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PRIMERA PARTE Introduccion 1N Los dos primeros capitulos repasamos la materia del curso introductorio de microeco- nomia. En el Capitulo 1 aplicamos los principios del andlisis coste-beneficio a toda juna variedad de decisiones que nos resultan familiares por la experiencia. Su objetivo es {que el lector entienda intuitivamente lo que significa «pensar como un economista». En el Capitulo 2 desarrollamos el andlisis basico de oferta y demanda, que es nuestro ins- ‘rumento analitico para explicar los precios y las cantidades de bienes que se comercian en los mercados. Veremos que, aunque los mercados que no estén regulados pueden no generar siempre los resultados que nos gustaria, suelen producir los mejores resultados posibles en cada circunstancia y que los intentos de los poderes piblicos de ayudar a los pobres regulan- do los precios y las cantidades a menudo producen, por el contrario, efectos secundarios que no se deseabani, Veremos que es mejor ayudar a los pobres adoptando programas que aumen- ten su renta, CAP{TULO Pensar como un economista ‘A MICKUECONOMIA es el estudio Ue lat manera en que eligen los individuos en condiciones de escasez. Muchas personas, cuando oyen esta definicién por primera vez, reaccionan afirmando que esta disciplina es de escasa importancia para la mayorta de los ciudadanos de los paises desarrollados para quienes, después de todo, la escasez material es en buena me- ida una cosa del pasado. Sin embargo, esta reaccién se debe a que se adopta una visién muy limitada de la escasez. Incluso cuando los recursos materiales son abundantes, es seguro que otros recursos importan- tes no lo son, Aristételes Onassis tenfa varios miles de millones de délares cuando muri6, Posefa més dinero del que posiblemente podia gastar y lo uilizaba para adquirir cosas como travesafios de marfil de ballena finamente trabajados para los taburetes del bar de su yate. Y, sin embargo, tenia un problema de escasez mucho mayor, en un importante sentido, que los que podamos te~ ner alguna vez la mayoria de nosotros. Onassis fue victima de una miastenia grave, una enfer- medad neurolégica degenerativa y progresiva. Para él, la escasez que contaba no era el dinero sino el tiempo. la energfa y la capacidad fisica necesaria para realizar las actividades ordinarias. El tiempo es un recurso escaso para todo el mundo, no s6lo para los enfermos terminales. Por ejemplo, cuando vamos a ver una pelicula y hemos de elegir. no es el precio de las entradas el que nos impone limitaciones a la mayoria de nosotros, sino el tiempo. Si no disponemos més que de inas cuantas noches libres al mes, ira ver una pelicula significa no poder ira ver otra 0 ‘no poder cenar con Jos amigos. El tiempo y el dinero no son los tinicos recursos escasos importantes, Pensemos en la deci si6n econémica que tenemos que tomar cuando un amigo nos invita a desayunar a un bufet. Se trata de comer todo lo que se quiera y hemos de elegir lo que vamos a tomar. Incluso aunque no fuéramos ricos, el dinero no seria lo importante, pues se puede comer gratis todo lo que se quie- ra, El tiempo tampoco ¢s un obstéculo, ya que tenemos toda la tarde y preferimos pasarla en compaiia de nuestro amigo que en cualquier otra parte, En este caso, él recurso escaso impor- tante es la capacidad de nuestro estémago. Iay un montén de comidas favoritas ante nosotros y hemos de decidir qué vamos a comer y en qué cantidad. Comer otra «tostada» significa nece- sariamente tener menos sitio para (omar ms huevos revueltos. Aunque en este caso el dinero no cambie de manos, no por eso es menos econémica nuestra decision. En toda decision hay en mayor o menor medida un problema de escasez. Algunas veces la escasez. de recursos monetarios es a més importante, pero no lo es en muchas de las decisiones i ‘CAPETULO 1: PENSAR COMO UN ECONOMISTA mis acuciantes. Hacer frente a uno u otro tipo de escasez constituye la esencia de la condicion humana. De hecho, si no fuera por este problema, la vida perderia en gran parte su intensidad. Para una persona que viviera indefinidamente y que tuviera unos recursos ilimitados nunca ten- dria importancia casi ninguna decisién. En este capitulo examinamos algunos de los prineipios basicos de la teorfa microeconémi- cca y vemos cémo podria aplicarlos un economista a toda una variedad de decisiones en las que hay un problema de escasez. En capftulos posteriores presentamos el desarralla més formal de. la teorfa, De momento, nuestro tinico objetivo es entender intuitivamente lo que significa ‘pensar como un economista>. Y la mejor manera de hacerlo es analizar nna serie de peablemas que nos son familiares por la experiencia real. Enfoque de las decisiones basado en el andlisis coste-beneficio Ejempto 1.1 ‘Muchas de las decisiones que estudian los economistas pueden formularse de la siguiente manera: {Debo hacer la actividad x? En el caso de la persona que esta considerando la posibilidad de ir al cine, «;... hacer la ac- tividad x?» podria ser, por ejemplo, «,.. ver Casablanca esta noche?». En el caso de la perso- na que va a desayunar a un bufet, podria ser «;... comer otra tostada?». Los economistas res- ponden a esas preguntas comparando los costes y bencficios de la actividad en cuesti6n, La regla que utilizan es cautivadoramente simple, pues si C(x) representa el coste de hacer x y B(x) los beneficios, tenemos que: Si B(x) > C(x), debe hacerse x; en caso contrario, no. Para aplicar esta regla, es necesario definir y medir de alguna manera los costes y las be- neficios. Los valores monetarios constituyen un ttl comtin denominador para este fin, incluso cuando la actividad no tiene relacién algona con el dinero, Definimos B(x) como la cantidsd ‘monetaria maxima que estariamos dispuestos a pagar por hacer x. A menudo se trata de una magnitud hipotética, incluso aunque en realidad no cambie el dinero de manos. C(x), por otra parte, es el valor de todos los recursos a los que debemios renunciar para hacer x. En este caso, tampoco tiene que entrafiar una transferencia explicita de dinero. En la mayorfa de las decisiones, no es facil expresar algunos de los beneficios o de los c tes en términos monetarios. Para ver qué se hace en 30s €a308, cxaminemos la sencilla decisién siguiente. eDebemos bajar el volumen del tocadiscos? Nos hemos sentado eni ina eémoda silla y estamos escuchando un disco cuando nos da- mos cuenta de que las dos canciones siguiemtes no nos gustan. Si tuviéramos un repro= ductor de discos compactos, 1o programarfanios para que se las saltara, pero como no lo tenemos, debemos decidir si nos levantamos y bajamtos la mifsica.o nos estamos quietos y espetamos a que acabe. El beneficio de bajar el volumen es no tener que aguantar las Canciones que no nos gustan. El coste es la molestia de tener qué levantamos de la silla. Si estamos muy c6- ‘modos y la musica s6lo es algo molesta, probablemente no.nos moveremos, Pero si no Hle- ‘vamos mucho tiempo sentados o si la musica es realmente molesta, es mas probable que ‘ngs levantemos. ‘MICROECONOMIA Y CONDUCTA 5 Precio de reserva de la actividad x Precio al que a una persona le daria igual hacer x que no hacerlo, Incluso cuando se irata Ge seficillas decisiones como ésta, es posible expresar los cos tes y los beneficios relevantes en términos monetarios. Consideremos, en priiner lugar, el coste de levantarse de Ia silla, Si una persona nos ofteciera { centavo por levantamos de una cémodasillay si no hubiera ninguna otra razén para hacerlo, ,aceptatfamos la oferta? ‘Si somos como la mayorfa de las personas, no la aveptariamos. Pero si nos ofrecieraf. 21,0005, nos leyantariamos af instante, Nuestro previo de reserva, ¢8 deci, la cantidad mf- nhima por la que nos Jevantariamos dela silla se encuentra entre 1 centavo y 1,008. Para ver donde se encuentra esa cantidad minima, imaginemos que realizamos ina su basta mental con nosotros mismos en la que vamos subienda poco a poco la oferta co- enzando por 1 centavo hasta que llegamos a un punto-en el que apenas merece la pena Jevantarse. E} lugar en el que se encuentre ese punto.depender4, evidentemente, de las it~ ccunstancias. Si somos ticos, tenderé a encontrarse en un lugar mas alto que si somos po- > bres, ya que en ese caso una cantidad dada de dineto parece menos importante; si nos en- contramos con fuerzas, se hallaré en un lugar mas bajo que si estamos cansados; y ast sucesivamente, Supongamos, para faclitar el andlisi, que nuestro precio de reserva por le= Vantarnos de la silla es de. 18. Podemos realizar una subasta mental parecida pata averiguar la cantidad maxima que estatiamos dispuestos a pagar a una persona para que bajara la iiisica. Este precio de reserva mide los beneficios de bajar la mésica, Supongamos que = son 75 centavos. Segiin nuestra regla formal de decisién, tenemos que x = «bajar el tocadiscos» ¥ que B(x) = 0.758 significa no poder hacer la y, el valor que tiene para nosotros hacer la yes el coste de opor~ tunidad de hacer la x. Muchas personas toman malas decisiones porque tienden a no tener en cuenta el valor de esas opurtunidades perdidas. Esta idea sugiere que casi siempre es Gil von- vertir las preguntas del tipo «;debo hacer 1?» por otras del tipo «;debo hacer x 0 y?». En el se- gundo caso, y es simplemente la alternativa a x que tiene un valor mds elevado. Bastard un sen- cillo ejemplo para remachar el clavo. MICROECONOMIA Y CONDUCTA 7 Frrpia 12 :Debemas ir a esquiar hoy 0 trabajar como ayudantes de investigaci6n? Hay unas pistas de esduf cerca de la universidad. donde solemios ir'a esquiar. Sabenios por ‘experiencia que ir a esquiar tiene para nosotros wn valor de 608. Los costes de un dia as- cienden 4 40S (esta cantidad comprende el billete del autobiis, el billete del telesqui y el equipo). Pero esos no son los tnivos cosies de ir @ esquiar. También hay que tener en cuen- {wel valot de In alternativa mis attactiva a la que renuunciamos por ir a esquiar. Suponga- ‘mos que si no vamos a esquiar, trabajaremos en nuestro nuevo puesto de ayudantes de in- vestigacién con uno de nuestros profecores. Now paga 158 al dfa y nos gusta lo suficiente ‘omio para estar dispuestos-a hacerlo gratuitamente. Por lo tanto, la pregunta que hemos de hacemos es la siguiente: «;debemos ir a esquiar 0 debemos quedanius y trabajar como. ayudantes de investigacion?» En este caso, el coste de esquiar no es solamente el coste explcitu (408), sino también el coste de oportunidad de los ingresos que perdemos (458). Por lo tanto, los costes tota- Jes ascicnden a 858, cautidad superior a los beneficios de 608. Dado que Clx) > Bux), de- bbemos quedamos y trabajar con nuestro profesor. Sin embaggo, una persona que no tuviera cut cuents el coste de, oportunidad de los ingresos perdidos, tomatia la decision incorrecta -> de ir'a esquiar Obsérvese el papel que desempefian en el Ejemplo 1.2 nuestras ideas sobre el trabajo. El he- ccho de que éste nos guste lo suficiente para que estemos dispuestos a hacerlo gratuitamente no es sino otra forma de decir que no tiene costes psiquicos. Eso es importante, ya