You are on page 1of 1

«Ahora aparece que fue la voluntad de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, que deberíamos,

desde su resurrección, guardar para nuestro día de reposo el primer día de la semana; por
cuanto que resucitó en ese día, Juan 20:1-19, y apareció varios tiempos en este nuestro día del
Señor a sus discípulos antes de su ascensión; y sobre este día, siendo el día de Pentecostés,
Hechos 2:1-4, llenó sus discípulos con los dones del Espíritu Santo, estando reunidos juntos; todo
cual da preeminencia a este día, y probabilidad al punto.

Pero por lo tanto como los Apóstoles, 1 Cor. 11:1, quienes siguieron a Cristo, y no entregaron
nada sino lo que recibieron de Cristo, 1 Cor. 11:23, 14:37, observaron este día como el día de
reposo, 1 Cor. 16:1, 2; ¿qué argumento puede dar esto sino una institución divina sobre este día?
El Apóstol Pablo pudo haber escogido cualquier otro día, para que la gente se congreguen para
oír la Palabra y recibir el sacramento: pero ellos se congregaron para recibir el sacramento y de
oír la Palabra, sobre el primer día de la semana, cual es el día del Señor, Hechos 20:6, 7. Ahora la
práctica aprobada de los apóstoles y de la Iglesia con ellos, grabado en las Escrituras, trae con
ello la fuerza de un precepto.

Aún más, el Espíritu de Dios honra este día con el titulo de ‘día del Señor’, Apoc. 1:10, tanto
como Él hace con la comunión con el titulo de la ‘cena del Señor’, 1 Cor. 10:21, 11:20. ¿Qué
argumento da sino que como los dos tienen referencia a Cristo, por lo tanto ambos son
designados por Cristo? El espíritu de Cristo supo la mente de Cristo, quien por lo tanto nombró
este día.»

Tomado de su libro The Christian’s daily walk in holy security and peace

Traducción: Edgar Ibarra

You might also like