ARIEL - HISTORIA
Director
JOSEP FONTANA
+ | BARCELONA
r PIERRE VILAR
CRECIMIENTO Y DESARROLLO
Economia e historia
Reflexiones sobre el caso espafol
| EDITORIAL A\
Esplugues de LlobyEL TIEMPO DEL «QUIJOTE» *
Los centenarios tienen Ja ventaja de recordarnos que las obras
smaestras tienen una fecha. Dem
0 «una serie discon-
los a quienes no espanta
Je gozo el denso brebaje
i se atteven a gustar con ple
ota concr destila toda obra
werure tan ex coyt
hombre no nos petmita pent
nos armamos) de si
Quijote, que
antes que nada
do mas que
0 eterno», sigue siendo
ye no cobra todo su senti-
1598-1620. La crisis pet. povEnio
Y DE LA CONCIENCIA EsPANOLES
el paso de una coyu
1598 y 1620 —entee
con mayor
los espanol
de 1605
EL TIEMPO DEL «quis
de hasta 1625, la unidad ibética en 1640, la
1643. ¥ por otro lado, ya casi um siglo an
te después de una
habia hecho
ial de Luis
0 (y no el menos vigoroso) de los prods
de Espais
‘Armada fue dispersada, la uni
Jos tres océanos— no contaba si
resurgimiento «por
| contexto demuestra que no. Pero esta {oi
‘odo un efecto oratorio
jue Espaiia va
con sus mitos, para reft o para Hora,
Daas res
de Jos precios del
el alea se exaspera
maravedis por fanega
de 408 en 1595
8 cinco afios
contra de la etasa del
de granos» o de lo
‘Sbal Pérez de Herrera, médico de las
io a los pobres. Lo que se organiza es
a favor 0 en contra de
El doctor34 CRECIMIENTO Y DESARROLLO EL TIEMPO DEL «QUOTES 335
eel haimbre
cde Castilla
contra los vagabundos. De 1599
Andalucia» enlaza con «la peste que
iia, Uno de los mecanismos del pa-
—muy por encima de sus medios,
bon le. aungue esta vez no viene del Medi imente— acababa de paratse.
sing que sarge simplemente, nos dice el doctor Herrera, «entre lor Pero epuede Espafa resignarse a ello? Las costumbres su
pobres desprovistos de todos los medios ce vida». «Destruye en Es de los grandes, Ios enormes gastos del Estado, la generalizacién de
pati la niayor paite de ella», sobre todo la-Espabs interior.” deudas no se lo petmiten. Recibiendo menos moneda bueria y ter
sn Jas economias antiguas, eran en do que enviatla
el szote se ha cebado en una terno: con el
exterior, icard otra mala para ust
lo empieza la gran acufiacién de cobre, Ia méqi
tes de la époce es y los tes-
a, predicen a catiés-
que era ya un asunto debatido en se repistra en las
tanto en Jes de los censos como en las de los salatios. Un hos
de Castilla que-cobraba:3.470-maravedis en 1599, percibe 9.000'en i jeta-se-oftece la
1603. De 1601 « 1610 el xsalario teal» del trabajador espaiiol hace Se trata de unre
tun salto Gnico en su historia® i dos, convertidos por Ia fuerza peto inas
edad de oro pata los trabajadores? No, puesto que ya no hay trabaja- tenderos a veces, pero més a menudo campesinos que vivian en comus
doves, ¢s decir: no los hay asalariados. Pues el arrendat ano nidades cerradas, al servicio de los grandes sefiores de la Reconquista:
0 el semisiervo motisco arafian todavia un suelo capy gue la problema colonial en el propio suclo, que Espafia ha arrastrado dos
danza loca de Jos precios del grano; entre 1602 y 1605 la fanega de in resolverlo.” Ha
trigo andaluz pasa de 204 a 1.301 maravedis: el hambre aparece de
‘mano de obra es
En 1620 I flo-
0 y de
general de precios» 8 verdaderos agravios." La clase media cast
eel mln ip toria es otra, La ra, al borde de Ja ruina, envidia a los grandes sefiores esta mano de
plata de las Indias llega con menos rapiciez, 0 mejor: llega meds cara. obra c Pero éstos obtienen como conteapartida de la expulsibn,
‘También alld, en México o en el Peni, la explotacidn del hombre ha Ja anulacién de sus deudas.1* Asf, en vez de asestar un golpe a la eco.
encontrado ss limites, Un descenso terrible de Ja pobl nomfa feudal, In medida cae sobre sus acteedotes: labradores ricos,
ahora a los duefios de Jas minas a volverse hacia 1a gt burgueses. Por eso y porque hay que sceptat la cifra de 500,000 ex
feudal." El alza de los precios expresados en plata va @ pulsados,"* se reconoce de nuevo hoy,!* la impc ja de Ja expulsién
XVIM, r.
