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F, J. Cisneros Bércenas, CONPERENCIA Pronunciada en el acto académico del 29 de Mayo de 1936, con que la Universidad de Cuenca, eelebré el bicentenario de la llegada al Ecuador, de la Misién geodésica Francesa del siglo XVIII. A propésito del CC. Aniversario de la Ilegada al Ecuador de una célebre misidn cientifica. Trabajos por ella ejecutados. Adelantos modernos L Sr. Rector de la Universidad, Sefioras, Se- flores: Es con profunda vacilacién que he aceptado dirigiros la palabra, en este acto académico, que la mas alta Institucién cientifica y educacional, de esta ciudad, dedica, a la conmemoracién del Bi- centenario de la venida, a los territorios del an- tiguo reino de Quito, de la Misién Geodésica Fran- cesa; vacilacién bien excusable ya que el honor diseernido a mi persona, es tanto mayor cuanto 455 que, ha recaido en el menos caracterizado miem- bro de su cuerpo docente. isculpad pues, que después de la brillante alocucién de nuestro ilustre Rector Sr. Dr. Dn. Remigio Crespo Toral, honra y prez del Ecuador y de Cuenca, ocupe esta tribuna, para entretene- ros un instante, acerca de algunas consideracio- nes que me ha sugerido, Ja venida en aquel ya lejano tiempo del siglo XVID, de tres académi- eos, tres sabios de verdad, que la corte de uno de los Luises de Francia, enviaba con un altisi- mo y puramente cientifico objetivo, y el cual aque- llos ilustres hombres de ciencia, supieron llenar tan a satisfaccién y conciencia. Es al mismo tiempo motivo de una agrada- ble ensofiacién romantica, el evocar la narracién de aquellos viajes, por paises, para ellos totalmen- te desconocidos y de aquellos trabajos de inves- tigacién cientifica, rodeados de todas clases de di- ficultades, motivadas, ya por la Naturaleza, ya por los hombres y Ja vida misma. Largos afios fueron los que permanecicron en estos paises y lo fueron también de fructifera y pacientisima labor. Francia, el dulce pais de Francia, como se la Mama alla, se enorgullece en estos dias, de ha- ber producido hombres del talento y de la férrea voluntad de Bouguer, Godin y La Condamine. Entremos pues en materia: Corria el afio de 1687, cuando aparecié en Inglaterra la primera edicién de la obra intitu- lada “Philosophiae Naturalis Principia Matemati- ca”, del inmortal Newton, en la cual funda, ba- sado en la verdad del sistema de Copérnico, que habia dado un paso de gigante, gracias al and- oo lisis matematico de Kepler, el principio de la atrac- cién o gravitacién universal, que era elevado asi a la categoria de ley general de la naturaleza, lo que al principio sdlo fué una observacién par- ticular a algunos astros. Desde el punto de vista de Newton, la pe- santez nO es sino un caso particular de la gravi- tacién universal, y el movimiento de la luna ofre- cia para él, un campo.de comprobacién de su teorta. Es desde este momento, y en el cual parece que todavia Newton, no encontraba conformes sus cdlculos con su teoria, que se plantea la impor- tancia de una medida exacta del radio terrestre, asi como una investigacién precisa de la forma y dimensiones exactas de nuestro planeta. Las ideas de Newton, habian sido medita- das.muchos afios antes de la aparicién de su obra fundamental, pero como decimos, un conocimiento aproximado del radio terrestre, fué necesario an- tes de que el calculo fuese' concordante con la teoria. Cuéntase que cuando Newton llegé, des- pués de muchos afios « este resultado, se emocio- nd a tal punto, que fué necesario que alguno de sus amigos se encargara de la terminacién.de su trabajo. En esta misma obra inmortal, que marca una época para siempre gloriosa en la historia de los conocimientos humanos, quedaba planteada tam- bién, una teoria racional, comprobada después ex- perimentalmente, sobre la causa de la precesién de los equinoccios, que fuera descubierta por Hi- parco, allé en la antigiiédad de la apolinea y lu- minosa Grecia. hs A Newton se