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1. INTRODUCCION A UNA HISTORIA DE LA PSICOLOGIA SOCIAL por CARL E. GRAUMANN Introduccién: zpor qué estudiar la historia? Los individuos, asf como los grupos —desde las familias hasta las naciones pasando por las instituciones—, tienen su historia. Lo mismo ocurre con fa ciencia y las disciplinas cientificas. Llegar a conocer cualquiera de éstas no es cuestiGn sdlo de averiguar las personas y los temas importantes del momento actual, sino también las personas y temas que fueron importantes en el pasado. En general, cuando se trata de grupos y sistemas sociales no llega- remos a comprender totalmente lo que sus integrantes hacen en la actualidad a menos que tengamos conocimiento acerca de lo que éstos (0 sus predecesores) planearon previamente conseguir para su grupo de pertenencia. La acci6n social come condueta orientada hacia me- tas s6lo puede explicarse si conocemos quién sefialé la meta, cudndo y con qué propésito. Dado que la investigacién social, incluida la psicosocial, ¢s un caso especial de accidn social, a saber, una empresa colectiva, tendriamos que tener algtin conocimiento de la historia discipli- nar si queremos comprender por qué los psicSlogos sociales hacen lo que hacen y la forma en que lo hacen. Lo que llamamos . Una historia de la disciplina titi] debe tener en consideracién las dis: continuidades, inconvenientes, fracasos y callejones sin salida, asi como las continuidades, Exitos y progresos. No debe pretender unidad si lo que hay es pluralismo, como ocurre en le Psicologia social. Finalmente, como con cualquier fenémeno que podamos estudiar, necesita- ‘mos informacién sobre el contexto general, Para la historia disciplinar el contexto no es s6lo el sistema de ciencias, sino también cl sistema social, politico y econémico dentro de los que una disciplina especifica se desarrolla. Fsta es la razin por la que la sociologia de la ciencia se hha convertido en una parte esencial de la historiogratia disciplinar (Harvey, 1965; Lepenies, 1977; Woodward, 1980). La breve introduccién a la historia de la psicologia social que viene a continuacién no Puede satisfacer todas estas demandas metodoldgicas. Pero cualquiera que estuidie la historia INTRODUCCION 23 de la ciencia debe tener algtin conocimiento de los principios de construcci6n de la historia. Con esto pretendemos ayudar a una lectura critica y a la reconsideraci6n de lo que, después de todo, es la razdn de ser del estudio de la historia de la psicologia social. EI largo pasado del pensamiento psicosocial Se ha convertido casi en una rutina referirse al desarrollo de lo que hoy en dfa deno- minamos psicologia con una cita de Ebbinghaus (1908, p. 1): «La psicologia tiene un largo pasado pero slo una breve historia.> Los psicélogos sociales han aplicado repetidamente esta afirmacién a su propia disciplina, Generalmente dejan que la ehistoria» comience en 1908 (0 en Jos 1890), mientras que el «pasado» puede extenderse hasta Platén (427-347 a. de C.) y Aristételes (384-322 a, de C.) 0 incluso hasta los presocriticos (del siglo vu al v a. de C:), dependiendo de cudl sca la filosotia de la sociedad y de la ciencia en la que confia primordial- mente ef historiégrafo y de la amplitud con que conciba a la psicologia social. La decision de hasta dénde debe extenderse el pasado o la historia de la psicologia social y de a quién incluir depende de la concepcién actual que el autor tenga de lo social y de 1o psicoldgico. Dado que no existe psicologia social, ni en forma ni en contenido, antes de finales del siglo xrx, nuestro interés en su largo pasado es un interés por la historia del pensamiento so- cial o filosofia social. Algunas de sus cuestiones centrales son: L._ Si las personas son concebidas como individuos, cada uno de los cuales es tinico, © son esencialmente idénticos a los demés. 2. Si la persona individual es considerada como un producto de Ia sociedad 0, a la inversa, la sociedad es considerada como un producto y una funcién de los individuos que la componen. 3. Sila relacién entre individuo y sociedad es un problema con sentido 0 es la ex- presién de una ideologia oculta. 4, Sila anaturaleza» de los seres humanos es bésicamente egoista y necesita de las téenicas y procesos de educaci6n, moralizacién o socializacién para capacitar a las personas para convivir en grupos, comunidades y Estados, 0 si los seres humanos son sociales por «na- turalezas y son las buenas o malas influencias as que los hacen sociales o antisociales. 5. Si los hombres y mujeres son agentes libres y responsables o estén determinados por fuerzas naturales y sociales. Estas y otras cuestiones antropoldgicas han sido formuladas y contestadas en una va- riedad de formas por los fildsofos a lo largo de los siglos. Las diferentes soluciones ofrecidas son todavia t6picos controvertidos en el pensamiento contemporineo e, inevitablemente, se conyierten en supuestos explicitos o implicitos de la teorizacién psicosocial. Primacia de lo in- dividual sobre lo social, de la mente sobre la materia, de la naturaleza sobre la cultura, de las fuerzas tacionales sobre las irracionales, o las posiciones inversas —apenas existe una teoria psicoldgica de gran escala que no responda, a su manera, a tales cuestiones— Y es aqui donde el fundamento histérico del moderno pensamiento