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ES VCo orem PCI g JeBiequin "9 198ye9 ALY) mao ene ee ae ey) Pee Ete i ESM Lae oo ed PORN CCE mec ea Bone ee eco ees ar ae Senet on these een CCRC mone riers MSC MeUn RCC eRe Cie Pe Re ereee a aa eee Cosy Se Mi mecRern Cente ROT aes CORY come gL Stet eee Teer Zeer a Sea ee cme co ed Ser un oon Cesc Sree Reem emt Sonne monet mc! Teen en nee ono] Poet Ree ne ee Noe aera oro Cre ae Sete yee Pee US STS UC a Ruy Src Cne ete moun onec i) Pome R oie tee Tee oR CCC bo) Peto cee soca aa Proce mc on Pee I Sur Rot eet Uno ae od Preteen ie Mere Rot mt Two. 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Umbarger Amorrortu editores Buenos Aires Directores de la biblioteca de psicologia y psicoanaliss, Jorge Colapinto y David Maldavsky Structural family therapy Carter C. Umbarger © Grune & Stratton, Inc., 1988 ‘Traduecién, José Luis Etcheverry A Susan y Jessica, desde luego. Unica odicién en castellano autorizada por Grune & Strat- ton Inc., Orlando, Florida, Estados Unidos de Norteaméri a, y debidamente protegida en todos los paises. Queda hecho eldepésito que previene Ia ley n° 11.723. © ‘Todos los dere- ‘chos de la edicion castellana reservados por Amorrortu edi- tores, S.A, Paraguay 1225, 7° piso, Buenos Aires. La roproduccién total o parcial de este libro en forma identi: ‘ca o modificada por cualquier medio mecénico 0 clectrénico, incluyendo fotocopia, grabacién o cualquier sistema de al- macenamiento y recuperacién de informacién, no autoriza: dda por les editores viola derechos reservados. Cualquier utilizacion debe ser previamente solicitada, Industria argentina, Made in Argentina ISBN 08089-1568-1, edicién original, Nueva York ISBN 950-518-488-3 Indice general u 5 y 19 61 21 223 29 255 Reconacimientos Prefacio Primera parte, Conceptos tedrieos 1. Cardeter, contexto y cambio 2. Los términos de Ia terapia familiar estructural 3. Copartieipaeién y dlagnostieo Segunda parte, La préetica clinica 4, Maniobras de apertura: para obtener un diagnéstico estructural 5. Las maniobras de apertura: para dar prineipio a es- tructuras nuevas 6, Las intervenciones candnicas: estructura, pautaciin cescenica y seeuencia 7. Intervenciones eanénicas: tareas y descripeiones & Nudo y desenlace ‘Tercera parte, Atender a la estructura 9. La ventaja estructural Glosario Reforencias bibliogréficas Reconoecimientos Cuando en 1968 hacia mis préetias en un institute psiquia trico privado de orientaciin tradicional de los alrededores de Boston, conoei a Marvin Shier, quien me ntroduo en latera- pia familiar. Supervisé el tinico caso de familia de que pude cuparme y me dio el aliento de eircunstancia, lo tinieo que ‘eabia con alguien totalmente inmerso en el pseoandlsis, como lo estaba yo entonces. Las cuestiones de fala, sin embaro eran mi principal interés en la investigacion, en lo cual recibi ‘mucho apoyo de los doetores Norbett Mintz y Robert A. Ro- senthal, que orientaron buena parte de mi labor en esa epoce. Como mi deseo era poder continuar dichas investigaciones, consegui ser admitido como mierabro del equipo profesional de 1a Clinica de Orientacion Infantil de Fiadelfa en el curso del cotono de 1968 Desde ese aio hasta mi vuelta a Boston en 1971 fui miembro de ese equipo clinico y de investigacién, poco numeroso, de cautivante creatividad, que Salvador Minchin ha venido orga nizando desde 1968, La Clinica de Orientacion Infantil de Fila- elf estaba, se puede decir, en su edad de oro, al menos para mi, A un quehacer agotador, pero entusiasta, movian os seme narios dirigidos por Minuchin, los grupos de lectura orientados por Jay Haley y el cotidiano trato con terapeutas que, como Yo, se iniciaban, Tuve la suerte de que la ensehanza que Mi- hnuchin y Haley impartian a eada uno de nosotros se eonsoida ra en contactas semanales con Braulio Montalvo y Neal Dic niels, clinieos y tedricos talentosos que supervisaron buena parte de mi trabajo. Con ellos aprendi a utlzar téenicas es tructurales en la cotiiana linea de fuego Otro maestro del grupo de Fladelia tavo una especial im Portaneia para mi: el extinto Rae Weiner, defensor de la com Plejidad ideologica en una época en que la mayor parte de no- sotros empezdbamos a ereer que, bien mirado, existia un cami no regio. En 1971 pude volver a Boston gracias a Philip Helfacr y a Larry Schiff. Me ayudaron @ crear un grupo de formacion en n terapia familiar y un programa clinice para adolescents psei- tlcos y sus fanilas en ef Servicio del Adolescente, del Hosp tal Estatal de Boston. Al mismo tiempo, John Pearce, con su habitual generosidad, me hacia entrar en contacto con miem- bros de la comunidad de Boston-Cambridge que tenian inte- reses similares, Ademés, me sugiré eserbir este libro. En 1974 me azocié con dos de estas personas, David Kantor y Barry Dym, con el objeto de fundar el Instituto de Faria de Cambridge La labor y ls diseusiones compartides con estos dos cole ‘gas me resultaron valiosisimas para refinar algunas de las ideas Aue doy a ls hz en el presente trabajo. Ba mi experiencia per Sonal de estos aos iniciles del Tnsttuto conté tambien con la sabidaria bendvola y vital de Myron Sharaf, quien me ensehs a interesarme por las familias sin desmearo dela psiologia pro- funda de ls vida individual. i los meses que dediqué a redactar este libro tave el pri- vilegio de ser aconsejado par Barry Dym, quien dedico horas & Aiseutir conmigo sobre muchos temas que, de haber sid intro- dducidos en estas paginas, habrian obstado a su presontaciin orgunizadg. Otros amigesintimos y celegas corsintieron en hacer leevira critica del manuserito, Sallyann Roth y Richard CChasin, que se integraron al Intito como ditectores en 1980, demostraron ser amigos sabios y criticos considerados, con tacto para conocer lo que se debia cuestionar, Io que estaba realmente a mi alcance v, no lo dudo, aquello lo cual yo.no habria podide prestar oidos. Caroline Marvin contribuy6 sobre todo a organizar lo que antes de intervenir ella era en dems- slados ligares un laberinto embrolado de ideas. Charles Ver= ge me movis a reeonsderar algunos temas que se tratan en los tapitulos finales, y asi posibilté un remate decoroso. Richard Bush aports mucko a los captulosiniiles; el mismo haba Publica un libro dos fas antes, y me ensené a reparar mejor en aspectos de redaceién y publicacin, El director de esta se- rie, Vineent D. Foley, tuvo la generosidad de hacer varias lecturas atentas del manuserita, mostrandose muy pacien- te y considerudo en las etapas finales de la preparacion de la obra Si alguna claridad tienen las paginas que ofrezeo al lector, en buena parte se debe al empeio de estos amigos. ¥ en Jos casos en que no he seguido sus consejes, soy yo quien deberd sobrellevar las consecuencias o disfrutar de ella, se- sin sea el resultado, B ‘Susan Conant preparé el primer borrador. ¥ no dejé de ‘comuniearme los inapelables elogios y eritieas que le han dado jasta fama, y sin los cusles es indudable que mi libro habria resultado una empresa mas desafortanada B Prefacio Este libro introduce en las premisas de la terapia familiar ‘estructural; est destinado a terapoutas que se han formado en ‘tras modalidades, y que se inieian en el trabajo con familias, Nos dirigimos entonees al terapeuta que necesita de una intro ‘dueeion basiea a la teoria general de sistemas y quiere conocer ‘edmo se la ha incorporad a las destrezas clinieas que se cono- ‘eon como terapia familiar estructural. Bn los eapitulos que ‘ofrezeo he intentado una presentavion metédica de la teoria a ‘que el abordaje estructural responde, tras lo cual describo las teenicas de interveneiOn empleadas por los terapeutas de orientaeién. Aqui se pone el acento en los aspectas basicos del abordaje, y no en los puntos més sutiles que acaso interesan al terapeuta de familia més formado, Los elinieas ya experimen tados, que estan al tanto de las bases de este tipo de terapia, consultardn eon provecho el reciente libro de Minuchin y Fish- man The techniques of family therapy (1881). Las destrezas basieas se presentan de un modo que, lo es- pero, alentara a los prineipiantes en la conviecidn de dominar- las a'su tiempo. Con demasiada frecuencia el poder de las in- tervenciones estrueturales parece mis funcion del ensalmo y el ccarisma del terapenta, que de la limpida eficacia de las destre- zas mismnas. La terapia familiar estructural