le presenté clara, la causa de Ja precesién, no siendo otra, que el aplanamiento —— polar del esferoide terrestre. En efecto, cl fendmeno es perfectamente and- logo, al de la retrogradacién de los nudos de la érbita lunar, por una accién gravitatoria pertur- batriz de origen solar. El anillo ecuatorial terres- tre se comporta frente a la accién gravitatoria ya combinada del sol y de la luna como si fuese un satélite que rasase la superficie de la tierra y el cual se halla sometido a iguales acciones de re- trogradacién. Se comprende pues que, como deciamos mas arriba, el origen de la precesidu de los equinoc- cios, que como es sabido cierra su ciclo, en un periodo de 25.800 afios, sea, en definitiva, el apla- namiento polar. En esos tiempos, Dominico Cassini, queria sustituir una curva de cuarto grado a la elipse de Kepler y se discutia en la época, sobre la for- ma alargada o aplanada de la tierra. Francia, que un siglo mas tarde se enorgu- llecia de la fecunda vida de un Laplace, el New- ton francés. y que ya antes, habia con Picard, aplicado la Trigonometria a la medida de la tie- ira, no podia permanecer indiferente ante la con- troversia, y es asi cémo bajo el reinado de Luis XV, enviaba a lejanos paises y simulténeamente, a sus mas ilustres hombres de ciencia, con la mi- sién de averiguar la forma y las dimensiones del planeta. Bien puédese pues, en toda justicia apelli- dar a la Geodesia, de ciencia francesa y de oni- gen francés. Bouguer, La Condamine y Godin, célebres matematicos, vinieron a nuestra Patria ecuatoria- na con tal objeto, mientras que Maupertuis, Clai- == raut y Camus iban a la Laponia en el extremo boreal de la Europa. © aoe a =~ s = gS ' 9 re. yew 9 = a 28 me a ros 3 la Figura 1 2 ei € valk ss CR 2. gag ow Sous a {i ee! eae! SO eee) II Los Métodos Como vemos, era una necesidad inaplazable — Ja de averiguar con toda exactitud la figura de la tierra y su medida exacta; sefialaremos ahora los diferentes métodos por los cuales se puede rée- solver estas incdgnitas. El primero, es la medida de un arco de me- ridiano a diferentes latitudes, o Ja medida de un arco de paralelo a diferentes longitudes; medida que se la efectiia cuando se trata de un meri- diano, por el procedimiento geodésico-astronémi- co, que consiste en determinar previamente el ar- co de este meridiano entre dos puntos, cuya la- titud tiene que averiguarse de una manera pro- cisa, por las alturas de las estrellas sobre el po- Jo, o sea su declinacién, y Inego la medida di- recta de él, por la triangulacién sobre el terreno. Este el orden Idgico de las operaciones que 4se efectiian, aun cuando no siempre sea el cro- noldgico. El segundo métado est& fundado en la ob- servacién de las variaciones de Ja intensidad de Ja gravedad a diferentes latitudes, fendmeno que se puede averiguar, valiéndose del Péndulo. De la formula T = 2 pi V— ¥ese obtiene 4 pil g= 72 de oscilaci6n T. por el método de Jas coincidencias y_ L. o sea la longitud del péndulo simple sincré- nico, porel método del péndulo reversible. E) resultado obtenido a diferentes latitudes es el siguiente: en el Ecuador al nivel del mar 978. 03 C. G. 8. En los polos al mismo nivel 983,22. Actualmente hay adem4s una formula empi- yica que permite determinar G., es decir la inten- y en ella basta con obtener el periodo == sidad de la Gravedad en funcién de la latitud y aun de ta altura. El tercer método, que unicamente puede dar la forma terrestre, pero no su dimensién, consiste en averiguar las variaciones del movimiento de la luna, en longitud y latitud, método éste, en- teramente astronémico debido al inmortal Laplace. En Jas lineas que van a seguir, nos ocupare-- mos exclusivamente del primer método geo-astro- némico, método quefué seguido por los notables matematicos Godin, Bouguer y La Condamine, asis- tidos por los marinos espaiioles Jorge Juan y An- ‘tonio de Ulloa, asi como por el ilustre ecuatoria- no don Pedro Vicente Maldonado, de