You are on page 1of 3
EL PROFESOR Y PENSap, OR ota, U0 profeta y un salvador son yas sto tiene que ser no sélo extrafio a tt tO cotidiano como para el pe sa = todos el}, A . a an ee "itante ta eS Cary mjas a cubrit las realidades que exigen aco? lo Tismg. Weber on ang estruct ental serén compence; Sélo quiens¥® me. radical de esas esimuc uras cubiertas de Valor sdos rel anes Se unen jiead-En su bisqueda de la verdad, Wore 2am mean or doquier “quite ne ‘ama. sia de SUC mino”. Spero una persona no erudita Lausserwisse nuevo tratamiento logico de la realidad un, ‘nschaflich toda su existencia. También ante el sistema j li juntariamente preguntara, “Cui bono? [; an intele jsto unos lineamientos para mi conducta en le rene) Puede deriva d tira decepcionado. La sociologia onpee Y sino puede, se sen. tiene de promulgar normas, demandas y valora que expresamente se abs- go no satisface esta demanda dentro de su esfera, al es directa. Pero tal vez el tratado La politica como vocacion we rm sacar ciertas conclusiones con respecto a la utilidad de este p ae topara la accién humana. En esta obra, que se desarrolléa partir de una conferencia dada a estudiantes de Munich en el invierno revolucionario de 1918-1919, Weber relaciona sus visiones de la sociologia politica con una esfera importante de la accién practica: a saber, la politica, la politi- ca como vocacion, es decir, la forma de actividad de gente real. El tras- fondo de este tratado es el desplome de Alemania, el bolchevismo ruso, la inquietud milenarista de los jovenes. Los jvenes se sintieron Iamados aconstruir un nuevo mundo y esperaron establecerlo con mo tina ros, un orden social sin precedente, cuya 2 cosy religio- de cualquier tipo anterior y que estaria lleno de i ene de Rusia pronto sos de justicia y fraternidad. Pero los acontecimir® Ho radical inh demosiraron que el camino era largo y pasaba ie se aleanzara hidad gin dar ninguna garantia de que algtin Co sn ilusio Weber oblig6 a sus lectores, ante ee an) 5 los procesos sociopoliticos [staatssozinloas eT mostr6 las i mente, determinaban la actividad poll omo los a mas de gobierno y su desarrollo historice, 28 jlogia de Jas de dominacién politica, presentando uh cas de todas las épocas y Pa! versalidad histérica mostr6 qu’ Estado en todos los tiempos ‘tica sie™ lencia fisica legitima, y que la politica ve una parte del poder politico. Todo © 4 fuerza por el poder, ya sea POT el pode jdealistas 0 egofstas, y para aleanzar es sario, empleara contra los demas Ia [Ne disponga. Todas estas observaciones esp! ] espera de odo neamientos nuevos Para telectual de Weber, invo- e el recurso ~ SOR Y PENSADUK «co de la experiencia historica, Pero en d conte _ i tamientO ico 7 seein como an = nt r ~ : ane cau es” mas importantes, O sea para iluminar |g discuti rr plennas “CxS er Gtica, algo que preocupaba intensamente g EL PROFE: 618 ee og de on entre La politica y “e ee yelit: . 56 jan aceptado la guerra como uy Jos joveneS: s tianas no sélo habian a ' — Las iglesias cristian™ (sss los paises hasta la habfan glorificado en inevitable, sino ue OS, y habjan fomentado el odio nacionalista. A las nombre de los Evanee tenia que parecerles una aberraci6n, algo dolo. personas religi endoy falso. Y ahora la revolucién estaba creando una pa. rosamenté ® Bariae partidarios comunistas del pacifismo se consideraban radoit echo 8 ‘realizar sus ideales aunque fuera mediante la peor forma Se violencia: la guerra civil. Ante esto, la tan debatida cuestion de si la po- Iitica y la ética tenfan algo que ver entre si, si existfa algo que pudiera llamarse ética politica especifica, volvié a ser cuestiOn candente. Algunos Jo negaron, mientras que otros sostuvieron que la misma ética absoluta tenia que aplicarse a la accion politica tanto como a cualquier otra cosa, Este lo nego Weber, como ya lo habfa hecho antes. Pero al mismo tiempo mostr6 que, empero, esto ciertamente no pertenecia al ambito de la adidfora (cuestiones de indiferencia