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Nódulo tiroideo
J.-L. Wémeau
Por lo general, los nódulos tiroideos son benignos y pueden justificar una simple vigilancia y, en algunos
casos, una hormonoterapia, cuyo objetivo es prevenir la evolución hacia el bocio multinodular. Hay que
sospechar la malignidad (alrededor del 5% de los nódulos) sobre todo en las personas irradiadas, en caso
de nódulo duro, irregular, evolutivo, con calcitonina muy elevada (>100 pg/ml). Algunos aspectos
ecográficos (hipoecogénico, vascular con microcalcificaciones) y sobre todo citológicos también llevan a
sospechar o confirmar la malignidad y recomendar tiroidectomía total.
© 2009 Elsevier Masson SAS. Todos los derechos reservados.
■ Introducción
■ Fisiopatología
El nódulo tiroideo incluye toda hipertrofia localizada de la
glándula tiroides (nodulus = pequeño nudo). La carencia de yodo, el sexo femenino, los embarazos y la
La gran mayoría de los nódulos detectados dentro de la ausencia de inhibición de la tirotropina (TSH) contribuyen a la
glándula tiroides son y permanecerán benignos, y se inscriben constitución de nódulos tiroideos. También se atribuyen a
en el marco de las distrofias nodulares del parénquima tiroideo, factores locales de crecimiento tisular (factor de crecimiento
que se han constituido de manera progresiva a lo largo años y epidérmico [EGF], factor de crecimiento vascular endotelial
décadas. Sin embargo, algunos de los nódulos detectados por la [VEGF], etc.).
clínica o la ecografía, alrededor del 5%, corresponden a cánce-
res; en esta fase nodular, la exéresis quirúrgica garantiza las
mejores probabilidades de cura. ■ Estrategias de diagnóstico
Una valoración clínica, de laboratorio, ecográfica o incluso En algunas situaciones clínicas, los datos de la anamnesis y
citológica, razonable y llevada de manera lógica, permite la exploración orientan de entrada hacia un diagnóstico preciso,
determinar de manera bastante precisa el diagnóstico y el que permite limitar las valoraciones. Es el caso del hematocele,
pronóstico. la tiroiditis subaguda de forma nodular, el nódulo tóxico o
algunas formas claras de cáncer (Fig. 1).
■ Epidemiología En las otras situaciones más comunes, el nódulo se encuentra
aparentemente aislado. La mejor orientación para el diagnóstico
Las investigaciones de autopsia y ecográficas han demostrado y para la elección de las exploraciones es la determinación de
que la prevalencia de los nódulos llega al 30-70% de las la TSH.
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Vigilancia
Se ejerce en los planos clínico y ecográfico, de forma ideal
completada por una nueva valoración citológica al cabo de
6 meses o un año o, de manera secundaria, cuando la evolución
morfológica lo justifique. Para evitar una medicalización
excesiva en caso de formación aparentemente benigna, en
Francia se recomienda una vigilancia con intervalos crecientes:
por ejemplo, a los 6 meses, al año, a los 2 años, 3 años, 5 años,
etc. En las formaciones nodulares que en su inicio se conside-
raron benignas, las investigaciones realizadas en centros
especializados han demostrado que una malignidad secundaria
es posible, pero rara (del 1-2%).
Alcoholización
Figura 3. Producto de punción con aguja fina de un nódulo tiroideo:
aspecto de células tiroideas normales. En la actualidad se está evaluando la destrucción ultrasónica
de los nódulos benignos.
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Citología
Repetir
la punción
Sospechoso Indeterminado
o maligno
Gammagrafía Inmunomarcado
Citología
Sospechosa o Benigna
maligna
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Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo original: Wémeau J.-L. Nodule thyroïdien. EMC (Elsevier Masson SAS, Paris), Traité de
Médecine Akos, 3-0460, 2008.
Disponible en www.em-consulte.com/es
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complementarias Animaciones legales al paciente complementarias
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