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El adverbio gallego Estudio basado en el habla del Valle del Suarna (Fonsagrada, Lugo) A. SANTAMARINA Universidad de Sontiago El adverbio expresa una circunstancia que incide mayoritariamente sobre el verbo aunque en muchas ocasiones puede incidir sobre un adjetivo 0 sobre otro adverbio. A su vez, la dependencia del adverbio con respecto a su nticleo puede ser inmediata: Aqui [non chove]; 0 bien depender de un micleo previamente ya modificado: Aqui [xa (non chove)]. En lo sucesivo prescindiremos de esta distincién. Como las circunstancias que pueden concurrir con un predicado son vir- tualmente infinitas, de ahi que el nimero de adverbios deba de ser infinito también. Y efectivamente asi es, entendiendo el adverbio de Ja manera mas amplia posible, conforme queda definido arriba, Ahora bien, seria antieco- némico que en la lengua existiese un adverbio (entendiéndolo en el sentido de entidad minima no analizable) para cada circunstancia. Es dificil que exista una lengua en el mundo que Jlegue a particularizar hasta extremos de convertir casos como un chisco despdis de pasado o sol 0 misimadamente polo pé en entidades no segmentables. Dichos enunciados son muy comple- jos desde el punto de vista del contenido y muy extensos desde el punto de vista de la expresién para poder ser reducidos a entidades minimas. Debemos considerar por lo tanto dos clases fundamentales de adverbios (0 si se prefiere de “expresiones adverbiales”): a) aquéllas que en el plano del contenido responden a concepios simples o de caricter general 0 de- mostrativo y que en el plano de la expresién no son segmentables: muito, agit. ete, 7 By aquellos ques el"planb’ del coatenids ieorrespanden son: ceptos ms o menos complejos y que en el plano de la expresién son ex- tensos y, por tanto, segmentables: pola mand, liis que ven, de lombo a lombo, etc.'. Comencemos por los primeros: 1 EI limite entre lo mfnimo y lo extenso no esté muchas veces clara especialmente para quien tenga algtin conocimiento de gramatica descriptiva, aunque sea escaso (no digamos de quien conozea algo de gramatica histérica). Por eso muchas veces podremos estar inducidos a considerar como extenso aquéllo que es minimo. Un adverbio como detrds esta en esta circunstancia. Nos ayudaré en estos casos a resolver la duda el atender: a) a su significado (a un contenido simple corresponderé un adverbio mfnimo) y b) a la grafia: en caso de que admita la graffa en una sola palabra sera indicio de Que es minimo también; en caso contrario ser extenso. De todos modos siempre hay casos limite. VERBA, 2 (1975), 59-106 60 ANTONIO SANTAMARINA A) Adverbios propiamente dichos, 0 minimos Seménticamente podemos dividirlos en varias clases segdin la circunstan- cia que expresen: lL LuGaR Indican 0 preguntan por la colocacién de algo, Podemos dentro de esta clase establecer dos categorias segin se haga o no referencia al punto en que se sostiene el didlogo. En el primer caso tendremos una serie de formas absolutas, es decir, capaces de localizar con referencia a las personas gramaticales (aqui, etc.). En el segundo, tendremos una serie de formas relativas, es decir, complementarias de un punto previamente se- fialado (dentro, etc.). También, igual que ocurre con los tiempos verbales, una forma absoluta puede usarse relativamente (Ald da cancela habia, sendo eu neno, unha figueira). La inversa, sin embargo, no es verdadera, a) Adverbios locales absolutos Las formas absolutas estdn constituidas por el siguiente sistema: JSefiatan un lugar vecino de ta persona gramatical] Toman como Pregunta ten gE le la persona gramatical ‘etczentia Ta 1s" por un lugar persona desconocido 1a 38 < aqui, aiqut 5 ‘i enriba zi! egal |ahi ehil ali et} sac énde Bla at acolé Bh 2 acé Ejemplos: {Onve vai teu paiP; jOnve van eles!; Agut sobran cartos; gTase mellor ant ou sgui?; Non habia nada que ver ati; Ven ac; Marcharon pra Buenos Aires i a6 tan; Vede acoxA vai. Conviene notar que entre los adverbios que sefialen lugares vecinos a las personas gramaticales hay dos sistemas, seen la oposicién sea de tres miembros (aqui/ahi/alf) 0 bien de dos (acé/ald). La separacién entre uno otro no es muy neta, hasta el punto de que Ja mayoria de las veces son intercambiables aqui acd, ali alé: Marcharon pra Buenos Aires i até tan S ... i att tan; Ven agut “5 Ven acd. En general podemos de- cir que las formas en -f responden a la pregunta ¢dnde?, es decir, indican reposo 0 movimiento intralocal: Tou aqui; Quédate aqui; Come gut; Espe- ra ani; acd) ap mutc (>ald) respondian a la pregunta quo? (cara a énde’?). Hoy en dia esta diferencia esta en trance de desaparicién EL ADVERBIO GALLEGO . 61 como queda apuntado més arriba. Las formas del sistema I (aqui, alf) pre- valecen sobre i del II (acd, ald). Pero no por ello las formas del sistema II desaparecen. Al contrario, son usadas con un indice de frecuencia bastante alto, aunque con un significado ligeramente nuevo. En efecto, entre Ven ac6/Ven aqui, Vai avé/Vai sui, Quédate acé/Quédate gui, Sentéuse a16/Sentduse att existe la diferencia de que aqui, alf sefialan hacia un punto con precisién, mientras que acd, ald lo indican con una cierta vaguedad. De esto resulta el hecho de que acé y al admitan el cuantitativo mdis o similares: Ponte mdis acé; Ponte méis ‘416. Por el contrario aqui y alf lo rechazan (°Ponte mdis aqui, *Ponte mdis att no son posibles o resultan chocantes). Por la misma razon acé y ald son frecuentemente relativos: Ponte acé da cancela, Quédate a16 da parede, al contrario de. aqui y ali que no admiten ese uso sin cierta violencia. En definitiva la oposicién aquii/acé, ali/alé era y sigue siendo aspectual: origi- nariamente las primeras (aqui, ali) expresaban ausencia de movimiento; por el contrario, las segundas (acd, ald) expresaban movimiento con su término (metaféricamente: punto frente a raya-punto: ./—.). Ahora las primeras si- guen expresando lo mismo, pero las segundas expresan movimiento sin su término (metaféricamente: punto frente a raya: ./—). En cuanto a acold debemos de decir que no forma oposicién como creen algunos, con acé y ald, al menos en cuanto a distancia con referencia al punto del didlogo. Es decir, no existe una oposicién alé (cerca de la P. 3)/ acold (lejos de la P. 3 en direccién opuesta a aqui). Uno de sus valores corresponde al etimoldgico, es decir constituye la respuesta a Ta pregunta 2Qua? (¢por Onde’?, aspectualmente lineal): Mira ACOLA vai "por alli va. Al perderse’su correlato de proximidad, acd (*ach vai “por aqui va’) y debido & la preferencia que se da a las formas perifristicas (desde aqui, cara a alé, por ali, camin @alé, pra ali, etc.) va perdiendo su significado primitivo y sustituyéndolo por el de ‘alld lejos, ’por alli lejos’ y otros similares: Acabo de velas vacas acoLA no teso. Por esta razén se usa generalmente con otro adverbio (minimo 0 extenso) como apuesto: Acold lonxe; acold, pasada a Pena do Castro. Es indicio claro de que incrementa su significado originario con el de ‘lejos’ el hecho de que pueda tomar sufijos aumentativos o super- Jativos: acolaidn, acolatsemo e incluso mui acolaién. Debido a este aloe miento de su sentido originario va quedando, por tanto, libre para formar parte de un nuevo sistema, también deictico, en el que se hace solamente teferencia a la primera persona. En este nuevo sistema se sefialan puntos 6 zonas, segin se hallen en la misma Iimea de nivel que el hablante, 0 bien en cs més altos 0 mas bajos (grosso modo, claro esta). Esqueméticamente podifamos representarlo por el siguiente grafico de ordenadas, donde A re- presenta un punto alto, B uno bajo y C uno al mismo nivel que el hablante, el cual se supone situado en el punto donde las lineas se cortan. 62 . ANTONIO. SANTAMARINA (enribén) enriba A (acolaién)...acolé C + C acold...