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UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANAS


ESCUELA DE SOCIOLOGÍA
OPTATIVA II
Nombre: Luis Andrés Pallasco
Curso: Séptimo Semestre de Sociología
Del reformismo de los años 20 a las reformas en el marco de la Alianza para el
Progreso: ¿cómo se intentó evitar cambios radicales en las estructuras socio-
económicas de América Latina?
Si tomamos en cuenta el periodo 1914-1930, debemos especificar que junto con la
desarticulación de las estructuras económicas, políticas y sociales hay que registrar la
crisis que están sufriendo las clases hegemónicas latinoamericanas, con esto nos
referimos a la “oligarquía”, es importante recalcar el aparecimiento de nuevas clases
sociales el proletariado y el subproletariado cuyo papel era el de desplazar a la vieja
oligarquía del poder, claro sin conseguirlo.
“A este respecto, el periodo 1914-1930 señala el comienzo de la crisis para el latifundio,
los mecanismos clientelares, y el estado oligárquico, elementos que habían garantizado
la hegemonía oligárquica.” (Carmagnani, 1984:177), en definitiva, de lo que se trata es
de devolver a los estados latinoamericanos un orden natural y acabar con el orden
artificial que habían impuesto las oligarquías. Tenemos como ejemplo el lema de “Tierra
y Libertad” del movimiento agrario zapatista, que nos demuestra esta búsqueda de
desplazamiento de las oligarquías del poder, pero al mismo tiempo nos muestra sus
límites ya que podríamos decir que las clases populares tomaron una actitud retrograda,
respecto de las oligarquías y de las capas medias, es decir las capas populares carecían de
un programa global que pudiera revertir esta situación, solo a partir de 1930 esta
alternativa se va a condensar.
Una manera en la cual se podían evitar cambios radicales en la estructura económica, por
parte de los Estados Unidos es que se cambió la orientación mercantil mundial, en donde
los norteamericanos adquirieron un papel preponderante, pero no solamente en el
comercio sino también en la penetración de capitales norteamericanos a Latinoamérica.
“Así, la desarticulación de las economías latinoamericanas a partir de 1914 tuvo una de
sus causas la nueva orientación del comercio mundial, en cuyo seno los Estados Unidos
adquirieron un puesto de primera importancia y la posibilidad de provocar, con la ayuda
de factores convergentes, mutaciones significativas.” (Carmagnani, 1984: 180).
Uno de los puntos de conquista de los Estadios Unidos fueron los mercados
latinoamericanos a través de la inversión en el sector público, es decir como aún se
mantenían las oligarquías en el poder estos gobiernos buscaban ayuda financiero en los
bancos de Nueva York, es por esto que la presencia de capitales norteamericanos se hace
más visible en el campo bancario, uno de los sectores en donde más rápido se concentra
el capital estadounidenses es el minero, este fue el camino más rápido por el cual pudieron
penetrar la estructura económica latinoamericana, por ejemplo este fue el caso de México,
Perú, Chile y Venezuela. “En cuanto a las inversiones norteamericanas en el sector
agrícola, los pocos datos de que disponemos insinúan una preferencia por la producción
de las zonas de clima tropical, complementaria de los Estados Unidos.” (Carmagnani,
1984: 181).
Después de la crisis de 1929, algunos de los Estados latinoamericanos tanto en la teoría
como en la práctica trataban de fomentar un modelo llamado el de sustitución de
importaciones, que debía basarse en el fortalecimiento del mercado interno y en la
producción de bienes de capital, esto se veía como un modelo alternativo frente a la
contracción del mercado internacional.
“Desde el punto de vista económico, por consiguiente, parecía que toda política de desarrollo
debería concentrarse en dos puntos: a) la absorción de tecnología capaz de promover la
diversificación de la estructura productiva y de aumentar la productividad y b) la definición de una
política de inversiones que, a través del Estado, crease la infraestructura requerida por la
diversificación.” (Cardoso y Faletto, 1968: 144-145).

Todo este modelo se va desvaneciendo a partir de 1950, debido a la falta de condiciones


tanto institucionales como sociales para que este proyecto dé sus frutos. A pesar de las
limitaciones de los proyectos de industrialización, América Latina se encontraba plagada
de dictaduras militares y caudillismos, es decir se buscaba la democratización de estas
sociedades, es el contexto de la Guerra Fría después de la Segunda Guerra Mundial que
los Estados Unidos despliega su Doctrina de la Seguridad Nacional, que tiene como
principio fundamental el de conquistar territorios a un bajo costo, sin derramamiento de
sangre, para una integración política.
