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inp Jacques-Alain Miller El ultimtsimo Lacan ” PAIDOS Buenos Aires Barcelona Mexicé JACQUES-ALAIN MILLER Esto explica que, una vez que se desamud6 la armonfa, se replantea el tema de la relacién entre el Un-cuerpo y el inconsciente que siempre dice una y la misma cosa, Este tema es el que retoman y a la vez encie- ran los esquemas borromeos. Lo dejo aqui por hoy. Retomaré la semana que viene. 7 de marzo de 2007 130 x Inconsciente y sinthome Busco. Busco porque no encuentro ninguna entrada en la ultimi- sima ensefianza de Lacan. No la encuentro 0 encuentro demasiadas. Es un laberinto que tiene muchas entradas, un laberinto que conduce al Minotauro, al que hay que combatir con aquello mismo con lo cual demuestra estar enfrentado y que le inspira proposiciones que parecen contradictorias si se razona con la légica comiin de la que disponemos, incluso cuando esta l6gica es la del Lacan anterior. Lo que traigo aqui es entonces lo que rescato Iuego de eliminar muchos intentos fallidos. ‘Mis alld del inconsciente Lacan no se inspiré en Freud en su ultimisima ensefianza. A menu- do lo denigra. No siempre, pero la mayor parte del tiempo. Se inspiré més bien en Joyce. No en la teorfa de Joyce, si es que tiene una, sino en su préctica de la escritura. Joyce aspiré a Lacan; hasta el pastiche, pastiche hacia el que se desliz6 con cierto talento. Tienen testimonio de ello al principio de Ia versisn escrita ce la conferencia que dio antes del Seminario 23, que se lama “Joyce el sintoma””y que figura en anexo de este seminario, pagina 165. James Joyce aspiré a Lacan y lo desperts de su “suefio dogmatica”. Lo desperts porque Joyce -es lo que Lacan formul6 en su conferencia— encarnaria el sintoma: "El es aquel que tiene el privilegio de haber Ile- gadoal extremo de encarar en élel sintoma ...”. La encamacién es una 131 JACQUES-ALAIN MILLER cuestién de cuerpo desplazado sobre el nombre propio, nombre propio que también es una categoria en la ultimisima enseftanza de Lacan, 0 en todo caso una parte privilegiada del discurso, en la medida en que el nombre propio seria el significante al que corresponderia precisamente el Un-cuerpo, la consistencia del Un-cuerpo. ‘Como ya lo saben, ya que figura como titulo en la tapa del Semina- rio 23, Lacan le dio a la palabra “sintoma” una nueva ortograffa, la de sinthome. En el transcurso de sus clases, pronuncia de vez en cuando la vieja palabra “sintoma” en lugar de este nuevo significante —nuevo en el uso que le da, aunque hoy su uso sea antiguo o anticuado en la lengua. Esta nueva ortografia sefiala, sin embargo, una definicién dis- finla de la de sintoma, incluso una definicién muy distinta, que exige desprenderse del uso familiar de este término. El sintoma, segtin su acepciGn en el seno del sistema de Lacan, es tuna formacién del inconsciente, lo que significa, propiamente, que el sintoma forma parte del discurso del Otro, una parte que se ubica, ‘como dice Lacan, en cierta dichomansién. Les escribo el término en el pizarron, término en el cual hay que escuchar la palabra “mansiGn”, tuna casa del dicho. Dicho-mansion [Dit-mension] ‘Mansién del dicho [Mension du dif] La afirmacién de Lacan que habia sorprendido tanto a su audiencia en el “Discurso de Roma” en 1953, y luego mas precisamente en un desarrollo de su quinto seminario, Las formaciones del inconsciente, es que el sintoma esté articulado como un lenguaje. El sintoma esta articu- Jado como un lenguaje de la misma forma que el inconsciente. Como el inconsciente, esté fracturado entre significante y significado, y por e50 su mansi6n 0 su casa pueden ser tanto el cuerpo como el pensamiento. ‘Tengo que suponer que lo saben y que alcanza con este repaso, 0 se volverd demasiado laberintico. Pues bien, a esta definicin del sintoma, me contento con oponerle Ja definicion del sinthome, y en primer lugar por la negativa, a saber, que el sinthome no es una formaciém del inconsciente. El sinthome tiene con el inconsciente una relacién mucho més compleja y, en todo caso, distinta. 