1 monedé de
, 58, 506; XIX, p. 43, eect,
i gue a pre live ew Car
Le
Cologuio de fos pores (Obres, ed. Ags
dos aguse
se Mesigne, 1952, pp. 234,cen dtt0 tiempo
0 de sus habi a opinién,
due Ia habfa reclamado y la proclama obra santa, no queda libre de
jnguietudes."*
Hay necesidad de afi
al del aparato del
‘mafiana bajo un racimo de bandoleros ahorcados y rodeado de ottos
s, «por donde me doy a entender —dice— que debo
a de un cuento? No, es la
re 1605 y 1615
ismo catalén. El
virrey Almezin, no a
promete condenar a
gar por mar a Barcelona, pues en
‘Vie— los bandoleros son mnés sediores de la tierra que el rey».¥ Se
h
sgado casi a una disidencia.
te simpatfa por los
vindos barceloneses a la Co:
Y por es
y sobre todo que tengan
tiene may a mal y nos
negocio gente que no nos
fiestas es
Ast hablaba, en 1614, el hermano Franch. ¥ decia el abogado
Ssluios no experimeataron ala
Daico que ef Sefor
inva de Valencia
a a ee 337
BL tey 9 sue nistos van tan leatanente
cosa mis lamentable del mundo, Impottuna
del papa, del rey de Francia, de los ve
y 4 otros todavi
ben munca de dk
postre ... Hace dos ai los enemigos em,
alas Filipinas ... Nada se ha resuelt, y ab
que el enemigo se ha apoderi
44 muchos soldedos que estab
todo que es la
cocuparse de la
‘cosa que de las fiestas del
quien le duel
a ser recibidos por «
antesala con los confiden
tos seffores» sai
i¥ de diex person:
‘que sepa de qué te
les 0 uae.
loa un real
receta de un
imbre: Ia crisis no fue
. Reprochat
menos aguda en | -
toriador el prestar a época unas
14 unas preocupaciones ‘mo-
dernas, es creer que la Ko) ing ha revelai
ciante Ja angustia de la bancacrota, y que el peri
ccubierto el hambre al obrero en.
cortié en la Espafia de 1600338
aquel modo de vivir, a aquellos valores feudales, cuya
te en ef mundo han preparado sis los conguistadores espa-
fioles. Peto, paradéjicamente y al precio de Ja 1
tadores prepara
EL secrcto del
ESPANOL, ETAI
10 tercio del siglo xv,
fuerzas productivas en
as nuevas, se combinaron
los pafses, pero con wn primer re-
f tes ante
pteciosos. Su resultado fue una doble
ca de wesoras, y carrera para hacerse
vos tettitotios. Portugal parecié ganar Ja primera. Espasa gand, fin
mente, las dos a Ia ver.
La conquista de Gran
imiento de las Islas oftec
unos fesoros, unas fi
sultado global
géneros raros y los metal
carrera: carrera en
“deadescis econdmice de Espa
ry Revie, VIII, pp. 168179,
‘The decline of Spalom, Economie
EL TIEMPO DEL «QUOTE» 339
siones, exceso de manos muettas,
sisticas, vagabundeo, desprecio al
as de los favoritos y de los reyes: estas «
demasiado
uematizando, ha visto mejor el fondo de Jas
de has
Rstadoy acostum-
= demasiado grandes, levado
el trabajo de los obreros a precios exce-
‘manufacturas
plata producida
agar lo que
He aqui, p
lo que ha ocuttido a Espafia después del descubrimiento
ible, el de Cant
Para llegar ha
ts,
cespafiola fund:
reado mundial y porque per
tun dinero c
dad, sin embargo, no puede desarrollarse més que contando con unas
fuercas productivas actecidas y con unas relaciones sociales
Esto 4 en el norte de Europa. En
mejot: cn Castila, las clases dirigentes han
sociedad nueva, porque i340 CRECIMIENTO Y DESARROLLO
Por otto lado, las «fuerzas productivas» de que dispo
hombres, innovaciones téonicas-— trapezaron muy pronto en las me.
setas de Castilla con la ley de los rer itos decrecientes. De
inte de las inyecciones monctarias desp
se presta dinero a intei
ras,
suftaga en Europa Ja naciente produccién cap
luchar contea los propios siblitos del rey: abriendo al abis
mo de-las guerras de Flandes, los « to de la ena-
ciao, burguesa ya mas de
‘endo un simbalo,
LAS PARADOJAS DE UNA SOCIEDAD CONDENADA
No se apresure nadie a acus
tracta, pues, en tal caso, tend
quella época,
es por hhaziendo dos contradicto!
en nuestra Espalia, y en'un mismo subjecto2*
re6logo del affo 1600, ges puramente formal? N
bre ha penettado en el corazén del problema
Opone ala masa productora la masa parasitaria, y
24, Calloriga op. city, f. 21.
