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Biblioteca Técnica de CYPE Ingenieros LOS PILARES. CRITERIOS BASICOS PARA SU PROYECTO, CALCULO Y REPARACION wale CYPE i INGENIEROS Biblioteca Técnica de CYPE Ingenieros LOS PILARES. CRITERIOS BASICOS PARA SU PROYECTO, CALCULO Y REPARACION mele CYPE HB Bixceneros Las aes. Ctr bscs para su proyecto cele yveparacin 1K indice general 1. Introducelén 2. Consideraciones bésicas para el proyecto de los pilares 3. Geometria y tamafo de los pllares 3.1, Plates metalicos 3.2, Pilates de hormigon : 4, Dimensionamiento practice de las armaduras en los pllares de hormigén armado 10 4.1. Crterias basicos y requisitos minimos en el dimensionamiento de los pllares de hormigén, Cuantiag minimas. 10 4.2. Dimensionamiento de pilares a compresin centrada B 4.3. Dimensionamiento en flexocompresién recta 1B 4.4. Dimensionamiento en flexocompresin esviada 5 4.5. Diagramas de interaccién adimensionales 6 5. Soportes compuestos de hormigén y perfiles metalicos 6, Dimensionamiento de los pilares metilicos. 611. Introduccién, 6.2. Pilares simples, 6.3 Places compuestos consieuidos con dos perilles simples, 7. Aspectos constructivos a tener presentes en los pilares metlicos y de hormigén armad ... TA. Pars prefabicados. 8. Estudio econémico de los pilares (cuantias) sins 6 9, Patologia y terapéutica de los pilare: 7 a 9.1. Opiniones dispersas propésito de la seguridad en los procesos constructivos destinados a rehabiltar y reparar estructuras, 65 9.2. Toma de datos previa al proyecto de reparacién, o 93, Sintomas visibles que requleren la intervencién en los soportes en obras de renabilitacién, 8 9.4, Criterios de seguridad a contemplar en la rehabiltacién de pilares (apuntalamientos) 70 95, Pilares mal replanteados n 9.6. ariaciones de resistencia del hormign a lo largo del pilar 2 9.7, Dafios en las cabezas de pilates producidas por los asientos plésticos del hormigén ™ 9.8, Armaduras de continuidad cortas y desconchados en las cabezas de los pilares 6 9.9 Fallos de estanqueidad en los encolrados, mala puesta en obra y mal compactado: coqueras %6 9.10, Fisuras de flexise 8 9.11. Fisuras de compresion » 9.12, Daas originados por la corrosién de las armaduras 8 10. Estimacién del coeficiente de seguridad en los pilares y toma de decisiones en funcién de su valor .. sennnnenns 9 11. Tipotogia de los sistemas de refuerzos para pilares. Discusiones y calculos. LA Introdueeién general 11.2. Como reforar los plates. Discusiones y cleulos, 113. Discusién ycdleul de los refuerzos de 2unchado. Recrecido de hormigsn estribado, pilates entubados ¥ pares empresilados 02 12, Discusién y célculo de los refuerzos verticales incorporados a los pllares. Encamisados de hormigén y aiadidos metalicos. . so 12.1, Analisis de los refuerzos a base de recrecidos de hormigén. un 12.2. Propuestas précticas para el disefo de los refuerzos con encamisados de hormigén 1B 123. Andlisis de los refuerzos con angulares verticales y presilas transversales. U5 124, Propuestas précticas para el diserio de los refuerzos con angulares y presillas 16 13, Patologia ciudadana.. hs X Las plas. Criteis Biss pra su royecta, cay eparacin ‘Anexo I. Tratamiento del pandeo en las estructuras de edificacién. 1. Introduccién; El pandeo, la esbeltez y la traslacionalidad de las estructuras. LI. Conceptos previos sobre el pandeo 1.2. El concepto de esbeltez 113, Una aproximaciin al concepto de la traslacicnalidad e intraslacionalidad de las estructuras, 2. Concepto de carga critica (Teorias basicas del pandeo basadas en Euler) 3. Influencia de los tipos de enlaces (de los nudos) en la carga critica de pandeo ... 3.1, Peza empotrada en un extremo y libre en el otto 3.2, Peza biempotrada en ambos extremos, 3.3. Pleza empotrade y articulada 4, Longitudes efectivas de pandeo en las piezas comprimidas (pilares) 4.1. Calculo de la longitud de pandeo de Ios pilares metalicos (nbe-ea-95 y EC-3) 4.2, Géleulo de la longitud de pandeo de los pilares de hormigSn armado (EHE) 5. Céleulo a pandeo de los pilares metilicos 5.1. Andliss segtin la norma NBF-EA.95, 5.2. Teorias lasicas sobre el pandeo de los soportes metalicos que justifican el coeticlente w. 5.2.1, Pandeo ekistico 3.2.2. Pandeo ineldstico. Teorlas complementarias. Introduecién, 5.3. Andlisis de los soportes metalicos segin el EC-3 6, Céleulo a pandeo de los pilares de hormigén armado segin la norma EHE .. 6.1, Inteeduccién 6.2. Géleulo de los pilares de esbeltez mecénica comprendida entre 35< Im<100 6211, Flexién compuesta recta 6.2.2. Fein compuesta esviada. (Método aproximado) 63. Célculo de los pilates de esbeltez mecénica comprendida entre 100 f Im € 200 bal 7. Tratamiento del pandeo en la Norma ACI-318. senses A9 Las pias. Cris basics para su ayes cielo y mparcién XI Agradecimientos Gracias en primer lugar @ todas las personas que irabajan en CYPE Ingentieros por su apoyo y sus consejos, sint las cuales estas paginas no hubieran podido ver la lua, Tengo que agradecer a todo el mundo de fa construcién de la Comunidad Valenciana ef haernos permitido proyectary consirur cients de estructura de todos ls tpos, merce a lo cual podemos aventurarnos a escribir lo que escriimos. Una mencién personal de reconocimiento merece (a labor y ef trabajo det profesor J. Calavera, que tine el ‘enorme mérito de haber dado al mundo de la elifcacién la importancia social, econsmica y técnica que realmente tiene, u por haberse convert en n punto de referencia al que acudimos sistematicamente para amparamnos siguiendo sus pasos. No puedo dejar de agradecer a Menchu, mi mujer, y a mis hijos, Elena, lanacio y Pablo, las horas que les he robado dedicandolas a escribir estas paginas que, pese a todas sus imperfeciones, estdn escritas con fa ilusidn y la esperanza de que sean itiles, especialmente a mi fia Elena en su nueva etapa como estudiante de arquitectura aspires. Cris bisios pura spray, clo yrparaciin XI Presentacién y objetivos de la Biblioteca Técnica de CYPE Ingenieros A comienzo de los aos 80, cuando se fundé CYPE Ingenieros, su actividad fundamental era la ingenieria civil, muy centrada en el campo de las estructuras. En aquellos tiempos, cuando comenzaba a extenderse el uso del ordenador en todas las ofcinas de ingenieria y apareceron los ordenadores personales, existia el grave problema de que no habia programas de célculo de estructuras con los que alimentar aquellos chismes lentos, maravillosos y revolucionarios A igual que otras ofcinas de ingenieria, CYPE Ingenieros desarrollé wn software téenico para uso interno que posteriormente decidimos comercializar al darnos cuenta que el futuro de la arquitectura y la ingenierta tendra que contar necesariamente con el ordenador, si cualitti- va y cuantitativamente pretendia alcanzar metas y cotas mds elevadas, tal y como fa sucedido, Los programas técnicos de CYPE Ingenieres son et la actualidad unas herramientas de trabajo muy extendidas en Espaita y otros paises latinos, El célculo estructural, al igual que la propia actividad de CYPE Ingenieros, gira alrededor del ordenador. La informética en CYPE Ingenieros, pese al crecimiento experimentado por la ingenieria pura, incluso en el campo de las instalaciones, la ha desbordado ampliamente ¥, precisamente, el ser testigos de primera fila en el desarollo de software y su uso en el campo de las esructuras, sobre tado en el entorno dela edificacén, es lo que nos fa miotivado a complententar nuestros programas con la publicacién de esta Biblioteca Técnica, al igual que ya lo henios hecho con nuestra Biblioteca de Detalles Constructivos Précticos Metalicos, de Hormigén y Mixtos. En nuestra opinin, el ordenador fa introducido en nosotros los téenicos la falsa creencia de que puede Hegar a suplir los viejos y a la vez perennes concepios del conocimiento estructural, absolutamente necesarios e imprescindibles para facer las cosas Bien. Viendo el mal uso que frecuentemente se hace de nuestros programas de célculo por profesionales que han olvidado los conceptos simples de a mecinca estructural, debido al ajetrea cotidiano de su trabajo, pretendemos recorddrselos con esta Biblioteca Técnica de una manera sencilla y lo més amena posible, dentro de lo que cabe y es factble acer amena la aridez que puede legar a tener el esqueeto resistente del edificio Para los estudiantes de los siltimos cursos de nuestras escuelas técnicas, absolutamente desbordados de profundos conocimientos tedricos, pero incapaces de iar el tamavio razonable de un pilar para wn eificio de 12 pisos o el canto adecuado de un forjado reticular o la cuantia de acero que cabe esperar en wna estructura previamente diseiada, etc; para ellos, también creemos que puede ser itil esta Biblioteca Técnica En resumen, creemos y pensamos que el uso del ordenador debe ir acompaitado de uitas fuetes desis de sentido comiin y de unos conoci- imientos basados en los conceptos estructurales de siempre que. desgraciadamente, se tienden a olvidar y que nosotros pretendemos recuperar, en el canipo que nos toca, con esta sencilla Biblioteca Técnica, que trata de cubrr el ampli espectro de las estructuras de edificacién, desde el punto de vista de su diset, de su comprobacion y de sus patologias. Los temas tratacios en la Biblioteca Técnica cubren wn amplio y variado espectro. Se tratan los coefcientes de seguridad, su significado, las carga de cdculo que tenemos que considerar en nuestrasestructurasy la imporancia de unas y otras. Cudles son las hipStesis de cAlculo que establecen las Normas Oficiales y cémo se combinan para establecer los esfuerzos pésimos, con el que dimensionar y comprobar la bondad de la estructura previamente disenada. El segundo libro contiene wna breve introduccién a la historia de las tipoloaias estructurales y sus mecanismos resistentes, desde el pértico al cable que atiranta y sostiene una marquesina, y la forma de abordar su cdlculo. Aca6a el tema con una aproximacién general a ta patolagia estructural bajo wn punto de vista puramente conceptual. XIV Les lls. Cris bias para su royce yrporacin “También se recoge una aproximacién fistrca de los elemertos estructurales horizontales que el hombre fa empleado para resolver las estructuras de sus edifcios. Los foriados en el pasado, en ef presente y en el futuro se exponen de manera sencilla y muy aréficamente. Se analiza el mundo de los pilares de hormigdn y metlicos que habitualmente se emiplean ent ia edifcacién. Desde sus geometrias basicas Fiasta la forma de calcularlos de una manera sencilla y rdpida para comprobar los resultados que ofrece el ordenador, pasando por su estudio econdmico. ¥ més: hemos procurado exponerlo de wiia manera sumanente asequible. La patologia de pilares y sus reparaciones se aborda cualitatina y cuantitativamente, Al final se expone wn angjo, una aproximacién al problema de pandeo de piezas compriidas que, por sit complejidad, la kemos colocado aparte, tratando de no desvirtuar el cardcter sencillo com el que pretendemos dotar el cuerpo Bdsico de cada uno de los temas. Siempre serd asi, es decir, cuando un tenia requiera wr desarrolo de cierta complejidad para su compresion, éte figurard en un ‘anejo al final de cada libre. Se aforda también todo lo relacionado con el cortante y el punzonamiento en las estructuras de hormigén armado. Hemos tratado de cexponer y justificar las formulaciones que haGitualmente recogen las principales Normas del mundo, con la intencién de poner de manifesto lo nucho que queda por hacer en este campo, Se exponen criterios précticos para realizar céiculos de comprobacién y dimensionado rapido del cortante en las piezas lineales y el punzonamiento en las losas. Al final se aborda la patologia y la forma de subsanarla en vigas y foriados. Se expone todo lo necesario conocer para proyectar, resolver y construr los forjados de aisiamiento, tambien llamados santtarios, que aistan los edifcos del terreno cuando éstos se construyen sin sotanos. También se tratant las patologias mas frecuentes y sus soluciones, Se fa dedicado wn espacio a los fojados de tipo unidlreccional, es decir, a los clisicos foriados tradicionales de vigas y viguetas. El tema se aborda conta en todos los domes, desde todos los dinguos posibles, pero furdamentalmente bajo una éptica eminentemente prictica. Los forjados prefabricados a base de losas armadas y pretensadas tienen su lugar en este libro. Los foros reticulares, de uso cada vez muds frecuente en nuestro pais, tambiém son estudiados. Dado que la literatura técnica que se ocupa de ellos no es tan extensa como la que trata de los foriados unidireccionales, que en Espaita tiene incluso una Normativa propia, et tratamiento y alcance con el que se abordan es suficientemente amplio y extenso bajo todos los puntos de vista. Los forjados de losas macizas se contemplan como referencia y origen de los forjados reticulares y, tal vez, como futuro de los mismos. Se realiza un profundo andlisis de los edificios de gran altura, recogiendo ios criterios fundamentales y tas tipologias estructurales que fos hacen posibles. Se exponen los aspectos fundamentales y las particularidades que posee este tipo de edifcios, tanto bajo el puto de vista de su arquitectara funcional como de los condicionantes estructurales que ifluyen en el diseyio de la misma, Et tratamiento general que hacemos de esta tipolagia de edificios, si bien tiene iniciaimente un componente americano inevitablemente, esd muy centrado en su aplicacién a ta realidad constructiva espaiola, especialmente en aquellas zonas donde el urbanismo seinautte permite este tipo de construcciones También se da un repaso completo y pormenorizado a las tipologias estructurales mds empleadas en tas cimentaciones de los ediicios, procurando aportar todo lo necesario para su compresién, disefio y cdlculo, Cémo interpretar wn informe geotéenico y wna informacién paramétrca de [os suelos mds fabituales, junto cow las patologias mds frecuentes y la manera de subsanarlas, son aswntos de gran interés Con todo ello deseamos cubrir todos los aspects tedrcos y sobre todo pricticos, para que nuestros programas de edule puedan ser usades con sersatez y pueda obtenerse de los mismos toda la potentcia de cilclo que son capaces de aporta. Si no lo hemos conseguide, fabri sido culpa nuestra por ro haber sido capaces de exponer los conceptos necesarios de la forma y manera adecuada: limpia y sencillamente o, como diria el insigne arquitecto Basegoda: ‘Sin drtimo de cachifollar CPE Ingenteros, S.A. 1, Introduccién, Pretendemos exponer en este pequefic libro un conjunto de ctiteros simples y sencillos de aplicar sobre los pilares ha- bitualmente empteados en la edificacién, con la intencion de facitar el dimensionamiento previo de los mismos y su en- caje dentro de un contexto estructural, enfocado a realizar un andlisis posterior con alguno de fos programas de ordenador evistentes en el mercado para tratar de minimizar los esfuer 205 que requiere su célculo estructural Nuestra exposici6n no es nada original y en algunos casos incluso reproducimos y plagiamos, una vez més, las teorfas cla- sicas de las estructuras expuestas por diversos autores, espe- cialmente en todo lo relacionado con el pandeo, que ocupa los capitulos finales por su complejidad, simplemente para re- cordar vieios conceptos normalmente olvidados, pero que nos permiten comprender mejor la fisica de los problemas y aleu- ras aspectos relacionados con las Normas Vigentes. Hacemos especial énfasis en los criterios practicos y en las formulaciones sencillas como herramientas imprescindibles de trabajo que nos posibilitan chequear y efectuar comprobacio- Las pls. riers para su pret, leu yrearaion nes répidas de los célculos y dimensionamientos que propor- cionan los programas de ordenador, actualmente muy automa- tizados, con el objeto de evitar los errores de bulto graves derivados de la introduccién de datos y plantearientos erré- neos carentes de I6gica estructural Baséndonos un poco en nuestra experiencia del mundo de la edificacién, el enfoque y amplitud de los puntos tratados es muy variable, buscando siempre complementar la literatu- ra técnica generalmente manejada en la edificacién y siempre pensando en ayudar al profesional que, sin ser un especialis- ta en el campo estructural, posee los conocimientos suficien- tes para disefiar y calcular las estructuras de edificacién auxiligndose de programas de célculo espectticos. A final haremos una breve exposicién sobre los errores y patologies més frecuentes y comunes que presentan los pila Fes, con aportaciones que permitan su cuantificacién aproxi- mada que, aunque admitan discusiones de todo tipo, al menos permiten establecer protocolos de reparacién que pueden servir de ayuda al técnico que se enfrenta a ellas. 2 Lass, Ciro para se page cul y eparatin 2. Consideraciones basicas para el proyecto de los pilares. Alo largo de la historia de la construccién ha sido un afin continuo en el hombre aligerar al maxima sus edificios de los soportes verticales, con el objeto de interferir lo minimo po- sible en los espacios que iba originando y, de esta forma, con- seguir un aprovechamiento pleno de las superficies construidas, La Revolucién Industrial primero, introduciendo soportes metélicos en vez de los pesados y anchos muros de carga y. posteriormente, el descubrimiento y desarrollo del hormig6n armado, que entré de lleno en la arquitectura modema de la mano de Le Corbusier, supusieron {a liberacién casi total de las plantas funcionales en los edificios, al independizarse les fachadas y los tabiques de las distribuciones interiores de las misiones resistentes que necesarlamente tenfan que cumplir como partes integrantes del esqueleto resistente en los elif ios antiguos. En el presente, las estructuras de edificacién se han libe- rado totalmente de los muros de carga y son unos sencillos pilares, metalicos o de hormigén armado, los elementos en. cargados de sostenerlas sobre los cimientos y solamente cuan- Fig, 2.1. Soportales en Burgos de Osma. Los muros de carga tradicionales {on teemplazados en la Tachada por pilares de piedra y vigas de madera, aque sirven de base al muro de carga que soporte les foriados superiores. do los empujes horizontales de viento y sismo son determi- nantes, se acude circunstancialmente a muros-pantalla vert cales que las rigidizan y controlan sus movimientos horizontales Los pilares son, por excelencia, los soportes verticales de las estructuras y, por consiguiente, son los responsables maxi mos de la estabilidad de las mismas. Los colapsos estructu- rales mas notables casi siempre comienzan por fallos relacionados con los pilares y por ello se les debe prestar una atenci6n muy especial A pesar de que nos hacemos cargo, incluso no existiendo muros de carga, de que los pilares son los elementos mas per- turbadores de la funcionalidad de los edificios, queremos lla mar la atencién sobre la tendencia de algunos proyectistas a reducirlos de tamafio y ocultarlos en los lugares més invero- similes, propiciando patologfas de tado tipo, porque no com- prenden que el problema tiene mucho mas que ver con deficientes planteamientos desde el origen del proyecto que de los pilares en si mismos. Fig 22, Casa de Le Corbusier (1927). La fachada que apoya en el soportal inferior 3 encuentra totalmente rasgada, poniendo de manifesto su misién Unica de alslamento sin cumplir misin resistente de tipo alguno Proyectar un edificio al margen total de la estructura y al final tratar de encajarla como sea puede ser uno de los ejer- cicios mentales que mas répidamente empujen a uno a la lo- cura por la cantidad de condicionantes que se plantean en cualquier edificio, por sencillo que éste sea Y no hablemos si el edificio posee un aparcamiento en su s6tano y unos bajos comerciales de cierto nivel y se preten- de resolver la estructura con los forjados planos sin vigas acu: sadas: la estructura resultante probablemente seré tosca y cara al estar condicionados los cantos de los forjados por las lu- ces de las plantas bajas. Por consiguiente, es norma de buena préctica acudir a modulaciones basicas que recojan las lfneas maestras del pro- yecto y los condicionantes basicos por prioridades, tratandi de ajustarse a las exigencias fundamentales de la tipologia es- tmuctural que se ha pensado emplear por economia y por la tecnologia disponible en el lugar donde se va a construir, acor: de con el cardcter y naturaleza del edificio, Silas fuerzas laterales que pueden llegar a incidir sobre los edificios, derivadas del viento o de un hipotético sismo, tie- nen que ser soportadas por un entramado estructural confi gurado a base de pérticos, no debemos olvidar la regla de oro: cuanto mayor sea el niimero de pilares que posean mejor serd su respuesta resistente. Los momentos flctores, los cortantes y las deformaciones horizon tales en los plares de tos pérticos decrecen en proporcién inversa a sw nimero: téngase siempre presente esta regia tan sencilla, de sentido comtin, que muchas veces ignoramos con excesiva alegria en aras de un disefio arquitecténico mal interpretado. En general, somos de la opinién de que los pilares debe- tian proyectarse con el criterio de armados minimos, aprove chando al maximo la capacidad de resistir las compresiones que posee el hormigén, material mucho mas econémica que el acero de las armaduras, Sustituir los pilares de hormig6n por pilares metélicos no resulta aconsejable, salvo légicamente, que la estructura se proyecte toda ella con periiles de acero. El coste de un pi- lar metalico de perfiles convencionales viene a triplicar el coste de un pilar de hormigén armado. Por otra parte, los Tiesgos de pandeo, si bien pueden afectar a ambas tipologias de pilares, son més propios de los soportes metdlicos que de los de hormigén Independientemente de lo que diga la teoria, no conoce- mos caso alguno de patologias debidas al pandeo en estruc: turas de hormigén, ni local ni globalmente, por esbeltas que éstas sean, n de los pilares metilicos a las pl ierta Por otra parte, la uni cas de hormigén, sean éstas del tipo que sean, resulta ci mente problematica y es muy dificil simular dicha unién en un modelo matematico para su analisis mediante el ordenador. En