social es evidente y reconocido. Este reconocimiento puede verse, por ejemplo, en el hecho de que las dos principales ramas de pensamiento social hayan sido denominadas platénica y aristotélica, respectiva- mente. Plat6n habia enfatizado la primacia del Estado sobre el individuo, el cual, para con- vertirse en auténticamente social, tenfa que ser educado bajo la responsabilidad de !as autori- dades. Para Aristételes, en cambio, el ser humano es social por naturaleza, y se puede confiar 24 INTRODLUCCION A LA PSICOLOGIA SOCIAL, en que ésta permitir a los individuos vivir juntos ¢ ingresar en las relaciones personales, @ partir de las cuales tas familias, tas tribus y en Gltima instancia el Estado, se desarrollardn de forma natural. Esta diferencia de énfasis entre Platén y Aristételes no deberia exagerarse; sin ‘embargo, ellos son los precussores de dos tradiciones de pensamiento social que, en ios tiem- Pos modernos, han sido distinguidos como enfaque centrado en lo social y enfoque centrado en el individuo. E] primero enfatiza la funcion determinante de las estructuras sociales (siste- ‘mas, instituciones, grupos) sobre In experiencia y 1a conducta individual; el segundo, por el contrario, mantiens que los sistemas sociales se pueden explicar a partir de los procesos y funciones individuales. En fa historia det pensamiento social la concepcidn de la primacia de lo social ha to- mado muchas formas. Para Hegel (1770-1831), el fil6sofo idealista alemdn, el Estado es no solo la forma fundamental de sociedad sino también la encamacién de la mente social (abje- tiva), de la cual las mentes individuales son activos participantes. Las ideas Psicosociales pos- terlores acerca de una mente grupal (supraindividual) han sido derivadas de la concepcién de Hegel. Para aquellos contemportineas nuestros que consideran que la psicologfa social se cen- tra demasiado exclusivamente en el individuo, ia filosofia de la mente social constituye un. modelo significativo (véase Markova, 1982, 1983). Criticos de Hegel, aunque siguiendo su Gnfasis, Marx (1818-1883) y Engels (1820-1895) desarrollaron una teorfa de la historia yde la sociedad segdin la cual el nivel econémico de desarrollo en una sociedad dada (con los mo- dos predominantes de produccién e intercambio), la division resultante de la sociedad en cla- ses y Ta lucha entre estas clases, condiciona Ia vida social ¢ individual: «No es la conciencia. del hombre lo que determina su ser, sino al contrario, su ser social el que determina su con- ciencia> (Marx y Engels, 1962, vol. 1, p. 363). Una psicologia social moderna con base mat xista ha sido desarroliada por Hiebsch y Vorwerg (1980). Si se desea comparar las perspecti- ‘Vas soviética y occidental on psicologia social puede consultarse Strickland (1979). Si bien en el largo pasado de la psicologia social podemos encontrar otras teorias importantes de Ja primacfa de lo social y de la sociedad sobre el individuo, debemos dirigit ‘nuestra atencién ahora a algunos ejemplos de la postura opuesta: los antecedentes filosdficos de una ciencia social centrada en ol individuo. Dado que, hablando de forma general, la psi- cologia —y con ella ia psicologia social— es el estudio de la conducta y de la experiencia indi- vidual, es de esperar importantes influencias de las diversas formas de individualismo sobre la. psicologia. Desafortunadamente, el término cindividualismo» tiene demasiados signit como para resultar de utilidad sin que exista una clarificacién conceptual (Lukes, 1973a). ‘Una de estas clarificaciones, crucial para el psicdtogo, es la nocién de «individuo abstracto», segtin la cual los elementos psicol6gicos basicos humanos (ya sean denominados instintos, ne- cesidades, deseos 0 carencias) «se suponen como dados, independientemente de un contexto social» (1973a, p. 73), Puesto que son invariables, el grupo, la sociedad en general, son una simple unién o el producto de tales «facultades» individuales. Una parte importante de este individualismo se desarrollé hist6ricamente bajo los nombres de hedonismo y utilitarismo. El Principio bésico del Aedonismo es el principio del placer, segim el cual actuamos con la finali- dad de asegurar y mantener cl placer y evitar y reducir el dolor. Desde Bentham (1748-1832), quien transformd tedricamente ef Principio del placer en el principio de utilidad, el utilitarismo fa doctrina que aboga por la biisqueda de la ma- yor y més diversa felicidad— entr6 en el pensamiento social para quedarse. Por encima de las muchas variaciones de la doctrina y de las diversas combinaciones de indit lualismo, utilita- rismo y liberalismo existe una corriente que leva directamente a la fundacién de la psicolo- ‘Sia. Para la mayorfa de las modernas teorias del condicionamiento y de la motivacién, mu- chas de las cuales se han desarrollado como teorfas psicosociales, las ideas fundamentales de INTRODUCCION 28 la satisfacci6n individual (reforzamiento, recompense, beneficio; reducci6n de ta tensién, de la disonancia, de la incertidumbre; ete.) son variaciones del principio del placer o del de utilidad. Existen otros dos desarrollos intelectuales en el siglo x1x que contribuycron significati- vamente a la moderna psicologia social: la sociologia y la teorfa evolucionista. Como término ¥y como programa, la sociofogia fue creada por Augusto Comte (1798-1857), quien también hha sido alabado y condenado como padre del positivismo. Para Comte (1853) et pasitivismo era un sistema filosfico que implicaba un modelo evolutivo de progreso del conocimiento humano, desde el teolégico, pasando por el metafisico, hasta un estadio «positive» del cono- cimiento cientifico, en el cual los fenémenos son considerados como reales y ciettos, y el co- nocimiento es la descripcidn de tales fenémenos y de su orden espacial y temporal sobre la base de las constancias y las variaciones. Concibié a la sociologia como la ciencia culminante, que compararia las culturas segiin su diferente estadio de.cvolucién social. Convencional- mente, sin embargo, se ha adjudicado a Emile, Durkheim (1858-1917) el inicio de una tradi- cin con continuacién en sociologia. Sostenfa que los hechos sociales son independientes de, y exteriores a, ia conciencia individual. De ahf que las «representacianes.colestivas> de una sociedad determinada tengan una existencia propia, Aunque puedan haber surgido de las asociaciones de individuos, sus propiedades son diferentes de las que tienen las representacio- nes individuales, respecto a las que constituyen una especie de constriccién (Durkheim, 1898). Mientras que la autonomia de lo social frente a lo individual hizo Durkheim recla- mar una «psicologia colectiva» independiente de la psicologia individual, la mayorfa de las ‘concepeiones pioneras de la psicologia social que surgieron alrededor de finales del siglo pa- sado estaban moduladas segin una psicologia del individuo. Séto muy posteriormente el psi- ‘e6logo social francés Moscovici (1961) recogid y revisé la teorla de Durkheim de las repre- sentaciones colectivas (véase Farr y Moscovici, 1984). Finalmente, hacia el final de lo que hemos denominado el largo pasado, tiene lugar el impacto de la teoria de fa evolucidn, una de las mis poderosas, populares, ¢ incluso intelec- ‘tualmente controvertidas, innavaciones intelectuaics del siglo xrx. La psicologia se ha visto muy influida por su principal protagonista, Charles Darwin (1809-1882), asi como por sus seguidores. La pionera contribucién de Darwin a la psicologia social puede encontrarse fun- damentalmente en The Descent of Man (1871) y en et volumen hermano The expression of the Emotions in Man and Animals (1872, 1896). Fl hombre es un animal social que ha desa- rrollado fa capacidad de adaptarse fisica, social y mentalmente a un medio cambiante, parte del cual es social, como por ejemplo la tribu o cl grupo. De ahi que la expresién de las emo- ciones tenga su funci6n social en. la comunicacién inter ¢ intraespecies. El fildsofo briténico y (anteriormente) socidlogo, Herbert Spencer (1820-1903) generaliz6 y popularizé la teoria evolutiva, principalmente en el campo social. Pero dado que combiné la teorfa evolutiva con Ja doctrina del individualismo y una actitud de laissez-faire (dejemos a la evolucién que siga SU curso), historiadores de la psicologfa social como Karpf (1932) y Heamshaw (1964) han argumentado que Spencer hizo poco por favorecer a la psicologia social. Incluso la propia aportacién de Darwin en el establecirtiento de la psicologia social ha sido ignorada durante largo tiempo (cf. Farr, 1980b), mientras que su ascendencia directa ha sido reclamada tanto por las explicaciones etol6gicas de la conducta social (véase Hinde, 1974; y cap. 2) como por Jos sociobidlogos (Wilson, 1975). 26 INTRODUCTION A LA PSICOLOGLA SOCIAL, Los contienzos de la moderna psicologia social Hasta ahora, cuando hemos bablado del pasado de la psicologia social lo hemos he- cho para subrayar que las diversas posiciones, discutidas brevemente, no constitufan psicolo- gias sociales en el sentido modemo de la palabra. No obstante, hemos visto cdmo algunas de las doctrinas a las que nos hemos referido han llevado a la teotizacién actual. El hecho de que en esta seccién no hablemos todavia de la moderna psicologia social, sino slo de sus co- mienzos, se debe a la constatacién de que los programas de investigacién que se presentan se realizaron antes de que ia psicologia social se institucionalizara. Sin embargo, ya no se trata de filosotias sociales. Seguidamente consideraremos s6lo dos enfoques muy importantes para la psicologia social: 1. La Vélkerpsychologie de Moritz Lazarus (1824-1903), Hermann Steinthal (1823-1899) y Wilhelm Wundt (1832-1920), 2. La psicologia de las masas de escritores franceses ¢ italianos de finales del si- glo xix como Tarde (1843-1904) y LeBon (1841-1931), ‘VOLKERFSYCHOLOGIE No debemos albergar ilusiones con respecto a la posibilidad de encontrar una traduc- ci6n exacta de dicho término en inglés {véase Danziger, 1893). Literalmente es una psicologia de los pueblos; en ta practica es una psicologia comparativa, histérico social y cultural. Pensa~ mos que en un manual europeo puede dejarse el término original alemén Vélkerpsychoiogie. En vez de una serie de definiciones daremos una introducci6n acerca de sus fundamentos, Puesto que, de acuerdo con Karpf (1932), podemos hablar con toda propiedad de nos «antecedentes europcos» de la psicologia social, resulta inevitable considerar varias tra- diciones nacionales del pensamiento social, como por ejemplo las desarrolladas en Alemania, Francia e Inglaterra, La Vilkerpsychologie, en ese caso, es Ia manifestaciGn y el prototipo del pensamiemto