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U5.III Svampa
U5.III Svampa
Fl wiunfo electoral se festej6é én todo ef pais. Antes de la
medianoche de ese “dia peronista”, se levanté la prohibicisn
de las manitestaciones, lo que produjo el retiro de los efectivos
policiales. Una marea de manifestantes desembocd en la sede
del comando de campaita, en la calles Oro y Santa Fe de la
Capital, donde estaba apostado Campora, bajo un poster de Pe-
r6n, escoltado por Juan Abal Medina y el dirigente metalirgico
Lorenzo Miguel. Una mirfada de
consignas de lucha convergs
cos festivos y agresivas
in en una sola voz.
», no todos los dias serfan tan peronistas como
Sin embar
éste para la “gloriosa Juventud”, que habia Hegado al climax
— 393es ane mes dey
eleceiones ave que soportar
tuna de: Sus. primers a
taciones: enel acto Hunde
nal_de Ja YES, Galimbeut
‘acompanado por ADal Med
n discurse i
cendiario Hamando a fa er
Ton de milicias populares
Ua arengd se produjo
las accion
rerrilleras habfan rent
decido: copamiento del ERP
én Ta Central Atémica de
Kiichi: la_toma de Villa
Hecwe 4. Campor en un ace dures
fa cannpaa electoral Slay Fuerzas Armada realt
aos por el ERP y por Mon
tongros, La ira de Peron no
tard en caer sobre los jOvenes dirigentes: tanto Galimberti
jados @ presentarse en Mz
did, donde se réaliz6 una suerte de enclave en el cual partici
paron representantes de las diferentes ramas det peronismo,
entre ellos Ia ortodoxa Norma Kennedy, por la rama femenina,
y ef coronel Osinde (quien tendria una siniestra responsabili-
dad en los irigicos sucesos acaveidos meses después en
deg nde Galimberti, BI he-
cho también signaria el comienro del destierro politico del en-
tonces secretario general del MNJ, Abal Medina, quien recibi-
ria la orden de novar” hasta la Tegada de Perén al pais.
ax fefag EI 25 de mayo de 1973 fue un dia de jubiloso desfoorde
} RsistieTon a la ceremonial de asuncién de Campora una cohorte
de representantes de gobiernos latinoamericanos, entre los
cuales se destacaban el presidente chileno Salvador Allende y
st par cubano, Osvaldo Dorticés, fervorosamente saludados
por ki multitud «través de cdnticos y consignas de lucha. Lue-
go de que Campora recibiera la banda presidenciall, en vez del
Ezeiza), que termin6 eon la degradac
394 ——
verin”. Al anochecer, el foco de atencién se trasladé ha
ae
hista. EL neve presidente pronuncid un duro diseurse cn et
nd Hegada “Ia hora de Pern’
tmenaje a fa “juyentud m:
cisivos, supo Fesponde
terse, con la di
niGionali
ceual procla » rindio ho
Irante. C i
tfunto”, s preguntaba el presidente clecto, “si lo dio todo.
—Famili 10s, hacienda, hasta la vida— porel ideal Uy
und Patria Tusticialista. Si no hubiese sido pdr ella, tal vez I
agonia del régimen se habria prolongado”;
“Ta Jornada festiva estuvo salpicada por algunas refriegas
con la policia y otros incidentes de neto corte simbélico. Asi,
el secretario de Estado de los Estados Unidos, William Rogers,
no pudo presenciar el acto de asuncién del mando, porque uma
multitud que coreaba consignas antiimperialistas le impidi¢
Hegar hasta la sede del poder. Los miembros de la Junta Mi
tuvieron que abandonar el lugar en helicéptero. Una pi
da escrita en aerosol adornaba una de las paredes de la Cast
Rosada, a la que alguien habfa rebautizado “Casa Montonera
No solo la histérica Plaza de Mayo, sino también el mismisi
mo Saléin Blanco se Henaron de jévenes con camisas floridas y
desabotonadas, vestidos de blue jeans y camperas, con los de-
dos abiertos en “V”. En medio de un confuso episodio, Juan
Carlos Dante Gullo,uno de los delegados regionales y dirige
te de fa JP, toms a su cargo la seguridad del acto. L
deTegados de las regional
bies balcones junto con C
ba de vitorear la cons
s de la JP aparecieron en los eéle-
pora, saludando a la multitud que’
Sexgn. evans punsasal
ta Ta
carcel de Villa Devoto, donde se hallaban gran parte de los
esos politicos de la dictadura, la mayoria ligados a organiza-
jones armadas de izquierda. Acompafiados por una cada vex
in. Luego de aprest
dencial storzando la amnist
(WE SerFa aprobada dos dias después por el Parlamento.
te hecho, c jombre de Devotazo, al cual el
senador peronist Vicente Saadi no vacilé en
— 395 —tuna sepumda toma de La Basta
hes, Por an
wlo, ef Devotaze astm el caricter dean hecho
na expresi6n de fa Tuer de las cosas.
io de tin proceso hist6rico-social. Por el otro, legitims, sin
des distinciones, todas aquellas formas de resistenci
contra de Ta dictadura, Desde esta perspectivar cin
Tevaba Ta justificacioirde krviotencia de la guerrilla como res
puesta a la violencia del Estado. Por iltimo, para I
Armadas y otros sectores de la derecha, no s6lo ponfa en evden
ci Ta Ofienitacisn ideolégica del gobierno recién asumida, sito
«{eT0s confrontaba a las futuras consecuencias de fa liberi
= (Eto principales dirigentes de las orgaiziciones armadas que
Venian constituyéndose en los tiltimos alos.
