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CAPITULO III Mujeres con discapacidad La suma de dos obstaculos Por William John Hana Departamento de Desarrollo Familiar y Comunitario, Universidad de Maryland y Betsy Rocovsky Universidad Gallaudet, Washington, DC Resumen En los EE.UU. las mujeres con discapacidades tienen una menor participacién en las relaciones sociales, las instituciones educativas y la fuerza laboral de la que se esperaria sobre la base de las desigualdades entre hombre y mujer y entre hombres on y sin discapacidades. I aislamiento resultante parece estar relacionado con nor- mas atributivas, afectivas y de atraccién del sistema sociocultural estadounidense al igual que con componentes relacionados con la imagen propia y la eleccién del papel que desempefian de acuerdo al concepto que las mujeres tienen de si mismras. En este estudio se considera esqueméticamente que la participacién, el sistema socio- cultural y los conceptos propios sobre uno mismo son elementos de un triangulo de causalidad circular. Introduccion Ahora soy una mujer con discapacidad. Van dos strikes. ; Significa que casi estoy eliminada? Debes encontrar las partes aptas de la mujer con discapacidad" Hace algunos afios nos encontrébamos hablando de manera casual sobre la situacén en que viven las mujeres con incapacidades fisicas de farga duracién. La conversacién nos Ilevé a buscar literatura sobre el tema pero, para nuestra sorpresa, una gran parte del material académico o popular sobre discapacidad no diferenciaba entre hombres y mujeres; es mas, la mayoria de esos textos se basaba en estudios sobre hombres. Sin embargo, aplicando nuestras observa- clories personales, nos parecia que habia diferencias entre hombres y mujeres " Las citas corresponden a la trascripcién de entrevistas que los autores hicieron a mueres con. Aiscapacidad, © Eviciones Morata, S.L, _ Superar las barreras de lad tapi Jo, si bien notabamos mayor can con discapacidad. A mod oe les ‘en ambitos puiblicos, sabiamos wen hombres con ised 5 visleres con discapacidad. Por €sa azn, deg al menos— i fundidad mos exoloar este tema con Mav" TT 9 milones de Mujeres eStadounite Descubrimos que, 2rrrales, aucitivas, motoras y fisicas en general espe, ses con incapacidades (ergs politicos como académicos. En los EE Wy taron escaso interés (ar én a las politicas relacionadas con la discapacidad ¢g comenzé 2 Joc ca ae ultado de la Fair Housing Act de 1988 (Ley de viens manatee eramercans win Disabilies Act de 1290 (ADA) (Ley de estado lust) oe riscapacidades). Hasta la década de los ochenta no comenzatana dn empon alguna regulartdad, textes — tanto académicos como poputes~ aparece cogs con dscapacidad. A pesar de diversas publcaciones academies recientes (FINE y ASCH, 1988; DEEGAN y BROOKS. 1985, por ejemplo) y de arto. were oure ebservacion partcipante (como Saxton y Howe, 1967, Brine y tog Bo). la evaluacion de 1984 de ELLIEN sostione, on lineas generales, qu, soe ee dlentice ni explor6 la mayoria de las necesidades de las mujeres car» discapacidad...” (1983-1984, pag. 10). 7 Asi decidimos acometer un programa de investigacion. El primer punto de nuestra agenda era determinar la verdadera proporcion en que era diferentela situacion de hombres y mujeres con discapacidad. Po: supuesto, esta cuestén puede abordarse de distintas maneras; nuestra eleccién fue enfocarnos en ss Darticipacién en el sistema socioeconomico. Es evidente que la mujer esté mas 2£aislada que el hombre de la sociedad en general. Las explicaciones de nuestas _ candidatas partieron de dos abservaciones personales mas: las opiniones pine: ” pamente egatwvas © poco halagiiefias que las personas suelen expresar con concepto de si micros ly las personas en generat) con discapacidad y el bale soncepto ge si seas =e parecer, aceptado de manera pasiva— que tenet parce iat muleres. N juestra investigacion sugiere que el bajo promisand Barifpaién de las mujeres con cscapacidad on la sociedad esta reasons si mismas que tienen las ‘ng ‘general (y, en consecuencia, con el concept carne sicae ae, GS MuleO®). Nuocta poblacon do faforenca tere es ftomas 3) con maja aa eon muieres, 2) tienen una discapacidad 1872) mutter darapada capacidad, es deci, la combinacion ene * marca incluyen iapartcpasoe estes tiene la forma de un triangulo en el que = los otros, los sost Gna representacién esi los ot ert s ot08 dos mediante f la Foun lechas de dos senti © scenes Monts 60 a mueres con discapacidad 83 Sistema sociocultural Participacién ~«—_______,. Concepto de si mismo Figura 3.1. Métodos Seguimos el siguiente procedimiento, Primero, para la cuestin de la participa- cicn, recurrimos a muestreos de dos encuestas estadounidenses en el ambito naci -rd. En segundo lugar, nos ocupamos del sistema sociocultural y del concepto de si mismas que tienen las mujeres con discapacidad mediante una serie de entrevistas, exnaustivas y cuestionarios de encuestas realizadas especialmente para este fin Para analizar la cuestion de la participacién recurrimos a una encuesta espe- cial del Departamento de Censos estadounidense de 1984 en la que se incluyo una serie.de preguntas —un médulo para ser mas precisos— sobre salud y dis- cépacidad, y a una encuesta que la consultora Louis Harris and Associates {actualmente, Harris Interactive Inc.) realizé en 1986 entre estadounidenses con discapacidad. El estudio de! Departamento de Censos incluia 18.733 personas, de las que 1.748 eran mujeres con algun tipo de limitacién duradera, mientras, que Hanis entreviste a 1.000 personas, entre las que habla 553 mujeres. Nos enfocamos especialmente en las respuestas de las personas de entre 40 y.49 afios de edad, ya que las