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EJERCICIO DE PERFECCION VIRTUDES CRISTIANAS. SU AUTOR EL V. PADRE ALONSO RODRIGUEZ, DE LA COMPANIA DE JESUS, NATURAL DE VALLADOLID. DIVIDIDO EN TRES PARTES. PARTE PRIMERA. DE VARIOS MEDIOS PARA ALCANZAR LA VIRTUD Y PERFECCION. Nueva impresion. Con aprobacion del Ordinario. BARCELONA. — 1861. LIBRERIA RELIGIOSA.—IMPRENTA DE PABLO RIERA, CALLE DEN ROBADOR, NUM. 24 y 26, » Google 3 RESENA BIOGRAFICA DEL Vy. P. ALONSO RODRIGUEZ, DE LA COMPANIA DE JESUS. Nacié el venerable P. Alonso Rodriguez en Valladolid en el afio 1526, época en que el gran Ignacio de Loyola'acababa de salir de Barcelona donde habia estudiado humanidades para emprender en Alcala el es- tudio de le filosofia. Hijo de una modesta pero honrada familia, no gasté los primeros afios de su vida en las frivolidades propias.de la nifiez ni en los pasatiempos de la juventud, sino que aplicado constantemente al estudio y 4 la practica de las virtudes cristianas, que algunos afios despues habia de inculcar con tanto acierto, se hizo acreedor al:aprecio de sus profesores y condiscipulos, habiendo sabido captarse con la afa- bilidad de su trato y con su genio amable y simpatico los afectos de cuantos tuvieron el gusto de conocerle y tratarle. Dejabase entrever ya que Dios no habia destinado para el mundo & un genio tan elevado y 4 un corazon de sentimientos tan puros y subli- mes; y hé aqui por qué Alonso, cuando no contaba todavia veinte aiios, despues de haber sido ya graduado en la facultad de filosofia, ingrésé en la Compaiiia de Jesus, que empezaba ya 4 hacerse célebre por sus frutos y por las eminencias que iban slistandose 4 sus banderas para contribuir 4 la obra de regeneracion catélica emprendida por san Igna- cio. El P. Rodriguez fue otro de los doscientos alumnos de Ia floreciente universidad de Salamanca, que movidos por el prodigioso efecto de los sermones del P. Juan Ramirez, llamado el Apdstol de Fspafta, abando- naron el mundo pare entregarse 4 la contemplacion y defensa de las verdades eternas 4 le sombra de los claustros. Pocos afios despues de haber entrado en la Religion, la Compafifa, que no pudo menos de reconocer en 61 mucha virtud y mucha prudencia, confidle 1a educacion de los novicios del colegio de Salamanca, cargo v RESENA BIOGRAFICA que desempeiié durante los afios de 1564 y 65. Para dar una ligera idea del sumo éxito con que ejercié este empleo, baste decir que el justa- mente celebrado P. Suarez, cuyo nombre llené despues al myndo con la fama que le granjearon sus admirables obras de teologia escolastica, no dudabe en afirmar con orgullo que la teologia mistica la habia apren- dido en la escuela del P. Rodriguez. Pero el celo y erudicion del joven Jesuita necesitaban un campo mas dilatado, y se le destiné 4 Monterey, nombrandosele rector de aquella casa. Alli leyé teologia moral por espacio de doce afios con tanto aplau- so y concurso, que sus lecciones éran copiadas y reproducidas por to- das partes, valiéndose de ellas el P. Tomas Sanchez para escribir sus Consejos. Tampoco se limitaba 4 esto; el pulpito y el confesonario lla- maban muy particularmente su atencion,. y empleaba su actividad en continuas misiones que hacia en Monterey y en los lugares de la co- marca. La reputacion que iba adquiriéndose con el desempefio de su cftedra y con sus trabajos apostdlicos, fue causa de que se le mandase 4 Valla- dolid para resolver casos de moral en la casa profesa,, espinoso cargo que ejercié con tanta prudencia y tacto, que sus resoluciones eran es- cuchadas con veneracion y seguidas con escrupulosa puntualidad. Interrumpié sus tareas con su viaje 4 Roma, donde tuvo tambien oca- sion de dar 4 conocer sus virtudes. El Padre general Claudio Aquaviva creyé que el saludable influjo que ejercia con su ilustracion y su fervor debia extenderse 4 otros lugares, y &.este efecto le ordené que no vol- viese 4 la provincia de Castilla, sino que se dirigiese 4 la de Andalucia, érden que recibié y ejecuté cuando contaba ya cerca de sesenta afios, sin que la debilidad y los achaques consiguientes 4 la vejez le impidie- ran trabajar por espacio de treinta afios mas con una actividad admira- ble. Este tiempo lo pasé en el colegio de Montilla, en el de Cordoba, y en la casa profesa de Sevill Durante la época que residié en Montilla fue rector del colegio y maes- tro de novicios ; magisterio que regenté con tal felicidad, que tuvo la dicha de producir hombres diestros en la ciencia del espiritu, y que flo- recieron en Europa y en ambas Indias por su saber y por sus virtudes, habiendo muerto varios de ellos en opinion de Santos. Vivia en Cérdoba como 4 padre espiritual de la casa, entregado com- pletamente 4 la meditacion y al retiro, cuando se dispuso que marchase DEL V. P. ALONSO RODRIGUEZ. VIL 4 Roma para asistir 4 la Congregacion general, donde los hombres mas ilustres y mas santos de la Compaiifa tuvieron ocasion de apreciar su saber y su prudencia; de modo que el Padre General le creyé el mas apto para recorrer todos los colegios de la provincia de Andalucia con el titulo de inspector de la observancia de las reglas, comision que al mismo tiempo ejercia en Castilla el V. P. Luis de La Puente, hijo tam- bien de Valladolid, y que por su fervor y por el espiritu de sus escritos tiene tantos puntos de contacto con nuestro Alonso. Inutil es decir que en esta visita edificé con sus palabras y con su ejemplo & los Padres de todos los colegios que le consideraban como 4 su modelo. Empleé constantemente el tiempo que le dejaban libre sus ocupacio- nes en la oracion y en estudiar el método mas conveniente para la sal- vacion de las almas. A este objeto escribié sus Pldticas que justamente se merecieron el dictado de admirables, y compuso su Ejercicio de per- Jeccion, de cuyo mérito es excusado hablar, pues basta para hacer su elogio el aprecio que de é1 han hecho los hombres mas experimentados en la ciencia del espiritu, obra de que se han servido despues tantas al- mas fervorosas, las que han encontrado en ella uno de los libros mas indispensables para adelantar en el camino de la perfeccion cristiana.. Retraido completamente de todo, solo salia de su celda para celebrar el sacrificio de la misa, administrar la santa Comunion 4 los novicios, asistir al refectorio, y dedicarse 4 trabajos que el mundo llama inutiles y groseros, pero que le humildad cristiena considera muy de otra ma- nera. No salia del colegio mas que una vez al aiio para pasar 4 visitar & los Marqueses de Priego; y aun esto lo ‘hacia no porque Jas riquezas y el fausto le mereciesen alguna consideracion , sino para cumplir con una especie de deber de reconocimiento que se les debia como & patro- nos de la casa. Sin salir de su aposento dirigia el noviciado y el colegio; : y para ello tenia reunidos durante media hora 4 los novicios, en cuyo tiempo les comunicaba las correspondientes instrucciones, les animaba en sus luchas espirituales, resolvia sus dudas, y desvanecia sus escri- pulos : durante otra media hora reunia al ministro y al procurador, les pedia cuenta del estado espiritual y temporal de la casa, y despues de haberles dado las correspondientes instrucciones, volvia & encerrarse en su cuarto para no hablar con nadie mas que con Dios. Asi pasé mas de doce afios, empleando cuatro horas diarias en oracion que hacia siem- pre de rodillas y con las manos levantadas; y celebraba la santa misa vu RESENA BIOGRAFICA de tal modo, que los que la oian creian ver en el altar no 4 un hombre, sino mas bien & un Angel absorto en la contemplacion de la Divinidad. Siempre le molestaron las conversaciones vanas, siempre tuvo odio & las conversaciones inutiles que no sirven mas que para distraer y disi- par el espiritu. Recibia todos los dias el sacramento de la Penitencia an- tes de decir misa, y tenia aun siendo jéven un gusto especial en conso- Jar y dirigir las almas en el confesonario. Poco cuidado tendria del cuerpo el que traia el alma toda ocupada en cuidar de si sola, y estudiaba constantemente el mejor medio de ejer- citar la mortificacion, tratandose 4 si mismo con notable rigor; y & no haber sido su mucha prudencia, con sus frecuentes disciplinas y conti- nuos cilicios hubiera sin duda acelerado notablemente su muerte, pri- vando & muchos antes de tiempo de su sdbio ejemplo y de sus santos consejos. Estaba con razon persuadido de que los sentidos se los habia dado él Autor de la naturaleza, no para complacerlos en algo, sino pa- va servirse de ellos en lo mas preciso é indispensable. A la vista y al oido habia impuesto leyes tan estrechas que ni los ojos habian de ver, ni los oidos escuchar sino aquello cuya noticia podia hacerle falta para el gobierno de sus acciones; y asi era tal su modestia, que el que sin ninguna noticia de él le hubiese visto entre novicios, habriale confun- dido con ellos, solo con la diferencia de pensar que era uno de los que desengafiados harto tarde del mundo entran ya ancianos en la Religion, y que en la carrera de la vida religiosa con lo muy ligero que son en correr, suplen lo muy pesado que fueron en el empezar. Noticias, aun las de mayor interés, en que fue fertilisimo su siglo, las despreciaba co- " mo 4 cosas muy secundarias, y ya que algunas veces no podia dejar de oirlas, excusaba siempre el. escucharlas; de suerte, que jamas logra~ ron oirle referir las que sabia, ni tampoco preguntar las que ignoraba. Mucho pudiera decirse en prueba de su rara humildad, aunque de lo dicho se podré ya inferir cuanto huia Rodriguez del vano aplauso y de las ovaciones del mundo. A esto se dirigia aquel extremado retiro, aque- a admirable abstraccion de las criaturas, aquel negarse 4 todo comer- ciohumano, y aquel vivir sepultado entre las paredes de una celda. Otro efecto de su humildad fue el silencio en que sepulté los muchos y ex- traordinarios favores que sin duda recibiria del cielo un alme-tan pura y tan familiar con Dios. . Hay en la vida de los hombres virtuosos hechos insignes que el mun- DBL Y. P. ALONSO RODRIGUEZ. 1x do no comprende, y que hasta & veces interpreta muy mal, pero de los que en cambio los Santos se muestran muy’‘celosos, por ser uno de los medios mas & propésito para amortiguar los.instintos egoistas : uno de estos hechos es la practica que observé constantemente el V. P. Rodri- guez en besar los piés 4 los de 1a casa todos los viernes, y en ser el pri- mero en todos los ejercicios humildes. Presentaba un expresivo cuadro aquel hombre 4 quien aplaudian entusiasmados sus disc{pulos durante el tiempo que ejercié la cAtedra en Monterey, 4 quien escuchaban co- mo 4 un oréculo cuando resolvia casos en la casa profesa de Valladolid, & quien admiraban y respetaban en Roma los Padres de la Congrega- cion general, hallarle en la cocina con un estropajo fregando los pla- tos, barriendo las piezas del colegio, y recogiendo la basura. El trato del P. Alonso era afable y risueiio, y respiraba la tranquili- dad que rebosa constantemente el corazon puro y bafiado en la caridad de Cristo nuestro Sefior ; su comida era excesivamente frugal, no-to- mando de ordinario en la cena otro alimento que un insulso brebaje se- mejante & aquellos que suelen ejercitar la paciencia de los enfermos ;- su vestido era una sotana raida y un manteo cubierto de polilla; sus muebles consistian en una mesa formada de tablas carcomidas, en unas sillas viejas, unos estantes con los libros indispensables, una pobre'ca- ma, dos 6 tres imagenes de papel, una cruz y un rosario de madera sin mas engarce que un cordon de hilo comun. Aunque la vida del P. Rodriguez no presenta muchos episodios, pues procuraba ocultar siempre sus actos de heroismo, no deja sin embargo de ofrecer algun incidente que vamos‘& reproducir para edificacion de sus admiradores. 3 : Era tal su abstraccion de las cosas del mundo, que segun refieren las biografias, teniendo en cierta ocasion necesidad de hablarle la sefiora duquesa de Béjar, no pudo conseguirlo, y tuvo que interponer la auto- ridad del Padre Provincial para lograr su objeto : bajé 4 la iglesia por obedecer, escuché lo que se le consultaba, respondié muy brevemente, y se volvié 4 su encierro. Vino en otra ocasion 4 visitarle el Marqués de Priego, mientras el siervo de Dios estaba rezando; manddsele recado de la llegada del se- for Marqués, pero Alonso sin dar respuesta continud su rezo, y luego de acabado este, le recibié diciéndole que estaba hablando asuntos muy importantes eon otto sefior de rango mas elevado. x RESENA BIOGRAFICA No deja de ser tambien bastante singular lo que se cuenta del Padre siendo rector en Montilla. Servia en casa algunos afios habia un seglar ; y 4 esta clase de domésticos, en casas especialmente de noviciado, no se les permitia la entrada sino muy rara vez en el interior del colegio. Estando de visita el Provincial, encargé al mozo cierto negocio de al- gun interés que supo desempefar perfectamente : agradecido el Padre le dijo que pidiese la gracia que deseaba. «El mayor favor que puede «hacerme vuestra paternidad, le respondié, es proporcionarme el gus- «to de saludar al Padre Rector; pues como se esté siempre metido en «su celda, en tres afios que vivo en el colegio no he tenido ocasion de «verle.» Semejante respuesta no pudo menos de chocar al Padre Pro- vincial. Despyes de mucho.tiempo de habitar un colegio solia ignorar la dis- posicion de la casa; de suerte que si alguna vez le era preciso pasar & alguna pieza distante de su aposento, necesitaba de guia pata no per- derse en el camino, sucediéndole 4 veces con esto algunos lances bas- tante originales. Cuando hacia ya algunos afios que vivia en la casa pro- fesa de Sevilla, encontréronle cierto dia enredado entre los corredores de la casa sin saber por qué parte dirigirse para acertar con la guarda- ropfa. De vuelta de Roma el P. Rodriguez, y en muestra de que no habia escrito su célebre obra EsERCICIO DE LA PERFRCCION, para legar & la pos- teridad un nombre ilustre, dijole el editor que este libro estaba obte- niendo una aceptacion admirable.—«Lo que importa, dijo, no es saber «si ha obtenido grande aceptacion, sino si ha producido grande fruto.» Léese del P. Rodriguez que su silencio en tratar de su persona y ac- ciones fue el mayor que se puede imaginar ; jamas desplegé sus labios ni alabandose ni humill4ndose, porque daba poco valor 4 las humille- ciones de palabra, pues segun dice en sus obras, estas humillaciones son anzuelos para pescarse aplausos. Por lo que acabamos de decir, podraé ya comprenderse cual seria cons- tantemente la vida edificante dél V. Alonso. Al cumplir los ochenta y ocho afios, se hallaban sus fuerzas tan gastadas por sus muchos traba- jos y achaques, que débik y enfermo tuvo que rendirse en el lecho y pasar en él los dos afios que le restaban : durante este tiempo recibié todos los dias la sagrada Comunion,-y no perdoné jamés ninguno de los tigores que le permitia su estado. Diciéndole un Padre que se moderase DEL V. P. ALONSO RODRIGUEZ. xr en castigar su cuerpo, pues no tenia ya fuerzas para ello, le respondid con una sentencia digna de un gran maestro de espiritu.— Wo olvideis jamds, hermano, que el dia que se pasa sin trabajar, bien puede contarse entre los muertos. Despues de haber recibido con extraordinaria devocion los santos Sa- cramentos, pasé 4 mejor vida en 21 de febrero de 1616, 4 los noventa aiios de su edad y setenta de religion, despues de mucho tiempo que habia ya hecho los cuatro votos solemnes. Su entierrofue un verdadero triunfo : habiendo en 1a todas aquellas demostraciones con que el pueblo acostumbra 4 celebrar las exequias del que ha muerto en opinion de santidad. Acudieron todas las clases de la sociedad ; el clero, la nobleza, el pueblo, todos le aclamaban co- mo 4 Santo, todos le besaban los piés, procuraban hacerle tocar rosarios y alcanzar reliquias, atreviéndose algunos con piadosa violencia 4 des- pojar de parte de sus vestiduras al venerable cadaver, siendo tenido en veneracion un retrato que se encargé 4 un famose pintor. Cuéntanse de este venerable Padré algunos hechos milagrosos obra- dos por sus reliquias, que no nos es dable referir por extenso en esta bre- ve biografia. Refiérese entre otros que habiendo un devoto solicitado y logrado entrar en la béveda en que yacian los restos del venerable Padre, penetré en ella con Animo de tomar alguna reliquia de su cuerpo que creia ya descompuesto ; halldle sin embargo entero y sin le menor cor- rupcion ; pero no desistiendo de su empefio por esto, se atrevié 4 cor- tarle un dedo, de cuya herida vié salir tanta sangre, que dejé entera- mente mojado un lienzo con que queria restafidrsela. El concepto que de la extraordinaria virtud del P. Alonso Rodriguez podemos hacer, es el que hacia un auditor de la Rote, quien pidiéndole algunos Padres de la Compafifa que se sirviese activar los trabajos para la beatificacion del P. La Puente, contest6:— Por qué no me piden Vds. otro-tanto en favor del P. Rodriguez?— Tal es la idea que hombres respetables se han formado de las virtudes de nuestro P. Alonso, la mis- ma que podemos formarnos todos mientras no resuelva otra cosa la au- toridad del Vicario de Checked nuestro Sefior. + DEDICATORIA DEL AUTOR. A los roligiosos de la Compaiia de Jesus. El bienaventurado san Gregorio, siendo rogado que escribiese 4 cier- tos monasterios de monjes algunos avisos y recuerdos espirituales, res- ponde en la epistola 27 del libro 6.° del registro, excuséndose diciendo: «Los religiosos, que por la gracia de la compuncion y de la oracion, tie- «nen dentro de si la fuente de la sabiduria, no tienen necesidad de ser «regados de fuera con las gotillas pequefias de nuestra sequedad. Co- «mo en el paraiso terrenal no hubo lluvia, ni era menester, porque una «fuente que salia de en medio de él lo regaba todo y lo tenia verde, fres- «co y hermoso, asi el religioso que esta en esté paraiso de la Religion, «y tiene interiormente dentro de si esta fuente de la oracion y dela com- .«puncion, no tiene necesidad de nuestros riegos, porque eso le bastara « para conservar siempre en su alma le frescura y hermosura de las vir- «tudes.» Con mucha mayor razon me pudiera yo excusar con vuestras reverencias, 4 quien el Sefior ha hecho merced de plantar en este pa- raiso de la Compafifa de Jesus, y regarlos, y regalarlos en él con el rie- go de la oracion mental que cada dia tenemos conforme 4 nuestra regla é instituto, la cual con razon compara tambien san Juan Criséstomo en un tratado que hace de la oracion 4 una fuente en medio de un jardin, que todo lo tiene verde y vistoso. Mas esto fuera si yo pensara que ha- bia de decir cosas nuevas que no supiesen y ejercitasen cada dia vues- tras reverencias; pero mi intento en esta obra no es sino refrescar y traer 4 la memoria lo que todos muy bien saben y ejercitan, que es con- forme 4 lo que nuestro bienaventurado Padre nos dice en las Constitu- ciones (1), que para esto quiere que haya quien cada semana, 6 4 lo me- nos cada quince dias, en platicas espirituales y exhortaciones publicas (1) .Part. 8 Const. 0.1, § 28. xIv DEDICATORIA DEL AUTOR. nos dé estos y otros semejantes recuerdos, porque por la condicion de nuestra fragil naturaleza no se olviden, y asi cese la ejecucion de ellos, Jo cual por la bondad del Sefior se ejercita y practica en la Compaiia, no con pequefio fruto de los de ella. Y por haberme yo ejercitado en ella en este oficio por orden de la obediencia, aunque con mucha confusion mia, mas de cuarenta afios, as{ con los novicios como con los antiguos, y juntado y recogido muchas cosas tocantes 4 esto, les parecié 4 mis su- periores y 4 otras muchas personas 4 quienes debo respeto, que haria servicio 4 Dios nuestro Sefior y 4 la Compafia en tomar este asunto de limar y poner en érden estos trabajos, para que asi el'fruto se pueda ex- tender mas, y ser mas durable y perpétuo. E imitando en esto al serd- fico doctor san Buenaventura, que lo hizo asi, como 61 mismo lo dice en el prélogo de los libros que hace de Profectu Religiosorum. . Adverti tambien que en la Constitucion dicha afiade nuestro Padre: Vel illi hec legere teneantwr. Haya quien dé estos y otros semejantes re- cuerdos, 6 ellos sean obligados 4 leerlos. Que no poco me animo 4 to- mar este trabajo, viendo que tambien tenemos de regla en la Compafiia este ejercicio tan provechoso y tan encomendado de los Santos, de leer cada dia alguna leccion espiritual para nuestro propio aprovechamien- to, para lo cual principalmente enderezo yo este libro, poniendo delan- te de los ojos con la brevedad y claridad que he podido las cosas mas sustanciales, practicas y ordinarias en que conforme 4 nuestra profe- sion 6 instituto nos habemos de ejercitar para que nos sirvan de espejo en que cada dia nos miremos, huyendo de lo malo é imperfecto que con- dena, y ataviando y adornando-nuestras almas con lo bueno y perfecto que aconseja, para que as{ sean ellas muy agradables 4 los ojos de la divina Majestad. Y aunque mi principal intento fue servir en esto 4 mis padres y her- manos en Cristo carisimos, 4 quienes por muchos titulos tengo parti- cular obligacion ; pero porque la caridad se ha de extender cuanto se pudiere, lo cual es muy propio de nuestro instituto, procuré disponer esta obra de tal manera, que no solo fuese provechosa -para nosotros y para todos los demas religiosos, sino tambien para todos los que tratan de virtud y perfeccion. Y asi corresponde la obra con el titulo, que es general para todos, conviene & saber : EJERCICIO DE PERFECCION Y VIR- TUDES CRISTIANAS. Y l4mase Hyercicio, porque se tratan las cosas muy practicamente para que se puedan poner en ejecucion. DEDICATORIA DEL AUTOR. xv Dividese en tres partes, y cada parte tiene ocho tratados. Pénense las autoridades en latin, porque para los que lo entienden podra ser de mu- cho provecho por la fuerza y eficacia que tienen las cosas tomadas en su fuente, y especialmente las palabras de la sagrada Escritura; y pa~ ra los que no entienden latin no seré este impedimento, pues se pone tambien el romance de ellas, y para que ninguna cosa les estorbe y lo pueda mas facilmente dejar el que quisiere, se pone el latin con letra diferente. Espero en el Sefior que no sera nuestro trabajo en vano, sino que esta semilla de la palabra de Dios sembrada en tan buena tierra como la de corazones deseasos de conseguir la perfeccion, ha de dar fruto, no solo de treinta, sino de sesenta y de ciento.