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CAPITULO 1 LOS FINES DEL DERECHO 1.—Impertuncia de los i 1.—IMPORTANCIA DE LOS FINES DEL DERECHO EI Derecho, del mismo modo que la Moral y que la Politica —entendida en el sentido noble de |2 palabra— orienta la conducta humana, no hacia aquello que es, sino hacia una debe ser; la dirige ha- cia fines ' De aqui la gran importancia de Ia investigacién de los fines del derecho para las disciplinas juridicas. El jusfilésofo Delos ha dicho, con hermoso acierto, que tal estudio tiene para nuestra época el sentido de una verdadera revolucién intelectual ®. ‘Los fines poseen para el derecho una doble significacién: son, por una parte, principlos que dirigen su elaboracién y que se incorpo- ran en normas y en instituciones; y, por otra, ideales que representan su permanente aspiracién. En el primer sentido, son inmanentes o in- ternos al orden juridico, en el segundo trascendentes 0 externos. Como principios que cada grupo social elabora, en un momento determinado bajo la influencia de diversos factores, los fines adquieren vigencia dentro de las reglas y pertenecen al mundo de las realidades. Qomo valores. representan aquelios ideates “puntos de direccién, ele- mentos de cambio y de perpetua regeneracién” del derecho. fines del Derecho, 2—El bien comin y la seguridad como fines del Derecho. TT Tteko eve. toda Invesigacén camifica, lo mismo que toda ccién y lectin porecn ten: Gero clgdn bien: 7 por ello dstnieron‘con puiiud" el ben les que dion ser oquello que fedos las cosas upton” ‘lene eiferenci con todo, #8 patente en lor fines dose ams y cloncios, que olgunct comten en simples ocsene:, en Tania gus chon veces, adomés de Io cian queda po ‘Raa en les ones yo in te ulterior clo. ectén, producto’ e+ noturlmenla mas ve fowe gue Ia stcén”, Aaielag, Eco Nicomaqueg at ib 2. [SFun bales, Rachruch, Corie, Los, finer de) deroco, Tradueién de, Daniel Kuri Bre. imprenia, Universitario, México, pg. 45. a. lar pas. 58 294 Ivrropuccién 4 LA Gren Atv ron rc Esta consideracién de los fines dei derecho vistos en su acep- cién mas amplia, en dos planos diferontes, explica por qué ne pueden establecerse relaciones —somejanzas y antinomias— entre o! bien co- man y la seguridad por un lado, y la Justicia por el otro. Los dos pri- Mmeros son fines propiamente dichos, realizables; mientras que la justi- cia pertenece al mundo de los valores « La historia ha revelado que en muchss oportunidades han sido Teemplazados los valores juridicos por determinadas concepciones 0 Ideologias que invocando el bien comin o la seguridad han sacrifices do Ia justicie; y que, en otras, ol derecho ha sido puesto al servicio de factores extrafios a las aspiraciones y a les necesidades de los pueblos. Sin embargo, pese a estas vicisitudes, ha permanecido como una aspiracién constante, no siempre con la misma claridad, una ennob‘ cedora direccién hacia la justicia, valor absoluto, tanto como la vordad, el bien y Ia belleza, que tiene para el derecho ol significado de una au téntica “pauta axiolégica” s, Consideramos el bien comin y la seguridad como fines propia- mente dichos del Derecho, y la justicia como su valor fundamental. 2.—EL BIEN COMUN Toda sociedad, cualquiera que sea ia forma que reviste, se or ganiza con el propésito de realizar un fin, que a la vez que vincule a Sus integrantes, es la idea directriz que orienta sus propésitos comunes. El Concilio Vaticano |! en la Constitucién “Gaudium et Spes” en- sefia que “los hombres, las familias y los diversos grupos que constitu- yen la comunidad civil son concientes de su propia ineuficioncla para lograr una vida plenamente humana y perciben la necesidad de una co- munidad mas amplia, en la cual todos conjuguen a diario sus energias ‘en orden a la mejor procuracién del bien comin. Por olla forman co- munidad politica segin tipos institucionles varios. La comunidad polf- tica nace, pues, para buscar el bien comin, en el que encuentron su Justificacién plena y su sentido y de que deriva su legitimidad primige- nla y propia’, EI fin social es buscado porque satistace las asplraciones del gru- Po, porque constituye un bien para la comunidad, o para expresarlo en 4. "Me pregunto —dijo Djuvara— i el probiema de toe rlaconet onto ol bien sami, lo iwstcia y To segurided ho sido, en realidad, alenplonlado, Erce’ es ‘nocones no ese En misma pone: ei fumdamentum diving’ hace falta bien camin y To snguridod sar tenecon en efece, of mundo de las tealisodes, mianitas eu Ia aa de jute oo ance 4evide prosie, um simple ideo!" (2. pig, 126 8. Redoruch. Int la lesoflo del Gernot, pp. 31. S Copiulo WP, Los Fines y Los VaLores pet Derecto 295 términos més propios, porque tiene el significado y el valor de “bien comin”. Dichas aspiraciones no se ofientan hacia un fin constituido por la yuxtaposicién 0 suma de los bienes que busca aisiadamente ca- da individuo, ni hacia un bien general, de mayor amplitud, que pueda dividirse en partes, de modo que cada una de éstas corresponda a cada persona. “Ambas ideas son completamente erréneas. En el fon- do coinciden, ya que son sdlo aspectos distintos —segin se piense en esa masa de bienes individuates o en su distribucién entre los miem- bros de la colectividad— de un mismo criterio; del criterio mecenista y materialista” de la sociedad *. La naturaieza de! bien comin es diferente. Como lo ha definido con acierto Delos, se halla constituido por ‘el conjunto organizado de las condiciones sociales, gracias a las cuales la persona humana pue- de cumplir su destino natural y espiritual”®. Forma parte de aquel “‘patrimonio social” que es el bien comin, todo lo que pertenece a la comunidad, y que por esa razén no puede ser posefdo por los particulares, y también lo que es de éstos, que so- cundariamente corresponde a la sociedad, que ejerce su accién a fin de evitar conflictos, y armonizar intereses. No se trata Gnicamente de bienes materiales, sino —principalmento— do biones ospirituales ya que la finalidad més elevada de la sociedad, que ayuda al hombre en su ca mino a la realizacién de su fin racional, es de cardcter ético. Como término de las aspiraciones sociales, el bien comin ofte- ce las notas de universalidad, plasticidad, progreso y dinamismo. EI carécter que define mejor la esencia del bien comin es su universalidad, Es universal en si mismo, en cuanto a los sujetos que beneficia y en sus fines Nada de lo humano es extrafo al bien comin; hacia él deben dirigitse todos los individuos sin limitaciones ni exclusiones y su fecun- didad es inagotable. Por otra parte, el bien comin es una realidad conereta que apa- rece en determinado momento bajo el influjo de circunstancias vigen- tes, pero constituye también un ideal que mantiene en el grupo una “per- manente tensién hacia el porvenir” *. Nacido de la obra constant y conjunta de todos los integrantes de la sociedad, el bien comin “vuelve a aquellos, se desborda sobre 7. Wwase Gunnin Voldivis, Pore uno Metafcica. Soscl. Ed, Jus, SA Ménico 1947, pine 185 Bi lest Fies el Doiecho obs pi. o4 9% Guumdn Vs ob. cl, pg. 139, 296 Ivrropuceios a La Crewe pet DeecHo sus vides, se redistribuye entre sus personas pare ayudar a su perfec- cionamiento integral” ", Es, como lo dijo