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tema

20 MATEMÁTICAS

El lenguaje algebraico.
Símbolos y números.
Importancia de su desarrollo y
problemas que resuelve.
Evolución histórica del álgebra.
24-13812-13

Temario 1993
tema 20

matemáticas

1. El lenguaje algebraico

2. Símbolos y números
2.1. Números

2.2. Símbolos

3. Desarrollo y problemas que resuelve

4. Evolución histórica del álgebra


4.1. Primera etapa
4.1.1. Los orígenes
4.1.2. El Álgebra en la cultura egipcia
4.1.3. El Álgebra en la cultura mesopotámica

4.2. Segunda etapa


4.2.1. El Álgebra en la cultura griega
4.2.2. El Álgebra en la cultura china
4.2.3. El Álgebra en la cultura hindú
4.2.4. El Álgebra en la cultura árabe
4.2.5. El Álgebra en la edad media y el renacimiento

4.3. Tercera etapa (s. xviii en adelante)


4.3.1. El Álgebra en los siglos XVIII y XIX
4.3.2. El Álgebra abstracta

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INTRODUCCIÓN

Se denomina Álgebra a la parte de las matemáticas que trata del cálculo de las cantidades
consideradas en general, esto es, independientemente de toda magnitud numérica y de todo
sistema de numeración.
El Álgebra tiene por fin generalizar y simplificar la resolución de las cuestiones relativas
a los números, determinando las operaciones que hay que ejecutar para hallar cierto resul-
tado.
El conocimiento del álgebra es indispensable para obtener una formación matemática ade-
cuada. Tradicionalmente, se ha venido hablando de las denominadas Álgebra Elemental y
Álgebra Superior, con el ánimo de hacer dos categorías atendiendo a la evolución y com-
plejidad de los conceptos englobados en cada una de ellas.
Un estudio pormenorizado de esta ciencia nos llevaría a analizar conceptos tan amplios
e imprescindibles como los de sistemas de ecuaciones lineales, matrices, polinomios y
raíces, formas cuadráticas, espacios lineales (álgebra lineal), espacios vectoriales (álgebra
vectorial), espacios euclídeos, grupos y cuerpos, etc.
Para la exposición de las diferentes áreas incluidas en esta disciplina, a lo largo de los si-
glos, se ha ido configurando un conjunto específico de conceptos, expresiones, símbolos y
números que permiten expresar y homogeneizar toda la teoría existente. Este amplio con-
junto recibe la denominación común de lenguaje algebraico.

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1 El lenguaje algebraico
Es común pensar que el origen del Álgebra empieza cuando, para representar
números, se comienzan a utilizar letras y símbolos, pero en realidad comienza
cuando los matemáticos empiezan a centrar su interés, además de en los números
en sí mismos, por las operaciones que se pueden realizar con ellos de forma gene-
ral y abstracta; podemos decir que este es el gran paso de la aritmética al álgebra.
Pero el desarrollo del álgebra no ha sido un proceso lineal ni en el tiempo ni en
el espacio ya que no ha sido el mismo ni dentro de cada cultura ni dentro de cada
grupo de matemáticos, lo que si que podemos decir, es que, la constitución del
lenguaje algebraico ha sido clave para su evolución.
Aunque la configuración actual del lenguaje algebraico ha surgido tras una evo-
lución iniciada por los griegos de la época clásica, fue Diofanto, en el declinar de
la Matemática Griega, quien utiliza por primera vez un símbolo literal para repre-
sentar una incógnita en una ecuación. A partir de aquí, y en paralelo con la propia
evolución del álgebra, se empezará a desarrollar un sistema de notaciones alge-
braicas adecuado para expresar leyes abstractas. Fueron matemáticos como Vieta
(empieza a usar las letras no sólo para incógnitas, sino para representar números
dados) y Descartes quienes definitivamente asentaron las bases y principios del
lenguaje algebraico casi tal y como se conoce actualmente.
Si que hay que indicar que, en un principio, el hecho de que no hubiese un único
lenguaje algebraico y la utilización de los distintos lenguajes por parte de los
diferentes matemáticos originó que éstos no fuesen bien considerados, tanto es
así que algunos matemáticos trivializaran el estilo simbólico e insistían en que
era una pérdida de tiempo. Sin embargo, sus difusores lo consideraban el corazón
del Álgebra, defendiendo su claridad y el hecho de que el simbolismo algebraico
permitiera a primera vista ver complejas relaciones matemáticas.
Para que un método simbólico o lenguaje sea satisfactorio, no sólo debe expresar
de manera clara y concisa el propósito para el que fue pensado, sino que debe ser
conveniente para efectuar operaciones con él, aportando simplicidad y claridad
en su manejo. El lenguaje algebraico configurado a través de los siglos, cumple
este doble propósito, y cualquier evolución o ampliación que se hace del mismo,
mantiene presente en todo momento estas premisas.
El conocimiento del lenguaje algebraico es imprescindible para poder abordar el
estudio de las distintas áreas incluidas dentro del Álgebra, ya que todas ellas harán
uso de él para expresarse.

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Como ejemplo de la evolución del lenguaje algebraico veamos como expresaron


distintos matemáticos en diferentes épocas la ecuación: 3x2 –5x + 6 = 0
Regiomontano (1464) : 3 CENSUS ET 6 DEMPTIS 5 REBUS AEQUATUR ZERO
Luca Pacioli (1494) : 3 CENSUS P 6 DE 5 REBUS AE 0
Stevin (1585) : 32 - 51+6 . = 0
Vieta (1591) : 3Q - 5N + 6 ae 0
Descartes (1637) : 3xx - 5x + 6 = 0

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2 Símbolos y números
La historia de la Matemática revela que muchos de los símbolos utilizados hoy
en día han sido determinados mediante un largo proceso evolutivo que ha durado
incluso siglos.
En la utilización de símbolos se ha de observar que:
„„ Debe enunciarse claramente que representa cada símbolo.
„„ Si intervienen medidas de cualquier clase, debe definirse claramente la unidad
empleada.