132 INCONSCIENTE Y SINTHOME Inconsciente Sinthome Sintoma Formaciones del ics Para darles una idea de lo que orienta la atencién de Lacan en su ultimisima ensefianza, me bastard con citar en su conferencia inicial sobre Joyce ~que encontrarén en el seminario El sixthome- lo que empe- 26 por atraerlo en este asunto. Citemos entonces esta frase que podria parecer banal, que no llama inmediatamente la atencién, pagina 165: “Es en la medida en que el inconsciente se anuda con el sinthome, que es lo que hay de singular en cada individuo, que se puede Joyce, como se escribis en algtin lado, se identifica a lo individual”. El sinthome es lo singular en cada individuo. Para hacer algo con esta frase de Lacan, habrfa que lograr entender el por qué de la misma. Me doy cuenta de que esta es mi loca ambicién, Ja que me ayuda a satisfacerme con lo que puedo decirles acé de la ulti- risima ensefianza de Lacan. Mi loca ambicin seria lograr entender el Por qué de todo lo que Lacan enunci6, reconstituir punto por punto por qué surge tal formula después de tal otra, mientras que en la lectura, incluso reiterada, tiene la apariencia de un desorden. @Hlay que renunciar a entender el por qué de todo lo que enuncia esta ultimisima enseftanza? ;Acaso es lo que exige esta ultimisima ensefianza? {Con qué remplazar entonces esta explicacién? Por ahora, darse cuenta de que se procede asi es un primer paso. No llegué al punto de poder reemplazar esta explicacién con otra practica. Si intento entonces explicarme el por qué de esta definicién del sinthome en tanto es lo singular en cada individuo, le opongo justamen- te el sintoma en su primera acepcin, es decir, el sintoma que conserva atin -nos damos cuenta de ello- algo general, que alcanza su apogeo en Jo que se llama el diagndstico ~este diagnéstico del que hacemos una condena y para el cual consideramos que alcanzan dos o tres cajones, a vveces cuatro con el autismo-. El sinthome segunda versi6n, el sinthome en tanto singular, se opon- dria a todo lo que el sintoma en su primera acepcién conlleva de gene- ralidad. Me parece coherente con lo que Lacan formiula al final de su Seminario 24, L'une-béoue, en una férmula alla cual tendremos que acos- 133 JACQUES-ALAIN MILLER ‘tumbrarnos, a saber, que “Ia neurosis es cuestién de relaciones socia- les" Esta definicién de la neurosis, acorde con lo que estoy desarrollan- do, se ubica’en el nivel de lo general, de la generalidad. Sinthome | Sintoma Singularidad | Generalidad Para seguir explicdndome el por qué de la formula del sinthome de la que he partido, agrego que aparentemente no es el caso del incons- El inconsciente no es, en efecto, lo que hay de singular en cada . Para hacer entender esta no singularidad del inconsciente, colocé en el Otro, en el lugar del Otro. Coloca el inconsciente en el Otro, y para hacer simetria digamos que coloca el sinthome en €l lugar del Uno. Incluso define el Uno mediante el sinthome. Hace del sinthome la consistencia definicional del Uno. La oposicién entre sinthome e inconsciente vuelve de forma insistente en esta ultimfsima ensefianza. Uno | Oto Sinthome | Inconsciente Solo en un segundo tiempo, que es por lo menos un tiempo légico, elinconsciente, que le corresponde al Otro, se anuda con el sinthome, que le correspond al Uno. El inconsciente que esté en el tiempo 2 se afiade al sinthome que esté en el tiempo 1. Hay un registro entero en el que Lacan desarrolla la naturaleza del sinthome sin referirse al incons- Giente. El inconsciente, por asi deci, se afiade. La préctica, le escritura de Joyce le dio a Lacan la idea y el ejemplo de ello. El inconsciente y el Otro estén ubicados entonces en el tiempo 2, mientras que el Uno y el sinthome estan ubicados en el tiempo 1. Solo en un segundo tiempo el inconsciente se afiade al sinthome. Tr: Uno Sinthome ~ Tz: Otro Inconsciente 134 INCONSCIENTE Y