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? YT s0 ST BIS ed FLACSO DOCUMENTO DE TRABAJO PROGRAMA FLACSO-SANTIAGO DE CHILE NUMERO 319, Octubre 1986 LIOTECA AGSO, BIB SOBRE LAS HISTORIAS DE VIDA Y SU CAMPO DE VALIDEZ EN LAS CIENCIAS SOCIALES* - Carlos Piffa * Una versién preliminar de este documénto fue presentada como po- nencia al II Congreso Argentino de Antropologia Social, Buenos Aires, 6/9 de agosto de 1986. Esta serie de Documentos es editada por el Programa de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), en Santiago de Chile. Las opiniones que en los documentos se presentan, asi como los analisis e interpretaciones que en ellos se contienen, son de la responsabilidad exclusiva de sus autores y no refleja necesariamente los puntos de vista de la Facultad. RESUMEN Entre las técnicas propias de la investigacién social, las historias de vida ocupan hoy un lugar privilegiado. En este documento se postulan algunas causas explicativas de tal auge y se sefialan ciertos antecedentes y supuestos que carac- terizan el actual interés por esa modalidad investigativa. Por otra parte, adem4s de resefiar estos factores, se presen- tan variadas dificultades, riesgos y limitaciones inherentes a su uso. El objetivo central de los planteamientos insertos en estas paginas, es el de avanzar en la pregunta por la poten- cial especificidad del conocimiento que otorgan las historias de vida y cul es el campo de validez en el que tal conocimien- to puede desarrollarse. Para ello, se explora en dos supuestos fundamentales que parecen compartir quienes optan por esta téc- nica: el primero es que existe algo que merece lamarse "la historia de una vida" 0, lo que es lo mismo, que una vida pue- de entenderse en términos de una historia con sentido, E1 se- gundo supuesto dice que por algfn motivo es importante conocer y considerar la vida de alguien. Introduceién Es frecuente que quicnes analizan o presentan estudios . _« basados en 1a técnica denominada "Historia de Vida"), con- signen entre sus apreciaciones introductorias dos anteceden- Le tes hoy ya bastante difundidos y compartidos. El primero re- cuerda, que se trata de una antigua modalidad de investigacién que desde finales de la década del sesenta.en adelante ha co- nocido un vigoroso y progresivo resurgimiento. .E1. segunda, apunta a que bajo tal nombre (historia de: vida) se agrupan trabajos académicos y de difusién! del més: diverso orden,.con temas, objetivos y usos muy distintos,, por’ 1d que cualquier juicio generalizador es fragil. ©) of ri En efecto, con las historias de vida’ acontece hoy um fenémeno que no debiera sorprender, yaque es de ocurren- cia periédica en las ciencias sociales (y, quizé, en toda (s+ eieneda).: Forma parte de lo que cm propiedad podrfe Mamarse siMas modas totalizantes regularmente surge con fuerza una teoria, método, concepto 0, inclusosiun autor que se torna 1/ Alo largo del texto se usar&,)indistintamente, ka no-ws cién.en plural o singular. Del mismo modo, por ser _ irrelevante para efectos de lo aqui’ planteadd, se pasa~ sup. pA por alto la discusién sobre si las historias de: vida cbnhi BOR, un método, una técnica o un producto. Por filtimo, ‘$e asume en este trabajo la diferencia convencional : eo elentre "historia de vida" y "relats de vida" q relato _autobiografico. La primera se caracteriza por utili-~ zar una gran variedad de materiales para indagar en la vida de un individuo y constrair su biografia (archi- Sigwos, opiniones de otros, cartas, etc.). El rélato de ja Nida, en cambio, corresponde e610 = 1s yersién (gral o ‘eperita) que un individuo da ce su propia vida, “Es ‘con- veniente sefialar que, aunque una historia‘de vida puede prescindir de tener entre sus fuentes el rélato autobio- grafico de la persona que se estudia, las argumenteciones vertidas en estas p4pinas se refieren, preferentemente, a la practica hoy mas frecuente: aquélla que tiende a con- Siderar como material medular 1a versién que de si mismo otorga el propio sujeto investigado 2 un entrevistador. imprescindible para explicar lo que hasta ese momentolera un misterio, que apunta:con'décisién a interropantes hasta:enton- - ces subestimadas y obliga:a que muchos temas sean reestudia- dos -bajo.la.naciente éptica. Este escénario.se.completa cuan- — “#o muchas: de las actividades académicas, editoriales, crite> -rios de financiamiento. y extensién, ete., se reorientan alre- dedon,.del novel descubrimiento.:: Ello ocurre con’ frecuencia y No hay. motivo para poner una)nota;de especial escndalo o asombro. Al parecer es algo propio de cierta din4mica social del; mundo académico.especializado.,.. Lo preocupante, y parad6ji- co a la vez, es cuando una tendencia de este tipo corre el se- rio riesgo de sepultar y diluir los méritos del nuevo aporte, precisamente;debido a su uso indiscriminado y al exceso de vir~ tudes que se Je.atribuyen. Como se ha dicho, en el caso de las historias de. vida -al igual. que,sucede con modas de otro tipo-, en verdad lo que ha ocurrido, es un renacimiento*/.. En los afios recientes nv hemos presenciado una invencién metodolée: ca ni teérica, sino el re+ torno de’ una practica usada por los cientistas sociales desde . hace bastahte tiempo. Los historiadores desarrdllaron profu- samente la utilizacién de documentos autobiograficos, aunque de un modo bastante distinto a como se hace en la actualidad. Se trataba, en general, de memorias escritas. por personajes fa- : mosos' ya desaparecidos, las cudles se sometfan ‘a procesos de 2/ Véase al respecto la "Introduccién" que J.Balén escribié al libro (del cual es coautor), Las historias de vida en ciencias ‘sociales, Teorfa y técnica, Ed.Nueva Vision, Bue- Ros ree TITS Tae anglisis y contrastacién para verificar su confiabiliaaad’, » Sin,enbargo, es en.el-contexto de ‘1a! anttop>legfa nor- teamepicana. donde el método biogr4fico alcanza’mayores nive- les de sofisticacién y se comienzan a desarrolla’ verdadera- mente sus potencialidades, En 1920, P.Radin, discfpulo de F.Boaz, y de J4H.Robinson;: publica 1a primera versién de The Autobiography. of a Winnebago Indian,” con 1a cual’ se indugura un perfodo ’ £$rtil produccién que culminaria en 1942\ con el famoso, trabajo-de L.W.Simmons Sun Chief, the Autobiogr. aphy of a Hopi Indian’. Entre ambas publicaciones se agrupan una se- rie de textos, relevantes , entre losquéestacan los de We 3 Dyk y C. Ford®’. Estos: docunentos:biografices surgfan. como ‘pro- ductos del trabajo de ,campo y buscaban’ ‘Yeconstituir las viven- cies, costumbres y valores de culturas que estaban sufriendo wn fuerte y doloreso proceso de cambio y aniquilacién. En ote sentido, se trataba de narraciones de vida donde lo éstric- tamente biogréfico era relevante en la medida que daba ‘luces acerca de aspectos. desconocidos de los pueblos "prinitivos", 4/ Sobre ecte tema puede revicavse-el estudio de L.Cottschalk, - {The Historian and the: Historical Document", en L,Gottschalk LY otros, The of uments in