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7 GORETTA MAONOMICS LA AMARGA MEDICINA CHINA CONTRA LOS ESCANDALOS DE NUESTRA ECONOMIA Maonomics PAIDOS ESTADO Y SOCIEDAD Loretta Napoleoni Coleen digit or Carme Castells {tims tls publendos H. Schmid, Las grandes potencias dl futuro ‘lowe tbc nue dca Maonomics outa clpeneyae eames La amarga medicina china contra los Seba Metnioncron tbpera,Peses Pubes : 7 Z Bauman, Vide lige PETES escdndalos de nuestra economia Shiva, Manifesto para uns Demoeracia de lt Tierra M.C Nussbaum, Las fronteras dela justia 7. Bauman, Miedo lguido 1A. Neat, Goodiye Mr. Socialiem IN. Chomsky y G. Achcar, Exados peligrosos. Oriente Medio y le poltica exterior estadow idense ‘A Toursine, El mundo dels mujeres IN. Klein, Le doctrna del shock J. Atal Breve historia dl futuro A. Giddens, Europa cn la re slobal Dworkin, La democracia porbl, Prinipios pare wn nuevo debate politico U. Beck, La voce de igo menial A. Negri, La fibrca de porelana M. Yunus, Un mando sin pobrezs L. Nepoleoni Economia canalla I'Gray, Misa negra 2. Brevns, Tres presdentes Urn mundo vigilado ‘dios personel. La individualicacn de La religién y ef cesta del cosmapos tis MC. Nussbaum, India. Democracy violencia religisa D. Innerarity, El fturoy sus onemigas. Una defensa dela esperanza politica Singer. Mason, Somos lo que comemos. La mportencia de los alimentos que deciimos G. Vatimo, Eece com. Cima sega a ser fo que se era W. Kynmlcka, Las odiseas maticultunales. Las nuevas polices internacionales de la diver sided A. Tournine, La made social, Un marco de pensaminto distin para el sgl xxt IN. Garcia Canclini, La globalizacin tmazinada (ed. epatola) Z. Bauman, Mundo consumo TH. Heclo, Pensernstitucionalmente M.Walzer, Pensa pliiamente ‘J. Rifkin, Le clsacin emp La cer baci una conciencia global en a mundo on ess P Rosanvallon, La lepitimidad democratice. Imparcioida,reflexibidad y proximidad L. Napoleon, Le mordaz, Las verdaderas razon de la criss mundial A Margalit, La sociedad decente EM. Wood, De ciudadanos a sefioresfeudales nels gems , Soe ar mds acon le del de mui co PAIDOS Titulo orginal: Maonomic, de Loretta Napoleoni Publicado originalmente en italiano por Rizzoli ‘Traduccidn de Francisco Martin Anibas CCubiertade Judit G, Barcina 1 edicin, septiembre 2011 [Nose pemitela reproduce total aril dex io, isu incoeporacin aun sea informs ‘ico, neu ranma enculguer forma o por culguer medi, sea ae elactnio, mec, por Foxocopia, por grabacin u trs metodo, sinc! permio previo por srt dl editor La nfaccon delos derechos mencionados pd ser consituiva de delta cones a propiedad itlotal (AP 710 siguientes del Cigo Pena, Dirase a CEDRO (Cento Esato de Derechos Reproriices) Since fowcopat escaneat agin agmento de ests bra, Puce coaacar con CEDRO ateaves dela web worwconiencacom o por eleono en e191 Ti 19 70/98 272 0447 (© 2010 RCS LibsiSp.A., Milano (© 2011 dela traduecién, Francisco Marin Aribas (© 2011 de todas las ediciones en castellano Espasa Libros,. LU, ‘Avda, Diagonal, 662-664. 08034 Barcelone aidés es un selo editorial de Espasa Libros. L. U. swww-paides.com ISBN: 978-84-493-25007 ‘Depésito legal: B. 25678-2011 mpreso en Cayfosa(Impresia Ibtice) (Ceta de Caldes, km. 3,7 ~ 08130 Sta, Perpérua de Mogoda (Barcelona) E papel utlizado par la impresin de este libro es cen por cin libre de coro 1yestéalfcado como pape ecolégico TImpreso en Espata~ Printed in Spain Para Julian Agradecimientos . Tntroduccién Prélogo a esta edicién Prélogo. Depresiones en curso . ae . La carrera a la baja de los salaries 2 . La nouvelle cuisine china: matxismo en salsa neoliberal |. Mas alli de la Gran Muralla. ... . El suefio neoliberal de modernizacién Bye SUMARIO. Primera parte ‘GLOBALIZACION Y COMUNISMO Las fabricas de la explotacién: Charles Dickens en Shenzhen. Segunda parte GLOBALIZACION Y CAPITALISMO . El mundo es plano .. ee ~ Neoliberalismo financieto depredador . La unién hace la fuerza. ‘De Mahoma a Confucio . “ La Gran Muralla de la energia renovable. rt 15 a7 31 41 35 or 81 93 43 127 Bg 149 161 10. Maonomies Tercera parte GLOBALIZACION Y DEMOCRACIA, UN MATRIMONIO DE CONVENIENCIA LL. Mirar a Washington y a Pekin con ojos almendrados . 12, Fabricacién medistica de final del imperio: Osama Bin Laden, el moderno Attila........ 13, Los liquidadores del Estado-nacién 14, La economia supply-side (monetarista). 15. The Full Monty . 16. Mediacracia.......... 17. Las mil Evitas de Berlusconi. Cuarta parte IMAGENES DEL FUTURO 18. Escenas de un matrimonio 19. La dima frontera. 20. Globalizacién y crimen...........- 21. Rousseau en ideogramas chinos . . . Epflogo. Espfas internacionales. . Notas .... Bibliografia. Glosario . 