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Cimarronaje y afrocentricidad:
los aportes de las culturas afroamericanas
a la América Latina contemporánea
Resumen:
El artículo propone, en primer lugar, una interpretación de los aportes de las culturas africanas en
Iberoamérica con énfasis en sus valores políticos y estéticos específicos y un análisis de sus predica-
mentos y conflictos actuales. Por un lado, la III Conferencia Mundial contra el Racismo de Durban,
Sudáfrica, en 2001, posibilitó una efervescencia política y una fuerte afirmación cultural en
Afroiberoamérica; por otro lado, esa misma Conferencia provocó una ruptura en la unidad de la
Diáspora afroamericana en la medida en que la delegación norteamericana abandonó el evento,
quitando solidaridad a los afroiberoamericanos en su lucha por reparaciones. Esa ruptura puede
intensificarse ahora con la llegada al poder del primer presidente negro de Estados Unidos, dada la
ambivalencia y las contradicciones de su simbolismo en el contexto geopolítico de las relaciones
entre el país imperial y nuestros países.
Más allá de ese conflicto actual, el discurso político y cultural de la Diáspora afroiberoamerica-
na siempre ha sido contra-hegemónico en relación a la dominación capitalista racista en el Nuevo
Mundo y dos elementos fundamentales de ese discurso son discutidos con detalle: el cimarronaje
cultural, como una actitud de resistencia al racismo y al intento, surgido en la esclavitud y que nunca
ha cesado, de silenciar la voz específica de los afroiberoamericanos; y la afrocentricidad, actitud
epistemológica que afirma la riqueza y los valores alternativos de las expresiones culturales, tanto
las tradicionales como las contemporáneas, de África y Afroamérica.
Palabras clave:
culturas afroamericanas, cimarronaje cultural, afrocentricidad, diáspora afroamericana, racismo
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Abstract:
This essay first of all proposes an interpretation of what the African cultures have brought to Ibero-
America, emphasising in particular their political and aesthetic values, and providing an analysis of
current predicaments and conflicts. On the one hand, the third International Conference against
racism –in Durban, South Africa in 2001– generated a certain level of political enthusiasm and a
strong cultural statement in relation to Afro-Ibero-America; on the other hand, the same conferen-
ce provoked a break in the unity of the Afro-American diaspora, to the extent that the North
American delegation abandoned the event, thus withdrawing their solidarity from those Afro-Ibero-
Americans who are struggling for reparations. The split may now even intensify, with the arrival in
power of the first black president of the United States, given the ambivalence and contradictions of
this fact’s symbolism, between the imperial country and our own. Beyond this current conflict, the
political and cultural discourse of the Afro-Ibero-American diaspora has always been counter-hege-
monic in relation to racist capitalist domination in the New World. Two elements of this discourse
will be discussed in detail: cultural maroonism, as an attitude of resistance to racism and to the
attempt –which arose with slavery and has never really ended– to silence the particular voice of the
Afro-Ibero-Americans; and Afrocentrism, an epistemological attitude which affirms the richness and
alternative values proper to the cultural expressions –both traditional and contemporary– of Africa
and Afro-America.