es una teoria del ‘cambio, que se puede aprender. No exige de virtudes magieas, ni en la presencia del terapeuta ni en sus palabras. Ademas, buena parte de la terapia se desenvuelve en el suelo fértil de las fases intermedias, y no entre las candilejas de una ent vista inicial inolvidable. En este espiritu he prestado atenciin a lo que sucede después de la apertura primera, y ala manera de recuperarse tras intervenciones fracasadas. ‘Como es subido, el desarrollo de la terapia familiar estruc- tural fue inieiado por Salvador Minuchin y sus colaboradores * Vance lar Referencias bitin (pigs. 2564, donde se hallarén lis datoncomplats de a bras ites oh el eto, Animism les arenas tre corchetes renin 1 ge tatoecones al extelan que hemos tld, 5 de la Clinica de Orientacién Infantil de Filadelfia; de ells, los ‘mas conocidos son Jay Haley (que después paso a trabajar en las terapias «estratégieas.), Braulio Montalvo y Harry Apon te, A estas poeas personas debemos muchas e importantes p- bilicaciones que definieron primero y elaboraran despucs los conceptos de la terapia estructural. Resientes sportes de Mi- nuchin y Fishman (1981, y de Aponte y Van Deusen (1980), aparecieron cuando mi labor ya estaba muy avanaada. Siempre «que me resulté posible procuré incorporar estas obras, con la reserva de no distraer la ateneisn del lector de los nspectox clementales dela terapia estructural. Simultaneamente & la ppublicacién del nuevo libro de Minuchin, se expusieron impor. tantes refinamientos y extensiones de Ia teoria de sistemas. Me refiero ala «segunda cibernética- presentada por Lynn Hoff man (1981) y 2 la pronta aplicacion de este y otros conceptos sistematicos en el desarrollo de las sterapias estrategteas, so bre todo en la obra de Palazzoli y sus colaboradares (1978). Los nuevos y convineentes usos del paradizma sistemico ofrecen prometedoras perspectivas, inclidas feeundas revisiones de diversas téenicas aconsefadas en estas paginas Este libro presenta una organizacidn simple; salvo en elex- pitulo inieial, que trata de la teoria general de sistemas, pro- cura reflejar las aventuras y desventuras que se experimentan ‘en la prictia del tratamiento de una familia desde la perspec- tiva estructural. Los eapitulos 2, 3 y 4 introducen al terapeuta principiante en los decisivos pasos que llevan a hacer coparti- cipacion y recoger informaciones; en los términos principales de la orientacion estructural, y en las ventajas que pareeen propias de este punto de vista. El capitulo 6 explica el mado de hacer diagnéstico estructural y de iniciar la terapia. Los capi- tulos 6 y 7 documentan las principales estrtegias de interven- ‘ion asociadas a la terapia estructural. El capitulo 8 indica lo ‘que sucede y lo que conviene hacer cuando han quedado atrs las maniobras de apertura y el brllo de las primeras esperan- as desluce en las trabajosas fases intermedias de la terapia. El capitulo final reseita ventajas y diffcultades de este abor- daje, y sugiere orientaciones probables a los terapeutas es- ‘tracturales que miran al futuro de su teoria 16 i Primera parte. Conceptos tedrieo: 1. Caréeter, contexto y cambio El genograma de la seftora Consideremos la siguiente historia: Becky, de siete aos, hhabia sido derivada a terapia por su maestra a causa de si ‘escaso ajuste en el aula, Se la veia a menudo llorosa, se queja- bade extrafiar el hogar y daba una impresion general de ina durez en su conducta social. En lo demas era inteligente y tra- table. Los padres aceptaron la consulta porque les preocupabs la frecuencia de conducts similares en casa, Los des frisaban los 85 anos. Acudieron a la entrevista inicial con Becky y st hermano menor, de cuatro aiios, Ambos tenian edueacion tn versitaria, se mostraban sensibles en el plano emocional y pa- recian llevar vida armoniosa. La eefora N. habia recibido pai coterapia individual, eentrada en problemas relacionados con su familia de origen, y eompletada eon intrineados genogramas de su sirbol genealogico y periédica asignacion de «deberes para Ja casa con los miembros vivos de su familia. Ella se conside- aba una personalidad deprimida, y que habla extraido gran Deneficio de su anterior terapia. Ahora estaba preocupada por su hija, En Ia primera mitad de la entrevista la sefiora N. ce refitié tuna y otra vez a su genograma y a una supuesta -herencia de ineptitad-, que en su familia materna se habria trasmitido ala hija mayor de eada generacién, categoria a la que pertenecian ella, eu propia madre, y ahora ia hija. Con la fuerza de convie- cidn del sentido comiin, la sefiora N. sostenia que esta herencia de ineapacidad social se manifestaba ahora en Becky. Para de- finir esta trasmisién de la insuflciencia en el paso de las gene- raciones empleaba el término -trasferencia simbiética-, fra- se a la que adjudieaba importante sentido. Mientras la sefora NN. se osforzaba en narrar su historia, la terapeuta, una mujer Joven, advirtio que Becky con freeueneia interrumpia a su ma- ‘dre: casi siempre con suspiros 0 desplomandose con ruido sobre la silla. Y una observacion mis importante de la tera puta: las interrupeiones parecian formar parte de una seeuen 18 cia simple de conductas. Un episodio lo mostraré bien: en cier- to momento la madre solicité de la terapeuta utilizar Ia plzarra para dibujar su genograma familiar, y entonees sobrevino este Intercambio: Maitre: Todo este problema viene de lejos... bueno, por lo ‘menos comienga con la madre de mi madre. ;Puedo (al tiempo que sefiala la pizarra y se iucorport)? Vea usted, este es el cuadro (empieza a dibujar wn diagrama en que aparecen va- rias generaciones de hombres y majeres de su familia exten sa). Es muy conmocionante... y entonces. Padre: Tu madre era... bueno, ereo que en realidad no espe- rraba mucho de su propia madre. (Ha interrumpido a su espo- ‘sa, parece que con la intencin de ayudarla en la descripeiin de'su familia.) {Ella era una persona diferente! (Se inelina igeramente hacia sw hija, que la tiene aentada enfrente, y ssuspira.) {Estas bien? ‘Madre: Bs realmente conmocionante ver todo eso puesto ahi Conozeo bien a estas mujeres... Hija: (Becky deja su sitla y acude a su madre junto a la pi- zarra, toma una tiza y hace garabatos.) Es estipide. No lo puedo hacer (seiialando sus garubatos). Hazlo ta, (Se cuetga de la madre.) ‘Madre: Becky, no interrumpas. Este tiempo es de mama, seri tu turno después. (Conduce a Becky con firmeza hasta ou siento.) Déjame terminar esto (lo dice con convieciin). Padre: (Se respalda en su silla, después hace sekas al hijito ‘menor para que venga a sentarse con él. La esposa retoma #4 narractén.) Pudiera parecer que en si mismos estos breves inteream- bios entre los miembros dele familia no presentan nada notable, salvo su recurrencla periédies. Pero la terapenta eligé hacer una traduecién aproximada de esas conductasy convertrlaa en tuna pauta, que se desenvolvia asi: 1) La sefiora N. buceaba en ‘su pasado, en la porfia de deseubrir un sentido peioldgico, al tiempo que mostraba cierta afliccin; 2) su marido, con tono mas bien neutro, intervenia agregando alguna informacion, ‘pero después invariablemente interactusba con su hija, pare- cia que en el afin de verficar si ella estaba bien-; 3) Becky, ‘después de este contacto, pasaba por lo general ainterrumpir ‘4 su madre, quien 4) respondia con entera competencia y Ie devolvia a su asiento, 5) punto en el cual el marido sflojaba su Vigilancia. La terapeuta decidié intervenir en el momento en 2» que esta secuencia recomenzabs. El cuadro 1-1 presenta las dos maneras en que pude hacerlo, Cuadro 1-1. Intervenciones posibles del tempeuta en el pro- Dlema de ta hija de fa senor N Tntervoncion ire Problema estructural intervencién {Cérmolgrar ve at -Sefora 8. cpuede us- Sern bueno impede Jadajedetmerrampies ted pedira sumardo ie que signers haconde Eumadre y de werrar eaplque 4 Berl que ew prqu, vea used. we Sete ent cio, lla st enti cot (Qoresinesura iejth ne, abo mao Gea aiyay mo reenter inapopiadamerte, ya, usted seberny tal cop awed ie pae ‘Ban oquetiene qua. ceque la hae usted mis et Pilauauespcoque ma Ele quer ser en Ags esto por useds=tncen cme sated af arse su ines La interveneién estructural que se expone en este cuadro atiende al rol del padre en el intercamblo de conductas; indi- reetamente, va dirigida 2 su manera de enviar sefiales a su hija: habria que