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COLECGION MEMORIAS DE LA REPRESION 1. Los trabajos de la memoria, Elizabeth Jelin. 2. Del estrado a la pantalla: Las imagenes del juicio a los ‘ex comandantes en Argentina, Claudia Feld. 8. Las conmemoraciones: las disp utes an fee fechas ot felices», Elizabeth Jelin (comp.). 4. Los archivos de Ia repr documentos, memoria y verdad, Ludmila da Silva Catela |y Elizabeth Jelin (comps.). i EN PREPARACION ! Luchas locales, comunidades e identidades, Elizabeth Jelin y Ponciano Pino (comps.). ‘Monumentos, memoriales y marcas territoriales, Victoria Langland y Elizabeth Jelin (comps). LAS CONMEMORACIONES: LAS DISPUTAS EN LAS FECH. «IN-FELICES» 980.033 C 1520 Euzasetu Jeuin (comp.) 2002 e Azun Canpina PoLomer: Feperico GuILLERMO LORENZ Atvo MarcHest Myrian GonzAtez VERA ALESSANDRA CARVALHO, LupMILA DA Siva Cateta Federice Guilerms Lorenz oro: los represors tienen la palabra, Ponencia Popular Memory Group (1998), «Popular Memory. Theory, Politics, Methods, , Alistair (comps.), The Oral History Reader, rio ta plies n Argentina: 1962-1973, Buenos 0 sTerrorsmo de Estado? 103 do), todos ellos asesinados en Buenos Aires por la coordinacién centre las dictaduras argentina y uruguaya, © RECUERDOS DE LA «GUERRA» 14.de abril de 1972 Esa mafiana son asesinadas cuatro personas en diferentes aten-~ tados*. A media mafana, en las montevideanas aparecen en los que se denuncian las siguientes personas» [se enumeran once personas entre las {que se encuentran tres de los asesinados], se faculta y se convoca 2 todos Jos revolucionarios para que hagan efectiva esta sentencia, donde, cuando y como puedan, a la vez que se «recomienda la diferentes operativos réalizados en la tupamaros en «upuestos» tiroteos. presidente Juan Maria Bordaberry’ mento, el ideres: de los ¥¥ setenta. A partir de-los afos ochenta, en cl proceso de democri Muse transfo una organizaciéa legal con partcipacién fesor Armando Acosta y Lara 4 Asi se Hamé.a la coordinacién entre Fuerzas Armadas y pol de rep con el la esubversiGms. Esta coordinacién se ered en el tiltimo 104 ‘Ado Marches! is. saje por par en el sepcliode Ja oposici malos tratos en‘los allanamientos realizad la violencia continué, desarrollada fundamentalmente pot las Fuerzas Conjuntas y grupos extr le derecha. Eira noche se produjeron once -atemnados contra personalidades de izquierda. Por tiltimo, el 17 de abril fueron asesinados ocho mi- ido Consunisfay eh un procedimignto a cargo de Uinkas’ En octubre de ese mistac afi, laé Fuer@is s edees Gado-en-cl,que informan que-et def vida independiente. Pricticamente a lo lago de dos siglos ests parilos se hati alternado en el poder, con a exzepcién de ciertos perfodos En 1972 albergan grupos internos con diversas orientaciones ideol6gicas, van desde: la derecha hasta el centro. Si bien durante gran parte se procesaban les mismos debates que en el conjunto de Ta izquierda latino. americana en tomo a la via legal o la via armada para el acceso al poder. ‘sGuert» 0 ‘Alda Marchesi Guerra» o (EI Pafs, 15 de abril de 1983, p.7). eet ‘A fines de 1980, la derrota electoral del gobierno en jicio de un confi democritica”, Sin embargo, estos cambios parece! gin tipo de repercusién sobre Ja conmemor que se realizan entre 1981 y 1984 son muy similares. -se hace ningsin tipo de mencién al proceso de transici6n. Lo tinico ya que se puede percibir en este sentido es un énfisis muy fuerte cn la necesida Ji6n_generacional de la experiencia dictatorial, Ante el posible cambio i oe 2 guetoeyeenes, que crecieron durante la dictadura scan los con~ tinuadores de Ia obra que habfan realizado los militares. «A esos jjévenes les rccomendamos que hurguen en el pasado reciente, ‘que se consustancien con el sacrificio de sus predecesores, que sepan —real y auténticamente— en qué circunstancias muricron los hombres a quienes hoy rendimos homenaje» (EI Pais, 15 de abril de 1983, p. 7). Los votos por el sf al reforma constitueional promovida por la dictadura jientras que el 57,8 por 100 wot6 por el no, que sapzaron el 42 por i implicaba uns condena a la propuesta dicta eGuerrar 0 aTerroriomo de Estadox? 