psicosocial aleman, preparado en e! siglo xv, elaborado en el xix y Nevado a su final en cl siglo xx. La referencia a Alemania enfatiza una nacionalidad particular, es decir, el desarrollo politico, social y cultural como el coutexto cambiante de la mente social e indivi- dual. En esta tradicién la suposicién clave era que la forma primaria de asociacin humana es la comunidad cultural (Gemeimschaftj, el Volk, en el cual transcurre la formacién y educa- cién (Bildung) de la personalidad individual. Para los filésofos y académicos como Herder, Hegel y Wilhelm von Humboldt, ef lenguaje era el medio en el cual la comunidad modelaba a sus miembros individuals; éstos, a su vez, contribuyen activamente al lenguaje, que se con= cibe como un producto social (Markova, 1983). Mientras que hoy es a la «sociedad» abs- tracta ala que se considera como el contexto social de la experiencia, de la accién y de la in- teraccién, para los académicos alemanes de fos sigios xvi y xxx lo era la comunidad nacional y cultural del Volk, cuya mente 0 espftitu (Volksgeist) sé tomaba como la idea 0 principio mental unificador. Tanto el Volk como el Volksgeist se convirtieron en las t6picos de In nueva disciplina cuando ésta fue institucionalizada en una revista profesional, la Zeitschrift flr Vélkerpsycho- logie und Sprachwissenschaft (1860), por M. Lazarus y H. Steinthal. Desde sus inicios no hubo duda de que la nueva disciplina estaba conectada con, a la vez que contribufa a, los es- fuerzos politicos tendentes a fa consecucién de una macién-estado alemana (Fckhardt, ANTRODUCCION 27 1971a). Surgieron muchas de las preguntas que se han planteado de forma permanente en psicologia social, pero dado que el marco era nacional mas que social estas preguntas fueron diferentes de aquellas que se formularon en la psicologia de las masas francesa (véase mis adelante). Wilhelm Wundi ya consideré en 1863 a la Vélkerpsychologie como el equivalente y complement de la psicologia experimental individual, y con modificaciones, revocaciones y 18S, Sé Mantuyo en esta posicién hasta el afio de su muerte en 1920 (Wundt, [900-1920 1921). Aunque fue un critico importante de la concepeién de Lazarus y Stein- thal, resulta posible subrayar algunos problemas comunes que se mantuvieron (o deberfan ha- berse mantenido) para la moderna psicologia social. La cuestién central es, obviamente, la naturaleza de la relacién individuo-comunidad, que implica numerosas cuestiones teéricas, conceptuales y metodolégicas. No hubo dudas, sin embargo, acerca de la naturaleza intrinse- camente social del individuo; una psicologia puramente individual y por consiguiente experi- mental es s6io la mitad de la psicologia. Una pregunta igualmente secular es si la psicologia social, para ser aulénticamente so- cial, debe ser una disciplina hist6rica, como recientemente ha sido postulado de nuevo por Gergen (1973, 1985), Al menos la Vélkerpsychologie fue un estudio histérico comparativo de los productos objetivos de la interaccién social (a colectiva), tales como el lenguaje, et mito y la costumbre; fue una psicologia cultural-social en Ja cual el estudio del lenguaje ‘ocupé una posicidn central. Excepto en lo que concierne a los procesos mas elementales, nin- guna experiencia o actividad humana puede (ni debe) ser soparada de su contexto sociocultu- ral, descuidando la historia evolutiva del pensamiento en el lenguaje. Otra caracteristica de la . Vilkerpsychologic, que apenas cncontramos en la moderna psicologia social, es el interés por la relaciGn entre los individuos cuando actiian e interactiian y los productos de su (inter)ac- cién —productos que, a su vez, afectan y enriquecen las mentes de los miembros individua- Ies~-, Estos productos «motivan a los individuos para realizar nuevas aportaciones especificas ala vida comunitaria» (Wundt, 1921, vol. I, pp. 20-21). Desde una vision esirictamente presentista es facil encontrar fallos en la Volkerpsy- chologie por sus deficiencias en la motodologia ¢ investigacién empitica. Pero si intentamos una inversion imaginaria de perspectiva y miramos el campo de la psicologia social que sc hace en la actualidad, desde el punto de vista de Wundt, podremos reconocer también 1a am- plitud con que el ambito cultural del campo se ha reducido mientras que metodolégicamente. ha mejorado (véase Jaspars, 1983, 1986). Retrospectivamente, se obtiene la impresién de que, quizé no la idea global pero si muchos de los principales t6picos de la Vélkerpsycholo- gie, fueron entregados a disciplinas vecinas, principalmente a la antropologfa y a la sociologia, para ser redescubiertos sélo muy recientemente por psicdlogos sociales europeos. Jaspars (1986, p. 12) suponia incluso «una vuelta a los primeros intentos cientificos por estudiar I condusta social tal y como defendian Lazarus y Steinthal». PSICOLOGIA DE LAS MASAS Los antecedentes intelectuales y cientificos de la psicologta de las masas son comple- jos. De una parte estén las numerosas técnicas y concepciones en torno a la sugestién, como Ja tradicién del hipnotismo (arte, técnica, doctrina y culto), esto es, la induccién de una con- dicidn parecida al suefio que somete a la persona, con ciertas.limitaciones, a las sugestiones del hipnotizador. Anton Mesmer (1734-1815), quien tenfa la capacidad de poner a las perso- nas en trance, haba pretendido