Wisi to, un clima de fiesta, plagado de declaraciones
ampulosas y enfitticos ju
ramentos, perfumaba la
primavera camporista y
colocaba en el centro de la
accidn épica a ta Juventud
Peronista, la que aparceia,
segtin palabras de Cam.
pora, como vanguardia de
defensa del pueblo argen
tino. Una muestra de este
sentimiento aparece en las
declaraciones del triun
fante candidato a y
bernador_d
Atilig Lépe7:
1 inesistible
ural core
las Fuerzas
‘Yo quiero
sehalarcdneretamente
esta noche, donde ya mi
pueblo de Cordoba la cla
se trabajadora, nuestra
gloriosa juventud, a vie
guardia peronista y todo el
pueblo me han consas
Vicegobernador: yo, come
hombre del movimiento
1 eave de Vila Devoto en vigerasde ka
Mevacio de lox preos politicos en mayo ODFEFO, YA. UE I veIIEO a
de 1974 pedir ni vengo a plant
Jo
la neeesidad del voto, vengo a comprometerme ante mi puchlo
para decir que si no sé cumplir, es gloriosa juventud sepa
ajusticiarme”. En este perfodo, los peronistas ligados al ala iz-
quierda asocian la juventud a una gesta heroica, y son pocos
los que entrevén ef horizonte oscuro que los acecha. Bast
cordar que el propio Atilio Lépez, quien proventa de las filas
eT combativo sindicalismo.cordobés, seria asesinado mas tar-
escuadrones de extrema derecha, fa ‘Triple A. co-
stro Lépez. Rega desde su despacho ga
Entre el movimiento y la institucién
La composicién del gabinete que acompaitaria a Cémpora
daba cuenta del conglomerado de organizaciones y tendencias
heterdclitas que caracterizaba al movimiento: el Ministerio de
Trabajo era ocupado por José Otero, sindicalista y hombre
de la UOM; el peronismo histérjco estaba representado por
dos hombyss-de-ceniso, Antonio Beniez en Justicia y Lore
‘Etlucacién, El sillon del Ministerio de Eegnonyia fue
oCupado por José Ber Gelbard, paradigma de la CGE yr
sable de implementar el “pacto social”. El joven
RBI. estrecho colaborador de Campora y allegado ata JP,
ocups el Ministerio del Interior, mientras que Juan Carlos
Puig, también cercano a Tar Tendencia, ve harfa cargo del Mi-
iMisierio de Relaciones Exiéfiores. Por dltimo, el sibilino y
emt retario personal de Perén, Los¢
Lopez Rega, asumi6 el Ministerio de Bienestar So.
“For estatutos a distibucign de Tos cars prevett an 25% pa
cada rama del partido (la politica, Ia sindical, la femening y la
nical,
joven). Sin embargo, la JP, que nuned dejé de vivir con cierta
mcOmodidad y hasta coMffadiccTon Ta disputi por la diséribucion
AT Poder, slo obtuvo el 18%. Dos gobernadores de las prov
cifis mas importantes, Oscar Bidlegain, en Buenos Aires. y Ri
Vez mis influyente secr
dD Obregén Cano, en Cordoba, afinidades con Ta Tende
Ga También era el caso™AE tin blogte de dipiitados nacionales,
‘UMTETOS cuales se encontraba Nilda Garré. Por otro lado, el cam-
PoTETA Cultura y, mas claramente, el ainbito universitario, aps-
nea como claramente “teen TeTEndencra,
—
aRecordemos tambicn que. ademas de kas leyes anlinrepre
Sivas que sanciond apresuradamente el Parlamento, otros he
chos marcarian ta coloracién idcoligica inicial det gobierno,
como el discurso del ministro de Interior, Esteban Rig
Polieéa Federal,
his a kt
fe redefini6 los deberes del cuerpo, excla
tmaido que “el pueblo ya no es mas el enemigo sino el grin
prolagonista”, © aquel otro del embajador Vazquez frente al
Horo de las Naciones Unidas, anunciando los nuevos linea
Inicntos tereermundistas de la politica internacional
Pero, pese a la modulacién radical que se percibe en los mv.
‘mentos politicos iniciales, pese al vinculo privilegiado que la
Juventud habfa desarrollado con el presidente vieario, el go-
bierno camporista estaba lejos de proyectar un escenario ti
en resonancia con estos actores. En efecto, mas all
ico
de ta puja
itable por los espacios de poder, el gran debate que co
mienza a instalarse en esa época, multiplicando las escenas de
conflict, es la demanda de institucionalizacion del movimien-
0, planteada primero con hesitaciones desde el seno del 2o-
biemno camporista, expresada cada vez. con mayor firmeza por
el propio Perén, exigida, en fin, por la realidad misma de las
alianzas econémicas establecidas. En sui
b
de lo que se trata
| a pesar de las oscilaciones iniciales, era de plegar la a
de los actores involucrados a las determinaciones del gobierno
recién asumido, en titima instancia, a la voluntad del propio
Perén.
