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LIMA-PERÚ
2017
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Contenido
1. DEFINICIÓN: ................................................................................................. 3
8. CONCLUSIONES ........................................................................................ 18
9. RECOMENDACIONES ................................................................................ 18
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EL FENÓMENO DEL NIÑO
1. DEFINICIÓN:
Es un fenómeno cíclico que ocurre regularmente en ciclos de entre tres y ocho años
en la zona intertropical del océano Pacífico que afecta principalmente el Sureste
Asiático, Australia y Sudamérica., muy cerca de las costas de América del Sur.
2. ORIGEN DE SU NOMBRE:
Este nombre popular de El Niño se debe a los pescadores del norte de Perú (Paita-
pág. 3Piura). Ellos observaban que cada cierto tiempo las frías aguas de la corriente
de Humboldt, que baña las costas de esta región, se calentaban durante las fechas
navideñas, provocando que los bancos de peces de los cuales vivían desaparecían
amenazando peligrosamente su medio de subsistencia. A este evento le llamaron
“Corriente de El Niño”, ya que lo relacionaron a la Navidad y el nacimiento del niño
Jesús.
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3. ¿POR QUÉ OCURRE EL FENÓMENO DE EL NIÑO?
El meteorólogo Abraham Levy señala que este fenómeno ocurre porque el agua del
mar, que tradicionalmente es fría en el otoño e invierno, se calienta y ello trae
también un aumento de la temperatura general del aire. "Las corrientes de agua
cálida que no están en la superficie del mar viajan por debajo del mar, desde
Australia hasta el Perú. Es un proceso que se inició en enero y que dura tres meses;
por lo tanto, llegan en los últimos días de marzo".
A partir de ese momento, las aguas cálidas entran a nuestras playas por el norte,
extendiéndose a lo largo de todo el litoral peruano usualmente durante abril.
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4. ZONAS VULNERABLES
Este fenómeno se caracteriza por el calentamiento anómalo del mar focalizado en las
costas de estos países. Este calentamiento produce humedad que desencadena fuertes
lluvias causando desbordes, inundaciones y aluviones que afectan a varias localidades. El
fenómeno fue antecedido en el 2016 por una fuerte sequía que afectó a ambos países.
Los primeros indicios de El Niño costero se comenzaron a dar en Perú a finales
de noviembre de 2016. En enero del 2017, los departamentos de Lambayeque, La
Libertad, Piura y Tumbes se vieron afectadas por fuertes temporales. La crisis climática
también se intensificó y afectó a regiones muy alejadas de la costa
como Cajamarca, Huánuco y Junín. Hasta el momento varias jurisdicciones, que desde el
2016 se encontraban en fuera de riesgo, han sido afectadas por el fenómeno.
El 3 de febrero se declaró en estado de emergencia las regiones
de Tumbes, Piura y Lambayeque. Ese mismo día, el Comité Multisectorial Encargado del
Estudio Nacional del Fenómeno de El Niño (ENFEN) informó el establecimiento del estado
de alerta de El Niño Costero que se extiende por todos los departamentos del litoral
peruano, incluyendo el departamento de Lima.
Los daños más graves se registraron en el norte del Perú: los departamentos de Tumbes,
Piura y Lambayeque fueron afectados por lluvias torrenciales que provocaron inundaciones
y huaicos, afectando a viviendas y áreas de cultivos.
Otros departamentos más afectados fueron La Libertad y Áncash. Trujillo fue afectada por
las quebradas y varias vías de comunicación se encuentran bloqueadas. Mientras
que Huarmey quedó inundado e incomunicado por el desborde del río homónimo de la
ciudad.
En Lima, las zonas ribereñas de la provincia de Lima sufrieron los desbordes de los ríos
Chillón, Huaycoloro, Rímac y Lurín; las zonas más afectadas fueron Carapongo, Huachipa,
Chosica y Cajamarquilla. El suministro de agua en la capital fue restringido y en algunos
sectores hasta suspendidos por varios días debido a la turbidez de los ríos y al material
sólido que dificultaba su tratamiento. Otras provincias de Lima sufrieron también
estragos: Huarochirí, donde la localidad más afectada ha sido Santa Eulalia; y Cañete, cuya
capital, San Vicente de Cañete, sufrió la crecida del río Pócoto.
Más al sur, los departamentos de Ica y Arequipa sufrieron también los embates de las lluvias
y los desbordes de los ríos. En enero, la activación de las quebradas provocó la inundación
de la localidad de La Tinguiña (Ica) La ciudad de Arequipa sufrió restricciones en el servicio
de agua potable, debido a la alta turbidez registrada en el río Chili, que dificultaba el sistema
de tratamiento de la misma.
