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SIMON BLACKBURN UNA INCITACION A LA FILOSOFIA PENSAR PAIDOS CONTEXTOS Ultimos titulos publicados: 23. R. Scheldrake, Siete experimentos que pueden cambiar el mundo 24. M. Leroy, El placer femenino 25. G. Steinem, Ir mds alld de las palabras 26. E. De Bono, Légica fluida 27.8. Papert, La mdquina de los nifios 28. E. De Bono, El pensamiento paralelo 29. A. Piscitelli, Crberculturas 30. A. P. Morrison, La cultura de la vergiienza 31. J. S. Gordon, Manifiesto para una nueva medicina 32. S. Hays, Las contradicciones culturales de la maternidad 33. S. Wilkinson y C. Kitzinger, Mujer y salud 34, J. Dominian, El matrimonio 35. E M. Mondimore, Una historia natural de la homosexualidad 36. W. Maltz y S. Boss, El mundo intimo de las fantasias sexuales Semeninas 37. S. N. Austad, Por qué envejecemos 38. S, Wiesenthal, Los limites del perdén 39. A. Piscitelli, Post/televisién 40. J-M. Terricabras, Atrévete a pensar 41. V. A. Frankl, El hombre en busca del sentido ultimo 42. M. F. Hirigoyen, El acoso moral 43. D. Tannen, La cultura de la polémica 44, M. Castafieda, La experiencia homosexual 45. S. Wise y L. Stanley, E/ acoso sexual en la vida cotidiana 46. J. Mufioz Redon, El libro de las preguntas desconcertantes 47. L. Terr, El juego: por qué los adultos necesitan jugar 48.R. J. Sternberg, El tridngulo del amor 49. W. Ury, Alcanzar la paz 50. R. J. Sternberg, La experiencia del amor 51. J. Kagan, Tres ideas seductoras 52.1. D. Yalom, Psicologia y literatura 53. E, Roudinesco, ¢Por qué el psicoandlisis? 54. R. S. Lazarus y B. N. Lazarus, Pasion y razon 55. J. Mufioz Redon, Tématelo con filosofia 56. S. Serrano, Comprender la comunicacién 57. L. Méré, Los azares de la razon 58. V.E. Frankl, Ex el principio era el sentido 59. R. Sheldrake, De perros que saben que sus amos estén camino de casa 60. C. R. Rogers, El proceso de convertirse en persona 61. N. Klein, No logo 62. S. Blackburn, Pensar. Una incitacion a la filosofia 63. M. David-Ménard, Todo el placer es mio . 64. A. Compte-Sponville, La felicidad, desesperadamente SIMON BLACKBURN PENSAR Una incitacion a la filosofia __.. PAIDOS Titulo original: Think. A compelling introduction to philosophy Originalmente publicado en inglés, en 1999, por Oxford University Press, Oxford, R.U. Traduccién publicada de conformidad con Oxford University Press Originally published in English in 1999 is published by arrangement with Oxford University Press Traduccién de Ramon Vila Vernis Cubierta de Mario Eskenazi Quedan rigurosamente prohibides, sn la antorizacién escrita de los ttulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducci6n total © parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografiay el tratamiento informatico, la distribucién de ejemplares de ella mediante alquiler 0 préstamo ptblicos. © 1999 Simon Blackburn © 2001 de la traduccién, Ramon Vila © 2001 de todas las ediciones en castellano Ediciones Paidés Ibérica, S. A., Mariano Cubi, 92 - 08021 Barcelona y Editorial Paidés, SAICF, Defensa, 599 - Buenos Aires. http://www.paidos.com ISBN: 84-493-1037-7 Depésito legal: B-10.166/2001 Impreso en A&M Grafic, S.L. 08130 - Santa Perpétua de Mogoda (Barcelona) Impreso en Espafia - Printed in Spain Sumario Bibliografia................ fo OL {indice analitico y de nombres Prefacio Este libro se ha gestado a lo largo de afios de lidiar con el problema de conseguir que la gente se interese por las ideas. Me he entregado a esta tarea ante todo como profesor, aunque también me he esforzado por explicar el valor de las humani- dades en general, y de la filosofia en particular, a una audien- cia mds amplia. Sin duda, estoy en deuda en primer lugar con el clima intelectual de nuestra época, cuyo escepticismo ha- cia el valor de la educacién superior hizo evidente para mf lo urgente de Ja tarea. Una segunda deuda, mis seria, se refiere a mis alumnos de todos estos afios, cuyos gestos de asentimien- to o incomprensién han dado al libro su forma definitiva. También debo agradecer la experiencia de primera mano que me brindaron algunos profesores asistentes que trabajaron con sus