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ANÁLISIS DEL PLAN NACIONAL DE ENTREGA VOLUNTARIA DE ARMAS DE FUEGO

Y LAS LEYES QUE LO SUSTENTAN

La existencia de armas de fuego y su papel a nivel cultural establecen el uso que estas tienen en una
sociedad y su influencia en la seguridad para los individuos. Un plan de desarme pretende afectar
directamente los factores que intervienen sobre el uso de las armas de fuego y de este modo optimizar
la seguridad humana. Asimismo, hay una serie de características que deben existir en un plan de
desarme, de modo que cumpla con los resultados esperados, particularmente la disminución de la
mortalidad y actos ilícitos relacionados con armas de fuego. En este sentido, un plan de desarme debe
tomar en cuenta disposiciones para reducir la disponibilidad de armas en manos de civiles, así como
labores dirigidos a transformar la postura de las personas con respecto a las armas.
Desde hace algún tiempo, en países latinoamericanos se han llevado a cabo programas destinados a
reducir el uso de armas de fuego, los cuales han sido reconocidos como uno de los cimientos que han
llevado al progreso de las condiciones de seguridad. En el presente documento se pretende examinar y
analizar el Plan Nacional de Entrega Voluntaria de Armas Fuego en la República Argentina, tomando
en cuenta una revisión de las leyes que lo respaldan con el fin de establecer la concepción de la
tenencia y entrega voluntaria de las armas de fuego.

Plan Desarme

Es responsabilidad del Estado garantizar, impulsar y defender la paz bajo medidas que aseguren el
ejercicio de los derechos y libertades individuales y colectivas. El plan de desarme es una estrategia
necesaria para asegurar un desarrollo pacífico de la sociedad. En primer lugar, esto se consigue con la
ejecución de políticas públicas compatibles con tal fin. En este sentido, la política de desarme,
maniobra como una estrategia concreta dirigida a la prevención de la violencia. Así que esta, en
conjunto con las distintas políticas de prevención del delito, la política de acceso a la justicia y de
resolución alternativa de conflictos, son políticas dirigidas a ocuparse, específicamente, de la reducción
de la violencia y la construcción de un Estado con más disposición y mejor gestión en beneficio de una
sociedad.
El Programa Nacional de Entrega Voluntaria de Armas de Fuego (mejor conocido como el Plan
Nacional de Desarme) fue decretado por ley en enero del 2007 y su primera etapa iniciada en julio del
mismo año. En la ley se expresa la emergencia nacional en materia de armas de fuego, municiones,
explosivos y demás materiales manejados por estatuto actual y, entre otras disposiciones, crea el
Programa Nacional de Entrega Voluntaria de Armas de Fuego con el propósito de reducir el uso y
propagación de armas de fuego; minimizar la cantidad de incidentes, situaciones violentas y delitos
producidos por el uso y acceso a las armas de fuego; promover la sensibilización acerca de los riesgos
relacionados y difundir un mensaje de la no posesión y no uso de las armas de fuego.
Acorde con los resultados positivos obtenidos en su fase inicial de ejecución, el programa no solo
extendió la misma por igual término, sino que también, el Ejecutivo mediante el decreto 560/08, como
el Congreso Nacional a través de la publicación de la ley 26.520/09 y la ley 26.644/10, afirmaron la
prolongación de la política de desarme como plan de gobierno y compromiso de gestión hasta la
actualidad.
La aplicación del programa consiguió, en su primera etapa, la destrucción de 107.761 armas de fuego y
774.679 municiones. Las partes fueron obtenidas entre julio de 2007 y diciembre de 2009 y constituyen
cerca del 10% de las armas de fuego registradas en el país. De igual modo, en su fase secundaria el
Programa de Entrega Voluntaria de Armas de fuego, consiguió tener una receptividad positiva en la
sociedad y sus logros superan las 20.101 armas de fuego y 192.691 municiones recibidas de manera
voluntaria, según indica el Registro Nacional de Armas (RENAR, 2012). Las cifras positivas de
recepción de armas señalan la presencia de una demanda instaurada a favor de la construcción de una
sociedad menos violenta.

