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4.4.

VIGAS CONTINUAS

En este tema se estudian en detalle las vigas continuas con tres o más apoyos,
dos o más tramos o claros, y que, por tanto, disponen de uno o más apoyos
redundantes en los que las reacciones no pueden determinarse por las
ecuaciones de la estática. Es posible calcular los valores de estas reacciones
hiperestáticas aplicando las condiciones de deformación existentes, de acuerdo
con las ecuaciones de deformación, por ejemplo, deflexión nula en los apoyos
cuyas reacciones son desconocidas. Estas condiciones dan las ecuaciones
necesarias adicionales a las del equilibrio estático. Sin embargo, es más
conveniente considerar como desconocidos o hiperestáticos, los momentos
flexionantes en los apoyos. Una vez determinados estos momentos, que se
suelen llamar momentos de continuidad, es sumamente sencillo el cálculo de las
reacciones.

Se explican dos métodos de cálculo de tales momentos. En el primer método se


comienza obteniendo una relación de tipo general entre los momentos
flexionantes en tres secciones cualesquiera de la viga, relación que se llama
ecuación de los tres momentos, y que se escribe fácilmente aplicando los
teoremas de las áreas de momentos. En muchos casos se puede aplicar junto
con los teoremas de las áreas de momentos o con el método de la doble
integración, como se tendrá ocasión de ver y aplicar.

El segundo método es el de la distribución de momentos, que se explica y


desarrolla en la sección. Este método es independiente del anterior, aunque la
determinación del diagrama de fuerza cortante y de las reacciones sea común
para ambos. Para aplicar este método se empieza suponiendo que cada tramo
o claro está perfectamente empotrado en sus extremos y se determinan los
momentos de empotramiento perfecto.
 Carga general en una viga cualquiera

 Elástica de una viga cualquiera

 Formula simplificada
4.4.1. VIGAS CONTINUAS CON LOS EXTREMOS EMPOTRADOS

En las vigas continuas con los extremos empotrados, como se demuestra en


seguida, el empotramiento se puede suponer equivalente a un tramo imaginario,
con una carga asimismo imaginaria. La ecuación de los tres momentos se aplica
exactamente igual, incluso al tramo imaginario, pero teniendo en cuenta que
todos los términos que se refieren a este último son nulos.

En la figura a se representa el último tramo de una viga continua cuyo extremo


B está empotrado. Los valores M1 y V1 se deben a las cargas que actúan en el
resto de la viga a la izquierda de V1. El extremo B se supone empotrado
horizontalmente, es decir, la tangente a la elástica en B es horizontal. El efecto
de un empotramiento se puede sustituir por el efecto de otra viga simétrica y
simétricamente cargada, como si B fuera un espejo, como se indica en la figura
b. En efecto, debido a la simetría de forma y carga, la tangente a la elástica en
B sería horizontal sobre el apoyo, lo mismo que si se tratase del empotramiento
real existente. Al aplicar la ecuación de los tres momentos a los claros 1 y 2 de
la figura b se obtiene

 Un extremo empotrado equivale a un tramo imaginario

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