preocuparse por el hecho de que alguien (su esposa, probablemente) pudiera no «estar bien». La observacion de la terapeuta se pliega a esta preferencia por la comunicacién indi- recta; no pide a la senora N. tranquilizar direetamente a su marido, sino tranquilizarlo por intermedio de la hija y hacerlo participe como progenitor competente, por si mismo eapaz de trasmitira su hija la seguridad de que la madre «esta bien. Si se estuviera en un momento posterior, se podria tratar de pro- mover un intereambio més directo entre los padres, que no ppasara por la hija * El cuadro 1-1 muestra ademas una intervencién alterna- tiva, meritoria desde una perspectiva psicodinamiea y que co- rrectamente escoge cuestiones de identifiacion o de aprendi zaje de roles, Pero esta intervencién no interrumpe la secuen- cia de conductas que hace entrar en coparticipacién a madre hija en torno de preocupaciones de insuflcencia, ni altera la posiciin algo periférica del padre. Expresado en términos sim- bolicos, el influjo estructural de una y otra intervencin es co- ‘mo se muestra en el esquema de Ia pagina siguiente, La interveneiin alternativa, i bien es correcta consideran- do constructos psicoligices como el proceso de identificacis no modifica la organizacién familiar. En cambio, la interven a ami eel | tnaraaia a lan voor | hn Mi Pe Nee = rate ate Ss | rae i cién estructural produce ese reordenamiento; ealiga a los pa ddres en una union jerdrquica que cuestiona el enmaraitamiento centre la sefiora N. y su hija. ‘Una vez elaboradas, las intervenciones estructurales pare con sensibles y convincentes, sobre todo si uno eonoce el mor ‘mento del proceso terapéutica en que pueden tener mayor ine flujo. Pero no es facil ni comprenderias ni apicarlas si previae ‘mente uno no ha mudado sus perspeetivas sabre las razones que levan a la gente a obrar de determinada manera. El tera peuta que quiera aprender las téenicas de la terapia familiar ‘estructural debe comprender que se basan en una teoria de la condueta humana que no tiene muchos puntos en comin con el paradigma psicodinamico que presidié buena parte de los pro- cedimientos terapéuticos durante medio siglo. Ese paradigma, {que es mas mecanicista en sus andlisis de la vida interior, y que es enteramente lineal en su concepeién de la eausalidad, du- rante ese lapso parecié guia suficiente en la tarea de eurar per turbaciones de conducts. Pero en la década de 1950 se empe- zaron a acumular observaciones curiosas sobre personas en tratamiento, que movieron a los clincos a interesarse por nue vvas eoncepciones de la actividad humana. Eeas observaciones coineidieron con la elaboracién en ciencias naturales de un nae~ vo paradigma de causalidad, el paradigma del todo organism 0, enearnado en los principios de lateoria genemal de sistemas. En este parsdigma la causalidad es cireular y la conducts, ho se entrama menos can el contexto de interaccion, que con los procesos mentales interiores. La terapia familiar estructi- ral es derivado pragmatico de eate paradigma organismico, y tal como ha sido elaborada por Minuchin (1974) y sus colabora- ores representa hoy la mejor expresién psicoterapeutica dela perspectiva que sobre la conducta proporeiona la Leoria gene- tral de sistemas. En el capitulo final abundaremos sabre las diferencias entre ol paradigma mecanicista y el paradigma or- «ganismieo; ahora nos proponemos reseiar las observaciones {que promoviaron el interés por un nuevo modelo de la condue- tay aleanzar una familiaridad al menos inieial eon los términos basicos de la teoria general de sistemas. Esta intreduecion 2 serd formal y breve, pero sin ell el leetor hallaria dificil com- pprender el modo en que una interveneién estructural pudo lit brar a la setiora N. de los enredos de su genograma psicoli- ico, Observaciones curiosas El abordaje puramente intrapsiquico de Ia conducta, por beneficioso que haya sido (y lo fue en sumo grado para algunas personas), resulto infructuoso en muchos eampos; no conse- ‘guia modificar los problemas ni explicarlos. Aparecieron por ‘ejemplo innumerables informes clinieos, sobre todo en terapia de nifios, demostrativos de que una persona podia conducirse bien en un escenario, como el consultorio del terapeuta, y mal ‘en otro, como el hogar. Los especialistas en orientacién infan- til, en particular, advirtieron este fendmeno: los progresos al- canzados en la terapia individual del nlfo se hacian mis lentos, 'y aun revertian, cuando aquel se reintegraba a su familia. No fea invariablemente asi. Pero no se podia descuidar este he- cho, a saber, que la inestabilidad del cambio aparecis asociada con la vida en el contexto familiar. Observaciones similares se hicieron en pacientes anoréxicas: a menudo mejoraban mucho fen el hospital, pero este cambio se perdia y hacia regresion ‘euando eran devueltos al seno de la familia. Otra observacion ‘que no se coneliaba ficilmente eon el paradigma anabitco era Ta aparicidn aecuencial de varios niiios sintomaticos en una misma familia. Si uno de los nifios mejoraba, may pronto un segundo nifio manifestaba sintomas, aunque por lo general los ‘sintomas de un nifio diferian de los sintomas del otro. Haley (1963) hizo una observacién parecida en su tratamiento de pa~ rrejas:trataba con buen resultado los sintomas de un conyuge, silo para encontrarse poco tiempo después con que el otro se volvia sintomatico. ‘Mas inquietantes fueron los sucesos observados por Bate- son, Jackson, Haley y Weakland (1956) en sus estudios sobre adultos esquizofrénicas. Con prescindencia de su patologia in- terior individual, se producian graves y perturbadoras altera- ciones en el lenguaje y otras conduetas del paciente cuando era entrevistado junto a otros miembros de su familia, El rastreo {de los trastornos historicos del paciente parecia menos convin= ‘cente que las perturbaciones contemporaneas escenificadas en ‘lencuentro del paciente y su familia. Todas estas observacio- 2 nes, que no armonizaban bien con el modelo prevaleciente de! cambio, indieaban una nueva fuente de influ, a saber, el que ejerce el contexto de interaccion sobre sus miembros indivi cuales. Del caracter al eontexto La elaboracin del paradigma de la teoria general de siste- mas faiito muchisimo pasar del interés exelusvo por el earde- ter individual «un enfoque del eontexto de interacelin. La in lativa para introducir una revolucin en los paradigmas provi no de la biologia, la elbernética y la team de la informacion, pero on las ciencias de la conducts pronto se advirto que alin nas de aquellas -observaciones eurioaas- se comprenian rhe- jor recurriendo a un modelo que corsiderars una causalidad ‘ireular, y no lineal. Exactamente esto es lo que canterpa el paradigina esistémico» u vorganismiea-, ademis de una diver sidad de meevos conceptos clave sobre la interrelacion de los Individuos en su contexto conducta. Li insistencia en el oli. ‘mo, en la integridad organieay ln comple de toda entided viva suponia por otra parte una organisacion sitematien de sa complejidad. Las partes interdependientes de toda entidad viva estaban en consecuencia organizadas segin pautas rla- cionales cuyo alcance era mayor y exyo sentido era diferente de la mera adicin de las partes. Cala sisters asi onganizado se caracterizaba por doterminadas reglas yrutinas operacionales, {ue definian la modalidad de relacon reciproca entre ls partes Subordinadas, y tambien la manera en que a su vez infin sobre el designio del sistema global. De este paradigm sist nico de la actividad humana se extrajeron los términos ted cos de la terapia familar estructural En lo que resta de este eapitulo presentamos una breve introduccién a los rasgos principales del paradigma sistémi En el capitulo 2 examinaremos el modo en que estas abstrae- ciones se vuelean en los términos concretos de la teoria la terapia estructural. Rasgos principales del paradigma sistémico Sistema Un sistema es un eonjunto organizado ¢ interdependiente de unidades que se mantienen en interaceién, Es un eonjunto de elementos interrelacionados eon eapacidad de ejeeueisn [per formance], en particular en su adaptacion al ambiente. Dos [puntos interesan x muestro examen. En primer lugar, un siste= ‘ma —se trate de una célulatiniea, de un drgano, de un euerpo 0 dde un grupo familiar— es aqui siempre un sistema vivo. Como tal existe en un estado de continao