{acolaién) B embaxo (embaxén) Es légico que en una zona montafiosa, como es la que estudiamos, los conceptos ‘arriba’, ‘abajo’, ’allé’ (sin ser arriba ni abajo) tengan mucha im- portancia y se tienda por tanto a crear un sistema econémico que haga referencia a estas posiciones, Ejs.: Taba ew Ennis (na Fonsagrada) aque tarde; E xa me quedéi a durmir exmaxo (no muin). Aspectualmente pueden ser puntuales, es decir, responder a la pregunta ¢énde?: Quedeime EMBaxo; © lineales (preguntas ga énde? y gpor énde?): Voume chegar Epaxo, Vai pasar saxo ahora?. Debemos hacer notar que éste es uno de los puntos limite donde es di- ficil establecer si la entidad lingiifstica es minima o segmentable. Por ello debemos de justificar nuestra postura por haber incluido en este apartado, es decir como minimos, adverbios como enriba y embaxo mientras que ex- cluimos otros como arriba-abaxo, de riba-de baxo, por riba-por baxo, etc. La razén es que los significados de arriba, de riba, por riba, etc., se obtienen mediante la suma de los significados parciales que los componen: a + riba > arriba, de + riba > derriba, etc, mientras que con enriba y embaxo no ocurre asi. En efecto, si analizamos embaxo, p. ¢j., comprobamos que no resulta de la suma (sincrénicamente, se erence te eee ie, eon his lo demuestra el hecho de que al lado de embaxo exista la forma en baxo, sin gue sean en absoluto sinénimas, puesto que lo contrario de embaxo es enriba mientras que lo contrario de en baxo es en alto. He ahi la raz6n por la cual las consideramos minimas. Por otra parte el mismo hecho de que en la ortografia se tienda a la palabra soldada ya es un indicio de que su ificado se intuye como unitario. Esto no ocurre con el resto de los adverbios similares (arriba aparte), para los cuales la soldadura grifica resultaria extremadamente violenta (*prarriba, °caraarriba). ? El hecho de que Ieven frecuentemente otras expresiones adverbiales apuestas no debe inducirnos a creer que se trata de adverbios relativos, No son en ningtin modo més relativos que ali o ald por ejemplo. EL ADVERBIO GALLEGO 63 Hay que notar que muy frecuentemente los adverbios de lugar absolutos se emplean con una aposicién especificadora: AL{, NAQUELA cass, sempre de- ron ben de comer 6s probes; Agut xo muin pdsase mui adivirtido. Como el adverbio apuesto sefiala, naturalmente, al mismo punto que el “aponendo” y atin ofrece plas informacién extra, resulta que la localizacién queda hi- percaracterizada, Por eso adverbios como aqui, ahi, ali resultan expletivos y pueden legar a perder todo su valor deisic, es decir, su referencia a las personas gramaticales: Hasta que pasaron ati un rigueiro; Unha pena que Ue chaman ant a Pena Pedreira; Deso de tesouros hai ant, acé de San Cibrén, tin. Que su valor se reduce casi exclusivamente al de expletivo nos Jo demuestra el hecho de que llega incluso a perder la _preposicién que debia de precederle: Chegdu un home ati do pueblo (ane ali); Un dia foi de pastor co ganado xxi pre un alto (=preli). Por la misma razon den el acento. Este mismo sentido expletivo podemos hallarlo en los adver- bios locales minimos cuando son transferidos a la esfera temporal: Eso foi ‘até en tempos de meu abolo. Tanto en un caso como en otro, del sentido Jocal 0, temporal debilitados, se pasa aun sentido aproximativo (Costard Aut unhas dez pesetas). b) Adverbios locales relativos Sefialan la posicién de algo con relacién a un objeto dado, Como esque- maticamente es dificil representar un objeto tridimensional en una forma grafica y marcar los puntos que queramos con referencia a él, mantengamos mentalmente, por ejemplo, la imagen de un cajén. Relativamente a él puede un objeto estar colocado dentro > drento o fora, diante — delante — diantre —~ delantre o detrés > atrds > tras, encima ~ derriba — riba 0 debaxo “—~ baxo, cerca o lonxe. La férmula de uso mas frecuente es que el adverbio lleve subordinado a su referendo: Detrds do cortello; Riba da mesa; Baxo do escano. Cuando el mticleo (dentro) y su subordinado (do cortello) figuran en predicados dis- tintos, el adverbio acttia, en cierto modo, como relativo, eximiendo asi de la repeticién de su antecedente: Abriron o cortello ¢ meteron os cochos DENTRO; Pecharon a porta da casa e deixéronm'a min rors, Frases como Fulano vai piantE; Fulano queda arrds son evidentemente clipticas. El contexto extra- lingiifstico deberd suplir “de min” o “de nds”, segiin que se trate de uno 0 de varios sujetos. Conviene hacer atin algunas precisiones: como resulta evidente, las for- mas se basan en un sistema de oposicién binaria (cerca/lonxe, dentro/fora) no distinto del que existe en otras areas del léxico: algo/nada, pouco/mui- to, dia/noite, bon/malo, subir/baxar. Se habrd notado, por otra parte, que ocasionalmente concurren varias formas para expresar A mismo contenido, Unas veces Jas formas, conéurren- tes funcionan en cualquier posicién (dentro > drento, diante > diantre delante — delanire, lonxe) y se dan todas en todos los puntos de la zona, incluso a nivel idiolectal. Otras veces estan en distribucién comple- mentaria; asi: rds y riba sélo pueden aparecer cuando van complementadas: Pono una da mesa; Caeu tras do palleiro; no son posibles con valor rela- 64 ANTONIO SANTAMARINA tivo °Achega ese meso e pon o pan nts, *Habia ali un palleiro e escon- déuse ‘reas (Si: riba del, tras del). 2. ADVERBIOS DE TIEMPO Indican o preguntan la situacién temporal de un determinado hecho. Igual, que ocurre con los adverbios de lugar hay que considerar a) aquélls que dan Ja localizacién temporal del hecho de un modo absoluto, es decir, con referencia al momento en que se produce el texto, b) aquéllos que lo- calizan el hecho de un modo relativo, es decir con referencia a un momento dado y c) aquéllos que abarcan el tiempo en su totalidad, que estan, por tanto, por encima de los conceptos “absoluto” y “relativo”. Debemos deci sin embargo que establecer una frontera clara entre los absolutos y los relativos entrafia una gran dificultad, puesto que el verbo, para el cual el adverbio es el atributo natural, tiene ya de por si la capacidad de expresar el tiempo. Lo que no puede hacer el verbo es, sin embargo, fragmentar el tiempo en espacios, cosa que ocurre con determinados adverbios. Dicho de otro modo, el verbo sélo puede sefalar hacia el pasado, el futuro o el pre- sente pero sin medir espacios temporales, Por el contraro, el adverbio puede sefialar en las mismas direcciones con Ja particularidad de que a veces nos lo precisa, medido en jornadas o afios, cuando sucedié el hecho predicado. Estos tienen que ser forzosamente absolutos puesto que no hay modo de precisar la duracién temporal con entidades minimas a no ser desde el mo- mento presente. Aparte de estos hay también algunos que, sin segmentar, sélo pueden ser absolutos. Vedmoslos en detalle. a) Adverbios absolutos de tiempo Preguntan, waihal cuteito Localizan el tiempo a partir del momento cero entano \hogano cudndo conte hoi Sy hoi ‘maiié | pasadomané 3 desahdi — es-| cantid ifiantes Cudndo es interrogativo y pregunta por la localizacién cronolégica exac- ta, bien en el pasado, bien ‘en el futuro, segiin el tiempo expresado por el verbo, tanto desde una postura absoluta (interrogativa directa) como desde una sit relativa (interrogativa indirecta). resto son demostrativos, dentro de los cuales se opera con tres escalas diferentes segiin se mida por aiios (S. 1), dias (S. 2) 0 por periodos variables generalmente menores de un dia (S. 3): Enrano fot bon ano de patacas, HOGANO poucas hai; Veu enronre; Onrs choveu ds concadas, wot xa non chove; MaN& xa veremos; PasapomaNA é a feira; EscantiA que veu; Pasdu aNanres por aqui; Auora non podo. EL ADVERBIO GALLEGO 65 Para ’ahora’ existen tres formas concurrentes: agora“ ahora “> (h)ora. La 12, que debe ser la genuina, est siendo desplazada por la castellana ahora, hoy ya exclusiva en la gente joven. La 3.8, ora, equivale en muchos casos a la disyuntiva castellana ‘ora’: Tuven nun tris dir: ora vou, ORA non vou. Sin embargo en nuestra lengua conserva su valor temporal casi siempre y ademas es de un uso frecuentisimo: Baxaron os dous agarrados polo prado abaxo: ona un por riba ona 0 outro (‘unas veces... otras); Ona tdcache a tis Ona damos dous rids; gOna viche? Aunque en todos los casos ora puede ser sustituido por ahora, su significado no es en absoluto idéntico puesto que ahora precisa que es justamente “en este momento’, mientras que ora no posee una significacién tan defctica, En efecto, en los casos anteriores podrfamos sustituir ora por otras expresiones o eliminarlo sin que variase el sentido de la frase: Baxaron os dous agarrados polo prado abaxo, cuando un por riba cuando outro; Técach’a, ti, etc. Seguramente este valor le vino de juntarse a tiempos que no expregan presente, de donde se vaciaria par- cialmente de su valor primitivo puesto que seria contradictorio. De todas maneras al juntarse a presentes automdticamente recobra parte de su primi- tivo valor puesto que su forma externa recuerda a la primitiva ahora. Posiblemente de este uso destemporalizado se pasé al sentido negativo que ocurre en frases como: jVeu onal ‘qué iba a venir!’ jDé onal “qué va a dar! A no ser que este sentido proceda de frases en que hora era complemento directo de verbos como dar en frases del tipo Fulano non da nada, catar se dé a hora ’Fulano no da nada, gracias si da la hora’. En frases asi (dé a hora = ’no da nada’) pudo tomarse el complemento directo como una particula negativa simplemente y de ahi que pudiese utilizarse incluso con verbos intransitivos ;Veu ons! Por el mismo procedimiento po- demos Iegar a un sentido idéntico en frases como Dé merda ’jda niet es decir “por no dar no da ni mierda’, Ven merda "\qué va a venir!’, etc. (Vid. mas abajo acerca de la negacién). b) Adverbios relativos de tiempo Los adverbios temporales relativos precisan una accién, referida a un determinado momento previamente conocido o sefialado por otros medios. Dicho momento puede coincidir con el actual, o bien ser anterior o futuro. De un modo grafico, a los adverbios relativos podemos representarlos en una linea que signifique um segmento temporal en la cual representamos el momento de referencia por el punto en que es cortada por una linea ver- tical. Con respecto a este punto o momento, la circunstancia aportada por el adverbio puede indicar coincidencia, anterioridad o posterioridad. En caso de que indique coincidencia distinguiremos atin varios aspectos: pun- tual o aoristico (daquela, entonces), el imperfectivo (mentres), el incoativo (xa) y el continuativo (inda). Para la anterioridad sdlo hay un adverbio (mi- nimo, se entiende) que es, por otra parte, indiferente ‘al aspecto (antes). Para la posterioridad hay dos momentos, uno préximo (logo, axina) y otro indiferente a la proximidad o lejania (despdis). Veamoslos en el erafico en el que, por encima de Ia abcisa, sefialamos los adverbios aspectuales y, por 66 ANTONIO SANTAMARINA debajo, los que carecen de marca aspectual; a ordenada indica el punto de partida (ahora, entonces): entonces antes... S entoncias ...dlespéis... S daquela logo axina tarde Observaciones y ejemplos: Daquela y entonces entoncias. S6lo pueden aparecer en caso de que el referendo temporal sea pasado o futuro: Cuando tifia 20 anos, DAQUELA si que podia eu tea Cuando tefia 90, exronces hei tar ben mole. Sin em- bargo en algunas comarcas de Galicia daquela acompafia también a tiempos presentes con lo cual pierde automaticamente su valor temporal, puesto que seria contradictorio el uso de un presente con un adverbio que remite a la Iejanfa. El valor adquirido por daquela en estos casos es resultativo: —Teiio 45 anos. —Dagueta tes media vida andada, Lo mismo ocurre en nuestra habla con entonces: —Agora chove. —ENroNces non vou. Inda ainda equivale a “hasta este (o aquel) momento’. Indica que un determinado hecho viene dindose desde hace tiempo y que en el momento actual contintia en curso y puede todavia continuar en el futuro, segura o virtualmente, aunque se espera su terminacién. Grdficamente podriamos re- presentar Ia accién enunciada por el verbo como una linea horizontal cor- tada en un punto (“ahora”, “daquela”) por inda. El punto de interseccién marca la frontera entre lo real y lo virtual. (daquela ahora) EL ADVERBIO GALLEGO 67 (A)ixpa chove; (A)inpa non chove; (A)inpa chovia; (A)inoa non chovia. Que (a)inda (en su valor temporal) supone siempre la continuacién del hecho, nos lo indica claramente el que sea incompatible con tiempos que dan como coneluida la accién, p. ¢j., con el perfecto y el pluscuamperfecto: °(A)inda chovéu, *(A)inda chovera. Tanto en uno como en otro caso, se supone la accién concluida antes del “ahora” y del “daquela”, por lo tanto, fuera ya de la trayectoria de (a)inda y consecuentemente, fuera de su inci- dencia. Graficamente: (daquela ahora) chovera chovéu (ainda Sélo en el caso de que la anterioridad temporal de estos tiempos esté neutralizada por algin recurso Iéxico 0 gramatical es posible usar (a)inda incidiendo sobre aig con su valor temporal. Asi: (A)inda non coméu; (A)inda non comera. Naturalmente, a pesar de que coméu y comera son tiempos cuyas acciones ocurren antes de los momentos de referencia (por tanto, fuera de la trayectoria de (a)inda), la particula negativa non les anula tal cardcter. En efecto, mal puede estar concluso aquéllo que no se hace. Veamos atin otro ejemplo: (A)inda coméu outro; (Ajinda comera outro. A pesar de que coméu y comera indican anterioridad, el indefinido outro nos dice que las acciones de comer son una sucesién de hechos perfectivos, el ultimo de los cuales se da después del momento de referencia. A veces encontramos, sin embargo, que inda incide sobre el perfecto y sobre el pluscuamperfecto sin que se halle en la frase ningtin modificador aspectual: Inda coméu, Inda comera. En este caso, pierde totalmente su lor temporal, puesto que el valor continuativo de fda estaria en contra- diccién con el perfectivo de estos tiempos. Por eso inda adquiere un valor cuantitativo, El mismo valor tiene también incidiendo sobre otros tiempos cuando no expresan tiempo: Inda come ben; Inda era de boa racién. Xa.—Indica el momento en que algo que no era pasa a ser, 0 viceversa, gn que algo que era pasa a no ser: Xa chove: Xa comin; Xa non chove. Se da el hecho curioso de que las oraciones introducidas por xa son a las introducidas por (a)inda lo que las adversativas son a las copulativas. Dicho en términos de la aritmética: xa suma cantidades de signo contrario mien- tras que (a)inda, las suma del mismo signo: 1. Non chovia, xa chove (— a + b) 2. Chovia, xa non chove (a + (— b)) frente a 3. Chovia, (a)inda chove (a + b) 4. Non chovia, (a)inda non chove (— a + (— b)). Nos parece que Ja idea de suma en el caso de (a)inda y la de contrarresta en el caso de xa, son esenciales. Y esto, aun en el caso de que el primer 68 ANTONIO SANTAMARINA sumando (Cuovis, ¢ (a)inda chove) 0 de que el minuendo, en el caso de xa (Cuovia, xa non chove), vayan elididos: (A)inda chove; Xa non chove. Pero hay algo més que la simple resta o la suma, puesto que las mismas operaciones se dan sin necesidad de xa 0 de (a)inda: 5, Antes non chovia e agora chove (— a + b) 6, Antes chovia e agora chove (a + b) o, simplemente, sin la concesiva: 7. Chove (b). Como estas frases (5, 6, 7) no son de ningén modo idénticas a las ante- riores (1, 3) hay que suponer que xa y (a)inda introducen una informacién nueva. Tal informacién no es otra que la “sorpresa” de que los aconteci- mientos hayan cambiado ya o la de que continten atin en el momento tem- poral dado. EI verdadero valor temporal de xa se da en las oraciones del tipo men- cionado, es decir, en la adversativa 0, si se quiere, desde otra perspectiva, en la principal de una concesiva. Por eso no son posibles oraciones que no suponen una tal contraposicién: *Anque antes comfa agora xa como, *An- que antes non comera agora xa non comin. Si el valor de la concesiva se debilita, es decir, si la contraposicién de los hechos disminuye o se anula, el valor temporal de xa se elimina en otra tanta proporcién. ‘Asi, en la principal de algunas oraciones temporales: Cando tu chegache xa marchara eu, Cuan:lo tu chegache xa marchaba eu, Cuando tu chegues xa marchéi eu. En realidad xa en estos casos no es in- dispensable, Su ausencia sélo restaria énfasis a la frase que preside. Con- fréntese para comprobacién Cuando tu chegache xa marchara eu con Anque tu chegache xa marchara eu. El valor de xa en la frase primera puede ser redundante si el hecho de marchar precede inmediatamente al de chegar. Todavia mayor alejamiento del valor temporal de xa, si es que no su total aniquilamiento, lo hallamos en Ia apédosis de algunas oraciones con- secutivas (Chote, xa non vou, scilicet ‘logo, non vou) o en la de ciertas condicionales —en realidad, variante de las consecutivas— (Se chove, xa non vou). O, lo que viene a ser lo mismo, en la principal de las causales jue todo viene a ser