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CARLA CORDUA IDEA Y FIGURA EL CONCEPTO HEGELIANO DE ARTE (o]o- EDITORIAL UNIVERSITARIA Apartado de Correos, X Estacion de la Universidad de Puerto Rico RIO PIEDRAS Puerto Rico, 00931 Primera edicién, 1979 Derechos reservados conforine a kt Ley: © Universidad de Puerto Rico, 1979 Catalogacién de la Biblioteca del Congreso Library of Congress Cataloging in Publication Data Cordua, Carla. Idea y figura (cl concepto hegeliano de arte). Bibliography: p. Includes index. 1, Hegel, Georg Wilhelm Fried: Asthetik. 1. Title. N64.H43C67 700.1 78-15075 h, 1770-1831. ISBN 0.8477.2819-6 pbk. Depésito Legal: B. 31420-1979 Printed in Spain Impresu en Expaia Imprime: M, Pareja - Montafia, 16 - Barcelona INDICE GENERAL INTRODUCCION . L M. mm. PRIMEROS LIMITES A, EL ARTE Y LA PROSA DEL MUNDO 1, Poesfa y Prosa . 2. Lo estético y lo anestésico 3. Més alla dei arte, la prosa B. EL ARTE Y LA NATURALEZA 1, La separacién . 2, La independencia relativa 3. La naturalidad del arte . 4, La presencia del dios C. ARTE Y SUBJETIVIDAD 1, El limite cambiante 2, El elemento del arte . 3. La sensaci6n, la sensibilidad, los sentimicntos EL ARTE COMO OBJETO CIENTIFICO Y LA DEFINICION DEL ARTE 1, Las condiciones de una ciencia del arte - 2. Caracteristicas y objeto de la filosoffa del arte 3. Ambigiiedades de una definicién : 4. La realizacion de la belleza EL CONCEPTO DE ARTE 1. El concepto y su explicacién 2. La doctrina del ideal . . 73 8a 99 113 124 136 149 163 168 INDICE GENERAL La explicacién ¢> la diversidad y sus problemas Las formas del arte Le La materia, los materiales, lo sensible E] sistema de los tipos particulares abe CONCLUSIONES . BIBLIOGRAFIA INDICE DE ASUNTOSTRATADOS . . . . 198 INTRODUCCION El presente estudio esta dedicado a la filosofia del arte de Hegel y considera que la fuente principal para el conocimiento de su tema son las lecciones de estética que el fildsofo dictara en Berlin en la ultima dé cada de su vida y su actividad docente. Recurre a otras obras de Hegel, donde se trata también del arte y de los problemas que le plantea al pen- samiento filosdfico, slo cuando resulta imprescindible hacerlo. Sin em- bargo, a pesar de haberse fijado este limite, Jo que en esta exposicion se dice presupone un cierto grado de familiaridad con el conjunto de la obra hegeliana. La estrecha trabazén del sistema de Hegel hace imposible el conocimiento aislado de sus diversas partes. Pues asi como la inteligencia del sistema depende de la penetracién paciente de sus aspectos particu- lares, estos tiltimos toman, en buena medida, el sentido que poseen del lugar que ocupan en el todo y de las relaciones con otras partes que dentro de él mantienen. Esta circunstancia hace dificil el cumplimiento pleno de nuestro propésito de estudiar la filosofia del arte de Hegel ateni¢ndonos a sus lecciones de estética. Diremos, por lo tanto, al respecto, que aqui concedemos a la Estética la condicién de texto principalisimo, aunque no exclusivo. Las sucesivas ediciones criticas de los materiales que nos quedaron de las ensefianzas estéticas de Berlin, han arrojado un resultado recono- cidamente digno de confianza y de escrutinio cientifico.'| Aunque estos materiales son de procedencia bien diversa —las notas que el [ilésofo preparé para servir de base a cursos que fueron ofrecidos a lo largo de un perfodo de unos 12 afios, en Heidelberg y en Berlin; los cuadernos de apuntes de varios discipulos— las lecciones de estética que poseemos son 1. CE. H. Glockner, Die Aesthetik in Hegels System, pp. 425, 442. También, entre otros muchos, W. Henckmann, Was besagt die These von der Aktuatitat der Aesthetik Hegels?, p. 136. 