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UNA ARQUITECTURA ORGANICA poem. PRIMERA VELADA 1, AGRADECERLE a nuestro Presidente su célida bienvenida, observo que “nosotros los britinicos” hacemos las cosas con una seriedad tan impo- nente que ya me parece, estando aqui, que deberia estar preparado para brin- dar una conferencia formal y estudiada, Sin embargo, al no saber qué es tuna conferencia formal, por no haber asistido nunca a tna, no sé bien cémo podré brindarla, También creo necesario confesarles desde un comienzo, que traigo el informe de una minoria: una Declaracién de la Independencia informal. Gran Bretafia recibio una de nosotros, el 4 de julio de 1776, una Declaracién de la Independencia que se referia a los impuestos; sta se refiere al espiritu. gEntonces yo también soy un rebelde? Si. Pero s6lo un rebelde en eb sentido de alguien que ha estado poniendo en prictica en su trabajo, dia a dia, durante toda una vida (zo acaso més?), lo que eree cierto. Briténico yo también —mi padre era de Yorkshire, mi madre de Carnarvon—, el estino me llevé a las praderas del Medio Oeste de los Estados Unidos de Norteamérica —llamémoslos Usonia— y ahi creci entre los pastos y aprendi lindole los méritos debidos al gran maestro, Louis Sullivan. Marchabamos bastante bien en los Estados Unidos, avanzando hacia la expresién de nosotros mismos como pueblo con arquitectura propia, cuando, intad de Ia suerte, tuvimos nuestra primera Exposicion Mundial, la Exposicién Mundial de 1893. Y ahi, por primera ver, los Estados Unidos vieron a Ia arquitectura como una gran orquestacién, y sc enamoraron de ella, sin meditar acerca de su naturaleza, sin saber que les Uegaba sobre pa- pel de calcar, desde libros secos, o que como “tradicional” se cruzaba con las fibras de nuestro propio esiuerzo indigena integral. En esa época teniamos muchos arquitectos demasiado bien educados —cuyos nombres conocen ustedes, que estén familiarizados con la arquitectura—, y les result6 muy sencillo, por ser todos eruditos, al encontrar la arquitestura prep venderla en gran escala, muy convenientemente, al pueblo norteamer De ahi en adelante, Ia arquitectura se convirtié en un gran negocio en las viejas formas del delirio de grandezas, cuando los mismos arquitectos —to- dos ellos eruditos— se convirtieron en activos comerciantes. Nuestros gran des” arquitectos eran, cosa que entonces no se sabia, “socios disefiadores”, ‘entre bambalinas. La mayoria de las firmas arquitecténicas estaban com. puestas por varios hombres, . “arquitectos”. Habia un socio “diseiiador” 192 Frank Loyd Wright que diseitaba los odificios, habia un hombre que resultsba ser ingenicro y conseguia obtener en alguna forma los edificios imitados —cosas malditas— construidos con la ayuda de un contratista: el maldito. Y ademas habia un encargado de ventas: el que conseguia trabajos. Creo que fue nuestro gran arquitecto Henry Richardson quien dijo que “el primer principio de la ar- quitectura es conseguir un trabajo”. Por lo tanto, casi toda la arquitectura de nuestra Usonia, después del desastre de la Exposicién Mundial de 1893, fue un negocio de esa categoria. Por mi parte, nunca pude ver que esa arquitectura preparada obtuviese algin gran resultado o tuviese alguna relacién con nuestra vida, tal como ésta era vivida. Estaba seguro, aiin entonces, de que la verdadera arquitec- tura surgia del suelo y que en alguna forma el terreno, las condiciones industriales nativas, In naturaleza de los materiales y el objetivo del editicio, debian determinar inevitablemente la forma y el cardcter de cualquier buena construccién. Por lo tanto, toda esta gran aglomeracién en la escena, me amargaba. Louis Sullivan, mi viejo maestro, junto a quien yo habia estado ereciendo, ya habia manifestado su pensamiento independiente y Ja atencién de su pueblo, pero esta ola “post-er ” que ahora era un “ismo”, barrié todo y nos sumergié a todos. Pasaron afios y aifos antes que empezésemos a emerger de la resaca de esa marca. Mientras tanto, manteniéndome como podia, poco a poco, paso @ paso, aio a aifo, una ‘dea completamente nueva de la edifieacién se apoderé de mi. La llamo nue- ‘va, pero esa idea data de por lo menos quinientos aiios antes de Jestis. Aun- que entonces no lo sabia, el principio que ahora esta en el centro de nuestro ‘movimiento moderno habia sido expuesta en aquella temprana época por el fil6sofo chino Lao Tsé. El primer edificio que construt conscientemente, co- ‘mo una contribucién honesta de mi parte a la expresion de esta “nueva” idea en la construccién, fue el Unity Temple, Oak Park, 1904. 