cuestién de punto de vista— (Xa non vou porque chove), En realidad en todos los casos, xa no introduce nada esencial a Ja comunicacién. E! yalor apodético de todas las frases anteriores resultaria igualmente claro prescindiendo de xa: Chove, non vou. Lo tmico que le queda a xa es un cierto valor enfatico que realza la resolucién o pone de manifiesto la necesidad de la consecuencia. Desconocemos por qué camino se legé a tal vaciamiento pero supone- mos que debié de producirse por una extensién més 0 menos mecénica, En efecto, a partir de frases del tipo Ainda non chove, xa marcho, donde xa posee sti valor recto, debieron, por extensién del patron, hacerse posibles frases de este otro tipo: Ainda choxe, xa non marcho. Como xa exige la inmediatez brusca de la accién (Xa marcho), al presidir predicados nega- tivos, su valor queda automaticamente aes puesto que desde un estado de reposo resulta imposible la entrada en un estado en el que tam- EL ADVERBIO GALLEGO 68) poco hay movimiento (o v. v.). No hay cambio, por lo tanto, xa esta despla- zado de su valor habitual. Viene de este modo a convertirse en un Util gramatical enfatico, casi superfluo, de idéntica categorfa a los Hamados adverbios de afirmacién en frases del tipo: Non chove, agora si vou. Son particularmente frecuentes estas formas con los futuros: Xa verds cémo che gusta; Xa che diréi eu cudntas son cinco. O con los presentes: gQué che pasa que non comes? —Xa como; Dille que non deixe 6 neno solo —Xa non ol deixa. Y atin con otros tiempos: Xa era visto; Entonces eu xa me cabreéi. Al ser enfatico, la érdida de su valor adverbial le exime de incidir obligatoriamente sobre verbos. De ahi usos como: gQuén ven comigo 4 feira? —Non xa eu; Aquel fora un ano de muita seca e, xa ora, hasta escaseara o pan. Como resulta natural, puesto que se trata de lenguaje afectivo, de la afirmacién se pasa sin ninguna violencia a la exageracidn. Asi se explican los valores ponderativos que adquirié en frases def tipo: ;Xa che costarial; Xa chovéu desdaquela! En estos casos el valor de xa esti neutralizado con el de (a)inda, que debié de sufrir un proceso de destemporalizacién simi'ar al de la particula que nos ocupa: ;Xa che costarial —, ;Ainda che costaria!; jXa che ten ben anos! — jAinda che ten ben anos! Xa es, de todos modos, levemente més ponderativo. Hay arin algunos casos especiales, gramaticalizados y etimolégicamente opacos, en que xa se funde con otros adverbios, de modo similar a xa ora: Eso foi al6 xacando; gXdncense as vacas ou van xalundes? ’a algin sitio” (auxunoe?), Ni xacando ni xalundes son, muy frecuentes en la zona que es- tudiamos. Su drea es mds oriental. De todos modos no son desconocidas. Mentres posee un aspecto durativo. En realidad s6lo podemos conside- rarlo como un adverbio minimo cuando por si solo constituye una propo- sicién entera: Foi a casa do Tiuxén e, mentres, entréronlle os ladréis na dela. Mentres, lo mismo que cuando, puede trasponer a la categoria de adverbio una oracién entera, Cuando, sin embargo, no puede usarse consti- tuyendo proposiciones por sf solo. Logo y axina resultan casi sinénimos: Logo se acerca al sentido de ’en- seguida’ y axina al mds genérico de ‘pronto’. Logo volviche *volviste muy pronto’, Axina volviche ‘volviste bien pronto’. Axina puede colocarse indife- rentemente antes o después del verbo, si bien la norma establece ciertas referencias. Por el contrario, logo tiene colocacién fija. Con los tiempos lel indicativo la posicién anterior al verbo suele ser obligatoria: Logo vol- veu, Dice que logo volve. Con los tiempos del subjuntivo la posposicién. es obligada Volve logo, Dille que volva logo. En caso contrario, el sentido temporal de logo desaparece, para convertirse en una particula resultativa 0 ilativa; Imos logo alé "vamos pues alli’; Logo que volva por aqui ‘enton- ces que vuelva por aqui’; Dixo que me iba pesar se me atopaba ab Re fuxe “entonces escdpate’. Este valor consecutive de logo puede llegar a desapa- recer si es que la proposicién que contiene a logo no enuncia un resultado de una prétasis anterior. En estos casos, logo se convierte casi en un ele- mento interrogativo ¢T'ds logo malo?; gE logo énde vai Fulano?; gE logo que hai de novo pola casa?; Eu non vou —JE logo? 70 ANTONIO SANTAMARINA Cedo y tarde. Inciden sobre su referendo sefialando un momento cer- cano (cedo) © lejano (tarde), generalmente dentro de una misma jornada: Volve cedo; Voume que xa é tarde; Cheguéi a casa cedo; Erguichete ben cedo. En caso de _gue Ia referencia a dia no exista, cedo es sustituible por axina: Empeza cedo a mocear —. Empeza axina a mocear. De todas mane- ras cedo y tarde siempre hacen referencia a un momento dentro de un espacio temporal: un dia, un afio (Este ano as zreixas vein cedo), una vida (Caséuse tarde) 0 espacios variables segin el contexto (Vides mui cedo pré festa; As modas ds aldeas sempre chegan tarde). Algunos adverbios de Iugar usados con un complemento pueden traspo- nerse a la esfera temporal: Ald pola noite arriba; Cerca do escorecer; Se morro drento de 5 anos... c) Adverbios que abarcan todo el tiempo Nunca, sempre, decote. Sempre y decote abarcan todo el tiempo de ma manera positiva y no conocen ninguna limitacién més que la impuesta por el significado de cada tiempo verbal Aqui houbo sempre boa auga e sempre habela, se Dios quer: Sempre hai quen gane. Sempre y decote son perfectamente sindnimos. Sempre puede anteceder o seguir al verbo, decote solatiats paedetir poemuestn, Dalida a ekra Feber sot cibaeem Anton y sin- tictica el uso de decote tiende a desaparecer. ‘Nunca no ofrece particularidad ninguna, Es el opuesto exacto de sempre. ‘Nunca tal se viu; Nunca se pode contar con el. 3. ADVERBIOS DE MODO Preguntan 0 indican de qué modo es un determinado proceso, Como la forma de producirse algo puede tener infinitas modalidades de ahf resulta que el elenco de los adverbios modales sea el m4s abundante. Sin embargo Tos adverbios modales minimos son relativamente escasos por la raz6n men- cionada, o sea, porque raras veces la misma cosa sucede dos veces del mismo modo o bien porque raras veces el mismo modo de hacer o ser es aplicable a cosas distintas, a no ser, naturalmente, que el modo sea demos- trativo. En resumen, por una razén’ de economia los adverbios modales mi- nimos (no incluidos los traspuestos a la categoria adverbial, procedentes de adjetivos) sélo pueden ser muy pocos, Por esta misma razén se explica el jue los adverbios modales (junto con otros afines, los cuantitativos) sean los Ynicos que pueden formarse mediante un procedimiento de derivacién. Vedmoslos en detalle. Igual que en los localizadores (tiempo y modo) podemos considerar adverbios modales absolutos y relativos. a) Adverbios modales absolutos Los absolutos no pueden ser mAs que el interrogativo cémo, el cual sirve para preguntar el modo cémo ocurre un proceso, y el demostrativo asi. Debemos notar que cdmo (interrogativo y exclamativo) sélo es absoluto en Ia interrogacién y exclamacién directa. En la interrogacién o exclamacién EL ADVERBIO GALLEGO 1 indirecta es relativo: gCémo te chamas?; ¢Cémo foi? jAi Jastis cémo Ue foron pofter!; Preguntdronlle cdmo se chamaba; Non era pra contar cémo ol puferon. Asi posee un significado que genéricamente podemos definir como ‘del modo que se muestra’, bien por el gesto o bien de palabra. En el primer caso leva con mucha frecuencia un complemento dependiendo: Era asi de grande; Taba asi con aqueles fustdis; ctiase ‘ cuasemente — casemente, namdis, ademdis: Hasta que non puido re- sistir mdis a fame; Entonces veu a mdis nova; Sempre dice menos da cuenta; Cuase non se sabe por qué; Facian unha forma de papilla... case papilla; Nestas meicifias de por aqui cuasemente en todas entraban os noves; Vou namdis trasvelar algo un sono; I ademdis non me cobra nada. Debemos hacer notar que case “> etc., en frases exclamativas, equivale a jcémol: jAi, mifias orellifias, case vos avalastes!; jAi, miftas pernifias, case correstes! Est4 incluido, naturalmente, el sentido modal: ;Oh que condenado case te puxéche! Mdis se traspone mediante el articulo a la categoria de sustantivo con Ia significacién de ‘los demés’: Espera polos méis. 8) También es solamente adverbio (y no resultado de una trasposicién) el cuantitativo