179) 193 201 213 223, 233 245 261 205 287 299 313 319 337 343 AGRADECIMIENTOS, La idea de analizar los problemas del capitalismo occidental a través del prisma chino nacié mientras volaba de Londres a Shan- shai con Claudia Segre. Fue ella quien me sugirié el tema de Mao- ‘nomics en una larga conversacién sobre la crisis del crédito y la Expo de Shanghai. Es justo, pues, que sea la primera a quien dé mi agradecimiento. Como siempre, mis agentes Luigi y Daniela Bernabd han he- cho un magnifico trabajo. Durante una cena muy agradable en su casa, me dieron la oportunidad de exponer a Carlo Alberto Brios- chi y a Michela Gallio mis ideas, y de aquella conversacién salié el bosquejo del libro, que inicialmente iba a titularse Triunfo Marx. ‘Tras unos meses de intentos fallidos, fue Carlo Alberto quien dio con el titulo apropiado: Maonomics, pero fue Michela Gallio quien estuvo siempre a mi lado durante los incontables meses de redaccién. En mi larga experiencia ensayistica he trabajado con numerosos editores y tengo que reconocer que ninguno ha de- mostrado tanto entusiasmo por mi trabajo como Michela y que con nadie he estado en mejor sintonia. Por tanto, vaya para ella mi més sincero agradecimiento. ‘También quiero dar las gracias de forma especial a Federico Bastiani, mi ayudante, que parece mas bien mi éngel de la guarda, siempre dispuesto a venir en mi auxilio y a cuidar de mi en mis viajes por el mundo. Desde que trabaja para mi, mi vida ha mejo- rado. Gracias también a la ayudante de mi marido, Cristina Ma- sazza, una mujer culta, inteligente y simpatica, siempre irénica y dispuesta a echarme una mano; y gracias a mi agente, Diana Finch, lectora infatigable y editora de mis obras, compafiera impagable de trabajo. Gracias a Per Axelson di Leopard, mi editor sueco, 12 Maonomies por el apoyo que siempre me presta y por compartir conmigo al- gunos recuerdos de la China maofsta. Gracias también a Antonio Zoppetti, que con gran profesionalidad cuida de mi blog y de las innumerables paginas de Facebook. Doy las gracias a mis valiosos investigadores, sin los que no existiria este libro: a Bjorn Axelson pot sus vastos conocimientos en marxismo chino, que pas6 seis semanas en China realizando para mi interesantes entrevistas; a Matteo Ballero, que tantos mis terios me ha descubierto sobre el crimen organizado chino y que dirigié la investigacién sobre las relaciones entre China y Africa; a Annabelle Grossman, que trabaj6 sobre el mercado de falsifica- ciones y el concepto de copyright; a Marco Masulli, que hizo de intérprete en los Emiratos Arabes; a Eleonora Pierro, que trabajé sobre la filosofia de Confucio; a Giovanna Valsecchi, que me ayu- dé a inventariar la historia china; a Claudio Vescovo, que me ex- plic6 la politica china en el sector de las energias renovables; a Tian Xu, que trabajé sobre las condiciones de los trabajadores chinos en Europa y fue mi guia en China; y a Shawn Wathen, por su colaboracién sobre el paralelismo entre Osama Bin’ Laden y Atila. Un agradecimiento especial a Ivan Franceschini, que orga nizé mis viajes en China, que revis6 pagina a pagina lo que escri- bia y que me introdujo en el mundo laboral chino ensefiéndome a amar aquel pais. Sin su ayuda, este libro no habria sido posible. Gracias igualmente a todas las fuentes chinas, la primera de todas el Instituto Italiano de Cultura de Pekin, dirigido por la magnifica sinéloga Barbara Alighiero y sus colaboradores, Patri- zia Liberati y Claudio Poeta, que me ayudaron en la investigacién organizando entrevistas con la comunidad italiana de Pekin y gra- cias a quienes he comenzado entender un pais tan distinto al nuestro. Gracias también a Saro Capozzi, que me hizo conocer Shanghdi, a Liu Kaiming, que me explicé la génesis evolutiva de las zonas econdmicas especiales, a Rosario di Maggio, que tan es- tupendamente me describi6 el mundo del trabajo chino. Envio mi mis célido agradecimiento a los amigos misioneros: Gerolamo Fazzini, de Mondo ¢ Missione, que me present6 a Mario Marazzi, un personaje hist6rico que vive en Cantén desde hace cuarenta Agradecimientos 13 aiios, con quien vivi dos jornadas inolvidables, y a Gianni Crive- ler, también profundo conocedor de China y del erudito Matteo Ricci, que me presenté a sindicalistas de Hong Kong. Gracias a ‘Meng Wei Na, que me asom6 a una ventana sobre el mundo de la solidaridad humana china, y gracias a las innumerables fuentes chinas que seria demasiado largo citar aqui, Gracias a mis amigos Terry y Andy Feury por su hospitalidad en Hong Kong y a Loretta dal Pozzo por su hospitalidad en Sin- gapur y por organizarme muchas entrevistas. Como de costumbre, mis amigos han estado a mi lado y me han ayudado a aclarar conceptos complicados y a cotejar esctitos de Marx; gracias por ello a Giovanna Amato, Edith Champagne, Cecilia Guastadisegni, Johannes Kiezer, Roberto Giuliani, Sabina de Luca, a la impagable Silvia Marazza, a Simona Marazza, Isabe- lla y Libero Maesano, Valerio Nobili y Grant Woods, Gracias a mis amistades dispersas por el mundo que siempre se interesan por mis investigaciones, con quienes discuto los capitulos, a veces en entrevistas personales; Clare y Rex Chaliners, Eleonor y Ste- phen Creaturo, Vivian y David Ereira, Nick y Deb Follows, Mary Joy Greg Hennen, Amanda y Jimmy Hobson, Lesley y George Magnus, Barbra y Bruce MacEvoy, Angelica y Vittorio Pignatti; gracias a las compafieras de VB, a quienes nunca olvido. A mis primos que me ayudaron durante la enfermedad de mi madre cuando redactaba los primeros capitulos del libro, Marina y Fa- brizio Napoleoni, y Davide Tamburano, y gracias a las innumera- bles amigas de mi madre por haberme ayudado a gestionar su hospitalizacién, y a mi tia Giovanna, que a pesar de la distancia siempre estuvo a mi lado. El libro esta dedicado a mi hijo pequefio, Julian, porque hace poco me dijo que siempre compartia la dedicatoria con sus her- ‘manos mayores y que queria una para él solo. Pero, como siem- pre, sin la comprensién y el afecto de mis hijos y mi marido no habria podido escribirlo. Por