2.1. Números

Para representar cantidades (generales o abstractas) utilizadas por el Álgebra se


usan las distintas letras del alfabeto, por ser de uso mucho más cómodo y fácil que
ninguna otra clase de caracteres. Por muchas cantidades que se necesiten en una
expresión, el Álgebra siempre dispone de símbolos distintos para representarlas,
pues emplea las letras mayúsculas y minúsculas de nuestro alfabeto y del alfabeto
griego. Además, se utiliza igualmente una notación específica creada a partir de
las distintas letras y añadiéndolas el símbolo apóstrofe (‘). Así tendremos a’, b’,
c’, etc., como símbolos que expresen cantidades distintas a las expresadas por las
letras a, b, c, etc. Añadiéndose más apóstrofes tendremos igualmente nuevos sím-
bolos: a’’, b’’’, etc. Otra notación que sirve igualmente para ampliar las posibilida-
des de representación de cantidades es la creada a partir de las letras del alfabeto
seguidas por subíndices. Así, se tiene a1, a2, a3, ..., b1, b2, b3, ..., etc. Esta notación
es muy sencilla y útil cuando se trata de representar una sucesión de n valores,
ya que esto se podrá hacer de la forma a1, a2,..., an, donde queda suficientemente
claro, fijándonos en los subíndices, que se trata de n valores.
Igualmente, es muy común la utilización de las letras del alfabeto griego, tanto
mayúsculas como minúsculas, para la representación de números (recordamos
que fueron éstos los precursores del lenguaje algebraico). Las letras más frecuen-
tes son las siguientes:
α (alfa), β (beta), Γ (gamma), π (pi), σ (sigma mayúscula y minúscula), µ (mu),
τ (tau), θ (teta), Ω (omega), δ (delta), ε (épsilon), etc.
En álgebra no sólo se atiende al valor numérico de las cantidades, sino también
a su posición relativa o modo de existir o al modo como influyen en las opera-
ciones. Cuando se resuelve un problema pueden aparecer dos tipos de cantida-
des: las que tienden al fin que se busca y las que van contra ese fin. A las pri-
meras se las llama cantidades positivas y a las segundas, cantidades negativas.
Las cantidades positivas se representan anteponiendo el signo + (ej.: +a, +b1,
+c’, +); a las cantidades negativas se les antepone el signo – para diferenciarlas
(ej.: –b, –a2, –c’’, –). Por defecto se sobreentiende el signo +.
Hay un signo especial, el denominado «cero» (representado por 0), que se puede
considerar como la carencia absoluta de toda cantidad, o como límite entre las can-
tidades positivas y negativas. El cero aparece primero únicamente como un símbolo
de numeración, para pasar posteriormente a ser considerado como un número.

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2.2. Símbolos

Dado que el álgebra trata primordialmente con expresiones y resultados generales,


para su representación se utilizan además de las letras definidas en el apartado
anterior, otros símbolos apropiados.
Para relacionar las cantidades se utilizan los siguientes símbolos:
„„ El símbolo = expresa la igualdad de dos o más cantidades. Así, a = b significa
que las cantidades a y b son iguales, y se lee «a igual a b».
„„ El símbolo ≠ expresa la desigualdad entre dos o más cantidades; a ≠ b, se lee
«a distinto a b».
„„ Los signos >, <, representan la relación de orden existente entre dos o más nú-
meros. Así a > b indica que la cantidad representada por a es mayor que la repre-
sentada por b, y se lee «a mayor que b». y a < b indica que la cantidad represen-
tada por a es menor que la representada por b, y se lee «a menor que b».
El Álgebra hace uso de las operaciones fundamentales de adición, sustracción,
multiplicación, división y radicación, utilizando los símbolos de +, –, × (ó ·),
/ (ó ÷), .
Dados a y b, representación genérica de dos números cualesquiera, para operar
con dichas letras, se puede proceder de dos maneras distintas:
„„ Asignando valores numéricos a a y b y realizando la operación correspondiente
(si dicha concreción procede).
„„ Operando con las expresiones mismas, sin hacer referencia a valores numéricos.
A lo largo de la historia del Álgebra, y a medida que se han desarrollado nuevos
procesos, se inventan y definen nuevos signos para designar operaciones que se
añaden a los símbolos existentes.
Estas operaciones para números son conocidas como operaciones algebraicas y
la combinación de números y letras mediante operaciones algebraicas se conoce
como expresión algebraica. Ejemplos de expresiones son: 3ab, 5a1 – 4a2, 8a – 5b
+ (-4c).
Por lo tanto, al traducir un cierto problema al lenguaje algebraico, se obtienen
expresiones algebraicas, que son una secuencia de operaciones entre números y
letras. Frecuentemente aparecen igualdades que son de distinto tipo: identidades,
ecuaciones y fórmulas.

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3 Desarrollo y problemas que resuelve


