Este documento presenta 7 textos de diferentes autores para su comentario y análisis. Los textos tratan sobre temas como la libertad de expresión, la naturaleza humana, la esclavitud, la guerra y la paz, y el proceso de toma de decisiones. Los textos provienen de fuentes como Platón, Aristóteles, Agustín de Hipona y Sócrates, entre otros pensadores clásicos.
Este documento presenta 7 textos de diferentes autores para su comentario y análisis. Los textos tratan sobre temas como la libertad de expresión, la naturaleza humana, la esclavitud, la guerra y la paz, y el proceso de toma de decisiones. Los textos provienen de fuentes como Platón, Aristóteles, Agustín de Hipona y Sócrates, entre otros pensadores clásicos.
Este documento presenta 7 textos de diferentes autores para su comentario y análisis. Los textos tratan sobre temas como la libertad de expresión, la naturaleza humana, la esclavitud, la guerra y la paz, y el proceso de toma de decisiones. Los textos provienen de fuentes como Platón, Aristóteles, Agustín de Hipona y Sócrates, entre otros pensadores clásicos.
1.-
Como
si
Scrates
no
hubiera
hecho
al
Principio
Democrtico
de
la
Libertad
de
Expresin
el
ms
directo
y
fino
homenaje
que
se
puede,
a
saber,
el
de
usarla,
soltando
el
da
del
juicio,
igual
que
cualquiera
de
los
de
su
vida,
lo
que
le
sala
por
esa
boca,
sin
cuidarse
mucho
de
las
consecuencias.
Artculo
Que
no,
que
no
Viva
Scrates!,
de
Agustn
Garca
Calvo.
Disponible
en:
http://www.webdianoia.com/presocrat/socrates_gar.htm
2.-
El
ro
Wei
era
extremadamente
profundo.
Una
persona
de
la
casa
de
un
hombre
rico
de
Zheng
se
ahog
en
l.
Alguien
encontr
el
cuerpo.
El
hombre
rico
quiso
comprrselo.
El
hombre
pidi
mucho
dinero.
El
hombre
rico
le
cont
esto
a
Deng
Xi.
Deng
Xi
dijo:
No
te
preocupes
por
eso.
Ciertamente,
no
hay
ninguna
persona
ms
a
la
que
l
pueda
vendrselo.
El
que
encontr
el
cuerpo
tambin
hallaba
problemtica
la
situacin
y,
de
igual
modo,
habl
con
Deng
Xi.
Deng
Xi
le
respondi
igualmente:
No
te
preocupes
por
eso.
Ciertamente,
no
hay
ningn
otro
sitio
donde
se
pueda
comprar
el
cuerpo.
Traduccin
del
fragmento
18.4/453
de
The
Annals
of
L
Buwei).
3.-
-Y
si
tuviese
que
competir
de
nuevo
con
los
que
haban
permanecido
constantemente
encadenados,
opinando
acerca
de
las
sombras
aquellas
que,
por
no
habrsele
asentado
todava
los
ojos,
ve
con
dificultad
-y
no
sera
muy
corto
el
tiempo
que
necesitara
para
acostumbrarse-,
no
dara
que
rer
y
no
se
dira
de
l
que,
por
haber
subido
arriba,
ha
vuelto
con
los
ojos
estropeados,
y
que
no
vale
la
pena
ni
aun
de
intentar
una
semejante
ascensin?
Y
no
mataran;
si
encontraban
manera
de
echarle
mano
y
matarle,
a
quien
intentara
desatarles
y
hacerles
subir?
Platn:
La
Repblica.
Libro
VII.
Instituto
de
Estudios
Polticos,
Madrid,
1981.
4.-
La
naturaleza,
teniendo
en
cuenta
la
necesidad
de
la
conservacin,
ha
creado
a
unos
seres
para
mandar
y
a
otros
para
obedecer.
Ha
querido
que
el
ser
dotado
de
razn
y
de
previsin
mande
como
dueo,
as
como
tambin
que
el
ser
capaz
por
sus
facultades
corporales
de
ejecutar
las
rdenes,
obedezca
como
esclavo,
y
de
esta
suerte
el
inters
del
seor
y
el
del
esclavo
se
confunden.
Aristteles:
Poltica.
Libro
I.
Versin
de
Patricio
de
Acrate
(1800-1886).
5.-
Quienquiera
que
repare
en
la
cosas
humanas
y
en
la
naturaleza
de
las
mismas,
reconocer
conmigo
que,
as
como
no
hay
nadie
que
no
quiera
gozar,
as
no
hay
nadie
que
no
quiera
tener
paz.
En
efecto,
los
mismos
amantes
de
la
guerra
no
desean
ms
que
vencer,
y,
por
consiguiente,
ansan
llegar
guerreando
a
una
paz
gloriosa.
Y
qu
es
la
victoria
ms
que
la
sujecin
de
los
rebeldes?
Logrado
este
efecto,
llega
la
paz.