que significa {que si no lo hiciéramos, no estariamos escapando de algo desagradable. Naturaimente, no todos los trabajos entran dentro de esta categoria, Supongamos, por el contrario, que el trabajo con- sistiera en limpiar platos en el comedor por el mismo dinero, 45S al dia, y que fuera tan des gradable que no estuvigramos dispuestos a hacerlo por menos de 30$ al dia Si el encargado del eomedor nos permitiera tomamos un dia libre cuando quisiéramos, revisarfamos nuestra deci- si6n sobre la posibilidad de ir a esquiar. EJEMPLO 1.3 :Debemos ira esquiar hoy 0 limpiar platas (igual que el Ejemplo 1.2, salvo la alternativa)? Exinien doo manera équivalentes de cxanibint ésa decison: Una ce dav que uno Ue tos beneticios de ir a esquiar es no tener que timpiar platos. Dado que nunca estarfamos dis- ppucstos a hacer ese trabajo por menos dé 308 al dia, para nosolsus evitar esa tarea ten ese valor. Por lo tanto, i a esquiar tiene el beneticio indirecto de no limpiar platos. Si lo su- ‘amos al beneficio directo de GOS de ir. esquiar, tenemos que B(x) = 90$. Desde este punto de visia, C(x) tiene el mismo valor que antes, a saber, los 40$ que cuesta esquiar ids los 43S del coste de oportunidad de los ingresos perdidos, e8 decir, 85S. Por lo tanto, ahora B(x) > Cla), Io que significa que debemos itnos a esquiar. Our forma de Hegar al mismo resultado consistiria en sopesti los aspecios desagra- Gables del trabajo de limpiar platos y el suelo. Segtin este enfoque, restarfamos los 30S iarigs que vain para nosotros estos aspectos de los ingresos de 45§ que pereibiriamos si lohiciéramos y ditfamos que el coste de oportunidad de no trabajar en el comedor es de 153 diarios solamente. En ese caso, C(x) = 408 + 15$ = 55§ < B(x) = 608, y la conclusion 5, de nuevo, que debemos immos a esquiar, ‘Da lo mismo la manera en que valoremos los aspectos desagradables de limpiar platos. Es extraordinariamente importante, sin embargo, que lo hagamos solamente de una de tas dos formas. jNo los contabilicemos dos veces! * Ejempto 14 CAPITULO I: PENSAR COMO UN ECONOMISTA EL Ejemplo 1.3 muestra claramente que existe una relacién reciproca entre los costes y los beneficios. No incurrir en un coste es lo mismo que obtener un beneficio. Por la misma razén, no obtener un beneficio es lo mismo que incurrir en un coste. Con todo lo evidente que parece, a menudo se pasa por alto. Consideremos, por ejemplo, el ‘caso de un estudiante extranjero de doctorado que ha recibido hace poco el titulo y que esté a punto de volver a casa. La legislacién de su pafs permite a las personas que regresan del ex- tranjero levarse un automévil nuevo sin tener que pagar el arancel normal de 50 por 100. El suegro del estudiante le pide que le Heve un Chevrolet nuevo de 10,000S y le envfa un tal6n por esa vautidad, lv que pouc cx apricios al csludiautc. Tenla pousay Gouprat unt Chovivlet cont el fin de venderlo en su pafs. Dado que, como hemos seftalado, normalmente hay que pagar por Jos auroméviles nuevos un impuesto de un 50 por 100 sobre las importaciones, un automévil de ese tipo se venderfa en un concesionario de su pais por 15.0005. El estudiante estima que él po- dria Venderlo fécilmente por 14,0008, lo que le reportaria un beneficio de 4.0008. Por lo tanto, el coste de oportunidad de llevar el automévil a su suegro por 10.0008 seria de 4.0008. No ob- tener este elevado beneficio seria un elevado coste, Al final, es la decision que toma, ya que para 41 tiene més valor levarse bien con su familia. Incluso desde un punto de vista estrictamente econémiico, 1a mejor decisién no siempre es la que nos reporta més dinero. Qué debemos hacer primero? ¢Trabajar o ir a la universidad? Los costes de ira 1a tiniversidad no Son meramiente-fos gastos de matricula, alojamiento, comida, libros, material, etc. También coinprenden el coste de oportunidad de Jos ingresos. ‘que perdemos mientras estamos estadiando. La cantidad que ganamos aumenta conforme és mayor nuestra experiencia. Cuanto mayor es ésta, mas elevados son los ingresos a 10s ‘qué debemos renunciar para ir a la universidad. Por lo tanto, cuando menor es este coste de oportunidad es al terminar tos estudios secundarios. Por lo que se refiere a los beneficios, una dé las grandes gunanicias de los estudios uni- versitarios es que permiten percibir unos ingresos much mayores. Cuanto antes vayamos a universidad, durante més tiempo podremos obtener este beneficio. Otro beneficio lo constituyen los aspectos agradables de ira la universidad comparados con fos de trabajar. En general, Ios tipos de empleo que tiene 1a gente tienden a ser menos desagradables (0 més agradables) cuanto mayor sea el nivel de estudios y la experiencia que tenga. Por lo tanto, asistiendo a la universidad se evita tener que realizar los trabajos menos agradables. Por consiguiente, para la mayorfa de las personds tiene sentido ir primero a la universidad y después trabajar, Ciertamente. tiene més sentido ir a los 20 afios que a los 50. : Una excepcién frecuente.a esta regla general la constituyen las personas que son de- ‘masiaddo inmaduras cuando terminan las estudios secundarios para recager los heneficins de Tos estudios universitarios. En su caso, a menudo es més sensaio trabajar un aiio 0 dos sores de ata universidad, oe ee El ejemplo de la universidad constituye una ilustracién perfecta del argumento de Friedman sobre la manera en que debe evaluarse una teoria. Nadie pretende decir que las personas que es- ‘Gn a punto de terminar los estudios secundarios eligen el momento de ir a la universidad ha- ciendo complicados célculos sobre los costes de oportunidad. La mayoria de los estudiantes ‘van, por el contrario, a la universidad en cuanto terminan los estudios secundarios, simplemente porque es Io que hace la mayorfa de sus compafieros. Es lo que hay que hacer. Pero eso no tiene en cuenta las causas por las cuales la mayoria de los compaieros optan por ira la universidad. Algunas costumbres, como la de ir a la universidad nada mds terminar los estudios secundarios, no surgen de la nada. Toda una multitud de sociedades diferentes han MICROECONOMIA Y CONDUCTA 9 Esempto 1.5 tenido siglos para realizar experiments con esta cuestién. Si hubicra una manera significati- vamente mejor de ordenar los perfodos de aprendizaje y de trabajo, ya lo habria descubierto al- guna hace tiempo. La costumbre actual probablemente ha sobrevivido porque es eficiente. ES posible que no calculemos explicitamente el coste de oportunidad de los ingresos perdidos, pero solemos comportamos como si lo hicigranos' Como quedard patente en el siguiente ejemplo, el hecho de no tenet en cuenta los costes de ‘oportunidad suele evannus a juzgar erréneamente Jo que exige de ciertas transacciones la justcia. 2Es justo cobrar intereses cuando se presta dinero a un amigo 0 a un familiar? ‘Supongamos que un amigo 09s presta 10.0008 y quelo-que mas le preocupa de la deci- sin de cobrar o no intereses es saber si cs «justo» hacerlo. Podifa depositar el dinero en et banco, donde obtendrfa, por ejemplo, un tipo de interés de un 5 por 100, es decir, 500$ al aio. Si nos cobra 500 de intereses por cada aio que dure el préstamo, recuperara me- amente el coste de oportunidad del dinero. Si no nos cobia intereses, ¢s lo mismo que si nos hicieta un regalo de 5008 al ano. Ahora bien, podria muy. bien querer regalamos todos tos aiios esa cantidad o, de hecho, una aun mayor. Pero nadie dirfa que es injusto que no Jibs naga todos os aftos un gran regalo de dinero en efectivo, Y tampoco tiene més senti- do decir que es injusto que recupere el coste de oportunidad de prestamos el dinero. Sin embargo, en nuestra sociedad muchas personas tienen la impresién de que prestar di- ‘nero con intereses es de alguna manera una practica fea. Una muestra de ello es la siguiente car- ta que apareci6 en la columna de Ann Landers (Querida Ann Landers: ‘Tengo cuatro hijos que han tenido éxito en su matrimonio y en su carrera. Siempre he intentado tratarlos de una manera ecudnime en cuestiones como los gastos de matricula y os préstamos para comprar una casa. Mi politica ha sido cobrarle un bajo tipo de interés por los prestamos para 0 favorecer a ninguno de ellos. Recientemente, mi hija mayor me pidi6 un préstamo a dos afios para ayudaule a comprar una casa més grande. Tanto ella como su marido tienen un buen trabajo, pero no querfan tener que re- cura activos no liquidos... Le envi como siempre un cheque acompafiado de una nota pata qu Ja firmara y me la devolviera. La nota era un acuerdo para pagar intereses. Incluf también un plan de seleccion6 al azar la mitad de las mesas y antes de tomar nota devolvié 3S a todas las personas que fas ocupaban. A la otra mitad no le devolvio nada. A continuacion Ilev6 cuidadosamente 1a cuenta del némero de trozos de pizza que tomaba cada co- mensal. ,Qué diferencia predice usted que habria entre las cantidades que tomaron estos dos grupos? ‘Seguramente, os comensales de cada grupo se preguntaron: «;Debo comet otro tr0z0 de pizza?» En este caso, la actividad x consistia en comer otro trozo mds. C(x) era exac- tamente cero para ambos grupos: incluso los miembros det grupo a los que no les devol- vieron 3S podian tomar tantos trozos como quisieran sin pagar mds, Dado que el grupo al que se le devolvid 38 se eligié al azar, no hay razdn alguna para suponer que a sus © ‘miembros les gustaba la pizza ni mas ni menos que a los demés. La regia de decisiGn era para todos seguir comiendo hasta que. ya no reportara ningtin placer adicional comer ‘aia irazn, Por Io tanto, B(x) deherta ser ignal para tos dos grupos y los miembros de los. “dos grupos deberian seguir comiendo hasta que B(x) fuera cero. De acuetdo con este razonamiento, los dos grupos deberian comer, en promedio, Ia ‘misma cantidad de pizza. El precio de admisién de 3§ 3 un coste irrecuperable que no nfluir en la cantidad de pizza que se coma. Sin embargo, el grupo ul que no se le de- de hecho, mucha més pizza. ‘Aunque nuestra regla de decisién, basada en el anslisis coste beneficio, no supere la prue- ba de la prediccién en este experimento, este resultado no pone en cuestién su mensaje para las personas que toman racionalmente sus decisiones. Los dos grupos deber fan haberse comportado [6gicamente de la misma manera. Después de todo, la tinica diferencia que habfa entre ellos era que los clientes del grupo al que se le devolvieron 35 tentfan una renta a lo largo de toda su vida mayor en 3§ que la de los demés. Seguramente, nadie cree que una diferencia tan pequeiia pue- da influir en el consumo de pizza. Parece que los miembros del grupo al que no se le devol- ° Véase Richard Thaler, «Toward Positive Theory of Consumer ‘ganization, 1, 1980. >, Journal of Economic Behavior and Or- MICROECONOMIA Y CONDUCTA, 13 vieron 38 querfan asegurarse de que «reciian lo que valin su dinero». Sin embargo, es muy pro- bable que este motivo los Ilevara meramente a comer demasiado {Qué hay de malo en pretender «recihir lo que vale nuestro dinero»? Absolutamente nada, siempre y cuando lo que nos mueva a actuar de ese modo exista antes de realizar