History, Anthro- fe Research Comtert Nueva rn polopy and York, i345~~ 4/ P-Rodin, The Autobiography ‘of a Winnebapo: Indian. Universi- ty of California Publications in American Arel aelozy and Etnology, California, 19203; L.W.Sinmons; Sun Chief; the _ futcbiography of a Hopi Indian, ‘Yale. Uni versity Presss New 5/ W.Dyks Son 6£ Od Men Hat, Harcourt, Nueva York; "1938; Cc. ery from theiy Fires, Yale University Press,, jew th Say. BS ae -4e Ciertamente existia la intencién ¢xplicite de conocer las vi- vencias, concepciones e instituciones desde e1 punto de vis- ta del indigena, pero también era muy fuerte la ‘aspiracién por recuperar y preservar informacién que corrfa el riesgo de perderse: para siempre £/; #2 Sinduda, un hito fundamental en‘una historia de las historias de vida, lo’ constituye la escuela-de Chicago y los trabajos que en Se 4mbito se desarrollaron en las décadas del veinte y treinta. En particular, no se puede dejar de men- cionar los estudios de'W.I,Thomas y F.Znaniecki (The Polish Peasant’in“Europe ‘and America), C.Shaw (Thé Jack-Roller, The -Natural History of a Delinquent Career, Brothers in Crime) ,E, Sutherland (The Professional Thief) y, algo mas tarde, las pu- blicaciones de H.Macgill Hughes (The Fantastics Lodge) y H. -Williamso’ \(Hustien)/,>1En-1os orfpenes de"este notable auge se encuentra‘la llégada de E.Park a la Universidad dé Chicapo, en 1916, quien, a través del departamente dé sociologia, im- pulsé Gon’ decisién el uso'de los’ décumentés ‘personales y la tendencia a realizar estudios de caso. Los trabajos m&s arri- “6/ Para una revisién de lo que‘ha sipnificado el uso de las historias de vida en antropdlogia, ver. los textos de C. Kluckhohn, "The Personal Document in Antropological Scien- 7 ce, en L.Gottschalk y otros, op.cit.,p.145; y L.L.Langness, The Life History in Anthropological Science, Holt, Rinehart, o Rueda Yor LSS ee oes Sener 2/ W.T.Thomas y F.Znaniecki-; The Polish Pedsant in Fu and America, New York, A.A.Knopf, Ze @dition ,vol.2 ,1927,pp.1931- 22m; C.S.Shaw, The Jack-Rolier,Chicago,the University of | Chicago Press ,'1930, The Natural History of a Delinquent “Career, Chicago, The University of Chicago Press, 1931 et Brothers in Crime ,Chicago, The University of Chicago Press, 1936; C.Conwell et E.H.Sutherland, The Professional Thief, Chicago, The University of Chicago Press, fact Hughes (ed.), The Fantastic Lodge, Boston, Houghton, 19613 HyWillianson, Hustler.cd-by Re LeKeiser, New York, Garden city, 1965. *ba ‘sefalados -y otros®/- tuvieren gran resonaneia en el é6- pacio académico dé 1a época, gozaron de mucha popularidad, dieron origén a-dinémicos debates y ejercieron una notable influencia durante largos afios, Desde e1 punto de vista teérico, se apoyaban en la sicolopfa social de G.H.Mead, y 5 Sus preocupaciones centrales tenfan que ver con la constitu- cién de las ciudades modernas, sus’ dinamicas internas de lo- ealizacién y commnicdcién, las consecuencias derivadas de los procesos de urbanizatién e industrializacién, las minorfas &tnicas, las conductas y percepciones de ciertos actores an6- nimos, ete.2/,%19 © Con posterioridad a la segunda guerra mundial, tanto en sociologia como en antropologfa, los estudios de Gasd, y las historias de vida en particular, decayeron notoriamente. “U.P. Marsal sostiene que tal decadencia se debi6é a que ellas “‘comenzaron a Sér’visualizadas como de una aplicacién muy li- mitada, con grandes dificultades para su obtencién y de un manejo sumamente complejot2/, Por su parte, A. Faraday y K. 8/ L,Wirth, The Ghetto, Chicago, 19283 H.W.Zorbaugh, The: Gold Coast_and The Slum: a Sociological Study of Chicago's Near North Side, Chicago, 1929; F.¥.Thasher, The Gang: a Study of 1313 Gangs in Chicago, Chicago, 1928. 9/ Para una revisién y defensa de las historias de vida reali- “-@adas. en este perfodo en Chicago, véase el trabajo de H. Becker, "Biographie et mosaique scientifique", en Actes de la Recherche, Paris, Editions de Minuit, Junio 1986, N°62763, ‘.i05-110. es i = 10/3.F,Marsal, Historias’ de vida y ciencias sociales", en J. Balan’ y otros, op.cit.) p.tae63.00 0s Plummer sostienen que las crfiticas m4s usuales en relacién a las historias de vida. hablan de sy.poca solidez metodolégica - y de su ineficiencia practical’. De hecho, 1as.historias de : vida fueron vistas durante largos afios con escepticismo por tratarse de-un género espiirea, de escasa cientificidad, que no parecia satisfacer los, requerimientos minimos de represen- tatividad.y validez.. Ello no implica que en su perfodo.de baja (muy gruesamente; entre mediades de la década-del cuaren- ta y mediados de-los sesenta) no se haya recurrido a 1a uti- slizacién de biografias; en la practica.se,.siguieron realizan- do, pero casi siempre como un instrumento auxiliar y de apoyo, © como un recurso de ejemplificacién de ciertas comprobacio- nes realizadas previamente por los estudios.estadisticos y los an4lisis macrosociales. En definitiva, con.la excepcién de -lo ocurrido en la etnosiquiatrial2’, 10 cientf£fico, lo objeti- vo y lo riguroso, fue sinénimo de aqueljos métodos que logra- ban asegurar 1a confiabilidad de la informacién y 1a represen- tatividad estadistica de las muestras. En relacién a io acontecido en América Latina, cierta- mente el panofama es mas difuso'y no-@'pdsible trazar.una secuencia que ¢omience commun “perfiodo‘él auge-de 1a técnica, 1Y/ A.Faraday y K.Plummer, "Doing Life Histories" en'The . 7 SoMbiogi chi Review, Keene, V.27, New, 1979, p.773-758 12 Ver, G.Devereux, Realits ‘and Dream: Psychoterapy of a Plains Indian, International University Press, tesa x York, I951;.V.Barnouw,,"The Phantasy World of a Chippena Woman", en Journal for ee Study of Interpersonal, Rela- tions "1945, aIDs Para pasar luego a su abandond'y, postériormente, a su refor noitriunfal. Un estudio relativamente reciente afirma qué Mla introduecién de la técnica de las historias de vida en América Latina‘es un fendmeno dé post-guerra que tiende a i- dentificarse, a través de los organismos internacionales, y de-los: investigadores que 1a propusieron, con la toma de con- ciencia‘‘del llamado Tercer Mundo y del proceso de descoloni zaci6ni del nuevo orden mundial; es decir, con la necesidad de conocer mejor los problemas espéc{ficos dé’ las poblaciones y de los paises nacientes"23/ 1 + sof i Conutodo, un“aspecto que, en mayor 0 merior medida’y es comtn.a los: Estados Unidos, Europa y América Latina, lo dons- tituye -como se’ afirmé con anterioridad- el que a partir ae la década'del seserita el método de historias de vida experi menta ‘una fuerte revalorizacién.’ Cabe —preguntarse, zpor qué s este: represo?;. gestamos 8610 “frente ‘a una reédicién del pasa- 40,9 ella contiene caracterfistica® y. dotencialidades real- mente novedosas?;:_2nose_est4levantando la. ilusién de que.. una técniica'‘se’ convierta én’ la® panacea que resuelva los. vie~ jos dilemas delas ciencias sodiales?; ino estamos frente a una supuesta llave maestra a la que se lé atribuye una amplia : gama'de potencialidades y que impone su predominio para que stodo. se" replantee bajo el enfoque de las’ historias de vida? Hay que tener presente que algo asf ya ha ocurrido antes con temas como el Estado, la nocién de Cultura, la Teorfa de la Dependencia y otras categorfas y elaboraciones :teéricas:.que 13/AyCamargo ,L.Hippolito yiV.da Rocha L., "Histobias’ de vida Ma América Latina", en BIB, Rio de Janeiro, N°.16, 1983, P. 5-2, Este trabajo es apropiado para quien desee cono- cer un recuento sifiario del uso de las historias de vida en América Latina. ejercen un cierto poder hipnético. Por otra,parte, no se trata de: preguntasociosas, ya que su tratamiento dice mucho acerca. de cémo los cientistas sociales piensan su propia. prac tica y qué tipo de proyecciones’le pronostican. Es central destacar que se,trata de~un proceso que va mas all& de las historias de vida;.su reactualizacién no se da de modo aislado, sino que se sitfa en un.contexto mas am- plio, donde también se privilegian aquellos.métodos que reci- ben usualmente el nombre de cualitativos; los estudios de ca- 80, testimonios, la observacién participante, la historia oral, el interés por temas como la vida cotidiana, 1a subjetividad, etc, No es mi intencién realizar aqui un esquema ordenador de tales tendencias, ni enumerar los variados. factores que con- curren para explicar.e] actual.uso intensivo de las historias de vida. Los planteamientos insertos en estas p&gines tienen como objetivo avanzar en la.pregunta por la especificidad del conocimiento que pueden otorgan las historias de vida y cual es el campo de validez en el que tal conocimiente puede desa~ rrollarse. Para ello, en primer lugar, se sefialan algunos an- tecedentes y supuestos que explican y caracterizan el actual resurgimiento del uso de las historias de vida. . .espués de resefiar estos. factores, en, segundo lugar se.presentan ciertas dificultades,,riespos y limitaciones que,poseeesta modalidad .de_investigacién. pw 5 rtrd pa ef .cbstel 1. La vida individual como objeto de, investigacién . .Al optar por trabajar con historias de vida se otorgan, casi autom&ticamente, dos supuestos fundamentales, E1 prime- ro esque existe alpo que. merece llamarse "la historia de una vida" 0, lo que es lo’mismo, que wid vida puede entenderse” en términos-de una historia con sentido. £1 segundo supuedt to dice que por alptin motivo es importante conocer y conside- var la vida“de alguien.’ Me detendré aqui en el segundo, para, mas adelante 7 retomar @1 primero. é El por qué ‘la vidaide alguien ‘puede ser considerada’ co- mo importante’es una interropacién’que, obviamente, da lugar a maltiples respuestaé, Ellas. seranmiiyUiferetites, por ejem- plo, segin.sea el campo (étito, filoséfito, politico, econémi- co, etc.) y la época ef la ciial sea formulada. En el terrého de las ciencias ‘sociales, elque’ algo sea importante es sihé- nimo, al menos y por 1o-getferal’, de aquello que tna comunidad cientifica ha definido como digno y posible de ser estudiado; s6lo asi se puede convertir en un objeto de investipacién le- pitino: Es decin — — es feéonoci’déo como importante cuando se de- se podria afirmar qué-en las ciencias socia- muestra que cumple con’ dds” requisites o condiciones’ necesarias: ser conocible y ser portador de conocimientos. > om , SPeee ieee -m- Como ejemplos’ norteamericanos de‘ "orientaciones huma- nisticas" en las ciencias sociales contémporéneas, este autor ~smenciona, entre otros: (a) "el notorio renacimienté del in- terés’ por el. interaccionismo sinbélico al estilo dé G.H.Mead"; (b). "su convergencia con algunas ramificaciones del movimien- ‘to: fenomenolégicd en ’ciencia social, ’en especial'la llamada “etnometodologia"; (c) "un renovado interés’ en enfoques macro- sociolégicos, histGricos y comparativos, que produce un debi- litamiento deilos Ifmites arbitrarios entré aigciplinas y se basa en formas de razonamiento totalmente alejadas~d41 modelo experimental"; (d) "una reformulacién del campo dé la socio- logfa del conocimiento en general (Berger y Luckmarin), socio- loptacde 1a ciencia yen especial sociologfa de 1a sociologta Golldner, Friedrictis)", ete. for skvol exe.sa°pesar dé to poco feliz del término “orientaciones hu- manisticas", este parcial listado da una idea acerca de lo variado y complejo que serfa un "mapa" que ilustrara sobre las influencias a las que'responde, como se ha didho, no s61lo e1 interés por las historias de vida, sino también por otras précticas de investigacién'y temas coito Ios mencionados en paginas anterioves, Frenté a la obligacién de hacer un resu- men, habria que decir que Ta preocupacién de estos fltimos afios por las historias de 'vida se findamenta, desde el punto de*vista metodolégico, “en una serie dé postulados (anti guos y nueves) que tienden-a cuestioriar los principios basicos del programa neo-positivista, En particular ‘aquéllos que a+ > firman que: eo - Es necesario y factible que en el-estudio de los, acon- tecimientos de caracter social se apliquen determinadas reglas Bs) derivadas de la unidad del método cientifico, Ello implica que la légiea de investigacién-es universal y que. 1os.,objes, tivos de toda actividad de conocimiento son idénticos+; 1. - El modelo por el que se rigen las ciencias sociales debe. ser tomado del de las naturales: desde e1 punto de vis- ta epistemolégico se considera a la sociedad como, equivalen- te a la naturaleza, por-lo que es preciso descubrip sus; le-. yes naturales y-perennes.”.- ; = El objetivo fundamental de todo conocimiento cienti- fico, entonces, sera descubrir esas leyes y establecer gene- yalizaciones universales; esto es, llegar a formular proposi- eiones de. caracter nomotético. 7 node i + i) ‘so En eoncordancia con-lo anterior, se supone que el co- nocimiento-va progresando de manera continua y acumulativa, Sii-se observa ala sociedad de manera neutral y objetiva, Jas generalizaciones empfricas pueden derivar en la comprobacién de determinadas hipétesis parciales que permitiran descubrir las‘aludidas leyes, Jas cuales se manifiestan como estructu- pas ide pensamiento permanentes. - shash" o \ srEp sintesis, toda investigacién cientifica posee siem- pre idénticos objetivos: explicar y predecir, \Esta postura supone, entre otras cosas, una divisién natural y tajante en- tre el observador y el objeto observado. povaiv ab ag Peepers - La relacién entre teorfa y practica es técnica; lo Sptimo esa no involueracién del observador con lo obi do. La ciencia no permite fundar valores. : - 16 - - Por Gltimo, la caracterfstica central del conocimien, to cientifico es su “testabilidad" puede ser corroborado o falsificado por chservaciones particulares obtenidas inducti- vanente Cuestionamientos a estos principigs pueden encontrarse “tanto en las tradicicnes marxistas como en la weberiana, en ‘teSricos de ia sociclogia del conocimiento, Linguistica, etc. Un elemento compartide de estas criticas, Japunta_ a destacar la particularidad del objeto de estudio de as ciencias socia- “Yes. En palabras de H.Gadanér: "el verdadero problema que plantean las ciencias del esptritu al pensamiento es que su _gsencia no queda correctamente aprehendida si se la mide se- “gin el patrén del od ccimiento progresivo de leyes. La expe- »,Piencia del “procedimiento induetiyo de las ciencias naturales. Signifi- caye,,aqut, chencia 10 que signifique, y aunque en todo conoci- sé especificarén) explica, en alguna’ aaa day su ‘actual auge y enfoque.' cs Te IIOR ote - * Lam SW SMEE ir 2 5 oclyank Isuy Cuando-se asumé “muchas veces sin expliditap{e! qué Pa historia-de ‘na vidd"es importante, se llana“taibién' Ia ‘eter- -Seiéw réspecto dela graf distancia existente entre “16s éstul digs sobre ‘Vas “estructuras sociales, econémicas's' folftieas !