de esta franja de edad sufren menos los efectos =aspécificos de uno de los géneros— del parto y la longevidad. Debe notarse - que la relacién entre clase social y discapacidad esta especialmente marcada en las personas de mediana edad (Hevwan y cols., 1990, pag. 169). Las cifras para nuestra categoria de estudio son: en la encuesta del Departamento de Censos, ” 1.877 personas de las que 219 son mujeres con discapacidades, y en la encues- ta sobre discapacidad de Haris, 126 entre las que hay 61 mujeres. Sobre la base de los datos del Departamento de Censos comparamos a las mujeres que tienen discapacidad con las otras tres combinaciones entre género y discapacidad: hombres sin discapacidad, mujeres sin discapacidad y hombres con discapacidad. Para evaluar si el género y la discapacidad son los Unicos y totales responsables de la situacién en que se encuentran las mujeres con disca- pacidad, calculamos una cifra estimada de éstas. Para obtener ese nimero, pri- mero evaluamos el factor género al calcular la proporcion de mujeres y hombres, tomando como base Unicamente los datos de personas que no tienen discapaci- dad; en segundo lugar, establecimos el promedio de discapacidad al calcular la Proporcién de personas con y sin discapacidad basados en los datos sobre hom- bres, Partimos de la suposicién de que si las cifras reales para mujeres con dis- cagacidad son menores que las cifras estimadas (es decir, tienen menos partici- Pasién en el total), las cuestiones de género y discapacidad no explican por completo la diferencia entre la cifra real y la estimada y, por lo tanto, este punto dede analizarse con mayor profundidad. : Para conocer las actitudes individuales y comunitarias nos basamos princi- Palmente en los estudios sobre accesibilidad que realizamos en el condado de © Eviciones Morata, S. L Superar las Bareras a ga, i ificas * i 30 entrevistas especiticas con Maryland, que incluyer snicas Con proveedores (ey Mon apes 02 entrev'® ntre una y dos horas de duragig 8, i .s de entre U ve apagorie de 40 entreViSie” Ve rasiden on la Zona metropojtan, (| toate. mujeres 2 ror de manera vourtaria para os in art DC y que St Ags, algun tipo de educacion 10 que neg doles cuales tiene, al mer snujeros con historias diferentes) 2 estudios bag mitié estar en contact de asociaciones libres (181) y ap rt ci anes (139) a ane ut ealzades foros estudiantes de grado de la Universidad gg ye discapacidad F« nd (HANNA, 1986). ccubrimos son estadisticamente impor, unos de os contrasts ce bargo, la dlteccion de los resuitaaoe tes-miontras que O'S " esiona es ol patron general, el que también nos par, /Roherente. Lo gue Ait acion en que se encuentran las mujeres con discapacideg ( ce-ugorente de “apa de nuestro trabajo concedirmos Mayor importancia a eg Dado que & Sales, no pademos tomar en consideracién las variaciones induds. “) patrones gereraibe puede haber sobre la base de factores tales como grad y [eee ea incapacidad, clase social, pertenencia a distintos grupos eins ( y orientacién sexual. i Washington Participacién socioecondmica Claramente, la mayoria de las mujeres con discapacidad no tienen una pati- cipacién completa o igualitaria en la sociedad estadounidense. Saxton y Howe » (1987, pag. 2) mencionan al “aislamiento” como uno ce los aspectos graves dela “opresion que causa la discapacidad”. En esta seccidn revisaremos parté dé los datos contenidos en las encuestas. * Relaciones sociales. Las Mujeres con discapacidad parecen estar relat vartente”alsladas eft Varios i me niveles del sistema social. Esto puede deberse, en Parte, @ que las otras personas las evitan y posiblemente sea un reflejo de.una tendencia generalizada entre las je n mujeres con prot artase ‘mas que los hombres. Morris (1989, pa |. bscriid. A menu pusd estuvo casa elan que la ca alguna vez. Los datos del Departamen! ‘Con mas Probabilidades de Mujeres con disca 0 pacidad constituyen la cated le Sr, tScapacidad: 4 94. muycrer™AMEC8r solteras, Estas son las cifras: hombres al A 2%: mujeres con dicen" “lscapacidad: 3 %4 hombres con discapac” Tamas a ited de acta er Cae! 7 % (@l porcentaje estimado era el 3° Ge las mujeres soteran”, Sudetentemente, Hanis informa que Cer SU disc Soltera: eeetidad consttuia un, ediee 2098 én su muestreo consideraba lent “as Si analizam, ‘aun 108 ahor i on ne a a a 0 pare % sal © @ quienes enviudars rualas Personas gue ooh Posibilidades ge cae °S otro indicador de alslamiento, Las mujeres © ones toa 5 1 jjares con discapacidad Mui 55 discapacidad tienen mas posibilidades de estar divorciadas, separadas 0 casa- das sin vivit bajo e| mismo techo que las personas de los ‘grupos con los que se las compara. as otras son las siguientes: hombres sin discapacidad, 12 %; mu- jeres sin dCapagidlad, 15 %: hombres con discapacidad, 11 %; mujeres con dis- capacid t Yo" (el Porcentaje estimado: 14 %). Entonces, de acuerdo a esta informacion, las mujeres con discapacidad tienen menos probabilidad de casarse ymas de que Su matrimonio se termine que de los otros grupos. Una gran variedad de otras pruebas fundamenta esta imagen de mayor ais- lamiento social. Por ejemplo, las mujeres con discapacidad tienen menos proba- titidad de ‘ser madres y de tener relaciones intimas. Resulta interesante notar’ ” que, en repetidas ocasiones, se encontré que el matrimonio y otros vinculos %' ef sociales se asocian con la buena salud. Por Io tanto, la discapacidad puede llevar alaislamiento, pero el aislamiento también puede contribuir a la discapacidad. Elaislamiento social se ve reforzado por la falta de movilidad espacial debido ala incapacidad en si misma, a las deficiencias del sistema de transporte puiblico que tamtién son un