alumnos sobre versiones anteriores del libro, aqui en la Universidad de Carolina del Norte. Sin embargo, nunca me hubiera atrevido a dar el paso definitivo si no fuera por el ge- neroso apoyo que me prestaron Catherine Clarke y Angus Phillips, de Oxford University Press. Angus ha seguido de cerca el progreso de mi trabajo y debo mucho a su aliento y consejo. Huw Price y Ralph Walker, cuyas sugerencias fueron de inestimable valor, leyeron versiones anteriores del texto. Yu- 10 PENSAR ti Balashov y Dan Ryder me prestaron su ayuda en materias especificas. En beneficio de la brevedad no he incluido un glosario de términos filos6ficos, que en todo caso no habria hecho més que recordar las definiciones que figuran en mi Oxford Dictionary of Philosophy. El magnifico trabajo de edicién de Maura High y Angela Blackburn me hizo tomar conciencia, para mayor incomodi- dad mia, de mis propias limitaciones como escritor, al tiem- po que afortunadamente las ocultaba al ptiblico en general. Por supuesto, Angela tuvo que soportar los inconvenientes habituales de tener un marido escritor, y sin su apoyo nada ha- bria sido posible. Introduccién Este libro estd destinado a la gente que desea reflexionar sobre los grandes temas: el conocimiento, la raz6n, la mente, la libertad, el destino, la identidad, Dios, la bondad, la justi- cia. Tales cuestiones no pertenecen al coto privado de los es- pecialistas. Son cuestiones sobre las que hombres y mujeres se preguntan naturalmente, ya que estructuran nuestra forma de pensar acerca del mundo y acerca del lugar que ocupamos en él. Son también temas sobre los cuales los pensadores han tenido cosas que decir. En este libro pretendo mostrar diver- sas formas de pensar sobre los grandes temas, asf como algu- nas de las cosas que los pensadores han dicho sobre ellos. Los lectores que hayan asimilado el libro deberfan encontrarse en mejor posicién para abordar estas cuestiones. También debe- rfan ser capaces de leer con placer y un grado razonable de comprensién a grandes autores que de otro modo podrian re- sultar desconcertantes. La palabra «filosoffa» trae consigo connotaciones desa- fortunadas: improductiva, etérea, rebuscada. Sospecho que todos los filésofos y estudiantes de filosofia compartimos aquel momento de embarazoso silencio que se produce cuan- do alguien nos pregunta inocentemente qué es lo que ha- cemos. Yo prefiero presentarme como un ingeniero de con- 12 PENSAR ceptos. El fildsofo estudia la estructura del pensamiento del mismo modo en que el ingeniero estudia la estructura de los objetos materiales. Comprender una estructura significa identificar c6mo funcionan sus partes y cémo se relacionan entre si. También implica saber qué sucederfa, para mejor o para peor, en caso de que se introdujeran cambios. Este es también nuestro objetivo cuando investigamos las estruc- turas que configuran nuestra vision del mundo. Nuestros conceptos o ideas constituyen el edificio mental en el que vivimos. Puede que nos sintamos orgullosos de las estruc- turas que hemos construido, o bien podemos convencernos de que debemos desmantelarlas y empezar otra vez desde los cimientos. Pero antes que nada debemos saber en qué con- sisten. El libro funciona por sf solo y no presupone otros conoci- mientos en el lector. Pero se podria ampliar. Por ejemplo, se puede complementar con la lectura de algunos de los textos originales que aparecen citados con frecuencia. Se trata de clasicos facilmente accesibles como las Meditaciones de Des- cartes, los Tres didlogos de Berkeley, la Investigacién sobre el conocimiento humano de Hume o sus Didlogos acerca de la veligién natural. También puede ser lefdo perfectamente sin tener estos textos a mano. Una vez terminado, el lector puede di- rigirse a los cldsicos y a otros materiales como manuales de légica o escritos sobre ética. ¢Sobre qué debemos pensar? Estas son algunas de las Preguntas que cualquiera de no- sotros puede formularse acerca de sf mismo: ;Qué soy? ¢Qué es la conciencia? ;Puedo sobrevivir a mi muerte corporal? éTengo la certeza de que las experiencias y las sensaciones de los dem4s son como las