EL TIEMPO DEL «QUOTED 341
Ja importancia de esta vl
dela deuda piblica (los
cupény:
Y el no aver
andado y anda en
en la moneda,
ican y atrahen a sf como
tentado ias de adentro2#
ara de Cellorigo tiene este
No parece sino que se han 4
repiiblica de hombres encantados
ucir estos reynos a
ic vivan fuera del orden si
1605, va a darle un nombre
haya vinewlado con tal
uerza Je superestructura ilusoria, mitica y mistica de su
, al cardeter parasitario de Ja sociedad, al divorcio entre su
‘manera de vivir y su manera de prod
No obstante, el hallazgo no es fortuito, Desde que fa ilusién na-
y de Ia inflacidn choca con la realidad de
juego de las «cor
escolistica y de recuerdos
po, al menos, sal
amor por la arepiblica», y
lo real,
En efecto, las més grises de sus pfigines se aclaran siibitamente
con uria térnura angustiada cuando el ai
afian, y es ciertamente con él (no
esperanza ingenua por un retonomo 4CRECIMIENTO ¥ DESARROLLO
fechados, por Américo Castro® Aguf como en todas partes, le
i6n del historiador es de «fechar con rigor», en lugar de general
y cortiendo, Altededor del afio 1600, los textos ex serie
—inicos testigos colectivor vilidos— no patan de exeltar la tres rea:
lidades cteadoras: poblacién, produccidn, trabajo. Por el contratio,
después de 1620, y sobre todo después dc 1626, el pensamiento se
refugia cada vez més en Ja mistica 0 en Ja teorln, en Ia Jaudatio ter
poris acti, algunas veces en el reto o Io absurdo. En la cumbre que
sepata estas dos cottientes, Cervantes se instela y sontie.
Los FUNDAMENTOS SOCIALES DEL TRREALISMO ESPANOL
Veldrfa Ia pena, ciertamente, aunque nos faltarfa espacio, profun-
dizat cn cl anilisis de Jos fundamentos sociales de este «irtealismo»
espatiol.
Ta polatizacién de las fortunas, en diversos niveles, no cristaliza
cen nada que no se evapore répidamente. Las grandes rentas feud:
‘0 colaniales permite das de loco attifcio: si Ins rentas bajan
(coma es, en cfecto) el sefior se carga de deudas: ast los sefiores de
motiscos, y el duque, fastuoso de don Quijote y Sancho.
En el orden by ia 1600 queda muy poca cosa de aque
Ilas fortunas de bangueros y grandes mercaderes del siglo xv1, pues
‘ean banquero de esta repiblica abarca un mundo y abraca mds que el
‘Océano, aunque « Jas vezes apticta tan poco que da con todo al tras-
te»2* Pero ya el hijo del mercader en quiebra Guzman de Alfacache,
cn «plcara», y acabard siendo galeot.
Hay, es cierto, el potentado del lugar. Varios Tugarefios de Cet-
vvantes llevan el sobrenambre de «Rico» que define una excepcida tf
p
tos, acsparador en los momentos de
siempre burgués en potencia, esté aqut condenado pot
papel de anuevo rico» perpetuo: su dinero se gana y se desvaloriza
tan de prisa que le parece mejor gastarlo en bodas gargantuescas. Si
no, Jo dejaré presiado a alto interés, pero siempre a malos pagadores:
iserables (el campesino pobre debe contraer deudas) 0 poderosos
Gnclaido el rey). Emprendet un negocio no saldtia a cuenta, «Bl 1
cco», pues, a fa manera antigna, core, se hace servi, invita, da, robs,
ny coyuntura (no por teligién o tempe
1954, cap,
1571, 1Y, p. 67
EL TIEMPO DEL «QUOTED 343
ramento) la sociedad espafiola del 1600, antitesis de la sociedad puri-
tana, vuelve Ia espalda al ahorro y a la inversién.
