La formacién
del pensamiento
sociolégico 1
Robert Nisbet
Amorrortu editores
Buenos Aires1, Las ideas-elementos de la sociologia
Ideas y antitesis
La historia del pensamiento se suleabordat de dos maneres
1 prinora y iy antigua paste do io dramats pertoney
{esd biogtifien de aqulla, Sobre eke procatinieno hay
mucho part ablan. Rela inprendible optaro de
tin Cpe as fees aides de fa evn
intelectual, eas perepciones,inticones profundss des
Calmientos qua proveden Goiamente dé seres neividua:
ies Sin embargo este enfogue Gene sup dewventajs, La prin:
Cipal es que, gracias a Chl historia del pensmieto 90
transforma my fécente en una mera biogata Gel pene
fio des sparen coo prlmetens Sn
3s proyectacas por tds fnicoy tis que como esas
tstucturas Gicernibles do significado’ penpeciva y fier
Find a una causa que son a todas hace las grandes Hess
ela Ratna dele Como iano ix
deat tenn sus propia feacioes ycontnuidad, ¥ Wes
nada raro perderlas de vista cuando concentramos nuestra
oncion en lng biograting
El segundo enfoque ne diige, no alos hombre, sino a Jos
sig eo ono Ne et Besta na Si
Como en la mettes, Las soposciones, eas y colton se
concretan en sistemas que a menudo adquicren un poder
temejante al de las religions sobre ss prosltos, Podemos
Compares a lo sstonas con las Gestalten de los pecdlogos.
‘Sprehendemes ideas y hecho no en forma atomizada tino
lento do las pautas’do:pensamiento que constuyen tna
parte tan grande de nuesto medio. Pero cate ebloque,
Desa de su valor, también ce peligoso, Con harta fecuen
alo sistemas som considerador como ieveductbley, no
18‘come Io que son en realidad: constelaciones de supuestos
€ eas icemiblsy aun Sndepeniene, ue pueden dey
componerse y reagruparse en. sistemas diferentes. Ac
todo sistema tende a perder vitalidad; fo que estima a las
personas de una generacién o siglo, solo interesa a Jos anti-
‘uarios en la generacion o siglo siguiente, Béstenos pensar en
el socialism, el pragmatism, el utltarismo; y mucho antes
e ellos, en el nominalismo y el realismo. Sin embargo, cada
‘uno de ‘estos sistemas posee elementos constitutivos que con-
servan hoy tanta vigencia —aungue de diferente maners
como la que tuvieron en sus contextos originales. Seria
Tamentable perder ests clementos de vista.
Esto nos lleva de la mano a un tercer enfoque: el que no
‘empieza por el hombre ni por el sistema, sino por las ideas
{que son los elementos de los sistemas. Nadie los ha descripto
feon mayor lucider ni autoridad que el extinto Arthur O,
Lovejoy en el siguiente pasaj
‘
fectdonles Fasinene la Hea ma de presen eo
Jelo de una nueva doin, fundada no ya sbee s Hbsee
én dl hombre rept oy mua Yi tah,
no sobre una espede de snhelo de nuevas formas de eo”
‘munidad social y moral. .
Liberalismo, radicalismo, conseroadorismo
even ppnow yal
esa el pat i de ec ma
farsi de esc o
Spe gaa cin tro,‘
‘sus ropios estudios istricos, Jas ideas no engendran ideas
sxe un Mees eno Sep
tica i transformado: my a menudo las historias gee
Ss antorads eye Hn eee
sirius eco sc de eget El pon
cara lie, etry e
Sr coy a ake. aes
2
Las ideas que nos interesan resultarin incomprensibles, a
spenos qué las analceios en funcién de los contentosideo-
égicos donde aparecieron por primera vez. Los grandes
soeidlogos del siglo, desde Comte y ‘Tocqueville a Weber
y Durkheim, fueron arrastradas por Ia corriente de las tres
irandes ideologias del siglo XIX y comienzos del XX: el
iberalismo, el radicalismo y el conservadorisino. En el pro
ximo eapitulo nos ocuparemos de las dos revoluciones —ls
Industrial y la democritica~ que conformaron esas ideo-
, como también las itleas fundamentales de la socio-
Pero ante todo es importante deseribirlas con alguna
precisién.