—ALonso RoprievEz. EJERCICIO DE PERFECCION VIRTUDES CRISTIANAS. PARTE PRIMERA. TRATADO PRIMERO. DE LA ESTIMA, DESEO Y AFICION QUE HABEMOS DE TENER A LO QUE TOCA A NUESTRO APROVECHAMIENTO ESPIRITUAL, Y DE ALGUNAS COSAS QUE NOS AYUDARAN PARA ELLO. CAPITULO I. Del aprecio y estima que habemos de tener @ las cosas espirituales. En el capitulo vi de la Sabidu- ria dice el Sdbio: Optavi, et da- tus est mihi sensus ; et invocavi, et venit in me spiritus sapientia, et preposui illam regnis, et sedibus ; et divitias nihil esse duai in com- paratione illius, nec comparavi illi lapidem pretiosum ; quoniam omne aurwm in comparatione illius arena est exigua, et tamquam lutum esti- mabitur argentwm in conspectu il- lius. Deseélo, y fueme dado senti- do; pedilo 4 Dios, y vino en mi el espiritu de la sabiduria, y tivela en mas que los tronos y cetros reales; y las riquezas no las estimé en nada en comparacion de ella, 2 ni las piedras preciosas ; porque todo oro en su comparacion, es un poco de arena, y la plata es como lodo'delante de ella. La verdadera sabiduria, en que habemos de po- ner los ojos, es la perfeccion, que consiste en unirnos con Dios por amor, conforme 4 aquello del apés- tol san Pablo, ad Colos. mr, v. 24: Super omnia autem hec, charitatem habete, quod est vinculum perfectio- mis ; Sobre todas las cosas os en- comiendo la caridad, que es vin- culo de la perfeccion, y nos jun- ta y une con Dios. Pues la es- tima que dice aqui Salomon que tuvo de la sabiduria, esa habemos de tener nosotros de la perfeccion, y de todo lo que sirve para ella. En su comparacion todo nos ha de parecer un poco de arena, y PARTE I PJ TRATADO PRIMERO, CAP. I. un poco de lodo y estiércol, como)sabe estimar, trocaré y venderd decia el mismo Apéstol, ad Philip.| alguna piedra de gran precio por un, 0.8: Omnia arbitror et sterco-|com de muy poco valor. Nuestro ra, ut Christum lucrifactam. ‘trato es en piedras y margaritas Este es un medio muy principal] preciosas : Simile est Regnum Ca- para alcanzar la perfeccion ; por-| lorwm homini negotiatori, guerenti que al paso que anduviere esta es-) Lonasmengarites. Matth. x1, 0. 45. tima en el corazon, 4 ese paso an-|Somo negociadores del reino de dara nuestro aprovechamiento, y|los cielos; es menester que conoz- toda la casa y toda la Religion.|camos y estimemos el precio y va- La razon de esto es : porque segun;|lor de la mercaderia en que trata- es la estima en que tenemos una/mos, para que no seamos engafia- cosa, segun eso es el deseo que te-| dos, trocandoel oro por el lodo, y el nemos de ella : porque la voluntad| cielo por el suelo, que seria enor- es potencia ciega, -ysiguelo quele|me engafio; y asi dice el profeta dicta y propone el entendimiento ; | Jeremias, c. 1x, ». 23: Non glorietur y conforme la estima y aprecio| sapiens én sapientia sua, et non glo- en que se lo pone, conforme & eso| rietur fortis in fortitudine sua, et es la voluntad y deseo de alcan-| on glorietur dives in divitiis suis ; zarlo : y como la voluntad es la] sed in hoc glorietur, qui gloriatur, reina, y la que manda 4 todas las] scire, et nosse me : No se glorie el demas potencias y fuerzas del al-|sdbio en su sabiduria, ni el fuerte ma, interiores y exteriores, segun|en su fortaleza, ni el rico-en sus ri- es ta voluntad y deseo qué tene-|quezas ; sino en esto se glorie, el mos 4 una cosa, suele ser él procu-| que se quiere gloriar, en saberme varla.y poner los medios, y ha-]y conocerme 4 mi. Ese es el mayor cer las diligencias para alcanzarla;|de los tesoros, conocer, amar y y asi importa mucho que la esti-|servir 4 Dios, y ese es el mayor ma y aprecio de las cosas espiri-}negocio que podemos tener ; antes tuales, y de lo que pertenece &nues-|no tenemos otro negocio sino es- tro aprovechamiento, sea grande,|te; porque para eso fuimos cria- para que la voluntad y el deseo|dos, y para eso venimos & la Reli- de ello sea grande, y la diligencia| gion : ese es nuestro fin, y ese ha pera procurarlo y alcanzarlo sea} de ser nuestro paradero, y nuestro tambien grande ; porque todas es-|descanso y nuestra gloria. tas cosas suelen correr 4 las pa-| Pues esta estima y aprecio de la Tejas. : perfeccion, y de las cosas espiritua- El que trata en piedras precio-|les que pertenecen 4 ella, querria sas, es menester que conozca y|se imprimiese muy de veras en los estime su valor, so pena de ser en-| corazones de todos, y especialmen- gaiiado ; porque si no lo conoce, ni| te. de los religiosos; y que unos & DE LA ESTIMA Y DESEO DE LAS COSAS ESPIRITUALES. otros nos-ayudasemos y desperté- semos 4 eso, no solamente con pa- labras tratando muchas veces de esto en nuestras platicas y con- versaciones ordinarias , sino mucho mas con el ejemplo de nuestras obras : que en ellas eche de ver el ‘que comienza, y el que va adelan- te, y todos, que de lo que se ha- ce caso en la Religion, es de las cosas espirituales, de que uno sea muy humilde, muy obediente, muy dado al recogimiento y oracion ; no de que sea muy letrado, ni gran predicador, ni dotado de otros do- tes naturales y humanos, como nos lo dice nuestro bienaventurado Padre san Ignacio en las Constitu- ciones, 10 part, § 2, reg. 19 sum- mari. Y desde el principio es me- nester que entiendan todo esto, y se vayan criando con esta leche, para que desde luego ponga cada uno los ojos y el corazon, no en salir gran letrado 6 gran predica- dor, sino en salir muy humilde y muy mortificado, viendo que eso es lo que acd se estima, y de lo que se hace mucho caso, y que eso es en lo que dan los que estan desen- gafiados, y han caido yaen lacuen- ta; y que esos son los queridos y estimados de todos. No queremos decir que nos habemos de dar 4 la virtud por ser queridos y estima- dos, sino que viendo que esto es lo que se estima, y de lo que se hace mas caso en la Religion, caiga ca- da uno en la cuenta y eche de ver, que sin duda esto es lo mejor ; esto es lo que me conviene ; por aqui iré 3° 3 acertado; quiero darme 4 la virtud, y tratar de veras de mi aprovecha- miento ; que todo lo demas sin esto es vanidad. De aqui se entender’ cuanto da- io pueden hacer los que en sus pla- ticas y conversaciones, todo su ne- gocio es tratar de ingenios, habi- lidades y talentos, y de calificar al uno y ai otro; porque cuando jos mas mozos ven este lenguaje en los mas antiguos, piensan que eso es lo que corre y lo que acé se estima, y que por ahi han de me- drar y valer, y ser tenidos; y asi ponen la mira en eso, y va crecien-, do en ellos el apetito y estima de lo que es letras, habilidad é ingenio, y va descreciendo el aprecio y esti- ma de lo que es virtud, humildad y mortificacion ; y van haciendo po- co caso de esto, en comparacion de lo otro, atreviéndose 4 faltar an- tes en-esto que.en aquello: de don- de vienen muchos & malearse, y aun & faltar despues en la Religion. Mejor fuera trataries de cuén im- portante y necesaria es la virtud y la humildad, cudn poco apro- vechan sin ella las letras y habili- dades, 6 por mejor decir, cudnto dafian; y no engendrar en ellos eon esas pléticas deseo de honra, y de campear y ser tenidos por bue- nos ingenios, y por grandes talen- tos, que suele ser principio de su perdicion. Surio, en la vida de san Fulgen- cio Abad, trae un buen ejemplo & este propésito. Dice que este san- to Prelado, cuando veia que al- 4 gunos de sus religiosos eran gran- des trabajadores, y que no paraban en todo ql dia de servir y ayudar 4 la casa; pero veia, por otra parte, que en las cosasespirituales no eran tan diligentes, y que en gu oracion, leccion y recogimiento espiritual no ponian tanto cuidado ; & estos no los amaba ni estimaba tanto, ni le parecia que eran dignos de eso: pero cuando veia 4 alguno muy aficionado 4 las cosas espirituales, y muy cuidadoso de su aprovecha- miento, aunque por otra parte no pudiese hacer nada en casa, ni servir de nada por ser flaco y en- fermo ; 4 estos dice que les te- nia particular amor, y los estima- ba mucho : y con razon, porque 4qué hace al caso que uno tenga grandes partes y talentos, si no es obediente y rendido, y si el supe- rior no puede hacer de él lo que quiere? Especialmente si de ahi to- ma por ventura ocasion para co- brar alguna libertad, y querer al- guna exencion ; mas valiera que nunca tuviera esas habilidades y talentos. Si el superior hubiera de dar 4 Dios cuenta, si habia tenido en su, casa gente muy hacendosa y de grandes partes, fuera eso; pero no es eso de lo que ha de dar cuen- ta, sino del cuidado que tuvo que sus subditos aprovechasen en espi- ritu, y fuesen. cada dia creciendo en virtud; y que conforme 4 las fuerzas y talentos que: el Sefior dié 4 cada uno, se empleasen en sus ministerios y oficios, no per- diendo por eso nada de su aprove- TRATADO PRIMERO, CAP. I. chamiento ; y de eso mismo tam- bien pediré Dios cuenta al stibdito. Ciertamente, dice aquel Santo (1): «El dia del juicio no nos pregun- tardn , qué leimos, mas qué hici- mos ; ni cuén bien hablamos , mas cudn honestamente vivimos.» Habia enviado Cristo nuestro Re- dentor 4 sus discipulos 4 predi- car, y dice el sagrado Evangelio, que volvieron muy contentos y ufanos, diciendo : Sefior, habemos hecho maravillas y milagros ; aun hasta los demonios se nos sujeta- ban, y nos obedecian en vuestro nombre. Respéndeles el Redentor del mundo : Jn hoc nolite gaudere, quia spiritus vobis subjiciuntur : gaudete autem, quod nomina ves- tra scripta sunt in celis : No pon- gais. vuestro contento y gozo en que haceis maravillas y milagros, y mandais 4 los demonios, y os obedecen ; sino gozaos y regoci- jaos, porque vuestros nombres es- tan escritos en el cielo. En adqui- rir y ganar el reino de los cie- los habemos de poner nuestro con- tento y nuestro gozo ; que ese otro sin esto no nos aprovecharé nada: Quid enim prodest homini, si mun- dum universum lucretur, anime vero sue detrimentum patiatur? Matth. xvi, 0. 26. 4Qué le aprovecha al hombre que gane todo el mun- do, si es con detrimento de su alma? Pues si esto decimos, y lo dice el mismo Cristo nuestro Reden- tor de las ocupaciones y ministe- (1) ‘Thomas de Kempis, lib. 1 de con- temp. mund. cap. 3. DE LA ESTIMA’ ¥ DESEO DE'LAS COSAS ESPIRITUALES. rios espirituales de ganar y con- vertir almas, que no por eso nos habemos de olvidar de nosotros; porque no nos aprovecharé nada, aunque convirtamos todo el mun- do; 4qué sera de las demés ocupa- ciones ? No es razon que el reli- gioso ande tan absorto y embebe- cido en los estudios, ni que se deje llevar tanto de las ocupaciones ex- teriores, que se olvide de su propio aprovechamiento, de su oracion, del.ex4men de su conciencia, del ejercicio de la mortificacion y pe- nitencia, y que el postrer lugar.ten- gan las cosas espirituales, yel peor tiempo sea para ellas, y que si al- go se ha de dejar, sean ellas; por- que eso seria vivir sin espiritu, y no como religioso. Cuenta san Doroteo, que habia hecho enfermero 4 su disc{pulo Do- siteo, y él era muy diligente en su oficio; tenia mucho cuidado de los enfermos, las camas muy bien he- chas, los aposentos muy bien ade- rezados; todo muy limpio y asea- do. Yendo 4 visitar san Doroteo la enfermeria, dijole Dositeo: Pa- dre, viéneme un pensamiento de vanagloria, que me dice: ; Cuén bueno lo tienes todo ! ; Como se con- tentaré de ti tu superior! Res- pondidle san Doroteo une cosa, con que le quité bien la vanagloria. Muy buen servicial has salido, Do- siteo: Non tamen bonus, et probus effectus es monachus. Muy buen enfermero has salido, y muy dili- gente; empero no has salido buen religioso. Pues procure cada uno 5 que no se pueda decir esto de él: Muy buen enfermero, 6 muy buen portero habeis salido; pero no ha- beis salido buen religioso: muy buen estudiante, 6 buen letrado, 6 buen predicador habeis salido; pe- ro no buen religioso; que no ve- nimos aca 4 eso, sino & ser buenos religiosos. Esto es lo que habemos de estimar y procurar., y tener siempre delante de los ojos; y todas Jas. demas cosas las habemos de to- mar como dccesorias y como por afiadiduras, respecto de nuestro aprovechamiento, conformeéaque- llas palabras de Cristo: Querite er- go primum regnum Dei, et justi- tiam ejus; et hec omnia adjicientur vobis. Matth. v1, 0. 23. De aquellos Padres del yermo Jeemos (1), que porque no podian estar siempre leyendo, 6 meditando y orando, se ocupaban en el tiem- po que les sobraba en hacer cesti- las y otras obras de manos, por no estar ociosos; y algunos de ellos al fin del afio ponian fuego 4 todo Jo que habian hecho, porque no te- nian necesidad de esto para susten- tarse; sino solamente trabajaban por ocupar el tiempo y no estar ociosos. Asi nosotros en lo que ha- bemos de poner principalmente los ojos, es en nuestro propio apro- vechamiento; y los demas nego- cios y ocupaciones, aunque sean con los préjimos, habémoslos de toman al modo que tomaban aque- llos santos Padres el hacer las ces- (1) Refert Cassin. de abbate Paulo, li- bro 10, cap. 28. 6 tillas, no para olvidarnos y des- cuidarnos por eso de nosotros, ni para perder por eso un punto de perfeccion. Y asi habemos de ir siempre en este fundamento, y te- nerle como primer principio, que los ejercicios espirituales que to- can 4 nuestro propio aprovecha- miento, los habemos de poner siem- pre en primer lugar, no dejando- los por ninguna cosa; porque: esto es lo que nos ha de conservar, y llevar adelante en la virtud; y en faltando en esto, luego se nos echa- réde ver el desmedro. ¥ harta ex- periencia tenemos, que cuando no andamos como debemos, siempre es por haber aflojado en los ejerei- cios espirituales: Aruit cor meum; quia oblitus sum comedere nanem mewm. Psalm. cr, 0.5. Si nos falta el mantenimiento y sustento delal- ma, claro esté. que habemos de an- dar flacos y descaecidos; y ast nos encomienda esto mucho nues- tro santo Padre, y nos avisa de ello muchas veces (1). Una vez dice: «El estudio, que tendran los que es- tén en aprobacion, y todos, debeser de Yo que toca 4 su abnegacion, y para crecer masen virtud y perfec- cion. » Otra dice: «Dén todos & las cosas espirituales tiempo, y procu- ren en devocion, cuanto la divina gracia lescomunicare.» Otra: «Dén todos el tiempo que les fuere seits- lado 4 la oracion, meditacion y leceion, eon toda diligencia en el (1) S.Ignat. 8 p. Const. c.1, $27; et reg. 1 susomarii Const. reg. 12 summar. reg. 1 communium, TRATADO PRIMERO, CAP. L Sefior.» Y ndtese aquella palabra: Con toda diligencia. De aqui se ver que por muchas ocupaciones que tenga uno de la obediencia y desu oficio, no es vo- luntad de los superiores que deje sus ejercicios espirituales ordina~ rios; porque no hay superior que quiera que uno quebrante sus re- glas, y reglas tan principales como estas. ¥ asi no pretenda nadie co~ lorear y encubrir su imperfeecion y negligencia en los ejercicios es- pirituales con velo y capa de obe- diencia, diciendo: No pude tener oracion 6 ex4men, 6 leccion espi~ ritual, porque me ocupd la obe- diencia; que no es la obediencia la que impide eso, sino el descuido del particular, y la poca aficiom que tiene 4 las cosas espirituales. San Basilio dice (1), que habemos de procurar ser muy fieles en dar & Dios los tiempos que tenemos sefia- lados para laoracion, y para nues- tros ejercicios espirituales, y sial- guna vez, por alguna ocupacion forzosa, no pudimos tener la ora— cion 6 el exémen 4 su tiémpo,, ha~ bemos de quedar con un hambre y deseo de suplirlo y restaurarlo luego lo mas presto que pudiére- mos: como cuando nos falta la ra- cion corporal de la comida, 6 ek suefo necesario, por haber estado toda la noche con un enfermo, con- fesando, 6 ayudandole 4 bien mo~ rir; luego lo procuramos suplir, ¥ no nos falta tiempo para ello. Esta (1) Basil. serm, de Renuntiat. ssecull is- tius, et spiritual perfectione. DE LA RSTIMA. ¥ DESEO DE LAS COSAS ESPIRITUALES. es la volumtad de los superiores,. cuando ocupan 4 uno en el tiempo de sus ejercicios espirituales, por ser algunas veces menester; no por e80 quieren que los deje, sino que los dilate, y lossupla despues muy cumplidamente ; conforme 4 aque- lo del Sébio: Non impediaris orare semper. Becli. xvi, 0. 22..No dice: No imspidas, sino, noseasimpedido: no haya impedimento ni estorbo que quite el tener siempre tu ora- ciom, y para el buen religioso nun- ca le hay; porque siempre halla tiempo para suplirlo y restaurarlo. De san Doroteo se cuenta (1), que:siendo hespedero, y acostando- se many tarde, y levantandose algu- nas veces de noche para dar reca- do & los huéspedes:: com todo eso se levantaba con les demas 4 su ora~ cion, y habia rogado 4 uno que le despertase, porque el despertador no lo hacia, por la ocupacion. que sabia haber tenido; y aun no esta- ba del todo sano de umas calentu- ras. Este era buen deseo de no fal- tar 4 sus.ejercicios espirituales, y no quedarse con cualquiera acha~ que, y despues andar desconcerta- do todo el dia. ¥ alli se cuenta tambien de un santo viejo, que vid un Angel que incensabs 4 todos los. que habian ido con diligencia & la oracion, y tambien los lugares vaeios de los que impedidos por obediencia faltaban; pero: no los de los que por negligencia suya. Esto-es bueno para consuelo de:los (1) S.Doroth. serm. seu doct. 11 in Bi- bilethec. Sanct. Patr. tom. 3: 7 que por ocupaciones de la obédien- cia no pueden acudir & su tiempo con, los. demas &1es. ejercieios espi- ritueles; y para que procuremos de: no faltar & ellos por nuestro des- cuido. CAPITULO II. Dela aficion y deseo gue habemos da tener @ la. virtudy perfeccion. Beats qui esurinat, e& sitiuntjus~ Gtiam, quoniam ipsi saturabwnter. Matth. v, 0. 6, Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia; porque ellos serén hartos. Justicia, aunque es nombre par~ ticular de una. de las cuatro vir- tudes cardinales, distinta de las otras; pero tambien es nombre co- mun 4 toda. virtad y santidad. La. vida buena y virtuosa Mamamos justicia, y alsaxito y virtuoso, de- cimos que es justo: Justitia recto- rum liberabit eos, dice el Sdbio. Prov. x1, 0. 6. Quiere decir: Su vida santa os librara; y asi se toma en. muchos lugares de la Eseritura: Nisi abundaveris justitia vestra | plusquam Scribarum, et Pharises- rum, Matth. ¥, 0. 20. Sivuestrajus- ticia no fuere mayor que la de: los escribas y fariseos, no entraréis en. el reino de les cielos, dice Cristo nuestro Redentor; que es decir: Si vuestra virtud, religion y santidad. no fuere mayor. Y de la misma manera se entiende aquello. que 8 dijo el mismo Cristo 4san Juan Bautista, cuando rehusaba bau- tizarle: Sic enim decet nos implere omnem justitiam. Matth. v, 0 5. Asi conviene para dar ejemplo de obediencia y humildad, y de toda perfeccion. De esta manera se toma tambien en las palabras presentes, pues dice Cristo nuestro Reden- tor: Bienaventurados los que tie- men tanto deseo y aficion 4 la vir- tud y perfeccion, que tienen ham- bre y sed de ella; porque estos se- ran hartos, estos la alcanzarén. Y es esta una de las ocho bienaventu- ranzas que nos ensefié y predicd en aquel soberano sermon del mon- te. San Jerénimo sobre estas pala- bras dice: Non nodis suficit velle justitiam ;nisijustitie patiamurfa- mem: No basta cualquier deseo de la virtud y perfeccion; es menes- ter que tengamos hambre y sed de ella, que podamos decir con el Profeta, Psalm. xu1, 0.1: Quem- admodum desiderat cerous ad fontes aquarum ; ita desiderat anima mea adte Deus: Dela manera queel cier- vo herido y acosado delos cazado- res, desea las fuentes de las aguas, asi mi alma desea 4 ti, Dios mio. Esta es una cosa de tanta impor- tancia, que como comenzamos 4. decir en el capitulo pasado, de ella dependetoda nuestra medra espiri- tual, y ese es el principio y el me- dio unico para aicanzar la perfec- cion, conforme 4 aquello del Sébio: Initium enim illius verissima est discipline concupiscentia, cap. v1, v. 16. El principio para alcanzar la TRATADO PRIMERO, CAP. II. sabiduria (que es el conocimiento. y amor de Dios, en que consiste nuestra perfeccion ) es un verdade- ro y entrafiable deseo de ella, y la razon de esto es, porque, como di- cen los filésofos, en todas las co- sas, y sefialadamente en las obras morales, el amor y deseo del fin esla primera causa que mueve to- das las otras 4 obrar; de tal mane- Ta, que cuanto es mayor el amor y deseo del fin, tanto es mayor el cuidado y diligencia que se po- ne para alcanzarle; y asi importa mucho, que el deseo y aficion de la virtud y perfeccion sea grande, para quel cuidado y diligencia en procurarla y alcanzarla sea tam- bien grande. Es tan importante y necesario para aprovechar que haya en nos- otros este deseo, que nos salgadel corazon, y nos lleve.tras si, y no sea menester andar tras nosotros en esto; que del que no tuviere esto, muy poca esperanza habré. Pongamos ejemplo en el religio- so, y cada uno podré aplicar la doctrina 4 si, conforme 4 su esta- do. Bueno y necesario es en la Religion el cuidado y vigilancia de los superiores sobre los stbdi- tos, y menesteres la reprension y la penitencia; pero del que por eso hiciere las cosas, no hay mu- cho que fiar: porque eso cuando mucho podré hacer que por algu- na temporada, cuando andan sobre 6l, proceda bien; pero Bi esto no sale de allé dentro del corazon, del deseo verdadero de su aprovecha- DE LA ESTIMA Y DESEO DE LAS COSAS ESPIRITUALES. 9 miento, no hay que hacer mucho caso de eso; porque no podré du- Tar. Esta es la diferencia que hay en- tre las cosas que Se mueven con movimientos violentos, y las que 8e mueven con movimientos natu- rales; que las que se mueven con movimientos violentos, como aque- Uo nace de una fuerza 6 impre- sion ajena, cuanto mas van ade- lante, tanto mas van aflojando y enflaqueciendo, como cuando ti- rais la piedra hacia arriba; mas en las cosas que se Mueven con mo- vimiento natural, como cuando la piedra va 4 su centro, es al contra- rio, que cuanto mas va, mas lige- ramente se mueve. Pues esta es tambien la diferencia que hay de los que hacen las cosas por temor de la penitencia y de la repren- sion, 6 porque les estén mirando, 6 por otros respetos humanos, &1los que se mueven por amor de la vir- tud y por puro deseo de agradar 4 Dios: que aquello no dura sino mientras dura la reprension y el andar sobre ellos, y luego se va ca- yendo; como refiere san Grego- rio, homil. 