general, los programas de céleulo deben tener la opcién de dejar al proyectista el poder introducir un coeficiente que si mule la unin de los pilares a las vigas 0 a los forjados retic lares para que, segin como disefie y construya la unin, se proponga por ejemplo un cero (0) para las articulaciones, un uno (1) para los empotramientos y un valor mitad (0.5) si se intuye que no es ni una cosa ni otra y pueda tener un com= ortamiento intermedio. Lo anterior variard los momentos de empotramiento entre el forjado y los pilares, y el prograina de célculo proporcionara esfuerzos més acordes con la realidad truida La ubicacién de los pilares debe estar lo mAs alejada pc sible de las tuberias de servicio destinadas al transporte de aguas limpias y sucias. Las fugas que poseen y las ‘condensaciones que se producen sobre las mencionadas tu- berfas provocan un ambiente de humedad que acaba orig) nando problemas de corrosién en las armaduras antes de los, 20 afios de la vida de los edificios. El problema se acentia si los soportes son metalicos, Fig. 23. Oxidacién de las armaduras de una plar acentuada por a presen cia de una bajante adosada al mismo, 4 Lopilres Caters pra royce, clo yreparain El problema de la carrosién en los soportes, sean del tipo que sean, es uno de los principales asuntos a resolver en la rmueva filosofia de la calidad y durabilidad que comienza a plan- tearse, por fin, con cierta generalidad en el contexto de la edi- ficacién, a raiz de la aperici6n de la EHE en Espafia. También puede ser lo mencionado, al margen de criterios econdmicos, tuna raz6n de peso para proyectar los pilares de hormigén con el criterio de cuantfas de armaduras minimas y recubrimientos del orden de 4 6 5 cm, cumpliendo de paso las duras exigen- clas de resistencias frente al fuego. También va siendo hora, de cara a la durabilidad, de que se introduzca la cultura en los proyectistas de pintar los pila~ res de hormig6n con pinturas anticarbonatacién tapaporos, con objeto de preservar sus armaduras de la corrosién a largo plazo, especialmente cuando se encuentren a la intemperic, fen s6tanos hiimedos y en ambientes agresivos de tipo indus- trial o marino. Tampoco debe olvidarse que la tipologia del sistema estruc- tural elegido bajo el punto de vista del forjado condiciona fuer- temente ls situaci6n de los pilares en planta. Si se elige un sistema unidireccional, los pllares deben si- tuarse de tal forma que los pérticos resulten planos, Un tra- zado de vigas culebreando por las plantas, si bien hoy dia no plantea problemas en su andlisis, conduce @ unas complica~ iones elevadas en la ferralla de los nudos y a unos esfuerzos suplementarios indeseables, que frecuentemente se olvidan 0 se desprecian muy a la ligera. Por otra parte, alineaciones de vigas no paralelas compli- can la colocacién de los encofrados y la fabricacién de las Viguetas ai ser todas sus longitudes diferentes, aumentando Jos consumos de hormigén en ios encuentros y las dificulta- des constructivas, Si un planteamiento unidireccional conduce @ un trazado de vigas sinuoso y a un ntimero elevado de embrochalamien- tos, quiere decir que nes estamos equivocando, que la eleccién del sistema puede no ser la adecuada y que, tal vez, merezca la pena pasar a un sistema de forjado sin vigas del tipo reticular 0 de losa maciza El forjado reticular, al igual que la fosa maciza, admite una distribucién caprichosa de los pilares y es por eso que puede ser el sistema prefesido de ciertos arquitectos que acuden a i sistematicamente porque facilita notablemente el disefio de las viviendas; pero, ldgicamente la distribucién caprichosa de los pilates engendra esfuerzos de flexién en los mismos y, con- secuentemente, un coste adicional en armaduras, que pueden evitarse con una situacién modulada y de espacios compen- sados alrededor de los mismos. Mi = Me My Mr | M2 1 i r ‘ Fig, 24, Retranqueo de pares acorsejable para redciro anlar esfuerzos suplementarios de lexiGn en os rudos, tratando de que Ne se oponge a ‘momento desequilbrado que pueds existir en ellos La distribucién més conecta de pilares en cualquier siste- ‘ma estructural es la de formar una malla lo més cuadrada po- sible, con luces que difieran menos de I m. Cuando el sistema estructural admita vigas de canto acu- sadas bajo el forjado, la modulacién puede ser de tipo rectan- ‘ular, colocdndose también pilares rectangulares con el lado mayor en la direccién de las vigas de canto, que deben dis- ponerse segtn el lado mayor del recténgulo si se desea que €l foriado sea de espesor minimo con las viguetas dispuestas en la direccién menor de le modulacién rectangular Si el forjado es del tipo plano, las vigas planas deben dis- ponerse de forma contraria al criterio anterior, es decir, colo- céndolas segiin el lado menor del recténgulo y las viguetas segin el lado mayor. En cuanto al retranqueo de las caras de los pilares, éstos deben pensarse y disefiarse para que no se introduzcan ex- Las ples, Citros para su oroget, cece yeancion 5 centricidades que originen momentos adicionales a los mo- mentos de flexién que proporcionan las vigas y forjados en los nudos, al desplazarse horizontalmente a medida que ascien- de verticalmente de planta en planta (Véase Fig, 2.4). Los pilates centrales deben retranquearse uniformemente, manteniendo invariables sus ¢jes verticales, y en los de extre- mo, obviamente, manteniendo la cara exterior constante. Hoy dia los programas de célculo tienen en cuenta el ta- mafio de los nudos a la hora de plantear mateméticamente su cequilibtio, asignando a cada elemento estructural la excentri- cidad con la que transmiten sus cargas a los mismos. No obstante los retranqueos que atbitrariamente se han realizado y se siguen realizando en los pilares de edificacién, no nos consta que éstos hayan producido patologias digas de mencién, pese al tamatio que en ciertos casos aleanzan las secciones de los pilares y sus excentricidades constructivas. 6 Losplares. Cnteris para su proyeclel y epanacin 3. Geometria y tamafio de los pilares. Antes de iniciar el proceso de célculo de cualquier tipolo- afa de estructuras hiperestatica, todos sabemos que es nece- sario definir gcométrica y mecdnicamente los elementos que le configuran: base, altura, resistencias de material, médulo eléstico, etc, No siempre resulta sencillo acertar en el disefio y dimensionado previo de los elementos estructurales, espe- clalmente si la estructura es compleja y esté sometida a em- pujes laterales de viento o sismo. La experiencia del proyectista juega aqui un papel muy relevante y muy dificil de sustituir por reglas 0 criterios de cardcter generalista, Afortunadamente, los modernos programas de célculo per- miten al proyectista inexperto repetir una y otra vez los cél- culos tratando de optimizar secciones y material, con un coste afiadido al proceso relativamente pequefo frente a Jo que po- dia suponer en los tiempos, no tan lejanos, en los que sélo imperaba la regla de céleulo. No obstante, lo que queda todavia lejano para el ordenador, y dudamos que pueda resolverse incluso a nivel de esbozo, es el concepto y la ubicacién del esqueleto global de la estructu- ra que soporte una construccién de forma brilante. Esta tarea sigue, y seguird siendo, una responsabilidad y competencia in- cludible del proyectista, al menos en los tiempos presentes. En la linea de ayudar a aquellos proyectistas cuya tarea prix mordial no sea el célculo de estructuras, pueden ser stiles las sencillas reglas que se indican para fijar inicialmente la geo- metria de los pilares en los edificios convencionales 3.1. Pilares metélicos. Es muy dificil aconsejar criterios de proyecto para los pila- res metdlicos pero, como norma, los pilares deseables, cuando se emplean con forfados de hormigén, son los formados a base de 2 UPN en cajén. Los pilares en cajén simpiifican la ejecucién de los elementos de conexién ai forjado, que suelen ser tam- ién UPN cruzadas, lo que permite efectuar longitudes de sol- dadura mayotes que si se emplean otras tipologias diferentes. Por otra parte, también los pilares disefiados en cajén se encuentran mejor preparados pata resistir las solicitaciones de flexién esviada que transmiten a los mismos la mayorfa de las estructuras de edificacién y tienen la ventaja adicional de que pueden rellenarse de hormigén. preservandolos de las oxida- clones que se produzcan en su interior. Lamentablemente, no suele haber un stock amplio de per- files tipo UPN en los almacenes de acero esparioles y es ne- cesario conformarlos partiendo de las chapas laminadas 0 acudir a la tipologia HEB cuando las cargas son clevadas y existe una fiexi6n predominante en una direccién. No aconsejamos emplear IPN o IPE en soportes, dado que tienen un rendimiento mecénico pésimo en una direccién, co- incidiendo con su plano de pandeo més peligroso, Los pila- res empresillados son muy adecuados porque las vigas ‘metélicas pueden pasar en continuidad entre los mismos apo- yandose en las presillas que los enlazan, pero, por otra parte, resultan estéticamente poco agradables y lievan implicita mayor mano de obra en su fabricacién Como etiterio de proyecto para un predimensionado pre- vio de la seccién de les pilares pueden emplearse las formu- las que se adjuntan, pero con todas las reservas del mundo, dado que se invalidan en cuanto el sistema estructural pro- duce momentos importantes. Las formulas propuestas son conservadoras cuando los pilares trabajan a compresi6n cen- trada sin flexiones para las alturas entre plantas habitualmen- te empleadas en !a edificacién espafiola, Peril cotado y soldado al anterior con platabandas de conexi6n superiores el orden de 608 mm # 6Ox8mm fig. 3.1, Pilar metdico con Jos conectadores al foriado ms empleados en la prctica, Las f6rmulas de predimensionamiento que se proponen para los soportes metélicos proporcionan el area del perfil metélico que deberd elegirse inicialmente del Prontuario dis- ponible, preferiblemente dentro de las gamas HEB 6 2 UPN, dejando las gamas HEA y HEM para los edificios singulares. a) Aceros de limite eldstico < 360 MPa (3600 kp/cm?) N, a Alem) = Ng 2 (N, en kN) Alem?) IN, ent) by Aceros de limite elastico < 260 MPa (2600 kp/em2) rye N en Alem )=s55 — {N, enkN) ya inyen Aten iy, end sido, Ny Al de servicio estimado (sin mayoran, obtenido superficiando reas de carga del plano de arquivectura ‘A: Seccién en cm? del plar metdlico a disenar ©) Se recomienda en las Normas que la esbeltez mecéni- a de los pilares no supere el valor 200 para acotar los problemas derivados del pandeo. Es decir: 4=!/ <200, siendo ly la longitud de pandeo e i= | el radio de giro menor de la seccién del pilat. niciatmente para ecificios puede suponerse la longitud de pandeo igual a la altura del pilar ‘Témense los resultados como valores de partida para un primer célculo; en modo alguno podran tomarse los rismos ‘como defintivos en el proyecto, ya que pueden caer tanto del lado de la seguridad como de la inseguridad. Finalmente, decir que resulta sumamente costoso tratar de hacer frente a los empules horizontales con un mecanismo tipo pértico (a base de pilares metalicos y nudos rigidos}, ya que resulta mucho més conveniente y deseable acudir a sis- temas de arriostramiento especfficos para resistir el viento o €lsismo, como pueden ser las cruces de San Andrés o formas similares y/o pantallas de hormig6n Resulta sumamente complicado y costoso materializar nu- dos rigidos en las estructuras metélicas y, si se hace asi, de- ben realizarse siempre en taller, uniendo los pilares en obra en la mitad de su altura y las vigas a 1/4 de su luz Ls plas. Crit paa su proyecto rparacién 7 3.2. Pilares de hormigén. Existen multitud de variables que influyen y condicionan la geometria de los soportes de hormigén armado. De entrada, el tamafio minimo se ha fijaco desde siem- pre en 25 x 25 cm: y si se pretende obviar el pandeo local de los mismos y los efectos de segundo orden, su esbel- tez mecénica ha de ser inferior a 35 (A $ 35), lo que equi- vale, aproximadamente, a una esbeltez geométrica menor que 10 = 2} i(tadio de giro) = siendo, |g: Longitud de pandeo Resulta muy préctico en la edificacién tomar como longitud de pandeo la altura entre plantas, sin mayores complicaciones afiadidas, (2.535 (Esbeltez mecénical a 2g <10 (Esbeltez geométrica) Todo Io anterior equivale a decir que, para alturas que no superen los tres metros, no debemos proyectar secciones de pilates inferiores @ 30 x 30 cm si pretendemos olvidarnos del pandeo sin riesgos. Si queremos complementar las limitaciones anteriores con unos criterios basados en la obtencién de pilares con unas cuantias bajas de armaduras, puede servir de ayuda para un primer dimensionado el proceso siguiente: * Se obtiene la superficie de influencia que gravita sobre cada pilar (S) en m2 * Se calcula la carga total por metro cuadrado sin mayorar de la planta (q). + Se obtiene el axil de servicio multiplicando la superficie por la carga y por el ntimero de plantas (n) que graviten sobre el pilar INs = Sq n) * Aplicando las formulas siguientes se obtiene una orien- taci6n sobre la seccién del pilar en metros cuadrados 0 el lado del pilar en centimetros, que légicamente se re- dondearé de 5 en 5 cm, 8 _Loswlaes. Criteria para su poet. elo yer Seccién en m? = Ns. > 0.0625 m? > iop [x Ns 190225em Vios = Lado en cm iN ent) © bien, operando en el sistema internacional: Ns_ 3.99625 m? > Seccién en m? i00p 1002 25m IN, en KN nee te | tee | tea | re we fh f175 pal 15 Mpa 05 Mga 7.5 Moa > Mpat ol | « |» [ & » [ow | Tabla 3.1 Si existe un momento predominante en una direcci6n, pue- de distribuirse la secci6n del pilar de tal forma que resulte un lado mayor en la direccién det plano del momento, respetan- do siempre el ancho minimo de 25 cm. £1 tamafio de los pilares, al margen de las cargas verticales. que reciban y que, Idgicamente, determinan su secci6n para que no exista agotamiento, debe cumplir adicionalmente, o al me- nos aconsejamos que cumpla, algunos requisitos particulares: {que mejoren el sistema estructural elegido en el edificio para de- formaciones horizantales, flechas y riesgos de punzonamiento, oom 40° 40m L 40-30.¢m 3012 Ad er 30: 30.m Fig. 3.2. Tama minimo acansejable para los pilares por economia y seu fidad Imvinimos exigbles. 25 x 25 env. Asi, para los foriados reticulares y losas macizas, ol tamario rinimo de pilates exigidos por la Norma (25 x 25 cm} sélo es valido para los pilares centrales con luces compensadas y car- gas de diseho (mayoradas) inferiores a los 200 kN (20 Uy siem- pre que no existan huecos de bajentes préximos a los mismos ‘que afecten a los perfmetros de punzonamiento de la placa. El tamafio minimo aconsejable no debe ser inferior a 30 x 30 em. Los pilares de medianeria y de esquina, para evitar problemas de punzonamiento y empotrar las placas adecuada- mente, deberian ser ligeramente mayores, pero nunca inferio: res a 30 x 30 em. El tamafio adecuado para luces de 5.6 6 m cn los pilares de esquina podria ser de 40 x 40 cm. Los pileres de medianeria deberian tener un tamaiio de 40 x 30 cm para luces superiores a los 5 m, La dimensién ma- yor (40 cm) tendria que estar, J6gicamente, perpendicular a la ‘medianerfa, justo al contrario de como suele ser habitual en los proyectos de arquitectura Las dimensiones inferiores a 30 cm sdlo son adimisibles en pilares apantallados, es decir, en aquellos pilares cuya dimen- ‘sién mayor supere los 100 cm. Si se proyecta la estructura con pilares circulates, el diémetro minimo de los mismos deberta ser de 35 cm en los de medianeria y de 40 cm en los de es- quinas; solamente en los vanos centrales podrian aceptarse pl lares de didmetro 30 cm Los pilares de seccién cuadrada son estructural y econé- micamente los pilares mas adecuados para las estructuras de edificacién ordinarias. Un pilar cuadrado cuyo lado sea el didmetro de un pilar circular, y teniendo ambos idéntica armadura, proporciona una capacidad de carga en torno a un 30% superior a la de un pilar circular, con un coste del orden del 15 al 20% inferior. Cuando se opta por un sistema de estructura unidireccio- nal, los consejos anteriormente expuestos tienen plena validez. y ademés, conviene tener presentes algunas consideraciones adicionales: = Si las vigas son de canto, puede que estéticamente el tamafio del pilar deba tener el ancho de las vigas, pero no cabe duda de que ésta es una mala solucién por las interferencias que se presentan en la disposicién de las ammaduras horizontales y verticales. La mejor solucién estructural es la de envolver plenamente la viga con la seccién del pilar (Fig. 3.3). « Silas vigas son planas y se sittan centradas sobre los ejes de los pilares, el tamafio de los mismos juega un papel Itrelevante en Jos nudos interiores, pero no sucede lo mismo en los nudos extremos y de esquina. * Pensar que una viga plana de 80 x 28 cm se pueda unir constructivamente bien a un pilar de 25 x 25 cm o de 30 x 30 cm cuando éste se encuentra en un extremo, bien sea de medianeria o de esauina. indica cuanto menos un desconocimiento preocupante de la realidad constructiva Para que la ferralla concentrada de la viga pueda trans- mitir cémodamente sus esfuerz0s a los pilares de forma recta, el ancho de la misma deberia coincidir sensible- mente con el ancho del pilar y nunca deberia volar més de medio canto a izquierda y a derecha (Fig. 3.4). Solucién Sptima H jviga més estrecha que Sf] el canto de! ilar *[ Solucién intermedia Ivigas mas ancha que elpilant Solucién inaclecuada. Interferencias entre armaduras. (viga y pilar de igual anchuray Fig. 33. Altornativas entre pilares y vigas acusadas. Los ilaes Cries paras roy, cilaioyreparaion 9 En Espaiia ha habido intentos serios de optimizar el dimen- sionado de pérticos, vigas y pilares, como los desarrollados por |. |. Moragues (U.P. de Valencia), planteando funciones de ob- jetivos a minimizar basadas en expresar el coste constructivo de las piezas y considerando variables sus pardmetros ‘geomeétricos fundamentals y las cuantias de armaduras resul- tantes. La conclusién més aprovechable de sus trabajos pue- de ser la de que se debe tratar de dimensioner los pilares con la cuantia minima de la Norma. No obstante, somos pesimistas a la hora de buscar solucio- nes a un problema de esta naturaleza ante la imposibilidad de introducir en las funciones objetivos de costes las considera- iones més o menos justificables del diserio arquitecténico, que invalidan cualquier acercamiento analitico al problema cuando de edificios reales se trata Viga plea tf Viea plana aL 4 Fig. 3.4. Tamafo deseabie de los pllares extremos con vigas planas. 10 Les lus. Chit pare su prove cele w reparcin 4. Dimensionamiento practico de las armaduras en los pilares de hormigén armado. En este apartado exponemos una formulacién sencilla y unos abacos practicos que nos permiten calcular manualmen- te los pilares de forma aislada, con la intencién de poder rea- lizar comprobaciones puntuales y poder valorar y comprobar los célculos automatizados que proporcionan los programas de ordenador. En modo alguno podemos competir con la precision ana- tica que puede conseguirse analizando la flexién esviada con un programa de ordenador si esté bien formulado, pero los resultadas que ofrecen los métodos simplificados y los abacos. obtenides todos ellos de! magnifico libro de Montoya. Meseguer y Moran, son lo suficientemente validos, pese a su cardcter ligeramente conservador, como para que puedan ser aceptados sin objeciones dignas de consideracién en la pric- tica constructiva El estudio de la inestabilidad de los pilares, tanto a nivel particular como global, ser4 tratado en un anejo mas adelan- te; baste decir de momento que el pandeo es un problema peligroso, especialmente en las estructuras metélicas, mien- tras que en las estructuras de hormigén, el problema debe ser bastante menor, ya que No tenemos constancia de pato- logias atribuibles al mismo, lo que no quiere decir que no debamos prestar al pandeo la atencién que se merezca en cada caso. Veremos posteriormente que, a efectos practicos de dimen- sionar los pilares, el pandeo se tiene en cuenta de dos mane- ras diferentes: * En los pilares metalicos, multiplicando el axil de disefio Ng por un coeficiente adicional de amplificacién que lla- mamos coeficiente de pandeo «. * En los pilares de hormigén, afiadiendo al momento lector de primer orden debido a las cargas un momen- to adicional de segundo orden que refleja los esfuerzos adicionales que pueden originarse por el pandeo, tal como se indica a continuacién Ma tina M; (cargas} + Mp (pandeo) © bien, transformando los momentos en axiles con sus ex- centricidades respectivas. Ng er (final) = Ng ey (cargas) + Na ep (pandeo) 4.1. Criterios basicos y requisitos minimos en el dimensionamiento de los pilares de hormigén. Cuantias minimas. Independientemente de los resultados que arroje el célcu- lo, las Normas exigen cumplir una serie de requisitos bésicos minimos en la configuraci6n constructive de los pilares, cu- briendo asf los aspectos de segundo orden que normalmente no se tienen en cuenta en los célculos habituales ary Oey 30x30 (000em?)_[_A,= 3.6m" 4gi2 35x35 195 eme [A= 4.9m? 4g 40x40 1600en') [_A,= dem? 49 1414910) 45 x45 (2025 em’) [A= 8.1 cm? 8p 12 Soxso2sopeml | Ay= 1em? 401044012 soxs5isu75cm) | As= 11cm? [8p 14 4o16-+ 40121 ox earseooemé | Ay= 14.4 cm? Bg 16 Tabla 4.1 + La cuantia geométrica minima para soportes que se exi- gf en la EH-91 era del 0,4 % de la seccién bruta de hor mig6n y la nueva EHE mantiene e] mismo valor, El didmetro minimo de las armaduras en pilates seré o 12 + Las barras de pilares y pantallas no deben estar separa- das entre si mas de 30 cm, aunque la nueva EME incremente esta distancia a 35 cm permitiendo la cons- tmucci6n de pilares de 40 x 40 cm con cuatro barras. Los estribos en pilares cumplitén las siguientes reglas = estribo 2 1/4 6 de la barra més gruesa (6 6 hasta 6 20 y 08 para bartas 2 25). - La separacién entre estribos seré menor que el menor lado del pilar y también cumpliré dicha separacién: 5 < 15 6 de la barra més delgada, ~ En zona sfsmica se aconseja concentrar los estribos en una longjtud minima de 50 cm, @ una separacién no ma- yor de 8 cm; colocarlos a 5 em resulta muy conveniente. 