intercambio con el ambien te. Esta actividad de intereambio es el contexto dentro del cual, la vida se organiza, se desarrolla, eambiay, por ultimo, maere. En el caso de las familigs, el contexto de intereambio ineluye su clase social, su etnicidad, la cultura que la enmarea en su particular escenario geografico, y aun si tiempo dentro de la historia universal. En segundo higar, la trecuente referencia a Jas -partes» de un sistema y a su entrelazamiento significa que todo sistema se eompone de subsistemas o subunidades (ter- rminos estos equivalentes), que por su parte son tanto tributa- rios como arquiteetos de las reas y rutinas que constituyen al todo organizado. Estas subunidades mantienen entre si una relacién dindmiea, y estén organizadas en torno de la ejecucién de funciones que son cruciales para la supervivencis del siste- ma total. Frontera Una frontera se puede experimentar como unas interaccio- nes gobernadas por reglas, que de manera regular se producen, centre personas durante periodos largos. En unidades mis pe- {quefias que tin grupo social, como una eélula own 6rgano, la frontera puede ser palpable, por ejemplo, la piel de nuestro cuerpo. En grupos familiares, en cambio, la frontera es un fe- ‘némeno interaetivo que acantece en el tiempo. Estas fronteras ‘coneurren a consumar y a definir la separacién entre las sub- unidades del sistema tetal. En las familias, las propiedades de frontera pueden variar segtin la subunidad partiipante y la tarea adaptativa en que se esta. La manera mas fil de diseor- nir fronteras en el interior de unidades familiares es examinar Tas conductas verbales y no verbales que permiten y que pro- 2 hiben la trasfereneia de informaeién sobre asuntes vitales. Por ‘ejemplo, puede suceder que por rutina los padres a lo largo del tiempo prohiban a sus hifos enterarse de ciertas cuestiones acerca de su matrimonio. Esta censura de informacion crea una frontera firme en torno de la subunidad eonyugal. 4 la inversa, puede suceder que por rutina, alo largo del tiempo, la familia entera admita y lame a muy diversos tipos de amigos y de intereses a participar de la vida familiar. Esta es una fr tera de unidad familiar abierta (véase ls figura sizuiente) Unidad conjugal ‘Unidad foie a = hoe is La fanilaenters_!- iaror \ “Sr Frontera cera aes Figura 1-1. Una frontera cerrada radea « ta subwnided con yugal (izquierda) yuna frontera abierte roden a ta unided familiar (derecka) Si no existioran fronteras, muchos desarrollos crticos del proceso familiar no se produeirian; no habris diferenciacion progresiva de funciones en los individuos ni en las distintas subunidades, y por lo tanto tampoco complejidad sistémiea, Y ‘en ausencia de complejidad sistémica se reduce muehisimo la ccapacidad de erear y de mantener una postura adaptativa fren- te al ambiente. A su ver, sin adaptacion, el sistema esta en aprietos, sus partes individuales empiezan a mostrar tension sintomatica y pronto prevalecerdn las fuerzas de la entropia ¥ a decadencia ‘Ahora bien, ;qué pone las fronteras y quélas quita? ; qué rregulan las fronteras? Las fronteras regalan el fjo de infar- ‘macion y de energia de que un sistema vivo requiere en su. uehacer constante dirigido a mantener un equilibrio armo- rioso con su contexto ambiental. Estos eonceptos de informa cidn y de energia son centrales en una teoria general de siste- ‘mas aplicada al proceso familiar; son la urdimbre en que se contrama la actividad cotidiana de la familia. Informacion de- nota las sefiales verbales y no verbales que indican en cada ‘caso, para cada parte del sistema, o para este en su totalidad, la medida en que cumple clertas metas © propésitos ideales. Por ejemplo, silos padres creen ser ellos quienes deben camu- nnicar a sus hijos la informacién sexual, emitiran sefiales de desaprobacién si un hijo trae a casa de la eseuela un manual de fedueacion sexual. Evergia es un fendmeno menos asible, ¥ de- nota la fuerza emocional, la repeticion y la duracion de cada, sonal. En el ejemplo que hemos dado: loz padres acazo se eno- Jen y adopten una setitud panitiva, y reeuertien al hijo la regla {que prohibe traer al seno de Ia familia ese material de leetura, (0 puesie suceder que mencionen el asunto una ver sol, lo alvi- den pronto y aun en tn momento posterior se muestren ineon- sistentes con su postura. Energia denota la fuerza y la tasa de intereambio evideneiadlas en la trasmision de esas senales in- formativas. Realimentacién y diseno sistémico Entradas y salidas de informaciin y de enengia se vehicull- zan por medio de un suceso elbernético llamado lazo de reali- ‘mentacion, En el caso de las familia, estos lazos son senderos dde comunieacion que eruzan las fronteras entre las unidades en un sentido y en el inverso, dando sefal alos miembros de esa unidad sobre su grado de conformidad o de divergencia respec to del propésito general del sistema, Todo sistema esta «en, tren de algo», es decir, se encuentra en cierto estado de inter~ cambios més 9 menos adaptativos con el ambiente. El diseno de un sistema denota la meta de estos intercambios y el estilo fen que se llevan a cabo, Las familias legan de diversas mane ras a establecer estos diseios supraordinados de vida. Los teGricos de la terapia familiar estructural han prestado eseasa atencién a una eventual tipologia del proceso familiar; otros autores han ensayado una variedad de modelos clasfieatorios, (Beavers, 1977; Kantor y Lehr, 1975). Pero prescindiendo del ‘modo earacteristico en que una familia procede a crear el dise- fio de un adaptativo vivir-en-contexto, es preciso que esté di sseminado por todo el grupo familiar, que se trasmita eon prec! sién a cada subunidad, que a su vez debera procesar esa infor- ‘macidn y responder a ella, Existe entonces un flujo y un inter~ ‘cambio continuos de informacion y de energia a través de las, fronteras de las partes interdependientes. Este flujo se ora sobre todo por medio de dos tipos de lazo de realimenta- ion: los lazos que promueven estabilidad u homeostasis en el sistema, y los que promueven crecimiento y eambio. Realimentaci6n y homeostasis En muchos casos, el logro adaptativo os aleanzado mejor por un sistema que permaneeo estable y que procesa informa. cidn y energia de suerte de mantener un estado relativamente constante de actividad. Esta estabilidad se llama homeostasis 0 equilibria sistémico, y es indispensable para que el sistema funcione con eficacia y sin una tensién inconveniente en las partes que lo componen, Los lazos de realimentacion que pro- ‘mueven el equilibrio se pueden llamar lazos de eonstancia, pax ra indicar que la funeién de Ia actividad realimentadara es ‘mantener un estado de constancla o de relativa mismidad en la ‘modalidad de quehacer propio de la familia. En términos mas formales, estos lazos de realimentacin se llaman lazos reducto- res de desviacién, Llanamente: uno deseubre que existe una Tinea de base o norma para la conducta, y observa que las des- Viaciones respecto de esa norma son «reducidas, esto es que suscitan una reacein familiar que hace retrotraer la conduct ala previa linea de base. En caso de ser reducida con éxito una condueta, se la tendra que abandonar par completo 0 se la de- berd alterar hasta levarla a un suficente ajuste con el diseno sistémico prevaleciente. Daremos un ejemplo de lazo de reali- ‘mentaeién reductor de desviacién; de lazo, entonees, promotor de homeortasis. Mientras entrevistaba a una familia con una hija adoleseen- te muy perturbada (se le habia diagnasticado psicosi), el vera- ‘peuta repard en que los padres se expresaban siempre en tér- ‘inos claros y racionales, en tanto que la hija, Sara, no hacia, ‘otra cosa que farfullar y apareciairracional. El terapeuta quiso comprobar esta observacién y determinar si existia una linea de base para la condueta; cred entonces la oportunidad de que ‘ccurriera una eonducta diferente. Terapeuta: Ahora quervia saber por Sara, por ella solamente, {Que sucedié antes que acudiera la palic ‘Hija: Bran las 6.20 hs., y yo estaba escuchando la radio en mi habitacion... (Empieza o producir wn relate claro y audible de lon sucesos.) Madre: (Se lleva la mano. la bora, y 9 a tapa por un instan- ry) Padre: (Se leva la mano a ta boca, y se la tapa por um instan- te) Hija: Me parece haber dicho bastante por ahora... Realmente no reeuerdo nada mas. 2 Los padres lograron