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la Se gratis, se han presentado vagal aaa ma. El determinismo ambiental, el posibilismo y lo interaccionismo. No se trata de hacer un andlisis € jones porque, hasta cierto punto, ya est hecho. (ef. He ; Vayda y Rappaport, 1976, pags. 6-25; Anderson, 1973, pags: Grossman, 1917, pags. 126-144). Mas bien trataremos de exponer ser considerados puntos centrales desde un punto de vista ‘Se tratara de ellos, no desde la reconstrucci6n hist6rica exacta, Sino que alli estan planteados problemas relevantes para el actual to de la Antropologia Ecoldgica. IMO Y POSIBILISMO iin principio, la polémica se centra entre dos polos que podriames de determinismo y poate Las dos posturas parten de un pre= B que imposibilita toda consideracién ecolégica de los asuntos: Bi un caso como en el otro, se considera que el hombre y la cultural lespecie de compartimentos estancos separados del entorno. Otros 4s que se consideraban sepe rrados eran el comportamiento” los aspectos bioldgicos. Partiendo de este presupuesto, los deter- @mbientales piensan que la cultura es una fuerza puramente pasi- Iel entorno es la fuerza activa, de tal manera que este controla e& de una manera decisiva las configuraciones culturales. Los posi- que la cultura es la tinica fuerza activa que remodela el ual juega un papel pasivo. o que ta ‘salto de muchos afios, 5° puede aducir la teoria g. sain 1a cual las variaciones climaticas determinan es como el cardcter «activo» 0 «pasivor de determinadas rej, stros no nos interesan estos antecedentes tan remotos, sing mas recientes. El determinismo ambiental era defendido espe. 4 por gedgrafos, que propusicron sus puntos de vista a finales dq y a principios de éste, Entre ellos se podrian citar autores como E, Huntington que trataba de ani - Jos influjos del clima sobre |, ™ historia o sociedad humanas, 0 @ E. C. mple que afirmaba que el hombre ~ esun «producto de la superficie de la tierra». Huntington trataba de demos. trarlos influjos del clima no sdlo sobre las fort aciones vegetales, sino tam. ign sobre la fisiologfa y psicologia humanas. Para d pondencias todo tipo de argumentos eran validos. Algunos de ellos no por menos de hacemos reir. Por ejemplo, la observacién de algunos vendedores de libros segtin la cual en Virginia nadie lefa libros en las cas de calor, servia de argumento para demostrar los efectos del clim caliente (Vayda y Rappaport, 1976, pag. 9). Gran parte de estos exe banalidades provocaron el rechazo total del determinismo rechazo se produjo primero dentro de la Antropologia y desp' grafia. A partir de la publicacién en 1896 del articulo de Boa tations of the comparative method of Anthropology» se critico d el determinismo ambiental o racial, asf como los puntos de vi acerca de la evolucion. En Geografia, hay que esperar un poco r po para que se produzca esta reaccién. Esta tuvo su or 2 fundamentalmente de con su teoria del paisaje; y tiene bastante impor ane ee “ ¢ aquellas , Peas A x ncia porque, por aquellas es hag a Antropologia en Berkeley Kroeber, y se va a. dar um tee el ii los dos. Tanto Boas como Kroeber eran posibilistas? ellos el posibilismo se convierte en una posic' . aly ef hasta los ‘alos Seis a P ién tedrica «norm: lescubrir estas corres. into” clasica, sto Mel representa una expresién realmente si dice, que las Lina ambiental, es la de Kroebe ; j turas tienen sus raices en la naturale ‘en la que tienen lugar, pero, za, de la misma manera que una ; sausada por el suelo en el que esté enraizada, fendmenos culturales son otros fenémenos eul pag. 1). Ni Boas ni Kroeber ni Forde, en Inglaterra, negaban la ft FT estudio del entorno cuando se trataba de analizar fenémenos Ja funcién del entorno se limita a posibilitar 0, lo que es mas fodavia, a limitar ciertos desarrollos culturales. La funcién limi torno hace que se lo tenga en cuenta para explicar por qué algunos fos de la cultura no aparecen, pero nunca para explicar por qué los # gaspectos determinacos aparecen. Es sintomdtico que, en las explicactomes! que Kroeber ofrece, el crecimiento cultural limitado, que se da en algiinas dreas marginales, se atribuia a limitaciones impuestas por el entorno, mien= tras que la «florescencia» cultural en el sudeste de los Estados Unides $e siribuia a la ausencia de ¢ ciones. Se podria decir que el entorne es importante en nto que Ff a