consiguiente, para Alexander, An- drew, Leigh y Ron, todo mi afecto y gratitud. INTRODUCCION Veinte afios después de la guerra fifa, las democracias occi- dentales se esfuerzan por controlar la primera crisis auténtica de la globalizacién. La China comunista, por el contrario, no sélo aguanta el impacto, sino que aprovecha la contraccién de deman- da externa para poner en marcha reformas sociales y econdmicas revolucionarias, mayores garantias para los trabajadores y un nue- vo sistema monetario internacional, posiblemente basado en la ‘moneda nacional, entre otras. El norte de la brijula de la estabilidad econémica apunta inexorablemente hacia China como consecuencia de una serie de desastres econdmicos que han reconfigurado el orden mactoeco- némico mundial. El dltimo de ellos, la erisis del crédito y la rece- sién, ha catapultado a Pekin al rango de las naciones més podeto- sas del mundo. Nadie puede negar hoy que el New Deal chino ha sido la tabla de salvacidn de esta recesién, evitando que ésta dege- ‘ferase en una nueva versién de la Gran Depresién. Y muchos estamos convencidos de que los cambios en curso acabarin po- niendo fin a la primacia econémica estadounidense. Sin embargo, las transformaciones chinas no se limitan al ém- bito econémico, ya que el crecimiento del PIB chino va de la mano de reformas sociales y politicas impensables en la época maojsta, un extrafio maridaje en un pais que sigue siendo comu- nista, De la defensa de los derechos humanos al impulso de las cenergias renovables, incluso el respeto a las reglas de la Organiza- cién Mundial del Comercio y hasta el experimento de la demo- ctacia participativa, el pais esta empefiado en la creacin de un nuevo modelo de sociedad. Y aunque de momento la democracia de corte occidental no figure entre las metas establecidas, no es 16 Maonomics menos cierto que hace décadas que se guardan decididamente las distancias con el totalitarismo posbélico para mirar exclusivamen- te al futuro. ¢Puede hablarse de capicomunismo? Este podria ser, precisamente, el modelo del siglo xxi. El viajero que va a ciudades como Shanghai o Pekin encuentra alli, sin duda, un anticipo de las metr6polis del mafiana. Su dina- mismo es una droga que intoxica a todo el mundo, sobre todo a los extranjeros. Miles de j6venes occidentales hacen de Shanghai su residencia porque intuyen que es la plataforma de lanzamiento del nuevo mundo, y no sélo a través de la Expo de 2010. Quien vive en China desde hace tiempo, es consciente de ello y sabe que se encuentra en el laboratorio del futuro, en la fabrica socioeco- némica, y también politica, donde se trabaja dia y noche para dar forma a la modernidad. En Occidente, las urbes proyectan una imagen totalmente dis tinta, En ellas aiin no se logra salir del marasmo de lo posmoder no y una sensacién de decadencia impregna las instituciones so- cioeconémicas; la m4quina politica esta oxidada por el tiempo y la intemperie financiera. Somos viejos y esto se lee en la cara de los viajeros pendulares diarios que todas las mafianas, para ir al trabajo, utilizan unos medios de transporte cada vez més atesta- dos y menos eficientes. Somos viejos, nos dicen nuestros jévenes condenados a la precariedad o al paro. Somos viejos, y la futura riqueza de Europa podria quedar reducida al patrimonio histéri- co y cultural de un continente convertido en el mayor museo del mundo. También la economia es vieja y hasta nuestra democracia se resiente de su avanzada edad. Los jévenes occidentales que en- cuentran un trabajo cobran salarios bajos respecto al coste de la vida; las discriminaciones que sufren los inmigrantes, que desem- pefian los trabajos mas serviles, estan a la orden del dia; y la to- ‘mamos con ellos por los errores cometidos por nuestra clase po- Iitica, una élite que no respeta la voluntad de la poblaci6n y mira exclusivamente mantenerse en el poder. Y'la prensa parece inca- paz de ejercer esa libertad que tantas luchas y vidas humanas ha costado. Introdueciéa 17 Una atenta observacién nos dice, sin género de dudas, que la senilidad de Occidente arranca de la misma coyuntura que el re- nacer socioeconémico chino: la caida del Muro de Berlin. ‘Asi pues, équién ha ganado la guerra fria? LA VICTORIA PiRRICA DE OCCIDENTE, Retrocedamos al fatidico aiio de 1989, matcado por dos acontecimientos en apariencia diametralmente opuestos: la r presdn dela plaza de Tiananmen yl cada del Maro de Berlin. Son estos dos sucesos los que marcan la pauta del proceso de globalizacién e influyen sobre las futuras politicas econémicas mundiales. La izquierda occidental se rompe en pedazos y el neoliberalismo se impone como inico modelo triunfante. En la euforia de la victoria, muy pocos intuyen que la globalizacién representa para Occidente el final de su primacia econémica. Veinte afios después, es facil considcrarla una victoria pittica « la vista de que el efecto de las reformas y reajustes a que han dado origen estos dos acontecimientos es la reconfiguracién del mapa geopolitico del planeta con ventaja para la China comu- nista. Pero hace veinte afios la interpretaciGn oficial y las expec- tativas eran muy distintas. Occidente atin ve la respuesta armada de Pekin en la plaza de Tiananmen como una represién violenta a la democracia de corte ‘occidental, y la demolicién del Muro de Berlin como una sefial de su triunfo sobre el