dar sefales a su hija de que se habia apartado a distancia inaceptable de la linea de base esperada, En silencio se taparon la boea, y Sara dejo de hablar. Quedo ‘allada, un poco confundida, otra vez en acatamiento a una norma familiar. La homeostasis se habia restaurado. Pero si fen este ejemplo la lograda reduceion del novedeso puso de la hija restaura un equilibrio infortunado, los estados homeosta~ tieos no son nocivos en si mismos, siempre que puedan dejar sitio a periodos de erecimiento y de cambio. Realimentacién y crecimiento La nocién de estado homeostitio explieas6lo una parte de lo que sucede en la vida familiar. Un sistema vivo tiene que ‘estar siempre en tensién dindmica,alternando entre presiones hacia el crecimiento y la ulterior diferenctacion, y situaciones de reposo y de estasis, mesetas provisionales que dan respiro y alivio 2 los dolores del crecimiento. Aunque esto pueda sor- render, es nueva la insisteneia en la eapacidad de los sistemas para elerecimiento y el cambio. Al comienzo, los estudiosos del proceso familiar quedaron impresionados sobre todo por lca pacidad de la familia para «volver ala normalidad> (no importa {qué significara para sus miembros), es decir, su capaeidad para cl control homeostitico. Hace poeo, te6ricas como Maruyama (1968), Hoffinan (1981) y Dell (1981, 1982) destacaron la igual= ‘mente eseneial, aunque quizd menos observable, aptitud de los sistemas para creeer y trasformar su eseneia misma a fin de acomodarse 4 las necesidades de miembros individuales, asi ‘como a las presiones de un ambiente que se modifica. Los lazos de realimentacion que promueven el crecimiento se pueden Il ‘mar lazos de variedad, para indicar que el resultado de la ati- Vidad de realimentaeién es dar sanciin a la diversidad y a la diferencia, lo que lleva erear nuevas liness de base para la ‘conducta. En términos mas formales estos lazos de realimenta- cidn se Taman lazos amplificadores de desviacién, En contra- posiciin a los lnzos reductores de desviacion, que promaeven la canstancia y la unldad de propésitos, el azo amplificador de desviacion promueve el crecimiento y la diversidad. Esto es asi: se produce un nuevo suceso 0 una nueva secuencia de con- ‘ducta, y suseita respuestas de refuerzo de los demas miembros de la familia, que aseguran la supervivencia de la conducta ‘nueva. Daremos un ejemplo de luzo de realimentacin amplifi- ceador de desviacion, es decir, promotor del crecimiento, La madre y el padre parecian en completo, si desesperan- zado, acuerdo sobre lo ingobernables y silvestres que eran sus dos hijos en edad de latencia, Karen y Tony. La madre estaba sobre todo enojada con Karen; pretendia que su hija la ediaba ¥y que la irritaba deliberadamente. Mientras los padres habla- ban con el terapeuta, los niios no dejaban de levantarse de si asiento una y otra vee, y corrian en eireulo en torno de aque- Ios, estirando el brazo para tocarlos eada vez. Al cabo, el pa- dre extendié los brazos, pilld a Tony y lo sent6 con firmeza sobre sus rodillas. El nino se tranquilizé. La madre, en cam- bio, seguia con sus airadas observaciones sobre Karen, y decia, ue odiaba estar en contacto con los dems y que no éra cari fhosa. El terapeuta en ese momento inieié la siguiente secuen- ia: Termpeuta (ae dirige 0 la madre): Me pregunto si usted no puede tener a su hija en las rolls, eomo hace su marido con Tony. Madire: ;Oh, no! Karen no quiere saber nada. Odia que la to- 4quen. Ademas, me siento inedmoda en esa situacién. Padre (se dirige 0 eu esposa): Deberias hacerlo... vamos, in- téntalo. Karen, siéntate en las rodillas de tu mare. Hija (se encarnina hacia la macire y se le sienta en el 29020). Padre (se dirige a eu esposa): Lo estis haciendo bien. Esti muy bien asi Terapeuta: Observo que Karen parece mas tranquila. Ahora sonrie Madre (rompe a lorar, distiende su cuerpo): Esto es insenss- to, pero ella no os tan mala. La conducta nueva, de contacto fisico tierno entre madre © hija, recibio varios refuerzos: primera el padre alenté a su es- pposa para que aceptara la sugerencia del terapeuta, después Ia hija mostré visible placer y por iltimo la madre amplificd su condueta nueva con sus lagrimas y un aminoramiento de su ira, Crecimiento y cambio en este campo resultarén beneficiosos para la familia, antes que aleanee otra meseta de invariat dad homeostatica, Las ventajas conceptuales de un enfoque del proceso fami- liar en funcién de la teoria general de sistemas se pueden apre- ciar en estas nociones de homeostasis y crecimiento; en loesen- cial representan un camino para comprender la unidad de la familia y In diversidad del individuo, sin perder de vista la ineluetable realidad de que todas las formas de vida se ven for- 30 zadas a cambiar, pero manteniendo la regularidad y el equill- ‘brio que les permitan conservar un intereambio adaptativo eon, cl contexto ambiental. La unidad viva tiene que crecer, pero fon cierto sentido tiene que seguir siendo la misma. Es preciso aque se produzean cambio y crecimiento, pero eon una modali- dad y a un ritmo que preserven un sentido de mismidad. Desde este punto de vista, toda familia sana impresiona como conser- ‘vadora; parecera ser siempre la misma, siendo que empero su- tilmente promueve el crecimiento y el eambio en el interior de ‘sus subunidades individuales. Estructura El término estructura denota pautas de interaccién relat vamente duraderas que concurren a ondenar u organizar sub- tunidades componentes de una familia, en relaciones mas 0 me- nos constantes. Estas alianzas y eoaliciones pautadas entre ‘miembros de la familia son las estructuras que regulan su coti- iano flujo de informacion y de energia, En este ventide una estructura no es el eontenedar estatico de un intereambio in terpersonal, sino una metéfora de intereambios de conducta ‘que ocurren con regularidad. Minuchin lo ha expresado asi ‘estructura designa sel invisible conjunto de demandas func rales que organiza la manera de interactuar entre ellos los miembros de la familia» (1974, pag. 51). Estas definiciones po- nen el acento en un atributo dinamico de las estructuras, a saber, la organizacion activa de la conducta en ratinas prede- cibles, Ahora bien, en su connotacidn mas popular estructura es algo quieto 0 estitieo, algo fijado en el tiempo, como si se pudiera detener en un momento dado la vida intoractiva de la familia y crear de ese modo una -estructara-. sta eonnota- ‘eign introduce un importante distingo: entre estructura ¥ pro- Estructura y proceso Proceso designa una secuencia disereta y limitada en el tiempo, de conduetas que constituyen tuna transaceion. Obser- vemos por ejemplo un proceso de decision familiar; caso se componga de varias conductas eslabonadas: el pare hace de- terminada propuesta, el hijo mayor se opone y la madre se pronunicia en apayo de su hijo, acuerdo este de madre e hijo 31 que puede tener suflciente fuerza para determinar un resulta do. Si se toma en euenta una dimensién temporal, se puede hhacer un distingo entre estructura y proceso. La expresiin de tun proceso en el tiempo le conflere estatuto de estructara. En el ejemplo que dimos: si madre e hijo repetidamente en el tiem ‘po suman fuerzas contra los intentos del padre por erientar decisiones, se puede hablar de estructura de eoalicion madre- hijo. En cambio, si ese acuerdo no persiste en el tiempo, el observador simplemente ha sido testigo de un breve proceso, ppasajero en el movimiento de la vida familiar en eontinuo des pliegue; lo observado no serd una estructura duradera, Por reeurso al término temporal -duracién- para enunelar esto mismo, Von Bertalanffy ha sefialado que «(...) estruct as son procesos lentos de larga duracion+ (1968, pag. 27). ‘También podemos imaginar lo inverso, a saber, que los proce- sos son ordenamientos estructurales de duracién muy breve Evoguemos un libro infantil de figuras en movimiento, He ahi lun ordenamiento de centenares de «estructuras, las paginas, cen cada una de las cuales se observa un dibujo exttico obteni- do por un movimiento invariante de lépi, lo que procura una forma reconocible a diferencia de un garabato al azar. Esta estructura, el dibujo, es el resultado de una constancia artis- tica en el tiempo. Ahora, la presién de un palgar enérgico hace ue estos centenares de paginas se conviertan en westrueturas Ge corta duracién-, que produeirén una