cuyo arri- bo a este pais y ejecucién de sus célebres tra- bajos, conmemoramos en esta época el CC. ani- versario. Ademés de la enorme importancia queen as- tronomia pura, tiene la determinacién del valor del radio terrestre y la densidad media del Planeta, ya que sin la primera no seria posible una escala determinada del! sistema solar y del Universo mis- mo, y sin la segunda, tampoco seria posible ob- tener el valor absoluto de los radios y masas del sol y de los cuerpos celestes, la Geodesia, ciencia que precisamente investiga estes dos factores, la tiene también inmensa, en los trabajos bdsicos de la topografia, la cartografia y la navegacidn sien- do éste el multiple objetivo de la Geodesia pro- piamente dicha. La triangulacién es el procedimiento por el cual se obtiene la longitud y amplitud de los ar- cos del meridiano, de las cuales a su vez, se de- duce la forma y las dimensiones de la tierra. La vieja querella de los newtonianos y de | LA DANZA DEL POLO. 1 _variacioner de lo lalitud. _ Figura 2 los cassinianos hace mucho tiempo que se ha hun- dido en el olvido; hoy sabemos que la tierra es aplanada y no alargada hacia los polos, y hasta conocemos con grande aproximacién él valor do este aplanamiento, pero desde las primeras me- didas efectuadas, hasta las ultimas de nuestros tiem- eee gee pos modernos, esta aproximacién es cada vez mas grande y los perfeccionamientos son mas notables. TI Los Trabajos de los Académicos Franceses. Al llegar los sabios franceses on 1736, tu- vieron primeramente que ocuparse de la medida de uno de los lados o base, del’ primer tridngulo de su largo y dilatado trabajo, hecho que lo rea- lizaron, segin sabemos, en la desde entonces eé- lebre llanura de Yaruqui, al norte de Quito. En ese entonces, esta medida~era una ope- racién larga y penosa y hasta puede decirse su- jeta a innumerables factores, que podian hacerla de poca precisién. En efecto, era llevada a cabo, con unas reglas de madera controladas desde lue- go, por la regla bimetdlica de platino y cobre, de 12 pies de Francia, de longitud, relacionadas a su vez, con la toesa de hierro, traida desde Paris por Mr. Godin. Las operaciones sobre esta base, comenzaron el 8 de Octubre de 1786 y se terminaron el 5b de Noviembre del mismo aiio. Bouguer, La Condamine y Ulloa, comenzaron desde Caraburo y Godin y Juan desde Oyamba- ro. La base directamente medida sobre el terreno, tenia, después de obtenida la media de los dos resultados, 6.272 toesas, 4 piesy 334 pulgadas. Una vez medida esta base tan importante en la historia de la ciencia, siguieron con Ja trian- gulacién, a lo largo del meridiano y hacia el sar, —10— hasta la histérica Ianura de Tarqui, situada al sur de la ciudad de Cuenca, en donde se sefiald, de una manera precisa el extremo sur, de] arco de dicho meridiano. Existe una lépida que en elegante inscrip- ein latina, nos rememora esta ultima operacién. L&pida celebérrima, ya por el interés de ella mis- ma, ya por las vicisitudes por las que ha atrave- sado, asi como por las controversias apasionadas a que su lectura e interpretacién ha dado margen; tanto como sobre el desconocido autor de ella. De los muchos eruditos y hombres de cien- cia que de esta l&pida se han ocupado, creemos gue, aparte del colombiano Caldas y del Padre Menten, sélo el notable cientifico Dr. Agustin Igle- sias, nativo de la ciudad de Cuenca, lo tha hecho con todo acierto y verdadero espiritu analitico. En un notable trabajo aparecido en la im- portante Revista del Centro de Estudios Histé- ricos y Geogrdficos de Cuenca, nos da el Dr. Igle- sias una traduccién del Padre Menten, de aquella inseripcién Japidaria. Parece que esta lapida en cuestién, fué obra evidentemente o de Mr. La Condamine o de al- gan contemporaéneo suyo, muy al corriente de sus trabajos. En ella se sittia el extremo sur del arco me- dido, como distando 10.550 toesas de Paris, de la torre de la Iglesia Mayor de Cuenca (hoy destrui- da), la