7 CARLA CORDUA un libro unitario y dotado de una organizacién plenamente comprensible. Ello es el fruto, sin duda, en parte del trabajo de Hotho, el primer editor, y de estudios posteriores de los documentos que se conservan; entre éStos hay que mencionar, en especial, los esfuerzos de Georg Lasson por distin- guir e] texto hegeliano original de los agregados de Hotho. Pero, por otro lado, e] éxito de la reconstruccién de la estética de Hegel a partir de fuentes tan problematicas, se basa en caracteristicas de ]a manera de pen- sar y de trabajar de Hegel mismo. Es tan grande la constancia del modo de pensar de Hegel, tan regular el estilo de su exposicién; son tan unitario su método y tan abundantes las conexiones entre los diferentes asuntos de Ja obra hegeliana, que no hay casi nada que sea esencial a este pensa- miento que no esté a la vez controlado y sostenido por otras partes del mismo, o por la estructura coherente que lo envuelve y organiza. El vili- pendiado espiritu sistematico tiene también, a pesar de todo, sus ven- tajas. Este estudio utiliza la edicién en dos voltimenes de Friedrich Bassen- ge, cuya segunda edicién fue publicada en Frankfurt a. M. en 1955. Bas- senge basa Ja suya en la segunda edicién corregida de las Lecciones de Estética por H. G. Hotho, que vio la luz en e] afio 1842; la presenta dotada de un indice de conceptos y acompafiada de un ensayo de G. Lukacs sobre Ja estética de Hegel. La primera edicién de Hotho, del afio 1835, esta re- producida en la Jubiléiumsausgabe de las obras completas de Hegel, a cargo de H. Glockner, que hemos usado para comparar los dos textos mis antiguos y en los que se basan, por necesidad, todas las ediciones posieriores. Pero con declarar que nuestro tema es la filosofia del arte de Hegel hemes dicho muy poco. Desde luego, no se trata de hacer una exposicin abreviada o simplificada de las ideas estéticas de Hegel. Tampoco de poner en espajiol lo que el fildsofo dice en su lengua, o de exponer mas sencilla y accesiblemente lo que pueda resultar oscuro o dificil en su versién original. Aunque seria a la vez interesante y util llevar a cabo estas tareas en espaiiol —carecemos de una traduccién completa de la obra y yo no conozco ninguna exposicién sistemética de ella en castella- no—, no es esto lo que nos proponemos hacer. Sino, mas bien, sacar a luz de manera expresa y nitida el concepto hegeliano de arte, separando el problema del ser del arte de los otros muchos asuntos de que la esté- tica del filésofo trata. Pues es el caso que Hegel recibe, prefijado por sus antecesores, el campo de estudios de Ja disciplina, y muchos de los temas con que nos encontramos en las lecciones hegelianas son simple- IDEA Y FIGURA mente parte de la rica herencia que el pensamiento estético curopeo le ofrece a un pensador bien informado del siglo x1x. Hegel acoge en su sis- tema estético muchos elementos de este legado, sin someterlos a una reelaboracién profunda. Y aunque estos aspectos heredados de su filoso- fia del arte nunca quedan del todo intocados por la gran capacidad de absorber y transformar que era caracteristica de este pensador, no todos ellos estan, como es natural, igualmente cerca de lo que tanto a Hegel como a nosotros nos parece ser la misién central de la filosofia del arte, a saber, la de plantear y responder a la pregunta por el ser de] arte. “El arte nos invita a la contemplacién pensante, pero no con el objeto de volver a producir arte otra vez, sino con el de conocer cientificamente lo que es el arte”. “A propdsito del objeto de toda ciencia hay que comen- zar por hacer dos consideraciones: 1.°) que tal objeto es, y 2.