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PROSTITUTA AGRADA Un aspecto eterno de lo femenino Una imagen provocadora del alma de Marion Woodman Goleccién La Limpara de Psique TA Puosirrura SacnADA Nancy Qualis-Corbert 1 edicién, julio de 1997 ‘Portada de Ricard Magrané sobre una pintura de Dante Gabriel Rosetti a -y Qualls-Corbett (Reservados todos los derechos) id los todos los derechos para la lengua espafiola) Lidlciones Obelisco SL. TV, 78 (Half, Pedro TV) 4 plana, 5* puerta, 2 fase DHODS Barcelona - Espaia Mel OY HS 25, Fax 309 85 23 Guill, 540Fely Fax 771 43 82 [414 Wilenos Aices - Argentina FB imail; Obelisco@website.cs Depésico Legal: B-28.884-1997 ASTIN: 84-9720-568-X Impreso en Espafa en los tlleres de Romany’ Valls S.A. ‘de Capellades (Barcelona) Printed in Spain Ninguna parte de esta publicacién, incluido el dseio de la cubierta, puede ser Feproducida, almacenada, transmitida o uilizada de manera alguna ni por ningiin Inedio, ya sea elétrico, quimico, mecinico, éptico, de grabacién o electrogrtico, fin el previo consentimiento por escrito dl editor. Puode consultar nuestro catélogo en www. websitees/obelisco PROLOGO Nancy Qualls-Corbett se hizo a si misma la pregunta que la ‘mayoria de nosotros debemos hacernos cnando cogemos este libro: «3 Qué hay en mi que se siente atraida por la prostituta sagrada?> Para nuestras modernas mentalidades, las palabras que componen el titulo de esta obra parecen contradictorias. S; rada sugicre dedicacion al espiritu divino; prostituta sugiere deshonra del cuerpo humano. Cémo pueden estar relacionadas estas dos palabras cnan- do la mente esta separada de la materia y la espiritualidad de la sexnalidad? El misterio de esta paradoja es el tema de este BER pocencial de sanacin ex crucial para muchas relaco- nes confusas. Hoy en dia, cuando un hombre se enamora de su mujer pefecte proyecia en elle ls atrbnios de ls made diva: belleza, bondad, castidad, aquel amor capaz de dar la Wida. Ella, por su lado, proyecta en él los atributos de su divino padre: lealtad, poder, virilidad, el Petién de Gibraltar en el centro de su vida. Al principio, el amor y la Iujuria estén jun- 10s inconscientemente en el jardin del Paraiso. Cuando la realidad penetra en este Jardin -normalmente después de la boda-, las proyecciones empiezan a estrellarse. El hombre puede sentirse estrangulado por el collar de las expec- tativas de su pareja; su gran bondad, entonces, provoca su cul- pabilidad cuando su libertad empieza a fantasear con una mujer real» que lo pueda recibir como a un chombre real». Mientras ama a su madre «perfecta», al mismo tiempo, inten- ta escapar de su lado oscuro, la bruja devoradora, ala que tinnea podra dar lo suficiente. Ella, por su parte, insegura en su 7 propia feminidad + sintiendo la retivada de él, se encuentra pegada —como una nifia rechazada- a un padre que se la saca de encima. i ‘Atrapados en su amor (o en su dependencia nevsr6tica), uno de los dos, 0 los dos, pueden encontrar otro compatiero 0 com- pailera menos perfecto, con quien tener una relacién que sea ‘mds humana, més lasciva, con menos ataduras, En el interior de esta hendidura descansa, como siempre, la rabia, expresada o reprimida, y un profundo anhelo por una union total. Si la consciencia puede introducirse en esta situacién, resul- tard facil aclarar la causa del disturbio. En suefios, por ejem- plo, tal vez aparezca, de repente, ella en el lecho matrimonial ‘como la madre, y él como el padre, Al tomar consciencia de sus cuerpos, las mujeres descubren, a menudo, que no pueden gntregarse a una penetraci6n sexual. Se dan cuenta de que son, Ola madre para su marido-bijo, o la bija para su marido- pailie. En ambas circunstancias, su cuerpo diceno al incesto. ‘Aunque puedan amar a su marido de una manera espiritual, su parte material, su cuerpo rechaza esa relacién inconsciente. En esta sitwacién un periodo de celibato puede llevar a una integracién sexual y espiritual. De todas formas, en la actualidad, a medida que los hom- bres se vuelven més conscientes, también su materialidad rechaza el incesto con su madre o con su hija mientras su impo- tencia los impulsa a un nuevo nivel de relaci6n en el que el hombre maduro pueda unirse con una mujer madura, Es un tiempo de una intensa angustia para ambos, hombres y muje- 176s, un tiempo que pide paciencia, valor y una honestidad libre de cualquier miedo. En mi prictica analitica me encuentro, constantemente, con imagenes en los suerios que cada sexo proyecta en el o1ro de manera inconsciente, Cientos de afios de rabia reprimida se manifiestan en suetios de cortar cabezas de dictadores, brazos ‘y genitales, Cientos de arios de dolor que aparecen en imdge- ines de sacrificios de mujeres en piedras monoliticas 0 en las mesas de la cocina, La batalla inconsciente de los sexos es wna cosa; la batalla consciente es asin mds dolorosa, asin mds amar- ga. La rabia y el dolor estan en los sueiios de hombres y muje- res que empiezan a ser conscientes de su feminidad destrozada Los hombres sensibles confrontan su dolor personal por medio de la traicion patriarcal de lo femenino. Las mujeres sensibles confrontan el muro alojado en sus propios cuerpos =un muro que se levanta firme en contra de la penetraci6n y de la entrega espiritual-. El miedo a ser penetrada, en ambos sexos, no es menor que el miedo a penetrar. Muchas enfermedades fisicas entran en erupcién cuando este temor se hace consciente y no puede irse mas alld de esa sitnacién. Suefios de criaturas que son en parte humanas, y en parte animales ~criaturas aterrorizadas que escupen en el dor- ‘mitorio- y que dejan al sontador profundamente inquieto. La posibilidad de lo masculino y lo femenino unidos en armonia parece desvanecerse en la oscuridad. La luz de la prostituta sagrada penetra en el corazén de esta oscuridad. Tan vividamente lo describe Nancy Qualls- Corbett, Asi, ella es la sacerdotisa en el templo, espiritualmen- te receptiva al poder femenino que va fluyendo a través suyo, procedente de las Diosas, y al mismo tiempo, con una alegria consciente de la belleza y de la pasin en su cuerpo humano. Ella se entrega a las energias césmicas del amor y glorifica a las Diosas con el placer fisico y con el éxtasis espiritual. Ella es la que lleva a lo masculino a entregarse al potencial de penetrar Ia divinidad, la que impulsa a lo femenino al éxtasis de ren- dirse completamente ante eso. El misterio de esta union reside mds alld de los limites del amor personal. Al contemplar la posibilidad de sanar la divisién entre sexualidad y espiritwalidad, mediante la conexién con la pros- tituta sagrada, los hombres yy las mujeres modernos necesitan contemplar también sus peligros. No estamos en el mismo lugar en la evolucion de la consciencia humana que ocuparon las prostitutas sagradas de la antigitedad. Siglos de division entre ol esprit la materia nos han dejado muy lejos de asumir la materia como algo sagrado, La tierra es violada a diariamente. Cada dia la sabiduria del cuerpo es destrozada por la mente. En la medida en que seamos inconscientes de la divinidad inberente en la materia, la sexualidad puede ser manipulada para abastecer los deseos del ego. Sin embargo, es aqui donde a prostituta sagrada no esté presente, ya que no es ella la Diosa invocada. En lugar de manifestarse como un poder transformador que puede mediar entre el instinto herido y la yadiacién de lo divino, la Diosa es llamada para justificar la lujuria y la licencia sexual, La luz no viene mediante un golpear incesante en la oscu- vidad. Toda nuestra rabia, toda nuestra amargura, todos nues- tros miedos son piedras de paso que nos llevan hacia la luz 4 través de la oscuridad, Pero se trata simplemente de piedras de paso. Sélo desde una clara vision de la unidad, una expe- riencia de genuino amor, podemos vivir nuestra propia ver- dad, Tanto si esta experiencia nos llega gracias a otro ser humano o a través de una solitaria conexidn con la divinidad, sta es la experiencia que ilumina nuestras vidas, Marion WooDMAN Astarté, Diosa del amor (erracota siumerias Musco del Louvre) INTRODUCCION Soy la primera y la thtima, \ soy la honrada y la despreciada. \ Soy Ja prostitura y la santa. | Soy Ia esposa y la virgen. | Soy (la madre) y la hija. | Soy los miembros de mi madre... | Soy el silencio incomprensible | yy Ia idea cuyo recuerdo es frecuente, | Soy la vor cuyo sonido es miiltiple y ls palabra de apariencias diversas. Soy la expresién de mi nombre. El Trueno, la Mente Perfecta, Nag Hammadi Library. En mi primera excursién a Israel, hace algunos afios, vi nume- ‘rosas y pequefias estatuas de barro en las tiendecitas de regalos de los mercados y en los comercios de antigiiedades. Me sentia atrafda de una manera casi magnética hacia esas figuras. Cada ‘una de ellas tenia la forma de una mujer. Algunas habian sido delicadamente moldeadas, mientras que otras lo estaban de ‘una manera un tanto tosca; algunas tenjan el cuerpo entero dibujado en su totalidad con los intrincados disefios de sus vyestidos o el tocado de sus cabezas, otras, simplemente, pre- gentaban fragmentos de una pequefia cabeza con una timida ‘sugerencia de una expresidn facial. No eran reproducciones, sino originales procedentes de mucho antes de nuestra Era. Las estatuas habfan sido halladas en las excavaciones reali- ‘en diferentes ciudades y pueblos de Israel. Eran imagenes 1u4s Diosas. Y porque fueron encontradas en gran can- gobierno de aquel pais permitis que las de calidad ‘enel Muy 0 pudieran vendarpay trues ‘usar las fronteras. Tal vez por esto es que siempre recordaré novela de James Michener, La Fuente, en la que se describe la " excavacién de un imaginario Makor en el este de Galilea, un lugar reminiscente del actual Megiddo en el norte central de Israel, cuya primera ciudad procede del 3.500 a. de C. ‘Tal como los arquedlogos de la novela, que desentierran artefactos a fin de revelar la vida préctica de la comunidad de juellas remotas civilizaciones primitivas, el autor articula una historia referida a aquellas gentes y su cultura. Sin embargo, fueron las pequefias estatuas de barro las que hicieron brotar ‘en mi cabeza el capitulo del libro sobre la Diosa Astarté. En Makor, en el 2.202 a, de C., un fornido granjero, Urbaal, adquirié esta especial estatua de Astarté a un precio muy ele- vado, aunque ya posefa otras tres. «Tenia seis pulgadas de altura», escribe Michener, «desnuda, muy femenina, con eaderas anchas y las manos sosteniéndose los pechos. Era er6- “tica y pesada, digna de estudio y hacfa sentir completamente ‘en calma a quien la contemplaba>.! Urbaal adoré a Astarté, quien pudo asegurar la fecundidad ‘de la tierra y de sus mujeres. Fue gracias a sus poderes como ido convertirse en el hombre elegido para acostarse con la jermosa sacerdotisa ritual en el Templo de Astarté durante ‘tiete dias y siete noches como era la costumbre en las festivi- “dades religiosas de Accién de Gracias. La sacerdotisa, una prostituta sagrada, era alta y exquisitamente hermosa, una perfeccién de la Diosa Astarté, cuyas formas provocativas niingtin hombre podfa mirar sin ver en ella la sublime represen tacidn de su fertilidad, Era la muchacha cuyo propésito era ser amada, ser comada y fertilizada de tal manera que pudiera b reproducir su poder y bendeci la tierra? ‘Mientras sostenia a la Diosa muy tiernamente en sus ma- Urbaal rez6 por su intercesi6n: «Aytidame, Astarté, Dé- >, ihe The rane 9108 Las antiguas civilizaciones como las de Urbaal fueron des- truidas, y sus imagenes de barro quemadas bajo las ruinas durante eones, tanto como los Dioses y Diosas que protegian y aseguraban su crecimiento. ¥ la prostituta sagrada, la mujer humana que encarnaba a la Diosa, dejé de bailar en el templo para estimular la comunicacién entre el cuerpo y el alma. El templo de la Diosa del amor dejé de ser vital y se desliz6 bajo Ja tierra. éQuién fue la prostituea sagrada? o incluso, «Mi alma esté muerta>. Inevitablemente, comento todo esto en relacién a mi investigacién, a la pregunta que me acosaba, Empecé a ver que cl vacio generalizado de la gente hubiera podido ser explica~ do en términos de lo que ocurre cuando la Diosa —la que renueva la vida, trae el amor, la pasin y la fertilidad= y la sacerdotisa sensual la mujer humana que trae los atributos de It Diosa a las vidas de los seres humanos— desaparecen de hnuestras vidas. La conexién con una capa importante de la vida instintiva -alegria, belleza, una energia creativa que uni- fica la sexualidad y Ia espiritualidad- se habia perdido. Mis observaciones no estan restringidas a la sala de con- sultas. La proliferacién de una dependencia sustancial, el abu- 40 fisico, la promiscuidad sexual y el hecho de vivirlo todo con mucha rapidez, para no sentir el vacio de la propia vida, nos lleva, precisamente, a la pérdida del elemento vital. Sin ningtin tipo de apoyo y con una cierta estupidez que se arras- tha, nos encontramos ante un vacio de recursos personales que hubieran podido engendrar un nuevo sentido de la vida. Actualmente, los hombres y las mujeres, a diferencia del Urbaal de la antigiiedad, ya no tienen la oportunidad de sos- tener con ternura la pequesia imagen de la Diosa o de sentirse inspirados al contemplar la belleza del cuerpo -representa- clén de la alegria de vivir y de la pasién de la prostituta sagrada bailando en el tempio. Sin el beneficio de la experien- cia directa slo podemos. saber de la prostituta sagrada mediante la loctura deseifrada de las tablillas euneiformes o de 16 Jos antiguos manuseritos que deseriben sus rituales. La mente racional, simplemente, la ha relegado a la categoria de «préc- ticas paganas antiguas». El término prostituta sagrada presenta una paradoja para entes Igicas, por lo que no nos sentimos ties @ ya he mencionado anteriormente, a asociar lo que es sexual con Io ue es consagrado a los Dioses. El’Récho de que el significado de las sacerdotisas del templo se nos escape, nos aleja y nos desconecta de una imagen que representa la fuerza vital y encarnada de la naturaleza femenina. Sin esta imagen, los hombres y mujeres actuales contindan proyectan- do externamente sus roles, y nunca llegan a darse cuenta del todo de la profundidad de la emoci6n y de la totalidad de la vida inherente en el sentimiento que rodea la imagen de la prostituta sagrada. Muchos de los artefactos arqueolégicos descritos por Michener revelan los valores de antiguas civilizaciones, imé- genes de profundas regresiones de nuestro inconsciente que pueden iluminarnos al divulgar aspectos de nosotros mismos que han sido reprimidos o ignorados, Enterramos estas ima- genes cuando nos crean un conflicto con algtin valor o actitud consciente; y, como consecuencia, perdemos el significado que simbolizan. Nuevos modelos ¢ imégenes, entonces, to- man su lugar. Viejas imagenes, como la de la estatuilla de barro simbolizando la comuniGn entre la sexualidad y la espi- ritualidad, se convierten en inaccesibles para nuestra com- prensién consciente, perdiendo asi una fuente de energia vital. En el pensamiento psicol6gico desarrollado por C.G. Jung estas imagenes eran consideradas . Un arqueti- pO oun forms pre-existente que perenece sl estrctura jeredada de la psique comin a todo el mundo.? Estas estruc- turas psiquicas estén dotadas de una fuerte carga de senti- $A Prpcholopen Wie of Conicence, Ciilaton in ranon, CW 10, pr 147, GW en The Bolleted Works of Cong.) Mas adelante aparece un cooten: {avio mis entenso sobre fos arquetpos ” mientos. El arquetipo como estructura psiquica aparece rodea- do de energia que tiene la habilidad de activar y transformar contenidos conscientes. Cuando el arquetipo es activado libe- ra una energia especifica que es reconocida por la consciencia y es sentida en el cuerpo mediante las emociones. Como, por ejemplo, cuando el arquetipo de la Diosa del amor es activa- do, nos sentimos imbuidos con la vitalidad del amor, la belle- va, la pasi6n sexual y la renovacién espiritual. Jung escribe que la pérdida de un arquetipo hace subir este adescontento en nuestra cultura»* y nos atemoriza. Sin la vitalidad femenina que equilibra el principio colectivo patriarcal, aparece la esterilidad. La creatividad y el desarrollo personal estan sofocados. Cuando la divinidad femenina —la Diosa~ no es reveren- ciada, las estructuras sociales y psiquicas se convierten en necdnicas en exceso, politicas en exceso, militarizadas en exceso. El pensamiento, el juicio y la racionalidad se constitu- yen como los factores dominantes, La necesidad de la rela Gidn, el sentimiento, el carifio 0 el cuidado de Ia naturaleza quedan desatendidos. No hay equilibrio, no hay armonfa en el interior de uno mismo, ni en el mundo exterior. Con la desatencidn de estas imagenes arquetipicas tan relacionadas con el amor, aparece en la psique una divisién respecto de los valores, una unilateralidad. Como resultado de este proceso hos sentimos tristemente mutilados en nuestra bisqueda de la salud y de la completitud. ‘A medida que apreciaba estas implicaciones, no sélo en los individuos sino también en la sociedad en su conjunto, apare- cid otra dificultad: si el problema era la pérdida de ciertos aspectos del arquetipo femenino, entonces, lo més importan- te consistfa en recobrarlos. Pero, gcémo? Las excavaciones arqueolégicas ofrecian un maravilloso modelo. En lugar de excavar en la tierra para recuperar los tesoros escondidos, 4, Concerning, the archetypes and the anima concept, The archetyper and the collective Uncomons, CW 9 pa Mt Diosa de arcilla (Chipre, 2500 aJ.C, Mu ¢0 Britinico) exeavaria en lo oxcuro, en los mi lente para volver a la luz estas imigenes doy ‘Las narraciones histéricas que habia led, asi como algunas eyes registradas, datadas en fecha inmemorial, me proveyeron do un marco: los datos basicos de la imagen que buscaba. Tnformacién procedente de la literatura universal como mitos, ‘eventos de hadas y documentos religiosos tan ricos en image~ hes y motivos arquetipicos cubrieron el perfil. A medida que ‘estas historias explicaban los principales rasgos y actividades de la Diosa, la imagen de la prostituta sagrada tomé més sus- tancia y una personalidad propia, Estas fuentes me dieron una comprensién de los atributos de la Diosa y de sus devotos; y podia asi, entonces, traducirlos a dinamicas psicoldgicas. Lo mds importante para encontrar la relevancia de la pros- tituta sagrada en la era contempordnea fueron las imagenes Simbélicas procedentes de los suefios, de las visiones, de las fantasias y de las experiencias comunes de la vida de los hom- bores y de las mujeres modernos. La imagen de la prostituta sagrada que conecta las esencias de la espiritualidad y de la sexualidad podia contemplarse de diferentes maneras cuando aparecia en el material inconsciente de cada persona. Era inte~ fesante ver c6mo, una vez la imagen se hacia consciente, apa- rec{a un cambio notable en las actitudes de las personas. Estos pasos, separados de mi investigacién, crearon por si mismos el formato de este libro. Los relatos histéricos de la prostituta sagrada estén elaborados en el capitulo de abertura, {que mira el deterioro de la prostitucién sagrada y los cambios culturales y psicolégicos que de ello resultan. El segundo capitulo discute el significado psicolégico general de la pros~ titucién sagrada. Los capitulos tercero y cuarto describen Ia imagen de la prostituta sagrada tal y como aparece en los sue- fios de los hombres y de las mujeres, respectivamente, y su significado en términos de psicologia masculina y femenina. El cap(tulo final lleva la imagen més alla, explorando vias en Jas que los poderes vitales de la Diosa del amor y la prostitu- ta sagrada pueden ser activadas en la actualidad. 