38 in Fvang., de aquella tia suya Gordiana, que repren- diéndola las otras dos hermanas su- yas Tarsila y Emilia, de la li- viandad de sus costumbres, y por- que no guardaba la gravedad que convenia al habito de Religion que tenia, ella mientras duraba la reprension, mostraba gravedad en su rostro, y parecia que lo to- maba bien; pero luego pasada la hora de la reprension y del cas- tigo, perdia aquella fingida gra- vedad; y gastaba el tiempo en ha- blar palabras livianas, y en holgar- se con la compaiifa de las doncellas legas que habia en el monasterio. Era como el arco flechado con una récia cuerda, que en aflojandose ella, 61 tambien se afloja, y se tor- na 4 su primera postura: como no le salia del corazon, sino que era cosa violenta, no podia durar. Este negocio de la perfeccion no es negocio que se ha de hacer por fuerza, ha de salir del cora- zon; y asi dijo Cristo nuestro Re- dentor 4 aquel mancebo del Evan- gelio: Si vis penfectus esse. Matth. XIX, 0. 21. Si quieres ser perfecto; pero si vos no quereis, no bastaran todas las diligencias y medios que pueden poner los superiores pa- ra haceros perfecto. Esta es la so- lucion y respuesta de aquello que pregunta el glorioso san Buena- ventura (1): ,Qué es la causa, di- ce, que antiguamente bastaba un superior para mil monjes, y pa- ra tres mil, y cinco mil, que di- cen san Jerénimo y san Agus- tin, que solian estar debajo de un superior; y ahora para diez, y aun para menos, no basta un superior? La causa de esto es, porque aque- llos monjes antiguos tenian en su corazon un vivo y ardiente deseo de la perfeccion, y aquel fuego que ardia allé dentro les hacia tomar muy 4 pechos su propio aprove- (1) Bonav. opuse. de perfect. Religios. Mb. 1, cap. 89. to ehamiento, y caminar con grande fervor: Pulgebunt justi, ettamquam scintille in arwndineto discurrent. Sapient. m. Con esta methfora nos declara muy bien el Espiritu Santo la velocidad y ligereza con que ca- minan los justos por el camino de Ja virtud, cuando ha prendido este fuego en su.corazon. Correran, di- ce, como centellas de fuego por el cafiaveral. Mirad con qué veloci- dad y ligereza corre la llama por un cafiaveral seco, cuando prende elfuego en él; pues de esta manera, corren. les justos por el camino de Ja virtud, cuandoestén encendidos y abrasados de este fuego divino. Asi lo estaban aquellos monjes an- tiguos; y por eso no tenian nece- sidad de superior para eso, sino antes para que les fuese 4 la mano en sus. fervores: pero cuando eso no hay, no solo no bastaré un su- perior para diez; sino diez supe- riores no bastardn para uno, ni le podrén hacer perfecto, si él no quiere : claro estaeso; porque 4 qué aprovecharévisitarlaoracion? Des- pues que. ha pasado el. visitador, gno puede uno hacer Io que quisie~ re? Y estando alli de rodillas, 4no puede estarse pensando en el estu- dio y en el negocio, y en otras cosas impertinentes? Y cuando va 4 dar cuenta de la. conciencia, 4no puede decir lo que quisiere, y ca- Har lo que hace masial cago, y de- cir que le va bien , no yéndole bien, sino mal? Que por demas es, si él no quiere, y lo desea. de veras. Aqui viene bien lo que respon- TRATADO PRIMERO, CAP. II. dié santo Tomés de Aquino, pre guntandole una vez una herman suya, cémo se podria salvar: Res- pondié el Santo: Queriendo (1). Si vos quereis, os salvaréis; y si vos quereis, aprovecharéis; y si vos: quereis, seréis perfecto. En eso es-- t&el punto de la dificultad, en que vos querais y deseeis de veras, y os salga del corazon; que Dios de. su parte muy presto esté para acu~ dirnos: y‘si eso no hay, todo lo que ac& pueden hacer los superio- res, seré por demas. Vos sois el que habeis: de tomar 4 pechos. vuestro. aprovechamiento; porque ese es vuestro negocio, y & vos 08 va en ello y nodotro, y & eso venisteis 4 la Religion. ¥ tenga cada uno entendido, que el dia que sflojare. en esto, y se olvidere de si y de lo que toca 4 su aprovechamiento:, » no tuviere cuidado de hacer bien hechos susejercicios espirituales, y un vivo y encendido deseo de apro- vechar, é ir adelante en lw virtud ¥ mortificarse, ese dia va perdido su negocio; y asi nuestro santo Padre, al principio de las.Consti- tuciones y de las reglas, en el §. 1, nos pone esto por fundamento: «La interior ley de la caridad ¥ amor, que el Espiritu Saxito escri- be, 6 imprime en los corazones, es. la que nos ha de conservar, regir y llevar adelante-en la vida comen- zada del divino servicio. » Hste- fuego de amor de Dios, y el deseo de su mayor honra ¥ gloria, es: el (1) Part. 1, lb. 8, cap. 37 histor, Preedi- cator. DE LA ESTIMA Y DESEO DE LAS COSAS ESPIRITUALES. que nos ha de estar siempre solici- tando para subir é ir adelante en la virtud. Cuando hay de veras este deseo: enel corazon, él hace que pon- gamos diligencia y cuidado para alcamzar lo que deseamos; porque nuestra inclinacion es muy indus- triosa para buscar y hallar lo que desea, y nunca le faltan medios para ello, y por eso dijo el Sabio, cap. vt, 0.18, que et principio para alcanzar la sabiduria es el verda- dero y entraiiable deseo de ella. Y¥ mas, esto de salir la virtud del corazon trae consigo otro bien, que es lo que hace tan eficaz este medio; y es, que hace faciles suaves las cosas, por muy dificul- tosas que sean de: suyo. Sino, de- cidnos: 4Por qué se os: hizo & vos tan facil el dejar el mundo y en- trar en Religion, sino porque os salié. del corazon ? Os dié el Sefior una voluntad y aficion grande & eso, que fue la gracia de la. voca~ ciom: quitéos la aficion & las cosas del mundo, y pfsoosla 4 las cosas de la Religion ;. y con eso se os hi~ za faeil. Y gpor qué 4 los que se quedan allé en el mundo se les ha-| ce eso tan dificultoso? Porque no les ha dado Dios esa voluntad y aficion. que os did & vos: nolos ha Iamado Dios, como ellos. di- cen, ni hecho esa gracia. de la vo- cacion. Pues asi como para entrar en: Is Religion os lo facilité la vo- lumtad y el deseo grande que tu- visteis de eso, que no bastaron vuestros padres y perientes, ni hh todo el mundo para apartaros de ello; as{ tambien para aprovechar en la Religion, y paraque sus ejer- cicios se os hagan faciles, es me- nester que dure esa voluntad, y mientrasidurare, seos harém faei- les; pero en faltando, todo.se os ha- ré dificultoso y cuesta arriba. Esta es la causa porqueuos hallamosal- gunas veces tan pesados, y otras tan apurados: no eche nadie la culpa &las cosas , ni & los superio— res, sino & si, y 4 su poca virtud ¥ mortificacion. Dice el Padre maes— tro Avila en ei Epistolario, 1 part. epist. 2: «Un hombre sano y récio facilmente levanta una. arrébade peso; pero un enfermo, 6 un ni- fio, dice: ; Ay como pesa!» Esa es la causa de nuestra dificultad, que las cosas las mismas son, y en otro tiempo. se nos haciamfaciles, ¥ no reparabamosen ellas; en nos- otros esté la culpa, que habiendo de ser varones, y haber crecido ex perfeecion , ix virwm penfectum, como dice san Pablo, somos nifios en la virtud, y habemos enferma~ do y affojado en aquel deseo de aprovechar, con. que entramos: en. la Religion. 12 CAPITULO III. Que el tener gran deseo de nues- tro aprovechamiento es wn medio muy principal, y una disposicion muy grande para que el Seftor nos haga mercedes. Impértanos tambien muchoel te- ner este deseo, y esta hambre y sed de nuestro aprovechamiento; porque este es uno de los mas principales medios, y de las me- jores disposiciones que podemos poner de nuestra parte para que el Sefior nos dé la virtud y per- feccion que deseamos. Asi lo di- ce san Ambrosio, Serm. 3 sup. Psalm. cxvin; que cuando uno tie- ne gran deseode suaprovechamien- to, y de crecer en virtud y perfec- _ cion, dice que gusta Dios tanto de eso, que le enriquece y llena de bie- nes y mercedes; y trae para eso aquello que dijo la sacratisima Vir- gen en su cdntico: Fsurientes im- plevit bonis. Luc. 1, 0. 53. A los hambrientos hinchié Dios de bie- nes; y lo mismo habia dicho antes el Profeta en el salmo cv1, 0. 9: Quia satiavit animam inanem (id est sitibundam ), et animam esu- rientem satiavit bonis. A los que tienen tanto deseo de la virtud y perfeccion, que tienen hambre y sed de ella, & esos enriquece y lle- na el Sefior de dones espirituales; porque se agrada mucho del buen TRATADO PRIMBRO, CAP. III. niel le aparecié el angel san Ga- briel, y le dijo que sus oraciones habian sido oidas desde el princi- pio: Quia vir desideriorum es, Da- niel. rx, 0. 23; porque eres varon de deseo. Y si al rey David (1) le con- firmé Dios el reino para sus des- cendientes, por la voluntad y de- seo que tuvo para hacer casa y templo al Sefior, aunque no qui- so que se le hiciese él, sino su hi- jo Salomon; pero agradéle mucho aquel deseo, y premidselo como si lo hubiera puesto por-obra. Y de Zaqueo dice el sagrado Evangelio, Ine. x1x, 0.5, que desed ver 4 Je- sus; y primero fue visto de Jesis, y él se convida, y se le entra por las puertas de su casa. En el capitulo vide la Sabi- duria realza mas eso Salomon, ha- blando de la sabiduria, que es el mismo Dios: Facile videtur ab his, qui diligunt eam, et invenitur ab his, qui querunt illam: Facilmen- te, dice, se deja ver de los que la aman, y hallar de los que la bus- can. gSabeis que tan facilmente? Preoceupat, qui se concupiscunt, ut illis se prior ostendat: Ella misma se adelanta y previene 4 los que de veras la desean, para mostrar- seles primero. No lo habeis vos co- menzado & desear, cuando ya esté con vos. Qui de luce vigilaverit ad illam, non laborabit: assidentem enim illam foribus suis inveniet: EL que por lamafianamadrugareé bus- carla, no trabajaré mucho en ha~ llarla, dando de acd para allé; deseo de nuestro corazon. A Da- (1) Reg. vir, 2; xu, xvi. DE LA ESTIMA Y DESEO DE LAS COSAS ESPIRITUALES. porque en abriendo la puerta de su casa, la hallaré alli sentada 4 su puerta esperando que le abra. Lo primero que toparé en abriendo sera con esta sabiduria divina, que es el mismo Dios. ;Oh bondad y misericordia infinita de Dios! No se contenta con andarnos él buscando 4 nosotros, y dar alda- badas 4 nuestra puerta una y otra vez para que le abramos. Fece sto ad ostium, et pulso: Mira que yo soy el que estoy Namando, dice en el Apocalipsi, c. 1, 0. 20; y en los Cantares, c. v, 0.2: Aperi mihi so- ror mea : Abreme, hermana mia: no se contenta con eso, sino como de cansado de llamar se sienta Dios & nuestra puerta; dandonps 4 en- tender, que ya hubiera entrado si no hallara la puerta cerrada ; y que con todo eso aun no se va, sino signtase alli, para que en abrien- do luego topeis con él : Assiden- tem enim illam foribus suis inve- niet. Aunque os habeis tardado en abrir 4 Dios vuestro corazon , y en responder & su buena inspiracion ; con todo eso aun no se ha ido Dios, que mas gana tiene de en- trar que eso: sentado esta alli 4 la puerta esperando que la abrais: Expectat Dominus, ut misereatur vestri. Isai. xxx, v. 18. Esperando esta el Sefior, para usar de miseri- cordig, con vosotros ; porque no hay * amigo que asi desee entrar en ca- sa de su amigo, como Dios desea entrar en vuestro corazon. Mas ga- na tiene él de comunicarsenos-y hacernos mercedes, que nosotros 18 podemos tener de recibirlas ; sino que esté esperando que nosotros lo deseemos, y tengamos esta ham- | bre y sed de ello : Ego sitienti da- bo de fonte aque vite gratis. Apoc. EXI, 0. 6. Si quis sitit, veniat ad me, et bibat. Joan. v1, 0. 37. El que tuviere sed, venga 4 mi y beba. Al que tuviere sed, yo le daré de la fuente del agua de la vida de bal- de. Quiere el Sefior que tengamos grande deseo de la virtud y per- feccion, para que cuando él nos die- re algo de esto, lo sepamos esti- mar y conservar como cosa muy preciosa ; porque lo que se desea poco, suélese tener en poco des- pues de alcanzado; y asi una de las causas principales porque medra- mos poco en la virtud y-nos que- damos tan atras en la perfeccion, es porque no tenemos hambre y sed de ella : deseémosla tan tibia y flojamente, que mas parecen de- seos muertos, que vivos, los que te- nemos. Dice san Buenaventura, Profes. 4 relig. c. 3, que hay algunos que tienen buenos propésitos y deseos, y nunca acaban de vencerse ni hacerse fuerza para ponerlos por obra, conforine & aquello del Apés- tol, ad Rom. vit, 0. 18: Vedle adjacet mihi; perficere autem bonum non imvenio. Estos muchas veces no son. verdaderos propésitos ni deseos, si- no unas veleidades que querrian; pero no quieren: Vult, et non vult |piger, dice el'Sdbio (1): desideria (1) Prov, x11, 4; xx1, 25; Hieron. epis- tol.4ad Rusticum Monachdm. Ww oocidunt pigrum ; noluerunt enim qwidquam manus ejus operari : tota die concwpisctt, et desiderat : El pe- ves0se quiere y no quiere ; porque no quiere echar mano al trabajo: todo se le va en deseos: In desideriis estomnisotiosus. Compara muy bien el Padre maestro Avila, cap. 6 del Audi filia, & estos ‘& los que entre suefios les parece que hacen gran- des cosas, y recordados lo hacen todo al revés, conforme & aquello de Isaias, c. xxvi, 0.8: Sicut som- nat esuniens, et comedit; cwm autem Suerit expergefactus, vacwa est ani- ma ejus. Acontece, que el que tie- ne hambre 6 sed, esti sofiando qme come 6 bebe; pero cuando despierta se halla tan hambriento y sediento como de antes ; asi & es- tos en ta oracion les parece que desean padecet y ser despreciados y tenidos en poco, y en saliendo de alli, en ofreciéndose la ocasion, todo lo hacen al revés : era que lo sofiaban ; no eran deseos verdade- ros. Otros comparan 4 estos, y di- cen que son como soldados pin- tados en campamento, que estan siempre con la espada sobre el ene- migo, ‘yy nunca acaban de descar- gerel golpe, conforme& aquello del Profeta , Psalm. xxxyin, 0.7: Ve- rumtamen in imagine pertransit ho- mo: asi se les pasa & algunos toda la vida en amagar y no dar. El pro- fata Isaias (1) 10s compara 4 la mu- jer que esta eon dolores de parto y munca acaba de echar le cristura & luz: Venerunt fli usque ad par- (1) Isat. xxxvir, 3; TV Reg. xrx. TRATADO PRIMERO, CaP. IIT. tum, et virtus non est pariendi : as{ estos siempre estan de parto, y nunca acaban de parir. San Jerd- mimo sobre aquellas pelabras de san Mateo, c. xxIv, 0. 19: Ve au- tem pregnantibus, et nutrientious inillis diebus! dice : Ve illis anima- bus, que non perduxerunt sua ger- mina im virwm perfectum! i Ky de aquellos, que los deseos buenos que concibieron no los sacaron & luz, sino que ahogaron alla dentro los hijos que habian concebido ! Pues nunca sacarlos & luz de la obra, es ehogarlos y metarlos den- tro del vientre. j;Ay de estos, que se les pasa toda 1a vida en deseos, y los halla la muerte sin obras! Porque despues no solo n0 les apro- vecharan los deseos que tuvieron ; sino que seran castigados, porque no efectuaron las buenas inspira- ciones que el Sefior les dié : tornarse han contra.ellos sus propios hijos, como fueran por ellos si los saca- ran 4 luz. 7 Absalon quedé colgado de sus dorados y hermosos cabellos (1); as{ vendré 4 muchos la muerte, y ° quedarén colgados de sus buenos y dorados propésitos. £1 apéstol y evangelista san Juan en su Apoca- lipsi, c. x1, 0. 2, dice que vid una mujer que estaba de parto, y jun- to 4 ella un dragon muy grande para tragar la criatura en saliendo. Eso es lo que procura el demonio: con todas sus fuerzas, cuando el alma concibe algun buen propési— to; y asi es menester que nosotros, (1) Reg. xxvz11, 9. DE LA ESTIMA Y DESEO DE LAS COSAS ESPIRITUALES. por el contrario, procuremos con tedas nnestres fuerzas, que nues- tros deseos sean tales y tan efica- ees, que vengamos 4 ponerlos por bre. Esto dicé san Bernardo (1), que quiso decir el profeta Isaias en pquellas palabras tan sentenciosas como breves : Si gueritis, gquerite: Si le buseais, buscadle: quiere de- cir: No os canseis ; porque los de- seas y propésitos verdaderos han de ser eficaces y con perseveran- cia, y tales que nos hagan andar Bolicitos y-cuidadosos de agradar amas y mas 4 Dios, conforme 4 aque- le del profeta Miqueas, ¢. v1, 0. 8: Indicabo uibi, 6 homo, quid sit bo- amum, et quid Dominus reguirat a te; autigque facere judicium, et diligere misericordiam, et solicitum ambu- tare cum Deo tuo. Estos deseos fer- vorosos , Son los que nos pide el Se- Hor para hacernos mercedes y lle- narnos de bienes. Bienaventurados Jos que tienen esta hambre y sed de la virtud y perfeccion : porque esos serén hartos (2), Dios les cum- plird sus deseos. De santa Gertru- dis se lee , que la dijo el Sefiar: Yo he-dedo 4-cada uno de Jos fieles una fistola 6 cafia de oro, con que de mi deificado corazon chupe y traiga cuanto deseare : 1a cual fistola la declaré ser la buena voluntad y deseo. (1) Bern, serm. 2 de altit. et latit. cor- dig; Teal. x1, 12. (2) Matth. v,6. 15 CAPITULO IV. Que mientras wno mas se da d las cosas espirituales, mas hambre y deseo tiene de ellas. Qui edunt me, adkuc esurient, et qui bibunt me, adhuc sitient, Ec- cli. xxrv, 0. 29, dice el Espiritu Santo, hablando de la Sabiduria divina : Los que me comen, que- daran con hambre, y los que me be- ben, quederén con sed. El bien- aventurado san Gregonio, Aomil. 26, sup. Foang., dice, que esta es la diferencia que hay entre los bienes y deleites del cuerpo, y los del espiritu : que aquellos, cuando no los tenemos, causan gran deseo y apetito de si; mas en alcanzdn- dolos, tenemos en nada cuanto ha- bemos alcanzado. Desea uno allé enel mundo un colegio, una cate- dra: en alcanzandola luego tiene aquello en nada, y pone los ojos en otra cosa mayor. En teniendo una canonjia , una audiencia, y en haber alcanzado eso, luego se enfada y comienza 4 desear otra cosa mas alta: una plaza de Con- sejero real, y luego un obispado; y ai aun ahi est& satisfecho, sino que luego pone los ojas en otro mayor, y no estima lo que haal- canzado, ni le da contento. Empe- To en las cosas espirituales es al revés, que cuando no las tenemos, entonces nos enfadan y tenemos hastio de ellas ; mas cuando las te- 16 nemos y poseemos, entonces las estimamos mas y tenemos mas de- seos de ellas, tanto mas, cuanto mas las gustamos: y da el Santo Ja razon de esta diferencia ; porque los bienes y deleites temporales, cuando los aleanzamos y tenemos, entonces conocemos mejor su. in- suficiencia é imperfeccion; y co- mo vemos que no nos hartan, ni satisfacen , ni dan el contento que pensdbamos, tenemos en poco lo que habemos alcanzado, y queda- mos con sed y deseo de otra co- sa‘mayor, pensando hallar alli el contento que deseébamos ; y enga- fidmosnos : que lo mismo sera des- pues de alcanzado eso, y esotro: ninguna cosa de este mundo nos podra hartar ; que eso es lo que di- jo Cristo nuestro Redentor 4 la Samaritana : Omnis, qui dibit ea aqua hac, sitietiterum. Joan. 1v, 13. Por mas que bebais de esta agua de acd, luego de ahi 4 un poco tor- naréis & tener sed. El agua de los contentos y deleites que da el mun- do, no puede hartar, ni satisfa- cer 4 nuestra sed; empero los bie- . nes y deleites espirituales, cuando se poseen, entonces se aman y se desean mas, porque entonces se co- noce mas su precio y su valor; y mientras mas perfectamente los po- seerémos, mas hambre y mas sed tendrémos de ellos. Cuando uno no ha probado las cosas espirituales, ni ha comenzado 4 gustar de ellas, no es mucho, dice san Gregorio, que no las desee : Quis enim ama- re valeat, quod ignorat? Porque, TRATADO PRIMERO, CAP. IV. équién ha de amar y desear lo que no conoce, ni ha probado 4 qué sabe? Por eso dice el apdstol san Pe- dro, ep. I, c. 1: Si amen gustastis, quoniam dulcis est Dominus ; y el Profeta, Psalm. xxx: Gustate, et videtle, quoniam suavis est Dominus: Gustad, y ved cudn suave es el Se- fior ; porque en comenzando 4 gus- tar de Dios y de las cosas espiri- tuales, hallaréis en ellas tanta dul- zura y suavidad, que os comeréis las manos tras ellas. Pues esto es lo que nos dice el Sabio en estas palabras : El que co- miere-y bebiere de mi, mientras mas comiere mas hambre tendré de mi ;.y mientras mas bebiere mas sed tendré de mi. Mientras mas os diéreis 4 las cosas espirituales y de Dios, mas hambre y mas sed tendréis de ellas. Pero diré alguno: 4Cémo concuerda eso con lo que dijo Cristo 4 la Samaritana? Qué autem biberit ex agua, yuam.ego da- bo ei, non sitiet in eternwm. Joan. rv. Aqui dice Cristo, que el que be- piere del agua que él diere, no tendré mas sed : en ese otro lugar dice el Espiritu Santo por el Sébio, que mientras mas bebiéremos ten- drémos mas sed; ,cdmo concuerda lo uno con lo otro? A esto respon- den los Santos, que lo que dijo Cristo & la Samaritana se entien- de, que el que bebiere del agua viva que alli promete, no tendra mas sed de los deleites sensuales y del mundo ; porque la dulzura de las cosas espirituales y de Dios hace que le parezcan desabridos. DE LA ESTIMA Y DESEO DE LAS COSAS ESPIRITUALES. Dice san Gregorio: Sicut post gus- tum mellis omnia videntur insipi- da; ita gustato spirit, desipit om- nis caro: Asi como despues que uno ha comido miel, todas las de- mas cosas le parecen desabridas; asien gustando uno de Dios y de las Cosas espirituales, todas las co- sas del mundo le dan en rostro, y le parecen desabridas y amar- gas. Pero lo que dice el Sabio en esotro lugar: Los que comen de mi, tendran hambre, y los que be- ben de mi, tendran sed; entiénde- se de las mismas cosas espirituales, que mientras uno mas gustare de Dios en las cosas espirituales, mas hambre y sed tendré de ellas; por- que conoceré mas su valor, y ex- perimentaré mas su gran dulzura y suavidad; y asi tendré mas deseo de ellas. Asi concuerdan los Santos estos dos lugares. Pero gcémo concuerda eso con aquello que dice Cristo porsan Ma- teo en el cap. v: Beati qui esu- riunt, et sitiunt justitiam; quo- niam ipsi saturabuntur ? Aqui dice, que los que tuvieren hambre y sed de la justicia, serén hartos: eso- tro lugar del Sabio dice, que los que comieren y bebieren de él, quedaraén con hambre y con sed: estas dos cosas, tener hambre y sed, y estat hartos, gcémo se con— cilian ? A esto hay muy buena res- puesta. Ese es el primor y exce- lencia de estos bienes espirituales, que con hartar causan hambre, y con satisfacer nuestro corazon cau- san sed. Es una hartura conham- 8 17 bre, y una hambre con hartura. Esta es la maravilla; la djgnidad y grandeza de estos bienes, que sa~ tisfacen y hartan el corazon; pe- ro de tal manera, que siempre que- damos con hambre y sed de ellos; y mientras mas vamos gustando, co- miendo y bebiendo de ellos, mas crece el hambre y la sed. Pero esa hambre no da pena, sino con- tento; y esa sed no fatiga, ni con- goja, antes recrea y causa una satisfaccion y gozo grande en el corazon. Es verdad que la hartura perfecta y cumplida seré en el cie- lo, conforme 4 aquello del Profeta en lossalmos xvi y xxxv: Satiabor cum apparuerit gloria tua. Inebria- buntur ab ubertate domus tua. En- tonces, Sefior, me hartaré cumpli- damente, y quedaré embriagado y satisfecho, cuando os viere clara- mente en la gloria. Pero aun alléer, la gloria, dice san Bernardo sobre estas palabras (1), de tal manera nos hartard el estar viendo & Dios, que siempre estarémos como con hambre y con sed; porque nunca nos causaré fastidio aquella dicho- sa vista de Dios, sino siempre esta- rémos con una nueva gana de ver y gozar de Dios; como si fuese aquel el primer dia y la primera hora, como dice san Juan en el Apocalipsi, cap. xIVv, que-vié 4 los © bienaventurados que estaban de- lante del trono y del Cordero con grande musica y regocijo, y que cantaban un cantar nuevo: Ft cantabant quasi canticum nooum : (1) Bernard. serm. 6 ex parvis. PARTE I. 18 porque siempre se nos haraé nue- vo aquel cantar y aquel divino manné, y nos daré tan nuevo gus- to, queestarémos siempre como con una nueva admiracion, diciendo: Manhu? Quid est hoc? Exod. xvt, 4Qué es esto? Pues 4 este modo son. tambien acé las cosas espirituales; porque son una participacion de aquellas celestiales, que por una parte hartan, satisfacen y llenan el corazon, y por otra causan ham- bre y sed de si mismas; y mien- tras mas nos damos 4 ellas , y mas gustamos y gozamos de ellas, mas hambre y sed tenemos de ellas; pero esa misma -hambre es una hartura, y esa misma sed un re- creo y satisfaccion muy grande. Todo esto nos ha de ayudar 4 te- ner unaestima y aprecio tan gran- de de las cosas espirituales, y un deseo y aficion tan encendida & ellas, que olvidadas y desprecia- das todas las cosas del mundo, di- gamos con el apéstol san Pedro: Domine, bonum est nos hie esse. Matth. xvi. Sefior, bueno seré que nos quedemos aqui. CAPITULO V. Que es gran sehal de estar uno en gratia de Dios el andar con deseo decrecer, éir adelante en su apro- vechamiento. Para que nos animemos mas 4 tener gran deseo de nuestro apro- vechamiento, y una hambre y sed de ir adelante en la virtud, y agra- TRATADO PRIMERO, CAP. Y. dar cada dia mas y mas al Se- flor, y pongamos mas cuidado y diligencia en ello, nos ayudaré una cosa muy principal y de mu- cho consuelo; y es que una de las mayores y mas ciertas sefiales que hay de que mora Dios en una al- ma, y de que esta bien con Dios, es esta: asi lo dice san Bernardoen elserm. 