> ~evideoldgicas, y la‘ vida concreta de los individués)-su°trans -Gurrip diario, $u°intimidad subjetiva. | En palabraé‘aé'ne = Ledhnier: "La 'profésién de sociélogo -en su tradivién Hdeiora- lista decimonénida-'présupone una sociedad transparerite.” Pre- tende despejaP las ‘tinieblas, trabajandd evi @l desencanta?*! miento del mundo: elabdrando estadisticas, diagramands mapad + de correlaciones de fuePéd, auscultando ‘discursos “y ‘énouds+! tas. Sin embargo, no captamos 'la vida' sino donde ya est& Faciénalizada y formalizdda. Duplicamos’ 1a ‘eosi'ficacién de ‘las relacionés sociales, ‘éolaborando en el 'férreo “autdeontrol que"hemos ido”imponiendo a ‘nuestra créavividad. ‘De “ahi ‘pros viene un sentiniento de frustracién qué surge“de la edneep= le lo ents gi ENT: 20 ba cién misma que nos hacemos -18- lo cient{ fico. com lo objetivo, y pretendemos asegurar la obje- tividad mediante el método. Pero cuando m&s formalizada es nuestra investigacién,,tanto mas yerra su objeto; no capta el proceso social: sino,como ‘cosa en of '"22/, re b > El.interés por las historias de vida refleja la bisque- da por aportar en el readate. y la comprensi6én de aquellas di- mensiones,.de la sociedad..que jlos. analisis de caracter macro necesariamente dejan fuera, puesto que.elios privilegian el conocimiento de las estructuras y del. contexto, por sobre el de-sus actores, los ‘cuales.se convierten asi en meros tribu- tarios o portadores de aquéllos. Pero hay mas. Tras el ac- tual impulso a las historias de vida subyace también un recha- zo avaquella concepcién del an&lisis,social que, otongandole importanci’a a los actores, define como relevantes (estudias, bles) sélo a aquéllos que expresan principios de accién colec- tiva, que poseen un discurso relativamente articulado sobre le sociedad.y ‘su transformacién, que de .algin modo buscan par- ticipar en.la pugna entre diferentes proyectos sociales, etc. -En-definitiva, bajo una éptica de este estilo-el actor anénimo es despreciado-y se enfatiza la investigacién-de,sujetos co- lectivos..que encuentran en el espacio piblico sujsentido y legitimacién -(sindicatos ; ‘partidos, elites empresariales e intelectuales.;-r, movimientos. campesinos y estudiantiles, etc.). sinob ok “En eontraste .con.esta perspectiva,-un principio basico que parecen compartir quienes gustan de realizar o considerar a las historias-devida, es que:el actor .anénimo es importan- te; cada vez -hay mayor resistencia a verlo-diluido en las «Lechner, Vida cotidiana y 4mbito pfiblico en Chile, FLACSO, Satie ep Estructuras ,o.en“la.Histeriay .¥,ello.no_ por, razones, Sticas ~‘v Gaunque-hay .quienes- lasmanifiestan),;sing.por.el. conygnei- mientonde-qus-lossactores:releyantas para el,gnilisis sg¢ial ~ycoultural-(ensfltima instangia,.panacentender poy gué.una . aspeiédad esrde determinada maneray..c6me he llesado @.conss truiriunycéerto, ordeny. un. eierkoytipe.,da,conflictes , .medign- otelqué mecanismosiellos sor..constantemente reproducides,y,;mo- fobd3 ficados). son, todos, squéllospa partin,de-los cucles,es.pesi- vobheasonstruirsexplicaeiongs, elaborar interpretaciones 0. gn- -oscontrersinfermacién., s+ wer oloraes my tab co abesiLaren-y + erste ~ih on : v2 eQué tiene que ver todo esto con las historias de vida?~'Sostengo que el que la vida de una persona sea con- ~ siderada como importante, tiene que ver con estos procesos € ideas, ya que en ellos se privilegia y reconoce la centrali- dad del sujeto anénimo para el conocimiento e interpretacién de la sociedad. Y, a pesar de lo que pareciera a primera vista,:lo anterior también es valido para los otros dos suje- tos predilectos de las historias de vida: el testigo y el ~ 24 = _ desviado., Aunque en ambos casos se trata de vidas en algin sentido excepcionales (cn algin sentido toda vida es excepcio- nal), cada una de ellas esta referida mis a otras.que a sf nis+ ma; Su justificacién radica en cuanto es lo que pueden decir, a través de su particularidad, acerca de su semejante anénimo. En el caso del testigo (y su producto obvio: el testimonio) _8@ busca rescatar por boca de uno cierto trozo. de la historia seallada y sepultada de los oprimidos, de los. silenciados; se ,aspira a reconstruir el punto de vista de los no hegeménicos. Enel caso cel desviado, muchas veces la motivaci6n que subyace, a su exploracién consiste en su contrariot 1a normali- _dad. Me explico: al estudiar a quien llega a violar gravemen- te las pautas, convencionales (el delincuente, el vagabundo, el suicida), se espera poder ccnocer m&s acerca de los mecanismos revela, en perte al ne- la exclusién (0 auto- 2s. y cimientes del orden. L1 + t nos, la naturaleza de lo transgredido exclusifn) da cusnta de lo que ha quedado tras las fronteras _morales,de lo habitual, Si se examinan con detalle las inves: tigaciones sobre sujetos anénimos y marginales, se podr& apre- ciar que sus bicgrafias se presentan para satisfacer una inqit tud por el origen, por evidenciar a esa sociedad que, al pro- ducirlos o permitirlos, se desnuda en su verdadera esencia. ejemplo: e610 con 1a violacién del tabé del incesto, y su pos terior sancién, es que nos damos cuenta que existen ciertas lianzas, permitides y otras prohibidas. 