El 31 de marzo del 2017, el Indeci publicó un reporte que muestra los efectos del Niño
costero hasta la fecha. Este muestra un total de 101 fallecidos, 353 heridos, 19
desaparecidos, 141 000 damnificados y casi un millón de afectados a nivel nacional
desde diciembre del 2016.
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Imagen 2: Mapa del Perú de las zonas afectadas por el Niño Costero 2016-2017
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5. MEDIDAS DE PRECAUCIÓN POR PARTE DEL ANA
Esto se llevó a cabo en coordinación con los gobiernos locales y el Instituto Nacional de
Defensa Civil (Indeci).Los mapas de evacuación elaborados por la ANA incluyen 22
departamentos del país y 565 localidades.
El estudio Identificación de Poblaciones Vulnerables por Activación de Quebradas 2015 -
2016 revela que más de 560 poblaciones se encuentran en alto riesgo a nivel nacional.
Estas medidas son algunas de las acciones de prevención frente al Fenómeno El Niño que
lidera el Ministerio de Agricultura y Riego en las 14 regiones del país declaradas en estado
de emergencia (Niño Costero 2016-2017)
A fines del siglo XIX, los pescadores del norte del Perú apreciaron que todos los
años hacia finales de diciembre, cerca de la Navidad, solía ocurrir un incremento de
la temperatura del agua del mar, la cual era observable a lo largo de la costa norte.
Atribuyeron este calentamiento a la llegada de una corriente marina de aguas
cálidas a la que llamaron la corriente de “El Niño”.
Se definen como episodios El Niño (+) o de La Niña (-)
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Imagen 4: Cambio de temperatura.
Al fenómeno El Niño de 1972/73 le llaman “El Niño olvidado” (Glantz, 1996), ya que,
si es comparado con los eventos extraordinarios de 1982/83 y 1997/98, pareciera
ser cierta la afirmación; sin embargo, el Perú no lo olvida. Es en el contexto de este
Niño que se produce en el país el colapso de la industria pesquera.
Visto así, el Perú muestra una gran vulnerabilidad ante las variaciones climáticas
drásticas, como los episodios extremos de lluvia y las altas temperaturas asociadas
a El Niño. Es una evidencia de ello las pérdidas económicas que implicaron eventos
como El Niño1982/83 (pérdidas por US$ 3283 millones) y El Niño 1997/98 (causó
daños estimados en US$ 3500 millones), pérdidas equivalentes al 11,6% y 6,2% del
PBI anual de 1983 y 1998, respectivamente.
Imagen 5: Vulnerabilidad
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En la imagen se resumen los impactos positivos y negativos de El Niño, asociados
al incremento de las temperaturas del aire y a las intensas lluvias que se presentan
durante episodios El Niño de intensidad fuerte a extraordinaria.
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6.1 LOS MEGANIÑOS DE 1983 Y 1999
Tumbes, Piura y Lambayeque fueron los que más sufrieron por el exceso de agua,
pues en muchos lugares llovió hasta junio de 1983. El Diagnóstico del Programa
Integral de Rehabilitación y Reconstrucción de las Zonas Afectadas, elaborado por
el Instituto Nacional de Planificación, informó que en estos tres departamentos la
población económicamente activa afectada fue de 179,220 habitantes.
En Piura las pérdidas materiales fueron muy grandes y se calculó que los daños a
la población y a la infraestructura llegaron a los 500 millones de dólares. Gran
número de familias resultaron damnificadas por la destrucción de sus viviendas, lo
que significó 74,220 habitantes afectados. Un total de 84,000 hectáreas agrícolas
resultaron afectadas y, a junio de 1983, las pérdidas en la agricultura llegaron a 72
millones de dólares.
El Instituto de Medición del Fenómeno El Niño (Imefen) de la UNI informó que los
17 departamentos más afectados por exceso o defecto de agua fueron Tumbes,
Piura, Lambayeque, Amazonas, Cajamarca, La Libertad, Áncash, Lima, Ica,
Ayacucho, Huancavelica, Apurímac, Cusco, Puno, Arequipa, Moquegua y Tacna.
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Asimismo, en 1983 aparecieron plagas y enfermedades, tal y como habría ocurrido
en el pasado con otros meganiños, en los que el mayor impacto se producía sobre
la vida y la salud de la población. Se presentó un notable incremento de las
enfermedades respiratorias, gastrointestinales y dermatológicas, además de otras
como la malaria, que ocasionaron un fuerte aumento de la mortalidad,
especialmente infantil.
Quince años después El Niño se reavivó con la misma intensidad en las costas del
Pacífico Sur y afectó a Bolivia, Colombia, Ecuador, Venezuela y Perú.