En los orígenes del Álgebra, los matemáticos usaban esta ciencia únicamente para
expresar y resolver ecuaciones y teoremas pero los matemáticos de los distintos
tiempos fueron desarrollando el Álgebra y utilizándola en sus trabajos sobre geo-
metría, física, astronomía… Como consecuencia, el Álgebra cambió de rumbo
y amplió su dominio a todas las ramas y teorías conocidas. Así pues, podemos
concluir, que el espectro de conceptos que se incluyen en el desarrollo del Álgebra
es amplio y de gran riqueza, resolviendo problemas que conciernen al estudio de
muchos campos y ciencias. Es difícil dar una clasificación por lo numerosos y es-
trechamente relacionados que están, en muchos casos, los contenidos que estudia.
Estudios, teorías y campos en los que el álgebra está presente son por ejemplo:
– Estudio de espacios vectoriales. Actualmente, el álgebra lineal se ha extendi-
do para considerar espacios de dimensión arbitraria o incluso de dimensión in-
finita. Los espacios vectoriales permiten definir los espacios afines abstractos
y en general toda la geometría y tienen aplicaciones en muchísimos campos
como en ciencias naturales o en las ciencias sociales, así. por ejemplo, en eco-
nomía, se crean y se trabaja con vectores n-dimensionales para representar el
Producto Interno Bruto de n países diferentes. Los espacios vectoriales son un
tema central en la matemática moderna.
– Análisis de los determinantes y matrices como herramientas importantes para
el estudio de los sistemas de ecuaciones lineales. Igualmente las matrices son
un medio fundamental para la descripción de las aplicaciones lineales entre
espacios vectoriales de dimensión finita y, análogamente, de las aplicaciones
afines entre espacios afines.
– Estudio de las formas bilineales, cuadráticas y hermíticas que encuentran
aplicación en los espacios unitarios y normados.
– Estudio de los valores propios, en estrecha relación con el estudio de los sub-
espacios invariantes y las formas normales de ciertas matrices. Estudios que
aparecen también en otras ramas de la Matemática y tiene una primera aplica-
ción en la clasificación de las hipercuádricas.
– Estudio de las estructuras algebraicas como las de grupo, anillo, cuerpo o
espacio vectorial. Muchas de estas estructuras fueron definidas formalmente
en el siglo XIX, motivado por la necesidad de más exactitud en las definiciones
matemáticas, permitiendo observar con claridad lo intrínseco de las afirmacio-
nes lógicas en las que se basan todas la matemática y las ciencias naturales.
Hoy en día se usa prácticamente en todas las ramas de la matemática.
– Uno de los desarrollos más modernos del Álgebra es la denominada Progra-
mación Lineal. Existen muchos problemas en la Matemática y la Economía
que se reducen a ver si una aplicación L: ℜn→ℜn tiene un mínimo en un sub-
conjunto Z de ℜn. En los casos en que exista dicho mínimo, hay que calcularlo,
así como los puntos de Z en los que L toma ese valor. Se dice entonces que se
trata de un problema de optimización. (Ejemplo: problema de la búsqueda del
camino más cortó entre los posibles al recorrer n lugares dados). Si en particu-

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lar, L: ℜn→ℜn es una forma lineal real y el subconjunto Z viene dado mediante
un sistema de desigualdades lineales, entonces se trata de un problema de pro-
gramación lineal.
Como hemos indicado en varios ejemplos, el método algebraico está presente no
sólo en toda la Matemática, sino en otras áreas del conocimiento como la Mecá-
nica, la Física, la Economía, la Cristalografía… Los conceptos, métodos y resul-
tados del Álgebra Lineal se utilizan frecuentemente en campos como el Análisis
Numérico, la Teoría de Ecuaciones Diferenciales, el Análisis Funcional, la Inves-
tigación Operativa, Criptografía...

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4 Evolución histórica del álgebra


En la antigüedad, el Álgebra fue una parte inseparable de la Aritmética, más tarde
se separó de ella. Esta es la razón por la cual comenzamos hablando de la historia
de la Aritmética.
La Aritmética es la ciencia que opera siempre sobre números concretos, en cam-
bio el Álgebra es, en esencia, la doctrina de las operaciones matemáticas con-
sideradas formalmente desde un punto de vista general, con abstracción de los
números concretos.
El desarrollo de la matemática en general, no lo podemos reducir a la acumula-
ción de una serie de teoremas. Vamos a distinguir 3 etapas en la historia de las
matemáticas y en cada una de ellas estudiaremos la evolución del Álgebra, que es
verdaderamente lo que nos interesa.
„„ Primera etapa: en la cual todo se escribía en lenguaje ordinario y en la que se
van a originar los primeros planteamientos y procedimientos de resolución de
problemas, acompañados de un, cada vez más, sofisticado, lenguaje simbólico.
Es el nacimiento del álgebra.
„„ Segunda etapa: que comenzaremos en Grecia, con Euclides y Diofanto, prin-
cipalmente, y en la que se comienza a introducir algunas abreviaturas, los pri-
meros símbolos algebraicos, que se modernizan, generalizan y adoptan en toda
Europa. Esta segunda etapa con todo su simbolismo y lenguaje formal enlaza
con el Álgebra moderna que corresponde a la tercera etapa de nuestra división.
„„ Tercera etapa, etapa del Álgebra moderna y que continua hasta nuestros días.
Como en la mayor parte de las historias, las fronteras de las etapas que las confi-
guran no están muy claras, pero en el caso de las matemáticas, lo que sí está claro
es la distinción entre ellas y el paso de una a otra.

4.1. Primera etapa

4.1.1. Los orígenes

Comienza en los tiempos más remotos y se extiende hasta el siglo V a. C. Vamos a


hacer un pequeño análisis del proceso que siguió la Aritmética hasta adquirir una
forma sólida.
El concepto de número (positivo) fue elaborado muy lentamente. Para muchas
razas los números mayores que tres no tenían nombre; en otras todo lo que supera
al tres se conocía por la palabra «muchos». Percibían los números como una pro-
piedad inseparable de un conjunto o colección de objetos, pero dicha propiedad
no la distinguían de una manera clara; no se distingue aún de la colección como
número «abstracto».
Todo esto se ha deducido de los nombres que se sabe recibieron algunos números,
un tiempo después, como por ejemplo «mano» que equivalía al número cinco. En
este caso, cinco no se entiende en sentido abstracto, sino en el de «tantos como los
dedos de una mano».