que en el transcurso del tiempo fué yes actualmente Catedral. Ademés especifica en ella las observaciones astronémicas Ievadas a cabo, y que como és na- tural, se refieren a investigar con toda precisién su posicién geografica o latitud, con ayuda de la Ss observacién de Ja altura de las estrellas sobre el alo. P En la lépida. en cuestidn, se habla sdélo de la distancia “enital, hacia el norte, de la estrella Theta de Antinoo, constelacién del Atlas de Ba- yer, y que segtin cualquiera puede comprobar, estd situada en la mgno de este héroe, todo lo cual reza la inscripcién lapidaria. A propésito de esta letra griega Theta pare- ce haber surgido un “malentendu” entre los ilus- tres sefiores Agustin Iglesias y Octavio Cordero Palacios. Este ultimo ensu notable trabajo sobre lalépida de Tarqui, al referirse a la estrella Theta de Antinoo, la sustituye con la letra castellana Z. En ello, tanto el Dr. Mufioz Vernaza como el Dr. Agustin Iglesias, encuentran un error sustancial; a nuestro modesto modo de pensar, el Dr. Cor- dero Palacios estA en lo justo, pues precisamen- te el valor castellano de la Theta griega es el de la Z. Todo serfa pues, una cuestién de fonética. Por lo demas el autor de la inseripcién fa- tina, se refiere como es natural, a la estrella The- ta de Antinoo, segun el Atlas de Bayer, y cu- yas coordenadas astronémicas son (para 1880) A. R. 20°. 5’; declinacién austral 1°, 11’. Magnitud 3¢. Respecto del valor mismo de la distancia ze- nital de esta estrella, alli se dice que es de 1°, 30’, 34”, 28. Lo cual determina y sittia con toda precisién y exactitud el extremo sur de] arco de meridiano que debia medirse. Hemos examinado personalmente la ldpida en cuestién, que después de haber sido devuelta al Ecuador, por las patriéticas gestiones diplomati- eas del destacado cuencano Dr. A. Mufioz Ver- naza, cuando Secretario de 1a Legacién Ecuato- —192— riana en Bogotdé, reposa atin en el archivo dela Gobernacién de la Provincia del Azuay. (1) La impresién que de este somer@ examen he- mos obtenido, es lade que probablemente la 14- pida sufriéd una fractura y que el segmento que de ella queda, es acaso solo la mitad de la losa original. Efectivamente, en la inscripcidn se ha- bla de estrellas en plural, y se sefiala el resultado de la observacién de una sola: Theta de Antinoo; como sabemos por las obras que nos quedan de La Condamine, las estrellas de que se sirvieron para sus observaciones, fueron tres, a saber: Al- pha de Acuario, Epsilon de Orion y Theta de An- tinoo, todas situadas a corta distancia zenital del extremo sur del arco de meridiano en estudio. Sea dé ello lo que fuere, es evidente que los célebres matematicos y geodésicos franceses y espafioles, terminaron alli en Tarqui sus trabajos de triangulacién. Restaba la resolucién de los tridngulos por los conocidos procedimientos trigo- nométricos, todo lo cual les permitiria deducir.la distancia efectiva entre los dos puntos sefialados, y. la longitud en toesas del arcode meridiano de su estudio. La medida efectiva se realizé, sobre un arco de meridiano de 3°, 7’, 3”. Encontrando los aca- démicos, para la longitud de un grado en nues- tras latitudes ecuatoriales, 56.864,6 toesas. En Ja actualidad se han perfeccionado gran- (1] Ultimamente esta Mpida fué colecada en la fachada de la Catedrai de Cuenca, donde se ostenta hoy. Esta colocacién tuvo lu come nno de los nimeros de los festejos del bicen- tenano de Ja Misién Geodésica, el General Perrier estuvo presente con oportunidad de su reciente visita a Cuenca. =i3= demente los procedimientos, séanos permitido con esta oportunidad, hablar de alguno de ellos. El descubrimiento del acero invar, por Gui- llaume, ha revolucionado la Geodesia; entre las’ grandes dificultades de la medida de una base, se cuenta la debida a la dilatacidn. calorifica de las reglas que han de servir para ello. Si se tu- viera una regla cuya longitud no estuviera suje- ta a las variaciones