SINTHOME A partir de ahi, podemos entender lo que Lacan trae al principio del Seminario 24, cayo titulo completo acort6 al Hamarlo L’une-béowe. En primer lugar vemos que Lacan ya habfa intentado algo similar en el seminario EI sinthome, puesto que enuncia lo siguiente: “Con L’sne- béoue, intento introducir algo que va mds all del inconsciente”. Lo que Lacan llama aqui L’une-béoue-por asonancia con el Unbewusst freudiano traducido como el inconsciente- se inscribe en este mismo tiempo l6gico que ya explor6 en el seminario El Sinthome. Parece que esta sucesidn o esta orientacién permanecen constantes en la ultimisi- ‘ma ensefianza, y que repercute en la introduccién del Uno en su ante- rioridad al Otro, a los otros, a la familia, etcétera, TI: Uno Sinthome — Une-béoue T2:Oto — Sintoma__Inconsciente Pese a que Lacan recién empez6 a escribir el Otro con maytiscula ‘enel segundo seminario, no es exagerado considerar que ese haya sido su punto de partida. Aunque haya esperado un poco antes de hacer crecer esta mayliscula, se puede decir que el punto de partida de su censefianza es el inconsciente en tanto discurso del Otro. También es el Principio de la escritura de los grafos. Los grafos de Lacan se arman a partir del Otro. Peroen la ltimisima ensefianza, se trata de un movimiento totalmen- te distinto, se trata de volver atrds, antes del Otro, es decir, operar una introduccién del Uno en su anterioridad al Otro. Por lo tanto, se necesita ‘un nuevo léxico: presenciamos una proliferacién de neologismos. De hecho, llegué ala conclusién de que a lo mejor atin faltan neolo- gismos. Por ejemplo, la palabra interpretacién, que Lacan conserva en su ultimisima ensefianza, exigirfa comillas y un neologismo. En efecto, la interpretaci6n supone al Otro, mientras que necesitarfamos transcri- Dirla en otro registro, en el registro del Uno. Después de todo, es el la- mado que Lacan hace resonar al final de su seminario Lune-bévue, el llamado a un significante nuevo, que Lacan espera. ‘Todo eso me hace pensar que se puede, en el marco desta ultimisima ensefianza de Lacan, validar la definicién del inconsciente que él propo- ne, Es una definicién que recuerda el punto de partida de 1953, y que es hs 135 JACQUES-ALAIN MILLER la siguiente: “El inconsciente est4 ubicado en el Otro, portador del signi- ficanie, que mueve los hilos de lo que se llama imprudentemente el suje- to”. El misino Lacaiiéra quien antes lo lamaba ast, quien decia sujeto. Sin embargo, esta definicién del inconsciente vale solo a condicisn de atri- buirla como se debe al tiempo 2 del esquema que esté en el pizarrén. En ‘este sentido, el inconsciente es una generalidad, y no una singularidad. La simpatia para Joyce Les doy otra proposicién de Lacan en su conferencia “Joyce, el sinto- ma”, puesto que me parece ejemplificar esta posicién del inconsciente, posicién desplazada si se la compara con la que exponta en el antedl- timo articulo de los Escritos, “Posicién del inconsciente”. Lacan dice, pagina 160 de El sinthome: “Creemos que decimos lo que queremos, ‘pero es lo que han querido los otros, més especificamente nuestra fami- lia, que nos habla”, La primera parte de la frase, “Creemos que decimos lo que quere- mos", ya se presta al comentario. Quiere decir que creemos en la inten- ci6n, que creemos en nuestras intenciones. Que sean buenas o malas, no es aqui el tema, hay creencia en la intenci6n. Esto lo enuncia Lacan en su conferencia sobre Joyce, pero todo el Seminario 24, L’une-béoue, también anda en ese asunto. Este seminario cuestiona justamente la en tanto presidiria al uso del significante, para tratar luego de aislar, a duras penas, un registro no intencional, no intencional de lo que decimos. Hay que tener ahi mucho cuidado, porque si lo que dice el analizante en la experiencia analitica es'no intencional, se p obviamente en cuestién la interpretacién, incluso se anula la posi dad misma de la interpretacién, Pues la interpretacidi solo es pensel