con su habitual claridad San~ to Tomas, colectivo y distributive ". El bien comin segiin Aristételes, “se cuenta entre las cosas mas divinas”. Para Santo Tomas “el bien de la multitud es mucho més gran- de y divino que ef de uno solo”. Integrado materialmente por los bie~ nes individuales, formalmente es superior a ellos, porque el bien de ias partes se dirige al bien del todo. La distribucién de los beneficios que implica el bien comin se regula con un criterio de justicia, fuente de paz social, De aqui que el dptimo ambiente moral, cultural y material que implica e! bien comin no se realice plenamente si no se logra alcanzar esos veiores. “Es pro- pio de [a justicia legal, ensefia S.S. Pio XI en “Divini Redemptoris", ol exigir de los individuos cuanto es necesario al blen comin’. El derecho, que ordena la conducta social del hombre, esta lla- mado @ dirigirla hacia el bien comin, como uno de sus fines. Para al- Canzarlo y, como medios estrictamente |uridicos, las leyes han de ser justas; los impuestos proporcionados a ja capacidad econémica de los cludadanos y los cargos publicos segun merecimientos © LA SEGURIDAD JURIDICA — La seguridad juridica ha sido entendida por algunos tratadis- tas como nota pertinente al derecho mismo —seguridad del Derecho; y por otros, como la seguridad por medio del derecho. Recasens Siches considera que “la seguridad es el motivo radi- cal y la razén de ser del derecho” ® aunque no su fin supremo, y que aqual no ha sido hecho por los hombres “para rendir culto u homena- je a la idea de la justicia, sino para colmar una urgente necesidad de seguridad y de certeza en ia vida social” * Segin Radbruch, la primera nocién de seguridad exige 12) que el derecho sea positivo, que se halle establecido en leyes; 2) que este 1. 1 pla, 142. 11, “OES kien comin, atin concibiéndolo come lo privarivamante rosie de. Ye comunidad :n- ependienney cvullsivemente frente del bien prvado, resunao, segin.Somio Tomés, en benefited for pertculare, g¢ detde luego casa incubtoble y el Grape Santo Tombs ue he EXidade. on sclarara spacielmenia eon on sjemplo fomade ‘do Valerio Maxime, sean ol ual es prelorle ser petra’ n vn fstodo ea, nico que en un Estado pobre”, Eusoculo Balin 9 Gottnec, La Flowlia Folia ob Sorte Toms ee fquine, Edllerial vic ae De fecho Pvedn, Madd, p03. 109 12, Todane ‘Prefia, Hota’ cna Saclogia del Bien Comin, A. ¢. N de Madd, pig. 67 13, Trotede ety pag. 225 1a! ide pba, 24a) Los Fines.v Los Vatores pet Derecio 297 derecho estatuldo sea, por su parte, un Derecho seguro, es decir un derecho basado en hechos y que no se remita a los juicios de valor del juez en torno al caso concreto, mediante criterios generales como el le- ma de la “buena fe” o el de las “buenas costumbres”; 3) que estos he- hos en que se basa el derecho puedan establecerse con el menor mar- gen posible de error, que sean “practicables”; para ello no hay més re- medio que aceptar, a veces, conscientemente, su tosquedad como cuan- do, por ejemplo, se suplen los hechos verdaderamente buscados por ciertos sintomas exteriores, que es lo que se hace, v.gt., al supeditar la capacidad de obrar, no al grado de madurez interior dol individuo, sino a un determinado limite de edad, que la ley fija por igual para todos; 4) finalmenie, el derecho positivo, si quiere garantizar la segu- ridad juridica, no debe hallarse expuesto a merced de una legislacién incidental, que dé todo género de facilidades para troquelar cada ca- 80 concreto en forma de ley; los cheks and balances —frenos y con- trapesos— de la teoria de la divisién de poderes y la morosidad del apa~ rato parlamentario son, desde este punto de vista, una garantia de la seguridad Juridica” ®, Delos, por su parte, considera que la seguridad es una nocién esencialmente societaria —ligada al hecho de una organizacién so- cial— que consiste en una “‘garantia” dada al individuo de que su per- sona, sus bienes, y sus derechos, no serén objeto de ataques violen- tos 0 que, si éstos llegan a producirse, le serdn asegurados por la so- ciedad proteccién y reparacién” ®. Agrega, que esto quiere decir, que ninguna situacién juridica deberd sufrir alteraciones sino mediante pro- cedimientos legitimos, conforme a la ley. Las antedichas visiones de la seguridad juridica no se excluyen sino que se integran. No puede existir una seguridad por medio del de- echo sin la seguridad en el derecho. Un derecho sujeto a cambios fre- cuentes, a mutaciones arbitrarias, a interpretaciones antojadizas, a con- tinuas violaciones por los jueces y las autoridades, es mirado por la co- munidad —que ha perdido el respeto por é— como “letra muerta” que no puede consiruir garantia para la persona humana, ni para el ejerci- cio de sus facultades ni para la posesién de sus bienes. La seguridad juridica —o la certeza, considerada en el émbito cognocitivo, para emplear el lenguaje del fildsofo Lopez de Ofiate— significa. ese sentido de estabilidad que ofrece al individuo la sociedad 7 Rodbruch ob, ct, pps. 40-41 16, Hove. Léper” Gp"Core, ta coresa el erecho. fdlones Jurdieas Europ Amie, Sue fo Aes pg. 74 298 Inrropucci6n" a La Ciencia pet. Derecro SO Ivrronuiccrén'a La Ciencia pet, DerecHo al aprecier su conducta, Es necesario que cada hombre sepa “cémo serd calificada su accién y cémo se incluira esa accién en la vida his- torica de la sociedad”. De aqui que esta garantia de la conducta hu- mana, sea la “espeeifica eticidad del derecho" * porque sin ella no se pueden realizar sus valores. La juridizacién de las situaciones de hecho expresa la exigencia profunda de seguridad que requiere a vida social del hombre. Algu- ‘nos de esos estados ilegan, por tal razén, a convertirse en derecho. El status quo en Derecho Internacional, la proteccién posesoria, la pres- cripcién, la cosa juzgada, el derecho revolucionario ™ constituyen otras tantas inetituciones que demuestran esa exigencia, Lo expuesto demuestra que ta seguridad es un constitutive ne- cesario de la vida social, cuyos elementos son el orden y la eficacia. La sociedad exige estabilidad y distribucién equilibrada de funciones en- tre sus componentes. Por otro lado, debe estar dotada de los mecanis- mos apropiados para protegerse y proteger aquellos principios con ce- leridad y plenitud, En un ambiente desordenado, dentro del cual no fun- ciona el principio de autoridad, o quienes la ojercen son incapaces de mantener una disciplina dentro del grupo; 0 en otto, donde las repara- ciones y las sanciones son defectuosas 0 tardias, no existe seguridad y la vida social es verdaderamente penosa, La arbitrariedad, que significa el desconocimiento del derecho existente, realizado por la autoridad, se opone a la seguridad. Legaz Lacambra considera quo la arbitrariedad es la “negacion del derecho como legalidad y en tanto que legalidad, cometido por el propio custodio de la misma, es decir, por e! “poder publica” y sus dis- fintos érganos” ®. El acto arbitrario puede ser justo —si rectifica una injusticia— 0 injusto si la comete. Su distintivo es e| desconocimiento del derecho que ri EI progreso |uridico significa un avance de la civilizacién con- tra la arbitrariedad. Lucha contra el arbitrio del juez; lucha contra la discrecionalidad sin limites de la funcién administrativa; lucha por man- 17, 1. 