Registro Nacional de Armas: Ley 25938

La declaratoria de emergencia nacional por parte del gobierno argentino, motivo de la posesión,
transporte y comercialización de armas de fuego y municiones hecha en 2007 fue el primer paso hacia
la identificación del problema que aqueja la República Argentina. El programa nacional de desarme
voluntario fue abandonado a finales de 2015, por un descuido del congreso nacional que no hizo la
renovación del decreto. A principios de 2017, el gobierno nacional retomó el programa y el congreso
hizo la renovación correspondiente hasta finales del mismo año.
En Argentina existen 1.200.000 armas de fuego reconocidas en el registro oficial de armas, sin
embargo el número se eleva hasta más de 4.000.000 aproximadamente si se contabilizan las que no
están registradas y las que están en manos de la delincuencia (RENAR, 2012). En base a esto, el plan
nacional de entrega voluntaria de armas se creó con el fin de reducir la cantidad de armas en la
republica argentina, con el propósito de reducir la delincuencia, mortandad por disparos y aumentar el
control del monopolio que tienen las fuerzas de seguridad de la nación.
En la República Argentina existe la legislación que regula el porte lícito de armas bajo distintas
modalidades que son contempladas en la ley, la misma establece como legítimos usuarios a
individuales y colectivos; en distintas categorías que van desde coleccionistas hasta empresas de
seguridad. Asimismo, todas las modalidades cuentan con una serie de requisitos y un protocolo de
seguridad en manos del Registro Nacional de Armas (RENAR).
En 2004, el poder legislativo de Argentina, sancionó una ley con el número de norma 25938 bajo la
referencia de Registro Nacional de Armas de Fuego y Materiales Controlados, Secuestrados o
Incautados. Dicha legislación, establece los distintos procedimientos para el registro de armas de fuego,
materiales controlados, secuestrados o incautados por los distintos organismos del estado. Además, la
ley 25938 regula el tipo de información que deben suministrar los organismos del estado al realizar un
procedimiento de incautación o secuestro de armas de fuego y materiales controlados.
Los organismos encargados de la incautación de armas de fuego y materiales controlados deben
proceder a dar la información descrita en esta ley en un plazo no mayor a diez días luego de producida
la incautación del arma. La información que debe ser suministrada es la siguiente de acuerdo con la ley:
a) Lugar y fecha del secuestro o incautación y descripción de las
circunstancias.
b) Tipo de arma, sistema de disparo, marca, modelo si lo tuviere o fuese
conocido, calibre y numeración de serie.
c) Tratándose de munición, tipo, calibre y cantidad de la misma.
d) Detalle preciso de todo otro material controlado que fuere objeto del
secuestro y/o incautación.
e) Autoridad judicial o administrativa interviniente, carátula, número de la
causa y datos de las personas involucradas. (Art. 3°, Ley N° 25938, 2004)

Así mismo, la ley describe los distintos procedimientos para cada caso particular de incautaciones de
armas de fuego y materiales controlados. Por una parte la figura de depósito transitorio estipula que
“Hasta tanto se adopte decisión definitiva sobre su destino, los materiales secuestrados o incautados
deberán ser depositados en los lugares y bajo las condiciones de seguridad que se fijarán por vía
reglamentaria” (Art. 4, Ley N° 25938, 2004). Esto quiere decir, pues, que todas las armas y materiales
controlados, incautados o secuestrados por los organismos de la nación, deberán permanecer en
depósitos con altas condiciones de seguridad mientras se lleva a cabo el proceso legal de los elementos
en cuestión.
En caso de que la ley estipule que las armas o materiales controlados sean objeto de una sentencia
desfavorable, “… la autoridad interviniente deberá disponer en el más breve plazo, la remisión de los
materiales involucrados al Registro Nacional de Armas o al lugar que según la jurisdicción el mismo
designe, para su depósito definitivo y ulterior iniciación de los trámites destinados a disponer su
destrucción” (Art. 5°, Ley N° 25938, 2004).
Para un material incautado o secuestrado con su correcto registro y este resultara conforme a la
establecido a la legislatura vigente, “… la autoridad judicial o administrativa que intervenga podrá
hacer entrega del mismo a su titular en calidad de depositario, hasta tanto culmine la sustanciación del
procedimiento en trámite.” (Art. 6°, Ley N° 25938, 2004) acto que además deberá ser asentado
conforme a la ley.
Cuando un material incautado resulta decomisado definitivamente por una sentencia judicial, el paso a
seguir es la destrucción total del arma. De esta manera, las autoridades competentes procederán a su
destrucción, la cual “se llevará a cabo en el lugar y por los métodos que el Registro Nacional de Armas
establezca, con conocimiento de la Secretaría de Seguridad Interior.” (Art 7°, Ley 25938, 2004).
Con respecto a las instituciones encargadas de gestionar los lugares indicados como depósitos de
armas:
Los Ministerios de Defensa, y de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos establecerán,
por resolución conjunta, las normas y procedimientos destinados a regular la seguridad
de depósitos y arsenales, públicos y privados, destinados al almacenamiento de armas
de fuego, sus partes y repuestos, municiones y demás materiales incluidos en la Ley
Nacional de Armas y Explosivos y sus reglamentaciones. (Art. 8°, Ley N°25938, 2004).
En definitiva, se podría decir que los puntos tratados en esta ley son evidencia de que la República
Argentina se compromete y sustenta plenamente la política de no proliferación de armas, que a su vez
está convencida y determinada en la necesidad de una actuación coordinada y firme de todas las
instituciones del Estado en capacidad de colaborar a la causa para lograr su plena eficacia.