con la intencién como tel6n de fondo. ‘Agrego olzo elemento para comentar este principio de frase de Lacan. Ven que otra vez es una frase que podria parecer banal. Pero nos tenemos que dar cuenta de que en el marco de la ultimfsima ense- fianza de Lacan nada es banal. Esta ultimisima ensefianza hay que escucharla resonar. Agrego entonces que la instancia de las intenciones en Freud es el yo, y que este yo es lo que, tanto en el Seminario 23 como en el Seminario 24, se vuelve, al igual que el sujeto del significante, 136 INCONSCIENTE Y SINTHOME problematico. El yo de la intencién es tan problematico como el sujeto del significante. "Creemos que decimos lo que queremos, pero es lo que han querido los otros, més espectticamente nuestra familia, que nos habla.” En la segunda parte de esta frase ~“pero es lo que han querido los otros” se nos cesplaza del inconsciente hasta lo que antafio lamabamos en una simplificacién el Otro. Aqut el Otro esté representado de manera comin, muy accesible, el Otro es la familia de cada uno, a saber, este agregado unido por la reproduccién, puesto que la reprocuccién pare- ce, por lo menos hasta el dfa de hoy, ser su principio. Esta frase, que encontramos en la conferencia inicial de Lacan, resuie- nna con un desarrollo que hard més adelante, al final d L’une-béoue, donde diré que el analizante, si se lo deja suelt ia analitica de asuntos de familia, sin importar cuél sea su cultura en la que se crié, e independientemente de la forma 3 relaciones de parentesco toman en esta cultura, tamente lo que hay que inscribir en el cuadro de orienta- cin en el pizarrén, ya que Lacan aisla ahi muy precisamente lo que se puede lamar una transformacién. Es una transformacién que se pro- ‘duce al hablar, o més bien habria que decir, al ser hab! €1 Otro, por los otros, hablado por nuestra familia. Est muy precisa, Lacan la formula de la siguiente manera: “Somos habla- dos, y debido a esto, hacemos de las casualidades que nos empujan algo tramado. Hay, en efecto, un tramo ~nosotros lo llamamos nuestro destino”. Dicho de otra manera: de la contingencia, hacemos necesidad, necesidad de una significacién que nos atraviesa, nos estremece, que dibuja una instancia que nos llamaria y que seria el destino. Contingencia Necesidad Destino Y ya que dispongo de este esquema elemental de dos pisos en el. pizarrén, colocaré entonces los azares o la contingencia en el registro 137 JACQUES-ALAIN MILLER de Ia une-bévue, en el tiempo 1, y la necesidad a cuenta del Otro, en el tiempo 2: Ti: Uno Sinthome Une-béoue —Azares > T2:Ou0 — Sintoma Inconsciente Destino Poreso, en el registro del Uno, se cuestiona al destinatario. Sihay un destinario, entonces hay en efecto un destino. Pero acé Lacan se enca- enunciado de un simbélico sin destinatario. Nunca llega a un destinatario, porque no llega a destino. Por eso la nocién misma del fin del andlisis es revisada en esta ultimisima ensefianza de Lacan. No digo que sea abolida. Me parece que Lacan no llega a esta aboliciGn. Sin embargo, el fin del andlisis pide que se repiense si se lo reubica en. el registro del Uno. Porque el inconsciente es un discurso de los otros, del Otro, de nues- tra familia, es un principio de simpatfa. Sé muy bien que no hay comu- nicacién de inconsciente a inconsciente en el sistema de Lacan, pero dirfa que en su ultimisima ensefianza es diferente. El inconsciente apa~ rece, en efecto, como un fenémeno de simpatia. Por eso Lacan, ya en la conferencia inicial, habla de algo que llama “emocionar el inconscien- te”. Tal vez no sea otra cosa que comprender. A no ser que sea justa~ mente lo contrario, y que el colmo de la emocién del inconsciente sea el hecho de no comprender. Pero justamente, es lo mismo. Cobra acd su valor constatar que James Joyce, con su Finnegans ‘Waite, no emociona el inconsciente de nadie. Cuando Lacan, en su con- ferencia, pagina 162, ubica a Joyce como desabonado del inconsciente, no afiade nada: “Si digo Joyce el