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Agehivor dul Peale. Prado csr foro dil Sov Gate] Nara 2OOO- — TRANSGENICOS Y POLITICA = COMERCIAL GONZALO ESTEFANELL [REPRESENTAWIE DEL INSTITUTO INTERAMERICANO DE COOPERACIO DARA LA AGRICULTURA EM LA ARGENTINA Er os tltimos aftos del siglo apoyo dados a otras ramas in- pasado se aceleraron dos ten- . dlustriales, el sector cle alimentos y y seguir’ siénclolo por dencias fundamentales para el fu- bebidas turo del comercio de nuestros pal, su competitividad natural, el ses prodiigiores dealimentos, que, gran motor de la economia sino se tienen en cuenta adecua- argentina damente, pueden tener un efecio Una de dichas: ten negativo sobre las tan necesarias dencias es el afianza- exportaciones. Tal como lo de- miento del poder del muestran las cifras de comercio consumidor. En efec: exterior de la Argentina, algo me- to, partirdel final de nos del sesenta por ciento del total de divisas se origina en exporta- Mundial, sobre todo ciones de origen agropecuatio, ya en Estaclos Unidos y \\ sean productos primarios (38% del luego en Europa, se 5 total) o procesados (62%). Es «lecir comenz6_ a sentir la A que, a pesar de los esfuerzos y voz del consumidor 195 ARCHIVOS del PI GONZALO ESTEFANEL "Primero, timidamente a wa- vés de algunas ONG que cobraron ms fuerza en =), losafiossesenta derraman- Hl! Hasta ese momento, el Fi consumidor era practica- nyente un mimero andnimo al que se lo consicleraba s6lo desde el punto cle su poder adquisitivo. En este sentido vale recordar los trabajos de estudio de reacci6n del consumidoral packaging, por ejem- plo el que divulg6 Vance Packard en sus Formas Ocultas dela Propa- ganda. Hoy el consumidor ha to- mado las riendas y exige. Ya no es més el pasivo receptor de produc tos. Hoy exige saber lo que se Te esta vendiendo, sobre todo, en lo que a alimentos se refiere. El eti- quetado de productos y fecha de yencimiento en los alimentos es una cosa comtin en los mercados 4s desarrollados..La.ley no s6lo regula sino que también castiga a quien presenta informacién con errores 0 que Heve a una mala interpretacién. Esta preocupacién por lo que se ingiere ha Hlevado al concepto de calidad alimentaria, ~ mas abarcador que la simple sani- dad ala que wadicionalmente se orientan los programas de control de alimentos y por ende las institu- ciones vinculadas. _Paralelamente, la otra tenden- cia-secular-y motor del desarrollo de Occidente, acelerado cn las postrimerias de! siglo pasado, ha sido el desarrollo tecnolégico. Poco a poco primero y a ritmo vertigino- so después, Ia tecnologia y la inclus- sia fueron pasando de lo mecinico a lo electronico; de lo visible a lo invisible a simple vista. De ticles, engranajes y manivelas y pruebas de acierto y error, la tecnologia fue dominando los atomos y las célu. las. Microelectronic ¢ ingenieri genética, las puntas de lanza de ba nueva avanzada tecnolégica con aplicacién comercial. Con ellas Hle- 96 el estudio del genoma de los seres vivos, el cédigo genético que hace vivir y reproducirse a todo ser vivo. De alli a la manipulacion ge —qétier fue unr-paso-y-asi Organismo Genéticamente Modifi- cado (OGM), que tanta discusién esti desatando ene! mundo a partir del rechazo de mercados sofistica~ dos como el europeo. __ Lat Argentina ents en ka era de Jos OGM desde'un punio de Vista comercial con [a liberacion al mer- cado de Ia semilla de soja transg nica rr(Roundup Ready) que pre- senta resistencia a] herbicida Roun- dup, permitiendo bajar los costos de produccién en un quince o veinte por ciento.respecto, de sus semillas hermanas no transgén Asimismo se ha introducido, entre otros el maiz bf, con