las transac- ciones. Asf, por ejemplo, es perfectamente razonable dejarse llevar por este motivo para clegir un restaurante frente a otro de las mismas caracteristicas que resulta que cuesta més. Sin em- bargo, una vez averiguado el precio del almuerzo, debe abandonarse este motivo. La satisfacién que nos reporta otro trozo de pizza debe depender, pues, vnicamente del hambre que tengamos ¥ de lo que nos guste la pizza, y no de lo que pagucmos por el privilegiv de uuct (alu ly que podamos. Sin embargo, a menudo parece que la gente no se comporta de esa manera. Tal vez la dificultad esté en que no somos criaturas toalmente fexibles. Quizd los motivos que tlenen sen- tido en una situaci6n no son ficiles de abandonar en otra. Exrrcicio 1.2 Jim gana en una emisora de radio una enirada para ir a un-conciesta de ja77. al aire libre. Mike ha pagado 188 por una entrada para el ntismo concierto. La tarde en que va a cele- Iyratse éste esialla una tremenda tormenta Si im y Mike tienen los mismos gustos, {eual de ellos es mas probable que asista al concierto, suponiendo que cada uno decide Aasistir.o.no al concierto baséndose en el apdlisis coste-beneficio? ‘TRAMPA 3. PARSE UNICAMENTE EN LOS COSTES RELEVANTES Esempio 1,9 1La persona que al tomar una decision cae victima de Ia trampa de los costes irrecuperables tie- ne en cuenta un coste que no deberia tener en cuenta, En el caso de la trampa de los costes im- plicitos, ocurre lo contrario: se pasan por alto costes que deberian tenerse en cuenta. Pero, como ‘mostrard claramente el siguiente ejemplo, los costes implicitos no son los tinicos costes de los que tendemos a olvidamos. Si somos consumidores a los que nos preocupa la conservacién de la energta y no podemos al- quilar un automévil nuevo, ;debemos alquilar un Buick de hace 10 afios (1008 al afio, 10 litros por cada 100 kilémetros) 0 un Toyota de hace 10 afios (3008 al afo, 5 litros por cada 100 ki- lémetros)? El primer impulso de muchos consumidores a los que les preocupa la conservaci6n de la energfa cs elegir el Toyota porque consume menos gasolina. Pero la cantidad de Toyotas usados que hay es limitada. Supongamos que hay un total de’ 1.000 Buicks y 1.000 To- yolas, $i alquilamos un Toyota en higar de un Buick, alguna otra persona tendré que al- quilar un Buick en lugar de un Toyota, Si nuestro objetivo es shorrar energfa, slo debe- ‘mos alquilar el Toyota si la persona que acabaré alquilando-el Buick adicional es una persona que conduce menos al afio que nosotros...) sf. * Una altemativa a esta explicacin es que 38 constituyen una proporcin signifiativa dela cantidad de dinero en ‘efecto que tlenen muchos comensales para gastar a corto plazo. ASI, por ejemplo, los miembros del grupo que re- las compafiias aéreas deberian mejorar la calidad de su comida si y solo si los beneficios fue- ran superiores a los costes. Para calcular fos beneficius de dar uta comida niejor, probuble- ‘mente constituya un buen indicador lo que estarfan dispuestos a pagar por ello los pasajeros, eu fora de tise tas, Si pudticra ofreverse unia comida que tuviera la calidad de la que se ofrece en los restaurantes con un mero ineremento de los costes de SS, probablemente la ‘mayorfa de la gente estarfa encantada de pagarlo, Sin embargo, a dificuliad estriba en que se- |--xfa mucho més costoso preparar sin apenas tiempo una comida significativamente mejor a 39.000 pies de altura en una cocina diminuta. Podria hacerse, por supuesto, Una compatiia aérea podria suprimir 20 asientos en los aviones, instalar una cocina moderna y bien equi- ‘pada, contratar mis personal, gastar mas en ingredientes, etc. Pend estos costes adicionales se ‘aproximarfan mis a los 50S por pasajero que a los 5$, Por mucho que nos quejemos de la es- "casa calidad dela comida que dan en los aviones, pocos estarfanios dispuestos a pagar este ‘coste adicional: El triste resultado es que la comida de los aviones sexuird siendo inevita- blemiente insulsa, ya que los costes de mejorarla son superiores a los beneficios,.. : ‘Muchos de nosotros respondemos con entusiasmo a la méxima «todo lo que merece la pena hacer, merece la pena hacerlo bien». Despicrta, después de wv, un cietto urgullu por el trabajo bien hecho, que lamentablemente suele faltar. Sin embargo, el Ejemplo 1.13 muestra claramente 22 Esempio 1.14 Esempio 1.15 CAPITULO 1: PENSAR COMO UN ECONOMISTA que esta maxima no tiene ningtin sentido si se interpreta literalmente, No tiene en cuenta la ne- cesidad de sopesar los costes y los beneficios. Para hacer una cosa bien, hay que dedicarle tiem- po, esfuerzo y gastos. Pero el tiempo, el esfuerzo y los gastos son escasos, Dedicarlos a una ac- tividad impide dedicarlos a otra. Mejorar la calidad de una de las cosas que hacemos significa, pues, reducir necesariamente la calidad de otras (otra aplicacién mas del concepto de coste de oportunidad). Toda decisién inteligente debe tener en cuenta esta disyuntiva. ‘Todo lo que vemos en la vida es el resultado de una solucién de compromiso de ese tipo. Fl hecho de que Steffi Graf juegue tan bien al tenis significa que no puede llegar a ser una con- certista de piano. Y. sin embargo. eso no significa. evidentemente, que no deha dedicar algiin tiempo a tocar el piano. Sélo significa que debe conformarse con alcanzar un nivel menor en ese campo que en el tenis, éPor qué los auromdvites manuales tienen cinco velocidades y los autométicos s6le cuatro? ‘Cuiantas rs Velocidades tenga la caja Ue caunbros de ua autoni6vil, més gasolina ahorrard, Las Velocidades adicionales soni como la «sobremarcha> que tenfan los automéviles de los afios 40; ahorran gasolina al permitir circular a mayor velocidad con un inimero menor de re- Voluciones del motor, La mayorfa de los automéviles que se fabrican actualmenie tienen cin: ‘c0-velocidades en la caja de camibios manual y s6lo Hes 0 cuatro en la aniomética. Dado que ‘evidentemente el ahorro de gasolina es algo bueno, :por qué limitar el ntimero de veloc daides de los automéviles automsticos? La raz6n se halla en que el shorro de gasolina no es * ‘nuestro Uinico objetivo. También querénios manténtet el precio del automévil dentro de ‘udos limites, Las transmisiones autométicas son mucho ms complejas que las manuales y el coste de una velocidad mis es, pues, mucho tmayor én las primeras. En cambio, los he~ neficios de introducir otra velocidad son Tos mismos en ambos casos. Si Jos fabricantes de utoméviles siguen la regla que dice «ailddase una Velocidad mas si lox heneficins son su- Pevioresalos costes», la transtnision aomtéiea tnd menos velocidades que Ja mania El razonamiento del Ejemplo 1.14 también ayuda a aclarar por qué actualmente muchas transmisiones manuales tienen cinco velocidades cuando hace cuarenta aiios la mayorfa sélo te- nfa tres (y muchas transmisiones autométicas dos). El beneticio que reparta Ia introduccién de una velocidad més consiste, de nuevo, en que ahorra gasolina. Por lo tanto, el valor de este be- neficio, en téminos monetarins, depende directamente del precio de la gasolina. El precio de la gasolina en relaci6n con el de otros bienes se duplicé en los afios setenta lo cual ayuda a ex- plicar por qué las transmisiones tienen més velocidades que antes. Por qué se han sustituido los secadores eléciricos de los lavabos publicas por toallas de papel? iis cc BEER TO Hp acres deals tp pf MN TA ppblicos se sustituyeron por secadores eléctricos. Sin embargo, tltimamente esta’ oct rricndo lo contratio. La explicacién de estos cambios, esté 1elacionada, naturalmente, con los costes y los beneficios de los diferentes métodos que existen para secarse las ma” ngs, Los secadores eléotticos hicieron su aparicién inmediatamente después de un des- ‘censo ininterrumpido del precio de la electricidad. Cuando ésta se abarat6, como sucedi6 en Jos anos cincuenta y sesenta, los secadores eléctricos comenzaron a resultar menos ca~ ros de instalar y mantener que los dispensadores tradicionales de toallas de papel. Sin em- argo, con el embargo arabe del petroleo de los affos sefenta, el precio de Ia energia subi6 espetecularmente fo que hizo que se eligieran de nevo las ells de papel como método ~ Para Secarse las manos: MICROECONOMEs Y CONDUCTA 23 Cuestion normativa CCuestién sobre las medidas 0 ‘mecanismos instimicionales. permiten obtener los mejores: resultados. Es posible que a algunos naturalistas econémicos también les resulte divertido hacer es- peculaciones sobre la causa por la que los dispensadores actuales de toallas de papel son tan dis- tintos de los antiguos. La mayorfa de los diserios actuales tienen dentro un rollo de papel que se extrae por medio de una manivela. Cuanto mas se le da a ésta, mas papel sale. Los disenos mas antiguos también tenfan un rollo de papel, pero éste se extrafa tirando con la mano. En estos modelos, slo salfa una determinada cantidad de papel de cada vez. Para sacar més, habia que darle a un botén. La ventaja del disefio més antiguo, desde el punto de vista del establecimiento, era que in- ucfa a utilizar menos papel. De hecho, si uno tenia las manos algo himedas, era dificil sacar incluso un poco de papel, pues se humedecfa y se rompfa al tirar. Pero si os establecimientos ahorraban papel con el antiguo disefto, zpor qué se han pasado al nuevo? Porque el ahorro de papel no es su tinico objetivo, También quieren que sus clientes estén satisfechos. Actualmente, las rentas son més altas que hace 30 aiios y los clientes estén dispuestos a pagar mds por secarse las manos de una manera més cmoda. Es posible que con cel disefio aetal se gaste algo mas ce papel, pero el graclo de frusteacién disminuye tanto que los clientes parecen contentos de pagar mas por la comida o por la gasolina para cubrir los costes adicionales. Es posible que algunas personas respondan que el antiguo disefio, con todo lo exasperante que resultaba, era mejor porque ahorraba papel, Estas personas piensan que no es bueno desperdiciar papel y que debemos estar dispuestos a tolerar muchas incomodidades para no desperticiarlo, Es- tas mismas personas también suelen lamentarse de los miles de drboles que deben talarse para im- primir todos los domingos el New York Times. Pero los Arboles constituyen un recurso renovable, Jo que significa que no hay raz6n alguna para darles un trato distinto al que damos a cualquier otro recurso escaso pero renovable. Cuando la demanda de papel es elevada, talamos, sin duda, indy drbules, pero el mercado también ofrece poderosos incentives para plantar ottus. Lo para- déjico del caso es que cuanto més papel utilizamos, mas drboles tenemos. Si dejaran de publicarse ‘mafiana todos los peri6dicos, acabarfamos teniendo menos bosques, no ms. Eso no quiere decir, sin embargo, que los mercados privados siempre ofrezcan los incenti ‘vos correctos para conservar los recursos importantes. Por ejemplo, en el norte de la costa oc~ cidental de Estados Unidos, las empresas madereras estén talando actualmente los pocos bos- {ques que quedan virgenes de secuoyas para prover de madera a los constructores de viviendas. ‘Muchos de estos érboles tienen més de 2.000 afios y