Desarme Voluntario: Ley 26216

Luego de ser reconocida y declarada oficialmente la emergencia nacional, en relación con la tenencia,
tráfico y mercado de armas de fuego y demás clasificación de materiales bélicos, el Congreso Nacional
procedió a establecer disposiciones finales y contundentes que resultaran en estrategias adecuadas y
eficientes para combatir la problemática. Dentro de estas disposiciones, es que se encuentra entonces la
creación del Programa Nacional de Entrega Voluntaria de Armas de Fuego.
Así mismo, en la ley identificada con el número de norma 26216, sancionada el 20 de Diciembre de
2006 y promulgada el 11 de Enero de 2007 por el Congreso de la Nación se establece un período de
ciento ochenta días para llevar a cabo la aplicación del programa, que queda definido por la ley como:
“Programa que consiste en la entrega voluntaria y anónima de armas de fuego y municiones a cambio
de un incentivo, en puestos de recepción donde serán inmediatamente inutilizadas, para luego ser
destruidas.” (Art 5°, Ley N° 26216, 2006).
En cuanto a la finalidad o el propósito del programa se señala en primer lugar la reducción del uso y
expansión de armas de fuego, de igual manera, la disminución de actos fatídicos, hechos de violencia y
crímenes ocasionados por el acceso y uso de armas de fuego. Simultáneamente se pretende fomentar la
sensibilización acerca de los riesgos de la posesión y uso de armas de fuego, además de promover una
cultura de no tenencia y no uso de las armas de fuego.
En relación a los organismos o autoridades designadas en competencia para llevar a cabo la aplicación
y planificación del programa se indica que “El Ministerio del Interior será la autoridad de Aplicación
del Programa Nacional de Entrega Voluntaria de Armas de Fuego.” (Art. 2°, Ley 26216, 2006),
mientras que se nombra como autoridad igualmente al Ejecutivo Nacional con la finalidad de decretar
“las normas que fueren necesarias para establecer la modalidad de pago del incentivo del programa.”
(Art. 6°, Ley N° 26216, 2006). De esta manera, quedan facultados el Poder Ejecutivo Nacional y el
Ministerio del Interior para determinar el proceso de entrega, recepción, inutilización y destrucción de
las armas de fuego y municiones, que fueran incautadas durante el proceso y las características
específicas del incentivo y su valor.
Acerca de las consecuencias legales que puedan recaer sobre los usuarios que decidan participar en la
entrega voluntaria de sus armas de fuego o municiones, es importante mencionar que “la entrega de
armas de fuego y municiones durante el período de ejecución del Programa Nacional de Entrega
Voluntaria de Armas de Fuego, no conllevará consecuencia legal alguna para las personas que
efectivizaren la entrega.” (Art. 7°, Ley N° 26216, 2006). De igual manera, queda en la ley establecido
que durante el período de campaña del programa nacional de entrega voluntaria de armas de fuego “…
quedan amnistiadas por la tenencia ilegal de armas de fuego de uso civil y de guerra previstos en el
artículo 189 bis del Código Penal.” (Art. 8°, Ley N° 26216, 2006). Esta disposición aplica a todas
aquellas personas que realicen la entrega efectiva de armas de fuego, municiones, materiales
controlados y/o repuestos.
Además, como estrategias para promover la participación de la comunidad en general, se encuentra la
condonación de deudas donde “Los legítimos usuarios que hagan entrega de sus armas de fuego se
verán beneficiados con la condonación de las deudas que registraran las armas concernidas ante el
Registro Nacional de Armas (RENAR).” (Art. 9°, Ley 26216, 2006) y la creación del Premio Federal,
el cual “será otorgado por el Poder Ejecutivo Nacional al Municipio que reciba la mayor cantidad de
armas de fuego en proporción a su cantidad de habitantes.” (Art. 10, Ley N° 26216, 2006) y consiste en
una contribución económica destinada a optimizar las estructuras deportivas del municipio.
De igual modo, como parte de las estrategias dentro de la agenda del programa nacional de entrega
voluntaria de armas de fuego, la correspondiente legislación establece que “El Ministerio del Interior a
través del Registro Nacional de Armas, practicará un inventario de las armas de fuego comprendidas en
la Ley 20.429, municiones, explosivos y materiales controlados, sean de carácter público o privado, en
todo el territorio nacional.” (Art. 14°, Ley N° 26216, 2006). Resulta importante señalar que la ley
20.429 incluye a todas las armas de fuego y de lanzamiento a mano o por cualquier clase de
dispositivo, agresivos químicos de toda naturaleza y demás materiales que se clasifiquen como armas
de guerra, pólvoras, explosivos y afines, y armas, municiones y demás materiales clasificados de uso
civil.
Con lo mencionado anteriormente, se debe agregar que “El Estado Nacional a través del Registro
Nacional de Armas (RENAR), podrá convenir con organismos públicos y privados, nacionales y
provinciales su cooperación para la realización del inventario mencionado.”(Art. 15°, Ley N° 26.216,
2006). De esta manera, se involucra a gran parte de las instituciones gubernamentales y no
gubernamentales en la aplicación de las estrategias y estudio de sus resultados, de manera que su
práctica sea más efectiva y transparente.
Además de esto, todas las Fuerzas Armadas y de Seguridad “… deberán efectuar un nuevo inventario
de las armas de fuego comprendidas en la Ley 20.429, municiones, repuestos principales, explosivos y
materiales controlados.” (Art. 16°, Ley N° 26216, 2006). Dicho inventario incluye todas aquellas
armas que estén almacenadas dentro de los depósitos oficiales o arsenales y el mismo llevará
clasificación de seguridad, es decir, su acceso será autorizado únicamente por el Presidente de la
Nación o el funcionario en quien se comisione explícitamente tal facultad.
En este mismo orden, las Fuerzas Armadas, Policiales y de Seguridad, están en la obligación de rendir
un informe trimestralmente al Congreso, con respecto a “las armas de fuego comprendidas en la Ley
20.429, municiones, repuestos principales, explosivos y demás materiales controlados que han sido
perdidos o desviados de sus arsenales, brindando un detalle acerca de las características del arma, de la
unidad a cargo de su custodia, fecha, lugar, circunstancias del caso y sanciones aplicadas.” (Art. 16°,
Ley N° 26216, 2006).
Al mismo tiempo, dentro de la descrita reglamentación se encuentra la instauración de un Comité de
Coordinación de las Políticas de Control de Armas de Fuego, el cual se crea con el propósito de:

a) Coordinar las Políticas de Control y Prevención del Uso y Proliferación de Armas de


Fuego, Municiones, Explosivos y otros
materiales controlados;
b) Coordinar los esfuerzos para el éxito del Programa Nacional de Entrega Voluntaria de
Armas de Fuego;
c) Proponer e impulsar las medidas y las reformas legislativas o vías de acción que sean
necesarias;
d) Brindar apoyo a los distintos organismos y jurisdicciones con competencia en el tema;
e) Intercambiar experiencias; y
f) Impulsar la realización de estudios e investigaciones. (Art. 18°, Ley N° 26216, 2006).
A su vez, se funda un Consejo Consultivo de las Políticas de Control de Armas de Fuego con la
finalidad de brindar apoyo a las jurisdicciones designadas en la planeación, ejecución y evaluación de
las estrategias de control y prevención del uso y proliferación de armas de fuego y demás materiales
controlados. El consejo estará integrado por “representantes de organismos internacionales,
organizaciones de la sociedad civil, centros académicos o expertos con reconocida trayectoria y
experiencia.” (Art. 20°, Ley N° 26216, 2006). La Secretaria Ejecutiva del Comité de Coordinación de
las Políticas de Control y Prevención del Uso y Proliferación de Armas de Fuego y su respectivo
Consejo Consultivo estarán bajo el cargo de el Ministerio del Interior, “debiendo arbitrar los
mecanismos para su funcionamiento.” (Art. 21°, Ley N° 26216, 2006).
Una vez concluido el Programa Nacional de Entrega Voluntaria de Armas de Fuego, “Todas las armas
y municiones deberán ser destruidas en un plazo no mayor de sesenta días.” (Art. 6°, Ley N° 26216,
2006). Esta destrucción deberá ser de carácter público con el fin de demostrar y asegurar que las armas
incautadas no volverán a circular dentro de la sociedad civil. De igual manera, “Una vez concluido el
programa, la autoridad de aplicación deberá producir un informe final de carácter público en el que
conste el detalle de los materiales entregados y destruidos.” (Art. 11°, Ley N° 26216, 2006).

Autoridad de Aplicación: Decreto 267/2017

Luego de la creación de la Agencia Nacional de Materiales Controlados en el año 2015, cuyas


competencias radican en desarrollar políticas de registro y control sobre los materiales, destinadas a
reducir la circulación de armas en la sociedad civil y prevenir las consecuencias de la violencia armada,
el 18 de abril del año 2017 fue publicado un decreto que tuvo como finalidad sustituir a la Autoridad
responsable del Programa Nacional de Entrega Voluntaria de Armas de Fuego.
En base a las competencias otorgadas a la Agencia Nacional de Materiales Controlados resultó
necesario ajustar éstas a las funciones encomendadas por la Ley de Creación del Programa Nacional de
Entrega Voluntaria de Armas de Fuego. De esta manera, se encargó a la mencionada agencia la
ejecución de procesos actualizados que involucren mayores medidas de control y seguridad,
resguardando siempre los principios del programa como el anonimato y la transparencia de los
procesos.
En el decreto de Autoridad de Aplicación (267/2017) quedó determinada la derogación de la
precedente Implementación del Programa Nacional de Entrega Voluntaria de Armas de Fuego o
también denominado Decreto 483/2007 (Art. 4°, Decreto N° 267, 2017) donde se establece al
Ministerio del Interior como autoridad encargada de la ejecución y control de dicho programa, para dar
lugar a la implantación del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos como la vigente autoridad de
aplicación del programa creado con la Ley 26.216. (Art. 1°, Decreto N° 267, 2017)
De esta manera, se le es requerido al Ministerio de Justicia y Derechos Humanos como nueva autoridad
encargada del programa, que modifique o decrete una nueva normativa en el marco del programa, en el
que se establezca prioritariamente el valor del incentivo a otorgar durante la ejecución de la política.
Así mismo, deberán establecerse a través la Agencia Nacional de Materiales Controlados las
características particulares de cada proceso determinado que constituya el programa en sí. Dentro de
éstos procesos, en el artículo segundo del decreto (Art. 2°, Decreto N° 267, 2017) se especifican:

… Pago del incentivo, las condiciones de seguridad de los puestos de recepción, la


capacitación y evaluación del personal, los procedimientos para el inventario de los
materiales objeto del PROGRAMA, así como el procedimiento integral de entrega,
recepción, inutilización y la destrucción pública de las armas de fuego y municiones.