de la temperatura, muchisi- mas dificultades quedarian suprimidas. El invar es precisamente este metal, alea- cién de hierro y niquel, cuya dilatabilidad es prac- ticamente nula, y es asi como en la actualidad, se emplean finos hilos de acero invar, que some- tidos a una traccién uniforme, permiten la medi- da de una base, en condiciones ideales de facili- dad y comodidad. Pero el invar no solamente goza de un coe- ficiente térmico de dilatacién practicamente nulo, sino que ademés, y afiadiendo a la aleacién de hierro y niquel, un pequefio porcentaje de cromo, se llega ala solucién de otra dificultad, nacida és- Fes de la variabilidad de’ la elasticidad de los me- tales. Esta nueva aleacién, inventada asimismo por el célebre fisico Ch. Ed. Guillaume, lleva el nom- bre de Elinvar y posee un coeficiente termo elds- tico, pricticamente nulo. Como bien expresa este distingnido hombre de ciencia, el Invar y el Elin- var, han resuelto, hoy, problemas que hace vein- ticinco afios habrian pertenecido a la fantasia de una ciencia miliunanochesca. En el invar de los actuales hilos geodési- cos, puede cometerse un error en la apreciacién de la temperatura de mas de 5 grados centigra- = dos, sin que la variacién de la longitud de ellos, sea de mas de un millonésimo. Estos hilos deben también poseer una elas- ticidad elevada, pues para utilizarlos en Geode- sia, deben ser transportados arrollados en tambo- res de unos cincuenta centimetros de didmetro y para usarlos, ser tendidos por una traccién uni- forme de 10 kilogramos. Importa pues que estas operaciones se realicen sin deformacién apreciable y por lo tanto dentro del Limite Elistico. Pero el invar y elelinvar no solamente son utilisimos en Geodesia, sino también en Cronome- tria, pues sabido es el influjo que en la aprecia- cién del Tiempo, tiene tanto la dilatacién térmi- ea del Péndulo, como Ja variacién de la elasti- cidad de las espirales de los relojes. Hoy puede decirse que la relojeria y cronometria, tienen re- suelto estos problemas. Entre las operaciones lIlevadas a cabo en nuestro pais por los Académicos Franceses, y en general, entre las que se llevan a cabo, en to- da operacién geodésica, no son de las menos im- portantes, las de naturaleza exclusivamente astro- némica, tales como la apreciacién de la longitud, de la latitud y del azimut. Solo con ayuda de ello, se puede fijar defi- nitivamente, un arco de meridiano o de paralelo, sobre lo que.se lama ,“Elipsoide de referencia’. Por lo que hace a la apreciacién de la di- ferencia de longitud, los académicos que vinieron en 1736, no disponian sino de procedimientos de poca eficacia, que les complicaba grandemente el problema. Hoy gracias a las ondas hertzianas y ala T. S. H. se dispone de un procedimiento ideal para aquella determinacién. —i1b— Aqui nuevamente encontramos, en accidn al Genio Francés, a quien debemos esta nueva revo- lucién cientifica, gracias al inolvidable General Fe- rmié, a quien tuvo el autor de estas lineas el pla- cer de conocer en Paris. Determinar la longitud, en realidad no es otra cosa, que apreciar la diferencia horaria, con relacién al meridiano de origen, que hoy y uni- versalmente aceptado es el de Greenwich, cerca de Londres. Como para determinar la hora sideral, es indispensable un buen circulo meridiano, en un observatorio bien montado, se comprende lo difi- cil que era determinar con precisién, la hora lo- cal en cada caso; hoy la radio emite por medio de sefiales adecuadas y de una manera automa- tica, para estos fines cientificos, la hora precisa de Greenwich, todo queda pues reducido a deter- minar la diferencia horaria entre Greenwich y el lugar cuya longitud se trata de estimar. Con ayuda de un Teodolito, un cronémetro y un receptor de T. 8. H., cualquier observador, puede, y en cualquier lugar, determinar su lon- gitud absoluta, operacién que antafio era de gran dificultad y después de todo lena de incertidum- bre, a causa, y en el