5, 191 18, "la rovolucln, es decir, la alte troicén, oun delta exendo no tiunfa, pero si logra ol nfo ve converte en bose para’ un "Tiweve Gereche’. Ex También la" seburded juris la fe, en estos coves, convlone en nueva serecho, la conduc nviridica, tor gobemos t= ‘oltcionorcs se legitinan cuando ‘se demeston copoces se manfaner la paz.y” sl rden, For eso, ol dia siguiente de Wiunfor lor rveluconae, Todor let gubiemes reveluicnarcn 0° lon rocimar que el orden lo. por_ [potuibedos por la ofa tals) sorin garanza doe aneraicomente". Rasbrech,” Intouch poo. St 19, Elfin dol Derecho cht poy. 108. 20. lager lncambra Fish Sel Derecho, et, pg. 492, Los Fives ¥ 10s Vatones vet Denzcuto 299 toner una auténtica jerarquia normativa mediante e} control jurisdiccio- nal de la ley; defensa de los derechos humanos, que desconocen las dictaduras de’ todos los tiempos, invocando todo tipo de razones; tales son las instituciones derivadas de la exigencia de seguridad juridica que apunten a la realizacién de lo que debe ser un auténtico “Estado de Derecho”. El relativismo juridico expresado por Radbruch principalmente, ha opuesto las nociones individualistas de justicia y seguridad a la su- praindividualista del bien comin, Pese @ que la seguridad es necesaria nara e! hian comin en mu- has casos, —surmmun jus— se opone 2 éste summa injuria—, pero lempre so inspira en la justicia porque garantiza “para el porvenir un trato igual de hechos iguales”™. Visto ol problema desde el éngulo del bien comin, resulta tam- bién, segin esta tesis, patente su antinomia con la seguridad. EI bien de un individuo es tan’sagrado como el de millones, segiin expres6 Del Vecchio, y llegado el caso, debe defenderse contra la mayoria o la to- talidad “y no coder ante un interés, an justificado on si”. La justicia, por su lado, “es un contrapeso” frente a la idea de bien comin, pero contribuye a él por su naturaleza propia; y on cuan- to a la seguridad —que es un fin y no un valor— representa su verda- dera justificacion, Basado en esios presupuesios, Radbruch afirma que: “El bien oo min, la justicia y la seguridad, ejercen un condominium sobre el de- echo,-no en una perfecta armonia, sino en una antinomia viviente. La preeminencia de uno u otro de estos valores frente a otfos, no puede ser determinada por una norma superior —tal norma no existe— sino Uinicamente por la decisién responsable de la época. El Estado de po- licfa atribuia la preeminencia al bien comin, el derecho natural a la justicia y el positivismo a la seguridad” =, Consideramos, frente a esta tesis, que el primordial valor del derecho es Ia justicia, y, que, tanto el bien comtn y la seguridad, cons- tituyen solamente sus manifestaciones en cl émbito individual o en el societario. Es evidente que el bien comén es tal porque es un bien comin justo.-La injusticia no puede crear ese ambiente de bienestar espiritual y material necesarlos para que el hombre alcance su dignidad de per- Bi, Ue Fines del Derecho ch, pg. 10% 22. Ie. peg. 17. 2, tek pia. 117, 300 Iyrronuccis a 14 Cinncia pet Derecito sona. Los medios que toda sociedad debe realizar —leyes, impuestos, distribucién de cargos publicos— para lograr el bien comin, deben ins- pirarse en los principios de la justicia. Del mismo modo, la seguridad es tal, no sélo porque significa tun orden —que puede ser ficticio 0 arbitrario— sino un orden justo. La paz, que constituye su mas cabal realizacién, a la ver que su expresién de més elevada jerarquia, s6lo nace de la justicia. CAPITULO II LA JUSTICIA 1.—Le justicia 0 través de los diversos sistemas filoséficos. 2—La justicia come virtud, come concepto Iégico y como ideal. 3.— La justicia y los otros valores del derecho, 4.— Clases de justicia, -5.—La justicia social. 1 Los objetos culturales se caracterizan por ser valiosos. Cons- tituyen verdaderos vehiculos a través de los cuales se realizan los va- lores. Acierta, por tal razén, Recasens Siches, al expresar que no pue- de hablarse del derecho —que es un objeto cultural— sin una necesa- ria referencia axiolégica |. La justicia es el valor principal que el derecho trata de realizar @ través de sus distintas expresiones. Podré haber un derecho justo, ‘menos justo © injusto, pero siempre llevara en si una aspiracién hacia la justicia. En los albores del pensamiento juridico occidental ta justicia ha- ce su aparicién como una de las notas propias de la divinidad. El con- sejo, la prudencia, el equilibrio, 1a armonia, no podian concebirse si Ro como atributos de los dioses. Themis es la consejera de Jupiter. De ta unién de ambos, nace Dike, hermana de la verdad, que compone y resuelve los litigios entre los hombres. Parece que el pensamiento Griego hubiera querido expresar que.solo con la verdad se puede reali- zar la justicia. Para los primeros filésofos, la justicia es una virtud universal Traduce una exigencia que “suceda aquello que debe (éticamente) su ceder”?, HISTORIA DEL PROBLEMA 1. Recatens Shes. Flosotia del Devecho cit, pag. 70. 2 J. Dal Vecthio, Lo Justia, Tiaduciém do Uuit Rodvguez Comutes y Citar Sancho. Canto Eettoria! de Géngera. Mada, 1925, pig. 11 302 Ivrropucci6y 4 La Ciencia per Darcie ‘Seguin Herdclito la justicia coincide con ta necesidad césmica en virtud de la cual se mantiene el orden y la regularidad del universo. Como lo observa Bertini, “destino, necesidad, ley, razén, justicia, con: tienda, guerra, armonia, tfo que jamas se dotiene” son para Herdclito terminos que expresan la fatalided del devenir césmico En la filosofia de Parménidos, la justicia equivaie a la ciencia, al saber sobre el secreto sentido de las realidades. Simboliza “el orden absoluto, la necesidad metafisica por la cual son imposibles las cosas absurdas” %. La Escuela pitagérica, que tanta influencia tuvo después en esta materia, considera que la justicia es al igual que la ciencia, una ar- monia. Trasladado el problema al mundo del hombre por los sofistas, és- fos consideran que lo justo no existe por naturaieza sino que deriva de a ley, que equivale @ convencién u opinién. Esto significa, en térmi- os mas claros, que justicia y legalidad se confunden y como esta iti- ma es obra del arbitrio de los hombres, la soparacién entre [0 justo y lo injusto depende de éstos. Sécrates distinguid dos formas de justicia: una que consiste en el sometimiento a las leyes del Estado, que practicé aceptando Ia injus ta condena que recayera sobre él, y la otra, consistente en el respeto a esa ley no escrita, eterna e inmutable. La Repdblica de Platén contiene una de las més hermosas plé- ticas que hayan sostenido los hombres sobre lo justo. La justicia es pa- ra Platén una virlud superior y ordenadora do las otras virtudes: la tem Planza, la fortateza y la sabiduria. Mientras la primera morigera los pla- Seres y los apetitos, Ia segunda gobierna los impetus y las pasiones, la tercera dirige Ja inteligencia hacia los conocimientos. La justicia es 14 sobre ellas, constituye su coronamiento; “hace que ninguno de los {res principios de! aima usurpen sus funciones respectivas, cue se es- tablezca un verdadero orden de su interior, que se regule a si mismo, Que se discipline cuai esca'a musical, el mas e'evado, si