1H atravesaba tr
1S Corpor Ta polities, en Ta cual se trataba de definir ia
Teracion con Tas organizalones 7 CTOMISTAS, Por Tit i-
ima socie-
mente los
nto, TP ESpeciticamne
© had movrzmcerciva paiticlpacion desserts
Tanales Previstos por la institucionalizacion,
“Ta primera gran escena coloca en el cenifo de las preocupa
ciones del gobierno nada menos que la posibilidad misma de
aplicacién del modelo populista, a través de la figura de ta
concertacién social. En efecto, no hay que olvidar que, desde
sus origenes, el modelo nacional-popular implicaba una dete
forma de intervencisn del Estado, regulador de Tox miv-
de redistribucion del ges nacional entre
por un
ldo, trabajadores representados por los sindicatox y. por elo
ail
i
ado, Jos seetores empresariales. Aludiat entonces, y antes que
nada, a Tha alanza de clases, s6lo realizable dentro del marco,
de un “pacto social”, Este habia sido el modelo que Perén ha.
bia imptementado con éxito durante sus dos primeros mands
tos y no eran pocos los que guardaban un recuerdo idealizado
de la época. Pero el paso del tiempo acusaba diferencias noto:
rias entre ambas épocas: si ha 1 dle} sec-
tor asalariado en el ingreso na anzado su punto
faximo con ef 46.52%. en 1971, ésta ya se habia reducido al
IET_A esto hay que aiiadir que los Mimites de las posibilidades
1@isitibutivas de este modelo habian ido operindose en un
contexto hist6rieo en el cual, paradgjicamente, los sindicatos
habfan desempefiado un rol importante. Luego de la caida del
peronismo, éstos habjan extendido sus esferas de representa-
cin, convirtiéndose en un poderoso actor politico y social,
cuyo peso en la puja distributiva habria de ser, en muchos ca-
sos, independiente de la coyuntura econ6mica
EL “pacto social”, suscripto por la CGT, la CGE y el gobi
ng, Gstablecta ef congelamiento de precios y li suspenst
TEGOCHACTONES COWEEIVas durante dos afios, asi como eT ca
TUE Tanias piiblicas’y sdlo un aumento del 20% en los sala-
rios, Para tog aeeneccioat Fron fjabra tenido que Tesple-
SF Toda su capacidad de presiot
sindicales, sobre todo a través del leal secretario general de la
iencia sobre las huestes
CGT, José Ignacio Rucei, Sumemos a esto que el incremento
salavial RabtT CETATTATS las amplias expectativas de la clase
trabajadora, mayoritariamente peronista. En fin, los hechos
posteriores, signados tanto por el aumento de la conflietividad
social en un contexto de’puja intersectorial como por la desa-
paricién fisica del lider y el recrudecimiento de la violencia,
terminarian por sellar el fracaso del pacto populista
En segundo lugar, ta vfa de la normalizacién institucional
identificada de ahora en més con el gobierno electo, evocaba
un micleo irresuelto en la compleja relacidn entre tas organiza
ciones armadas peronistas y Petop. Una via que aquéllas n
tefminaban de rechazar del todo, aunque fuera relativizada
Gio en Tos hechos como en las declaraciones. Asi, un Sinai
Tes de Ta asuncién del gobierno, lax FAR y Montoneros habian
dado-a conocer un Tocuiniento cofjamto -que"separaba el “go-
histo aeT poder maiifestando su apoyo al gobierno ©
wosléi
(
fo, pero afirmando fa continuidhad de ba Lucha ar
ini, Campora revibirs
nizaciones arn
nada, HE LS de
alos principales digigentes de kas or
ida petonistay, Pa reunisn no tenia otro Tin
aie exigir Cl acatamiento al nuevo orden, To cual conllevaba,
epic Tériino, la aceptacin del “pacto social” propuesto
parelmi a plea fundaniental del gobion gobierno pop
. por primera vez. las organizaciones
madis peronistas experimentarian Ta obligacion de ajustarse
losTHOTdey nacTonal- populares que disponta cr EODETMTLAep
Tacion tah remmeMtey-stspicaz cOmo fa que desplegariin lys
atTmiex CoMporativos del perfodo, especialmente 1a CGT
“Lejos de confiar en la conduccién “burguesa” de Perén y en
cl caricter policlasista que ofreefa el Movimiento Nacional
Justicialista, el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), or
ganizaci6n armada de origen trotskista procedente del PR,
continuaria desarrollando acciones, aunque se eneargaria de
aclarar que no Hevarfa a cabo ataques “a las instituciones pu-
bernamentales ni contra ningiin miembro del gobierno del pre
lista, De esta’ manera
sidente Cémpor
Pero la cuestién de la “normalizacién institucional” debis
afrontar un nuevo y tercer flanco de conflicto, mas de orelen
social que politico, que remitia a la amplia movilizacién social
que habfa seguido casi de inmediato a la transmisi6n del man
do, produciendo —como ha sealado Flavin Nievas— wn 13)
pido _desborde de los _canales institucionales existentes. [sit