EL gello distintivo del lberalismo es su devocién por el in-
dividuo, y en especial por sus derechos politicos, civiles y
cada ver més— sociales. La autonomia individual es para
fl liberal 1o quo la tradicién significa para el conservador,
y el uso del poder para el radical. Hay notables diferencis
a no dudarlo, entre los liberales de Manchester, para quic~
nes la libertad significaba fundamentalmente liberar la pro-
‘Guctividad econémica de Jas trabas de la ley y las costum-
bres, y los liberales de Paris de 1890, para quienes liberar el
pensamiento del clericalismo aparecia como el objetivo prin:
Cipal. Pero fuera de estas variantes, todos los liberales tenian
fen comin, primero, la aceptacién de la estructura funda-
‘mental del estado y la economia (no consideraban a ia
revoluci6n, como los radicales, base indispensable para la
bertad, atunque en alguna circunstancia pudieran apoy
la). y, segundo, la conviecién de que el progreso residia
fen la emaneipacién de I; mente y el espiritu humanos. de
los lazoe religiosos y todicionales que los unian al_ viejo
‘orden. Los berales’ del sigio XTX conservaron la fe del
‘uminismo en la naturaleza autosuficiente de la individuali-
dad, una ver liberada de las cadenas de las instituciones
corruptoras. Existieron, admitimoslo, quienes como Toc-
‘queville, John Stuart Mill y Lord Acton —a quienes debe-
‘mos incidir, en tanto ellos se incluian a si mismos, entre Jos
Tberales— atribufan a las instituciones y tradiciones, en
Gerta medida, Ia importarcia que les atribuian los conser-
‘adores; dicha medida estaba dada por el grado en que tales
tntidades robustecieran la individualidad. La piedra de to-
fque era la libertad individual, no Ia autoridad social. El li
Beralismo utilitarista —que abarca desde Joremy Bentham
a Herbert Spencer— tenia una opinién ‘de la iglesia, el
3estado, 1a parroquia, el gremio, Ia familia y la tradicién
‘oral que no se dferenciaba en ningiin aspecto importante
de las opiniones anteriores del Thuministo, En las obras de
Macaulay, Buckle y Spencer la nociém del individuo aista:
do, automotivado 'y autoestabilizado, resulta. primordial,
‘Las instituciones y tradiciones son sectindarias: én el mejor
d los cases, sombras de agus en el peo, obstculos que
‘oponen a su autoafirmacién,
Impera en el radicalismo —que a menudo deriva del libe-
ralimo y hace causa comin con é— una mentalidad muy
iene, Shay un elemento dininivo del radcalino de
los sglos XIX y XX es, creo, el sentido de las posiilidades
de redencién que offece el poder. politico: st conguis
su purificacién y su uso ilimitado (hasta incluir el terrors
‘aoe ro de Ia reabiacié. dl hombre lini
cionts. Junto a la idea de podee, cocxiste una fe sin Hmites
pin itn pan In creaidn d'un naeo Set eal
‘Con anterioridad al siglo XVIII, las rebeliones contra. el
orden socis! —que no eraa raras, ni siquiera ‘en la Edad
‘Media— surgian en el marco de la religion, Los husita, los
anabaptistas, los niveladores,* los tembladores,** y otros
rupos que periédicamente se levantaron contra Ia ‘autor
dad constituida, perseguian objetivor religiosos. Las con
iciones sociales y econémieas contribuyeron, a todas i
xs, a desencadenar estas revueltas; y habia, por certo, re.
fe-encias a la pobreza y el sufrimiento en Jos bandos yma.
nifestos que creunstafciamente redactaban, Pero To im
portante ¢& que exas referencias aparecen expresadas en tere
‘eines religion donde To fundamental es el lamado la
pureza perdida’de la crisiandad apostélica, 0 la experane
‘en a equnda venida de Grito, ia i
La linea principal del radicalismo del siglo XIX es, en todo
sentido, secular. La antorcha de la rebelidn pasé a quienes
vvefan la esperanza de Europa y la humaniad, no'en la
religion, sino en la fuerza politica de la sociedad. No des-
aparecié el milenarismo: solo perdi6 su contenido crstia.
