Professional Documents
Culture Documents
Arrabalera
Florentina
Lilith Cohen
Maria: Pues aquí pasándola. ¡Oye, hasta que por fin te encuentro en
línea para poder platicar!
Iodine: ¡Qué padre! Pero eso sí, vénganse bien abrigados porque aquí
si van a conocer lo que es el frío. Y con respecto a Andrea, van a ver
que les va a caer muy bien, es muy simpático. :D
Maria: No le hagas caso, está locuaz ¡ji ji ji! Ahora sí que... ¡Nos
veremos pronto! ;)
Maria: Arrivederci!!! :*
The war was lost
Well disguised
I had to leave
My life behind
I have a name
But nevermind
Nevermind
Nevermind
The war was lost
So nevermind
Your victory
Was so complete
Thought to keep
A record of
Which understands
A husband leads
A wife commands
Expressions of
More intimate
Names so true
They’re blood to me
There is no need
Nevermind
Nevermind
I left behind
So nevermind
I tried I failed
You turned me in
Nevermind
Nevermind
So nevermind
Nevermind
Nevermind
I left behind
I live it full
I live it wide
My woman’s here
My children too
In places deep
— Grazie infinite!!!
Corrí lo más aprisa que me dieron las piernas, porque ya tenía como
quince minutos de retraso, y en cuanto encontré la dichosa aula 38,
me puse a correr aún más rápido sin darme cuenta de que el piso
estaba recién trapeado y entré patinando al salón haciendo
movimientos con los brazos para tratar de detenerme pero fue inútil.
— Scusi il ritardo professoreeeeeeeeeeeee — y me fui a acomodar chico
ranazo justo enfrente del asiento del profesor quien enseguida se
levantó para ayudarme a ponerme en pie (antes de milagro que no
me rompí la jeta ni los lentes).
Pareció como que las palabras del profe calmaron un poco el enojo de
los compañeros y me sentí un poco más tranquila. Cuando terminó la
clase, agarré mis cosas y me salí del salón, el profe Andrea había
salido un poco antes que yo. No me había percatado que Chong Ki Fu
seguía ahí, volteé tantito para atrás y me dio la impresión de que me
estaba siguiendo y me dio miedito, así que caminé más aprisa, pero el
chino pervertido también aceleró el paso para tratar de alcanzarme,
yo iba caminando casi al lado del profe, y con mucha vergüenza por
el atrevimiento, lo tomé del brazo y él se sobresaltó un poco.
Y al final del día, al igual que ayer, Chong Ki Fu trata de seguirme por
el pasillo y yo me escapo del salón corriendo lo más aprisa que puedo
detrás del profe Andrea y para mi mala suerte otra vez está recién
trapeado el piso y voy que ruedo como bola de boliche directo hacia
el profe y los dos nos caemos al suelo como si fuéramos pinos. — ¡Ay!
Scusi professore, no era mi intención chocar con usted de nuevo, le
pido mil perdones — me disculpé mientras me acomodaba los lentes
y el profe me dio la mano para ayudarme a levantarme.
— ¡Uy Profe! ¿Me creerá que no? Es que cuando llegué aquí estuve
ocupada poniendo mis cosas en orden y luego con las clases y
tareas... Pues no he tenido tiempo, pero muero de ganas por ir.
— Bueno, yo tengo algunas cosas que hacer por ese rumbo y si gustas
podemos ir ahorita después que terminemos de comer ¿Te parece?
— Hmm... ¡Está bien! Además creo que hoy no tengo tanta tarea como
otros días, así que... Andiamo agli Uffizi!!
— Livorno.
— ¿En serio? Me parece una buenísima idea, que bueno que me avisa
con tiempo así que será mejor que vaya comprando mi boleto de tren
desde ahorita.
Esa idea me pareció aún mejor. — Bueno, usted aquí es el guía. Así
que, vayamos a Livorno en su coche.
— D'accordo!