pfoeeso de movilizacion es ilustrado de manera paradigmitica
por las “tgmuas”, h aceién dir
ocupacidn de aac hospiales Escuelas. Jades, varias coniu-
nas delinterior, diarios, canales de (elevision, organi :
ciales, Tabricas, inguilinatos, entre ottos. Estas acciones no
1eSpondian a una conduccién Ghificada ¢ involucraban actorgs
«eVariado tipo, desde individuos desarraigados hasta funcio-
naiTos de ggbienfO TEXTE activistas y simpatizantes del ala t7-
AMTERTT Masta, En algunos casos, militantes de la dereoha pews
asta MTichas efan realizadas en nombre de la lucha “anticon-
(inuista”; otras, con el objetivo de desarrollar propaganda ar-
mada, La movilizaci6n alcanz6 picos de verdadera insurree-
cidn: asi, entre el 4 y el 15 de junio se produjeron casi 500
tomas de distinto tipo en todo el pats y se han calculade unas
2.000 para el perfodo de referencia,
eta que Hevaron a ki
Tos af
400
ais fonts Fucron muy difundidas por los orsanos de prensit,
muchos de los cuales no ocultaban el desagrado que les prove:
caba la inaccién del gobierno. Aunque el ministro Righi habia
calificado a esos hechos como “saludables”, al considerarlos
como efecto de la descompresién politica, es claro que la si-
wacién habria de generar ambivalencias que prontamente se
convirtieron en dilemas insostenibles. Las tomas marcaron en-
tonces un primer punto de conflicto y, a Ia vez, de separacién
jad movilizada. Por
s coineidian en
entre el peronismo en el poder y la socie¢
un lado, los actores intervinientes en las toma
afirmar que el gobierno popular abria un nuevo periodo histé-
que muchas de las ocupaciones se realizaban
en nombre del gobierno popular y, en numerosos casos, con a
genuina intencién de fortalecerlo. Por otro lado, a través de
ellas, comenzaban a advertise notorias discrepancias acerca
del contenido y del sentido que habfa que dar a la etapa que se
abria. Diferencias percibidas con claridad, ya que muchos de
los protagonistas de estos eventos, desde el ala izquierda, no
podian traducirlas en términos claramente programiticos €
institucionales. Por su parte, como hemos dicho, et gobier-
no, atin buscando a tientas la via de la institucional
nfa un clafo programa que era ademas una doctrina: el pacto
social
Los grandes actores corporativos no tardaron en manifestar
su disconformidad respecto de las tomas. Por supuesto que la
“tolerancia complaciente” del gobierno contribuy6 a generali
control y caos social que prontamente ha-
bria de reprocharse a la gestién de Campora. Tanto desde la
izquierda como desde la derecha no serian pocos los que ve~
rico. Asf, suced
zar la imagen de de:
rian reforzada su conviccién de que se hallaban frente un
uaci6n prerrevolucionaria”. Sin embargo, la movilizacion Tue
Gsactivads, NOT EASUAT que la presién por termin
fase de efervescencia popular fuera mayor aquellos dias en que
se definia la firma del pacto social. Finalmente, el 14 de junio,
el todayfa secretario general del MNJ, Juan Abal Medina, utili-
zando la Cadena Nacional de Radiodifusién, exhorté a poner
fin a las tomas. Dos dias mas tarde, Ta TP apoyaria el pedido,
aves de un doctimento avalado por todas las regionales.
“Eirsuma, el rapido proceso de efervescencia ligado a las to-
mas, asi como su forzada desactivaci6n, constituyen sin duda
con la
401i
dle bir refacron ont 4 ai
wacterial civil movilizada, ' i
UL retorno de Peron
Con ef peronisme en ef gobierno. ef operative de retorne del
Ler estaha en nearest, Fue puesto en manos de una comision
espeetal en fa eal aperaban personajes oseuros de ka derec
prevnista como los ya nombrados Osinde y Norma Kenned
ademas det propio sceret ,
Kucet Tambien estaban Lorenzo Mi
“BURT TI TOV Tpunicipagion. Por oto
io. esis preparativos hicieron cada ver mas notori fu mnil
tuple influcncia det sceretario de Peron y ministro de Bienestar
Ya en los dltimos meses de fa estin
Madi. 1a hegemonia ge este personaie
Laspulinesco se habia tornado indiscutible
SS
Ta PY TRS astrupacion ida pefOnistas Fcron ma
acidn del acto de recibimiento que se re:
dlistica que pronto se estrellaria contra ta propia vol le
Lider, la conduccién de Monton Seen
Cnpenit Si oT ToT
demostracion de fuerza les dari
amet
sia de fa IP,
ros y de fa JP colocd todo su
Sane, confrando en quecst
el lugar que les correspondia
idas, Ta mayor concentra
wdudas,
ro somo con el Tider tetdrarlugte Bene ot paleo
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© Tos arbotes 0 en los Cditetos allende ¢l
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ws cstadisticay Tinales dan ciemarde fiver niet
fox ochents Terao. AN
rom. y POR.