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De este modo se llegaron a utilizar distintos nombres para un mismo número de


objetos: uno para personas, otro para botes, etc.
Tuvieron que pasar muchas generaciones para llegar al concepto «abstracto» de
número. La gente tuvo de repetir muchísimas veces la operación de comparar
entre sí colecciones de objetos y de poner, inconscientemente, en correspondencia
biunívoca los objetos de unas con los de otras colecciones (con el mismo número
de elementos) y así, de esta manera, se descubrieron los números y las relaciones
entre ellos.
Las operaciones con números aparecieron como reflejo de las relaciones entre ob-
jetos concretos, y los hombres se encargaron de establecer ciertas leyes generales
como, por ejemplo, que una suma no depende del orden de los sumandos.
La sociedad fue evolucionando, apareció el Estado y con ello la necesidad de
recaudar impuestos, reclutar y equipar ejércitos, etc., y operar con números muy
grandes así como contar colecciones cada vez mayores de objetos, y el hombre se
vio ante la necesidad de perfeccionar los nombres y símbolos de los números.
Se cree que la introducción de símbolos numéricos fue paralela a la de la escri-
tura y constituyó el primer paso hacia los signos matemáticos y las fórmulas en
general.
El segundo paso consistió en la introducción de signos para las operaciones aritmé-
ticas y la designación literal de las incógnitas. Esto tardó bastante más tiempo.
Pero nuestro actual sistema para escribir los números no se inventó de una vez.
Desde los tiempos antiguos aparecieron en los distintos pueblos símbolos numéri-
cos muy diferentes de los actuales.

4.1.2. El Álgebra en la cultura egipcia

Casi todos los libros de historia de la matemática comienzan hablando de las ma-
temáticas en Egipto porque los documentos más antiguos que conservamos son de
la antigüedad de este país.
El más importante de los documentos conservados es el denominado papiro de
Rhind (nombre que se debe al anticuario escocés Henry Rhind que lo compró) o
papiro de Ahmes (por el escriba que lo copió y firmó hacia el 1650 a.C.)
Este papiro que mide unos 6 metros de largo y 33 cm de ancho, representa la mejor
fuente de información sobre matemática egipcia que se conoce. Escrito en hieráti-
co, consta de 87 problemas y su resolución. Nos da información sobre cuestiones
aritméticas básicas, fracciones, cálculo de áreas, volúmenes, progresiones, repar-
tos proporcionales, reglas de tres, ecuaciones lineales y  trigonometría básica.
De toda la información que nos transmite, podemos deducir que los egipcios eran
buenos para el cálculo pero no usaban el álgebra más elemental, ya que en el
papiro se muestran ecuaciones lineales sencillas que resuelven tras largas opera-
ciones.
En el papiro, antes de proponer y resolver los problemas de álgebra se muestran
dos tablas que facilitan los cálculos: una tabla de descomposición de n/10 para

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n = 2,...,9, en fracciones de numerador 1 y otra tabla en la que se muestran las


fracciones de numerador 2 y denominador impar (entre 5 y 101) como suma de
fracciones de numerador 1.
Ejemplos del uso del álgebra que encontramos en el papiro son:
„„ Ecuaciones lineales resueltas utilizando las tablas antes nombradas
„„ Ecuaciones resueltas por «regula falsi»
„„ Ecuaciones lineales  resueltas mediante divisiones
„„ Ecuaciones lineales resueltas mediante la regla de la falsa posición
Como ejemplo mostramos la resolución de un problema:
Una cantidad y 1/7 de la misma da 19. ¿Cuál es la cantidad?
El problema, escrito en el actual lenguaje algebraico, consistiría en resolver la
ecuación:
x
x+ = 19
7

Para resolverlo comienzan partiendo de una posible solución, 7, y calculan el


valor de:
7
7+ =8
7

Para averiguar la solución hay que encontrar un número que al multiplicarlo por
el resultado de aplicar el valor que han considerado, 7, nos de 19, es decir hay que
dividir 19/8. El valor buscado entonces será 7 multiplicado por ese número.
Tras varias operaciones obtienen que la solución, expresada, por supuesto, en
fracciones unitarias es:
1 1
16 + +
2 8

Hay que indicar también que el número a determinar, x, lo llamaban «aha» que
podríamos traducir como «montón» o «cantidad»

4.1.3. El Álgebra en la cultura mesopotámica

Los babilonios, cuya cultura se extendió entre el año 5000 a.C. y los primeros
años de nuestra era, manejaban con soltura los cálculos algebraicos.
Eran capaces de resolver cualquier ecuación de segundo grado que tuviera solu-
ciones positivas. Hay que tener en cuenta que hasta la edad moderna no se con-
templan soluciones negativas ya que los números negativos no fueron aceptados
hasta el siglo XVIII. En la época de los babilonios las ecuaciones de segundo
grado se clasificaban en tres tipos:
ax 2 + bx + c = 0; ax 2 − bx + c = 0 y ax 2 − bx − c = 0 , con a, b, c positivos,
ecuaciones que sabían resolver mediante transformaciones, como multiplicar la
ecuación por un número.

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Así por ejemplo, si la ecuación era del tipo ax + bx = c , la resolvían multipli-


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cando por «a» para convertirla en (ax) + b(ax) = c y hallando «ax» en primer
2

lugar. Este es el primer ejemplo de sustitución de la incógnita para resolver ecua-


ciones y un gran hallazgo para los primitivos babilónicos.
Una de las tablas de uso más frecuente en el álgebra babilónica es la de los va-
lores de n3 + n2 siendo « n « un número natural. Utilizaban estas tablas para re-
solver ecuaciones cúbicas del tipo n3 + x2 = a. Si en la ecuación aparecían coefi-
cientes, la transformaban para completar el cubo y sustituían la incógnita igual
que en las de 2º grado. Así, para la ecuación ax3 + bx2 = c multiplicaban por
a2 / b y hallaban ax / b.
El uso de la sustitución de la incógnita les permitió resolver algunas ecuaciones de
4º o 8º grado, las que hoy llamamos bicuadradas.