20 La orlentacién psleoldgica de este trabajo os la de Ia exeue- Ja de pensamiento de Jung, la pricologia analitica, Las inter- pretaciones de los suefios estén basadas en un acercamiento Gonstructivo o sintético en el que las expresiones simbolicas del inconseiente son amplificadas mediante imagenes 0 moti- You arquetipicos, Mago excepcién con algunas de las ensefianzas de Jung y sus fempranos seguidores en la cuestién de la naturaleza femenina, Sus contribuciones merecen un reconocimiento, porsie fueron contra las creencias corrientes al enfatizar la importancia de lo femenino para la salud de la psique; aunque si punto de vista fue esencialmente patriarcal. En aquel tiem- po este punto de vista atin no se habia contemplado amplia~ mente y se puede entender que Jung y otros hombres vieran Ja psique femenina de acuerdo con su propia experiencia, es decir, desde lo que Jung llamé el dnima, la imagen interior de Ja mujer en los hombres.> Escritoras como Esther Harding, una temprana defenso- ra del pensamiento junguiano, vié la esencia de la psicologia femenina en agudo contraste con la masculina. Es a partir de los trabajos de Harding y otras autoras, y a través de mi pro- pia experiencia, que he destilado mi imagen de los elementos ‘esenciales de la naturaleza femenina, Algunos términos de este libro, como anima y animus, son mas o menos Gnicos para la psicologia junguiana y se van definiendo a medida que aparecen. Alli donde Jung se refiere al principio femenino, yo he escogido, en su lugar, el hablar de naturaleza femenina -del latin natura, que significa nacimien- to 0 universo-. «Naturaleza» implica aquello que es innato, real, y no artificial; este es el significado que quisiera impartir cuando hablo de la naturaleza psfquica de lo femenino. Cuando me refiero a Eros es en el sentido original elabo- tado por Jung, describiendo con ello la ley interior de la ener- 5, Jung al menos se dio cuenta de propensién de los hombres a proyectar su la e ak mjres Toque esto tea como consecuencia,y eacrbié al eapeco, a lt psfquica que pertenece a la relaci tizacién, Mis referencias al pensamiento modem religioso se concentran en la tradicién cristiana occidental, Las pricticas teligiosas orientales y las del Cercano Oriente, aunque ricas en Ia simbologia relacionada con la prostituta sagrada y la divini- dad femenina, no seran discutidas aqui (exceptuando algunos ejemplos). Por la misma razén existen, ademas, muchos para- Ielismos con la mitologia oriental, pero mis investigaciones se han limitado a la cultura de la mitologia occidental y a la tem- prana mitologia del Oriente Medio. ‘También incluyo algunos casos en los que la imagen de Ja prostituta sagrada es relevante, aunque no siempre perti- nente, ya que mi intencién es simplemente ilustrar el dina- mismo de la funcién donde la imagen fue encontrada, Me siento en deuda con aquellos que me dieron permiso para usar 5u material personal. Sus nombres y procedencia han sido cambiados para proteger su identidad. Mis conclusiones no pretenden aparecer como definitivas al observar la naturaleza femenina, porque sdlo considero un aspecto: el instintivo, el erdtico, es decir, la faceta dindmica de Ja naturaleza femenina. Especificamente escribo sélo sobre los aspectos positivos inherentes en la imagen arquetipica de la prostituta desde donde siempre pueden observarse dos caras: la sagrada y la profana. El aspecto oscuro es de sobras conoci- do; se manifiesta en las innumerables y vergonzosas maneras cen las que la sexualidad femenina se malemplea. Los aspectos positivos son menos conocidos, ya que los elementos sagra~ dos fueron separados. En general, mi propésito es traer a la consciencia aspectos de la naturaleza femenina que han sido incomprendidos, deva- luados o perdidos en el inconsciente. En particular examino las interrelaciones entre Ia'sexualidad y la espiritualidad y discuto en qué manera cada una puede brindar vida a la otra. Hacia el final demuestro cémo la imagen arquetipica de la prostituta sagrada constituye un factor activo en las vidas de los hombres y mujeres actuales. Finalmente, exploro las posibles formas de 2 redimir ovta imagen desde el inconsciente para que la prostitu: ta sagtada y lo que psicoldgicamente representa pueda ocupar tun lugar de valor en la era contemporinea, Una tiltima observacidn, Al emprender la tarea de eseribir sobre la prostituta sagrada y la Diosa, he elegido figuras hacia las cuales mucha gente, tanto mujeres como hombres, puedan sentir alguna resistencia, o incluso ser un poco reacios. Cual- quiera que sea el origen de estas resistencias, tienen una base ¥ es necesario tomarlas seriamente como, pot ejemplo, la per- suasiva orientacién del logos en nuestra cultura, Esta actitud hacia la cual todos estamos, mas o menos predispuestos, colo- ca en un lugar prioritario al «hacer» respecto del «ser» tal como lo hace con el «conseguir» frente al 4 Jamas A Micener, Te sues, 9.123 feetatrance te rant Sed. 20, A medida que la prostituta @xtranjero, se va quitando sus ropas de colar dealin y le hace estos para que se coloque delante de la imagen de Venus, El, al principio, se mueve de una manera un poco torpe, pero en su interior la emocién de su virilidad le impulsa a realizar grandes zancadas. Se arrodilla delante de la Diosa de la pasion y del amor para venerarla, le ofrece una plegaria y le suplica que reciba su ofrenda. La prostituta sagrada conduce al extranjero al lecho que esté preparado con ropas de lino blanco y con hojas aromati- eas de mirta. Ha frotado un olor dulce de tomillo salvaje en sus muslos. Su casi imperceptible sonrisa y sus ojos brillantes le dicen al extranjero que esta lena de deseo por él. El con~ tacto suave de su abrazo enciende la chispa de una ardiente respuesta. Fil siente la rapidez de su propio cuerpo, la celeri- dad, la urgencia. Esta completamente consciente de la pasion en su interior y de todo lo que contiene este ritual devoto a la Diosa del amor y de la fertilidad, y se siente satisfecho. ‘Tanto la mujer como el extranjero saben que la consuma- cién del acto de amor est consagrado a la divinidad, median- tela cual podran sentir una renovacién. El ritual en s{ mismo, hecho en presencia de la divinidad, es transformador. La prostituta sagrada, que a partir de ahora ya no seré més una doncella, es iniciada en toda su feminidad, en la belleza de su cuerpo tanto como en su sexualidad. Su verdadera naturale- za femenina se despierta a la vida, El elemento divino del amor reside en ella. Bl extranjero también se ha transformado. Las cualidades de la naturaleza femenina, esa receptividad tan opuesta a la suya, se ha asentado profundamente en el interior de su alma; la imagen de la prostitute sagrada ocupa un lugar dentro de él, Es del todo consciente de las profundas emociones en su inte- rior, en el santuario de su corazdn, No le hace especificas demandas a la mujer en si misma, pero toma su imagen, la personificacién del amor y de la alegrfa sexual de vuelta al mundo. El hecho de experimentar los misterios del sexo y de 30 Ja religidn le abren Ia puerta al porencial de la vida y le acom- n en la regeneraeibn del alma, f ‘Tenemos el privilegio, también, de ser testimonios de la importante celebracin en esta extraiia tierra, Ia festivi- mt del Aflo Nuevo, Este acontecimiento es inusual porque lira muchos dias y tiene lugar durante el solsticio de verano, ‘euando el sol ha quemado y secado la tierra y la vegetaci6n, Grandes fiestas con enormes cubas de vino y de cerveza se ;paran en el templo del amor; después de todo es el lugar de erica y de la fertilidad. Los mtisicos del templo eligen ‘Unit miisica lena de vida que aumenta la alegria, el baile y el amor, Durante la celebracién se hacen también sacrificios de agradecimiento a la Diosa para devolverle una porcién de la vida que ella provey6. Los primeros granos y los primeros fru- ton, el primer vastago de ganado ¢, incluso, el primer hijo ~que el mAs preciado- le son sacrificados. La gente de este tier po y de este lugar siente la conexién entre la sangre y la fertili- dad, En estos rituales se ofrecen libaciones de sangre para au- mentar el pocer generador de la abundancia de la tierra.$ Al entrar en el apartado de las festividades encontramos que la celebracién culmina en el hieros gamos, el matrimonio sagrado, En este ritual se vuelve a representar la unién entre ly Diosa del amor y la fertilidad y su amante, el joven y viril Dios de la vegetacin. La prostituta sagrada clegida, una deyota especial, que se la considera como la personificacién de la Diosa, se une con el monarca reinante, identificado con 1 Dios. Este enlace asegura la productividad de la tierra y la fructificacién de la matriz de ambos: humanos y bestias, el «apoyo del destino».” so poste cocoern, ce sale curl, primitives RINE 31 slic desotenigialos, Pero pera umn comprenaion racional Md ua pettias tains que cbveraclo ck onae mpresusciones como Bedlarilaan lt Snead Eacarish gus de nour con a wacicon rack miei bis dels hanno “alin sible lasing Torslecrent tou vice atlases ssc Asric Reto, p Al principio, Ia alegria de la musica y ef éxtasis de lay ean- ciones de amor llenan el aire capturando las erdtican Y apasio- pada meacones de I pron grads cuando dypone Jos preparativos para la més importante de todas as pricticas, Cuando para el toro salvaje, para el setios, tengo que estar bafiada, Cuando para Dumuzi, el pastor, rengo que estar baviada, Cuando con... todos mis lados tengo que estar adornada, Cuando con émbar tengo que eubrir mi boca, Cuando con khol tengo que pintar mis ojos, Entonces, en sus preciosas manos, mi cuerpo tiene que ser moldeado, Cuando el sefior, prostrado con la santa Inanna, Dumuzi, el pastor, Gon leche y crema, el seno tiene que set suavizado.. Cuando en mi vulva sus manos, tiene que estar relajado, Cuando como su negro navio, tiene que estar. Cuando como su barcaza, tiene que darle vida, Cuando en la cama, tiene que acariciarme, Entonces yo tengo que acariciar a mi sefion tengo que deeretar tun dulee destino para él, ‘Tengo que acariciar a Shulgi, el pastor fiel, un dulee destino tengo que decretar para él ‘Tengo que acariciar su espalda, el pastor de toda la Tierra, Lo tengo que decretar como su destino.” Después de mucho festin y mucha alegrfa, la pareja se reti~ tna las habitaciones sagradas del ziggurat, la torte del templo, Alli el lecho nupcial esta perfumado con mirra, aloe y canela, La gente que espera canta canciones de amor y melodias que estimulan el éxtasis y el poder fertilizante de la Diosa y de su amante, la prostituta sagrada y el rey. Samuel Kramer, The sacred marrage rte, Gilindros de Judea (alrededor del 3000 a. de C. ft dafiada Ina, P. 63.El texto est tradueido de los ) de la antigua Sumera, Hl poeta quizés una de las mis antiguas diosas de la pas, dé amor ye a muerte, Durmuzi era el rey-pastor de Frech que llego a ser conocido como fl primero que se cas6 con Inanna en el ritual del sagrado matrimonio. Literlmer, feel pombe significa el shijo fel, Las lagunas en el texto indican trovos donde as ‘wblils de barro han sido destrufdas o som imposibles de wade, Hil rey va. con la cabexa aleada hacia el santo regazo, ‘Va.con Ja cabera alzada hacia el santo regazo de Inanna, Ed rey Ilega con Ia eaboxa alzada, Llegando a mi reina eon la cabeza alzada... Abruza el Hierddul {Qué sentiriamos estando postrados a los pies del ziggu- Fat? $i hemos sido afortunados, nos encontramos llenos de fomor, asi nuestra experiencia seria una especie de participa~ fidn, Quizas compartiriamos los sentimientos de la prostituta sagrada cuyas emociones, deseos humanos y energias creativas fon expresiones de la divinidad. Al comprenderla podriamos entender y compartir que la naturaleza de la Diosa habita en la mujer: La sacerdotisa [La prostituta sagrada a quien hemos contemplado en nuestra tablillas ‘con inscripciones, las reliquias desenterradas donde se celebraba el gran poder de la Diosa del amor y Ia fer- tilidad." A través de registros de leyes y de documentos anti- jjuos sabemos de la existencia de mujeres que participaron fen estos rituales sagrados. Pero, gqué sabemos sobre las muje~ res en si mismas? ;Cules eran las alegrias y contratiempos de su vida diaria? ;Cual era su relacién con la Diosa? 9, Tid p 89 El emi hierédul se usa comsinmente ea ls desripsiones de tad, Irae Se sca sas ¥ In uta o - ara degra alos ofcantcs igloos cuyasuncionsinluyen los st sel a aie roel aoc ps esta ser a sa vr, etd relacionada‘con una for anterior ey gue se wtlia Berrie urns sce sen pan Amer Herage Dicom) rie, ese asia ian its aSorodas rete oa ho ued fgataetpllen en genta: En clcuptlo Z menciono por su nombre s otras Does 3 critos procedentes de la ant merios derramaron alguna luz. sobre Diosa del amor en su celestial belleza fue. una, En realidad, la primera historiadora cuyo nombre abajos se han preservado fue Enheduanna (nacida alrede- dor del 2300 a de C.) una sacerdotisa de la Diosa de la Luna.!! Su poesia es como un diario personal en el que se aprecia su adoracién por esta Diosa, con levantamientos politicos, su des- tierro del templo y su retorno a él. Escribe con sensualidad e intimidad a la Diosa del amor, Inanna. «Le habla a la divini- dad que descendié a la Tierra como una aliada, como una amiga para ayudarla en sus apuros».!? Escribe acerca de su imagen de la Diosa Inanna y de la Divina Esencia: Sefiora de todas las esencias, llena de luz, ‘mujer vestida con el resplandor de la bondad 4 quien aman los cielos y la Tierra, del templo amigo de An, te vistes de grandes ornamentos, deseas la diadema de las grandes sacerdotisas aquellas que sostienen las siete esencias, tui las has tomado y las has colgado en tu mano. ‘Ti has reunido las santas esencias y,te las has puesto ajustadas en tus pechos. Enheduanna también experimenta la célera poderosa y la fu- ria de su Diosa del amor, la Diosa de la Luna en su fase oscura: Como un dragén has Ilenado la Tierra con veneno. Como un rayo cuando ruges sobre la Tierra, 11, Ver Aliki Barnstone Willis Barstone, eds. A book of women poets from gigi no Bhaaclanae run rin de Lang idl ey irgon de Agade 2334-2278 a de ©) que reind durante el primer imperto deste fediterrineo hasta Persia aaa fot 13, id, p. 2 Jos irbols y la plantas van cayendo delante det res la sangre que descionde dela montata, ‘Heel peers, ‘Inanna, Diosa de la Luna, del cielo y de la Tierra! Latnzas tu fuego y lo derramas en nuestra nacién. Seflora que vas montada en una bestia, ‘An te da los atributos, las érdenes santas; y tt decides. ‘TG estas en todos nuestros rituales. @Quién puede entenderte?* Las sacerdotisas de la Luna se dan cuenta de la ausencia del amor cuando la Diosa no esta presente en las vidas de la gente: ._ has alzado tu pie y has abandonado al granero de la fertilidad, ; Las mujeres de la ciudad ya no hablan mis de amor con sus maridos. Por la noche ya no hacen el amor. Ya no estén més desnudas delante de ellos revelandoles sus intimos tesoros. Ti, Ia nieta de Suen, Ia impetuosa vaca salvaje la suprema seBora que obedece An, equién se atreve a no adorarte?!