2de san Andrés: Nullum omnino presentie ejus certius testi- monium est quam desiderium gratie amplioris. No hay mayor sefial, ni mas cierto testimonio dela presen- cia de Dios en una alma, que tener un deseo grande de mas virtud, mas gracia y perfeccion : y lo prue- ba el Santo; porque el mismo Dios lo dice por el Sabio: Qué edunt me adhuc esurient; et qui bibunt. me, adhue sitient. Eccli. xxiv. El que me come, tendré mas hambre, y el que me bebe, tendrd mas sed. Si teneis hambre y sed de las co- sas espirituales y de Dios, ale- gTaos; que esa es sefial y testimo- nio muy grande de que mora Dios en vuestra alma: él es el que pone esa hambre, y causa esa sed: topa~ do habeis con la vena de este di- vino tesoro, pues tambien la se- guis. Asi como el perro cazador an- da flojo y perezoso, cuando no ha dado con el rastro de la caza; mas despues que la ha sentido, hier- ve con grande ligereza, buscando en unas y otras partes lo que olid,~ y no descansa hasta hallarlo; asi tambien el que ha sentido de ver- dad el olor de aquella divina sua- vidad, corre al olor de este tan DE LA ESTIMA Y DESEO DE LAS COSAS ESPIRITUALES. precioso ungiiento: 7rahe me: post te curremus in odorem wnguento- rum tuorum. Cant. 1. Dios, que es- +& dentro de vos, os lleva tras si; y si no sentis en vos esta hambrey sed, temed no sea por ventura por- que no mora Dios en vuestro cora- “zon; que eso tienen las cosas espi- rituales y de Dios, como dice san Gregorio (1), que cuando no las tenemos, entonces no las amamos, nideseamos, ni se nos da nada por ellas. Decia el glorioso san Bernar- do (2), que temblabay se le espelu- zaban los cabellos, cuando conside- raba aquello que dice el Espiritu Santo por el Sabio: Nescit homo, utrum amore, an odio dignus sit. Eccles. 1x. No sabe el hombre, si es digno de odio 6 amor. Zerribilis (dice) est locus iste, et totius expers quietis, totus inhorrui, si quando ineum raptus sum, illam apud me replicans.cum tremore sententiam: Quis scit, si est dignus amore, an odio? Pues si esta consideracion, de que no sabemos si estamos en gra- cia 6 en desgracia de Dios, hacia temblar 4 los varones santos, y que eran como columnas de la Iglesia; 4qué hard 4 nosotros, que por mu- chas causas que para ello habemos dado, tenemos bien de que temer? In nobismetipsis responsum mortis habuimus. I ad Corinth. mr. Séde cierto que he ofendido & Dios, y ‘no sé de cierto si estoy perdonado: (1) Gregor. homilia 99 super Evange- Mum. (2) Bernard, serm. 23 sup. Cantic. 3° 19 4quién notemblaré ? j Oh cuanto es- timaria uno el tener alguna prenda 6 seguridad en una cosa que tanto le va! ;Ohsi supiese yo que el Se- for me ha perdonado mis pecados! jOh si supiese que estoy en gracia de Dios! Pues aunque es verdad que en esta vida no podemos tener certidumbre infalible de que esta- mos en gracia y amistad de Dios, sin particular revelacion suya, em- pero podemos tener algunas conje- turas que nos causen alguna pro- babilidad moral de ello; y una de ellas, y muy principal, es andar uno con esta hambre y deseo de aprovechar, y de ir cada dia cre- ciendo mas en virtud y perfeccion. Y as{ esto solo nos habia de bas- tar para andar siempre con este de- seo, por tener una prenda y un testimonio tan grande de que esta- mos en gracia y amistad de Dios, que es de los mayores consuelos y contentos, 6 el mayor que en esta vida podemos tener. Confirmase esto bien con lo que dice el Espiritu: Santo en los Pro- verbios, c.1v: Justorum semita, gua- si lua splendens procedit , et crescit usque ad perfectum diem: El cami- no y senda de los justos, y su mo- do de proceder es, dice, como la luz del sol, que sale-4 la mafia- na, que mientras va, va crecien- do y perfeccionandose mas, has- ta llegar 4 la perfeccion del me- diodia ; asf losjustos, mientras mas van, mas van creciendo en vir- tud: Numquam justus arbitratur se comprehendisse: numguam dicit satis est: sed semper esurit, sititque justitiam , ita ut si semper viveret, semper, quantum in se est, justior esse contenderet, semper de bono in melius proficere totis viribus conare- tur. Dice san Bernardo (1): el jus- + tonunca dice basta, porque de ellos esta escrito: Ibwat de virtute in vir- tutem, Psalm. Lxxxur, que siempre procuran ir adelante, creciendo de virtud en virtud, hasta llegar 4 la cumbre de la perfeccion; pero el camino de los tibios, de los imper- fectos y malos, es como la luz de la tarde, que va descendiendo y os- cureciéndose siempre, hasta llegar & las tinieblas y oscuridad de la media noche: Via impiorum tene- brosa, nesciunt ubi corruant. Pro- verb. 1v. Llegan 4 tanta ceguedad, que no ven donde tropiezan, ni echan de ver las faltas é imperfec- ciones que hacen, niles remuer- de la conciencia, cuando caen en ellas ; antes algunas veces les pare- ce que no es pecado lo que lo es, y que es venial lo que por-venturaes mortal: tanta es su confusion y ce- guedad. CAPITULO VI. En que se declara como el no ir ade- lante es volver atras. Sentencia es comun de los San- tos: In via Dei non progredi, re- gredi est: En el camino de Dios, el no ir adelante es volver atras: (1) Bernard. epist. 253 ad abbatem Ga- nin, TRATADO PRIMERO, CAP. VI. esto declararémos aqui, y nos ser- viré de un medio muy bueno para animarnos 4 ir adelante en la per- fececion ; porque gquién ha de que- rer volver atras de lo comenzado? especialmente viendo que tiene contra si la sentencia del Salvador en el Evangelio: Nemo mittens ma- num suam ad aratrum et respiciens retro, aptus est regno Dei. Luc. c. 1x. El que ha echadomano al ara- do, y comenzado el camino de la perfeccion, y vuelve atras, no es & propésito para el reino de los cielos. Palabras son estas, que nos habian de hacer temblar. El bien- aventurado san Agustin (1) dice: Tamdiunon relabimur retro, quam- diu ad priora contendimus ; at ubi cepimus stare, descendimus, nos- trumque non progredi reverti est. Si volumus non redire, currendum est : En tanto nq volvemos atras, en cuanto nos esforzamos 4 ir adelan- te, y en comenzando 4 parar, luego volvemos atras; y asi si queremos no volver atras, es menester que siempre caminemos y pracuremos ir adelante. . Esto mismo, y cési por las mis- mas palabras, dicen san Gregorio, y san Criséstomo, san Leon Papa _ y otros muchos Santos, y,lo re- piten muchas veces; pero particu- larmente san Bernardo prosigue esto mas largamente en dos de sus epistolas (2). Va allf hablando con el religioso flojo y tibio, que se contenta con una vida comun y (1) August. epist. 181 ad Demetrium. (2) ‘Bernard. epist. 253 et 341. NO IR ADELANTE ES VOLVER ATRAS. no quiere ir adelante en su aprove- chamiento, y arguye con él de es- ta manera: O monache, non vis _ proficere? 4No quereis ir adelante? No. Vis ergo deficere? , Luego que- reis volver atras? Tampoco.: Pues aqué quereis? Quiérome estar asi como me estoy: ni quiero ser me- jor, nitampoco peor. Hoc ergo vis, quod esse non potest: Eso es que- rer lo que no puede ser. Quid enim stat in hoc seculo? Porque en este mundo no hay cosa que pue- da permanecer en un ser; de solo Dios es eso: Apud guem non est transmutatio, nec vicissitudinis obumbratio. Jacob. 1. Ego Dominus, et non mutor. Malach. m1. Todas las cosas del mundo estan en continua mudanza: Omnes sicut vestimentum veterascent , et sicut opertorium mutabis cos, et mutabuntur ; tu au- tem idem ipse es, et anni tui non deficient. Psalm. ci. Y particular- mente del hombre dice Job, que hunea permanece en un ser, nien un estado: Fugit velut umbr¢q, et numquam in eodem statu permanet. Job, xiv. Y del mismo Cristo dice san Bernardo: Quamdiu in terris visus est, et cum hominibus conver- satus est, numguid stetit? 4Por ven- tura estuvo parado? No. Dice de 61 el evangelista san Lucas, c.u: Bt Jesus proficiebat sapientia, et etate, et gratia apud Deum, et homines: Que asi como iba creciendo en edad, asi iba creciendo en sabidu- ria y en gracia delante de Dios y de los hombres; esto es, dando con los efectos mayores muestras de sa~ 21 biduria y santidad. Y el Profeta di- ce en elsalmo xvi, que se prepard para correr este camino: Faultavit utgigas ad currendam viam. Pues si nosotros queremos permanecer con Cristo, habemos de andar al pa- so que él anduvo: Qui dicit se in ipso manere, debet, sicut ipse ambu- lavit, et ipse ambulare, dice san Juan enel cap. 1. Sé ergo illo cur- rente tu gradum sistis, non Christo appropias, sed te magis elongas: Pues si corriendo Cristo, vos no cor- reis tras él, sino que os estais para- do, claro esté que os iréis alejan- do y quedando muy atras. Vidit scalam Jacob, et in scala Angelos, ubi nullus residens , nullus subsis- tens apparuit, sed vel ascendere, vel descendere videbantur wniversi. Ge- nes. xxvii. Vid Jacob una escala que llegaba desde el suelo hasta el: cielo: viden ella Angeles; emperoa ninguno vid sentado, ni parado, si- no que 6 subian 6 bajaban; solo Dios estaba sentado en lo alto.de la escala; para darnos 4 entender, dice san Bernardo, que en esta vi- da en el camino de la virtud no hay medio entre el subir y bajar, entre iradelante y volver atras; si- no que por el mismo caso que uno no va adelante, vuelve.atras; 4 la manera de Ja rueda de un torno, queen queriéndola parar, da vuelta atras. Lo mismo dice el abad Teo- doro, cap. 14, como refiere Casiano, col. 6. Debemus, inguit, ad virtu- tum studiairremissa cura, ac solici- tudine nosmetipsos semper extende- re, ipsisque nos jugiter exercitits oc~ 22 cupare, ne cessante profectu confes— tim diminutio subsequatur ; ut enim diximus, in uno mens eodemgue statu manere non prevalet: id est, ut nec augmentum virtutum capiat, nec detrimentum sustineat, non ad- quisisse enim, minuisse est: quia desinens proficiendi appetitus, non aberit dpericulo recidendi. Empero diré alguno: Bien dicho est&é y asi seré, pues lo dicen los Santos; pero todo eso parece que es hablar en parabolas, por figu- ras y enigmas: Edissere nobis pa- rabolam istam; mas lana y cla- ramente querriamos que nos decla- raseis ega merced. Que’me place. Los Santos van declarando esto mas. Casiano lo declara con una buena comparacion, que es tam- bien de san Gregorio (1). Asi co- ‘mo el que estuviese en medio de la canal de un impetuoso rio, si qui- siese estarse quedo, y no trabajase por subir agua arriba, estaria en grande peligro de irse tras la cor- riente agua abajo; asi, dicen, es en el camino de la vida espiritual. Este camino es tan agua arriba y tan dificultoso 4 nuestra naturale- za estragada por el pecado, que el que no trabaja y se esfuerza por ir adelante, sera llevado rio abajo de la corriente de sus pasiones, co- mo el que navega contra marea y agua arriba, en dejando de bra- cear y remar por ir adelante, se halla muy atras: Regnum celorum vim patitur,'et violenti rapiunt il- (1) Casstan, ubt sup.; Greg. 3 part. Pas- toralis, admonit. 35. TRATADO PRIMERO, CAP. YI. lud. Matth. x1. El reino de los cielos padece fuerza, y los esfor- zados son los que le arrebatan. Es menester ir siempre braceando y forcejando contra la corriente de nuestras pasiones; y sino luego nos hallarémos muy desmedrados y desaprovechados. San Jerénimo y san Criséstomo declaran esto mas con otra doc- trina comun de los Santos y teé- logos, y traelasanto Tomas, tratan- do del estado de la Religion (1). Dice allisanto Tomas, que los re- ligiosos estén en estado de per- feccion: no que luego en siendo re- ligiosos sean perfectos, sino que estan obligados 4 aspirar y anhe- lar 4 la perfeccion; y el que no pro- cura ser perfecto, ni trata de eso, dice que es religioso fingido, por- que no hace aquello 4 que vino 4 la Religion. No trato ahora de ave- riguar, si pecaria mortalmente el religioso que dijese: Yo me con- tentocon guardar los mandamien- tos de Dios y mis votos esencia- les; pero las demas reglas, que no obligan 4 pecado, no las quie- ro guardar; porque en eso hablan diferentemente los Doctores. Unos dicen, que pecaria mortalme: otros dicen, que sino intervinie- se en ello algun género de’ me- nosprecio, no seria pecado mor- tal; mas lo cierto, y en lo que con- vienen todos, es que el religioso que tuviere esta voluntad y pro- pésito, seré mal religioso, escan- daloso, yde mal ejemplo, y que mo- (1) S. Thom. q.4, art.5ad 2 NO IR ADELANTE ES VOLVER ATRAS. - ralmente esté en grande peligrode caer en pecados mortales; porque el que menosprecia y tiene en poco las cosas pequefias, poco 4 poco vendré 4 caer en las grandes (1): y para nuestro propésito bastaesto; pues es harto volver atras. Para que se entienda esto me- jor, trae san Criséstomo algunos ejemplos caseros (2). Si tuviéseis, dice, un esclavo que ni es ladron, ni jugador, ni bebedor; mas antes es fiel y templado y sin vicio al- guno; pero estdse sentado todo el dia en casa no haciendo las cosas que tocan & su oficio ; gquién duda sino que seré digno deser castigado asperamente, aunque no haga otro mal alguno; porque harto mal es no hacer lo que debe? Mas: si un labrador fuese muy hombre de bien en todo lo demas; pero si se estuviese con las manos en el seno, y no quisiese sembrar, ni arar, ni cultivar las vifias; claro esté que seria digno de reprension, aunque no hiciese otro ningun mal; por- que el no hacer lo que debe 4 su oficio, lo juzgamos por harto mal. Mas: en vuestro mismo cuerpo, si tuviéseis una mano que no os hi- ciese dafio ninguno; pero estu- viese ociosa é inutil, y no sirvie- se & los otros miembros del cuer- po, sno lo tendriais por harto mal? Pues de la misma manera es en las cosas espirituales. El religio- so que acd en la Religion se es- (1) Beelt. xrx. (2) Chrysostom. serm. de virtutibus et vitlis. 23 t& ocioso y mano sobre mano, sin ir adelante, ni tratar de perfec- cion, nidar un paso en la virtud, es digno de grande reprension, porque no hace lo que debe & su oficio y estado. Fl mismo no ha- cer bien, es hacer mal; y asf el mismo no ir adelante, es volver atras, pues falta 4 su obligacion y profesion. Mas: gqué mayor mal quereis en una tierra que ser esté- ril y no dar fruto ninguno, espe- cialmente si es bien labrada y cul- tivada? Pues que una tierra como la vuestra, cultivada con tanta di- ligencia, regada con tantas lluvias de gracias celestiales, calentada con tantos rayos del Sol de justi- cia, con todo eso no Leve frutonin- guno, sino que se haga un eriazo seco y sin fruto; gqué mayor mal quereis que esta esterilidad? Re- tribuebant mihi mala pro bonis, ste- rilitatem anime mee. Psal. xxxiv. Eso es dar mal por bien 4 quien tanto debeis, y 4 quien tanta¢mer- cedes os ha hecho. Otra comparacion suelen traer para esto, que parece lo declara bien. Asf como en la mar es un género de grave tempestad la cal- ma, y muy peligrosa para los na- vegantes, porque consumen la pro- vision que llevan para el camino, y despues hillanse sin bastimento en medio de la mar; asi les acon- tece & los que yendo navegando por el mar tempestuoso de este mundo, hacen calma et la virtud, no procurando ir adelante en ella; consumen y gastan lo adquirido, 24 acdbaseles la vir'tud que tienen, y despues hallanse sin nadaen medio de muchas ondas y tempestades de tentaciones que se levantan, y de ocasiones que se ofrecen, para las ‘cualestenian necesidad de mas pro- vision’ y de mas caudal de virtud. jAy del que ha hecho calma en la virtud! Currebatis bene; quis vos impedivit veritati non obedire? Ad Galat. v. Comenzasteisé correr bien al principio cuando entrasteis en la Religion, y ya habeis encalla- do y hecho calma en la virtud. Jam saturati estis, jam divites facti es- tis. I ad-Cor. tv. Ya haceis del an- tiguo y del cansado; ya os parece que estais rico, y que os basta lo que teneis; mirad, que os queda mucho que andar, Grandis enim tibi restat via; y se os ofreceran muchas ocasiones, para las cuales tendréis necesidad de mas humil- dad, de maspaciencia, de mas mor- tificacion é indiferencia, y os halla- réis desapercibido y muy atras al tiempo de la mayor necesidad. CAPITULO VII. Que ayuda mucho para alcanzar la perfeccion, olvidarse uno del bien pasado, y poner los ojos en lo gue te falta. Qué justus est justificetur adhuc, et sanctus santificetur adhuc. Apo- calypsi, xm. El que es justo, pro- cure ser mas justo, yel que es san- to, procure ser mas santo. San Je- rénimo y Beda sobre aquellas pa- TRATADO PRIMERO, CAP. VII. labras: Beati qui eswriunt, et si- tiuntjustitiam, quoniam ipsi satu- rabuntur , Matth. v: Bienaventura- dos los que tienen hambre y sed de justicia; porque ellos seran hartos, dicen: Apertissime nos instruit, numquam nos satis justos estima- re debere , sed quotidianum justitie semper amare profectum: Clara- mente nos ensefia Cristo nuestro Redentor en estas palabras, que nunca habemos de pensar que nos basta lo que tenemos, sino cada dia habemos de procurar ser mejores. Esto es lo que nos dice el glorioso evangelista san Juan en las.pala- bras propuestas. El apéstol san Pablo, escribiendo & los filipenses, c. m, nosda un medio muy 4 propésito para esto; del cual diceque usaba él: Fratres, | ego me non arbitror comprehendis- se: unum autem, que quidem retro sunt obliviscens ; ad ea vero, que sunt priora, extendens me ipsum ad destinatum persequor, ad bravium superne vocationis Dei in Christo- Jesu: Hermanos mios, yo no me tengo por perfecto. El Apdstol dice que nose tiene por perfecto; ,quién se podré tener por perfecto? Yo, dice, no pienso que he alcanzado la perfeccion; empero procuro darme priesa para alcanzarla. Y ,qué ha- ceis para eso? 4 Sabeis qué? Olvido- me de lo pasado, y pongo delante lo que me falta, y 4 eso me animo, y lo procuro alcanzar. Todos los Santos encomiendan mucho este medio: al fin, como da— do y usado del Apéstol. Dice san ATENDER A Lo Jerdnimo: Quicumgue sanctus quo- tidie in priora extenditur, et pre- teritorum obliviscitur (1): El que quiere ser santo, olvidese de todo el bien pasado que ha hecho, y animese 4 alcanzar lo que le falta. Feliz est, qui quotidie proficit, qui mon considerat, quid heri fecerit; sed quod hodie faciat, ut proficiat: Di- .choso es el que cada dia va apro- vechando en la virtud y perfeccion: y aquién es ese? 4Sabeis quién? El que no mira lo que hizo ayer; sino quéseré bien hacer hoy.para ir ade- lante. San Gregorio y san Bernardo (2) declaran esto mas en particular. Dos partes tiene este medio muy principales. La primera es: que nos olvidemos del bien que habemos hecho hasta aqui, y queno ponga- mos los ojos en eso; y fue menes- ter avisarnos de esto en particular; porque es cosa natural volver los ojos facilmente 4lo que mas nos deleita, y quietarnos de lo que nos puede causar molestia: y como el ver nuestro aprovechamiento y bos bienes que nos parece haber hecho, nos deleita, y el ver nuestra’ po- breza espiritual, y lo mucho que nos falta, nos entristece; por eso se nos van los ojos 4 mirar antes el bien que habemos hecho, que lo que nos falta. Dice san Gregorio: As{°como el enfermo anda bus- cando lo mas blando y mullido (1) Bastl. epist. ad Chilon. Hieron. su- per psalm. Lxxxm. ~ (2) Gregor. lib. 22 Moral. ¢, 5; Bernard. serm. | de altit. et latit. cordis, QUE NOS FALTA. 