Key words:
Afro-American cultures, cultural Maroonism, Afrocentrism, Afro-American diaspora, racism
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José Jorge de Carvalho
Departamento de Antropología, Universidad de Brasilia
Cimarronaje y afrocentricidad:
los aportes de las culturas afroamericanas
a la América Latina contemporánea
Pensar en los aportes de las culturas afroame- Para dar continuidad ahora a la discusión,
ricanas a la América Latina actual significa que podemos llamar sustantiva, sobre las cultu-
hacer que muchos símbolos culturales y estra- ras afroamericanas, dos presupuestos teórico-
tegias de lucha política para las comunidades metodológicos y políticos deben ser por lo
negras de Iberoamérica, como el cimarronaje y menos enunciados. En primer lugar, aclarar que
la afrocentricidad, decantados a lo largo de el campo de la cultura no se separa del campo
cinco siglos, sean ahora finalmente incorpora- más amplio del poder capitalista contemporá-
dos a la gramática general del pensamiento neo y tiene implicaciones económicas, sociales
iberoamericano. En dos ensayos anteriores, y ecológicas, por un lado; jurídicas, por el otro; y
intenté poner en perspectiva dos frentes de también del orden de la espiritualidad, entendi-
luchas político-culturales que me parecen cen- da en sus dimensiones cosmológicas, míticas y
trales para la Diáspora afroiberoamericana religiosas. En segundo lugar (y ello es particu-
contemporánea: los procesos de expropiación larmente relevante para el caso de la Diáspora
y explotación comercial de las tradiciones cul- africana en el Nuevo Mundo), no olvidar la
turales afroamericanas por parte de la indus- enorme tensión actual entre el Norte y el Sur del
tria de entretenimiento y de grupos de artistas mundo. Esa tensión, generada por varios proce-
y productores blancos; y la lucha por las accio- sos interconectados, como las desigualdades
nes afirmativas para la inclusión de estudian- producidas por el capitalismo, el militarismo y
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tes negros en las universidades una variante del racismo en escala global y las
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bre, con la caída del World Trade Center, evento nidad de ir a Ginebra a condenar el apartheid,
que capitalizó toda la atención del mundo y que ¡uno de los grandes militantes negros de los
debilitó considerablemente el impacto que la derechos civiles daba la espalda a la II
declaración de Durban hubiera tenido sin los Conferencia Mundial contra el Racismo!
hechos ocurridos en New York y Washington. El ciclo de Durban de hecho todavía no se
Contar la historia de esas cumbres contra el cerró, pues el poderoso lobby sionista nortea-
racismo nos ayuda a comprender las compleji- mericano está presionando a sus países alia-
dades de la geopolítica alrededor y en el inte- dos para boicotear Durban II, que será
rior de la Diáspora afroamericana y meditar realizada en Ginebra del 20 al 24 de abril de
sobre las consecuencias de su división interna. 2009. La amenaza de que Estados Unidos no
Recordemos. La I y la II Conferencias tuvieron participaría de Durban II ya era conocida hacía
lugar en Ginebra en 1978 y 1983, y el tema cen- más de año. Sin embargo, se esperaba que,
tral de ambas fue la condenación mundial del con Obama, Estados Unidos cambiase de posi-
régimen de apartheid en Sudáfrica. Por ción. Desgraciadamente, para gran sorpresa
supuesto, con excepción del país condenado, de toda la comunidad negra de Iberoamérica,
que no envió delegaciones, todos los países Estados Unidos anunció el 29 de febrero de
africanos y de la Diáspora afroiberoamericana 2009 que no irá a Ginebra (de nuevo, perma-
se juntaron en la lucha anti-apartheid. Sin neciendo junto a Israel) y en este momento
embargo, Estados Unidos influenció a presiona a sus aliados anglosajones y los
Inglaterra, Canadá y Australia para que se ple- países europeos para que boicoteen la
garan a ellos, a Sudáfrica e Israel, en el boicot a Conferencia y de hecho la vacíen políticamen-
las dos Conferencias. Precisamente en 1983, te3. Como condición para su participación, los
Estados Unidos contaba con dos líderes políti- Estados Unidos exigen que la ONU retire de la
cos aparentemente fuera de toda sospecha: su agenda de la Conferencia justamente los dos
presidente era Jimmy Carter, quien había elegi- temas que justifican la propia existencia de
do el respeto a los Derechos Humanos como una cumbre de combate al racismo como ésta:
marca de su mandato; y su Embajador frente a las reparaciones por la trata de esclavos y la
las Naciones Unidas era nada menos que cuestión de los crímenes de Israel contra la
Andrew Young, pastor y político negro que población palestina. No importa ya si la ONU
había sido compañero de lucha de Martin aceptará vaciar la Conferencia de su contenido
Luther King. Mientras todos los activistas e inte- para que Estados Unidos participe de ella; ¡lo
lectuales afroiberoamericanos peleaban en el grave es que el recién elegido presidente
interior de sus respectivos países por la oportu- negro de un país de trayectoria notoriamente
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racista amenace retirarse de una Conferencia necesario aclarar los términos y las categorías