mejor de los casos de lo que se llama “Ecuacién Personal”. Es el caso que cuando dos o mas observa- dores, miran el paso de una misma estrella al tra- vés del hilo de reticulo de un cireulo, meridiano por ejemplo, ninguno se pone vacherdo, respec- to del momento preciso de est paso. Pues mienx tras habré unos que lo creeu dyer en tal. momen-) to, otros lo apreciaran més le o mas “pronta, | Tal es la ecuacién personal.) =f er, SL 1; ore” g OX —16—- Para la apreciacién de Ja latitud, tenemos otro pérfeccionamiento: el astrolabio de prisma, aparato’ de poco peso, en cuya deseripcién no po- demos entrar aqui, pero que permite determinar con una rapidez y facilidad inigualadas hasta aqui, tanto la hora, con respecto al meridiano de origen, como la latitud. Tales son los principales perfeccionamientos, que: en el transcurso de estos ultimos afios se han realizado, para la mejor precisién de los resulta- dos buscados en la medida de la tierra. Pero Ia Geodesia no solamente queda con- finada a ello; muchos otros interesantes estudios son de su’ dominio, la Mecdnica celeste, la Geo- logia, la Fisica del Globo, etc., se aunan con ella para acrecer nuestra sed de saber y de ciencia. ¥ Veéamos algunos puntos: desde hace algun tiempo sé habia observado, dada la extraordina- tia precisién de los métodos modernos que la la- titud de un lugar no es invariable, pues que si visualizramos exactamente el punto matematico que representa el polo o sea la proyeccién sobre ‘Ta superficie polar de la linea ideal, llamada eje de la tierra, veriamos que su posicién describe una curva bastante irregular, pero que permite apre- ciar lo que hoy llamamos desplazamiento de los polos: no se diria sino que la peonza terrestre ado- lece de un defecto de equilibracién, El desarro- Mo de esta curva llamada “polhodio”, manifiesta que el polo sufre ‘en el trascurso del tiempo uw desplazamiento, probablemente \Periddico de unos, doce metros de aimplitud, se sigue de cng que la latitud varia de acuerdo. En cuanto a la causa de este nuevo movi- miento- que se afiade a los doce o quince de que goza nuestro planeta, no se la conoce con preci- sién, pero indudablemedte esta variacién de lati- tud es pequefia en comparacién de las variacio- nes de longitud, producidas por la lamada deri- va de los continentes, segin la famosa teoria del alemén Wegener. Segin este fisico, los continentes, que él Ila- ma “Sial”, flotan, si podemos expresarnos asi, so- bre algo mas denso que ellos, o “sima” y a cau- sa de ello se hallan animados de movimientos de traslacién en el sentido horizontal. (1) En apoyo de esta célebre hipdtesis, invoca Wegener, el hecho de que los salientes de la si- silueta americana, encajan de una manera casi exacta, en los entrantesde las de Europa y Africa. Ademés ciertas analogias geolégicas y pa- leontolégicas, entre los continentes, antafio unidos, y en los que una inmensa fractura en la época eocena, habria permitido la deriva hacia el oeste del continente americano. Otro problema en intima relacién con la Geo- desia, es el de la Isostasia. Me permitiré en brevi- simas palabras dar una nocién de ella. Si se_investiga la causa de las desviaciones de la plomada y de las anomaliasde la pesantez © gravedad, en distintos lugares, se viene a co- nocer, que existe a una profundidad de unos cien kilémetros del suelo, una capa de roca concéntri- ca al esferoide terrestre y que soporta una misma Presién uniforme, de los materiales colocados encima’. Si se divide un terreno de alguna extensién, en cilindros elementales de iguales bases, de las [1] “Sial”, significa silicio, aluminio, en la Litosfera; “Sima”, significa Silicio, Magnesio, en a Pirosfera; mas profundamente hallamos, la Barysfera, o “‘Nife”, Nickel Hierro. —18- cuales la una estaria a su nivel del suelo y la otri en el plano de aquella capa de igual presién, tendre; mos que estos cilindros poseen la misma masa ¥ el mismo peso, pero un volumen diferente, seg