La Doctrina de Seguridad Nacional, dio paso a una guerra total y permanente, es decir en
esta doctrina se conjugaron todas las esferas de la vida, la económica, política y social,
los Estados Unidos convencían a las naciones latinoamericanas de que esto debía
funcionar como un organismo vivo y cada parte cumple una función esencial para el
funcionamiento de un todo, entonces de esta manera y destacando la influencia
norteamericana en áreas como el desarrollo económico y la educación el objetivo
principal era combatir al enemigo interno. “La Doctrina de la Seguridad Nacional se
asentó en dos postulados básicos: la bipolaridad y la guerra generalizada. Tal bipolaridad
se entendió como la división del mundo en dos grandes fuerzas opuestas: la del bien y la
del mal.” (Velásquez, 2002: 13).
A partir de 1954 y con la intervención de la CEPAL y de su representante Raúl Prebisch,
en un contexto de recuperación económica se anunciaban proyectos que beneficien
económicamente a América Latina, por ejemplo, el del incremento sustancial del
financiamiento externo a largo plazo o la creación de un fondo interamericano de
desarrollo industrial, agrícola y minero; todas estas peticiones eran rechazadas por los
Estado Unidos, es decir pedían que estas peticiones fueran revisadas periódicamente. “La
actitud norteamericana fue particularmente contraria –como la del Banco Mundial- a que
se pensara en una meta cuantitativa de cooperación financiera internacional y que se
formularan programas de desarrollo económico.” (Urquidi, 1962: 374).
Esto trajo como consecuencia el progresivo deterioro de las relaciones económicas entre
América Latina y los Estados Unidos, los círculos privados norteamericanos y el gobierno
hacían caso omiso a los problemas y planteamientos latinoamericanos.
Llego la ocasión de que en una reunión de la OEA en 1957 se reitre el rotundo fracaso de
esta conferencia, es por esto y siendo participe de la necesidad de resolver los problemas
económicos de América Latina, el presidente de Brasil Kubritschek propuso el principio
de Operación Panamericana, cuyo objetivo era cavar con la miseria e impulsar el
desarrollo latinoamericano. “Concibió el programa como un conjunto de medidas para
intensificar la inversión en zonas rezagadas de América Latina, aumentar la asistencia
técnica, estabilizar los precios de los productos básicos y ampliar la disponibilidad de los
recursos financieros del exterior.” (Urquidi, 1962: 375), pero la actitud de los Estados
Unidos no variaba ante esta cometida a la que se sumaron 20 países mas.
Luego en 1960, estas comisiones de 21 países latinoamericanos junto con la OEA
plantean en lo que se llamara el acta de Bogotá, en donde se señala que se requiere
oportunidades de progreso para los pueblos de América Latina. “A este respecto el Acta
de Bogotá señaló la necesidad de emprender programas interamericanos en materia de
vida rural y uso y tenencia de la tierra, vivienda, educación, salubridad y reforma
tributaria como condiciones especiales para el desarrollo económico.” (Urquidi, 1962:
379), la actitud de los Estados Unidos fue nuevamente reacia, para los norteamericanos
primero debía haber una organización de planes de desarrollo interno para que los aportes
económicos exteriores pudieran funcionar, hay que acotar que para estas fechas el banco
Interamericano ya se había creado.
Hay que recordar que en este proceso se da la Revolución Cuban y en el poder
norteamericano se encuentra Kennedy, bajo el lema de: Alianza para el Progreso, este no
fue un simple palan para paliar y transformar la estructuras económicas y políticas
latinoamericanas, sino que se presentaba a manera de una revolución pacífica, fue un plan
en donde no solamente los Estados Unidos, sino Japón y Europa debían aportar a
Latinoamérica con recursos técnicos y financieros.
La declaración de la Alianza para el Progreso complementa a los antiguos proyectos de
cooperación que proponía Latinoamérica, los principales campos de abordaje de este
proyecto tienen que ver con los salarios, las relaciones obrero patronales, reformas
agrarias integrales, reforma tributaria y la integración de todas las economías
latinoamericanas.