15 1985-2000: Dia de los eaidos en defensa de las insttucio critiGasEt-retorno democritico™ wen aetna im Pprtantes en varios aspectos de Ia conmemoracion. A partir de® la decisién del presidente J. M. Sanguinetti de cambiar el nombre » de laconmemoracién, se produjeron quicbres y reagrupamientos, El nuevo nombre fue «Dia de los caldos en defensa de as ine. 0 firmacién de la institucionalidad Sexiwcrdtis ye oo dena de toda forma de violencia como perturbadora de sional», En esta fecha serfan recordados eq vida en cumplimiento del deber de mantener democritica consagrada por la Con 127/985). La medida apuntaba a resignificar la fuerte identificaci las demostraciones,Vincoladay se MASA OES 7 prestigiadase’) = —Bheamid de denominacién gener6 parad6jicas reacciones en ‘tre los militares: Durante la dictadura habt su obra tenfa un tinico sentido: defender cracia que estaba amenazada desde el exterior y ls wsubversién». Cuando se cambié la 'denom militares reaccionaron acalorad: ee Ja democracia sino ianacion, arias RI cambio posibilits la reincorporaci6n a la c 6 deal guns sectores de los. Partidos Tradicionales ‘pero eneline nueva denominacién a “No quédiba claro: éa quignes Se omenaj éa los mismio* de antes pero con otro nombre?, o Zel pantedn incorporaba a los muertos que habfan luchado contra le dicts, dura?, équiénes eran los que «perdieron la vida en cumpl del deber de mantener la institucionalidad democritica cana consagrada por la Constitucién nacional? En cierta medida, nacionabs (Decteto la fecha, qui En noviembre de 1984 3 volviron a realizar eleceiones uepaude rece. eh ‘os de diced mitt Ys resultados Faeron: Partido Cofrad, 41 por 10 bs rtido Nacional, 35 por 100, y Frente Amplio, 2 por 100, Fue elegido pre. sidcate Julio Marfa Sanguinetti, que tomé posesién del ca a 9 posesiGn. del cargo ef 1 de marzo ‘Aldo Marchest volvia a repetirse una discusién que. se habfa dado en 1972, qué ponfa en cuestién.qué era la democracia y quiénes la habfan de- fendido o atacado. En el afio 1985, estas ambigtiedades no pro- vvocaron un debate sobre Ja pertinencia de continuar con la con- memoracién; simplemente los que no se sintieron integrados, no patticiparon. im Los sectores militares que se opusieron al cambio de deno- minacién realizaron nuevos homenajes tnanteniendo el antiguo nombre, sin por eso dejar de concurrir al acto oficial: A partir de ese momento, ademis del acto oficial, se abren dos. nuevos es- pacios de conmemoracién claramente diferenciados. Cada even- to tendrd protagonistas fundamentales y visions diferentes (no contradictorias). Desde 1985 hasta hoy,| mas alli de alguna va- iaci6n se puede decir que estos tres eventos son: el acto oficial, acto del centro militar y actos de civiles de la derecha-anti- El acto oficial se siguié realizando en la Plaza de la Bandera, intent6 resignificarla a través de un cambio de de- i La pieza oratoria de 1985 del presidente Sanguinetti 15 de abril de 1985, p. 8) empieza a diseftar un relato del pasado reciente que mantiene continuidades cor pero ala vex. se adecua a.la nueva coy vive el pafs. A lo largo de todo el discurso se entre una supuesta vocaciGn unitaria y reconciliadora que el pre~ es el mandato de este 14 de abril: el de la unidad de la Reptblica, Ta unidad del pats, la unidad de todas sus fuerzas, la unidad politica de todos sus ciudadanos» y un discurso polarizador que fronteras muy rigidas entre los que estén del dado de la y del lado de la democracia» y aquellos que no. Esta polarizaci6n se ve acentuada por la operacidn retdrica de citar tcxfualmente su discurso de 1972, durante el sepel los «caidos», El sentido de esta operacién es claramente itado por el presidente: «Permftame esta evocacién porque me da la inmensa tranquilidad idad Orieneal pasa a lamarse Plava de Ia Demo- a (Resohuci6n. 1398, Junta Departamental de de Leyes y Decretos 1985, p. 1699). ‘eQuerra @ y la propuesia de referéndum. ‘Ambas posiciones asignaron sentidos muy diferentes a la palabra colvido». Para los que promovfan la amni i positivo, sado que era léfdo como negativo, que estaba asociado’con «cl rencor y la revancha. El «olvidor era un gesto de generosidad y una apuesta al nuevo Uruguay que se queria mocracia. Los partidarios del referéndum det nian al eolvidon. Para ellos, si la sociedad riencia del pasado corria el riesgo de repetirla. Denunciaban que los responsables del régimen dictatorial no habfan recibido nin gain tipo de castigo y continuaban en posiciones claves del aparato estatal. En este contexto se desarrollaron los homenajes de 1987 y 1988, Durante el primer afio, el homenaje fue un gran‘acto de ¢Guerren 0 «Terrorismo de Estados? 138 la Comision Nacional Pro-Referéndum donde se informé acerca de la cantidad de firmas que se habfan obtenido hasta ¢l momento, 166 reproducir-el acto del Obelisco.de 1983%*. B] ary elev laprocama.S¢ con~ far banderas nacionales y no sims bolespartidarios. ‘Todos los partidos estaban representadoy ea el estrado, Sin embargo, existié- una diferencia Wrante entre aquel acto y éste; muchos de los que estaban:en-el anterior no estaban aqui, por estaride acuerdo com la ley de «caduci operaci6n politica era bastante evidente, cl sentimiento antidictatorial que habfa unido a mucha gent cendiendo las banderias politicas, intentando identificar la lucha por la.derogacién dela ley con:la hucha antidictatorial. Frente ‘los 80.000 asistentes, en-la proclamia, Alberto Candeau” dijo: «Zelmar ini y Héctor Gutiérrez Ruiz se han convertido. ea un simbolo del martirologio politico nacional [.,.] estos dos nombres sc levantan enormes, como un desafio para que garan- ticemos a nuestros hijos un futuro de justicia y democracia sin tutelaso (Brecha, 22 de mayo de 1987, p..8). Nuevamente, un mo- vimiento que cruzaba las barreras politico-partidarias se emban- deraba con ambas figuras. i 1990-1995: Acatando el democrdtico silencio. El debate en. toro al problema de los derechos humanos culmind en 1989 con una votacién popular que legitimé la opciéa de-amnigtiar 2 15s fitares: Aunque una proporci6n importante de Ja poblaciivor6 por la anulacién de la ley (42 por 100), la mayoria del pais opté por «ortar con el pasado» (56 por TOO), env Iemanera que planteaby el discarso oficial, o Sea a erive Pp wavide Ta amnistia. Si Bien | - i abiertas dos cues fandamentales: cl destino de los detenidos-desaparecidon-y casos de nifios secuestrados por orgaUSMOCTEDLS NOE Si Bie | la ley no Wieaba eoureeaT ‘st08 problemas, la lectura pos-re-" 2 Bn 1983 se realiz6 un acto multgudinaio que marco un hit en Ia eapae cided de couvocaiota de la oposicsn sntdictatatial.Participaron todos los par. doy ofpniracines, sella que asd de 50 000 persons sien alovemto, Reconocido actor ela comedia nacional qui habfa Jeido la proclama del acto de 1983. : - al 194 ‘Aldo Marches! feréndum fiac que el tema quedaba cerrado con Ia decisién po- valar. ar peEtproblema de los derechos humnos dsapareci de la agen- da politica, y en cierta medida también de la memoria péblica. Practicamente, durante cinco aftos.el tema estuvo ausente en la prensa, en el debate politico y académico, En este marco, los 20 de mayo perdieron protagonismo. Sélo Ja /figura de Zelmar Mi- chelini continué manteniendo visi , pero por otros motivos. Su recuierdo fue un espacio de disputa durante la crisis del grupo politico al que pertenecié. i 1996: Los nuevos caminas de la memorid. En 1996 se conme- moraron los: veinte afios. del asesinato. ‘Como. muchas veces cocurre, esta