de cada pliegue. Semejante elevacién individual puede originarse solamente si blo- ques aislados de la corteza terrestre de formas distintas se elevan a diferente altura, encorvando de manera variada sus superficies, a la par que la elevacién del bloque provoca la deformacién de las capas superiores que inicialmente yacian horizontalmente. En con- formidad con este mecanismo a semejante plegamiento se le puede denominar de bloques. A este ultimo pertenece también la variedad de plegamiento en arqueta de tipo morfolégico intermedio. En resumen, la estructura de los diapiros ; del plegamiento en cresta queda determinada por el trasiego del material de la for- macién plastica, que en unos lugares se exprime, inyectandose en otros. Alli, donde se inyecta, se forman los nicleos de inyeccién, o nicleos diapiricos, tanto redondos (en Jos domos diapires}, como alargados, (en los anticlinales en cresta). Todo esto permite distin- guir al plegamiento de este tipo con el nombre de plegamiento de inyeccion. Algunas de las particularidades fundamtentales del mecanismo de fotmacién del plegamienio de aplastamiento general (tales, por ejemplo, como Ja flexién de las capas, su resbalamiento mutuo y Ja redistribucién interior del material en las capas) fueron descri- tas m4s arriba, Otras cuestiones complementarias del mecanismo de plegamiento de aplastamiento general se trataran en los capi- tulos 10 y 11. La cuestién respecto a las causas de la compresién horizontal, indispensable para la formacién del plegamiento de aplastamiento general, pertenece al grupo de cuestiones mds importantes y dis- cutibles de la geotecténica general y en este libro no se examina. Las causas de la elevacién relativa de los bloques de la cor- teza terrestre, que tiene lugar en el cuadro de la combadura mas general def terreno y que es la base de la formacién del plega- miento en bloques, son también objeto de las hipdtesis geotectoni- cas, Aqui nos limitaremos finicamente a hacer algunas obseryacio- nes complementarias respecto a la cuestién del mecanismo de for- macién del plegamiento en bloques. E] amplio desarrollo que entre los pliegues en bloques tienen las formas estructurales asimétricas con un ala de suave pendiente y otra abrupta o las formas complicadas en las alas por los esca- lones de las flexuras, testimonia la ligazén de este plegamiento con las fracturas en el basamento y con el desplazamiento vertical de los bloques de este ultimo. No obstante, esto no significa que la naturaleza de los pliegues discontinuos suaves y de poca pendiente no puede ser de bloques. La simulacién de pliegues en bloques con ayuda de materiales plasticos demostré que, si sobre un material 80 estratificado plastico presiona localmente de abajo a arriba una estampa dura (que representa el bloque del basamento que pre- siona las pilas estratificadas de la cubierta sedimentaria), sola- mente en la profundidad, en tas inmediaciones de la superficie de la estampa, se forma un pliegue en arqueta muy acusado de bé- veda plana y alas verticales. Al alejarse, subiendo de la superficie del bloque hacia el interior de la pila estratificada, el pliegue se aplana de forma gradual y, si es sufictente la potencia de las rocas plasticas, puede convertirse cerca de la superficie en una elevacién amplia y suave de las capas. Por consiguiente, las elevaciones idio- morfas que en la superficie son de pendiente muy suave, pueden corresponder en la profundidad a un bloque limitado por rupturas. A semejantes elevaciones de poco declive a veces se las denomina “pliegues reflejados en bloque*, a diferencia de aquellos en cuya estructura se ve de manera mas clara la ligazén existente entre dichos pliegues y Ja elevacién relativa de bloques de la corteza terrestre de ostentibles contornos. Sin embargo, se debe tomar en consideracién que las “estructu- ras de compactacién” de origen no tecténico pueden parecerse ex- traordinariamente a los pliegues tecténicos de tipo discontinuo, La aclaracién de Ja verdadera naturaleza de semejantes pliegues du- dosos puede basarse o en el estudio de su corte vertical o en la existencia o ausencia de regularidades regionales en su disposi- cién, Ej mecanismo de formacién del plegamiento por inyeccién es mas evidente, ya que se desenvuelve a profundidades accesibles para su estudio directo. Las deformaciones que conducen al plegamiento por inyeccién son provocadas directamenie por la irregularidad de la compresién transversal, es decir, dirigida perpendicularmente a la estratifica- cién de las series plasticas de rocas (tales como yeso, arcilla, margas de fina estratificacién, a veces, alternaciones de arcillas y areniscas de poco espesor). En los casos mas tipicos la compresién esté dirigida vertical- mente respecto a la serie plastica de capas de yacimiento horizon- tal y queda provocada por la carga de las rocas suprayacentes. La irregularidad de la carga puede estar condicionada por el hecho de que las rocas suprayacentes a la serie plastica tienen di- ferente densidad en sus distintos tramos, A su vez, la diversidad de densidades puede estar sujeta tanto a fas diferencias en la com- posicién petrografica de las rocas, como a la existencia en estas \ltimas de zonas de quebraduras;y trituraciones, ya que semejantes zonas mullidas se caracterizan por ser de menor densidad que la roca interga. Bajo el influjo de las diversidades en la carga, la serie plastica se exprime de aquellos lugares en los que resulta encontrarse bajo mayor peso, y se inyecta en otros donde la carga sobre ella es menor. 5 Fr 91 Con esto se deben diferenciar dos casos: el caso de ausencia de inversién de densidades y el caso de existencia de semejante inver- sién. En el primero de los casos fa formacién fluida que se exprime tiene en conjunto una densidad no inferior a la de las rocas supe- tiores. En estas condiciones, el movimiento tiene lugar hasta que la presién sobre cualquier superficie horizontal en el interior de las Focas no resilte ser igual (las superiicies isob4ricas Hegardn a ser horizontates) (fig. 53, a). Tedricamente, si ambas series tienen igual densidad, el equi- librio comenzara4 cuando el relieve de la superficie se convierta en horizontal y, en particular, cuando el material de la serie inferior rellene a ras de la superficie las grietas abiertas en la serie supe- rior. En realidad, debido a la existencia del limite de fluencia plas- tica del material de la formacién fluyente y al rozamiento con [as Fig. 53, Esquema del mecanismo de inyeecién tectdnica: a—Jas densidades de ta serte suprayacente dy) y de fa subyacente plastica (d,) son igna ies. Cuando se formé el plicgue de Inyeccian cuya altura cs #, la presién sobre el plano ABA, es Igual en todas partes, ya que HdimHdy La elevacién ulterior de! plieguc es dmposibles ’—la densidad, de ja serle suprayacente (d\) es superior a la de la serie plastica aubyacente (d,). En el punto 8 ta presién sobre el plano ABA, es menor gue ea los tramos A V Aw ya gue hid: Aid)

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