® ‘Aparentemente, un nuevo gobernante, Lugalanne, lleg6 al poder y cambié los rituales sagrados. Enheduanna, como sacerdotisa superior, fue expulsada del templo. Nos habla de su desesperacién y de la pérdida de su belleza cuando ya no pudo sentir su conexi6n con la Diosa del amor: Me pediste que entrara al claustro sagrado, el giparu, Y fui a su interior, yo, la sacerdotisa Enheduannal Carp cone cet ily cane tu plegaria. 14. Ibi. 15, Ibid, p. 4 Ahora estoy, con los leprosos, desterrada, Ya que no puedo vivir contigo, Las sombras se acercan a la luz del dia, la laz es oscura a mi alrededor, Jas sombras se acercan a la luz del dia, cubriéndolo con tormentas de arena, De golpe mi boca dulce de miel est confusa Y mi hermosa cara esta sucia. © Pero luego Enheduanna mera, Conoce otra vez la Diosa: La primera dama del salSn del trono ‘ha aceptado la cancién de Enheduanna, Tnanna la ama otra vez. El dia fue bueno para Enheduanna, vestia joyas preciosas. Estaba vestida con la belleza femenina, Como los primeros rayos de la Luna sobre el horizonte, jon cudnta lujuria iba vestidal Cuando Nanna, el padre de Inanna, hizo su entrad el palacio bendijo a Ningal, la madre de Inanna. Desde la puerta del cielo legs una palabra «Bienvenida»”? Estos escritos tan sensibles y tan descriptivos de Enhe- duanna nos dan una idea de la profunda devocion de una mujer humana, un individuo, una sacerdotisa, hacia Is Dions del amor. Enheduanna experimenta su belleza y su sensualis dad como regalos concedidos por la Diosa. Cuando ya no puede adorarla en el teinplo, siente un oscuro vacio y su pro- Pio reflejo de la Diosa, su radiante y femenina belleza queda anulada, Cuando se destierra a la Diosa, el placer y el lengua je del amor desaparecen de la vida de la gente. 16, Ibid 17. Ibid, p. 8 puede volver a su situacién pri- Ta alegria, la belleza y su relacién con Figura femenina invocando ee de la Diosa de G Luna ferracota, Egipto, aes C) —— — Gracias a la imaginerfa de la poesia de Enheduanna y a las narraciones hist6ricas de la prostituta sagrada podemos en. tender més claramente su significado en los rituales religiosos en los que se presentaba como la figura mayor y decisiva. La Prostituta sagrada permanece atin como un misterio, en parte Porque nuestra moderna actitud nos dificulta la comprensién de lo que vemos como paradoja en su imagen: su naturaleza sexual constitufa un aspecto integral de su naturaleza espiri- tual. Para muchos de nosotros esta conjuncién es una contra. dicci6n, En la antigiiedad fue una unidad. Los origenes de la prostitucién sagrada Durante el milenio en que existié prostitucién sagrada, las culturas estaban construidas en un sistema matriarcal, El matriarcado no significa, simplemente, que las mujeres reem- Plazaban a los hombres en posiciones de autoridad; sino que también los valores adquirfan un enfoque diferente, Donde el patriarcado establece la ley, el mati ablece la ley, el matriarcado establece l costumbre; donde el patriarcado establece el poder militar el are establece Te autoridad relgiosa donde el pariarca- © alenta la aristeia del guerrero individual, el matriarca alent la tradicional coheston de lo cclecewent ©, mead El matriarcado se relacionaba con la autoridad cultural como opuesto al poder politico, enfatizado sac ven por el a ea Bee eS iG in los antiguos matriarcados la naturaleza y la fertilidad constituian el corazén de la existencia. La gente vivia muy cerca de la naturaleza, por consiguiente sus Dioses y sus 18, Wiliam Thompson, The time falling bodies take to 1, e190, Tneon uc ened ee Eng ‘imo de patriarca y que las mujeres no son las nicas responsables cae Aol ting ve efere «deren x setae Ponmbies del maine 38 ‘Diosas eran divinidades naturales, Ellas guiaban el destino al proveerles o negarles 1a abundancia de la Tierra, La pasién erdtica eva inherente a la naturaleza humana. El deseo y la res- puesta sexual se experimentaban como un poder regenerador Y se reconoefan como un regalo o una bendicisn de la divini- dad. La naturaleza sexual del hombre y de la mujer eran inse- parables de su actitud religiosa, En sus plegarias de agradeci- niento o en sus siéplicas ofrecian el acto sexual a la Diosa del amor y de la pasidn, Se trataba de una accién honorable, pia, que complaca tanto a los Dioses como a los mortales. La préctica de la prostitueién sagrada envuelta en el interior de este sistema religioso matriarcal hacfa que no existiera separa cién entre la sexualidad y la espiritualidad. Sin embargo, existen también otras especulaciones a pro- posito de los origenes de la prostitucién sagrada. Quizas ere- cid, como muchas costumbres asi lo hacen, por una simple necesidad. Fueron primero las mujeres las que realizaban los trabajos domésticos en los lugares sagrados, y, con el tiempo, a medida que se asociaron a funciones sagradas, adquirieron una cierta santidad. Al estar disponibles fueron solicitadas por los hombres y, como consecuencia, sus poderes religiosos crecieron, Fueron preparadas para concebir una relacién muy cercana alos Dioses ~a menudo esta clase de mujeres era con- siderada como la esposa de una divinidad masculina, capaz tanto de interpretar su voluntad como de poder ganar la ben- dicién o la maldicion—?* Otra hipétesis en la que podemos ver la institucionaliza- cin de la prostitacién sagrada resulta de los ritos civiles. En las tribus primitivas se ofrecia una jovencita a un destacado miembro de la tribu, a cualquier otro que no tuviera que ser su marido, para la ceremonia de la desfloraci6n. Sin embargo, este ritual de iniciacién como integrante de la tribu, devino con el tiempo en un acto de ofrenda al Dios para obtener 20, James Gi Frazer, La rama dorada, un estudio sobre magia y religién ll — alguno de sus favores. Existe un vestigio evidente de este ritual en la Europa medieval en el lamado droit de seigneur 14s prima noctis, el derecho de pernada, el derecho del schor de la casa solariega de pasar la primera noche con la novia, lo que le otorgaba tanto el poder de renunciar al derecho por un Pago o bien a insistir en la desfloracién, En cualquier caso, la hovia en persona tenia que presentarse ante el sefor feudal antes de estar con su marido, Otros. escritores explican los origenes de la prostitucién sageada_como un desarrollo del culto a la Gran Madve, 4 It Made Tierra Como Diosa de la fertilidad, su bendicién Pata la reproduccién de las cosechas, para los nifios, y para toda Ia vida animal era vital en las culturas agrarias. Junto a la Diosa de la fertilidad, aunque en una posicién subord:. nada, estaba también el hijo-amante-marido. Se suponia que como en esta uni6n de la Diosa con su consorte se asegurchs |a fertilidad de la Tierra, tenia que, por lo tanto, set imitado por las mujeres que solicitaban su bendicign22 Cualquiera que sea la raz6n o la combinacién de razones para su desarrollo, la cuestién es que la prostituci6n sagrada existié durante miles de afios en distintas civilizaciones’ Allf donde la Diosa de la fertilidad, de la pasin y del amor fue adorada, la prostituta sagrada se convirtié en un miembro integrante de la comunidad. Un antiguo documento de la Diosa procede de Sumeria lugar a menudo referido como cuna de la eivilizacidn. Inserite en tablillas de barro y en escritura cuneiforme sobre cilindrss de Gudea se explican historias de la Diosa Inanna, Reina del Cielo y de la Tierra, la Estrella de la mafana y del atarde cer Inanna, una deidad prominente en el pantcon sumerio, haba traidlo a la Tierra, en la Barca del Cielo, regalos para la sivilizacién y la cultura tales como la mésica, las artesanias, 2. BE Goldberg, The sacred Fire: The story of in veligon, p. 5 22, Frazer, La rama dorada, p, 39. ey nd 29, Ver mis arriba, nora 40 Jos criterios y la verdad, Porté incluso el arte de hacer el amor, un logro cultural, Estos textos presentan también . : Eee tuita sagrada como un hierdditlo, esclava al servicio de! oe 1 sigui ibe a la Diosa como «ti qt El siguiente poema describe a ec iBiaviens a lsps que confirma la similitud entre la Diosa y la prostituta sagrada: BE] pastor fiel, aquel del suave canto, ‘Que resonara completamente para th. Reina altiva, wi que todo lo suavizas, Inanina, dard alegrfa a tu corazén. Reina altiva cuando entras a establo, Tnanna, el establo se regocija contigo, Esclava, cuando entras atu redil, El establo entero se regocija contigo.. Esta Diosa de las muchas caras del amor, de la ae ae la guerra y de la muerte fue llamada Ishtar por ne Babil pee Su actividad sexual ha sido enfatizada mediante ear que la reflejan como «la querida, dulce y sonora foie Dioses»,* aunque también fue conocida Soh impl seal e crueldad hacia sus amantes. Como dadora del. ae ae alegefa sexual, ejercia asimismo el poder de quitarlo. ae tentadora Diosa de los pechos llenos, nada que tenga que ver con el ciclo de la vida podria suceder. ‘Cuando Is - ees de al inframundo ninguna pasin puede sentirse a la Hear a esterilidad llena Ja Tierra en una situacion similar a la q describe la sacerdotisa de la Luna, Enheduanna, La poetisa nos explica: e que scendi6 ala tierra del No-Retorno PNM AoseShca eine vase el te a ols sobre la burra cen of heaven and earth, ne Wolkstein y Samuel Kramer, nena: Qu snd ear, Ldn mums a pales pace sbeepfold eos wav, fora 25, Kr 426, Raphael 1 Sacred marriage rite, p10) i Pata, 7 hebrew godess, p88 41 El hombre ya no se lanza sobre la mujer en las calles, El hombre duerme en su estancia ‘La mujer duerme sola” Al volver de nuevo a la Tierra, la vida y el amor despiertan mientras Ishtar recita el himno: Yo devuelvo el macho a la hembra Yo soy Ia que embellece el macho para la hembra, Yo soy la que embellece la hembra para el macho? Ishtar fue llamada La Gran Diosa Har, Madre de las Rameras. «Su sacerdotisa superior, la Harina, fue considera. da la gobernante espiritual de la ciudad de Ishtar». En una antigua pared de marmol atin hoy se pueden observar dibu. jos esculpidos de Ishtar sentada en la ventana, con la tipica Pose de prostituta que es conocida como «Kilili Mushrite 0 seducian a los hombres que solicitaban distraccién sexual. Durante el inado de Trajano, slo en Roma fueron regis- inta y dos mil prostitutas, mo la ley lo requeria; aunque, al parecer, en realidad, el imero era mucho mayor. Estaban sujetas al abuso, al arres- y ala expulsion de la ciudad. A la prostituta profana no se le permitfa conducir ningdn y se prescribi6 mediante ley que su vestido la dis. la indumentaria era s ropas mostraba unos dibujos estir los ricos ptirpuras, las telas as que eran la marca de una mujer de utacién. Normalmente su pelo estaba tefiido de tubio o s floridos. Se le prohibié v. azul. No se le permitia mezclarse |i sociedad y, muy a menudo, ni se le dejaba estar en la ar en los templos y acuerdo con las leyes de Solén, en Grecia, perdia el los bastar- Los nifios s6lo podian adquirir la ciudadanfa si realira- algtin acto heroico, En Atenas, las dicteriades, como se las aba, eran compradas muy a menudo con dinero publico locadas en burdeles del estado, mientras sus escasas ga. Igunas pocas privilegiadas se as queridas de algunos hombres ricos fa. Aunque eran s6lo una minoria, estas fueron famosas por su encanto, as un tanto extravagantes y por sw ley las prot ). Aunque no eran En Roma, resultaba comin para las mujeres, ¢ incluso para las chicas jévenes, ser enviadas a la prostitucién como tastigo por algdn acto delictivo. habia adquirido una virgen como unde lg ahr ae ee Ctipordore le ca cotregada una virgen pata ser prstuida SE ader Felon a puerta desu cata orabs con amis A larly una Ismpara te medidas inusuales se encenla por a Serer i tabla snunciaba que se habia resbido una vi fen, donde se enumeraban sus encanton con cruel gost Eonindo se encontraba un comprador y se haci a Felotunada muchacha -a menudo cai Una nif se ten ue inforsanedsrutatidadsy una ver el miserable papel era ingido, re a clda era coronado con-un laurel por las otras € tas de establecimiento. : a La prosttuisn fuera de los recntos del vrmplo er apt temente un deporte cruel y brutal. La degra on del prostituciSn profana que representa el lado oscuro de es vralidad femenina fue profunds; constituys la verdadera an fevis de la prostituta sagrada, cuya sexualidad esta tia Diosay aunque existieran en yuxtaposicin, Nos pein: tamos qué lleva a algunos hombres y mujeres al temp! mor y qué lleva a ofros al burdel El matrimonio sagrado i rimera ofrenda de la prostituta SE dt ean a erat custera un eta de lg Diobed o el mismo acess doSi era una virgen, él Ia iniciaba en os i ao eaeeraealidad femenina, bajo los augurios de la Dios 5, Tb, que, a menudo, perman taba a un hombre para identidad; al contrario, terion dea tna lescrpcin mds completa de ests reuales ver Hani tid te ituales ver Harding, Los mis- misterios de las ensefianzas religiosa ¢staban unides, cada una apoyando ala otra Tosti i ic sap ona sigrads s Marta in las devociones de a yente, especialmente en el Sur europa fue honraa por encima dela ‘Thnldad masulina w el extremo que Alberto el M: hua el extrem | Magno la Hamé la Gran W7” Se le atribuyeron a la Virgen tmuch i : 108 mas milagros Ave os gue realizaban los santos, prinipalmente aquellos que lacionaban con la saludo que tenian que ver con el amtor y lafertilidad.’® Con la Ilegada del amor carté Ya frida cortés florecieron los aballeros con lo que el amor sexual etuvo rodeado de un Buta cultivado y de un privilegio aristoertico, ap etttatiamente ala moral eristiana, el amor corés ens raba el amor extraconyugal; la mujer, casad 1 fabs el amor era I; la mujer, casada o no, era honras servicio del caballero y, como é sy recompensa, ia s i pensa, ése tenia el derecho a reclamar a su dama, cualquier otra que no fuera By mujes en el acto sexual” El, como el extranjer, hacia su la a lo femenino bajo la inspiracién del amo fe spiracién del amor. No le por se nega, de acuerdo als principios de a aba fan cAnones por los cuales se 5 4 esperaba que est pasiones se llevaran a cabo, Ci ido a le . Como en los tiempos de la ad cién de las Diosas, el amor 6 paatrestinctal ' el amor y la pasién no estaban restringi al matrimonio; los senti peas aa ; los sentimientos que eran apropiad 0 os amor cortésestaban bastante separados de In tec cat sen Piados para el matrimonio.® eo al FS Be 4 an ptt al como sucediers anteriorment, la transformacin ‘oncepto del amor aparecié como la vor dle la Iglesia, 77. Robert Briffaule, ics Sen ees eee os esa dliny eran, ynespos busca un anane facta dl ae a tt fa ung compenracin por la barbaric de hs contumbresofclsns ar ear aioks [at nother, Be 428: «Con la autoridad de la condesa de ie amare son os conan abuclutente dees ae ear ame Sentimientos totalmente diferentes». The mothers: A study of the origin of sentiments and ins ‘Las maneras y la moral del amor cortés fueron condenadas a ‘medica que In legislacidn cristiana se estableci6 en todas las pparcelas, sta transicién es muy evidente en las baladas de ‘uquel tiempo que glorificaban la feminidad y que la honraban fen el acto de hacer el amor. Los tiltimos poemas liricos cantan Jos rezos de la Virgen: «Su dama es coronada en los cielos y se convierte en la experanza del Paraiso mientras su pensamiento esté leno de {elicidad».®! fl amor se convirtié en algo tan etéreo que no existia nin- ‘guna sospecha de sensualidad que pudiera ser asociada con él. De nuevo, el reconocimiento del cuerpo y de la naturaleza, que en otro tiempo estuvo unido a la prostituta sagrada, desa- parecié y fue racionalmente endurecido. ‘A partir de los afios que se sucedieron durante el Rena- cimiento y la Reforma, la represi6n de la naturaleza femenina se tornd cada vez més severa. Los atributos positives de las Diosas se espititualizaron y se armonizaron con los de la Santa Virgen. Se construyeron en su nombre grandes catedra- les que hacian girar los ojos hacia el cielo. Estas actitudes esta- ban compensadas por otras mas negativas hacia la tierra. Esta, herida como la mujer, ahora era vista como destructiva, aliada con el diablo o proclamada bruja. Esta concepcién de la mujer era evidente en la gran caza de brujas que prevalecié desde los siglos xv al xvi. Las mujeres se reunfan en secreto para realizar danzas o rituales paganos semejantes a los que se hacfan cuando se adoraba a las Diosas. Como eran habiles en brebajes medicinales y en la préctica de Jas artes de la sanaciGn, se convirtieron en sospechosas para la mente racional. Aquellas mujeres que protestaban contra Ja Iglesia y contra el control del estado, ¢ incluso las que pare- fan algo diferentes por una raz6n u otra, fueron maltratadas por practicar la brujerfa. Aproximadamente de seis a nueve WD, Tia, p. 495, millones de personas se ejecutaron durante todo este tempo, de las cuales un ochenta y cinco por ciento fueron mujeres.? AA partir de entonces el cambio de actitud hacia la mujer hizo mis patente. Por un lado, la feminidad era intocable Porque habia sido elevada a las alturas extremas de los cielos; Por otro, fue rebajada por malvada y vil. La imagen de la Prostituta sagrada, que era a la vez profundamente espiritual y placenteramente sexual, se convirtié en algo completamen- te inviable. En la época del Puritanismo y de la era Victoriana, las acti- tudes colectivas hacia las mujeres y hacia la sexualidad, sobre todo en los patses Protestantes, son bien conocidas. Son estas tctitudes las que prevalecen en las teorias de la psicologia freudiana, las cuales atin, hoy en dia, ejercen tremenda te, fluencia en los conceptos de la naturaleza femenina y en la sexualidad.