controlar una fuerza animal universal (cmagnetismo») que 28 INTRODUCCION A LA PSICOLOGIA SOCIAL, fortalecerfa ¢ incrementaria la vida y la salud. La sugestién hipnética, como mas tarde se Ie Senomin6, iba dirigida hacia el nivel de conciencia més bajo del paciente, para hacer su mente mas «primitivay. Uno de los ejes de la famosa controversia que mantuvieron las eacue- las rivales francesas de Nancy y de la Salpétriére de Parfs fue si esta técnica era fundamental. mente diagnéstica 0 terapéutica. Pero también se convirtié en uno de los modelos més impor- {aates de influencia social, del que se apropiaron los primeros psicdlogos de las masas para explicar la supuesta irracionalidad, emocionalidad y «primitivismo» de las masas (véase Ba- rrows, 1981; Paicheler, 1985), El otro modelo médico, incluso més «patoldgico» en su origen y en su modalidad, fue tomado de Ja epidemiclogia, Paralelamente al contagio bacterioligico, que habia adquirido Por aquella época categoria cientifica gracias a la investigacién de los «cazadores de micro. bios», como Louis Pasteur (1822-1805) y Robert Koch (1843-1910), se considers como po- Aible el contagio mental y apareci6 como una explicacién de la propagacién del afecto y de la (Allport, 1924) e «interestimnlacién> (Bhi- mer, 1546). De esta manera perdié tedricamente su carfoter de «enfermedad intecciosan, Pero el término (Sighete, 1891; Tarde, 1895). La suposicion basica de este enfoque médico legal consiste de nuevo en que en ia masa ef individuo se hace mas pri. mitivo, mis infantil, que cuando esté solo, y por eso menos inteligente, menos guiado por la raz6n y en consecuencia menos responsable. Mientras que todas estas ideas habjan aparecido ya en una serie de publicaciones francesus ¢ italianas antes de 1895, LeRion las populariz6 en su libro, un auténtico éxito de ventas, sin hacer mencién a sus autores originales, Esta fue la causa de que los posteriores estudiantes de la mente y de la conducta de las masas se refizie. ran a LeBon como el maestro de la psicologia de las masas (por ejemplo, Freud, 1953; de forma critica, Nye, 1975; Moseovici, 19811). Si rounimos ambas fuentes, la médica y la criminolégica, tenemos esta. concepcién ‘latina de la masa como a-normalidad, asociada tanto con la enfermedad como con él cti- men, excepto en ocasiones en las que pucdan existir circunstancias atenuantes, Si queremos comprencler por qué la conducta colectiva y los elementos mentales correlacionados se cone. bieron como anémaias 0 «anémicos» es necesario mirar hacia el contexto social_y politico en que tales concepciones se desarrollaron; lo cual resulta evidente en los textos acer de la. pi- cologia de Tas masas. Sucesion de revoluciones (en Francia, 1789, 1830, 1848, 1871); radiea- les cambios econémicos y sociales debidos a la tépida industrializacidn y urbanizacién; levan- famiento y «rebelin de fas masas»; fuerza creciente de las organizaciones sindicales y del socialismo, con las huelgns y las manifestaciones de Mayo; corrupcidn y esedndalos; derrota militar ocasionada por Prusia a Francia en 1871 y Comuna revolucionatia de Paris suprimida de forma sangrienta el mismo afio; todos estos hechos, en su conjunto, constituyeron una amenaza para el ordea politico, social y moral establecide y principalmente para la burguesta. 2 og a ramomias es al témmina wtilzads por Durkheim para describir aquella siuacién en que Ine moras sociales , en ta actualidad otorgamos diferente tratamiento a las masas, mavi- mientos sociales, audiencias ¢ instituciones (por ejemplo, Milgram y Toch, 1969). Una distin- cin importante, sin embargo, ya habia sido realizada por Tarde (1901) y Park (1972), y es la que existe entre masa y publico. Mientras que la primera implica contacto fisico y limites es- paciales, el segundo, fundamentalmente debido a los modernos medios de comunicacién (la prensa), trascienden la contigitidad espacial y se extiende camo «opinidn pablicas. Como la Volkerpsychologie, la psicologia de las masas no se desarroll6 dentro del contexto de la psicologia académica después de que McDougall (1920) hubiera invocado una vez més la «mente grupal». Pero, a diferencia de aquélla, algunos de los principales t6picos de la psicologia de las masas se incorporaron a la nueva psicologia social después de que fue- ran individualizados y se hicieran, por tanto, asequibles al andlisis experimental. Bajo el t6- pico de influencia social se reconoce la continuidad de aquello que una vez fue abordado como efectos de Ia sugestién, contagio ¢ imitacién (véase Moscovici, 1985b; Paicheler, 1985). Pero sélo recientemente los problemas claves de la mente y condueta de fas masas han reci- bido un sire fresco y una reinterpretacién por parte de Moscovici y otros (Moscovici, 1981b; véase Graumann y Moscovici, 1986). La moderna psicologia social A la psicologia social, tal y como la conocemos en ia actualidad, puede fechérsele su origen alrededor de finales de siglo. Los autores de manuales americanos prefieren fijar las fechas de los inicios en 1898, para el primer experimento en psicologia social, y de 1908, para los dos primeros manuales. En realidad ambos cinicios> son erréneos; pero tampoco tiene mucho sentido reemplazarlos por otzos «inicios». Al final del siglo xx no sélo existian la Volkerpsychologie y la psicologia de muasas. También existfa el