25 de la cama, y lo mas fresco y gus- toso para descansar; asi es enfer- medad del hombre, y flaqueze é imperfeccion nuestra, que nos hol- guemos y gustemos mas de mirar y pensar en el bien que habemos hecho, que en lo que nos falta. Y mas dice san Bernardo: Entended que hay en eso mucho peligro: St enim respicis ad ea, que habes, ele- varis in superbiam, dum te aliis preponis, proficere negligis , guia magnum te habere arbitraris, et te- pidius incipis deficere, et remissius agere; porque si os poneis 4 mirar lo bueno que habeis hecho, de lo que serviré es de ensoberbeceros, pareciéndoos que sois algo, ydeahi vendréis luego 4 compararos con otros, y 4 preferiros 4 ellos, yaun & tenerlos 4 ellos en poco y & vos en mucho: sino miradlo en aquel fariseo del Evangelio, cuén mal le fué por ahi: puso los ojos en lo bueno que tenia, y ponese 4 ¢ontar sus virtudes: Gracias te doy, Se- flor, que no soy yo como los otros hombres, robadores, injustos, adul- teros, ni como este publicano que esté aqui: ayuno dos veces en la se- mana, pago muy bien los diezmos y primicias. Dico vobis, descendit hic \justificatus, in domum sudm ab illo. Luc. xvmt, 0.,11, 14. De ver- dad os digo, dice Cristo‘nuestro Redentor, que aquel publicano, & quien él se antepuso, salié de alli justo, y el que se tenia por justo, salid condenado por malo y por injusto. Eso es lo que pretende el demonio en poneros delante lo bue- 26 no que os parece que teneis. Pre- tende con eso, que os tengais en algo y os ensoberbezcais; que me-. nosprecieis 4 los otros y los ten- gais en poco, para que asi quedeis condenado por soberbio y malo. Y mas hay otro peligro, dice san Bernardo, en poner los ojos en el bien que habeis hecho, y en loque habeis trabajado; y es, que os ser- vira esto de que os descuideis deir adelante, y andeis tibio y flojo en vuestro aprovechamiento, pare- ciéndoos que habeis trabajado har- to en la Religion, y que podeis ya descansar. As{ como los caminan- tes, cuando comienzan 4 cansarse del camino, vuelven los ojos atras & mirar cuanto han caminado; asi nosotros cuando nos cansamos, y cuando entra en nosotros la tibie- za, nos ponemos 4 mirar lo que de- jamos atras ; esto hace que nos con- tentemos con eso, y que nos que- demos mas de asiento en nuestra flojedad. Pues para, huir estos inconve- nientes y peligros, conviene mucho que no miremos al bien que habe- mos hecho, sino 4 lo que nos fal- ta; porque la primera vista nos convida al descanso, y la segun- da nos incita al trabajo. Esta es la segunda parte deeste medioquenos da el Apéstol, que tengamos siem- pre puestos los ojos en lo que nos falta, para que nos animemos y esforcemos 4 alcanzarlo; lo cual declaran los Santos con algunos ejemplos y comparaciones manua- les. San Gregorio dice: Asi como TRATADO PRIMERO, CAP. VII. el deudor que debe mil ducados 4 otro, no queda descansado, ni descuidado con haber pagado los doscientos 6 cuatrocientos, antes siempre trae puestas los ojos en lo que le falta pagar, y esto es lo que le da pena, y hasta acabar de pagar toda la deuda siempre anda con aquel cuidado; asi nosotros no habemos de mirar que con lo bueno que habemos hecho hasta aqui habemos ya pagado parte de la deuda que debemos 4 Dios, sino lo mucho que nos falta por pagar ; y esto es lo que nos ha de dar cui- dado, y la espina que habemos de traer siempre atravesada en el co- razon. Mas dice san Gregorio (1): Asi como los peregrinos y, bue- nos caminantes no miran lo que han andado, sino lo que les falta por andar, y eso llevan siempre delante de los ojos, hasta acabar su jornada; asi nosotros, pues somos peregrinos y viandantes que ca- minamos 4 nuestra patria celestial, no habemos de mirar & lo que nos parece haber caminado, sino 4 lo que nos falta por caminar: More itaque viatorum, nequaguam debe- mus aspicere quantum iter egimus: sed quantum superest, ut peraga~ mus. Mirad, dice san Gregorio, que 4 los que caminan y pretenden lle- gar 4 algun lugar, poco les apro- vechara haber ya caminado mu- cho, si no acaban lo que les falta; y mirad tambien, que el premio de la carrera que esta sefialado para los que corren mejor, no lo (1) Gregor. 1tb, 22 Moral. ¢. 5. ATENDER A LO QUE NOS FALTA. lleva el que en gran parte de ella corrid muy ligeramente, si al fin de ella se cansé; asi tambien po- coos aprovecharé que hayais co- menzado 4 correr bien, sios can- sais al medio de la carrera. Sic currite, ut comprehendatis , dice el Apéstol, II ad Cor. rx. Procured correr de tal manera, que alcan- ceis y consigais lo que pretendeis: no. tengais cuenta con lo que ha- beis corrido hasta aqui, sino echad siempre los ojos al puesto y tér- mino 4 donde caminais, que es la perfeccion, y mirad lo mucho que os falta; y de esa manera camina- réis bien. Dice san Criséstomo (1): Quien considera que no ha lle- gado al puesto, no deja jams de correr. San Bernardo dice (2) que habe- mos de ser como los mercaderes y negociantes del mundo. Veréis un mercader, un hombre de negocios, que anda con tanto cuidado y di- ligencia para ganar y acrecentar cada dia su hacienda, que no hace cuenta de Io que ha ganado y ad- quirido hasta aqui, ni de los traba- jos que le ha costado; sino todo su cuidado y solicitud pone en ga- nar de nuevo, y en acrecentar ca- da dia mas y mas, como si hasta alli no hubiera hecho, ni ganado nada. Pues de esa manera, dice, habemos de hacer nosotros: todo nuestro cuidado.ha de ser, cémo (1) Chrysost. homil. % sup. epist. ad Rom. tom. 4. (2) Bernard, serm. 1 de altitud. et lati- tud. cordis. 21 acrecentarémos cada dia nuestro caudal, cémo nos aventajarémos cada dia mas en humildad, en ca- ridad, en mortificacion y en to- das las demas virtudes , como bue- nos mercaderes espirituales, no ha- ciendo cuenta de lo trabajado y adquirido hasta aqui: y asi dice Cristo nuestro Redentor, que es semejante el reino de los cielos&un hombre de negocios, y nos manda que negociemos: Negotiamini, dum venio. Matth. 11. Y para que levemos adelante esta comparacion det mercader, pues nos la pone el sagrado Evan- gelio (1); mirad como los merca- deres y hombres de negocios del mundo andan con tanto cuidado y solicitud, que no pierden punto, ni dejan pasar ocasion en que puedan acrecentar su caudal, que no lo hagan: hacedlo vos asi, no perdais punto, ni dejeis pasar oca~ sion en que os podais aprovechar, que no lo hagais. «Todos nos ani- memos para no perder punto de perfeccion , que con la divina‘gra- cia podfamos alcanzar ,» como nos lo encomienda nuestro santo Pa- dre (2). No habeis de dejar pasar ninguna ocasion de que no pro- cureis sacar alguna ganancia espi- ritual: de la palabrilla que os dijo el otro, de la obediencia que os ordenaron contra vuestra volun- tad, de la ocasion que se os ofre- cié de humildad. Todas estas son (1) Lue. xrx. (2) P. 6 const. c. 1, §1; et regul. 15 sum- marit. 28 ganancias vuestras, y vos habiais de andar 4 buscar y comprar esas ocasiones; y el dia que mas se 0s hubieren ofrecido, os habeis de ir & acostar mas contento y alegre, como lo hace el mercader el dia que se le han ofrecido mas ocasio- nes de ganar; porque aquel dia le ha ido bien en su oficio: asi tam- bien ese dia os ha ido 4 vos bien en vuestro oficio de religioso, si os habeis sabido aprovechar: y asi comg el mercader no mira si el otro pierde, ni se enoja con él por eso, sino solamente tiene cuenta con su gananci, y de eso se ale- gra; asi vos no mireis si el otro hi- zo bien 6 mal en daros aquella oca- sion, ni situvo razon 6 no: no os indigneis contra él, sino alegraos de vuestra ganancia. Qué léjos estarfamos de turbar- nos y perder la paz, cuando se nos ofrecen semejantes ocasiones, si anduviésemos asi; porque si lo que nos podia entristecer y quitar la paz, eso es lo que nosotros de- seamos y andamos & buscar; 4qué cosa, nos podré turbar y quitar le paz? Mas: mirad como el mercader anda tan erhbebecido en sus ganan- cias, que no parece que piensa en otra cosa, y en todos los casos y ocurrencias que se ofrecen, luego se le van los ojos y el corazon & ver cOmo podré sacar de alli algu- na ganancia: comiendo esta, y es- ta pensando en eso, y con ese pen- samiento y cuidado se acuesta, y con ese despierta de noche, y sele- TRATADO PRIMERO, CAP. VII. vanta 4 la mafiana, y anda todo el dia. Pues de esa manera habemos de andar nosotros en el negocio de nuestras almas, que en todos los casos y ocurrencias que se ofre- cen, luego se nos vayan los ojos y el corazon & ver cémo podrémos sacar de alli alguna ganancia espi- ritual; comiendo habemos de es- tar pensando en eso, y con ese pensamiento y cuidado nos habe- mos de acostar y levantar, y an- dar todo el dia, y toda la vida; porque ese es nuestro negocio y nuestro tesoro, y ne hay otro que buscar. Afiade san Buenaventu- ra (1), que asicomo el mercader no halla juntamente todo lo que de- sea y ha menester en un mercado 6 feria, sino en diversas ; asiel re- ligioso, no solamente ha de buscar su aprovechamiento y perfeccion en la oracion y en el consuelo es- piritual-, sino tambien en la tenta- cion, en el trabajo y oficio, y en todas las ocasiones que se le ofrecen. jOh si buscdsemos y‘ procuré- semos de esta manera la virtud, cuén presto nos hallariamos ri- cos! Si guesieris eam quasi pecu- niam, et sicut thesauros effoderis il- lam ; tune intelliges timorem Do- mini, et scientiam Dei invenies. Si buscéreis, dice el Sabio, Prov. m, la virtud y perfeccion, que es la verdadera sabiduria, con la dili- gencia y cuidado que los hombres del mundo buscan el dinero, y (1) Bonav. tom. 2, opuscul. 2, lib. 2 de profect. Relig. ¢. 1. PONER LOS 0J0S EN COSAS GRANDES. cavan las minas y tesoros , sin du- da toparéis con ella; y no nos pide mucho el Sefior enesto, dice san Bernardo, ubi sup., pues para alcan- zar la verdadera sabiduria y el ver- dadero tesoro, que es el mismo Dios, no nos pide mas cuidado y . diligencia, de la que los hombres del mundo ponen en alcanzar las ri- quezas perecederas que estan su+ jetas 4 polilla y 4 ladrones, y que majiana se han de acabar : habien- do de ser tanto mayor la codicia y deseo de los bienes espirituales, y el cuidado en alcanzarlos, cuanto ellos son mayores y mas preciosos que los temporalés ; y asi esto llo- ra muy bien el Santo: Magna con- Susio, magna valde, quod ardentius illi pernitiosa desiderant, quam nos virtutem : citius illiad mortem pro- perant, quam nos ad vitam(1). Gran confusion y vergiienza nuestra es, ver que los mundanos buscan con mas diligencia y cuidado las cosas temporales y aun los vicios y peca- dos, que nosotros la virtud; y que con mas prontitud y ligereza cor- ren ellos para la muerte, que nos- otros para la vida. Cuéntase en la historia eclesids- tica del abad ,Pambo (2), que vi- niendo 4 la ciudad de Alejandria, encontré con una mujer munda- na, y vid que iba muy compuesta yaderezada, y comenzé & llorar y gemir: j Ay demi! jay miserable (1) Bern. serm. 1 de altit. et latit. cor- dis, et epist. 341. (2) Histor. Eecles. p.2, Ub. 6, ¢. 1. Idem legitur de Abb. Nono in vit. 8, Pelag. 29 de mi! Preguntéronle sus discipu- los: Padre, gpor qué lloras? Dijo él: 4No quereis que llore? que veo que esta pone mas cuidado en componerse para agradar 4 los hombres, que yo para agradar 4 Dios: veo que trabaja mas aquella para enredar 4 los hombres y lle- varlos al infierno, que yo para lle- varlos al cielo. Y del Padre san Francisco Javier, varon apostéli- co, leemos (1), que se avergonza- ba y corria, de ver que primero habian ido los mercaderes al Ja- pon 4 llevar sus mercaderias cadu- cas y perecederas, que él & llevar los tesoros y riquezas del Evan- gelio, para dilatar la fe, y ensan- char y amplificar el reino de los cielos. Puesconfundémonos y aver- goncémonos nosotros que los hi- jos de este siglo sean mas pruden- tes y diligentes en las cosas del mundo, que nosotros en las de Dios: Quia jilii hujus seculi pru- dentiores filiis lucis in generatione sua sunt. Luc. xv1, 0.8. Y bastenos esto para salir de nuestra tibieza y flojedad. CAPITULO VII. r Que ayuda mucho para alcanzar la perfeccion poner los ojos en cosas altas y aventajadas. Ayudardnos tambien mucho pa- ra aprovechar y alcanzar la per- feccion, poner siempre los ojos (1)_ In vita P, 8, Franetsc. Xavier, t. 3, cap. 16. 30 en cosas altas y de grande per- feccion, conforme 4 aquello que nos aconseja el apéstol san Pablo, escribiendo 4 losde Corinto: Amu- lamini autem charismata meliora, et adhuc excellentiorem viam vo- bis demonstro. I ad Cor. x11, 0. 31. Apercibios y disponeos para co- sas mayores: acometed y empren- ded cosas grandes y excelentes. Este medio es de mucha impor- tancia; porque es menester que pasemos muy adelante con nues- tros designios y deseos, para que con la obra lleguemos siquiera 4 lo que es razon. Entenderdse bien lo que queremos decir, y la impor- tancia y necesidad de este me- dio con una comparacion manual. Cuando un arco 6 ballesta esta floja, para dar en el blanco es me- nester asestar un palmo 6 dos mas arriba, porque esté floja la cuerda, y asi no llega donde quereis, y ases- tando mas alto, viene 4 dar en el blanco: asi nosotros somos como el arco 6 ballesta floja: estamos tan flacos y tan flojos, que para ve- nir & dar en el blanco es menes- ter asestar muy alto. Quedé el hombre por el pecado tan misera- ble, que para llegar 4 tener una medianf{a en la virtud es menester que con los propdsitos y deseos pase muy mas adelante. Dice el otro: Yo no pretendo sino no ha- cer pecado mortal, no quiero mas perfeccion. Mucho me temo que aun no habeis de llegar ahi, porque esté floja la ballesta. Si asestareis muy alto, pudiera ser que llegd- TRATADO PRIMERO, CAP, VIII. rais ahi; mas no asestando mes adelante, témome que os habeis de quedar atras : en mucho peligro es- tais de caer en pecado mortal. El religioso que pretende guardar, no solamente los mandamientos de Dios, sino tambien sus consejos, y que pretende guardarse, no solo de los pecados mortales, sino tambien de los veniales y de las imperfec- ciones, ese lleva buen camino pa- ra no caer en pecado mortal, por- que asesté mucho mas alto; y cuan- do por su flaqueza no llegare & don- de propuso, y quedare algo atras, faltaré en una cosa de consejo, en una reglita 6 en una imperfeccion, 6en algun pecado venial. Pero el otro que solamente asesté 4 no hacer pecado mortal; cuando no quedare atras, por estar el arco y la ballesta floja, caeré en algun pecado mortal: y por eso vemos & los del mundo tan caidos en peca- dos mortales, y 4 los buenos reli- giosos, por la bondad del Sefior, tan libres y apartados de ellos. Y ese es uno de los bienes grandes que tenemos en la Religion, y por el cual debemos dar muchas, gra- cias al Sefior que nos trajo 4 ella; y aunque no hubiera otro bien en la Religion sino este, bastaba para vivir con gran consuelo y conten- to, y para tener por gran merced y beneficio del Sefior el habernos traido 4 ella; porque acd confio en el Sefior, que se os pasaré toda la vida sin caer en pecado mortal; y si estuviérais en el mundo, qui- z&s No se OS pasara un aio, ni aun PONBR LOS 0J0S EN COSAS GRANDES. un mes, ni aun por venturé una semana. Por aqui se entenderé tambien el peligro del religioso tibio y flojo, que nose le da nada de que- brantar las reglas, ni tratar de co- sas de perfeccion; porque ese tal muy cerca esté de caer en alguna cosa grave. Pues si quereis aprove- char, poned los ojos en alcanzar una perfectisima humildad, hasta llegar 4 recibir con alegria los des- precios y las deshonras; y plegue - al Sefior que con todo eso llegueis 4sufrirla con paciencia. Poned los ojos en alcanzar una perfectisima obediencia de voluntad y enten- dimiento; y ojala no falteis algu- nas veces en la ejecucion de la obe- diencia, y en la puntualidad de ella. Procurad resignaros y pone- ros indiferentes para cosas gran- des y dificultosas que se podrian ofrecer; y plegue al Sefior que lo esteis despues para las ordinarias y comunes, que cada dia se ofre- cen. Esta dice san Agustin (1) que fue la traza de Dios en ponernos al principio y por el primero de los mandamientos el mas alto y mas perfecto de todos: Diliges Do- minum Deum tuum ex toto corde tuo, et ex tota anima tua, et ex omnibus viribus tuis, et ex omni mente tua: Amards & Dios con to- do tu corazon, con toda tu volun- (1) August. lib. de perfect. justit. ra~ tio. 16, tom. 7; D. Thom. 2, 2, quest. 184, articul. 5 ad Luc. x, Matth. xxi, Deu- ter. vi. 31 tad, con toda tu anima y con to- das tus fuerzas. Hoc est maximum, et primum mandatum: Este es el mayor de todos los mandamientos, y el fin de todos ellos: Finis pra- ceptiest charitas, 1 ad Timoth. v: y es tan grande la excelencia de este mandamiento, que dicen los teé- logos y los Santos, que su ultima perfeccion no es de esta vida, sino de la otra; porque aquel no ocu- parnos en otra cosa sino en Dios, y tener siempre empleado todo nuestro corazon, toda nuestra vo- luntad y entendimiento, y todas nuestras fuerzasen estarle amando, es del estado de la hienaventuran- za: no podemog en esta vida llegar & tanto como eso; porque habe- mos de acudir con fuerza 4 las obli- gaciones del cuerpo. Y con ser este tan alto mandamiento y de tan grande perfeccion; con todo eso nos le pone el Sefior delante y por elprimero de todos, para que en- tendamos hasta dénde nos habe- mos de extender, y 4 dénde habe- mos de procurar llegar. Cur pre- cipiatur, quod Deus ex toto corde diligatur, etiamsi hoc preceptumin hac vita non possit impleri? Quia non recte curritur, si quo cwrren- dum est nesciatur: Para eso, dice san Agustin , nos puso Dios luego al principio delante de los ojos este mandamiento tan grande y tan alto, para que puestos los ojos en tan alto fin y en tan grande per- feccion , procuremos extender el brazo, y tirar la barra lo que mas pudiéremos; porque cuanto masal- 32 to asestaremos , menos cortos que- darémos. Sobre aquellas palabras del Pro- feta, salmoLxxxim: Beatus vir, cu- jus est aucilium abs te: ascensiones im corde suo disposwit, dice san Je- rénimo: Sanctus ponit ascensiones im corde suo: peccator descensiones : El varon justo ysanto siempre pone los ojos en subir é ir adelante en la perfeccion; y esto es lo que trae atravesado en el corazon, confor- me 4 aquello del Sabio, Prov. xx1: Cogitationes robusti semper inabun- dantia; pero el pecador y el im- perfecto no trata de eso: conténta- se con una vida comun: cuando mucho pone los ojos enser mediano, y de alli viene 4 desdecir y ba- jar: y asi dice Gerson (1): Vowmul- torum est: Suficit mihi vita com- munis: sicum imis salvari potero, satis est: nolo merita Apostolorwm, nolo volare per summa: incedere per planiora contentus sum: Es voz de muchos: Bastame una vida comun: yo no quiero sino salvarme: eso- tras perfecciones grandes y exce- lentes quédense para los Apéstoles y para los grandes Santos; que yo no pretendo volar tan alto, sino irme por un camino llano y carre- tero. Esa es voz de los imperfectos, que esos son los muchos, porque los perfectos son pocos: Multi sunt vocati, pauci vero electi. Matth. xx. Dice Jesucristo en el Evangelio: Et lata porta, et spatiosa via est, (1) Getson, 8 part. tractat. de mystica theologia practica, indust. seu conside- rat. 4, . . TRATADO PRIMERO, CAP. VIII. quae’ ducit ad perditionem , et mul- ti sunt, qui intrant per eam: quam angusta porta, et arcta via est, que ducit ad vitam, et pauci sunt, qui inveniunt eam. Matth. vir. La puerta y el camino que lleva & la perfeccion y 4 la vida, es an- gosta y estrecha, y asi son pocos los que entran por ella; peroel ca~ mino coiun de la tibieza es muy ancho, y asi caminan muchos por él. Estos dice san Agustin que son los que llama el Profeta, salmo vin, | pecora campi: Animales del campo; porque se quieren andar en el cam- po, lugar ancho y espacioso, y no quieren entrar en regla, nien pre- tina; y asi dice Gerson, que en esta sola voz: Bastame una vida comun, yo me contento con sal- varme, no quiero mas perfeccion ; muestra uno bien suimperfeccion: pues no pretende entrar por la puerta angosta (1); y estos tales, que por su tibieza les parece que les basta salvarse con los medianos, han, dice, de tether mucho no sean condenados con las virgenes locas, que se descuidaron y se durmie- ron; y con el siervo perezoso, que se contenté con guardar y enter- rar el talento que le fue dado, y no quiso negociar, ni granjear con él: quitaronle el talento que tenia, y echaronle en las tinieblas exte- riores. No se lee en el Evangelio otra causa de su condenacion, sino porgite no quiso acrecentar el ta- lento que le dieron. Para que mejor se vea,cudn feo (1) “Matth, xxv. PONER LOS OJOS BN COSAS GRANDES. y vergonzoso es.el estado de estos, trae Gerson este ejemplo. Ima- ginad, dice, que un padre de fa- milias muy grosero y rico tiene muchos hijos, y todos ellos muy bastantes para adelantar su casa y honrar su linaje con la industria y buenas partes que tienen, y todos lo hacen asi, salvo uno de ellos, que haciendo todos los demas lo que de- ben como hijos de quien son, él so- lo de pereza y flojedad se quiere estar sentado y holgando en casa, y no quiere hacer cosa alguna dig- da de su ingenio y de la nobleza de su padre, para aumento de su casa, pudiendo hacer tan bien co- mo todos los demas si quisiese ; si- no dice que le basta lo que tiene para un mediano.pasar, y que no + quiere mas honra, ni mas acrecen- tamiento, ni trabajar mas para eso. El padre ll4male, ruégale y per- suddele que tenga mas altos pen- samientos, y ponele delante su ha- bilidad, ingenio y buenas partes, la nobleza de’su linaje, el ejem- plo de sus antepasados y de sus hermanos presentes : si con todo eso él no quisiese salir de detras de los tizones, ni procurar valer mas, claro esté que daria mucho enojo 4 su padre. Pues asi, siendo nos- otros hijos de Dios y hermanos de Jesucristo, estinos, dice Gerson, nuestro: Padre celestial exhortando y animando 4 la perfeccion. Hijos mios, no os contenteis con'una vi- da comun : Fstote ergo vos perfecti, sicut et Pater vester calestis per- JSectus est. Matth. v. Sed perfectos, .4 33 como vuestro Padre celestial es per- fecto. Mirad & la generosidad y perfeccion de vuestro Padre, y ha- ced como hijos de quien sois : U¢ Sitis filti Patris vestri, qui in calis est. Matth. v. Para que se os eche de ver que sois hijos de vuestro Pa- dre que est en los cielos, mirad el ejemplo de vuestros hermanos. Si quereis poner los ojos en vuestro hermano mayor, que es Jesucristo, él es el que honré todo nuestro li- naje, aunque le costé su sangre y su vida; empero 4 trueque de eso la did por bien empleada. Y si os deslumbra tan alto ejemplo, poned los ojos en los demas hermanos vuestros, tan flacos