historia animada, por lo comin divertida (en este caso, he ahi el «proceso» narrati- yo). Pero si el pulgar afloja su presién, el répido proceso de interaecién se detione, y otra ver quedames frente a una +es- tructura-, un dibujo estatico, quizé del Pato Donald. Estruetu- ‘ray proceso se pueden definir en parte uno por referencia a la ota, si se toma en cuenta la nocién temporal de duracién. Estructura y contenido Aunque la terapia familiar estructural impresiona muchas veces como si descuidars el contenido psieoldgico, que en cam bio es el foco del paradigma analitico, la teoria general de sis- temas ofrece perapectivas sobre esta cuestién. Contenido de- nota los temas partieulares y los eonoretos atributos dela vida, que, enhebrados, proporcionan sustancia tematiea a los con eeptos de informacién y de energia. Esperanzas y sueos; re cuerdos, apetencias, amores y aspiraciones della vida cotidiana constituyen el contenido de la experiencia individual fenomé- 2 nica, Ahora bien, :qué relacidn guarda este contenido con una perspeetiva sistemica de la estructura y el proceso de Ie fa- mila? En términos muy simples: se puede seleceionar para su e3- tudio un tema cualguiera de contenido, por ejemplo, imigenes personales de identidad, ideales familiares 0 poder parental; @ se puede sostencr que la actividad humana reeae sobre algo {que se especifies, por ejemplo la defensa frente a impulsos pro- hibidos, Iz organizacion ce operaciones mentales en pautas de Fespuesta automitica, o cualquier otra eosa. Pero una vez ‘escogido el tema de eontenido, es preciso admitir que por si mismo sélo tiene importancia secundaria, al menos desde una perspectiva sistémiea. En primer término, a teoria general de sistemas 1) admite y examina las estructuras ereadas por la ‘expresion transaeeional de eontenidos, y 2) destaea las opera- tiones eonduetales merced a las eusles un item disereto de eon- tenido se abre paso a través de una frontera y, trasformado por el acto mismo de eruzaria, inflye sobre el ambiente inter- personal eircunsdante. Lo que acontece en el interior de una uni- dad deslindada son los sucesos que se suelen lamar contenido, pero estos sucesos se vuelven observables, y por lo tanto ase quibles a un andlisis sistémieo, sélo cuando constituyen una, secuencia de intereambio conductal que se desenvuelve a tra- vés de fronteras entre unidades. (Véase la figura siguiente.) —_ art Z pees Filion. AL ‘ gues re ere) re, ) \ 4 \ #, Re baer ane: ‘seat foots een Figura 1-2. Seewencia de intereambia de conductas que ocurre ‘eruzando fronteras de unidad. El contenido —succtos que s€ roducen dentro de lo uniitad destindedia— solo es observable ‘cuando oeurre crazando las fronteras de la unidad y asi se ruelve asequible al andlisie sistémico, Ecstas gecuencias son en buena parte de indole informacional ‘y energétiea, yen eonseeueneia comprenden los datos pert hnentes para wn anzlisis sistémico de los provedimientos fami liares. El contenido estudiado tiene interés seeundario; el ana- lisis sistémico enfoea el modo en que se trasforma por medio de luna serie de secuencias de intercambio eonduetal, de manera de mantenerse eangruente con el disefio de vida de la familia, Para ver la estructura ‘Ver la estructura es diffll al comienzo. Parece algo abs- tracto, y demanda pasar por alto interesantes cuestiones de contenido, las espinosas euestiones psicoldgicas que tradicio- rnalmente reelaman Ia ateneién terapéutics. Pero de heeho se puede aprender a iluminar las estructuras prestando atencién, a los aspecios mas elementales de los intercambios conducta- les, y no a las complefidades de sentido, de que casi todas las ‘comunicaciones estan cargadas. Tratemos de ver una estrue- Conrad demandé asistencia porque la sefiora continuo enajo con su hijo, tnico, de once afos, aque le parecia irrespetuoso, rebelde, un potencial delincuente, ¥ que en varias ocasiones la habia golpeado. Los padres ten- ‘drian unos treinta y cinco afios; ls dos se desempetiaban en. actividades profesionales. El sefior Conrad acudlio a causa del malestar tan grande de su esposa. En la entrevista inicial, pa- dire ¢ hijo intereambiaron frecuentes miradas y se hacian co- ‘municaciones aparte. Esto se advirtio con particular elaridad todas las veces que la seiors Conrad procuraba exponer al te rapeuta sus muchas preocupaciones. El padre, invitado a dar su punto de vista, slo brindaba tibio apoyo a su mujer y pron- to callaba. Languidecian enseguida los empenos de hacerlo dis. ceutir eon au esposa los problemas. Sila sefiora Conrad se diri sia direetamente a su marido o a su hijo, ellos daban respues- tas sumarias o no respondian, Frente a la conducta deserita, he aqui las estructuras que se pueden «ver» en la familia Conrad: 4. El continuo intereambio verbal y no verbal entre padre fe hijo es wna estructura, en este caso una alianza enredada. Padre = Hijo 2. La respuesta persistentemente débil que da el marido a la esposa e2 una estructura, en este caso una alianza difusa y aebil. Marie «++ Bap 3. Que el marido y hijo se muestren de continuo imper meables los dichos de la madre eo wna estructura, en este aso una diada muy estrecha, que de hecho exsluye ula madre. Pare == Hy | Mere 4, Sobre la hase de estas estructuras observadas, el tera- peuta est habilitado para inferir que la diada padre-hio es en realidad una eoaliinintergeneracanal contra la mad. Esta 9 wna hipdtesa estructural Padre == Hijo | Mode He ahi las estructuras que se pueden -ver- y que son re- presentativas de las observaciones que constituyen la base de tun diagnéstico estructural ‘Sintesis del paradigma sistémico No defenderemos aqu! la licitud del modelo sistémico de la ‘conducta, ni lo expondremos con detalle. Los leetores intere- sados en una més eompleta elaboracién de estas ideas pueden consultar las obras de Von Bertalanffy (1968), Buckley (1867), Miller (1965, o los escrtas de mas fail eomprenaiin de Hoffman (4981) o de Walrond-Skinner (1876). Pero aun en nuestra pre- ‘sentacién sumaria, el paradigmasistémico de la eondueta pone de relieve las proposiciones principales de la terapia familiar ‘estructural; hace falta entonces considerarlo antes de pasar a Jos procedimientos terapéuticos que derivan de l. He aqui los rrasgos mas importantes de este paradigma, segtin interesa @ Jos terapeutas: 1. Parte y toro. No la parte individual ni el contenido ais- lo merecen atencién inicial, sino el sistema mas vasto (que fon si mismo es mis grande, y es diferente de la mera suma de ‘sus partes) y el proceso transaeeional que ocurre en au inte- rior, Este sistema es el eontexto ambiental en que las partes funcionan y los eontenidos particulares ceurren. 2. Informaciin, error y realimentacién. Los sistemas vi vos tienen lazos de realimentacién comunieacionales que pro- dueen informacion sobre las actividades del sistema. Esta in- formacién consiste en sefales de «error- que dicen a una sub- ‘unidad si su condueta es o no es concliable can el disefio global de vida del sistema total 3. Realimentacin y homeostasis, En caso de que la i formacién sefale una diferencia respecto de una linea de base del disefio global, pueden ocurrir conductaa reductoras de des- viacidn. Estas inducen constancia homeastatica en el sistema, tun estado constante de existencia que es indispensable para la vida. 4. Realimentacién y crecimiento, Sila informacién sefala tuna diferencia respecto de una linea de base del diseno global, pueden ocurrir conductas amplificadoras de desviacién. Estas indueen cambio y diversidad en el sistema, un estado fuctuan- te de existencia que es indispensable para la vida. 5. Vida y tension. La alternancia continua entre periodos de erecimiento y periosios de estabilidad (de morfogénesis eon morfoestasis) constituye Ia tensién dindmica de la vida, 6. Cireularidad. Causa y efeeto se eonsideran ahora clr: lares, no lineales. 