2Cual es esa nueva idea de la edificacién? Bien, he venido aqui hasta ustedes, con la esperanza de mostrarles algo que haga mas facil aclarar en ‘sus mentes esta idea de la arquitectura moderna. A raiz de este temprano trabajo, un nuevo semblante aparecié en las praderas del Medio Oeste: el semblante poco conocido del principio. El semblante no tardé en viajar al extranjero gracias a Alemania y Holanda, pero el principio parece haber permanecido casi por completo en su lugar de origen. Ustedes conocen ese semblante, tal como aparecié en varias Exposiciones Mundiales posteriores, empezando por la de Paris, Y en muchos otros edificios, podran ver en todos los paises apariencias Iamadas modernistas. Pero creo que el principio todavia ha sido poco comprendido, o nada practicado. Por lo tanto en estas conversaciones trataré de exponer lo més claramente posible la linea funda- ‘mental que animaba —originariamento— a este ideal, para que Ia arquiteo- tura orgénica pueda mantenerse firme frente a esta ola que ahora es mun- dial, de imitacién de ella misma, Lamentablemente siento que este gran ‘deal que, hace tanto tiempo, en mi juventud, llegué a admirar y practicar diligentemente, ha sido traicionado. Traicionado sin mala intencién, pero El Futuro de la Arguitectura 193 de todos modos traicionado por quienes querfan ser sus partidarios y caye- ron en st imitacién sin comprenderlo. La arquitectara de Usonia ha, importado siempre a nuestro pais las formas tradicionales de ustedes. Eh primer y primordial lugar tenfamos (siempre) la vieja tradicién Colonial Inglesa, como obsticulo; esa tradicién que fue responsable de la vida cultural que conociamos. Entonces tenfamos que luchar contra la tradicién Colonial, y todavia tenemos que enfrentarla porque hasta ahora muchos de nuestros edificios privados, y la mayoria de los piblicos, tratan de expresar esa antigua tradicién que tuvieron ustedes cn Inglaterra. Y cuando vengo a visitarlos a Londres, como lo hago ahora, veo que tienen entre ustedes los originales de casi todo lo que el hombre ha hhecho sobre nuestra tierra. Pero naturalmente, debemos admitirlo, tampoco fue original entre ustedes ino es cierto? En la época que ustedes lo adopta- on también era un eclecticismo, elegido en Francia, segin creo. zNuestro Colonial fue su Georgiano? ZY el Georgiano de ustedes fue el Francés, pro- cedente de Florencia, Italia? Esta arquitectura ‘talo-franco-inglesa es la que ahora est ampliamente reproducida en Norteamérica. En estos mismos dias el gobierno esté construyendo casas tipo Capecod en Ins praderas del Medio Oeste, En Kansas, los Dakotas, y Nebraska se pueden ver estas pe- usin eas “Colonales” eificadas recientemente por nucsto goblere, sin preocuparse, segsin parece, por In naturaleza ni por la naturaleza de frquitectura o del buen sentido; edificadas en nombre de mejoras de *v vienda”. Si queremos vivir nuestras propias vidas, debemos ser leales zpero leales ‘2 qué? Aparentemente, en esta cuestién de Ia arquitectura, leales al final decadente de una cultura que legé a nuestras playas ya degenerada, sin hhaber tenido nunca nada mejor que un discutible gusto, y con poco o ningtn conocimiento; sin sentido del todo, sin nada de la verdadera integridad del concepto o la estructura, por medio de la cual una nueva nacién puede seguir creciendo segin su modo de vida, para establecer por si misma una cultura propia, en lugar de aceptar humildemente como moda a la senilidad. Esa vieja herencia “Colonial”, tal como la vemos a la luz de los tiempos modernos, resulté trégica, Por lo tanto, la Declaracién de Ia Independencia que les traigo hoy no es s6lo una negacién. Ea un repudio afirmativo de la validex de algo por ser Ia servilidad en esta tierra, y es Is afirmacién del derecho de la vida, a vivir, En Inglaterra, si les place, pueden continuar con las viejas formes tradicionales con Is que nos corrompieron. Estin rmuertas, pero aqui son més legitimas: son mis o menos de ustedes, pero no son nuestras. Declaro que ha legado la hora de que la arquitectura reconozca su propia naturaleza, que comprenda la verdad de que nace de la vida misma y por la vida tal como es vivida ahora, una cosa intensamente humana, Debe convertirse nuevamente en la més humana de todas las expre- siones de la naturaleza humana. La arquitectura debe ser una interpretacién— de-la-xida-humana que ahora conocemos, st nosotros mismos.que- n_individualidad ¥belleza,. 