constituyen un tesoro nacional que jamas odremos recuperar. Sin embargo, para las empresas madereras tienen mas valor como made- ra que como monumentos del pasado. "Muchos de nosotros nos sentimos tan apenados cuando pensamos en que estén takindose es- tos drboles que darfamos con gusto dinero al que pudiera impedirlo. Y, sin embargo, probable- ‘mente para las empresas madereras es inviable darse cuenta del verdadero valor que nosotros concedemos a estos érboles. Por ejemplo, no servirfa de nada cercarlos y cobrar una entrada por verlos. La mano invisible falla cuando Jos incentivos de los mercados privados no nos llevan @ proteger los recursos que no pueden reproducirse y que la sociedad desea preservar. En esos ca- 08, €5 responsabilidad de los poderes piblicos protegerios. Pero en los casos en que los re~ cursos son renovables, no existen las mismas dificultades. Cuestiones positivas y cuestiones normativas La conveniencia o no de proteger los pocos bosques virgenes de vecuoyas que quedan es, en di- tima instancia, una cuesti6n normativa, es decir, una cuesti6n en la que intervienen nuestros juicios de valor. Una cucstién normativa ¢s una cuestidn relacionada con lo que debe ser. El anilisis econdmico no puede responder por si solo a esas cuestiones. Una sociedad que reve- 24 Cuestién positiva Cucstién sobre las consecuencias de medidas 0 mecanismos inetitucionales especificos. CAPITULO 1: PENSAR COMO UN ECONOMISTA rencie la naturaleza y la antigiedad puede muy bien decidir la suerte de las secuoyas de forma distinta a una que tenga otros valores, incluso aunque los miembros de las dos sociedades estén totalmente de acuerdo en todos los hechos y teorias econdmicos relevantes. El andlisis econé- mico pisa un terreno mas firme cuando se trata de responder a cuestiones positivas, es decir, a ‘cuestiones relacionadas con las consecuencias de medidas o mecanismos institucionales espe- cificos. Si prohibimos la tala de secuoyas virgenes, ;qué ocurrird con el precio de la madera? Qué materiales de construccién es probable que se desarrollen en su sustitucién y con qué cos- te? {Cémo resultard afectado el empleo en el sector de la madera y la vivienda? Se trata de Ccuestiones econémicas todas ellas positivas: las respuestas son claramente relevantes para lo que pensemos sobre la cuestiGn normativa subyacente. Microeconomia y macroeconomia Resumen En este capitulo hemos centrado Ia atencién en las cuestiones a las que se enfrenta el individuo que toma decisiones. A medida que avancemos, también examinaremos modelos econémicos de grupos de individuos, por ejemplo, del grupo que forman todos los compradores o todos los. vendedores de un mercado. El estudio de las decisiones de los individuos y el estudio del com- Portamiento colectivo en cada mercado pertenecen ambos al mito de la microeconomia. La ‘macroeconomia, por el contrario, es el estudio de conjuntos més amplios de mercados. Par ejemplo, trata de explicar la tasa nacional de desempleo, el nivel global de precios y el valor to- tal de Ia produccién nacional Los economistas predicen y explican mucho mejor lo que ocurre en mercados especificos que lo que ocurre en el conjunto de la economia. Cuanda destacados economistas discrepan en la prensa o en la televisin, es mucho més probable que el tema sea de macroeconomia que de microeconomifa. Pero aun en el caso de que los economistas no respondan muy bien a las cues. tiones macroecon6micas, no debe restarse importancia al andlisis macroeconémico. Después de todo. las recesiones y la inflacién perirban la vida de millones de personas, Los economistas modemos se muestran cada vez. mds convencidos de que la clave del pro- greso de la macroeconomia se encuentra en un anélisis més minucioso de cada uno de los met cados que constituyen los agregados més amplios. Como consecuencia, la distincién entre mi- ero y macro ha perdido nitidez en los tltimos afios. La formacién avanzada de todos los economistas, tanto de los que se especializan en microeconomfa como de los que se especiali- zan en macroeconomia, se basa cada vez mds en el andlisis mictoevunémico. La microeconomia es la ciencia de Ia eleccién en condiciones de escasez. La escasez siempre std presente, incluso cuando los recursos materiales son abundantes. Siempre hay importantes Jimitaciones de tiempo. energia y demés cosas que necesitamos para perseguir nuestros objetivos. La tarea del economista consiste, en gran parte, en tratar de responder a preguntas del tipo «zdebo hacer Ia actividad x?». La manera de responderlas es cautivadoramente seneilla. Debe hhacerse x si y s6lo si sus costes son menores que sus beneficios. No incurrir en un coste es lo ‘mismo que obtener un beneficio, Hemos visto que el modelo basado en el andlisis coste-beneficio es incapaz a veces de pre- decir cémo nos comportamos cuando nos enfrentamos a las devisivntes diarias, El arte del and lisis coste-beneficio reside en ser capaz de especificar y medir los costes y los beneficios rele- vantes, eapacidad de la que earccen visiblemente muchas de las personas que toman decisiones. Algunos costes, como los costes irrecuperables, suelen parecer relevantes, pero no lo son, MICROECONOMIA ¥ CONDUCTA. 25 Otros, como los costes implicitos, se olvidan a veces, incluso aunque tengan una importancia capital. Los beneficios también son con frecuencia dificiles de conceptualizar y de medir. La ex- petiencia nos ha ensefiado que el tomar conciencia de las trampas més habituales nos ayuda a la mayoria a tomar mejores decisiones, ‘Los principios de la elecci6n racional no sélo se aplican a los mercados formales de bienes y de servicios. De hecho, detras de casi todos los actos, propésitos y comportamientos humanos hay algtin tipo de célculo implicito o explicito basado en el andlisis coste-beneficio. El cono- ‘cimiento de los principios subyacentes nos permite ver nuestro mundo con una nueva ¢ intensa luz. no siempre halagadora, pero sf estimulante. Temas de repaso Problemas 1, {Cul es el coste de oportunidad de leer una novela esta tarde? 2. Distinga entre el crterio de la racionalidad basado en el objetivo inmediato y el crterio basado en el ‘egoismo, 3. Cite tres ejemplos de actividades que tienen costes o beneficios externos. 4. {De qué manera nos ayuda el modelo del egofsmo a comprender por qué en las sociedades mas de- ‘mocraticas se les ensefia a los nifios que tienen la obligaci6n de votar? 5. {Por qué no son relevantes los costes imecuperables para las decislones actuales? 16. {Qué utilidad puede tener el modelo del egofsmo para estudiar el comportantieuty de les personas que ‘no piensan explicitamente en funcién de los costes y los beneficios? 1 Jamal tiene este verano un trabajo muy flexible. Trabaja todo el dia pero puede tomarse uno libre cuando quiera, Su amigo Don le propone tomarse libre el martes ¢ ir al parque de atraciones. La en- trada cuesta 138 por persona; la gasolinay el aparcamiento, 5S a cad uno. A Jutal le eneantan los parques de atrcciones; para él pasar un dia en el parque tiene un valor de 45S. Sin embargo, también fistruta en su trabajo tanto que estariadispuest, de heel, a payat 108 al dia por haces. 1) Si Jual yata 105 si wabaja, zdebe ir al parque de atraceiones? b) <¥ si gana 158? ©) Y si gana 208? 2. ‘Tom cultiva champiiones. Invierte todos sus sharros en més champifiones. que cultiva en un terreno aque tiene detrés de su granero y que, de lo contrario, no tendria ninguna utilidad. I tamatio de las se- tas se duplica durante el primer ailo, momento en que las recoge y las vende a un precio constante por libra, Su amigo Dick le pide que le preste 200$ y le promete que se los devolverd dentro de | afio. {:Cuntos intereses tendré que pagar Dick a Tom para que éste no se encuentre en peor situacién que sino le hiciera el préstamo? 3. El plan de comidas de la universidad A permite a los estudiantes comer todo Jo que deseen por una cantidad fija semestral de 500S. El estudiante medio de esa universidad come 250 libras de alimentos por semestre. La universidad B cobra a los estudiantes 900 por una libreta de vales de comida que les da derecho a comer 250 libras semestales de alimentos, Si el estudiante come mas de 250 libras, paga luna cantiad adicional; si come menos, e devuelven dinero. Si los estudiantes son raiouales, yen qué universidad ser mayor el consumo medio de alimentos? 26 ‘CAPETULO 1: PENSAR COMO UN ECONOMISTA, 4. Usted esté planeando hacer un viaje de 1.000 millas a Florida, Le da completamente igual ir en au- fomsvil que en autobus, con la excepcidn del coste. EI billete de autobas vale 2608. Los costes que origina su automévil en un afio normal en el que se recorran 10,000 millas son los siguientes: Seguro 1.0008 Intereses 2.000 Gasolina y aceite 1.200 Neuméticos 200 Permiso y matriculacién 30 Mantenimianta. 1.100 5.5508 {Debe ir en automévil o en autobiis? 5. Alyy Jane han alquilado un sal6n de banquetes para celebrar una fiesta con motivo de su aniversario de boda. Ya han aceptado la invitacién 50 personas, Dado ese niimero de invitados, la empresa en- cargada de servirlo cobraré 400$ por la comida y 100$ por la bebida, La orquesta cobraré 30S por actuar durante toda Ia velada y el saldn costaré 2008. Ahora Al y Jane estén considerando la pos bilidad de invitar 10 personas més. {Cuénto aumentaré el coste de la fiesta con estos invitados adi- Gionales? Usted conduee 10.000 kilémetros al aio y compra yasolina # 0,408 el litro. A usted fe da igual con- ducir un Buick de hace 10 afios (200S ai aiio y 15 litros/100 km) que un Toyota de la misma anti- aliedad (400S al afio y 8 litros/100 km), con la excepeisn de las diferencias de costes anuales, {Qué auttomévil debe elegir? 7 Bill y Joe viven en Ithaca, A las 2 de a tarde Bill compra una entrada de 30$ para acudlr al partido de Daloncesto que se jugar esa noche en Siracusa (a 50 millac al norte) Toe tiene intencisn de acudir al ‘mismo partido, pero no compra la entrada por adelantado porque sabe por la experiencia que siempre se puede comprar una entrada igual de buena en el campo. A las 4 de la tarde estalla una enorme tor- ‘menta imprevista, lo que hace que la perspectiva de ir en automOvil a Siracusa sea mucho menos atractiva que antes. Si tanto Bill como Joe tienen los mismos gustos y son racionales, zes més pro- bable que acuda al partido uno que el otro? En caso afirmativo, indique cual de los dos y explique por qué. En caso negativo, explique por qué no. Existen dos tipos de radares para detectar el tiempo meteorolégico en los aviones comerciales de pa- sajerus: lo dluimo en radares y otro que cuesta mucho menos, pero que también es menos eficaz, La ‘Agencia de Navegacion Aérea (ANA) le ha contratado para que averigtie si se debe obligar a todos los fviones a llevar el radar més novedoso. Tras un wiuuciuso estudio, usted Tecornlenda que se exija el radar més caro sélo en los aviones de pasajeros de mas de 200 plazas, ;Cémo justificarfa esa reco- ‘mendacién a los miembros de la ANA que se quejan de que todos los pasajeros, indepeisientemen= te del nimero de plazas que Hleve el avidin en el que viajan, tienen derecho a viajar con el mejor radar que existe actalmente? 