mias? ;Si no puedo compartir la ex- periencia de los demas, puedo comunicarme con ellos? ¢Ac- tuamos siempre de forma egofsta? ;Acaso soy una especie de INTRODUCCION 13 titere que cree actuar libremente cuando en realidad sus actos estén programados? También hay preguntas acerca del mundo: {Por qué exis- te algo, y no la nada? ;Cudl es la diferencia entre el pasado y el futuro? ¢Por qué la causalidad actéia siempre desde el pasa- do hacia el futuro, o tiene sentido pensar que el futuro puede influir sobre el pasado? ¢Por qué hay regularidades en la na- turaleza? ;Presupone el mundo un Creador? Y si es asi, ¢po- demos comprender por qué lo creé (El, ella o ellos)? Finalmente, también hay preguntas acerca de nosotros y el mundo: ;Cémo podemos estar seguros de que el mundo es tal como creemos que es? ¢Qué es el conocimiento y cudnto poseemos? ;Qué es lo que convierte un campo de investiga- cién en una ciencia? (;Es una ciencia el psicoandlisis? ;Lo es la economia?) De dénde procede nuestro conocimiento de los objetos abstractos, como los ntimeros? ;De dénde proce- de nuestro conocimiento de los valores y los deberes? ¢Cémo podemos saber si nuestras opiniones son objetivas o mera- mente subjetivas? Lo raro de estas preguntas no es s6lo su aspecto descon- certante a primera vista, sino también que desafian cual- quier intento de encontrar la solucién por un procedimiento sencillo. Si alguien me pregunta cudndo hay marea alta, sé dénde tengo que buscar la respuesta. Puedo consultar tablas autorizadas sobre mareas; puede ser que tenga una idea aproxi- mada de cémo se forman, y si falla todo lo demds puedo ir y medir yo mismo la subida y la bajada de la marea. Una pre- gunta como ésta se responde por medio de la experiencia: es una cuestién empirica. Se puede resolver mediante procedi- mientos convencionales, que consisten en realizar ciertas ob- servaciones y mediciones, o bien en aplicar ciertas reglas que han sido contrastadas con la experiencia y se sabe que fun- cionan. Las preguntas del pdrrafo anterior no son de este ti- po. Parecen requerir un mayor grado de reflexién. No se nos ocurte de forma inmediata dénde tenemos que buscar la res- puesta. Tal vez no estemos del todo seguros de lo que que- 14 PENSAR remos decir con ellas o de qué podria valer como respuesta. éCémo podria saber, por ejemplo, si no soy después de todo un titere que cree actuar libremente cuando en realidad sus actos estén programados? ;Deberfamos preguntar a cienti- ficos especializados en el cerebro? Pero ¢cémo sabrfan ellos lo que tenfan que buscar? ¢Cémo sabrian que lo han encon- trado? Imaginen el titular de prensa: «Los neurofisidlogos descubren que los seres humanos no son titeres». ;Cémo es posible? Entonces, ¢de dénde surgen estas preguntas tan descon- certantes? En una palabra, de Ja autorreflexién. La capacidad de re- flexién sobre sf mismos acompaifia siempre a los seres huma- nos. Incluso cuando actuamos guiados por el habito, segui- mos siendo capaces de reflexionar sobre dicho hdbito. Es algo habitual para nosotros pensar sobre algo y luego reflexionar sobre lo que estamos pensando. Podemos preguntarnos a no- sotros mismos (0 bien puede ser otra persona quien nos haga la pregunta) si sabemos de lo que estamos hablando. Para res- ponder a eso debemos reflexionar sobre la posicién que hemos adoptado, sobre nuestra propia comprensién de lo que deci- mos, sobre nuestras fuentes de autoridad. Podemos comenzar a dudar si de verdad sabemos lo que queremos decir. Podemos preguntarnos si lo que decimos es «objetivamente» cierto, 0 s6lo el resultado de la perspectiva que adoptamos, de nuestra forma de enfocar la situacién. Al pensar sobre estas cuestio- nes, nos encontramos con categorfas tales como el conoci- miento, la objetividad, la verdad, y es posible que también queramos pensar acerca de ellas. En tal caso lo que hacemos es reflexionar sobre conceptos, procedimientos y creencias que habitualmente nos limitamos a usar. Observamos el anda- miaje de nuestro pensamiento, hacemos ingenierfa de con- ceptos. Este momento de reflexién puede plantearse en el curso de un debate de lo més normal. Un