mundo comunista, Interpreta el final de la gue- tra fria como una victoria evidente del sistema democritico ycon- sidera que los soviéticos han sido afortunados por abrazar ese sis- tema y a los chinos desgraciados por haber seguido siendo comunistas. En cierto modo, China acaba sustituyendo asi, en el imaginario colectivo occidental, al enemigo soviético: un régimen dictatorial que no respeta los derechos humanos, un pais hipécri- ta que falsea datos econémicos y explota perversamente a los tra- bajadores, una nacién que dista mucho de poder aspirar al papel de primera superpotencia del mundo globalizado. Todo ello, na- Oo 18 Maonomics turalmente, debido a la ausencia de democracia sin la cual no existe bienestar ni progreso. LLéstima que tal razonamiento descanse en inexactitudes 0 en auténticas leyendas. ‘Alaluz de los objetivos econémicos alcanzados en los iltimos veinte afios, China ha gestionado el proceso de globalizacién me- jor que las democracias occidentales. Desde aquel lejano 1989, las condiciones medias de vida de los chinos han mejorado radical- mente, mientras que en la Europa del Este y en los territorios de Ja vecina Unién Sovietica, donde ha arraigado la democracia de tipo occidental, la pobreza y el analfabetismo estn a la orden del dia Por no hablar de Irak y Afganistin, donde la exportacién bélica de la democracia ha desencadenado una guerra civil Quienes en aquel lejano 1989 habrian sido «derrotados» en la guerra fria son hoy candidatos al liderazgo de la economia globa- lizada, ¢Paradoja? No. Mas bien error de apreciacién producto de la miopia politica y de la arrogancia de un Occidente acostum- brado, desde siempre, a ver en cualquier manifestacién de disenso procedente del mundo comunista —sistema percibido como anti- tético—, un deseo de imitacién de la sociedad que él propugna. Un error que, veinte afios después, hay que corregit. ‘LOS INOPORTUNOS SIGNIFICADOS DE LA DEMOCRACIA En Tiananmen, igual que en Berlin, con el grito de «demo- cracia» la gente no pedia un régimen idéntico al nuestro, sino mas bien nuestro mismo bienestar. En 1989, los chinos y los ha- bitantes del Este europeo poco sabian de la democracia occi- dental, de la que sélo tenian una visi6n romantica, falseada sin duda por la propaganda occidental y por la comunista. Lo que Ja gente deseaba era la simple mejora de las condiciones econé- micas que, a la vista de la riqueza del Occidente democritico, confundian con un cambio de régimen politico. La idea de que bastaria con abrazar la democracia para ser ricos estaba muy ge- neralizada. Introduccién 19 «La gente no suefia con clecciones politicas, sino con la liber- tad econémica», repetia a menudo en 1981 el gobernador del banco nacional de Hungria cuando yo trabajaba a sus érdenes. «En la balanza de los deseos comunistas pesa mas la propiedad privada que el derecho al voto.» Y en nombre de estas conquistas el pueblo estaba dispuesto a lo que fuese. En los paises socialistas no faltaban tanto las urnas como el incentivo del beneficio, el mis- ‘mo que Marx define como el fulcro de todo el sistema capitalista ¥ que, como nadie ignora, funciona bien en los regimenes demo- craticos. Pero ningtin estado comunista ha entendido la fuerza y la importancia del mismo, salvo China. El Muro de Berlin no se desmoroné porque la forma de go- bierno que impera en Occidente ganase la guerra fria, sino por: que el llamado socialismo real no habia entendido la teorfa mar. 2 xxista; ésta es una de las desconcertantes verdades que se perfila en los diltimos veinte afios. El error de los soviéticos fue eliminar de la ecuaci6n econémica el beneficio, pensando que bastaria su su- ptesién para dar paso a la dictadura del proletariado, la unica parte del andlisis marxista que no se apoya en hechos sino en una serie de hipétesis; y es un paradéjico error de interpretacién, por- que el mejor anilisis del beneficio capitalista es precisamente el marxista. Quien lo haya estudiado a fondo sabe que Marx jamas habria sofiado extirpar el falé#s Gel sistema de produccién y que, al contrario, su objetivo era hacer que la clase trabajadora se lo apropiara y disfrutase de él en proporcién a su contribucién, en funcién de la plusvalia La teoria marxista es, fundamentalmente, una doctrina eco- O némica y no una forma de gobierno. Tergiversado, primero por a ideologia politica leninista y luego por el estalinismo, y pri vado del sentido de la proporcidn por el antagonismo de la guerra fria, el marxismo de la URSS se convirtié en algo muy distinto; en un régimen totalitario, Lo que, a su vez, por un circulo vicioso, se tradujo en sinénimo de comunismo. Su fra- caso redujo la parte del mundo que dominaba a un desierto econémico donde estaban excluidos el beneficio, la motivacién y el crecimiento. 