La
paz
es,
pues,
tambin
el
fin
perseguido
por
quienes
se
afanan
en
poner
a
prueba
su
valor
guerrero
presentando
guerra
para
imperar
y
luchar.
De
donde
se
sigue
que
el
verdadero
fin
de
la
guerra
es
la
paz.
El
hombre,
con
la
guerra,
busca
la
paz;
pero
nadie
busca
la
guerra
con
la
paz.
Aun
los
que
perturban
la
paz
de
intento,
no
odian
la
paz,
sino
que
ansan
cambiarla
a
su
capricho.
Agustn
de
Hipona:
La
ciudad
de
Dios.
Libro
XIX,
Captulo
XII.
BAC,
Madrid.
6.-
Cmo
se
decide,
pues,
la
voluntad
concretamente?
Se
pueden
analizar
tres
casos.
A
veces
la
decisin
depender
del
"peso"
de
tal
o
cual
condicin
del
objeto,
en
tanto
que
valorada
por
la
inteligencia.
La
decisin
ser
en
tal
caso
racional;
por
ejemplo,
si
yo
considero
tal
cosa
til
para
mi
salud
o,
al
menos,
lo
es
para
mi
actividad
voluntaria.
Otras
veces
una
ocasin,
venga
del
interior
o
del
exterior,
har
que
me
apoye
sobre
una
circunstancia
del
objeto
y
que
deje
el
resto
en
la
sombra.
Finalmente,
la
decisin
puede
tener
su
origen
en
una
disposicin
interna.
El
hombre
colrico
y
el
hombre
sabio
deciden
de
muy
diferente
manera;
el
enfermo
no
ve
la
comida
del
mismo
modo
que
el
sano.
Como
dice
el
filsofo:
a
tal
disposicin,
tal
fin.
Toms
de
Aquino:
De
Malo.
Disponible
en:
http://www.webdianoia.com/medieval/aquinate/textos/aquino_voluntad.htm
7.-
Abominan
la
guerra
con
todo
corazn.
La
consideran
bestial,
aunque
ninguna
bestia
recurre
a
ella
con
tanta
frecuencia
como
el
hombre.
Contrariamente
a
lo
que
sucede
en
la
mayor
parte
de
las
naciones,
creen
que
nada
hay
menos
glorioso
que
la
gloria
conquistada
en
la
guerra.
Toms
Moro:
Utopa.
Disponible
en:
http://pendientedemigracion.ucm.es/info/bas/utopia/html/moro.htm
8.-
Teniendo
el
prncipe
natural
menos
motivos
y
necesidad
de
ofender
a
sus
gobernados,
est
ms
amado
por
esto
mismo;
y
si
no
tiene
vicios
muy
irritantes
que
le
hagan
aborrecible,
le
amarn
sus
gobernados
naturalmente
y
con
razn.
La
antigedad
y
continuacin
del
reinado
de
su
dinasta,
hicieron
olvidar
los
vestigios
y
causas
de
las
mudanzas
que
le
instalaron:
lo
cual
es
tanto
ms
til
cuanto
una
mudanza
deja
siempre
una
piedra
angular
para
hacer
otra.
Maquiavelo,
N.:
El
prncipe.
Captulo
II.
Disponible
en:
http://xavier.balearweb.net/get/El
principe
MAQUIAVELO.pdf
9.-
La
naturaleza
ha
hecho
a
los
hombres
tan
iguales
en
sus
facultades
corporales
y
mentales
que,
aunque
pueda
encontrarse
a
veces
un
hombre
manifiestamente
ms
fuerte
de
cuerpo,
o
ms
rpido
de
mente
que
otro,
an
as,
cuando
todo
se
toma
en
cuenta
en
conjunto,
la
diferencia
entre
hombre
y
hombre
no
es
lo
bastante
considerable
como
para
que
uno
de
ellos
pueda
reclamar
para
s
beneficio
alguno
que
no
pueda
el
otro
pretender
tanto
como
l.
Porque
en
lo
que
toca
a
la
fuerza
corporal,
aun
el
ms
dbil
tiene
fuerza
suficiente
para
matar
al
ms
fuerte,
ya
sea
por
maquinacin
secreta
o
por
federacin
con
otros
que
se
encuentran
en
el
mismo
peligro
que
l.
Hobbes,
T.:
Leviatn.
Captulo
XIII.
Editora
Nacional,
Madrid,
1980.
10.-
Para
comprender
bien
en
qu
consiste
el
poder
poltico
y
para
remontarnos
a
su
verdadera
fuente,
ser
forzoso
que
consideremos
cul
es
el
estado
en
que
se
encuentran
naturalmente
los
hombres,
a
saber:
un
estado
de
completa
libertad
para
ordenar
sus
actos
y
para
disponer
de
sus
propiedades
y
de
sus
personas
como
mejor
les
parezca,
dentro
de
los
limites
de
la
ley
natural
sin
necesidad
de
pedir
permiso
y
sin
depender
de
la
voluntad
de
otra
persona.