Mundial de Combate al Racismo! de análisis escogidas. Hasta la primera mitad
Esa misma actitud de rechazo y boicot ocu- del siglo XX, toda la Diáspora africana en las
rre también con la Convención sobre la Américas estuvo unificada por la experiencia de
Protección y Promoción de la Diversidad de las esclavitud y el posterior cuadro de desigualdad
Expresiones Culturales de la UNESCO, aprobada y racismo que afectó con igual intensidad a la
en 2005. Mientras el Plan de Durban es sola- mayoría de los africanos y afrodescendientes,
mente una recomendación para los países, la estadounidenses e iberoamericanos. Cuando
Convención es mucho más contundente, porque nos referimos a este horizonte común, es posi-
pasa a formar parte del ordenamiento jurídico ble hablar de culturas afroamericanas. Sin
de cada Estado miembro de la ONU que la rati- embargo, a partir de los años setenta del siglo
fique. En ese sentido puede tornarse un meca- pasado, una buena parte de los afronorteame-
nismo poderoso de protección y promoción de ricanos inició por un camino de ascensión
las tradiciones culturales afroamericanas. social, política y económica considerable,
Obviamente, si todos los países de población y mucho mayor que las mayorías de sus semejan-
cultura afroamericanas firmaran la Convención, tes de Iberoamérica, y pasaron paulatinamente
sería posible construir, por primera vez desde el a formar parte, ya en número considerable, del
inicio de la esclavitud en el siglo XVI, una red de proceso de reproducción del propio imperio. A
apoyo mutuo y promoción de las tradiciones partir de ese momento, la secular unidad de la
culturales afroamericanas en el Nuevo Mundo Diáspora empezó a escindirse y el término afro-
que fuese capaz de superar su crónica condición americano ya no pudo reflejar las diferencias
de subalternidad y permitir su acceso al espacio geopolíticas visibles entre Estados Unidos y
público, a los medios de comunicación y a los todos los demás países del Nuevo Mundo –de
recursos estatales en pie de igualdad con las allí la necesidad de introducir los términos
expresiones de origen europea o eurocentra- “afronorteamericanos” (o “afroestadouniden-
das. Desgraciadamente, los Estados Unidos no ses”) y “afroiberoamericanos”.
solamente se niegan a firmar la Convención,
como presionan a los países latinoamericanos
bajo su mayor influencia (como Colombia, II. Una Diáspora escindida
Panamá, República Dominicana, Perú, Chile)
para que no la firmen4. De lo anterior se deprende que la identificación
Dada la complejidad específica de la construida entre los afroestadounidenses y
Diáspora africana en el Nuevo Mundo, se hace afroiberoamericanos no podría ser sino una
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con la nueva imagen que el sistema quiere teorizó Eric Williams, las plantations, construi-
proyectar de los afronorteamericanos, ahora das a partir del siniestro régimen de la trata de
plenamente integrados (por lo menos simbóli- esclavos africanos; y por la consolidación del
camente) al proyecto capitalista occidental de racismo característico de la modernidad capita-
dominación global. lista, lo que he teorizado bajo el concepto de
Toda la nueva movilización por ciudadanía “racismo fenotípico”7.
y por la afirmación de los valores culturales de Inserta en esa gran moldura, la figura de
las comunidades afroiberoamericanas pasa por Obama está plagada de ambigüedades. En pri-
una crítica profunda del mito de la democracia mer lugar, porque su biografía no está conecta-
racial y por una toma de posición firme de que da ni con la lucha de los descendientes de
nuestras sociedades son racistas en su constitu- esclavos en el Nuevo Mundo ni mucho menos
ción; y más aún, que ese racismo todavía está con las luchas africanas de liberación del colo-
vigente de un modo inequívoco en toda nialismo y el racismo. En este sentido, él no se
Iberoamérica. Serán justamente aquellos que asemeja al perfil biográfico de un Nelson
se oponen a las políticas públicas de acción afir- Mandela, que sufrió opresión racial, exilio y
mativa para la población negra que se utiliza- encarcelamiento y aún así llegó a presidente de
rán de esa metáfora de una sociedad pos-racial Sudáfrica; y ni se compara con la de Toussaint
para acusarnos de anacronismo: ¡todavía L´Ouverture, quien nació esclavo y llegó a ser el
hablamos de racismo cuando la novedad de primer Jefe de Estado negro de un país del
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Obama es abolir la raza! Nuevo Mundo. Sin embargo, independiente-
Barack Obama es la persona de fenotipo mente de su biografía, Obama está asociado
negro que se volvió más poderosa, quizás en fenotípicamente a los afrodescendientes. O sea,
todo el mundo, en los últimos cinco siglos. Ese aunque sea descendiente de africanos y no de
largo y letal período de la historia humana fue ex-esclavos de origen africano, Obama es posi-
marcado por la consolidación del sistema- cionado mediáticamente como un norteameri-
mundo, como lo teorizó Immanuel Wallerstein; cano de fenotipo negro, y por ello es asimilado
por la consolidación de la propia idea de a la comunidad afroamericana –y así pasa a
Occidente y de América, como lo teorizó Aníbal participar, por una vía indirecta, de la Diáspora
Quijano; por la consolidación del capitalismo y africana en el Nuevo Mundo–.