* El pensamiento freudiano es revolucionario en el sentido de hacer més consciente todo lo referente a Ip Sexualidad, ya que estaba influenciado por los conceptos pa. triarcales que lo precedieron, Freud y sus mas cercanos segui- dlores no vieron més alld de su propia masculinidad y de las Aactitudes victorianas hacia las mujeres que aceptaban la creen. cia de éstas eran inherentemente limitadas.™ Se le ha dle reconocer a Freud toda su importancia, pero jambién se ha de resaltar que sus escritos, tanto como aque llos de los primeros ponentes sobre psicologia profunda, estin basados en el acercamiento a la sexualidad femening desde un punto de vista estrictamente masculino. A partir de estas propuestas psicolégicas han aparecido las ensefianzas y 82. Judy Chicago, The dinner party: A symbol of our Heritage, p.160, 89.Un eénicoy tambien penou jmp de eee oa nutes ora picologa moda aparece fim ees en an cos mujeres se oyen por catalidad en una feta “Una Me deere es Fora nasa rue un orgasm, mi prquiara medio quecra detache aah 4, Ver Freud, «Some Physichal Consequences of the Anatomical Distinetion ones Tos enfoques sosenidos por los hombres sobre ls mujeres que ain prevalecen, Tasta hace poco, incluso ni muchas Mujeres habiancuestionsdo esos puntos de vst, Nociones constituyen un obsdculo paral desarrollo del verdade~ fa nauralezafemenina, a como las leyes civiles menciona religiosos del patriarcado. eee ec tsa cede Ficed oon os coneoer ae castracin» y «envidia del pene». Ambos han ee rae is dos a pani de la asunci de que algo oeure con los genie: les femeninos en comparacién con los masculinos, Freut en La psicologia de la mujer: ico el complejo de castracién se forma a partir de que Pecan erin eae aeuetrer Sram sl diva no es necesariamente una. ued Recut vosla ex anoeaay el ae uae er caida por la castracién, que alimenta la fuerza mas motiradora par. portion dxtrol El compee deat 6 nifia, también aparece a partir de la vista de los érga- ea See Rae ease aac erece ata cia y tiene que admitir su ate Siente una eran sera jay, a menudo declara que le gustarfa tener también algo 2 i sanviestetee a yheticasdelateriin del pene, que deja fuer- tes hulls en au destvllo yen a formacin desu carts € incluso en os més favorables ejemplos, no lo sobsepasa sn ha ber gastado una gran cantidad de energia mental. arrafo indi 6 fa de la se- lomo este parrafo indica, Freud bas6 su teorfa eee netis en aa melo masalin y asumié que l mujer siente como suera un hombre mutilado, Pero.n0 hay raz6n para asumir que el orgullo femenino del pene implica una correspondiente humilacion para la mujer‘ La envidia del pene existe, desde luego, pero s6lo allf donde una muj ireud, The Paychology of Women, en New Introductory Lectures on Psy- De Banos segundo exp 4: El como de inerioridad on a maui Ns sao Tne nels vert een Now anc Eilpueslacos onan son octsy ists acne a “0 Oates wine no ha podido aceprar su manera tinica de experimentar su naturaleza sexual, es decir, mientras permanece dependiente de la manera de ver de los hombres. Muchos hombres y mujeres modernos rechazan cons- cientemente actitudes asi. Pero estas tradiciones religiosas y ereencias psicol6gicas continian teniendo atin una poderose influencia inconsciente, moldeando nuestras actitudes hacia huestro cuerpo, nuestras identidades sexuales y nuestra rela ci6n con la divinidad. El hecho de reprimir lo que por siglos fue representado por la prostituta sagrada hace crecer la frus. tracién, la insatisfaccién y la neurosis. Este es tanto un pro- blema para las mujeres como para los hombres, porque si la actitud masculina consciente o inconsciente hacia lo femenino ¢s de superioridad o desdén, entonces su relacién con su anima, con su naturaleza femenina interna, asi como con la mujer real en el mundo externo, correrd un serio peligro, Hemos visto imégenes antiguas de la prostituta sagrada que personificaban tanto la sexualidad como la espiritualidad de la naturaleza femenina. También hemos contemplado el desa- rrollo cultural subsiguiente. A través de los atios, el péndulo ha virado de un matriarcado a una sociedad estructurada patriarcalmente; de una adoracién a las Diosas o un pantefs- mo, a la adoracién de un Dios Supremo; de una moralidad basada en la supremacia del cuerpo o de la materia a una moralidad basada en Ja supremacia de la espirivualidad. La, racionalidad se convirtié en lo predominante por encima del sentimiento y de las fuerzas creativas no lineales de la natura- leza. Con este desarrollo, la humanidad fue conducida a nue- Vos principios y restricciones, La historia nos ha legado unos profundos avances cultu- rales, sociales y técnicos, pero a expensas de negar otros aspectos igualmente valiosos para el desarrollo individual y sl sentido de bienestar, A medida que el principio espiritual masculino se convirtié en dominante, el Ta natura lezainstntvafemenina se retir6 al inconsciente Bs esta nat tlezs, tan identifica con fa imagen de la prostttasagrada, que necesita serredimid, ya que es vital en el camino hac cotldad de os hombres y de las mujeres por igual Una comprensién de la prostivta sgradt a mujer hua na que personifcaba las cuaidades de la Diosa del amos puede ayudarnos a conocer y resptar estas culidades, on nosotros mismos, Las manifestaciones ultuals de cambio dependen de a amplitad dels modifcacionespsicoldgicas en las atiudes conscientes de ov individuos. Ash si queremos conectar otra vez con la Diosa del smor, es esencialmente necesaro realizar una revisién yuna ronovacin de a natura leza femenina mediante un trabajo individual, Esta es la direc: cidn que siguen los siguientes capitulos (Piedra, 2000 a, La Gran Diosa . Rietburg Museum, Zurich) 2 EL SIGNIFICADO PSICOLOGICO DE LA PROSTITUCION SAGRADA La primera funcién de los mitos y de los rituales siempre ha sido la de alimentar los simbolos que hacen avanzar el espiritu humano en contraposicién con aquellas otras fantasias que tienden a sujetarlo hacia atrés. Joseph Camppet1, El héroe de las mil caras Introduccién, Cuando hablamos de la prostituta sagrada ~del extranjero que llega al templo del amor o de la Diosa misma-, nos podemos preguntar qué significan estas figuras, ademés de qué pueden aportar a los hombres y mujeres de hoy respecto del material mitol6gico asociado con ellas. ‘Normalmente, pensamos que los mitos son historias tradi- cionales que sitven para explicar fenémenos de la naturaleza o creencias religiosas. Pero también podemos verlos como deli- neantes de la naturaleza fenomenoldgica de la psique misma Joseph Campbell, por ejemplo, considera que los mitos nos hablan en un lenguaje simbélico sobre los «poderes de la psique para ser reconocidos integrados en nuestras vidas, poderes que han sido comunes al espiritu humano desde siem- pre y que representan la sabiduria de las especies, a partir de Jos cuales el hombre ha venido curdndose durante milenios>.! 1, Josh Camphl, Myth to five bys p13, 7 Jung, por su parte, dijo que los mitos son ante todo fené- menos psiquicos que revelan la naturaleza del alma: ‘Todos los procesos de la naturaleza que han sido mitificados, como el verano el inviern, las fases de la Luna, las estacionea de las Huvias, no son en ningrin sentido alegorias, (parafrasis de contenidos conscientes), de estos hechos objetivos; més bien son expresiones simbdlicas del interior, dramas inconscientes de la psique que se hacen accesibles ala consciencia del hombre por via de la proyeccién que se reflejan en los fenémenos de la naturaleza.? Los mitos son. la cultura colectiva lo que los suefios a los individuos. A partir del simbolismo de ambos, mitos y sue. fios, podemos discernir los acontecimientos psiquicos. Asi encontramos que los mitos no son tinicamente historias ocio- sas y deliciosas de Dioses y de Diosas, héroes o demonios, de un tiempo olvidado; nos hablan de un material psicolégica- mente vivo y que actéa como repuesto de las verdades apro- Piadas para la vida interna de los individuos, asi como pata la vida de la comunidad. Jung se refiri6 a los estratos profundos de la psique como al inconsciente colectivo (0 psique objetiva) distinguiéndola del inconsciente personal. Los tiltimos contenidos de material Psiquico son tinicos para el individuo, mientras que el incons- siente colectivo contiene componentes psiquicos que son omnipresentes, irreemplazables y comunes para todos, Estas ualidades inconscientes no se adquieren individualmente ya que son sustratos heredados de la psique per se (como lo son los instintos), En estos profundos estratos de la psique, la uni cidad individual da via libre a las funciones auténomas que, como campos de energfa psiquica, se convierten en colectivos al ser inherentes a los humanos a través de la historia, Jung _ denomin a esta clase de energia psiquica, «arquetipos», Como energia psiquica, los arquetipos tienen la habilidad de regular, modificar y colorear la experiencia de uno mismo y del mundo. Podrfamos pensar en ellos como patrones de conducta. Asi, Jung esctibe: i ipo» es en si mismo Lo que queremos significar por .!> Asi, ella era también cicli- “ca, siguiendo un ritmo de cambio constante. ‘Otro hilo-comiin que se encuentra interconectado en va- 21 Rahs Haring Lx mein def jer 1 Odeo, o Z aM we in i inal rips mitos de la Diosa del amor es el tema del marido-aman- te, mencionado anteriormente. La Diosa en si misma es eter- hay el hijo amante muere o es sacrificado para resucitar otra vor. El joven amor de Inanna fue el pastor Dumuzi, que era Sacrificado al inframundo durante seis meses al afio, como ocurrié con ‘Tammuz, el hijo amante de Ishtar: En Egipto eneontramos a Isis y a Osiris; en Lydia, a Cybeles y a Attis, El tema se repite cada vez que un hombre joven conoce una muerte prematura y cruel y que, eventualmente, es retornado a la tierra de la vida, lo que contintia a través del tiempo, hasta Hlegar a la més cercana mitologfa griega. Un mito griego nos habla de Afrodita y de su hermoso Adonis (que significa Sefior y Maestro). Afrodita encuentra a Adonis en su nacimiento a los pies de un érbol en el que su thadre se habia transformado. ‘Tras colocar al nifio en un cofre lo confia entonces a la Diosa del mundo inferior, Perséfone. Cuando Afrodita reclama el cofre tiempo después, se encuen. tra con que Perséfone ya lo habia abierto, y que al contemplar la belleza del nifio rehusa dérselo. La disputa entre las dos Diosas surge antes de que Zeus aparezca, aunque resuelve el conflicto al decidir que Adonis debe pasar medio aiio en la tietra y medio afio en el inframundo. Durante el tiempo que esté con Afrodita, ella intenta com- placerlo en todo momento animandolo en su pasién por la caza ¥ & pesar de temer algin trégico destino. Pero un dia, durante luna caceria en el bosque, Adonis es fatalmente atacado por un jabali. Al precipitarse Afrodita se abalanz6 sobre él y se hizo un asgufio en la pierna con una rosa que, si bien hasta entonces habia sido blanca, se vuelve roja al entrar en contacto con su Sangre, (La rosa roja, un simbolo de Afrodita, atin esta relacio- nada con los regalos de amor). Afrodita besa a Adonis mientras éste se esta muriendo, sintiendo en si misma idéntica pena, Pérdida y muerte, amor no correspondido y abandono son todo partes del reino de Afrodita, Kn efecto, sélo por estas sombras orcuras su explendor dorado se convierte en una crea. Afrodita de Cirene (Bstatua griega primitiva) cién completa, sonriendo con su inmortal sonrisa, y con el po- |. der de mirara la muerte con sus ojos inmortales. La permanens | ia pertenece al mundo de Hera, y no al de Afrodita, Lo que le Betzee of un profunda aceptacién de que el amor apasiona- lo no dura para siempre; y una igualmente profunda aceptacion [de queel hombre esié hecho deamon! na __ Este mito, como otros referidos al hijo-amante, puede ser interpretado simplemente como una historia metaférica del cambio de estaciones: la muerte de la vegetacién en los meses de invierno, seguido por una renovaci6n del florecimiento de la hierba en primavera, Este tipo de interpretacién va mas alld dela implicacién de la Diosa, de la profundidad de su emocién. ‘Todos los mitos de esta Diosa enfatizan el dolor, el duelo y la lamentacién que se experimentan por la muerte del hijo-aman- te, Conocemos el aleance de las emociones de la Diosa, alegria y placer, pero también el dolor y el duelo hasta un extremo que vva mas alld del de las otras Diosas. Las emociones engendradas por el proceso del amor son una parte integral del ser. La mujer que llega a conocer a la Diosa crece en la compren- sion de que el aspecto divino de su naturaleza femenina es parte de si misma, es el arquetipo de la totalidad y el centro regulador de la personalidad. Mas que un intento por domi- nar su vida, su ego trabaja con el Si mismo. Una mujer asi se deja conducir por sus mas profundas necesidades, por unos ideales y unas actitudes que proceden de su interior. No esté contaminada por las circunstancias externas ni demasiado afectada por el criticismo. Por ejemplo, encuentra su cuerpo hermoso y es conscien- te de que, en parte, es una manifestacién de $f misma, «Este centro, por lo tanto, es la totalidad de su personalidad», dice Erich Neumann, ya que «lleva rectamente los atributos de su on sexo fisico exterior cuya condicién hormonal est4 conectada muy de cerca con la psicol6gica>.® El cuerpo no es, como tuna mujer expzes6, , sino 1a materia prima con Ta eual ella puede llegar a conocer y a valorar sus propias y profundas emociones, intuiciones y sabiduria instintiva. ‘La mujer consciente de la Diosa cuida de su cuerpo con ‘una nutricién adecuada, hace ejercicio y disfruta de los place~ res de las ceremonias del bafio, de la cosmética y del vestir. Y ‘no slo con el propésito superficial de llamar la atenci6n, que esti relacionada con una gratificaci6n del ego, sino por un res- peto hacia la naturaleza femenina. Su belleza deriva de_una i6n vital con Si misma. Ses SL ome na geo tun estado fisico, sino con una actitud interior. No depende de Tas reacciones de los otros para definir su propio ser La mujet | virgen no es la contraparte del hombre, ya sea el padre, ¢ Jmunte, o el marido. Permanece como una igual en su propio derecho. No esté gobernada por una idea abstracta de lo que | qendria que ser» de lo «que la gente pensar». Esther Har- ding escribe: ¢ mujer que es virgen, una-en-si-misma, hace lo que hace no tame ade rae Ge ganar poder sobre alguien, ni para captar el interés o el amor, Sino porque lo que hace es verdadero... Como virgen no esté jnflugnclada por las consideraciones hechas por las mujeres que nto son virgenes, estén o no estén casadas... ela es la que es, Por- {que esto es lo que es.16 Si el motivo para valorar la virginidad de una mujer es mera egocentricidad, esto nos levaria simplemente a un esta do de regresién y a una situacidn mds indisciplinada e inch . al hijo. Encuentra maneras en que el hombre se convierte cada vvez en més dependiente de ella: mediante apariencias y acti- tudes inocentes. Como por ejemplo el estar siempre buscan- do la manera de ayudarle, a través de la indulgencia 0 por mediacién una exagerada actitud solicita. Al crear un sentido de impotencia en el hombre ella se eleva a sf misma en una posicién superior. En ambas situaciones, el hijo es sacrificado, pero sin re- dencién ni transformacién. El sacrificio no es para la vida sino para el deseo de poder del ego de la mujer. Ella pierde la cone- xidn con la fuerza interior de la Diosa que demanda un sacri- ficio diferente del hijo, un sacrificio que cortarfa los limites insanos y lo dejarfa libre. En el mito de Inanna, cuando la Diosa asciende desde el inframundo donde habia ido y donde habia tenido un castigo traneformador, se le ordena buscar a una igual para que ocupe su lugar. Dos demonios galla de ese mundo subterréneo acom- pafian a Inanna pata estar seguros de que asi lo hace. Inanna ercuentra a su amante Dumuzi con sus ropas brillantes, sen- tudo en su magnifico trono, sin dar sefial de que lore su jusencia, En cambio, ¢s Inanna la que se pone a llorar: “Lilevdoslo-y los galla lo agerran, Finite continda hublando de su perfodo doloroso y lls a Se ha ido mi marido, mi dulce marido. amor. ‘Aunque parezca contradictorio que la Diosa misma fuera la que instigara el sacrificio de su hijo amante y a la vez lamentara su pérdida como si tuviera segundos pensamien- tos, el proceso es psicoldgicamente sano y atiende a la raz6n. El duelo es una manera de integrar conscientemen- te el hecho de que las circunstancias han cambiado; lo que estaba, ya no estd y no es posible tener las cosas que una vez, tuvimos. Como un ritual, el duelo asiste a los cambios nece- sarios para el desarrollo durante toda la vida. Si uno no ha sa- crificado la idealizacién de la infancia, por ejemplo, y vivido un