9. Un grupo ha alquilado un autocar para ira Nueva York. El conductor euesta 1008, l antacar SO0S y ¢l peaje 75S. Los honorarios de! conductor no pueden recuperarse, pero el autocar puede cancelarse ‘una semana antes pagando 508 solamente. Si el billee cuesta 188, zeudntas personas deben comprar billetes para que no sea necesario cancelar el viaje? 10, Los residentes de su ciudad pagan una cantidad semanal fija de 6$ por la recogida de basuras, Pueden sacar a la calle tantos contenedores como deseen. El hogar medio saca tres contenedores ala semana. ‘Ahora suponga que el ayuntamiento opta por un sistema de «etiquetas». Cada contenedor que se recoja debe llevar una etiqueta. Cada una cuesta 2S, {Como cree que afectaré la introduccicn del sistema de etiquetas a la cantidad total de basura que se recoge en su ciudad? MICROECONOMIA Y CONDUCTA 27 LL, Suponga que usted puede afiadir a su computadora memoria de acceso aleatorio (RAM) con un cos- te de 508 por megabyte. Suponga también que el valor que tiene para usted un megabyte adicional ‘de memoria, medido por la cantidad que esti dispuesto a pagar, es de 2005 en el caso del primero y ‘despues se reduce a la mitad en el caso de cada uno de los megabytes adicionales. Represente gré- ficamente el coste y el beneficio marginales. {Cudntos megabytes debe comprar? 12, Partiendo del problema 11, suponga que el coste de la memoria RAM desciende a 25S por me- ‘gabyte. ;Cudintos megabytes debe comprar ahora? Suponya, aleunés, que el beneficio que tiene para usted un megabyte adicional aumenta a 4008 en el caso del primero y desciende también ala mitad crrel su Ue vaua uv de los megabytes adicionales. ¢Cudntos mogabytes debe comprar ahora que el precio es mas bajo y el beneficio es mayor? 13. Dana ha comprado una entrada de 40$ para asistir a un concierto de rock, Ese dia la invitan a una fiesta para dar la bienvenida a un amigo que vuelve del extranjero. No puede asistir al concierto y a Ia fiesta al mismo tiempo. Si hubiera sabido que habfa una fiesta antes de comprar Ia entrada, habria decidida ira ln Fiesta. Verdadero o falso: si es racional, debera ir de todos modos a la fiesta. Explique su respuesta "14, Ayer le dieron inesperadamente una entrada gratuita para asistir a un concierto de los Rolling Stones ‘programado para el | de abril, El precio de mercado de esta entrada es de 75, pero la cantidad mé- xxima a la que podria venderla es de 50$ solamente. Hoy descubre que Pearl Jam dari un concierto ‘esa misma tarde, An hay entradas a 75 para ese concierto. Si hubiera sabido antes de recibir ayer Ta entrada para los Rolling Stones que Pearl Jam iba a dar un concierto, habria comprado claramente ‘una entrada para ver a este conjunto y no a Jos Rolling Stones. Verdadero o falso: A juzgar por sus preferencias, se deduve que si usted es un maximizador racional de la utlidad, deberia asstir al con cierto de Pearl Jam. Explique su respuesta. #15, Mr. Smith tuvo que clegir recientemente entre ser (a) profesor de economia y ganar 60.0008 al aio, ¥y(b) guta de safari y ganar 50.0008 al af, Tras pensarlo detenidamente, acepté por muy porn el ra- bajo del safari. «Por un délar més, dijo, habria elegido el otro trabajo.» "Ahora su cuiado le propone un negocio, en las siguientes condiciones: debe dejar el trabajo que tiene en el safari para dedicarse por completo al negocio de su ccufiado. + Smith debe prestar a su cufiado 100.0006 libres de intereses, que se compromete a devolver en el caso de que Smith abandone el negocio (actualmente Smith tiene mucho mas de 100.0008 cen el banco). + Percibird exclusivamente un sueldo de 70.0008 al ato. El tipo de interés es de un 10 por ciento anual. Al margen del sueldo, Smith piensa que trabujat cen el negocio seria tan agradable como dar clase de economfa. Supongamos para mayor sencillez {que no existe incertidumbre respecto al suelde que pescibisd Smith en el negocio propuesto ni res- pecto a la seguridad de su inversiGn monetaria en el mismo. ;Debe aceptar la propuesta de su cufiado J, e11 ease afinmativo, cusl seria el sueldo mas bajo por el que NO le compencaria aceptara? En caso ‘negativo, :cuél seria el sueldo mas alto por el que le compensaria aceptarla? +16, Usted acaba de comprar un nuevo Ford Taurus por 20.0008, pero la cantidad maxima que podria ob- tener por él silo vendiera es de 15.0008. Ahora se entera de que Toyota esté ofreciendo su Camry, {ue normalmente se vende por 25.0008, a un precio especial de 20.000S. Si hubiera sabido antes de ‘campear el Taurus que podta comprar un Camry por el mismo precio, habria elegido claramente el (Camry. Verdadero o also: A juzgar por sus preferencias, se deduce que si usted es un maximizador racional dela utilidad, esté claro que no deber‘a vender el Taurus y comprar el Camry. Expligue su respuesta * Los problemas marcados con un asterisco son mis dificiles 28 CAPITULO 1: PENSAR COMO UN ECONOMISTA Respuestas de los ejercicios A. 12. 14, ‘ina persona que es sancionada con una multa de trifiea de 286 por cada 200 mitlas que recorre pa- gard 35S en multas, en promedio, por cada 250 mills, Si sumamos esta cifra alos 208 que supone la molestia de conducir y los 50S de gasolina, aceite y mantenimiento, tenemos 1058, cifra superior a Jos 100 que cuesta ei billete de autobii, lo que significa que es mejor utilizar este dltimo medio de transporte, Los 185 que ha pagado Mike por It entrada es un cost irecuperale eel momento en que debe de- cir si va 0 no al concierto. Por lo tanto, los costes y los beneficios son los mismos para Jim que para Mike. Si el beneficio de acudir al concierto es superior al coste de permanecer bajo la Iluvia, deben. ir; en caso contrario, deben quedarse en casa. Sea A* el ndmero anual de kilmetros cuyos costes rorales son iguales en los dos tipos de automé- viles. Es decir, 2008 + 10 (K"/100) 0,5 = 3008 + 5 (K*/100) 0,5, de donde K* = 4.000 kilémetros al allo. Si usted Conduce mnés de 4.000 Kiléuneuus al afl, el Toyota ser mis bara. 800 = Conte aval Cen $ & © Cy 500 300 200 100 Kilémetros ° “4000 "31000 72.000 anuates (K) Debemos comer tres trozos porque el tercero es el iltimo con el que el beneficio marginal de comer Ia pizza es superior a su coste marginal (expresado en el valor de nuestro tiempo), CAP{TULO Avance La oferta y la demanda N 1979 trabajaba para el gobierno federal y vivia en Washington, D.C. Desde la ventana dde mi apartamento se vefa una gasolinera. Con sus 16 surtidores, era més grande que la mayoria, pero representativa, por lo demés, de las gasoliferas urbanas modernas. En abril de ese affo, se interrumpié et suministro de petrleo en el Oriente Medio, lo que > a > Q Q Q Q foe ctpecio ° ajncl precio Aum nena, Aut en, Seaemenaro Gelso Bena" Benner , ’ , 2; G 2s A a a a oy 0 @ @ @ Creel pobacon Seespea ~~ (que suba el precio disminuyalaventa de los ustos MICROECONOMIA ¥ CONDUCTA 43 LOS DETERMINANTES DE LA OFERTA FIGURA 2.9, La tecnologia, los precios de lot factores, el nimero de empresas, las fexpectaivas sobre los precios futuros y la meteorolegia afectan a la posicién dela curva de oferta de un producto dado, La tecnologia. La cantidad que estén dispuestos a ofrecer los oferentes a un precio cualquie- ra depende principalmente de sus costes de produccién, los cuales, a su vez, estén estrecha- ‘mente relacionados con la tecnologia. Por eiemplo, el descubrimiento de una trampa mas efi- cciente para capturar langostas reduce el coste de su captura, lo que provoca un desplazamiento de la curva de oferta hacia la derecha, Los precios de los factores. Otro importante determinante de los costes de un oferente es Ju que hia de pagaine por lus factores Ue produccidn: ef rabajo, el capital, etc. Si sube el precio de las embarcaciones para pescar langostas o el salario que se paga a los pescadores, la curva de oferta de langostas se desplaza hacia la izquierda. El némero de oferentes. Cuantas més empresas puedan ofrecer un producto, mayor seri a cantidad ofrecida a un precio dado cualquiera, La curva de oferta de computadoras personales se ha desplazado hacia la derecha conforme ha ido aumentando el niimero de empresas que las fabrican. Las expectativas. Los oferentes también tienen en cuenta sus expectativas sobre las va- rlaciones de los precios cuando toman sus decisiones actuales sobre la produccién. Por ejemplo, silos ganaderos esperan que el precio de la came de vacuno suba significativamente en el futuro debido a que hay una epidemia que esta afectando al ganado joven, es probable que retengan las eexistencias que tienen actualmente de ganado maduro con el fin de sacar partido a los mayores precios futuros', La meteorologfa. En el caso de algunos productos, especialmente los agricolas, la natu- raleza influye poderosamente en la situacién de la curva de oferta. Por ejemplo, en los afios de sequfa la curva de oferta de muchos alimentos se desplazat ucusudamente hacia la izquierda. La Figura 2.9 muestra los efectos de algunos de los factores que desplazan las curvas de oferta FACTORES QUE DESPLAZAN LAS CURVAS DE OFERTA e ° r e Sy 5, 5 4 3, By 5, % 2 Q Q = Mejora subida Bajada de los tips Subida de los precios Gelatecnologa — delorsalaros ——de'eres Ge as materia primas P P P P 5 5 5 5 5, 5, 4, 5, ° ° 9 2 -Aumento del nimero_ Se espera Buen tiempo Mal lempo de empresas aque tan lor precoe * Obsérvese que la cantidad ofrecida a los diferentes precios es la oferta, y no necesariamente la produccién (cuan- {does posible elmacenarexistencas) Por Io tanto, los ganaderos reducen las ventas de ganado en el periodo actual, dado ‘que pueden venderlo mds tarde cuando los precios sean mis alts, 44 CAPITULO 2: LA OFERTA Y LA DEMANDA Ninguna de las dos listas anteriores de factores que desplazan la oferta y la demanda pre- tende ser exhaustiva. VARIACIONES DE LA DEMANDA FRENTE A VARIACIONES DE LA CANTIDAD DEMANDADA Cuando los economistas utilizan la expresiGn variacién de la demanda, se refieren a un des- plazamiento de toda la curva de demanda. Asf, por ejemplo, cuando varia el nivel medio de ren- {ade los campradores, la enrva de demanda se desplaza, es decir, varia la demanda. Chanda ha- bblamos de variacién de la cantidad demandada, nos referimos a un movimiento a lo largo de la curva de demanda, Por ejemplo, cuando baja el precio de un bien, no aumenta la demanda sino Ja cantidad demandada. Las expresiones variacién de la oferta y variacién de la cantidad ofrecida tienen una in- terpretacién semejante. Estas distinciones terminol6gicas son importantes para evitar confu- sioncs tanto en el aula como en los eximenes. Y si sirve de algo la experiencia de gencraciones de estudiantes, hay que hacer un esfuerzo por evitarlas. Prediccién y explicacién de las variaciones del precio y de la cantidad Para predecir o explicar las variaciones de los precios y las cantidades de equilibrio, debemos ser capaces de predecir o explicar los desplazamientos de las curvas relevantes de oferta y/o de~ ‘manda. Cuando las curvas de oferta y demanda tienen la pendiente convencional, se cumplen las siguientes propusiviones subre lus