el colonialismo como forma general de organi- En una primera lectura, la imagen de
zación de la sociedad y la economía, cuyo ensa- Obama se presenta como extremamente positi-
yo social y económico de confinamiento de la va para los jóvenes negros de la Diáspora: a
fuerza de trabajo en las fábricas fueron, como lo despecho de las grandes contradicciones encar-
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nadas en su persona, transmite la idea de que tación, de la violencia militar más intensa. Por
todas las posibilidades se abren ahora para los supuesto, hablamos aquí de hipótesis y suposi-
negros, por lo menos en el campo del poder ciones, basados en la trayectoria de Obama
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(tan codiciado en nuestra época) . Por otro lado, hasta ahora. Todavía no sabemos qué tipo de
en la medida en que es presidente del país más diálogo él establecerá con los afroiberoameri-
poderoso de las Américas y que mantiene una canos. La expectativa hacia a él es muy grande y
relación claramente opresora con Iberoamérica, estamos hablando de un espacio imaginario,
su presencia, como líder de Estados Unidos, capaz de suscitar proyecciones e identificacio-
impone de nuevo una relación de subalterni- nes a veces conflictivas con relación a la coyun-
dad con los afroiberoamericanos en, por lo tura histórica.
menos, dos planos. En primer lugar, porque el Resumiendo, la diferencia está en que
impulso de identificación hacia él significa una hasta ahora, en general, la perspectiva de todos
reafirmación de la saga norteamericana como los líderes de la Diáspora era la perspectiva
la saga dominante de la Diáspora, ofuscando anti-hegemónica, anti-opresora, anti-imperia-
las contradicciones internas y relaciones opresi- lista, descolonizadora. En eso coincidieron los
vas entre negros y blancos en aquél país. En líderes cimarrones que construyeron comuni-
segundo lugar, hay una dialéctica imperialista dades, como Zumbí, Benkos Bioho, Makandal;
entre el Norte y el Sur de la Diáspora que no los artistas e intelectuales que formularon el
será desmontada por Obama: él, un hombre cimarronaje cultural y la perspectiva afrocéntri-
negro, está en la posición de ejercer poder y ca, como Abdias do Nascimento y Zapata
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opresión sobre los negros de Iberoamérica Olivella; y finalmente los políticos que alcanza-
Desde el punto de vista del pensamiento ron la condición de jefes de Estado también en
iberoamericano, entonces, Obama invirtió el la perspectiva descolonizadora y anti-imperia-
sentido del imaginario negro anti-esclavista y lista, como L´Ouverture y Mandela. Ahora, la
anti-racista. Durante los últimos 500 años, el inversión radical de la imagen del hombre
fenotipo negro estuvo asociado a los oprimidos afroamericano producida por Obama exige
por el colonialismo y el capitalismo: en líneas una reconceptualización profunda del sentido
generales, ser negro ha significado hasta actual de la Diáspora africana en las Américas.