ben, originariamente modal. E estudia ben; Fai ben por eles; EL ADVERBIO GALLEGO 3 Iba xa ben ald; Eche ben boa. Seguramente este uso cuantitativo de ben, no desconocido del castellano, pero no tan utilizado en este sentido, se origina en aquellos casos en que *bien’ y ‘mucho’ se neutralizan, 0 sea, en que hacerlo fin supone hacer mucho. Asi ocurre en casos como Arder ben; Corer ben; Comer ben; Querer ben?; etc. Hay otros adverbios, aparte del modal ben, que tienen valor cuantitativo ocasionalmente. En este sentido debemos considerar algunos como los loca- les cerca ’casi’, ahi ‘aproximadamente’, los tmporales inda y xa ‘mucho’, ’bas- tante’ y, en algunos casos, también logo ‘casi’: Eran vicifias ow cerca vicifias; Iba cerca de cullida; Habia en Monteseiro un vello ahi de 80 anos; Inda corre ben; Xa podes ir contento; Xa logo non lle daban pousada en sitio ningtin. ¥) Otros adverbios de cantidad son pronombres indefinidos traspuestos ocasionalmente a la categoria adverbial, generalmente mediante la inmovi- lizacién del género y mimero, si es que originariamente no son invariables, caso en el que el nea entre una y otra categoria de palabras resulta difuso. Entre los mds frecuentes tenemos: Igual, algo, abondo, medio, tanto, tan, muito mutio, mui, nada, todo, pouco, sélo: Dame igual; Habia quir quail algo lejos do pueblo; Como viu quiba pago abondo tuvo que leixalo ir; Metéu a roupa asi medio nun magaruto; Era medio boba; Non corras tanto; Pero porque Ue fito a usté un beneficio tan bon, fareillo por eso; Non vale nada; Toulle muito ben; Sdlo 6 compadre Tal que non le debo senén dous rids; Durmira pouco; Eran todo maus. El adverbio oca- sionalmente es posible concertarlo con el sujeto: Era medio >. media boba. Muito, incidiendo sobre un adjetivo 0 sobre otro adverbio, se usa en Ja forma apocopada mui: Mui guapa; Mui grande; Mui cerca. Sin embargo, ante el adverbio ben y el adjetivo bon, se usa preferentemente la forma plena muito: Paréceme muito ben; Este pisto é muito bon. Suponemos que el origen de este uso no es ningin rasgo arcaizante en el cual no se ha producido la apécope, puesto que no hay razén para justificar el arcafsmo én estos casos y su desaparicién en otros. La razén, a nuestro ver, debe de estar en que con alguna frecuencia ben y bon funcionan como sustantivos y en estos casos Ia forma plena muifo (adjetiva) es, por supuesto, la exigida: “Qué dixeron del? —Muito ben e pouco mal (‘muchas cosas buenas’); Muito on ten apreso del (muchas cosas buenas’). A partir de casos como estos, puede generalizarse Ja forma sin apocopar a cualquier caso en que apa- rezcan ben y bon, indiferentemente de si son sustantivos o adverbios. Debemos anotar también el caso curioso del adverbio temporal hoi que, al contrario del castellano, puede también ir precedido del cuantitativo muito o ben: Hai muito hot que veu; Eso xa hai ben hoi que foi. Posible- mente en su origen significasen lo que las construcciones gemelas castellanas "hoy hace mucho’, etc., donde mucho incide sobre hace. En nuestra habla 2 Hs de tener en consideracién que el verbo querer en nuestra habla y creemos que en muchas de Galicia no significa "bienquerer’ como en castellano. Por eso ¢s necesario aclarar siempre si se quere ben o si se quiere mal a alguien. Posiblemente es un resto de una antigua significacién de desear. 14 ANTONIO SANTAMARINA la incidencia de muito es sobre hoi, es decir: ‘va mucho de hoy transcurrido desde que. 5. 108 LLAMADOS ADVERBIOS DE CONFORMIDAD (AFIRMACION Y NEGACION) Conviene que digamos como principio que no son adverbios, puesto que se supone que el “adverbio” de afirmacién afiade al verbo o al adjetivo Ja circunstancia de “positivo” y por el contrario, el “adverbio” de negacién le resta aquella circunstancia ‘0, si se quiere de otro modo, le afiade la cir- cunstancia de “negativo”. La realidad es, sin embargo, de otro modo. En efecto, el verbo 0 el adjetivo sin ningtin adverbio de afirmacién expresan or si solos un hecho positive: Leodu o neno y no *Levéu si o neno. Es lecir, Ja presencia de si no afiade circunstancia alguna positiva puesto que Levd-lo neno no es ningin enunciado neutro que necesite positivarse. Del mismo modo, no podemos decir que en Ia frase Non levé-lo neno el “ad- verbio” non afiade una circunstancia negativa, puesto que non, no es cir- cunstancia de ninguna clase, separable de la forma positiva, sino que non levar forma un todo inseparable, es decir, un verbo nuevo, completamente paralelo a levar. Supongamos una traduccién a nuestra habla del célebre soliloquio hamletiano: Ser ou non ser, esa é a custin. Seria posible decir que non afiade a ser una circunstancia? Bien se deja ver que non rebasa con mucho los limites de lo que podemos lamar circunstancia, pues ser deja de ser. Y en este caso no es que Ja terminologia sea inadecuada como en tantos otros casos, es que es Skea equivocada. Dicho de otro modo: non no es en manera alguna wna particula subordinada a la palabra predi- cativa, sino parte de la misma palabra, cuyo significado es justamente el negativo de Ia palabra acompaiiada, Que non pertenece a una categoria mucho més amplia que la de adverbio nos lo demuestra el que puede nega- tivar no s6lo verbos, adjetivos 0 adverbios, sino también sustantivos, inclui- dos los pronominales: Que vefan os nenos i os non nenos; Embargdronll'as terras todas: as regadas i as non regadas. Si alguien en nuestra habla se dedicase a la especulacién filosdfica, tanto el sistema como la norma le ermitirian hablar del eu y del non ou, del mismo modo que se puede hablar le 0 meu y de 0 non meu. Y traemos estos casos a colacién porque es en ellos donde se ve de un modo bien claro que A/ non A son dos cosas de rango seméntico y funcional idéntico. Pero no debemos creer que non crea conceptos nuevos, opuestos dentro de la esfera negativa, al positive. Dicho de otro modo: Ja palabra negati- vada con non no esté en el polo opuesto a la positiva en la misma propor- cin en que —2 lo esté a +2. En efecto, lo opuesto a bon sera ruin y sin embargo ruin no es absolutamente equivalente a non-bon. Siendo, entonces, bon y ruin los polos + y —, podriamos estar tentados a creer que la esfera del non-bon, non-ruin viene a caer entre ambos extremos, es decir, recubre la zona de regular. Los ejemplos del tipo: A situacién del non era mui boa nin mui ruifia pueden conducirnos a esta equivocacién. Las cosas son de otro modo puesto que non, s6lo niega la cualidad positiva v, dentro de la esfera negativa, cuyo signo genérico es non, caben tanto los grados extre- mos como los intermedios. Créficamente: EL ADVERBIO GALLEGO 1% bon regular ruin bon non-bon El mismo esquema podriamos utilizarlo para otros conceptos de signi- ficacién semejante al de “bondad”, por ejemplo, correr/non-correr, donde non-correr no es en modo alguno sinénimo de parar, sino que abarca con- juntamente los conceptos de parar y andar (al paso). Pero hay muchos casos en que no nos movemos en terreno continuo, graduable, sino que el paso del polo + al — se hace por salto. Entre crer y descrer no hay intermedios puesto que la fe o se tiene 0 no se tiene; lo ‘mismo sucede entre afinar y desafinar, entre levar y deixar, etc. Por eso en estos casos la sinonimia descrer = non crer, desafinar = non afinar, deixar = non levar es completa, puesto que los conjuntos descrer, desafinar, deixar recubren totalmente a non crer, non afinar, non levar, Lo mismo podriamos decir de constante/inconstante = non constante, fiel/infiel = non fiel. ‘A non, por lo tanto, debemos considerarlo como un afijo separable que permite una gran economia en la lengua. En efecto, seria antiecondmico que existiese para cada palabra positiva otra que careciese de este signo. Hay muchas, sin embargo, como son, entre otros, algunos de los casos ele- gidos anteriormente como ejemplos. Eso demuestra que muchas veces la mecénica de la lengua produce significantes duplicados (y habria que com- probar si triplicados, etc.) para el mismo concepto. Hay algunos afijos que ocasionalmente tienen el mismo significado que non, por ejemplo, los vistos des- e in-. Sin embargo lo frecuente es que non abarque mds que ellos, a veces infinitamente mas, porque Ia significacion primitiva de aquéllos se ha ido especializando hacia una esfera