«El rico» come, y hasta tal punto que los médicos se inquietan.
Pero el doctor Herrera, que se intitula amédico de las galeras, del
rey, y del seino», s6lo se atreve a proponer como limite a las comidas
cuatto 0 seis platos, fo mismo de entrantes que de postres. {Dichoso
Jos Ilamados a estos festines 10 son numetosos.
stele tinicamente con recoger las migajas de estos
banguetes, 0 tener acceso a los mismos por aventura, como Sancho
cuando se conviette en gobeinadot. (FY emo se comprende que San-
cho acoja mal al médico encargado de vigilatle en la mesa!) Hambte y
hartura, son igualmente los polos de los suefios del «pfcaro>.
El espatiol, incluso no siendo muy rico, se bace ser
toda
Desde
ida el mendigo ciego ha tenido su ctiado*® El humenista que
‘én recluye en un convento est con cuatro servidores.™
ristas sefialan el uso de [a «gorguera» como un azote, pues
ello exigia tener eriados especializados muy bien pagados y tal pren-
da doblaba su coste (unos 250 teales) a la quinta o sexta vez de set
legada y planchada.®' «Servit a un amon tinde tanto como «ejetcet
n oficio», y jcuintos oficios no s
sigramos padet reduci
va, en Ta Espafia del siglo xv1, hacia el sector no product
este «terciatio» sefialado hoy con frecuencia como medida y resultado
del progteso, ¥ que no snuncia entonces mis que el patasitismo s0-
cial y Ja decadencia que éte entrafa
Ei espafiol de. ¥ los bienes de la Tal
mentan a un nmero creciente de no productores. Peto el nacimien-
to del capitalisino exige que el mendigo se convierta en asalatiado.
Esta transformacién, aunque deseada por algunos espaiioles,™ fra-
casa en Espafia. No es un «temperamentoy Io que Ja ha eliminado,
sino un clima econdmico en el que el rico podta fécilmente ser gene-
oso, y en el que el pobre tenfa mAs interés en vivir al azar que en
percibit un salatio poco estimulante frente a los precios y frente a las
promesas de la aventura
EL espatiol, por dt
0, roba y se deja robar. La asisay 0 rapifia
ih Mave Remein poe oi de esd de erp deb Rep 161
Be
*
primern novela loses
‘México, T, p. 1
et, 1622,
‘moderne Tuan de Medine y, en 1599
inporo de for pobre
‘le 1545,
decor Ti344 CRECIMIENTO Y DESARROLLO
del crlado sobre las fi
todos los niveles: comunidad, admi
antigno soldado dotacio del cargo de recatudador, a practicS con poca
habilidad pues fae a parar a Ja eéteel. Como dicé & mismo, «la ne.
eesidad» por un lado, y «la ocasién» por otro pueden Hevar @ las giv
eras, Por eso don Quijote fs
fronterizo, més dinémico (y menos eatitativo), Ia disideneta social pro.
duce el bandolero ue cl mendigo o el «pfcaro»; las cuadrillas,
vinculadas a los clanes atistactéticos, tienen sus agentes en los despa
chos oficiales y en los bancos,* los cuales Jes indican la ruta de las
caravanas de buena moneda (la falsa —cboscatera>— se hacla en los
bosques).
En total, una sociedad en la que sbiinda Jo pintoreseo, y mis
amable, bajo alganos aspecios, que la socicdad puritans; pero, bajo
ottos aspectos, podrida, y en todo caso condenada, La ley de la
produccién que en otras partes edifica més de prisa es inexorable,
Desvinculada de la realidad, Ia Espaiia de 1600 prefiere sof
Cellorigo, Deca, incluso Cervantes, nos dicen que pata
jor, sus paisanos se han atrevido a contar con el suefio no s
asunto de Ja expulsién de los moriscas, sino en el de le peste
tar con la herencia de sus vecinos, sin duda porque el tio de Amériee
Se muestra menos generoso, Ya qute, clertamente, todo tiene su origen
en el espejismo de las Indias, Espaia, dice Dega, silo ha sido verde-
deramente floreciente «cuando esta Monarchfa se terminava con sus
mates y Pytineos, no teniendo sus naturales « qué divertirse ni a qué
aspirar a nuevas embarcaciones y esperangas mas que al beneficio de
sus tiettas y ganados, pescas y demés antficios y grangerias propias
suyasy.t7
Es lo que el ama de don Quijote espeté a Sancho: «ld a gober-
nar vuestra casa y a labrar vuestros pegujates, y dejaos de pretender
{nsulas ni fnsulose.