194 Frank Lloyd Wright Naturalmente lo “elésico” no afirmaba esto; ol ideal “clésico” no puede jar traslucir nada parecido. Lo “eldsico” era mis una méseara para la vida, que una expresién de la vida misma. zY cuanto mas era el seudo-clisi- co? Asi, la arquitectura moderna rechaza el eje mayor y el eje- menor dela rquitectura elisica. Rechaza todo delirio de grandezas, todo edifieio que se Jevante con los talones juntos al estilo militar, con los ojos al frente, con algo en la mano derecha y algo en la mano izquierda. La arquitectura ya favo- rece el refleo, la actitud sencilla y natural, Ia oculta simetria de la gracia y el ritmo afirmando la desenvoltura, Ia gracia y la naturalidad de la vida natural, Le arquitectura moderna —digamos ahora la arquitectura orgéni- ca— es una arquitectura natural, la arquitectura de Ta naturaleza, para la naturaleza.- Para volver por un instante al pensamiento central de la arquitectura orginica, digamos que fue Lao Tsé, quinientos aio sre ae Togas aie, segin lo-que yo sé, declars imera_ver_que latealidad.del edificio no consistia en laa cuatro pari o, sino que correspondia al espacio interior, el espacio-en.el que se_vivia. Esta idea es el reverso de todos los i “clisicos”"— de construccién. Si se acepta exe concepto de la edificacién, 1a arquitectura clisica cae muerta al suelo. Un concepto com- pletamente nuevo ha entrado en la mente del arquitecto y en Ia vida de su pueblo. Mi propio reconocimiento de ese concepto fue instintivos no econocia a Lao Tsé cuando empecé a constrair con l en mi mente. Lo descubri mucho més tarde. Una ver volvi del jardin donde habia estado trabajando y tomé un libro que me habia enviado el embajador japonés en Norteamérica, y en 61 encontré el concepto sobre la construceién que acabo de mencfonarles. Expresaba precisamente lo que estaba en mi mente y lo que yo mismo habia estado tratando de hacer con un edificio cn el que se vive”. ;Ahi estaba! Al principio me senti tent emocién; me habia creido algo asi como un profeta, y me habia sentido cargado con un gran mensaje que necesitaba la humanidad, para descubrir después de todo que no era sino “uno més”. El mensaje habia sido entregado al mundo miles de aiios atrés... 2Y bien? No podia exconder el libro ni ccultar el hecho. Durante algrin tiempo me senti como un globo pinchado. Pero entonces empeeé a ver que, después de todo, no idea de Lao Tsé; era un algo mis profundo que sobrevivia en el mundo, algo probablemente eterno, y por lo tanto universal, algo que habia per- sistido y persistiré eternamente. Entonces empecé a pensar que debia sentirme orgulloso de haber percibido algo tal como lo habia percibido Lao Tsé jy de haber tratado de construirlo! No tenia que estar desilusionado. +> Como yo lo descubri, también podran descubrir ustedes que ese con- cepto de la arquitectura que hoy vive camo moderno, es ante todo, orgiinizo. “Orginico” es la palabra que debemos aplicarle a ésta nueva arquitecture “Yaqui estoy Pees predicando Ta i arquitecrarsorganiea~ declarand larand “aque ls arquitectura organics eel Weal miodemno y a ensehanca tan neces EL Futuro de la Arguitectura 195 si queremos ver el conjunto de la vide, y servir ahora al conjunto de la vida, sin anteponer ninguna “tradicién” a la gran TRaDictOn. No exall guna forma fija sobre nosotros, sea pasada, presente o futu tando las sencillas leyes del sentido comin —o del super-sentido, si ustedes Jo prefieren— que determina la forma por medio de Ia naturaleza de los materiales, de la naturaleza del propésito tan bien entendido que un Banco no se paregerd a un templo griego, una universidad no se parecerd @ una catedral, mi un depésito de locomotoras se parcceré a un