Como aún se coexistía con la idea de que el mundo estaba dividido en dos hemisferios,
el bien y el mal y cabe destacar porque se desato la Revolución Cubana, lo cual hizo que
las políticas de Seguridad Nacional entre los Estados Unidos y Latinoamérica fueran
redefinidas, es decir las naciones latinoamericanas con cierto grado de independencia
decidieron a que bando político iban a seguir, por esta razón Estados Unidos se
encontraban más alejados de las naciones de esta parte del hemisferio, pero cual fue la
solución que los Estados Unidos impulsaría una política que estuviera en línea acorde con
la realidad de estas naciones, es decir hubo talvez un debate que no se había tomado en
cuenta entre los latinoamericanos y los Estados Unidos, que era la relación entre
seguridad nacional norteamericana y desarrollo económico por otro. Si bien es cierto la
intervención europea se dio en los países del caribe, por lo que Estados Unidos
argumentaba que además de la irresponsabilidad fiscal y los malos gobiernos acaban con
amenazar a la seguridad nacional norteamericana.
De manera que los Estados Latinoamericanos empezaron a mirar su realidad de forma
distinta y argumentaban que se daba un intercambio desigual entre los centros
económicos y los subdesarrollados, por lo que los altos mandos norteamericanos debían
decidir entre dos opciones, por un lado, realizar políticas para ayudar a desarrollar a las
naciones latinoamericanas y por otro sus intereses en otras regiones del mundo como el
Medio Oriente, el Sudeste Asiático y Europa.
Muy bien en este marco el presidente Kennedy argumento que debía por un lado
asegurarse el desarrollo económico de Latinoamérica y por otro una intervención
militarizada para combatir la contrainsurgencia. “Al mismo tiempo, su gobierno auspicio
el proyecto Camelot, para identificar las causas y las pautas de inestabilidad en América
Latina.” (Tulchin, 2011: 478).
La medida que impuso los Estado Unidos de esta manera fue la de tratar de imponer
regímenes democráticos en contraposición a los oligarcas que se oponen la cambio, por
esto los Estado Unidos crearon al parecer una línea de gobernantes que pudieran
compartir los valores estadounidenses, y que muchos de ellos sean formados en este
mismo país.
De esta manera el principal enemigo de los Estado Unidos fue el comunismo de la URSS,
la cual debía ser combatido porque no era posible que en su patio trasero estuvieran
organizándose sociedades comunistas.
2) La reforma agraria: de los postulados de la revolución mexicana a la Revolución
Cubana.
Primero empezaremos diciendo que la reforma agraria es según Alain Rouquié: “La
redistribución de la propiedad territorial es en todos los casos un medio para responder a
la sed de tierra del campesinado.” (Rouquié, 2007: 356), estas reformas pueden darse en
dos ámbitos: en primer lugar, pueden ser una verdadera transformación en las estructuras
de los Estados, o por otro lado pueden ser solamente un remedio para calmar las tensiones
agrarias.
Por ejemplo, en el caso mexicano y boliviano las reformaras agrarias se inscriben círculos
revolucionarios en donde la participación de las capas campesinas ha jugado un rol de
verdadera importancia, si mencionamos a las reformas agrarias más radicales se
encuentran las de Cuba y Nicaragua que se inscriben en un contexto revolucionario, pero
sin la provocación de los campesinos sino más bien en modelo social por construir.
La Revolución Mexicana, tenía como lema “Tierra y Libertad”, por esto podemos darnos
cuenta de que esta era una revolución que tenía que ver con la redistribución y la
expropiación de grandes haciendas, es decir con una revolución campesina.
Alain Rouquié nos dice que: Estas reformas agrarias no solo intentan parcelar las grandes
fincas, crean igualmente complejas formas de explotación, de comunidad o colectivas.”