5A, o bien ol> "Nota: Para evita errores, somos partdarios de nombrara los momen= tos, no por sus vectores representativos sino por el plano donde ac 16 Los plans. Crt poa proyecto rparacs mediante las férmulas ye ]o Tas Jos farspoa [oes [os [os [oo] ow [or om [os y+ Boy we [or TH fos fos [oe [oas[ow]am[or [ow [oo [oss [om ‘mar con armadoras smétrcas las cuatio caas rest lo mas razonable en la edificacion Fig. 4.4, Flexin recta equivalente a la esvinda El problema se convierte en una flexién recta equivalen- te segtin el plano ZOX cuando, contrariamente a lo anterior, se verifica que Hy >Hy obien y_ mediante las formulas: wen +B eet Bey se permite obtener el momento flector de disefio equivalen- te, pero ahora haciéndolo actuar segiin el plano ZOX: Mord = Nae donde Bes un factor cuyos valores se obtienen de la tabla 4.3 N en funci6n de v=7 Tabla 43. |, Montoya, CEB. y EHE Con el axil de disefio Ng y ¢l momento equivalente ya en flexién recta, volvemos al apartado anterior y obtenemos el valor de @, mediante los criterios y formulas de F. Moran Si las cuantias que resultan son elevadas, es decir si debemos repetr el proceso de célculo incrementando Ben un valor 0.1 iB = B + 0,1), y para cuantias bajas, « < 0,2, debe- mos también repetir el proceso disminuyendo en un valor 0.1 (B= B= 0.1) La @ final resultante nos permite ya armar el pilar con ta capacidad mecénica total. CM Total Asohy 20-Uc distribuyéndola bien en 8 batras o bien simétricamente en las cuatro caras del pilar, en funcién del criterio elegido en la obtencién de los pardmetros a4), @ y a4 de la formula de F. Moran de la flexi6n recta. ‘Téngase presente que el mayor grado de aprovechamiento de las armaduras se obtiene, cuando ello es posible, dimensionando la seccién det pilar con 4 barras, y el menor, con armaduras iguales y simétricamente dispuestas en sus caras. El sistema de armaduras iguales y simétricamente dispues- tas en las caras del pilar es el mas recomendable y usado en la edificacién y estamos de acuerde con dicho sistema; en primer lugar, porque se adapta muy bien a la forma de traba- jar los pilares en los edificios y, en segundo lugar. porque eli- mina una fuente de errores importante en la disposiciSn de las atmaduras a un coste minimo. 4.5. Diagramas de interaccién adimensionales. ‘Tal y como adelantamos en la introduccién de este aparta- do genérico, nos parece que puede set muy dtil para labores de control y célculos aislados acjuntar una serie de diagramas de interaccién adimensionales obtenidos del libro Hormigon ‘Armado T-2, de P|. Montoya. AG. Meseguer y F Morén Estos diagramas permiten la obtencién directa del paréme- tro wy la capacidad mecdnica total que debe distribuirse en las, caras del pilar, segtin indique el propio diagrama. Para la obtencién de @ se parte de los esfuerzos de dise- fio del pilar, es decir de los esfuerzos mayorados para calcu- lar el axil y el momento reducido: Ng Reba Nee eae Aettg Ne slendo e, la excentricidad de flenién recta o excentricidad recta equl- valente la flexién esviada, abtenida como ya se ha indicado en el apariado anterior Us plas. Crieros para su proyecto, clo yreparacin 17 Para cada caso se tienen dos diagramas, en funcién de los recubrimientos elegidos para las armaduras: Seccién pequefia (s 50 cm) > d' = 0.1 h Seccién grande (> 50 cm) + a’ 05 h Sobre cada diagrama de interaccién se encuentran dibu- jadas las rectas que determinan las profundidades de la fibre neutra correspondientes a varios planos de deformacién par- ticularmente interesantes. a g PKS : 3 Wipe | . ¢ ne 8 8 § £ 8 8 8 ¢ 6¢6 6 6 8 © S$ 6 6 J. Montoya, A. Mesoguer y F. Moré Cotriospara su payee clea w rparcin ACERO DE DUREZA NATURAL 2400 5 fy, $ 500 N/mm? fenGi +4! be on i DIAGRAMAS DE INTERACCION ADIMENSIONALES: Fig. 47. (Cortesa de J. Montoya, A. Meseguer y F, Moré) DIAGRAMAS DE INTERACCION ADIMENSIONALES B 1s plas, Crerios paras proyecto, clay repraion SSTVNOISNSWIOV NOIDDVYSINI 30 S¥WVHOVIC 8 evs viet tio _¢0 o_o 90 _¢0 0 £0 20 oo =< 00° ar ot Jis00 a i x LA f Aw'O = sO aia Aloe rete. 4 : Zo oN ~ sz'0 eh " Aba : i loco 4-oro=P +a seo i NrGey t a umn cos "500% 0 TWHNnLWN WZ3"uNd 30 O839V PN svo d Fig 4.10, [Cortesia de |. Montoya, A. Meseguer y F. Morin) Fey 2y apy Paaty at Pty aaa W-S0'0=P voeMy wae oy zuw/n oos 5 445 00% WwHnLwn wZ3und 30 ON30V +—+'n SATVNOISNAWIOY 000 soo ozo. zo loco seo ovo. sro NolgoVaaINI 3a SVNVUOVIC Les piles. Ctr para su prope ciclo eparacin tesia de |, Montoya, A. Meseguer y F. Moran) Fig. 4.11. (C6 2 2 8 g 8 g = 2 8 8 6 8 8 8 58 8 6 5s 8 8 es. Crier pare su proget, cel eparacion Lap oo awsez0e°y { quw/n 005 5*%4500% “3 WaNwN vz3und 30 owaovl +N oo. soo oro, sro ozo. szo oro seo so ‘SATWNOISNAWIQV NolOOvUaLNI 30 sywveovid Montoya, A. Meseguer y F. Moran. Fig. 4.13. Cor DIAGRAMAS DE INTERACCION ADIMENSIONALES —— AN « ios paras proect, coy eparacion 3 1 e121 th ot 60 80 20 90 eo 20 Wor: p a-02z0="4 W-oz'0=*4 vey wargoe *y Wun.vN vzaund 30 o43ovi~ a etre 00 000 S00 sro ozo szo loco sco ovo so SAIVNOISNAWIGY NOIDDVUaLNI 3d S¥WWYOVIC Fi 4.18. (Cortesfa de |. Montoya, A. Meseguer y F. Morin 32 Lasplars. Crier para se prayetcleale y reparcn 5. Soportes compuestos de hormigén y perfiles metalicos. Reciben el nombre de soportes compuestos los pilares de hormigén armado convencional que, por su seccién reducida y elevada carga, se disefian introduciendo dentro de los mis- mos un perfil laminado, normalmente del tipo HEB 0 similar, ‘que hace las veces de una inmensa armadura de compresién. Los soportes compuestas no deben ser confundidos con los soportes conceptualmente llamados mixtos, tipicos del mundo de los puentes, donde el acero se dispone perime- tralmente en forma de cajén sirviendo de encofrado para el hormigén que rellena su interior. Estos tiltimos pueden ser analizados considerando las cha- pas de sus caras como si fuesen armaduras convencionales con su limite elstico correspondiente, siempre y cuando se disefien y construyan los mecanismos de conexién adecuados que garanticen resistencia y solidez suficiente a las solicita- ‘clones rasantes, para que el hormig6n y las chapas metélicas formen una seccién que trabaje solidariamente de cara a es- fuerzos y deformaciones. El cdlculo de estos soportes debe hacerse siguiendo las re- comendaciones del EC-2, EC-3 y, sobre todo, del EC-4 de estructuras mixtas; y a los eurocddigos citados remitimos al lector que tenga que proyectar soportes mixtos seriamente, Fig. 5.1, Secciones tipicas de los soportes compuestos. Los soportes compuestos a los que nos referimos en este apartado se emplean en la edificacién cuando no existe es- pacio suficiente para alojar un pilar convencional Las secciones mas habitualmente empleadas en la edifica- cién se esquematizan en la figura 5.1, siendo aconsejable dejar unos 5 cm entre los perfiles y los estribes para evitar los efec- tos béveda durante el hormigonado, alejando asi el riesgo de coqueras. En estos casos, la adherencia del hormigsn y el acero esté garantizada sin necesidad de tener que diseflar conexiones especiales. EI dimensionamiento de los soportes compuestos cuando los momentos que los solicitan son pequerios, como sucede en la mayoria de los pilares interiores de los edificios, puede realizarse considerando el perfil metalico como una armadura mas, aplicando la formula siguiente sin mayores complicacio- nes afiadidas. siendo, Ny Ail imo de agotamiento del soporte compuesto. 1.20: Factor que tlene presentes excenticidades y momentos peque Ng: Axil de dseno. Dy: Al de servic maximo. ‘i; Arca del perfil metlico cles. u: Limite eléstico del acero emploado en pet (2 260 MPa = 2600 Kem?) ‘A: Area del howmigon dela seccién ‘A: htea del acero en batras convencionales. 0.9. Las dificultades en el hormigonado de estas piezas aconsejan pri dencia,y parece sensato aplicar una reduccién dela fc, del 10%. La esbeltez geométrica de estos soportes no debe exce- der de 15 [ity $ 15) para poder obviar el problema del pandeo, dado que no disponemos de una formulacién sencilla que pueda tenerlo presente. No se olvide con esta tipologia de proyecto concentrar los estribos en la cabeza y pie de los pilares, con el objeto de evitar que cualquier flexi6n extrafta, o el propio proceso cons- tmuctivo, expulse el hormig6n del recubrimiento en las zonas mencionadas Los plas. Cites para su proyecto, cele yraparacion 33 6. Dimensionamiento de los pilares metalicos. 6.1, Introduccién. los soportes metélicos en la edifcacin constituyen e! gru- po més sensible de todos los pilares al fenémeno del pandeo y deberdn ser analizados siempre bajo este punto de vista, 8 pandeo es un fenémeno dificil y complejo de conside- faren todos sus aspectos cuando se trata de tenerlo presen- te tesricamente a efectos prdcticos y por ello, como veremos posteriomente, las Normas tratan de simpificarnos su anal si5 con formulaciones més 0 menos afortunadas. En general el fenémeno de! pandeo en los pilares de hormigén no pue- de decise que sea una patologia preocupante, al menos pera nosottos ya que, como hemos dicho anteriormente, jams se nos ha presentado un problema de este tipo; sin embargo, no podemos decir lo mismo en piezas comprimidas de acero, donde sf hemos visto serios problemas de inestabilidad. Por lo, debemos elegit siempre pertiles metélicos cuya esbeltez mecénica sea siempre inferior a 200. La Norma Metalica tiene presente el pandeo multiplican- do el axil del diserio Nq por un factor «, que denominamos coeficiente de pandeo y que obtendremos mas adelante en funcién de la longitud de pandeo de la pieza y de su esbeltez mmecénica, Baste de momento saber la funcién que realiza este coeficiente w para comprender y aplicar las formulaciones que ‘ continuacién se exponen y que nos permiten comprobar y dimensionar los pilares metalicos, El proceso comtinmente aceptado para el célculo de los pilares metalicos consiste en aplicar las férmulas clasicas de Ja resistencia de materiales y obtener las tensiones que soli- tan a las secciones entrando con los esfuerzos mayorados ¥ comprobar después que estas tensiones se encuentran por debajo de las tensiones admisibles que garantiza el fabrican- te y que suelen coincidir con el limite elastico de los aceros empleados en la fabricacién de los perfiles que configuran constructivamente los pilares. Silos pilares se ven sometidos a esfuerzos cortantes y, por tanto, a tensiones tangenciales t de cierta entidad, debemos componerlas con las tensiones normales principales @, para obtener la tensién final que se compara con la tensién tiima admisible garantizada por el fabricante. Esto lo haremos ba- séndonos en e! criterio de Von Mises oy20,=Vo a 4 Lite elistico del acero, 1. Tensién de comparaclén 6: Tension normal maxima obtenida de los esfuerzos mayorados. + Tension tangencial maxima concomitante con la tensiGn normal 6.2. Pilares simples. En piezas simples sometidas a flexocompresién puede apli- carse sin mas la f6rmula adjunta para obtener las tensiones notmales sobre las secciones criticas del pilar. Ny Plano: 209 Ma Plano: 200 ON, M, A Wy Wy ¥ de forma muy simplista, la tensi6n tangencial que consi- deraremos para aplicat el criterio de Von Mises podemos ob- tenerla asi 24. Les les, Ciro par a praget, cul y eparatn ‘quedéndonos con la tensién tangencial mayor Sin>Qotst Si, por lo contrario, 2 > t) 9 t= t 6.3 Pilares compuestos construidos con dos perfiles simples. * Los pilares formados por © triangulados entre sf tratando de formar una pieza tinica, lo que denominamos pilares compuestos, tienen que cumplir una serie de requisitos basicos en su diseho y construccién para que puedan ser tratados y considerades como un todo uno y tengan. por tanto, un comportamiento de pieza tinica. Esta tipologia de pilares se encuentra en decadencia por el coste en mano de obra que lleva consigo su montaje, en favor de los configurados con piezas simples en contacto s piezas simples empresilladas 1g, 63. Par compuesto de UPN y presilas * Los soportes formados por piezas simples directamente en contacto pueden considerarse piezas tinicas si tienen sol dadura continua 0, en caso de tener soldadura discontinua, si los extremos de ésta Uenen separacién entre si menor que: sede ce: Espesor minimo de la pleza simple $5300 mm ‘Ademés de lo anterior, para que puedan ser tratados como ss indica en el apartado anterior, 6.2. Pilares simples, las long tudes de los cordones de soldadura |, tienen que cumplir: 142-a 2. Espesor de garganta de la soldactura Espesor de ls piezas que se sueldan Longitud eticaz de la soldadura le: Lonertud real Para los casos ordinarios, un valor de referencia para I, de 60 mm con un espesor de garganta del orden de 5 mm se considera suficiente, estimando una separacién entre los cor dones de soldadura en toro a 150 mm. lo obstante, si la economfa lo permite, optar por una sol- daclura continua es la mejor solucién de cara a la durabilidad de la pieza Los pilares compuestos mas tradicionales son aquellos que estén constituidos por dos © mas piezas simples. enlaca- das rigidamente entre sf mediante presillas de chapas y perfiles resistentes a flexién. Las presillas suelen disponerse en dos planos paralelos, situadas ortogonalimente a las piezas confi gurando una especie de viga Vierendel vertical Cuando las piezas principales se enlazan con perfiles, €: tos se disponen habitualmente formando celosias consistentes en una red triangular formada por diagonales © por montan tes y diagonales, Para que el pilar pueda ser tratado como una pieza tinica, los enlaces se dispondran cumpliendo una serie de reglas basicas Las plres. Ciro paresu proyecto, leo yeparaion 35 f\ He riettve Tt Langtdes endo simples Lp » Fig, 64. Plares compuestos tradicionaes, a. El niimero de tramos en los que se divida el pilar seré._¢. La disposicién y dimensiones de los enlaces se manten- mayor igual a 3 y todos ellos con una longitud similar drén constantes en toda la pieza 4 d. En las piezas unidas con celosfa, el Angulo que forman , La longitud de los tramos L seré menor que 50 veces las diagonales con el cje de las piezas estaré usualmen- el radio de giro de las piezas simples que configuran el te comprendido entre 30° y 60°. pila @. En los extremos del pilar compuesto, bien esté configu- rado uniendo sus piezas con presillas bien con celosias, se dispondrén ademés presillas 0 cartelas de nudo, uni- das rigidamente a cada tna ce las piezas simples median- te soldadura de resistencia equivalente. L)s50i Soy 4 Fg. 6.5. Aproximacién iniial al calculo de una pieza compuesta para su dimensionado previo. 36 Leslie Crtaris pore su proyecto cial grepoacne f. Dado que el método de céleulo que propugna la Norma es muy simple, no se recomienda unir las piezas entre sf mediante enlaces cruzados internamente hiperestaticos, salvo que se efectie un cdlculo en profundidad del con- junto mediante una discretizaci6n global en barras, como el pilar fuese una estructura espacial y no una pieza lineal nica; es decir, como si fuese una especie de cer cha vertical sometida a compresién. Una aproximacién sencilla al célculo de las piezas com- puestas que permite un dimensionado inicial de las mismas, puede realizarse siguiendo lo indicado en la figura 6.5. (N)-(") ‘A, (Area de la pieza simple) 2115-424 4S 1 ‘Ge Limite astico del acto A threa total) = 2 Ay En los pilares compuestos, separados entre sf una distan- cia 5, se denomina ‘eje material’ (EM) al que pasa por el bari- centro de todos los periiles simples que forman la pieza. Al ‘eje aue no cumple esta condicién se le denomina ‘sje de iner- cia libre’ (EL). Consideraremos exclusivamente el caso de dos perfiles enlazados mediante presillas y el de dos perfiles enlazados por tuna celosia triangular, dado que son los dos casos que habi- tualmente manejamos en la construccién. E| andlisis de tensiones en el plano perpendicular al eje material se realiza como si de una pieza simple se tratase, ob- teniendo la esbeltez mecsnica con los datos que aportan direc tamente los catélogos y prontuarios de estructura metélica correspondiente a una de las piezas que configuran el soporte, Con Ia esbeltez mecénica obtenemos el coeficiente de pandeo tabla 6.1) sendo, Ly Lonettud de pando de la pieza tly = Lp en la Norma espariola) le Radio de giro de una de las piezas que configuran el soporte con relacisn al eje OX (FM Conocido A, como veremos posteriormente en mayor pro- fundidad, y obtenido el coeficiente @, estamos en condicio- nes de calcular las tensiones normales de flexién con relacién al eje OX (EM) siondo, ‘Ag Seecién de una de las piezas. A= 2° Ay Wig Médulo esistente de una de las piezas con relacin la OX Ig. 661 Fig 67 El problema se complica considerablemente si tenemos que analizar la flexién Myg alrededor del eje OY (EL) (Fig. 6.7) En estos casos se habla en le Norma de una esbeltez mecé: nica ideal 4 cuyo valor viene dado por: peo ffh) 4Bn7 = feel y) e2 49 siendo, L, = Ly, longtud de pandeo en el plano OX (EM) i Redio de gio de la seccién brut total de la pieza respecto al je OY TEL. (Puede encontrarse en Prantuarios para periles convencionales y separaciones estandat, como si de un perfil normal simple se tratas) 'm, Nimero de perfiles simples cortades por el plano de pandeo cons- erado, Normalmente serén dos ‘hs Esbeltez complementaria calculada segin se inca 3 continvacion. CAlculo de la esbeltez complementaria: 2, 2. Silas piezas estdn unidas mediante presilas, éstas deben separerse una distancia s tal que ig = i. Pasar a una separacién mayor entre las piezas supone un encarecimiento de las presillas sin un claro beneficio si el pilar sdlo esté sometido a compresiones. En estos casos hy viene dado por 1 Separaclén entre presillas Ih: Radio de gro minima de una de las piezas que configuran el so- pore. b. Silas piezas se unen con diagonales desiguales: Fie 68 . Silas piezas unen con diagonales iguales pea Ap ly N ; N Las piles. Ctr pare su proet. elo yearn 37 d. Si las piezas se unen con montantes y diagonales MY SS Fe 610 . Si las piezas se unen con montantes sueltos y diagona- les. A TAD Lee u a + Ay tls a # Fig 61 siendo: Li: Separacién maxima entre los arriostramientos, A, Seccién bruta de todas las piezasartostradas, ‘Aox Area de las secclones diagonales, ‘Aye Area de la seccién bruta de los montantes, rn: Numero de planos de arriostramiento. si Separacién entre los cjes de las piezas que se unen en el plano de pandeo OX. Una vez que se ha determinado la esbeltez mecénica A del pilar compuesto, donde también ha intervenido la esbeltez complementaria 4, podemos obtener el coeficiente de pan- deo w como si de una pieza simple se tratase, aplicando, por ejemplo, el criterio de la Norma Espafiola de Estructuras Me- télicas con la tabla 6.1 38 Los plaes. Cries para su proget,cele yeparacin Tipe oe zo | 2 | © 1 2 3 4 ss r 8 ° yoann? 30 ao tea toe tbe toe 1.85 10810510) tor ter 1h) 08 108108) = io ane so ENE a SER cd RE 04 OTE 115 NE 0 ERE 17 z 3391200 tz esha = Wo 1s 11 1Se tar tg) ao tae 2 Mis tay 148 TS) 1535s) str ra z ete 1032 1e P70 tea o ye 18198 ts) 2b) 2s Bde 203 tz ~. zie 221 ae 27 200 22a? 2a 2s a 5 280 253287 = 2D 2h 2B 271 27S 27RD 2a a0 ban Bor 31305 aos a3 £ Sa 23st 38832 aus 80 Sas Sg] s Be 372 ayy 381385 S00 Sas atk = 4140822) tas aaa i Sc fas 2737S sds 99 Sok S08 B Sis 520528 Sal a8) S42 Sad 583 S58 Sd é S70 $76 sar Sa7_—*$3 S09 gas bit gta 828 rn a i Sat ao 9G) 70270) 728735 Ta 748 vse ere? The T7784 Bor 80st oz 623806) Bge 87] Bas cr aS a ) so | Dee maa | =| 1@ 12 12 12 1m 09 10310318 Es er 10s ror 107 @ ) ior ts $08 tops nT wm) vi a ate Se tit 9041202 ge | wo] iz 1% 1m 125 ar to ora 2 | mo) ie iS ih is 1 te tae ara a] ist 1 135 ts? 1st ie tsp 2/2) 1k G2 1B tis 12 183188 wo | 201 208 bs 2to 2s ate 2m 23a aw | mo | 292 295 299 az 2s 2a 258 250268 yo | 267 27 275 270 2ae a8 20 2os 302 5 | i | a an 318 30 Gz ar 435 Sao aus SB | im | 8 3 be Se Se be aap aah 2 | is | 3s fo tte tho a5 20 85435 aa SB | wo | sas ast 456 as: ses are se 4a8 agg B | | a5 sa: sto Sts an 528 Sa gaa a8 mw | wo | S38 Ser Shr Sis 87985 57 Gas oe e | wo | eis sa ear sae rr i © | sm | 62 peas esr eae ros rt —_t8 9259s 198 ao [Tas Tso 752788 77 788783 aoe go | ais 82 ao as 5 G88 Gas Baa zo | es 895 903i 92% «833 8a a3 go | Se 872 880 aa 35) tags tet2 10201008 10.08 20 |_soae me | 1 12 10 100 109 10 708 108 105 ase | | tos a toe tor toy tte sto 10 Bois ie ese 18 S| ia 12 18 e125 1aP e130 13 we | 1a a7 pata 150 mo | 136 $89 tet ee tas teste 75, tet aq | B] te ier a easy aortas a E | @ | 2 22 22 0 2522S as 2 S | so] a5: 269 26r bre 33s 2st as 20 208 B | ue | ae 3 ge ge ae az ae as 34s B | wp | ass 36 36a) ae Sey 383 toe we | #0 iSe a aay Saga ae o | We | a3 fe 48 fas tas Sok Seis S28 io | 83 S42 sae Sto? Ge] S75 Sas Sar to | so 612 619 62 6_ea) Bagg yo | @y Gas be rae toy) 08a se | iw | csr tes 773 tee 90 roa Barbas aaa 8 | io | sa se os 575 sat 8e3 90s 9.19__919 ee Ta oae wae y01t [ge] yor! 1030 04010491059 oes) 1078 oe get oe 8 | go | ie 27 Skee er en 178 thes it 88 zo | iis i229 12401250 get tama tzae i283 aa bao | 1325 1938 Sar 1388180130 tr oe ta bso | tas ‘Tabla 6.1. Coefcientes « de pandeo funcién de la esbettez lj del acero segtin la Norma Espafola de Estructuras Metalicas Obtenido el coeficiente w de pandeo, si el pilar sdlo esta sometido a una compresién Nag, el calculo de las tensiones nonmales es inmediato: ‘Ag tea dels plezas simples 4: Area de todas las seccones brutas de las piezas que confguton. Pero para que todo lo expuesto tenga validez, los enlaces entre las piezas simples deben estar disefiados y dimensiona~ dos correctamente, para que garanticen un comportamiento unitario del conjunte. CAlculo de los enlaces en los pilares compuestos de dos piezas simples sometidos a compresién simple Chleulo de las presillas Silos enlaces de las dos plezas que suponemos que con- figuran el pilar se han realizado con presillas, como suele su- ceder en la prictica habitual, éstas se dimensionan para resistir un contante ideal porderado T"; cuyo valor viene dado por: 6, =o len general) lus Radio de gio mirimo de las piczas que se enlazan El esfuerzo T", origina en las presillas una solicitacién de flexin, con esfuerzo cortante T'p