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Dulcino (1250-1307), conocido también como Fray Dulcino o Dulcino de Novara (en
italiano Dolcino da Novara), fue un líder religioso italiano del siglo XIV, continuador del
milenarismo de Gerardo Segarelli y fundador de la secta de los Hermanos Apostólicos
(en italiano Fraticelli Apostolici) o dulcinitas. Predicó la proximidad del fin de los
tiempos y el descenso del Espíritu sobre los apostólicos. El Papa Clemente V decretó
contra él y sus seguidores una cruzada, durante la cual fue capturado, torturado y
quemado vivo.
La secta fundada por Dulcino contó en su apogeo con un número máximo de entre
cinco mil y diez mil adherentes. El Papa Clemente V despachó desde Aviñón una
cruzada contra los dulcinitas, concediendo a quienes participaran en ella una
indulgencia plenaria. Las tropas fueron dirigidas por el obispo de Vercelli, Raniero.
Los dulcinitas se procuraron alimento por medio de pillajes cometidos en las campiñas
de Valsesia, mientras se refugiaban en una improvisada fortificación en el monte
Rubello, cerca de Biella, soportando la hambruna y las nevadas. Cuando fueron
derrotados, durante la Semana Santa del año 1307, la mayoría de los Hermanos
Apostólicos fueron pasados por las armas inmediatamente, pero el propio Dulcino, su
compañera Margherita y su lugarteniente Longino di Bérgamo fueron capturados para
su posterior juicio por la Inquisición. Los dos últimos fueron condenados y quemados
en la hoguera en Biella en junio de 1307, y Dulcino fue obligado a presenciar sus
suplicios, oportunidad en que mostró una entereza notable, según las memorias de la
época. En julio del mismo año Dulcino fue torturado y quemado vivo en Vercelli,
sorprendiendo a público y verdugos por su templanza ante los tormentos.
Es difícil distinguir sus verdaderas ideas de las acusaciones que se le dirigieron con
motivo de la cruzada ordenada por la Santa Sede, entonces radicada en Aviñón.
Anunció un inminente fin de los tiempos, en el cual el orden y la paz serían
restablecidos. Criticó a la Iglesia por la acumulación de riquezas y predicó la
austeridad. Las bases de sus ideas eran:
La oposición a la jerarquía eclesiástica y el retorno de la iglesia a sus ideales
originales de pobreza y humildad.
La oposición al sistema feudal.
La liberación de los hombres de cualquier restricción.
La organización de una sociedad igualitaria, de ayuda y respeto mutuos,
basada en la propiedad comunitaria y en la igualdad de sexos.
Por estas ideas, fue considerado uno de los reformadores de la iglesia, y uno de los
fundadores de los ideales de la revolución francesa, e incluso del anarquismo y del
socialismo.
Dulcino dejó escritas sus ideas en una serie de cartas enviadas a los Apostólicos entre
el 1300 y el 1307.