: Lecturas
Martinez Moro, Juan (2004). La ilustracién como
categoria. Una teoria unificada sobre arte y conocimiento.
Espafia, Ediciones Trea.
Clara Maria Gonzalez Jaramillo
gonzalezclarita@gmail.com
El libro La ilustracin como categoria. Una teoréa unificada sobre arte y conocimiento
(2004) de Juan Martinez Moto hace parte de la coleccién “Biblioteconomia y
Administracién cultural” de Ediciones ‘Trea, donde se abordan temas como la
archivistica, la bibliologia, la edicién y tipografia, la gestién cultural, la historia
de la cultura escrita, la lexicografia y la museologia.
Su autor, Licenciado en Filosofia y Ciencias de la Educacién (eccién
Psicologia) por la Universidad de Salamanca (1985) y Doctor en Bellas Artes
por la Universidad del Pais Vasco (1995), cuenta con amplia experiencia como
docente en talleres de grabado y como investigador en temas relacionados con la
historia de la grifica. Es precisamente desde el grabado y la grifica que enfrenta
el tema de la ilustracién, mientras la perfila no como un simple género cteativo,
sino como una categoria estética y epistemoldgica; para esto, Martinez Moro
emprende un recortido por el espinoso tema de la relacin arte-conocimiento
y el objeto de estudio donde convergen ambas cosas: la ilustracién grifica.
Esta tiltima, en tanto disciplina que histéricamente se ha ocupado de reunit los
intereses de la estética, la informacién y el conocimiento, da forma y solucién
al problema de la difusién visual por medio del libro impreso, el cartel y, mas
recientemente, el entorno informatico.
Sin embargo, la estética tradicional no ha considerado la ilustracidn gréfica
como una manifestacién artistica, sino como un mecanismo de cteacién de
imagenes de menor jerarquia, al servicio de un texto previo (una idea un tanto
platénica, en la que se piensa la imagen como una copia de la copia, lejana
al principio de la idea). Juan Martinez Moro, en su obra, busca desarrollar
argumentos historicos y estéticos que identifiquen la ilustracién como un géneroque retine los intereses del arte y el conocimiento, mas no se hace en ning
momento una apologia a este tipo de imagenes o hace un esfuerzo pot lograr su
valoracién artistica, a pesat del riesgo que corren los trabajos de este tipo.
El libro se desartolla en cuatro amplias secciones. Kn la primera, titulada
“Arte y conocimiento”, se explican las razones que el autor encuentra para
defender el estatuto de categoria para la ilustracién grifica con argumentos
traidos desde la estética y el psiquismo (evidencia clara de su formacién como
filésofo en cierta linea psicologista), y haciendo referencia a personajes como
Baumgarten, Kant, Peter Burke, Levi-Strauss, Vico, Husserl, Giordano Bruno,
Gadamer, Derrida y Deleuze entre muchos otros.
Mediante una fuerte sustentacidn tedrica se clarifica entonces el que sera el
recorrido del libro por la historia de la grafica y su relacin directa con el registro
y transmisiGn de conocimiento. En palabras del mismo autor,
lailustracién como categoria se levanta sobre un sustrato fenoménico que,
desde la invencién renacentista de la imprenta a los adelantos tecnolégicos del
presente, ha crecido exponencialmente para llegar a adquirir una dimensién
tan universal como ubicus. La ilustracién como categoria pertenece por
derecho histérico 2 un émbito general de creacién sélidamente encadenado a
las dos caracteristicas que han revolucionado la modernidad y que definen la
cultura de nuestro tiempo: rmaciéa y la comunicacién visual. El género
histérico de la dlustracién cobra pleno sentido estético y epistemolégico con
la identificaciéa de una necesidad de fondo, de ua propésito o una intencién
del ser humano en su actividad generadora de imigenes y obras de arte,
relacionada principalmente con el registro y la transmisién de experiencia,
significado, conocimiento e informaciéa en un amplio sentido. El uso del
término ilustracién y su elevacién a categoria puede justificarse, en éltima
instancia, en la medida en que se convierte en metifora de una sensibilidad
plenamente moderna (240).
El segundo capitulo, “La ilustracién como fenémeno”, nos. sitia
histéricamente en el siglo XV desde donde la cultura, el conocimiento y la
alfabetizacién visual del hombre occidental se han hecho dentro de un universo
grafico.
La imprenta, y con ella todos los fendmenos asociados a la reproduccién
de imagenes, logrs crear estereotipos ilustrados de las ideas. Los dibujantes y
grabadores del Renacimiento, al igual que aquellos que los sucedieron entre
los libros del Barroco, crearon conocimiento mediante la consolidacién de
imagenes como representacién de ciertos fenémenos.
Asi pues, el hombre aprendi6 a ver el mundo a través de los ojos de los
ilustradores, que presentaban los nuevos avances de la tecnologia, la astronomia,
la fisica y la medicina, mediante grificas, en ocasiones de tipo explicativo.
15 / ARTES LA REVISTA 121AG | MOTD
Es alli donde el autot entra a hablar en especifico de dos fendmenos
especialmente barrocos que matcan, en su concepto, la importancia de la
grifica como medio pata la alfabetizacién visual y la directa relacién con el
conocimiento: el libro ilustrado y el cartel. El primero visto como una obra
de arte total, que aunque bastante menos ambiciosa que la propuesta por las
6peras de Richard Wagner, buscaba una unidad en la que la imagen y cl texto se
complementaran para lograr una mayor efectividad sensotial, mas expresividad
y una dptima transmisién de significados en comparacién con otros soportes
cteativos; el cartel, por su parte, hace de la ciudad entera un libro ilustrado
mientras se convierte en la evidencia grifica (y publica) de la gran actividad
cultural y la diversidad ideolégica que se concentra en la condicién urbana.