*) qué es lo que él es”? Cuando declaramos, por ende, que el tema de este estudio es la concepcién hegeliana del arte, nos referimos precisamente a esto: como determinan las lecciones de estética lo que es arte, cémo responden a aquella pregunta por el ser de su objeto o tema, qué rinden u ofrecen cuando las consideramos desde este punto de vista de la cuestién filos6- fica esencial por el ser de aquello que la filosofia ha de pensar. Pero es sélo por el afan de dejar clara constancia de nuestro propé- sito que podemos decir que esta exposicién est dedicada a un tema es- pecial y no a las lecciones de estética de Hegel en general. Pues, bien m rado, sabemos que la pregunta por el ser de algo no es una cuestién particular y separada, o separable, de otros aspectos de] mismo tema. Son todos los otros problemas, diversos de la pregunta por el ser, los que son particulares o especiades a diferencia del asunto universal por antonoma- sia. Pero ésta es una cuestién metafisica y légica, de la que no nos pode- mos ocupar aqui. Si aludimos a ella es por evitar, en lo posible, un equi- voco: decir que nuestro tema no es todo el vasto y vario contenido de la Estética de Hegel no significa lo mismo que entenderlo como asunto de- rivado 0 secundario. Alrededor de la determinacién de] concepto de arte se organiza la filosofia del arte toda entera, ya sea a sabiendas, ya sea sin darse cuenta. Si ocurre de esta ultima manera, le negaremos, probable- mente, el cardcter filos6fico original al discurso. Pues lamamos filoséfico precisamente a aquel discurso que por vocacién y por tradicién es discur- so del ser. Lo cual no le impide ser a la vez y ademas, expresién multiple 2. Aesthetik, ed. Bassenge (en adelante Ae. I y 11), I, 34; cf. 23. Comparense los pasajes citados con otros dos, donde se trata de Jas condiciones histérico-culturales modernas de las que depende el surgimiento de la ciencia filosdfica del arte: Ae., I, 65 y 71. 9 CARLA CORDUA de un pensamiento que aspira a establecer relaciones, conocer y ordenar la historia, discutir opiniones ajenas, pasadas y contempordneas, explorar métodos y puntos de vista alternativos, entre otras cosas. Pero todo esto, que enriquece y exhibe con calma y amplitud a la filosofia, no constituye su nucleo y su propésito central. Esta diferencia entre una tarea medular y unos asuntos o expansiones laterales de Ja investigacién y el discurso es, a veces, tan gradual que s6lo dificilmente puede marcarse con una frontera fija. Hegel mismo no se refiere en forma expresa a la manera cémo se relacionan el conccpto de arte con las perspectivas estéticas de tipo histdrico, critico, sicoldgico, social; nia la clase de relacién que existe, por ejemplo, entre Ja filosofia de} arte y la experiencia que una comunidad histérica tiene del arte de su tiempo, etc. Y, sin embargo, en su filosofia en general y en su estética en particular, Hegel tiene siempre en cuenta la diferencia entre lo esencial y lo factico, lo necesario y lo casual. En este caso, a falta de una explica- cién de esta diferencia, que nos interesaria para delimitar el teraa de este trabajo, vamos a recurrir a la dualidad de los nombres con los que Hegel designa a la ciencia filoséfica que se ocupa del arte. Aunque a me- nudo “estética” y “filosoffa del arte” funcionan como sinénimos, ello no ocurre siempre. Hegel introduce la segunda expresién cuando explica que ha llegado Ia hora de convertir a la disciplina tradicional en una ciencia Es la novedad de la tarea la que pide el nombre nuevo. Por “estética” se entendia tradicionalmente aquellos estudios filosé- ficos dedicados a las facultades sensibles del alma, y, en especial, a la consideracién del agrado ligado a la percepcién de lo bello. Hegel acepta este nombre tradicional para la disciplina que se dispone a ensefiar, pero al propio tiempo sostiene que a la manera como su pensamiento se ocupa del arte deberia, mas bien, llamarselo “filosofia del arte”. No cabe duda que desea dejar bien establecida la condicién filoséfica de su tratamiento del arte. Pero también tiene presente que muchos aspectos de la esté. tica tradicional que él quiere acoger en sus lecciones consisten de puntos de vista, problemas y conceptos que no provienen de la filosofia. Los cul- tivadores de la estética tradicional —Hegel piensa principalmente en fran- ceses, ingleses y alemanes de los dos