y momento flector M'p que tiene la distribucién indicada en la figura 6.12 y cuyos valo- res son: k yo 1: Nimero de pianos de presilas las presillas y sus uniones a las piezas se dimensionarén pata resistir estos momentos flectores y esfuerz0s cortantes. Las plas. Cte para su proc, clo yrearacion 39 Presillas con secciones de 150 x 8 mm pueden servir en ge- neral para los casos ordinarios La longitud de las presillas m debe ser algo mayor que la separacién entre centros de gravedad de las piezas s, pudien- do tener una altura n alrededor de 15 cm. Fig. 6.12 CAlculo de los enlaces en celosia tra de las formas de unir las piezas, menos habitual, es por celosia. El esfuerzo cortante ideal fo fija la Norma en 6 ten general) El esfuerzo normal de compresién que produce este esfuer- zo cortante ideal en las barras de compresion, segtin los ca 05 ya vistos, y siguiendo el esquema de la figura 6.13, viene dado por las siguientes férmulas: a. Diagonales desiguales (Fig. 6.8) oe + wet jet , Diagonales iguales (Fig. 6.9} rh: Niimero de planos de celosias 40 Losers. Crileris pera su proyecto reparacén . Montantes y diagonales (Fig. 6.10h Fe 613 Célculo de los enlaces y de los pilares compuestos sometidos a una flexocompresién El calculo de las presillas y de los perfiles que configuran los montantes y diagonales se realizaré exactamente igual que si el pilar s6lo tuviese una simple compresién, sin més que sumar al cortante ideal T’; el valor del cortante que exista en el pilar en la direccién de los planos de unin Ty, operando con las formulaciones ya vistas en el apartado anterior, Fie. 6.14 Si el soporte se ve sometido 2 una flexocompresion esviada, se aplicaré la férmula general de las piezas simples: May Nao Mas Ww, Wy siendo a el coeficiente de pandeo que se obtenga de operar con la mayor de las dos esbelteces que presente el pilar se- ‘in sus dos ejes de referencia Dado que los pilares habitualmente empleados en la edi ficacién suelen tener dos ejes de simeiria con rigidez torsional suficiente, no es necesario considerar el pandeo con flexisn y torsién, La Norma es consciente de que las tensiones maximas am- plificadas por el coeficiente de pandeo @ no se producen en los extremos de Jos pilares, donde Myi Y Myg suelen alcanzar sus valores méximos y, por tanto, permite una reduccién en los valores de dichos momentos, No somos partidarios de hacerlo en los casos ordinarios y recomendamos la aplicacién de la f6rmula genética sin més, ‘obviando efectas de segundo orden no considerados Los plas, Cries paras royce yrepurin 41 7, Aspectos constructivos a tener presentes en los pilares metdlicos y de hormigén armado. No es intencién de esta monografia profundizar en los detalles constructivos de las estructuras, puesto que existen manuales y textos especializados que se ocupan de ello, Pero sf cteemos necesario, a modo de apuntes, llamar la atencién sobre algunos aspectos constructivos que consideramos de interés para evitar patologias desagradables, En primer lugar, creemos fundamental que los planos de proyecto lleven incorporados unos cuadros de pilates senci- los y facilmente interpretables, donde quede claramente es- Pecificada su situacién y orientacién precisa sobre el cimiento. verti los lados de los pilares, confundir el lado x por el iado ¥ sucede con demasiada frecuencia en las obras. Enos pilares metélicos, las soldaduras deben tener la geo- metia especificada en los planos, con un aspecto uniforme y continuo. El espesor de garganta de la soldaduras, si no viene especiicado en los planos, debe guardar armonia con el espe- sor de las piezas que se unan con las mismas. A titulo de refe- Fendi, el espesor de garganta puede estar comprendido entre tesase 7 senda, 8: Espesor de la garganta Espesor de as piezas que se unan En los pilares de hormigén armado, su hormigonado debe realizarse de una sola ver, procurando que el hormigén caiga de forma uniforme y, a ser posible, mediante un embudo si- tuado sobre la boca de los encofrados salvando las armadu- fas de espera. Hormigonar desde el fondo hacia arriba, que setfa lo ideal, ya sabemos que generalmente resulta imposi- ble, pero serfa un objetivo deseable. No resulta facil vibrar correctamente un pilar, dado que se hace précticamente a cicgas, sin que sea posible ver cl aspecto. yeevolucién que presenta e! hormigén durante el vibrado, La ‘experiencia del operario y la consistencia del hormigén son dos factores basicos para que el pilar no presente las indesea- bles coqueras, Una consistencia del Cono de Abrams en tomo a 8.69 y un vibrado uniforme con la caida del hormigén pueden ser los Puntos de partida iniciales para la obtencién de buenos pilares, La estanqueidad de los encofrados es vital para que no se pierda la lechada que el vibrador expulsa hacia los bordes dejando las esquinas salpicadas de caqueras. En cuanto a la retirada del encofrade, si bien es posible rea: lizarla de un dfa para otto, deben respetarse dos reglas basicas: + Desencofrar con delicadeza, procurando no arafar el hor mig6n. * No tocar las armaduras y, mucho menos, pretender grfarlas. El grifado de las armaduras sobre la cabeza tierna de los, pilares origina frecuentemente desconchadas y grietas de cier la entidad, como veremos en el capitulo de las patologias, Los planos de proyecto deben incorporar los suficientes y necesarios detalles constructivos para que en obra se improvi- se lo menos posible, eviténdose asi una fuente de errores im- Portante. Mostramos en las paginas siguientes una serie de detalles constructives sobre pilares de hormigén armado que consideramos imprescindibles para acompafiar los proyectos, tomados de la Biblioteca de Detalles Constructivos, de F, Regalado yB. Farré, editada por CYPE Ingenieros, S.A. (Figs. 7.1 a 7.3), En el campo de las estructuras metalicas, el criterio bési- co que debe presidir el diseno constructivo de todas las pie- 228 y sus nudos de encuentro reside en materializar de la mejor manera posible las hip6tesis ¢ idealizaciones realizadas en los céleulos. No obstante, en aquellos casos en los que resulte dificil y problemético hacerto asi, siempre es més aconsejable buscar soluciones hiperestaticas que isostaticas Dicho de otra manera: mas vale rigidizar las uniones abu- sando de los cordones de soldadura, que dejartas libres mini- mizando sus longitudes, siempre y cuando no se introduzcan en Jos soportes momentos no considerados. A titulo meramente informativo, mostramos una serie de esquemas constnuctivos bésicos relacionados con los pilares metélicos desde su arranque en la cimentacién para que el proyectista puede trabajar sobre los mismos y completarlos. realizando los célculos necesarios (Fig. 7.4 a Fig. 7.13), que han sido obtenidos también de la Biblioteca de Detalles Constructvos antes mencionada Las tensiones en las piezas y en sus uniones deben fluir como si de una corriente de agua se tratase en un régimen lo mas tranquilo y laminar posible, Para conseguirlo, deben di- sefiarse todas las cartelas, prolongaciones de chapas, cordo- nes de soldadura, ete., procurando que el agua fluya asi eviténdole hipotéticos remotinos que no serfan ovra cosa que concentraciones y picos tensiones indeseables en los elemen- tos estructurales reales 42 Laspilares, Critris pa spay cleal y reparacin Tabla de Estribos para Pilares - y detalles de cierre [RECUBRIMIENTOS ESPECIFICADOS EN PILARES 40mm 2t0en, A 1 PILARES CIRCULARES Grupos de Barras de Pilares tad be eames, ALEWaGDUA Ton ven. are mas rnin. (Tm Sow rentenraacric Pah tr] 2 : Tas 4 7 . | oa : eh . Js . [oPctoN 1 OPCION 2 seperacion wore: Los PILaRES Gv FOR QU ELEVIOO MUEHD OF ‘bors VERTICALS RESPECTO A SU SECCION, CIMPLN LAS SEPAPACTONES MINAS, BE POOR Store GrurED Oe HASTA 4 BAAS Cu TWD CON ADA GRUPO TENE LIMITA 1 Yom. DL OLAMETRO EQUIVALENT. ras verticals 2 isem. isponer de una horquilia e igual dissetro y separacion’ Fig. 7.1. Tabla de estribos para pilares y detalles de cierre. Los piles. Criterios paras proyecto y rpaacién 43 en Uniones con vigas y forjados Esquena generico de Armado de Pilares sje pitar 7 pier sraage puter eoncontar eetribor ojo pitar |_pttar tong. st NOTA: pncentrar extribos HH : 5j 5i CON ACCTONES DINAWICAS; EN CABEZAS Y ARRANQUE DE PILARES ES ADECUADO Lona} de sctape | Long. oe eolape ® 4 araado pier LA LONGITUD DE LAS BARRAS DEL ULTIMO TRAMO DEL PILAR DEBE SER-ALTURA LIBRE DEL CONCENTRAR LOS ESTRIBOS EN PILAR#CANTO DEL FORJADO- UNA LONGITUD DE 60cm A UNA Sem + LONGITUD HORIZONTAL SEPARACION S'. Som < S'< 10cm Fig 7.2. Esquema de armado de pilares en uniones con vigas y foriados. “ Las piles. riers para su proyece cel repanacin ico de Arnado io de cota (Pilares cortos) LONGITUDES SOLAPE DE PILARES EN om PARA ACERGS B-400-SD y Fck225 Mpa PARA ACEROS B-500-SD y Fck>25 Mpa ‘Gon acciones dinamicas ret oie wage Siena ‘400-80 '8-500-80 25 wpa (HE700_] _ — _ ‘Gon acciones dinanic ARWADURA |~g-4o0-80 | —_ 8-50-80 wa 25 35 s16. 45 60 20 65 296 225 400 125. NOTA:VAlide para HORMIGON Fek > 25 Mpa y Cantos de forjado 2 250m. DE RETRACCTON POSIBLE FISURA NOTA: CON ACCIONES DINAMICAS; EN CABEZAS Y ARRANQUE DE PILARES ES ADECUADO CCONCENTRAR LOS ESTRIBOS EN LUNA LONGITUD DE 60cm A: UNA 'SEPARACION 8". Son < 8°< 10cm LA. LONGITUD_DE.LAS BARRAS DEL ULTIMO TRAMO DEL PILAR DEBE SER=ALTURA LIBRE DEL. PILARSCANTO DEL: FORJADO- Som + LONGITUD HORIZONTAL Fig. 7.3. Esquema de armado de pilares con cambio de cota. Les pilaes. Cites para u proyt, cielo weparacon 45 |] ESS WE. LOS CORDONES DE SOLDADURA SERAN CONTINUOS Y DE PENETRACION COMPLETA o> etwapbel 12> ereapder DETTE CRE PERN GONTRATUERGA FARA DETALLE ANCLAIE PERN] VELACIONES EXIGENTES. MEDINTE” SOLDADURA EL ACERO_DE LoS, PERNOS. ‘SERA'DEL TIPO SAEH™400-5 EL ACERO DE LOS PERNOS SSERA'DEL TPO SABH 400-5 Fig, 74, Alemativas posibles de soldaduras y pernos de anclaje 46 Les ples. Crit par su prove. cul eparcin Sistemas de anclaje para placas de apoyo convencionales, Uni6n rigida Unién semirrigida Unién articulada Fig. 75. Placas de anclaje de pitares metalic. Las piles, Cites para su proyecto, cl yeparaiie 47 i Unién articulada Unién articulada 48 Los piles, Criteris pans prove, elo y eparaion oT Enlace articulado en extremo de vano de viga con pilar (2 UPN cerrados) de ultima planta Arranque de pilat metélico sobre enano de hormigén Enlaces semirrigidos en linea de pilares de viga con pilar de Gitima planta HEB 2 UPN empresillados 2 UPN cerrados Enlaces articulados en linea de pilares de viga con pilar de Gltima planta cir HEB 2 UPN empresillados 2 UPN cerrados Fig. 7.7. Nudos tipicos de estructuras metélicas en Espa ' Las plres, Chitra para su proyecto, coy reparacion Enlaces semirrigidos en extremo de vano de viga con pilar de cltima planta cy oy HEB 2 UPN cerrados: 2 UPN empresillados Enlaces articulados en extremo de vano de viga con pilar de dltima planta oy HEB 2 UPN empresillados 2 UPN cerrados Enlaces semirtigidos en extremo de vano de viga con pilar HEB 2 UPN empresillados 2 UPN cerrados Fig. 78. Nudos de encuentro entre vigas y plares metalicos. 50 Los piles. Criteria pare su rowel eparacin Enlaces articulados en extremo de vano de viga con pilar HEB 2 UPN empresillados Enlaces semirrigides en linea de pilares de viga y pilar con viga y pilar 2 UPN empresillados 2 UPN cerrados Enlaces articulados en linea de pilares de viga y pilar con viga y pila 2 UPN empresillados 2 UPN cerrados Fie. 79, Uniones y encuentro de vigas y plares metaicos. os pila. Cites pura su proyecto cel y sparc 31 Embrochalamiento entre vigas metélicas Embrochalamiento entre vigas metalicas de distinto canto del mismo canto Embrochalamiento de continuidad Embrochalamiento de continuidad entre entre vigas metdlicas de distinto canto vigas metdlicas de distinto canto con torsién Empalme a tope de vigas metalicas Empaime a tope de pilares metélicos, = it Uniones cldsicas para pérticos semirrigidos m Alicos Fig. 7.10. Uniones tipicas de piezas metalicas Les piles, Cites parasu proyt, clo yrapeacion 53 puree D SECCION A-A Fig. 7.12, Detalles de plares empresilados con viga pasante. Dm Oe 1s ples, Crierios para su prot, clay eparacion 95 Sistema Springform: el encofrado de pilar ligero. VENTAJAS + Rapidez y facilidad en el montaje y el desencofrado. + Alto rendimiento: 100 usos, muy superior alos demas sistemas (madera, carton, acero). + Perfecto acabado de hormigon: superficie lisa y una sola junta vertical. * Combinable también para pilares metalicos. * Bajo peso. + No necesita graa. tbl JUNTA DE CIERRE ietoreada con an naman ‘Moja tornitos y butones D4 Oe Fig 7.14, Moldes para encofrar pilares circulares de la casa ALSINA, 56 Bandas do KAP. (raf, alumino y poliatileno ‘parece una espiral por la propia fabricacion det encotrade, D.2 TUBOTEC liso. interior esta forrado por un formato de KAP. ‘mediante o cual ‘tenemos una. toxtura totalmente isa en ot ia KRAET ALUMINIO. POLIETILENO GrupoW alero Acabade interior del | Espesor encotrade: ener. 0 D.t TusoTEC ciametro et standard tespeser sera 235,364 mm. amet intenoe ‘de TUBOTEC do 150 2 600 mm. Sistema "MF" (Desencotrace faci) ‘opcional. Consta de ONTERIOR | LONGITUD MOLOE MAXIMA ENmm COLUMNA EN mts. 100 7 150 16 200 | 250 9.60 300 1820 350 18,770 40 | 13,30 450 11.10 500 9.90 550 8 600 675 | PARED EN mm Fig, 715, Tubos desechables para la construccin de pilares crculares de hormighn. | 7.1. Pilares prefabricados. No queremos acabar este apartado dedicado a los detalles constructivos sin hacer mencién, aunque sea brevemente, a los pilares prefabricados de hormig6n que Ja industria nos ofrece dentro del sector de la canstruccién, En la actualidad, resulta ya posible levantar una estructu- ra completa de hormig6n armado con pilares, vigas y forjados prefabricados. Solamente en las uniones es necesatio acudir a inyecciones de morteros de epoxi o simplemente morteros especiales de altas prestaciones sin retracci6n, para rellenar las vainas y huecos donde se alojen las armaduras de conexién entre las piezas, ‘Apoyo normal con pasador roscado Vigas con cantos diferentes aspires. Criteros pra su royce, clay eparaciin 57 Sin embargo, el sistema de prefabricacién integral est muy lejos de poderse transporter a los edificios que habitualmen- te construimos, Los solares entre medianerias y los crterios, del disefio arquitecténico que se aplican en los proyectos, hacen muy dificil, por no decir imposible, el que pueda acu- dirse con normalidad a una construccién de tipo industrial prefabricada Solamente en el campo de las naves industriales y de al- ‘unos centros comerciales pensados para ello es posible plan- tear una prefabricaci6n integral Los problemas constructivos se encuentran muy resueltos, tal y como demuestran los esquemas de las figuras siguientes, Conerién con pasador vigas con ensamnbiales @ media madera Fig. 717. Ejemplo de conexiones entre columnas y vigas de cubierta (FIP, ATE) 58 Las plas, Crit paras proyecto cul y earn ‘poy soma Lt ign con ensamblaje media madera Fig. 7.18, Fiemplo de conexiones entre vigns y ménsulas cortas. (FIP, ATED). canes con prado roscad, Cascada en cmienio Corenéncon pasador sca. placa de bese yiidzdones Fig, 7.19, Eiemplo de conexiones entre plr-cimiento. (FIP, ATEP). Los pilares prefabricados parten de unos tamaios minimos de 25 x 25 cm, aunque es deseable que lleguen a 30 30 cm para garantizar una resistencia minima al fuego de dos horas: (RF-120) y para que puedan unirse con las vigas, si también son prefabricadas. Los pilares pueden ser continuos © bien construidos por tramos. Ala altura de cada planta los soportes tienen entrantes © salientes estructurales para soportar las vigas y vainas por donde pasar las armaduras de espera y conexién que se re- llenan con morteros de inyeccién Pero no debemos engafiamos en cuanto a la eficacia resis- tente de las conexiones que proporciona el sistema prefabrica- Fe 7.20. Plares prefabricados para exificlos sencillos(fabricante: Rubie a SA), do, puesto que con estas conexiones resulta problemético re producir momentos de empotramiento importantes, y més si los nudos tienen que soportar acciones horizontales de cier ta consideracién. Solamente contando con la tecnologia del pretensado es posible abordar con solvencia la problematica de las conexiones con momentos importantes en los nudos. No obstante, siempre es posible disefiar los nudos y en sayarlos para comprobar su eficacia real, tal y como hiei en un nudo representativo del estadio Mestalla del C, F. de Valencia, en su ampliacién prefabricada con la empresa PACADAR Si la estructura es prefabricada y tiene que soportar accio- nes horizontales importantes, resulta practicamente obligado dotaria de elementos complementarios especificamente dise. ads para estos fines, dejando que los restantes elementos y sus conexiones trabajen tinicamente resistiendo las gravitatorias, Por si puede ser de interés para edificaciones normales no muy altas (< 8 pisos), existen pilares prefabricados que se amoldan a cualquier tipo de forjado y situacién y pueden ser empleados en sustitucién de los pilares realizados in situ, si el factor tiempo compensa su mayor coste, cosa que real mente dudamos. Por lo anterior, incluimos a continuacién unas imagenes de la presentacién comercial de estos pilares, para verse el sistema y su aleance y puedan fase de proyecto, consultando los ébacos de dimensio- hamiento que proporciona el fabricante pueda considerados en Aconsejamos analizar con precisi6n en estos casos los brazos mecénicos realmente disponibles tras los empalmes co. rrespondientes, porque pueden ser sensiblemente inferiores a los tradicionalmente empleados en los calculos de los pilares realizados in situ o MOMENTO EN MOMENTOENM ‘ fe = 250 Kpyem? {| ws pr ‘Acero dureza natural Ce pe ° 4200 Kp/cm? sew trea al Fig, 7.22 spares. Criteros para su prot, cielo yrepracon 61 | Pilar seccién 40 » 40 J fc = 250 Kpvcm? y| fy. = 4200 Krver? '¢ “rd | u we LIS nels Acero dureza natural al Pig 7.23 Pilar seccién 45 x 45 fo, = 250 Kpiom? fy = 4200 Kpicm? yee ld eens ar) ‘Acero duress natural Pig 7.24 (62 Loses Criteria para su proyecto rar 8. Estudio econémico de los pilares (cuantias). Una vez que se realiza el célculo estructural de un edificio con cualquier programa de andlisis global, se esta en condi- clones de realizar el estudio econémico del coste de los pilares de la estructura, puesto que nomalmente el ordenador pro- porciona las mediciones de los materiales que intervienen en los mismos. Afadir al coste de los materiales lo que suponen los encofrados, la mano de obra, gastos generales y el bene- ficio industrial correspondiente, resulta una rutina que cualquier empresa constructora domina a la perfeccion Lo que realmente necesitan y demandan las empresas constructoras al margen de los presupuestos que figuran en Jos proyectos, es una medicién precisa de los metros cuadra- dos de la estructura que tienen que ejecutar y las cuantias de acero y hormigén por metro cuadrado que se consumirén en la construccién de los pilares y, por supuesto, en los restan- tes elementos, Por consiguiente, realizar el estudio econémico del coste de los pilares de un edificio, si se cumpliera el pro- tocole tedrico de un ldgico proceso, resulta inmediate y seneillo, Sin embargo, con bastante frecuencia el protocolo no se cumple y la constructora piensa y oferta una estructura no contemplada en el proyecto, por lo que resulta practicamen- te obligado, al menos en Espafia, tener que evaluat las cuantias de materiales que entrardn en una estructura que no se encuentra calculada y que puede 0 no ser aceptada por el arquitecto de la obra, Estando asf las cosas, puede adivinarse que resulta dificil acertar plenamente con las cuantias. si as hipdtesis previstas en el estudio y en las que se basan las rmismas itamafios de pilares, calidad del hormigén, hipotesis de céleulo, etc.) no son aceptadas después por el arquitecto. La experiencia del que se atreva a realizar el estudio pre- vio resulta en estos casos insustituible; y no existen reglas fijas, para hacerlo, salva unos pocos criterios orientativos que, mezclados convenientemente, permiten salir del paso. Acontinuacién, vamos a expaner algunos de esos criterios précticos que pueden ser considerados en los estudios de cuantfas Primer criterio Debernos arriesgarnos a estimar el tamafio medio del pilar representativo de! edificio, bien baséindonos en nuestra expe- riencia bien a través de una valoracion de las cargas medias que reciban los pilares. \Veamos un ejemplo. Supongamos un edificio de 10 fori dos con una carga total por planta de 0,76 tym? (7.6 kN/m3), La superficie de la planta es de 350 m2 y su perimetro es de 95 m; esta sostenila por 18 pilares de altura 2,60 m. El peso de los cerramientos de las fachadas es de 0,6 tml 16 kNim) + Peso total del edificio: 1,1 10,76 - 350 + 95 - 0,6] - 10 = 3.553 t (35.530 KN). El factor 1,1 tiene en cuenta pesos no considerados de pilares, cerramientos, etc. + Carga de servicio maxima y minima del pilar representative: [imax )=2222 -197,4% w974kN J 1a [Pimin= 924 -19.8¢ ussin 10 Aplicando los eriterios de disefo establecidos anteriormen- te en para pilares de hormigén obtenemos la seccién maxima del pilar para un H-250 (25 MPa} No _ 1974 - =0,25m? 10-10-80, Ac max = B=80 Lo anterior equivale 2 considerar unos pilares en la planta baja de 30 x 50.cm que acaben en 30 x 30 cm. Por consiguien- te, parece razonable contar para este edificio de 10 pisos con un pilar tipo medio de 40 x 40 em. ues bien, este primer criterio se basa en el hecho de que, estadisticamente, la cuantia de acero en pilares gira en torno a los 100 Kp/m? (1000 N'm?). Por tanto, en el caso que nos ocu- pe la cuantia de hormigén consumido en pilares por metro cua- drado es valida, redondeando la cifra resultante en miltiplos de cinco por exceso: (0.4-0,4 350 6-18 _ 7,488 EASE = 0.022 = 0.025 m?im? Vii? = Esto equivale a una cuantia de acero estimada de 00 - 0,021 5 kpim? (25 Nim? que habria que modificar observando la distribucién de los pilares y los esfuerzos horizontales que solicitan al edificio. Segundo criterio Las cuantias habituales en los edificios convencionales sue- Jen oscilar entre los siguientes valores: * Edificios con menos de 3 plantas: Hormigén: 20-25 lim?” [Acero: 2kpim? (20 Nim?) * Edificios entre 3 y 7 plantas: Hormigén: 25-30 lim? Acero: 2-3 kpim? 120-30 Ni + Edificios entre 7 y 10 plantas: [Hormigén: 30-35 Lm? |Acero: 3 a4 kpim’? (30-40 Nim?) * Eailficios entre 10 y 15 plantas: Hotmigon: 40-60 lim? Acero. 