historiador, por ejemplo, se verd obligado en algtin momento a preguntar por el signi- INTRODUCCION 15) ficado de «objetividad», «evidencia» o incluso «verdad» en el campo de la historia. Un cosmélogo deberé detenerse por un momento antes de resolver ecuaciones que incluyan la letra ¢, y preguntar qué significa, por ejemplo, el flujo del tiempo, la direccién del tiempo o bien el origen del tiempo. Pero en es- te momento, lo admitan o no, se convierten en filésofos. Y se ponen a hacer algo que se puede hacer bien o mal. La cuesti6n es hacerlo bien. ¢Cémo se aprende filosofia? Una forma més adecuada de plantear la pregunta serfa decir: ;Cémo se pueden adquirir nuevas técnicas de pensamiento? En este caso se trata de pen- sar acerca de las estructuras bdsicas del pensamiento. Esto es algo que puede hacerse bien o mal, de modo inteligente o inepto, pero hacerlo bien no depende en primer lugar de la adquisicién de un cuerpo de conocimientos. Es més parecido a tocar bien el piano. El «cémo» es tan importante como el «qué». La personalidad filoséfica mds famosa del mundo cl- sico, el Sécrates de los didlogos platénicos, no se vanagloriaba de lo mucho que sabia. Al contrario, se enorgullecfa de ser el tinico que sabia cudn poco era lo que sabia (de nuevo, refle- xién). Lo que de verdad hacia bien —se supone, pues existen divergencias sobre este punto— era mostrar la debilidad de las pretensiones de conocimiento de los demés. Pensar co- rrectamente significa evitar las confusiones, detectar las am- bigiiedades, centrar la atencién en cada cosa por separado, construir argumentos fiables, darse cuenta de las alternativas posibles, y esta clase de cosas. En resumen: nuestras ideas y conceptos se pueden com- parar con las lentes a través de las cuales vemos el mundo. En filosofia, el objeto de estudio es la lente en sf misma. El éxito no depende tanto de lo que podamos saber al término de la investigacién como de lo que podemos hacer cuando la cues- tién se pone dificil: cuando soplan los vientos de la argumen- tacién y la confusién lo invade todo. Se tiene éxito cuando se toman en serio las implicaciones de las ideas. 16 PENSAR ¢De qué nos sirve? Todo eso est4 muy bien, pero ¢por qué molestarnos? ;De qué nos sirve? La reflexién no es lo que mueve el mundo. No nos da de comer ni hace que vuelen los aviones. ¢Por qué no dejamos a un lado los problemas de la reflexién y seguimos adelante con lo demas? Me gustaria esbozar tres tipos de res- puesta, de distinto nivel de abstraccién: alto, medio y bajo. La respuesta de alto nivel cuestiona la propia pregunta —una estrategia tipicamente filoséfica, porque implica su- bir un grado de reflexi6n—. ;Qué queremos decir cuando preguntamos de qué nos sirve? La reflexién no da de comer, pero tampoco la arquitectura, la musica, el arte, la historia o la literatura. Deseamos comprendernos a nosotros mis- mos, eso es todo. Es algo que deseamos por si mismo, igual que un cientffico puro o un matematico puro desean com- prender el origen del universo o la teorfa de conjuntos, o un miisico desea resolver un problema de armonia o de contra- punto. No tenemos la mirada puesta en ninguna aplicacién prdctica. Buena parte de la vida se nos va en proyectos como el de criar mds cerdos para comprar més tierra, de modo que podamos criar mds cerdos y podamos comprar mis tierra... El tiempo que nos queda, sea para la musica o las matemé- ticas, o para leer a Platén o a Jane Austen, es un tiempo que hay que cuidar. Es el tiempo que dedicamos a mimar nues- tra salud mental. Y nuestra salud mental es algo bueno en si mismo, como la salud fisica. Ademas, también existe una retribucién en términos de placer. Cuando nuestra salud fi- sica es buena, disfrutamos haciendo ejercicio fisico y cuando nuestra salud mental es buena, disfrutamos ejercitando la mente. Esta es una respuesta muy abstracta. El problema no es que sea errénea, sino que sélo resultard convincente para al- guien que ya esté convencido a medias —alguien que no ha- ya formulado la pregunta original en un tono de voz dema- siado agresivo.

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