4.2. Segunda etapa

4.2.1. El Álgebra en la cultura griega

El álgebra continuó su constante progreso en la antigua Grecia. Fue en Grecia,


donde se hizo popular la creación de escuelas, en donde los grandes pensadores de
la época daban resolución a los problemas más populares de geometría, álgebra,
y trigonometría.
Los matemáticos de la Grecia Antigua (VI – IV a. C.) consideraban hasta ese
momento que todos los números eran racionales. Esta situación paradójica la re-
solvieron considerando los números como segmentos. Esto supuso una quiebra en
el desarrollo de la aritmética, pero condujo a que el conjunto de las magnitudes
geométricas fuese más completo que el conjunto de los números racionales. Esto
supuso la creación de un cálculo general en forma geométrica llamado álgebra
geométrica.
Hemos de señalar que los únicos útiles empleados en los métodos de construc-
ción del álgebra geométrica fueron la regla y el compás. Sin embargo el álgebra
geométrica no llegó a convertirse en una teoría matemática general ya que es po-
sible enunciar problemas que no admiten solución utilizando únicamente regla y
compás. Algunos de los problemas más conocidos son: la duplicación de un cubo
(construir un cubo de doble volumen que otro dado), la trisección del ángulo y la
cuadratura del círculo.
Al hablar de la Matemática en Grecia siempre hay que pararse en la figura de
Euclides (325 a.C.-265 a.C.). Euclides es, sin lugar a dudas, uno de los mayores
matemáticos de la Antigüedad y también de todos los tiempos. Se conoce poco de
la vida de Euclides, sin embargo, su obra sí es ampliamente conocida. Sabemos
que vivió en Alejandría, al parecer en torno al año 300 a.C. convocado por Tolo-
meo para fundar una escuela de estudios matemáticos llamada Primera Escuela de
Alejandría. Por otra parte también se dice que estudió en la escuela fundada por
Platón.

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Aunque el nombre de Euclides está ligado a la geometría, al escribir, el que pro-


bablemente es el libro más famoso de la historia de la Matemática, Los Elemen-
tos, también se ocupó del álgebra, aunque eso si, geométricamente. El libro II de
Los Elementos trata del álgebra geométrica y en él, por ejemplo, se establecen las
equivalencias geométricas de diferentes identidades algebraicas.
Un ejemplo de ecuación que resuelve en este libro mediante medios geométricos
es la resolución de la ecuación: x2 + ax = a2. Para resolverla parte de un cuadrado
de lado a y mediante construcciones geométricas traza un rectángulo cuya área es
justamente el área del cuadrado inicial, obteniendo x como uno de los lados del
rectángulo construido.
En el siglo III el matemático griego Diofanto de Alejandría (nacido alrededor del
200/214 - fallecido alrededor de 284/298) publicó la obra «Aritmética» (libro que
constaba de trece libros de los que sólo se han hallado seis), en el cual, realiza sus
estudios de ecuaciones con variables que tienen un valor entero, las ecuaciones
diofánticas. Por primera vez en la historia de las matemáticas griegas, se trataron
de una forma rigurosa las ecuaciones de primer y segundo grado. Diofanto contri-
buyó también introduciendo nuevos símbolos de notación, símbolos que hoy por
hoy no utilizamos pero que significaron importantes novedades en su tiempo. Un
ejemplo es el uso de un único símbolo para referirse a la incógnita, el símbolo ele-
gido fue la primera sílaba de la palabra griega arithmos (número). Los problemas
de álgebra que propuso derivarían siglos después en «la teoría de ecuaciones». A
pesar de sus métodos rudimentarios, Diofanto es considerado uno de los precurso-
res del álgebra moderna, siendo, para muchos matemáticos, el padre del Álgebra.
Conocido es el problema redactado en su epitafio en el que nos desvela la edad a
la que murió:
«Transeúnte, esta es la tumba de Diofanto: es él quien con esta sorprendente dis-
tribución te dice el número de años que vivió. Su niñez ocupó la sexta parte de su
vida; después, durante la doceava parte su mejilla se cubrió con el primer bozo.
Pasó aún una séptima parte de su vida antes de tomar esposa y, cinco años des-
pués, tuvo un precioso niño que, una vez alcanzada la mitad de la edad de su
padre, pereció de una muerte desgraciada. Su padre tuvo que sobrevivirle, llorán-
dole, durante cuatro años. De todo esto se deduce su edad.»
Si x es la edad que vivió Diofanto, entonces:
x x x x
+ + +5+ + 4 = x
6 12 7 2

resolviendo la ecuación y según el problema planteado, Diofanto falleció a la edad


de 84 años.

4.2.2. El Álgebra en la cultura china

La Aritmética alcanzó ya hacia los siglos II y I a.C. un alto nivel en China, encon-
trándose (alrededor del año 300 a.C.) un documento en el que se ven indicaciones
relativas al teorema de Pitágoras pero tratadas algebraicamente.

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Es en China donde por primera vez en la historia se hace uso de coeficientes nega-
tivos y dan reglas para operar con ellos, al dar la forma de resolver un sistema de
tres ecuaciones de primer grado, aunque las soluciones se siguen buscando entre
los números positivos.
Hacia el siglo VI a. C. los chinos conocían métodos de resolución de las ecuacio-
nes indeterminadas más sencillas y técnicas primitivas para la resolución aproxi-
mada de las ecuaciones de tercer grado.