4-6 kpim’ 440-60 Nim’) + Ecificios en tomo a las 20 plantas Hormigon: 60:80 ['m" Acero: 6-8 kpim’” (60-80 Nim”) Las especiales circunstancias de cada edificio particular pueden hacer variar al alza 0 a la baja las cuantias suministra~ das, Las acciones sismicas introducen un consumo de acero mayor en las estructuras, especialmente en los soportes. Contar con un consumo adicional de acero de | a 3 Kp Ide 10 2 30 Ném2) sobre los valores anteriormente mencionados, resulta una medida prudente en aquellos casos en los que la accién del viento venga combinada con la accién sismica. Tercer criterio La resistencia caracteristica del hormigén juega un papel muy determinante en la cuantia de acero en los pilares, es- pecialmente en los edifcios de altura por encima de las 15 plantas. La reduccién del acero en pilares puede ser la mitad, uplcando la fy del hormigén Los pias. Cites ura su roy, cielo yepraion 63 Cuarto criterio Los pilares circulares de hormigén resultan, en general, un 25 % mas caros que los de escuadria rectangular © cuadrada Quinto criterio, Si los pilares en las estructuras de hormigén armado, sean éstas de tipo que sean, se reemplazan por pilares metalicos, cabe esperar que los costes se tripliquen en las partidas pre~ supuestarias destinadas a los mismos, ya que en dichos cos- tes intervienen las gravosas conexiones a los foriados. Sexto criterio Es una variante del primer criterio, basado en estimar cémo se reparten las cargas que soportan los pilares entre el hor mig6n y las armaduras Un reparto del 75 % para el hormigén y un 25 % pare las armaduras responde bastante bien a lo que suele acontecer en el disefo estructural habitual El proceso a segulr serfa cl siguiente: + Se calcula el axil medio de servicio en los pilares del edi- ficio considerando el ejemplo expuesto en el primer cri- terio, Asi, tendsfamos que: (97.44198 Nov 2 08,6 (OBEKNI El axil medio se pasa a axil de disefio medio: 95,48 (1954.8 KN) 5-1,2-108, Nain = 10-7 Niy + Considerando que la carga es resistida un 25 % por las armaduras, obtenemos la capacidad mecénica media del pilar representative: (CM, = 255%-Njpy = 0.25-195,48 t= 48,9 ¢ (489KN} + Calculamos las armaduras representativas medias doble- mente simétricas partiendo de la capacidad mecénica (CM) ya obtenida. 489 $169" 26998416 6 espa, Cites ara royce yeperaion ‘Se estima la longitud de las armaduras, en donde debe in- cluirse el solape correspondiente. Los estribos suponen al- rededor del 15 % del peso de las armaduras longitudinales. Pm (peso de las armaduras medias) = 1,15 1,583.5 = 0.9 kp (509 N} La cuantla de acero media se obtiene finalmente por Py-nMde pilares: ‘Cuantia {kp/m?} = Pint! superficie de la planta media 8-50.9 = 2,62 kgim?(26,2 Nim?) Como puede verse, los resultados suelen coincidir con los valores que se obtiene de aplicar el primer criterio, a falta de afiadir el incremento adicional de acero ave, sin lugar a du- das, se produciré si la estructura tiene que soportar la accién det viento © una hipotética accién sismica, Para los edificios habituales espafioles, los incrementos de acero pueden quedar acotados en un maximo de 3 Ke/m?, valores resultantes entre | y 2 Kg/m? son los mas frecuentes. 9. Patologia y terapéutica de los pilares. Vamos a centrar este capitulo en los pilares de hormigon amado, puesto que las patologias de los pilares metilicos suelen ser muy faciles de apreciar al reducirse basicamente @ dos: oxidacién y pandeo, con soluciones de refuerzo muy sim- ples mediante chapas y perfles afiadidos utilizando soldadura En la actualidad existen ya en la literatura libros especia- lizados y casas comerciales que suministran amplia informacién técnica sobre la patologia estructural, de tal for- mma que el técnico no se encuentra desasistido cuando se enfrenta a problemas derivados de un mal comportamiento de las estructuras que se proyectan y construyen Los libros Patologia de estrcturas de hormigén armado y preten- sado i. Calavera, Interac), Patologia y terapéutica del hormigén ammado (M. Fernéndez Cénovas, Ed, Dossat) y Diagrtosis y eau- sas en patoloaia dela edifcacién (M, Mufioz Hidalgo) constituyen tun buen comienzo para adentrarse en el apasionante mundo de la patologia estructural. ‘Trataremos de entresacar de la patologia estructural aque- lls aspectos que se relacionan bésicamente con los pilares, al mismo tiempo que intentamos proponer soluctones direc- tas a las mismas, 0 exponer indirectamente los caminos a recomrer para encontrarlas, De entrada, podemos decir que la mayor critica que puede hacerse a la literatura técnica dedi- cada a la patologia estructural se funcamenta en el abuso que 65a realiza de los aspectos cvalitativos de los problemas y el miedo que tiene a cuantificarlos numéricamente para poder abordar y disefiar los refuerzos que cualitativamente se des- criben con gran amplitud en la misma uizd la compleiidad y singularidad de las patologias que se presentan en la préctica sean las razones 0 las excusas que pueden argumentarse para que no nos atrevamos a cuantifi- car numéricamente sus soluciones, especialmente en obras completas de rehabilitacion. EI GEHO (Grupo Espafiol del Hormigén Armado, integrado ena actualidad en ACHE}, ha publicado en su boletin ndime- 10 [4 la Guia de buena prictica para la reparacn y refuerzo de las ‘strucuras de fomnigén’,traduccién directa del mismo documento editado por la FIP. donde filoséficamente se establecen les pautas que debemos seguir en la patologia estructural y cuya lectura recomendamos vivamente desde aauf. En dicha gufa se expone un concepto que nos interesa destacar por su importancia, que frecuentemente se ignora y se obria, lamentablemente. Cuando nos enfrentemos a un proble- rma de patologia en una estructura, el grado de restauracién o reparacién de la misma dependerd de si solamente se necesita Los lacs. Criterios pra su royce, culo resaracion 08 reponer la capacidad de carga, que deberia tener y no tiene, o de si es necesaria una mayor capacidad de carga. Si, por razo- nes técnicas 0 econédmicas, no es factible conseguir la reposicién completa de la capacidad original y, al mismo tiem- po, la sustitucién total no es una opcisn aceptable, es obligada tuna reduccién de la sobrecarga aplicable a la estructura El propietario, para tomar una decisi6n, tendré que evaluar 1no s6lo las posibles acciones técnicamente factibles sino tam- bign los costes de cada opcién, las consideraciones sociales (impacto econémico sobre la comunidad que utiliza la obra objeto del estudio), las expectativas de vida de servicio aso- cladas con las distintas opciones posibles, cualquier valor histérico de la estructura, cualquier riesgo que pueda estar relacionado con los cambios en el nivel de seguridad o en la reduccién de la capacidad de carga, etc En resumen, el propietario debe quedar involucrado en la toma de decisiones sobre el problema planteado y asumir le responsabilidad correspondiente, 9.1. Opiniones dispersas a propésito de la seguridad en los procesos constructivos destinados a rehabilitar y reparar estructuras. Siendo conscientes de la gran importancia que posee el tema de seguridad en cualquier tipo de obra, resulta llamati- vo constatar lo realmente diffcil que resulta encontrar litera- tura valiosa que hable sensatamente sobre la misma. Admitimos que sobre los temas de seguridad tenemos una tendencia, tal vez algo patoldgica, a mirarlos con sumo escep- ticisme porque pensamos que se estén abordando desde arri- ba y deberian abordarse desde abajo. ‘Queremos decir que sobran planes, normas y proyectos de seguridad y falta sentido comin y una minima cualificacién profesional en nuestros operarios, si realmente pretendemos evitar accidentes en nuestras obras eficazmente, Las estadis- tices de accidentes nos dan la razé6n. Si tomamos cualquier manual sobre seguridad en la cons- 1ecién y lo leemos con espiritu crtico, presumi-blemente nos encontraremos un conjunto de normas @ cumplir de un caréc- ter tan genérico y elemental que resultan o bien sumamente faciles de ejecutarse, pareciendo incluso ridiculo que pueda ser objeto de un proyecto de seguridad cosas tales como lle- var casco en las obras, colocar redes de proteccién, etc., 0 166 Loses, Crit par suproyet. clu y reparacin bien se acumulan de tal manera que resultan agobiantes has- ta el punto de Impedir un correcto desenvolvimniento de los tajos, cayendo incluso en el polo opuesto de lo que preten- demos: en la inseguridad Si entramos en el campo de las rehabilitaciones, abando- nando las obras de nueva planta, los temas de seguridad ad- quieren un cardcter tan singular que nada o muy poco podemos decir que sea fécilmente extrapolable de una obra de rehabilitacién a Las dificultades que entrafia plantear seriamente un buen plan de seguridad se acenttian notablemente al acometerse luna obra de reparaci6n, jundamentalmente debido a la esca- sa informacién disponible con la que se suelen comenzar, por las dificultades fisicas y econémicas que supone conseguir la mencionada informacién, si se pretence que realmente sea fia- ble y aprovechable para el proyecto. Cuando se plantea en un edificio una rehabiltacién, ya es- tamos aceptando a priori que las condiciones de salud del edi ficlo no son precisamente brillantes. Sin duca alguna, en cada uno de los edificios que nos toque rehabiltar veremas las hue- llas que han dejado el uso y el tiempo en sus paredes y estruc- turas en forma de cicatrices y heridas que debemos diagnosticar y analizar en profundidad si pretendemos actuar de forma lim- pia y segura, especialmente si de los pilares se trata De todos es conocido, que no debe comenzarse a efectuar operaciones de tipo alguno en una estructura, y menos si se trata de una reparacién, sin previamente realizar un diagnés- tico serio y completo del estado real en el que se encuentra la misma, ‘Quisiéramos aprovechar esta introduccién un tanto inco- rnexa, para plantear algunas ideas que consideramos fundamen- tales antes de intentar desarrollarlas y concretarlas en los apartados siguientes. ‘+ Elaborar un proyecto de seguridad en la reparacién de una estructura en general y de los pilares en particular exige estudiar seriamente las condiciones singulares y espect- ficas de nuestra obra concreta, olvidando las generalida- des y vaguedades que los manuales al respecto suelen exponer sobre estos temas, incluso en el hipotético caso que encontremos alguno que nos hable de nuestro asun- 10 patticular. La seguridad es algo demasiado serio, para tenerla pre- sente Gnicamente como una obligaci6n que exigen las normas y poder superar una zancadilla més de tipo ad- ministrativo, * Para proyectar y trabajar con seguridad se requiere tener un conocimiento profundo de cémo funciona lo que est construido, lo que se va a construir y los sistemas cons- tructivos que lo hacen posible. Lo demés son zarendaias. + El proyecto de las reparaciones estructurales tiene que contar desde sus inicios con los criterios de seguridad suficientes para poder ejecutarlo sin peligro Las ideas expuestas tienen realmente que ver con la ver dadera seguridad: lo que comienzan a llamar los autores es- pecializados ‘seguridad integrada'. Dicen los expertos que, mientras la seguridad no esté autornaticamente integrada con todas sus consecuencias en nuestra industria, todas las acci nes que se promuevan nacerdn, y nacen de hecho, con un bageje de eficacia muy limitada: AlgGin ilumninado (é! mismo se bautiza asi y asf lo ha publi- cado) piensa que: ‘La salud y la vida de wnt solo ser fumano vale ‘as que nada en el mundo’. \Qué més quisiéramos! Como decla- raci6n de principios nos parece espléndido y serfamos unos villanos si no suscribiéramos semejante principio; pero en el fondo de nosotros sabemos que no es cierto. Para conocer lo que vale una vida humana, basta con preguntar simple y lla- namente a les compaiifas de seguros, Pretendemos decir que el riesgo cero no existe por mucho que los jueces se empefien en creerio asf cuando se produce un accidente. La sociedad que nos alimenta y nos paga no puede permitirse el lujo de vivir sin riesgos, aunque cuando surja el accidente se rasgue las vestiduras e, hipécritamente, nos demande lavandose las manos como Pilatos. A pesar de ello, el técnico honrado deberd seguir actuan- do con valentia, deberé seguir tomando decisiones y asumien- do los riesgos controlados, necesarios y suficientes para que la vida en sociedad pueda existir y el sistema no se paralice, No es de recibo incrementar los coeficientes de seguridad 'por si acaso!. No es de recibo hacer gastar el dinero ajeno innecesatia- mente con la excusa de la seguridad cuando en realidad se est4 tapando la ignorancia y cobardia, Pero, éhasta dénde se puede llegar asumiendo riesgos con- trolados? éDénde esté el limite? Este es el nudo gordiano de la cuestién que nadie deshace. Nos gustaria tener la ocasién de averiguar hasta cuanto estaria dispuesto a pagar en seguridad un juez de su bolsillo haciéndose su casa, teniendo como prin- cipio el mismo que aplica en sus sentencias cuando juzga un accidente por no haber tomado las seguridades adecuadas. Creemos oportuno transmitir una experiencia propia pensan- do que ilustra mejor que nada las Giltimas ideas que tratamos de transmitr. Siendo director de las obras de un aparcamiento subterré- neo y estando casi presente en el lugar donde se produjo el hecho, se desprendieron unas pocas tierras en un batache de una excavaci6n y enterraron a un obrero que se encontraba sentado en el fondo. No es el momento de hablar de las citcuns- tancias que explican por qué y cémo se produjo el accidente. ‘Tratando manualmente de desenterrar al obrero algo nos ecia intuitivamente, viendo pasar los segundos, que © apa- recia rapidamente o transcurridos escasos minutos ya era irre- levante que apareciera antes 0 después. Manclamos introducir la cachura de la pala excavadora por un lateral tratando de parar el reloj y de desenterrar bruscamente al hombre a cara © cruz. Los que nos rodeaban nos impidieron hacerlo por el grave peligro que suponta para la persona que se encontraba enterrada y, muy a pesar nuestro, tuvimos miedo, nos dejamos llevar y revocamos la orden. Se tardaron mas de 15 minutos en encontrar al obrero manualmente y ya estaba muerto. Todo el mundo nos dijo que hicimos lo adecuado pero, de verdad hicimos lo adecuado? Un hombre enterrada dura de dos a tres minutos sin da- fios cerebrales irreversibles y no més de ocho minutos con vida. Esto ditimo nos lo explicd un médico después. éDe ver- dad hicimos lo adecuado? éDe verdad se puede desenterrar manualmente a un hombre en menos de tres minutos si no se sabe con precisién absoluta dénde y cémo se encuentra? Qué haria un juez en una situacién semejante? 9.2. Toma de datos previa al proyecto de reparacién. Los pilates 0 cualquier tipo de soportes verticales de una construccién, sin duda alguna, puede decirse que son los ele- mentos esenciales que garantizan la estabilidad general de la misma Una viga, un forjado, un voladizo pueden fallar localmente en una estructura sin que, en general, ello implique la ruina © el colapso global del conjunto. El fallo de un pilar aislado. tal vez por el clevado hiperestatismo espacial de las estructuras en edificacién, es posible que no implicase la ruina total de la misma, pero no cabe duda de que estaremos muy préximos a.ella o, al menos, lo estaremos parcialmente. Tomando como base la consideracién anterior es impres- Cindible conocer el estado real en que se encuentran los pi Jares que vayan a repararse. Tener el proyecto que sirvié de base para la construccién de la estructura debe ser un objetivo prioritario. Contar con Las plas. Ctra ara su proyecto, culo y eparacin el proyecto nos permitirs conocer con elevada aproximacion geometrias, armadluras y esfuerzos teéricos a los que pueden verse sometidos los pilares a restaurar. Una vista a la obra nos permitiré estimar también con su- ficiente precision la carga de servicio real que estén soportan- do de verdad los pilares y que puede estar muy lejos por el lado de la seguridad © de la inseguridad de la prevista teéri- camente. En aquellos casos donde no exista documentacién de la obra, nos veremos obligados a levantar los croquis necesarios que nos permitan definir la forma de la estructura y el modo en que ésta se encuentra trabajando, Es muy importante en esta primera etapa procurar no to- car nada de lo construido sin tener una idea muy precisa de cémo esta sosteniéndose globalmente el edificio. Las tabiquerfas pueden llegar a proporcionar coeficientes de se guridad adicionales, jugando un protagonismo insospechado, Fig. 8.1, Colapso de Hotel Bahfa de Santander durante su restauracién 68 Las plans, Cris para su pave, clal y parc como desgraciadamente pudo constatarse en el Hotel Bahia de Santander, donde un colapso parcial produjo victimas en ‘su intento de restauracién, que fue abandonada en beneficio de la demolicién y reconstrucci6n total Una vez que dispongamos de los planos necesarios ave nos permitan efectuar una estimacién de las cargas a las que pueden estar sometidos los pilares, estamos en condiciones de dar un paso hacia adelante tratando de averiguar la resis- tencia de Jos materiales que lo configuran e incluso las arma- duras, si de hormigén armado se trata, No obstante, lo dicho anteriormente, que tiene en térmi- nos generales validez plena, no debe hacernos perder nunca cl horizonte de nuestro trabajo, ya que la bisqueda de cual- quier tipo de informacién que deba obtenerse empleando los servicios de un laboratorio (probetas testigos, ultrasonidos, catas, andlisis quimicos, etc.) resulta sumamente costosa y puede ser desproporcionada con el fin perseguido, pero nun- ca debe quedar incompleta por una economia mal entendida. No hace mucho, fuimos consultados sobre la seguridad de una estructura de hormigén para una vivienda unifamiliar cu- yos pilares tenfan una geometria de 30 x 30 cm y cuatro re- dondos del @ 16. La direcci6n facultativa pretendia tirar la estructura por no ajustarse a los 175 Kp/cm? exigidos en el proyecto. Una burda aproximacién al problema permitia vislumbrar que los pilares se encontraban sobredimensionados estnuctu- ralmente, con cargas centradas de servicio en tomo a 150 KN, No hace falta ser un lince para comprobar que unas tensio- nes de servicio no mayores de 2 MPa en los pilares no pre- ssentan riesgo alguno y que bastaba proteger las armaduras de una posible corrosién a largo plazo para liquidar las reparacio nes estructurales sin. mayores Investigaciones © medidas cos- tosas que a nada mas positive podian conduct, Volveremos sobre esta idea més adelante, con otro caso real 9.3. Sintomas visibles que requieren la intervencién en los soportes en obras de rehabilitaci6n. En principio, y genéricamente, el motivo por el que normal- mente se interviene en los soportes de cualquier obra de r habilitacién suele ser marginal y, en muy contadas ocasiones, constituye el fin prioritario de la misma, excepcién hecha de Fig, 9.2, Derrumbe de una case en rehabltacién en Valencia (Fotografia de Carles Frances Fig 93. Derrumbe de una casa que avis6 emitiend nudes antes de hacerlo, los problemas originados por las corrosiones de las armadu- ras en los pilares de hormigén armado, La mayoria de las veces son el cambio de uso y el adecen- tamiento global de un edificio las causas principales que motivan su rehabilitacién; y es después, cuando se va desnu- dando el edificio de todo aquello que se encuentra deterio- rado 0 es indtil, cuando se comienza a descubrir que los, soportes no se encuentran en el estado adecuado y se deci- de intervenir sobre ellos, Los ples. Cris para proyecto, cleo reparaciin 69 Lo descrito no deberia ser asf, pero asf suelen desarrollar se los hechos en la prdctica real, con lo que surgen las sor- presas que encarecen las obras de rehabilitacién, por ahorros mal entendidos de tiempo y dinero y, muchas veces, también por la falta de experiencia de los responsables de la obra La toma de datos a la que haciamos mencién en el apar- tado anterior debe simultanearse con un anélisis previo por menorizado de los sintomas patoldgicos que visualmente presente el edificio, lo cual debe ser realizado por un autén- tico especialista en estos temas que, de alguna manera, disia las labores previas de informacion y todas las vias que debe- rén ser contempladas en el proyecto. Este examen previo pue- de llegar a retrasar la toma de datos pormenorizada de la obra si tras realizar el mismo se vislumbra que su estructura no reGne las garantias suficientes que permitan hacerlo sin peli gro para las personas. El lanzarse ciegamente a rehabilitar cualquier tipo de obra, adelantando faenas con la excusa de ganar tiempo mientras se elabora el correspondiente proyecto es sumamente peligro- so; y el precio que puede llegar a pagarse por ello puede lle- gar a ser muy caro. Las figuras 9.1, 9.2 y 9.3 pueden confirmar lo dicho, Dos son los vehiculos que emplean las construcciones para manifestamos sus males: el lenguaje de las fisuras y el de los uidos. Cuando una construccién modema emite ruidos, la mayo- ria de las veces nos esté diciendo que las deformaciones de sus forjados estan aplastando los ladrillos de sus tabiquerias y, aunque el problema acarrea profundas molestias y desem- bolsos econémicos en reparaciones menores, el asunto no suele tener mayor trascendencia bajo un punto de vista resis- Ente 6.008 mena Rego Teaat* | Control mensual Estudiar pantea poibes soluciones — Peligo 0.03 mia |Contact semana Analizarposibles apeos Toumines Noes preciso plantear la evacuacisn os mma | cy Pelige ined Yemimes crea eta Platear la evact Tabla 97 10 Losplars. Criteris ara su pret, ciel teparacn tente. El tiempo, en la mayor parte de los casos, se encarga de solucionar el problema sin necesidad de reforzar los cle- mentos estructurales. sin embargo, si en una obra antigua o simplemente vieja escuchamos al edificio emitir ruidos y pequefios crujidos, la prudencia indica que echemos a correr y acordonemos la zona, En aquellos casos en los cuales el edificio se siga mants niendo en pie y después de averiguar con precision fuera de toda duda la causa y el origen de los ruidos, pueden acome: terse las labores de recalce y reparacién No obstante, lo habitual en nuestras construcciones se aleja, afortunadamente, de los casos trégicos citados en las imagenes anteriores. Nuestros edificios, en general, suelen tener la humildad de expresar sus males més silenciosamente; _y emplean el len: ‘guaje callado de las fisuras para manifestamos sus pesares Veremos un poco més adelante el significado de las fisuras y lo que representan en los casos de patologla mas habituales, que tienen que ver con los pilares de edificacién. Existen también algunos cuadros, como el que se muestra a continuacién, de valiosa ayuda a la hora de tom rnes en funcién de la forma de evolucionar en el tiempo las fisuras detectadas, pero deben ser usados con suma cautela pese a haber sido elaborados experimentalmente, decisio En general, fisuras por debajo de 0,4 mm no suelen tener efectos serios sobre las estructuras de hormigén, sobre todo en los elementos sometidos a flexi6n. Fisuras de hasta 2 mm empiezan a tener un cardcter serio y, al margen de las posi- bles repercusiones estéticas, comlenzan a inducir sobre las estructuras envejecimientos acelerados. Fisuras que superan los 2 mm indican ya que pueden existir problemas de funcio- nalidad y de seguridad graves. 