Sintoma, es porque el sintoma anula el simbolo [...] No es solamente Joyce el Sintoma es Joyce como, si me per- miten, desabonado del inconsciente”. Decir que Joyce est desabonado del inconsciente es lo mismo que decir, como lo mencionaba hace un rato, que es la encamacién del sinthome. Joyce es la encarnaci6n de lo singular en cada individuo. ¥ es tan singular para él que no comunica, no llega al destinatario, 1. Beoue significa en farce “despite”, "desaciert", “metid de pata”. (N. del 7] 138 INCONSCIENTE Y SINTHOME En este sentido James Joyce inspir6 a Lacan, Joyce ent tanto que del sintoma “da el aparato, la esencia, la abstracci6n”. Pasa al mismo tiem- po por una aboliciGn del simbolo y por una abolicién del sintoma en el ‘primer sentido de la palabra. Hay aqut un a cada cual su sinthome radi- cal, sinthome que se aleja de cualquier simpatia, que se aleja de cualquier azo comunicacional, de cualquier generalidad, y que invita a captar a cada uno como un Uno absoluto, es decir, separado, Es una disciplina para el psicoanalista, cuando el andlisis se alarga un poco y se vuelve, pensamos, rutinario. El psicoanalista, en efecto, se vuelve a veces lo més familiar que hay, a tal punto que se lo puede con- siderar parte de la familia. Ademas, esta presente desde el vamos lo que Mamamos la transferencia, para instalar la simpatia o bien la antipa- ‘fa. Pero ya sea simpatfa o antipatia, de todas formas es apatfa. Esto lo rrecorta la perspectiva del ultimisimo Lacan. Es una perspectiva que va a contrapelo de la préctica del andlisis. Digamos incluso que la esquila. Se restablece asf en la ultimisima ensefianza lo que antes se habia apa- gado de la extrafieza de la diferencia absoluta del Uno. En estas condiciones, Joyce produce obviamente un texto inanali- zable, Nadie intent6 hacerlo. No se juega ahi con las conexiones del psicoandlisis, con las conexiones entre el psicoanélisis y la literatura que ataften a otra época, la época en que nos quedabamos en el marco dee un inconsciente representativo e intencional, es decir, la época de lo que Lacan llama més 0 menos los errores groseros de Freud. Tal vez la simpatfa obvia de Lacan hacia Joyce sea justamente con- secuencia de la aversién de este hacia el psicoandlisis. En todo caso, queda claro que Lacan, en su ultim{sima ensefianza, se hart del psicoa~ nélisis basado en el Otro. Lo confiesa, e incluso no esta tan I enesta confesién: se cans6 un poco de estas historias de f cuenta la gente. Esté claro que esta determinado a escuchar otra cosa que el Otro, algo distinto al discurso del Otro. Esta mas bien enfocado enel sinthome del Uno. La simpatia de Lacan hacia Joyce ~para nada incompatible con la antipatfa de Joyce hacia el psicoandlisis- quiz4s incluso tenga que ver con el suefio joyceano de acabar con la literatura. Para Joyce, se tratarfa de acabar con la literatura. Para Lacan, se tratarfa de acabar con el psi- coandlisis, de solo dejar detrés de 6] un desastre. Hay algo de ese orden Algunos lo sospecharon, y tenian algo de raz6n. 139 res JACQUES-ALAIN MILLER Pero esto tiene su lado positivo ~que por ser inédito pasa inadver- tido-, que consiste en desplazar el psicoandlisis hacia el registro del Uno y en reperisai su jpréética a partir de lo que hay de absoluto en el sinthome del Uno. Esta ultimisima ensefianza de Lacan seguramente sea entonces lo contrario, el reverso del sistema de Lacan, un reverso que procede del Uno solo, y no del Otro. Justamente porque procede del Uno solo, Lacan se interroga, ya en Ja primera clase de su seminario L'une-béoue, sobre la identificacién, y dibuja, esboza, “la identidad sinthomal de lo que Hamamos impruden- ‘temente el sujeto”. Sugiere que el psicoandlisis se podria definir como elacceso a la identidad sinthomal, es decir, no conformarse con decir lo que quisieron los otros, no conformarse con ser hablado por su farnilia, sino por el contrario acceder a la consistencia absolutamente singular del sinthome. Es, ami