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< = ra 4 & Pe = JACQUES REVEL UN MOMENTO HISTORIOGRAFICO Trece ensayos de historia social MANANTIAL Buenos Aires. “La cour” © Gallimard, 1984 “L institution et le social” © Albin Michel, 1995 ‘Traduceidn; Vietor Goldstein; el capftulo “Microandlisis y construcciGn de los social” fue traducido por Sandra Gayol y Juan Echagiie Disefio de tapa: Eduardo Ruiz Cet ouvrage, publié dans le cadre du Programme d’ Aide la Publication Victoria Ocampo. pénefieie du soutien du Ministre francais des Affaires Etrangéres et du Service de Coopération et d' Action Culturelle de I" Ambassade de France en Argentine 1a en el marco de! Programa de Ayuda a Ia Publicacién Vietoria Ocampo, ‘del Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia y del Servicio de :mbajada de Francia en la Argentine. Esta obra, publicad: recibié el apoyo Cooperacién y Accién Cultural de la Bs Revel, Jacques ‘Un momento historiogrifico : Trece ensayos de Manantial, 2005 296 p. ; 23x15 cm, (Reflexiones) historia social - La ed. - Buenos Aires ‘Traducido por: Victor Goldstein y Sandra Gayol ISBN 987-500-090-2 L. Historiograffa. 2. Historia Social de Francia, I. Goldstein, Victor, trad. 1. Gayol Sandra, trad. {11. Titulo CDD 907.2 : 944 Hecho el depésito que marea la ley 11.723 Tmpreso en la Argentina © 2005, Ediciones Manantial SRL ‘Avda, de Mayo 1365, 6° piso (1085) Buenos Aires, Argentina Tel: (54-11) 4383-7350 / 4383-6059 info@emanantial.com.ar www.emanantial.com.ar ISBN: 987-500-090-2 Derechos reservados total, ef almacenamiento, cl alquiler, ti xr medio, se electronico 0 mee: y escrito del editor, Su in Prohibida la reproduceién parcial 0 Formaci6n de este libro, en cualquier forma o por cualquier me diame fotocopias, digitalizacién u otros métodos, sin el permiso pre a por las leyes 11.723 y 25.446. fraccién esta po a transmisidn o ta trans- INDICE Referencias. Presentacién .. La instituci6n y Io social... Mentalidades.... La : cultura popular: usos y abusos de una herramienta historiografica E] revés de la Hustracién: los intele y ra a s i ; ctuales y la cultura “popul Foucaul | momento historiogréfico. La corte, lugar de memoria Cuerpos y comunidades a fines del siglo XVII. L.a biografia como problema historiogratico It 19 41 63 83 101 117 133 143 195 217 MICROANALISIS Y CONSTRUCCION DE LO SOCIAL El procedimiento microhistérico se ha convertido, en los tiltimos afios, en uno de los espacios importantes de! debate epistemolégico entre los historiado- es. Hecha esta afirmacién, conviene delimitar inmediatamente su alcance: pues este debate ha quedado concentrado en el interior de un mimero relativamente restringido de grupos, de instituciones, de equipos de investigacién (cuya carto- graffa, por lo demés, serfa interesante hacer). Es necesario reconocer también que la interpretacién y las apuestas de la opcién microhistérica no fueron conce- bidas en todas partes en términos homélogos, sino todo lo contrario. Para tomar s6lo un ejemplo, se confrontaré y opondra la recepcién americana y la version {rancesa del debate. La primera se centra en el “paradigma del indicio” propues- o recientemente por Carlo Ginzburg, y se ha definido, en buena medida, como un comentario sobre su obra.! La segunda prefiere tomar la microhistoria como una interrogacién sobre la historia social y la construccién de sus objetos.? En 1. Carlo Ginzburg, “Spic: radici di un paradigm indiziario”, en A. Gargani (comp, Crisi della ragione, Turin, Binaudi, (979, pags, 57-106 (trad. fr,: “Signes, traces, pistes. Racines d'un paradig- me de Vindice”, Le Débat, 6, 1980, pags. 3-44). Un buen ejemplo reciente de esta recepciGn ameri- cana es ta introduccién de Edward Muir, “Observing Trifles”, en la recopilacién realizada por Ed- ‘ward Muir y Guido Ruggiero, Microtistory and the lost Peoples of Europe, Baltimore-Londres, The Johns Hopkins University Press, 191, pags, VI-XXVIIL. 2. Sobre este punto remito a la presentacién que, bajo el titulo: “L’histoire au ras du sol”, he dado a la traduccién francesa del libro de Giovanni Levi, Le Powvoir au village, Parfs, Gallimard, 1989, pags. I-XXXIII (original italiano: L'Eredita immaseriale, Carricra di un esorcista nel Piemonte det 42 JACQUES REVEL verdad estas modulaciones particulares del tema microhistérico ya estén presen- tes en los trabajos de los historiadores italianos, quienes fueron los primeros en intentar experiencias con este procedimiento, si bien se subrayaron en sus refor- mulaciones posteriores. Ellas no son gratuitas ni indiferentes. Cada una remite a una configuracién historiogrifica especifica dentro de la cual el tema ha actuado como un revelador. No es aqui el lugar de emprender la referencia y el andlisis, pero es conveniente reconocer que las paginas que siguen brindan una de las po- sibles versiones del debate hoy en curso. La diversidad de las lecturas propuestas remite sin duda a la de los contextos de recepcién. Pero también debe relacionarse con las caracteristicas propias del proyecto microhistérico en si. Este nacid, en el curso de los afios setenta, de un conjunto de preguntas y propuestas formuladas por un pequeiio grupo de historia- dores italianos comprometidos en empresas comunes (una revista: Quaderni Sio- rici; a partir de 1980 una coleccién dirigida por C. Ginzburg y G. Levi editada por Einaudi: Microstorie), pero cuyas investigaciones