Professional Documents
Culture Documents
Al igual que otros tipos de fobias, es un trastorno psicológico que se manifiesta a través de una
serie de respuestas fisiológicas. Es un trastorno relativamente raro y poco común, aunque
puede ser excepcionalmente debilitante para quien lo sufre, debido a la naturaleza del miedo.
Puede originarse por estímulos irracionales o debido a un trauma que pueda haber
experimentado una persona.
Síntomas
La hafefobia se manifiesta como un miedo intenso o pánico a ser tocado, es decir, miedo al
contacto físico. Esto sucede independientemente de la persona con la que el afectado entra en
contacto. Alguien puede ser incapaz de abrazar a sus propios padres o cónyuges sin tener que
lidiar con sentimientos intensos de miedo o ansiedad causados por la interacción física. La
persona puede retroceder involuntariamente para evitar contacto físico (acción refleja).
El temor causado por hafefobia puede manifestarse de forma física en la persona afectada con
uno o varios de los siguientes síntomas:
Causas
Este trastorno también puede ser causado por un temor puramente irracional sin base en
hechos de la vida de la persona, actuando como una lucha o huida en respuesta a un estímulo
apropiado. En muchas personas, es solamente una respuesta al contacto físico con alguien
desconocido con el propósito de conservar el espacio privado y mantener una sensación de
seguridad personal. Esta desconfianza o protección involuntaria, sin embargo, es típicamente
relajada alrededor de amigos y familiares; por contra, alguien que sufre de hafefobia no es
capaz de controlar esta respuesta en ningún entorno.
Tratamiento
La hafefobia suele tratarse como otras fobias a través de las terapias conductuales y
cognitivas, que consisten en hallar los motivos de la fobia y combatirlos. La terapia cognitiva se
utiliza a menudo para tratar de determinar el origen de este miedo, sobre todo cuando hay
una causa real, tales como abuso sexual o violencia física.
La terapia de comportamiento también suele utilizarse para ayudar a una persona a aprender
a controlar su comportamiento y aprender a responder adecuadamente a los estímulos
externos.
Esto sucede porque el cuerpo tiene memoria y además marcas invisibles. Estas marcas tienen
que ver justamente con trazos en algunas partes del cuerpo que se produjeron en los
intercambios táctiles con las figuras parentales. En la mayoría de las personas que no soportan
tocar ni ser tocados, hay una historia complicada en el vinculo con la madre. Huir del contacto
físico es una manera de no querer abrir un baúl de recuerdos dolorosos. Porque todos
sabemos que el cuerpo habla de nuestra historia y de nuestros padecimientos. Uno puede leer
parte de la historia de una persona a través de su postura, de la calidad de su piel, incluso de
su mirada y además cada individuo puede hacer un relato de su vida a través de lo que llegó a
su cuerpo, por la memoria corporal y por lo que se le contó
Rechazar ser tocado es negarse a aceptar ese pasado que no termina de ser pasado porque se
reactualiza permanentemente
Pero no hay que olvidar que ya Freud hablaba del cuerpo como zona erógena, y que el cuerpo
todo esta ligado a la identidad psicosexual. Y si nos detenemos en esto vamos a ver que este
evitamiento aparentemente generalizado, en realidad se dirige a otro bien preciso. Entonces
podemos preguntarnos quién es este otro que no soporto tocar ni que me toque porque corro
el riesgo de que me provoque un placer sexual que no puedo controlar? Esta es una pregunta
para hacer en el ámbito del consultorio, porque realmente todas las hipótesis son realmente
posibles y cada uno deberá pensar que es lo que lo concierne, y en estos casos es importante
poder realizar una reconciliación entre el cuerpo y la psiquis
http://www.deorugasymariposas.com/2015/05/-juegos-estimulan-contacto-fisico-familia-
ninos.html
1.