Volví a casa dando saltos de alegría, esto era lo mejor que me había
pasado desde el día en que Ernesto me invitó a salir por primera vez,
pero esto era definitivamente otra cosa: el profe Andrea y yo, juntos,
solitos, en Livorno y... momento ¿Solitos? Hmm, pues yo creo que sí
porque de tener una novia o esposa me hubiera dicho que ella
también venía, pero ¿Y si su pareja está en Livorno? No es que quiera
a fuerza ser pesimista, pero tengo que irme haciendo a la idea de que
todo eso puede ser posible y después no llevarme una tremenda
desilusión, pero por ahora tenía que estar con la idea de ir a conocer
la tierra de Modigliani y eso me debía bastar por ahora.
— Prontissima!
— Sí, desde que te conozco tengo esta canción pegada todo el día en
mi cabeza.
— Yo tampoco tengo novia, ya tiene poco más de tres años que estoy
soltero.
— Sí, signora.
— ¡Oh sí! Pero, es una sorpresa, así que te voy a pedir de favor que
cierres los ojos y no los abras hasta que yo te diga.
— ¡No, claro que no! — contesté riéndome mientras sentía que el auto
se ponía en marcha otra vez. No habrán pasado ni veinte minutos
cuando sentí que el profe por fin se detenía, aún con los ojos cerrados
pregunté. — ¿Es aquí?
— Por supuesto.
— Sí, es la escena más triste de todas, no puedo evitar llorar cada vez
que la veo.
Antes de que saliera del auto a tomar mis cosas el profe me tomó la
mano y me miró fijamente. — Iodine...
— ¡Es injusto!
Pero por sus tonos de voz y sus miradas se les veía muy molestos. Yo
me acerqué y los saludé. — ¡Hola! ¿Qué sucede?
Y bueno, ahora aquí estoy esperando con ansias a que sea diciembre
para volver a ver a mi familia y a mis amigos y Andrea también está
más que emocionado y ansioso por conocerlos a todos en persona.
I’m slowing down the tune
I never liked it fast
Slow is in my blood
So baby let me go
Mientras tanto a bordo del tren, Maria leía un libro y Ernesto iba
sentado en otro asiento frente a ella mirando el paisaje por la
ventana. Mi amiga estaba emocionadísima por volver a verme, pero
en cambio el Neto...
— ¿Y 'ora? ¿A ti qué chingaos te pasa, Neto? ¿Por qué traes esa carota
de gendarme mal pagado?
— Ah... no es nada. Sólo que... dime ¿Tú como crees que sea Andrea?
— Hmm... ok, tal vez sea a todo dar. Pero estoy seguro de que como
buen europeo no ha de bañarse en semanas y de seguro le apestan las
aletas a zorrillo.
— ¡Ay mamá! Es que quiero aprovechar que vinimos hasta acá para
comprarme zapatos Dolce & Gabbana, ropa de Armani y bolsos Prada.
Andrea que observaba todo con expresión confusa (ya que aún no
entiende bien el español) preguntó. — Scusi?
Al escuchar eso, no pude evitar sacar por las narices el vino que
estaba tomando y enseguida reprendí a la tía. — ¡Tía! ¿Ya vas a
empezar?
— Bueno... — continuó la tía — ... como sea, aquí les traje un regalito
para cuando se casen y tengan su casita — dijo al mismo tiempo que
sacaba de una bolsa de plástico una caja de regalo envuelta en un
horrible papel metálico y se la entregó a Andrea que observaba todo
completamente estupefacto. — Eh... grazie, ma non era necessario
portarci un regalo... — dijo mientras lo destapaba y cuando abrió la caja
puso una cara de tremendo susto. — Oh... cazzo! E questo che cos'è?
Mandita alzó los ojos hacia el cielo, y luego volteó a ver a la tía. — No
cabe duda, Yodita y su novio son tal para cual.
— Ok, admito que lo arruiné todo esa vez, pero ¿Por qué ahora que ya
no estoy estorbando en tu camino te consigues otro mirrey como
Lalito?
— Sí, creo que es lo mejor, mañana tenemos un largo día por delante
— dije mientras llevaba los platos sucios al fregadero. — Bien
Mandita, ahí te dejo el sofá-cama listo. Buenas noches, sueña con los
angelitos, descansa y hasta mañana.