personales podfan ser muy diferentes entre sf. Es de la confrontacién entre estas experiencias de investiga- cidn heterogéneas, de una reflexién critica sobre la produccién histérica contem- pordnea, de una gama muy amplia de lecturas (particularmente antropolégicas, pero también en campos menos esperados, por ejemplo, 1a historia del arte) que poco a poco emergieron las formulaciones (interrogaciones, una temdtica, suge- rencias) comunes, El cardcter tan empirico del proceso explica que no exista un texto fundador, estatutos “teéricos” de la microhistoria.? Esta no constituye un cuerpo de proposiciones unificadas ni una escuela, menos atin una disciplina au- ténoma, como se ha querido creer con demasiada frecuencia. Es inseparable de una practica de historiador, de los obstaculos y las incertidumbres experiementa- dos en intentos por lo demas muy diversos, en una palabra: de una experiencia de investigacion. Este primado de la practica remite, probablemente, a las preferen- cias instintivas de una disciplina que con frecuencia desconffa de las formulacio- nes generales y de la abstraccién. Pero mas alld de estos habitos profesionales aqui puede reconocerse una opcién voluntarista: la microhistoria nacié como una reaccién, como una toma de posici6n frente a cierto estado de Ia historia social de la que sugiere reformular ciertas concepciones, exigencias y procedimientos. Desde este punto de vista, puede tener valor de sintoma historiografico. Seicento, Turin, Kinaudi, 1985); véase también el editorial colectivo de ta redaccidn de los Annales, “Tentons Vexpérience”, Armates ESC, 6, 1989, pags. 1317-1323. 3. Giovanni Levi, “On Microhistory”, en Peter Burke (comp.), New Perspectives on Historical Writing, Oxford, Polity Press, 1992, pigs. 93-113 (trad. cast.: "Sobre microhistoria", en P. Burke (comp.), Formas de hacer historia, Madrid, Alianza, 1993, pags. 119-143), El texto de C. Ginzburg, “Signes, traces, pistes”, citado en la nota I, tuvo la ambicién de fundar un nuevo paradigm hist6ri- co, Recibié una gran acogida y una amplia circulacién internacional, Sin embargo, no creo que pet- mmita rendir cuenta de ta produccién microhistorica que ha seguido a su publicacisn, MICROANALISIS Y CONSTRUCCION DE LO SOCIAL 43 i versiones dominantes —pero no la Gnica— de [a historia social es la definida primero en Francia, y luego ampliamente fuera de ella, en torno a los Annales. Su formulacién no ha sido constante a lo largo de sesenta aiios. De to- dis formas, presenta rasgos relativamente constantes que podemos legitimamen- Ww referir al programa critico que, un cuarto de siglo antes del nacimiento de los Annales, | durkheimiano Frangois Simiand habia elaborado para los historiado- tes." Simiand les recordaba las reglas del método sociolégico destinado, segén 4 regir una ciencia social unificada donde las diferentes disciplinas no pro- pondrfan mas que modalidades particulares, Lo importante en lo sucesivo era ubandonar lo tnico, lo accidental (el individuo, el acontecimiento, el caso singu- ur) para consagrarse s6lo a aquello que podia ser objeto de un estudio cientifi- 0: lo repetitivo y sus variaciones, las regularidades observables a partir de las jes serfa posible inducir leyes. Esta eleccién inicial, tomada en cuenta por los {undadores de los Annales y sus sucesores, permite comprender los caracteres originales de la historia social a la francesa: el privilegio dado al estudio de igregados tan masivos como sea posible; Ia prioridad de la medicién en el and- lisis de los fendmenos sociales; la eleccién de una duracién suficientemente lar- ga para permitir observar las transformaciones globales (con el corolario del undlisis de temporalidades diferenciales). De estas exigencias de partida se des- prendian consecuencias que han mareado de manera durable los procedimientos puestos en marcha. La eleccién de la setie y el nimero requerfa la invencidn de fuentes adecuadas (0 el tratamiento ad hoc de fuentes tradicionales), pero tam- bién la definicién de indicadores simples o simplificados que servirian para abs- traer, del documento de archivo, una cantidad limitada de propiedades, de rasgos particulares cuyas variaciones en el tiempo debian estudiarse: al comienzo, pre- cios 0 ingresos, luego, niveles de fortuna, las distribuciones profesionales, los imientos, los matrimonios, las muertes, firmas y titulos de obras o de géne- ros editoriales, los gestos de devocién, etc. De estos indices era posible estudiar las evoluciones particulares; pero también y sobre todo, como Simiand lo habia hecho con los salarios y luego Ernest Labrousse, en 1923, en el Esquisse, podfan ser usados en la construccién de modelos mis o menos complejos. De Simiand y de los durkheimianos, Bloch, Febvre, y luego en la generacién siguiente, Labrousse o Braudel, mantuvieron también una forma de voluntaris- mo cientifico: no hay otro objeto que el se que consiruye segtin procedimientos explicitos, en funcién de una hipdtesis sometida a validacién empirica. Estas re- ou 4, Frangois Simiand, “Méthode historique et science sociale”, Revue de synthese historique, 1903; sobre 1a importancia de la matriz. durkheimiana en los origenes de los Annales, ¢f. J. Revel, “Histoire et sciencies sociales. Les paradigmes des Annales”, Annales ESC, 6, 1979, pags. 1360- 1376 fap. 1 de este libro}.

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