Permanece calmado y racional. Contar con un plan de acción para lidiar con el
rechazo te ayudará a aprender a no temerle, ya que desarrollarás confianza en tu
capacidad para afrontar el rechazo de forma eficaz. Cuando nos encontramos en el
preciso momento, solemos sentir y reaccionar basándonos en nuestras emociones, no
nuestro cerebro. Tu estado emocional y tu salud física tienen efectos fuertes en tu
estado cognitivo y es probable que tu reacción instintiva sea dejar que tus sentimientos
y emociones tomen el control. Sin embargo, es importante permanecer calmado para
escuchar lo que la persona que te rechaza tiene que decir y así poder responder de
forma racional y apropiada.
Por ejemplo, considera cómo reaccionarías ante alguien que te intercepta en el tráfico
cuando estás muy cansado y tienes un resfriado, en comparación con la forma en la
que reaccionarías en esa misma situación justo después de saber que obtuviste un
ascenso. En la primera situación, podrías estar enfurecido, mientras que en la última
podrías restarle importancia. El evento es el mismo, pero tu reacción es diferente
debido a los factores situacionales como tu estado de ánimo y tu estado físico.
Para brindarte otro ejemplo, si bien es probable que quieras gritarle al encargado de
selección de personal por no contratarte, es importante que permanezcas calmado y
respondas de una manera apropiada para la situación profesional. No es necesario
que te guste la decisión, pero puedes responder con respeto.
2. 2
Empieza a escribir un diario. Escribir un diario puede ser muy beneficioso para la
reflexión y el desarrollo cognitivo, ya que te da la oportunidad de documentar tus
miedos, dudas, sentimientos, pensamientos e ideas. Al escribir sobre tus sentimientos
en una página, serás más capaz de liberarlos y evitar ahondar en lo que no puedes
cambiar (como una ruptura, una carta de rechazo de una universidad, una solicitud de
beca rechazada, etc.). Escribir puede ser una herramienta útil para abandonar tus
sentimientos de miedo.[1]
El propio acto de expresar tus sentimientos e ideas libres en palabras te puede ayudar
a comprenderlos mejor. En relación con el miedo al rechazo, escribir sobre este tipo de
miedos puede ayudarte a superarlos evaluándolos desde una perspectiva más neutral
y menos emocional.
Algunos ejemplos de lo que puedes escribir en relación con el rechazo incluyen: en lo
que te da miedo que te rechacen (p. ej., “tengo miedo de que esta persona me
rechace si la invito a salir”), cómo te sentirías si te rechazan (p. ej., “inútil, poco
atractivo, etc.”), las posibles razones por las que una persona podría rechazarte (p. ej.,
“porque se separó recientemente de alguien”), los posibles puntos positivos del
rechazo (p. ej., “tengo más tiempo para mí. Puedo buscar a una nueva pareja y salir
con otras personas”) y lo que podrías perderte si no lo intentas (p. ej., “si no invito a
salir a esta persona, podría preguntarme por siempre qué habría pasado si la hubiera
Identifica todas las afirmaciones de todo o nada y anótalas. Por ejemplo, “Si no
consigo este trabajo, esto significa que soy un inútil y nunca triunfaré en nada”.
Identifica el componente de todo o nada en la afirmación. Por ejemplo, “Tener este
trabajo me hace valioso, no tenerlo me hace un inútil”.
Refuta la polarización. Por ejemplo, “No he tenido este trabajo antes y mi vida no ha
sido inservible hasta este momento”.
Enfócate en lo positivo. Por ejemplo, “En el pasado he postulado a otros trabajos y me
han contratado. Ahora tengo esta excelente carta de presentación porque postulé a
este trabajo. Tengo habilidades grandiosas para las entrevistas”.