wer
Manifestantesse dirigen 0 Ezeica en ocasién del regreso de Perdin, 206-1975:
atrapados y torturados en el Hotel Internacional por grupos
‘ar ¢ ideologfa, anticipaban la Triple A. Final
ransportaba a Perdn aterriz6 en el aer6
que, por su acci
mente, el avién qu
diamo-de Moria
‘Al dia siguiente, un Perén “dese
contundente discurso en°el cual, omitie
tia directa a los hechos de Ezeiza, realizaba un Hamada a “vol
ver al orden legal y constitucional, como Gnica_garanti
eri. de justicha™
Detengamos el relato un instante porque Ja inflexién es de
rmagnitud. En la prética politica del Ifder, el Movimiento N:
Clonal Justicialista era, sobre todo, el arte de la contradicei6n
discursiva, En efecto, con el correr de los afios y las
nes, el discurso de Peron fue transformandose en una especie
de libro sagrado en cuyas paginas siempre era posible hall
para una misina pregunta, dos sentencias diferentes, general
rente contradictorias entre si. Tanto la izquierda como Ta de
nado” pronunciarfa un
cualquier referen
[08fecha det movimiento habtan sabuls esplotar esta earacteristy
61 propra del discurse populist, pari autentilivar sus posicie
hes y proceder a fa desealiticacton deL ote. Sin cn
fr ese ne
ob
nto. La Juventud no se habia visto obligadt a reali
‘ar unit sobreinierpretacién de sus palabras: sélo se haba limi
alo
elosar una parte del discurso del lider, aunque a veve:
buscara explicitar lo que la palabra sugerfa o tratara de unit
to que otros separaban, amplificando los nexos entre los temas
ue atrivexahan los debates de la época, como aque! entre “cl
socialist” y “ho nacional”
Fo novedoso aqui es que Perén, un dia después de st retorne
cletinitive. se despojé de toda ambigtiedad y establecié un evr
te, cuya sustancia diferia sensiblemente de aquel que sper
los seetores juveniles y las organizaciones armadas pero
fis. Y por mucho que éstos tardaran en reconocer las conse:
cuencias del final del doble discurso, una
cada ver 0
i da de hechos.
is convalidkados por las didfanas palabras de Perdn,
Palews det acta en Bsvica, 206-1973,
404
Per6n impugna a los sectores radicalizados, 21 de junio
de 1973
‘No hay nuevos rétulos que califiquen a nuestra doctrina ni a nues-
tra ideologia, Somos lo que las veinte verdades peronistas dicen, No es
gritando ‘la vida por Peron’ que se hace Patria, sino manteniendo ef
credo por el cual luchantos.
"Los viejos peronistas lo sabemos, Tampoco lo ignoran nuestros
muchachos que levantan banderas revolucionarias, Los que pretextan
lo inconfesable, aungue cubran sus falsos designios con gritos engai
$08.0 se empeiien en peleas descabetladas, no pueden engaitar a nadiv
Gal
Los que ingenuamente piensan que pueden copar nuestro Movimien
10 0 tomar el poder que el Pueblo ha reconquistado, se equivocan (...)
‘A los enemigos embozados, encubiertos o disimulados les aconsejo
que cesen en sus iatenios, porque cuando los pueblos agotan su pacien
cia suelen hacer tronar el escarmiento.””
Buente: J.D. Pessin, Diseursas y mensajes del reniente general J. D. Perén,
junio a octubre de 1973, Presidencia de ka Naci6n, Secretaria de
Prensa y Difusién,
se encargarfa de desmentir el tortuoso ejercicio de sobreinter:
pretacién al cual se verian librados.
Por oiro lado, con Perén presente en el pafs, pronto e
biemo de Cimpora se foriarla invosten7BTe. A Tos 5
“esaires del lider, se agregarfan fas crecientes presToneS
prove-
“Tiéiites del sector (Ue lideraba Lopez Rega. La crisis desembo-
cartrcon tarenuncia de Cémpora y del vitepresidente Viceiite
Solano Lima, et 12-de julio. Una maniobra poco prolija habili
t6 T Raul Lastiri, entonces presidente de la Camara de Diputa-
doSy yeriio dé Lépez Rega, a reemplazar a Campora. La tran-
sicién estaba en marcha. Proni0 Peron volverta a calZar
vaimente Ta alee
Meyymionn Oe iNest
105FL SEGUNDO MOMENTO: PERONISTAS VERSUS
PERONISTAS,
H1aceeso de Perdn al gobierno volverfa a colocar en manos
lel lider Li posibilidad de recomponer el perdurable vinculo
con cLvtor sindical y de redefinir la rela
representantes de fa juventud y las organiza
De manera coneretat, el
én con los discolos
ones guertill
hierno abria la via para la consolica
firme y estable entre el peronismo y
juego. Veamos en primer lugar su relacién
1 poder sindieal, para luego abordar los tazos con Tos sec
tores de izquierda
Durante ef exilio, ta relaci6n con el sindicalismo no habia
estulo exenta de conffictos ni de amenazas de heterodox
11a pestion verticalista del Lider se habia encaminado a |acons-
tensiongl, que apuntaba al diseiplina-
ode los sindicatos, afirmados como “poder social” Tin
proclive a lax negociaciones informailes a espaldas del propio
(Cron yal mismo tiempo, a la convivencia non sancta con los.