como vos, na- cidos en pecado como vos, llenos de pasiones y tentaciones y malas inclinaciones como vos; que para eso la Iglesia nuestra madre nos pone delante el ejemplo de los San- tos, y celebra fiesta de ellos. Y si Jo quereis tomar de mas cerca, mi- rad los ejemplos de vuestros her- manos, nacidos de un mismo vien- tre, de una misma Religion y Com- pafifa. Poned los ojos en un Padre san Ignacio, en un san Francis- co Javier y san Francisco de Bor- ja, en un Edmundo Campiano, y en otros semejantes que sabeis. Procurad imitarlos, nd seais vos deshonra de vuestro linaje y de vuestra Religion. El que con to- do eso no se anima & hacer obras de valor, sino que se contenta con una vida ordinaria y comun, ,no esté claro que cuanto es de su par- te dar4 descontento y enojo al mis- PARTE I. 34 mo Dios, que es nuestro Padre, y mal ejemplo & sus hermanos, y que merece que el Padre celestial no le conozca por hijo, y que los hermanos no le conozcan por her- mano? Pues esto es lo que vamos di- ciendo, que tengamos pensamien- tos altos y generosos, y pongamos siempre los ojos y el corazon en cosas grandes y aventajadas, para que ya que por nuestra flaqueza no Teguemos & tanto, 4 lo menos no quedemos tan cortos, ni tan atras. Hay&monos en esto al modo que se han los que venden las mercade- rias, que suelen pedir al principio mas de lo justo, para que asi les vengan 4 dar lo que es justo; y los que tratan algunos conciertos, que suelen al principio pedir mas de lo que es razon, para que asi lleguen Jos otros 4 lo que es razon, cdnfor- me & lo que dice el proverbio : Ini- guum petas, utjustum feras : Pedid lo injusto 6 mas de lo que es justo, para que asi os vengan 4 dar lo jus- to. Pues asi aca (no digo yo que vos pidais Io injusto, sino lo justi- simo ) poned los ojos en lo muy justo, para que asi vengais siquie- ra & lo que es justo; pedid y de- sead lo mas precioso, para que asi vengais, 4 lo mediarfo; porque si solo poneis los ojos en lo que es me- diano, y no os extendeis & mas, aun ahi no legaréis, sino que os que- daréis muy atras. De aqui se entenderé cudn im- portante es en las exhortaciones y platicas espirituales que hacemos, TRATADO PRIMBRO, CAP. VIII. tratar cosas de grande perfeccion, exhortando 4 una profundisima hu- mildad que llegue hasta el ultimo grado, &una perfecta mortificacion de todas nuestras pasiones y ape- titos, y & una entera conformidad con la voluntad de Dios que no haya en nosotros otro querer, ni otro no querer, sino lo que Dios quiere 6 no quiere, y que, ese sea todo: nuestro contento y regocijo, y-asi en las demds virtudes. Podria decir alguno : 4Para qué es plati- car y predicar cosas tan altas & gen- te flaca, y algunas veces 4 gente que comienza? Si nos dijéseis cosas proporcionadas 4 nuestra’flaqueza, cosas lanas y faciles, podria ser que las tomasemos ; pero esas per- fecciones que llegan hasta el ter- cer cielo, parécenos que no dicen, ni hablan con nosotros, sino con un apéstol san Pablo y con otros semejantes. No teneis razon, & vos dicen esas perfecciones, y con vos hablamos cuando tratamos de ellas; antes por esa misma razon que ale- gais para que no os las digamos, os las habemos de decir. Vos de- cfs que porque sois flaco no os di- gamos cosas'tan altas : yo digo que porque sois flaco es menester pla- ticaros y poneros delante esas co- | sas altas y de grande perfeccion, para que poniendo los -ojos en ellas, vengais siquiera 4 llegar & lo que es razon, y no quedeis tan bajo y tan corto en la vir— tud. Para esto ayuda tambien mu-— cho leer y oir las vidas y ejem— PONER LOS 0J08 EN COSAS GRANDES. plos de los Santos, y considerar sus virtudes excelentes y herdicas, y para eso nos las propone la Igle- sia, para que ya que no lleguemos 4 tanto como ellos, & lo menos nos animemos 4 salir de nuestra tibie- 28: y trae esto otro provecho con- sigo, que andarémos siquiera con- fundidos y humillados, consideran- do la pureza de vida de los Santos, y viendo cudm 1éjos estamos nos- otros de llegar 4 lo que ellos le- garon. Dice esto muy bien san Gre- gorio sobre aquellas palabras de Job (1): Respiciet homines ; et di- cet, peceavi. Mirar& los hombres justos y santos, y tendrase por pe- cador : humillarse y confundirse ha, viendo sus grandes ejemplos. Asi como los pobres conocen mas claramente su pobreza cuando ven los tesoros de los ricos y podero- sos; asi, dice san Gregorio, el al- ma se. humilla y conoce mas su po- breza, cuando considera los ejem-|. plos ilustres y vidas memorables de los Santos. Del bienaventurado san Antonio Abad cuenta san Jerd- nimo (2), que viniendo de visitar &san Pablo primer ermitafio, y ha- biendo visto su santidad tan gran- de, le salieron & recibir sus dis- efpulos, diciendo : ,En dénde has estado, Padre? Respondié el San- to llorando : jAy de mi pecador, que falsamente tengo el nombre de religioso! Visto he 4 Elfas, y visto-he al Bautista en el desier- (2) Gregor. lib. 14 Moral. cap. 9; Job, ©. Xxxut. (2) Hier. in vita Paul, 4 35 to; pues he visto 4 Pablo en el pa~ raiso. Y del gran Macario se lee otra cosa semejante, que habiendo visitado unos monjes, y visto su grande perfeccion , lloraba despues con sus diseipulos, diciendo : Vidt monachos ; non sum ego monachus: Visto he unos monjes : aquellos son monjes ; yo no soy monje. ;Ay de mi, que falsamente tengo el nombre de monje! Pues lo que de- cian estos Santos por su mucha hu- mildad, podemos nosotros decir con mas verdad, si consideramos el ejemplo de los Santos y'sus he- réicas virtudes : de manera que ~ habemos de suplir con humildad y confusion lo que nos falta, y asi por todas partes nos ayudaré mu-" - cho este medio. CAPITULO Ix. Cudnto importa hacer caso de co- Sas pequehias, y no menospreciar— las. Qui spernit modica, paulatim de- cidet. Eccli. xrx. El que menos— precia las cosas pequefias, poco & poco vendré 4 caer. Este es un pun- to de mucha importancia, espe- cialmente para‘los que tratan de perfeccion ; porque las cosas ma~ yores de suyo se estén encomenda- das; pero en las menores solemos mas facilmente descuidarnos y te- nerlas en poco, pareciéndonos que hacen poco al caso, y que va po- co en ellas : y es un engafio muy grande, que no va sino mucho. Y as{ nos avisa el Espiritu Santo por \ 36 el Sabio en estas palabras : Que nos guardemos de este peligro; porque el que menosprecia. las cosas pe- quefias y no hace caso de ellas, po- co & poco vendré 4 caer en las gran- des. Bastaba esta razon para per- suadirnos y poner tamor.; pues es razon y aviso del Espiritu Santo. San Bernardo trata muy bien este punto (1): A minimis incipiunt, qui in maxima proruunt: De faltas pequefias comienzan despues 4 caer en muy grandes males. Desenga- fiaos, dice ; cudn verdadera es aque- lla sentencia comun : Nemo repen- te fit summus : Ninguno de repente (comunmente hablando) viene4 ser ni muy malo ni muy bueno, sino “poco & poco va creciendo el bien y el mal. As{ como las enfermeda- des grandes del cuerpo poco 4 po- co se van engendrando; asi las en- fermedades espirituales y males grandes del alma se van tambien engendrando poco 4 poco; y asi cuandoviéreis algunas caidas gran- des de algunos siervos de Dios, no penseis, dice el Santo (2), que en- tonces comenzé el dafio; que nun- ca uno que ha perseverado y vivi- do mucho tiempo bien, vino 4 res- balar y caer en alguna cosa grave de repente, sino por haberse des- cuidado primero en cosas menudas y pequefias, con las cuales se fué| enflaqueciendo poco & poco la vir- tud de su alma, y merecié que Dios (1) Bernard. de ordin. vite, et morum inst. . (2) Bernard. serm. contr, pessimum vi- tium ingratit, TRATADO PRIMERO, CAP. IX. levantase un poco Ia mano de él, y asi pudo facilmente ser vencido despues en la tentacion grande que | se le ofrecié. Casiano declara esto con una comparacion muy propia, y es com- paracion del Espfritu Santo (1): Las casas, dice, no se caen de re- pente, sino primero comienzan por unas pequefias goteras, y esas van poco 4 poco pudriendo las maderas del edificio, y penetrando las pa- redes y enterneciéndolas , desmo- ronandolas, hasta llegar & los fun- damentos; y asi viene la casa & arruinarse y dar consigo en tierra una noche. Jn pigritiis humiliabi- tur contignatio, et in firmitate manuum perstillabit domus : Por pereza de no reparar la casa al principio, cuando era pequefio el dafio, por no trastejarla y quitar Ja goteras, vino & amanecer caida una mafiana. De esa misma mane- ra, dice Casiano, vienen los hom- bres & dar grandes caidas, y pa- rar en grandes males. Entran pri- mero nuestras aficioncillas y nues- tras pasiones, como unas peque- fias goteras, y van poco & poco pe- netrando, enterneciendo y enfla- queciendo la virtud de nuestra al- ma; y asi viene 4 arruinarse todo el edificio, por solo no querer uno al principio repararle, cuando era, pequefio el dafio, porque se des— cuidé de quitar unas pequefias go— teras, porque no quiso hacer ca— 80 de cosas menudas; y por alli vi— (1) Cassian. collat. 6, Abbat. Theodor. Keel. x. HACER CASO DE LAS COSAS PEQUENAS. no & amanecer un dia tentado, y otro fuera de la Religion. Pluguie- ra & Dios que no experimentéra- mds esto tanto. Verdaderamente, grande temor y espanto pone ver las cosas tan menudas por donde eomenzé ta perdicion de algunos, que vinieron 4 grande mal. Sabe mucho el demonio : no acomete de primera instancia 4 los siervos de Dios en cosas graves; mas astuto es que eso : poco 4 poco y sin sen- tir, en cosas pequefias y menudas hace 61 mejor su hecho, que si acometiese con cosas grandes; por- que si luego les entrase con pe- cados mortales, seria facilmente sentido y despedido, y entrando por cosas pequefias y menudas, ni es sentido ni despedido, sino ad- mitido. Por esto dice san Gregorio (1), que en parte es mayor peligro el de Jas culpas pequefias que el de las grandes : porque estas cuanto mas claramente se conocen, tanto con el conocimiento del mayor mal mueven mas 4 que se eviten, y & que mas presto se enmienden cuan- do uno cae en ellas (2); mas las culpas pequefias cuanto menos se conocen, menos se evitan, y co- mo no se tienen en nada, repitense y contintanse, y estise'uno en ellas de asiento, y nunca acaba de re- solverse varonilmente en desechar- las de si; y asi presto de pequefias se vienen & ser grandes. (1) Gregor. 8 part. Pastor. admonit. 95. (2) 8.* Catalina de Sena en los Didlag. ¢. 172; el P, M. Avila, t, 1 de'las epf stolas. a7 Concuerda muy bien con esto san Criséstomo (1). Dice una co- sa que llama él maravillosa : Mé- rabile quidem, et inauditum dice- re audeo : solet mihi nonnwmquam, non tanto studio magna videri esse peccata vitanda, quanto parva, et vilia: illa enim ut aversemur, ipsa ‘peccati natura eficit ; hec autem hac ipsa re quia parva sunt, desides red- dunt, et dum contemnuntur, non potest ad expulsionem eorwm ani- mus generose insurgere : unde cito ex parvis maxima fiunt negligentia nostra : Una cosa maravillosa me atrevo 4 decir, que os pareceré nue- va y nunca oida; y es, que algunas veces es menester que pongamos mas cuidado y diligencia en evitar los pecados pequefios, que los gran- des: porque los grandes ellos de suyo traen consigo un horror, para que los aborrezcamos y huyamos de ellos ; pero esos otros por el mis- mo caso que son pequefios, nos ha- cen flojos y negligentes, y como los tenemos en poco, nunca acaba- mos de salir de ellos; y as{ nos vie- nen 4 hacer grande dafio. Pues por eso estima tanto esto el demonio, y entra y acomete por ahi 4 los religiosos y siervos de Dios ; y tambien porque sabe él muy bien, que por ah{ tendré en- trada para venir & hacerlos despues caer en cosas mayores; y as{ dice san Agustin (2): Quid enim inter- estad naufragium, utrum uno gran- (1) Chrysost. homil. 87 sup. Matth. (2) August. epist. 208 ad Seleucian. et hhabet. de peen. disp. 1, ¢. Tres sunt. 38 di fluctu navis operiatur, et obrua- tur; an paulatim subrepens aqua in sentinam, et per negligentiam derelicta, atque contempta, impleat navem, atque submergat? 4 Qué im- porta que por pequefio 6 grande agujero haya entrado el agua en el navio, si al fin se‘hunde? No se me da mas uno que otro; porque todo viene & ser lo mismo. Asi‘no se le da mas al demonio entraros por cosas pequefias, que por grandes, si al fin alcanza lo que pretende, que es derribaros y hundiros. Fz minimis guttis muliiplicatis inun- dationes aquarum fiunt, que etiam magna aliguando menia subruunt: per modicam rimam aqua latenter tn navem influit, donec submerga- twr (1): De unas pequefias gotas de agua multiplicadas se vienen & hacer unas crecientes y avenidas tan grandes, que echan por tierra Jos grandes muros, y los edificios y castillos fuertes : por un pequefio agujero y por un resquicio y hendi- dura, ocultamente y poco & poco, se entra el agua en el navio, hasta que da con él 4 fondo. Por lo cual dice san Agustin (2), que asi como cuando el navio ha- ce agua es menester estar siempre dando 4 la bomba, sacando el agua para que no se hunda; asi nos- otros con la oracion y ex4men ha- bemos de andar siempre quitando Jas faltas 6 imperfecciones, que se nos van entrando poco & poco, para (1) 8. Bonav. proc. res. 5, ¢. 10. (2) August. sup. illud Psalm, yxvi: Et gentes in terra dirigis. TRATADO PRIMERO, CAP. X. que no nos hundan y aneguen. Ese ha de ser el ejercicio del religio- 80; Siempre es menester dar 4 la bomba ; y sino, corremos mud¢ho riesgo. Y en otra parte dice (1): Pracavisti magna : de minutis quid agis? An non times minuta? Proje- cisti molem, vide ne wrena obruaris: Habeis huido y escapado de les olas , tempestades y peligros gran- des que hay en ese mar tempestuo~ so del mundo; mirad no vengais acé en el puerto de la Religion & encallar en la arena: mirad no ven- gais 4 peligrar y & perderos por unas cosas menudas y pequefias ; porque de es& manera poco os aprovecharé el haber huido y esca- pado de las grandes. Cémo apro- vecharé poco que el navio se haya escapado de grandes peligros y tempestades , y de grandes rocas y pefiascos, si despues en el puerto viene 4 encallar en la arena? CAPITULO X. De otra razon muy principal, por la cual nos importa mucho hacer caso de cosas pequefas. Importa tambien mucho el hacer caso de cosas pequefias por otra ra~ zon muy principal, y es que si nosotros somos descuidados y ne- gligentes en las cosas pequefias, y hacemos poco caso de ellas, tene- mos mucho que temer no nos nie~ gue Dios por eso sus particulares (1) August. Psalm. xxxrx cirea illud: Multiplicata sunt super capillos capitis mei. HACER CASO DE LAS COSAS PEQUENAS. y especiales auxilios y gracias, asi para resistir 4 las tentaciones y no caer en pecado, como para alcan- zar la virtud y perfeccion que de- seamos, y asi vengamos 4 grande mal. Para que mejor se entienda esto, es menester presuponer una teolo- gia muy buena, que nos enseiia el apéstol san Pablo escribiendo 4 los de Corinto (1) : que Dios nuestro Sefor nunca niega 4 nadie el auxi- lio y socorro sobrenatural, necesg- tio y suficiente, para que si quie- re no sea vencido de la tentacion, sino que pueda resistir y quedar con victoria. Fidelis autem Deus est, gui non patitur vos tentari su- pra id quod potestis; sed faciet etiam cum tentatione proventum, ut possitis sustinere : Fiel-es Dios, di- ce el Apdstol, bien seguros podeis estar, que no permitiré él que seais tentados mas de loque podeis llevar; y si aiiadiere mayores trabajos ; y vinieren mayores tentaciones, afia- dir& tambien mayor socorro y fa- vor, para que podais salir de ellas, no solo sin dafio, sino con mu- cho provecho y acrecentamiento. Empero hay otro auxilio y socorro de Dios mas especial y particular, sin el cual podria uno resistir y vencer la tentacion, si se ayudase, como debe, del primer auxilio so- brenatural quees mas general; mas muchas veces no resistiré uno 4 la tentacion con aquel auxilio prime- ro, si no le da Dios ese otro mas particular y especial ; no porque (1) 1Cor. x. 39 no puede, sino porque no quiere ; que si 61 quisiese , bien podria con aquel auxilio primero resistir, por- que es suficiente para ello, si él se ayudase de 61, como debe; y asi entonces el caer y ser vencido de la tentacion, ser& por culpa suya, porque cae por su voluntad; y si Dios le diera entonces ese otro auxi- lio especial, no cayera. Pues viniéndo 4 nuestro punto, este segundo auxilio y socorro es- pecial , superabundante y eficaz, no le da Dios & todos, ni todas ve- ces, porque es liberalidad y gracia particularisima suya; y asi daré- la Dios 4 los que 61 fuere servido: darala & los que fueren liberales con él, conforme & aquelld del Profe- ta: Cum sancto sanctus eris, et cum viro imnocente innocens eris, et cum electo electus eris, et cwm per- verso perverteris. Dice otra letra: Cum benigno benignus eris, cum li- berali liberalis eris, cwm sincero, et candido, sincere, et candide ages, et cum perverso perverse ages : Con el santo, sefior, seréis santo, y con el benigno, benigno, y con el liberal y sincero, seréis sincero y liberal; y con el que no fuere tal, en la misma moneda se lo pagaréis, que es lo que nuestro Padre nos pu- so en las reglas (1): «Cuanto uno mas se ligare con Dios nuestro Se- itor, y mas liberal se mostrare con su divina Majestad, tanto le ha- lard mas liberal consigo, y él seré mas dispuesto para recibir cada dia mayores gracias y dones espiri- (1) Reg. 19 summarii constitutionum. 40 tuales : » y es doctrina de san Gre- gorio Nazianceno y de otros San- tos (1). Qué sea ser uno liberal con Dios, entenderase bien por lo que es ser liberal con los hombres. Ser acé uno liberal con otro, es darle , no lo que debe y es obliga- do, sino mas de lo que debe y es obligado : eso es liberalidad; que esa otra no, sino justicia y obli- gacion : pues de la misma manera, el que anda. con mucho cuidado y diligencia para agradar 4 Dios, no solo en las cosas de obligacion , si- no en las de supererogacion y per- feccion , y no solo en las mayores, sino es tambien en las menores ; ese es liberal con Dios. Pues con los que son asf liberales, es tambien Dios muy liberal : estos son los fa- vorecidos de Dios, & quien él ha- ce las mercedes : 4 estos les da, no solamente aquellos auxilios gene- rales que bastan para resistir y vencer las tentaciones, sino tam- bien los especiales y superabun- dantes y eficaces, con los cuales en ninguna manera caerdn en la tentacion. Pero si no sois liberal con Dios, gcdmo quereis que sea Dios liberal con vos? Si sois esca- so con Dios, mereceis que Dios sea tambien escaso con vos : si sois tan mezquino y apocado, que an- dais tanteando y midiendo, como por compas, si soy obligado 6 no soy obligado ; si obliga 4 pecado 6 no obliga & pecado; y si llega 4 mortal 6 no mas que venial, eso (1) Greg. Nazian. orat. de paup. amore, et Machar. Zgid. homil. 19. TRATADO PRIMERO, CAP. X. es ser escaso con Dios : pues no le quereis dar mas de lo que sois muy obligado, y aun en eso por ventura faltais. Dios tambien seré escaso con vos, y no os daré sino lo que est& obligado por su pala- bra: dardos los auxilios generales y necesarios que da 4 todos, que son bastantes y suficientes para po- der resistir 4 las tentaciones, y no caer en ellas; pero podeis temer con mucha razon, que no os daré aquel auxilio especial, superabun- dante y eficaz, que él suele dar & los que son liberales con él, y asi vengais 4 ser vencido de la tenta- cion, y caer en pecado. Esto es lo que dicen comunmen.- te los tedlogos y los Santos (1): que un pecado suele ser pena de otro pecado : de esta manera se ha de entender ; porque por aquel pe- cado primero desmerecié el hom- bre este auxilio especial y particu- lar de Dios, en pena de su pecado, y se hizo indigno de él, y asi vi- no 4 caer en otro pecado; y lo mis~ mo dicen de los pecados veniales, y aun lo que es mas, de las faltas y negligencias y descuido, con que uno vive: por eso dicen tambien que puede uno desmerecer y hacer- (1) August. serm, 224 de Tempor. post medium, et serm. &8 prope initium, et in illud Psalm. Lxvi: Et gent. in terra dirig.; Hier. ad Celap. epiat. 1; Chrysost. in cap. 2 Gen. homil.87; in Matth. et serm. de levium peccator. peric.; Bernard. serm.59 in Cant.; Isidor. lib. de sum. bono’; Basil. orat. 3de Jejun. prope init. et in Regulis brevior. q. 3; Gregor. lib. 10 Moral. cap. 14, et 3 part. Pastor. admonit. 2; Glos. ibi.; D. Thom. 1, 2, q. 88, art. 8, et alli. HACER CASO DB LAS COSAS PEQUENAS. se indigno de aquel auxilio espe- cial y eficaz de Dios, con el cual perseverara, y venciera con efecto la.tentacion, y sin él seré vencido, y caeré en pecado. Y de esta ma- nera explican algunos Santos aque- llas palabras del Sdbio : Qui spernit modica, paulatim decidet. Eccli.xrx. Por menospreciar uno las cosas pe- quefias y hacer poco caso de ellas, va desmereciendo aquel auxilio es- pecial de Dios, y se va haciendo indignio de él, y asi viene 4 caer en las grandes. Y de la misma ma- nera explican aquello del Apoca- lipsi : Quia tepidus es, incipiam te evomere’ ex ore meo. Apoc. 111. Al ti- bio aun no le ha vomitado y des- echado del todo Dios; pero le ha comenzado & vomitar y desechar: porque por aquella flojeded con que anda, y por aquellas faltas que hace advertidamente y de propési- to, va. desmereciendo aquel auxilio especial y eficaz, sin el cual cae- r&, y le acabara Dios de vomitar y echar de si. Pues consideremos cudnta razon hay de temer no desmerezcamos y nos hagamos indignos de este auxi- lio especial de Dios, por nuestra tibieza y flojedad. ,Cudntas veces nos vemos acosados de tentaciones y en gran peligro, y muchas ve- ces nos hallamos en duda, si me detuve, 6 no me detuve, si consen- ti, 6 no consenti, si legé & peca- do, 6 no? ;Oh, cuanto nos valdria para estos trances y aprietos, el haber sido liberales con Dios, y habernos hecho dignos de aquel Al auxilio especial y liberal, con el cual estarfamos bien seguros que quedariamos siempre en pié, y sin 61 nos verémos en grande peligro, y por ventura quedarémos venci- dos! San Criséstomo pone este me- dio por muy principal para vencer Jas tentaciones. Va hablando del demonio nuestro enemigo, y de la guerra continua que nos hace, y dice (1) : Scitis enim, quod hostem habemus perpetwum, et faederis nes~ ciwm : unde nobis magna vigilan- tia opus est : Bien sabeis, herma- nos mios, que tenémos en el de- monio un enemigo perpétuo, que siempre nos esté haciendo guerra, porque nunca duerme, ni descansa, nunca hay treguas con este tirano ; y asi es menester andar siempre muy apercibidos, y con gran cui- dado y vela, para que no seamos vencidos de él. Pues gcémo nos apercibirémos y prepararémos bien para no ser vencidos, sino ven- cer y sobrepujar siempre & este traidor? ,Sabeis cémo? Dice san Criséstomo : Non aliter autem ewm vincemus, quam si per vitam op- timam supernum nobis auxilium conciliemus : El medio unico para es6 sera el tener de atris granjea- do ese auxilio especial de Dios con nuestra buena vida, y de esa ma- nera vencerémos siempre. Ht non aliter. Notese la palabra : Y no de otra manera. La nota san Basilio por estas palabras (2) : Qui & Deo se optat juvari, is numquam deserit (1) Chrysost. hom. 90 sup. Genes. (2) Basil. in constit. Monach. cap. 1. 