Maria se volteó boca abajo. — ¡Ay, ese pinche Ernesto! Unos días
antes del viaje le pedí prestada su laptop y descubrí que en su
historial de búsquedas de Google tenía cosas como: los italianos
apestan, los italianos son sucios, los italianos no se bañan, los
italianos huelen mal, los italianos son putos...
Me dirigí hacia mis papás y en voz baja les dije. — Ya saben, Mandita
tardó mucho en arreglarse como siempre.
No era que hubiéramos caminado tanto, sino que ella llevaba unas
zapatillotas de tacón de aguja de diez centímetros. — ¡Ay Mandita!
¡Es que sólo a ti se te ocurre venir a caminar por las calles antiguas de
Florencia en tacones! — le reclamé.
Una vez que quedó aclarado todo el asunto, nos despedimos y cada
quien agarró su rumbo.
Me quedé con los ojos abiertos al oír eso. — ¿¿Qué?? ¡Estás loca! Ya te
dije que ese oxigenado es bien mamón.
Para pasar la noche Andrea hizo un acuerdo con la casera del edificio
donde viven sus papás para que nos rentara un apartamento sólo por
una noche. Yo me quedaría a dormir con Maria y los demás porque
en el apartamento de los padres de Andrea no había suficiente
espacio para mí. Después de cenar nos dirigimos cada quien a
descansar ya que a la mañana siguiente emprenderíamos el camino
de vuelta a Florencia.
— Pues... ¿Qué quieres que te diga? Viniste a estudiar acá y veo que
en poco tiempo te has olvidado de todo lo que dejaste atrás.
— Sí, es cierto, las cosas han cambiado mucho y ahora que te fuiste es
cuando empecé a darme cuenta de que fui un idiota al haberte
ignorado todos estos años y ahora ya no te puedo ver como antes.
— Iodine, es que... desde esa vez que te invité a cenar ¿por qué no me
dijiste lo que sentías por mí?
— ¿Para qué debía habértelo dicho? ¿¿Después que me dijiste que era
como un "cuate con chichis"??
— ¿Cuándo?
— ¡Ay Neto! ¿Te dio amnesia o qué? Maria te contó todo antes de que
vinieras a mi pueblo para la Navidad ¿Y tú que hiciste?
Al escuchar eso, me dieron ganas de reír ¿Cómo podía ser el Neto tan
narcisista?
— Iodine...
— Ok, ok, dile que ya voy — dije mientras corría al baño a vestirme.
Después de unos minutos, agarré mis cosas y salí a la sala, Andrea en
cuanto me vio sonrío y bromeó — Buon giorno, piccola domrilona! — Le
saqué la lengua y él me agarró por la cintura y empezó a hacerme
cosquillas y nos echamos a reír como bobos.
— Pronto?..
— Angelina, quanto tempo! Come mai è che telefoni a casa dei miei?..
— Sí, adesso abito a Firenze, lavoro come professore all' Accademia. E tu?
Come va tutto a Parigi?..
— Bene, scusa adesso devo tornare a Firenze, anzi devo farmi fretta. Ti lascio
il mio numero di telefono: 055 66 34 68
— A presto! Ciao!
My Oh My Oh My
My Oh My Oh My
My Oh My Oh My
My Oh My Oh My
— Ajá ¿Y luego?
— Claro ¡pero piba! ¿vos sos tonta? ¿creés que alguien como sho te va
a dar bola? ¡Por favor! Acá y en Buenos Aires hay muchas chicas
mucho más lindas que vos que mueren por salir conmigo. Mejor no te
hagás ilusiones. — Y después de eso, entró a su apartamento con una
risilla burlona. En cuanto cerró la puerta, Maria comentó
asombrada. — ¿Así o más mamón?
— Ciao cara!
— Por supuesto — le contesté ansiosa por saber por fin quién era esa
tal Angelina.
— ¿Sucede algo?
— A la tal Angelina...