En nuestro país, los departamentos más afectados por las precipitaciones pluviales
fueron Piura y La Libertad.
El departamento con más damnificados fue Piura, con 120,000 afectados; seguido
de La Libertad con 72,306 damnificados y Lambayeque con 71,756. También los
efectos se sintieron en la región sureña de Ica, donde hubo 57,000 personas
damnificadas.
Se calcula que en total fueron 23 los departamentos, es decir, siete más en relación
con el fenómeno similar presentado en 1982-1983, con lluvias que duraron hasta 10
días en algunas zonas del norte del país. Este año, la historia se está repitiendo.
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7. MEDIDAS DE PREVENCIÓN Y REDUCCIÓN DE RIESGOS FRENTE A
FENÓMENOS DEL NIÑO:
Se lleva a cabo una estrategia institucional para monitorear y pronosticar el Niño (a cargo
del Comité Multisectorial encargado del Estudio Nacional del Fenómeno El Niño “ENFEN”,
que reúne a investigadores de 6 instituciones nacionales: IMARPE, SENAMHI, IGP, DHN,
INDECI, ANA) y también una estrategia del Estado para la gestión de riesgo de desastres
en el Perú (presupuesto por resultados vinculados a la gestión de riesgo de desastres :
programa presupuestal 068 reducción de vulnerabilidad y atención de emergencias por
desastres “PREVAED”).
Debemos realizar estudios, estadísticos de las zonas vulnerables, factores climáticos,
temperatura, etc que permitan conocer por qué se origina, cómo funciona este fenómeno,
qué efectos y daños ocasiona y cómo mitigarlos.
Luego de una revisión sobre las medidas que podrían aplicarse, se procederá a hacer los
respectivos documentos, tramitación formalidades gestión de cómo llevar a cabo el plan
para la reducción del riesgo de desastres planificación de contingencia, qué campañas y
políticas aplicar. Ya que todo esto involucra 3 etapas, la de prevención, durante y
reconstrucción.
Las medidas a tomar se pueden dividir como estructurales y no estructurales:
1. Estructural: toda aquella construcción física para reducir o evitar posibles impactos de las
amenazas, o la aplicación de técnicas de ingeniería para lograr la resistencia y la resiliencia
de las estructuras o de los sistemas frente a las amenazas.
2. No estructural: Cualquier medida que no suponga una construcción física y que utiliza el
conocimiento, las prácticas o los acuerdos existentes para reducir el riesgo y sus impactos,
especialmente a través de políticas y leyes, una mayor concientización pública, la
capacitación y la educación. (ej: sistema de alertas y refugio).
VIVIENDAS MEJORADAS
ADOBES MEJORADOS
QUINCHA MEJORADA
CRITERIOS A TOMAR EN CUENTA
USO DE GEOMALLAS PARA LA REDUCCIÓN DE IMPACTO
CONTROL Y PROTECCIÓN DE CAUCES
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8. DAÑOS POR EL FENOMENO DEL NIÑO A NIVEL NACIONAL
El Niño 1982-83 abarcó la costa y sierra del país, concentrándose en Tumbes, Piura,
Lambayeque, La Libertad y la sierra sur, a diferencia del FEN de 1997-98, que ocupó la
costa, desde Tumbes hasta Tacna.
Los meses de ocurrencia del desastre de 1982-83 coincidieron con las campañas de
siembra y cosecha, generando un mayor daño a la agricultura. Sin embargo, El Niño de
1997-98 se concentró en el primer trimestre del 98, afectando en menor medida al sector
agrícola.
Según el Indeci, el impacto económico del FEN de 1982-83 se estimó en US$1,000 millones
(casi 7% del PBI del 83), causando daños en la infraestructura de 2.5% del producto. Por
su parte, la CAF estimó que los daños del fenómeno de 1997-98 ascendieron a US$3,500
millones, más del 4.5% del PBI y 2.2% del producto en infraestructura.
Ambos FEN causaron múltiples impactos socioeconómicos en algunas regiones del país
(zona norte), pero sus efectos a escala nacional se prolongaron algunos años después de
ocurridos estos. Es muy difícil estandarizar los eventos El Niño, a pesar de que ambos se
consideran FEN intensos.
Los FEN no se originan necesariamente en los mismos meses o estaciones ni tienen
siempre iguales características. En 1982, por ejemplo, se presentaron vientos huracanados
en el litoral norte durante todo el mes de marzo y se inició la fase de calentamiento del agua
de mar en el mes de septiembre, y no desde mayo como en otras ocasiones, la cual llegó
a 6 grados por encima del promedio de los últimos 40 años (Ferradas, 2000).