término «psicologia social», aplicado a estudios que habfan sido principalmente diseftados para abordar al individuo en sociedad, 0 una «psicologia de la sociedad» (Lindner, 1871; véase Liick, 1987). Ya desde los primeros programas de psicologia social nos encontramos con dos diferentes énfasis que, en resumiidas cuentas, son los siguientes: 1) como psicologia social la nueva disciplina tendrfa que tratar con el individuo y con procesos intraindividuales, de la misma manera que lo hace toda psicologia (por ejemplo, McDougall, 1908; Simmel, 1908); 2) como psicologia social deberfa focalizarse en el papel que el contexto (social estructural) desempefa sobre los proce- 805 individuales (por ejemplo, Lindner, 1871; Durkheim, véase Lukes, 1973p; Ross, 1908). Aunque los libras de 1908 frecuentemente citados no fueron los primeros manuales de psico- logia social, pueden representar los dos énfasis diferentes. La obra de McDougall Introduc- 30 INTRODUCCION 4 LA PSICOLOGIA SOCIAL, ion @ la Psicologia Social fue ua kibro (te6rico) acerca de. (1908, p. 1), Su objeto de interés fueron las uniformidades resultantes de la influencia social fruto de la interaccién, parcialmente en la tradiciGn de la psicolopia de las masas, y en su mayor parte un «sincero homenaje al genio de Gabriel Tarde» (p. VIII). En su refiexién sobre la historia de la psicologfa social, Pepitone (1981, p. 974) estd en lo cierto cuando esta blece que la «psicologia social colectiva al estilo de la presentada por Ross permaneci6 en su mayor parte en la sociologia», mientras que para la psicologia y la psicolopia social desarro- Mada a partir de ésta «el individuo fue la tmica realidad». La PSICOLOGIA SOCIAL EN AMERICA ‘Ya hemos visto que el individualismo psicosocial hundia sus rafces en determinadas fi- losofias sociales. Pero con el establecimiento de una disciplina (psicolégica) de psicologia so- ial este individualismo adquirié una marca metodolégica. Quizé la xemergencia de la psico- logia social como un 4rea distintiva de investigacién empirica... pueda verse... como una rebeli6n generacional en contra de los métodos tedricos de la filosofia social» (Cartwright, 1979, p. 83), Pero lo que ocurrié claramente fue que, en la visién y en el trabajo de FH. Allport (1924), uno de los primeros psicdlogos sociales americanos, ia concepeién individua lista coincidla y se finda con una orientacién metodoiégica, el enfoque experimental-con- ductual, Para Allport, el primer psicélogo social en la tradiciGn conductista, la psicologla so- cial se convertia en «la ciencia que estudia la conducta del individue en la medida en que su Sonducta estimola a otros individuos o es en si misma una reaccién a esta conducta> (1924, P. 12). Sin embargo, mientras que «el punto de vista conductual> fue solo una manera de Concebir los hechos, el método experimental fuc la manera de productos (p. VI). La combi nacién del enfoque individualista, «el punto de vista conductual», y el método experimental fue el medio para hacer de la psicologia social una disciplina cientfficamente respetable; a este esfuerzo, de acuerdo con Cartwright (1979, p. 84), dedicé la psicologia social las tres o de FH. Allport sobre facilitacién social (véase cap. 14), hay que sefialar que el propio Allport (1924) se apoyé fuertemente sobre ol trabajo experimental de varios diseipulos de ‘Windt (véase Graumann, 1986). Con respecto a esto, Pepitone (1981, p. 975) habla de «las ralces alemmanas de la tradici6n experimental en psicologia social». Las «tafces europeas» po- rian incluso haber sido mds precisas, puesto que cl sobrecitado (errGneamente) efemplo de ‘Triplett, quien en 1898 publicd un experimento sobre ef impacto de la co-accién de otras Personas sobre la calidad y velocidad del funcionamiento de un individuo (lo que mis tarde Vino a llamarse «facilitacién social»), no fue el nico. Como Haines y Vaughan (1979) han mostrado, existen otros experimentos antes de 1898 que merecen ser lamados psicosociales, Principalmente en el contexto de los estndios de Binct y Henri sobre la sugestionabilidad (por cjemplo, Binet y Henri, 1894), un tema que habfa sido tomado de la tradicién sobre hipnosis antes mencionada.} Hist6ricamente, sin embargo, resulta menos interesante encontrar el au- 3._,Hsines » Vaughan (1979, p. 332) se preguntan incluso ssi este experimento na insptarfa de alguna manera fs famo- sex tutos de Solomon Asc se storms fess nS, INTRODUCCION 31 téntico primer experimento (una decision que al fin y al cabo cs arbitraria) que observar cémo los psicélogos sociales contintan intentando identificar si historia con el método expe- imental més que con cualquier otro método: un paderoso ejemplo de Ia funcién identifica- dora de la historiografia (véase el principio de este capitulo). A pesar de las raices europeas de! experimentalismo, fue fundamentalmente en ef dlima social y cientifico de los Estados Unidos posterior a la primera guerra mundial donde, mis que en cualquier otra parte, la psicologia social se convirtié en una «ciencia del indivi- duo» (Allport, 1924, p. 4). La implicacién de esta Himitaci6n fue que Ia psicologia social se aparté en gran medida de! estudio de las cuestiones sociales (Katz, 1978, p. 780), aistando, al menos en sus précticas investigadoras, a los sujetos de su contexto social hasta que en las cri- sis econdmicas