3. 4
Ten en cuenta que el rechazo siempre es una posibilidad. El rechazo es parte de
la vida y parte de afrontar tu miedo consiste en darte cuenta de que puede pasar, que
le pasa a muchas personas y que no es el fin, sino el comienzo. ¿Vas a postular a un
trabajo? También lo harán otras 100 personas. ¿Vas a invitar a alguien a salir? Hay
una probabilidad del 50 % de que esa persona te diga que “no” (¡y una probabilidad
del 50 % de que te diga que “sí”!).[4]
Ten en cuenta que no puedes controlar a nadie, solo a ti. Por ejemplo, si postulas a
una beca, no puedes saber lo que contiene el CV de los otros postulantes o lo que
colocaron en su carta de solicitud. Por otro lado, puedes asegurarte de hacer el mejor
trabajo posible. Solo puedes controlar lo que TÚ haces, no lo que hace alguna otra
persona.
Comprender que el rechazo es normal te ayudará a lidiar con él de forma más eficaz.
Verás que le pasa a todos y que el mundo no está en contra tuya. Además, mientras
más pase, más normal se volverá y menor será el miedo que le tengas.
Sé agradecido con el rechazo. Puede ser más fácil decirlo que hacerlo cuando te
sientes molesto por haber sido rechazado, pero aceptar este rechazo con gratitud no
solo beneficiará a tu estado mental, también podría ser beneficioso en el futuro. En
lugar de atacar verbalmente, muestra comprensión y empatía. Para empezar, es
probable que antes hayas tenido que rechazar a alguien y sepas cómo se siente
aplastar las esperanzas de una persona. En la situación de la persona rechazada, este
es un momento en el que debes ser “mejor persona” y no responder de forma hiriente
o grosera. Mientras mejor afrontes el rechazo, más fácil será olvidar tu miedo hacia él
cada vez que pase.
Por ejemplo, digamos que has postulado a un trabajo y te han rechazado.
Probablemente la mayoría de nosotros dejaríamos las cosas como están, pero puede
ser beneficioso ir más allá y enviarle un correo electrónico al encargado de selección
de personal para agradecerle por tomarse el tiempo de revisar tu solicitud y responder
a ella. Una nota como esta puede ayudarte a encontrarle un cierre al rechazo y
abandonar los sentimientos negativos. También es importante no quebrar las
relaciones, ya que algún día podrías querer postular a un trabajo diferente en esa
compañía. También podrías proseguir tu nota de agradecimiento con una pregunta
como “¿En qué me recomendaría mejorar?” para saber en qué área el encargado te
considera como un candidato sólido para el futuro.[5]
Para brindarte otro ejemplo, si la persona que te gusta rechaza tu invitación para salir,
acepta el rechazo con gratitud y di algo como “Comprendo y respeto tu decisión.
Espero que podamos seguir siendo amigos”. Lucirás como una persona madura y
respetuosa, lo cual todos consideran admirable. Si bien es probable que la persona no
quiera tener una relación sentimental contigo, podría sentirse feliz de que le hayas
brindado la posibilidad de ser amigos.