7. Cambio, Para producir cambio en el sistema total asi ‘como en una parte individual se tiene que intervenir en el todo ‘asi como en Ia parte. Tanto la parte como el tedo tienen que ‘cambiar guardando entre si conjuncién, aunque no siempre es preciso que lo hagan simultanesmente, Cambio de contexto El contexto dentro del cual ocurre un particular euceso bioldgico o psicalégico denota todas las propiedades de un sis- tema vivo, que acabamos de resumir. Un contexto existe 1) cuando una colectividad de partes circandan a un componente focal particular, y mantienen con él una relacién aneja y din ‘mia, y 2) euando las transacciones que ceurren entre las par- tes responden a loa principios de la teoria general de sistemas 36 El cambio terapéutico aparece bajo una luz muy diferente ceuando el terapeuta considera el todo en lugar de la parte, ¢l contexto cireundante en lugar del suceso aislado, y la familia fn lugar de la persona. Clinicas e investigadores que recurran ‘este nuevo paradigma pueden reenfocar su atencién, pasan- do de los constructos de Ia vida interior, imponderables a ve- ces, a conductas mis observables del aqui-y-ahora. Como lo ha ‘earaeterizado Rabkin (1970), es un paso del espacio interior al ‘espacio exterior, de cineuenta afios de preoeupacion por lo que ‘presuntamente ocurre on ol interior del alma a una observa- ifn cada vez mis euidadosa de lo que las personas se hacen unas a otras y hacen unas con otras cuando se tratan en su cir- feunstancia. Los estudiosos de la conducta humana han empe- zado a tomar en serio lo que desde hace mucho sabian los bue- nos etélogos, a saber, que ol animal se debe estudiar en su ambiente natural y que aun aquellas conductas que eminente- mente dependen del instinto biolgieo sélo se convierten en fuerzas emergentes y orjanizadoras dentro de un contexto ‘mis vasto, supraordinado. ‘Minuchin lo ha expresaco con términes simples: «Cuando la estructura del grupo familiar se trasforma, las posiciones de Jos miembros en ese grupo se alteran en consonancia. A conse- cuencia de esto, cada uno de los individuos experimenta cam- bio» (1974, pag. 2). He ahi el supuesto basieo, aunque a menu- do tacito, de toda terapia basada en la teoria de sistemas: si el contexto estructural se altera, el eardcter individual se modi a, Esta posicion invierte los supuestos del paradigm ps ‘coanalitico, segtin el cual el caracter individual es el lugar del ‘cambio terapeutico, Ahora se entiende que es el contexto el gue se tiene que modificar para que se sigan diferencias en la conducta individual. Esta eoncepeién del cambio es uno de las eaminos por los ‘cuales los terapeutas de familia de orientacién estructural la- bboran los conceptos de la teoria de sistemas en un modelo de intervencion terapéutica. En el capitulo que sigue presentare- ‘mos otras elaboraciones afin de posesionarnos rapidamente de Jos términos fundamentales de la terapia estructural. 2. Los términos de la terapia familiar estructural 1La terapia familiar estructural convierte las abstraceiones de Ia teoria general de sistemas en deseripeiones de la vida cotidiana de la familia y en preseripeiones para la intervencion terapéutiea. En este capitulo introducimos los principales tér- ‘minos tedrieos y perspeetivas del abordaje estructural toman- do como foeo 1 desarrollo normal de Ja familia, la patologta familiar, y su terapia. Como lo va conoviendo el lector, los ter~ ‘minos y puntos de vista de un enfoque sistémico y estructural suenan poco aceesibles de fell aprehensin. Hablar en len- ‘guaje sistémieo y estructural es camo hacerlo en una lengua extranjera, Ahora bien, lo mismo que en el aprendizaje de un idioma extranjero, parsee canveniente hablar silo este al tiem- po que se lo sprencie activamente. En estas paginas seguimos el consejo. Eseasas seran nuestras referencias al lenguaje con- ssabido y # los términos de la psicologia individual, y en cambio ‘emplearemos de manera consistente un vocabulario sistémico para deseribir los fendmenos ordinarios de la vida familiar. El dominio aun parcial del contenido de este capitulo, y del ante: rior, nos procurard sufleiente fuider para mayares logros que preguntar por el bai 0 el bar. Empezaremos considerando la ‘manera en que los estructuralistas miran el desarrollo familiar normal. Concepeién sistémica del desarrollo familiar normal Explicaba Minuchin en 1974: «(...) una familia que funcio- nna con eficacia es un sistema social abierto, en trasformacién, {que mantiene nexos eon lo extrafamiliar, que posee capacidad de desarrollo y tiene una estructura de organizacion compues- ta por subsistemase (pag. 255). En 1981, €l y Fishman amplia- ron este concepto para incluir la emuneiacion, mas elaborada, de Prigogine (Glansdarff y Prigogine, 1971), a saber, que los sisgas vivo econ de snr dpe rus no cenit permanccer en un stad constan, os eatrctaras de un crcl: Lan enructren denon lina vivo tlonen que mantenerseslerpre en un extado do aan y eto las voeveaptas pars sleanatrGrdenes nuevos de eerbiGiad y nivees nuevos de orpaizacion adaptative. Las Structures antiguas ce dsipany, ene ur dew dspacion, SGrvemplazadas por otra mieves que a san yas tem fo, en razon de as drmandasevotvas del medio, desapare- evan también, Explcan Minchin y Fishman En un sister So, las fotaciones, sean de orien interno oexterno, qian SLoisiema hasta una noera estructura ()» GSB, pg. 21 fise4, pa. 35). Y continian, ctando-a Friggin Una estructura nuova es siempre el resultado de una inesta- bilidad. Nace de una fluctuacién. Mientras que por lo comin Jas fluetuaciones son seguidas por una respuesta que retrotrae fl sistema a su estado imperturbado [es lo que ocurre en siste- ‘mas cerrados|, en el punto de formacién de una estructura iueva, por el contrario, las Muctuaciones se amplificans (pag, 24 [pdig. 35). By apuntaban, ene misno sentido en que otros tena lo tan hothorecentemente, que en terapia familar sea vendo insistiendo demasiado en la capacidad de la familia para mante- terse como eo, Une tera del desarroto familar debe tomar tm cuenta por igual la capckad del sistema para tracer Yar alcarsa?en su esructras estado nvvos de comple jody ce diferenaclon adaptive 7A finde examina le evolutn de os sistemas fallares, Minuchin y Fishman tomaron de Koester GT) el trming Aol: lo incodjeron para describ entiafes que son ens Imus un tod, smuténeamente son una prt de un todo fapriordinado El rmino de Kovter se conetruy col per Jabra griega holos (todo) y el sufijo on, que evoca una particula parte (como en provi) Tolon se pce emplent pare desert bir colectividades extensas, o el holon de los hermanos, 0 la Unidad de dos persona, pu lempl el ln de una madre con 0 Wij lo que permite evtar termine patognmicon come nbioee), © tambien el holon nvida- Minchin y Fahmanadoptaren el termine su estudio de 1a poraefrn erga“ i de erence pre un halon (pa 1S [pag 27) As exponen lear eee (pag. 13 (pag. 27]). ‘pont atriby Cada holon el individuo, la familia nuclear, ly familia extensa ¥ la comanidad— es un todo yuna parte al mismo tiempo, no mas lo une que lo otro ¥ sin que una determinueion sea incompatible gon Ia otra ni entre en conficto eon ella. Cals hholom, en competeneia con los demas. despleya su eneryta favor de su autonomia y de su autoconservacion como un tile Pero también es vehiculo de ener integradora, en su cond cion de parte. La familia nuclear es un holon de fa familia # tensa, esta lo es ce la comunidad, y ast. Cada todo contiene a it parte, y cada parte contiene tambien el programa” que! tec impone. La parte y el todo se contianen reciprocamente en un proceso continuado, actual, corriente, le comunicacion © in terrelacion» (pag. 13 [pag. 27). Minuchin ha prestado considerable ateneion livin eo zo subsistema distinto,u holon, que se desarvoll en contest Exponia en 1974: «;Qué se ha hecho de la antivua idea de un individuo que actia sobre su ambiente? Se ha convertide en et coneepto del individuo que interactia con su ambiente C..) un hhombre no es su propio yo sin sus circunstancias- (pie 5) Cuestionaba las perspectivas que sobre el yo individual se te nian, v segtin las euales el contexto familiar es en verdad ene: ‘igo del desarrollo individual, y que el riterio de la genuina salud emocional era estar completamente -diferenciado> de la propia familia, Por el contrario, un ser humano se tiene wu considerar existiendo primeramente en un contexto interper sonal. No existen gemuinos ermitatios sino sdlo personas que se nutren de un perpetuo e imaginario didlogo con aquellos « quienes rehiyen; de la misma manera, la perspectiva estruc tural sostiene que la identidad individual y el -alma- individual s6lo existen como constructos del contexto interpersonal. No se cuestiona la existencia de atributos estrctamente interiores de la individualidad, por ejemplo rasgos genticos. Pero se en tiende que la identidad individual se desarrollaen principio por su interaecien con el contexto interpersonal. «El holon indivi dual incluye el concepto de si-mismo en contexto. Contiene lox determinantes personales ¢ histricus del individuo. Pero va ras alli, hasta abarcar los aportes actuales del contexto so- cial- (Minuchin y Fishman, 1981, pg. 14 [ pg. 28). Siguiendo a Bateson (1972), los estructuralistas han sostenido que las ea- racteristieas eminentes del individuo, incluia la nocion de ~es piritu-, estén determinadas por su perteneneia a un grupo hu- ‘mano, de los que el mas originarioe influyente es la familia. Con palabras de Minuchin: «...) la vida psiquica del individuo tno es en totalidad un proceso interior. El individuo inflaye so. bre su contexto y recibe el influjo de este en secuencias de rtemccion de constante recurencia,(...) Sus aciones estan fobernadas por las caractersticas del sistema (.)