Quienes hemos tenido la oportunidad de tratar durante algún tiempo a la profesora
Matilde García apreciamos su valor como ser humano y admiramos su gran su entusiasmo ante el trabajo. Sintetizar su trayectoria académica y profesional es, por ello, un agradable cometido, aunque también, sin duda, una tarea dificil. En unas pocas líneas resulta imposible hacer una descripción detallada de las muchas actividades que Matilde ha llevado a cabo, por 10 que en esta semblanza únicamente nos limitaremos, a modo de homenaje, a dejar constancia de algunos de los muchos rasgos destacables de nuestra compañera. Nacida en La Rubia (Soria), un 14 de marzo de 1925, pronto fue patente su vocación por la enseñanza, de manera que tras cursar los estudios de Bachillerato obtuvo su título de Maestra por la Escuela Normal de Soria. Cuando apenas contaba veinte años fue nombrada Maestra de Primera Enseñanza con destino en la escuela rural del pueblo soriano de Fuentetoba y al curso siguiente Maestra Nacional de la escuela de Porcena (Jaén), donde ejerció durante tres años. Posteriormente, ganó la oposición de Maestra Nacional de Educación Especial y en 1951 obtuvo, con el número uno de la promoción, el puesto de Maestra Nacional del "Colegio Isabel la Católica" en Madrid. Tras algunos años de ejercicio en ese colegio de Madrid, durante los cuales cursó también sus estudios de Filosofia y Letras (Sección Pedagogía), en 1957 obtuvo la plaza de profesora de Organización y Prácticas de Enseñanza, ocupando el puesto de Directora Regente de la Escuela Aneja a la Normal de Maestras de Soria. En ese mismo año presentó su Memoria de Licenciatura, dirigida por la Dra. Ángeles Galino, con el tema "Medio siglo de Legislación sobre Bachillerato en España (1900-1950)". Con todo el bagaje adquirido en ese tiempo de estudio y trabajo en la escuela primaria, en 1960 ganó la Cátedra de Pedagogía de la Escuela Normal de Magisterio de Burgos (Universidad de Valladolid), donde años más tarde ocuparía el cargo de Jefe de Estudios, llegando a ser Directora de la Escuela desde 1970. Simultáneamente, entre 1960 y 1975, trabajó como profesora adjunta de Lengua y Literatura en el Instituto Nacional de Bachillerato "Cardenal López de Mendoza", de Burgos y como profesora numeraria de Lengua, Geografía e Historia en el Instituto Politécnico de esa misma ciudad.
Tendencias Pedagógicas 10, 2005. 9
Esta amplia y diversa experiencia práctica en los distintos niveles de la enseñanza no limitó, sin embargo, su inquietud por ampliar su propia formación como educadora, de manera que continuó con sus estudios de Doctorado. Elide julio de 1965 obtuvo brillantemente su título de Doctora en Pedagogía por la Universidad de Madrid con la Tesis Doctoral titulada "Hervás y Panduro, pedagogo de la Ilustración". En 1976 se trasladó a Madrid, donde ocupó la Cátedra de Didáctica y Organización Escolar de la Escuela Universitaria "Santa María" de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). En este destino continuó hasta la fecha de su jubilación, momento en el que, en atención a su amplísimo conjunto de méritos, fue nombrada Profesora Emérita de la UAM. Junto a su actividad docente, es también destacable a lo largo de su carrera su trabajo investigador, dedicado en sus primeros años sobre todo a la Historia de la Educación y posteriormente a la reflexión sobre cuestiones amplias vinculadas a la necesidad de conseguir la transformación de la educación en una sociedad en continuo cambio. Fruto de ello son ocho enjundiosos trabajos de investigación, numerosas intervenciones en Congresos y varios artículos y libros, entre los que destaca la "Didáctica General" (Anaya, 1969). En sus últimos años laborales, como Profesora Emérita de la Facultad de Formación de Profesorado y Educación de la UAM, ni la edad ni las dificultades crecientes que plantea la tarea de formar educadores en la Universidad la hicieron desistir de su empeño por seguir trabajando en una formación integral de los alumnos. Siempre dinámica, sumó a sus clases de la asignatura "Deontología Profesional Docente" la organización de conferencias, la dirección de cursos de Humanidades Contemporáneas y otras actividades que atraían a estudiantes de toda la Universidad. En síntesis, como se desprende de todo lo anterior, que sólo parcialmente puede recoger la realidad de más de 55 años dedicados a la educación, podría decirse que el de Matilde es el Curriculum Vitae de una MAESTRA, con mayúsculas, y en el sentido más literal y hermoso de esa palabra. Es, sin duda, un honor para todos los que formamos el Departamento de Didáctica y Teoría de la Educación, haber compartido con Matilde parte de nuestro tiempo. Esperamos seguir haciéndolo durante muchos años más.
Inmaculada Egido Gálvez y Agustín de la Herrán Gascón