castillo francés ano les parece? {La forma ‘mentes, todo lo que significa sobre nuestra vida de lo que hemos dado en llamar las “57 va un craso error; que el clasicismo, y todo “ismo”, es una imposicién sobre la vida misma por medio de una educacién previa. Por eso me converti en rebelde en todo lo concerniente a Ia educacién, especialmente a la educacién del arquitecto. Creo que los arquitectos nacen. Dude mucho que puedsn hhacerse. Creo que si un arquitecto nace y tratan de hacerlo, lo arruinarén en la presente eoyuntura, porque no hay suficientes datos para adoctrinarlo y dejarlo vivir y trabajar. Si mnsefiarle, si van a decicle algo, ;qué es Jo que le dirim y quién le ensefiara? Qué tienen en sus universidades, aca- demias y eseuelas —por el momento—, para darle al joven arquitecto, que haya sido sacado verdaderamente de la vida en este sentido mas vilido y profundo, tal como él mismo debe ser? zQué experiencia tienen en las es cuelas de arquitectura que no sea algo sobre Ia vida, alguna teoria cated: ca o un molde estético de alguna clase? Lo que he dicho y lo que voy a decir sobre este concepto, significa inevitablemente el fin de la arquitectura y de todo arte como una estética de moda. Precisamente ése es nuestro pr dlema con el ito moderno. En lugar de tomar estos princi- pios, seguirlos carse a interpretar Ia vida de acuerdo a ellos, es sélo el nuevo semblante que se ve, y habiendo sido y siendo er por eelécticos, los jévenes arquitectos toman el nuevo semblante por seleccién y eleceién, diindonos asi (si tienen éxito), otro estilo, In variedad 58. Es lamentable, porque no resulta mejor que antes excepto por la novedad y una cierta simplicidad superficial que convierte a las superficies lisas 'y a los techos planos en una estética, En lo que respecta a la variedad 58, ustedes tienen algunos ejemplos frescos en Londres. Han sentido aqui su impacto, y creo que aunque alli estén algunos de los motivos y una cferta devocién al nuevo ideal, y por To tanto se debe elogiar el coraje y el sacrificio personal, al estar ausente el principio (es probable que por el momento solamente), los resultados sean desastrosos. Lo que le hacen a Londres es.. bien, quizés Londres lo me- rezca; jno lo sé! Hablando seriamente... volviendo a la naturaleza de esta cosa. q quiero defender, volviendo al informe de la minoria, la “Declaracién de Independencia”, podemos preguntar: zindependencia de qué? Bien, permi- 196 Frank Lloyd Wright |: Independencia de toda imposicién de afuera, de eual- ‘quier fuente que no esté en contacto con la vida; independencia del clasicis- ‘mo —muevo 0 viejo— y de toda devocién a los lamados “elisicos”; inde- pendencia de una nueva erucifixién de la vida por las normas comercializa- das o académicas y, més que eso, rechazo de cualquier imposicion sobre la vida; una declaracién de independencia no sélo en lo que se refiere al atraso cultural de nuestras propias tradiciones de “colonial antiguo”, sino también donde todavia se mantiene nuestro eclecticismo educacional. Decla- ro In resuelta independencia de toda estétien académica como tal, sin que interese el motivo, momento o lugar de su consagracién. Acostambrébamos a adivinar, a “intuir”, a predicar ya predecir, pero ahora sabemos algo. Aunque la afirmacién parezca extrafa, inoportuna y cegotista, sabemos. Ahora sabemos que podemos confiar en Ia vida en este sentido més profundo. Sabemos que la interpretacién de la vida es la verda- dera funcién del arquiteeto, porque sabemos que los eilficios estén hechos para la vida, para vivir en cllos, y para que se viva con felicidad, estin disefiados para contribuir a esa vida, alosria y belleza de vivir. Peto casual. ‘mente todas estas palabras —verdad, belleza, amor— han sido tan lament blemente prodigadas por nuestros agentes de publicidad de Usonia (supongo que lo mismo se puede decir de Inglaterra, porque a medida que viajo entre ustedes empiezo a ver que easi todo lo que tenemos y hacemos, se parece en alguna forma a una pequefia Inglaterra), que he evitado usar hasta este ‘momento estas nobles palabras por ser “sospechosas”. Si investigisem: seria y profundamente la préctica en Inglaterra, los encontrarfamos tar caulpables en estas cuestiones verbales no slo en