recientemente posicionarse en el lugar del opri- Es un cambio de poder sin precedentes en la
mido. A partir de ahora, ser negro en el espacio historia del capitalismo moderno, construido
diaspórico significará no solamente estar en el con base en el régimen de la esclavitud y que
lugar de comando, de jefatura, sino también en generó lo que llamo de racismo fenotípico, que
el lugar del ejercicio de la opresión, de la explo- una persona con el fenotipo del oprimido
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ocupe el puesto máximo de poder hasta ahora países se rinde culto a la memoria de los gran-
ocupado exclusivamente por personas con el des líderes cimarrones y de las comunidades
fenotipo del opresor. Será bajo el telón de que ellos fundaron o en las cuales vivieron10. En
fondo de esa coyuntura de conflictos, ambiva- Brasil, el quilombo de Palmares es la referencia
lencias y expectativas inmensas en las áreas de mayor de los afrobrasileños. Precisamente, la
la políticas, la economía y las relaciones racia- fecha nacional afrobrasileña, que hasta hace
les que deberemos interpretar los aportes menos de dos décadas atrás era el día 13 de
específicos y actuales de las culturas afroame- mayo (en homenaje al día de la abolición de la
ricanas en América Latina. esclavitud y a la memoria de la Princesa Isabel,
autora de la llamada Ley Áurea, de 1888), se
desplazó, como resultado victorioso de la pre-
III. El cimarronaje como una sión del movimiento negro, al día 20 de
marca de las culturas africanas en noviembre, fecha en que se recuerda la muerte
Iberoamérica del gran líder cimarrón Zumbí, el último y más
importante líder de Palmares, asesinado en
Como dicho arriba, las tradiciones culturales 169511. El 20 de noviembre es ya feriado muni-
afroamericanas siempre tuvieron, desde el ini- cipal en decenas de ciudades brasileñas y hay
cio de la esclavitud en las Américas, una postu- presión política para transformarlo en feriado
ra contra-hegemónica. El primer ejemplo de nacional, reconociéndolo oficialmente como el
ello fue la lucha por romper con el sistema Día de la Consciencia Negra. En muchas ciuda-
esclavista, conocida desde el siglo XVI como des brasileñas hay grupos de músicos de las
cimarronaje: la fuga constante de las plantacio- periferias urbanas, sea de hip hop, de funk, o
nes o de las minas para reconstruir comunida- inclusive de géneros musicales más tradiciona-
des en régimen de libertad. Las comunidades les, que se presentan como parte del concepto
de cimarrones empezaron ya en las primeras político más general definido como “actitud
décadas del tráfico atlántico y, lo que es más quilombola” (actitud cimarrona). Hay también
importante: surgieron simultáneamente en una red de poetas y escritores negros que se
todos los países de las Américas y del Caribe, organiza alrededor de los Cadernos Negros, ini-
independientes una de la otra. ciados en 1978, y que son divulgados ahora por
De este modo, la historia de Afroibero- el grupo Quilomboje (Cimarronaje Hoy).
américa es tanto la historia del régimen de De la misma forma, para los afrocolombia-
esclavitud cuanto la historia de la lucha contra nos anti-racistas de hoy –artistas, intelectuales
la esclavitud. Prácticamente en todos nuestros y activistas– el símbolo principal de lucha por
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sangre consagrada por el dios de la guerra. Podemos ver aquí cómo en su juramento
Dada su importancia, como uno de los textos Boukman menciona y contrapone dos versio-
fundamentales de la saga histórica de las nes de Dios, o sea, dos Bon Dieux: el Dios de los
comunidades afroamericanas, vale la pena blancos, cristiano, como el Dios que acepta la
transcribir el poético y dramático juramento de esclavitud, bendice a los esclavistas y los con-
Boukman en Bois Caimán. Esa ceremonia clama al gran crimen de lesa humanidad; y el
conectó, de un modo y definitivo, hasta los días Bon Dieu de los cimarrones, como él, que fue
de hoy, la profunda raíz vodú del pueblo haitia- absorbido sincréticamente en el vodú. Tal como
no y el movimiento cimarrón de autonomía y todos los loas y todos los orichas, ese dios de
libertad común a todas las comunidades de los cimarrones es simultáneamente bueno y
descendientes de africanos esclavizados en también capaz de vengarse de los que hacen
Iberoamérica. dueño a sus “hijos”, es decir, a aquellos que se
iniciaron en sus misterios y a quienes siempre
“Dios que ha hecho el sol protegerán17.