que éstos estén situados en un pais montafiosoa a nivel del mar; de esto se deduce una densidad diferente para cada uno de ellos. Se diria que el- relieve montafioso hubiera como aspjrado o dilatado los materiales del cilin- dro o que se hubieran condensado, euando aque- Hos estan colocados 4 nivel o bajo el fondo de los mares. Es asi como entre la superficie exte- rior y Ja interior donde se hallan las bases infe- riores de los cilindros en cuestién, se establece una especie de compensacién, de donde viene el nombre, de “superficie de compensacién” que se fe da a aquella capa de igual presidn. Tal es la Isostasia. Se comprende la influencia que ello ten- dra en la intensidad de la gravedad, no ya sola- mente segun la latitud sino sogin que el pais en el cual se la mide, sea montafioso 0 a nivel de} mar. He ahi precisamente por qué La Condamine encontré una diferencia en el numero de ‘oscila- ciones del péndulo ‘observado, ya en la cispide del Pichincha, ya en la ciudad de Quito oen la de Para, situada en la desembocadura del rio de las Amazonas en el Brasil, localidades situadas ca- si a la misma latitud pero a diferentes alturas. En Para, encontré La Condamine, 31 oscilaciones mas, en 24 horas de tiempo medio que en Quito y Bl mas, que en el Pichincha. Los estudios sobre Isostasia, han tenido es- pecialmente un gran desarrollo bajo la influencia de los sefiores Hayford y Bowie de la “Coastand Geodetic Survey” poderosa entidad de los Bsta- ES PERRY BE LOsCONTINEN epoca carbonijers €poca eocena > specs evaterpsria » ie Migura 3. ee kK 4 Rees 6 Es i | e PERIODAs GEOLOGICOS =? I t - rriadione, de la lomgifuel Sk oy ire te ce EJRGUN WEGENER, so Femi Néctonjervang —2— dos Unidos... _ __ Por lo demas, fa cartografia no puede ni si- quiera plantearse, sin un conocimiento-profundo de los métodos trigonométricos, de triangulacién. Car si todos les paises civilizados, tienen organizado un servicio geodésico importante. gY qué cultura ni qué civilizacion, pueden existir sin una carto- grafia precisa y detallada? Y esto no solamente en los paises de vieja cultura, sino especialmen- te en aquellos que lo esperan todo del futuro, tal el nuestro. Por esto, tanto los paises de Europa como los de América, se hallan cubiertos de una red de tridngulos, no sdlo de primer orden, sino de segundo, tercero y hasta cuarto orden, que per- miten Ia localizacién exacta de los menores de- talles de posicidn geografica, planimétrica y de ni- velacién. El] Ecuador desgraciadamente no posee aun esta carta regular, siendo acaso ésta, una de las razones de su atraso relativo en ferrocarriles y carreteras, para no mencionar sino la cuestién vial. De todo lo expuesto se desprende pues, el valor inmenso e indiscutible que tuvo para las ciencias el magno trabajo de los académicos fran- ceses sefiores Godin, Bouguer y La Condamine, asistidos por los jévenes marinos espafioles, sefio- res Jorge Juan y Antonio de Ulloaen 1736. Pe- ro especialmente fué grande el valor de ellos para 1e., la investigacién de laformade la Tierra, re- sultando un esferoide irregular, (1) 2° La investiga- cién de sus dimensiones, y en consecuencia, fun- dacién del sistema métrico decimal en Abril 7 de 1795. a Mucho habria que hablar sobre estos dos pun- [zr] Likmaselo “Geoide”. —21— tos, pero temo fatigar la atencién demi benévo- lo y selecto auditorio, y asi no haré sino tocar de paso a la terminacién de este modesto traba- jo, tan importantes materias., Como decia hace un momento, él elipsoide de referencia deducido de tantos y repetidos tra- bajos, ha tenido que ser remanejado numerosas veces, a causa de los diferentes resultados obte- nidos, y hoy, finalmente, se ha adoptado por unia- nimidad de votos, de la Unién Geodésica y Geo- fisica Internacional, un elipsoide de referencia in- ternacional, cuyos par4metros son los siguientes: Aplanamiento polar 1,297,0 mas o menos 0,5, Semigrande. eje: 6.378.388. Mis menos 18 me- tros, que es