perfodo de duelo para aceptar esa pérdida, permanece constantemente buscando proteccién y seguridad, sin estar preparado para el riesgo y el peligro del mundo externo. Cuando una relacién se rompe, uno intenta reemplazar la profunda pena del duelo con fantasias del retorno del compa- fiero, y la vida empieza a estancarse. Incluso si el compafiero persiste, las viejas expectativas tienen que sacrificarse si cada individuo quiere desarrollarse psicolégicamente. Esto puede acarrear mucho descontento, sacudidas y pena y, otra vez, otro periodo de duelo. La muerte y la pérdida al menos tienen un propésito: el de permitir la regeneracién en la relacién. Una relacién en la que ho se entra en el proceso de confrontar viejas asunciones y en Ja que no se confronta la pena que todo esto conlleva, es una relacién que esta muerta. La fuerza de la Diosa recae en la capacidad de entregar lo que es mas precioso para asegurar el crecimiento y la regene- racibn; la transformacin solo puede tener lugar cuando las viejas actitudes y valores crean caminos para las nuevas. La suya no es una fuerza fria y calculadora, que niegue las emo- m Hane Wolkstcin y $.N, Kramer, /nannar Queen of Heaven and Earth, "20, Ver Sylvia Brinton Parera Descent (0 the Godess: A Way of Tnitathon Yel 1 Gindeu A Way of nation for ciones; sino que, al contrario, es capaz de sentir las emociones més profundas y esto no restrifie su duelo. Este es quizas el aspecto de la Diosa mas prender y de integrar ya que va en contra de muestras ense~ fanzas culturales. El aspecto dindmico y activo de la natura~ leza femenina que promueve el cambio y la transformacién hace balanza con el aspecto estatico, el materno que, aunque promueve el crecimiento, es esencialmente protector y con- seryador. "Ambos son importantes también en el desarrollo psicolé- gico. Los dos tienen que ser conscientemente integrados si una mujer quiere estar abierta a unas posibilidades sanas en unas circunstancias concretas. gCudndo proteger y nutrir? {Cuindo dejar partir relaciones y actitudes? Tratar con cucs- tiones asf requiere un intrincado equilibrio. : En el desarrollo psicol6gico del hombre es necesaria una actitud similar hacia el sacrificio del hijo-amante. Como la primera relacién del nifio es con una madre protectora ¥ hutricia, el pequefio se identifica primero con lo femenino. La relacién es confortable y no pide nada; de todas formas, crea un ego infantil y dependiente. La capacidad de verse uno mismo como «otro» donde el ego masculino conscientemen- te es el que domina, requiere el sacrificio de la relacién como hijo; el «hijo» es este aspecto psicolégico (0 fisico) que per- manece dependiente de las mujeres para la aceptaci6n, seguri- dad y nutricién. El problema para el hombre es liberarse de la fijacién en elestadio edipico 0, en la tiltima parte de Ja vida, de regresar al. ; Un ejemplo de esta compleja transicién es descrito en la novela de Robertson Davies, El quinto negocio. E] narrador de la historia explica sus conflictivos sentimientos hacia su madre: icil de com- into ly iba y qué rable me hacia sentir a aaiock luce Eas pound dm ser yo sabfa que consentir y prometer lo que ella queria po- dria ser el final de lo que era bueno para mi! Otros ejemplos de hombres liberindose de su madre aparecen en la mitologia, aunque no estén tan suavemente cexpresados como en este pasaje, En una version de Cibeles y “Atts, la Diosa celosa y vengativa induce el delirio en Attis, el hijo-amante. En este éstado, Attis se castraa si mismo y arro- ja sus testiculos a la cara de su madre. Este mito pinta una imagen grafica del necesario sacrificio del hijo para que pueda nacer el hombre potencial que existe en él.22 Una vez libre de su posesiva madre, el hombre ya esta en condiciones para entrar en una relacién madura con una mujer2> Elhombre que no se ha separado de su madre ve a la mujer s6lo como un objeto que puede gratificar, inmediatamente, su deseo sexual. Esta gratificacién es efimera, pasa répida~ mente, y con una actitud asi hacia lo femenino, la dimensién spiritual del acto sexual nunca puede ser experimentada. El corazén no es tocado; y el alma no se alimenta, Afrodita no personifica solamente los instintos, sino también el deseo del alma, En una alianza madura ambas son reconocidas: la di- mensidn erética y la relaci6n espiritual potencial. En términos junguianos, el dnima, que significa «alma» en latin, es la personificacién de la parte contrasexual incons- lente del hombre, su propia naturaleza femenina, el clemen- animico en su psique. Ella es la guia interior que leva al omibre a través del laberinto del inconsciente hasta encontrar J centro iiltimo de su ser: el Si mismo. La Diosa es el anélo- otro opuesto», el elemento femenino que, junto con el eulino comprende la totalidad del Ser. De acuerdo con Erich Neumann, «el anima es el vehiculo dl cardcter transformador en un hombre. Es la que mueve, la que instiga al cambio, euya fssinacin rig, seduce y anima al hombre a la aventura del alma y del espiri- tuyalaacei6n yaa creacién en el mundo interno y exter Su imagen inspira una respuesta emocional en una medida tanto positiva como negativa. Puede ser experimentada como la mojer inspiradora, una musa amorose y efeativa, 0 como Ie mujer fatal, una seductora Su personificaci6n abarca tanto a prostituta profana como a Sofia, la sabiduria espiritual. El estadio del desarrollo del anima en un hombre queda reflejado en sus relaciones externas con las mujeres. Cuando Ye ala mujer como una amenaza siniestra, alguien de quien Yesconfiar, o bien como una especie inferior que tiene que estar en su lugar sin movers, es un signo de que su feminidad interna esté atin en un estado juvenil, dispuesta a burlarse del macho, Un hombre asf se siente acorazado él mismo contra Tas emociones, para que no se manifiesten en un exceso de sentimentalismo 0 en agresiones inapropiadas. La feminida interna y las relaciones con las mujeres se desarrollan recipro- camente cuando puede valorar lo femenino de manera cons- cient, Ambas, la mujer interna y la externa, pueden recono- cetse como la personificacin de Ia alegra, de la pasibn, de inspiraci6n, de la crea, de la espiritualidad y, en el lugar ds elevado, de la Sabidurfa. sn dnimma madura se manifiesta en la veneracién del hom- bre por la fuerza y capacidad de la Diosa del amor. En las pri- meras lineas del Hipdlito de Euripides, Afrodita dice: i enel honor, pero ~Aquellos que respetan mi poder progresarin en el ho ieviré le ruina a aquellos que se jacten delante de mi* ‘Afrodita continia hablando de Hipélito: “tl rechaza el amor y,entonces, no tended nada que ver con el sexo... Es un pecado de negligencia hi mi por lo que tens ae casigar a Hipdlito ese precio dad! tee Para aquellos que no estén dispuestos a cambiar las estre- chas actitudes colectivas especialmente aquellas basadas en has leyes del patriarcado-, Ia maduracién psicoldgica no es posible. El descuido de la Diosa resulta en un estéril y abrasi- ‘yo encuentro con la vida; sin un propésito, ésta se convierte en aburrida y vacfa y una compulsiva necesidad de poder reemplaza la alegrfa del amor. Cuando la naturaleza femenina es valorada y no es vista como un juguete para jugar, sino ‘como una energia para ser abrazada, la vida psiquica florece y se hace fruetifera, trayendo una nueva perspectiva. La Diosa del amos; la imagen arquetipica de una clase par- ticular de energfa psiquica, es la Diosa mas poderosa, Su reino se extiende tanto al Cielo como a la Tierra, al mundo miste- rioso de lo divino y a nuestra realidad externa. La risa amo- rosa, la Diosa radiante, constituye un principio psiquico vital en hombres y mujeres. Ella es el principio activo de Eros que nos prepara para relacionarnos con nuestras emociones ¢ incluso para tocar la sustancia emocional de otro. La Diosa es la que brinda el amor y el éxtasis. Puede com- binar y dirigir el natural instinto sexual y el elevado y cultiva- do arte de hacer el amor. «La esencia de Afrodita es la trans- formacién mediante el poder de la belleza y el amor, el poder psiquico responsable de todas las metamorfosis.»?8 La prostituta sagrada Como hemos visto en el primer capitulo, la prostituta sagra- dda es una mujer mortal que es devota de la Diosa. Su belleza, us graciosos movimientos, la libertad de su ambivalencia, ‘nsiedad, o confianza hacia su sexualidad, todos los atributos BY. Stasinopoulos y Bony, The Ge ¥ , pualaonculo By The Gof Creve de la Diosa derivan del respeto que mantiene con su naturale- za femenina. La prostituta sagrada puede considerarse como una imagen arquetipica en la que su energia se asocia con emociones con- cretas y patrones de conducta, pero ella se muestra también humana, La Diosa del amor y la prostituta sagrada pertenecen a un principio: el de Eros; ya que éste, en sf mismo, es tanto divino como humano. Este concepto es paralelo a la creencia cristiana en la dualidad del Padre y del Hijo, que son nada mas que Uno. Cristo, el Hijo, es el aspecto més cercano a la huma- nidad; a través de El uno llega a conocer al padre. «Nadie puede llegar al Padre sino a través de Mi.»2” De una manera similar podemos amplificar el significado de la Diosa y anotar las implicaciones psicolégicas de la ima~ gen, pero precisamente porque es arquetipica que no puede ser integrada por completo en la consciencia. No podemos entrar en el reino de los Dioses ni identifi carnos con su poder; que nos lleva a lo insano, 0 al abruma- dor ego. A través de la prostituta sagrada llegamos a conocer los atributos de la Diosa del amor. Podemos, entonces, inte- grar en nuestras vidas humanas el significado de sus cualida- des caracteristicas. La mitologia nos ofrece el ejemplo de una mortal que se asocia con la divinidad —Ariadna, Ia hija del rey Minos de Creta-. Muchas historias rodean esta perfecta imagen de belle- za, como fue muy a menudo designada. En una conocida ver- sign del mito, Ariadna se enamora a primera vista del apuesto héroe, Teseo, y declara que ayudaré a rescatarlo del laberinto si promete sacarla de Creta y hacerla su esposa. Conscien- temente provee a'Teseo de un ovillo de hilo que sefiala el cami- no de salida del complejo laberinto para asi salvarlo de ser comido por el Minotauro. ‘Teseo saca a Ariadna de Creta, pero luego la abandona en vuna isla desolada, Tiene el coraz6n roto y sufre una pena 2. Juan, 1 terrible. Mientras se lamenta, aparece ante ella el Dios Dioni- so y la convierte en reina. Existen también otras asociaciones con Ariadna -quizés ‘menos conocidas- y, aunque nunea fue designada como pros- tituta sagrada, hay fuertes paralelismos que sugieren una rela~ cién con la Diosa por sus caracteristicas similares. Frecuen- temente se refieren a ella como «Ariadna Afrodita», no sélo por llevar la corona de esta tiltima, sino porque, de acuerdo con una versién del mito de Teseo, la Diosa aparece desde el fondo del mar, su lugar de nacimiento. En una pintura de Ariadna, en un vaso Attico, encontramos la palabra griega que significa la mas santa, que es precisamente el titulo con que fue honrada Afrodita en Delos.° Ariadna, supuestamente, Ilevé la estatua de Afrodita de Creta a Delos y alz6 un templo a la Diosa, siendo muy impor- tante en el culto a ésta, especialmente en la famosa danza de los festivales de Delia! Ariadna en otras ocasiones también es representada como iniciadora en la danza del éxtasis mae- nads, las mujeres que seguian a Dioniso.? La danza no es como Ja danza bacanal de la prostituta sagrada. Plutarco explica que la danza constituye en si una locura llena de pro- fecfa y conocimiento secreto.” El cuerpo de danza entra en el ritual que conecta lo personal y lo transpersonal; a través del éxtasis erético se realiza la profundidad del espiritu. 30, Walter Otto, Dionysox: Myzh and Cult, p. 183. «Oro afrina que la pala- bya santo" unieamente puede indict alos Ieefores erstinos al eror. La traduc- «in ‘puro’, que es bastante cereana no es sitisfactoris porque nuestro concepto de pureza puede ser dificilmente separado de las connotaciones morales. La pala bra ‘intocabl’estd més eercana del verdadero significado, pero con esto debemos pensar en a intocabilidad de fs nacuraleza que permanece separada por el hombre Y est lejano el concepro de bueno y malo. Esta naturalers xe encuentra mis cr Gana ao divino y es por esta razon que el concepto de intocabilidad se asocia uléneamente on lo que inspira adoracin» MMe Tbid, pp. 181 32th 177, considers sad come wag aii Uy feminidad expresacla en su belleza mica, maternidady pie, profela élacin con l muerce, Por eta ranénescrbe: = Serta impoalble enMak huerpa de ellas no poseidas con el mismo deseo ercuico que encontraton tt omit, MA Tbh 144 Ariadna (Villa de los Misterios, Pompeya) Otro lugar donde Ariadna aparece como la vigilante de los rituales de mujeres es en la Villa de los Misterios de la antigua Pompeya. Un espacio situado a una milla, en las afueras de la ciudad, queda apartado de todo cuanto ocurria en la vida cotidiana de la urbe. En este lugar, dedicado tinicamente a la iniciacién de las mujeres, se podia observar una entrada deco- rada con un atrevido y exquisito friso en las cuatro paredes, pin- turas que se habjan alterado desde antes de la era Cristiana. Alli se representaba el proceso de la iniciacién y, como presidien- do la ceremonia, se veia Ia imagen de una Ariadna regia, cal- mada y pensativa, sentada en un lujoso lecho matrimonial. A su derecha, la imagen de Dioniso, Dios del vino, favorecien- do que lo humano y lo divino estuvieran presentes. El primer estadio de iniciaci6n representado en el friso comienza con los preliminares del rezo, de la comida ritual y de la purificaci6n. El segundo estadio es la entrada al infr mundo, donde se muestra a los satiros, medio bestias, medio humanos y a Sileno, un viejo gordo y borracho dotado de un inmenso conocimiento sobre el pasado y el futuro. Con la pérdida de la consciencia, el iniciado entra en el mundo de los instintos y de la sabiduria tan alejados de la seguridad racio- nal. Las pinturas representan el miedo en la cara de la inicia- da y su posicion sugiere que est4 deseando escapar; aunque sigue bebiendo del vino dionisfaco que sostiene Sileno. ‘A medida que se suceden los estadios, la iniciada lleva me- nos vestidos, como si se desprendiera de los viejos roles para recibir una nueva imagen de st misma, Hacia el final, aparece lun cesto que contiene el falo ritual tapado, en el que se puede contemplar el poder fertilizante del Dios, la fuerza primitiva {que regenera, Esto no ocurre sin peligro ya que, si el podero- so magnetismo de la naturaleza masculina la hipnotiza y la hace permanecer en el reino del Dios, entonces ella pierde Ja conexidn con la consciencia femenina y con su propia femi- nidad, Ein el aire, enfrente de la iniciada, esta situada una Diosa ‘alada que porta un litigo largo con el que la somete humild yo Wan hip hop pnch A mente, En la escena también aparece una mujer vieja que sos- tiene la copa del conocimiento, como representacién de al- guien que ya ha sido iniciada, y en cuyo regazo una joven arrodillada reposa su cabeza. No esté alli para proteger a la novicia, sino para darle apoyo. El dolor y la humillante experiencia de todo el ritual se ‘vuelve a conectar con la parte humana de la mujer; estar ini- ciada no es un estado de inflacién ni de engrandecimiento del ego, es un estado de contencién del misterio en lo més pro- fundo del alma. La escena final nos muestra a la iniciada ves- tida y adornada de una manera muy bella. Se acicala en el espejo de Eros que refleja su capacidad femenina de relacién. ‘Ya lo ha experimentado, con lo que ahora personifica el ma- trimonio sagrado entre Ariadna y Dioniso. Ya se ha converti- do en una mujer transformada, preparada para actuar en el mundo exterior con total conocimiento de su profunda fuer- za interior. ‘Ariadna, una mujer mortal, sintié las mismas emociones que la Diosa en la pérdida del héroe-amante. Después del duelo, se unié con el Dios en un matrimonio sagrado. Su his toria nos relata el misterio de la iniciacién de una doncella y de cémo se convirtié en mujer. En la psicologia femenina este mito es andlogo al proceso por el que una mujer se libera de su identificacién con el rol de «hija del padre». Inicialmente ella es la «princesa». Para ir més alla de este estado perpetuo de adolescencia, el héroe, como un caballero con brillante armadura, viene a rescatarla de los confines del mundo de su padre. El héroe es impetuoso y aventurero, y le trae actitudes nuevas y pensamientos creativos. La mujer ya no estaré més limitada por la consciencia colectiva del «viejo rey», del prin- cipio paterno. Una doncella de cualquier edad normalmente proyecta sus habilidades creativas en un hombre, viéndose a si misma sélo como un reflejo en los ojos y en los cumplidos de su amante. Se enamora del héroe, una personificacién de su propio poten- a oe cial inconsciente, y el hombre lucha las batallas de ella, carga con los deseos de ella, o la salva de una situacidn indeseable. Enamorarse es siempre el resultado de una proyecci6n; no es un sentimiento maduro de aprecio y respeto por el otro; sino al contrario, uno ama un aspecto de siimismo. Cuando el compafiero no cumple nuestras demandas de proyeccién “ningtin