En el caso del FEN 1982-1983, el 80% de los daños se localizó en la zona norte y el restante
20% en el sur. Según el Instituto Nacional de Planificación (INP) existente en esa época, el
impacto económico del daño se estimó en aproximadamente US$ 1000 millones (Ferradas,
2000). El 42% de los daños los ocasionaron las excesivas lluvias y el 58%, la sequía. Los
principales impactos físicos fueron las pérdidas humanas por huaicos, inundaciones,
deshidratación y hambre.
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En el ámbito productivo destacaron las fuertes pérdidas en los sectores agricultura, pesca
y minería e hidrocarburos, además de una notable contracción en la producción
manufacturera, aunque no solamente debido al FEN sino también a la caída de la demanda
interna. La producción agropecuaria fue la más afectada con cerca del 54% de los daños.
Los daños en la infraestructura o el acervo de capital del país se estimaron en US$ 456
millones, con los sectores transportes y comunicaciones e hidrocarburos como los más
afectados. En el primer caso, se dañaron 2600 kilómetros de carreteras, colapsaron 47
puentes y hubo daños severos en 4 aeropuertos en todo el país. En el caso de los
hidrocarburos se destruyeron varios tramos del oleoducto Nor peruano y se paralizó la
producción de petróleo.
Durante El Niño 1997-1998 las lluvias, las crecidas de los ríos, las inundaciones y los
deslizamientos fueron los mayores generadores de impactos en el territorio nacional. En la
costa norte del país se esperaban estos impactos y, gracias al oportuno anuncio de su
llegada a principios de 1997, se pudo tomar algunas medidas de prevención. Estas
medidas, como ensanchamiento de cauces, protección de bordes de ríos y limpieza de
drenajes, entre otras, evitaron algunas inundaciones, aunque hubo casos en los que la
magnitud del impacto sobrepasó las expectativas y, por ende, las acciones de prevención.
Los desastres de mayor magnitud se produjeron en Piura, Tumbes, Ica, Chiclayo, Trujillo y
Chimbote, así como en Lima. Las avalanchas de lodo, o «huaicos», se produjeron en los
departamentos de Tumbes, Piura y Lambayeque de manera continua y en forma aislada en
La Libertad y Lima.
Esto afectó las carreteras y los servicios básicos y con ello el abastecimiento de alimentos
en algunas zonas. No obstante, las lluvias generaron impactos ambientales positivos en
otras zonas porque permitieron la recuperación de pastizales y el incremento de la flora,
integraron varios lagos que pudieron ser aprovechados para la pesca y recargaron los
acuíferos. En el sur del país no se produjo sequía, como había ocurrido en 1982-1983; por
el contrario, hubo también lluvias intensas que dañaron cultivos y centros poblados.
Según la CAF (2000) los daños totales originados por el FEN 1997-1998 ascendieron a
US$ 3500 millones, lo que representó más de 4,5% del producto bruto interno (PBI) de
1997. Este monto incluye daños directos por valor de US$ 1612 millones (46%) y daños
indirectos por US$ 1888 millones. De acuerdo con la metodología aplicada para el cálculo
del daño, la estimación de daños directos se refiere a las afectaciones a los activos
inmovilizados y a las existencias, es decir, los perjuicios en los acervos a lo largo de la
duración de las anomalías; mientras que los daños indirectos recogen los flujos de bienes
que no se producen debido al evento.
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8.1.1.2.1 Daños personales por el Fenómeno EL Niño 1997-1998
Los mayores efectos del FEN en los asentamientos humanos ocurrieron en la costa y, en
particular, en la costa norte; aunque las medidas preventivas tomadas en el año 1997
mitigaron en alguna medida la magnitud del daño. Según cifras del Instituto Nacional de
Estadística e Informática (INEI) de 1998, se estimaron 107 527 unidades habitacionales
afectadas en todo el país, de ellas fueron 31 300 las destruidas o inhabitables.
Los daños estimados en el sector ascendieron a US$ 223 millones, el 90% de ellos
correspondieron a infraestructura de vivienda y enseres domésticos destruidos o dañados.
En la provincia de Piura los distritos más afectados fueron: La Arena, Tambogrande, Piura,
Castilla, Catacaos y Curamori. En la ciudad de Piura, aun cuando los canales de drenaje
funcionaron a plena capacidad, no fueron suficientes para evacuar las aguas y evitar los
aniegos. Los casos más críticos en el Alto Piura estuvieron en Curamori, donde fue
necesario evacuar a 2300 personas; Tambogrande, con 330; y La Arena, con 700. En la
provincia de Paita un número significativo de viviendas se vieron afectadas debido a los
flujos de lodo que cayeron por las quebradas de los cerros que circundan la ciudad.
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Imagen 10: Daños a la Pesca
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8. CONCLUSIONES
9. RECOMENDACIONES
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