y politicas, tales como la Gran Depresién y la segunda guerra mundial, la «ur- geacia de los problemas sociales arroll6 a los puristas en sus laboratorios> (1978, p. 781), como veremos més adelante. EI principal logro en los afios treinta y cuarenta fue el estudio, y sobre todo la medi- ci6n, de las actimdes (yéase cap. 7), una predeupacién que siguié en los afios cincuenta y se- senta, centréndose en las concepciones sobre el cambio de actitud (véase cap. 8), Para el his- toriador, las numerosas técnicas sobre la medicién de las actitudes que se han desarrollado desde mediados de los afios veinte son menos interesantes que la creciente certidumbre, con- firmada por cada nueva técnica, de que las cactitudes pueden medirse> (Thurstone, 1928) y que su mensurabilidad, junto con una creciente sofisticacién del método experimental, puede aumentar el estatus cientifico de la psicologia social. En la actualidad, la preferencia por los disetios experimentales sobre los de campo y por la medici6n sobre la observaci6n se ha insti- tucionalizado en los curricula y en los criterios para publicacion de articulos de investigacién. Ademéis, la bésqueda de financiacién y la obtencién de becas dependen, y no en grado des- preciable, de! nivel de sofisticacién metodolégica. Pero también lo que ha sido denominado como la ¢crisis» de la psicologia social en los aifos setenta, en la cual se cuestioné desde mu- chos éngulos la significacién social y relevancia de los principales trabajos de investigaci6n, se atribuy en gran medida a la soberanfa de los métodos sobre los problemas {véase Buss, 1979; Israel y Tajfel, 1972). Histéricamente ha habido desviaciones de esta corriente principal metodolégica siempre que la presi6n de los problemas sociales y politicos demandé la cooperaci6n y el compromiso de los psicélogos sociales. Fste fue. el caso de la fundacién durante los aos treinta de la Sociedad para el Estudio Psicolégico de los Problemas Sociales. Volvié a ocurrir en los aos cuarenta cuando bajo la impresién de la dominaci6n y del terror nazi y fascista los psicélogos sociales en los pafses libres no s6lo ayudaron a ganar la guerra sino que proyecta- fon un mundo mejor basado en sociedades democréticas. Uno de ellos fue Kurt Lewin (1890-1947), un judio berlinés refugiado, miembro del grupo de la Gestalt que influy6 sobre Ta psicologia social de diversas maneras, tanto directas como indirectas. Lewin, totalmente consciente de lo que habfa ocurrido en Alemania y después en Eu- ropa, se convirti6 en psicélogo social cuando aplicé su teoria de campo a los grupos (Lewin, 1948, 1951). Menos una teoria que una metodologfa general, este enfoque se centré en el principio de interdependencia, enfatizando la primacia del todo (la situacién o el campo) so- bre las partes y haciendo uso de métodos constructivos mAs que de métodos clasiticatorios. Esta amplia metodologia permitié a Lewin y a sus colaboradores realizar experimentos con grupos (como prototipos de «los campos de fuerzas>), asi como trabajar también con grupos en la vida comunitaria cotidiana, con el fin de cambiar su conducta, moral, prejuicios, estilo de liderazgo, ete, —un enfoque que lleg6 a ser conocido como investigacién accién—. La lista de sus colaboradores y estudiantes, desde sus alias en Ia Estacion para la Investigacion sobre 32 INTRODUCCION 4 1A PSICOLOGIA SOCIAL el Bienestar del Ni#io en la Universidad de Iowa (1935-1944), hasta su propia fundaciéa, el Centro de Investigaci6n para la Dinémica de Grupos (primero en el MIT y ahora en Ann Ar- bor), es probablemente la més impresionante ¢ influyente que jamés se haya asociado con un investigador después de Wundt (véase Marrow, 1969; Festinger, 1980). Aunque Lewin murié en 1947, fueron fundamentalmente lewinianos, como Cartwright, Deutsch, Festinger, French, Kelley, Schachter y Thibaut, quienes modelaron la psicologia social en América, y consecuen temente en Europa, después de la segunda guerra mundial, Marx ¢ Hilix (1979, p. 322) con- yen incluso que «apenas constituye una hipérbole describir a la psicologfa social americana Como un desarrollo lewiniano>. Si uno afade aquellos americanos que fueron influidos por otros emigrantes, no resulta una exageracién resumir, como lo hizo Cartwright (1979, p. 85): «Uno no puede imaginar sin dificultad lo que el drea seria hoy si gente como Lewin, Heider, Kébler, Wertheimer, Katona, Lazarsfeld y los Brunswiks no hubieran veido a los Estados Unidos cuando lo hicieron.» Fs importante recordar esta transferencia forzada de hombres e ideas desde Europa hacia América cuando en los textos americanos uno lee repetidamente que la psicologia social se ha convertido «en un producto ante todo americano» (p. 83) 0 «en su mayor parte en un fendmeno norteamericano» (Jones, 1985, p. 47). La verdad de tales afirmaciones reside en que después de la llegada de los emigrantes muchas ideas tuvieron que ser, y claramente lo fueron, transformadas en un proceso de adaptaci6n al nuevo contexto so- cial y cientifico (véase Ash, 1985; Graumann, 1976). Es jgualmente cierto que Hitler habia vaciado la mayor parte de Europa de cualquiera que estuviera, 0 de todo lo que hubiera, en la psicologia social. En este vacto se vertié la epsicologia americana» en los atios posteriores a 1945; los emigrantes no retomaron. Lo que realmente ocurrié en las décadas