5 oO Estas consideraciones, aunque sélo justifiquen a nivel de intencién 1a preocupacién por el sujeto anénimo, son Gtile porque enmarcan y tornan inteligibles algunas de las caracte- - 25 = ristices nmeipales de Jas historias de vida, tales como: su,caricter mis descriptive,gue analitico, el que en ellas. sq,indague ms en el hombre que en sy circunstancia, el que, sean més particulares que genSriccs.. . ot won ~: > get 2.,Limitaciones y campo de velidez = mye = 7 oer Se afirmé en paginas anteriores ,que 1 primer_supuesto nerente a la practica de historias de. vida, es que-efecti- vamante existe algo susceptible de_ser asi nombrado. El sen- tido comfin y el lenguaje cotidiano respaldan esta creencia y, a prinera vista, nada parecigra mis razonable y legitimo gue considerer cada vida individual como una historia; es _de- ci, como una sucesién de eventos: que, expresan un recorrido, vna secuencia de encadenamigntos con sentido. En lo que § jer$sen aquellos aspectos mas cuestionables, de, es- ‘ta supogicién, y:en elgunas. consecuencias y problemas que, de Bug me, exte ella ceriy Para ]a definiciéa de, la especificidad y. uso de, igs historias de vida ep, ciene: ag sociales. Asimismo, se petomaran alguns. puntos Gus, en ei.camino han quedado enuncia- des. suty -Se.da.gauf, per establ la la e dividuedes y, también, se cons tos vi stencia, de sujetos in- ers evidente que tales suje- nun. cierto perfodo de tiempo, No es tan claro, en gembio, que tales vidas puedan ser entendidas en térmi; wna historia, ni tampoco que el producto denominado_ "hi de vida", Jes. refleje o represente. Segim P.Bourdieu:. "Ha- Dlar de historia de vida es presuponer al menos, lo que no en poce, gue, la vida cs una historia ¥ qué, como én el Libro ce laupassant Ine vie, una vida es insepearablemente.el conjun to'de los acontecimientos de una existencia individual conce- bida como una historia y el relato de esta historia. Es es- : té lo que dice el sentido comin, es decir, el lenguaje corrien te, que describe la vida como un camino, una ruta, una carre- ra, con sus encrucijadas (Hércules entre el vicio y la virtud), sus asechanzas, incluso sus emboscadas (Jules. Romain habla de las'emboscadas sucesivas de los concursos y de los examenes') 6 comd un encaminamiento, es decir, un camino que se hace y Que ést@ por hacer, un trayecto, una excursién, un cursus, un ~pasaje, tm viaje, un recorrido orientado, un desplazamiento lineal, unidiveccional (1a 'movilidad'), que importa un co- mienzo ('un iniéio’en la vida'), etapas y un fin, en el doble sentido de ‘tétmino y de finalidad ("har& su camino' signifi- ea qué 1a persona triunfar4, que har una hermosa carrera). Esto é8 aceptar tacitamente 1a filosofia de la historia en’ el “"Sentido de sucesién de accntecimientos histéricds, Geschichte, que ést& implicada en una filosofia dé la historia en tanto Hato histérico, Historia, en suma, en una teorfa del rela- 0, Yelato de histdrtador 6 dé novelista, indiscernibles’ des— “he Gste punto de vista, especialmente biografia o autobiogra- siandi/, “ El considerar que una vida puede ‘ser planteada en tér- minos de una historia, implica concebirla como un todo, como uha unidad coherente y orientada, la materializacién de un ‘proyecto con sentido. Por lo general, las historias de vida presentan una serie de hechos que, organizados (a posteriori) eronolégica y lépicanente, dan forma’ a una temporalidad lineal ——— 25/ P.Bourdieu, "L'ilusion biographique", en Actes...op.cit. p.69. intosianonte junida per una relacién de continuidad entré una serie do sucoses que son, sucesiva’y ‘simulténearente , causa y efecto, No es en modo alguno gratuita esta pretensi6én de “avo hawwida constituya una entidad delimitada biolégicamente, (pox dotada de ,sentido, No s6lo el:sentido comin y el len- guaje cotidieno ‘la avalan22/, sino que corresponde a toda una. filocofia de la existencia propia de nuestra cultura. eee 0 Be@ourdieu.llama la atencién en que la ruptura de 1a ncopcién de 1a novela como narracién lineal coincide con 21 cuestionamiento de la filosoffa de 1a existencia que pien- sa la vida.como dotada de sentido. Al respecto cita a Alain Rebhe-Grillet, segin e2- cual: "el advenimiento de 1a novela mocema est& Ligado-precisamente.a este descubrimiento: 1o « real.cs discontinue, .formado de elementos yuxtapuestos sin rezén, cada uno, de los cuales es fnico, tanto mas diffciles .de captar eni cuanto surgen de manera incesantemente imprevis- 27/ ata, extenporgnea,. aleatoria™ En realidad, auica ce est frente a la vida de una per~ sona, ni mucho.menos frente a la historia de-una vida; eso es: imposible, no ser.que se reconozea que tales expresio-: ~nes tienen..velor sélo.en un sentido figurado (no textual). ¥ ental caso es indispensable aclarar a qué es lo que espe= iefficament® se refiere . tal figuracién. Para tales efectos web ay : is 28/. Algo hes. dite. al respecto frases como: "su vida fue mar Pequefio demostrd...", "su anhelo de cuca siempre fel. 277 ‘ke Rebbe~Grillet, Le-miroir qui’ revient ,Paris, Editions’ SY Ghienut, 1908) 32088 : > ete. es Gtil continua con algunas analogias y oposiciones entre! la novela y.lag-historias de vida, . i i Existen importantes semejanzas que inducén a homologar . las historias de vida, su lectura y andlisis, con la novela. De partida -a pesar de las miltiples 'variaciones en cuanto a lenguaje, técnica, estructura, tema, etc. ,etc.-, lo que toda novela hace, en Giltima instancia, es contar la vida de Personas... No quiero expresar.en ningtn caso’ que. toda novela se reduzea 0, pueda ser ‘reducida a eso, sino que esaes su ma- teria.prima,,el material iniludible a partir.del cual es po- sible edificar wma obra particular, fnica, irreductible a cualquier otra,,a pesar de que comparte con todas ese sus- trato, clemental:. vidas de personas. “Pero, adem4s de que las historias.de vida, y..a:novela tienen en comin ese cimiento basico, existe entre ambas’ otras.semejanzas no despreciables: la.perspectiva.clavamente subjetiva, la narracién (muchas ve- ces) cn primera persona, el componente dram&tico y de tensién, sus descvipciones que apelan a la sensibilidad, ete. Ep el terreno, de 1¢3 oposiciones, es posible también realizar um contundente.inventario. En efecto, en la novela wy en toda creaciénwe :fiecién de caracter cerrado- cada per= . sonaje no tiene més vida que la que aparece en la narracién; nada ms puede saberse ide ellos, pues no tienen-mas pasado ni futuro que los que ei texto revela, nada existe fuera de 61. Las fronteras de una tela marcan el 1fmite mas all& del cual tédo'es indiferante, intercambiable e insignificante. La es- eritura, 1o que el signo relata, insinfa, explora o ignora, es el campo de su totalidad comprensiva; el texto nunca ocul- Soa aba Narvada es el universo absoluto, Inclu- deductiva, cuya tram gira alrede- io’ que debe ser solucionado, #8 re- dar genum enig ia clave’ de: la resolucién debe estar contenido’ én o auisitor ge tdi texto mismo, no-és legStimo apelar a elementos externos ai ~Reiato para 6m elapificdcién. Ninguna narracién literaria ptle- cgrapoyarselen-lo-que esta fusra de ella para fundar su com: puonedéng-desatrolloo consistencia; aunque si se'precisa que is Sexto y-lecton compartan un minimo universo eulturai28/, : A sm ne - El "historiadod de vidas", enveambie, siempre e-irre-!