(Rouquié, 2007: 356), esto tiene que ver con cierta parte de lo que sucedió en México en
la Revolución de 1910, es decir el modelo de la revolución prometía acabar con la pobreza
en el campo, pero la mayoría de familias casi cuarenta millones de ellas siguen viviendo
en la miseria, por ejemplo, la expropiación de las grandes haciendas fue un hecho que, si
ocurrió en esta revolución, pero como fruto de la revolución se hablaba acerca de la
constitución del Ejido como representación del triunfo de la propiedad comunal, pero
según Jorge Trujillo, la connotación de dicha palabra es otra y nos corrobora diciendo lo
siguiente: Esto, si se mira el problema con detenimiento, es una falsedad: el ejido no es
una forma de propiedad comunal, sino una forma esbozada de pequeña propiedad privada
o minifundio.” (Trujillo, s.f. 102), se puede estar de acuerdo como mencione antes con el
autor Rouquié, de que, si se expropiaron grandes haciendas, pero claro a la hora de
entregar dichas tierras existe una confusión y se da en el sentido de darle significado a
una palabra, lo que de alguna manera trae repercusiones negativas para el propio
campesinado.
De este modo podemos decir que existen tres tipos de reformas agrarias: Reformas
agrarias revolucionarias, reformas agrarias de coyuntura política favorable y las reformas
agrarias llamadas también seudorreformas o cuasireformas, pero es de nuestro interés
centrarnos en las reformas agrarias de tipo revolucionario, estas reformas no tienen nada
que ver con la ideología marxista, es el caso antes mencionado de la reforma agraria
mexicana que fue la que más tiempo duro, Alain Rouquié nos dice por ejemplo que:
“Setenta millones de hectáreas fueron distribuidas de manera muy irregular, según la
coyuntura y la política agrícola seguida por cada presidente.” (Rouquié, 2007: 357), valga
la redundancia de la palabra irregular, ya que cada presidente que sucesivamente entraba
al poder, ponían diferentes trabas para que la expropiación de tierras fuera cada vez menos
numerosa, o algunas veces no se entregaban tierras a los campesinos.
Como mencionábamos antes y Rouquié lo asegura es uno de los frutos o de las principales
consecuencias y si se quiere límites de la reforma agraria de este tipo es el crecimiento
del minifundio. “La ruptura de las unidades económicas, la ausencia de asistencia técnica
y financiera, la rigidez misma del sistema ha privado al ejido de contenido productivo.”
(Rouquié, 2007: 357), entonces a parte de la significación que se le dio a la palabra ejido,
también existen otros factores que hacen que ejido pierda su contenido productivo, está
por ejemplo la rigidez misma del sistema o la poca asistencia técnica que se ha tenido.
Hay que aclarar que la persona o el campesino o como bien se le podría llamar ejidatario
al no poseer recursos para trabajar sus tierras o verse desprovisto de animales no tiene
otro camino que trabajar como jornalero.
Entonces si se analiza los límites de la reforma agraria mexicana podemos llegar a la
conclusión de que la mayoría de los campesinos a los cuales se les ha dotado de tierra,
son en su mayoría proletarios con acceso a tierras, además de que la reforma agraria en
México sería un mecanismo para mantener la paz social y así si a los campesinos se los
dota de tierra se reducirían las tensiones sociales en el campo.
Ahora tomaremos en cuenta la revolución agraria de Bolivia de 1953, esta se da
básicamente por un choque entre la sociedad oligárquica o podríamos considerarlo como
antiguo régimen frente a los campesinos de raza indígena sin tierras, que aun
desempeñaban trabajos de servidumbre y que están atados a la hacienda. Rouquié nos
dice para esto que: “A través de la reforma agraria de 1953, más de 200000 familias
recibirán tierras, unos 10 millones de hectáreas son repartidos en principalmente en los
altiplanos, escapando los bajos valles tropicales de la “otra Bolivia” (Santa Cruz, Beni)
totalmente a la repartición.” (Rouquié, 2007: 358), otro de los problemas que acaeció a la
reforma agraria boliviana es que se dio un déficit en la producción alimentaria que
abastecía a las ciudades, esto como causa de que no todos los lugares fueran tomados en
cuenta para la redistribución de la tierra, y como consecuencia política ya tomando en
cuenta estas fallas del programa de reforma agraria, los campesinos a los cuales se les
proporciono tierras a partir de la Revolución de 1952 , fueron los que de alguna manera
optaron por apoyar en mayor cantidad a la dictaduras militares que Bolivia conocerá a
partir de 1964.