20 Maonomics ‘Aunque a veinte afios de distancia sigamos celebrando el triun- fo del Occidente libre frente al Este totalitario, lo cierto es que el expetimento econémico soviético se ha hecho pedazos solo. Como veremos, la ret6rica ideol6gica de Reagan y de la sefiora Thatcher, como bisageas fundamentales del neoliberalismo y del andamiaje democritico que Occidente ha construido sobre él, nada tienen que ver con la caida del Muro de Berlin, Es la propa- ganda occidental la que ha elaborado lo que hoy sigue siendo la opinién predominante: esa ecuacién que vincula la desintegracién de la URSS al triunfo de la democracia. ‘Todavia hoy esta certidumbre sigue siendo fuente de tranqui lidad politica para todos nosotros, haciéndonos creer que «nues- tra democracia» es superior al marxismo entendido como sinéni- mo del totalitarismo soviético, pero también, sobre todo, al ‘modelo del comunismo chino. Mientras, China es la pura eviden- cia de que no ha sido Marx el expulsado de la historia, y de que, a diferencia de los rusos, los chinos han logrado crear una forma de dictadura del prolctatiado que funciona y evoluciona. Y que ga rantiza el progreso y el bienestar mejor que otros sistemas, como Jo confirman los sorprendentes datos econémicos, como son el aumento de la renta real media per cépita china y un crecimiento del 9 por ciento del PIB en 2009, al contrario que el de las demo- cracias occidentales, que segufa siendo negativo. La objecién a estos datos recurre a un razonamiento ideol6gi- co: China es una dictadura donde no se respetan los derechos hhumanos. Se trata de una critica obsoleta aplicable a una nacién ‘muy distinta a la actual y, por tanto, una verdad a medias. Tam. bien en el terreno de los derechos humanos China ha dado pasos de gigante en la trayectoria de respeto al individuo; se halla lejos de la meta, pero no se puede negar que va por buen camino. Occi- dente, por el contrario, parece ir en sentido contrario por un ca- mino de hipocresia. Somos los incorruptibles valedores de la jus- ticia internacional pese a que exportamos nuestras ideas politicas con los B52 y hacemos a diario negocios con el crimen organiza- do. ¢Cémo definir la intervencién armada en Irak, que, justificada a partir de informaciones falsas, ha causado millares de muertos? Inttoduecién 21 20 cl empleo de la tortura, las extraordinary renditions sanciona- das por la administracién Bush y practicadas también por los in- aleses, o lo que ocurre en Guantnamo? Son hechos en clara con- tradiccién con la Declaracién Universal de Derechos Humanos y la Convencién de Ginebra. Lamentablemente, los ejemplos de cémo también Occidente infringe los derechos humanos son numerosos y estan a la orden del dia. ¥ lo mismo puede decirse de la corrupeién y el fraude que abundan por doquier, desde Madoff hasta Wall Street, la CIA, ‘que paga en Afganistan al hermano de Karzai para tener contactos con los sefiores de la guerra, ¢ incluso Blackstone, la empresa de mercenarios estadounidenses implicada en una serie de casos de corrupcién en Irak. Como ancianos que se aferran a sus recuerdos mientras la capacidad de gestionar el presente se les va de las ma- ‘nos, Seguimos retrocediendo, perdiendo por el camino valores que habjamos conquistado a lo largo de siglos de lucha social. ‘Mientras, China avanza y mejora dia a dia, pero no es democré- tica segtin nuestros parametius. Ese es el problema. Pues bien, esta valoracién de la «falta de libertad» politica de la poblaci6n es fruto también de un equivoco conceptual. Para los chinos que en 1989 ocupaban la plaza de Tiananmen, bajo la gigantesca fotografia de ‘Mao, democracia era sin6nimo de igualdad econémica, es decir, de igualdad de oportunidad de crecimiento, algo que en los ilti- ‘mos veinte afios ha obtenido gran parte de la poblacién china. A diferencia de los camaradas soviéticos, para ellos «demo- cracia» no era una palabra nueva ni un concepto «importado» como las elecciones. Mao la habia pronunciado centenares de miles de veces en sus discursos cuando decia que el gobierno existe para promover los intereses del pueblo, contraponiéndo- los expresamente a los de los «otros» que lo que hacen es oprimir al pueblo, como fue el caso de los extranjeros que vivieron como colonizadores de China hasta la revolucién de 1949. Ahora bien, a idea del Estado «al servicio del pueblo» sigue hoy dia profun- damente arraigada en la sociedad china. ¢Podemos decir lo mis- mo de nuestras democracias, sacudidas casi a diario por esciinda- los politicos? O 22 Maonomics Hay, ademés, otro factor clave: el origen de la democracia para Jos chinos es revolucionaria, no electiva. Zhou Youguang, que con 103 afios ha vivido un vasto periodo de la historia china, recuerda gue Zhou Enlai sostenia que el Partido Comunista de China era un partido democratico. En el imaginario colectivo chino no hay nada més democritico que una revolucién que detroca a quien gobierna mal; y los parémetros para juzgar el mal gobierno son casi todos econémicos. Hoy, igual que hace veinte afios, la democracia vuelve a la es- fera del Partido y no existe fuera de él y, desde luego, no forma bloque opositor. En el libro Our of Mao's Shadow,’ que recrea los hechos de Tiananmen en 1989, uno de los participantes en las protestas, el abogado Pu Zhiqiang, describe asi las motivaciones de los estudiantes: «Queriamos ayudar al gobierno y al Partido a corregir los errores cometidos». No derribarlo ni sustituirlo por otto sistema politico; los estudiantes y trabajadores chinos con- gregados en la plaza pedian una apertura del régimen que permi- ese una mejora de las condiciones de vida. «Democracia» era s6lo el nombre de aquella liberalizaci6n, un instrument como garantia de las oportunidades que el pueblo chino esperaba como un derecho. eBuede haberse perdido totalmente el significado de la caida del Muro de Berlin y de los hechos de Tiananmen en la traduc- cién politica de Oriente a Occidente? Nada