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coro:
II
Este estudio edificará su vida espiritual, porque el Espíritu de Dios abre su entendimiento para
comprenderlo.
LA ARMADURA DE DIOS.
Vestíos de toda la armadura de Dios para que podáis estar firmes contra las asechanzas del
diablo.
Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados , potestades, contra los
gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las
regiones celestes.
Por tanto tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo
acabado todo estar firmes.
Estad pues ceñidos vuestros lomos con la verdad y vestidos con la coraza de justicia, y calzados
los pies con el apresto del evangelio de la paz.
Sobre todo tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del
maligno.
Colocarnos la armadura.
La armadura es Cristo mismo y su obra a nuestro favor, colocarnos la armadura es
vestirnos de Cristo mismo. Romanos 13:14. Vestíos del Señor Jesucristo
1. NUESTROS ENEMIGOS.
Principados, potestades, gobernadores de las tinieblas de este siglo y huestes espirituales
de maldad en las regiones celestes.
El apóstol Pablo hace referencia a distintos rangos de autoridad en que se encuentra
organizado el reino de las tinieblas.
Principados, dirigentes, gobernantes del mundo demoníaco, una categoría de ángeles al igual
que las potestades
huestes de maldad gobernadores de las tinieblas hace referencia a entidades espirituales,
preparadas para infiltrarse en la iglesia y destruirla con falsas doctrinas
2. PROPÓSITO DE LA ARMADURA.
La armadura no tiene el propósito de vencer al enemigo, sino el mantenernos en la victoria que
ya logró a nuestro favor Jesucristo en la cruz sobre las entidades de maldad.
Por esto las palabras que utiliza Pablo: Estar firmes; Permanecer quieto, mantenerse en pie.
Resistir Ponerse en frente, oponerse.
Para entender estas palabras miremos un ejemplo: Una ciudad (el hombre) fue
conquistada por el enemigo (Satanás); permaneció en ese estado por mucho tiempo,
hasta que vino el Rey (Jesucristo) y la reconquistó venciendo al invasor. Ya el enemigo no
tiene ninguna autoridad sobre su antigua propiedad, pero el no se resigna e instiga la
ciudad argumentando que el es el verdadero dueño. La tarea de los moradores de la
ciudad consiste en recordar al enemigo que ya no tiene ninguna autoridad sobre ellos,
porque fue vencido para siempre y ha sido despojado de su poder. Mientras los
moradores de la ciudad no crean en los argumentos del enemigo, permanecen en victoria,
por lo tanto ellos deben en fe, resistir creyendo que nada ni nadie los puede sacar de la
propiedad reconquistada por su Rey.
4. LA ARMADURA .
YELMO DE LA SALVACIÓN. (Gr. sotërion) Provechoso, salvador, medio de salvación,
liberación.
La primera arma que necesita el hombre para ser libre de la potestad de las tinieblas es la
salvación que proviene exclusivamente de Jesucristo. Colosenses 1:13. El cual nos ha
trasladado de la potestad de las tinieblas y trasladado al reino de su amado Hijo.
En el momento que la persona cree en Jesucristo es liberado de las tinieblas y pasa a disfrutar la
victoria de Jesucristo sobre toda hueste de maldad. Colosenses 2:15. Y despojando a los
principados y a las potestades, los exhibió públicamente triunfando sobre ellos en la cruz.
El creyente no es llamado a vencer al enemigo, sino a creer que ya Jesucristo lo venció en la
cruz. LA victoria de Jesucristo es nuestra victoria pues el es nuestro representante. Hebreos
2:14. Así que por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, el también participó de lo
mismo, PARA DESTRUIR POR MEDIO DE LA MUERTE AL QUE TENÍA EL IMPERIO DE LA
MUERTE ESTO ES AL DIABLO.
Por medio del arma de la salvación el hombre alcanza comunión con Dios.
Una vez hemos alcanzado la salvación por le fe es necesaria la verdad para no ser engañados ni
desviados.
Quien en verdad ha conocido a Jesucristo, ha conocido la realidad y tiene todos los medios a su
alcance para discernir la doctrina de error.
Por esto el conocimiento de la verdad que es Cristo Jesús nos hace verdaderamente libres. Juan
8:32. Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres.
El arma de la verdad nos libra del error y engaño.
El arma de las buenas nuevas de paz nos garantiza el estar en paz con todos nuestros
semejantes.