impedimento— ya la falta de fondos para sortear las barre- ras del trarsporte privado. Obviamente este problema pone a prueba a las per- sonas con incapacidades motoras, pero éste es un desafio de iguales proporcio- nes para quienes tienen otro tipo de discapacidad. Educacion. Los datos sobre rendimiento académico revelan que las personas con una discapacidad se enfrentan con severos impedimentos creados por las instituciones educativas. Entre los hombres sin discapacidad, sdlo el 16 % no ter- mind la escuela secundaria y el 47 % asistié a instituciones de educacion supe- fior por algiin periodo. Para las mujeres sin discapacidad, los valores son el 18 y el 38 % respectivamente. Sin embargo, en el grupo de hombres con discapaci- dad, el 33 % no termind la escuela secundaria y solo el 34 % asistid a institucio- nes de educacion superior, mientras que en el caso de las mujeres con discapa- cidad las cifras son ei 42 y ei 25 % respectivamente. Los valores esperados para mujeres con discapacidad eran ¢! 37 y el 28 %, lo que sugiere una vez mas que, por s{ solos, el género y la discapacidad no explican por completo la situacién en ‘que se encuentran las mujeres con discapacidad. Estas estadisticas tienen que ver con los afios de educacién formal y no reve- lan, ni por somo, las diferencias (o recompensas) en las experiencias educativas debide a les necesidades especiales y a los desatfos con que se enfrentan las personas con discapacidad en combinacién con la discriminacién que practican algunas instituciones educetivas. Un analisis adecuado del impacto de la educa- Giri en las mujeres con discapacidad deberfa comparar los contenidos de la edu- cacion oftesida a los hombres y mujeres con y sin discapacidad. Aqui, sélo pode- mos sugerir que existen diferencias que pueden llegar a tener uf fuerte impacto on los conocimientos, las habilidades y la autoestima, Un ejemplo: la edueacion sexual os oo vital importancia para las mujeres con discapacidad y deberia incluir informacion sobre lx sexualidad en relacidn con la discapacidad. Sin embargo, No siempre se incluye a los estudiantes de niveles de educaci6” especial en las coax. e8 de higisne (HANNA ForD, 1985, pag. 78) y educacion sexual, y los materiales ue se presentan en las clases rara vez incluyen informacion sobre discapacidad* (Eten, 1933-1984, pag. 10). ye “ © Ediciones Morata, 6. oe . ye ‘Superar las barreras dela discapacideg ar EPS an aap Fuerza laboral Los contrastes antes mencionados se ven reforzados por la % iene al examinar los datos del sector laboral. La encuesta ee aranto de Censos revela que las mujores con discapacidad entre 40 y 49 afios de edad tienen una participacién en la fuerza laboral menior que la esti. mada, Entre las personas sin discapacidad, un 91 % de los hombres tenia em. pleo en comparacién con el 65 % de las mujeres. En cuanto a las personas con discapacidad, los valores son 73 y 43 % respectivamente (cuando el porcentaje esperado era el 52 %). La desigualdad tanto en cuanto al género como a la dis- capacidad se observa alin mas en un analisis sobre empleo a tiempo completo ‘Aqui, las cifras son: para los hombres sin discapacidad, 88 %; para mujeres sin discapacidad, 49 %; hombres con discapacidad, 69 % y mujeres con discapaci- dad, 33 % (cuando se esperaba un 38 %). La educacién no logra salvar la brecha laboral. En todos los niveles de educacién, incluido el mas alto, descubrimos que las tasas de participacion de las mujeres con discapacidad son inesperada- mente bajas. Los hombres con discapacidad tienen, desde el comienzo, algunas ventajas programaticas (e incluso nacionalistas). Las campafas de “contrata un veterano” pueden ayudar a los veteranos de guerra y a otros hombres con discapacidad, pero no es probable que ayuden a las mujeres con discapacidad (aun cuando algunas de ellas también son veteranas de guerra). Por otra parte, las discapa dades de origen laboral (que son mas comunes entre los hombres) aumentan las posibilidades de una rehabilitacién satisfactoria y de volver a obtener un empleo (véase ALtuaw, 1985) Muchos factores relacionados con la incapacidad tienen un impacto en el empleo} Por ejemplo, algunos empresarios no quieren tener trabajadores con dis- capacidad debido a los costes tangibles (por ejemplo, los de construir rampas de acceso) y a los simbdlicos (por ejemplo, pensar que “mujer con discapacidad* equivale a “negocio con discapacidad’). Ademds, los empresarios pueden no comprender una incapacidad y, por lo tanto, exagerar o ver erroreamente su impacto en el desempeno del trabajador. No resulta sorprendente que las diferencias en ta cuestién del empleo se yean reflejadas en los ingresos. Para las personas de entre 40 y 49 afios, el ingre- a.» S2.mensual promedio de los hombres sin discapacidad es de 2.330 délares: el de elas mujeres sin discapacidad, de 1.744 dolares. En cuanto a las personas con dis. __ Gahacidad, las cittas son: 843 délares para los hombres y 578 para las mujeres » (la cifra estimada era de 631 dolares). Cuando se analiza tnicamente a los ta, bajadores a tiempo completo se encuentra un patron similar Sistema sociocultural {Qué sucede? {Por qué es tan baja la Con discapacidad en comparacién con las © Exdciones Morata,S,. 