la cultura, pero este «posibilitas ne: es ningiin tipo de contribuc va, sino puramente limitante, y, en €om= treto, el desarrollo cultura ealiza cuando estas limitaciones desapare= cen. En esto se diferen posibilismo de Boas y de Kroeber de otras pose furas que se podian considerar ) posibilistas y que algunos autores €roneamente ide: n (Hai F 5-6). Nos referimes a Tas Posturas de Betty \ 54, pags. Esta autora trata de esta= Blecer factores del e > que posibiliten la cultura, especialmente lo que @la llama el potencial agricola, pero se trata de un fenémeno en el cuabel “toro juega un papel esencialmente activo. _ Lasrelaciones entre el entorno y la cultura se empezaron a pensar apa tiPdel concepto de area cultural. Este concepto se desarrollé en Ta AERO fa americana a partir de la necesidad de la ordenacién de los artefaee ten los museos de Antropologia, la manera més obvia de ordenarles era bite de su origen geografico. Otis Mason parece que fue el que ag El puso en relacién las zonas climiticas de Norteamé ian isticas, tratando de demostrar cémo éstas coineld . inguia doce regiones que él llamaba «entornos étnicos>. €sta clasificacién distinguiendo nueve areas culturales en | _ kerefing rasgos culturales se difunden difusién» segun Ja cual los sa partir de su centro, . aqui se pretende determinar la ont de los, on rasgos mas antiguos aquellos que a mas amplia, alrededor de un centro — ae * — oe s i e ciertas observac! s de los primeros .. ne Be ecs, on igualdad de condiciones, las espe. a antiguas Renden a colocarse en la periferia de un 4rea geogréfica que las mas jovenes se colocan en el centro. Cuando estas obser. a es se han tratado de aplicar a la etnologia se ha descubierto que hay mas excepciones que confirmaciones de la regla, y todo se ha tratado de ‘explicar por fenoémenos de tipo histérico. De todas maneras, el uso por parte de los etnélogos de algunas observaciones de los ecélogos era pur mente metaforico. _ En Kroeber aparece otro concepto que puede recordar vagamente la ecologia de las plantas. Se trata del concepto de climax cultural que pare- ce corresponder a la «sociedad climax» de la cual hablaba el ecélogo Cle- ‘ments. No se puede decir que haya habido un influjo real de uno sobre ‘otro. Aunque hay bastantes paralelismos, tales como la idea de que las formaciones de las plantas forman una especie de «superorganismo» & el que el todo es mas que la suma de las partes, y la consideracion dela por parte de Kroeber como un todo organizado con caracterist ecidas a las que Clements estipulaba para las formaciones vege!* embargo no parece haber ningiin punto de union entre las 46s ay, aunque lo hubiera, no por esto se podria afirmar que Kroeber de analizar la cultura desde un punto de vista ecoldgico. El co” eo No representaba mas que el intento de ponet a némenos de caracter cultural con una regi6n de la un gran valor etnografico, sin embargo a partir de ello atamiento correcto de las relaciones entre cultu!?! Son muy variadas, En primer lugar, las 4reaS ” grificas son tan grandes en el espacio que el estudio de las relaciones ¢ ,-entorno se hacia imposible. Por otra parte, se trataba de poner Bf tura relacion con el entorno elementos culturales tan numerosos y tan dispa- yes que era imposible consideralos como una unidad, era muy diffeil dese cubrir su interaccién entre ellos y mucho mas con el entorno. En estose daba una gran falacia en los presupuestos de los que partié ‘oeber, El afirmaba que las culturas «se presentan en la naturaleza como un todow Kroeber, 1939, pag. 4). Por esta razén cuando no se demuestra UR correlaci6n entre la totalidad de la cultura y el entorno, el gran antropée sg afirmaba que las cosas son muy complicadas. Lo cual quiere mas enos decir q) 1 pena proseguir el estudio de esas interréla Tomandc ¢ fue acufada por Redfield, se pued& pod la que nos referimos. Redfield distin= gue entre % istema». Un «todo intuido» apare= conside wrdcter tinico de se reco c comp lo objeto. Un sistema es otra clase le todo, es un toc enden las entidades com- ponen y su relac s srdenacién de partes relacionadas encua que esto s s aparte de otros objetos enen bién re Redfield, 1960(a), pag. 19). Es evidente que Kroeb: p s que mejor analizé la cultura em nto sist D se de las relaciones entre cu ay con lo cual no se puede analizar n esto porque esta en la base de las posiciones ia. Cuando