precius y las cantidades de equilibri: ‘+ Un aumento de la demanda provoca un aumento tanto del precio como de ta cantidad de equilibrio. + Un descenso de la demanda provoca una reduccion tanto del precio como de ta cantidad de equilibrio. + Un mete del otertaprovoca una reduccin de precio de equiino yun aumento de la cantidad de equilibrio, + Un descenso de la oferta provoca un aumento del precio de equilibrio y una disminucién de la cantidad de equilibrio, Estas sencillas proposiciones nos permiten responder a toda una variedad de cuestiones. EJEMPLO 2.3 ;Por qué bajan los precios de algunos bienes, como las manzanas, durante los meses de mayor consumo, mientras que suben los de tres. como las casas sitadas al borde deta lava? ‘Eliginma etal del opusarpaese tn auseanin de Rrofera va elenee'ds ey rmanzanas y de la demanda en e! de fas casas situadas al borde de ta playa, Como muestra 1a Figura 2.10, estos desplazamicntos explican las relaciones estacionalcs observadas tre los precios y las cantidades de equilibrio (los subindices jy v de la Figura 2.10 se uti- lizab para repfesentar los valores «invieino» y «verano», respectivamente). Cuando au- ‘menta Ja demanda (como en el caso de las casas), el aumento de la cantidad de equilibrio se produce al misino tiempo que la subida del precio de eyuilibriv. Cuando aumenta ta oferta (como en el caso de las manzants),e|aurpento de In cantidad de equiibrio se pro- Suce al mismo tiempo que la disminuci6n del precio de equiibrio, MICROECONOMIA ¥ CONDUCTA 45 EJEMPLO 2.4 DOS FUENTES DE VARIACION FSTACIONAL Manzanas Casas al borde de a playa @ FIGURA 2.10 Las cantdades consumidas de manzanas v de casas situadas al borde de la playa con mévimas en lox menor do verano. (a) Los precios de las manzanas son minimos durante el verano debido a que el aumento de la cantidad es resultado de un aumento dela oferta (los subindices I v repesentan los valores einviernos y «veranor, respectivamente).(b) Ls previ Ue las Lass situa al borde dela playa son maximos en el verano debido a que {el aumento de la cantidad es el resultado de un aumento de la demands, EJERCICIO 2.3 Qué sucede con el precio y la cantidad de equilihria an el mercado de pescado fresco si ‘ocurren los dos acontecimientos siguientes: (1) se publica un informe cientifico segtin el ‘cual el pescado contiene mercurio, que es téxico para el hombre; y (2) el precio del ga s6leo (utilizado para los barcos de pesca) baja significativamente? ‘Si la soja es uno de los ingredientes de ta alimentacién del ganado, ;cémo afecta un programa de mantenimiento de los precios en el mercado de suja al precio y a la cansidad de equilibrio de carne de vacuno? XE] programa de manténimiento de los precios eleva el precio del forraje para ganado, lo. ‘que provoca un desplazamiento de la curva de oferta de vacuno hacia la izquierda (véase Ja Figura 2.11), lo cual provoca, a su vez, una subida del precio de equilibrio y una re- duccién de la cantidad de equilibrio de vacuno, Andlisis algebraico de la oferta y la demanda Hasta ahora hemos utilizado en los ejemplos el método gréfico para analizar el equilibrio del ‘mercado. Este método es bueno para ilustrar los principios basicos de Ia teorfa, pero para cal- cular los valores numéricos, normalmente es més cémodo hallar algebraicamente los precios y las cantidades de equilibrio. Supongamos, por ejemplo, que la curva de oferta de un producto viene dada por P=2+3Q 1) 46 FIGURA 2.11 A elevar el precio de fa soja, que es un factor ullizado para producir carne de Yacuno, el programa de mantenimiento de los precios provoca un desplazamiento de la curva de oferta dbo vacuno hacia Ia izquierda. Como ‘aumenta el precio de fequilbrioy ‘ieminuye Ia ‘eanidad de cequilbri. FIGURA 212 El método algebraico yl geometrico feneran exactamente fos mismos precios y ccantidades de uilbrio. La ventaja ‘del método algebraico reside en {que es mas fil ‘obtener soluciones Inuméricas exactas. El método geométrico 5 atl porque ofrece una descripeién Ineuitivamente mse clara de las curvas de oferta y demanda. ‘CAPETULO 2: LA OFERTA ¥ LA DEMANDA. INFLUENCIA DEL MANTENIMIENTO DE LOS PRECIOS DE LA SOJA EN EL PRECIO Y LA CANTIDAD DE CARNE DE VACUNO- Precio (§ por libra) Cantidad (millones de libras al afo) Too 200 300 400 500 600 ¥y que su curva de demanda viene dada por P w-g" (22) donde P es el precio del producto y Q* y O# representan la cantidad ofrecida y la demandada, respectivamente. En condiciones de equilibrio, sabemos que Q* = Q#. Representando este valor comin por mediv del simbolo Q° ¢ igualando los des primeros miembros de las ecuaciones 2.1 y 2.2, tenemos que: 2+39'= 10-9" 23) Jo que nos da Q* = 2. Introduciendo Q* nemos el precio de equilibrio, P" = 8. [Ni que decir tiene que podriamos representar gréficamente las ecuaciones 2.1 y 2.2 para lle- ‘gar exactamente a la misma solucién (véase la Figura 2.12). La ventaja del método algebraico se halla en que es mucho mis sencillo que tener que trazar con precisiGn las curvas de oferta y demanda. 2 en la ecuacién de oferta o en la de demanda, obte~ ‘GRAFICOS DE LAS ECUACIONES 2.1 ¥ 2.2 Precio 12 10KD Cantidad MICROECONOMIA ¥ CONDUCTA 47 Los impuestos FIGURA 2.13 Lacuna de oferta inicial nos indica {que precio deben Cobra los oferentes ara cubri sus costes {cualquiera que sea ef nivel de produccién, Desde la perspectiva del vendedor, un impuesto de T= 10 unidades es lo mismo que un ineremento del coste untario de 10 Uunidades. La nueva curva de oferta se encuentra, pues, 10 tunidades por encima de la antigua Evercicio 2.4 ‘Halle'et precio y Ia cantidad de equilibrio de un mercado cuyas enrvas de oferia'y de- Dred Vonen dnt por P =A 8 = 12-20%, sapectinnente, . 1 andlisis de la oferta y la demanda también es un instrumento ttl para analizar los efectos de los distintos impuestos. En este apartado analizaremos el caso de un impuesto constante por unidad de produccién. ;Cémo afectaré al precio y la cantidad de equilibrio de un producto la introduccién de ‘un impuesto de 7 = 10 sobre cada de Tas unidades que venda el productor? Hay dos maneras equi- valentes de enfocar esta cuestiGn. La primera consiste en suponer que el impuesto ha de pagarlo el vendedor. La linea SS de la Figura 2.13 representa la curva de oferta inicial. A un precio de P, = 25, los vendedores estaban dispuestos a ofrecer Q, unidades de produccién. Cuando se les obliga a pagar un impuesto de T'= 10 mniclades, el precio de mercado tiene que ser P, + 10 ~ 35 para que éstos perciban la misma cantidad neta que solfan percibir cuando el precio era P, = 25. Por lo tanto, aun precio de 35, los oferentes ofrecerin la misma cantidad de produecién que solfan ofrecer al precio de 25. La curva de oferta posterior a la introduccién del impuesto es la curva de oferta inicial desplazada en sentido ascendente en T'= 10 unidades. En la Figura 2.14, DD representa la curva de demanda a la que se enfrentan los vende- dores que han de pagar un impuesto de T= 10 por unidad de produccién. [1 impuesto hace que disminuya la cantidad de equilibrio de Q* a Q;. El precio que paga el comprador sube de P*aP! yel precio, una vez deducidos los impuestos, que percibe el vendedor desciende uP} 0. Obsérvese que en la Figura 2.14, incluso aunque el vendedur pague un impuesto de T sobre cada producto comprado, la cantidad total que percibe por unidad es inferior al antiguo precio de equilibrio en menus de T. Obsérvese también que incluso aunque el impuesto 1o pague el vendedor, lo que hace es elevar el precio que pagan los compradores, por lo que la carga del im- puesto se reparte ene el comprador y el vendedor. CUANDO EL VENDEDOR DEBE PAGAR UN IMPLESTO DE 10, LA CURVA DE OFERTA, SE DESPLAZA EN SENTIDO ASCENDENTE EN T UNIDADES Precio Cantidad 48 FicuRA 2.14 EH impuesto provoca una reduceion dela cantdad de euro de Qa Qt. Einuewe precio que aga el comprador Sube de Pa P: vel Aue perce e| vendedor baja de wort CAPITULO 2: LA OFERTA Y LA DEMANDA PRECIOS ¥ CANTIDADES DE EQUILIBRIO CUANDO EL VINDIDOR HA DE PAGAR UN IMPUESTO T= 10 Cantidad En téuninos algebraicos, la parte que le corresponde al vendedor, represeutada por mediv de 1,,€s la reduccién del precio que percibe, dividida por el impuesto: (BY -T) = 4) Del mismo modo, la parte que le corresponde al comprador, , ¢s la subida del precio (in- luido el impuesto), dividida por el impuesto: 25) EJERCICIO 2.5 “Compruebe que é+ = 1, En general, f,y /, dependien de las formas de las curvas de ofesta y demanda. Por ejemplo, sila oferta es sumamente insensible a las variaciones del precio, t, sera cercano a cero y f, serd cercano a 1. En cambio, si la demanda es sumamente insensible al precio, r, sera cercano'a 1 y 1, serd cercano a cero. Estas afirmaciones equivalen a decir que un impuesto tiende a recaer so- bre rodo en la parte del mercado que menos puede eludirlo. Si los compradores no tienen nin- ‘gin producto sustitutivo al que recurrir, los oferentes les traspasardn la parte del leén del im- Puesto, Pero si los oferentes no tienen ninguna otra posibilidad que seguir otreciendo un producto, sersn los que soporten la mayor parte de la carga del impuesto. Sin embargo, en la ‘medida en que la curva de oferta tenga pendiente positiva y la curva de demanda tenga pen- diente negativa, tanto f, como f, serén positivos. La segunda manera de analizar el efecto de un impuesto de T = 10 por unidad de produc- cién es imaginar que el impuesto Io paga directamente el comprador y ver cémo afecta a la cur- va de demanda del producto. En la Figura 2.15 la curva de demanda anterior ala introduccién del impuesto esté representada por la linea DD. A un precio de P,, los compradores demanda- MICROECONOMIA Y CONDUCTA 49 FIGURA 2.15, ‘Antes de que se introduzca el impuesto, los ‘compradores adquieren Q, Unidades al precio ,. Una vez intreducido, et precio P, se cconvierte en P, + 10, torque signimea que los compradores solo adquieren Q, impuesto desplaza la ‘curva de demanda fen sentido descendente en 10 tinidades. FIGURA 2.16 El imouesto provoca tuna reduccidn de la ‘eantidad de ‘equilbrio de Qa gt EI nuevo precio agado por el ‘Comprador sube de Pras t0.e1 uevy precio que percibe el vendedor baja de Fa Fr EFECTO DE UN IMPUESTO DE T= 10 CUANDO QUIEN LO PAGA ES EL COMPRADOR Precio canuidad rfan la cantidad Q,. Tina ver introchucida el impuesto, la cantidad total que han de pagar los ‘compradores si el precio del producto es P, serd P, + 10. Por lo tanto, la cantidad que deman- dan desciende de Q, a Q,, La cantidad demandada a cualquier otro precio después de la intro- El Ejercicio 3.4 muestra que un aumento de la renta provoca un desplazamiento paralelo de Ja restriccién presupuestaria hacia fuera, Al igual que en el caso de una reduccién de la renta, la pendiente de la restriccién presupuestaria no varia. PRESUPUESTOS EN LOS QUE HAY MAS DE DOS BIENES FiGURA 2.4 Tanto la abscisa en el otigen como lavordenada en el origen se reducen fla mitad, La nueva restiecién presupvestaria tiene la misma pendiente {ue la inicial, pero ests nds cerca del origen. En todos los ejemplos que hemos analizado hasta ahora el consumidor se enfrenta a la oportu- rnidad de comprar dos bienes solamente. Ni que decir tiene que no muchos vunsumidores tienen ‘unas opciones tan limitadas. El problema presupuestario del consumidor puede plantearse, en su EFECTO DE UNA REDUCCION DELA RENTA ALA MITAD Alimentos kilos semanas) MiP, = 10| OSMIPy=5 Alojamiento (metros o O5MiPy=10 _MiPy= 20 ‘cuadrados semanales) MICROECONOMIA Y CONDUCTA. 