sObieinos de facto, No por casualidad Pern habia decid
ine {a seein de las vanguardias grmadys, Sus Forma
pociales”, chfativands la"necesidad del tra
neracional, Fue en este contexio, mareado por f
Tones de poder inestables, donde la figura del enemigo inter
suo comeen76 a tomar niveles inusitados de virulencia, El asesi-
uate del propio Yandor, Hevade a cabs
17D pero instiga
Cintas expresion
sion det Tid
iota Bi
sunulivalis
truceion de un equilibi
ritento g4
‘go de Perén durante el exilio.
a diferencia de otros’ actores de la época, los
contaban con una experiencia hist6riea mas que
ender cabalmente algunas de las con.
scctiencias del pasaje de Perén desde la oposicién al gobierno,
Por otro lado, Estos eran conscientes de las implicancias que
ci ferminos tedistributives traerfa una politica de concertaciGn
poco favorable para los sectores populares.
Sin embargo. kx redefinicién del vinewlo no suponia exelusi
4100.
1 proente uan D, Pevin jn a diigentes indices eine
Peomer Lorenzo Miguel y Casilde Herreras, agosto de 1973,
ie un Hamado al sacrificio, el que, en todo caso, se reali
que de ta
vam
AUST TMENOS Ei NoMNBFE det OUELo nacional-popula
disciplina y la lealtad, las dos virtudes cardinales det justicia
tivo de Perdn estuvo marcalo por
movimienfo, En ef plano
stiBélico, pronto se destacé el reconocimiento de Peron hack
los*Viclos peTOMIslas”, a quiienes habia denostado asta ha
‘TIT poco tiempo y qi mas no _cesaria de clogia
contra os cto de Ia “mucha esurads
miraponicndolos respecto de la “muchachada apresui
“ aitirmacion de la clgse wribagadora on
ganizada coro “columna vertebral del movimiento™. En suma.
Sie Girohacia la Terecha, anunciado en Tos WeMHos meses. te
interpretado por los sectores del sindicalismo burocritico
como una expresidn de la voluntad del lider de volver a paner
Jas cosas en su lugar,
lismo, pi
un vir
107Por ott parte, la buracraeia sinuieal mantenia praves con
tes del sindicalismo combative que, en
hombre del basismo y de la autonomfa sindical, fomentaban
formas de acvién clasistas. Este tipo de sindicalismo era re
presentido de manera ejemplar por los cordobeses Agustin
Vosco (Sindicato de Luz y Fuerza) y René Salamanca
(SMATA). Hn este Irente de conflicto, Peron, que no compat fi
la tolerancia que habia caracterizado al gobierno de Campor:,
se dispuso a apoyara la ortodgxia sindical, para lo cual impuse
una Politica d& Control y represtonde Los conflictos intra:
dicales. Hxpresiin de esto fue la nueva Ley de Asociaciones
Profesionales (ley 14.455), aprobada en enero de 1974, que
aseguraha ef monopolio de la representacién a las estructura
de mayor agregacidn, en detrimento de aquellas descentraliza
das. de implantacién local e independientes de la conduccis
«le la CGT. Mais simple, el encuadramiento del sindicalismo
peronista, suerte de revalidaci6n de Ia antigua alianza, se tra-
dujo en beneficios tangibles de diverso orden.
Pero la esperaca firma del pacto social no se tradujo en una
disminucidn de la conflictividad sogial. $i las demandas de au-
mento salarial decrecieron, todavfan quedaban vigentes otras rei-
vindicaciones que portaban sobre las condiciones de trabajo y la
lomocratizacion sindical. Por otro lado, pese a que Perén habia
amunciado fa ejecucién de un Plan Trienal y afirmaba haber con-
trolado la inflaci6n, en los de 1974 el pacto o-
ial sufrid un primer revés cuiando los smpresarios renuncjargn
afsorbgr el costo de Ta intlacign imporada por'la efisis tmterna-
Ghul" pgrdjea A esta Talia Ue confianza et el modelo,
ristrumentado, se sums el reclamo de los sindicatos que, presio-
aulos por kas bases frente a la caida del salario real, exigieron un
suinento salarial en relacibn con el ineremento de 6s precios. Tin
imo Te TOTE, Peron Name a una Gran Panta, ep Ta Sul jc
uio TaMO Mediaddr, debido al desatuerdo existente entre las or-
mizaciones sindicales y el empresariado, Los sindicatos obtu:
“Vieron asi un aumento salanal dS T3%, pero fos empresarior hi
ciGFOn caso omiNo del limite expres
nistoro-y waskadaron el
TiS, Tr economia populista era asolada ito slo por Ta Mflacidin y
ia crecicnte puja intersectorial, sino también por el desabusteci-
nto ake productos hasicos y el desarrollo del mercad
lo negro,
408
EL ulitino discurso priblico de Persin, pronuneiado ol 12 de
junio, debe haber sonado a amarga despedida en los oidos de fa
dirigencia sindical, atenazada cada vez mas entre el dilemia de
Ja lealtad y las demandas de un sindicalismo reivindieativo. En
su tradicional lenguaje de guerra, Perdn los traté de
do, pese a haber rtado,
ia o respetar el acuerdo,
eirdos oportunidades (en junio del 73 y, con la Gran Paritaria,
en marzo del 74), Por dltimo, el 17 de junio, en una alocucion
mantenida en Casa de Gobierno, Pergn exhorté nuevamente @
los Tepresentantes de Ta CGT ano romper el pacto social y pro-
mets eT pago de un.
uinaldo completo para julio de ese afi.