forma muy parecida a la nuestra sino en otras muchas direcciones que conciernen a Ia cultura, ;No lo Gudo... mis lores, damas y caballeros! Ahora, al echar una mirada retrospectiva al viejo orden Megamos a esto. . que en luger de ir en busca de inspiracién a In misma fuente, en lugar de ir al principio natural por el camino de nuestra confianza y amor ala vida, en lugar de ir alli en busca de inspiracién y conocimientos, gad6n- de hemos ido? Hemos ido a Ins citedras de las universidades, hemos ido a ‘sus consagrados libros apolillados, hemos ido a los famosos catedriticos, que eran protegidos por eatedraticos, los que a su ver eran famosos desc dientes de la eatedra. No hemos lozrado mis que instruccién y una dudosa formacién en esta forma artificial, antinatural, hasta que todo el edificio so- cial, educado como esti mucho mas alld de su eapacidad, no puede resistir ‘més bajo el peso de la realidad. La definiciin del “Lieber Meister” * de un “pedante” era: “tun hombre educado mucho mis allé de st capacidad”, y puedo asegurarles que Usonia esta educada mucho més alld de su capac dad, y que en el momento presente esa educacién ni siquiera se habla con la verdadera cultura. A ustedes, mis lores, damas y eaballeros, les correspon- der ver hasta qué punto ustedes se encuentran en mejor situacién. * Louis Sallivan, El Futuro de ts Arquitectura 197 Y asi llega este abierto desafio a Inglaterra, que no es menos un desafio ‘a nuestra propia nacién. ‘un desefio a todo el mundo; es esta nuova realidad que hay que estudiar y que servira para levar a un propésito mis elevado y a un final mejor. Ahora, la realidad no es nueva, excepto en lo que somos nuevos a la realidad, Lo nuevos que somos a la realidad es algo que creo que todos podrin ver, mirando las calles de su ciudad, los suburbios y el campo. Y verdn que esto no se refiere sélo a la arquitectura; lo notarn en el vestido, en. las costumbres, en los servicios confusos; lo verdn en el mismo estado del ‘mundo en este momento: histérico, intranquilo y con un amargo sentido de peligro inminente y pérdida total. Todo lo material est en desacuerdo con todo lo espiritual. En pocas palabras, la vida misma esta en decadencia y no fen auge. Fijense en ustedes mismos con su “‘conscripeién”. {Qué indica ‘eso? {Qué indica toda la condicién de este mundo, en el momento actual, si no la necesidad do alguna confianza en Ja vida, algtin sentido de cién, tal como el que puede dar nuestro ideal de una arquitectura orgin ca? Es una gran pacificadora, y una gran sefialadora del camino, porque cs constructiv ‘uera del suelo hacia la luz.. sil {No sélo debe proceder asf el elif. cio, sino que no podremos tener una arquitectura orgénica a menos que alcancemos una sociedad orgénica! Podremos construir algunos edificios ppara las pocas personas que conocen el significado o el valor de este sentido- deltodo que aprendemos a lamar “orgénico”, pero no podemos tener una arquitectura para la sociedad. Los que amamos la arquitectura y la recono- ‘cemos como el gran eentido de la estructura en cualquier eampo que se trate , pintura, escultura o la vida misma— debemos actuar en alguna forma como intermediarios (quizés como misioneros). Pero sé lo peligroso ‘que es el espiritu misionero; yo mismo desciendo de una larga genealogia de predicadores, que se remonta a la época de Ia Reforma. He visto malo- grarse a los misioneros en el Japdn y he visto el dafto que otros parecidos 4 ellos estan haciendo en todo el mundo; pero para que una arquitectura se convierta en un ente social en este sentido de una arquitectura orgénica, Jos que la practicamos deberemos convertirnes inevitablemente en misioneros, hasta cierto punto. Sin embargo, los arquitectos harian mejor y bastante si se ajustasen a su propio objetivo y trabajasen tranquilamente, a su manert Supongo que yo mismo no tengo mucho derecho a estar aqui, predicéndoles y hablindoles de todo esto, pero he trabajado en ello durante toda una vida y juro que nunca trataré de hablarles de algo que no haya practicado, ¥ que por consiguiente no conozea. Por lo tanto, Ia charla de esta tarde no es académica ni en lo més minimo. Como muchas otras historias de aventuras personales, molestari con Ia primera persona del singular. No