mas bsjo y of central, mas todos los tonos que puedan existir. La justicia representa en el sistema platénico la salud de! alma; ta injusticia su enfermedad” » 3. Git. por Giusenpe Carle. La Vide dl Derecho, Voriin caselans de H. Cinor de chia lore, Eaton. meds, 1912, pep, 108, 5. M. Hartera Figueron,” ustila y Senide, Ministerio de Edusaciin de ta Nseién Univer Nacional de Tueuman, Focultod| de” Dershe y Clencoe Soccles, Los Fives ¥ tos Vatores pet. Derzcto 303 Este equilibrio que debe existir entre las virtudes, es semejante ‘al que exige la ciudad perfecta en la que se armonizan las funciones de sus integrantes °. En el Libro V de la Etica Nicomaquea, Aristételes expone en for ma lograda su pensamicnto sobre la Justicia, La llama “la més impor- tante de las virludes”, ‘més admirable que la estrella de la tarde y de la mafiana”. Comienza Aristételes distinguiendo 1a justicia general o legal de la particular. Al tratar de la primera sigue la linea trazada por Platén; en cuanto a la segunda, elabora su propia teoria sobre el principio que debe regir las relaciones humanes. Sobre la primera, se lee en el citado libro V de la Etica que “lla mamos justo a lo que protege la felicidad y sus elementos en la co- munidad politica. Porque la ley prescribe justamente hacer los actos de! valiente, tales como no abandonar las filas, ni huir ni atrojar las ar mas; y los del varén manso, como no herir ni hablar mal de nadio, y lo mismo en las otras virtudes y fechorias, ordenando unas cosas y pro- hibiendo otras, rectamente, la ley rectamente establecida, menos bien la improvisada a la ligera. La justicia asi entendida es la virtud perfec- ta, pero no absolutamente, sino con relacién a otto. Y por eso la justi- cia nos parece a menudo ser la mejor de las virtudes; y ni la estrella de Ia tarde ni el lucero del alba son tan maravillosos” A mi entender —dije yo, lo que foltoba por consierar en ta cudad, después de haber Nrotedo ‘de lo templorze, dol volar y de le udonco, ofa exo que cao etter cuolcades le eran cue necrsiton ora sibsisir, Sr permanece en llas no hoy, dua que. los conser ‘7 beciamos en verdad ues enconinébonos las ter culidades ciadat, la usr sera si ‘ide a fhe Y por fuera que ti ho de sar, ebuawvon~, Paro at hublera tectidad de Sserminar,prosegul, Gus ‘volidad ‘herd "9 musa ‘cudod tojr, ostime que sola offal ‘Se celermiar si fa iguoldad de opiniones do los gobernanies y do les gobernado:, © el he cho de gue Se marienga en les soldades lo ied legiina a Inquebramable s9b'2 16 que Gr tomible 2 no, oa inaigencia’y lo viglonca en’ lor obernanier, 0, eh fin, @80 Mie smo gue sobre todo hoce buena a la cudad y que descansa en la oevsctién propia limi {oda del nis, dela mujer del eicavo, sel hombre libre y del atesane, del goborearey Sl" gobemads, sux otividades eracershcet,—Desce lunge, seria ikl, io 2c ‘mo Re? Por contiguanla, y af paras, ose vited do que cede cucl haga, on lo. cvdod Tos coves que le coresponden, ivalize con Jo. prodercia, lo femplonza y el veler— Incuda DSlemente siirné—fnionees 0) manor monendée a Io’ nica come. rvol_de. anuallas pare Ta" perfecén ‘de Io. thidod-—- E> efacio, Consdere” ahora To qua sg y dime tte. parece Ia. mama. georespendord c loz goberentes en lo. ciudad el odminutrar jsteie?—Y dper cud no? Bin, y cuonds e30 hogan equ’ otro fn fendén sina el de oomona de que na ‘ie fsog To que no or swya mi se ves priveda de lo que le parianaca?— Ningin ofo que que Wo dees gPero con ol parsamianto de que eto et Io jute? Si— Con elo, la pose Sdn y Ia prddies do lo que ¢ cass cuo| compels se reconecers como lo juriaa.~ Exo e Potén, to ‘Republic Lib, IV, 439, Trad. ‘de Miguel Antonia Miguer” Agulon, Madd, 1959. Pegs. 282, 783 y 784 7. UBIV. TL trad. oh, pgs, 110, 111 Cuca pet Du La justicia, en su segunda acepcién, es una parte de la virtud entera y solo se refiere a les relaciones con los demas hombres, es ia justicia no como legalidad sino como igualdad Lo jusio es, segin Aristételes, lo igual. En todas las acciones hu- manas “en que hay lo mas y lo menos hay también io igual. Si, pues, lo injusto es lo desigual lo justo seré 10 igual; {0 cual sin otra razon lo estiman asi todos. Y puesto que lo igual es un medio, fo justo seré también una especie de medio" Tanto la justicia legal como Ia particular, se dirigen al bien ce otra persona. De alli se desprende que su caracteristica esencial sea la alteridad sobre la cual tuvo e! mérito de hacer hincapié Aristoteles. La filosofia griega influyé en el pensamiento juridico de los ro- manos. U'piano define la Jurisprudencia, como “la ciencia de lo justo y de lo injusto”. Los iurisprecepta derivan del concepto de justicia y se expresan como: honeste vivere; neminem laedere y cuique suum tri- buere. La justicia consiste en esa “constante y perpetua voluntad de dar a cada uno lo suyo". El neminem laedere (no hacer dafio a otfo) y ei honeste vivere (vivir honestamente) marcan los limites de la Justicia —su funcién negativa por un lado y el elemento ético por ef otro— mien- tras que el cuique suum tribuere (dar a cada uno Io suyo) constituye lo propio del derecho *. El cristianismo recoge el sentido de la justicia como virtud ge~ eral y subordinante de las otras. San Ambrosio la llama “madre fe- cunda de las demas virtudes” y otros padres de ia Iglesia extienden su significado al cumplimiento de todos los mandatos y obligaciones. San Agustin, bajo la influencia de la filosotia platénica, ve en Dios la fuente de toda justicia, que se expresa a través de los manda- tos de la ley eterna, Tal virtud consiste en reconocer el orden impreso por la divinidad en el universo; en el hombre, el sometimiento de la criatura a Dios, y en la vida del cuerpo al alma. Santo Tomés de Aquino definié la justicia como el “habito por el cual, con perpetua y constante voluniad es dado @ cada cual su de- echo", Es un habito en tanto que disposicién permanente de la vo- luntad porque es una virtud moral y no intelectual, perfecta porque es- pera una intima relacién entre el propésito justo y el objeto, y constan- te porque debe ser perseverancia en dar a otro 0 suyo. Sea Nicomaques. Ub. Vl, ob. cit, pg. 114 10, Sum. Teol, q. 58 0M. | wes ¥ Los Vatones pet Derecho 305 Santo Tomés subraya el valor de la justicia como virtud social, porque “ordena al hombre en sus relaciones con el otra”. Mientras 10 recto en las demés virtudes, afirma, no es tal sino en relacién con el sujeto virtuoso, “'se da el nombre de justo; con toda la rectitud de Jus- ticla que comporta, 2 aquello en lo cual termina el acto de ta virtud de la justicia, ain sin atender a como lo ejecuta el agente” tt, La justicia tiene como materia la operacién exterior, que en si misma 0 en cuanto a la cosa de que se hace uso, guarda respecto de otra persona la debida proporcion. Esta relacién es una cierta igualdad entre lo que se reconoce a otro como su derecho, como Io suyo, y aquello que se le otorga por tal concepto. jue [a misma direccién, al considerar a la justicia como virtud general el filésofo moderno Leibniz. Justo, segin él, es lo que partici- Pa en igual me y de la bondad. Esta ultima tiene por objeto alcanzar el mayor bien posible mientras que aquella, i!umi- na el camino para llegar a ci. “La