concreta. Cte. gracia/desgracia, diferente] indiferente. Conforme a lo que acabamos de decir, la afirmacién y la negacién deben de ser estudiadas separadamente de los adverbios. A pesar de todo, ved- moslas, si bien someramente: a) La afirmacién Toda frase, a menos que contenga un non o alguna palabra de cardcter negativo del tipo nunca, naide, nada, etc., 0 a menos que formule una in- terrogacién (gvés?), o exprese una duda (Se cadra ven), es positiva: Chove; Houbo moito que ver; Tou trembando a que vena; Eche ben tarde; Eran ast. Pero no siempre el que emite un juicio esti seguro de lo que dice. Kin este caso espera que el signo de positivo (o negativo) venga puesto por el interlocutor, el cual tiene el conocimiento o la voluntad suficientes como para despejar Ia duda, El signo positivo viene expresado generalmente por tina frase eliptica que repite el verbo (predicativo, copulativo o auxiliar —este tiltimo en el caso de las perifrasis—) ¢Vés comigo? —Vou; ¢Era bon? —Era; {Has vir comigo? —Hei. Pero esta positivacién, que en las frases de 16 ANTONIO SANTAMARINA interrogante disyuntivo es obligatoria (Iréi ou quedaréi? —Vai, home, vai) puede sustituirse siempre por la particula si, que por si sola equivale a una oracién entera lo mismo que hoi en frases del tipo: ¢Cudndo marchas? —Hoi, La semejanza aparente entre st y hoi no debe inducirnos a error, puesto que hoi es una respuesta que afecta slo a un nticleo (el desconocido en la pregunta), mientras que si afecta a la pregunta entera. Por eso a la pregunta si): gVes? —Si (es decir “asi é”). Sin embargo, actualmente, esta filiacién (adverbio de modo con elipsis del verbo) ya no es justificable a pesar de que un gramético tan ilustre como Bello’ lo intente. En esto nuestra habs y, el castellano son absolutamente paralelos, de aqui que traigamos la opinién de Bello a la palestra. La falsedad de su opinién la demuestran los hechos. En efecto, si si fuese una elipsis de asi é, la forma cliptica serfa siempre sustituible por la plena, cosa que en realidad no ocurre. Cft.: —Si (“vou”) —Asi 6 (“vou”) —Si (“vou”) enc oezly oe é (“non vou”) Igualmente, en una interrogativa disyuntiva la respuesta asi é resulta incomprensible, mientras que si.o non son perfectamente claras. Wes? aah of ies ounon Co Non \ Sasi é Si no es, por Io tanto, un adverbio demostrativo de modo, sino un sus- tituto eliptico del predicado, por lo tanto del mismo rango sintictico y se- méntico que él, y siempre de cardcter positivo. Dicho de otro modo, sé es un sustituto, pero no de una circunstancia atribuible a un predicado, sino del mismo predicado, por lo tanto, su cardcter adverbial (circunstancial) no existe. Aun en aquellos casos en que sf no aparece sustituyendo al predicado, sino acompaiiandolo, no puede de ningtin modo considerarse adverbio. Este si merece a pena; Fulano si vai. En estos casos si actia como refuerzo en- fatico de una adversativa, contrapuesta por Jo tanto a otras oraciones de signo negativo, expresas 0 pensadas solamente. Aquel i aqueloutro non me- “A. BELLO-R. J. CUERVO, Gramdtica de la lengua castellana, revisada por N. ALCALA- zamora, 7.* edicién, Ed. Sopena, Bs. As., 1964, § 389. EL ADVERBIO GALLEGO 7 recen a pena (pro) este of merece (a pena). En algunos casos la formulacién Hoga a Ia hiperbole, es decir, a subordinar sintacticamente todo un predi- cado a si, siendo que si es igual al predicado: Fulano si que vai; Ese si que sabe. Que este si carece de sentido positivo nos lo demuestra el hecho de que puede aparecer al ado de non, reforzando una frase negativa: Ve- nancio de Valente é un trapalleiro, non Ue fagas caso. —gE logo o da Pe- dra? A ese si non Ue fago eu caso, 0 bien: sf que non Ile fago eu caso. ‘Acabamos de mencionar: un si enfatico con cardcter adversativo (0 sea restrictivo), que se da en frases que esquemiticamente podemos reducir a Ja formula A (AsAsAn) non, pro B si. Pero lo contrario también puede darse, es decir, frases donde B no constituya una restriccién de lo anterior (a veces sin formulacién lingiiistica siquiera) sino una adicién, o sea, algebraicamente: ‘A (AsAsAn) si e B si. En este caso no aparece la particula si, sino su susti- tuto positivo tamén: El foi i eu tamén; Se tu vas eu tamén; Este tamén é caro; jAi compadre, tés unha muller que muito che querel —Pois tamén eu che Ue quero a ela, Nétese que tamén exige siempre sumandos positivos. Son incompatibles frases como: Eu non vou *i eu tamén. No tiene carga + 0 — segiin que la oracién a que incremente sea + 0 —, como ocurre por ejemplo con el alem4n auch. Bipolar (+ 0 —), igual que el alemdn auch, lo es el pronombre indefinido igual, usado ocasionalmente como afir- mador o negador de un predicado. Cit. E fai o compadre 6 que Ue debia 5 pesos 0 que taba morrendo: “Pois eu perdénoch’os 5 pesos que me debes”. E saltan 0s outros a continuacién “I eu igual”, “I eu igual’, “I eu igual” (= “I eu tamén”), La misma respuesta serfa valida si el primer compadre hubiese dicho: “Pois eu non che perdono os 5 pesos que me debes” “I eu igual”, etc. (= “I eu tampouco”). De los casos en que tamén puede usarse como signo de adicién en frases en que el primer sumando se calla (Este tamén é caro) pero que es facilmente perorible (Aqueles eran caros), se pasa muchas veces a casos en que la frase presidida por tamén, no es aditiva de nada, ni expreso ni repo- nible. En este caso, tamén adquiere un valor enfatico y su significado uni- camente afecta a la estilistica. Venme axudar a poner ali unhos torréis —Pois tamén vou, tamén vou axudar (hasta voy’); Aquel macho era falso com'un demonio. Ora que daquela tamén houbo a levalo 0 demo (‘bien que estuvo a punto de llevarlo el diablo’). b) La negacién Ninguna frase, a no ser que sea irdnica (y a éstas nos hemos de referir més abajo), puede tener valor negativo a menos que contenga alguna pala- bra de cardcter negative. Debemos hacer notar que la negacién afecta fun- damentalmente al predicado, tanto nominal como verbal. Ahora bien, no es necesario que la palabra negativa cumpla exclusivamente Ia funcién de negar el nucleo del predicado; eso es lo mayoritario. Hay también casos en que la palabra negativa puede ser sujeto 0 complemento, ¢ bien com- jlemento adjetival del sujeto o de un complemento. En estos casos el pre- Bieado afecta negativamente de modo universal a todo lo que puede ser 8 ANTONIO SANTAMARINA sujeto (Naide me fai caso), complemento directo (Nada che quero), comple- mento indirecto (A naide Ile fixo caso), complemento circunstancial (Gracias —De nada), adverbio (Nunca se acorda de seus pais). El adjetivo ningtin puede hacer el mismo oficio de negacién universal, acompafiando al sustan- tivo en cualquiera de sus funciones (Ningin amigo se acordéu del; A ningtin amigo traiciondu; A ningiin amigo Ue pidas favores; De ningiin amigo donte esperes hoi cousa boa). Como es bien patente, la universalidad abarca en este caso slo a una determinada especie de individuos, por lo tanto es ya de una universalidad restringida. De ella pasamos insensiblemente a aque- los casos en que el predicado tiene una validez negativa no universal, es decir, s6lo aplicable a un determinado sujeto (Pedro non come, Pedro non é bon), o bien que no es transferible directamente (complemento directo) més que sobre un determinado objeto (Pedro non come patacas), o bion indirectamente sobre un determinado individuo (Pedro non Ile trouxo o libro 6 neno), 0 bien que sélo ocurre bajo una circunstancia determinada (Pedro non come sin cuitelo, Pedro non come aqui). Bien entendido, sin embargo, que la negacién es en todos los casos la misma y que el elemento negativo es siempre el nicleo del predicado, @ pesar de que aparentemente lo sean los micleos de sujeto (Naide ven), del complemento directo (Nada Ie dixen), ete. Lo que ocurre es que en los rrimeros casos, los de negacién universal, el non que acompafiaba al niicleo 1 predicado empez6 por contaminar de valor negativo, y acabé negati- vando finalmente por completo, al indefinido en cuestién, ide tal modo que Ia negacién non se hizo innecesaria, puesto que ya estaba contenida en él sujeto o en los complementos. Todavia hoy es posible transformar las frases de este tipo (negacién universal) en otras que recuerdan el estadio primi- GveaNcisees fai caso > Nin tin