Por otro lado, el Comité de Coordinación de las Políticas de Control de Armas de Fuego, el cual se crea
con el propósito de regular las políticas de control y prevención del uso y propagación de armas de
fuego y su respectiva Secretaria Ejecutiva, pasan a estar bajo el cargo de la actual autoridad del
Programa Nacional de Entrega Voluntaria de Armas de Fuego, el Ministerio de Justicia y Derechos
Humanos, el que situará de acuerdo a la ley, “las normas que regulen su funcionamiento.” (Art. 3°,
Decreto N° 267, 2017).

El Incentivo

El 24 de Abril de 2017 fue publicado oficialmente un anexo de parte de la Agencia Nacional de


Materiales Controlados los valores monetarios del incentivo de materiales recibidos durante la
aplicación del Programa Nacional de Entrega Voluntaria de Armas de Fuego. Además de esto, en el
mencionado anexo también se tratan las características que deberán presentar las armas de fuego,
municiones y demás materiales controlados para poder ser recibidas en los puestos autorizados y
percibir el incentivo económico correspondiente.
Para la asignación del valor del incentivo económico de acuerdo al tipo de arma o material, éstos
fueron clasificados en cuatro grupos: tres de ellos para las diferentes categorías de armas de fuego y
uno referente a los tipos de municiones. Para esta clasificación, fue necesaria la elaboración de un
estudio llevado a cabo por la Agencia Nacional de Materiales Controlados, donde se relacionan cada
tipo de arma con su poder y asociación en el delito. De esta manera, queda establecido que las armas
con mayor incidencia en crímenes serán las que representarán un mayor incentivo económico.
Como resultado, el monto del incentivo para las armas incluidas dentro del grupo número uno
“Carabina y/o Fusil tiro a tiro, de repetición y/o semiautomático, Escopeta / Pistolón, Pistola tiro a tiro
y/o de repetición, Revolver calibre distinto a .22, .32, .38 y/o .357, Pistola semiautomática y otros
tipos.” (ANMAC, 2017) correspondiente a las de menor asociación con el delito será de mil doscientos
pesos ($1200), representando el valor más bajo para las armas de fuego. Asimismo, los valores
monetarios del incentivo para las armas de fuego incluidas dentro de los grupos dos “Revolver calibre
.22, .32, .38 y/o .357, Carabina y/o Fusil semiautomático cuyo diámetro y/o potencia sea mayor que el
.22" LR.” (ANMAC, 2017) y tres “Armas de Uso Exclusivo de las Instituciones Armadas y Armas
comprendidas en el Decreto 64/95.” (ANMAC,2017) serán de mil setecientos cincuenta ($1750) y tres
mil ($3000) pesos, respectivamente.
Es importante señalar que las armas de fuego y municiones entregadas deberán presentar todas sus
partes completas para poder recibir el incentivo, y de ninguna manera podrán ser recibidas por el
programa:

Armas de fuego con faltante de piezas principales; Armas de fuego de fabricación


casera o irregular, incluyen las totalmente artesanales y las ensambladas con piezas
provenientes de armas de fuego; Armas electrónicas; Armas químicas; Armas de
fogueo; Armas de aire o gas comprimido; Marcadoras de paintball y airsoft; Juguetes;
Componentes de armas de fuego, tanto principales como no controlados; Componentes
de munición; Munición inerte de instrucción; Explosivos y proyectiles explosivos;
Pólvora; Máquinas de recarga y sus accesorios; Material de protección balística;
Pirotecnia. (ANMAC, 2017).