y que de allá arriba nos trae la luz, Abdias do Nascimento, quien es también
que mueve el mar y controla las un iniciado en las religiones de matriz africana,
tempestades; abrió su discurso en el sitio de Palmares invo-
Buen Dios, oculto entre las nubes, cando no al Dios de los monoteísmos abrahá-
de allá nos acompaña y ve micos, sino un posible equivalente suyo, el dios
todo lo que nos hace el hombre blanco. Olorun, uno de los dioses (orichas) más abstrac-
El Dios del blanco le inspira al crimen, tos y elevados del panteón africano yoruba.
pero nuestro Dios quiere que seamos Enseguida invocó cuatro dioses de la naturale-
buenos. za: Ogún, el dios de la guerra; Changó, el dios de
Nuestro Dios, que es bueno para nosotros, la justicia; Ochún, la diosa del amor; y Yansán,
ordena que nos venguemos. la diosa guerrera.
Él dirigirá nuestras armas y nos ayudará. En su juramento están reunidas dos tradi-
Echen fuera la imagen del Dios del blanco, ciones simbólicas centrales para la afirmación
sedienta de nuestras lágrimas. de la dignidad y la diferencia de la Diáspora
¡Escuchen la voz de la libertad, iberoamericana con relación al universo cultu-
que habla en el corazón de todos ral eurocéntrico que promovió y justificó el
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nosotros!” racismo y la esclavitud en América: la memo-
ria de los quilombos, locales de recomposición
de comunidades libres de afrodescendientes;
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Aún con toda la contribución de la perspec- blicas pos-esclavistas. Ser afrocéntrico significa,
tiva descolonizadora que orienta mi análisis, en este contexto, rescatar, reconectarse, valorar
hay que aclarar que el problema fundamental tradiciones (culturales, espirituales, artísticas,
no está necesariamente en el eurocentrismo, literarias, filosóficas, epistémicas, historiográfi-
sino en el euroexclusivismo, es decir, en la ne- cas, comunitarias, políticas, de organización
gación o supresión de otros centros simbó- social, ambientales) que son o fueron practica-
licos y otras cosmovisiones. La forma de un das en las comunidades negras de Iberoamérica;
pensamiento iberoamericano rico, dinámico, y, junto con ellas, abrirse a otras tradiciones cul-
diverso y creativo exige, no el sectarismo de la turales vivas en el continente africano. El afro-
perspectiva eurocéntrica actual de nuestras éli- centrismo de Abdias do Nascimento, Zapata
tes intelectuales y políticas; ni mucho menos su Olivella, Nicolás Guillén, entre otros, ha consisti-
sustitución por otro sectarismo, sea afrocéntrico do en pintar cuadros, escribir poemas, cantar,
o indígenocéntrico. La riqueza de valores y acti- bailar o producir otros tipos de expresión basa-
tudes consiste en el policentrismo, es decir, la dos en los orichas, loas, inkisis y demás princi-
capacidad de activar cuántas perspectivas dis- pios espirituales o estéticos africanos.
tintas se pueda o se desee, sin tener que negar, En la dirección contraria de los artistas, inte-
prejuiciosamente, ninguna de ellas. Así enten- lectuales y activistas negros, nuestras élites
dida, la afrocentricidad –sea en la filosofía, las intelectuales blancas han negado casi siempre
artes, la música, la religiosidad, las formas de la diferencia negra en América Latina. Y más
convivencia y la organización socio-económi- aún, han construido una imagen exotizada y
ca– no tiene por qué ser vista bajo sospecha: objectificada de la cultura afro y han plasmado
entre otras razones, sencillamente porque los una representación fantasiosa de nuestras rela-
intelectuales, artistas y activistas afroamerica- ciones raciales. Mediante su poder de acceso a
nos la quieren rescatar y desarrollar. los medios de comunicación y su control edito-
Para que no nos dejemos confundir por las rial, han impuesto la imagen de una conviven-
polémicas en torno del afrocentrismo nortea- cia poco conflictiva entre blancos y negros, y al
mericano, como si fuera el mismo practicado mismo tiempo ensalzando un mestizaje que, en
en nuestros países, aclaremos las especificida- realidad, siempre fue en última instancia el pro-
des de la línea afrocéntrica iberoamericana. ducto del dominio y las ventajas de aquéllos
Afrocentricidad en Iberoamérica significa recu- sobre éstos. La teoría del mestizaje como un
perar las raíces africanas negadas, censuradas o distintivo de Iberoamérica sigue reproducién-