un gen del Bacillus thuringensis que le per mite defenderse naturatmenie de n las fo, ba Poco ugino- andus- anico alo ieles, nuebas fa fue > célu- nieria de la a con Tas Nee de los sco que wdo ser Sn ge- “eg6 al Modili- seusi6n va pattir ufistica- erade “e vista al mer- rransgé- ave pre- «Roun costos ince © de sus 6 no, entre sen del Je per- onte de aS, TRANSGENIGOS ¥ POLITICA COMERCIAL insectos. Estos adelantos han teni- do una gran acogida por parte de productores ya que han significado una disminuci6n de costos cle pro- duccién, sin que afectara el precio deventa del producto. Unadelanto que, ademis lleg6 en medio de la crisis de precios de los commod- ties. Todo ello explica que entre el setenta y ochenta por ciento del Area sembrada de soja sea realiza- da con semilla transgénica. Tam- bign explica que la nueva tecnolo- gfa, al no tener un impacto directo sobre los consumidores (ya sea por menores'precios o mejores calida- des) no sea aceptada tan facilmen- te como otros desarrollos tecnol6- gicos. Alrededor del tema del uso y consumo de productos transgéni- cosy sus derivados, se ha desatado una gran polémica respecto del tema seguridad. Quienes se opo- nen al uso de transgénicos, sintéti- camente, adlucen que representan una amenaza a la salud humana toda vez. que se estén introducien- dlo genes de especies que por eru- zamiento natural no entrarian en la especie en cuestién y unaamens2a al medio ambiente porque puede afectar a otras especies y al produ cirse polinizaci6n cruzada a partir del transgénico, se diseminarfa de tal forma de crear super malezas y resistencias en insectos y bacterias que serian dificil de controlar. Quie~ nes los defienden indican que tales ARCHIVOS Se argumentos no son valides y que, al haber surgido fundamentalmen- te de Europa, no son otra cosa que eS astilugios para frenar una tecnolo- = gia que ellos (los europeos) no ‘6 dominan. Por otra patte, este salto tn tecnologico, esta discontinuidad tecnolégica, sostienen, permitira S alimentar a un mundo con una ve poblacién creciente, es decir, per a mite alejar, una vez mas —como lo 5 hizo antes la Revolucin Verde~ el fantasma malthusiano del ham- bre frente al crecimiento expo- nencial de la poblaciéa y el cre’ miento lineal de fa produccién de alimentos Asi planteada 12 cuesti6n, es necesario realizar una mirada sere~ na sobre los distintos argumentos y llevar a cabo una necesaria discu- sion ptiblica sobre transgénicos ya que el efecto de su uso sobre Ia comercializacin futura de alimen- tos puede ser negative. La demanda de alimentos y, sobre todo el acceso a merca- dos, puede desglosarse para su analisis en dos niveles: el gubernamental. que es quien regula el ae- ceso de mercadertas a un pais y el del gig PRey consumnidor que ex- |) “Sigs presa en el mercado WAZA interno sus preferen- \ 4 cias que luego. son transmitidas a la im- portacion y que es “By 197 “del PRES! GONZALO PSTEPANELL mercado, La primera, la dimensién ; gubemamental, obedece \ asu vezavarias dimensio- i nes: salud piblica, econo- _mfa, presiones corporati- vas, historia. De todas és- tas, cl Enfasis de la argumen- tacién ha sido puesto en las presio- nes Corporativas, es decir, enlo que hace a la defensa de las empresas locales aduciéndose que las euro- peas estin atrasadas en tecnologia. Sin embargo, es necesario recono- cet aquellos argumentos vilidos de los que son meras barreras paraa- rancelarias, ya que s6lo asi se po- dran Ievar a cabo negociaciones productivas. in este sentido; en. comercio alimentario mas que nun- ca Hay que hacer un esfuerzo por demostrar, segin Jo demanden los distintos mercados, que los produ tos ofrecidos rednen las