ser humano puede hacerlo~ y ésta ya no se sostiene por més tiempo, se ve la realidad de la otra persona y uno se pregunta: 2Qué vi en él o en ella? Para que una mujer pueda ser algo mas que el reflejo de su amante, la proyeccién tiene que ser retitada consciente- mente, abandonada o sacrificada. Ella tiene que darse cuenta de que las cualidades que ve en él, estin en realidad en su pro- pio interior. En este momento, incluso ella puede empezar a {preciar la fuerza madura masculina, su Dios interno, sin per der la conexién con su naturaleza femenina. En la unién de Jos principios opuestos, la mujer madura experimenta la ferti- lidad de su propia energia creativa. "Aunque ya no vamos a observar més los rituales de inicia~ cin de la prostitucidn sagrada que se realizaban en la Villa de Jos Misterios en Pompeya, éstos, sin embargo, continian ocu- rriendo a un nivel psiquico. En suefios, en imaginacién activa 6 en fantasias, el patron arquetipico de la iniciacién se acti- va cuando estamos preparados. Jung habla de los «grandes suefios», que en un determina- do momento del desarrollo psicolégico funcionan tal como ocurria en las antiguas religiones, a fin de llevarnos hacia una integracién personal. El siguiente suefio es el de una mujer adulta que, aunque brillante y competente, no habia vivido de una manera com- pleta su vida. Eligié permanecer soltera. Tenia muchos amigos hunque no existia nunca ninguna relacién amorosa ni sexual, se present6 a su primera sesién analitica como temerosa de fos hombres, El sueso ocurre la noche de Fin de Aho, wn tiempo simbélico para nuevos comic 4 Estoy en una habitaci6n y las paredes empiezan a cambiar. Se convierte en otro lugar. El suefio sobreviene en oleadas una y otra vez. Empiezo a reconocer meros signos de esta experiencia porque una pintura, una mesa o una limpara empezaban a fun- Uirse y, entonces, la habitaci6n entera comenzaba a ondular. La hhabitacién se transformaba en otro lugar y ocurrfan cosas ex- trafias, Hubiera necesitado dos mentes para sobrevivir a la ‘experiencia. Por ejemplo, hubiera tenido que mantenerme en mi cuerpo para evitar ser absorbida por un remolino de energia. ‘Al mismo tiempo tenia que permitir que esto ocurriera para continuar con la experiencia. Durante uno de los episodios (después de que cambié la habitacidn) una parra con muchas hojas se enrollé alrededor de mi cuerpo. No fue dificil sacérmela de encima y arrojarla al suelo, donde de inmediato se convirtié en una serpiente. Me atacé entre las piernas. La empujé répidamente como si me hubiera tocado, pero senti una tremenda sacudida en todo mi cuerpo. Este suefio le aparecié en una época de su vida en que la comprensi6n racional fluctuaba y existian muy pocos puntos de orientacién, El «remolino de energia» es anélogo al incons- ciente castico e indiferenciado de su interior, pero con el que cs capaz de conectar mediante su cuerpo. El vino simboliza al Dios Dioniso, cuyo poder filico se manifiesta en la ser piente que penetta en la adolescente. La serpiente siempre se ha asociado con la sanacién, la sabiduria y la transformacion. Fue un sueiio’ poderoso, semejante a un ritual de iniciacién, Tuvo un magnifico efecto en esta mujer; tanto sus actitudes conscientes como la imagen que tenfa de sf misma se transfor- maron. Como Ariadna, la prostituta sagrada es una imagen arque- tipica de alguien que ha sido iniciada en los misterios y ha adquirido una profunda conexién con la Diosa del amor. ‘Al integrar la fuerza de la divinidad puede mediar las deman- das del inconsciente de otras mujeres, porque la seguridad de Jas estructuras convencionales es cuestionada. La prostituta sagracla es, por consiguiente, In mujer hu- —s sy ae ile t mana que, mediante un ritual formal o un desatrollo psicol6- gico, ha llegado a conocer conscientemente el lado espiritual de su erotismo y lo vive de acuerdo a sus cireunstancias indi viduales. La encontramos en todas las esferas de la vida. Sentimos algo especial cuando estamos en su presencia, una combinacién de alegria y sabidurfa. Ella es «una-en-si-misma> libre de los confines de las convenciones. Vive su vida como la ha elegido. Cuando encontramos una mujer asi, no la podemos consi- derar sexy 0 provocativa en el sentido habitual del término, porque su sexualidad no es superficial y no esta motivada por ninguna estrategia ni por ninguna demanda del inconsciente. Su comportamiento no es aprendido, ni una habilidad, ni una técnica, sino una delicadeza que brota del fondo de su alma. Su rostro sostiene un poder, «un misterioso poder que todo el mundo puede sentir, pero que ningiin fildsofo puede expli- care La prostituta sagrada es también un aspecto del énima del hombre, la imagen femenina interna que puede Ilevarle a valo- rar los aspectos de si mismo que est4n envueltos en Ia espiri- tualidad er6tica, Ella es la danzarina radiante, una excitante imagen de la feminidad, (como veremos en el capitulo si- guiente) que sila reconoce conscientemente como una imagen interna, entonces puede tener una relacién muy fecunda con una mujer real. Elextranjero El extranjero que Llegaba al templo para adorar a la Diosa del amor al relacionarse con la prostituta sagrada, era visto, en la antigiiedad, como un emisatio de los Dioses, o incluso como el mismo Dios disfrazado, Tederco Garsa Lora, “Theory an Puna ofthe Duende, in Donald Mattie limn shone fihe Now Amer Pony ir El arquetipo del extranjero funciona de una manera simi- lar en el proceso psicoldgico. Es una imagen que se encuentra muy a menudo en los mitos, la religién y los cuentos, asf como también en los suefios, y que apunta hacia un aspecto del inconsciente que rompe en la consciencia para instigar al cambio. Cuando aparece se experimenta una sensacién de extrafieza, como alguien diferente que nos permite experi- mentar la numinosidad de lo divino. En la mitologia teuténica el Dios Wotan, disfrazado de mendigo, llama a la puerta de un pobre mortal incapaz. de sos~ pechar nada. Segiin como sea recibido, el duefio de la casa puede ser bendecido con riquezas o caer bajo la maldicién colérica del Dios. En la tradicién judia, durante las celebra~ ciones religiosas del Seder, se deja un lugar vacio y se coloca una silla para recibir al huésped no invitado, al extranjero que podria aparecer. Estas preparaciones también sirven para el profeta Elias, el emisario de Dios, que es quien anuncia la Ile- in cristiana, el extranjero aparece antes que Maria, anunciando que el Espiritu Santo le har concebir al Hijo de Dios. También eran dos extranjeros los que, con prendas brillantes, esperaban en la tumba vacfa para notifi- carles a las mujeres que llegaban el hecho de que Jestis cruci- ficado habia resucitado de entre los muertos. Un motivo comin que figura en los cuentos de hadas es el de que un extranjero llama a la puerta de un hombre pobre para solicitar a la hija mas hermosa y llevarsela consigo. A cambio, a hija se vera rodeada de una gran riqueza, y el padre no tendra que padecer ya ninguna necesidad. En el cuento Al Este del Sol y al Oeste de la Luna aparece el extranjero como una bestia, un enorme oso blanco, que llega a una casa para conseguir ese propésito y, a causa de su enorme pobreza, el padre debe acceder al trato. La hija se va de la casa de su padre Con una enorme tristeza y viaja a una tierra muy lejana, donde debe convivir con la bestia, rodeada de todo tipo de como- didades, Pasado un tiempo, siente deseos de volver a casa de su padre y, mientras se encuentra alli visitindolo, su madre planta en su cabeza ideas destructivas. Pensamientos de sepa- racidn de la bestia a la que ha empezado a amar, Después de superar diversas pruebas y de realizar largos viajes, vuelve reunirse con ella. Y el ser desagradable se convierve al final del cuento en un hermoso principe. ‘Normalmente el extranjero es aquel que no ha sido invita do, que no se espera y que es de una extrafia naturaleza. Pro- cede de la otra parte del mundo e instiga al cambio. Esté rodea- do de un aura kuminosa. Esta es la esencia del extranjero en el contexto de los rituales de iniciacién realizados por la prosti- tuta sagrada: el facilitar la transicién desde la inocencia de la virginidad a la total realizacién de su completa naturaleza femenina. Psicolégicamente, en una mujer éste es un estado en el que irrumpe el principio masculino: ‘La mujer es eapturada por un desconocido y abrumador poder ‘que ella experimenta como una energfa luminosa sin forma. ‘A través de este sentirse totalmente presa del principio mascu- Tino, la mujer va més alld del estado de auto-conservacién y llega a una nueva fase de su experiencia. Esta orgia de arrebato total tiene un carécter espiritual, por ms que tenga lugar en el cuerpo. Aunque esta espiritualidad no coincida en absoluto con la légica abstracta masculina, con el espiritu patriarcal, pertene- ce a una forma especificamente femenina de experiencia espiri- tual, que en mitologia se reaciona con el simbolo de la Luna.®* En la psicologfa de la mujer, el extranjero es un aspecto de Jo que Jung llamé el énimus, la vertiente contrasexual en la psique de una mujer, es decir, el hombre interior.” En el 35, Btich Neumann, “The Psychological Stages of Femenine Development,” n. Msn Pha Syaygy: Anima and sero (ln conslench femenina de I mje) re ion, CW Si par, 20H, donde compensuda porn ele- mejor de los casos, su papel consiste en establecer un puente entre el ego de la mujer y sus propias fuentes creativas.** En el peor, se manifiesta como opiniones y creencias que destru- yen sus relaciones.” La palabra animus significa espiritu en latin. Bl énimus positivo inspira a la mujer llevandola al mundo de los objetos, de la creatividad y de las ideas. Es esta funcién psfquica la que permite un sentido de direcci6n de enfoque, de discernimien- to y de ordenaci6n continuada en todos los empefios. El animus también es posible que aparezca con otras for- mas, como el hombre viejo y sabio, el joven Adonis, o inclu- s0 como un nifio, ya que cada manifestacién que adquiere posee un particular significado psicolégico. En su forma negativa puede aparecer, por ejemplo, como un violador como un ladrén que toma las mas preciadas posesiones de la mujer, simbolos de su naturaleza femenina. Empezando a conocer y a diferenciar los distintos aspectos que el dnimus toma, se convierte en una experiencia aateeatl ritual de iniciacion a la que nos hemos referido antes, donde la "mujer es raptada y penetrada por el espfritu masculino. No es solamente un proceso psicolégico ya que también el cuerpo esté implicado. La conexiéa del rapto espiritual con el paroxismo fisico se expresa en la mujer moderna en el hecho de que puede experi- ‘mentar tin orgasmo con una excitacién espiritual, por ejemplo con miisiea, mientras su comprensi6n de los contenidos espi tuales también pueden ser combinados con sensaciones corpo- rales, Esto quiere decir, hablando simbélicamente, que no lo entiende sélo con la cabeza sino que lo hace con todo el cuerpo 38, Ver [rene Claremont de Castllejo, Knowing woman, pp. 73 f. ew gidibtasCamenutios accra de flor de Oran chal Sui par 60, un nivel el Animus es un Logos interior, uma carcatura de lt vu cia ve in sen une ln i Ver también "The Syzygy: Anima y Animus", Vac ane yeyBy' y ¥y que, su proceso espiritual y corporal, estin estrechamente Telacionados de una manera muy alejada de lo que seria para el hombre medio.*° Una mujer que tenfa unos treinta afios tuyo el suefio que vamos a relatar a continuaci6n, Haba sido activa sexualmente de una manera indiscriminada a lo que se referia como ball- bursting durante algunos afios después de su divorcio. Algunos meses antes de tener el suefio, empe76 a sentir un profundo vacfo y describia su pecho como «siendo atado por tun cadena de Iloros». Habia pasado muchas horas reflexio- nando, tratando de conectar con la mujer que lloraba en su interior. Su suefio le Hegé durante ese tiempo. Estoy limpiando mi casa, luego me baiio y me visto porque esté into de llegar un invitado muy distinguido aunque no sé de quién se trata, Siento que es algo muy importante y estoy muy nerviosa. Llega el embajador de Japén. Nos saludamos cordial- ‘mente, aunque atin me siento nerviosa. El realiza la ceremonia del té para mi, Entramos en la habitacién (que no es Ja mfa de Ia realidad) y hacemos el amor. Sin mediar palabra, él se va y yo me quedo en un estado de éxtasis. Este suefio refleja el esfuerzo hecho de la mujer por enten- der lo que sucedia dentro de sf. La limpieza psiquica de su casa y el ritual de purificacién de su cuerpo la preparan para recibir el importante invitado de «otro mundo» que simboli- acl énimus. El emisario de la divinidad realiza un ritual a tra- vyés del cual se honra la dignidad de la relacién. Su unién es transpersonal, transformadora, y esta rodeada de éxtasis. Las mujeres que son sexualmente promiscuas, sin ningiin tipo de lazo emocional, o que abrigan un cierto resentimiento hacia su compafiero, no estan relacionadas con su naturaleza fomenina esencial, Esta es, precisamente, la situacién que ali- ‘menta ¢l animus negativo. Es ‘es tan negativo en la vida inte> ae aera Ratan aipancitsies rior de una mujer, al igual que la visién que tiene de los hom- bres en su vida exterior que vuelve su cara cruel hacia ella misma, cortando sus propios movimientos. Cuanto en més, intransigente se transforma creyendo que los hombres repre- sentan un peligro, menos preparada esta para darse cuenta de que el enemigo esté en su interior, Esta actitud cierra la puer- taa cualquier ritual de iniciacién, como el que experiment6 la sofadora que hemos mencionado anteriormente, e impide la ceremonia de recepcién y de bienvenida a a primar mid del iano rigid ten la diferenciacién entre estos dos principios. Como Ann Ula- nov escribe: Sin luchar con este trabajo de diferenciacién, caemos en la for- ‘malidad y en la imitacién barata de los roles normales de la «persona». Perdemos nuestra oportunidad de convertirnos en seres tnicos. Ademés perdemos el significado espiritual de a se- xualidad fisica. $i negamos las diferencias sexuales, negamos el hecho de la otredad que es tan impresionante y que nos con- vence a través de la experiencia sexual." Una leyenda primitiva nos da a entender la necesidad de «diferenciar», para més tarde «reunir> los opuestos: El Cielo era el padre y la Tierra era la madre; los dos estaban unidos para siempre. El Cielo ponia su peso en la Tierra. Cualquier véstago resultante estaba allanado, aplastado por el peso del padre. Pero un dia, uno de los hijos empez6 a trabajar ‘su manera y parti el Cielo con su espada alzéndola por en ma de la Tierra, La pareja fue separada y ya no fueron més fruc- tiferos, Otro hijo, dindose cuenta de la esterilidad de los padres, leg6 y los casé de acuerdo con los rituales dela tribu.” ‘También en relacién con el concepto del matrimonio sagrado existen poemas de amor para todas las edades. Estas composiciones liricas no expresan solamente la afioranza, la nostalgia que dos individuos sienten uno por el otro, sino que, en términos metafisicos, nos hablan del anhelo que un ser fracturado tiene cuando va camino de unirse con las inex- plicables dimensiones del Si mismo. En Canonizacién, uno de sus més famosos poemas, John Donne escribe: Lldmanos cuando quieras, estamos hechos de amor; Lldmalea ella una vez, y a mi en otro vuclo, ‘También somos cerillas, y también morimos a pesar nuestro} staan cre ccn'8 ¥en nosostros mismos encontramos el 4guila y la paloma, Hlenigma del fénix dene més sentido Por nosotros: siendo dos, somos uno, eso es, Ambos sexos alimentan la neutralidad; Morimos y nos alzamos de nuevo y volvemos a probar Enel misterio de este amor.