siglos anteriores a él— eran con frecuencia criticos que expresaron la experiencia del arte de su tiempo, y que, como tales, procedieron de preferencia en forma empirica. O eran, cuando filésofos, de conviccién fenomenista o sensualista, y por ello, ne- gadores deliberados de una filosofia del arte diversa de la critica y la historia del arte, como es el caso, principalmente, de la estética analitica 10 IDEA Y FIGURA inglesa del siglo xvir1. El otro extremo tedrico lo constituyen, dice Hegel, las teorias abstractas de la belleza, en el sentido platénico del término} La tarea filoséfica consiste ahora, segtin Hegel la concibe, en sintetizar estas dos formas parciales de teoria del arte, en reunir lo empirico y lo abstracto. Sdlo la filosoffa especulativa es capaz de efectuar esta sintesis: su naturaleza abarcadora y reconciliadora de lo diverso y lo separado, su capacidad mediadora entre posiciones aparentemente inconciliables, ope- rara la fusién de lo empirico y lo abstracto. Y sdlo as{ se convertira en ciencia, en el sentido que el sistema del saber necesario le asigna a este término, y, en tanto que ciencia, como ya vimos, le corresponde hacer Jas preguntas radicales acerca del ser: si acaso algo es, y, en caso afirmativo, qué es lo que es. De manera que una de las diferencias entre “estética” y “filosofia del arte”, en el uso hegeliano de estos términos, consiste en que la primera es el nombre de Ja etapa pre-cientifica de la segunda. E] fildsofo consiente en seguir usando el nombre tradicional, pero llama la atencién sobre !a manera como Ia cosa nueva se separa de la antigua: Ja ciencia se ocupara directamente de la condicion esencial de su objeto. Toda la disciplina estética estA concebida por Hegel en torno a la cuestién de la naturaleza propia del arte. Un ejemplo que prueba hasta qué punto estaba dispuesto a cortar con la tradicién con tal de traer a una posicién decisiva y privilegiada al problema del arte, lo constituye la critica de Ja estética abstracta, y la manera cémo Hegel se propone reme- diar lo que rechaza en ella. La estética abstracta, sostiene, ha entendido que la tarea de la disciplina consiste en el conocimiento sistematico de la belleza, de la idea de belleza. Para ella, el arte era una de las esferas de su competencia, pero no la mica. Pero Hegel, junto con rechazar la division tradicional de lo empirico y lo abstracto, abandonara todo el enfoque de la estética abstracta. E] nuevo tema de estudio no es la idea de belleza, sino el arte,‘ esa realidad en la cual vive, sin duda a su manera, la idea, pero a propésito de la cual no tratamos con la idea aislada o en abstracto, sino con ella en tanto que fundida con la existencia; en cada caso, con una existencia particular, plenamente determinada. De estas relaciones polémicas con el pasado, al que la teorfa hegeliana aspira a superar en los dos sentidos antes sefialados, nace la determina- 3. Ae., I, 25-33. Una de las principales criticas que hace Menéndez y Pelayo, en su Historia de las Ideas Estéticas en Espaza, pp. 185-186, 19), 196, a las lecciones hegelianas es la de no haberse ocupado de explicar la idea de belleza. 4. CE K. Rosenkranz, Kritische Erléuterungen des Hegel’schen Systems, p, 202. 11 CARLA CORDUA cidn del fildsofo de convertir a la estética en filosofia del arte. El objeto propio de la disciplina sera, en consecuencia, la belleza artistica exclusi- vamente. No que Hegel niegue la existencia de la belleza natural; por el contrario, la afirma expresamente, y porque la reconoce es que quiere separarla, dividirla de la belleza propia del arte. La nueva determinacion del objeto de la estética que Hegel practica viene a redundar en una in- version de la importancia relativa de los conceptos envueltos en el pro- blema. Si la estética tradicional se interesaba por el arte como un caso especial de la belleza, ahora Hegel se interesara por ésta sdlo