condicio- neslexigidas. BT segundo nivel, et delconsu- midor, obedece a gustos, precios, percepci6n, temores. De estas di- mensiones se ha puesto el énfasi en precios y, algo, muy poco, en lo qué tiene que ver con gustos. Pero la dimension que est jugando mas fuerte es el. del temor, alo descono= cid, a la experiencia de lo que ha passido cada vez que el hombre ha forzado el camino natural en nom- bre’ del avance cientifico. En este sentido, se llev6 a cabo un estudio en Estados Unidos y en Europa sobre la percepcién del ptiblico respecto de la biotecnologia. Los resultados son interesantes y pue- den ir dando una pista sobre el futuro. Se encontré una diferente apreciacion y aprobacién de OG en ambos lados del Atlantico, el apoyo a los cultivos y alimentos genéticamente modificados es ma- yor en Estados Unidos que en Eu. ropa, pero en ambos casos hay mas oposicién que aprobaci6n a este tipo de organismos. La oposicién a alimentos modificados genética mente es un treinta por ciento mayor en Europa que en Estados Unidos. Es un hecho que en la actua- informacion disponible sobre to- dos lostemas posibles, la confianza actiia como un sustituto de! cono- cimiento. Por lo tanto, zen quiénes confian los consumidores? En Esta dos Unidos, las agencias responsa- ples de regular alimentos conside-~ raron Ja biotecnologia como un caso mas que cabria dentro de los parimetros legales existentes, por Jo que se aprobé inmediatamente considerando que no presentaban una amenaza a'los consumidores. cambio, la biotecno- logia se vio como un nuevo proce- so que demanda nuevos sistemas regulatorios que abarcan un rango mayor de consideraciones, tales como los riesgos conocidos y de 198 “ARCHIVOS del PRESENT! lidad, con.la enorme cantidad,de____._| Sactua- tad de ure to, awlanza scono- viénes “VEsta~ snonsa- conside- Ano wn de los s, por merite sataban, nidores. sutecno- < proce: siemas rango ~*, tales osy des conocidos y los aspectos ambienta- les. Eneste sentido, la encuesta que realizo The Economist a finales de 1999 indica que en promedio, alre~ dedor del 67% de a poblacién dudarfaién comprar comida gené- ticamente modificada. En Alema- nia ese’porcentaje asciende a mas del 80%, en Francia al 77% y en Estados Unidos es de alrededor del 57%. Finalmente, el impacto que ha tenido en el consumidor europeo el tema de la BSE (vaca loca), acrecentado luego por Ia dioxina en Bélgica y la intoxicaci6n a partir de latas contaminadas de Coca Cola en Bélgica y Francia en 1999, es probablemente. muy grande. La desconfianza de los consumidores en los organismos puiblicos y las grandes empresas de alimentos y tecnologia no ha hecho mas que acrecentarse. En estucios realiza- dos en consumidores europeos, surge claramente que no se tiene confianza en los gobiernes, ni en las empresas y si en grupos de defensa dle consumidores o del medio ambiente y en organismos internacionales como la Organiza- cién Mundial de Ia Salud. Por lo tanto, aunque se pueda negociat a nivel gubernamental el accesoal mercado, sine convence- mos a Jos consumidores de que to que selést ofreciendo es bueno y no le hdré dafio ni al ser humano ni al medio ambiente, sera dificil TRANSGENICOS Y POLITICA GOMERCIAL conquistar el mercado de alto po- der adquisitivo. Entonces, {s€ po- dra seguir tratando de vender pro- ductos modificados genéticamente trabajando sdlo en mesas de nego- ciaciones gubernamentales? ¢Cudin- tas empresas que han invertido millones én el desarrollo de OGM han llevado a cabo estudios de ‘opinién como el mencionaco de manera de desarrollar una estrate- gia adecuada a la colocacién de productos?

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