tiene impor- tancia, No conozco una forma de egotismo tan poco sincera, como la humil- nica con la segunda persona del plural. A pesar del dolor y del iarles a ciertos eruditos britinicos tierna- 198 Frank Lloyd Wright erles, ‘mente criados, estas charlas son para ustedes, por lo que puedan E1 lenguaje, naturalmente, a pesar de lo dificil que es, es comparativa. mente fécil de user. Siempre ser més facil explicar un ideal que construirlo. Si lo intentan, sabrin lo dificil que es construir una forma desde el suelo, independiente, sincera y verarmente. Sin embargo, hasta que esté hecho, todo este mundo enloquecido resultard tan agitado, celoso, envidioso, vil ¥ Poco satisfactorio como ha sido hasta ahora, para quien quicra vivir en él. Al estar aqui, de pie y hablindoles desde fuera del campo, en mi calidad de arquitecto en actividad, siento que... en este ideal de ia forma como orginica se encuentra la verdadera linea directriz no sélo de la misma arq tectura, sino de la cultura nativa de todo el mundo moderno. Lo que Ham: mos Norteamérica, ya viaja alrededor del mundo, Es un espiritu que ya no le interesa sélo a Usonia. Lo encuentro aqui, entre ustedes, y lo encuentro en todos los lugares a los que voy. Sé que est en todo el mundo y que necesita s6lo, las lineas del principio concreto para transformar esta nueva vida que llamamos moderna pero que después de todo es viej Vieja como la vida misma, en una nueva entidad: la nueva integridad. Si, el criterio ahora es lo integral. Y en varias conferencias siguientes, trataré de mostrarles cémo este ‘simple principio de una arquitectura orgénica ya ha entrado en ejecu trataré de indicar lo que esti haciendo y mostraré —sobre la pantalla, por Jo menos—, la diferencia entre los edificios inspirados por este espfrit y ‘803 edificios que nuestras grandes ciudades siguen levantando por medio del gobierno o del “orden” y que nuestras grandes naciones construyen para expresar Ia dignidad de Ia autoridad oficial. Para este caso, por su difusién mundial, tomaremos la efipula de Miguel Angel: la caipula de San Pedro, en Roma. Miguel Angel no era arquitecto; cra pintor, y no muy bueno; era escultor, y muy bueno. Pero queria eons- truir edificios, y respecto a uno de ellos en particular, tuvo una gran idea. Ahora, deben ver a la eipula como un arco, y ustedes saben que un arco siempre empuja hacia afuera en su parte inferior. Cualquier arco debe encon- trar algo que resista a este empuje, 0 de lo contrario se derrumba. Esto no parecid importarle mucho a Miguel Angel, qu iquiera lo supiese muy Pero esa forma de la “eipula” une cipula tenia rifiones bien afirmados denteo del mismo edifieto, y por ello era una estructura arquitecténica valida. Pero a Miguel Angel le parecié hermoso poner su magnifico arco levantado hacia el cielo, en lo alto de columnas. Lo hizo. El resultado fue fantistico, un efecto estético escultural, verdaderamente tonto; un gigantesco anacronismo. Antes que la ciipula estu: viese terminada, empezaron a aparecer resquebrajaduras en su base, y a cacr trozos de mamposteria. Se hizo un llamado urgente a los herreros de Roma, y cada uno de ellos se puso inmediatamente o trabajar en la construccién de una gran cadena para rodear la cipula de Miguel Angel. La cadena leg6 a tiempo. Todavia esta alli. Bien, I moraleja es que esta expresion singular mente bastardeada de la arquitectura, con cornisa y pilares, engafiosa, falsa _ ets ema eg anaa El Futuro de la Arquitectura 199 hhacia ella misma, se convirtié en el simbolo de la autoridad oficial en todo el mundo, En Usonia, la tenemos en todas partes. La usamos para el Capi- tolio nacional _y para los capitolios estatales y para los tribunales de con- ado, Aiin al distrito le agrada una eépula en sus oficinas encolumnadas los grandes negocios han tratado de robarla, si bien se levaban muy bien, gracias, con la mole medieval. Y ‘tan irreflexivo como eso, tan inorginico como eso, es toda esta ireflexiva construceién académica en la que hoy encontramos encerrada la vida. Ya no pensamos en eso, Atin aquellos edificios en los que vivimos, © para los que vivimos, no estin consiruédos con el pensamiento. Nunca’ lo estuvieron, Sélo fueron construides con el gusto. Vean su gran