° ~sadiablensnte esti frenteva fragmentos (de una -naturaléza par siculer,tcono-se ver& mAs adelante), siendo infinitamente ‘mas io que co le eseapa, lo que ignora, que lo que puede llegar’a conocer, Quienes se dedican a tal especialidad, muchas veces sienten yoeaenén la tentacién de sofiar que 1a elaboracién storia de vida en verdad encierra o refleja lo que Na deouna 28/-Se podefi avgumentar que olvido una diferencia fundamental ie novela y la historia de vida: que la primera es} woducts aitisileo Ge iccita, es decir, que aunque volun base’ a-materiales de la realidad; “ew ‘aes fouto de laimaginacién, En cambio la se~9 728 ei resultado de una actividad cientifica de co~ mento; es decir, 'que busca explorar y explicar la rea- idad y para ello es un vequisito la objetividad., Me pare- ‘@ sc trate de una diferencia real, pero especialmente a@iidaanivel de la modalidad de trabajo; ya que en é1" fondo anbas practices comparten una finglidad de conosimien- ‘to y una dosis de invencién de un objeto, aunque se rea- ‘izen en ambitos de objetivacién diferentes. En éste sen tie, 1a cbietividad cientifica no es sinénimo de, verdad, ‘gbsoluta sino de coherencia metodolégica, a través de la ymial se debe ¢ ‘rel empleo de ciertas normas dé ver ién intersubjetiva. 5 nae gund feo ao sido ésa-vidd. Lo mfs usual es que el investigador posea una serie de materiales que pueden ser del m&e diverso orden (car- tas, archives ‘judiciales, dfarios personales, relatos y opinio nes*de-dtras onas, etc.'),“Los cuales entregan muy diferen- tesstipos de “informdiciény Sobfe in sujeto; materiales con gra- dos ‘de objotiviidadWwariabies:,’ pero que entre sf se parecen en algo: todos, de “tri“inédo “u ot#d, hablan de alguien. Por lo co- mOnj "er? la actualided la ‘fuente m4s importante y utilizada es el relato que el propio sujeto hace de s$ mismo42’, y que en- trega a wn entrevistador en una o varias situaciones de entre- vistas relate realizado siempre y necesariamente desde un tiem po presente’, * ‘Bn figor, por mas vico que sea el material recogido, la vida dé ira’ persona no es sélo algo irrecuperable, sino tam- bién Grrepteducible, Y ello es valido, en primer lugar, para el propio stjcto de cuya vida se trate. Es asi, porque, a di- ferencia de 10 que ocurre con el personaje de una novela, la vida de una persoha ho est definide por 1fmites y.contenidos precisos. Ciextanonte es posible fijar su fecha de nacimien- to ¥ rubrte, pero tonbign Gabemos, que'suexistencia social co- mienza antes,<¢cl. parto y no acaba en el momento de su falleci- i habité tal o cual lugar, cuales fueron sys. actividades leboraies, la-composicién de su fami- lia, etes! No obstante, una detallada cronologia de hechos y un exhaustivo inventario de»acciones, no constituyen la vida de una persona; ella encierra una fuente inagotable de datos mientol*" Podémos tenccer y dimensiones, que supera.con mucho cualquier intento de re- ~@onstruccién. Con esto se alude, por una parte, a un problema de cantidad de informacién (por llamar de algiin modo al conte- 23/ Ver nota N° 1. -31- nido de wna historia de vida); por otra, al de su irrecupera- 1 (el que la informacién perdida ‘para siémpre, sea Supe- bie); y, por Gltimo, se aludé''al“hecho de que ior @ la con gran parte de lo que un sujeto es capaz de decir sobre sf mis- “wo tiene mas que ver cén su actual‘caudal interprétativo, que : una recoristrucesén de circunstaricias y costumbres. ade “ 6 e podr’ opener gue’ Adaié espera que tina historia a& vida sea equivalente a la totalidad de eventos yfacetas que conponen’ 14'vida de una persona} sino que bajo £41 némbre"se agrusd*dieeta informacién especi fica sobre uh sujeto;®la/éual representa lo mas importante de su vida, Hay que admitir que ello es asi; ein embargo, lo valioso de esta aclaracién radi- nseéuencia evidente: aceptarla implica reconocer i°4ndagacién sobre la' vida de alguien es focalizada; eeits al, y esa parcialidad es definida por un inte- de“@bnceimiento, Dicho de otro modo: es necegario e ine- vitedie qu2'la elaboracién de una historia de vida se centre “an algthos aspectos y deje de lado otros. Asf, la focalidad s, a 1a voz, una limitacién y un requisito. Como limitacién “nos reeverda que es preciso perder la ilusién sobre la posi- bilidad de conoce» y reptoducir una vida particular; como re- quisito nos éxplicité’ que todo intento de abordar la vida’ de Gebe respondeh a objetivos especificos de’ conocimien- to; esto es, debe formar parte de un disefio de ihvestigacién. . yBe. C2 ora’ bien, a base de estas proposiciones es oportuno “avenzar en estas pagihas finales en torno a las‘preguntas? sobre 1a naturaleze o especificidad del conocimi#nto que, a mi jticio, pueden otorgar las historias de vida,,sus condi- - 32+ eiones“4e generacién y el campo de validez en el cual tal co- ~“nocimiento puede desarrollarse. Parafraseando a H.Broch, puede afirmarse que "“descubrir ‘lo que-8610 uha'historia de vida puede descubrir es la tmica razén de ser’ ae las historias de vida"22/, En otras palabras, la justificacién de tal modalidad de investigacién radica en 1 conotimiento que sélo ella puéde aportar (o ella mejor que ninguna otra técnica). Cul es ese conocimiento?, cqué es lo que se le puede pedir a las historias de vida y esperar de Yellas? "°°" sin &nimo de legislar sobre 1a materia, propongo que se trata’de una herramienta privilegiada para dar cuenta de las categorfas significativas y procesos clasificatorios con los que determinados sujetos piensan, organizan y representan su “propia identidad. Su campo de validez, por tanto, se sitta en el terreno de la construcéién e interpretacién de imagenes con sentido. Pero ho cualquier tipo de imagenes, sino aque- las que hablan de su pasado y del sentido de su existencia. Independientemente de si este tipo de conocimientos puede tam- bi€n servir sélo como apoyo o complemento a investigaciones que pretenden otros objetivos, estimo que 1a importancia de conocer las claves mediante las que alguien crea y consume *una(s) imagen(es) de sf mismo, reside en que a través de ellas es posible aproximarse a las intersecciones entre estructura e individualidad, entre cultura y personalidad. En efecto, la 30/ "Descubrir lo que solamente una novela puede descubrir es “1a fmica razén de ser de la novela". Citado por M.Kundera, "Si la novela nos abandona", en Debats N°1S, Valencia, Mar- zo 1986, p.62. - 33 - asmitaouue pregunta por 1a historia ds, una vida ee. la prepunta. por as particularidad de una persona, aquello que la diferencia de todas. las dem4s y 1a hace inigualable a cualquier: otra. En esa particularidad. se hacen evidentes: los linites de la~:r Libertad individual; lo que en jerga, sartreana se Llamarfa) 15 la ampliacién del "campo de,los.,posibles", a cio vee Cuando un investi pador., Social trabaja con-historias..dei «> vida, la primera y verdadera naturaleza del material. que-po-oi See, podria llamarse una _heterosénea hermenéutica; es decir, a7 un tupido mosaico de interpretaciones que €1,-a su vez, quiles> ve y debe interpretar. Reitero: en relacién al relato-deb: propio sujeto, no est frente a una mera deseripcién o-re#0i+ cuento de hechos, sino ante ¢1 desarrollo de un discurso de -s) alguien que apela a muy, diferentes tipos de enunciados. para ~={ Pensarse a sf mismo frente a otro, para construir, fijarat oq justificar cierta identidad particular. | La: preocupacién por ja diferencia o individualidad en el relato, es coincidentessot con la composicién. interna del mismo. "Las comparaciones .x © contrastes apzrecen, sin forzar 21 material, como elemen- —) tos constitutives. de la storia