42 quod attinet ad oficiwm suum ; qui autem hoc facit, is divino auxilio numquam destituitur : quapropter danda in eo opera est, ne ulla in re conscientia nostra nos condemnet : El que desea ser ayudado del Sefior, nunca deja de hacer lo que es de su parte; y el que esto hace, nun- ca es desamparado del favor divi- . Ro : por lo cual habemos de tener mucho cuidado que en ninguna cosa nos remuerda la conciencia. Muy bien infiere san Basilio lo que nosotros habemos de sacar de aqui; que es, andar con tanto cuidado en los ejercicios espirituales y en to- das nuestras obras, que ninguna cosa nos remuerda la conciencia, para que seamos dignos de este au- xilio especial de Dios. De donde se veré bien cudnto nos importa el hacer mucho caso de cosas pequefias, si pequefias se pueden llamar las que nosacarrean tanto bien, y por donde nos pue- de venir tanto mal. Por eso dijo el Sabio, Eccles. vir: Qué timet Deum, nihil negligit : El que teme & Dios, en ninguna cosa se descuida, por minima que sea ; porque sabe muy bien que de las cosas menores vie- ne uno poco 4 poco 4 caer en las mayores ; y porque teme que si él deja de ser liberal con Dios en esas cosas, dejaré tambien Dios de ser liberal con él. Por conclusion digo, que es esto de tanta estima, y lo habemos de tener en tanto, que podemoé tener por regla general, que mientras uno hiciere caso de cosas pequefias y TRATADO PRIMERO, CAP. X. menudas, andaré bien, y le har& el Sefior merced : y por el contra- rio, cuando no hiciere caso de co- sas pequefias y menudas, andar& en mucho peligro ; porque por ahi sué]e entrar todo el mal al reli- gioso. Y bien nos lo dié 4 entender Jesucristo , cuando dijo (1) : El que es fiel en lo poco, lo ser& tam- bien en lo mucho; y el que es in- fiel y malo en lo poco, tambien Jo seré en lo mucho. Y asi cuando uno quisiere ver cémo le va en su aprovechamiento (que es razon que muchas veces hagamos refle- xion sobre esto), examinese por aqui, mirando si hace caso de co- sas pequefias, 6 si se le va entran- do la libertad para tenerlas en po- co; y si halla que ya no repara en cosas pequefias, ni-le remuerde la conciencia, como solia, cuando fal- taen ellas, procure remediarlo con. todo cuidado. El demonio, dice san Basilio (2), cuando ve que no nos puede apartar de la Religion, pro- cura con todas sus fuerzas persua- dirnos que no nos demos 4 la per- feccion, y que no hagamos caso de cosas pequefias, engafiéndonos con una vana seguridad , que no se pierde por aquello 4 Dios : pero nos- otros por el contrario, debemos procurar, que asi como no nos puede apartar de la Religion, asf tampoco nos impida la perfeccion, sino que no nos demos & ella con todas nuestras fuerzas, haciendo (1) Lue. xvi. (2) Basil. serm. de renunt. secul. is- thus, et spirit. perfect. PONER POR OBRA LOS BUENOS DESROS. mucho caso de cosas pequefias y menudas. CAPITULO XI. Que no habemos de tomar el negocio de nuestro aprovechamiento en ge- neral, sino en particular : y cudn- to importa el ir ponisndo por obra los buenos propdsitos y deseos que el Sefior nos da. ,Ayudarénos tambien mucho para aprovechar, un medio que suelen dar competente los maestros de la vida espiritual; que no tomemgs este negocio'de nuestro aprovecha- miento en general y en comun, sino en particular y poco 4 poco. Casiano dice (1), que pregunté el abad Moisen 4 sus monjes, en una conferencia espiritual, qué era Jo que pretendian con tantos tra- bajos, con tantas abstinencias y vigilias , con tanta oracion y mor- tificacion? 4 Qué era su fin? Res- pondieron ellos : El reino de los cielos. Dijoles él : Ese es el ulti- mo fin. Pero yo no pregunto sino del fin inmediato y particular en que habeis de poner los ojos para venir & alcanzer el ultimo fin. Porque como el labrador, aunque su fin es coger mucho pan, y te- ner con que pasar la vida abun- dantemente ; pero todo su cuidado y diligencia pone en labrar y cul- tivar la tierra, y limpiarla de las mielas yerbas ; porque ese es me- dio necesario para ése otro: y el (1) Cassian. collst. ¢.8et 4. 43 mercader, aunque su fin es ha- cerse rico, pero todo su cuidado pone en mirar qué negocios, y qué manera de negociar le ser& -|mas & propésito para alcanzar ese fin, y alli aplica todas sus industrias y diligencias; asi ha de hacer el religioso : no basta decir en gene- ral, pretendo salvarme, querria ser buen religioso, deseo ser perfecto; sino es menester que ponga los ojos en particular en la pasion 6 vicio que mas le impide, y en la virtud que mas le falta, y que eso procure; porque de esa manera, yendo poco & poco, y andando con cuidado y diligencia, ahora sobre una cosa y despues sobre otra, vendré mejor 4 alcanzar lo que de- sea. Este es el medio(1) que el otro Padre del yermo did & aquel mon- je, que despues de haber sido muy diligente y fervoroso, aflojé en sus ejercicios espirituales, y vino 4 grande tibieza; y deseando vol- ver 4 su antiguo estado, y hallando cerrado el camino, y pareciéndole muy dificultoso, no sabia por dén- de comenzar : consoléle y animé- le con aquella parébola 6 ejemplo del otro, que envid & su hijo 4 limpiar la heredad, que estaba lle- na de espinas y malezas; y el hijo viendo lo mucho que habia que ha- cer, desanimése y echdse & dor- mir, y no hacia nada, ni un dia, ni otro. Dijole el padre : No has, hijo, de mirar ni tomar en junto todo lo que hay que trabajar, sino cada dia un poco, cuanto puede (1) In vitis Patram. 44 ocupar un cuerpo de un hombre: hizolo asi, y de esa manera den- tro de poco tiempo quedé limpia, toda la hacienda. Y débese notar aqui, que una de las causas principales porque me- dramos poco, y no nos hace el Se- fior mas mercedes, es porque no ponemos por obra los buenos pro- pésitos y deseos que él nos da; y asi, porque no damos buena cuen- ta de lo que nos ha dado, no nos da otras cosas mayores. Asi como el maestro de escuela no quiere pasar al nifio 4 mas alta letra y materia, mientras ve que no ha hecho, ni imitado bien la que le ha dado; asi se suele haber el Se- ior con nosotros en levarnos & la perfeccion : tanto mas tarda en dar- nos grandes cosas, cuanto mas tar- demos nosotros en obrar lo dado; y cuanto mas se anima uno 4 ir asentando y poniendo por obra los deseos que el Sefior le da en la oracion, tanto mas le mueve 4 que le vaya dando mayores cosas. Dice muybienelPadremaestro Avila(1): «Quien bien usa de lo que cono- ce, alcanzar& luz para lo que no conoce. Y el otro que tiene boca para pedirlo, pues le pueden res- ponder : Para qué quieres saber mi voluntad y agradecimiento, pues en lo que lo sabes no lo cumples?» Sivos no poneis por obra los de- seos que el Sefior os da ; 4cdmo que- reis que os dé otras cosas mayo- res? ,Con qué boca podeis pedir & (1) M, Avila, ib. 1 de ias epfstolas, fol. 241, TRATADO PRIMERO, CAP. XI. Dios en la oracion, que os conce- da esto y lo otro, que deseais y habeis menester, si no os quereis enmendar, ni mortificar en una falta, de que teneis mucha necesi- dad de enmendaros, y os ha dado Dios muchos deseos 6 inspiracio- nes de ello? No sé cémo puede le- vantar los ojos 4 pedir 4 Dios otras cosas mayores , el que no se quiere enmendar, ni aun en una falta ex- terior que tiene, sino que de pro- pésito se deja caer en ella una.y otra vez. Pues si queremos aprove- char, y que el Sefior nos haga mu- chas mercedes, seamos diligentes en ir poniendo por obra las inspi- raciones y deseos que el Sefior nos da. . Doctrina es comun de los San- tos, que el que usa bien de los be- neficios recibidos, se hace digno de otros nuevos; y por el contrario el que usa mal de ellos, no merece recibir otros. El Sébio en el ca- pitulo xv1 de la Sabidurfa pro- pone esta cuestion : 4Qué es la causa que el man& se deshacia al pfimer rayo-del sof que le daba, y no era de provecho mas? Y si le ponian al fuego, no se derritia, ni le hacia mal ninguno, siendo mas fuerte el cator del fuego que el del sol? Y responde el mismo Sé- bio en el fin del mismo capitulo: Ut notwm omnibus esset, quoniam oportet prevenire solem ad bene- dictionem tuam : Para que entien- dan todos, que conviene ser dili- gentes en aprovecharnosde las mer- cedes que el Sefior nos hace, y de PONER POR OBRA LOS BUENOS DESEOS. los beneficios que de su mano re- cibimoa; y en castigo del desagra- decido y perezoso, que no quiso madrugar antes que el sol saliese, para aprovecharse del beneficioque el Sefior le habia hecho, permite Dios que el sol le quite la comi- da. Esto es tambien lo que nos de- clara maravillosamente Cristonues- tro Redentor en el sagrado Evan- gelio (1), en aquella pardbola de aquel varon noble, que habiendo repartido su hacienda con sus cria~ dogs para que negociasen con ella, cuando despues de haber tomado la posesion de su reino, les pidié cuenta, proporcionalmente les fué haciendo gobernadores 6 prefec- tos de otras tantas ciudades, cuan- tos eran los talentos que cada uno habia ganado : al que ha- bia ganado diez talentos, le hizo gobernador de diez ciudades, y al que cinco, de cinco, déndonos 4 entender, que as{ como aquel rey premié la industria y fidelidad de sus criados con tan grande exceso, cuanto hay de diez talentos 4 diez ciudades ; asi tambien si nosotros ponemos por obra las inspiraciones de Dios, y somos leales y fieles en esta correspondencia, seré muy grande el exceso con que nos acrecentaré el Sefior sus divinos dones: y por el contrario, si no correspondemos como debemos, no solo nos sera quitado lo que nos habia dado ; pero serémos cas- tigados, como lo fue aquel sier- vo, que no granjeé, ni gand cosa (1) Lue. xix. 45 alguna con el talento que habia recibido. : De aquel famoso pintor Apeles se cuenta (1), que nunca, por mu- chas ocupaciones que tuviese , se le pasé dia en el cual no ejercitase su arte y pintase alguna cosa; y hurtando el tiempo & los negocios que se le ofrecian, solia decir: Ho- die nullam lineam duai : Hoy no he echado raya ninguna; y de alli que- dé esto por proverbio para cual- quier oficio, cuando se pasa el dia sin ejercitarle y hacer algo en él: de aquella manera salié tan perfec- to y consumado pintor. Pues si quereis salir perfecto y consumado religioso, no'se os pase dia nin- guno en que no haggis alguna ra- ya, y echeis alguna linea en la vir- tud : idos venciendo.y mortifican- do cada dia en algo : id quitando cada dia alguna falta de las obras que haceis ; porque de esa manera iran ellas siendo cada dia mejores y mas perfectas ; y cuando llega- réis al examen del mediodia, mirad sise os ha pasado aquel mediodia sin haber dado alguna raya 6.pun- tada en la virtud, y decid : Hodie nullam lineam duxi. ;Oh, que hoy no he dado paso ninguno en la vir- tud, ni mortificidome en cosa al- guna, ni hecho siquiera un acto de humildad, habiéndoseme ofrecido ocasiones para ello! En baldese me ha pasado este dia : no ha de ser asi esta tarde : no ha, de ser asf mafie- na. De esta manera poco 4 poco vendrémos & aprovechar mucho. (1) Refert Plin.1. 95 natur. bist. c. 10. CAPITULO XII. Que nos ayudard mucho para al- canzar la penfeccion, no hacer Saltas de propdsito ni aflojar en el fervor. Ayudarénos tambien mucho para erecer en virtud y perfeccion (1), que procuremos no hacer faltas de propésito. Dos maneras hay de faltas y culpas veniales : unas en que caen los temerosos de Dios por flaqueza, 6 por ignorancia, 6 inadvertencia, aunque con algun descuido y negligencia : y estas experiencias tienen los siervos de Dios, y que andan en verdad con él, pues no les causan amargura, sino humilded, ni hallan que por ellas les tuerce el Sefior el ros- tro, antes experimentan un nue- vo favor del Sefior y nuevo.éspiri- tu con el recurso humilde que por ellas hacen 4 Bios. Otras faltas y culpas hay, que hacen advertida- mente y de propésito las personas tibias y remisas en el servicio de ‘Dios; y estas impiden grandes bie- nes, que recibiéramos, si no las hiciéramos: per estas muchas ve- ces nos tuerce el Sefior el rostro en la oracion, y nos deja de ha- cer muchos favores; y asi, si que- remos medrar y que el Sefior nos haga muchas mercedes, procure- mos no hacer faltas de propési- to : bastan las que por nuestra ig- norancia é inadvertencia hecemos; (2) Ludovie. Blos, in specul. spirit, ¢.6, TRATADO PRIMBRO, CAP. XII. no afiadamos nosotros mas: bas- tan las distracciones que tenemos en la oracion, por la inconstan- cia de nuestra imaginativa ; y no nos distraigamos nosotros volun- tariamente y de propésito : basten las faltas que por nuestra flaqueza hacemos en las reglas; no las quebrantemos nosotros de propé- sito. Otro medio pone san Basilio pa- raalcanzar la perfeccion, ydice que es muy bueno para en breve tiem- po aprovechar mucho; y es, no hacer paradillas en el camino de la virtud. Hay algunos que 4 tem- poradas tienen unos acometimien- tos, y luego paran : levad ade- lante lo comenzado, y no hagais esas paradillas ; porque en este ca~ mino de la vida espiritual, mas cansado os hallaréis haciéndolas, que si no las hiciérais. Hay mu- cha diferencia de esto & los ejerci- cios corporales : Quia caro operan— do deficit ; spiritus operando proft- cit : porque con los ejercicios cor- porales el cuerpo mientras mas obra y trabaja, mas desfallece; pero el espiritu mientras mas obra, mas fuerzas va cobrando; y asi dice el proverbio : Arcum frangit intensio, animum remissio (1): Et arco tirado se quiebra, y el énimo flojo desmedra. Dice san Ambrosio (2), que asi como es mas facil no caer en peca- do y conservar la inocencia, que despues de haber caido hacer ver- (1) Paul. Man, in adag. (2) Ambros, Hb. unico de poontt. c. 18. NO AFLOJAR EN EL FRRVOR. dadera penitencia ; asi tambien es mas f&cil conservar el fervor de la oracion y de la devocion, que des- pues de haberse distraido por al- gunos dias volver 4 él. El herrero que saca el hierro ardiendo de la fragua, para que esté blando y dis- puesto para hacer de é1 lo que qui- siere con el martillo, no le deja enfriar del todo, sino antes que se enfrie le vuelve & la fragua, para que de presto se torne 4 poner co- mo de antes: asi nosotros nunca habemos de dejar que se acabe el calor de la devocion; porque si se resfria y endurece el corazon, con _dificultad tornarémos al fervor pri- mero; y asi vemos por experien- cia, que por mucho que uno haya aprovechado y vaya adelante en la virtud, si se descuida por una temporada, en un poco de tiempo que se distraiga y deje de conti- nuar sus buenos ejercicios, pierde todo lo que habia ganado en mu- cho tiempo, que parece que ni aun rastro halla de lo que antes tenia, y apenas puede tornar 4 arribar & ello: tanta es la dificultad que sien- te. Por el contrario, los que andan con fervor, y procuran conservar siempre el calor de la devocior, Nevando adelante sus buenos ejer- cicios y perseverando en ellos, fi- cilmente se conservan, y en breve tiempo aprovechan mucho: y la razon de esto es tambien, porque estos no pierden tiempo ninguno, ni deshacen lo que habian hecho, como los tibios y flojos, que con sus paradillas todo se les va en hacer 47 y deshacer, en tejer y destejer, y asi nunca acaban su tela : esos otros no solo no deshacen, antes van adelantando, y con el ejerci- cio continuo van cobrando cada dia mas fuerzas, y mas facilidad para hacer mas y mejor ; y asi vienen & aprovechar mucho. Esto es lo que dijo el Sdbio : Egestatem operata est manus remissa : manus autem fortium divitias parat. Prov. c. x. El que no quiere trabajar, empobrecer&, y el que se esforzare al trabajo, enriqueceré : Anima autem operantium impinguabitur. Prov. xim. Comparaba un Padre 4 los religiosos tibios y flojos, y & los diligentes y fervorosos, y decia, que los tibios y remisos, que con la antigiiedad hacen ya de los can- sados, y no procuran ir adelante en su aprovechamiento, son co- mo unos criados viejos de las ca~ sas de los sefiores, que ya no sir- ven en casa sino de bien parecer, y de estarse sentados 4 las puertas de las casas de los sefiores contan- do historias : danles su racion, co- mo 4 criados viejos; pero ya no privan ni medran con el sefior, ni cdsi se tiene memoria de ellos. Veréis otros criados nuevos , man- cebos tan diligentes y solicitos en el servicio de su sefior, que no sa- ‘en parar, ni sentarse en todo el dia ; y que apenas ha dado 4 enten- der el sefior ‘la cosa, cuando ya la tienen hecha : estos son los que pri- van y medran. Asi son los religio- sos diligentes y fervorosos. CAPITULO XIII. De otros tres medios que nos ayu- darn para ir adelante en la vir- tud. San Basilio da un medio muy bueno para aprovechar mucho, y le dan comunmente los Santos (1): Que pongamos los ojos en los me- jores y en los que ‘mas se sefialan y resplandecen en virtud, y procu- remos imitarlos, Lo mismo aconse- jaba el bienaventurado san Anto- nio Abad, y decia que el religio- so ha de andar, como buena abe- ja, cogiendo las florecitas de todos para hacer su miel; de uno la modestia, de otro el silencio, de otro la paciencia, de otro la obe- diencia, y de otro la indiferencia y resignacion. En cada uno habe- mos de mirar aquello en que mas resplandece para imitarlo : asi lee- mos que lo hacia él, y con eso vino 4 ser tan gran Santo. Este es uno de los bienes grandes que tenemos en la Religion, y por el cual san Jerénimo prefiere el mo- rar en congregacion 4 la soledad, y aconseja el vivir en aquella antes que en esta : Ut ab alio discas hu- militatem, ab alio patientiam : hie te silentiwm, ille te doceat mansue- tudinem : Para que del uno apren- dais humildad , del otro paciencia: este osensefia 4 tener silencio, aquel mansedumbre. Un filésofo Hama- (1) Basilius, sermone de abdicatione rerum. TRATADO PRIMERO, CAP. XIII. do Carilo, varon principal y muy sefialado entre los lacedemonios, preguntado, ,qué republica tenia por la mejor del mundo? Respon- did, que aquella en la cual los ciu- dadanos traen entre si contien- da sobre cual ha de ser mas vir- tuoso, y esto sin alborotos ni se- diciones. Pues esta merced, entre otras, nos hace el Sefior ahora en la Religion : ptegue 4 su divina Ma- jestad que siempre sea asi. All& en el mundo, en casi todas las re- publicas , todas'sus contiendas y competencias son sobre la hacien- da 6 sobre puntos de honra: y apenas se halla hombre que tenga emulacion por la virtud ; pero aca, por la bondad y, misericordia de Dios, todo el estudio de los reli- giosos es de lo que toca & su abne- gacion, y para crecer mas en vir- }tud y perfeccion , y todas sus con- tiendas y pretensiones son sobre ser cada uno mas virtuoso, mas hu- milde y mas obediente ; y esto sin ruido, sin divisiones , sin murmu- raciones, sind con una emulacion y envidia santa. No es pequefia merced y beneficio, sino muy gran- de, el habernos traido el Sefior & la Religion , donde la virtud es fa- vorecida y estimada, donde no es tenido, ni éstimado el letrado, ni el predicador, por ser gran letrado, ni gran predicador, sino por ser muy humilde y mortificado : don- de todos procuran aventajarse en la virtud, y con su ejemplo nos animan 4 ir adelante. Pues apro- vechémonos de tan buena ocasion DEL BUEN como tenemos para ejercitar este medio. De aqui podemos sacar el segun- do, que es la obligacion que tene- mos de dar buen ejemplo & nues- tros hermanos, «para que conside- rando los unos & los otros, crezcan todos en devocion, y alaben & Dios,» como nos lo dice nuestro Padre (1), 6 por mejor decir el mismo Cristo en el Evangelio: Sic luceat lux vestra coram hominibus, ut videant opera vestra bona, et glorificent Patrem vestrum, qui in calis est. Matth. xv. El buen| ejemplo bien sabemos todos cuén eficaz medio es para mover 4 otros. Mas fruto hace un buen religioso en una casa con su buen ejemplo, que cuantas platicas y sermones podemos hacer; porque los hom- bres mas creen & lo que ven por los ojos, que lo que oyen por los oi- dos , y persuddense que es hacede- ro lo que ven al otro poner por obra, y con eso se mueven y ani- man mucho 4 obrarlo. Este es aquel percutir y herir de las alas de aque- los santos animales que vié el pro- feta Ezequiel, c. u1: Htaudivivocem alarum animalium percutientium alteram ad alteram; cuando con -vuestro buen ejemplo herfs el cora- zon de vuestro hermano, y le mo- veis & compuncion y devocion, y deseo de la perfeccion. San Bernardo confiesa de s{ mis- mo (2), que en los principios de su wl) Part. 3, cap.1, §4, et reg. 29 sum- ar Bernard. serm: 14 sup. Cant. EJEMPLO. 49 Religion, de solo ver algunos reli- giosos espirituales y edificativos, se alegraba y animaba tanto, que su alma se llenaba de suavidad y devocion, y sus ojos de dulces la- grimas: y no solo de verlos, sino de solo acordarse de alguno de es- tos que habia conocido, y estaba ausente 6 era ya difunto. Esto es de lo que lasagrada Escritura alaba al rey Josias, Eccli. xurx: Memo- ria Josie in compositionem odoris | facta opus pigmentarii: La memo- tia de Josias es, dice, como una poma de olores, que consuela y conforta, y quita los desmayos. Tales habemos de procurar ser nos- otros, conforme & aquello desan Pa- blo, Tad Cor. 1: Christi bonus odor swmus. Habemos de ser como una especie aromatica, y como una po- ma 6 bujeta de olores, la cual comunica luego gu olor, y confor- ta y aninfa 4 quien quiera que la toca. Esto nos ha de ser gran mo- tivo para darnos mucho 4 la vir- tud, y no dar ocasion ninguna de desedificacion & nuestros herma- % nos: porque as{ como un religio- so ejemplar ayuda mucho, y basta para edificar y Mevar tras si toda la casa; asi un religioso ruin da- iia mucho, y basta para desedificar toda una comunidad y llevarla tras si. Antes es cosa cierta que mucho mas eficaz es el ejemplo pa- ra el mal; que para el bien, por nuestra mala inclinacion, que se va mas facilmente tras lo malo, que tras lo bueno. Mandaba Dios en el Deuterono- PARTE I. 50. mio.