me fai caso; Nunca se acorda de seus pais > Non se acorde seus pais unha vez. En definitiva, el nuicleo del pre- dicado puede levar carga negativa o bien porque se la transmite alguno de estos indefinidos negativos (que simulténeamente son_negativadores y sustantivos 0 adjetivos), 0 bien porque se la transmite el afijo negativo non, cuya tmica funcién es precisamente ésta. Segiin esto, la diferencia que establece Tesnigre’ entre negacién nuclear y conexional es artificial, ya que en definitiva toda negacién es conexional, es decir, afecta a las relaciones del nticleo con el resto de los elementos oracionales. Digamos de paso que también nos parecen equivocados los es- quemas que da Alarcos® basdndose en una doble incidencia de los adver- bios nocionales, por ejemplo, los de conformidad, En una frase como No comié patatas tendremos segin Alarcos dos posibilidades: a) No comié patatas pero comié otra cosa comié patatas i + 1. Tesntbre, Eléments de syntaxe structurale, Ed, Klincksieck, Paris, 1969, p. 217 y ss. * E, ALARCOS LLORACH, Estudios de gramdtica funcional del espafiol, Ed. Gredos, Madrid, 1970, p. 233. EL ADVERBIO GALLEGO 19 b) No comié nada porque sdlo habia patatas comié patatas fo] A nuestro ver, en ambos casos la incidencia es clarisima sobre el ntcleo del predicado. En los dos casos se niega que la accién de comer tenga nada que ver con el objeto patatas, y aqui se acaba la informacién. Esto inde- pendientemente aed que el castellano no (igual que nuestro non), no puede considerarse adverbio como hemos visto arriba. En caso de tener que dar algtin esquema valido, optariamos por el siguiente: no-comié patatas (exac- tamente igual que comié patatas). En otras palabras, deberiamos considerar paralelo al paradigma de comer el de no-comer, para los cuales pueden ser comunes todos los elementos oracionales (sujeto y complementos). La expli- cacién de Alarcos es errénea, pues, por la misma raz6n, en una frase como Comié patatas, la cual por la ausencia de un no puede considerarse posi- tiva, es decir con carga +, podriamos considerar dos posibilidades: a) Comié patatas pero comié otras cosas porque también las habia comié patatas * Ea b) Comié sdlo patatas porque no habia otra cosa comié patatas En toda frase afirmativa hemos de considerar implicita una afirmacién, es decir una carga +, presente por el sdlo hecho de no aparecer ninguna palabra negativa. Por el contrario, en la frase negativa es necesario que la marca de negativo vaya expresa. De esto podemos dedneir que el estudio de la negacién habra’de ser mucho més extenso que el de Ja afirmacién puesto que se trata del término marcado, Dicho de otro modo, si la afi macién con expresién lingiiistica del Signo positivo (si) abarcaba sélo expre- siones confirmativas, o sea, aparecia sélo en respuestas, la negacién, por el contrario, tiene que expresarse lingiifsticamente, no sélo en las respuestas, sino también en is frases enunciativas. En uno y otro caso la negacién se marca principalmente mediante el afijo non: Non che tefio medo; ¢Ves? —Non. La respuesta eco de cardcter negativo es muy poco frecuente: ¢To- mas algo? —Non tomo, gracias. Para el valor de non en la frase enunciativa (no respuesta) remitimos a lo dicho més arriba. Para el valor de non en las respuestas remitimos a lo dicho antes acerca de si. Nétese el parale- lismo: Ves? —Si; gVésP —Si, vou VésP —Non; Vés? —Non, non vou Hay de todos modos algunas particularidades que tratar. Por ejemplo, que muchas veces aparecen en la misma frase dos palabras de cardcter ne- gativo: non y algin indefinido negativo de los mencionados antes: Non texo nada; Non veu naide por aqui; Non tefio pena ningunha por el; Non volvéu nunca mdis; Eso non é nada, Se trata por supuesto de una férmula 80 ANTONIO SANTAMARINA perfectamente justificable en el plano histérico (aparte de nunca) y que en términos sincrénicos podriamos justificar mediante la siguiente ley: todo predicado negativo exige la negacién antes de su nticleo’ sin perjuicio de que después de él puedan aparecer otias palabras negativas: Naide é tan on coma el “s Non é naide tan bon coma el; Eu nada quero que me traigas Eu non squsra,queimasiraenp nada, Sin embargo, dos negaciones antes del nticleo del predicado son rechazadas: °*Ningiin non é mellor. Frases del tipo non quero nada resultan a todas luces hipercaracterizadas en cuanto a su valor negativo puesto que el valor enfatico que tuvieron en su origen ha desaparecido, por eso el castellano en algin caso, y en esto se diferencia de nuestra habla, vuelve a la forma més escueta de ne- gacién tmica: No veo cosa alguna, frente a Suarna (y gall. en general): Non texo cousa ningunha. EI sentido enfatico primitivo de nada (cosa nacida), naide (nacidos), nunca (ne umquam’) puede obtenerse hoy con férmulas mas 0 menos es- trambéticas del tipo: Mentres tuven aqui non paséu un alma triste; Non probéu gota; Non hai tin que se me porta diante; Este ano non nos ha sobrar nin un adarme; Non Ue dixo media palabra; Ese non volve na vida. Testimonio cierto de que estas expresiones se contaminan de valor negativo nos lo muestra la hima de ellas, la cual, precediendo al nucleo del predicado, permite prescindir de non: Na mifia vida cousa tal vin. Dos predicados pueden estar coordinados y ambos tener valencia nega- tiva: Non Ile arrendo a ganancia a Fulano enon Ual arrendo a Mengano; Fulano non come e non bebe. En estos casos existen, y atin se prefieren, otros medios de formacién de la negacién, que podemos resumir en las si- guientes £6rmulas: non...nin nin...nin non...e tampouco (non) Non Iarrendo a ganancia a Fulano ¢ non Ual arrendo a Mengano. Nin Ue arrendo a ganancia a Fulano nin a Mengano. Non Ue arrendo a ganancia a Fulano nin a Mengano. Non lle arrendo a ganancia a Fulano e tampouco ((non) Ual arrendo) a Mengano. Fulano non come e non bebe. Fulano non come nin bebe. Fulano nin come nin bebe. Fulano non come e tampouco (non) bebe. Por lo tanto, en las negaciones tampouco y nin hay implicito un cardcter coyuntivo, es decir, en una serie de sumandos negativos A (AzA:An) non e B (BsBsBn) non actéan al mismo tiempo de negadores y de signo de adicién. 7 Bn juramentos se suele romper este orden de tal modo que la violencia produ- cida resulta de una gran efectividad estilistica. Léveme non 0 demo; Que cego nunca me vera; Partiame non un rayo. Es como una especie de rectificacién sobre la marcha Frases del tipo Levéu, non un, un cento, son evidentemente parentéticas y no contra- dicen la ley mencionada. En rigor seria: ‘Non levdu iin, levu un cento, 0 bien Levdu un cento, non tn. EL ADVERBIO GALLEGO a1 Este mismo oficio puede desempefiarlo también, ocasionalmente, el indefi- nido igual, como queda visto arriba en el epigrafe de tamén. No nos podemos parar ahora a estudiar las leyes de distribucién entre non-nin-tampouco, puesto que alargariamos mucho este trabajo. Acerca de tampouco notemos que esta en las mismas circunstancias que los indefinidos relativos mencionados arriba, puesto que su sentido origi- nario debié de ser positivo y enfitico (Eu non vou —*Ew tan pouco “ast de poco como ti’). Por eso atin hoy, cuando va después del nucleo del predicado, exige la presencia de non, es decir, la doble negacién. Non vexo —Eu non vexo tampouco. $i tampouco va delante del nticleo del predicado es facultativo el uso de non: Eu tampouco vexo; Eu tampouco non vexo. Mayoritariamente, los medios para formular una negacién son los vistos hasta ahora, Hay sin embargo casos, especialmente en el lenguaje afectivo, donde puede haber una negacién en frases aparentemente afirmativas. Se trata naturalmente de frases irénicas, es decir que pertenecen propiamente a la estilistica de la lengua. De todas maneras conviene que tengamos este pro- cedimiento en cuenta puesto que muchas veces de un recurso retérico (esto es valido para naide, etc.) surge un mecanismo que pasa a tener valor gra- matical. Y hay muchas frases irénicas que van camino de esto. Es lo que ocurre en las’ del tipo: ¢Pensas que foi? —Foi 0 demo; gDéronche algo? —Deron merda. El recurso consiste, como queda claro en los ejemplos, en darle al verbo un sujeto o un complemento disparatado, con lo cual todo cardcter positivo verosimil queda descartado. Muchas de estas frases perte- necen al