se trata iecologicas en Antropolc le p relz gunos rasgos culturales con ciertos factores del s un todo, que esta totalidad no se puede s ambientales y que por Jo tanto hay que ar a parti explicarla sobre la base de principios inmanentes, que la cultura hay Que: “plicarla a partir de la cultura. Pero cuando se trata de explicarla SObRS ya tampoco es el todo lo que se explica, sino Una Parte de este todo, un sistema o un conjunto de sistemas. Com esteiss fomprende que las exigencias que se plantean con respecte a los ecoleees Son totalmente distintas de las que ellos se plantean a sf mismoss isis Sbservacién tiene su importancia porque creemos que esta en la base del Maque de Sahlins a las posturas ecolégicas en Antropologia: Ta Wiles) (Sahlins, 1976). Principios inmanente erencia esta en que Sahlins escribe en 1976 ieee 0 una ‘era, a lo més, limitante. Esto se debfa a ung ca y fundamentalmente, como Un espacio en ino. Este espacio era entendido tanto por los ges, e (Sauer y colaboradores) como por Kroeber y colaborado. «nocién newtoniana del espacio absoluto lo cual Hevaba acion del espacio terrestre como una re lidad indepen. e dividir en regiones separadas y tinicas» (Grossman, 4g, 129). Esta concepcién cuadraba muy bien con las preocupacio. Jos antropélogos que pensaban que cada cultura es también una naci6n tinica y, mas o menos, irrepetible, de trazos. En este estado de es normal que, tanto a los geégrafos como a los antrop6logos, mas Jas relaciones entre unos trazos culturales con el entorno, les interesa- ra la difusion y distribucién de esos trazos en el tiempo y sobre todo en el spacio. Tanto unos como otros no se preocupaban por el posible influjo al del entorno sobre la cultura y la sociedad. Sin embargo, los geégra- ino tenfan una idea del entorno como algo inerte, sino que hablaban de 5 modificaciones que el hombre introduce en éste, y de aqui arranca un importante: «La adaptacion de la naturaleza por parte del hombre», 0 ‘que es lo mismo el impacto del hombre sobre la naturale _ La dltima dificultad de estas posturas posibilistas radica en que trata- an de busear «concordancias» entre los fenémenos culturales y los facto- del entorno. Estas concordancias, que nunca estaba demasiado claro en ‘consistian, se reducian, a veces, a buscar puras correlaciones estitices fendémenos no operacionalizados de una manera correcta, que no pel Megara ningiin tipo de resultado viable. Jo consideremos como un prototipo de los defectos que ciet* antropoldgicas han tenido. No dejamos de reconocer los en la obra de Kroeber tiene, ni menospreciamos su importa de la Antropologia. No hemos hecho mas que criticar © de sus posiciones tedricas en cuanto que éste parece as Posturas posibilistas, Quizd la razén de este hecho esé& Jas areas culturales de Norteamérica es «la culminaci®? i6n posibilista, y a la vez la validacion © », pag. 211), LAS VARIACIONES EST) DE MAUSS Y BEUCHAT Cuando se traté de los cazadores recolectores se hizo lo de Mauss y Beuchat sobre las «variaciones estacio esquimales» que fue publicado en el n.° 9 de L’Année Sociologique, | Gesudio'se presenta como un ensayo en Morfologfa Social. caque se trata de «la ciencia cuyas investigaciones intentan no sole pir, son también elucidar el sustrato material de las sociedades, Esto inelue ye la forma que las sociedades asumen en sus patrones de residencia, el yolumen y densidad de su poblacién, la manera en la que la poblaci6n est distribuida, asi como toda la gama de objetos que sirven como centro de la vida colectiva». Aunque no es del todo claro, se puede interpretar esto como un programa de ecologia cultural. Segtin Mauss, «la vida social de los esqui- males tiene dos formas que responden a una doble morfologfa». En el vera- no, los miembros de un asentamiento viven en tiendas que estén dispersas, enel invierno viven en casas que estén agrupadas cerca las unas de las otras. Esto quiere decir que, de acuerdo con las estaciones, los esquimales, hoy dia designados con el nombre mucho mas adecuado de Inuit, presen tan dos formas de agruparse en la concentracién densa durante el invierno. Durante este periodo se da una «comunidad genuina de ideas y de intere- ses materiales». Esta unidad moral, mental y religiosa contrasta fuerte= mente con la dispersién que se produce en el verano y con el aislamiento, la fragmentacién social y la falta de vida moral y religiosa. es ee Las diferencias cualitativas que distinguen estos patrones eultuales: quem | sucesivos y alternativos, estén directamente relacionados con las diferemeias! 