fecha se transformé en una oportunidad para el re- cuerdo. Bl Parlamento realiz6 una sesi6n especial. La prensa vol- ‘vi6 a tratar cl tema. Varios medios realizaron coberturas espe- ciales, aunque la informacién no diferfa de la expuesta en los primeros afios de democracia. Mis alld de estos homenajes, en 1996°una serie de hechos promovieron el resurgimiento de la temética: las declaraciones del coronel Tréccoli, en las que reconocia'la violacién de los derechos humanos por parte de los militares, la repercusién de los sucesos que se habfa generado en Argentina durante el afio anterior” y cl fracaso de Tas negociaciones secretas entre actores politicos y militares que procuraban lograr un entendimiento para informar a los familiares del destino de los desaparecidos. En esa coyuntura, Rafael Michelini® decidié invitar a los organismos de derechos humanos y a los partidos politicos a realizar una manifestaciOn por la Avenida 18 de Julio en reclamo del esela- recimiento de la desapariciOn de personas durante el régimen mi- litar (Basqueda, 9 de mayo de 1996, p. 1). Esta marcha se realiz6 el 20 de mayo y cont6 con la participacién de 50,000 personas, Ia adhesién de la Central de trabajadores (prr-cxvr), la Federacién % Las confesiones del ex militar Adolfo Scilingo en la televisién en torno 2 su participacién en los evuelos de la muertesy las declaraciones pliblicas de ‘arrepentimiento» planteadas por cl jefe del Estado Mayor Conjunto, general Martin Baza St Hijo de Zelmar Michelini. Lider del Nueva Espacio, organizacién pol ‘ica de centro-izquierda escindida del Frente Amplio.. Gueran 0 cTerremo de Estado? 195 de estudiantes (Heuu) el Frente Aniplio'y el Nuevo Espacio. Ta consigna fue «Verdad, memoria y‘nunca més», Fl &ito de esta marcha marcé tun punto dé infteaon. A partir de alli renace la discusi6n en torno a la de los derechos humanos du= rante Ja dictadura, Lo que los organizadores de la marcha re- clamaban, y siguen reclamando, es el cumplimiento del articu- lo 4° de Ia ley de caducidad, que exige al Poder Ejecutivo realizar tun informe con toda la informacion acerca del destino de los desaparecidos. No se planteaba el tema dé la justicia, ya que se aceptaba lo resuelto como consecuencia del plebiscito. ‘Las marchas realizadas los 20 de mayo a. partir de 1996 retinen algunas caracteristicas particulares que dicen mucho acerca de la modalidad en que se ha optado por procesar la memoria sobre el pasado reciente. Todas las marchas se han hecho en silencio, sin explicitar el sentido del mismo. A medida que se avanza por la avenida central el silencio adquiere un protagonismo impac- tante. La marcha tiene un perfil luctuoso. El silencio, los rostros y las velas recuerdan una procesi6n fiinebie. El silencio también ctia como un reforzador de una demanda muy especifica dcuando?,, édénde ?, écémo? y épor qué? A través del se niega todo tipo de ret6rica que opaque esa demanda concreta, ‘También el silencio acta como un cohesionador de la mar- cha: implica un compromiso comin de todos los que estin dentro de la misma y de las personas que desde la vereda la presencian en actitud de respeto. Por tiltimo, el silencio se vincula a la mo- dalidad en que los actores polfticos que promueven la «verdady sobré el destino de los desaparecidos han actuado. El silencio 4 personas ni a instituciones» (Brisqueda, 9 de mayo de 1996, p. 1). Algunos actores de este reclamo aceptan que la sociedad no quiere ceptar estos temas y lo Gnico que se pide es informacién sobre el destino de los cuerpos. En palabras de Tabaré Vazquez”, al referirse al destino de los desdparecidos: Tengo en’mente la for= macién con poderes de indagacién en reserva, de una comision honoraria de representantes notables de todos los sectores afec- ‘Candidato al presidencia por el Frente Amplio en 1994 y 1999.

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