4.2.3. El Álgebra en la cultura hindú

Al finalizar la ciencia griega, Europa se estanca científicamente y el centro del


desarrollo matemático se desplaza a la India, Asia Central y los países árabes.
Aunque desde el siglo II a.C. existió en la India una ciencia matemática fue du-
rante los siglos I al VIII d.C. cuando los matemáticos hindúes lograron un mayor
desarrollo. A este desarrollo ayudaron, sin duda alguna, los contactos con el mun-
do griego así como con la cultura árabe.
A los matemáticos hindúes se les debe nuestro sistema de numeración actual y sin
ninguna duda, las innumerables ventajas de este sistema impulsaron y aceleraron
el desarrollo de las matemáticas. Los matemáticos hindúes fueron en su mayor
parte astrónomos, y ello dio lugar a que el desarrollo de la matemática a su vez im-
pulsará los cálculos astronómicos. En cuanto a su contribución en el desarrollo del
álgebra cabe destacar la obra de Bhaskara (siglo II) y Brahmagupta (sigloVII).
Bhaskara escribió un tratado de aritmética en el que exponía el procedimiento
de cálculo, no de forma geométrica como los griegos sino algebraica, de las raí-
ces cuadradas. Hay que decir que los hindúes tenían símbolos especiales para las
operaciones algebraicas, como por ejemplo la extracción de raíces. Brahmagupta
dio una solución general de la ecuación difántica, demostrando que para que la
ecuación tenga soluciones enteras, el término independiente debe ser múltiplo del
máximo común divisor de los coeficientes de las incógnitas.
Los hindúes aceptaron los números negativos y comenzaron a operar con mag-
nitudes irracionales del mismo modo que con las racionales pero, a diferencia de
los griegos, sin representarlas geométricamente. Así comienza el camino hacia el
álgebra formal, camino que continuaron los árabes.

4.2.4. El Álgebra en la cultura árabe

El camino hacia el álgebra formal iniciado por los hindúes lo continuaron los
árabes en el siglo VI estructurando el álgebra en tres ramas: las ecuaciones, los
irracionales, y las incógnitas, e intentando con ellas crear una única ciencia que,
basándose en el cálculo, pudiera servir a las necesidades de todos los trabajos,
desde comerciantes hasta contables. A partir del siglo XII esta disciplina, comple-
tamente constituida, contaba con sus propios especialistas: los algebristas.
El matemático más relevante en el desarrollo del álgebra fue Al-Kwarizmi, quien
escribió el primer tratado árabe del álgebra. La idea central de este tratado era
sintetizar una multitud de conocimientos relativos a la resolución de problemas
enseñando el uso y la resolución de ecuaciones tanto lineales como cuadráticas

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con coeficientes enteros y fraccionarios y positivos, ecuaciones que en la práctica


necesitaban los comerciantes y calculistas de su tiempo. Al-Kwarizmi identifica
seis ecuaciones canónicas a las que en principio todo problema debería poderse
reducir; y propone un algoritmo para la resolución de cada una de ellas. Algunos
de los algoritmos propuestos ya se conocían en la cultura egipcia, babilónica o
india, sin embargo fue la clasificación de las ecuaciones y la elaboración de un vo-
cabulario tanto para los objetos, las relaciones y los razonamientos matemáticos lo
que hace que sea una obra de gran importancia. De su obra han derivado muchas
palabras que hoy utilizamos como álgebra, algoritmo, raíz...

4.2.5. El Álgebra en la edad media y el renacimiento

La principal influencia árabe podemos decir que empezó a tener su impacto en el


mundo europeo sobre todo a partir del siglo XII, cuando representó ese extraordi-
nario puente entre los intelectuales europeos y la Antigüedad griega. En muchas
ocasiones, las primeras versiones que recibieron los europeos de los textos clási-
cos de la Antigüedad (tanto en matemáticas, medicina, química y otras áreas del
conocimiento y las técnicas) fueron textos y obras traducidos por los islámicos al
arábigo.
Leonardo Fibonacci (1170, 1240) jugó un papel muy importante al revivir e in-
troducir en Europa las matemáticas de la cultura árabe, al mismo tiempo que reali-
zó importantes contribuciones propias. Fibonacci nació en Italia pero fue educado
en África del Norte donde su padre ocupaba un puesto diplomático. Todo esto le
dio la oportunidad de conocer las enormes ventajas del sistema de numeración
usado en esos países.
Su obra, «Liber abaci», publicada en el 1202 después de retornar a Italia, está
constituida de conocimientos de aritmética y álgebra que Fibonacci había acumu-
lado durante sus viajes. «Liber abacci» introduce el sistema decimal indo-arábigo
y usa los números arábigos dentro de Europa.
Un problema de dicha obra introduce los números y la serie de Fibonacci por los
cuales este matemático es recordado hoy en día.
En el siglo XVI se dan las soluciones generales de la ecuación cúbica y de la ecua-
ción de cuarto grado al publicarlas Cardano en su obra «Ars Magna». ¿Cómo
Cardano llegó a este resultado?, la historia (incluida en el tema 10 del temario
CEN) es un poco enrevesada pues no fue él quien consiguió encontrar el método
que contenía, veamos como ocurrió.
La ecuación cúbica la resolvió en primer lugar Scipione del Ferro (1465-1526),
que encontró el procedimiento para encontrar una raíz positiva de la ecuación x3 +
px = q (p>0 y q>0), pero parece que lo mantuvo en secreto, nada más se la confió
a un alumno suyo Fiore. Por otro lado, Niccolo Fontana, Tartaglia (1500-1557)
(Niccolo Fontana era sordomudo y de ahí su sobrenombre: Tartaglia, que signi-
fica sordomudo) basándose en lo que él había descubierto, encuentra también la
resolución. Entonces, se manifiesta que, por primera vez, la ecuación cúbica se
había resuelto. Esto origina una polémica pública entre Fiore, que quería que se
reconociera a su maestro, ya muerto, como el autor, y Tartaglia. En 1535 se reta-
ron. Cada contrincante propone 30 ecuaciones al adversario para resolverlas en