6
Mantén la perspectiva. El rechazo ocurre, pero no te rechazarán en todo. No podrás
alcanzar tus metas y tus sueños (ni siquiera conocer a otras personas) si no te ofreces
para crear oportunidades para ti. Si sales al mundo y tratas de alcanzar lo que quieres,
es realista esperar algo de rechazo de vez en cuando. Esto está bien, ya que es
probable que estas opciones no hayan sido adecuadas para ti y esto solo significa que
hay mejores oportunidades esperando por ti. Recuerda que tu vida está compuesta
por más que solo rechazo y que en el futuro experimentarás el éxito y el rechazo. Es
importante mantener una perspectiva más amplia que vaya más allá del momento
exacto en el que ocurre el rechazo. Analiza tu pasado y los momentos posteriores.[6]
4. 7
Reconoce que los eventos son neutrales hasta que les atribuyas un
sentimiento. No le temas a algo que aún no ha pasado. Por lo general, asumimos una
conexión directa entre lo que sentimos y el evento en cuestión. Ten en cuenta que un
rechazo solo significa que no has conseguido algo que querías. Eres tú quien añade
los sentimientos subsecuentes de duda, miedo, ineptitud o tristeza. Trata de identificar
estos momentos cuando atribuyas sentimientos intensos a una situación neutral.[7]
1. 1
Considera al rechazo como una oportunidad para abrir nuevas puertas. Redefine
tu percepción del rechazo para considerarlo como una oportunidad. ¿Recuerdas el
viejo dicho “cuando una puerta se cierra, otra se abre”? Es verdad. Ser rechazado en
una oportunidad te mantiene libre para otras oportunidades. Aunque en el preciso
momento del rechazo no lo parezca, dentro de cierto tiempo, podrías recordar este
rechazo y pensar “Gracias a Dios que no conseguí ese trabajo; de lo contrario, no
podría hacer lo que hago ahora”. En ocasiones pensamos que hay un solo camino
para alcanzar una meta determinada. Recordar que hay más de un camino para llegar
a tu destino puede ayudarte a afrontar exitosamente tu miedo al rechazo.[8]
2. 2
Considera al rechazo como una experiencia de aprendizaje. El rechazo no es el
fin, sino el comienzo. Esto es verdad porque, con frecuencia, puedes deshacerte de
algo o aprender de la experiencia del rechazo. En lugar de temerle, trata de pensar en
el rechazo como otra oportunidad para aprender, si ocurre. Por ejemplo, si has
postulado a un trabajo en el cual no cumplías con los requisitos básicos, pero has
decidido hacerlo de todos modos, quizás hayas aprendido que lo mejor es solo
postular si puedes cumplir con esos requisitos.[9]
Si has invitado a alguien a salir por mensaje de texto, quizás hayas aprendido que en
realidad sería mejor hacerlo en persona. Existen todo tipo de lecciones que podemos
aprender del rechazo y que pueden ayudarnos a hacer las cosas diferente y (en
ocasiones) mejor en el futuro.
También aprenderás sobre el rechazo en sí conforme lo experimentes. Mientras más
experimentes el rechazo, menos le temerás, ya que notarás que volverás a intentarlo y
progresarás en cada ocasión. Es probable que tengas que afrontar algunas
dificultades, pero no será tu fin.
3.
3
Vuelve a intentarlo una y otra vez. Hablando estrictamente sobre la probabilidad,
mientras más salgas al mundo y hagas un intento, más oportunidades crearás. Antes
de que surja el pensamiento negativo (p. ej., “Mientras más salga al mundo, más
probable es que me rechacen), recuérdate que cuando no lo intentas, estás en la
misma situación en la que habrías estado si te hubieran rechazado. Verás que tu
miedo te mantiene alejado de las oportunidades potenciales.[10]
4
Identifica las alternativas. Cuando nos rechazan, podemos vernos absorbidos en el
pensamiento de “todo o nada” (consulta la parte 1) y asumir que nos rechazan porque
de alguna forma somos inferiores o carecemos de algo. Es importante recordar que
siempre hay factores e información que no conoces y que pueden haber otras razones
por las que alguien habría elegido rechazarte. Identifica algunas posibles alternativas
en una situación para ayudar a reducir este tipo de pensamiento negativo y recordarte
que no conoces toda la información y los factores de una determinada situación y que,
nuevamente, solo puedes controlarte a ti, no a otras personas.[11]
1.
1
Acéptate. El miedo al rechazo puede reflejar una baja autoconfianza. Cuando tu valor
depende de los pensamientos y las percepciones de otras personas, tu autoconfianza
y tu valor propio están a merced de lo que las otras personas piensan de ti. En este
caso, tu autoconfianza no es estable, ya que podría ser fácilmente alterada por un
cumplido agradable o por un rechazo desagradable. Desarrollar y mantener tu
autoconfianza basándote en tus propias evaluaciones personales te permitirá ser más
estable y verte menos afectado por los eventos externos. Cuando confías en tus
capacidades y fortalezas, es menos probable que el rechazo te afecte.[12]
2.