9.4. Criterios de seuridad a contemplar en la rehabilitacién de pilares (apuntalamientos). Una vez que se analice la informacién disponible y se es: tablezcan de forma clara los criterios y formas de rehabilitar restaurar la estructura objeto de estudio, como se veré pos teriormente, debemos siempre plantearnos antes que nada la viabilidad constructiva de los refuerzos diseniados y la ejecu- cién préctica de los mismos. ‘Téngase muy presente que no siempre es posible ejecutar las cosas como se imaginan a un coste compatible con la s guridad, con el valor de lo que esté en reparacion y con la rea lidad del fenémeno fisico:que puede haber motivado el daho Por ejemplo: recalzar una zapata bajo la misma no siempre es posible cuando el suelo falla, si previamente no transferimos provisionalmente la carga del pilar @ otros elementos. EI manipular soportes que deben ser reparados cuan rante el proceso constructive se corre un riesgo por colapso de los mismos requiere en general no sélo tomar medidas pre- ventivas sino también, y muchas veces, asumir parte de ese riesgo para evitar males mayores sin tener plenamente todas las garantias a nuestro favor. éQuién apuntala un edificio de 20 plantas con seguridad plena, viviendo la gente dentro, si tenemos que perforar un soporte, picar las esquinas y sanear las armaduras que se encuentren corrofdas, y el pilar posee un coeficiente de se- guridad deficiente? Fig. 94. Apuntalamiento de seguridad preventvo, capaz de soportar les eer {B58 que reciben los sopoites de hormighn en toda su altura y asi poder repa Far la contosin de sus armeduras de forma répida en un edficio expuesto a Las ples, Citra su oroyet, cel yeparaion 71 Fg.95. Delectos de ejecuciin reparat la ‘colapsada en una nave. Los plares furcionaban por © ig. 9.6. Plar oculto, descublero tras un tabique de certamiento intl La costumbre tan extendida de apuntalar la planta baja sobre vigas y forjadios cuando se detectan fisuraciones en los pilares podré ser una medida brillante pensando en la galeria, pero en absolute garantiza seguridad alguna si colapsan uno o varios Soportes. Los cortantes que se generarfan en los ele: mentos horizontales si entrasen en carga los apuntalamientos bastarian para hacerlos colapsar irtemediablemente, Somos conscientes de que estamos hablando de cuestiones elemen: ales que cualquier técnico deberfa conocer pero, llegado el momento, se olvidan de la forma mas incomprensible. bajo la placa de los pllares, descublertos al g. 97. Colapso frig de una béveda por una rehabita no descubierta a tempo, Fig, 9.8, Refuerzos previos sustitutivos de un apuntalamiento antes de pro: cater al ecalce genetalizado de las cimentaciones del ediicio, ‘Cuando un muro de carga falla, siempre podremos relle- nar los huecos en puertas y ventanas con marcos rigidos metalicos o de madera que ayuden a la fabrica a soportar las cargas hasta el cimiento, Pero cuando se trata de soportes aislados, la solucién del problema no es inmediata ni facil de realizar, por la Infinidad de molestias y costes que Incor- pora una operacién de esta naturaleza tan seria, Obsérvese en la figura 9.4 cémo hemos dispuesto un so- porte del tipo HEB paralelo a los existentes para poder repa rar las armaduras oxidadas, pieando de una vez y simultdéneamente todas las esquinas de los pilares de una plan ta, No cabe duda que dicha operacién es costosa, pero garan- iza la seguridad estructural sin problemas para el edificio y una ejecucién répida de las labores de saneamiento de los pilares, 72 Lespilaes Ceri para su proyecto y rparacn No obstante los apuntalamientos, toda prudencia es poca ya que vicios ocultos imposibles de detectar pueden surgir re- pentinamente con resultados diversos. En la figura 9.5 puede verse lo que aparecié bajo los so- portes de una nave al tratar de reparar el colapso de su sole- ra, S6lo los rozamientos del muro perimetral con los pilares han garantizado la estabilidad de la nave, al encontrarse los mismos apoyados en ladrillos de nivelacién provisionales que. tal vez por olvido, pasaron a quedar como apoyos definitivos. culto tras un cerramiento indtil, aparecié reparando un edificio el pilar de hormigén de la figura 9.6. ‘otras veces, desgraciadamente, e colapso se produce brus- camente, sin que se detecte a tiempo el problema, debido a la fragllidad de ciertos elementos estructurales entre los que se encuentran los pilates que trabajan a compresién. En la figura 9.7 puede verse el colapso de una béveda tabicada, bajo la cual se reunian equipos de la Cruz Roja. El colapso fue debido a una rehabilitacién mal hecha por alguien que, creyendo que los rellenos de nivelactén constituian una sobrecarga excesiva para la béveda, los eliminé y sustituy6 por ‘unas contrabévedas para alcanzar la rasante y apoyar sobre ellas el nuevo pavimento, alterando seriamente el sablo me- ‘canismo original. Las cargas puntuales que producian las, contrabévedas sobre la béveda principal causaton frégilmente la ruina de esta Gitima, milagrosamente sin victimas. No debe descartarse proyectar reparaciones de vida dil I+ mitada (10 aos) cuando los apuntalamientos son imposibles y la seguridad asf lo requiere, si se define claramente un pro- ‘rama de conservacién y mantenimiento pactado previamen- te con nuestro cliente, Deberfa ser ya practica habitual que 199. Escaloriante patologia de un pilar de esquina de medianeria con Cientacion muy singular. Obsérvese que no existe zapata algun nuestros proyectos comiencen a contemplar seriamente el mantenimiento de las construcciones como algo consustan- cial con cualquier realizaci6n humana, ‘Queremos acabar esta aproximacién al problema de la se~ guridad desde la éptica estructural citando un caso real més ante la imposibilidad de dar reglas fijas de cémo abordarla. No “obstante, pensamos que lo importante en la segutidad es plan- tearse el problema de la misma como un problema més que debe ser analizado y tenido en cuenta en nuestras actuacio- nes; y. una vez planteado, creemos que tenemos recursos y preparacién suficiente para salir del paso airosamente en cada caso concreto por especial que sea En la figura 9.8 podemos ver el refuerzo que planteamos en unos soportes para poder destruir la solera del sétano y excavar tres metros retirando las Uiertas que se apoyaban sobre las zapatas y construir posteriormente una cimentacion compensada mediante un cajén flotante. El edificio, que ha- bia renido asientos importantes y que se encontraba desalo- jado por orden municipal, pudo ser recuperado sin riesgos a un coste muy razonable, credndose un forjado sanitario sobre un vacio de 2,5 m de altura donde antes existian rellenos sobre las zapatas y una solera encima que originaban los sobrepesos que acentuaban los problemas de asientos en el edificio. 9.5. Pilares mal replanteados. Suele ser una patologia muy frecuente que las armaduras cen espera no coincidan con la disposicién geométrica del nuevo tramo del pilar a construt. Si lo anterior sucede en la cimentacion, el problema se resuelve facilmente taladrando la misma y, una ve2 limpia la perforacién, introducit un mortero sin retraccién (tipo 'grout) © un mortero de epoxy. a cont nuacién, colocar las armaduras que resuelvan el cortecto aco- plamiento y empalme, haciendo rebosar el material previamente introducido, La longitud de la perforaci6n para anclar las armaduras, si trabajan a compresién, puede venir dada por la expresion: mats 1-200. 20MPa Rime? =200n4m=12 H-250 25NPo) (0 H-300 [30MPa) eh Si las barras trabajan a traccién, debemos intentar emplear las barras més finas que podamos, compatibles con su ntime- ro y la geometria del pilar. La formula en este caso podria ser: 1,21 =m-9? 220m Fg 9.10, Par metaico mal replantead y un alarde de imaginacién constructiva subsanando el mal replanteo de un pilar de hormigon El diémetro de las perforaciones debe ajustarse a: pet = 1.20 bara + 5 mm Ls plas. Crierios para su proyecto, clenloyrepuracisn 73 teniendo presente que los didmetras pequefios en hormigo- nes de mala calidad conducen a un mejor comportamiento de los anclajes, mientras que en los de buena calidad mejora el comportamiento aumentando dicho diémetro. Si lo anterior sucede en un forjado, el problema se com- plica, puesto que el anclaje de las barras est limitado al canto del forjade menos 5 cm, al margen del momento suplemen- tario que una posible excentricidad en el acoplamiento pueda riginar en el nudo. En estos casos conviene introducir en las perforaciones un mortero de epoxi, que permite reducir el an claje de las barras un 25 % de la longitud que suministran las férmulas anteriores, sin bajar nunca de los 20 em Sila longitud de anclaje resulta mayor que 156, las barras se agotan antes de que falle éste. Para los hormigones habi- tuales de fy 2 25 MPa la tensi6n media (ty) de adherencia con rellenos de morteros expansivos oscila entre [1 y 15 MPa y la de mortero de epoxi supera los 20 MPa. La tensién tii ma (ty) puede alcanzar valores entre 20 y 30 MPa con los morteros especiales de cemento, hasta llegar a superar los 31 MPa con los morteros de epoxi, Estos valores estén ava- lados por los ensayos realizacios por Roberto Vera en su tesis doctoral (Alicante, 1996) El incremento de momento que puede engendrarse por la excentricidad adicional en el nudo deberé ser asumido por las Vigas y el pilar inferior y, por tanto, deberd comprobarse que puede ser resistido 0 redistribuido sin tener que acudir @ re- fuerzos adicionales. Las armaduras de espera que initilmente se quedan fuera del pilar, si buenamente se pueden erifar, aunque sea desmesuradamente, debe hacerse introduciéndo- las en el pilar superior antes de cortarlas sin mas; si ello no es posible, cértense. Como puede verse en la fotografia de la figura 9.10, el pa- trimonio de replantear mal los pilares no s6lo es de las estruc: turas de hormig6n, también en las estructuras metélicas resulta una patologia habitual 9.6. Variaciones de resistencia del hormigén a lo largo del pilar. El hormigonado de un elemento vertical, tal como sucede en los pilares, ha venido siendo penalizado por las Normas Espafiolas reduciendo la fe, en un 10 %, hasta la aparicién de la nueva Norma EHE en la que dicha reduccién desaparece Las probetas cilindricas moldeadas constituyen en gene- ral una buena representacién de Ja resistencia del elemento de obra al que pertenecen, La resistencia de la obra puede ser incluso de un 5 a un 10 % superior que la de las probetas, si ésta se ha realizado cuidadosamente, 14 Loses Criteis par su pret, cel parc En los pllares de hormig6n, la variacién de su resistencia con la altura depende mucho de su fej, Pata resistencias infe- ores a 150 Kpicm® (15 MPa) puede haber diferencias entre la parte inferior y superior del pilar en tomo a un 20 %, dado que la parte superior esté mucho més penalizada durante el hormigonado, debido al reflujo de la lechada cementosa A medida que la resistencia fex se eleva, estas diferencias se hacen menores: de aqui, que se prescinda del factor 0.9 si la resistencia minima de proyecto para el hormigén esté cifrada ‘en 25 MPa, tal y como sucede en otros paises y actualmente también en Espana tas variaciones deben tenerse presentes en el analisis pa- tol6gico de los pilares, igual que debemos conacer que la resis~ tencia de los testigos conservados en humedad ambiente suelen presentar una resistencia en tomo a un 10.6 15 % mayor frente a los que se conservan saturados en cémara htimeda, 9.7. Daiios en las cabezas de pilares producidas por los asientos plasticos del hormigén. Es muy frecuente encontrar en las cabezas de_pilares al- gunas fisuras o incluso grietas horizontales, debido a fallos en la puesta en obra del hormigén, por lo que se denominan asientos pldsticos del hormig6n E] hotmigén que se encuentra en cabeza de pilar, cuando trata de asentar verticalmente mas de lo debido por una defi ciente colocacién y vibrado en todo el pilar puede quedar sus- pendido por algunos estribos si se encuentran con deficientes recubrimientos, mientras que el que se encuentra debajo des- ciende normalmente, con lo que se corta la continuidad del mismo y da origen a fisuras y grietas de entidad variable, Estas fisuras, aunque no tienen una gran trascendencia me- cénica, deben ser reparadas antes que entre en carga el pilat. Para hacerlo, puede picarse la zona afectada en la profundi- dad que tenga el plano de la fisura y, una vez limpia la zona con un chorro de agua y cuando esté medio seca medio hi- meda dicha zona, proceder a retacar lo picado con un morte~ ro sin retracci6n (fck 2 300 Kp/cm® apretandolo fuertemente con la liana, Pueden sellarse también dichas fisuras si son muy finas, inyectando una resina epoxi fluida La reparacién de las fisuras por inyeccién para dar monolitismo al hormigén se realiza de la forma siguiente’ 1, Sellado exterior permanente o temporal de las fisuras me- diante un mortero de fraguado rapido, masilla de epoxi 0 tun material termopléstico, dejando introducidos en ellas uinos taladros de profundidad acorde con el dafio estima: do para las boquillas de inyeccién (tubitos de pléstico © metilicos de 5 a 10 mm de didmetro) . Esperar a que el sellado endurezca y tenga la resistencia adecuada (24 horas), . Las boauillas de inyeccién se colocan a lo largo de las fisuras y a una distancia acorde con la patologia. Distan- cias entre 25 y 50 cm pueden ser valores de referencia, |. E] producto a inyectar (formulacién epoxidica) seré de baja viscosidad y se realizaré la inyeccién con presiones del ‘orden de | a 10 Kp/em? (0,1 a | N/mm) para garantizar una penetracién adecuada. La penetracién queda asegu: rada si, al realizarse de abajo hacia arriba la inyeccién ésta sale por las boquillas adyacentes que, a su vez, serviran para continuar por ellas la inyecci6n tras sellar la prime- ra y ast sucesivamente. Se debe consultar a las casas es pecializadas la formulacién adecuada en funcién de la naturaleza de la fisura para conseguir plenamente los objetivos deseados. Una vez terminada la inyecci6n y tras el sellado de todas, sus boquillas, se espera a su endurecimiento y se proce- de a retirat las mismas. El exterior de la zona inyectada puede requerir un tratamiento estético que minimice efecto cicatria existente en la zona tratada, Fig 911. Asientos plisticos spare 9.8. Armaduras de continuidad cortas y En fase constructiva, el problema se subsena félimente fiesconchadns enifas caberas de Jos pilares. SAO steer (0 teceral neta a aes y con un espesor de la soldadura del orden de la mitad de dicho diémetro. Si el mal esté ya ejecutado y las armaduras cién, mediante una plantilla, de construir una_ placa de acero de 12 mm de espesor, coloctla y soldaren si perf Resulta mas frecuente de lo deseable que la longitud de fas armaduras de espera para conectar con el pilar superior se queden cortas y, todavia mucho mas frecuente, que se pres- Otro desarreglo muy frecuente que se origina en la cabeza 's Se produce al intentar grfar las armaduras cuan: muy tiemno: el hormigén del recubrimiento se despr bien se produce una grieta de cierta entidad en las esquinas, espet si no existe una buena dispo- sicién de los estribos en dicha zona Fig, 9.12. Armaduras cortas, ' Fig. 9.14. Armaduras cortas, asientos plasticos y atmaduras i cs de tiempo. i i . SB Sy a» K : aP Fig, 9.13, Olin nta, Armaduras cortas Fig, 9.15, Solucién para el anclaje de armaduras cortas en a ditima planta 16. Losplares, Cries purse payee y roparcn Dependiendo del daiio, éste puede subsanarse saneando Ja zona y reponiendo a continuacién la geometria del pilar con un mortero de reparacién de buenas prestaciones. Si el dato se ha producido sobre un pilar muy solicitado, resulta adecua- do colocar un collarin metélico de zunchado en caliente con un espesor de chapas de unos 8 mm tal y como se indica en Ja figura 9.16. Honmigbn despre f tel grado y gO #6 mi soladas Cn caliente sobre un tmomtera de nivelacn Fig. 9.16. Reparacién mediante collarin metélico de una cabeza de pilar aiada, 9.9. Fallos de estanqueidad en los encofrados, mala puesta en obra y mal compactado: coqueras. Las coqueras son un mal endémico en la mayorfa de las es- tructuras de edificacién en general y de los pilares en parti- cular. Son debidas fundamentalmente a tres causas: * Deficiente material en los encofrados, con fallos de es- tanqueidad evidentes, + Deficiente eleccién de la consistencia del hormigén, por exceso y por defecto. * Deficiente compactacién de! hormig6n, Si los encofrados fallan en su estanqueidad, la lechada del hormigGn se escapa y los dridos aparecen sin pasta: el hormi- _g6n deja de ser hormigén. El problema mencionado se acen- tia con hormigones excesivamente fluidos compactados por exceso. Si el hormigén tiene un cono por debajo de 8 y no se vibra adecuadamente, el hormigén no se reparte ni penetra correctamente entre las armaduras, propicidndose ademas la problematica de los asientos plasticos de forma generalizada La solucién al problema puede ser tan dréstica como tirar el pilar 0 bien proceder a un saneado en profundidad que ponga de manifiesto plenamenie la importancia y alcance de las coqueras y grietas. Si los daftos se encuentran bésicamente en la zona de los recubrimientos de las armaduras y no tienen mayor alcance, éstos pueden ser subsanados con morteros de altas prestaciones que se colocan en capas sucesivas apretén- dolas fuertemente con la paleta 0 la lana. Fig 9.17, Fig. 9.18, Fxpresién formal de coqueras,gretas y una mala veparacion, Si los dafios penetran en profundidad detrés de las arma- duras verticales, lo més barato es la demolicién. si se puede, sino es posible, deben inyectarse los planos de fisuras en profundidad junto con a reposicién del hormig6n que rodea las coqueras y grietas superficiales. Es absolutamente inadmi- sible la pésima reparaci6n realizada en el pilar de la figura 9.18. t Fig 0.19, Aspecto habitual de las coqueras en los pilares de edificacién, as lars, Crit paras proyet, ciel y eparaciin TT Dajios producidos por la retraccién Fig 9.20, Flsuras de retraccién Cuando uno observa fisuraciones y grietas de tipo horizon tal distribuidas a lo largo de un pilar resulta, a veces, dificil discemir si se han producido por asientos pldsticos, por re- tracciones plésticas 0 simplemente por retraccién a secas (Quizé lo més sensato sea, sin entrar en mayores averiguacio- nes que dejamos para los cientficos, atribuirias a los fenéme- nos reoldgicos tipicos del hormigén que se manifiestan en forma de fisuras horizantales comio las que aparecen en el plat de la figura 9.20 por no haberlos tenido presentes de la for ma debida, es decir, con armaduras cortectamente situadas, dosificaciones adecuadas, consistencia acorde con la pieza a hormigonar, compactado suficiente y curado abundante. Nada més poner en obra el hormig6n, mientras fragua, co- nienzan a producirse acortamientos, retracciones de menor 0 mayor entidad que. si se ven impedidas, pueden provocar fisuraciones en las piezas si el hormigén no posee la resisten- cla suliciente a traccién al no haber alcanzado todavia la ma- durez adecuada; pero incluso habiéndola alcanzado, si las tensiones son muy elevadas, la aparicién de las fisuras es in: evitable y s6lo con unas armaduras muy abundantes poderos difuminarlas hasta creeros que no existen. La mejor forma de evitar las fisuras de retracci6n es redu: cir los acortamientos al maximo en las edades tempranas de! 18 Lospilares Criteris para su proycte, clay reparacn hommig6n, proporcionéndole abundante agua durante su cu- rado © Impidiendo que la pierda para que alcance sus resis- tencias en paz, sin verse sometido a tensiones de traccién que Je superen. Evitar las horas de mayor soleamiento y los dias de vientos calurosos en los procesos de hormigonado asf ‘como cementos de fraguado rapido son unas buenas recetas pata minimizar los problemas que originan las retracciones, No obstante, las fisuras de retraccién tienen mas trascen- dencia desde un punto de vista de la durabilidad de la estructura que bajo tn punto de vista resistente; por tanto, las reparaciones de dichas fisuras deben ser enfocadas bajo este aspecto, sin montar camparias de reparacién desproporciona- dasa su importancia. Una colmatacién de las mismas mediante tuna lechada fluida de cemento puro, puede bastar en la ma- yoria de los casos para solucionar el probleme que originan 9.10. Fisuras de flexién. Cuando aparecen planos de fisuras ortogonales al pila sin lle~ ‘gar a seccionar plenamente la totalidad del pilar, tal y como se refleja magnificamente en la fig, 9.21. ya sea en la parte inferior © superior del pilar, es casi seguro que se deben a la presencia ‘de momentos flectores sobre el mismo que superan