sabiduria, escribié Leiby rente al entendimiento y la bondad a la voluntad, en tanto que la justi- cia fo es a ambos" +. El derecho no puede ser injusto, esto implicari una grave contradiccién, aunque la ley si puede contener injusticias. EI jusnaturalismo antiguo, el cristiano, y el moderno representa- do por Leibniz, cuya concepcién sobre Ia justicia hemos referido ante- riormente, identifican derecho y justicia, con lo que incurren en un gra- ve error al excluir del campo del derecho lo antijuridico como si fue- ra extrajuridico, EI historicismo juridico y el positivismo, que representan dos co- trientes de pensamiento opuestas al jusnaturalismo, identifican también la justicia con el derecho pero sobre otros fundamentos. El valor juri- dico, segin el historicismo, expresa el espiritu de un pueblo y se tra Guce mediante los mandatos de la autoridad. Por su parte, el positi- vismo, niega toda justicia trascendente con Ie premisa que no hay otra que la establecida por Ia ley. El idealismo hegeliano identifica la justicia con el derecho al di- vinizar la realidad, En el prefacio de su “Filosofia del Derecho”. Hegel proclama que “lo que es real es racional y Io que racional es real” 1, TT. Ig: a, 10 De Soro. en wu Trotedo de lo Justo y al Derecho expietar "Siendo la wetted ds fa justo halloble por 20 naturel en lar cots mamas, quien page fe geal eo dee bide con mola ifecion y fn, hace certamenie obra justo a’ dar a ie ws detec congue no eh jst es del, "virwoso, porque po cba come! et menestr " 12, Gone’ Witheim telbnie Tres’ Eaayor, Z| Oarache yo. Equldod, ta Jute, La Sabidune. CGniro de Esalos Flectcor, Universidad Nocona! Avérome de: Marc, pag It 13, Ear Glndod. Buenes Airs, pg. 3 306 Iyrropucci6n 4 La Cipnei pet. Dereciro = _Inmonuceréw 4 ta Cteneta pet Derecho El formalismo representado por Stammler, considera Ia justicia como una idea, esto es, como una nocién abstracta de todos los hechos posibles de la vida humana. “La nocién de lo justo entrafia una unidad de ordenacién de nuestros pensamientos. “Justo” equivale a lo ordena- do unitariamente. Lo opuesto es el caos y la confusion del espiritu”” Gracias a esta idea que es la justicia, segin Stammler, ordena- mos la materia juridica, en una armonia absoluta, que puede denominar- se la “comunidad pura” que consiste en el enlace de fines y no en un criterio meramente subjetivo de validez. Segiin Radbruch, el valor juridico, “la idea del derecho, no pue- de ser otra que la justicia”. La justicia puede ser entendida como obe- diencia a la ley (juez) © como ideal del derecho (legislador), cuya esen- cia es la igualdad que es una “idea formal”, puesto que no precisa quiénes son los iguales y los desiguales, y que, por tanto, debe com- plementarse con la “adecuacién al fin” (los valores morales dan lugar a ‘res tipos de sistemas: Individualistas, supra-indi nnalfstas) y con la seguridad que da al derecho fuerza para imponerse. La posicién de Kelsen frente a la justicia como valor absoluto es negativa, El contenido de la justicia no puede ser determinado por la Teoria del Derecho a partir de datos empiricos, puesto que se la con- cibe como idea platénica —més alld de la realidad— o como la cosa en si, mas alla de los fenémenos. Tal justicia, en opinion de Kelsen, es inaprehensible por el co- Nocimionto racional y todo intento en este sentiy conduce a formulas vacias de contenido, 0 a la “‘logificacion de un objeto" en si extraldgi- co’, Ademas, segtin el autor de la Teoria Pura del Derecho, una jus~ ticia esi, haria que el Derecho positivo fuera del todo superfiuo. “Ante la presencia de un orden social absolutamente bueno, resultante de la Naturaleza, de la razén 0 de la voluntad divina, la actividad del legis- lador estatal seria la insensata teniativa de una iluminacién artificial a Ja luz solar” #, La Justicia, segdn Del Vecchio, puede ser considerada desde dos puntos de vista: ldgico ef uno, y deontolégico 6! otro. La nocién ldgica de justicia es una categoria formal que por tal raz6n tiene ta posibilidad de abarcar “todos los posibles casos de la experiencia juridica, quedando, sin embargo, una e inmutable (adiéfo- ra) frente 2 su miltiple y mudable contenido” ho it pig. 209. ro del Deyecho, cit, pg, 41. Ver esimisme lo breve bro de Kelten fruloda "eOue ex lo Justia? 16 Ie 17. Dei Vecchio, Lo Wats, ht, pba, 94 Los Fives ¥ 10s Vatorss pet Denecro 307 Conjuntamente con esta nocién formal, fundada en el reconoci- miento de otros sujetos, surge una exigencia y un criterio ideal de jus- ticla “que no se satisface con cualquiera retacién intersubjetiva, fun- dada en un reconocimiento parcial, defectuoso 0 equivocado, es decir, sujeto a derivaciones 0 equivocaciones empiricas y contingentes, sino que impone el reconocimiento igual y perfecto, segiin la razén pura, de Ja cualidad de persona, en si como en todos los dem: las posibles interferencias entre otros sujetos. La justicia, en su supre- ma expresién, quiere que cada sujeto sea reconocido y considerado por los demés como principio absoluto de sus propios actos; los que, por tanto, deben atribuirseles en sus determinaciones suprasensibles y to- das las consecuencias que de ellos se deriven en el orden de ios fend- menos” #8, 2—LA JUSTIGIA COMO VIRTUD, COMO CONCEPTO Y COMO IDEAL La elaboracién histérica de la nocién de justicia revela que és- ta ha sido concebida como una virtud, como un concepto légico y co- mo un ideal. La justicia como virtud —suprema y ordenadora de las otras— equivale 2 un habito, voluntad constante del hombre justo, de recono- cer y otorgar a otto lo suyo. Como concepto Iégico es una relacién fundada en la igualdad, en la proporcionalidad, Como ideal representa esa permanente aspiracion humana hacia el reconocimiento pleno del valor de la persona. La virtud de la justicia es una disposicién de la voluntad que le Neva a reconocer el derecho de los demas hombres. La referida virtud rene todos los elementos intrinsecos de las otras, pero se diferencia de ellas por sus notas propias en las que, Precisamente, radica su superioridad. Es justo el hombre que por libre determinacion se dirige perpe- tua y constantemente a respetar y a dar a los otros lo suyo; a realizar el bien que le impone la virtud de ta justicia, Pero mientras las otras virtudes tienen como término al propio sujeto que las realiza, la justicia encierra una nota que la diferencia de elles; su sentido social, se dirige a otra persona. Por esta razén abarca otras virtudes: el respeto, Ia gratitud, la veracidad, la liberalidad, la afabilidad. E! hombre respetuoso, el grato, el veraz, el liberal, el afa- 1a td, pg. Ton, 308 Inrropucciy a La Ciencia pet. Derzcno blo, que da a los otros lo que les corresponde —respeto, gratitud, fran- queza, ayuda, gentileza— es un hombre justo. EI concepto légico de justicia expresa una relacin porque im- plica la existencia de dos sujetos. No puede pensarse en un acto justo sin tener en cuenta un sujeto que Io realiza y otto que lo recibe. Este concepto relacionante exige que cada sujeto admita la exis- tencia de los otros. Cualquiera que sea el origen que se quiera atri- buir a ese conocimiento —empirico 0 racional— existe un dato prima- rio que es la “alteralidad” por el cual “el