7 it 1 ae eae Gatclpo mucho de la vida social en el campus. Fi ore ee Be Aue 2 Precis pa legal ceivo de estudartes, on gener tg que hay al mence monte agotader”. Muchas celacones interper- igemandan tiempo y energia-adicionales, 'sona con limitaciones fisicas también Los factores = socjooullurales también ‘son importantes. Saxton y Howe (1987, pag. 2) observaron: no es Rosible Separar los hechos objetivos, la realidad oti Bare de conv con una discapacidad de es obstécucs culturalesy sociales con 05. Gue oo ‘Capacidad deben enfrentarse, como la discrimi- coon abierta es *n los Ambitos laboral y educative”. Nuestro enfoque iu, entonees, es en 108 factores sociocutturales. Sugerimos que tres aspectos del sistema sociocultural reinante son de e: cial mportancia para comprender la situacién en que se encuentran las mui e ffs oon discapacidad: el sexis 0, la discriminacion contra personas con discay nae edad (ABcapaciismc) y un lercer factor (6 “factor acicionat’) que parece estar Fepocialmente relacionado con las mujeres con discapacidad. Creemos que estos tres factores afectan la particiaacion en los ambientes social, laboral y educativo que, a su Vez, Se ven afectados por los bajos niveles de participacién en esos ~ ambitos. ia consecuencia de estos factores es el estigma (Gorrway, 1963), ese “tipo de calegorizacion social especial e insidioso” (Coteman 1986, pag. 219) que con- leva un “estatus devaluado” (BeckeR y Aano.o, 1986, pag. 49). Por supuesto, el tiga moldea el comportamiento de las personas estigmatizadas y no estig- saivades y aporta a cada una de ellas una razén para evitar a la otra Las mujeres en los EE.UU. (y en cualquier otro pais) tienen un estatus deva- \uado, y lo mismo sucede con las personas que tienen discapacidades fisicas. De hecho, existen similitudes entre ambos grupos. Como esoribieron Saxton y HOWE (1987, pao. xi): "hay muchos paralelismos entre la opresién de las mujeres y la spats personas con discapac iad. Las demas personas von a estos grupos como pasivos, dependientes e infariles; se minimizan sus habilidades y se subestiman <.gus contribuciones a la sociedad’. Nuestras encuestas entre estudiantes univer- siarios revelan claramente que, en general, se ve a las mujeres con discapacidad \ Ge manera negativa, como pasivas y socialmente aistad: jas, por ejemplo. Se las considera enfermizas y débiles, viejas y tristes, estériles y asexuadas. Las com~ paraciones de este grupo con mujeres sin discapacidad y hombres con discapa- cided arrojan resultados dramaticos. Para analizar por qué aparentemente se estigmatiza mas a las mujeres que a los hombres con discapacidad —incluso a niveles mayores que los que podria- mos predecir sobre la base del sexismo y de la discriminacién relactonada con la wtiscapacidad— recurrimos al ‘factor adicional’ que se encuentra en. la combina- cin de mujer y discapacidad. Sugerimos que aqui pueden estar involucradog Ia Inadecuacion social de la causa de la discapacidad, el culdado atento de fas personas con incapacidad y la belleza robada. a Atbucién de la discapacicad. Cuando se analiza una discapacidad es nova! {ue el observador se pregunie cual fue su causa. Claramente, [a perspectiva del mpi ae que vel coste de haber pecado se pagaba con [a enfermedad y la Muerse(funnen, 1985, pag. 279) influye aun en nuestros propios Puntos de vise © Ediciones Morale 5b. Superar las barreras rn rr en el momento de asignar una cay. suele pape un tone nerencias enlaatribucion de causas segin cidad y, adore gisponemos sugiere que los observadores tien. el género. La evidencia de aus Ce oe nombres a factores coyunturales exter. gen a aru babe que las atribuciones de las discapacidades nos a maeres Se enfoquen en la propia persona. Es posible que haya una rela. Oe as rulers patron y la teorfa de que ol “mundo es justo”, es decir, que algy- cin earsonas (especialmente las mujeres?) obtienen lo que merecen (véase aE te esudio solicitamos a 130 estudiantes de grado que proporcionaran una expeacion ala causa por la que un hombre imaginaro de 4 aos uliza Ba una sila de ruedas. Muchas de las respuestastuvieron relacin con herdas de guerra y, en algunas ocasiones, se menciond al trabajo. En aquellos casos en gue oe relacond la dseapaciéad con un accdente so 120 de manera generale con accidentes automovilisticos o dep: a Vonadas con lo militar 0 lo laboral para une mujer de una edad Sihlany sso uno meneiono un accidento depo (Las hombres ments A ai nes que las mujeres. . oo aoe Sas mujows que usaban silae de ruedas se dio una explicacién de manera mucho mas usual que en el caso de los hombres en la misma situacién: Ia enfermedad, Esto es especialmente importante porque algunas enfermedades son cofitagiosas y se asocia el grado de contagiosidad con reacciones negativas y comportamiento retraido (SaFitios-ROTHscHiLD, 1970; SonTAc, 1978). En cuan- to a los accidentes, se hizo referencia principalmente a accdentes generales y automovilisticos. Pero, en contraste con las causas que se dieron para los hom- bres, una importante cantidad de encuestados mencioné accidentes aparente- mente ocasionados por descuido (por ejemplo, “caer por las escaleras") como causa para la discapacidad de las mujeres. ta. En general, sa ala discapa Cuidado atento. Un componente del sexismo en la sociedad estadounidense es que se espera que la mujer sea quien se ocupe de prodigar cuidados mientras los hombres hacen el “trabajo” (término que, implicitamente, se reiiere a trabajo | remunerado fuera del hogar). En otras palabras, las mujeras nutren (son, por | ejemplo, “madre”, “esposa’” y “pareja sexual’). Estos son ios riismos papeles que DurFy (1981;pag. 135) identifica como los que, seguin sus encuestadas con dis- capacidad, las hacen “sentir mas femeninas’’. zCuéles son las expectativas y la imagen que la sociedad tiene con respecto a una mujer con discapacidad? Con expresién triste, una de nuestras participan- {es dijo: “a las mujeres discapacitadas se las ve como nifios”. Otra mujer hablo de una imagen de ancianidad. Es decir, a las mujeres con discapacidad se las obser- va como dependientes y necesitadas de cuidados; ellas mismas no