EL consejo de Cervantes va ditigida tanto a Sancho, al pueblo
‘espafiol que espera ganer algo siguiendo la ambicién de sus amos,
39. Herzers, op. cit. cqvando Megan Ie mest los plats 4 fs ht ya sade y bur
tado It mitad del valor de ells.»
Hino co
Hintorta Mo
4 Teol, Perot Rocsguinarde, Manresa, 1909, y Carera
1,4, y J. Regld Capitol ea Eve
1 pane, Cervus fo, feumento cad en nets 10.
Govier de Awicalars, 16, f 22
in,
EL TIEMPO DEL «QuyoTEs 345
como a don Quijote, el amo que extrae de los libros una versiGn idea
lista de Ja aventura de sus antepasados
Los libros: he aqu{ el wltimo punto a considerar. La hinchaz6n
del sector «tesciariow no productivo en la sociedad espaiiola no. pro-
cede inicamente de los servicios materiales, sino también de los
fcacamtadores» intelectuales, en el mejor y en el peor sentido: Hay
dos jurisas,** los arbicristas: los malos més escuchados que los Inicnos.
ién los proveedores de leyendas. Un huracin de literatara
sacade cl Maclid de Felipe TTT. En &l se encuentra el mfs perfecto de
los poetas puros, pues Géngora es exactamente de la época que aca.
bamos de describir, Se encuentra también el mas prande de lo
listas enegeos»: Mateo Alemén, que en 1599 y 1604 pi
partes del Guzmén, Esté también Lope, y el teatro es la
iamente, cubre las neces
mercado. Y tanto la élite y la Corte como la masa y la provincia se
muestran &vidas de liter jor se eencan
» con la picaresca buhone
ie de las aventuras cabal oles «viven»
de las proczas de los titetes, com icuados de los
n es buena. Y los mds locos son Ios més ocio
jote,
e de una sociedad gestada por la en un
pais que ba llevado al punto mds extremo sus contzadicciones, en el
‘momento en que una crisis aguda descubre sus taras, en que el vivi
dlor ocioso, el rentista arruinado, el bandolero seductor, el porcliosero
holgazén, recorren calles y caminos, en que el clétigo se nutre de arte
puro y cl hombre medio de literatura barata, en aquel momento sur
ge una obra maestra que fi genes el contraste tragicémico
entre las superestructuras miticas y la realidad de las relaciones hu.
manas. La obra es un pasatiempor viejas anéodotas, muccas eldsca,
Es también un «pastiche», que sobrepasa a sus altos modelos es
cada tema de las artes de evasién. No «pinta» el mundo, sino que,
mejor que un tratado eradito, desmonta sus mecanismos: tan inte.
fentes son cada uno de sus trazos. ¥ también porque «el alma dé
este mundo sin alma» es el tftere abrumado a golpes y cargado de sue.
fos que, bajo el desgarzado vestido de la honotabilidad de ayes, vive
veinte vidas (y un solo amor), defiende el honor, Ja flaqueza, la amis.
tad, Ia patria, cautiva a los’ principes, ditige grandes discursos. al
39, Deva, op, cit, f. 2éy. Las Paculades dle Detecho prvan de knoe
cule346 CRECIMIENTO ¥ DESARROLLO
mundo. AnacrSnico, y por Io tanto ineficaz, peto afirmaciéa de bone
dd, reserva de simpatta y p ra garan
fiana. ¥ el viej licado amante de poes
ta aquel a quien amenaza el hambre, se recono:
cama en el héroe, La
de su talla,
armadura y ef
Chaplin, Chae.
Nanea dos obras han
Las dos grandes etapas de In his
del mismo modo. Y admirarf
10 fuésemos hombres de Ja época de Cl
Pero no insistamos d
algin mi
MARXISMO E HISTORIA EN EL DESARROLLO
DE.LAS CIENCIAS HUMANAS *
Para un debate metodologico
Cpt historiador, como cl juez,rechaza el
i espititual de
sre el texto en serit. No
tual, el éxito que le reserva um pul
difwsién que se Ie ofrecen, miden Ig fuerza colectiva
id, de un interés, de una voluntad,}Toda agtupacién,
go de afinidades en el
jones forma patte, pues, de los buenos instrumentos
iin hist6rica, Existe un andlisis copustural de las
al ordinario
trega, por of
aciones fingides. Ello, claro est4, forma pat-
»¥ el més’ mediocre papel. polémico no es
deat méthsalgigues, St
[Tosdccén cel