entender, el valor de la pregunta de Lacan y de la respuesta ‘asu vez interrogativa que le da. Ven con qué prudencia procede, y no solamente alli. De hecho, es lo que cansa: hay preguntas y las respues- tas atin estén bajo forma de preguntas. Esta pregunta y su respuesta se formulan de la manera siguiente: “jBn qué consiste esta localizacién del analisis? ;Seria o no serfa identificarse con su sintoma?”, Le doy aqu ificarse con su sfntoma el valor de reconocer su identidad sinthomal. No significa ~por lo menos eso pienso yo- que se legarfa simplemente a identificarse con su sintoma, sino que se ¢3 st sinthome. Identificarse con eso, set su sinthome, es librarse, después de haberlas recorrido, de las escorias heredadas del discurso del Otro. ‘Me someto aqut a la precaucién de seguir con precisién los enuncia- dos de Lacan. Dice que se trata de identificarse con su sinthome, y agre- ga “tomando sus garantias”. La palabra “garantia” puede sorprender, ya que parece pertenecer al registro ntimero 2: el Otro, el discurso del (tro, que tendrfa el cardcter de una garantia. Pero me parece que ider- tificarse con su sinthome tomando sus garantias significa que se trata de esa pregunta siempre activa, a saber: ,Acaso realmente es eso? Dicho de otra manera, no se reconoce a la ligera. ,Acaso realmente es eso? Acaso realmente es del orden del Uno, y no del Otro? Lacan también dice que hay que identificarse con su sinthome con “una sueité de distancia’. Esta-distancia que-Lacan pone:entre comi- Tas, hay gue entender que primeto Se trata del aséenso del inconscien- 140 INCONSCIENTE Y SINTHOME te hasta el sinthome. No es como si uno se presentase de entrada, asf només, en su ser de sinthome. Sucede, pero justamente, cuando suce- de, no hay.distancia, y por Io tanto no se puede hacer nada con eso. Se trata, con esta suerte de “distancia”, de poder saber hacer algo con su ser de sinthome? 2Se trata, como dice Lacan, de saber desembrollar, manipular, su ser de sinthome? Saber desembrollar su ser de sinthome tiene més bien valor en el registro niimero 2. Se trata pues de desembrollarse de lo verdadero, de extraerse de este embrollo. Pero su ser de sinthome, uno prefiere, sin embargo, saber manipularlo, puesto que acé el cuerpo esté metido en el asunto. Por eso Lacan dice que corresponde a lo que el hombre hace con su imagen. El hombre se identifica con su imagen, pero eso no le impide poder corregirla, ponerla de moda, 0 en el modo en que la quiera. Uso del sinthome ‘Més all de lo que pueda pasar con este saber hacer, con este saber desembrollar y con este sabermanipular, el término que no se dice ni se menciona, porque no pertenece a este registro, es el término “desci- frar”. El sinthome, en tanto es lo més singular, es indescifrable o, mejor dicho, el sinthome es de otro registro que del orden de la cifra. justamente alli donde se nota la necesidad de la promocién del tér- mino “uso” en la ensefianza de Lacan, término que, desde este entonces, ampliamos hacia otros términos del sistema lacaniano. Se habla de uso, del uso del sinthome, justamente porque no se trata de hacer desaparecer el sinthome, menos atin de hacerlo desaparecer interpreténdolo. ara utilizar el término “uso” en forma oportuna en este psicoandlisis del Uno, hay que tener en claro que se opone al término “intercambio”. Con el intercambio, se trata de poner otra cosa en el lugar de algo. Y Ja forma que toma este intercambio en el psicoanélisis es, como bien lo saben, la interpretacién, Pero el término “uso” apunta a algo distinto a Jaiinterpretacién, a un modo operatorio distinto al de la interpretacién. Uso | Intercambio ‘infiome | feterpetacién 141 Gpteed Gjeciey waceterttgp. ais baer JACQUES-ALAIN MILLER Sefialemos también que Lacan efectué una forma de intercambio iando.colocé la une-béoue en el lugar del Unrbecusst, Se trata de un intercambio y no de una traducci6n. Se trata de una palabra puesta lugar de otra a partir de una asonancia. Al final de