sensiblemente el elipsoide’calculado por Hayford en 1910. Respecto del antiguo elipsoide de Bessel de’ los alemanes y cuyas dimensiones son: aplanamien-. to 1,299,132 y semieje mayor 6'377.398 metros, a causa ‘de su antigiedad yde ser calculado pres- cindiendo de las desviaciones de lu vertical, que- da sin valor, bien que su aproximacién a la exac- titad, como se ve, es muy grande. Respecto del metro y del sistema métrico de- cimal, puede observarse, que si bien para los usos de la vida corriente, e] metro continua siendo la 40 millonésima parte de un meridiano, en toda exactitud, hoy ya no es asi, y a este propésito, citaré la opinién de Carlos Maria de La Conda- mine, en su obra sobre el viajé a través del rio de las Amazonas y que expresaba en Pard, su de- seo y anhelo de que la unidad de medida inter- nacional fuese més bien la longitud del péndulo de segundos en }a zona ecuatorial y al nivel del mar. Queda ya explicado el por qué de estas con- —22— diciones. Para concluir sefiores, insistiré finalmente so+ bre el hecho de que los eminentes hombres de ciencia, de cuya veiiida a estas latitudes, cele* bramos hoy el afamado bicentenario, se ocuparon de varios y muchos otros temas cientificos, qué ayudaton enormemente al avance de fas Ciencias. Tales son: 1°, La observacién de fos puntos sdlstici:- les de Diciembre de 1736 y Junio de 1737, com- probando, con ello la oblicuidad de la Ecliptica. Numerosas y pacientes obsérvaciones ter- miométricas y barométricas, en muchas dé las lo- calidades de los paises visitados. ; F 3°, La dbservacién de la dectinaciéi y Ia inclinacién de la aguja magvética. 4°. Investigaciones sobre la velocidad del sonido. 6°. Interesantes observaciones sobre la ré- fraccién de la luz adiferentes latitudes, éte., ete. Consagremos también un pequefio minuto 4 la memoria de José de Jussieu, otro céle bre sa- bio que realizé entre nosotros valiosas investiga- ciones botanicas, especialmente las relacionadas con las quinas, y que si bien canocidas desde mucho tiempo atr4s, fué La Condaminé quien describio la especie qué después Humboldt y Bompland llama- ron Cinehona Condaminea. Tampoco olvidaremos. rendir un tributo ¢é recuerdo y admiracién a la memoria del emimen- te don Pedro Vicente Maldonado, de quien se!.a dicho, fué el m4s grande ecuatoriano de aquellos tiempos. Nacid en Riobamba en t7f0, no sélo ac: paid a los sabios francesés, sirviéndoles de x hat —23-— eu sus Viajes cientificos, sino. que por sus propios trabajos de Cartografia y de Astronomia, Fisica ete., merecié el respeto y la consideracién de to- dos ellos. Conocida es por todos la alta opinién de Mr. de La Condamine por el célebre riobambefio, y quien hablando de éste nos dice, que su _pasién por instruirse abarcaba todo género de Ciencias y que su facilidad de concepcién, suplia la im- posibilidad en que habia estado de cultivarlas des- de su infancia. El Ecuador ha consagrado ya un monumen- to imperecedero a la Gloria del sabio y cienti- fico, que lo fué tanto mds, cuanto qne la noche colonial, fué mas oscura para su Patria America- na de -aquella época. Su estatua se levanta ante la veneracién de sus conciudadanos de hoy en la plaza principal de su ciudad nativa. De desear seria, que nosotros los cuencanos les imitaramos en ello, para honrar la memoria de otro ilustre ecuatoriano y sabio que vié la luz en estas comarcas: Fray Vicente Solano. Por lo que respecta a la segunda misién geo- désica francesa, venida al Ecuador en 1901, ella rectificé y ampliéd con métodos y aparatos de aque- lla época, los resultados de la primera, y entre sus miembros contabaal eminente Perrier, hoy Ge- neral, Jefe de servicio geografico del Hjército Fran- eés, hudésped de honor, en estos momentos de nues- tro Pais, y al no menos distinguido hombre de Ciencia y Etndgrafo Profesor Paul Rivet, a quien va desde aqui, en esta oportunidad nuestra sim- patia personal.

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