- 1944, pie. "Tres puntos importantes cabe destacar aqui. En primer bi- gar, este modelo concede a la actividad individual el poder de alterar el cantexto en que se sitia. Esto armoniza eon un mo- delo genuinamente cibernético, por mas que los sostenedores de la terapia familiar estructural se hayan mostrado renuentes fa prestar demasiada atencidn al individuo eomo tal, temerosos Eles- de enredarse en cuestiones de psicologia intrapsiui ‘tructuralismo, al menos en el plano teorieo, atribuye al duo un lugar en el lazo cibernético, En segundo término: el ppasaje que acabamos de citar, del trabajo de Minuchin de 1974, presenta total compatibilidad con una concepeionsistémiea de Taconducta, a saber, que el individuo participa de continuo en tuna reciprocidad eon el ambiente, y que ambos se influyen en- te si sexun el modelo de la circularidad de la causa y el efecto. No es esta una posicion nueva en las ciencias de la conducta, pero los estructuralstas la han destaeado mas, con su persis tencia en spreciar la psicologia individual en su nexo eon el contexto interpersonal. El especifico aporte teérico de este ‘modelo es la consistente referencia @ esas estructuras de in- teraccion, que pone de manifiesto la manera en que ells eons- jen y configuran a lo individuos en el interior del sistema, Por tltimo, un corolario importante: la experiencia interior de lun individu eamia cuando lo hace el contexto en que vive. La idea de que un eontexto moslfcado leva a modifica el carie- ter individual es una axioma de la terapia familiar estructural {ue se sitia en marcada contraposicin a los modelos de eam- Dio sustentacios por otras escuelas de psicoterapia El desarrollo del si-mismo en contexto y, de rechazo, la Iodifieacion del contexta en que se situa el si-mismo gon los temas rectores de una concepcidn estructural del desarrollo familiar normal. Es la tarea dela vida: entrelazar la diversidad ‘ol crecimiento individusl con la unidad de la pertenencia al frupo familiar. La variedad de la eondueta personal, aquella ue es realizacin del yo, se tiene que equilnrar entonces con as constantes del sistema total a medida que este se desen- ‘Yuelve en el tiempo ajustindose a las demandas, siempre cam- biantes, de su contexto ambiental. «La familia es un sistema abierto'en trasformacin; queremes decir que se mantiene en ontinuo intereambio de entradas [inputs] con lo extrafamitiar 41 = ¥ que se adapta a las demandas, en cada easo diferentes, del estadio evolutivo en que se encuentra» (Minuchin, 1974, pig. 450). Por otra parte, este proceso de socializaciin individual y de desarrollo familiar es, por naturaleza, conflictiv; de ahi que siempre sea preciso encontrar un eguilibrio, una norma que preserve tanto al individuo como al sistema. En el icerior del sistema familiar se desarrollan pautas de transaccion destina- das a asegurar que la eonducta de los miembros individuales se rregule en armonia con el guidn general, el que comanda la si pervivencia de la familia en el mundo circundante, Estas patt- tas se mantienen mereed a dos fuentes de constreimienta. La primera es genérica y proviene de las regias universiles que gobiernan la organizacion familiar. Por ejemplo, en todas las formas de organizacion social tienen que existir jerarquias de poder y una complementariedad de roles. La segunda fuente de constrefimiento es specifica: la configuracion en extremo ppersonalizada que una familia imprime con el paso de ls aos & las diversas rutinas cotidianas que pone en prictica en el curso de su vida, En estas formulaciones, y también en buena parte de las consideraciones que Minuchin dedica a la patologia, te- rnemos explicita uns coneepeién del ciclo de vida familiar, que se inicia con el casamiento de la pareja y eulmina, ya erecidos Jog hijos, con su regreso a los originarios roles conyugales, Para sleanzar una deseripein mas completa de Ins eaminos por los cuales la familia normal llega a ser un sistema viable, ‘que se abastece a si mismo y asiste a las necesidades ms indi vvidualizadas de sus subunidades, los estructuralistas han sefia- lado tres grandes aspectos en el grupo familar. El primero es que se divide en subsistemas, ordenados en posiviones jerirquieas en muchos casos; tas pueden estar da das por definicidn, eomo entre pares e hijos, o en virtud de tuna realidad funcional, por ejemplo ls division entre hermanos obedientes y hermanos rebeldes. Minuchin (1974) atribays sa- ma importanca a estos subsistemas en su vision del desarrollo, familiar: «La organiaacion en subsistemas (...) procura una valiosa formacion para el proceso en virtud del cual el “yo soy” diferenciado se mantiene al tiempo mismo que en diferentes niveles se ejercitan destrezas interporsonales» (pag. $3). Los individuos pertoneeen a diferentes subsistomas, y en estos va riados contextos aprenden diferentes destrezas de vida, En segundo lugar, los subsistamas se erean y perduran por que se establecen fronteras claras que a modo de rutinas sepa- ran y protegen a sus especializadas funcianes de las que s0n propias de otros subsistemas. Ahora bien, se tiende a imprimir 2 ‘en este concepto de frontera una conerecién que lo aisla de los 508 vivos de la conducta cotidiana. Pero una frontera no fs una linea de magica separacion que el clinic trazara en su iagrama de la estructura familiar, Es una metafora de la aoee- sibilidad a un holon, Esta metafora pone de manifiesto el ea no y las reglas que permiten entrar en contacto eon diversas, tunidades del sistema familiar. Y las eualidades metaféricas que en efecto posee determinada frontera (si es cerrada 0 ibierta, por ejemplo) dependen exclusivamente de las transac- ciones conductales rutinarias que regulan de manera eonsis- tente, en el curso del tiempo el fae del trifico de informacio- nes y de energia de un holon a otro. ‘La metifora de frontera ze define de manera may semejan- te a la metifora de estructura: ambas son constructos que de- rotan intereambios conductales recurrentes entre los miem- bros de holones adyacentes, En cierto sentido las franteras son Ig ocasidn para la existeneis de una estructura. Sin una perma- nente actividad de frontora no se formaria estructura: se esta- ria frente a indefinidas secuencias de conduetas nuevas. Pero ‘ocurre que hay una buena euota de redundaneia en la vide fa- miliar. Naven fronteras y se forman estructuras. A todas lu- es, en consecuencia, Ia funciin de las fronteras es proteger la diferenciacion del sistema y permitir la emergencia de estruc- turas. Para resumir no existe sistema familiar abierto, adaptati- ‘vo, que no se diferencie en holones o subsistemas. Estos se constituyen por el desarrollo de transacciones conductales asi -genéricas como individualizadas. La repeticion de estas tran- sacciones asegura la durabilidad y viabilidad del subsistema. Las metaforas de frontera y de estructura se emplean para escribir el ordenamiento reciproco de estos subsistemas y el ‘grado de contacto que entre ellos mantienen. Ahora bien, la perduracion de los subsistemas es relativa, y obligadamente alterna con la necesidad en que esta el sistema total de respon- der a una pauta de estructuras disipadoras, que son rempla- zadas por otras nuevas, mits complejas, De esta manera, «el desarrollo de la familia normal incluye fluetuaciones, periodos de crisis y su resolucién en un nivel més elevado de compleji dad» (Minuchin y Fishman, 1981, pag. 27 [1984, pag. 41].

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