en la medida en que comprende una variante artistica. Aunque fie] todavia a la estética clasica en la perspectiva de que el estudio filoséfico del arte es, primor- dialmente, estudio de la belleza del arte, Hegel se distancia de la tradicion por la separacién tajante que establece entre belleza natural y belleza artistica. Para la segunda reserva también el nombre de belleza ideal, o contrapuesta a la meramente natural. Con ello nos recuerda, por una parte, que esta hablando sdlo de una cierta modalidad y no de la belleza en sentido universal. Pero la separacién entre las dos bellezas, o entre lo ideal y lo natural, también quiere decir, en este contexto, que una de ellas procede de la actividad humana y posee una significacién estrechamente ligada a la condicién y el destino esencial de los hombres. Pero las razones por las cuales el arte interesa mas a la filosofia de Hegel que la belleza, no las podemos desarrollar aqui. Baste, por el momento, dejar establecido que lo que Ilamamos la estética de Hegel se autodefine como proyecto de hacer ciencia especulativa del arte bello en sentido estricto y esencial, y que el presente trabajo se propone exponer el contenido del concepto de arte que esta en juego en este proyecto hegeliano. Debido a que el tema de nuestra exposicién recibe un tratamiento bastante variado en las lecciones de estética, es conveniente dividir su presentacion en partes capaces de hacerse cargo de esta variedad y po- nerla de manifiesto. Podemos distinguir claramente por lo menos tres estratos diferentes entre los cuales se distribuyen los resultados de la filo- sofia hegeliana del arte en lo concerniente a su propésito central. Ellos son: 1,°) La determinacion de lo que es el arte por contraste con otras es- feras de la existencia, de la actividad humana y de las formas dei mundo. Este modo de determinacion contrastante procede, sobre todo, descrip- tivamente, y confia en la intuicién “estilistica” 0 capacidad de percibir totalidades expresivas del auditor (0 lector), 2.°) La determinacidn de] ser del arte mediante definiciones, una de las cuales es la principal y gobierna la fijacién y el alcance de muchos conceptos centrales de la teorfa. La 12 IDEA Y FIGURA definicion, una operacién fundamentalmente légica, procede aqui como en otras partes, a establecer limites claros entre conceptos, fijando diferen- cias y relaciones formales entre ellos. Este modo de determinacion es producto de lo que Hegel llama la actividad de Ja inteligencia abstracta, y apela a cila en el auditor. 3.°) La determinacién del arte en el discurso Filos6fico, que lo aborda, lo acoge, lo penetra cabalmente y lo transforma, no en otre, sino en lo que estaba, precisamente, llamado a ser de verdad. Este nivel de Ja teoria, que Hegel llama del pensar concreto, es el punto de juntura al que concurren todos los modos de experiencia capaces de aportar resultados peculiares, y, en este sentido, deberia contener a los niveles previos y lo que nos han ensefiado sobre el arte. En el ambito del pensamienio, y merced a su actividad sintética y reconciliadora, con- crecen en una unidad cabal todas las manifestaciones del ser. Por ello, éste es el nivel de Ja verdad acabada o racional. Es el producto de la razon filosdfica a especulativa, y sdlo puede ser comprendido racional y especu- lativamenie. Esta division del tema central de la filosofia del arte hegeliana en tres paries, a lo largo de las cuales se progresa hacia “adelante” y hacia “arriba”, por decir asi, la introducimos nosotros con el fin de distinguir y analizar temas que en las lecciones de estética andan mezclados con otros asunios, porque ellos son frecuentemente tratados desde puntos de vista diversos del que nos interesa aqui en primer término. La division no esta, pues, tomada del texto de Hegel, pero pretende mantenerse cerca, en su inspiracion y alcance, de estructuras organizativas