moral]. Precisamente porque el método especifico de la politica es el empleo de la fuerza necesita una orientacion ética: a saber, sopesar los medios y los fines, y la reflexién responsable sobre si el fin deseado justifica “santificar” los medios y compensar sus indeseables efectos secundarios. Por otra parte, dado que la accién politica inevitablemente va unida a la fuerza y la compulsién, la ética que gobierna otras cosas no se aplica a ella, asf como no pueden for- mularse unos mandamientos éticos idénticos para las otras relaciones, sumamente distintas, en que participa una persona. En ciertas circuns- tancias, todo detentor del deber politico se ve obligado a dafiar a otros para alcanzar sus metas. Por ello, no se le puede someter a una ética ab- soluta y, menos que ninguna, a la de los Evangelios. La orden incondi- cional: “Entrega fodo lo que poseas” es una demanda insensata para él mientras no pueda aplicarse a todos, Y la otra orden, “Pon la otra me}!- lla”, incondicionalmente, sin preguntar por qué el otro tiene el derecho _ golpear, es una “ética del deshonor... salvo para un. santo”. O sila hel del amor ordena “No resistdis al mal” [Mateo 5:39], lo opuesto se aplicn = politico: resistele mediante el empleo de la fuerza, pues si no, ser ponsable de su prevalencia. Este es el punto decisivo en que diver, ética cristiana y la ética politica, donde divergen dos lineas enudo se orientada por la ética, aunque, desde luego, en la practica a ™ entrelacen, nada o bien pote Fundamentalmente, la conducta ética queda determinada 0% ijidad \ Stic e psponsane ética de los fines iltimos [Gesinnung] 0 por la ética de la ree i vee [Verantwortung]. Como creyente en la ética de Jos fines ba Dios eo dadero cristiano “hace lo justo y deja el resultado a s na voluntad y su vida en lo absoluto ennoblecen sus 2° EL PROFESOR Y PENSADOR 619 slcnaty por cllotnolpreeantat ten et ante eae eee arroga crédito Por ellas. Si son malas, puede culpar al mundo o al propio Dios. Y aun- Aue esta actitud pueda’ ser magnifica como expresién de una vida inter. a tendiente a la salvacién de un alma individual y a las de otros, el po- Obligacks sce 2 otra ley. Debe ser eficiente en el mundo y por tanto se ve de Agente ieee mundo tal cual €s, tomando en cuenta las flaquezas pecifica es ka pasien nendolas al servicio de sus propésitos. Su ética es- en el sentido a ae ‘8 responsabilidad y un buen ojo [Augenmass]. Pasion “voci6n sin reservas a una causa, “al dios o al demonio Ja responsabilidad como el afan de calcular las consecuen- adamente, y de responder por ellas, y un ridad. Hablando légicamente, un creyente en la ética de los fines tltimos tendria que rechazar toda accién que empleara medios moralmente pe- ligrosos. Y, a la inversa, un politico debe estar dispuesto a echarse esto a cuestas y, por tanto, a arriesgar su propia alma. Un creyente en la ética de los fines Gltimos niega la irracionalidad ética del mundo, segun Ia cual el mal con frecuencia brota del bien, y a veces el bien brota del mal. Un politico debe estar dispuesto a soportar esta irracionalidad. “Sélo tiene la‘vocacién’ politica el que esta seguro de que no temblard si el mundo, desde su punto de vista, es demasiado obtuso o demasiado bajo para lo que él quiere ofrecerle.” Si sobre la base de sus visiones sociolégicas, Weber llama nuestra aten- cin hacia las fuerzas ideales que determinan la accién en una esfera ymPortante, lo hace tanto por la verdad cuanto por el afan de dar mayor luz alos jovenes en su eleccién del camino a seguir. Esta iluminacién li- "e de ilusiones de las diversas rafces de la existencia puede significar una cae Privacién para muchos: para aquellos cuya capacidad de devo- one Una causa es alimentada por influencias que rie entr ada in aie. tud s, ue no necesitan esa ayuda, encontraran que la a q Don 4 vision” para el mundo tal como es, les dara mayores uerZas pa “arlo, y estaran a la altura de sus manifestaciones cotidianas.

You might also like