4 cuantitativas en la intensidad relativa de la vida social en estos dos tiempos: contra A | que ce | ser los < ue los individuos estén en un estado de contacto de umes eon u impo aecién social se hace mas frecuente, mas continua y coherente; C critic intercambian y los sentimientos se reavivan y refuerzan [...}, eng Telaciones sociales que se forman son menos, hay menos gente; Rarse y, psicolégicamente la vida se ralentiza>. n Este ritmo regular que Mauss descubre entre sociedades, especialmente de los a por la a pet: eLa vida social en todas sus formas —moral, rl, de su sustrato material, es decir de la masa, densi. /y composicién de los grupos humanos». esde un punto de vista metodolégico, Mauss propone un principio que ser muy importante en su obra posterior. «Es falso asumir que la vali. de las proposiciones cientificas depende directamente del ntimero de S que supuestamente los pueden probar.» , atin un caso nico, y ha sido estu- diado cuidadosa y si: Aticamente, sultado es tan valido como el que ‘Puede ser demostrado recurriendo a muchos hechos que son muy diversos y “ curiosos ejemplos de sociedades, razas, 0 culturas heterogéneas. John Stuart ‘Mill dice que «un experimento bien construido es suficiente para demostrar uuna ley, y es infinitamente mas indicativo que muchos experimentos mal 7 Construidos». Segiin Mauss, es claro que la tecnologfa Inuit de la caza fuerza © al erupo a vivir como los animales que cazan, lo cual quiere decir que d ‘esta de acuerdo con el determinismo ecolégico. Aunque la configuracién de Ta tierra, los recursos minerales, la fauna y la flora afectan a la organizacién la sociedad, todo esto no puede producir efectos por si mismo. «Para qe hombres se junten en grupos grandes, en vez de vivir de un modo dispe™ 'S0, es insuficiente decir que el clima 0 la configuracién de la tierra los jun! moral, legal y religiosa tiene que permitir un sistema de vie® La concentracién de las ballenas en invierno permiten la com n de los hombres pero no explica la existencia del todo social 4" vy celebran en la vida religiosa que se da en el invierno. Maussiana de que la vida social en todas sus fom trato material y varia con su sustrato, es decir con® ¥ composicién de los grupos humanos, & re los elementos que juegan un papel ¢? (para usar una terminologia que Ma" ). El substrato material es basicamente la d sn se puede considerar lo que Mauss plantea en las «Vai nteamiento estrictamente ecolégico, EL COMPLEJO DEL GANADO EN AFRICA Y LOS NUER DE EV, PRITCHARD Pero antes de pasar a explicar el punto de vista de Steward, parece com= yeniente plantear otro andlisis empirico que tiene bastante importancia én Jenacimiento de la Antropologia Ecolégica. Nos referimos a lo que se Ha designado, siguiendo a Melville Herskovits (1926), el «complejo del ganas dor 0 «cattle complex», que consiste en una relacién afectiva muy fuerte, {que se manifiesta frecuentemente en el afecto e identificacién con esos amie ales y su rechazo a matarlos, excepto dentro de los rituales. Los animales estén asociados, casi de »do universal, con el nacimiento, la muerte y Tasceremonias del matrir », son la forma principal de riqueza y la medi= Gibisica del poder, estatus y, a la vez, son los animales para las fiestas ¥ Is ceremonias. Herskovits subraya también que hay tabtis sexuales que se Observan cuando se trata con el ganado. También subraya que alrededor del ganado se juntan fendmenos tales como el nacimiento, la muerte y OOS @ementos fundamentales de la vida. Normalmente se ha pensado qué él #complejo del ganado» se suele interpretar como su uso religioso o ritual. Atingue es claro que se da un uso ritual del ganado, parece que lo que hay bajo de este «todo complejo» es una identificacién, que puede ser ent Muchos casos puramente metaf6rica, con el ganado, que lleva a que Se ASO SE con el ritual y la religion, entre otras cosas. La idea del «complejo del ganado» ha sido usada muchas veces én logia, aunque los antropdlogos briténicos no usaron este términ Bans Pritchard habla del «idioma del ganado» entre los Nuer, ¥ Rihards hablaba del «culto del ganado», en 1948. En general antropslogos que estudiaron las sociedades de Africa del Este RTido, de