Por el momento nos olvidamos del asunto, y cuando dieron las tres,
Andrea pasó a buscarnos y fuimos a comer con todos los demás y les
platicamos como nos había ido en Livorno y yo no pude evitar
ponerme a pensar en lo que me había dicho Mandita. Digo, por muy
buena que sea una relación, no todo puede marchar siempre sobre
ruedas; pero por otro lado, pensaba que Maria tenía razón y sólo
estaba haciendo una tormenta en un vaso de agua. Andrea, que
estaba al lado mío, me notó extraña y me preguntó con tono
preocupado. — ¿Te pasa algo?
— Ok, ok; pero luego no vayan a decir que nadie le advirtió a Iodine...
— Ciao! Sono Angelina Monti, piacere! — contestó ella con mucha gracia.
La verdad tenía que reconocer que Angelina era muy bonita: rubia,
ojos claros, piel bronceada, alta, delgada con curvas, muy elegante y
la verdad es que al lado suyo me sentí como un pobre patito feo e
insignificante.
— Ah, pues desde hace unos meses trabajo en una compañía que se
dedica a la exportación de vino.
Caminé despacio hacia la mesa, que no estaba muy alejada del baño, y
me quedé ahí parada detrás de una enorme maceta que había cerca
de nuestra mesa; alcancé a escuchar que Angelina mencionaba mi
nombre en su conversación. — Andrea però, questa ragazzina tua, Iodine,
è molto curiosa. Mah, avere venticinque anni e portare i capelli così corti,
sembra ancora una bambina e poi i suoi modali sono così, come dire?..
Corrí a abrir las cortinas, no vi a nadie y volteé por todos lados hasta
que escuché la voz de Andrea. — ¡Iodine!
— ¡Necesitamos aire frío pues, dicen que es muy bueno para los
pulmones! ¡Anda, vámonos! — y Maria la obligó a salir del
departamento para dejarme a solas con Andrea.
— ¿Ah no?
— Sí, ella insistió mucho en que Angelina era mi enemiga y que debía
arreglarme para no perderte y yo estaba muy triste para decir que
no.
Back in November
— ¿Y luego?
— Ah sí! Mi ricordo che mi avevi detto che tua mamma era Margherita come
me — me dijo mi suegra riendo al oído.
— ¿Qué hiciste?
— ¡Pues que se lo tiro encima! — y las dos nos botamos a las
carcajadas.
— Ojalá.
Mamá nos había tejido dos largas bufandas con rayas en gris y rojo.
—¡Perfecto! — dijo Andrea. — Ahora sí andaremos siempre bien
abrigados.
— Sí, ya lo sé... pero aún sigo sin entender que pudo tener Andrea que
no pude tener yo.
Se hizo el silencio por otro largo rato, hasta que Ernesto se decidió a
romperlo. — Pues... ahorita que me pongo a analizar detenidamente,
la verdad, sí que era un pendejo en ese sentido.
Del otro lado del avión, Mandita y Paco iban platicando también. —
Bien pues, tengo que admitir que me equivoqué con respecto a
Iodine. La verdad es que nunca creí que pudiera encontrar a alguien
que la quiere y la acepta tal y como es — suspiró mi prima.
Paco levantó la vista del manga que estaba leyendo. — Para que veas,
que no todos nos dejamos impresionar con lo superficial.
Maria: Sí, vi todas las fotos que subiste y también leí en tu email
anterior que te cayó el ramo que aventó Angelina ¡ejeleje! XD
Iodine: Jajajaja sí, pero pues eso fue lo que decidimos y estamos muy
contentos :)
Maria: Pues que ¡Por fin encontré un lugar estupendo para poner mi
galería de arte! :D :D
Maria: Adivina... ;)
Maria: En Viena :D
Iodine: ¡¡¡Wow!!! Pues que padre, no puedo estar más que feliz por ti,
pero platícame ¿cómo estuvo la cosa? :O
Iodine: ¡Maria! D:
Iodine: Ciao! XD
***
— Ecco a Lei!
— 25 euro.
https://es.scribd.com/user/269908734/Lilith-Cohen
Facebook: https://www.facebook.com/lilithcohen87
Twitter: https://twitter.com/LaBoheme1987
Tumblr: https://laboheme1987.tumblr.com