& los capitanes, cuando iban 4 la guerra, que hiciesen pregonar por todo el ejército: Qui est ho- mo formidolosus, et corde pavido, vadat, et revertatur in domum suam. Deuter. xx. Los cobardes y temerosos vuélvanse & su casa. Y nétese la razon que da, que es la que hace 4 nuestro propdsito: Ne pavere faciat corda fratrum suo- rum, sicut ipse timore perterritus est: Para que no hagan cobardes & os demas, no les peguen el miedo y la cobardia. Esto es lo que hace un religiogo tibio y remiso en la Re- ligion con su mal ejemplo: hace & los demas cobardes para pelear y emprender cosas de perfeccion: pé- gales la flojedad y tibieza; y asi viene & decir san Eusebio Emise- no (1): Qui inter multos vitam age- re constituerunt, aut cwm grandi Sructu, aut cwm grandi periculo, vel etiam diligentes, vel negligentes sunt: Los que se han determinado 4 vivir en congregacion, 6 son diligentes con gran provecho de © la comunidad, 6 son negligentes con grande dafio y peligro de ella. Podemos afiadir aqui otra cosa, que puede ser el tercer medio y motivo para lo mismo; y es la obligacion que tenemos de dar edi- ficacion y buen ejemplo, no so- lamente 4 nuestros hermanos, con quienes tratamos y conversamos cada dia, sino & todo el mundo, para que no pierda por mila Reli- gion el buen nombre que tiene: (1) Buseb. Emissen. homil.7ad Man. TRATADO PRIMERO, CAP. XIII. porque vemos que por uno suelen los. del mundo juzgar 4 los demas religiosos. La falta y pecado del religioso parece que es como pe- cado de naturaleza y original, y como los bienes mancomunados, que luego dicen: Los de la Com- pafifa tambien se desmandan, y ha- cen esto y esto, por solo uno que vean que se desmanda, y toma alguna libertad. Y asi, cada uno tiene obligacion de mirar mucho por la edificacion, para que asi se conserve y vaya adelante la buena opinion y estima de la Religion, y no sea causa con sus faltas 6 im- perfecciones de que se menosca- be'el buen nombre y crédito que por la bondad del Sefior tiene. ¥ & nosotros nos corre mas esta obli- gacion, porque aun estamos en los principios, y tienen todos puestos los ojos en nosotros : Spectaculum |facti. sumus mundo, et Angelis, et hominibus. I ad Cor. rv. Y aunque es verdad que no tienen razon los del mundo en atribuir la falta de uno 4 toda la Religion; pero al fin cosa cierta es, que el bien y pro- greso de la Religion depende de ser el uno y el otro buen religio- 80; y de lo contrario es menoscabo de ella, porque esos son la Reli- gion. Pues guarde cada uno su puesto, como buen soldado; no se rompa por él este escuadron tan concertado ; no entre por vos la relajacion en la Religion. Y sera buena consideracion para esto, ha- cer cada uno cuenta que su madre la Religion le dice aquellas pala- HABERSE EN LA RELIGION COMO EL PRIMER DIA. bras, que aquella santa madre de los Macabeos decia 4 su hijo me- nor, para animarle 4 padecer y morir por la guarda de su ley: Féli mi, miserere mei, gue tein utero novem mensibus por tavi, etlactrien- tio dedi, et alui, et in etatem is- tam perduci. II Mach. vir. Hijo mio, ten misericordia de mi, que te he traido en mis entrafas, no nueve meses, sino nueve afios, y veinte, y treinta y mas afios, y te di leche tres afios en la probacion, y te he criado en virtud y letras tan 4 cos- ta mia, hasta ponerte en el estado en que estas: y lo que te pido por todo esto es, que hayas misericor- dia de mi, no pierda yo por ti, no me dés mala vejez. Las armas con que te he armado para bien y pro- vecho tuyo, y de los prdéjimos, no las conviertas contra mi, ni contra ti mismo: lo que te habia de ser ocasion y medio para ser mas agra- decido y mas humilde y mortifica- do, no te sea ocasion para ser mas vano, y mas libre é inmortificado. CAPITULO XIV. Que nos ayudard mucho habernos siempre como el primer dia que entramos en la Religion. Pregunté uno de aquellos mon- jes antiguos al abad Agaton, 4 cd- mo se habria en la Religion? Res- pondié: Vide, qualis fueris prima die, quando existi de seculo, et re- Bt 51 ceptus fuisti in claustro; et talis | permane semper : Mira cual fuiste el primer dia que dejaste el mundo, y te recibieron en la Religion; y de esa manera permanece siempre. Pues si quereis saber cémo seréis buen religioso, y cémo os habréis para aprovecharmuchoen virtud y perfeccion, esteesmuy buen medio: Mirad cuél fuisteis el primer dia que dejasteis el mundo, y fuisteis recibido en la Religion: y de esa manera permaneced siempre (1). Considerad con cuanto fervor y fortaleza dejisteis el mundo, y todo lo que en él tenfais: los pa- rientes, amigos y conocidos: la hacienda, riquezas, regalos y en- tretenimientos , y perseverad en aquel menosprecio del mundo, y en aquel olvido de deudos y pa- rientes, y en aquel sacudimiento de regalos y comodidades propias; y de esa manera seréis buen re- ligioso. Considerad tambien, con cudnta humildad pedisteis ser re~ cibido en la Religion y con cudnta instancia; y como el dia que os dieron el si, os parecié que se os habia abierto el cielo, y quedas- teis muy agradecido y obligado 4 servir & Dios y & la Religion, por tan gran mereed y beneficio; y perseverad ahora en ese agradeci- miento y en ese humilde reconoci- miento. Sentios ahora tan obliga- do y tan deudor, como os sentis— teis el primer dia que os recibieron ; y de esa manera aprovecharéis en Ja Religion. Considerad tambien (1) Dion. Cart, in Seal. Religios. 52 despues de recibido , con cudénta devocion y modestia os comenzés- teis 4 haber 4 los principios , con qué obediencia, con qué humildad, con qué prontitud, con qué indife- rencia y resignacion en todo, y perseverad siempre en eso; y de esa manera iréis medrando y cre- ciendo en virtud y perfeccion. Este medio es muy encomenda- do de los Santos , como luego ve- rémos; pero es menester que lo entendamos bien. No queremos de- cir que no habeis de tener ahora mas virtud que el dia primero que entrasteis en la Religion. Nunca el antiguo se ha de contentar con la _virtud de novicio; que claro esté que ha de tener mas virtud el anti- guo, y que ha de estar mas apro- vechado que el novicio, que co- menzé ayer: como en elestudio, el que ha diez afios que estudia, ha de estar mas aprovechado, y saber mas que el que comienza. Pues la Religion es una escuela de virtud y perfeccion; y asi el que ha mas que anda en esta escuela, ha de ha- ber aprendido y aprovechado mas. Pero asi como & uno que comen- 26 & estudiar con mucho fervor y grandes brios, y despues se cansa y afloja, le decimos que torne al fervor primero, y al cuidado y diligencia con que comenzéal prin- cipio, y que de esa manera saldré con el estudio; asi lo que decimos ahora es, que volvais 4 aquellos pri- meros fervores con que comenzas- teis el camino de la virtud el pri- TRATADO PRIMERO, CAP. XIV. gion. Mirad con qué denuedo y con qué brio comenzasteis enton- ces & servir & Dios, que no se os po- nia delante, ni se os hacia cosa di- ficultosa, y andad ahora con aquel fervor, y con aquellos aceros y alientos; y de esa manera aprove- charéis mucho en la Religion. Es- to es lo que nos quieren decir los Santos en este medio. El bienaventurado san Antonio, rogéndole sus discipulos que les diese algunos avisos espirituales para suaprovechamiento , comen- 26 por aqui su razonamiento, como lo refiere san Atanasio en su vi- da (1): Hoc sit primum cunctis in commune mandatum. Nullum in ar- repti propositi vigore lassescere, sea. quasi incipientem debere semper au- gere, quod ceperit. Y fuera de que otras muchas veces les repetia esto mismo; estando ya cercano 4 su muerte, como en testamento y ul- tima voluntad, para que se les que- dase mas impreso en el corazon, se lo tornéd & encargar con unas pa- labras muy tiernas, al fin como de padre: Ego quidem, filioli, filiolt, secundum eloguia Scripturarum, Patrum gradior viam :jam enim Do- minus meinvitat , jam cupio videre calestia: sed vos, 6 viscera mea, ad- moneo, ne tanti.temporis laborem repente perdatis; hodie vos reli- giosum studium arripuisse arbitra- mini, et capte voluntatis fortitude swecrescat. Si quereis aprovecharen virtud y perfeccion, tened esto (1) Athanasius et Surius, tom. 1, pa- mer dia que entrasteis en la Reli-! gin. 86. HABERSE EN LA RELIGION COMO EL PRIMER DIA. delante de los ojos, haced cuenta que cada dia comenzais de nuevo, y habeos siempre como el primer dia que comenzasteis, y de esa manera seréis buenos religiosos. San Agustin pone tambien este me- dio (1): Obliviscere ergo omne pra- teritwm, et quotidie inchoare te, ‘puta : Olvidaos de todo cuanto ha- beis hecho hasta aqui, y haced cuenta que cada dia comenzais de nuevo. Declaraba esto san Antonio con un ejemplo manual. Asi como ac& los siervos y criados de los sefio- res, por mucho que hayan ser- vido & sus amos, y por mucho que hayan trabajado, no dejan de ha- cer lo que de nuevo se ofrece, sino que estén siempre tan prontos y dispuestos para hacer lo que les mandan, como si cada dia fuese el primero que comienzan 4 servir, y como si hasta alli no hubieran ser- vido, ni trabajado nada; asi, di- ce, habemos de servir nosotros 4 Dios nuestro Criador y- Sefior. Buen ejemplo tenemos de esto en el glorioso san Bernardo (2). Cuen- ta de él Surio en su vida, que 4 los otros los tenia por santos y por perfectos, y que como gente ya aprovechada, y que iba muy ade- lante , podian tener algunas indul- gencias y licencias en algunas co- sas. Esto es muy bueno para no juzgar 4’ los otros, cuando vemos en ellos algo de esto. Pero 4 si, di- (1) Augustin. epist. 143 ad Demetriam virgin. (2) Surtus, lib. 1, cap. 4 vite sue, 53 ce, que se tenia siempre por prin- cipiante y por novicio, y que no le convenian esas licencias y exenciones, y asi no perdia pun- to del rigor de la Religion, ni de los trabajos comunes, ni de los ejercicios humildes. El era el pri- mero en todas las obediencias, y el que primero echaba mano de la escoba y del estropajo. En ningu- na cosa queria eximirse, ni exen- tarse de.los demas; antes cuando los otros hacian algun ejercicio de manos, y él no sabia hacer aque- lo, por no perder la ocasion pro- curaba recompensarlo , ocupando- se entonces en algun ejercicio mas humilde y bajo que aquel : to- maba une azada, y poniase 4 ca- var, 6 una hacha, y partia lefia, y Hevdbala 4 cuestas la cocina, y holgdbase mucho de ocuparse en semejantes ejercicios ; y pareciale que todo eso habia él menester pa- ra su aprovechamiento. No como algunos que cuando hacen estas cosas, dicen : siquiera por el ejem- plo ; que ellos no les parece que lo han menester, ni que les hace aque- Ilo al caso. Bueno es que hagais eso por ejemplo y edificacion, pe- ro mejor seria que entendiéseis que tambien lo habeis vos menes- ter; pues & san Bernardo le pa- recia que lo habia é1 menester. Afiade aqui san Antonio otro punto muy bueno, con que se de- clara mas lo pasado. No se con- tenta el Santo con que no volva- mos atrds de aquellos primeros fer- vores con que comenzamos, sino : 54 quiere que vayamos siempre ade- lante, y afiadiendo y acrecentando mas y mas: Sed quasi incipientem debere semper augere, quod caperit. Como el que comienza de nuevo & servir 4 Dios procura ir cada dia afiadiendo y acrecentando servi- cios, viendo que hasta alli todo ha sido ofensas y pecados, para recompensar lo pasado, y hacerse digno de premio y galardon; asi habemos de andar nosotros sieni- pre como quien no ha allegado nada hasta aqui, sino antes derra- mado y desperdiciado. Este medio dice.san Gregorio (1) que conviene 4 todos , atnque sean. muy perfectos : porque el profe- ta David, varon perfecto era; y con todo eso, como si comenzara, decia: Ht dizi: Nunc capi. Psalm. LXXxvI. Ydije: Ahora comienzo; por- que andaba con tanto fervor y dili- gencia en el servicio del Sefior al cabo de su vejez, como si entonces comenzara de nuevo & servirle. An- tes esto es muy propio de los varo- nes perfectos, conforme 4 aquello del Sabio, Eccli. xvi: Cum con- swmmaverit homo, tuncincipiet. Los -verdaderos siervos de Dios, cuanto mas adelante van, y cuanto mas se acercan al fin y 4 la perfeccion, tanto andan con mayor cuidado y fervor : Quasi effodientes thesau- rum, que dice Job, c. 11 : Como los que cavan un tesoro. Dice san Gre- gorio (2) : Asi como los que ca- vando buscan tesoro, cuanto mas (1) Gregor. Mb, 22 Mor, cap. 4. (2) Gregor. lib. 5 Mor. cap. 3. TRATADO PRIMERO, CAP. XIV. han cavado y van en lo mas hon- do, con mayor diligencia se dan al trabajo; porque como entien- den que se acerca mas el tesoro es- condido que buscan, y que les fal- ta poco para dar con él, animan- se 4 trabajar mas fuertemente, y cavan con mayor gusto y conten- to; asi los que de veras tratan de su aprovechamiento y perfeccion, cuanto mas adelante van, y cuan- to mas se acercan al fin, tanto ma- yor priesa se dan. ;Oh! que esté ya cerca el tesoro, animads, daos priesa, que ya poco os falta para legar 4 él: Ht tanto magis, quanto videritis appropinguantem diem, dice el Apéstol, ad Hebr. x. Como si dijera, dice san Gregorio : Tan- to mas ha de crecer el trabajo, cuanto el premio y galardon esta mas cerea. Cuando la piedra se mueve hacia abajo, cuanto mas se acerca & su centro, va con mayor velocidad y ligereza, hasta acabar de llegar ; asi cuanto uno va apro- vechando mas en virtud y en per- feccion, y se va acercando y lle- gando mas 4 Dios, que es su cen- tro y Ultimo fin, tanto se da ma- yor priesa para acabar de llegar. Y estos, dice san Basilio (1), son los.fervorosos de espiritu, que dice’ san Pablo, ad Rom. x11: Solicitudi- ne non pigri, spiritu ferventes, Do- mino servientes. Hay algunos que 4 los principios , cuando éntran en la Religion, comienzan con fer- vor, y en saliendo del noviciado, {1)_8. Basilus, in regul. brev. inter- Tog. 259. A Qué VENISTE luego se cansan, y hacen de los an- tiguos : estos no son les fervorosos de espiritu, sino tibio#y perezo- sos. Los fervorosos de espiritu, di- ce san Basilio, son aquellos que andan siempre como el primer dia, con un ardiente deseo, y con una hambre insaciable, que nunca se hartan ni cansan de servir 4 Dios, sino siempre desean servirle mas y mas, conforme 4 aquello del Pro- feta, Psalm. cx1: Jn mandatis ejus volet nimis. CAPITULO XV. Que ayudard mucho preguntarse cada uno & st mismo 4 menudo: 4A qué veniste d la Religion? Otro medio nos aprovechara tambien mucho para crecer en virtud y alcanzar la perfeccion, y es el que usaba san Bernardo, como lo refiere Surio en su vida, libro 1.°, capitulo 4.°: Hoe sem- per in corde, frequenter etiam in ore habebat : Bernarde, Bernar- de, ad quid venisti? Traia siem- pre en el corazon, y muchas ve- ces hablando consigo mismo de- cia: Bernardo, Bernardo, ,4qué has venido 4 la Religion? Y lo mismo leemos del santo abad Arsenio, que muchas veces se preguntaba & si mismo: Arseni, Arseni, ad quid venisti? Entraba muchas veces en | cuenta consigo : Arsenio, g para qué dejaste el mundo? ,Qué fue tu fin ¢ intento en dejarle, y acogerte & A LA RELIGION. 55 la Religion? 4 Por ventura no fue para que en ella procurases agra- dar del todo & Dios, y no se te diese nada de agradar y conten- tar 4 los hombres, ni de ser teni- do y estimado de ellos? Pues ten cuidado de eso, y no hagas caso de la opinion y estima de los hom- bres; porque ese es el mundo que ta dejaste, no te vuelvas 4 él con el corazon; porque poco te apro- vecharé estar acé en la Religion con el cuerpo, si con el corazon estas en el mundo, deseando el’ aplauso y estima de los hombres. Con esto se despertaban y anima- ban muchagstos Santos. Pues con esto tambien nos habemos nosotros de despertar y animar 4 ir ade- lante, y 4 vencer todas las dificul- tades que se nos ofrecieren en la Religion. Cuando sintiéreis difi- cultad en alguna obediencia, des- pertaos con estas palabras : 54 qué veniste 4 la Religion? ;Veniste por ventura 4 hacer tu voluntad? No por cierto, sino 4 seguir la ajena: pues por qué quieres hacer la tu- ya? Cuando sintiéreis algun efecto de la pobreza, con esto os habeis de animar : Por ventura veniste acé & buscar tus comodidades y 4 tener- Jo todo muy cumplido, y 4 que no te faltase nada? {No sabes que ve- niste 4 ser pobre, y 4 padecer nece- sidad como verdadero pobre? Pues ade qué te quejas? Cuando os‘pare- ciere que no se hace caso de vos, animaos y consolaos con esto : gVe- niste por ventura 4 la Religion & ser tenido y estimado? No por 56 cierto, sino 4 ser olvidado de los hombres, y 4 no hacer caso de la opinion y estima del mundo: pues 4por qué rehusas aquello 4 que ve- niste, y te quieres volver & lo que ya dejaste? Eso es ser religioso, no hacer tu voluntad, ser pobre y pa- decer necesidad, y querer ser olvi- dado, y que no hagan caso de ti: eso es estar muerto al mundo, y vivir 4 Dios. Pues & esto venimos & la Reli- gion, y poco nos aprovecharé es— tar en ella, sino hacemos aquello & qué venimos ; porque no hace santos el lugar, sino la vida reli- giosa y perfecta. Diaw esto muy bien san Agustin en un sermon que hace 4 los religiosos que mo- raban en el desierto (1) : Hece in solitudine sumus, in eremo sumus ; locus tamen non facit sanctos, sed operatio bona locum sanctificabit, et nos : Veis aqui, hermanos mios, es- tamos en la soledad, ya dejamos el mundo y estamos en la Reli- gion ; pero el lugar no hace santos & sus moradores, sino las obras bue- nas y la vida religiosa, esa hard santo el lugar y 4 nosotros tam- bien. Peccavit enim Angelus in ce- lo, peccavit Adam in paradiso, et ta- men nyllus locus sanctior illis erat. _jAy! que por santo que sea ellugar, aunque mas encerrado esteis en la Religion , ahi podeis pecar, y ahi os podeis condenar, dice san Agustin: no 08 fieis en eso; porque el Angel pecé en el cielo, y Adan en el pa- (1) 8, Augustin. sermon. 27 ad fratr. in erem. TRATADO PRIMERO, CAP. XV. taiso, y no habfa lugar mas santo que aquellos ; que no hace santos el lugar. Si enim habitatorem loca beare possent, nec homo, nec Ange- lus & dignitate corruissent : Si el lu- gar bastara para eso, ni el Angel cayera del cielo, ni el hombre del paraiso; y asi no penseis que ha- beis concluido ya vuestro negocio, y que teneis el campo seguro con decir : Religioso soy, de la Com- pafifa soy : que no basta eso, si no haceis aquello & que venisteis 4 la Religion. Mirad que no venisteis ac& 4 ser buen estudiante, ni &ser buen predicador, sino 4 ser buen religioso, y 4 procurar la perfec- cion. ;Oh que muy poco va en que salgais mas 6 menos letrado, 6 en que salgais grande 6 mediano predicador! Empero en lo que va mucho y“el todo, es en que sal- gais bueno y perfecto religioso. . Pues 4qué hacemos, si esto no hace- mos? gY qué habemos hecho hasta aqui, si no habemos hecho esto? 4En qué habemos entendido, si no habemos entendido en aquello 4 que venimos? Amice, ad quid ve- nisti? Amigo mio, hermano mio, 44 qué veniste? Entrad en cuenta con vos, y preguntaos esto muchas veces & vos mismo : ; Ay Dios mio! gen qué oficio hubiera yo estado el tiempo que he estado en la Com- pafia, que no hubiera salido ya con él? Si me hubiera puesto & pintor, ya supiera bien pintar: si &bordador, ya supiera bien bor- dar, y me pudiera valer del oficio; y puiseme 4 ser buen religioso, y A qué VENISTE no he salido bien con ello. Tantos afios ha que anda 4 le escuele de la virtud, y aun no he acabado de aprender la primera letra de su A, B, C. Aun no he alcanzado el ‘pri- mer grado de humildad. En siete aos salis vos buen filésofo y buen tedlogo; y yo en tantos afios no he salido buen religioso. ;Oh si buscisemos y procurésemos las yerdaderas virtudes con tanto cui- dado y diligencia como buscamos y procuramos las letras! Dice san Bernardo : Multi que- runt scientiam ; pauci vero conscien- tiam. Si vero tanto studio, et solici- tudinequereretur consciencia, quan- to queritur secularis, et vanascien- tia; et citius apprehenderetur, et utilius retineretur (1): Muchos bus- can la ciencia, y pocos la concien- cia. Pero si la buena conciencia se procurase con tanto cuidado y solicitud como la ciencia , mas presto se alcanzaria, y con mas provecho se conservaria. Pues no seria mucho que pusiésemos tanto cuidado y diligencia en nuestro aprovechamiento, como ponemos en alcanzar las letras. San Doroteo dice (2), que se ayudaba él mucho de esta consideracion: Cuando yo estudiaba alla en el siglo, andaba, dice, tan embebecido en mi estu- dio, que no me acordaba, ni pen- saba en otra cosa; ni aun de co- mer me acordaba, ni parecia que tenia tiempo para pensar en lo que (1) Bernard, de inter, dom. cap. 12, et Ub. de conscien. cap. 2. (2) Dorot, doct. 10. A LA RELIGION. By habia de comer; tanto que si no fuera por un compafiero muy ami- go mio, que tenia cuidado de ha- cerme aderezar la comida y lla- marme & comer, muchas veces me olvidara de eso: y era tanto el fer- vor que traia en mi estudio, y el deseo que tenia de saber, que estan- do comiendo tenia delante abier- to el libro, y estaba comiendo y estudiando juntamente; y en vi- niendo de leccion 4 la tarde, lue- go encendia luz, y estudiaba hasta la media noche; y cuando me iba 4 acostar Ievaba conmigo el libro & le cama, y eh durmiendo un po- co, luego tornaba 4 leer; y final- mente andaba tan absorto en mi estudio, que ninguna otra cosa me daba gusto, sino estudiar. Despues cuando vine 4 la Religion , ponia- me yo muchas veces 4 pensar, ¥ hablando conmigo mismo, decia: Si tantus labor, tantusque fervor | fuit tibi in adipiscenda eloguentia, quanto major tibi nunc adhibenda est cura, ut veras virtutes adquire- re valeas? Si para adquirir la elo- cuencia y las letras humanas pu- siste tanto trabajo, y andabas con tanto calor y fervor; gcuénta ma- yor razon seré, que en la Religion lo andes para alcanzar las verdade- ras virtudes y la verdadera sabi- duria, pues no veniste acd 4 otra cosa? Y dice que con esto se ani- maba y tomaba mucho aliento: F¢ hac re non modicas vires accepi. Pues razon sera que nos desper- temos y animemos nosotros tam- bien con esto; que algo mas nos

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