claramente la capacidad de las amaduras de traccién que posee Fig 9.21, Fsuras de Tlexisn en la cara vista de! pl: E Asietocifeencal | ‘Sobvecrgs adiclonaes setae Fig. 9.22, Fisuras tipicas de flesi6n en los piles, En los casos mds frecuentes, las armaduras superan su I mite eléstico y se plastifican sin llegar a romperse, prodkicien- do.un reajuste de las leyes de esfuerzos y una redistribucion de los mismos en las restantes piezas que confluyen en el nudo dafado, En a medida que puedan redistribuirse los esfuerzos, el dafio puede quedar estabilizado 0 aumentar hasta que se rompa la seeci6n por compresién excesiva del hormigSn 0 se produzcan dafos en las restantes piezas por fallar su empotramiento. Los esfuerzos de flexién adicionales que pueden dafiar los pilates, una vez que se comprueba que para las cargas gravitatorias existentes el pilar se encuentra en buenas con- diciones, pueden provenir de: + Asientos diferenciales, + Retraccién de las vigas, ‘+ Empuies horizontales: viento, tierras, etc + Sobrecargas no provistas sobre las vigas. Indudablemente, deficiencias en el célculo de los pilares, malas resistencias en el hormigén y una disposicién inadecua da de la ferralla vertical con anclajes deficientes también pue- n ser los culpables de las fisuras de flexién en los mismos, La reparacién de las fisuras de flexi6n tiene muy mal apaio si la causa que las produce no se estabiliza o desaparece. Sila fisura se encuentra estabilizada y no aparecen ni se etectan dafios en otros elementos y la zona comprimida de las secciones fisuradas se encuentra intacta, podemos limitar- nos a inyectar las fisuras sellandolas y mantenerlas en obser- un afio con el objeto de asegurarnos de que el problema queda zanjacio de esta forma tan sencilla, Silas fisuras progresan y se ven sintomas de que el_hor- migén a compresin comienza a fisurarse, no queda mas re- nedio que plantear un sistema de apeo adecuado y proceder a reforzar el pilar con alguno de los sistemas que veremos al final. tras evaluar los momentos que pueden estar solicitan- do al pilar, aunque sea de forma aproximada Existe una fisuracién como la recogida en la figura 9.23 ‘muy habitual en los pilares cortos de sétanos embebidos en los muros, pero flanqueados por ventanas a ambos lados, debida a dos causas que se superponen: forjado se retrae y tira del pilar provocando una flexién adicional. b. La enorme rigidez que tiene un tramo tan corto de pilar 5 casi totalmente seguro que no ha sido tenida en cuen- ta en el calculo al introducirse en el ordenador con la al Ls ples. Crier para se ery tura del sétano y, por tanto, carece de las armaduras ne cesarias para resistir el momento inicial con el que trata de empotrar la placa del forjado debido a dicha rigidez Calcular un pilar con una altura h que se construiré des pués con una altura h/5 produciré patologias irremedia- blemente porque su mayor rigidez hace las veces sumidero de esfuerzos no previsto. my Fig, 9.23: Fisura de flexkin en la cata vista del pilar 9.11, Fisuras de compresién. Las fisuras de compresién, sin duda posible, son las mas graves que puede presentar un pilar porque nos estén indican: do que se encuentra practicamente agotada su capacidad re- sistente y su colapso puede acontecer bruscamente. Dado que, en general, la responsabilidad de los pilares es la ms alta po- sible dentro del esquema estructural de un edificio, se compren: de la enorme atencién que debe prestarse a esta patologla La figura 9.24 refleja esquematicamente la tipologia de fisuras que habitualmente se manifiestan en los pllares, cuan do se encuentran al borde de su agotamiento, En general, las fisuras de agotamiento tlenden a concen: trarse en el tercio superior del pilar, dado que suele ser la zona mas débil de resistencia y donde, a veces, suele fallar el es. tribado, aumentando las fisuraciones en las cabezas, justo debajo del foriado, Cualquier manual de patologfa atribuye las fisuraciones d esta naturaleza a las siguientes causas: + Seccién insuficiente + Armaduras insuficientes. 80 Lospilans. Cites para so praget cel rparcn i \A Fig. 9.24, Sintomas que indican agotamienta en los pilares: compresin, compresiOn yflexi6n en pilares rigdos y comoresién elevada con ausencia de estibos en la cabeza Fck 2 50 MPa Fek ~ 25 MPa Fig 9.25. Solucidn constructva de pilares y foriados con hormigones de resistencia muy diferente (F. Regslado} + Hormigén de mala calidad + Cangas prematuras + Estribos ca‘dos o insuficientes + Momentos excesivos en pilares muy rigidos (grietas incli- nadas seccionando los mismos, generalmente debidas a movimientos y asientos diferenciales de cierta importan- cla en las cimentaciones} No resulta muy frecuente, pero la introduccién en el merca- do espaiol de los hormigones de alta resistencia (fax = 50 MPal, puede propiciar fisuraciones verticales en las pastillas de hor mig6n del forjado comprendidas entre pilares consecutivos; incluso, puede provocar aplastamientos, si dichas pastillas no se hormigonan también con el mismo tipo de hormigén que el ‘empleado en los pilares. La figura 9.25 reflea el sister constructive de edificios con, resistencias muy diferentes entre pilares y forjados y aclara per fectamente la problematica y solucién constructiva que plan- tea la ejecucién de estas estructuras para evitar la patologia mencionada: No obstante, diferencias de resistencia entre el hormigén de pilares y forjados de 5 MPa (50 Kp/cm), basandonos en nuestra experiencia personal, no plantean problemas debido a la densidad de armaduras que suelen cruzar los nudos so- bre las cabezas de los pilares. {52 Lospllaes, Crieris para su poy, cleo yrepaaion El problema més serio que es necesatio resolver con el apuntalamiento de cargas considerables deriva de dénde apoyarlo con el objeto de no crear esfuerzos cortantes im- posibles de absorber con los elementos horizontales de la estructura, tal y como ya apuntabamos en el apartado Crite- rios de seguridad a contemplar en ta rehabilitacién de pilares (apuntalamientos) 9.12. Dafios originados por la corrosién de las armaduras. Es ya de todos conocido que cuando el hormigén pierde su cardcter basico al carbonatarse, las armaduras que se en- cuentran en su interior pierden su proteccién y pasan a de- pender del grado de impermeabilidad que tenga el hormigén que las recubre para seguir intactas sin oxidarse cuando el ambiente que las rodea es agresivo. La presencia de humedades, gases contaminantes, vientos marinos, aguas contaminadas y sucias, sales de sulfatos, cloruros, azticares, condensaciones, etc, constituyen en gene- ral el caldo de cultivo que propicia un ataque agresivo a las estructuras de hormigén a través de sus poros, que dafia fun- damentalmente sus armaduras, ‘Cuanta mayor cantidad de cemento empleemos en la con- feccién de los hormigones (2 2800 N/m’), menos agua en su amasado, sustituyéndola por plastificantes y fluidificantes, y mejor compactaci6n y curado hagamos de los rismos, mucha menor porosidad tendrdn y, por consiguiente, mayor durabilidad (Fig. 9.26) Vee iy es f Fig, 9.28. isualizacin de una red de pores dentro del hormigén. No obstante, va siendo hora de que los proyectistas de es- tructuras de hormigén armado y pretensado, aun teniendo pre- sente lo dicho anteriormente, comiencen a plantearse seriamente el enlucir los pilares dos o tres milimetros con Fig. 9.29. Aspecto de las fsuras producidas por la oxidacién de las armaduras, con su tipico trazado paralelo alas misma morteros especiales y pinturas impermeables transpirables, anticarbonatacién, con el objeto de reducir fuertemente la porosidad superficial del hormig6n y preservar las armaduras de la corrosién a un coste muy reducido. ita fécil dictaminar en un pilar que las armaduras se en cuenttan oxidadas, dado que el acero al oxidarse aumenta su volumen de 8 a 10 veces y expulsa el hormig6n que las recubre produciendo una fisura paralele al trazado de las mismas No resulta tan sencillo intulr que las armaduras se en: cuentran oxidadas dentro de un pilar cuando la patologta no ha alcanzado la magnitucl suficiente para manifestar fisura mas. Bienvenida sea la nueva filosoffa de la durabilidad que uibyace en la EHE, aunque ponga més énfasis en la fc, del hormigén y aspectos relacionados con las geometrias de las secciones, dejando de lado otros caminos igualmente vali: dos y eficaces, que podrfan resultar mas interesantes, Hasta hace muy poco era el ‘olfato' del técnico respon sable de analizar cl problema quien intula dénde podia encontrarse el mal y, a través de unas pocas catas de inspec cién, se aventuraba a plantear una diagnosis global de |: estructura y el correspondiente estudio de reparacién. Las figuras 9.30 y 9.31 corresponden a dos casos reales, La primera corresponde a un sétano en el que la humedad ambiente nos hizo aventuramos a intuir que las armaduras de los pilares podian encontrarse oxidadas por debsjo y por encima de la solera. La segunda corresponde a los pilares de un bar niento plastice que los envolvia nos hizo sospechar que podria haber condensaciones bajo el mis: mo y una posible corrosién de las armaduras, agravada por tun enlucido de yeso que existia sobre el hormigén Jonde el recubr 3no por encima y por debajo de 1s, hts par si proyecto. coy eparaion 83 Fig 931, Core recubrimiento de los pilares de un bar, bajo un enlucido de yeso y un Cualquier metodologia de diagnosis global basada en la in ermite cuantificar el problema de la corrosién de una estructura cualitativamente, tuicién sélo Los errores que cometemos, en mas y en menos, cuando hos aventuramos a cifrar la extensién de un problema de ox: dacién de armaduras en una estructura basdndonos en lo re son muy elevados, Afortunadamente, las investigaciones que se estén realizan do en este campo alumbran métodos y aparatos de medidas cada vez més perfectos que, sin tener un cardcter destruc (catas), nos permitirén ciftar los riesgos y conocer el grado de corrosién que tienen las armaduras ocultas bajo el hormigén sin que necesariamente tenga que manifestarse a través de la fisuras, Estos sistemas de medidas, contrastados con el sistema de catas, de igual forma que se contrasta el chequeo esclerométrico 0 ultras6nico de pilares con las_probetas testigo, constituyen un primer paso para situar un posible problema de corrosién tal como, por ejemplo, puede reali 4 Lex ples. Citriopara su proyeta clay rparacén zarse midiendo el potencial eléctrico de las armaduras de una estructura situando los resultados en un diagrama de Pourbaix (Fig. 9.32), Diagrama de Pourbaix av, oof Pasvidad (Ccon) nial inmunidad 1 L L L L L 39 +10 1213 Fig. 932, Relacién entre potencal, pH y corrosion de armaduras. En Espafia, la labor que estén realizando en este campo I. Rodriguez y C. Andrade con sus equipos en Geocisa y en €] Instituto Eduardo Torroja probablemente conducird, tal como parece vislumbrarse, @ una clarificacién importante de la problematica de la corrosién de armaduras y a una cuantificacién préctica de la misma para su uso en los cél- culos de resistencia de las piezas oxidadas. \Veamos algunas de las conclusiones aplicables en la pato- logia de pilares oxidados que, en nuestra opinién, podsfan deducirse de sus trabajos: a. Midiendo las intensidades de corriente (Icon HAYCM2) que circulan por las armaduras, podemos adivinar el grado de corrosién que poseen las mismas. loom inferior a 0,1 ~ 0,2 pAvem2:corrosién despreciable leom entre 0,2 ~ 0,5 wAVem?: corrosién baja leogr entre 0,5 ~ 1,0 wAcm?: corrosion de moderada a alta leowr Superior a 1 WA/em?: corrosién alta ‘Suponiendo una corrosién uniforme y constante en el tiempo es posible deducir el valor medio de la velocidad. con la que disminuye el radio de la armadura en la zona afectada por la férmula (1) X= 0.0115- leon t uu siendo, 1X Pérdidas del radio en mm, lea! Valor medio de la intensidad, variable con la humedad y la tern- pevatura que crcula por las armaduras. Para los céiculos pueden hacer- se lecturas periédicas y obtener el valor medio. te Tiempo transcuride deste que el agresivo alcanz6 la armaciura (en ao El problema se complica y esta ecuacién falla cuando existen picaduras, corrosién localizada puntual debida, por ejemplo, a la presencia de cloruros (Fig. 9.33) No obstante, puede hacerse una estimacién multiplican- do el valor X obtenido en |I| por un factor de multiplicacién ot en el caso de la existencia de corrosio- nes localizadas. CORROSIGN De_ARMADURAS. Fig 9.33. Corrosién generalizada y puntual E] diémetro residual seré: o = b-a-X siendo, = 2 (corrosién uniforme) © (contin localizada) 0; Diémetroinicial en mm La corrosién de las armacturas genera un deterioro prema- turo de las estructuras de hormigén y reduce su vida re- sidual porque: - El acero reduce sus secciones y sus propiedades mecé- nicas. ~ El hommig6n se fisura y las secciones estructurales dismi- nuyen ~ Hay pérdida de adherencia entre el hormigén y el acero. ~ Aumentan los riesgos de pandeo en las armaduras com- primidas. . Las cargas de rotura de soportes corroidos comparadas con las cargas de soportes no corroidos resultan ser del orden del 60 al 80 %, reducciones més altas que las que cabria esperar por la simple disminucién de las secciones de acero en las armaduras oxidadas. mm vem ‘ 0 i % % evade propagacion aos — cones iforme Prades ia = 10 a) 10 c 2 : paves ronne | § " i i i ‘ sed Devas Fg 9.34 Diagramas de reduccién de las secclones de armadura en funciGn del valor lr ¥ Gel tempo, d. En el caso de pilares corrofdos, el papel que juegan en la estabilidad de las armaduras los estribos pasa a ser vital al encontrarse fisurado el hormigén que las recubre. El pan- deo de las barras en estos casos pasa a depender plena- spl. Criteria para su roy, cluly parce 85 mente de los estribos, cosa que no sucede en los pilares no afectados de corosién, donde los recubrimientos se encuentran intactos. La reposicién de los estribos es fundamental, incluso an- tes de descubrir totalmente las armaduras, si se desea ‘contar con la capacidad resistente de las armaduras duran- te el proceso de reparacién. Durante el proceso de repa- racién, la pérdida de un estribo puede hacer pandear la barra a una tensidn 65 = 0.5 fyg, la pérdida de dos estri- bos bajo una tensién 6; = 0,2 fg ¥ la pérdida de tres estribos invalida la barra totalmente. @. Las pétdidas de los recubrimientos en las esquinas de los pilares inducen unas excentricidades suplementarias en las cargas verticales del orden de 2 cm y pueden alcan- zat valores semejantes al espesor que tengan los mencio- nados recubrimientos. £. La adherencia entre el hormig6n y acero experimenta un descenso. El valor de la resistencia residual de adherencia, segin Jesiis Rodriguez y su equipo de Geocisa, para valores de la pérdida de radio comprendidos entre 0,05 y 1 mm, siempre que p $ 0,25, podria venir dada por: b =10044|-oorise-(-2.]] fuses] p=n tea af ° siendo, fy: Resistencia a la adherencia en MPa, 6 Diet de la armadura principal 9 Didmetro de los estrbos en la zona de anclaje ‘a Corrosién generalizada (2) © puntual (10) n: Mimero de estibos en la zona de anclaje. En zonas intermedia, reeemplazar n por 200)s, siendo la separacin entre los cercos Bloques sin cercos Recta de ajusto 525-290 00-4768 Recta limite inferior | del 95 % de conflanza Xe plea de ato en rn (005 S35 1.0) Tabla 9.2 86 Lesa, Cit para su poy, ck yrepuracion Llama la atencién el hecho de que experimentalmente se hha comprobado que la adherencia residual no depende de la calidad del hormigén con recubrimientos fisurados, No obstante, valores residuales de resistencia de adheren- cla de | MPa {10 Kp/crv?) para piezas sin estribos y 4 MPa 40 Kpfcm’) para las plezas que los posean pueden ser teni- dos en cuenta en los calculos de comprobacién, Todo la dicho no significa que el problema esté zanjado y no haya que seguir investigando, pero sf permite al menos rea~ Jizar una aproximaci6n cuantitativa a un problema de corro- sién y evaluar la capacidad resistente residual de un soporte con las atmaduras oxidadas, aunque sea de forma aproxima- da, antes de proceder a su reparacién *Con la resistencia que tendria que tener teéricamente el pilar y con la resistencia residual que posee el pllar oxidado es posible estimar un coeficiente B que puede fijar el tiempo disponible para intervenir en el saneamiento del mismo Resistencia residual del pilar oxidado Resistencia tebrica del pilar sin oxidar B < 05: Intervenciin inmediata (apuntalary B > 0,5: Tempo disponible de 1 a 2 aflos, B= 1: Tiempo disponible de 10 a 20 aftos En la prdctica cotidiana, el problema radica habitualmen- te en no poder disponer de los medios técnicos y econémi- cos para realizar un estudio suficientemente preciso del problema, tal como sucede, por ejemplo, en viviendas de comunidades humildes y es necesario resolver el problema con recursos limitados y una informacién incompleta, Lo anterior no significa, como vernos hacer desgreciadamen- te con demasiada frecuencia tentando a la Divina Providencia,, que pueda realizarse el picado y saneado de las armaduras de un piler oxidado a ciegas, olvidando que esta soportando una catga en cl edifcio y que tiene que seguir soporténdota duran- te todo el tiempo que dure la reparacidn, y todos sabemos que Gicha reparacién es traumatica para el plat, puesto que el pro- tocolo exige realizar los siguientes pasos + Picar y sanear el hormign dafiado. + Limpiar el dxido de las armaduras. + Pasivar 0 no las armaduras (el tema admite discusiones) * Reponer las zonas demolidas. + Proteger el conjunto de nuevos ataques. En nuestra opinién, las operaciones mencionadas no de- ben realizarse sin hacer unos célculos previos que, aunque sean muy simples, permiten conocer el terreno que se pisa, tal y como se expone a continuacién, refiriéndonos en este caso especificamente a pilares oxidados con las esquinas deterioradas: Evaluar por descenso de cargas el ail de servicio que pue- de tener el pilar, con las reducciones de sobrecarga a las que haya lugar 0 considerando una estimacién realista de la sobrecarga que tiene de verdad la estructura. En el caso de pilares de vivienda, una sobrecarga_de uso cde 800 Nim? se ajusta mas a la realidad que los 2000 N/m? (200 Kp/m?) que exige la normativa espatiola, Sea, pues, este valor calculado Ni, 2, Debemos realizar unas pruebas de resistencia de los hor- migones afectados y obtener una fe de los pilares 0 una estimacién de la misma baséndonos en la edad del edi- ficio, el sonido de! hormigén y el aspecto que presenta 3. Mediante unas simples catas o retirando el hormig6n fi- surade tendremos que hacernos una idea de las armaduras que posee el par. Disponer del proyecto real de la estructura seria maravilloso. Supongamos que he- mos estimado la armaduta y €5: As ~ fg [de un 10 a un 15 % de la capacidad resistente del hormigén podria te- netse presente en una estimacién aproximada para las, armaduras, si no se dispone de informacién alguna). 4, Supondremos unas excentricidades de las cargas que evaluamos mayorando las mismas por un valor Yq = 1.20. 5. En estas condiciones, la carga estimada que podria ago- tar el pilar viene dads por ‘ 085: 409A, ty 109-8 -ba] siendo, 09; Armaduras oxidadas 6. Comparando el axil de servicio N, con Ny abtenemos un Coeficiente de seguridad yj que nos permite dilucidar nuestra actuacién cuando existen fisuraciones de cierta entidad en el pilar. ¥F> 2.15: los problemas son minimos, pueden picarse las esquinas y sanearse las zonas daftadas, inclu so actuando en las cuatro esquinas. 2,15 > Y;> 1.85: pllar seguro, pero recomendamos no picar mas de tres esquinas simulténeamente. 1,85 > 7} > 1,65: pilar suficientemente seguro, picar solamente dos aristas. sieweny Acero sin proteger a ia intomperie Elpotenclal electrolitce V de un metal es luna modide de su tendencia ala ‘corrosion, Cuante mas negative sea ol potercal, mas susceplble s ol metal de ‘ulrr process de corrosion Lisforma de las eurvas do densidad ortiente aiodicasy cates iascondicionoe pro low! valor del pls En acero ala procoso ds corrasion ‘cure en mayor medias, eon bajo potoncal Ls ples. Critrspara su proect,cealo yearn + fuvene ‘Acero on hormigén alcalino sano {Ls armadura se p/olege de la corrosion fe hormigon stealing sano con un film elgado sub-mierasrépice pasivante teuande ol valor del pH es alto, La ‘eaccion catocica se ve ry inhibida porque se difcuta ta aifusion del | bxigono. La reaceién andiza tiene una otencial en ef que ins dos. tdensidades de covriente parenles son iguales (potencil de corrosion! se mueve hacia le derecha Us sensidad de Corrient an el potencal de corrosion insignifieante y no exste corrosion. Fig, 0.35, Mecanismos de corrosin en estnucturas de hormiggn armado. (Co(OH), ot) con e oxida de cartons tenel aire se denamine cntbonatacion del hormiggn, Hace que hormigon eismiuya, Sie valor de pH {de hormigon ain profundidad dela lrmadura cae aproximagamente por ‘debajo.do 11 corrosi ‘Acero on hormigén con cloruros (causa 2 de la corrosion) Los ioneselorur (earrotera con sales de \deshislo)aleanzan ia superice dl aero por accion dein capa ¥ destruyen loca pasivanta, nels sealing, Po lo tanto el potencial do Corrosion se mueve ala zquiorda. Ceando mas ata es a eoncontracisn de sloruros, ms alta 2s le intensidad de orrosion fear indice de eorrosisn). Fi. 936, Mecanismos de corrasin en estructuras de hormigén armado. 