més facil. Soviéticos y chinos esperaban poco o nada de nuestra forma de gobierno, peto del mismo modo nosotros estabamos en la inopia en cuanto al significado que ellos atribuian a la palabra. Para nosotros la , En un estudio de T. S. Ashton citado por Hutt se demuestra que en 1831 el coste de la dieta estandar de los pobres en Inglate- ra era idéntico al de 1791. Pero trabajando en las fabricas y per- cibiendo un salatio podian permitirse comer mas. Lo mismo pue- de decitse de la industrializacion china: en los afios cincuenta y sesenta, los campesinos morian de hambre y a partir de su meta- ‘morfosis en obreros migrantes tienen indudablemente el estéma- ‘go mas lleno. En comparacién con los siervos de la gleba y los esclavos de siglos anteriores, los obreros descritos por Dickens en Tiempos dificiles eran afortunados. También los chinos que trabajan en nuestros paises tienen a diario perspectivas mejores que sus abue- los y hisabuelos, sojuzgados por la colonizacién occidental. La historia de Fratellone, un chino clandestino de 40 afios que en 2004 trabajaba de soldador en una ciudad de Toscana, lustra bien este aspecto desconocido de la explotacién capitalista."* Fratellone ganaba entre 700 y 800 euros al mes, Una miseria segiin nuestros parémetros, pero todas las fabricas en que traba- j6 le facilitaron comida y vivienda, por lo que era capaz de en- vviar a casa 600 euros mensualmente. Desde que esti en Italia ha devuelto el dinero que le prestaron para el viaje y se ha compra- do una casa en China. Su suefio es regresar a su pais con 200,000 ‘© 300.000 yuanes (de 20.000 a 30.000 euros) para comprar una vivienda a sus dos hijos y vivir una plicida vejez. Es una meta factible, que sus padres ni siquiera habrian podido sofiar. Ha- cerla asequible a su generacién ha sido obra de la politica de -«puertas abiertas» y de la globalizacién. No fue Dickens el tinico en no ver en la Revolucién industrial ningiin aspecto positivo para los explotados. Es bien conocida la famosa frase del economista Thomas Malthus: «El aumento de la riqueza de las naciones ha contribuido poco o nada a la mejora La carrera ala baja de los salarios 65 de las condiciones de vida de los pobres». En el lado contrario de la barricada se sitia Adam Smith que, como dijimos, vio en el cegofsmo del capitalismo naciente el poder divino de Ia economia mediatizado por la «mano invisible» del mercado. ¢Y quién se situé en un término medio? Precisamente Marx. Karl Marx condené los modos de produccién pero no rechazé todo el proceso porque era consciente de que la industrializacién, cuyos problemas conocia bien, forma parte del progreso y es una fase necesaria del materialismo histérico, y consideraba que la ex- plotacién de la mano de obra es una etapa indispensable para al- canzat la dictadura del proletariado. El mismo razonamiento llevé a Deng Xiaoping a lanzar la politica de «puertas abiertas». Deng actualizé a Marx aplicéndolo a la China de finales del siglo Xxx. ‘Al margen de la mitologia pasada y actual, la Revolucién in- dustrial es, ala ver, la gloria y la vergtienza de la burguesia occi- dental. Por vez. primera en la historia el control de la economia rompié amarras con el origen noble, y ello fue una importante conquista. Del mismo modo, el capitalismo chino es la gloria y la vergtienza del marxismo. Su principal conquista es haber hecho asequible la riqueza a todos sin destruir el socialismo. Capitulo 3 LA NOUVELLE CUISINE CHINA: MARXISMO EN SALSA NEOLIBERAL, «La democracia en Occidente es una mesa en la que los clien- tes eligen el cocinero pero no los platos que les sirve. En China, por el contrario, siempre esté en la cocina la misma persona pero los clientes eligen qué comer de un abundante menti.» Asi expre- sa Fang Ning, famoso politélogo chino, la diferencia entre nues- tros dos mundos. El chef chino més famoso es, naturalmente, Deng Xiaoping, genial cocinero que supo transformar las recetas del marxismo en apetitoso mend a la carta. La muerte de Mao en 1976 cerré un capitulo importante y polémico en la historia de China. La Revoluci6n cultural, de la que incluso fue victima Deng, fue un proceso que instrumentali- zando la violencia buscaba borrar de la memoria histérica china todo indicio de cultura occidental para retrotraer al pais a las fa- ses de esplendor del imperio.’ La China posmaofsta surge en la cescena mundial con una sélida identidad nacional que, sin embar- 220, estaba enraizada en una cultura del pasado, la edad de oro de sus antiguas dinastias. Para convertirse en uno de los protagonis- tas del futuro sin dejar de ser comunista, esta gran nacién ha teni- do que adaptarse al ritmo de los tiempos, lo que equivale a adap- tar el marxismo al proceso de globalizacién; en otras palabras, el cocinero conserva su empleo sdlo si aprende a cocinar platos nue- vos. DEMOCRACIA PROGRESIVA Si hoy Shanghai es la nueva Nueva York, una metrOpolis que ccontagia su dinamismo, es gracias a la politica de «puertas abier- 68 Globalizacin ycomunismo tas» de Deng. En la China actual uno tiene la impresién, como en pocos paises, de formar parte de la historia, aunque sélo sea en calidad de espectador. El suefio de Deng, 0 como decia él «la mo- dernizacién socialista», va tomando forma? Pero chay muchos que se den cuenta? Los medios de comunicacién y la retérica de nuestros politicos siguen describiendo