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matemáticas

un tiempo fijado. Tartaglia venció en el duelo resolviendo todas las ecuaciones,


cosa que no pudo hacer Fiore, que con las del tipo x3 + px = q (p>0 y q>0) no sabe
como actuar.
Cardano invitó al ganador a su casa para pedirle de buenas maneras que le in-
formará del método que había encontrado para resolver ese tipo de ecuaciones.
Tartáglia se resistió pero acabó comunicándoselo después de que Cardano se com-
prometiera con un juramento a no publicarlo ni a decírselo a nadie. Cardano no
cumplió su promesa y en 1545 publica la obra «Ars Magna», en la cual, haciendo
una magnifica exposición del álgebra, expone también y con todo detalle como se
podía resolver la ecuación cúbica. Además, incluía la resolución de la ecuación de
cuarto grado que había obtenido su alumno Ferrari. Todo esto, como es lógico,
provocó la indignación de Tartaglia que censuró duramente a quien había faltado
de esa forma a su palabra. Se prepara una disputa pública en Milán (1548) pero el
pobre tartamudo, obligado a explicarse, se vio en inferioridad y tuvo que retirarse
ofendido y escondido.
Veamos, aunque con notación actual, el gran teorema de Cardano, tal y como él
lo enunció:
La resolución de un caso particular de la ecuación cúbica.
Teorema: Regla para resolver x3 + mx = n:
Elevar al cubo el coeficiente de x dividido por 3; añadir a esta cantidad el cuadra-
do de la constante de la ecuación dividida por dos; y extraer la raíz cuadrada de
esta suma. Duplicar (repetir) esta operación, y a una de las dos añadir la mitad
del número que se ha elevado al cuadrado y a la otra restarle la mitad de la mis-
ma cantidad... Luego, sustrayendo la raíz cúbica del primero de la raíz cúbica del
segundo, el resto será el valor de x.
La notación algebraica se perfeccionó debido a la introducción de los símbolos
algebraicos. Matemáticos que intervinieron de manera decisiva en este aspecto
fueron Viète y Descartes. A partir de este último, muy poco ha variado la notación
algebraica. Es también, en esta época, cuando aparecen en Europa las fracciones
decimales.
A mediados del siglo xvii y en Gran Bretaña, Neper inventó los logaritmos, que
ayudaron en los cálculos astronómicos, y Briggs calculó las primeras tablas de
logaritmos decimales.
Apareció simultáneamente en Europa, la teoría de las combinaciones y la fórmula
general del Binomio de Newton.
Al parecer, desde mediados del siglo xvii, el nacimiento del Análisis hizo que se
despreciase un poco el Álgebra. Este nacimiento fue debido al interés que empe-
zaron a cobrar los estudios sobre magnitudes variables.
Así pues, llegamos a una etapa de transición en la que se pasa de la matemática
elemental, la matemática de las magnitudes constantes, a la matemática superior
o matemática de las magnitudes variables.
Y, de esta manera, se completó a comienzos del siglo xviii la estructura del Ál-
gebra elemental.

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4.3. Tercera etapa (s. xviii en adelante)

4.3.1. El Álgebra en los siglos XVIII y XIX

Como ya anticipábamos en el apartado anterior, la primera parte de esta etapa


representa ante todo el nacimiento del Análisis matemático.
Esto explica el hecho de que la composición de fuerzas y la de velocidades (que
eran ya conocidas en Mecánica desde finales del siglo xvii) no repercutieran de
ninguna forma en Algebra, a pesar de ser la semilla, por decirlo de algún modo
del cálculo vectorial.
La suma de vectores se comenzó a emplear a finales del siglo xviii y comienzos del
xIX, una vez que se hubieron representado geométricamente los números complejos.
Como veremos más adelante, fue en la primera mitad del siglo xIX, cuando em-
pezaron a surgir nuevas teorías que contribuyeron a cambiar de alguna manera el
concepto que sobre el Álgebra se tenía y, al mismo tiempo, ampliaron su campo
de estudio considerablemente.
Originariamente, el Álgebra se ocupaba de las operaciones matemáticas con nú-
meros que más tarde fueron sustituidos por letras y los cuales se operaban de
acuerdo a unas reglas preestablecidas.
El Álgebra contemporánea mantiene estos principios, pero ampliándolos consi-
derablemente. Así, comienza a considerar magnitudes de naturaleza mucho más
amplia que la de los números y realiza con ellas operaciones bastante análogas a
las del Algebra elemental.
Es en esta etapa cuando la noción de ley de composición se extiende a objetos que
tienen un parecido bastante remoto con los números.
Por una parte Gauss, apoyándose en una serie de resultados obtenidos por La-
grange sobre relaciones de equivalencia en un conjunto de formas cuadráticas con
el mismo discriminante, realiza una serie de estudios y, debido a unas indicaciones
que da sobre el tema, podemos pensar que llegó a reconocer, al menos en este caso
particular, la estructura general de los grupos abelianos finitos.
Por otra parte, debemos mencionar también aquí como hecho importante, una se-
rie de trabajos sobre la teoría de sustituciones desarrollados a partir de ideas de
Lagrange, Vandermonde y Gauss, y que dieron lugar a la noción de grupo.
Debemos también mencionar a Ruffini y Cauchy como matemáticos que definie-
ron, por primera vez, el producto de dos permutaciones de un conjunto finito.
Pero es Galois el verdadero iniciador de esta teoría. Es él, el que primero pro-
fundiza en el estudio de los grupos de permutaciones y el que primero define la
noción de subgrupo invariante. También se debe a él, la primera idea acerca de la
representación lineal de grupos, lo que nos induce a pensar que poseía la noción
de isomorfía de dos estructuras de grupo.
Sin embargo, tanto Gauss como Galois, no pudieron desarrollar sus ideas sobre la
noción de ley de composición, de la que tenían una concepción bastante amplia, y
no influyeron de manera directa sobre la evolución del Álgebra abstracta.