pueden ser Culdadoras. Browne y cols. (1985, pag. 13) escrihio: “So Gencia y ef infantlismo conforman la totalidad de nuestra exisoncia’ (ence om bien Hanaroen. toes, stra exisiencia”. (Véase tam- In el . a lesen denen "2 Gseriminacién @s que muchas personas tratan ma situacion— como si fueran incapaces ae « crindspenaasrambres en su mis: incluso los padres hablan de su hija ooagcndependientes. En ocasiones, "18 con discapacidad come si ella no estuviera © EEciciones Morata, St, yes con dscepacided Ne 8 te 0 no fuera lo suficie er tenes ntemente responsable como para participar en la Nuestro endl las asociac soon ecouee et es eau ae ee, jones discriminatorias permanecen fuertes en los EEUU. En nuvsto estudio, solictamos a cada estudiante que escribiera tres asociaciones verbales relacio. nadas con “mujer con discapacidad” y, antes o después, con “mujer” (ademas de con respecto a otros Conceptos). El contraste entre las respuestas es muy mar- ado. Entre les asociaciones que surgieron en toro a “mujer” se encuentran la sexualidad (por ejemplo: suave, adorable, orgasmo), el trabajo (por ejemplo: inte- jigente, ider, carrera) 0 los papeles de madre y esposa (casa madre, embara. zada). Pero en el caso de “mujer con discapacidad” ese tipo de asociaciones fue muy infrecuente. En cambio, estas mujeres levaron a los encuestados a hacer asociaciones como “vieja” 0 “débil”. Analicemos con mayor profundi ciones relacionadas con el cuidado del otro. Yor profundidad es fan . Ser madre. “Si una mujer no puede tener hijos —dj . 16580 la hace menos mujer. El papel de macre“es cena en fa ida de as mujeres" (THOMPSON, 1988, pag. 4); implica un reconocimiento social positivo y es uno de los pocos papeles que estan al aleance de las mujeres pobres y jévenes. En nuestras entrevistas con mujeres con discapacidad oimos repetidas veces que los médicos, los padres y otras personas les dijeron que no debian quedarse embarazadas. A algunas incluso les recomendaron que se sometieran a una liga- dura de trompas. En las clases de educacién especial y en los programas de rehabilitacién se les ofrecia poca o ninguna preparacién para desempefar el papel de madre. Una encuestada dijo: “Mucha gente no acepta la idea de que una mujer con discapacidad tenga un hijo” y, segun otra: “Hasta mi familia quedaria consternada si yo tuviera hijos”. Algunos tribunales estan de acuerdo con esto: en. un caso reciente que obtuvo mucha publicidad, la californiana Tiffany Callo—que utlizaba una silla de ruedas debido a una pardlisis cerebral— fue obligada a dar asus dos hijos en adopcién. Muchas de nuestras encuestadas tenian educacién ‘superior pero, aun asi, algunos de sus parientes y amigos no podian verlas como madres, Por supuesto que la materidad tiene un lado increiblemente positivo para la mayoria de las mujeres, incluso para aquellas con discapacidad. Conileva desafios y ajustes y un sentimiento especial de logro (véase Sraut y cols., 1985, pags.139-140]. Una de las participantes dijo: “Mi maternidad preocupa a todos los demas. Hasta mi propia madre cree que yo no deberia tener hijos nunca. Pero definitivamente no es algo que me preocupe a mi. Tendré que dedicar mas tiem- Po para hacer las cosas, pero las haré [de todas maneras}". Ser esposa, 4 Qué es una esposa? En la sociedad occidental a menudo esto Se ve como un papel de auxiliar que combina, entre otras cosas, ser empleada doméstica, nifera, secretaria social y prestadora de servicios sexuales. Tal vez a todos nos vendria bien una esposa; incluyendo, por supuesto, a las mujeres. Pero para algunas mujeres con discapacidad puede llegar a ser dificil cumplir con lo que se espe-a de la “esposa modelo”. Después de todo, algunas pueden no Ser capaces de limpiar la casa 0 de hablar por un teléfono normal. Una de las encues © Esiciones Mora, 8. ‘superar las barroras de la a diferencia entre un esp0s0 y UNA esposa Mecapacidad necesita una eSPosa que lo cuige oom guna esposa con discapacidad Sea capaz gy sidera due tiene giscapacidad”. Mas atin, NO se espera pose ait Hsia hace poco tiempo estaba comprometida 1 cuida studio, y continuo: “A su familia le costabs tiparme de él... Lo veian constantemente d en por la que los matrimonio > 7 6sa sea la fazon PO! Ss de QF mi ena discapacidad terminan en divorcio 0 en sepa. verme com haciendo cosas po’ tantas mujeres que adq| racién. 5 razon por la que muchas mujer | destio de a.com eNO es ta Ferigcapacidad. “Cuando tratas os, con discapacidad forman Pare capacidad —coment6 una estudiante— esa alguien que tambien ier fos... Es mas facil tener una relacién.” persona comprende las dificultade: sexual, Muchos hombres suefian con una pareja sexual del ede ns mores de la revista Playboy: un cuerpo leanne reste una Variedad de servicios sexuales. Sin embargo, son muy Pr 2008 os om res que ‘Sneideran un objeto sexual a una mujer coh una discapacidad visible. De hecho, para muchas personas una relacion intima con una persona en esas condiciones ide logar ¢ ser tabi (véase Han, 1961, pag. 224). La edicion de Playboy de julio de 1987 presenté a Ellen Stohl, una mujer con una incapacidad motora; pero las fotogratias en que aparecia desnuda no revelaban su discapacidad En cuanto a la mujer que tiene una discapacidad, la sexualidad es algo que se niega con frecuencia, "De hecho, suele suponerse que no tiene una vida sexual o que no desea tenerla” (HanNaroAp, 1985, pag. 78; véase también HaHN, 1981 y Morris, 1989). Muchos padres piensan de la misma manera (véase Rousso, 41988). incluso si una mujer era sexualmente activa antes de la incapacidad, des- pués de ella se considera que se perdié ese aspecto de su persona. De acuerdo auna de las encuestadas: “Es