caracteristicas de la exposicion hegeliana. No pretende ser otra cosa que un instrumento ordenador que imita a Hegel para entenderlo mejor. A la Revista Didlogos del Departamento de Filosofia de la Universi- dad de Puerto Rico le agradezco la autorizacion para reproducir aqui al- gunas paginas de este libro aparecidas antes en las suyas. Roberto Torretti leyé el manuscrito y le hizo varias observaciones criticas, Deseo darle las gracias y dejar constancia de que traté de aprovechar bien esta oportunidad extraordinaria para corregir algunos de los defectos de este estudio, 13 I. LOS PRIMEROS LIMITES A. EL ARTE Y LA PROSA DEL MUNDO. 1. Poesia y prosa, La poesia es la mas perfecta y espiritual de todas las artes, segin Hegel, Esto quiere decir muchas cosas para él, como veriamos sin dificul- tad si persiguiésemos los sentidos que la afirmacién adquiere en distintos contextos de su teoria del arte. Por de pronto, sin embargo, se trata de que la poesia es a la vez mas compleja y mds general que las demés artes.' Cuando el filésofo reflexiona sobre la poesia se encuentra en una relacién peculiar con el tema del arte: Ja poesia le permite iluminar y medir a las artes todas, lo que no le ocurre cuando centra su atencién en la pintura o en la musica, por ejemplo. Las ventajas de la poesia se explican, en parte al menos, por cuanto todo lo que la conciencia concibe, segiin Hegel, todo cuando ella es capaz de inventar o de algun modo representarse, el Jenguaje poético puede también tomarlo como contenido, expresarlo y conferirle una presencia hermosa. Desde el punto de vista de la capacidad Para ocuparse de temas diversos y de elaborar todos sus matices, la poesia es, entre todas las artes, la mas rica e ilimitada.2 Como prueba de que no pasa lo mismo con las demas artes pensemos, por ejemplo, en que la arquitectura seria incapaz de expresar adecuadamente estados de 4nimo 0 perplejidades morales. Pero a la poesia no puede ocurrirle nada similar. Por valerse, ademas, de la palabra, “el mas flexible de los materiales”? la Poesia no esta angostada, en lo que a Ja forma se refiere, por las posibi- 1. Ae, II, 334, 337, 338. Sobre la generalidad de la poesia en la concepcién hegeliana véase G. Vecchi, L'Estetica di Hegel, p. 154. 2. Ae, II, 19. 3. Ae, IT; 339, y también, II, 302-3, 344, 363, 15 CARLA CORDUA lidades especificas de un medio expresivo, sino que, al contrario, la uni- versalidad del lenguaje garantiza la libertad del poeta para decir feliz- mente lo que tiene que decir. Es por estas y otras razones que el filésofo del arte encontrara cum- plido maduramente en la poesia lo que en las demas artes esta en camino de enterarse ; encontrard reunido lo que en ellas esta disperso y repartido. Las artes consideradas en su pluralidad —y ésta constituye un sistema, pensaba Hegel— culminan en la poes{a; ella esta situada en el limite donde el arte encuentra su cabal entereza porque logra hacer presente sensiblemente aquello que por si no es ni sensible ni apto para mostrarse en e] momento actual. Como consecuencia de ese cumplimiento, el arte ya est comenzando, en ese mismo limite, a dejar de ser lo que es,‘ a perder su peculiaridad, para convertirse en otra cosa. Que hasta lo perfecto en su género tiene que dejar de ser para abrirle paso a lo que sobrepasa el género; la poesia, como arte completo es ya casi pensamiento. “Este pro- greso del arte a la religién puede caracterizarse diciendo que el arte es, para la conciencia religiosa, sdlo uno de los lados”.