sujeto se opone objetivamen- te a los demés y se reconoce como perteneciente a un orden de rela- ciones con los otros, 0 si nos es licito expresarnos asi —apunta Del Vecchio— hay una conciencia de si en forma objetiva, por la cual la subjetividad se proyecta en una coordinacién” ". Esta “‘posicién objetiva de la subjetividad” que es “coordinacién Intersubjetiva” vista desde el otfo Angulo de la relacién gnoseolégica, constituye el fundamento det concepto de la justicia cuyas notas son alteridad 0 bilateralidad, reciprocidad, e intercambio™, Alteridad 0 bilateralidad se traduce por reconocimiento de otra Persona como tal, a la que corresponde algo en calidad de suyo. Mas que enfrentamiento simultaneo de dos sujetos, la alteridad supone la Veloracién mutua de su dignidad Llamase reciprocidad a la limitacién de la conducta de un hom- bre frente a otto, que nace de la afirmacién y de la negacién que tle- va implicitas la nocién de persona que se funda 2 la vez en un auto- conocimiento y en el conocimiento de los otros. De alli deriva el “‘inter- cambio” que quiere decir que “todo acto realizado por alguno frente a otro, lleva consigo la virlual autorizacién a un acto andlogo entre ios mismos sujetos que en hipétesis hayan invertido sus partes” No parece que la "‘remuneracién”, reconocimiento de lo que ca- da sujeto “vale” de modo singular, sea un elemento ldgico o racional de Ia justicia. El ordenamiento juridico no considera la esencia huma- na en si misma sino las diversas situaciones del hombre comprendidas dentro de les normas. Lo que el sujeto tiene de individual, de "inefable” corresponde a la estimativa, El predicado comin de todas las notas mencionadas antes es, sin duda, la igualdad. Las relaciones intersubjetivas, fundadas en el mu- tuo reconocimiento de las personas, limitadas por la esfera de atribu- 1% ete ob ot, oo. 71 20, Wd BN Pon 7a Los Fines ¥ Los Vatores pet. Dereco 309 cién de cada una de ellas y sujetas a intercambio, pueden lamarse jus- ticia, sélo cuando se basan en la igualdad, como lo vio Aristétetes La idea de igualdad —que supone trato igual para los iguales y trato desigual para los desiguales— es simplemente formal. Deja sin con- testar —como sefiala Radbruch— dos preguntas; primera: a quién de- be considerarse igual y a quién desigual; y segunda: cémo han de ser tratados los iguales y ios desiguales *. Este cardcter abstracto y formal de la igualdad, que proclama to- da ley dentro de la generalidad de su férmula, constituye, a la vez, la raiz de la dignidad y de la imperfeccién de la justicia, que se supera con la equidad. Pero la justicia es todo esto y algo més: un ideal inspirador del derecho. Este ideal nace de uno de los mas hondos e innegables sen- timientos humanos —el sentimiento de justicia, que encierra un an- helo permanente de superacién. Ese mismo ideal es para el jurista un empefio constante para dar a la justicia un contenido cada vez més logrado. Si esas son las raices del “ideal de justicla” cabe interrogarse por su finalidad, Esta no puede ser otra que el reconocimiento de la persona humana como el valor més alto de la existencia, Los progresos de la justicia, si es posible hablar de ellos, tie- nen como propésito realizar ese valor, que significa la afirmacién de la dignidad del hombre y de su libertad. Para que los demés logren una vida que pueda llamarse huma- na, la justicia busca con afén incesante airibuirles y otorgarles todo lo que es “suyo” superando egoismos e intereses. De aqui el por qué de su naturaleza dramatica y de la eterna lucha por la justicia®, La visién del ideal de justicia no es, sin embargo, Ia misma en todos ios pueblos ni en iodas las épocas, Est4 sujeta a mutaciones, Estrechez y angostura de! sentido del valor ha llamado Hartmann a es- te fenémeno. “El proceso de! descubrimiento primario de los valores no transcurre de manera uniforme, ha escrito. En ocasiones procede bruscamente, a saltos, como el memorable hallazgo de! peculiar valor del “amor” debido @ Jess. Los héroes del espiritu, profetas, fundado- res de religiones evan a cabo tales descubrimientos que en ocasiones logran subyugar a las masas. Sin duda sélo tiene fuerza decisiva aque- Bi Rodbrudh, nvoduetién pg, 34 25, “El derecho no es mero pentomiote, sino fuera viviene, For eto lleva Io jsfde en une mano fe bolonca, con le! que ese al derecho, en lg’ otta ln expado, ton ix que oman Tone. ta. espoda sin to. bolanse ex violencia bro, a bolonse tin to sped or le. impo tenia del devecho", 2 V, ihering, La cha por e| Derecho, Ed. Cajien, Nénice, Line, Buches ‘ies, pia, 45. 310 Iwrropucci6n 4 La Ciencia pet Dertciio lo que esta en “hora de sazén”, lo que ya oscuramente palpitaba en el multitudinario sentimiento del valor”. ““Ni todo tiempo esté maduro pa- ra los sustentadores de ideas, ni éstos encuentran siempre resonancia; yn puede ser que permanezcan incomprendidos y mueran solitarios aun cuando hayan vislumbrado valores por primera ve2" Max Scheler llama a ese fenémeno “variaciones del ethos”, es- to es, “del percibir sentimental (por consiguiente del “conocer”) de los mismos valores, asi como de la estructura de preterir valores y del ‘amar y ol odiar”’ ® que ha originado verdaderas perversiones, como aque- Mla que é1 mismo ha analizado con tanta sutileza, sobre la falsificacion de los valores por el resentimiento*, Se equivocun, pues, quienes confunden Ia justicia ideal, con los diversos ideales de justicia, sujetos a las mutaciones del juicio moral, Pero que tienen como meta la realizacién de aquella. 3.— LA JUSTICIA Y LOS OTROS VALORES DEL DERECHO La justicia es el supremo valor del derecho y por tal razén no constituye un fin propiamente tal de éste a la manera del bien comin © de Ia seguridad. ‘A menudo se confunden los valores con los fines, pero entre ellos existen diferencias. Los valores son cualidades, jamas se llega a ellos, y “fuentes de sentido” para la existencia humana a la que ofrecen so- lo un futuro indeterminado. Los, fines son puntos de llegada, pueden ser realizados, superados o abandonados, originando, de ese modo, un estado 0 una situacién determinables en el tiempo. La justicia, como valor, reune los mismos caracteres que los otros valores morales, en cuanto a su depositario, al sustracto del valor mis- mo y al beneficiario. Las. valores morales tienen como depositario a una persona, no asi los valores de lo agradable o lo util, por ejemplo, que radican en las cosas, ni los vitales que pertenecen a los seres vivos y los estéti- cos a los objetos. EI sustracto se halla en la conducta que se dirige hacia otra persona o comunidad de personas que constituyen su término. Pero ademas de estas notas, la justicia encierra otra: su caréc- ter social. Sélo tienen sentido para el individuo como miembro de una comunidad *, 2A Gh. por A. Rubi 25. ica ch. Tomo Rubio. Lo filoseia de los Valores y el Derecho, cit. pig. 103, Po. 76. 