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4.3.2. El Álgebra abstracta

Fueron los algebristas de la escuela inglesa los que hicieron progresos claros hacia
la abstracción, a mediados del siglo xIX. Reflexionando sobre los imaginarios,
llegaron a la noción abstracta de ley de composición, y amplían así el campo alge-
braico: el álgebra de la lógica con Boole; vectores, cuaterniones y sistemas hiper-
complejos generales con Hamilton; matrices y leyes no asociativas con Cayley.
Paralelamente en el continente existe una evolución en el Cálculo Vectorial (Móe-
bius), Álgebra Lineal y los Sistemas Hipercomplejos (Grasmann).
Todo esto hizo modificar de alguna manera la noción que se tenía de Álgebra.
Anteriormente giraba en torno a la resolución de ecuaciones algebraicas. Después
de la primera mitad del siglo xIX, los trabajos se centran, fundamentalmente, en
el estudio de las estructuras algebraicas por sí mismas.
La escuela alemana del siglo xIX (Dirichlet, Kronecker, Hilbert...), construyó
la teoría de números algebraicos, que surgió de la obra de Gauss que realizó el
primer estudio de este género. A partir de Gauss se introducen las nociones de
cuerpo, ideal (Dedekind), etc.
El desarrollo del Álgebra lineal y de los sistemas hipercomplejos prosigue sin
interrupción durante el siglo xIX y principios del xX en distintos países como
Inglaterra (Sylvester, W. Clifford), América (Dickson, Welderburn), Alemania,
(Weierstrass, Frobenius) y Francia (Laguerre, Cartan), independientemente de
los anglosajones y siguiendo métodos diferentes.
En cuanto a la teoría de grupos, después de los trabajos de Galois, cabe mencionar
a C. Jordan que, entre otros estudios, introdujo la noción de grupo cociente y
demostró una parte del teorema conocido con el nombre de teorema de Jordan-
Hölder.
Años después, S. Lie y por otra parte Klein y Poincaré, desarrollarían en dos
direcciones diferentes la teoría sobre grupos infinitos, cuyo primer estudio se atri-
buye también a Jordan.
Mientras tanto los matemáticos se habían ido dando cuenta de que lo importante
en un grupo es su ley de composición y no la naturaleza de los elementos que lo
forman.
Cerramos esta historia sobre la teoría de grupos, dando a conocer las dos herra-
mientas más empleadas, incluso hoy día, en el estudio de los grupos finitos: los
teoremas de Sylow y la teoría de los caracteres creada por Frobenius.
Digamos, por último, que fue W. Dyck el primero en definir el grupo libre engen-
drado por un número finito de generadores, pero todavía no le nombra como tal.
Será un topólogo, J. Nielsen, el que introducirá (1924) la terminología de «grupo
libre», y un poco después, otro topólogo. E. Artin introduce la noción de producto
libre de grupos.
Por otra parte, hemos de decir también que la noción de grupo tuvo una acogida
muy buena en otros campos de la Matemática, como el Análisis, la Geometría y,
fuera de ella, como en Mecánica y Física teórica.

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matemáticas

BIBLIOGRAFÍA

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sidad, 2003.
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GODEMENT, R.: Álgebra. Ed. Tecnos, 1983.
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MAHDI ABDELJAOUAD.: La demostración en el álgebra de los árabes. Año 2002
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FRANCESC NICOLAU I POUS: La matemàtica i els matemàtics. Editorial Claret. Barcelona,
2000.

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RESUMEN

El lenguaje algebraico.
Símbolos y números.
Importancia de su desarrollo y problemas que resuelve.
Evolución histórica del álgebra.

1.
1 El lenguaje algebraico
La configuración actual del lenguaje algebraico ha surgido tras una evolución iniciada por
los griegos de la época clásica. Su conocimiento es imprescindible para poder abordar el
estudio de las distintas áreas incluidas dentro del álgebra.

2.
2 Símbolos y números
Para representar cantidades (generales o abstractas) utilizadas por el Álgebra se usan las
distintas letras del alfabeto, por ser de uso mucho más cómodo y fácil que ninguna otra
clase de caracteres.
Además, dado que el álgebra trata primordialmente con expresiones y resultados genera-
les, para su representación se utilizan además de las letras otros símbolos apropiados.

3.
3 Importancia de su desarrollo y problemas que resuelve
En un principio, el Álgebra era utilizada por los matemáticos para expresar y resolver
ecuaciones y teoremas. Con el paso del tiempo el Álgebra se fue desarrollando ampliando
su dominio a todas las teorías conocidas. Podemos concluir que el espectro de conceptos
que se incluyen en el desarrollo del Álgebra es amplio y de gran riqueza, resolviendo pro-
blemas que conciernen al estudio de muchos campos y ciencias.

4.
4 Evolución histórica del álgebra
Como en la mayor parte de las historias, las fronteras de las etapas que las configuran no
están muy claras, pero en el caso de las matemáticas, lo que sí está claro es la distinción
entre ellas y el paso de una a otra.

4.1. Primera etapa


En la cual todo se escribía en lenguaje ordinario y en la que se va a originar los primeros
planteamientos y procedimientos de resolución de problemas, acompañados de un, cada
vez más, sofisticado, lenguaje simbólico. Es el nacimiento del álgebra.

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4.1.1. Los orígenes

4.1.2. El álgebra en la cultura egipcia

4.1.3. El álgebra en la cultura mesopotámica

4.2. Segunda etapa


Comenzaremos en Grecia, con Euclides y Diofanto, principalmente, y en la que se co-
mienza a introducir algunas abreviaturas, los primeros símbolos algebraicos, que se mo-
dernizan, generalizan y adoptan en toda Europa. Esta segunda etapa con todo su simbolis-
mo y lenguaje formal enlaza con el Álgebra moderna que corresponde a la tercera etapa
de nuestra división.

4.2.1. El álgebra en la cultura griega

4.2.2. El álgebra en la cultura china

4.2.3. El álgebra en la cultura hindú

4.2.4. El álgebra en la cultura árabe

4.2.5. El álgebra en la edad media y el renacimiento

4.3. Tercera etapa


Etapa del Álgebra moderna y que continua hasta nuestros días.

4.3.1. El álgebra en el siglo XVIII y XIX

4.3.2. El álgebra abstracta

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