El cerco a la izquierda: las palabras y los hechos
Las dificultades que tuvo que afrontar el tercer gobierno de
Perdn se desplegaban en més de una escena. Una vez lograda
la concertacién social, desactivada Ia ola de ocupaciones y
asegurada la transicién en manos de Lastiri, el propio Perdn se
encargaria,de imprimir un giro radical a su relacién con los
representantes de la ‘Tendencia. Asf, el discurso en torno a la
necesidad de la “institucionaliz
Parte cont Ia rebelde del movimiento. Sin embargo, es
necesario tener en cuenta que la posicién asumida por el lider
implicaba un viraje mayor, pues por primers vez. en la historia
del movimiento justic antes que proponer una inte
cién, que sabia de antemano forzada, Perén apuntaba a la
abierta exclusion de toda una corriente interna.
Este desencuentro con el Hider serfa, para muchos militantes
de izquierda, politica y existencialmente, dramatico. En reali
dad, la primera gran tragedia del peronismo se jugs aqui, entre
estos militantes desparrados entre su adhesion a Peron, que
contradeefa abiertamente sus aspiraciones y renegaba de ellos,
“Tia voTantad siempre actual de radicalizar el" peronismo. La
“historia de este desencuentro puede seguirse paso a paso a tra-
vés de los discursos del propio Perén: primero aparecen las ad-
as, deslizadas en tono edificante; luego una inconteni-
ble serie de descalificaciones (“idiotas titiles”, “infiltrados”)
atcompafiada del efectivo proceso de exclusién de la izquierda
409
onalizacién” estaba orientado en grin (Hage oer,peranista del espacio politics. Bor ulin
1. sobrevine i abrerta
y escandalos rupli
LiL primer discurso de Pern, Inego de tos sucesos de Hein
cestamps con (odas las letras el reconocimiento a las organiza
cones sindicales y a los viejos militantes peronistas. Por ver
primera, Perén situé también a la izquierda peronista en el In
sar de “enemigos embozados, encubiertos 0 disimulados”. Por
nneargé de aclarar la verdadera concepcién de! jus
Licialismo; “Somos lo que las 20 verdades justicialistas dicen”
A esta primera redefinicién del campo politico -ideoligico.
las fwerzas nucteadas en la Tendencia habrian de responder,
primer lugar, con la teoria del cerco, suerte de Lectura conspi
iva que pretendia fo responsabilizar al lider, coloc,
fo de las verdaderas decisiongs fuera de éte. La teoria del
irecia dos versiones que. aun Coipemenara, de
bir Ser diferencidTas: Iq prtmera era la version “magi
ultimo, se
El distanciamiento montor
“Ayer éramos Jos ‘muchachos" y éramos saludados por ef Jefe det
Movimiento con emocién por nuestra lucha, se honraban tmuestros mates
tos y ahora, por ser como Perén dijo que tenfan que ser las peronistas
por advertir que la lucha atin no ha terminado, que no tenemos todo et
poder, que hay que trabajar para conseguirlo, que hay que organicarse
yno ceder, por eso ahora nos sefalan que hay otros partidos ‘socialis
tas’. ¢Por qué no nos dijeron antes, cuando peledbamos, que nox pasti
ramos a otro partido? ;Dénde estaban estos que nos tirotean y que pre
paran los atemados para eliminarnos cuando habia que pelear contra
Lanusse?”
Pardo Cabo, El Descamisado, 12-2-197.
identificaba al “entorno” y mas precisamente al “brujo Lépez
Rega” como el verdadero responsable de las desacertadas de
efSiones que iria adoptando Perdn, La segunda era la versién
RICO
acdHteeimientos al imperialismo, en e6ASo
iffternacional” de militares recientemente instalados en paises
Iififivofes. Esta tiltima lectura de que el cerco se venia tendien-
aS Sobre Tiferentes naciones latinoameriganas Cobraria mayor
ferza después de la ciffda dé Alfendé en Thile, ocurrida‘en
sePliembre de 1973.