27. Mox Scheler, EL rtontimianto en la motel, Tadvecién del clemén por José Caos, Revita de Los Fines ¥ Los Varones pet, Deneciio a Ei cumplimionto do los valores sociales se halla sujeto a dos condiciones: ia primera se tefiere a eu realizeclén que 6s posible sélo dentro de 2 comunidad, y la segunda que tal comunidad de personae se halle sometida a! mismo sistema de valores. Si existiera s6!o un hon bre, no tendria sentido la justicia como tampoco irente @ quien es cle- go para los valores. Los vaiores sociales son singulares si puede llevarios a cabo el individuo por sf mismo, y colectives cuando requieren una comunidad, ya porque ai individuo le falta el poder nscesario {justicia) ya porque s6l0 valen para una comunidad (orden) =, ‘Aparte de estas connotaciones légicas de! valor Justicia, que no llegan a su esencia, es necesario el andlisis de su estructura. Es evidente que la justicia ofrece una forma y un contenido. Le delerminacién formal de la justicia est& dada por la igualacién que por cierto, “no basta como idea orientadora det derecho: requiere ta con- sideracién de la esencia exiética dei hombre” ®. El contenido de la Justicia se funda en lo “suyo” (en el suum de los elasicos) que debemos reconocar y otorgar a ios demas homb: y que les corresponde porque son fales, porque vetinen los atributos que les perlenecen como personas. 1a justicie consiste, pues, en reconacer a los demés como personas, llamadas a realizar su propio destino, pa~ ra lo cual tienen derecho @ aqueilo que es lo suyo, cue debe series re- ‘conocido por los otros. De aqui se desprende que Ia justicia es un valor societ que tie- ne su raiz en la persone, que es superior a ja sociedad, la Nacion, al Estado, Liega a la sociedad por comunicacién, pero su mundo espi- ritual “escapa a la sociedad y no puede ser determinade por ella". Ese mundo espiritual es ei reino de la soledad; la esencia o: nal @ indudable de cada hombre, 2 la que se ha reierido Del Vecchio y describe con hondura Berdieett, que s6lo puede deavolarse median- te por le comunién det yo con el td. ‘Algunos treladistas, sostienen que la justicia no es ef inico va- lor del derecho. Al lado de ella admiten otrcs valores 0 sefialan coma tales, objetos ideales (relaciones) que no rednen las notas de aqueilcs, Le taba de velores propuesta por la “Teoria Egolégica”, llamada “plexo axiolégico” de! derecho, seguin ella, se integra ademas de la jus- 2B A Miller, tmoduccién a lo Filosofia, Vraduccién del olomn por Jost Goas, Revita oe Gcciderte, Modi, pag. 1. 29. Nee pa. 169 20. Ulombis Ge Aoowie, Entice y Apotties Se) Datecho ot, 969. 155, Bt Niealés Boriciel: Ghco Medlistiones sabre la Exiwanca, Solsaod, seeded, Conund, £4) Tora! Aurore Bueno: Alves, p20) 312 Inrropucciéy 4 La Ciencia pet Denectto INNA ES Cta cds Den Dawn ticia por “el orden, que recae sobre el plan de vida contenido en Ja coe- xistencia y es su valor, siendo la anarquia su desvalor. La seguridad, que recae sobre la coexistencia en cuanto circunstancia y es su valor, siendo la inseguridad como peso de la fuerza bruta su desvalor. El po- der, que recae sobre la jerarquia contenida en la coexistencia y es su valor, siendo la impotencia su desvalor. La paz, que recae sobre la coexistencia en cuanto unién y es su valor, siendo la discordia su des- valor. La cooperacién que’ recae sobre la autonomia personal conteni- da en la coexistencia y es su valor, siendo la masificacién desvalor. La solidaridad, que recae sobre la coexistencia en cuanto suerte en comin y es Su valor, slendo el aislamiento su desvalor” ®. La justicia aparece dentro de este “plexo axiolégico” como va- lor central e irradiante. Cabe, sin embargo, observar que el orden en si mismo no es tun valor, ni menos atin un valor juridico, sino um estado que deriva de la observancia de otros valores. La seguridad, como se expuso antes, es, no un valor, sino uno de los fines del derecho. El poder significa tuna forma de eccién que sdlo puede justificarse en otros valores. La ‘cooperacion y la solidaridad son en si mismas modos de vida social. Sélo quedaria la paz, que es valor tributario de la justicla Cuaiquier que sea la extensién que se quiera dar a una escala de valores en los cuales deba inspirarse el derecho, la justicia ocupa lugar principal, y su presencia —aun en el caso en que sea negada u oprimida— es para 61 necesaria e imprescindib‘e. La concordia y la prudencia, a las que se ha pretendido atribuir el caracter de valores juridicos, pertenecen al ambito de la moral y guar- dan con el derecho las relaciones que existen entre ambos modos de regulacién de la conducta. 4— CLASES DE JUSTICIA La justicia reviste varias formas, Aristoteles en la “Etica Nico- maquea” comienza con su distincién entre la justictia general o en sentido ampli y la justicia particular o en sentido estricto. La primera, es algo mas que una virtud: el conjunto de todas las virludes, la virtud que se refiere al bien y a la conveniencia de los demés. La justicia en sentido estricto comprende sélo las relaciones con los otros; su observancia deriva de la exigencia de mantener el orden ‘en la sociedad. 32, Catlet Coste. Teoria-de la Verdad Jdica, Eltoriol Lorede, §. A, Bvenor Ales, pg. 84. Los Fives y 10s Vanores per DeRECHO 313, La justicia particular es de varias especies; las principales se do- nominan justicia distributiva y justicia correctiva 0 equiparadora. La justicia distributiva es la debida por la comunidad a sus miembros, y consiste en la reparticién de las cargas y de los benefi- cios sociales entre los individuos que integran la sociedad en atoncién a sus méritos. En la justicia distributiva, se trata de una igualdad de propor- cionalidad. A personas de méritos desiguales no se les puede recono- cer bienes iguales. La desigualdad de los méritos se compensa con la desigualdad del valor de las cosas. Esta re'acién fue definida por Aris- ételes como “proporcién geométrica”, que consta de cuatro términos: los méritos y las cosas. La justicia correctiva 0 equiparadora (diértica 0 sinalagmatica) tiene por objeto que un individuo dé a otro sy derecho estricto, ob- servando una perfecta igualdad —proporcién aritmética— entre Io de- bido y lo que se da. Esta justicia no tiene en cuenta las personas si- no las cosas; es objetiva, no subjetiva. La justicia equiparadora rige tas relaciones contractuales (equi- valencia entre el bien que se dé en venta y el precio que se recibe por él) y se le llama conmutativa; y es, asimismo, la inspiradora del juez para resolver os titigios tanto civiles como penales por cuya razon se denomina judicial. Arist6te'es distingue otras formas de justicia: legal, si procede de ia ley natural y es independiente de la voluntad del hombre; par- ticular si corresponde a las peculiaridades de una ciudad determinada, y comin, aplicable a todos los pueblos; escrita y no escrita; y en cuan- to a sus aplicaciones: politica, que pertenece al Estado; heril, si gobier- na las relaciones entre amos y siervos; patria que regula los derechos y deberes de padres e hijos; y doméstica que atafie a los vinculos en- tre matido y mujer. Santo Tomas de Aquino, supera el esquema Aristotélico introdu- ciendo una nueva forma de justicia, llamada justicia legal. “La justicia, expres6, tiene por objeto regular nuestras relacio- nes con otro y esto de dos maneras: con otro considerado individua’- mente y con otro considerado socialmente, en cuanto servidor de una sociedad y, por lo mismo, de todos los hombres que forman parte ce ella”®. La primera es Ia Justicia particular que se realiza