discriminadas por nuestras sociedades blancas dose, en general, con un efecto desmovilizador
a lo largo de los siglos de esclavitud y de repú- y hasta silenciador de la realidad brutal del
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racismo y del prejuicio (social, político, cultural) concepción de salud; su propia ciencia del
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sufrido por los negros . cuerpo, del bienestar, que no es controlado por
En el plano simbólico, religioso y cosmoló- los patrones mediáticos de lo que sea un cuer-
gico, las tradiciones culturales de origen africa- po saludable o de proporciones “correctas”. Un
no en Iberoamérica pasan a presentarse, a mundo con su propia psicología, con un modo
partir de este movimiento afrocéntrico, con su específico de concebir, diagnosticar, y tratar de
signo de diferencia intensificado. Por un lado, problemas de sufrimiento mental. Un mundo
las religiones de matriz africano son guardia- en que los procesos mentales y las dimensio-
nes de una experiencia integradora entre cuer- nes de la conciencia pasan necesariamente por
po y mente, entre ser humano y los demás la admisión de una realidad de divinidades
seres de la naturaleza, entre comunidad reli- que interpelan a los seres humanos a través del
giosa y medio ambiente. El mundo del can- trance; y la salida de sí experimentada en
domblé, de la santería, del vodú, es el mundo el trance reconecta el iniciado con la tierra
del don, del intercambio, del trueque, de la africana, con el espacio sagrado que puede
renuncia, de la entrega del tiempo, de una rela- estar simultáneamente de los dos lados del
ción no-productivista con el tiempo. Es un Atlántico.
mundo fundamentalmente no-consumista. Un En otras palabras, un mundo en el que
mundo en que una gran parte de los objetos tanto África cuanto América están presentes.
que circulan en una red compleja de relaciones La geografía de las religiones de matrices afri-
entre seres humanos, unos con los otros; entre canas es capaz de unir los mundos que la geo-
seres humanos y dioses; entre seres humanos y grafía occidental inevitablemente separa. Es
animales; y entre seres humanos y la naturale- un mundo en que la naturaleza es preservada
za, o son objetos directamente naturales, o son –los lagos, los ríos, las cascadas, las plantas,
objetos manufacturados por los mismos adep- los animales– no porque haya cualquier cálcu-
tos de un modo artesanal. Más que esto, es un lo económico que determine su preservación
mundo de pocos objetos industriales. Un lugar (o su extinción) según alguna regla de costo-
donde las marcas de la sociedad capitalista o beneficio, sino porque la naturaleza es sagrada,
de la industria cultural tienen muy poco valor. porque ella es el hogar de muchas divinidades
Un mundo que no es dictado por la moda, en y es tan viva, frágil y sensible, como los seres
donde las ropas son construidas en la misma humanos.
comunidad según modelos que rompen con la Esa cosmología integradora, holista, natu-
dictadura del presente o del estilo impuesto ralista, espiritualizante, preservacionista, comu-
desde afuera. Un mundo que tiene su propia nitaria y no consumista es encontrada, con
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mayor o menor intensidad, en todos los países expresiones religiosas de matriz africana, por
de la Diáspora africana en Iberoamérica. ejemplo) han atravesado los siglos y se han for-
Existen puntos de alta concentración de esa talecido ahora con el nuevo protagonismo ejer-
cosmología y de ese modo no-capitalista de cido por los grupos culturales urbanos (muchos
vida, de los cuales las comunidades religiosas conectados con la juventud negra) a la vez críti-
de raíz africana más tradicionales son el gran cos de la industria cultural y capaces de apro-
ejemplo. Sin embargo, está difundida en miles piarse de sus recursos para afirmar valores
de manifestaciones y agrupaciones de cultura anti-racistas y emancipatorios. Ojalá veamos, a
popular, como en las cofradías y los grupos de partir de ahora, una mayor presencia e influen-
música, baile y teatro así como en las tradicio- cia de esas tradiciones culturales de origen afri-
nes artesanales. cano y afroamericano en un pensamiento
El proceso de difusión de esas cosmologías iberoamericano que se desarrolle de un modo
es fundamentalmente oral, de pequeña escala y autónomo y pluralista.