65 forma més general, no como una eleccién entre dos bienes, sino como una eleccién entre N bie- nes diferentes, donde N puede ser un nimero indefinidamente elevado. Como acabamos de ver, ‘cuando s6lo hay dos bienes (NV = 2), la restricci6n presupuestaria es una I{nea recta. Cuando hay tres (N = 3), es un plano, Cuando hay mds de tres, se convierte en lo que los matemiticos lla- man hiperplano o plano multidimensional. La tnica dificultad estriba en representar geomé- tricamente este caso multidimensional. No tenemos precisamente mucha habilidad para visua- 1 las snperficies que tienen més de tres dimensiones. Alfred Marshall, economista del siglo x1x, propuso una solucién cautivadoramente senci- Ha para resolver este problema Consiste en concehir la elecciém del cansnmidar como ina eleccién entre un determinado bien —Ilamémoslo X— y una amalgama de otros bienes, re- presentados por ¥, Esta amalgama se denomina generalmente bien compuesto. Podemos ima- ‘ginar que el bien compuesto es la cantidad de renta que le queda al consumidor una vez. com- prado el bien X. En otras palabras, es la cantidad de dinero que gasta el consumidor en bienes distintos de X. Para mostrar cémo se utiliza este concepto, supongamos que ¢l consumidor tiene el nivel de renta de MS a la semana y que el precio de X es P,, Su restriccién presupuestaria puede repre seutaise, pues, como una Ifnea recta en el plano X, Y, como muestra la Figura 3.5. Para faclitar la exposicién, consideramos que el precio de una unidad del bien compuesto es 1, de tal manera due si el consumidor no gasta ninguna parte de su renta en X, podrd comprar M unidades del bien compuesto. Lo tinico que eso significa es que dispondrd de M$ para comprar otros bienes. sino compra nada de X. Si gasta, por el contrario, toda su renta en X, podrd comprar la cesta (M/P,, 0). Dado que se supone que el precio de Y es de 1$ por unidad, la pendiente de la res- tricciGn presupuestaria es simplemente ~P,.. La restriccién presupuestaria resume, al igual que antes, las distintas combinaciones de ces- tas que son asequibles. Asf, por ejemplo, el consumidor puede tener X, unidades de Xe Y, uni- dades del bien compuesto de la Figura 3.5, 0 X, ¢ Y, 0 cualquier otra combinacién que se en- cuentre en la restriccién presupuestaria, RESTRICCIONES PRESUPUESTARIAS QUEBRADAS FIGURA 35 El eje de ordenadae mide la cantidad de dinero gastado ‘mensuaimente en todos los bienes, salvocnel X. Las restricciones presupuestarias que hemos visto hasta ahora eran todas ellas lineas rectas. Cuando los precios relativos son constantes, el coste de oportunidad de un bien en funcién de cualquier otro es el mismo, independientemente de la cesta de bienes que ya tengamos. Pero a veces las restrieciones presupuestarias con que nos encontramos en la practica son lineas que bradas. Consideremos, a modo de ilustracién, el siguiente ejemplo de descuentos por comprar cen grandes cantidades {LA RESTRICCION PRESUPUESTARIA EN EL CASO DE UN BIEN COMPUESTO. y mM y % Pendiente = Py PAN o ay MIP, 66 Esempto 3.1 FIGURA 3.6 Una vez que e! consumo de energia electric aleanza los 1.000 kwh al mes, e! coste de oportunidad de la enersia Adicional desciende de 0,108 el kwh a 0,058. CAPITULO 3: LA ELECCION RACIONAL DEL CONSUMIDOR, La Gigawatt Poser Company cobra 0,108 el kilovatio-hora (kwh) por los 1.000 primers kwh de ‘energia que se compren al mes para consumo doméstico y 0.508 solamente por cada kwh adicio- nal. Represente grdficamente la restriccién presupuestaria de un consumidor doméstico que tenga tuna renta mensual de 4008, considerando como bienes la energia eléctrica y el bien compuesto. ‘Si/el consumidor no compra ninguna energfa eléctrica, dispondrii de 4008 mensuales para omprar otrns bienes. Por In tanto, la ordenada en el origen de su restriecidn prosupues- taria es el punto (0, 400), Como muestra la Figura 3.6, por cada uno de los 1.000 prime- ros kwh quia compra, debe renuriciar 20,105, lo que signifies que la pendionte de ow reo triccisn presupuestaria comienza siendo dé—1/10, Cuando se compran més de 1,000 kwh al mes, el precio baja a 0,508 el kwh, lo que significa que Ja pendicnte de su restriccién ., ppesturia 4 partir de ese punto y hacia la derecha es dé —1/20 solamente. a Obsérvese que a lo largo de la restriceién presupuestaria mostrada en la Tigura 3.6, el cos- te de oportunidad de la electricidad depende de cudnta haya comprado ya el consumidor. Con- sremos el caso de una persona que ahora utiliza 1.020 kwh al ines y esta considerand lt po- sibilidad de dejar encendida toda la noche la luz de la entrada, lo que supondria un consumo adicional de 20 kwh al mes. Si deja la luz enceutida, le costaré'1$ mas al mes. Sin embargo, si su nivel habitual de consumo fuera solamente de 980 kwh al mes, el coste de dejar la luz en- condida seria de 25 al mies. Purtiendo de esta diferencia en cuanto al coste de oportunidad de la electricidad adicional, podemos predecir que la gente que ya utiliza una gran cantidad de electticiiad (mids de 1.000 kwh al mes) defard la luz encendida por la noche con mayor pro- babilidad que otras personas. Evercicio 3.5 ‘Suponga que Ampersgé Eleciric Power cobrira 0,05$ el kilovatio: hora por los 1.000 pri- »s-jneros kwh que compra mensualmente un consumidor residencial, pero 0,10$ por cada uno de os kilovatioe hora adicionales. Represente geaficamcnte la restriccién pres uestaria de un consumidor doméstico que tenga una renta menstil de 4008, conside: tando. como bienes la energia elécirica y el bicn compuesto. {Qué ocurre si la tarifa. | sube a 0,108 el kilovatio-hora por todos los kilovatios-hora si ¢l consumo mensual de> cnergia supera los 1.000 kilovativs-hora (eu Cuyo caso la tarifa tnd alta se aplica no solo? ‘810s Kilovatios-hora adicionales sino a todos)? < LUN DESCUENTO BASADO EN LA CANTIDAD CONSUMIDA DA LUGAR. [A UNA RESTRICCION PRESUPUESTARIA NO LINEAL Y(S mensvates) 400 00 200 100 TAL Canta miles dekh al esse MICROECONOMIA Y CONDUCTA 67 SILA RESTRICCION PRESUPUESTARIA NO VARIA, TAMPOCO DEBE VARIAR LA DECISION EJEMPLO 3.2 eee pre rane eS ae pérdida de 20$ en Sane hein eee tna pee Sencar pérdida, ‘Aun sin saber cules son las preferencias del consumidor, podemos utilizar la informacin pre- supuestaria para hacer ciertas deducciones sobre el comportamiento del consumidor racional. ‘Supongamos, por ejemplo, que los gustos del consumidor no varfan con el paso del tiempo y (que se enfrenta exactamente a la misma restricciGn presupuestaria en dos situaciones diferentes. Si es racional, deberd tomar exactamente la misma decisién en ambos casos. Sin embargo, ‘como mostraré claramente el siguiente ejemplo, no siempre es inmediatamente evidente que las restricciones presupuestarias son, de hecho, las mismas. En una ocasién, Gowdy lend el dep6sito de gasolina de su automévil la tarde antes de irse a pescar. Cuando se levant6, descubrié que un ladrén haba robado la gasolina del depésito. que tenfa una capacidad de 21 galones, dejdndole solamente 1. En otra ocasién, planed parar por el camino en una gasolinera a la mafana siguiente antes de ir a pescar. Cuando se levanté des- cubrié que le faltaban 208 de su monedero. Si la gasolina se vende a 1$ el galén y para ir a pescar se consumen 5 galones, qué diferencias debe haber entre las decisiones que tome Gowdy respecto a ir a pescar en los dos casos? (Suponga que, dejando a un lado los castes mo- netarios, la molestia de tener que volver a llenar el depésito es insignificante.) © Suponga que la renta de Gowdy es de MS al mes. Antes de ld pétdida, su featriecién’ presupuestaria era la tinea B, de la Figura 3.7. En los dos casos descritos, su restriccién presupuesiaria cn cl momento en que descubre In pérdida se despluza hacia dentro a B,. Si no hace el viaje, dispone de M — 20 para gastar en otros bienes en amibos casos, Y'si lo have, tieue que comprar la gavolina necesatia a 18 el yalGu en ainbus casos, dependientemente de la causa de ta pérdida, las oportunidades restantes son exacta- mente las mismas. Si Gowdy tiene un reducido presupuesto, quizd decida cancelar ef viaje. En caso contrario, quizé lo haga a pesar de la pérdida. Pero como su testriccién ‘presupuestaria y sus gustos son los mismos en el caso en que pierde dinero que en el ‘caso-en que le roban gasolina, no serfa racional que hiciera el viaje en un-caso y no en © eb otro, é Ohsérvese «qe la situacién descrita en el Bjemplo 3.2 tiene la misma estructura que la des- crita en el ejemplo del CD roto con el que iniciamos este capitulo. También se trata de una si- tuacién en la que la decisién debe ser la misma en ambos casos, ya que lo son la restriccién pre- supuestaria y las preferencias. LAS RESTRICCIONES PRESUPUESTARIAS DEL ROUO DE CASOLINA. YY DEA PERDIDA DE DINERO ¥i8 mensuates) mM M-20 Gasolina (tras mensuales) ° 20M CAPITULO 3: LA ELECCION RACIONAL DEL CONSUMIDOR Aunque el modelo de la eleccién racional indica claramente que las decisiones deben ser las. ‘mismas si lo son las restricciones presupuestarias y las preferencias, a veces elegimos de manera distinta. La dificultad se halla a menudo en que la forma en que se describen las diferentes si- tuaciones nos lleva en ocasiones a pasar por alto algunas de las similitudes esenciales que exis- ten entre ellas. Por ejemplo, en el Ejemplo 3.2, muchas personas llegan erréneamente a la con- clusién de que el coste de hacer el viaje es mayor en el caso del robo de gasolina que en el de la pérdida de dinero, por lo que es menos probable que hagan el viaje en el primer caso. Del mis- ‘mo modo, muchas personas se sentfan menos inclinadas a comprar el CD después de haberse roto el primero que después de haber perdido 10S dehido a que pensahan errineamente que el CD costaba més en el primer caso. Sin embargo, como hemos visto, la cantidad que se ahorra ‘no comprando el CD o no haciendo el viaje es exactamente la misma en todas las situaciones. Recapitulando, la restricciGn presupuestaria 0 conjunto de oportunidades resume las com- binaciones de cestas que puede comprar el consumidor. Su posici6n depende tanto de la renta ‘como de los precios. La tarea del consumidor consiste en elegir del conjunto de cestas viables ‘quella que més le guste. Para identificarla, se necesita algtin instrumento que permita resumi las preferencias del consumidor respecto a todas las cestas posibles de consumo; ésta es la tarea ‘que pasamos a realizar a continuacién, Las preferencias del consumidor Ordenacién de las preferencias Sistema que permite al consumidor ordenar todas las vests posibles de funcion de sus referencias Supongamos de nuevo, para faclitar la exposicién, que el mundo esté formado por dos bienes solamente: alojamiento y alimentos. Una ordenacion de las