St. Paul. Sir Christopher Wren, hijo dilecto de Inglaterra (indudablemente tenia la adoracién del pueblo de su época), les habia construido una capula calcada de la de Miguel Angel. Sir Christopher tavo la valentia de afirmar que su ciipula se habria sostenido sin la cadena. . pero al mismo tiempo Iau Cito esto como un ineidente menor que sitve para mostrar contra qué ha do que luchar Ia arquitectura orginica y debe continuar huchando. YVerén que esto que los javenes de espiritu tienen en sus manos es una gran “empresa”. un gran trabajo que ahora tienen que realizar. Algunos combaten para limpiar nuestro pasado muerto por medio de un claro pensae riento y para abrirle eamino a una edificacién directa y honesta implantada sobre el suelo, que perdure bajo la luz que haya, No, no es tan simple, ni es demasiado dificil. Pero no puede ser hecho por el arquitecto solo, mien- ial se encuentra en el mismo disparatado estado cadtico, Pero nuestros espiritus siguen vivos en esta pila de basura «que nos ha dejado el esteticismo profesional. Muere el viejo orden, y mien- tras tanto el nuevo avanza, erece, espera encontrar un camino a través de Ia pila hasta algo mas integral y consistente respecto a las leyes de Ia natura- Teza: el amor a la naturaleza humana hermanada con la vida humana. Vere- mos qué se puede SEGUNDA VELADA Para empezar esta segunda charla, les informo, como verdn a través de la excelente pelicula de Jimmie Thompson, que hoy no tienen aqui a un conferencista. Ha llegado un trabajador del campo. Ojala los trabajadores viniesen con mas frecuencia desde el campo hasta este estrado, para hablarles por experiencia; para hablarles con el corazén en la mano de lo que esta ccurriendo en el mundo. Sobre la entrada del nuevo salén de dibujo que estamos construyendo en Taliesin, que ustedes acaban de ver en verano e invierno, tallaremos las siguientes palabras en 1a madera de roble que hay sobre el dintel: “ELh ti lo que hace”. ¥ creo que esta frase! 3, sino el punto "Por neuer uns antioaa eianlin de | direccién para To que lamamos esta nueva aventura en la realidad, una \ 200 Frank Lloyd Wright arquitectura orgiiniga, Tal como lo expliqué en mi diltima conferencia, esta ‘nueva arquitectura es, sinceramente, una seria bisqueda-de_la tealida. Los hombres y todas las cosas estén tan incrustados, tan disfrazados por esta méseara seudo-clisica que se usa en todos los lugares donde se educa a la gente, que esta bisqueda so hace ardua. ‘Supongo que esencialmente el uso de la méscara era y sigue siendo una especie de tictica defensiva. Después de no haber hecho, durante por lo menos quinientos afios, nada propio en el terreno cultural, expropiamos lo ‘que creiamos mejor para tomar, 0, mas probablemente, simplemente lo que admirébamos més. Y nos arreglamos lo mejor que pudimos con e8o. realidad nos fue muy bien? ZA Inglaterra le fue muy bien? ;Y a Francia Te fue muy bien, porque Hamid a los mismos italianos para pedirles que la con su Renacimiento! Pero a los ingleses, aunque menos delicados y elegantes, les fue muy bien en Inglaterra porque lo vivieron al estilo inglés, y lo domesticaron, Le dieron a este curioso renacimiento francés del Renacimiento un aspecto muy sencillo. Lo que mis me gusta y mis admiro hoy en el pais de ustedes es esa sencillez que han sabido logear tan correc- tamente, a pesar del renacimiento, entiéndanlo bien, y no gracias a él. Es Jificil alcanzar esa sencillez con lo nuevo, hasta que Dios “le dé el expalda- azo”, como dicen en Hollywood. Pero creo que lo estamos logrando y superando en los edificios usonianos que construimos ahora. Me parece que a eae aes sobre el que se levanta. Gran parte dela -vieja-arquitectura tradicional, udablemente Ia seud eget ieee fi waeimiento del renacimiento det Renacimiento— odian dl suelo, y lo demuestran. La casa se instala-en-un-lugar, y-no-tiene impor- tancia que se encuentre sobre un terreno inclinado o si el suelo es llano, arbolado o completamente rocoso. Cualesquiera sean las condiciones topogra- ficas, ahi se observan los rasgos de una misma tradicién, a lo largo, a lo ancho, arriba y abajo. Generalmente la puerta esti en el medio. Hay habi- taciones a la detecha y habitaciones a la izquierda, un ala aci y otra alli. jHay