Implementación del Programa de Prevención del Tráfico de Armas en Argentina

Los países participantes en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Tráfico Ilícito de Armas
Pequeñas y Ligeras en Todos sus Aspectos, reunidos en Nueva York en julio de 2001, inquietados por
la fabricación, transferencia y circulación ilícitas de armas pequeñas y ligeras y por su difusión
incontrolada en muchas regiones del mundo, acordaron la prevención y la eliminación del tráfico ilícito
de armas pequeñas y ligeras en todos sus aspectos mediante la consolidación de normas y medidas que
fortifiquen y regulen mejor las políticas para abordar dicha problemática y la movilización de la
voluntad política de toda la comunidad internacional para prevenir y combatir las transferencias y la
fabricación ilícitas de armas pequeñas y ligeras.
Tomando en cuenta la responsabilidad que tiene cada gobierno de impedir, combatir y eliminar el
tráfico ilícito de armas y que, por consiguiente, corresponde incrementar sus esfuerzos para definir las
problemáticas asociadas a ese comercio ilícito y encontrarles soluciones efectivas, la República de
Argentina formuló una serie de legislaciones correspondientes al debido control de la posesión,
circulación, importación, exportación y tránsito internacional de armas de fuego y materiales
controlados por las leyes asociadas con el fin de implementar el programa de las naciones unidas para
prevenir, combatir y erradicar el tráfico ilícito de armas pequeñas y ligeras en todos sus aspectos,
dentro del territorio nacional.
Dentro de las normativas promulgadas con el fin de controlar el comercio ilegal de armas de fuego, se
encuentra la Ley 26.138 donde se aprobó el Protocolo Contra la Fabricación y Tráfico Ilícitos de
Armas de fuego. Puesto que en la Convención de las Naciones Unidas contra la Violencia Organizada
Transnacional, se estableció que cada Estado partícipe tendría la responsabilidad de desarrollar un
sistema eficaz para la exportación, importación y tránsito de armas de fuego, dicha ley ha incluido
procedimientos para asegurar que los estados importadores y de tránsito de armas hayan tramitado los
correspondientes permisos y autorizaciones para su legítimo ejercicio.
Dado que resulta imprescindible una clara y detallada descripción de los controles llevados a cabo, no
se debe dejar de mencionar una representación tan fundamental en el régimen de control de armas
como lo es la definición legal del legítimo usuario en la República Argentina. Según el RENAR (2007)
“La categoría de legítimo usuario, otorgada por el Registro Nacional de Armas, es la condición
necesaria para habilitar a las personas jurídicas o físicas que deseen realizar cualquier acto con armas
municiones y todo material controlado.” Esta denominación es otorgada luego de un estudio individual
de antecedentes penales, rasgos psicológicos y de conducta y capacidad de manejo de armas. Esta
condición es requerida para legitimar cualquier tipo de acto que estuviera relacionado con armas y
demás materiales controlados por ley, incluidos los actos de fabricación, comercialización, transporte,
posesión, uso, importación y exportación.
La vigente ley clasifica a los legítimos usuarios en cinco diferentes categorías, la primera de ellas,
denominada usuarios individuales, incluye a todas aquellas personas físicas autorizadas para
actividades de tipo deportivo, la caza o defensa personal. La siguiente categoría designada como
usuarios colectivos, implica a aquellas corporaciones que utilicen armas con el fin de proveer su propia
seguridad o seguridad de terceros. En tercer lugar, se encuentra la categoría de usuarios comerciales,
que consiste en aquellas personas jurídicas que desarrollan una actividad comercial relacionada con
armas, bien sea fabricación, venta, exportación, importación o reparación de las mismas. En otra
categoría se encuentran los coleccionistas de armas, que son aquellos quienes poseen más de diez
armas o municiones pertenecientes a una colección y se les exige permanezcan inutilizadas. Por último,
se establece la categoría de asociaciones de tiros, conformada por aquellas instituciones donde se
practiquen actividades de tiro deportivo o de caza.
Un punto importante en cuanto al control de la aplicación de los legítimos usuarios es el procedimiento
de participación ciudadana en oposición a la autorización de posesión de armas de fuego. Este
procedimiento consiste básicamente en que “todos los ciudadanos, habitantes de la Nación Argentina y
entidades de sociedades que tengan interés, puedan oponerse a esas solicitudes de tenencia o portación
de armas de fuego…” (Art. 1°, Resolución 373, 2013). Este proceso aplica a aquellos casos de
solicitantes que pudieran contar con un historial de conductas violentas o peligrosas, con el fin de evitar
su acceso a materiales controlados como las armas de fuego puesto que representaría un elevado riesgo
para su entorno.
En relación a los controles aplicados a la fabricación, producción y comercialización de armas,
mediante el RENAR (2004) se ha establecido que “Quienes se dediquen a la fabricación de armas
dentro del territorio argentino, deben estar previamente inscriptos en el Registro Nacional de Armas, en
el rubro fabricante de armas y/o municiones”. Dicho esto, el trámite constituirá un requisito
indispensable para la consiguiente habilitación de la planta de fábrica. De igual manera, deberán rendir
mensualmente un informe detallado acerca de su producción, además de registrar cada operación
comercial realizada en un libro de registro oficial que será relevado al Registro Nacional de Armas
(RENAR) de manera trimestral. En el informe de operaciones comerciales deberán verse reflejados los
datos de los compradores y armas vendidas, así como los registros de entrada y salida de todos los
materiales controlados, asegurándose también de que el recibidor final sea un usuario legítimo
registrado en el RENAR.
En materia relativa al control de exportaciones de armas, municiones y materiales controlados, se
determina que “EL Registro Nacional de Armas (RENAR) será la autoridad competente para el control
de las exportaciones de las armas de fuego, componentes, repuestos, accesorios y municiones referidas
como de Tramitación Administrativa Simplificada…” (Art 4°, Decreto 437, 2000). Dentro de los
procesos destinados a administrar las exportaciones, se tiene que toda empresa exportadora además de
contar con su correspondiente habilitación como legítimo usuario comercial emitida por el RENAR,
deberá adquirir una licencia especial para las operaciones de exportación. Al momento de realizar la
operación se procederá a realizar una verificación del material objeto de exportación previamente a la
salida de la mercancía del territorio nacional, donde intervendrán funcionarios del RENAR, de la
aduana, de las fuerzas de seguridad y un representante del exportador. En cuanto a los procedimientos
para controlar la importación de armas, se realizan de manera homóloga a los aplicados a las
operaciones de exportación.
Con la finalidad de permitir la localización e identificación adecuada de armas pequeñas de origen
ilegítimo, aplicando el instrumento internacional adoptado en Asamblea General de las Naciones
Unidas con respecto al tema, se han instaurado una serie de disposiciones legales que acrediten el
pertinente marcaje, registro y rastreo de armas de fuego. Con respecto al marcaje de las armas
fabricadas en el país, los productores autorizados deben aplicar marcas adecuadas en piezas
fundamentales de cada arma (Art. 11°, Decreto 395, 1975), donde sean visibles y claramente legibles.