una manera u otra, al «complejo del ganado», : Ma vision diferente de su valor econémico. Por est Teferimos a E. Evans Pritchard (1940) que , que la significacién ritual de los ritos est4 en con el consumo de carne (Pritchard, 1953), Y por que los Nuer piensan que el ganado hay que reser. rifico y que, por ello, matar animales solamente Para ¢ puede traer consigo castigo para los que los matan (ibid.; 193) muy bien dice Sharon Hutchinson (1996: 304), hay que «subrayar echo de consumir la carne para satisfacer las necesidades corpora. estaba separado conceptualmente, y también desde el punto de contexto de los actos previos de la dedicacién a los espiritus, del y el sacri (del animal)», Es evidente que, aunque esto sea ‘se puede suponer, como parecia suponer Evans Pritchard, que le a designar como «aspectos de subsistencia» del sacrificio del © no tenga ninguna importancia o tenga una importancia totalmente andaria. No queremos hacer hincapié en una tautologfa, pero se puede "que desde el punto de vista de la subsistencia, el comer la carne del que se ha sacrificado tiene una gran importancia, mientras que ‘el punto de vista conceptual quizds tenga una importancia menor. confirma si se tiene en cuenta que el sacrifi es se reafirmaban a través de la distribucién de porciones especil- basandose en un sistema de derechos hereditarios (Pritcharé, , 214-215, 218-220). verdad que la insistencia en los aspectos conceptuales hace que richard se coloque del lado de los que afirmaban que el comple? no tiene gran relevancia desde el punto de vista de la subsiste™ por Herskovits y otros. En contraposicion a es que colocar a Harold Schneider (1957), que llevs# los Pakot de Kenia en relacién con el papel nia de subsistencia y que dice que «teniendo® Postular que hay un uso extensive por parte de Hershkovits era esencialment idad en el comportamiento humano», Después Pritchard, durante el sigho xx ente de lo que ocurrfa en o . con cierta gra tiene su origen en Herskovits sino de jicas por parte de britanicos coloniales que habjan ofdo hablar pero: habian Jeido a Freud. Desde este punto de vista es interesante el come rio de Evans Pritchard (1940: 13), de que «después de estar algunas nas tinicamente con los Nuer uno presenta [...] sintomas absolut evidentes de Nuerosis» Por otra parte, es importante tener en cuenta que en esta especie de. sexaltacion» del ganado en la sociedad Nuer da la impresion de que esta poblacién no tiene mas que un interés dominante que son los rebafios de ganado, «Los Nuer no tienen nada que vender (0 intercambiar) mas que el ganado y no estan dispuestos a prescindir de él; lo Gmico que desean es fener mas ganado y, aparte de la dificultad de que no tienen nada que offe= eeren intercambio por ello, los rebafios se aumentan mas y agrada- blemente haciendo incursiones entre los Dinka... Este interés muy limita= dohace que no presten atencién a los productos de otra gente, de los cuales RO sienten necesidad, y frecuentemente sienten desprecio» (Pritchard, 1940: 87-88). Para defender esta postura E. Pritchard no tuvo en cuenta la importan= Gia del intercambio entre grupos de ganado y grano en tiempos de esta %icomo el comercio de marfil y ganado que tenia lugar en Ia front Biopia. De alguna manera todos los autores que van a insistir en Tavidea Ste complejo del ganado, incluido Evans Pritchard, van a insistit Mancia y, por ello, minimizan otros aspectos, 0 al menos 5. Pecie de separacién radical de caracter ritual entre la cria d Ge, digase lo que se diga, tenia dimensi6n de subsistencia: des de subsistencia como la agricultura. Esta sep Por Herskovits que va a insistir en la division que tienen muc! a que los otros, independientemente de su valor econémi. leva a los etndgrafos a dar mas atenci6n a actividades culturalmente que, sin embargo, tienen una importaneig ‘el caso de los Nuer no solo se trata de diversos sectores de la econ o de diversas esferas de la propia moneda. En el momento en que mn de la mone. ademas del ganado que ado que ha sido comprado, pero este tinicamente puede ser comprade 0 de salarios o de la venta de grano, pescado o pieles de cocodrile. ero que se obtiene con la venta del ganado no puede ser usado mas que d que marcan las esferas de utilizacion de la moneda. de que Evans Pritchard no cae en la cuenta de estos fenémenes, porque sus prejuicios le impedian verlos, y, en otros momentos, 20 presentes, su libro tiene una enorme validez. Sin embargo, quizis ante plantear algunas objeciones que plantea la propia Sharon (op. cit: 28 y ss.). Evans Pritchard partia de una visién estét 6 un modelo estructural y perfectamente delimitado que dei# que desear. Evans Pritchard estaba preocupado basicamente 6” de unidad, equilibrio y orden dentro de | ja sociedad Nuer. cultura Nuer como algo compartido e interpretar la etnogralt on de estos elementos compartidos, se olvidé de los Pur que se daban en la sociedad. Quizais hubie® : ‘una atencion a las variaciones regionales en !