“Los hechos se fueron sucediendo con celeridad. Un.ames dk
asacre de Ezeiza, Montoneros organiz6 una movi
ala residencia de Gaspar Cgmpos_donde se algia-
‘a marcha, en la cual participaron unos 80 mil js-
IP, se proponia algo mas que el restablecimiento de
- que Senalaba como Ultimo responsable de los
ia con él “Cervo
venes de"
loScanales de comunicacién directos con el lider (romper “cl
ceito"). En realidad, a trayés de una demostracton palmai
del poder de movilizacign, el objetivo final no era otro que Cl
dePresionar a Pergn y recuperarasi una posicién de fuerza On
PefSii Sonrjente se encargd de recibir slo a cuatrg de Jos dir
entes de ICIP, lnege de desaitarlow en Gaspar Carnpor. y Shit
Sell. ue
gaflos% fmarchar hasta la residencia de Olivos. Perdn_post
Vira
to Taide CoA TTP. Sin
fi COnLICTO ditee
nbargo, aun antes de tinalizaur brdesconcentravion, los dirigentes de Li IP se enteraron por ba
cia oficial Tekin de que ef musmusine Lopez Regt
weaba
ha de ser designade como mediador entre Peron y ki Juventud
No obsta
tuna de
Le, como 1o avalan ciertos “documentos de coyun
sanizaiciones peronistas, el deseneuentro com
Peron suseit6 una interpretacién mas realista y eritiea del pro
ceso politico en curso, en la cual se subrayaba el “eardcter mx
sico” y fa inexist
del cerco, Este reconocimiento los He
‘ara «alismar que “Perén nos ofrece como prenda de ncpocin
isin, Sus negociaciones para lograr la unidad nacional y sis
ones con el imperialismo tienen como elemento de
ena voluntad”, @ nosotros"
Por dltimo, todos los esfuerzos interpretativos se vieron
acompatiados por fa afirmacién de la legitimidad y del cari
ter peronista de tas acciones de ta Tendencia. Dicho de otra
modo, de ks declaraciones y de las demostraciones de fuera
sta cla ani podia haber expulsion,
/ fr Tin, ta inminencia de la Muptura acelerd el proceso de lay
ilentfie Tones a partir del cual Ia Tendencia, especialmenis
tiavéy de Monioneros, buscaria presentarse como el autgnticy
‘spresentante del pueblo,
FT 2 de septiembre fa formula que Hevaba a Perén com
presidente y a su esposa Isabel como vicepresidenta obtuve el
62% de los votos. Dos dias después, el grupo Montoneros ase
\
Discurso de Mario Firmenich en la cancha de Atlanta,
11 de marzo de 1974
Mabria que discutir qué es el peronismo, a ver si se puede eclur a
lgnien del peronismo. Porque puede suceder que nadie pueda esrur
«i pesonismo, pero irse es un poco mais dificil, Lo que ocurte es que el
peronismo no es un simple partido liberal, ni un sindicato; es el Movi-
iniento que, como tal, est mas alli del sistema, Es un movimiento «ue
sel pueblo mismo, con su identidad politica, es el nacionalisme popm
Jur, que es necesariamemte revotucionario y ha sido consecuentemente
revolucionario.
Fuente: R. Baschetti, Documentos, 1973-1976, vol. Lp. $60)
(destacado en el texto),
sind a Ruggi, seeretario general de la CGT, asestando asi am
duro sofpe al propio Pergn, en Jo que no podia ser leido sino
comortna suerte de “chantajé politico™. Al decir del poeta Juan
‘GeTman, Tue como “tirarle un cadsiver a Perén sobre la mesa
En octubre de ese mismo alo también se Hev6 a cabo el
Operative Dorrego. una acci6n civil entablada por las Fuerzas
Xrmadas, encabezadas por el general Jorge Carcagno. junto
con la JP y Montoneros, en favor de sectores perjudicados por
las inundaciones, El hecho sirvi6 para reavivar —fugazmen-
te— las expectativas de una posible alianza entre el pueblo y el
Fjéreito. Sin embargo, ec ne Rouquig, luego de la
asuncién de Perén, el general Carcagng, representante del
ti ja reemplazado por
21 “profesionalismo
aquellas_posiciones ident
neutral”
=FT viraje de Perén tendria su correlato en una acelerada pur-
ga ideoldgica, que marcaria el eclipse de la Tendencia en va-
rios frentes, comenzando por el ala politico-institucional. Esto
ocurtirfa durante el agitado verano de 1974. Los primeros
afectados fueron los diputados peronistas ligados a Ja Tenden—_
cia, quienes se vieron obligados a renunciar a sus bancas. des:
pies de mamiener una tensa conversacién con Perdn, en 1a qUC Sypeeeeie be
ftmifestaron su rechazo a tres medigas que propiciaba la C 7
mara de Diputados (también Condenadas por la JP): la ya cita- oop: teat
da Ley de Asociaciones Profesionales; la Ley de Prescindibi- y
lidad, cuya amplia aplicacién permitfa convertirla en un arma
‘Te diseipt name portico Ta Tey de reform JT Codigo &
tr indiscriminado, pues w
GHUTGTa, dichos diputados Fuggos-expulsadas del Movimiento”)
Peronista. ae
I a de engro de1974, un importante hecho de violencia
vino a operar un nuevo giro, cuando cl ERP atacé el Regimien S
to de Azul, y termin6 con la vida, entre otto
Tel jete de la
amt Pron, vestido con uniforme militar, Aequendt
fe repudiar el h&cho, al tempo que aprowesh6