a través de sus dos especies clésicas: conmutativas “que tiene por objeto ei intercam- 35, Some bgica 2 2,4, $8, on, 8 ENCIA EL DERECHO 3t4 Iyrropucci6n A LA bio © mutuo entre las personas” y distributiva que rige “la relacién del todo con sus partes, a la cual corresponde la de la sociedad con cada uno de sus miembros” *, La Justicia legal es la que debe el hombre a la comunidad y su objeto es la realizacién del bien comdn. Es superior a las antedichas formas de la justicia particular, porque el bien comin, el bien del to- do, es superior al bien de las partes. EI derecho privado se basa, principalmente, en los principios de la justicia conmutativa, mientras el derecho piblico, se inspira en los Preceptos de la justicia distributiva y de la justicia legal. En el primer ‘campo predomina la coordinacién como sistema, en el segundo, la su- bordinacién. Mientras en aqué! se proclama como maximo valor la i= bertad del individuo, en éste se reconoce la prelacién del orden so- bre aquella. Gracias @ Ia justicia social puede superarse esa antinomia en- tre 1a negacién de la sociabilidad, por un lado, y la nagacién de la li- bertad, por otro. El hombre no es un “individu” aislado sino que posee esa ‘mensién primaria de sociabilidad que lo caracteriza como persona. La sociedad tampoco es un todo absorbente que aniquila a sus integrantes, porque como muy bien lo ha dicho A. B. Vinet, “la socie- dad no es todo el hombre, sino solamente todos los hombres" ©, La justicia social significa el reconocimiento del hombre en su més alta y plena dignidad, es decir, en su calidad de persona, No sélo como titular de un derecho para exigir equivalencia de bienes y pres- taciones —que significan muy poco para el que siendo persona, debido a circunstancias de indigencia 0 pauperismo, poco puede dar—; ni pa~ ra recibir beneficios y soportar cargas desiguales entre desiguales; si- fo para que se le dé lo “suyo”, esto es, lo que requiere para una vida digna, de acuerdo con su esencia espiritual y su vocacién trascendente. 5.—LA JUSTICIA SOCIAL Aun en el campo teérico, la polémica sobre la justicia social ha revestido en nuestra época dimensién extraordinaria. Algunos socié- logos y juristas, identifican Ia justicia social con la legal (Rutten); otros con la justicia distributiva (Faidherbe, Getino), con la legal y la distri butiva a la vez (Pesch). Para Messner, regula las relaciones de los gru- os sociales entre si y de los individuos como miembros de ellos. Fi- 3a id @ 6, of, 1 35, Ci, Ber Berdaitl, ob, ch pig 201 Los Fines ¥ tos Vatozes pet DeREcHo 315 nalmente, existe una tendencia que considera que la justicia social sig- nifica el reconocimiento de los derechos naturales del hombre. Quienes niegan la autonomia de la justicia social razonan, con Vermeersch, de este modo: ‘La justicia proplamente dicha es una vir- tud que da a cada cual su derecho (lo que es debido). Luego habré tan- tas especies de justicia propiamente dicha, cuantas son las especies de derechos que se deban a otro. Ahora bien, hay tres especies de dere- chos, a saber: el que deben los miembros a la comunidad, el que de- be la comunidad a los miembros y el que se deben las personas priva- das unas a otras. Luego hay tres virtudes distintas que constituyen tres especies de justicia propiamente dicha. Estas tres especies de justicia son la legal, la distributiva y la conmutativa. Por fin, estas tres espe- cles son uiltimas, es decir, no admiten otra subdivisién. Porque no hay mAs persona que los Individuos y la comunidad, ni cabe discurrir otro cuarto orden de relacién entre las personas, consideradas simplemente bajo el concepto de tales” ®. Segun esta argumentacién, la justicia social queda subsumida dentro de la justicia legal. Se niega la diferencia entre ambas, a base de una inexacta concepcién de la justicia social, y porque se limita el distingo tan s6lo a los caracteres externos que se attibuyen a esta Gt tima. Quienes se obstinan en impugnar la autonomia de la justicia so- cial —muchos de ellos por temor a la palabra socialiste—® la con: deran como la simple reparticién de la riqueza superflua entre los Ind gentes y sofialan que dicha clase es su sujeto activo, los poseedores su sujeto pasivo, las cosas superfiuas su objeto material y el derecho de los desposeidos su objeto formal. Pero las notas citadas no constituyen las caracteristicas de la justicia social y, por tanto, no son los elementos que Ia diferencian de las otras formas de justicia. La justicia social persigue que cada hombre, como ser social, reconozca al otro lo que le es debido como persona. Mientras la jus- ticia legal nos obliga hacia la sociedad para alcanzar el bien comin, la justicia social mira més lejos y mas profundamente: como seres so- ciales que ‘somos, estamos obligados hacia los otros hombres en cuan- to son personas. Va, de ese modo, mas alld del bien comin, para lle- Be Precide Heménder, tacsiones pg. 227. SE SSH Nel"emplea en le Encciza “Gvodrogesine Anna" ocho veces le expresiin usa SiceiY 33. Joan SR examine en la Encidlio, “Water t Moga” of fendrmeno. de a weekcdn “anna. come” un ‘prosresive mullipicrse "de las elocones de convivencs, Gan Givortos Tomes’ de van y de ectnided osocada, y come inaiuconalizeién furidica 316 TRoDUCCION A LA Ciencia pet Derecrio gar a su fundamento que es el ser humano. “Semejante al sol, ha dicho de ella Santo Tomas, que siendo una realidad distinta de los otros se- res, tiene respecto a ellos el rol de una causa universal al envolverios en su luz y al transformarlos por su calor, la Justicia social tiene como fin promover al bien comin actos de todas las demés virtudes. .."*35, La Justicia social no sélo obliga @ los poseedores de Ia riqueza sino como dice “Quadragesimo Anno” sino que prohibe que una clase excluya a las otras, en la patticipacién de los beneticios”, y, por la misma raz6n, su sujeto pasivo no es sélo un grupo, sino muchos. Si ta'es son la modalidad y los sujetos de {a justicia social, que- da por precisar su objeto, Este no es otro que lo “'suyo” que correspon- de a todo hombre por ser persona. No fo que ha adquirido, no lo que podré adquirir, sino lo que le es necesario dada su condicién de hom- bre, Cabe repetir aqui la advertencia de Santo Tomés” cuando recuerda estas palabras de San Ambrosio: “De los hambrientos es el pan que td retienes; de los desnudos la ropa que ti guardas; y redencién y libera- clén de los desgraciados, el dinero que atesoras’ ‘Como afirma Messner la justicia social es, en sentido amplio, el conjunto de deberes juridico-naturales (no juridico positivos) hacia el bien comdn, y en sentido estricto, regula la relacién de los grupos so- ciales” *, La nocién de justicia social esté profundamente vinculada al pro- greso del derecho y es, sin duda, uno de los criterios inspiradores de la tendencia a su mas cabal humanizacién. De ese modo, la justicia social, segin Lufio Pefia, como sintesis de la legal y Ia distributiva, es causa do integracién social, fundamento del bien comin y garantia suprema de la paz. 38, Gi. per PG. C. Raton, O, P. te doting social de la Iglesia, Edorcl Splendor. Sanfiogs se Chile, 1999, pia, 95, 39, Ob. ch, pa. 135,

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