En la Mezquita Catedral de Crdoba est en juego la libertad religiosa

Es sabido que los norteamericanos son muy sensibles a cualquier ataque a la libertad en general, y
ms an a la libertad religiosa. Pero puede sorprender que un diario del prestigio de Wall Street
Journal (WSJ), especializado adems en informacin econmica, haya prestado atencin a un hecho
local como es el intento de ciertos partidos polticos espaoles de apropiarse de la Mezquita-
Catedral de Crdoba.
Lo que considera la columnista de este peridico es que ms all del conflicto particular, est es el
derecho de los catlicos a la libertad religiosa. En efecto, cmo se puede decir que en un pas hay
libertad religiosa si las autoridades niegan a una confesin el derecho a la propiedad? Muchas veces
la excusa para apropiarse de los templos es regular su uso. Pero entonces la pregunta se traslada a
otro punto: cmo pueden pretender los poderes pblicos arrogarse el derecho a regular el uso de
los templos, o a decirles a las confesiones religiosas cundo pueden usar sus templos? Quin ha
puesto al Estado como rbitro entre las confesiones religiosas? An ms, quin garantiza que el
Estado, si triunfara la pretensin de ciertos polticos de apropiarse de los templos, actuara con
neutralidad?
Lo que hace el artculo de WSJ es poner el dedo en la llaga de un problema que azota nuestra
sociedad, y es la facilidad con que el Estado pretende decirle a los ciudadanos lo que deben hacer o
creer. En este caso, a decirle a una confesin religiosa qu bienes puede poseer y cules no.
Considero correcto decir que Espaa se juega mucho ms que la propiedad de un reconocido
monumento con el caso de la Mezquita-Catedral. En un anlisis superficial, podra parecer excesivo
que el Obispo de Crdoba haya empleado sus recursos en un viaje a Estados Unidos a explicar el
problema de la Catedral de su dicesis, pero pienso que en realidad est haciendo un gran servicio a
la entera sociedad, no solo a su dicesis. Ms all de la propiedad de un bien histrico, lo que est
en juego es la libertad religiosa.
Pedro Mara Reyes Vizcano