siempre presencial, sin la interferencia inmate- Una gran contribución de las culturas afro-
rial y paradójicamente densa y fragmentada de americanas a la América Latina contemporánea
la realidad virtual (la publicidad, internet y los podrá ser la consolidación de un paradigma
medios masivos). Un mundo que resiste a con- policéntrico, capaz de incorporar, sin sectaris-
vertirse en simulacro de sí mismo. Ese gran uni- mos, las expresiones eurocéntricas e indigeno-
verso simbólico y cosmológico afroamericano céntricas en su afrocentricidad positiva e
es una especie de antípoda de la industria cul- inaugurar un tipo de diálogo intercultural
tural norteamericana y europea en general, que nuevo, que supere tanto los exclusivismos como
invierte, justamente, en el consumismo y en el las ideologías supremacistas blancas y sea
simulacro. Y esa industria cultural ya incluye la capaz de retomar la comunión con las cosmolo-
casi totalidad de las expresiones culturales de gías de los pueblos originarios para entonces
los negros norteamericanos. De ahí la existencia expandir el horizonte inspirador de las narrati-
de una ruptura no solamente política, social y vas libertarias e integradoras de los seres
económica, pero también espiritual y cosmoló- humanos con los dioses y la naturaleza.
gica en la Diáspora afroamericana.
Son así muchos los movimientos culturales
que señalan la afirmación de una afrocentrici-
dad propia de Iberoamérica, en sintonía con las
luchas por ciudadanía y justicia para los afro-
descendientes. Esos movimientos (como las
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Cimarronaje y afrocentricidad: los aportes de las culturas afroamericanas a la América Latina contemporánea
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Pensamiento Iberoamericano nº4 José Jorge de Carvalho
Tristemente, Oliveira da Silveira, con quien man- reciente de la Diáspora antillana francesa, ver
tuve relaciones de gran cordialidad, falleció Chivallon (2004). Los textos básicos del afrocen-
mientras yo escribía en presente texto, el 1 de trismo norteamericano son los de Asante &
enero de 2009. Asante (1987 y 1996), Asante & Mazama (2002)
12 Sobre la Ley 70 y todo el movimiento de reivin- y Martin Bernal (1987), que han generado un
dicaciones políticas y culturales para los afroco- fuerte rechazo por parte de sectores de la acade-
lombianos, ver Arocha (2004) y Mosquera, mia norteamericana.
Pardo & Hoffman (2002).
13 Ver Fernandes (2009). Para una concepción del
camuflaje como estrategia de cimarronaje cultu-
ral, ver Rivera (1998).
14 Ver el artículo de la la BBC, Bolivia ya tiene su
Rey Negro (4 dic 2007); sobre la movilización
actual de los afroecuatorianos, ver John Antón
Sanchez (2007); y sobre Peru y el area andina en
general, ver UNESCO (2004) y la síntesis actual
de Catherine Walsh (2007).
15 Ésta es la transcripción literal, por mí realizada,
del discurso, claramente improvisado, proferido
por Abdias do Nascimento en la cima de la
Sierra de la Barriga, estado de Alagoas, sede del
quilombo de Palmares, en el día 20 de noviem-
bre de 1980, por ocasión de la peregrinación a
Palmares realizada por un grupo de activistas
del movimiento negro brasileño.
16 Para una discusión detallada de ese gran texto
afroamericano y su original en creole, ver
Carvalho (1996).
17
También la canción “Quilombo”, compuesta por
Gilberto Gil y Waly Salomão para la película
homónima que cuenta la saga de Palmares, ter-
mina con la frase: “La felicidad del negro es una
felicidad guerrera”.
18
Y no solamente en África y en el Nuevo Mundo.
La religión de los orichas ya se expandió tam-
bién por Europa y ya alcanza así por lo menos
cinco continentes. Ver la obra colectiva reciente
Orisá Devotion as World Religion (Olupona &
Rey, 2007), de la cual participo.
19
Para La discusión de la afrocentricidad en Brasil,
ver Moore (2007 y 2008) y Elisa Larkin
Nascimento (2008). Jesús “Chucho” García, con
base en Venezuela, propone una “caribeñidad”
que es también afrocéntrica. Para una discusión
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