triste que se espere que una parte de tu feminei- dad se termine con la discapacidad”. Respecto al novio que tenia antes del acci- dente que le causé una incapacidad, ANDERSON (1985, pag. 276), escribid: ‘Tuve que dejo. Sertia que no podia dare lo que é! necesitaba. Sentia que mi vida leery (1981, pag. 95) lo expresé muy bien: “Las hormonas no saben de epee cine puto ua _ciscapacidad fisica puede tranquilamente pgs 8992) fnecoston ae ionamiento sexual (véase MorRis, 1989, “Mi sexualidad no tiene dishuto’, dijo una encuestada con porcige soe ene nada raro. Realmente i Atractvo fisico. La belleza —eserl i ° —escribié Bann 4 o goria especial de experiencia femenina’. rsh (1983, Pag. 9)— es “una cate- Foro y Donovan (1981, pag, 371 valer la pena’, escribieron SaN- a cualquier mujer, pero la disca- + as tie © tawmurass, Pasas la mayor parte del tiempo en una silla de ruedas y si usas aparatos de ortodoncia y tienes escoliosis no im- porta Io que hagas nunca te parecerds a Cheryl Tiegs 0 a Marilyn Monroe”, En la mente de algunos observadores, y en la de algunas mujeres con dsca- acidad, ésta se equipara con la falta de atractivo. En una de nuestras encuestas Encontramgs que el Concepto ‘mujer] se vincula con frecuencia a asociaciones de belleza,}mientias que “mujer con discapacidad” evoca asociaciones como ‘Yea" yodesagradable”. La mujer con una discapacidad puede tener una imagen oral deficiente, Jo que a su vez se vincula con un temor al rechazo que lalle- va a evitar-tos encuentros sociales, las relaciones intimas y las oportunidades laborales. De acuerdo a Su propia experiencia, Joyce (1990, pag. 9) comenta las personas que suftieron amputaciones, especialmente los adolescentes y las mujeres, pueden sentirse mutiladas y faltas de atractivo’. (Vease también HuroHnson, 1988) Las consecuercias sociales y econdmicas del atractivo o falta de atraccion fisica son profundas. En un importante compendio de investigacion (Parzen, 1985, pag.1) se observe: El atractivo fisico es la caracteristica personal mas visible y a la que se eccede més fécilmente, De manera constante y frecuente tambien se considera al atractivo fiaigo como un Indicador de como es la persona... Por regla general, cuanto mas atrac~ tiva fisicamente es una persona se la percibe de manera mas posttiva, obtiene una respuesta mas favorable y tiene mas éxito en su vida personal y profesional ‘Alas personas menos atractivas se las percibe como relativamente faltas de inteigencia, insensibies, poco interesantes, insociables, inestables, aburridas, ceelginente tras, iristes, pasivas, distantes y rigidas y tienen menos pos bide See de que se las prefiera para formar relaciones laborales, de pareia y Mauro mio. (La fata de atractivo incluso se “irradia” al compafero.) Qué los cambios fisi- os puedan tene- un impacto tan significative dice mucho 3e {a importancia del strantvo. "Algunos padres que sometieron a sus hijos con Sindrome de Down @ cirugiasestéticas —dice Asck (1984, pag, 53)— descubrieron que sus capacida- doe riblectuales y aptitudes sociales mejoraron una vez que dejaron la carga del estigma del ‘aspecto mongoloide” Concepto de si mismo “No me lamento nada por tener una discapacidad’, afirmé una de nuestras enous stenae Croemos que su aatitud es la excepcion a ta redla La reflexién de domson (1 986, pag, 28) es mas tipica: "No se soporte bien tener una discapaci- dad y ser mujer’. Es absolutamente posible ave {os bajos niveles de participacion Fane ar ks ae sexism, discriminacion contra personas ( discapaci- dad y el “factor adicional” mujer/discapacidad teat ‘un impacto fortisimo en el autoconcepto de muchas mujeres Con ‘iscapacidad. Y, para aquellas que adqul- tieron ta incapacidad después de nacer, ‘esta ademas el impacto de la experien- ia de convertirse en una persona con discapacidad y la sensacion de ptvacion ‘elatva que eso genera. Saxton y Howe (1987, PAS 4) dicen: “La pérdica de una ) Uncién corporal se convierte en la pérdida del Fentido de identidad...” Los poe- © Ediciones Morata, S|. Superar las barroras de la discapaciday mas que figuran en el volumen que ellos &aron hablan del cuerpo como algg foue ava" y ave convierte en un extrario”. Be. i iscapacidad conocen —y muy a menu- Imagen die Soren cores fos integrantes de la sociedad on do aceptan——-taimagen que ter ols los tae oe sora oe cep Tl camo io exoresan SAsTON Y HOWE (OE) Pid, Oe) que invades general lones incorrectas, nociones estereotpades ¥ rr ae ; ‘os a veoes incluso de parte ft 03 quienes sor ciertos; interiorizamos la opresi6n’ dereanos_- comenzamos a creer que Son igamos [8 opresin 2s coma tone una aiseapacisad puede Ser obje!o de comers y comportamientos nocivos para su propia imagen Se las en eto ‘a. corportamiemraron de mf en la escuela”, recordo una de [as Parte pantes £0 encuesta. Segtin BROWNE y cols. (1986, pag. 129): “En cuant a fo pn lisca- pacidad ‘solemos convertirnos en chivos expiatorios de un sistema ern liar ya raat agonico y cargamos con el peso de las frustfaciones ¥ reser timienios agotado y 200 17% dmos llegar a creer que somos culpables de tener una clsca- Seo erge eauser probiemes @ la fami’. O bien pueden ser equalos ine paced Joa tamia que oe sianton responsables de laincapacida tisica de oro is que sientan culpa, la que a veces lleva a la sobreproteccion y: en consecuen- Gia, negar las posibilidades de ser independiente. “Las madres ‘de ninios con dis- co gad son Getintivamente sobreprotectoras’, do una de las personas que participd del estudio en un tono apesadumbrado. Obviamente, la autoestima se ve comprometida Lamentablemente, “nuestro nivel de autoestima atane practicamente a todo lo que pensamos, decimos y ashes. Afecta a cémo