su seminario Liune-béowe, Lacan vuelve sobre este ejercicio que Hama metalengua, y que acordarse de que, en su seminario Los cuatro con- lefinido el inconsciente mediante el escollo, es decir, Pero en su Seminario 24 tiene un significado totalmente distinto Allielescollo o el deslizamiento de palabra en palabra como fenémeno se ubican en un tiempo anterior a aquel en el que puede aparecer el inconsciente. Fl inconsciente solo aparece en la sine-béoue en la medi- da en que se agrega una finalidad significante, en la medida en que se agrega una significacién. Este agregado significante esté destinado a seguir siendo problemético cada vez que se pfodtice inconsciente a partir de los fendmenos de béow — Une béoue Tes + significacién Je da un nombre a esta transformacién mediante agregado acién. La llama bajo el nombre de hacer verdadero: “El psi- coandlisis ~dice~ es lo que hace verdadero”. Hay que escuchar que, ‘en la sucesin de los tiempos 1 y 2, ubica el inconsciente después del sinthome o de la béoue. sentido, “Se agrega un toque de sentido, per dice Lacan. Incluso desarticula semblant en sens blanc? Este 0 sentido blanco, Ie da su valor a lo arbitrario del senti- do. Cuando se agrega el sentido o la significacién, cuando se agrega Ja intencién, la intencién inconsciente, entonces sf, la béoue se vuel- ve efecto del inconsciente. Se invierte la sucesi6n normal, se coloca la béoue después del inconsciente. ~ “¥aillamo su sistema, examina la posibilid INCONSCIENTE Y SINTHOME Inconsciente <—— | Semblante Une-bévue = Pero el forzamiento de Lacan en el psicoandlisis, la torsién que le impone al analista en su préctica, consiste por el contrario en resituar la béoue antes del inconsciente. Evidentemente, eso no anula sin embargo al inconsciente, no anula no, desplaza el Otro del Uno, y hace por tes que envuelven la préctica del al Otro, pero lo desplaza del Jo tanto surgir una capa de analista. Por eso Lacan dice que al fi inconsciente, lo que significa que es imposible dibujarlo, como Freud habia intentado. “El inconsciente ~dice-se limita a una atribuci6n” atribuye una intencién a una “sustanciats3:algo que estarfa abajo. Je atribuye una causa a una “sustanci culpa, viene de ahi. Pero esta categoria de la causa, categoria que fiabia sido tan fundamental en_ su sistema, desaparece de la ultimfsima ensefianza de Lacan. Después de todo, con eso Lacan se vuelve a encontrar con una pro- posicién de Freud. Cuando dice que el psicoandlisis hace del incons- Giente solo una deduccién, reencuentra‘la"proposicién freudiana que hhacia del inconsciente una hipétesis. La diferencia es que, en sw ultimé sima ensefianza, lo que Freud decia del inconsciente se expande ahora a toda la practica. ~ Lo que les da cuerpo a los fenémenos es lo simbélico, simb6lico del que podemos hacer aqui la dichomansin de I'une-bévue. En ese punto el destinatario queda cortado, separado. “No le llega al destinatario’, dice Lacan. Seguramente haya que entender ahf que no hay destina- tario, con lo que esta palabra le debe a la palabra destino, a saber, que tampoco hay destino. Solo hay destino a través del semblante, de la ‘misma forma que solo hay historia a través de la hystoria En realidad, solo hay azares. En cuanto a la interpretacién en el psicoanélisis, zqué podemos poner en su lugar? ,Qué podemos poner en lugar de la interpretacién en la ultimisima ensefianza de Lacan? Es interesante darse cuenta de que Lacan;-al contrario de todo lo que desarroll6 p Bes peated ge sient giaee 2 MEI AL 1 epee spate wcuencal MHa., co en aide a2 JACQUES-ALAIN MILLER sea un efecto de sugestién, Hablar de efecto de sugestién a propésito de la interpretacién es obviamente atrevido. Por supuesto, Lacan lo dice de modo equfvoco, interrogativo, no formula una proposicién. De hecho, cuando hablo de proposiciones respecto a aquello de lo que se trata en esta ultimisima ensefianza, es un forzamiento. © hay que entender la palabra “proposicién” en el sentido de lo