# en cuenta las experiencias de los hom inson dice: «Lo que las genera de antropélogos tendfan a considerar como “la logica del particular he aparecido, cuando se ha observado mas de Jégica de uno de los segmentos dentro de él», Teniendo en oe de vista de los jovenes y de las mujeres, y no solo los de lost ores, se puede ofrecer una visién mucho mis rica, aunque ae confusa, Quizas la insistencia en el «complejo del ganado» come elemento central, sin tener en cuenta otros elementos como la agri- “ltr. asi como la vision de éste como algo que no esta demasiado rela- con la subsistencia, pueden representar simplificaciones diseuti- ‘ies. Lo mismo habria que decir desde el punto de vista de la estructura ticig {geal La tendencia presente en la obra de E, Pritchard a ver las relaciones | gnaticios y de una manera mas general las relaciones entre varones como | dprincipio universal ¢ indiscutible de la organizacién social Nuer puede a Grpuesto en cuestion, si se tiene en cuenta la opinién de las mujeres, como Nque | (1971 : 971). Jahace tiempo habia subrayado Kathleen Go Apesar de esto, la monografia sobre los Nuer es una de las obras filme damentales de la Antropologia del siglo xx. La descripcién de las formas de vida Nuer es muy acert: 1e tener en cuenta que no pudo ser hecha sobre entrevis formal habia hecho con los Azande, y tuve que Giar basada «en la obser 6n directa y participacién en la vida de Ta Gentes (Pritchard, 1940: 1 cluso compré su ganado demostrando con” Sdactuacién cémo el o de los Nuer era un «mundo del ganados qu Bans Pritchard describe con maestria. La descripcién pormenorizada sPracticas de subsistencia, su descripcién de la utilidad continua y t ado que suministra todo, desde pieles para la cama a escrotes p bolsos 0 cenizas del abono para polvo de dientes, es muy le esta descripcion y sus resultados esta un poco en contia ese afirma en la teoria que se construye y con la minim de subsistencia y el énfasis en los aspectos mas bien duda de que la descripcidn, honesta y po oriz cuestién sus propias teorias. Esto es una de ki cién bien hecha. Las descripciones de Evs an a evar a cabo los defensores PEPES GF i i y Beuchat en sus «variaciones estacionales ¢ no parece dar mucha importancia al sistema q ie ersién» del que hablaban los autores fran, : tos de lo que se dice en los Nuer estan basados en lo que ello, culo de Mauss y Beuchat va a ser un hilo conductor impor. s consideraciones de la Antropologia Ecol6gica, y la utilizacign e Evans Pritchard de estas ideas refuerza la importancia de sy ica. Siguiendo el hilo conductor de la importancia de |g Ecolégica hay que decir que su estudio abre una brecha en ién de la cultura como un fendmeno aut6énomo, como ung | sui géneris» que se puede explicar tinicamente en base a si misma s la vision que tenia, no solo Boas o Kroeber sino también Leslie ‘el propio Evans Pritchard. Como decimos, cuando se descubre la ia del ganado 0 los animales en ciertas culturas, los autores que desde el punto de vista de la cultura, no son los animales en si, sino | valor ritual o simbélico. papel que juegan en los rituales. Por esta razén, se nieg’, punto de vista de la cultura, su importancia para la subsistencia tan poco sospechosa de veleidades materialistas como Clif 5 (1963: 1-3) critica con razon este punto de vista porque se 1 ibles como pertenecientes a esferas diferentes (0 bien a la cuk al entorno), y se trata de preguntar cémo estos conjuntes n el uno sobre el otro. Entonces la solucién que se suele t el entorno «limita pero no determina la cult” ta respuesta hay que buscarla en el prejuicio * © son fenémenos tan «distintos» que tinicame™ puede decir que uno influye sobre el otro. a a que el entorno limita pet™

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