vemos el mundo y el lugar aue ocupamos en él.” (Sanroro y Donovan, 1984, pag. 3). La autoestima es comparativamente baja Gite las mujeres y parece Ser especialmente baja entre ias mujeres con disca- pacidad. De acuerdo a los comentarios de una de las particiantes: Las mujeres con discapacidad tienen una imagen de si mismas que refleja la que tione de ellas el resto del mundo: que no pueden hacer [nada] y que ni siquiera deberian intentarlo. Por lo tanto, no pretenden derribar los obstaculos 0 lo intentan solamente a medias... Dicen “esta bien asi... Y es muy dificil char contra los prejul- clos en el mereado laboral o incluso contra los de tu propia familia, Entonces, se cru- zan de brazos pasivamente, Aquellos que transmiten a las mujeres con discapacidad la imagen que la sociedad tiene de ellas son las personas mas importantes en su vida —sus maes- tras, mégicos y sus padres — (véase Durty, 1981; Yuen, 1988). A menudo olmos de pa le nuestras encuestadas que estas personas tan importantes en ten mensajes verbales y no verbales que son completamente equi- Parables con el sexismo y la discriminacion contra las personas con discapacidad 1a ables. contra las Seesaw gedaan general. Wasies (1985, pg. 60) dice que las personas le ya habla comenzado o em, sBpkdo. ‘Se apuraban para terminar tareas que yO ‘que no era aceptable gue yo soon otras antes de que yo pudiera hacerlo, Sentia fre ye no er Comsat ealzara las cosas a mi manera, que de alguna for era : cuca que el impacts pacar ee ina Bersona completa’, Debe tenerse en omportamiento (0 de la imaginacién de © Exiciones Morata, S. L. wsenseeediat 6 mportamiento) pu aie component a evderoa exagerado por la mujer con discapacidad, He ENTA, “1980, pag. 864). que confirma sus expectativas (véase KLECK Los maest eden ros, desde el pr oer awa oats 91 proescoler hasta los niveles de educacién superior, gma, Un profesor le Sie "as mujeres con discapacidad relacionadas nus "Todo logue puoces ‘sr os etotisa, No de nueStTas Parc a oe ang na posibily far’. Actualmente, esta estudiante esta vealzando 6u tosis 3 oral En cuanto a los profesion: ooces el trato diferencial otorgado See ein observado muchas oes amplo, dascubrieron que los médicos y mujeres. WaLLEN y cols. (1979), posjen proporcionaries informacion raprooade ta ear Se aie oe pelcolS. isos en comparacion con 10s fsiologios y set pesimistas eogecto ala Pe. ese Semelanta Comportamiento tiene consecuencias 0b Peale a onostar Ge las mujeres con discapacidad obvias en el bienestar a mensaje paternal, de acuerdo a las palabras o Sine Bt an once ce sweeney agrego: ‘Me alegro de haber podido salir de alll”. Borsay (1990, pag. 115) rma arefrindar cuidados a todos los parientes es algo que esta fuertemente vincu- gue | modelo de maternidad, En consecuencia, la asistencia queda enmarcada rae sminos del nino inmaduro”. ¥ continua: “Por fo tanto, si bien esto puede suce- derinadvertidamente, el ‘modelo maternal’convierte el cuidado familiar en una for- se acntrol social mediante o! que se estigmatiza a os adultos con clscapect Gad al tratarlos como nifios” ai atmuesto que esas circunstancias representan posibies dosetoe, “Nos desenvolyernos en un nivel muy basico que nes hace enorgullecernos de nosotras mismas. Nos enfrentamos cuestiones de desamparo, autonomia y control de * mistiva cotsiana, y nuestfa lucha nos ayuda a crecer (Wacnen, 1985, pag. 61) Papeles elegidos por ellas mismas. Debido 8 los bajos niveles de participacion reinantes, las escasas expectativas por parte de los demas y los bajos conceptos rsimismas, algunos observadores caracterizaron & jas mujeres con discapack deg mediante el uso de términos como "inderICIe social’ y “falta de funcién’. En nt + nuestra opinidn. esto dista de ser correcto, Un punto de partida util es la suge- fencia de PARSONS (1951) de que existe uh “papel del enfermo”. Entre los aspe°- (eo Ge este rol se encuentran ia exencion de las responsabilidades normales y [a _necesidad de cuidado. Claramente, €) oncepto reinante sobre las mujeres Con \discapacidad se basa en parte en une imposicion de la idea de “enfermedac’ a ‘las personas que tienen “Gfecapacidad”. Después de todo, ya ine que se con sidera que las mujeres con discapacidad no son capaces de funcionar como, | esposas, madres © ‘compajieras sexuales, ¥ que necesitan recibir cuidados. Dada la situacion sociocultural que hace que se espere que las mujeres con + discapacidad se comporten de ‘acuerdo al papel del enfermo, nuestras observa~ ciones nos llevan a coneluir que hay dos respuestas modales: la aceptacin 0 el qi heew Techazo de ese papel. La aveptacion minimiza la participacion sociocultural y 1a% dependencia puede asi convertirse en tl estilo de vida culturalmente aceptable para la mujer (DUBROW, 4965). Si a una persona s€ la excepttia de los papeles Sobiales normales, la condicion estigmatizada adquiere Un predominancia aun © Ediciones Morata, S.L- sername aM eo —— q afirma que la identidad negativa “impide mayor. COLEMAN 96 Giras partes de su identidad’, Hela sana estigmalizade © racion dol papel del enfermo.sea mas comin entg Es posible que | jad que entre. los hombres en su misma situacion, F; Y on con disc sugieren que, en comparacion con los hombres, os may Accu (1985, pags. 6-9) SUBIErSD TE cnazo socal y Se Vean a si mismas cas posible que las Mujeres ee En nuestra entrevistas, las participantes mengit ‘personas con discapar iets cias entie los hombres y las Mujeres con disos naron, con Hecler a un hombre sacar a la gente de su camino”, dijo ung pacidad. "Es mas et otra, muchas mujeres con discapacidad cometen “yj, de elias. AI no oar una tercera: ‘Los hembres son mas duros. No quieren qug cidio