que Lacan propone. Pero obviamente también se sirve de ellas, por lo general en forma negativa. Pensar que la interpretacién es un efecto de sugestion es, como die, atrevido. Es atrevido porque pasa por encima de la transferencia. De hecho, la transferencia es la gran ausente de esta ultimfsima ensefian- za, por lo menos en los seminarios El sinthome y L’une-béoue. Lacan pasa por encima de la transferencia, porque la transferencia atafie por excelencia al registro mimeo 2. La transferencia supone un Otro bien establecido y bien armado, supone el registro del destino. Hay transfe- rencia cuando todo eso ya se tramé, cuando ya se supuso el saber que significaria algo, TL:Uno — Sinthome —_Une-bévue Azares 12:Oto —Sintoma __Inconsciente Destino Transferencia Seftalo de hecho que cuando se lo pregunta, Lacan vuelve a evocar fu- gazmente al fil6sofo Jeremy Bentham y sus “fieciones”, justamente por- que Bentham justificaba las ficciones por su utilidad, es decis, por su uso. {Qué describe Lacan como uso de lo que se lama, de lo que se la- terpretacién? Curiosamente, vuelve a traer ah el principio de le reconoce un lugar en el Uno. Este principio de placer es un principio casi animal, acéfalo, si solo se lo define como lo que quiere sufrir ‘padecer lo menos posible. Lacan dice de este principio del placer que no ‘esa ni un instante. Fs la tnica ley que reconoce en el nivel del sithome Th: Uno — Sinthome —Une-béoue —Azares. Pr. dl placer T2:Otre —Sintoma _—Inconsciente Destino Transferencia Se percibe entonces en qué consistiria el psicoandlisis. Consistiria en traer hacia el principio del placer mediante el efecto de suj INCONSCIENTE Y SINTHOME el fundamento de Ia transferencia con su sujeto supuesto saber, esta suposicién de saber, demostrando que solo se trata de deducciones, de hipotesis, de semblantes. a Digamos que la sugestién es, en el fondo, lo minimo de lo que, en el significante, queda de efecto sobre el otro, sobre un otro. Lo minimo que queda, dice Lacan, es el imperativo. En eso todo discurso es hi notico. La via de comunicacién que queda abierta de un uno all un otro antes que sea elevado como Otro, es la sugestion. La sugestién es el efecto natural del significante. Lo entiendo de esta manera pi Lacan dice “hay contaminacién del discurso por el suefio” ~contamina- ‘cin que de hecho se verifica més 0 menos en cada clase que dicto acé-. A veces me lo confiesan. Cuando Lacan se propone la ambicin de inventar un significan- ‘te nuevo, hay que entenderlo en este contexto, en el contexto en que ignificante y la sugestién fueron conectados. Cuando reclama un se trata en realidad de un significante que podria tener un uso distinto, un uso que serfa ~lo dice al pasar—la sideracién, ‘De la sideracién como lo opuesto a la comprensiGn, e incluso, de tanto en tanto, como forzamiento de la comprensi6n, Lacan ya habia hablado antafio en su sistema. Pero aqut, en el seminario L’une-béoue, reclama un significante que serfa nuevo, no simplemente para que haya un signi- ficante suplementario, sino porque en vez de estar contaminado por el suefio, este significante nuevo desencadenaria un despertar. Falta entonces saber en qué medida ese despertar es posible. Por eso Lacan termina su investigacién del seminario L'une-béowe evocando el sonmbulo, zAcaso el Uno esté condenado al sonambulismo, al sonam- ulismo del sinthome, al azar de las béoues? ero también dice algo més, algo que hay que escuchar, a saber, que el inconsciente no se despierta. La enfermedad mental que es el incons- iente no se despierta. Y para ubicarla, hay que ubicarla en el lugar ade- cuado, es decir, en el nivel niimero 2. En este nivel, no hay despertar, ‘ya que se anda de sentido en sentido. Quiz sea en el nivel del Uno, mediante la identificacién con el donde el despertar podria, por asi decir, cesar de no escribirse ‘Retomaré esta ardua senda la proxima vez, es decis, el 21 de marzo. 145

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