2
Recuerda tus fortalezas. Nos volvemos más susceptibles al miedo al rechazo cuando
sentimos dudas y cuando nuestros sentimientos de valor propio dependen de los
demás. Es importante que tengas un sentido de orgullo y confianza en ti, y que valores
tus habilidades. Recordar tus fortalezas es el primer paso para encontrar la confianza
que proviene de tu interior, no del exterior.
Escribe una lista de fortalezas y capacidades en tu diario para resaltar tu valor propio y
refutar todo sentimiento de desconfianza en ti que surja por temerle al rechazo.[13]
Elabora una lista de cosas o momentos que te enorgullezcan. ¿Alguna vez has
participado en una carrera o conseguido una gran beca? ¿Ayudaste a un niño perdido
a encontrar a sus padres? ¿Le devolviste su dinero a una persona que lo perdió en el
metro? Prémiate por estas buenas cosas. Piensa en el tipo de habilidades que has
mostrado en esos momentos. ¿Cómo puedes hacer más cosas de ese tipo? Esto te
ayudará a desarrollar tu autoconfianza.
3.
3
Enfócate en tus metas. Basándote en las fortalezas que acabas de identificar,
elabora una lista de metas y objetivos que quieras cumplir. Esto puede intensificar tus
sentimientos de valor propio y propósito. Pregúntate: "¿Cómo abordaré el
cumplimiento de estas metas?", "¿qué debo hacer?" y "¿qué acciones puedo tomar
ahora?". Planificar tus metas, trabajar para alcanzarlas y cumplirlas te ayudará a
sentirte más seguro sobre tus posibilidades en el futuro y menos temeroso al rechazo.
4
Recuérdate las contribuciones que has hecho al mundo que te rodea. Contribuir y
ayudar a otros es muy gratificante y te da un sentido de propósito. Este sentido de
propósito contribuye de forma significativa con los sentimientos de autoconfianza y
autoestima. Las investigaciones han confirmado que, por ejemplo, el trabajo voluntario
mejora los aspectos clave del bienestar personal: la felicidad, la satisfacción con la
vida, la autoestima, el sentido de control de la vida y la salud física.[14]
5
Sé creativo y haz cosas. Reserva un tiempo para hacer algo que te alegre todos los
días, ya sea leer, cocinar, cuidar del jardín o jugar juegos de computadora. Acepta y
disfruta este tiempo que has reservado, te lo mereces. Repite esta frase las veces que
sean necesarias. Enriquecer tu vida con cosas que te gustan hacer te ayuda a sentirte
más positivo con la vida y, a su vez, más capaz de afrontar los retos de la vida y tus
miedos personales, incluido el rechazo.
Prueba algo nuevo. Aprende un nuevo idioma, toma una clase de cocina tailandesa o
prueba el teatro espontáneo. Al experimentar con actividades nuevas, podrías
aprender acerca de los talentos o las habilidades que no sabías que poseías. Esto te
puede ayudar a desarrollar tu autoestima y tu valor propio, y quizás también podría
mostrarte nuevos caminos en la vida que no habías considerado anteriormente. Si
puedes probar algo nuevo y afrontar esos miedos, también te ayudarás a desarrollar tu
resistencia al rechazo.[15]
6.
6
Cuídate. Dedicar tiempo y esfuerzo a garantizar tu propio bienestar mental y físico
puede ayudarte a desarrollar tus sentimientos de valor propio. Mientras más sanos
estén tu mente y tu cuerpo, mayor será la probabilidad de que estés satisfecho contigo
mismo y de que seas más capaz de afrontar exitosamente la posibilidad del rechazo.
Cuidarte significa hacer tu mejor esfuerzo para estar saludable, lo que sea que eso
signifique para ti. Aquí te brindamos algunos consejos útiles:[16]