mental’. Se9eh fecte. Ellos desean algo y 10 quieren ya... A mi me cuesta la discapacidad los tes de la comunidad y de los ests ident i "Las respuestas de los resi un Settes universitaros ‘naican que se espera d bilidad, pasividad y dependencig s con discapacidad, ilidades y lograr independencia, al igual que a una mayor variedad Ce coy exam fare one que estas mujeres eligieron para si mismas el papel i =r Scapacideg we incluso, simplemente el de, muyjer— que se enfrenta a un “desatio". Segin Weinserc (1988, pag. 151): "Algunas de las personas que aceptan su discapaci- dad la ven como un desatio, y estar a la altura del desafio les deja una sensacion de satistaccién y confianza especial”. | Una notable minoria de nuestras encuestadas eran mujeres de esta ultima condicién. Una dijo: “Yo soy muy conscierte de mi papel de mujer con discapaci- dad’, Para ella no hay diferencia entre el papel de la mujer y el papel de la per- sona con discapacidad porque ahora los dos estan fusionados. “Mi funcion es demostrar qué es lo que puede hacer una ‘mujer con discapacidad’... gNo son admirables las mujeres con discapacidad?” Claramente, para ella tener una dis. capacidad era vigorizante. Otra de las parlicipantes en el estudio dijo: “Tal vez yo seria una chica corriente y estaria casada, Pero tengo una incapacidad y quiero compensar por ella” las Conclusiones Todas las mujeres con discapacidad, ya sea que la cuestionen o la acepten, edimentos: deben enfrentarse al sexis- nas con discapacidad y al “factor adicio- liscapacidad, el que también genera un Oviamente, esta situacion sociocultural Parecen encararse a la suma de dos imp mo y a la discriminacién contra las persoi nat” conformado por el. binomio mujeria impedimento que sdla les afecta a elias, © Ediciones Morata,§. con discapacidad ui 6s ircular entre ellos. 5 etapa 08 nuesho. Sapbargo, los métodos de investigacién que utilizamos en cus suri fasto rabaio no convierten a nuestros puntos de vista en més See pro san aba fata) futuro. Claramente, hay lineas de #gugacién prometodoras a la espera de un andliis longitudinal mutfactosal arena nckyorscaP 5 ealz6 ajo quia a una perspective triangular on ia. que s6- Re TWaron I Paricipacién, ol sistema sociocultural y ol concapla de Se relaciones mas comple) a triangulo en realidad forma parte de un conjunto de rlaciones mis Complelo del due patcipan tanto elindivduo como | Fe en ees a foapacided, el grad de pacipacien yi actiudes hacia simigma y hac la ‘comunidad; los factores en el Ambito comunitario incluyen los recursos (por ejem- plo, el sistema de salud), el entomo fisico (por ejemplo, las dificultades en cua toa accesibilidad), as culturas y sub-culturas y los patrones de comportamiento. En nuestra opirién, cada factor impacta sobre todos los demas en una com- pleja ted de causaldad circular. Simplemente, para dar un ejemplo que va mas (6 bila del trabajo que acabamos de comentar, al parecer la pobreza conduce a una salud deficiente y a un Cuidado de la salud deficiente, un cuidado de ta salud de- * fejenfé Contribuye a una salud deficiente, una salud deficiente incrementa las.*¢ || posiiicades de tener una ciscapacidad isiea, la clscapacidad aumers las po- || Ebtigades de ser pobre. En cuanto a esto, Henan y cols, (1990, pag. 182) cr || ron “La relacion ente clase © impedimento probablemente se deba ano a “eave as personas con impedimentos tenen un estatus socioecondmico bajo como aque ol estatus bajo se asocia a condiciones que generan incapacidad’ . Evidentemente. aqui interactuan poderosas fuerzas de causalidad circular. Es iqual de claro que la agenda de los académicos que trabajan en el ambito de gone (By ciscapacidad es compleja, exigent y un reto para todos. Por supuesto dye al punto mas importante en esa agenda debe suponer que muchas de esas investi- J|faciones tengan basicamente un valor historico de como eliminar 13s barreras siya sean socioculturales 0 de otra clase— que impiden la paricipacien igualitaria yelretuerzo del concepto de si mismos de las personas con discapacidad. a Agradecimientos Queremos manifestar nuestra gratitud a Jack McNeil del Departamento de cone Go los EEUU. por faclitarnos la adquisicion y uso de fa encuesta espe Sele ingreses y programas de partcipacion (Survey of Feoreny and Program Participation, SIPF); a Nina M. Hill por proporcionamos la cinta con fa informacion Seer tle Haris, a Alicia Seegrst por la ayuda de SAS, 2 Robin Miler por su ceictencia oxperta en cuanto a bibliogratia y otros ternass ¥ las diversas muje- res que forman parte de la comunidad de personas Ch discapacidad que con su cooperacién y apoyo hicieron posibles nuestoe trabajos. También queremos Mone Asch, cuyas ideas sobre los atentos ouldados fueron de dar las gracias a Adri gran ayuda V2 los criticos ancnimos de la ppublicacion por sus provocativos somentariog. Este proyecto es posible, en parte, gracias a las ayudas de la ES: cuela de Estudios de Posgrado y de la Facultad de Ecologia Humana de la Univer sidad de Maryland en la ciudad de College Park. © Ediciones Morata, S.L. 66 Superar las barry Referencias J ‘Aum 8 (1985). Disabled women i the social stucture", en: S. E. BROAN, D. Coy y N. Stenn (Eds.). With the Power of Each Breath: disabled women's “ante NORS: Pittsburgh, PA, Cieis Press. "ology, ‘Awpencon, (1985), "The Lois Anderson stor” on: S.E-BROWNE,D. Connons y N gr, (Eds.). With the Power of Each Breath: a disabled women's antholog, , Pittsburgh, Bat Cleis Press PA, Bannen, L. W. (1983). American Beauty, Nueva York, Knopf. Brower, G. y ArNOLo, A (1986). “Stigma as a social and cultural construct, on: 8.6. ay, ay, G. Becker y L. M. 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