# (~~ ,__ lamos como un aspecto de la dvinidad, el agente que instiga al cambio, a la realizacin del Si mismo y a la unién de opuestos. «, Las actitudes conscientes colectivas ~ser demasiado vieja ‘como mujer, tener seguridad financiera sin ninguna necesidad de ganar dinero- la hacfan dudar de perseguir una conquista. El suefio, tras apaciguar estos miedos, le permite descubrir una fuente interior de fortaleza con la que moverse con éxito. Los suefios con imagenes de encuentro sexual pueden representar el matrimonio sagrado. El siguiente, es el que tiene un hombre en la cincuentena, cuando su matrimonio tradicional de veintidés afios se habia convertido en algo monétono. Entre él y su esposa no existfa ninguna relacion genuina de compafierismo, ni de humor ni, incluso, de cali- dez, A menudo se sentia como un extrafio en su propia casa; no le apetecia volver a ella después de un dia de mucho traba- jo. Bl sexo marital no le ofrecfa ninguna oportunidad para expresiones sustanciales de amor, y no habfan otras compaiie- as sexuales en su vida. Estaba sediento del elixir de la vida. La situacién psicolégica en que se encontraba era la de ‘tener rota la conexién con la naturaleza femenina. No existia l principio de Eros operando en su mundo exterior y su interno y estaba fuertemente reprimido por la con ogos, Este es su suefio: Mi esposa y yo estamos en un edificio en la esquina de un pue- blo pequefio. Nos encontramos muy excitados preparindonos para hacer ei amor. Estamos pendientes del nacimiento inmi- nente de un heredero del Gobernador. Cuando llegé el momen to del nacimiento las sirenas de los bomberos sonaron jy toda Ja comunidad estaba muy emocionada! El suefio nos habla de unas emocionantes preparaciones para la unién de los opuestos, con la parte contrasexual del hombre personificada por su esposa. La nueva vida es anun= ciada por las sirenas de los camiones de bomberos, relaciona~ das con el fuego de la pasién, la llama del deseo. La pasi6n, la excitacién del juntar lo masculino y lo femenino, todo es sim= bélico del nacimiento del Nifio Divino: el heredero del go- bernador, del hasta el momento papel dominante. Esta actitud del inconsciente podrfa manifestarse ahora en una nueva acti= ud consciente donde el Logos masculino y el Eros femenino pudieran trabajar juntos. ‘Cuando el matrimonio sagrado ocurre en un nivel intrap- siquico, se deshacen lazos que habian estado atados durante mucho tiempo a las creencias colectivas. Se abren nuevas vias de acceso para encarat los viejos problemas, en el supuesto de que ain sigan considerindose de la misma manera, El sentido del humor puede desarrollarse como un importante ingre- diente para la salud psfquica. Podemos creernos mas capaces de empatizar con otra gente, respetando las diferencias. Los principios masculino y femenino se reconocen como iguales en la consciencia. La experiencia psicolégica del matrimonio sagrado proce- de de una realidad externa que lleva a una realidad interna y que va més alld. El Libro Chino de la Sabiduria, el I Ching, nos habla de este fenémeno en el hexagrama 50 llamado Ting/ EL Caldero:- ‘Todo lo que es visible tiene que crecer ¢ ir mas alld de si mismo ‘extendorse al reino de lo invisible, Asf recibe su verdadera con -echa firmes races en el orden edsmico, Aquf podemos ver la civilizacién que busca su culminacién en la religiSn. El ting sirve para ofrecer sactificios a Dios. Los ‘més altos valores terrenales deben ser sacrificados a la di dad, Pero la verdadera divinidad no se manifiesta a sf misma fuera del hombre.* En el nivel transpersonal, el matrimonio sagrado se extien- de més allé de los limites del entendimiento humano. Nos unimos con lo divino, la fuente del poder del amor. A través de la unién mistica recibimos una porcién de amor divino que esté contenido en su interior, Al sacrificar a la mayor autori- dad los valores terrenales como los deseos del ego y la identi- ficacién con el poder, podemos transformar la capacidad de amar en un plan que sobrepasa el razonamiento humano. La naturaleza instintiva carga con su sabidurfa incrustada en el cuerpo; la cabeza no puede comprender lo que el cuer- po sabe. La naturaleza instintiva no es sélo el vehiculo para el proceso biolégico sino que también transporta los sentimien- tos y emociones de la vida de una manera que podria ser des- crita como el lenguaje del alma. “Esther Harding-nos provee de la siguiente descripci6n del matrimonio sagrado aplicado a la mujer, aunque también podrfa adaptarse al hombre que ha integrado su énima: El ritual del bieros gamos es religioso. Por medio de la acepta- cién del poder del instinto que hay en ella, renunciando a la vez reclamar su posesién, la mujer obtiene una nueva relacién | consigo misma. El poder del instinto dentro de ella se recono- cee como perteneciente no a ella misma sino al campo inhuma- no de la Diosa, a la que debe servir, para la cual su cuerpo debe ser una digna vasija. (...) \ A partir de esta experiencia nace el poder de amar a otro | Antes de esta iniciacién su amor vnicamente era deseo. peto | una ver ella ha atravesado esta experiencia interior andloga a la [He I anigua prostiucién en e tempo, au detco de poder an . desaparecido, se ha transformado a partir del reconocimiento de aque Su sexualidad, su instinto son expresiones de la fuerza de la Vida cuya experiencia es de un valor inestimable, muy diferen- | te de todos los logros mis humanos.* De una manera transpersonal, el matrimonio sagrado im- plica el misterio de la transformacién desde lo fisico a lo espi- ritual y viceversa. Cada cual es conectado con el Universo como si fuera una tnica célula en el organismo del campo planetario de la consciencia.* De la unién de lo humano y de lo divino nace el Nitto Divino. Este aparece como la nueva vida, vida con una nueva comprensién y que conlleva una visién que ilumina el mundo. La prostituta sagrada y los rituales que con tanta disposicién ella realiza representan una via que permite la conexién con las energias instintivas de la Diosa del amor a través de los patrones arquetipicos inconscientes. Aunque actualmente apenas podamos participar en rituales que nos permiten ser transformados por la divinidad, estos acontecimientos signifi- cativos pueden ser, atin, realizados psicolégicamente ~pero s6lo cuando las emociones que conllevan las imagenes de la prostituta sagrada, la Diosa, el extranjero y el matrimonio sagrado se honren mediante una comprensién consciente-, 51, Los misterios de la mujer, pp. 1516. stas ideas en su conferencia «The Si ren dono pt ec Auguste Rodin, El [dolo eterno, 1889 (Museo Rodin, Paris) 3 LA PROSTITUTA SAGRADA EN LA PSICOLOGIA MASCULINA ‘Todos los santos y todos los hombres soberbios Regidos por el Dios Apolo la injurian, ero ella es a quien deseo conocer por encima de todas las cosas, Por quien todo me lo he vendido para encontrarla, La que me hace ir a regiones distantes para tomarla: Hermana del espejismo y del eco. Robert Gaaves, La Diosa Blanca. E] 4nima: la imagen de la mujer en el hombre iene muchas caras, muchos disfraces. Ha vivido en el ojo de la mente de los hombres a través de las épocas. El anima, la imagen interior de la mujer en el hombre, se manifiesta en cada varén de acuerdo con su psicologia individual. Cada hombre lleva consigo en su interior la imagen eterna de la ‘mujer, no la imagen de ésta 0 aquella mujer particular sino una imagen definida de la feminidad, Esta imagen es fundamental- mente inconsciente, un factor hereditario del origen primordial grabado en el sistema orginico del hombre, una huella 0 arquetipo» de todas las experiencias ancestrales de la mujer.1 Como una bruja, el anima puede lanzar hechizos de hu- mores, irtitacin o depresién. Como las sirenas griegas del 1, Jung, «Marriage 4s 4 Prychologieal Relationship», The Development of Personality, CW 17, par 338 Lorelei alemsn, el énima puede llevar a un hombre a la des- truccién Su lado positivo trae alegria, emociés cién de bienestar. Como la mujer que domesticé Enkidu ¢ poema épico de Gilgamesh, es posible verla como un reflejo de la mujer interior en el hombre que lo puede llevar fuera de la vida salvaje. A través de los afios, los hombres han intentado desen- marafiar el misterio de la imagen de su mujer interna, Su sexualidad y su espiritualidad inspiran una fascinaci6n nica. Su imagen ex6tica ha sido bien captada en las telas de Goya, en [a elegante y acostada Maja Desnuda, 0 en la Venus Dor- mida de Giorgione, cuya pose expresa la pura inocencia sin ninguna traza de inmodestia. ‘También podemos observar un encanto similar en las series recientemente desveladas de la misteriosa Helga de Andrew Wyeth. Rembrandt utiliz6 a su amante como mode- lo para el retrato llamado Juno y con su inspiracién la elev6 al reino de las Diosas. La imagen de Tiziano era una mujer de pecho desnudo, rubia y llena de éxtasis a quien llam6 Maria Magdalena. El reflejo interior del hombre, de su feminidad, brilla en numerosas pinturas y estatuas de Afrodita, tanto co- mo en los también numerosos retratos de la Virgen Maria Hoy en dia la idea de la mujer en el hombre contintia exhi- biéndose aunque, muy a menudo, no con el resplandor y el respeto que caracteriza al arte clasico. Los films pornografi- os y las revistas revelan la mujer interna de algunos hombres modernos. Otras de las imagenes procedentes del lado més alejado de la realidad se refleja en la poesia de la cancién Suzanne» de Leonard Cohen: Suzanne te lleva a su casa, alld abajo en el rio. Puedes ir a las barcas. Puedes pasar la noche junto a ella. 2. Ver Jung, £1 hombre y sus simbotos, Luis de Ver mis atriba, pp 334, i Goya, La Maja desnuda (detalle), 1800 Y¥ tii sabes que estd medio loca, Y esto es por lo que te gusta estar alli, Y te alimenta con naranyjas y con té Procedentes de la China. Y justo en el momento que quieres decirle Que no tienes amor para cay Te toma su lado y deja que el rio responda Que ti has sido siempre su amante,t La imagen interna de la mujer en el hombre abarca desde la sensualidad y el exotismo hasta lo divino, Ya que el énima ¢s la personificacién del inconsciente de los hombres, ésta es, precisamente, la imagen que normalmente proyectan en las mujeres de su vida, La feminidad no sélo excita a los hombres sino que tam- bién actia como guia del alma en su aventura interior. Ella es la Beatriz por quien Dante se embarca en la aventura heroica por los mundos superiores y por el inframundo y, al hacerlo, exalta la imagen de su dama a la mistica figura de la Madre de Dios. La guia del alma puede ser también, més terrenal, como la prostituta Herminia a quien encuentra Harry Haller, el pro- tagonista del Lobo Estepario de Hermann Hesse. Haller es un profesor pacifista, pero en su interior existe un lobo devora- dor. Vive reclufdo en una habitacién muy pequefia y vuelve a la vida gracias a Herminia. Ella le ensefia a bailar y a sentir el ritmo arménico de la fuerza de la vida a medida que lo va con- duciendo desde el aislamiento al mundo vibrante de las emo- clones y del gozo de existir, Gracias a ella toma consciencia de su lobo interno, Herminia infunde sabidurfa en Harry a medida que lo pone al corriente en aquellas parcelas de su vida que habia negado. Aunque en los tiltimos aos se ha avanzado mucho en la eoneesién de un status mas equitativo para la mujer, continia prevaleciendo el sistema patriarcal y se imponen los puntos de vista y los valores masculinos en la imagen femenina, Estos anal Cob eprint 16 by Prof Seen Wait ale términos reflejan la relacién que el mundo masculino colecti- vo mantiene con la mujer tanto a nivel externo como interno. Desde este punto de vista parece que lo femenino tiene tres caras —la madre, la puta o la virgen~ y muy a menudo una combinaci6n de todas ellas. La cara que el hombre ve es un reflejo de su propia dnima. «Cuando es proyectada> ~dice Jung- «el Anima tiene siem- pre una forma definida femenina con unas cualidades muy delimitadas. Este encuentro empirico no significa que el arquetipo esté constituido asi en si mismo»? En otra parte puntualiza que «mucho de lo que los hom- bres dicen sobre el erotismo femenino y, concretamente, sobre la vida emocional de la mujer se deriva de las proyecciones de su propia dnima y, por lo tanto, esté distorsionado»$ La mujer puede contemplarse como una «propiedad>, como alguien que existe para servir las necesidades sexuales del hombre, En tal caso ella es su puta, su prostituta profana. En muchas ocasiones, una actitud asf podria ser negada cons- cientemente; de todas formas irrumpe en las expresiones de la alcoba, en el acoso sexual que encontramos en el entorno laboral, y en la intimidad del lecho matrimonial. (7) La reprimida nocién de la mujer como una puta es; fre- cuentemente, la manifestacién o el elemento escondido en los problemas maritales. El hombre que espera una gratificacién sexual de su esposa a su demanda, como su derecho y su obli- gacién, consciente o inconscientemente ve a la mujer como su puta. ©) Toralmente opuesta es la situacién en la que la mujer es clevada a las alturas celestiales de La Virgen Madre. Asi, ella ¢s sobre todo pura y santa y, por lo tanto, intocable. «Diosas y semidiosas» ~dice Jung- , En casos asi, la proyeccién se rompe cuando el hombre descu- bre que después de todo ella es humana. El empieza a encon- trarle fallos y, entonces, o abandona la relacién 0 se convierte en impotente. Puede permanecer descorazonado, desencanta- do, al punto de encontrar a todas las mujeres desacreditadas. Un ejemplo clésico de esto tuvo lugar a gran escala en la Edad Media, cuando al tiempo en que se construfan magnifi- cas catedrales para glorificar a la Virgen Maria, las mujeres humanas, —las que estaban en la Tierra~ eran perseguidas como brujas.# »/ La tercera cara del componente femenino interno del hombre es el de la madre-esposa, «Para el hijo» —escribe Jung- «el dnima esté escondida en el poder dominance de madre y, muy a menudo, ella lo deja con un apego senti- mental que perdura a lo largo de la vida y que perjudica seriamente el destino del adulto».? En a actualidad, un hombre deja la casa de sus padres en la primera mitad de su vida, toma una mujer y establece su propio hogar; Este es, innegablemente, un primer paso im- Portante porque es un esfuerzo activo para liberarse uno mismo de la fascinacién del énima llevada, al principio, por la madre; sin embargo, muchas veces la esposa se convierte en una mera sustituta de la madre. Como hemos mencionado anteriormente, la imagen ma- ternal de la mujer es el aspecto estitico elemental de lo feme- nino asociado a las actitudes conservadoras que no cambian,!0 Ta seguridad que proporciona la estabilidad de la situacion presenta un peligro porque el hombre carece de la experiencia y de los retos emocionales que favorecen el desarrollo de su Anima, Jung escribe: find an ar, Citation n Tension, OW 10 an. 7 Ver Jung The typ problem in Poey 9, «Archetypes ol Tk i -chologiea Types CW 6, par, 339. and the La gran mayoria de los hombres en el nivel cultural presente Het artaatia ak cape de ls mujer y ésta es la razén por la que el anima rara vez se desarrolla més allé del nivel infantil, primitivo de la prostituta, Como conse- cuencia, la prostitucién es uno de los principales productos del matrimonio civilizado.’" No es extrafio escuchar a un hombre hablar del cambio en la relacin personal con su mujer tras haber tenido nifios. La imagen de la feminidad que, previamente le habia excitado al hacer el amor, ahora regresa de vuelta al modelo maternal y estatico. Se siente atascado, a menudo, sin vitalidad y'sin nin- giin sentido de creatividad. i La escalada de divorcios en el mundo occidental refleja el camino que algunos hombres toman para escapar ala domina- cidn de la esposa-madre. Las normas sociales en los dias pre- sentes no ofrecen més alternativas que las del divorcio y los affaires secretos para aliviar la frustracién y el stress que los hombres sienten cuando el aspecto femenino apasionado y dinamico se mira por debajo del maternal estatico. El 4nima en suefios Lo femenino interno seria, literalmente, el material de que estén compuestos los suefios. Muy a menudo el énima que aparece en estado onitico toma la forma de una mujer real cuyas caracteristicas personales son significativas para el sofiador. Ella puede ser una persona con quien se esté asocia- do en la vida externa o alguien totalmente desconocido. Del reino del inconsciente es de donde proceden las imégenes arquetipicas de naturaleza femenina, que son formas simbéli- cas cubiertas de emoci6n. i En el siguiente sueio, la Diosa del amor en sf misma vuel- . Ella es «da que conversa con Dios» y «el Seftor de todas las cosas la ama... Ella es una enviada de los cielos y desde el trono de la gloria como el Espiritu Santo. Vimos anteriormente que al celebrar el matrimonio sagra- do, la prostituta sagrada encarnaba a la Diosa y se identifica~ ba con ella, Era la novia de Dios, representado por el rey. En la unién del matrimonio sagrado ella brindaba el poder rege nerador de la Sabiduria y lo convertia en un contacto efectivo con las vidas de los hombres. ae En cada uno de estos estadios el hombre toma consciencia de diferentes aspectos de su propia naturaleza femenina. Es conducido por una imagen u otra del dnima a través de dife- rentes experiencias en Ia vida. Idealmente, en su camino de individuaci6n llegaré a incorporar el total continuum de sus energias instintivas y de su esencia espiritual, una experiencia que culmina en el hieros gamos, el matrimonio sagrado o la unién de los opuestos.5 Un hombre asf accede al acto sexual, no desde un deseo de poder o por una necesidad de control, sino con un sentimiento de honor y de devocién al misterio de lo femenino. En este contacto afectivo con el énima, invariablemente reflejado en su relacién con la mujer real, la consciencia del 33 Junge«Aawer to ob inthe Pycology and Religion», Wet end Es, CW Te i par 61. Id par. 613. 