preferencias es un sistema que permite al consumidor ordenar las diferentes cestas de bienes en funcidn de su atractivo o de sus referencias. Consideremos dos cestas, la 4 y la B. Supongamos, para ser més concretos, que la A contiene 4 metros cuadrados semanales de alojamiento y 2 kilos semanales de alimentos y 1a B, 3 metros cuadrados semanales de alojamiento y 3 kilos semanales de alimentos. Si no ‘conocemios las preferencias del consumidor, no podemios saber qué cestas preferird. A tiene una mayor cantidad de alojamiento que B, pero una cantidad menor de alimentos. Una persona que ‘pase mucho tiempo en casa probablemente elegiré A, mientras que una persona que tenga un ré- ido metabolismo probablemente elegiré B. En general. puede decirse que dadas dos cestas cualesquiera, el consumidor puede hacer una de las tres siguientes afirmaciones: (1) prefiere la A a la B; (2) prefiere la B a la A; 0 (3) prefiere por ignal Ia A y la B. La ordenacién de Ins preferencias le permite clasificar las diferentes ces- tas, pero no hacer afirmaciones cuantitativas més precisas sobre su atractivo relativo. Asf, por ‘ejemplo, el consumidor puede decir que prefiere la A a la B, pero no que la A reporta el doble de satisfacci6n que la B. La ordenacién de las preferencias suele variar mucho de un consumidor a otro. A una persona puede gustarle Rachmaninoff y a otra los Rolling Stones. Sin embargo, a pesar de estas diferencias, la mayoria de Ins ordenaciones de las preferencias tiencn cn comiin algunos rasgos importantes ‘Més concretamente, los economistas suponen, por lo general, que tienen cuatro sencillas propie~ dades. Estas propicdades nos permitirén construir la representacién analitica concisa de las prefe- rencias que necesitamos para resolver el problema de la asignacidn del presupuesto. 1. Completitud. Una ordenacién de las preferencias es completa si permite al consumidor ‘ordenar todas las combinaciones posibles de bienes y servicios. Este supuesto, si se toma en su sentido literal, casi siempre es falso, pues hay muchos bienes de los que sabemos poco para eva~ luarlos con precisién. No obstante, se tata Ue un Glil supuesto simplificador para analizar las elecciones entre cestas de bienes con los que los consumidores estan familiarizados. Su verda- Gero objetivo es excluir casos como el que se cuenta en la tabula del asno de Buridsn, El ham- briendo animal fue incapaz de elegir entre dos montones de heno y se murié de hambre. MICROECONOMIA Y CONDUCTA. 69 2, Cuanto més, mejor. Esta propiedad significa simplemente que, manteniéndose todo lo demds constante, se prefiere una mayor cantidad de un bien a una menor. Naturalmente, cabe imaginar ejemplos en los que una mayor cantidad de tina cosa empeora nuestra situacién en Iu gar de mejorarla (es el caso de una persona que haya comido demasiado). Pero en estos casos normalmente hay algiin tipo de dificultad préctica, por ejemplo, un problema de aulocuutrol 0 de incapacidad para guardar un bien y utilizarlo en el futuro. En la medida en que los individuos uedan deshacerse dle los bienes que no quieran, la poscsién de una mayur cantidad de una cosa no puede empeorar su situacién. Consirleremos, como ejemplo de la aplicacién de este supucsty, ul Caso de ds cestas, 1a A, ue tiene 12 metros cuadrados semanales de alojamiento y 10 kilos semanales de alimentos, y In B, que tiene 12 metros cuadrados semanales ue alujamiento y 11 kilos semanales de ali. mentos. El supuesto nos dice que se prefiere la cesta B ala A ya que tiene una mayor cantidad de alimentos y no una menor de alojamicnto. 3. Transitividad. Si a una persona le gustan mis los bistecs que las hamburguesas y mas las hamburguesas que los perritos calientes, probablemente le gustarin mds los bistecs que los. perritos calicntes, Cuando afirmamos que la ordenacién de las preferencias de un consumidor €s transitiva, queremos decir que, dadas tres cestas cualesquiera, la A, la B y la C. si prefiere la 4 ala B y la B ala C, siempre preteriré a A a la C. Supongamos, por ejemplo, que A es (4, 2), B es (3, 3) y Ces (2,4). Si el consumidor prefiere (4, 2) a (3, 3) y prefiere (3, 3) a (2.4), Uebe preferir (4, 2) a (2, 4), Por lo tanto, se supone que la relacién entre las preferencias es Como la relacion utilizada para comparar la estatura de las personas. Si O'Neal es mas alto que Pippen y Pippen es més alto que Bogues, sabemos que O’Neal debe ser més alto que Bogu No todas las relaciones comparativas son transitivas. Por ejemplo, la relacidn entre herma. ‘nastros no lo es. Yo tengo una hermanastra que, a su vez, tiene tres hermanastras, Pero sus her. ‘manastras no son hermanastras mias. Tampoco existe transitividad en la relacién entre las -is G3) El segundo miembro de la ecuacién 3.3 representa el coste de oportunidad del alojamiento cen funcidn de los alimentos. Asf, si Py = 5$ el metro cuadrado y P, = 10S el kilo, el coste de oportunidad de un metra cuadrado adicional de alajamiento es 1/? kilo de alimentos, FI primer miembro de la ecuacin 3.3 es |AA/AVI, el valor absoluto de la pendiente de la curva de indife- rencia en el punto de tangencia. Es la cantidad de alimentos adicionales que debe recibir el con- sumidor para compensarlo enteramente por la pérdida de 1 metro cuadrado de alojamiento. En el lenguaje del anslisis coste-beneficio examinado en el Capitulo 1, la pendiente de la restr cin presupuestaria representa el coste de oportunidad del alojamiento en funcién de los ali- ‘mentos, mientras que In pendiente de la curva de indifereneia representa los beneficios del con sumo de alojamiento en comparacién con el consumo de alimentos, Dado que la pendiente de la restriccién presupuestaria es de —1/2 en este ejemplo, la condicién de tangencia nos dice que se necesitaria 1/2 kilo de alimentos para compensar al consumidor por los beneficios a Jos que renuncia con la pérdida de 1 metro cuadrado de alojarniento. Si el consumidor se encontrara en una cesta en la que la pendiente de fa recta presupuesta- ria no fuera igual ala de la curva de indiferencia, siempre podria comprar una cesta mejor. Para ‘ver por qué, supongamos que se encontrara en un punto en el que la pendiente de la curva de in- diferencia (en valor absoluto) fuera menor que la pendiente de la restriccion presupuestaria, por ejemplo, el punto E de la Figura 3.15. Supongamos, por ejemplo, que la RMS correspondiente 2 E fuera 1/4 solamente. Eso significa que podriamos compensar al consumidor por la pérdida de I metro cuadrado de alojamiento con 1/4 kilo de alimentos. Pero la pendiente de la restric- MICROECONOMIA Y CONDUCTA 7 cin presupuestaria nos dice que renunciando a 1 metro cuadrado de alojamiento puede comprar 1/2 kilo adicional de alimentos. Dado que esta cantidad es 1/4 kilo més de lo que necesita para estar igual de satisfecho, su bienestar mejorarfa claramente si comprara més alimentos y menos alojamiento que en el punto E. El coste de oportunidad de un kilo adicional de alimentos es me- nor que el beneficio que report, EJERCICIO 3.6 ‘Supongamos que la reluci6n marginal de sustiucién correspondiente al punto’A de Ta Fis ** {gura 3.15 es 1,0. Mestre que eso sighifica que el consumidor disfrataré de un mayor bie~ ° nestar si compra menos alimentos y mds alojamiento que en A. SOLUCIONES DE ESQUINA Solucion de entre dos bienes, caso en el ‘que el consumidor ‘no consume uno de ellos. FIGURA 3.16 Cuando fa RMS del alojamiento por La mejor cesta asequible no tiene por qué encontrarse siempre en un punto de tangencia. En al- gunos casos, puede ocurrir simplemente que no haya ningun punto de tangencia, es decir, 1a RMS puede ser en todos los puntos mayor o menor que la pendiente de la restriccién presu- puestaria. En este caso, obtenemos una solucién de esquina, como la que muestra la Figu- ra 3.16, en la cual M, P, y P,, son, de nuevo, 100$ semanales, 10S el kilo y 5S el metro cuadra~ do, respectivamente. La mejor cesta asequible es la A, que se encuentra en el extremo superior de la restriccién presupuestaria, En A, la RMS es menor que el valor absoluto de la pendiente de la restriccién presupuestaria. Supongamos, a titulo de ejemplo, que la RMS correspondiente a Aces 0,25, lo que significa que este consumidor estarfa dispuesto a renunciar a 0,25 kilos de ali- ‘mentos para obtener un metro cuadrado adicional de alojamiento. Pero a los precios de mer- cado, el coste de oportunidad de un metro cuadrado adicional de alojamiento es 0,5 kilos de ali- ‘mentos. Aumenta su satisfacci6n si continiia renunciando a alojamiento a cambio de més alimentos, hasta que no sea posible hacerlo. Incluso aunque este consumidor considere que el alojamiento es un bien atractivo, lo mejor que puede hacer es gastar toda su renta en alimentos. [Los precios de mercado son tales que tendria que renunciar a demasiados alimentos para que ‘mereciera la pena comprar incluso una sola unidad de alojamiento. Fl mapa de curvas de indiferencia que muestra la Figura 3.16 satisface esta propiedad de la relacién marginal de sustitucién decreciente, es decir, a medida que nos desplazamos hacia la derecha a lo largo de una curva de indiferencia, Ia pendiente es menor en términos absolutas, Pero como las pendientes de las curvas de indiferencia comienzan siendo menores que la pen- diente de la restricci6n presupuestaria, nunca llegan a ser iguales. LUNA SOLUCION DE ESQUINA Alimentos kilos semanales) Alimentos siempre es ——— La mejor de las cestas posibles ‘menor que la pendent de la resticcion presupuestaria. lo mejor que puede hacer el consumidor fs pasar toda su rena en alimentos. rote Alojamiento (metros ‘cuadrados semanales) 78 EjeMPLo 3.3 FicuRA 317 Eneste cao, a RMS tea Coon Cola por Joites en odor to Punto. Sempre que Bi Cotinte oe precio P/Pees menor que 8 se produce una Solucién de esquina nia quel consumidr slo compra ot En a sesmicion presupuestaria 8, fomeior ave pucde hacer ees Comprar ia cesta A. CAPITULO 3: LA ELECCION RACIONAL DEL CONSUMIDOR Las curvas de indiferencia que no son estrictamente convexas son caracteristicas de los bie- nes que pueden sustituirse facilmente unos por otros. Las soluciones de esquina suelen produ- cirse con mayor prohahilidad en el caso de estos bienes y, de hecho, es casi seguro que Se pro- duzcan cuando los bienes son sustitutivos perfectos. En ese caso, la RMS no disminuye en absoluto sino que es a misma en todos los puntos. En el caso de los sustitutivos perfectos, las curvas de indiferencia son lineas rectas. Si fueran més inclinadas que la restriccién presupues- taria, obtendriamos una solucién de esquina situada en el eje de abscisas; si fueran menos in clinadas, obtendriamos una solucién de esquina situada en el eje de ordenadas Consideremos el caso de Mattingly, consumidor de bebidas de cola con cafeina. Gasta en Coca- Cola y Jott do ef presupuesto que tiene dedicudo a bebidus refiescantes y que sélo le interesa et contenido total de cafeina de lo que bebe. Si Jolt tiene el doble de cafetna que Coca-Cola y si Jolt ‘cuesta 18 la botella y Coca-Cola 0,758, ccdmo gasturd su presupuesto de 15$ semanales?

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