de. vida: es @ partir:de ellos, elementos de construccién de la identidad.personalo-dela ‘> imagen de. .Sf,,ave Se establece.una,relacién,dialéctica dentro del discurso a través, de. dos eies:. la, oposicién.entre-sf mis- mo y los otros, por.un.Jado,.y:1a.oposiciémentre momentos o°°5 situaciones, vivengiales, di ferenciades de-su propia historia, :~> por otro. La historia se vida.y,.8 partin.de.ella, la reafir- macién de “na identidad.personal,.se .logran.entonces por dos + juegos de ‘elementos: me identifico en las ,gontPadicciones vr ob oposiciones entre distintos momentos de mi propia historia'32/, La tarea interpretativa del investipador debe estar orientada ee 31/ K.de Leén, Andar andando. Testimonio de mujeres del sector forestal, Pehuén-CEM, Santiago, 1986, pslu-15. por la bfisqueda de esas claves que, én algfin nivel; resca- tan la coherencia del relatos pero sin ocultar ni subestinar sus: contradicciones , vacios-y’ ambi guedades. >< Es algo de crucial importancia el qué’ todo ello sea ge- nerado en una situacién espectfica (é’ Varias): la entrevista, El desarrollo y caracterfsticas de esa situacién influyen sobremanera enel perfil del protiucto’ Final, ya que se tra~ ta de un- complejo: proceso" dé! intéracéiéi en°é1 transcubso del cual se-genéravcada»histotia de*vidd. "En este ‘proceso, -:los dos: sujetos: involueradés* réprésentan ’papeles aparentemen- te complementariés (and pregufita, “el otrd responde; uno es- cucha, ef oto chablay;"pero plagadds de equfvocos latentes yotensionés potencidles.**Por supuesto, es‘amplia la gama‘ de tipos -de -antrevista qué ‘pueden darse, pero muchos de quienes han participado emvellas sfdlen ‘recondcer que, més all4 de ~las declaraciones. preliminares de’ intenciones'y principios, por 16 comin -se trata’de una relacién de diffei1 comienzo, que es ‘vivida como no igualitaria y en la-que Ios dos inter- locutores encarnan' motivaciones fltimas de dudosa coinciden- oia. El entrevistador acéstumbra a desarrollar ‘un sutil (y @ veces grosero) ritual de: seduccién i prati ficacién "ha~ “ orciavel entrevistadoy hace esfuerzos por no opinar ni’ enj cia las. respuestas del otro, para nd conditiohar Si? eonte- nidoy: yy: simultaneamente y intenta provocar’ su espontaneidad’ y- comodidad. -Trata de ser neutral, pero duda, pues Gabe’ que ~+ebe ganarse’ la confianza de su interlocitor‘y para’ello ve como necesario:declararse abiertamente*su!aliados’ Su punto de partida suele estar marcado por la‘ingenuidad de pensar que e2 sujeto a-quien “interrogasabée6'conocé ‘st vida, de mo- +do que la cuesti6n crucial ‘se reduce a que‘haga el relato de ella. ~ Tele poe = 35 - El entrevistado”” por su parte, afronta la situacién” con un alto grado de ihcertidumbre y desde una posicién’ que "Se presta a ser séntidi como inferior o subévainada. “Tam “bign busca cautivar a”su interlocutor y para ello inténta” . deducir o adivinar 108 verdaderos propésitos que le pueden explicar el interés >b> su persona. Se esfuerza por ‘tespon- der en forma “correcta” las preguntas que’ se 1 preseritan,, evita comprometerse é interpreta los gestos’, FFkées" y SeHae és del otro como de’ aprobacién o rechazo, como pistas que Ye ilustran acerca del rumbo que debe tomar, “Al misino tiem- po, trata de que la imagen que quiere proyectar’ toincida con “La que 61 supone que su entrevistador desea recibin, mob ste *** Por’ Bupuesto, no se trata de que 1a“relacién inevitable- ent se desarrolle asi, sino de un clima que suele ser es- pecialnente notorio al comienzo del proceso’ y que varfa en intensidad y duracién segfn muchos factores+'.Algunos de @llos sont #1 tipo de relacién personal qué’se dé entre am- Bos fas motivacisies del que accedé' a ser entrevistado, la claridad con que esté witimo percibé los objetivos de la ac- “‘tividad, er ambiente p-ftico y‘séeial que’ viven uno y otro, ‘Ya ceroanfa y naturalidad enel lenpuaje empleado, etc. © Pa- ‘Yreciera que “un aspectc especialmente importante ‘est& dado’ por el Frado Ue incertidnmbre con que el ‘entrevistado sé desert Wee lve’, Ye1To ‘depende’ de 1a transparéncia y ‘precisién’ ‘cor qué el entrevistador logra definir la situacién y fines de ‘la entrevista. oe vetmevel ‘Ene iqtifed caso, es un hecho'diie existe una contra- ~® diceién ént¥e la distancia y Ta ‘cercanfa “afectiva de ambos Ta0B de ero" 7 x = 36 - protagonistas ‘entre:sf y ,deeada ‘uno de ellos*con’ el ‘relato. Ambas ‘cosas son necesarias'}‘potque lo éptimo~@s que el entre- vistado se vincule'sentimentalmente de modo muy estrecho con lo que cuenta, se abandone’al “fluir de sus' recuerdos y alas : reacciones que ellos le \provocan; y para que! @s6 sea ‘posible ‘debe confiarse -al que le escucha.! Tal confianza es dificil si su interlocutor se demuestra distante‘o de una cordiali~ dad sélo formal; pero, sivlem cambio expresa su’ identi fica~ cién e involucracién, ello‘puéde repercutir en la construc- -cién del irelato. En estejuepo de’ ardua conciliacién entre ejania-y-empatfa, es freduente que se consolide el puente 4 de la complicidad en la atribucién de sentido. Ella consiste en que el entrevistado cae en la tentacién -natural y desea- ‘ble j ‘siempre ‘y- cuando no‘arrastré en ella -a su entrevistador- de concebirvsu'vida como una consistente série de secuencias que, por algtn ‘motivo (en ‘su acepeién literaria) pretendido a partir del ‘presente ;:posee relaciones inteligibles /y en‘! su'totaliddé, ‘constituyeo da forma a una historia con ‘prin- cipio’y fin. "En palabras “de M. Vargas Llosa: "Las historias -son para vex 'fieles a aquéllo que aparentan historiar, por? -T6enos ‘en ‘un ‘sentido cuantitativo: 1a palabra, ‘dicha’6'és- cerita, es wa Yealidad en.sf misma que trastoca aduello qué ‘supuestamenté transmite, y Ta memoria es tramposa, selecti~ : va, parcial.” Sus vacfos, por lo general deliberados, los rellena 1a ittaginaciéi! no hay historias sin elémentos’ afia~ didos. “ Estosno’ son jams ‘gratuites, casuales;'se hallan gobernados por esa extrafia fuerza que no es la légica de ld vazén sino la de 1a oscura sinrazén. Inventar no es, a me- mudd; dtra toga que tomarse “ciertos desquites contra la vida, que nos cuésta vivir} péPfeccionandola o envileciéndola"dé"a- cuerdo a nuestros apetitos o a nuestro rencor; es rehacer 37 la experiencia, rectificar la historia real en la direccién que nuestros dedéos frustrados, nuestros suefios rotos, nues- tra alepria’d' nudstra célera reclaman"32/, - iG este’ Bentido, cabe decir qué la historia de una vi- da nutes’ 68 recopila, siempre se inyenta,. La inventa el que WW cubntd’ y’ Ya ‘Teinventa el que 1a escucha; ambos interpre- tan’) QitieH Habla de ‘sf misito construye yna(s) imagen(es) que aspira(n)a reflejar su identidad, para consumirla 61 y*para que la*consuma‘ el otro. Propone. una autojusti fica. cién, escoge “algunos recuerdos y desecha otros.» selecciona y olvidd: “'Dénas est decir que todo esto nada tiene. que, yer cori’1a” vehdad ola '‘mentira; no se trata de na, indagacién. judiefai-en Ya-quée lo