siguientes a Ia segunda guerra mundial en América, y secundariamente en Europa, fueron, ademds del sucesivo refinamiento metodolé- gico, dos cambios te6ricos: desde ia perspectiva conductual a la cognitiva y desde las teortas de Tango més amplio a aqueltas de rango mds restringido. Ambos desarrollos no se citeunscriben. a la psicologia social sino que se aplican también a la psicologéa en general. Mientras que el enfoque conductual puede ser caractetizado, de forma general, como un desarrotlo funda- * mentalmente americano (que debe sus concepios claves a la psicologia pavloniana), can fre- cuencia se ha dicho que el cambio 0 el movimiento hacia un enfoque cognitivo fue ocasio- nado, o al menos, facilitado, por la aparicién de la psicologia de la Gestalt en Amética. Es un dato hist6rico que el primer estudio sobre teorfa cognitiva en un Handbook of Social Psycho- logy (Scherer, 1954) trat6, efectivamente, sobre la teoria de Ia Gestalt. La situacién habia, cambiado drésticamente cuando, catoree afios més tarde, Zajone (1986b, p. 391) sucediG a Schecter en el Handbook, sefalando ¢con asombro, cudn povo tenemos en comiin con la ge- neracién anterior de psicdlogos sociales>. Los procesos cognitivos pasaron a ser concebiclos entonces fundumentalmente como la «dinémica subyacente a la conducta social» (p. 391). Desde entonces hasta ahora la situaciém ha cambiado de nuevo: la cognicién tiene en la ac- ‘tualidad el significado de procesamiento de Ia informaci6n (en relacién con el cambio de sig- nificado de la cognicién —social—, constiitese Graumann, 1987b; Graumann y Sommer, 1984). Actualmente es de menor interés la conducta social (observable) que su representa- cin cognitiva, que precede (planificando), acompaiia (dirigiendo) y sigue (recordando) a la conducta (véase caps. 5, 6 y 7). Junto a la transformacién gradual del uso de la cognicién social hemos podido presea- ciar una proliferacién y disminucién de las teorfas psicosociales. A los ojas del historiador de la psicologia una pauta parece repetirse. Asi como en el apogeo dei conductismo los tipos de aprendizaje proliferarou, es ahora cl concepto de cognicién el que parece engendrar numero- sas miniteorias, las cuales tienden a expandirse sobre toda la psicologfa social. INTRODUCCION 33 La psicococtA soctat EN Europa. La situaci6n de la psicologia social en Europa después de la segunda guerra mundial apenas puede comprenderse sin la dialéctica del intercambio transatléntico. De una parte te- nemos la de la psi- cologia europea (por ejemplo, la alemana) (véase Cartwright, 1979, p. 85) fue originalmente la muy necesitada y con agradecimiento recibida reconstruceiGn y reintemacionalizacién de la clencia con ayuda americana, Sin embargo, en la medida en que las ideas, los problemas y sus soluciones fueron recibides y comunicados en una actitud no exitica, el término «americaniza- cin» estaba justificado. ;Cudl era la situacién de la psicologia social en Europa antes de la guerra? Sin una institucionalizacién. propia, s6lo hubo inyestigadores individuales con algin interés en psicologia social. Por ejemplo, en Inglaterra estuvo Bartlett, cuyo principal trabajo Remembering (1932) ha captado sélo recientemente el interés de los psicblogos sociales cop- nitivos. En Suiza estuvo Piaget, quien con sus numerosos vohimenes sobre el desarrollo in- fantil contribuy6 a nuestra concepeién actual de la socializacin (véase cap. 3), principal- mente por su interés en el desarrollo moral (Piaget, 1932). En Alemania estuvo Moede, cuya temprana psicologia grupal experimental (Moede, 1920), ya habfa impresionado a Floyd Allport (1924), y también Hellpach, el fundador en 1921 del primer Instituto (de corta vida) de Psicologia Social y el autor del primer manual sistemdtico aleman de psicologia social. Sin embargo, ninguno de éstos ni de otros estudiosos europeos fue el fiundador o el mediador de ‘una tradicion psicosocial; ni formaron una comunidad cientifica de psieblogos sociales, Des- pués de 1933 Hitler contribuys a su separacién. Esta era la situacién en Europa después de 1945. Incluso después de que los primeros centros de psicologia social se bubieran establecido con ayuda americana, sus miembros eran cinconscientes de la existencia de los demas»; «las lineas de comunicacién se tendfan funda- mentalmente entre cada centro y los Estados Unidos», como afirmaba la primera editorial det European Journal of Social Psychology en 1971. Fue este aislamiento uno de los motivos de Ja fundaci6n de una asociacién europea de psicdlogos sociales en los altos sesenta. Para la historia intelectual, sia embargo, hubo una motivacién mis profunda, constituida por la con- ciencia (de algunos psicdlogos) de la creciente dependencia de la hegemonfa americana en la definicién del campo, de las teorias, de los métodos ¢ incluso de la de la psicologia social. Entre los primeros en articular esta inquietud y en buscar la ideutidad de la psicologia INTRODUCCION A LA PSICOLOGIA SOCIAL social en Europa se encuentran Tajfel y Moscovici, quienes, cada uno a su manera, abogaron por una psicologia social distinta a aquella que se habia establecido y desarrollado en Amé- rica. Las criticas del tltimo autor han defendido repetidamente que existe una relaci6n entre el ecardcter cultural» y el «

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