De manera inversa, ambos soportes representan la relacién directa arte—
conocimiento existente en la ilustracidn grifica, pues como lo afitma el mismo
Martinez Moro, “siel paso de a idea al arte habia encontrado en el libro ilustrado
sui soporte iddneo, el cartel se revela en el paso del arte a la idea obligado por los
imperativos de la publicidad y la comunicaci6n” (103).
Con esta afirmacién se da paso al siguiente capitulo, titulado “Pensamiento
¢ imagen de la reptiblica del conocimiento”, en el cual se profundiza el tema de
a ilustracién de textos cientificos en los siglos XVI y XVIII. Estos perfodos,
en los que Ia ciencia comenzaba a descubtir el mundo, dejaron a las épocas
venideras un conjunto de textos ilustrados que afectaron los niveles mneménicos
¢ imaginativos de las siguientes generaciones, a través de las visualizaciones
ideograficas creadas para difundir y comunicar el nuevo conocimiento. Para
el estudio de esta creacién grifica, se identifican tres tipos de ilustraciones
relacionadas con los tres paradigmas estético-epistemoldgicos que se consolidan:
la ilustracién desctiptiva relacionada con lo empitico, la ilustracién del concepto
afin alo estético, y la ilus
tracién funcional directamente asociada a lo mecanico.
Elhilo conductor del libro son siempre las reproducciones de los grabados
que ilustraban los textos cientificos y filosdficos de la época, entre los que
se encuentran algunos de los que acompafiaban las obras de personajes tan
importantes como Copérnico, Vesalio, San Juan de la Cruz, Kircher, Kepler ¢
incluso Descartes.
n el cuarto capitulo, “La ilustracién en la era de la informacion”, Martinez
Moro da un salto al atte contemporineo, el cual relaciona directamente
en lo que a la grifica se tefiere, con los libros ilustrados barrocos. En este
sentido, el autor halla puntos comunes con las ideas de Omar Calabrese y su
“era neobarroca” en tanto la exploraciéa con diversas maneras de afrontar
una visualidad fragmentada, termina favoreciendo creaciones insospechadas.
El affin del libro barroco por comunicar conocimiento a través de la imagen
visual, podria proporcionar una visién unificada del papel de la imagen grificaen la cultura oc
recurrente (y
= dl axte contemporiinco la presencia
de le erifica reproductible.
Dicha Tes Eetigencs. desde Ja imprenta hasta la era
digital, se ha labzadio face mediante la utilizacién de elementos
guificos tomados seeesics cultura de la informacién. El autor
ejemplifica esta slgenos artistas que trabajan con la imagen
publicitaria, textos Come imniifemes @imieenes como comunicadotas directas de }
un concepto (tal sexis el case dle [Bithass Krozer, Jenny Holzer, Cindy Sherman, }
Otlan y Jeff Wall eomeonaos i
Con esto, cs bastante cam ofma, Inczo de abandonarse la experimentacion
cony sobre la mates, Seopa de lins wanznardias, segtin lo afirma Martinez Moto,
la paleta de muchos arsisiss secconforma hoy 2 partir de material iconogrifico en
forma de registros exiifices de codisicaciGn medititica; en ocasiones, es incluso
posible encontrar ss leterts por le cita visual, que se manifiesta mediante la
reinterpretacién y sedlatberacsen conceptual de una idea preestablecida.
Para terminaz, el aster presenta en st epilogo un panorama general de lo
expuesto a lo lame del len, zecogiendo los puntos clave de su argumentacién.
Es interesante sesaltar que a pesarde que el texto est centrado en el tema de
Ja imagen, y los medins de seproduccién erifica, no se haga menci6n en ninggin
momento a los estudiios wisuales o la cultura visual, tan difundidos en Espaiia
desde hace algunos aiios Su base tedrica estd mas bien en las ideas de Peter Burke,
quien da una mizada desde la historia y la cultura, a la imagen como documento.
A través de todo el conteaido, cl autor demuestra que, si bien “la lectura
iconogrifica de la historia del mundo se abre ahora a multiples interpretaciones
plisticas, diseminaciones, injertos y texturas”, bajo todo esto subyace “una
profunda actitud epistemoléeica de naturaleza critica, que tiene a la imagen
como ¢je de actuacion paz redefinir, una y otra vez, el universo cultural y visual”
(34). Es alli donde la dustmaci6a mereciera el apelativo de categoria estética y la
valoracién como punto de coavergencia del arte y el conocimiento.
El texto, escrito en un lenguaje de facil acceso para quienes comienzan a
estudiar el tema de la imagen, reine al lector con las ideas de autores de consulta
obligada como los mencionados a lo largo de esta resefia, entre otros. Su linea
argumentativa, a pesar de tocar muy tangencialmente lo que se refiere a los
siglos XVIII y XIX, se hace sélidda en la medida en que su mirada histérica a los
medios de reproducciéa enifica y los soportes de las ilustraciones renacentistas
y barrocas, se contrasta con el fendmeno contemporineo de la mediatizaci6n y
digitalizacién de la imagen.
15 / ARTES LA REVISTA 123 |