Por ultimo tomaremos las reformas agrarias en Cuba ya que fueron dos una en 1959 y
luego en 1963, de alguna manera estas reformas lograron socializar toda la agricultura,
solo donde dominaban las granjas estatales. Rouquié nos dirá que: “Los mismos pequeños
propietarios independientes han sido progresivamente sometidos a los imperativos del
plan e integrados al sector colectivizado.” (Rouquié, 2007: 359), es decir en Cuba seis
años después de la revolución la propiedad privada había perdido tal significancia, que se
vuelve insignificante.
Cabe recalcar que antes de 1959 en Cuba se extendieron grandes latifundios azucareros
de propiedad norteamericana, es decir Cuba era un país monoproductor, la mayoría de
sus ingresos venían del azúcar aproximadamente el 75%, que estaban concentradas en
manos estadounidenses, de esta manera se forma un proletariado agrícola, con identidad
obrera.
“Una de las características que más llama la atención sobre la población rural en ese
período son las condiciones de pobreza extrema. El ingreso promedio anual de la familia
campesina era de unos 546,00 pesos, el 43% de ellos era analfabetos y el 44% nunca había
asistido a la escuela.” (Guevara, 2009: 12), esta es una de las principales características y
si se quiere esenciales para que se desate una reforma agraria una precarización de una
parte de la sociedad, pero también la formación de un proletariado agrícola que tenga ya
encausadas las demandas económicas, sociales y políticas.
La ley de reforma agraria aplicada en 1959 fue una de las más importantes de la
revolución, ya que transformo la estructura de la población rural, ya que concedieron
créditos a muy bajo costo, además se permitió el acceso a tierras a quienes las trabajaban
y que no las poseían como propiedad.
“La principal especificidad de la Ley, que la diferencia de otras realizadas en el continente
latinoamericano, es el no fraccionamiento de la gran propiedad, ello aseguró para la
economía estatal todas aquellas tierras no cultivadas directamente por agricultores,
pertenecientes a los latifundios nacionales o extranjeros, con lo que se gestaba la gran
empresa estatal.” (Guevara, 2009: 14), este un ejemplo particular de lo que no sucedió a
nivel de las reformas agrarias que se desataron en Latinoamérica el no fraccionamiento
de la gran propiedad, esto incluía como objetivo que las tierras que no eran trabajadas ya
sea por agricultores nacionales o extranjeros, ahora pertenezcan a la economía estatal y
formen parte de la empresa estatal al mismo tiempo, es lo que Rouquié nos hablaba acerca
de una socialización de la agricultura, es decir en manos del gobierno las grandes
propiedades se podían redistribuir de mejor manera sin tener que fraccionarlas y así
fomentar el cooperativismo entre los campesinos cubanos.
Bibliografía:
Carmagnani, Marcelo 1984. Tierra y Libertad. La crisis del proyecto oligárquico. En
Estado y sociedad en América Latina, 1880-1930 (pp.176-234). México, Edit. Grijalbo.
Cardoso Henrique y Faletto Enzo 1968. Dependencia y desarrollo en América Latina. En
José Matos Mar (Compilador). La dominación de América Latina. (pp.143-180)
Amarortu Editores. Argentina.
Velásquez Rivera, Edgar de Jesús, historia de la doctrina de la seguridad nacional.
convergencia. revista de ciencias sociales [en línea] 2002 , 9 (enero-abril ) : [fecha de
consulta: 9 de diciembre de 2017] disponible
en:<http://w3ww.redalyc.org/articulo.oa?id=10502701> issn 1405-1435.
Tulchin, Joseph 2011. Los Estados Unidos y América Latina en la década del 60.
Recuperado de: file:///C:/Users/i5/Downloads/15675-1-43632-1-10-20110823.pdf

Urquidi, Víctor 1962. Latinoamérica ante la Alianza para el Progreso. Recuperado de:
http://aleph.academica.mx/jspui/bitstream/56789/23450/1/02-007-1962-0369.pdf
Trujillo, Jorge s.f. El Ejido símbolo de la Revolución mexicana. Recuperado de:
http://www.ub.edu/medame/PSTrujillo.pdf
Rouquié, Alain 2007. Los problemas del desarrollo. En América Latina: introducción al
extremo occidente. (pp. 310-379). México. Siglo XXI editores.
Guevara, María 2009. Cuba: reforma y transformación agraria. La crisis de los noventa y
el proceso de desestatalización de la agricultura. En Revista Ideas. (pp. 7-29).

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