a China como una nacién oprimida por la dictadura, haciendo énfasis en las desigualdades sociales —que las hay— y silenciando los progresos y el impulso hacia la modernidad. Es precisamente esta modernidad socialista Ja que hoy dia celebran los chinos. Lo explica Arthur Kroeber, periodista independiente que reside en China desde 1987: La gran conquista es que el Estado chino y la poblacién han logrado superar ereativamente los desafios de la historia de los sltimos treinta aos. Han desmantelado gran parte de la economia socialista sin provocar Alistorsiones sociales, politicas y econémicas. Al menos es lo ocurrido en la industria estatal. A finales de los afios noventa se pusieron manos ela ‘obra v en 2005 Ia fuerza de trabaio en este sector se habia reducido « 50 millones de obreros. Un proceso que ha quebrantado antiguas prome: sas sociales. La gente se ha quedado sin la pensiny la asistencia sanitaria sarantizadas por el sistema socialista, pero el Estado ha gestionado bien la transicén, A cambio de estas seguridades la poblacién ha recibido el de- recho a la propiedad, como el de la casa en que vivian, pero también la ‘oportunidad de ser su propio patron en el trabajo. Con ello, el desmante lamiento de la economia socialista ha adquitido connotaciones humanas, Repasemos algunos aspectos de esta metamorfosis para enten- der el paso del maoismo al capitalismo actual y refutar al mismo tiempo ciertos estereotipos. La formula utilizada a finales de los afios setenta por Deng apuntaba hacia cuatro modernizaciones: agricultura, industria, defensa y ciencia, Son significativas las dos primeras en particular porque abren la economia al mercado exterior. ‘Como hemos visto, entre 1979 y 1981 el Partido desmantel6 las comunas agricolas, caballo de batalla del marxismo maofsta, autorizando a los campesinos a criar privadamente cerdos y aves de corral. Fue el primer paso hacia la institucién de la propiedad La nowselle cuisine china: marxismo en salsa neoliberal 69 privada, Poco después los agricultores comenzaron a tomar en arriendo pequefias parcelas y a cultivar lo que quetian para ven- derlo en los mercados? Bastaron estos cambios para hacer aticos en s6lo dos afios uno de los cimientos del maofsmo: las comunas agricolas. Nadie ha tenido que volver a agacharse a recoger céscaras y hasta el ala ul- traconservadora del Partido celebré los resultados positivos. Lo explica Zhao Ziyang en Prisoner of the State: Deshacerse de las colectivizaciones resolvié una serie de problemas agricolas que agobiaban a los dirigentes; en primer lugar la escasa renta y productividad de la tierra a causa del empleo de cultivos equivo: cados Es lo que sucedié en el noroeste de Ja provincia de Shan- dong. Hasta 1983, en esta zona, las colectivizaciones agricolas pro- ducian trigo por la crénica carestia del mismo en el pais y la obse- sién de Mao por la autosuficiencia alimentaria.’ Durante la Larga Marcha habia visto bien de cerca la pobreza del campo, prome- tiéndose resolverla con las colectivizaciones. Los suelos alcalinos y ticos en sales del noroeste de Shandong eran més adecuados para el cultivo de algodén, que también escaseaba en el pais, pero los bienes alimentarios tenian prioridad absoluta y Pekin impuso a los campesinos de la regién el cultivo de trigo, con mediocres resultados. Deng y Zhao revolucionaron el sistema introduciendo uno de los principios fundamentales del libre mercado: el comer- cio exterior. Gracias a la importacién, Shandong pudo sustituir el cultivo del trigo por el del algodén, « de Rusia figuran entre los mejores amigos de muchos gobiernos occidentales, con Italia a la cabeza. En la versin afgana del programa, Hamid Karzai fue reele gido a pesar de haberse demostrado que bajo su mandato han aumentado la corrupcién y la criminalidad, y vemos cmo nues- tos lideres celebran su victoria, a pesar de que pocos dias antes la Unién Europea e incluso Estados Unidos denunciaron el fraude clectoral, Karzai gané en el concurso de la superdemocracia por- «que es el candidato con el que més nos identificamos los occiden- tales; habla nuestro idioma, ha estudiado y vivido afios en Occi- dente y sabe cémo complacer a nuestros politicos. Ha ganado también porque ahora para nosotros, que s6lo vamos a votar —no- salimos ya a la calle ni acudimos a las sedes de los partidos—, la politica es simple espectaculo. En China la gente sigue interviniendo, sobre todo si se trata de asuntos que la afectan. Celebran reuniones en los barrios cuando algo va mal, y todos hemos visto en la televisién las luchas de los, que se resisten a abandonar sus casas para ceder terreno a los nue- vvos rascacielos. El triunfo es irrelevante, lo que cuenta es que la [La nowcelle cuisine china: marxismo en salsa neoliberal 73 politica forme parte de la vida diatia y no se convierta en un reali- ty show televisivo como casi ha sucedido en muchos paises que antes eran comunistas. El binomio democracia-bienestar que tan- to ensalzibamos ante la poblacién del bloque soviético se ha de- srumbado al mismo tiempo que los ladrillos del Muro de Berlin Los chinos se han dado cuenta, y, aunque importan nuestros mo- delos musicales transgresores y el formato televisivo, no compran reality show politico. Por qué? En China, la democracia de corte occidental va asociada a tres grandes catastrofes politicas: la desintegracién del