> La poesia, como nin- guna otra de las artes, pone de manifiesto lo que es el arte y, precisamente porque alli la esencia del arte llega a su verdad patente, las formas diver- sas y aproximativas de arte cesan, y la poesia se convierte en culminacién y frontera. La poesia en su generalidad y complejidad limita, segin Hegel, con el pensamiento abstracto. “TLa poesia] es el arte general que puede dar forma a cualquier con- tenido capaz de penetrar en la fantasia y que puede darle la forma que quiera por cuanto su verdadero material es la fantasia misma, ese funda- mento genérico de todas las formas artisticas particulares y de todas las artes especiales”.' En resumen: la poesia contiene a las demas artes por- que abraza a sus temas y a sus recursos todos y porque constituye el limite donde se detiene y agota la particularizacién del arte en formas diversas, La riqueza y generalidad de la poesia —o su condicién fronteriza ’— introducen en el concepto hegeliano de poesia una marcada ambigiiedad. La poesia es una de las artes del sistema, y por su caracter distintivo todas 4. Ae, I, 110. 5. Ae, I, 111 «La forma de la conciencia religiosa es la representacién, en cuanto lo absoluto ha ‘pasado desde la objetividad del arte a la intimidad del sujeto, y se ofrece ahora de manera subjetiva a la representacién; as{ es come el corazén y la disposicién animica, y en general, la subjetividad interior, se tornan en lo mas importantes. 6. Ae, II, 334. 7. Ae, HY, 335. 16 IDEA Y FIGURA las artes, o la culminacién del arte como tal. Caracteristicamente esta ambigiiedad es tomada por Hegel mas como una ocasién para explorar de modo multiple el concepto y extenderse a propésito de sus diversos aspectos, que como un obstaculo o una objecién contra su uso filoséfico, En la tercera parte de la Estética dedica a la arquitectura y a la musica un poco mas de 60 paginas a cada una, alrededor de 80 a la escultura y otras tantas a la pintura, A la poesia, en cambio, le destina no menos de 260 paginas. Esta desigualdad depende, en parte al menos, de la condi- cién incomparable de la poesia. Pero se debe también a lo que acabamos de explicar: como el concepto de poesia coincide, en uno de sus sentidos, con el concepto de belleza artistica y de obra de arte,’ e] tratamiento de la poesia como arte particular ofrece, al final de las lecciones de estética, una oportunidad excelente para decir otra vez lo que es el arte en general. En esta ultima seccion, titulada Die Poesie —Hegel usa de preferencia esta palabra; a veces dice Dichtkunst; y, muy pocas, Dichtung— se intro- duce el consabido distingo entre prosa y verso. Aunque Hegel no quiere negar Categéricamente que pueda haber algo asi como una obra poética dicha en prosa, sostiene con decisién que la medida, la rima y la cadencia son indispensables a la poesia, que tiene en ellas a su principal elemento sensible, que no puede faltarle a la obra artistica de ninguna manera. De modo que Ja novela moderna, interpretada en esta teoria como epopeya burguesa, y, en grado menor, la oratoria, por ejemplo, pueden todavia ser admitidas, aunque con reservas, como especies de la poesia. Pero ya la historiografia, a pesar de su parentesco con las dos formas anteriores, ca- rece de la libertad de la obra de arte y por ello no puede ser corsiderada como propiamente poética. Asi, vemos que a pesar de la importancia que se le concede a la versificacion, no es la diferencia eptre verso y prosa la que fija los limites de Ja poesia, sino otras consideraciones de alcances mas complejos. Algunas de estas consideraciones, que Hegel llama sus- tanciales, se refieren al grado de libertad en la creacién, al caracter poé- tico o prosaico de] contenido de las obras, a la condicion poética o pro- saica de la conciencia que considera la realidad tratada artisticamente, etc. Por todas partes en esta seccién dedicada a Ja poesia nos encontramos con la pareja de términos contrapuestos: “poesia - prosa”. Pero la palabra “prosa”, lejos de ser meramente lo contrario de “verso”, va adquiriendo un significado m4s amplio y complejo, hasta convertirse en el contrario 8, «Pues la naturaleza de lo poético coincide con el concepto de la belleza artistica y del arte en general... Ae, II, 338. 17

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