35; Ver zm the Nature of the Pays Th Sore and Dyan oft Hgutliaata pois dl eopecro para fnssiontay del lnconsciete simbolzados eh aie Rap go masculino alcanza una iluminaci6n esencial, como el ex- tranjero que entra al templo del amor para entregar un aspec- | to de la consciencia del ego y poderla compartir con el Otro. | La unién misma simboliza la igualdad entre el macho y la hembra. Ninguno es el dominante, el que demanda o el que | posee. A través de esta relacién positiva con el anima, el hombre experimenta una excitante y transformadora vitali- dad en su vida; las viejas ideas y los antiguos valores que se habian convertido en una carga desaparecen por fin de sus hombros. De todas formas, esta nueva consciencia atin no acaba de integrarse sin alguna frustracién, suftimiento consciente y miedo, lo que acompafia invariablemente a los cambios des- concertantes. El desarrollo del énima en la mitad de la vida Descontento, aburrimiento y un vacio de entusiasmo son los sintomas comunes de los problemas del dnima, especialmente en la segunda parte de la vida. Si un hombre experimenta tini- camente lo femenino como lo maternal -y, por lo tanto, como algo a ser fertilizado 0 a tenerle miedo- gpuede sentirse la influencia de la prostituta sagrada? La monotonia sin fin de una confortable y predecible relaci6n es, a menudo, la Scylla y Carybdis que provoca la busqueda interior para y por el desarrollo del anima. Este era el caso de John, un hombre en la mitad de los cuarenta. Hablaba de una profunda insatisfaccién en su vida; existia una carencia de energia tanto en su trabajo como en su hogar, Era un trabajador constante, pero no alcanzaba éxito alguno en su trabajo y se habia vuelto muy pesimista despi de suftir algunos contratiempos. Este pesimismo también se teflejaba en su matrimonio de dieciocho afios, ya que sentia que todo lo que habia hecho no habia servido de nada, Muy -amenude pereibfa una mérbida resignacién hacia su destino Softa/Sapientia/Sabiduria (Manuserito medieval italiano, Biblioteca Vaticana) infeliz, aunque alguna vez sintié una tenue luz de esperanza de que su vida podria ser diferente. Como analista, experi- menté a John, inicialmente, como rigido y obstinado, ancla- do en los viejos valores e inflexible. Sentia una cada vez mayor necesidad de alcohol, que en varias ocasiones habia acabado en grandes borracheras, que se convertfan més tarde en culpabilidad, remordimiento y depresién. Esta clase de sintomas son desctitos por Jung como indicativos de una necesidad de establecer un contacto con el énima, A partir de la mitad de la vida. la pérdida del nima quiere decir una disminicin de la vitaidad, de la flexbilidad y de la humanidad. El ne €s una prematura rigidez, una corteza, ‘un estereotipo, un fanatismo, obstinacién, pedanterfa o resigna~ cién, desgaste, debilidad, descuido, irresponsabilidad final. ‘mente, un letargo infantil con tendencia al alcohol. Después de Ja mitad de la vida, por consiguiente, la conexién con la esfera arquetipica de 1a experiencia tiene que ser reestablecida en cuanto sea posible.% Jung también apunté a la similitud existente entre el con- cepto de «pérdida del alma» de los primitivos y lo que le ocu- tre a.un hombre cuando pierde el contacto con su anima: La pérdida del alma hace perder una parte de la propia natura- leas es Ia desaparicin y mancipacén del complejo, que se convierte en un tirano usurpador de la consciencia, oprimiendo totalmente al hombre. Lo lanza fuera y lo envia a acetones cuya eguera unilateral lo evan, inevitablemente, ala autodestruc- ~ Esto ¢s lo que sucedia con John al tener un fuerte ego mas- culino y un considerable desarrollo de la consciencia. Sin embargo, mostraba muy poco reconocimiento por la base femenina, terrenal e irracional del inconsciente, the Anima we “ he Ania Concepy, +The Archaypes hologia! Type CW 6, pat 984, #4 eapoNA ere une Al principio de su analisis el anima empez6 a presentarse a si misma en suefios, como en el siguiente: «Estoy en una granja, en los pastos, y decido Hevar una escope- ta y cazar, Habia algunos edificios como escuelas. Mi mujer estaba alli, pero los demés eran muy convencionales: tipos de hombre un poco insulsos, Yo llevo whisky, pero me siento poco cémodo y lo pongo en el bolso. Habia también un alma- cén redondo para el grano. Voy alli, pero estd bajo el nivel del suelo, All conozco una chica que se llama Lola. Es una prosti- tuta, Querfa hacer el amor con ella, pero cuando empiezo ella dice: “Yo no hago esto’, pero yo sabia que ella fo hacia y lo hici- ‘mos. Algunos hombres se paran alli, uno de una corporacién muy poderosa y otro del departamento de conservacién. No acabamos de hacer el amor y me despierto frustrado e incom- pleto». Los pastos abiertos pertenecen a la madre Tierra, y alli es donde el ego del suefio busca a la hembra, (va a cazar) con el simbolo félico en la mano. Esto presenta una imagen de un hombre ristico, la sombra de John que no aparece muy a menudo en sus maneras tan educadas. La persona de John estaba, de hecho, relacionada con los edificios de tipo escolar en el suefio: lo racional, lo intelectual, lo conservador. Esta era Ja imagen con la que se habfa identificado (y, en apariencia, la que su mujer apoyaba). El lado insulso de si mismo, segura- mente, no era compatible con su fuerte y erética naturaleza cazadora reprimida e incongruente para s{ mismo. El whisky de la botella era el aspecto de la sombra que estaba, de hecho, siendo representado cuando bebia. En las asociaciones que John explicé a partir del suefio record que en su juventud habia conocido a una muchacha ae llamada Lola. El la describié como «astuta, pero impia». También lo relacioné con el musical Damn Yankees en el que la protagonista, Lola, es una mujer hermosa en alianza,con el demonio. Elia canta una cancién: «Aquello que Lola quiere, lo consiguer, Otra asociacién que tuvo fue que westra de escucla y que allf existia una sor~ prendente diferencia entre las dos mujeres del suefio: la espo- say la puta, El almacén de grano donde encuentra a la chica esté rela- cionado con Demeter y con Kore (Perséfone)-Demeter, la imagen materna asociada con el grano, y Kore, la hija de De- meter que fue abducida por Hades, el diablo, Aqui el ego del suefio (Ia sombra de John, el cazador) encuentra a Lola (el aspecto dinémico de lo femenino, su propia Kore interior) debajo del nivel del suelo, lo que psicolgicamente apunta a su ser contenido en el titero materno del inconsciente. Lola es una mujer indiferenciada, un objeto para ser usado. El acto sexual ¢s como una violacién, ya que Lola no entra libremen- te, Porque un hombre que toma a una mujer més o menos a la fuerza, sin honrar su «no», es indicativo de una actitud se- xual primitiva, lo que aqui, aparentemente, es una caracteris- tica de la sombra de John.3* El hombre de la corporacién poderosa y del departamento de conservacisn son andlogos a los del componente psiquico regulador del Sf mismo que aportan la fluidez de la energia psiquica -la libido~ y que advierten del desuso de los recur- sos naturales, El acto sexual empez6 como gratificacion sexual instanténea sin ningtin respeto por la «otredad> de la mujer por la Diosa del amor. La aparicién del hombre y su interrupcién del acto sexual deja al sofiador con un senti- miento de frustracién y de imperfeccién. Este suefio turbé a John y lo condujo a una lucha cons- ciente con su sombra y con [as actitudes reprimidas hacia lo femenino que contenfan al énima en su estadio de Eva como luna muchacha que ain estaba estrechamente ligada a su ma- dre-, La imagen de lo femenino como prostituta es promete- dora, pero en este punto resulta, sencillamente, usada por la sombra y no tiene ningun sentido de lo sagrado. dive una mujer puede decir no de una manent ambivalent, jeando la penciracién de lo maseulino, Dapei for wg Bi We Tk mujer pueda ena To. que no wi ee anes. En la lucha con su sombra, John también Ilegé a hacerse consciente de la hostilidad e incluso del miedo hacia las muje~ tes. Este lado oscuro de si mismo era incompatible con su ima~ gen consciente y daba cuenta, precisamente, de todo cuanto habia reprimido. Al usar la técnica de la imaginacién activa logr6 hacerse amigo de su Lola interna, que en un momento dado le dijo: «Ta no me amas lo suficiente>, En una ocasién se sintié obligado a tocar una pieza musical pata ella, como si consiguiera una sensacién de armonia entreambos, Gradualmente se fue creando una transformacién cons ciente en las actitudes de John, como queda reflejado en el siguiente suefio: Iba en busca de una ternera en la colina. Llegué a una casa vieja i Habia una eré, Alli hab{a unas cuatro 0 cinco mujeres. Hi Tnuchacha sentada en la recepcin y habla otra detrés de ella. Estuvimos hablando y yo rocé mis labios con los suyos. La segunda muchacha me decia al ofdo que fuera con ella. La segué a pars de varias habitaciones. Estaba desnuda y tenia una manera de respirar absolutamente hermosa. Llegamos a otra habitacién donde habia paja en el suelo. Era como un paar “Tenia la sensacién de que ella era una zorra y una amante, todo cen una sola persona. El hecho de ir en busca de las terneras indica la consciencia creciente de John de la Diosa del amor quien, como hemos mencionado anteriormente, era, a menudo, representada con la figura de la media Luna creciente relacionada con See que las vacas nen ena cabeza. Las tereras Son, también una imagen de los recién nacidos que deben ser encontrados. Es esta biisqueda la que lleva al sofiador a la casa de las ea La casa en el suefio es una reminiscencia del burdel. hecho de que sea vieja quiz4s apunte a las actitudes viejas y colectivas del sofiador hacia el sexo y las mujeres. Pero esa atmdsfera erétiea puede indicar, también, una creciente dife- venciacién en su actitud personal hacia lo femenino, un movi- miento hacia el hecho: sf poder ver y apreciar a las mujeres como oo ae A menudo, cuando un hombre sue llega una primero y se presenta a si mis fia con varias mujeres, sma; tiene una cualidad sspecial y se siente particulatmente atraida hacia el ego del suefio. Aqui una mujer asi se convierte en la guia a través de un desconocido laberinto, La atractiva y encantadora mujer s receptiva a su potencia masculina, Esta no se siente abra, mada ni forzada como en los sueiios anteriores, Existe una an, ‘ésfera humilde y sin pretensiones, remarcada por la paja en el suelo. John atin aparece ambivalente, ya que percihe » i mujer como zorra y amante a la vez. Al mismo uempo, él se Siente fascinado por su belleza, por su encanto y por su pros mesa de amor, El suefio representa el principio del estadio de desarrollo del énima como Helena, que se manifiesta en los esfuernos de John por buscar una conexién interior con la Diosa del amon Fascinado, la sigue a los lugares desconocidos del reino de le femenino, Ahora muestra un cierto respeto ~estd atemorizads por su belleza-, una acti itud bastante diferente de la que tent en el primer suefio, en el que lo masculino tenia el derechos violar a lo femenino. EI anima esté ahora més receptiva, encontramos un paralelismo con el extra tar a la Diosa; John acude a la prosti recibido por ella pues es tan receptiva a al sofiador un nuevo reconocimiento mujer interior. En la realidad externa de John, confusién. Continuamente expresab: abajo. A medida que unos nuevos elementos psiquicos empe- aban a ser conocidos, otros iniciaban un procesc de transl, maci6n; evidentemente también existfa una gran desoriena, fidn, Las cortezas de las viejas actitudes se iban disolviendo lentamente mientras slo aparecian unas frigiles lineas que fujPezaban a formarse, Pero, incluso en el interior del caps, John aceptaba nuevas dimensiones de la vida en 1 que sentir una cierta excitacidn y exalacién, Apareefa un coraje desacos amie més accesible. Aqui injero que busca hon- ituta sagrada y es bien lo masculino que le da del Otro, su propia 41 expetimentaba mucha a que su mundo se venia tumbrado,alado de su normal resignacén para conquistar nuevas avenidas de su propia expresion, Empes adedica As tic Lisi ve redescubrir la i més tiempo a la miisica y volvi6 a 4 Biel Arabs acy dades eon chan ot apegoal tabi. Algunos meses més tarde otro sueiio mostrd cémo se desarrollaba el proceso del énima i jeres obes Je encontaba en la iglesia, sentado entre dos mujeres obesis. Case cae dig ateeat a coos coe brantes son mujeres vestidas de blanco. Una tiene la hostia fea aaaeevelnanl de plata. Me pregunta si quiero mitt i is ro tenerla. Le digo que la quiero tener. La otra tiene el cal eniattrite cle a Somo encl beutomo, Vuelvo ami sito y oe rubia se sienta a mi lado, Pienso que no es el lugar a y aoe atrgs en meio delas oes vices. ‘ert te rimido y vuelvo con la chica. Cuando vo} 5 Tevantay viene hacia mi, Ella tiene como un Bult gande en lad izquirdo de la cabeza del que yo no me habia dad cue anteriormente. Es el tercer ojo. Esto me produce un sobresal Las dos mujeres vieja yobesas sugieren un aspecto mater~ no esti deo femenino que colores attud de oh hacia las mujeres ena realidad externa de todas formas ahora et i | lugar donde las deman dispuesto a acercarse al altar, el lu n eck cantar at ayers heels eae Ja influencia materna. eaeey pal En el momento del sueio as mujeres an no habia sido ordenadas como sacerdoses ena iglesia que John frecventa jotisas son aqui ba. De todas formas, las sacei uf elementos arquetpicos que emerge espontineamente del inconscene i lante del altar, el sage - Estas mujeres se encuentran del el sagradorecin- fi ‘ostituta— con el fin de ofre: to -como hacia la sagrada pr : Euearstia que conlea los elementos del sacrificio pars I 6 cimiento de la vida. El sofi renovacién y el fortalecimien 2. El s : Se lr ca cicarn alo mirando, sno 1uc es receptivo a la implicacién emocional y espiritual con divin Xa hostiareeubierta de plata el metal de la Luna y, por lo i ilpiniedod ‘ | tans de Ja Dios, s simbolica del cuerpo y de la materia, El _ cli asociado con el Santo Grial es el contenedorfemeni, | stenciaesncia del alma de a cual emana el esprit. El ies ino, simbolo dela sangre, se ances i a , se asocia con los ant ‘kos de paso durante los cuales el iniiado es cubiere 6 ere ado con sangre del animal sacrfeado, El vino tambien nc ‘elsionedo con la adoraién exasstica de Donna por I s que lo seguan. Se la consi ida inspirado- Fauefes due lo seguan. Sea consideraba a bebe inoprado Al participar en esta ex Al pai periencia di igi ingerir e integrar la matriz si eae ingeri imbélica de la sensualidad y al Pansdo en el elemento renovador espirittal, el sofador e¢ una nueva posicin. Después di conducido a un . Después de la comunics Sab a sscerdosisas, ya no puede volver ln orientacion pre , cuentra ‘una nueva imagen de lo femening el lor del dnins que viene a su encuentra b usa y la rubi; i Et i eat y la rubia atractiva, son imagenes brosur supra, aungue aparezcan de un modo eae Ne Parece la misma cuando estédelante del altar que cusnde Gif Gail cdmara grad, Bl tercer oo es uns imagen arquet? pica de sabiduria y Comprensicn de los misteios espirttal de fotilo opuesto del intelero racional, el aspecto ins ens John en el que, automiticamente, confiba, ng se refiere a la Fucaristia como un simbolo del proce 8o de individuacién.®” La siti iduacién. La sitia como una reminiscencia de los antiguos iguos festivales de la Luna nueva dedicados a la Diosa, Ilo del énima es paralelo al rol de la Virgen Marfa como inter~ mediaria entre el hombre terrenal y Dios, que encarna la esen- cia profunda y espiritual de la naturaleza femenina. El sofiador, ahora, es consciente de que su imagen femenina interior es mujer, pero que es més que humana. Esto toca las facetas de los aspectos femeninos del Si mismo, la més alta ex- presién de la sabiduria. Su tercer ojo brinda mds comprensién que abstraccién 0 conocimiento fragmentado. La suya es una respuesta sabia que llega con una amorosa conexién con la divinidad. Hacia el final de su andlisis, John tnvo el siguiente suefio: Estoy en una granja verde. En la cama hay discos de un foné- grafo. Algunos estin rotos y han sido grabados juntos y yo pensaba: «gedmo puede alguien tocar esto ¥ luego tirarlo?», Entonces me voy y entro en un lugar muy concurrido. Se cele- bra una boda y resulta que es mi boda. No conozco a nadie en Ih fiesta. Ahora me encuentro al otro lado de la calle prepardn- dome para mi boda. Me doy cuenta de que mis zapatos no son apropos y me pregunto e6mo es posible, pero mis ard veo {que tengo un nuevo par y estos sf que son adecuados. El verde es el color de Ia primavera, de la nueva vida y también el color que se asocia con la Diosa. En su refugio (que ahora se encuentra en el nivel del suelo, mas consciente silo comparamos con el lugar que ocupaba en el s6tano en el primer suefio) pueden tener lugar las preparaciones iniciales ppara llevar a cabo el matrimonio sagrado, Esto implica el des- fartar las actitudes viejas y colectivas que, al igual que los dis 605 rotos, ya no nos resuitan titles. La cama es donde se acti vya la vida de los suefios, un lugar en el que uno se encuentra fn la intimidad con su propio inconsciente. ‘Ahora el sofiador tiene que dejar la casa verde, la esfera de la Diosa de la Tierra para llegar a una nueva dimensién que pueda a partir de la integracién= aspectos mas desarrollados de coaracterfsticas ain desconocidas pueden ser nov de la Diosa, Existe aqui un Estas con el matrimonio ritual de los tiempos antiguos donde la pros- tinuta sagrada, como encarnacién de la Diosa, era la novia. Para este matrimonio interno, los zapatos del sofiador no resultan apropiados en este momento preciso en su vide, De todas formas el sueio finaliza con la seguridad de que se puede alcanzar un nuevo punto, Este reconocimiento augura una acti- tud fresca, despierta, basada en una nueva consciencia de lo femenino. El préximo paso a seguir en el proceso de indivi. duacion del sofiador seria proceder al sagrado temenos, la cémara donde se unen los dos opuestos en un matrimonio sagrado, donde la naturaleza femenina se integra con el princ pio masculino, Este ejemplo del encuentro de un hombre con el

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