Locke,
J.:
Segundo
tratado
sobre
el
gobierno.
Captulo
II
(segn
la
versin
de
Amando
Lzaro
Ros,
Ensayo
sobre
el
gobierno
civil,
Aguilar,
Madrid,
1981)
11.-
Las
disputas
con
hombres
que
se
obstinan
en
mantener
sus
principios
a
toda
costa
son
las
ms
molestas
de
todas,
quiz
con
la
excepcin
de
aquellas
que
se
tienen
con
individuos
enteramente
insinceros
que
en
realidad
no
creen
en
las
opiniones
que
estn
defendiendo,
y
que
se
enzarzan
en
la
controversia
por
afectacin,
por
espritu
de
contradiccin
y
por
el
deseo
de
dar
muestras
de
poseer
una
agudeza
y
un
ingenio
superiores
a
los
del
resto
de
la
humanidad.
Hume,
D.:
Investigacin
sobre
los
principios
de
la
moral.
Seccin
1.
Alianza
Editorial,
Madrid,
1993.
12.-
La
emisin
de
deuda,
como
ayuda
que
el
Estado
busca,
dentro
o
fuera
de
sus
lmites,
para
fomentar
la
economa
del
pas
-reparacin
de
carreteras,
colonizacin,
creacin
de
depsitos
para
los
aos
malos,
etc...-
no
tiene
nada
de
sospechoso.
Pero
si
se
considera
como
instrumento
de
accin
y
reaccin
entre
las
potencias,
entonces
se
convierte
en
un
sistema
de
crdito
compuesto
de
deudas
que
van
aumentando
sin
cesar,
aunque
siempre
garantizadas
de
momento
-puesto
que
no
todos
los
acreedores
van
a
reclamar
a
la
vez
el
pago
de
sus
crditos-,
ingeniosa
invencin
de
un
pueblo
comerciante
en
nuestro
siglo;
fndase
de
esta
suerte
una
potencia
financiera
muy
peligrosa,
un
tesoro
de
guerra
que
supera
al
de
todos
los
dems
Estados
juntos
y
que
no
puede
agotarse
nunca,
como
no
sea
por
una
baja
rpida
de
los
valores
-los
cuales
pueden
mantenerse
altos
durante
mucho
tiempo
por
medio
del
fomento
del
trfico,
que
a
su
vez
repercute
en
la
industria
y
la
riqueza-.
Kant,
I.:
La
paz
perpetua.
Espasa-Calpe,
Madrid,
1946.
13.-
Toda
la
historia
de
la
sociedad
humana,
hasta
el
da,
es
una
historia
de
luchas
de
clases.
Libres
y
esclavos,
patricios
y
plebeyos,
barones
y
siervos
de
la
gleba,
maestros
y
oficiales;
en
una
palabra,
opresores
y
oprimidos,
frente
a
frente
siempre,
empeados
en
una
lucha
ininterrumpida,
velada
unas
veces,
y
otras
franca
y
abierta,
en
una
lucha
que
conduce
en
cada
etapa
a
la
transformacin
revolucionaria
de
todo
el
rgimen
social
o
al
exterminio
de
ambas
clases
beligerantes.
Marx,
K.
y
Engels,
F.:
Manifiesto
comunista.
Disponible
en:
http://www.webdianoia.com/contemporanea/marx/textos/marx_text_clases.htm
14.-
Para
comprender
claramente
lo
que
sigue
es
necesario
tener
presente
que
tanto
el
autor
de
estas
lneas
como
el
lector
que
las
lee
son
sujetos
y,
por
lo
tanto,
sujetos
ideolgicos
(proposicin
tautolgica),
es
decir
que
tanto
el
autor
como
el
lector
de
estas
lneas
viven
espontneamente
o
naturalmente
en
la
ideologa,
en
el
sentido
en
que
hemos
dicho
que
el
hombre
es
por
naturaleza
un
animal
ideolgico.
Althusser,
L.:
Ideologas
y
aparatos
ideolgicos
de
estado.
Disponible
en:
http://www.webdianoia.com/contemporanea/althusser/althusser_txt_1.htm
15.-
Para
m
los
conflictos
realmente
importantes
son
los
que
llamo
antagnicos,
es
decir,
cuando
realmente
no
hay
posibilidad
de
una
reconciliacin
racional.
Para
la
visin
pluralista
liberal
no
hay
conflictos
antagnicos,
porque
todos
pueden
encontrar
una
solucin,
mientras
que
en
la
visin
weberiana
que
yo
sigo
hay
conflictos
por
fuerza
antagnicos.
Entrevista
a
Chantal
Mouffe
por
Enrique
Daz
lvarez,
2010.
Disponible
en:
http://www.ddooss.org/articulos/entrevistas/Chantal_Mouffe.htm
Gutiérrez de Estrada, 1840, Sobre La Necesidad de Buscar en Una Convención El Posible Remedio de Los Males Que Aquejan A La República y Opiniones Del Autor