bloque soviéti co consiguiente a la apertura de Gorbachov; la democracia popu- lar de la Revolucién cultural china, impulsada por Mao con las purgas, y la independencia de Taiwan tras la huida de Chiang Kai- shek de China’ Por tanto, la democracia es sinénimo de caos, de ausencia de control, y esa visién apocaliptica ha contribuido a ci- mentarla el PCCh, que a raiz.de los hechos de Tiananmen y las secuelas de la caida del Muro de Berlin hace hincapié en la rela- ciéa «democtacia occidental = caus». A partir de 2001 ha sido cada vez més dificil contrarrestar esta visiGn desde que las imagenes del Irak «democratico» en llamas, la explosién de la produccién de opio en Afganistan y las acusa- ciones de fraude en las elecciones afganas han copado los teledia- rios de todo el mundo. Los chinos no tienen interés en importar nuestra democracia porque no se adapta a la realidad china, Pekin es perfectamente consciente de que el sufragio universal se puede introducir con relativa facilidad en un pais en transicién, pues basta con convo: car elecciones. Pero no es tan fic hacerlo respetando las leyes. En el reality show de la superdemocracia es facil votar al candida. to con quien nos identificamos, pero es casi imposible evaluar si posee realmente los valores que nosotros, y no nuestros politicos, consideramos indispensables. ¢Serd de verdad como dice? ¢Cede- 14 a la corrupcién? Son interrogantes a los que no podemos res ponder desde el sofii en nuestra casa. Visto desde Pekin, no tiene importancia que se vote 0 no en Irak 0 Afganistin, naciones paralizadas por guerras que han des- 74 Globalizacién y comunismo truido la estructura misma de la sociedad civil, paises en los que cientos de miles de personas han sido asesinadas y muchas més han sido desplazadas. En estas democracias no hay respeto por la ley, que es el tinico instrumento que limita el poder que el pueblo deposita en manos de sus representantes. La democracia dicta las reglas y la ley las hace respetar; es el principio del buen gobierno. Sin ley las reglas no son mas que palabras, Pero mientras que la democracia como «técnica» puede exportarse, el espiritu del respeto a la ley es una conquista cultu ral imposible de importar a un pueblo. Y la pregunta clave que hace veinte afios se plantean los asiticos es la siguiente: ccuil de estas dos conquistas, sufragio universal y respeto a la ley, es mis importante para un pais emergente? ¢Es mejor confiar en la ley (como es el caso de los tigres asiéticos de Singapur y Hong Kong), en las urnas (como han hecho tantos paises en vias de desarrollo desde Yugoslavia hasta Ruanda)? ‘Quienes tras la caida del Muro de Berlin optaron por la segun- da upcidn ly hicieron por motives cconémicos, porque la pro- puesta democratica prometia progreso, bienestar y riqueza, Pero ahora nos damos cuenta de que la guerra fria se hizo sobre el frente econémico y no el ideolégico. En el imaginario colectivo de la poblacién del bloque comunista, el triunfo de Occidente habria debido cimentar la ecuacién «democracia = consumismo ameri- cano, bienestar y modernidad. Esto es vilido para todos los pai- ses en transicién que han optado por el modelo demoeritico occi- dental. En las instrucciones de llegada de la carrera a las urnas no figuraba la nota «Sufragio universal», sino «Riqueza» y el voto ha sido el dopaje para acabar la carrera DE VIAJE HACIA LA MODERNIDAD, China participa en el mismo maratén pero con distintos es- timulos, Rechazado el concepto de democracia occidental, que ‘como hemos visto es para los chinos casi sindnimo de desorden, el Partido se ha concentrado en el respeto a la ley. Hasta la iz- La nowvelle cuisine china: marxismo en salsa neoliberal 75 quierda intelectual china, la llamada Nueva Izquierda, esté de acuerdo en que «el modelo chino se basa en el respeto a la ley y en la participacién directa de los ciudadanos mas que en las elec ciones en si».* Y es innegable que en los iltimos veinte afios el pais ha dado pasos de gigante para potenciar sus instituciones juridicas, en el terreno de los negocios, por ejemplo. Lo reconocen hasta los ame- ricanos. En un editorial del 11 de noviembre de 2009 del Interna- tional Herald Tribune, John Watkins, presidente de la Camara de Comercio americana en China, afirma: «China esta poniendo en marcha una serie de leyes en defensa del medio ambiente y contra a corrupcién, y respeta las reglas de la OM». ‘Watkins esté, ademas, convencido de que Pekin ha demostra- do gran madurez juridica respecto a las tarifas arancelarias impues- tas por Washington a finales de 2009, permaneciendo impasible ante el proteccionismo americano también durante 2010 y 2011 Sin embargo, también es cierto que en los iltimos veinte afios China ha inventado formas de participacién alternativa, dirigidas por el Estado, evidentemente, que implican a la poblacién en el proceso de las decisiones politicas. Son consultas piblicas, en- cuentros con expertos, investigaciones sociales y experimentos en el ambito de la sociedad civil. Como veremos més adelante, la prensa desempeiia un importante papel en el didlogo constante que se establece entre piblico y politicos. Wang Shaoguang, lider de la Nueva Izquierda, define este mo- delo como «democracia deliberativa». Se acabaron los tiempos en gue el Gran Timonel ditigia el barco. «

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