La marca debe incluir el nombre del fabricante, país de origen, número de serie, tipo, modelo y calibre
del arma.
De igual manera, para llevar a cabo los procesos de registro y rastreo de armas, se recurre a dos
estrategias: El Código Único de Identificación Material (CUIM) y un Registro bajo capacidad del
Registro Nacional de Armas (RENAR). El primero es implementado por el Sistema de Gestión
Registral de Materiales Controlados (SIGIMAC) en conjunto con el registro online de armas en poder
de usuarios comerciales y sus transacciones en tiempo real. Dicho código almacena los datos
particulares que identifican cada arma, garantizando que estos no puedan ser modificados. El segundo
es creado por la Ley del Registro Nacional de Armas (25.938) y subordinado del mismo. En este
registro “se asentarán los datos correspondientes a las armas de fuego, sus partes y repuestos,
municiones y demás materiales controlados incluidos en la Ley Nacional de Armas y Explosivos y sus
reglamentaciones, que hayan sido secuestrados o incautados por las autoridades…” (Art. 2°, Ley
25.938, 2004)
Cabe señalar que resulta claramente necesaria la capacidad de contar con instalaciones apropiadas para
los servicios de manejo y depósito de armas, con el fin de proporcionar seguridad a la comunidad.
Según esto, se le otorga al Registro Nacional de Armas, autoridad encargada de estos servicios, una
estructura perteneciente al Estado dirigida a organizar la Red Nacional de Depósitos de Materiales
Controlados y de igual manera, llevar a cabo sus funciones correspondientes al registro, control,
almacenamiento, procesamiento, fiscalización y destrucción de armas y materiales.
Una parte importante dentro de las políticas de prevención del tráfico y delito asociado a armas de
fuego, es el proceso de destrucción de las mismas, pues una vez incautadas y registradas, se debe
garantizar que no vuelvan a circular dentro del mercado ilegal. De esta manera, la destrucción de armas
se convierte en una estrategia potencialmente efectiva al reducir considerable y permanentemente el
número de armas de carácter ilegítimo. Dentro de las armas destruidas bajo responsabilidad del
RENAR se encuentran las provenientes del Programa Nacional de Entrega Voluntaria, de la
incautación originada por la persecución de delitos y las excedentes a las necesidades de las fuerzas
armadas y de seguridad de la nación.
Como protagonista de las campañas de desarme y concientización nacional aplicadas, se encuentra el
Programa Nacional de Entrega Voluntaria de Armas de Fuego, llevado a cabo exitosamente desde el
año 2007. En resumen, es un programa que consiste en la entrega voluntaria y anónima de armas de
fuego para su destrucción con el objetivo de reducir su uso y propagación, además de sensibilizar a la
población acerca de sus riesgos. Así mismo, esta estrategia fue creada dentro del marco de una política
de control y prevención de la violencia armada, que además encerró medidas para la persecución del
mercado ilegal de armas de fuego.
Comprendiendo que el uso de armas no consiste solamente en un problema de números, sino que está
altamente influido por las relaciones sociales, creencias y representaciones que motivan a la posesión
de armas de fuego, resulta necesario integrar a las competencias del programa actividades de
sensibilización y concientización sobre las consecuencias del uso de armas de fuego y la importancia
del proceso de desarme de la sociedad civil como estrategia para prevenir la violencia.
Con el fin de desarrollar una efectiva implementación del programa en acción, se ve la necesidad de
aplicar un conjunto institucional acorde a las cuestiones que supone el control de armas de fuego. Bajo
esta concepción, se crea el comité de coordinación de las políticas de control de armas de fuego (Art.
18, Ley 26.216, 2006) conformado por representantes de los Ministerios del Interior, de Justicia y
Derechos Humanos, de Defensa, de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, de
Educación, de Salud, de Desarrollo Social, de la Secretaria de Inteligencia de la Presidencia de la
Nación, y de otros organismos del Poder Ejecutivo Nacional que tengan alguna competencia en la
materia. (Art. 19, Ley 26.216, 2006).
A su vez, dicho comité conformará un consejo en conjunto con representantes de instituciones
internacionales, organizaciones civiles, centros estudiantiles y expertos en la materia, con el objetivo de
colaborar con las autoridades convenientes en la proyección, evaluación y aplicación de las políticas de
control y prevención del uso y proliferación de armas de fuego. (Art. 20, Ley 26.216, 2006).
Entre otras cosas, resulta necesario para combatir efectivamente la fabricación y el tráfico ilícito de
armas de fuego a nivel internacional la determinación de procesos de asistencia legal en conjunto que
beneficien la investigación y debido procesamiento de actividades ilícitas, así como la marcación y
rastreo de todas las armas de fuego y el decomiso de aquellas que fueran encontradas en relación con
fabricación y tráfico ilegal. En consonancia con este planteamiento de cooperación regional, los
Estados pertenecientes al MERCOSUR solicitaron la elaboración de un proyecto de acción en conjunto
para el registro de vendedores y compradores de armas de fuego y materiales relacionados.
De acuerdo a esto, dentro del MERCOSUR se ha estado explorando la problemática del tráfico de
armas a través de reuniones entre cuerpos de seguridad donde se tratan experiencias e investigaciones
acerca de la acción criminal dentro de estos delitos. De igual manera, se estableció un grupo de trabajo
conformado por los Ministros de Interior y Justicia de cada Estado para estudiar la coherencia de las
legislaciones correspondientes a armas de fuego y el control de sus políticas. Como parte de estas
medidas, tuvo lugar en la Ciudad de Buenos Aires en el año 2012 un seminario internacional basado en
una estrategia integral para el desarme de la sociedad civil. Durante el encuentro se fijaron objetivos
como llevar a cabo estrategias que promuevan la disminución de armas para prevenir la violencia y
desarrollar la calidad de vida de la sociedad.
Durante una reunión del grupo de trabajo sobre armas de fuego del MERCOSUR llevada a cabo en
Montevideo, la representación Argentina señaló los avances de las políticas aplicadas dentro del país,
resaltando la creación del Sistema de Gestión Registral de Materiales Controlados y el Procedimiento
de Participación Ciudadana por Oposición para la autorización de tenencia de armas de fuego. De esta
manera, se reflejó el papel del grupo como herramienta que posibilita el control de políticas de los
Estados miembros y la importancia de los aportes llevados a cabo en relación a la prevención y
erradicación del tráfico de armas.
Posteriormente, representantes de las instituciones encargadas de las políticas de desarme dentro del
territorio Argentino llevaron a cabo una exposición acerca de los resultados obtenidos por la
implementación de dichas políticas ante el Consejo de Seguridad de la ONU, la cual conforma un
bloque de cooperación política entre las naciones de las diferentes regiones a nivel global para la
prevención y eliminación del tráfico de armas de fuego .
Tomando en cuenta que la gobernabilidad democrática y el desarrollo social y económico se ven
afectados por el uso de armas y que la región latinoamericana ha comenzado a tener iniciativas para la
solución de los problemas ocasionados por la presencia de armas de fuego, se evidencia una situación
que favorece el comienzo de la cooperación internacional para eliminar efectiva y definitivamente esta
grave problemática .
BIBLIOGRAFÍA