88 55 pars rot, ly reprain 1,65 > 73> 1.45: picar solamente una arista del pilar y esperar al menos 3 dias para actuar sobre la siguiente. Yi < 1.4: recomendames realizar un apuntalamiento de seguridad mientras duren las operaciones de reparacién. Dado que el 7; que hemas manejado nada tiene que ver con el coeficiente de seguridad de las Normas 7, debemos también plantearnos reforzar el pilar al margen de reparar sus armaduras oxidadas cuando el valor de y's se encuentre por debajo de 1,65. Los protecolos de reparar las armaduras oxidadas en las es: tructuras, se encuentran en la actualidad muy definidos por las casas comerciales (Bettor, Sika, Fosroc, Texa, Tecnogrout, Sample, Euco, etc.), que suministran los productos de repa: racion con unas fichas téenicas muy completas que permiten conocer sus especificaciones més relevantes y la forma de aplicarlos en obra correctamente, Véase a titulo meramente ilustrativo de lo que queremos decir, la explicacién de la corrosién de armaduras extrafda de un folleto publicitario de una de las casas comerciales, [Figs. 9.35 a 9.37) y la brillante presentaci6n grafica de un nuevo producto encaminado a reducir los indices de corrosién, siya existe, o retrasar su comienzo, sila estructura se encuen- tra intacta (Fig. 9.38) Cal licee alae toenail Fig. 9.37. Proceso electrogulmico de la corosién Sin embargo, pese al enorme apoyo técnico y logistico que nos ofrecen las casas comerciales en el tratamiento de la corrosi6n y que es de agradecer, no debemos olvidar que no todos los problemas se encuentran plenamente resueltos y que la competencia y los intereses comerciales que priman en el sector de la construccién pueden desvirtuar, desgraciada- mente, una eleccién adecuada y correcta del protocolo idé- neo para nuestro problema espectfico: al margen de que los productos no son tan maravillosos come la publicidad comer- ial nos dice que son Fig. 9:38. El nhibidor de corrosién es una impregnacién 2 la superficie del hormigén. Penetra répadamente en el hor fa armadura de acero por difusién quia y de vapor. El inubidor tiene una ata afinidad con el aceroy forma una capa protectora en la superficie del cero, Esto retrasa el inicio de la corrosiin y l indice de corrosion se vere pana Realizamos un segundo tanteo con & = 15 ¥, dado que supera incluso el exigido por la EHE, puede Mg = 2300 1,5 = 3450 KN concluirse la diagnosis afirmando que: Mey = 65+ 1,5 = 97,5 KN =m, = Elpilar se encontraba inicialmente sobredimensionado May = 65° 15 = 97.5 KN-m para las acciones de célculo previstas. ~ Bajo un punto de vista puramente mecénico, no seria ne- cesario proceder al refuerzo del pilar. Laspilares. Crit par su prog cial yreparacion 97 11. Tipologia de los sistemas de refuerzos para pilares. Discusiones y calculos. 11.1, Introduccién general. Independientemente de consideraciones teéricas, parece que el mayor riesgo de rotura en los pilares se produce en el aranque y en la cabeza de los mismos. Si las roturas tienen su origen en una accién sismica u horizontal de otro tipo, lo dicho no ofrece discusién, siendo tal vez las cabezas de los pilares su zona mas débil y sensible, Para que no queden dudas, mostramos una serie de foto- grafias que vienen a corroborar lo anterior (Figs. 1.1 a 11.3) Con ellas hemos querido enfatizar gréficamente la debilidad de los extremos de os pilares para que no se olvide que cual- quier sistema de refuerzo que se seleccione en la restauracién de los mismos debe prestar una atencién especialisima a os mencionados extremos, por encima de cualquier otto tipo de consideraciones més o menos justificables. Los sistemas més empleados en la actualided para refor- zat pilares se reducen a dos, aunque llenos de matizaciones ¥ atgucias constructivas de todos los calibres que tratan de conseguir, con fortuna variable, el objetivo buscado: devolver al pilar una capacidad resistente que supere con el coeficien- te de seguridad previamente fijado, los esfuerzos de servicio que puedan solictarlo en su vide dtl Estos sistemas son: Encamisados metélicos 2. Encamisado de hormigén Ambos sistemas se configuran normalmente basdndose en unos elementos verticales capaces de resistir carga vertical y unos elementos transversales dle zunchado que. reforzando lo existente, permiten al mismo tiempo transferir parte de las cargas, © la totalidad, a los elementos verticales que se dis- ponen. Los encamisados de hormig6n se resuelven generalmente adosando unas armaduras verticales y unos estibos mas o menos juntos en funci6n del grado de zunchado que se bus- que, preparando previamente las superficies del pilar de base para asegurar una buena adherencia del hormig6n que se afiade como encamisado La figura 11.4 refleja los esquemas bésicos que habitual- mente se tienen presentes en las reparaciones de esta na- turaleza, basadas en aportar un anillo de hormig6n perimetral que puede variar entre 5 y 10 cm con estribos y armaduras verticales. Fig. 11.1. Cabeza de pilar con cogueras. fsuras de asientos plisticos y pé dda de ia lechada ascendente durante el vibrado, con un resultado (dg Co de debilidad superior ‘rente a la parte inferior del pilar que en general se encuentra en situacion mas favorable Fig. 11.2. Rotura dela cabeza de un pilar por deficiente calidad de hormi ‘26n, donde las armaduras han pandeado adicionalmente por deficenclas manifiestas en la colocacisn de estribos, Patologia producida exchisiva ‘mente por la acciGn de las cargas de servicio gravitatorias Ls plas, Crit parasuproyet ciel y eparaciin 99 La puesta en obra del hormign 0 mortero de reparacién empleado en los recrecidos puede hacerse colocando un cofrado perimetralmente alrededor del pilar que se desea re- forzar y colando un hormigén especial a través de un agujero realizado en el forjado superior, o también por un lateral, sien do necesario en este iiltimo caso acabar el recrecido manuel: mente con la llana en su parte superior. También puede realizarse el recrecido mediante la técnica de proyectar el hormigén via seca o via himeda (gunitado}; y cuando se emplea un mortero de altas prestaciones en los ididos puede colocarse en capas mediante la llana que extiende y aprieta capas de espesor en torno a los 2 cm. Los hormigones vertidos en encofrados verticales estrechos deben llevar incorporados fluidificantes que faciliten su puesta en obra para que puedan acceder a todos los rincones del recrecido de forma que se eliminen los riesgos de aparicién de coqueras, El otro gran sistema de refuerzo de pilares consiste en colocar unos elementos metélicos afiadidos en sus esquinas (angulares), que pueden estar zunchados contra el pilar, a base de colocar un nimero elevado de presillas transversales. Este tipo de refuerzo que puede trabajar vertical y transversalmente como el de hormig6n, puede llevarse al limite en casos muy iales y arriesgados, prescindiendo de su capacidad resis- tente vertical y obligandole a que trabaje exclusivamente de forma transversal. Si el pilar se zuncha transversalmente de forma total mediante un tubo metalico, pase lo que pase den- tro de él la rotura del pilar resulta imposible mientras no re- viente el tubo que lo envuelve, si previamente se ha inyectado con una lechada expansiva En la linea sefialada se mueve una tercera generacién de refuerzos para pilares, basada en vendarlos transversalmente con fibras de carbono de alt/sima resistencia 11.2. Cémo reforzar los pilares. Discusiones y calculos. Teniendo presentes las alternativas mencionadas y una vez evaluada, aunque sea de forma aproximada y estimativa, la seguridad de un pilar que ha conducido a tomar la decisién de tener que proceder a su refuerzo, llega el momento de tener que analizar y disefiar el mismo y materializarlo construc- El problema no resulta nada, pero que nada facil, especial- mente si el ntimero de pilares a reparar es elevadio y nos ve: mos obligados a planificar las operaciones minimizando 100 Losplares. rite par su proget clay repaacidi Fig, 11.6. Plares reforzados con angulares metalicos empresilados y también mediante un tubo metélico, Trataremos de aportar una serle de reflexiones sobre el tema, obtenidas de nuestra experiencia personal y de la es casa bibliograffa disponible, Debemos advertir que todo lo que se expone resulta discutible y que solamente se pretende motivar y acompafiar al profesional que se enfrenta a un pro- blema de esta naturaleza para que sepa que otros antes que 6] han pasado por un problema semejante y lo han resuelto; la mayorfa de las veces afortunadamente, sin saber a ciencia ierta si lo han hecho bien o lo han hecho mal pero, en defi nitiva y es lo que realmente vale, haciendo desaparecer los efectos de la patologia que motivaron su actuaci6n. Deciamos antes que la mayoria de las veces nos quedamos sin saber si la reparacién realizada es eficaz 0 no, porque no podemos ensayarla, no sabemos realmente qué cargas llegan de verdad al pilar en el contexto de un entramado espacial y ‘c6mo se reparten los esfuerzos entre lo que existia y lo que afadimos. Los ensayos realizados de forma rapida y aisladamente s6lo proporcionan una aproximacién al problema. En nuestra opiniGn, tras ver infinidad de refuerzos realiza- dos empresillando pilares de forma inadecuada e ineficaz, en la mayor parte de los casos los refuerzos que se realizan no entran en carga jams y s6lo sirven como un efecto psicol6: gico frente al mal que presentaban los pilares, que siguen resistiendo las solicitaciones de servicio como si dicho mal no existiera Cuando un pilar se carga inicialmente con un axil de ser- vicio igual a gi, parte lo resiste el hormigén y parte el acero. Net = Ac’ Ge + Ag" 65 Fig. 11.7. Planteamiento en tensiones acimisibles, Aceptando que existe compatibilidad de deformaciones entre ambos materiales: EES & el problema, en principio, queda resuelto, salvo que desconocemos realmente cudl es el factor de equi valencia & E Si el hormig6n es de mala calidad (< 15 MPa), considerar para n un valor igual a 15 parece razonable. En estos casos, a medida que crece y se mantiene la carga Nsi €s el hormigén el que primero se plastifica y espera a que el acero vaya to- mando la parte de carga que le corresponde en su deforma- in conjunta. Si, por el contrario, el hormighn es aceptable (fi > 25 MPa tomar para n un valor igual a 10 resulta mas adecuado. En esta situacién parece més Idgico suponer que es el acero el que toma su carga y espera a que el hormigén haya alcanzado toda su resistencia, En una primera aproximacién al problema prescindiremos de los momentos o haremos como si no existieran; si existen, aceptaremos que podemos simular sus efectos introduciendo un coeficiente de mayoracién del axil complementario al co- eficiente yy al que llamaremos ym, lo cual s6lo es vélido para momentos pequefios y en situaciones en que predominen las cargas verticales frente a los mismos. Este coeficiente, al que llamaremos Yq, de los momentos o de la excentticidad de las cargas, se puede variar para los pilares de los edificios habi- tuales entre 1,1 y 1,3, Cuanto més pequefo sea el lado del pilar y cuanto més dispares sean las luces entre pilates, Yy debe ser mayor. Desde el principio debemos hacer intervenit al factor Yq acompafiando al axil de servicio Ns, puesto que no es un co- eficiente de seguridad semejante ai y sino una forma burda de simular los incrementos de tensiones y efectos de los mo- mentos sobre algunas de las secciones de! pilar porque no sa- bemos hacerlo de otra manera més facil y cémoda. Por consiguiente, la férmula [1] debemos carnbiarla por la (2) ty Na = Ac Se HAG Os i Las piles. Crier para suproge,clel yeparaién (01 Reemplazando 6, en funcién de og, resultarfa para un es- tadio muy bajo de cargas: Na= Oe [ac 40-5] Yo la Nat 2 Pero esta via de tensiones admisibles, si bien puede dar- os una apariencia de cémo podrian haber empezado a repartirse los esfuerzos y tensiones dentro del pilar que tene- mos que reforzar, se debe abandonar y plantear los calculos en situaciones de agotamiento, puesto que resulta mas segu- ro y fable ya que: ~ Desconocemos el vaior real del factor de equivalencia n ~ La retaccién y la fluencia que, sin lugar a dudas, se han producido en el pilar han modificado el reparto de esfuer- 208 tedricos sobrecargando al acero en beneficio del hormigén. La via de calcular y analizar el pilar en agotamiento, aun- ue transitoriamente nos haga pasar por estados que en modo alguno reflejan la situacién tensional del pilar, conducen a la obtencién de conclusiones précticas mucho mas consistentes en el balance final. Basta tener presente, por ejemplo, cémo elestado tensional de la retraccién y fluencia se anula cargan- do el pilar hasta la rotura sin que afecte a la capacidad de carga final de] mismo. Por consiguiente, en una primera aproximacién al proble- ma del refuerzo, suponiendo conocidas od = fc y 65 = fy y teniendo presente el factor 0.85 que recoge los efectos de segundo orden del hormigén como material imperfecto, e! axil Que puede resistir el pilar sin coeficientes de seguridad pese 2 su estado patolégico viene dado por: [085A +6-A,] 01 Es frecuente en la practica prescindir de este valor a la hora de disefiar el refuerzo del pllar pero, se haga 0 no se haga, salvo situaciones anémalas esta capacidad resistente del pilar siempre estard presente e intervendré en el reparto 102 Losplares. rites para su proyc, culo yreprain de las cargas adicionales que se produzcan, lo que explica, por otra parte, por qué un porcentaje elevado de los refuerzos que se realizan no entran en carga nunca, En nuestra opiniGn debe tenerse presente Nj, indepen- dientemente de que el refuerzo, disefiado normalmente por cuestiones de tipologfa constructiva, sea capaz de soportar toda la carga del pilar E] axil de agotamiento de pilar patol6gico en estas condi- clones vendrfa dado por: 1 Nu B5-feg-Ae tha “As ] 14) Con los coeficientes y. ¥ Ys elegidos segin las investiga- clones realizadas y el grado de confianza que se tenga en la misma: wk faek Ye 1% 11.3. Discusién y célculo de los refuerzos de zunchado. Recrecido de hormigén estribado, pilares entubados y pilares empresillados. * Tenemos que tener presente, puesto que de una forma u otra los refuerzos de pilares pueden basarse en zunchar el hor migén, que un hormigén sometido a una compresién triaxial aumenta considerablemente su capacidad resistente bajo cier tas condiciones. Fig. 11.8. Compresién tial Segin Brandtzaeg, la tensi6n vertical que puede soportar el hormigén de la Fig. 11.8, viene dada por: 0, =£ 44-05 ul slendo fe la resistencia del hormig6n convercional ‘Veamos qué tensi6n de confinamiento (o,) producen en el interior de la zona de hormigén que envuelven, los estribos que habitualmente manejamos en los pilares de hormigén cuando se alcanza el agotamiento de los mismos por el efec~ to Poisson. EI profesor J. Calavera en su nuevo libro, Proyecto y cfeulo de estructura de formigén, recoge con bastante precisién el pro- blema Consideremos en primer lugar el refuerzo zunchado de un pilar circular como el de la Fig. 11.9 de radio r, da2y Fig. 11.9, Estibado horizontal en un pila circular de secci6n Ay [lonseng-serd $e dese = Ase fy ‘La cuantia geométrica volumétrica de armadura transver sal colocada se mide por we Volumen de armadura transversal We (P. Greular| = —elumen de ermadure wansversal__ * Volumen correspondiente de hormigéa _EdeAa 4A, nd ds, En un pilar cuadrado de lado "a" que se desea también re- forzar exteriormente mediante un zunchado con estribos, a expresién de la cuantfa geométrica volumétrica coincide con la del pilar circular, sin més que cambiar d por el lado del pi- lara We (P. Cuadrado) = “Ast as “La tensién o presién de confinamiento puede, pues, ex- presarse, si se desea, a través de la cuantia We y en un pilar citcular su expresién seria Gy = 0.5 + We fy Por otra parte, dado que los estribos se encuentran sepa- tados entre sf una distancia s, tal como se puede deducir de la Fig. 11.9, cabe deducir que la eficacia del confinamiento vertical que inducen los mencionados estribos en la pieza, dependeré de esta separacién también, Independientemente de la secciGn resistente de los estri- bos, si éstos se encuentran separados entre sf mas de un ra- dio en los pilares circulares y una distancia mayor que la mitad del lado menor en un pilar rectangular, en la practica no po- demos contar para nada con el posible efecto beneficioso del zunchado. La eficacia de oj. por tanto, se verd seriamente influenciada por el efecto anteriormente mencionado, a trax vés de un factor a), que podemos cuantificar segtin J. Cala- vera por: ~ Estribos dispuestos helicoidalmente reforzando el pilar [-24] - Estribos dispuestos tradicionalmente en forma de anillos. Independientemente del factor ot) reductor de la eficien- cia de la separacién vertical de los estribos en las tensiones de confinamiento transversal o,, existe otro factor reductor, 2, que tiene en cuenta el drea de hormigén que realmente queda eficazmente recogida por el zunchado, que en los pi- lares circulares coincide con el rea circular envuelta por los estribos del refuerzo, con lo cual para estos casos, Gj (Pilares circulares) = 1 El problema de fijar et se plantea cuando tenemos que reforzar pilates cuadrados o rectangulares. Para los pilares cuadrados J. Calavera propone que a podria valer 0,33, que consideraremos excesivamente con. servador. Si observames el mecanismo resistente que se produce con el zunchado transversal en los pilares cuadrados, refle- jado en la figura 11.10, vemos que un valor més realista podria ser a = 0,5. Lespilaes. Criteria para suprovet, cielo yreparcin 103, Fig. 11.10, Zona realmente zunchada transversalmente en los pilares cuae drados, De todo lo anterior podriamos deducir, en principio, con- siderando le formula de Brandtzaeg, que un pilar circular zunchado con una eficacia total al 100 9% podria incrementar ‘su axil de agotamiento en un valor dado por (2): Age Auf AN, = 44 Ac = 81 ASI ac 21 sd sid ' Debido a la separacién vertical de los estribos y al 4rea que realmente envuelve el zunchado, cuando estamos tratando un pilar circular la férmula [2] se nos convierte en la [3] Ase ba xd) Pilar circular] AN, = 04 8, =z lan re aR, =r BSS ( + B) Y si estamos frente a un refuerzo de un pilar rectangular de lados a x b, siendo el menor el a, la f6rmula [2] podriamos convertirla en la [4] sin mayores problemas: Ach si ha sb 4 (P.cuadradoo rect de laco menor a) AN, 15 8.1 Pese a las penalizaciones introducidas en la eficacla de los, refuerzos por 2unchado, modificando sustancialmente las con- clusiones de Brandtzaeg dadas por la formula |I| a través de 4 y a, los cédigos oficiales afiaden otras limitaciones, cues- tionando todavia més dicho 2unchado, Dichas limitaciones tienes que ver con la esbeltez de la pieza que estemos reforzando y pueden resumirse en los siguientes puntos: ~ Debemos aplicatlos a piezas con esbelteces geométricas Inferiores a 5. ~ Sila esbeltez es igual o superior a 10, el factor 8,1 de [2] y [dl pasa a ser 0, ~ Entre la esbeltez 5 y 10 el factor 8,1 variaré linealmente de 8,120, 104 Las las. Cris para supoyet cal yreparacén De dichas limitaciones puede deducirse facilmente que el interés de proyectar pilares zunchados sea minimo y tienda a abandonarse. Y sia lo anterior afiadimos también los comentarios de J, Calavera, extraidos de sus ensayos realizados en Intemac: = En los pilares zunchados, bastante antes de alcanzarse la resistencia tltima del niicleo zunchado, éstos se fisuran y se desprende el recubrimiento. = Las deformaciones que pueden alcanzar los pilares 2un- chados pueden ser incompatibles con las piezas ligadas a los mismos = La presencia de estribos muy juntos aumenta la ductili- dad de la pieza y, en menor medida, su resistencia. ~ Con las cuantias y separaciones de estribos y las cuan- tfas longitudinales utilizadas habitualmente en la préc~ tica, la influencia de los estribos afecta mas a la forma de rotura de la pieza, algo mas diéctil y con una peque- fia fisuracién en pre-rotura, que a sui capacidad de car- 2 final = Dos pilares de cuantia baja, uno sin estribos y otro con los estribos minimos reglamentarios, rompieron con una diferencia de cargas del 5%. Podrlamos sacar la conclusién errénea de que estribar 0 zunchar los pilares no resulta beneficioso, especialmente en las condiciones de singularidad que se presentan en el cam- ‘po de la patologia o frente a solicitaciones tan agresivas como las que suponen para los mismos las acciones sfsmicas. Por consiguiente, y dado que, como también cita el profe- sor J, Calavera, el cédigo ACI-318 permite incrementar la car ga de rotura de un pilar si se encuentra zunchado, est bien como esté todo lo expuesto, parece razonable establecer unas formulas que nos permitan tener presente dicho efecto cuan- do reparemos pilares alectados por baja resistencia Asi, si tenemos un pilar de seccién a x b de hormigén ar- mado con una cuantia de armaduras As, una resistencia de cilculo investigada fea = fe/ podemos contar con un axil de agotamiento dado por ny oar er 4e] ‘ siendo, ‘fe Factor adicional de seguridad para tener presente los pequetios momentos aue exsten en los plares de ediicacion (1,10 a 1,30) Independientemente del refuerzo vertical que se establez- ca, que puede ser evaluado por una férmula similar a la [51 por el simple hecho de su colocacién mediante estribos que cumplan las condiciones de proporcionar zunchado, dadas por: 5, 10em a SS siendo, 2: lado menor del pilar lab} podremos contar con un incremento del axil de agotamiento, que conservadoramente podremos cuantificar por Nu Asef ‘st “bd eee Estribos colocados helicoidalmente: 4] 2a Estribos colocados en forma de cercos: aL=le>? >>? [6 Le bee [ae Pom [ia | o Tabla 11.1. Valores de B. Sed, ran (y):Fselceecométie pésina de a secon estate runchada por los estribos Con lo cual el pilar reforzado por el efecto del zunchado pasa a resistir una axil de agotamiento dado por: Nur = Nu + ANuy \Veamos un ejemplo: Sea un pilar de 30 x 40 cm y altura 2,5 m, amado con 4916 de acero B-400-S, proyectado con una resistencia. de 250 Koen? pero que en obra se estima que puede tener 150 Kp/cm’. Se plantea reforzarlo con barras longitudinales recubiertas de 6 cm de mortero de reparacién, sujetas por estribos de 4 8 scparados 5 cm. La presencia de los momentos se con- templa por el factor y= 1,20 Estimese el efecto beneficioso de los estribos sobre el pilar. Solucién: El axil te6rico de agotamiento previsto en el pro- yecto tendria que haber sido Ny=—-]0,85-30-40-222 4 4:2.01-4100 120 15 15 }65.553Kp (1.655 KN) Dada la baja de resistencia detectada, el axil que realmente soporta el pilar construido vale Nu=—-|0.85-30-40. 22 120 =108.887 Kp (1.088 KN) Se ha producido una bajada de resistencia del 34%, Por efecto simplemente del zunchado que se va a construir podemos contar con un incremento de resistencia de: Anclje de armaduras de refuerzo en foriado Armadura longitdinal det relureo. Doers halicidal Hormigén de relyerzo Js 5

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