4, Riladors (edn): Mboup defer de
fincas republicancs ¢ iguaitaroy, formabo’ en Taglrerra hace
1647 y aniqulado por Cromwell dot ator mis tarde: (M. del B)
{3 ‘Tembladores (skaters): Secta religions creada en Tagaterra cn
oh le SVITE uc pace cles 7's reed oan
6, Detva tu nombre de una de Tat daneas que formaben
parte de na situnh (N def B) :
2
no. Lo que nos mucstra el radialismo del siglo XIX (con
41 jacobinismo, el Comité de Salvacién PAblica y quizA,
por sobre todo fo demus, el golpe de estado del 18 Brumario,
como modelos) s una’doctrina revolucionaria milenarista
ida de Ia fe en el poder absoluto; no el poder por sf
nism, sino al servicio de Ia beracion racionalista ue
manitasia del hombre de as tiranias y desigualdades que
Jo acosaron durante milenies, inciuyendo las de la religiOn.
En cuanto al conservadorismo, la cuestin es mis comple
Por ser la menos axalizada do las tres idcologias, y por la
‘strecha selacén que existe entre las tsi principales Gel cone
Servadorismo filostfico y laa ideas-lementos de la socilogia,
debemos explorarlo con més delle.
El conservadarisma moderno , en su forma filséfica al
menos, hijo de la Revolucién Industial y do la Revolucién
Franca hij imprevisto, no deseo y oad por ls pro
tagonistas de cada una de ells, pero hijo al fin. Lo que
anbas revoluciones atacaron, fe defendido por hombres
como Burke, Bonald, Haller y Coleridge, y 10 que ambas
engendraron —en la Torma de democraeia popular, teenolo-
fa, secalarismo, ete es lo que el canservadorismo stacb,
Sil ethos central del Hberalismo es Ia emancipacin in
vidual, y el del radicalismo la expansién del poder politico
al servicio del fervor socal y moral, el el industria
fismo y Ja democracia, le habjan sido inspirados por Bo-
ald, Le Play, una generacién mis tarde, no haria sino asi
hnar sentido cientific, en su European Working Clases, &
Ja temprana obra polémica de Bonald sobre Ia familia, L
influenela del conervadortine wbre Tooquevile incuee
tionable: conaituye la fuente inmediala de sa preocupats
Yoevasva apreciacén do la-democracia. ¥ aca fines del
Figo, en laa obras ele Distheim, de ideas no tligioes 9 hi
bral en politica, encontramos dirias tis del conseread
rismo franeés converts en algunas de las tosis tenia:
Tes de su soioogla sistemica: la concenciaealcivay el
cavicter funcional de tas insttcionese ideas, lag asciacio-
nes intennediasy también tu alae al individual.
Contra qué se alba el conseradorino? Ante todo, por
Supuesto, contra Ia Revolucion, pero en todo slgune dai
famente contra ela, Creo que podtnoy entender mefor est
{dcelogia la concebimos como el primer gran ataque al
modemiumo ¥ a aus elementos polio, economic Y cle
turales La Revolucién encendié Ia mécha, poro pare cs
omervadore, nt importaneia er de indole hrc y sim
Sols" ela eto In fra culmnecton de teecis
fandas en la storia europea moderna; tendeneas que
fe'manifesaban ahora en ss teribles comsocuencns Polos
legaron tan lejos como Bonald, quien alodia al Terror como
al justo castigo que Dies inligis'@ ropa por sus herejas
feculares e individuals pero exist nae os conserva
lores a convielén profunda, sin excepeones, de que lo mis
Sitintvo y emodentos de a bstona posterior a la Reforma
tra la maldad, oe preudio de I maldad.
Guando reconsrayeron la historia de ‘Buropa, lo primero
‘quo vieron fue que fs provaanteshablan sercbstado de la
cept de Ta iglela la fe individual, lo que conducia de
‘nodo inevitable al diaenso_permanente. De ita tanggre-
én a atibuir al hombre finitoe individual, las poteacias
Inteleecalesy ceridumbres propias de Dios y dele sie:
2 Systdme de politique positive, * ed, Pals, 1912, TTT, pg. 605
Para un inforse detallado de ka Inflacneia del conservaderistno =>:
be el pensamiento del siglo XTX, véase mi