que tomarlo asi o dejarlo! Si uno se adhiere a esta tradicion sagrada pero estipida resulta, sino admirable, por lo menos respetable. Si se sparta de ella es un peligro, esta en peligro. Pero eso no es v ‘cuenta nuestro concepto de la vida. El reflejo del que les hablé se est apro- ximando, y lo han visto en todos los edificios que aparecieron en la pantalla ‘sta tarde, Si aiin aparccen ejes mayores y menores en es0s edificios, se debe ‘a que el sacrificio resulta ser netural en estas circunstancias. A veces, los ‘ees mayores y menores son naturales, pero la arquitectura de ojes mayores y menores, tal como la conocemos ahora bajo la designacién de clisies, no fue nunca destinada a servir a la vida, sino que fue una imposicién sobre lla. Eso lo sabemos ahora. La imposicién no fue hecha conscientemente, pero ahi estaba —moni quica y no democratica— sin responder a la vida interior del edificio, ya que si hubiese sido natural habria entrado en la categoria del reflejo. Para EL Futuro de ta Arquitectura 201 ciclo seneillamente, ese reflejo natural expresa perfectamente la impresién que tenemos ahora en Taliesin acerca de lo que constituye la base de nues- tros edificios. En los edificioa que estamos construyendo alli, el movimiento hha sido desarrollado ¢ incrementado en la forma en que el troneo del drbol da origen a ramas y follaje. Estos principios e ideas los practicamos todos los dias, aferrando de primera intencién la vida y la naturaleza, en todas las formas que nos resultan posibles. Pero a pesar de todo hemos tenido un ale o rama izquierda demasiado extrema, y un ala o rama derecha demasia- do extrema. El ala izquierda ha tomado el aspecto de lo que nos gustaba practicar, y con perspicacia de pintor lo ha convertido en un simple pi tun estilo superficial; en otras palabras, hemos llegado, por Ia izquierda, ‘otra superficialidad, al tratar de escapar de la realidad por Ia misma vieja practica del arte como una estética, en lugar del sentimiento de que, ahora ‘que ha llegado el momento en que los edificios pueden ser construidos Cientificamente, la cieneia y el arte y atin la religiGn deben encontrar expre- sion, como una sola cosa, en lo que construimos. El ala derecha ve el fin, y ‘como conoce hasta cierto punto el medio, ha procedido a exagerar ambos. Despraciadamente para nuestras actuales necesidades, la educacién ha ducido s6lo a esos jévenes que pueden hacer cosas por eleccién y seleccién, fantes que por un impulso ercador intimo y un instinto guiados por princi pios probados. Por lo tanto, pueden ver al ala izquierda ya desarrollada de este movie riento, que aparece en los Estados Unidos y en todo otro pais, en los tdificios lamados “modernistas”. Ustedes tienen algunos en Londres, y ya hhemos recalcado lo que le han hecho a su ciudad, También en Rusia hay algunos. Pueden ver lo que le hicieron a Rusia, Los rusos les echaron una ‘buena mirada, ¢ inmediatamente despidieron o no se mostraron muy amables ccon los hombres que los habjan construido porque, después de todo, al ser fl caricter ruso algo salvaje y roméntico, los molest esa importacién. Y sin embargo, aunque resulte extraiio decirlo, al climinar el ‘nico aspecto estético de esa tendeneia porque no les agradG, se estin enrolando ahora ‘en uno antiguo: diferente y peor. Han vuelto a la arquitectura “clisica”, porque al no saber nada todavia sobre arquitectura orginiea, creyeron que ‘03 edificios de dos dimensiones, del ala izquierda, con la arquitec- tura moderna. Y existe el peligro de que en Londres puedan pensar lo mismo. En Taliesin vemos estos nuevos edificios, duros, de aspecto antipai- tico, finos, que parecen contener una negacién dil, pero que son esencial- mente sélo la expresién de otra estét mejor— y no mucho mis proxima a la verdad de Ia arquitectura y no més proxima al corazén de la ¥ida ue Ios ornaments y el deliio de granderas que precedieron al Teniendo en cuenta que la arquitectura moderna puede eer cualquier ‘cosa construida en nuestros dias, y que estamos hablando de la arquitectura orgdnica, digamos siempre arquitectura orgénica. Y permitanme que reitere que la palabra “orgénica” no puede ni debe aplicarse a Ja Hamada arquitee-

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