 Agencia Nacional de Materiales Controlados (ANMAC). Anexo l Programa Nacional de


Entrega Voluntaria de Armas de Fuego: Valores del Incentivo de Materiales a Recepcionar (N°
IF-2017-07213074-APN-ANMAC#MJ) (2017, Abril 24)
 Autoridad de aplicación del Programa Nacional de Entrega Voluntaria de Armas de Fuego
(Decreto N° 267/2017) (2017, Abril 18)
 Control de Exportaciones Sensitivas y Material Bélico. (Decreto N° 437/2000). (2000, Mayo
30).
 Creación de la Agencia Nacional de Materiales Controlados (Ley N° 27.192) (2015, Octubre
07) Boletín Oficial de la República Argentina, 27.192, Octubre 19, 2015.
 Implementación del Programa Nacional de Entrega Voluntaria de Armas de Fuego (Decreto N°
483/2007) (2007, Mayo 07)
 Informe de la República Argentina sobre la Implementación del Programa de las Naciones
Unidas para Prevenir, Combatir y Erradicar el Tráfico Ilícito de Armas Pequeñas y Ligeras en
Todos sus Aspectos, (2013).
 Ministerio de Justicia y Derechos Humanos (Abril 08, 2013) Procedimiento de Participación
Ciudadana por Oposición para la Autorización de Tenencia o Portación de Armas de Fuego.
(Resolución N° 373/2013).
 Programa Nacional de Entrega Voluntaria de Armas de Fuego (Ley N° 26.216) (2006,
Diciembre 20) Boletín Oficial de la República Argentina, 26.216, Enero 11, 2007.
 Registro Nacional de Armas de Fuego y Materiales Controlados, Secuestrados o Incautados
(Ley N° 25.938). (2004, Septiembre 22) Boletín Oficial de la República Argentina, 30.507,
Octubre 18, 2004.
 Reglamentación de la Ley Nacional de Armas y Explosivos. (Decreto N° 395/75). (1975,
Febrero 20).

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