contado debe eorresponder ala yerdad, pordue“no’és e8é é1 terreno_en donde se desenvuelve la siz, tuadiéi ad entrevista, esta Gitina es yna relacién social. qué sé “da‘en é1‘Gamp6 dé Las signi ficaciones. En. otras pa, Tabras} ‘as mentiras y ‘los~ olvidos “wyalen" tanto como los. ,, recuerdos y las confesiones, en “tanto a través de ellos se, 7 aspira a construir una imagen, una representacién. > 'psde 61 puite dé vista det oficio gel investigador, uid“de'bus Labores consiste en descifrar esa "oscura légic de “fa sinvazén", reinterpretando la interpretacién del suje: ‘to. “Parad e110; en ‘nada ‘le ayuda "creer" o identificarse con e1 sentido que 61 le otorga a suexistencia, pues ello im; plica limitarse a reproducirlo, sino-que debe entenderlo youbicarlo ‘como: un elemento ms que habla de las categorfas y eriterios: de’ sentido comin, que. componen su caudal inter pretativo.!. Si:se asume lo anterior, quéda ‘eh evidencia lo inadecuado de las operaciones de precisién y ordenaiiiento 32/ M.Vargas Llosa, La seforita de Tacna, Seix Barral, Bar- celona, 1981, p.10-11. que suelen realizarée en el transcurso y posterioridad a la entrevista, Me explico: cuando un sujeto se involucra pro- fundamente en ei relato que hace de sf mismo, su discurso no vefleja una temporalidad lineal ni tem&tica, por momentos brota a borbotones y en forma desordenada, como un mondlogo interior digno de la novela mis moderna. Incluso ocurre con frecuencia que le cueste precisar fechas, confunda los “an- tes" y los "después", recurra a explicaciones contradicto- vias o incoherentes, etc. Sin embargo, es corriente que las constantes interrupciones del entrevistador le quiten flui- dez a°su relato y le obliguen a "ordenar" sus recuerdos. Otra practica bastante difundida es la "composicién" o mon- tajé de la autobiografia, de acuerdo a criterios externos, de orien tematico 0 cronolégico. Lo que estas modalidades es- conden es “una eierta subestimacién del discurso del sujeto tal y Gual"surge, en "bruto"; de allf que exista preocupa- cién por evitar’los quiebres en la narracién, se busque des- pejar las “Supd#posi ci ones y se insista porfiadamente en la continuidaa'y e1 1 sentiaos?!, Por filtimo, algunas palabras en torno a otra practica relativa a la ‘historias de vida que aqu{ interesa impugnar: aquélla en 1a cual “el investigador cede a la tentacién del _ sentido, pero esta vez a uno exclusivamente externo, volvien 33/ Es ilustrador al respecto el que E.Crankshow valore 1a autobiografia de N.Khrushchev precisamente por provenir de un hombre que, por su avanzada edad y muy deteriorado estado de salud, daba rienda suelta a los terrenos de su pensamiento mas inconscientes, no pudiendo ejercer un férreo control sobre su relato. Citado por J.W.Wilkie, op.cit. ,p.111. - 40 - ciAdemas , «scbratr idtivos para ponér seriamente en duda” e@livalor y:los ‘fundamentés pedagdgicos de una difusién edi! - torial due asume“la tarea de’ hacer educacién ideolégica, que utiliza el relctode vida para describir los problemas “de ‘or~ densocials y-que reparte instrucciones' acercade sus causas -y consecuencias’, ‘como también respecto’ al camino qué lleva. ai las soluciones.?' Quienes promueveri el uso de historias de’ vida en esta direccién; ‘suelen' estar motivados por generosas ideas sociales,'son sensibles a las injusticias que sufre la mayorfa y desean'impulsar un cambio social profundo. Pien- san de modo optimista en tal posibilidad y defienden la pos- tura de quevla‘ciencia social debe'trabajar comprometidamen~ te por ese cambio;"el aporte’ael cohocimiento Io éntienden en-un sentido de denuncia, apoyo a los’ procesos de "toma de contiencia" y difusién de la "verdad". Las actividades edu- cativas' que se desprenden de esta visién--especialmente 1a8’ -desarrolladas*con grupos populares~ muchas vecés parten del” supuesto” de“ untreceptor pasivo, infantil @ igndrante: exp1i2 ean todo, sus contenidos tienen significadds precisos y no dejan: eseapar oportunidad para extraer alguna ensefianza’ mo- val o:politica. °Laé“historias de vida que se di'funden en es- te*contexto, suelen*estar plagadas de estereotipos yo juicios ae exeluyentedy en'é2aé‘no hay°ambiguedades ‘ni sorpresas, S310 * aéeptansuna!lectura} los sujétos que se presentan Han Sido = depurades“de>teua icontradiceién, son meros portadores de ideas bimplificadds, instrumentos que sirven bara ilustrar” akgunas‘tésis maniquefstas que”son anteriores al relato: Son’ textos que necesitan tn tipo-éspeci fico de lector: el crédulo y aquel convencido de antemano de 1a enséfianza de la narracién. ‘ a 239) do. de este, modo a la tendencia. de. edifican.héroes. Ello o- gurre cuando, no,,se,toma, els relato del entrevistado como: una glaboracién .de im&genes. que.es preciso. descifrars sino comp _«Pecuento de hechos,linealmente dirigidos, alos cuales _8e des atribuye un tnico: significado, que ge: levantascome:t una caracterSstica intrinseca de 1a vidayde, esa,persona;. pe- FO que proviene de fuera,del.relato y 1o tormayien: de finita- va, innecesario,.. En. muchas, -demasiadas-historiassde- vida: fen particular aquéllas realizadas sobre sectores’ populares “en, sociedades de clase), lo que,se expresa es un romanticis- _f9.disfrazado de yealismo; esto es, se diluye la particula- _fidad del sujeto.en un, formalismo valérico’coherente, presen- tadp.como equivalente alos hechos narrados; De este-modo, Se da paso a una.galerfa de personajes que hablan de la in- _justicia social, de 1as.consecuencias de la'pobreza, de la toma de conciencia..spero no de sf mismos,;No se defiende aca la idea de que una narracién biografica,sea autosuficien- -¥@5 al contrario, como se ha dicho, su interpretacién debe formar parte,.de una propuesta de investigacién que explicite los criterios y_procsdimientos om,que es "lefdoll cadacrelatost --b© que se cuestiona, en cambio, :es la-solidez-dé textos, que en verdad persiguen otros objetivos: 1a denuncia,,1e-educa~ gién, la difusién o ejemplificacién edificante, ete, Se es- 4, en.este,caso,.frente a productos en los que la narracién biografica.es un pretexto para exponercontenidos, externos -a ella. Una.caractenistica importante de estamodalidad es la definicién valérica de los protagonistas,.:de. modo ‘que.su-lec- tura produzca efectos de orientacién..moral.o. moraleja. De~ nmasest4 decir que tales publicaciones pueden ser absolutamen- te legitimas, y tal vez hasta necesarias; sin embargos hay, que tener claro que ellas reflejan y hablan ms de su autor que de una vida particular. -4u1- Paradojalmente, una actitud "pedagégica" como la rese- flada, torna a las historias de vida innecesarias y niega la Posibilidad de que texto y lector tengan una relacién adulta y libre, en la cual este filtimo pueda ser un verdadero inter- locutor de la palabra escrita; es decir, tenga la oportunidad de otorgarle sipnificacién al relato, interpretandolo y ex- trayendo las conclusiones y verdades que 1 estime.

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