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Ensayo: El discurso sobre el poder en Michael Foucault

¿Qué es el poder? ¿Qué se entiende por discurso? ¿Qué relación existe entre discurso y
poder? Son muchas las preguntas que le hacen algunos estudiantes a este filósofo, sin embargo
dentro de una descripción fenomenológica, se intenta deducir del discurso aquello que afecta al
sujeto hablante, se intenta encontrar a partir del discurso cuáles son las intencionalidades del
sujeto hablante, un pensamiento que se está haciendo. Comprendo que el tipo de análisis del
cual habla Foucault no trata del problema del sujeto hablante, sino que examina las diferentes
maneras en las que el discurso desempeña un papel dentro de un sistema estratégico en el que el
poder está implicado y gracias al cual funciona. Esto indica que el poder no está, por tanto, al
margen del discurso puesto que el poder no es ni fuente ni origen del discurso. EI poder, por lo
tanto, es algo que opera a través del discurso, puesto que el discurso mismo es un elemento en
un dispositivo estratégico de relaciones de poder. He aquí donde surge mi pregunta ¿es entonces
el poder lo que le da sentido al discurso? En realidad Foucault describe que no, ya que el
discurso es una serie de elementos que operan dentro del mecanismo general del poder. En
consecuencia, hay que considerar el discurso como una serie de acontecimientos,
acontecimientos políticos, a través de los cuales el poder se transmite y se orienta. De estos
renglones me queda claro porque Foucault responde a uno de los estudiantes (poniendo un
ejemplo), acerca del problema de la locura, del discurso sobre la locura y todo lo que ha sido
dicho en ciertas épocas sobre ella, menciona que:

“El poder no está en la persona que escribe este discurso, o qué forma de pensar o
incluso de percibir la locura ha penetrado en la conciencia de la gente de una época
determinada sino más bien, el poder incide en la forma de examinar, inspeccionar, y
reconocer el discurso sobre la locura, indagar las instituciones que se han encargado
de él, la ley y el sistema jurídico que lo ha regulado y la forma en que los individuos
se han encontrado excluidos por el hecho de que no tenían empleo o de que eran
homosexuales”.1

Indudablemente desde Michael Focucault todos estos elementos pertenecen a un


sistema de poder del que el discurso no es más que un componente ligado a otros componentes.
En realidad son elementos de un conjunto. Desde aquí reconozco que el análisis acerca de la
locura consiste en describir las correspondencias y relaciones recíprocas entre todos estos
elementos, de esta manera se llega al conocimiento de lo que es el poder. Ahora bien, es
1
Foucault, Michel. Estética, ética y hermenéutica, Barcelona, Ed. Paidós, 1999, p. 60
importante aclarar que la noción de estructura para Foucault tiene sentido como lo fue para Karl
Marx, quien hablaba del materialismo social, la cual es un método de interpretación y critica de
la realidad (históricamente producida) en la que la última palabra lo tiene lo concreto (los
hechos) y no el pensamiento. Si la realidad se encuentra fracturada, su recomposición debe
hacerse efectiva en lo material y no solo en el pensamiento (como en Hegel) solucionar el
antagonismo en lo político. Me atrevo a decirlo porque para Marx es la realidad lo que tiene la
última palabra, mientras que para Foucault son los acontecimientos, los hechos, los casos los
que importan aquello que sucede en el momento. Por lo que su interés radica en el problema del
discurso, es decir, el hecho de que alguien ha dicho algo en un momento determinado. No es el
sentido lo que pretende poner en evidencia, sino la función que se puede asignar al hecho de que
eso haya sido dicho en este momento. Esta forma de pensar de Foucault me recuerda a la terapia
Gestalt, la cual su objetivo central es trabajar con el paciente en el aquí y ahora, no se centra en
el pasado, más bien se centra en el momento, en el presente, aunque también prepara al sujeto
para enfrentarse al futuro, y poder desenvolverse a pesar de los conflictos por las que está
pasando, para esta forma de terapia no se trata de solucionarle el problema a la persona, más
bien, consiste en prepararlo, darle herramientas para que él mismo busque una homeostasis o
autorregulación organismica, es decir, del desequilibrio que está viviendo busque la manera para
satisfacer sus necesidades y por el cual puede mantener un equilibrio consigo mismo. Ante esta
situación me llega a la mente aquel libro escrito por Viktor Frankl “el hombre en busca de
sentido” considero que el poder aquí seria (por ejemplo) que el lector encuentre un motivo
porqué vivir, tal vez, poniendo el ejemplo de una persona que fue torturada, violentada,
maltratada extremadamente podemos encontrar frases como “porqué me pasó a mí, que hice
mal, en qué fallé, porqué sigo vivo, debí morir, no merezco esto o aquello” es importante
devolverle que no fue su culpa, y buscar que vea el lado positivo a través de un
acompañamiento psicosocial, pero aquí lo importante sería que encuentre un porqué vivir, para
así proceder con el cómo lograrlo, Frankl gusta de citar a Nietzsche: "Quien tiene un porque
para, vivir, encontrará casi siempre el cómo".2 El hablar acerca del discurso sobre el poder, se
trata de considerar que el discurso es como una serie de acontecimientos, de establecer y
describir las relaciones que estos acontecimientos, que podemos llamar acontecimientos
discursivos, mantienen con otros acontecimientos, que pertenecen al sistema económico, al
campo político o a las instituciones. Considerado bajo este ángulo, el discurso no es más que un
acontecimiento como los otros, incluso si los acontecimientos discursivos tienen, con relación a
otros acontecimientos, su función específica. El hablar de acontecimientos me permite ver que
como futura psicóloga estoy poniendo en práctica el discurso sobre el poder, ya que al trabajar
con pacientes se estaría trabajando con diversas problemáticas, con diversos acontecimientos,
2
Frankl, Viktor. El hombre en busca de sentido, Barcelona, Ed. Herder, 1979, p. 8
hechos, casos, el poder para mí sucede cuando al trabajar con estas personas se busca que la
persona llegue a su capacidad de insight que se dé cuenta del porqué de ciertas situaciones, yo
considero que todo psicoterapeuta pone en práctica el poder a través de su discurso, porque no
existe una estructura o pasos, por el cual guiarse para trabajar con determinada problemática,
con personalidades de diferente tipo, he ahí donde funge el verdadero poder, porque el trabajo es
buscar cómo ayudarle al paciente para que afronte dicha situación. Foucault describe que un
problema distinto es el de identificar cuáles son las funciones específicas del discurso y aislar
ciertos tipos de discurso respecto de otros. Estudia también las funciones estratégicas de
determinadas clases particulares de acontecimientos discursivos dentro de un sistema político o
de un sistema de poder. Para concluir es preciso recordar que el conocimiento no se posee sino
se ejerce, no es una cosa que se tenga, es una estructura que se va ejerciendo, por eso el poder es
el resultado de las relaciones sociales. Pienso que poder es una herramienta o una estructura
solo que en ciertas sociedades no es primero aunque en otros lugares permite una organización y
llega a ser creadora. Finalmente puedo decir que discurso no es sinónimo de poder, discurso es
un solo mecanismo a través del cual el poder se activa, mientras tanto saber es poder porque la
sociedad establece dicotomías o pares para comparar a los sujetos.

Bibliografía:

Foucault, Michel. Estética, ética y hermenéutica, Barcelona, Ed. Paidós, 1999.


Frankl, Viktor. El hombre en busca de sentido, Barcelona, Ed. Herder, 1979.

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