habla grosera: ¢Déronche algo na casa de Méndez? —Deron mer- da | deron hostias | deron centellas / deron pufietas / deron ora / deron 0 nabo / deron o carallo | deron o pixo | deron narices / deron a gana, etcétera. En casi todas el complemento directo de dar traspasa con mucho la frontera del cero, es decir, no slo no le dieron nada, sino que le dieron algo mucho mas penoso de llevar: el desprecio, representado en estos casos por la merda, las hostias “bofetadas’, etc. Slo hay un caso extrafio: narices. En este caso se trata evidentemente de un sucedaneo eufénico de non, par- ticula con la cual tiene en comtin el primer fonema, n-, el cual actia de vinculo. Debemos decir que este procedimiento esté ya en gran medida meca- nizado hasta el punto de que es dudoso de que merda, etc., en los. casos anteriores, pueda ser analizado como complemento directo, como nos lo de- muestra el que pueda utilizarse con idéntico sentido con verbos intransitivos: Vifieron merda; Chovéu hostias. Nétese, por la concordancia, que ni merda ni hostias pueden ser sujetos del verbo. También por via irénica es posible hacer frases negativas sin que apa- rezca uingin elemento negative. El sonsonete de retranca suple, sin em- bargo, y aun supera, la negacién pura y simple. Suele aparecer esta nega- cién cuando uno responde a una informacién falaz y se hace cargo, por asi decitlo, de la broma: jNon me fales dese, que ta medio tolol —jTa tolo, tal; Anque é serra dése muito ben 0 pan —jDard! (jE non hal); ;Qué boas patacas ten, tiu Xoco! —jTerial; jMui farruco ta aindal —jE non hei tar!; Ta rico coma un cocho —jBen se veil Este recurso es un tema intere- 82 ANTONIO SANTAMARINA sante de cstilistica de la lengua sobre el que pensamos volver en otra ocasién. Antes de concluir la negacién, conviene que digamos todavia alguna otra particularidad. Hay algunos casos en que la negacién se anticipa, espe- cialmente en aquéllos en que el predicado afectado por la negacién depende sinticticamente de un verbo que signifique “tener la esperanza de” “ser robable” o ideas afines*, Asi: gVeu 0 seu irmau? —Non creo (es decir, ‘creo que non veu”); Non parecta darse cuenta (es decir, “parecia non darse cuenta”); gViria xa? —Non parece. Advirtamos que, tanto en el caso de non creo como en el non parece, no existe pausa alguna entre las dos palabras, © sea, forma grupo fonico; se debe descartar por lo tanto la idea de que creo 0 parece afiaden una duda a non; es decir Non, creo; Non, parece. Debemos decir también que lo tratado hasta el momento acerca de la negacién afecta exclusivamente a las frases enunciativas. En ellas la nega- cin pone siempre signo negativo. Ahora bien, hay otras modalidades ora- cionales que pueden neutralizar parcial o totalmente el valor negativo, Tal ocurre por cjemplo en las frases interrogativas conexionales (Tesniére) 0 ab- solutas (usando la terminologfa clisica). En estas frases se pregunta por la confirmacién de un predicado, La formulacién de la pregunta ser por tanto indiferente que se haga en la forma positiva o en la negativa. gVes? uNon ves?; gVeu alguén? . Non veu naide? La respuesta en todos los casos puede ser si o non. De todas maneras conviene destacar un hecho que pertenece a la estilistica: la formulacién de la interrogante en forma negativa da a entender que se espera por parte de quien interroga una contestacién afirmativa. ¢Non seria mellor que nos fésemos?; gNon tes nada que facer? Los hechos de todos modos pueden contradecir las esperanzas, es decir la respuesta puede ser también non, lo cual quiere decir que la Seed negativa no esti en oposicién a la afirmativa, sino que se trata de variantes libres de una misma entidad. Lo dicho vale, ‘na- turalmente, tanto para la interrogativa directa como para la indirecta: ¢Tés medo? — Preguntéume se tita medo >. Preguntéume se non tifa medo. La actitud sicolégica del que manifiesta algo, ademés de ignorante como en el caso mencionado de Ia interrogativa, puede tener otros matices, por ejemplo, una actitud de miedo o recelo ante algo que pueda pasar. Asi: Tefto medo a que vaia chegé-lo amo da pireira. En una are Srea SR principal, tefio medo, aparte del sentido de tener miedo’, puede contener un deseo, ‘deseo que no’. Estas dos ideas pueden tener una expresién lin. giifstica tinica, enlazando la principal a la subordinada mediante non: Teito medo non vaia chegé-lo amo da pireira; Tou catando cuando non te pilla @ roda estoy viendo que te va a pillar la rueda’, Evidentemente, non, en este caso, también carece de sentido negativo, y su presencia no es justi- ficable mas que como marca del deseo no formulado. * Ver L. TEsnriRe, Opus citatum, pp. 221-222. EL ADVERBIO GALLEGO 83 Finalmente, hay algunos casos en que, en frases exhortativas, aparece un non y, sin embargo, la exhortacién tiene cardcter afirmativo: I ahora non faga-lo que che mandan; E mira de non estudiar; E fai por non vir logo, qu’inda eres capaz. Por supuesto que estas frases slo pueden enten- derse 0 bien como irénicas (el tono desafiante imperativo resulta muy efec- tista dando aparentemente una orden al revés de lo que se espera) 0 bien considerando una apddosis eliptica: I ahora (como) non féga-lo que che mandan (xa te podes preparar). Preferimos esta segunda explicacién puesto que, en las érdenes de tipo mencionado, hay siempre una amenaza conse- cuente implicit, para el caso de un incumplimiento. 6. Los “ADVERBIOS” DE DUDA La afirmacién o la negacién no pueden considerarse en modo alguno como adverbios, puesto que ambas modalidades constituyen las formas bé- sicas de la expresién, o sea, la frase afirmativa y la negativa (en resumen, la frase enunciativa). Y a esto es posible Megar por una deduccién légica bien sencilla: si es que efectivamente existe la “circunstancia”, serd exclu- sivamente en razén de que existe algo primitivo carente de circunstancia y susceptible de ser modificado por ella. En Ja lengua, igual que fuera de ella, la circunstancia existe lo cual exige consecuentemente la existencia de enunciados no-circunstanciales. Tales enunciados no son otros que los posi- tivos y su reverso, los negativos. De este modo tendremos que frases basicas como O neno chora | O neno non chora podemos complementarlas con cir- cunstaneias locales (O neno chora no meu colo | ...non chora no meu colo), temporales (O neno chora de dia | ...non chora de noite), modales (Chora a berros | non chora com‘os outros), cuantitativas (O neno chora muito | non chora case). En todas ellas existe un modificador adverbial que, ob- jetivamente, incide sobre O neno chora | O neno non chora, Es decir el nifio Hora 0 no en un determinado sitio 0 momento o de un determinado modo. Pero si digo O neno quizdis chora (también: — quicidis ~ quicia- bes ~ quizabes, indistintamente, incluso a niyel idiolectal), ¢podremos de- cir que quizdis incide sobre O neno chora | O neno non chora, del mismo modo que los anteriores? De ninguna manera, puesto que por el momento no sabemos si Ilora o no y resulta una verdad perogrullesca que sélo podré ser modificado circunstancialmente aquéllo que es predicable con seguridad. En la frase mencionada, quizdis resulta erie catenin dicated ae titud sicolégica insegura de quien formula el enunciado, y no un comple- mento “circunstancial” de O neno chora. Una comparacién bien superficial entre O neno aqui (3 ahora — ast) chora y O neno quizdis chora nos lo puede probar. Y es que la primera frase es enunciativa a pesar de los com- lementos circunstanciales que le pongamos, mientras que la segunda deja Herset6 pow presencia de quizdis; 0 sea que O neno chora y O neno quizdis chora no se oponen por ninguna circunstancia, sino por la actitud sicolégica del hablante; es decir lo enunciativo se opone a lo dubitativo lo mismo que se opone a lo interrogativo (¢Chora o neno?) o a lo desiderativo (jQue chorel), etc. La semejanza entre la frase dubitativa y las restantes no enunciativas resulta evidente y, sin embargo, los gramaticos (que sepamos) 84 ANTONIO SANTAMARINA no dan cuenta de esto al estudiar los Hamados adverbios de duda. Este error viene ciertamente del paralelismo sintéctico aparente entre si, non (también erréneamente considerados adverbios) y quizdis, reforzado, ade- mas, por un error de base légica, de que los hechos se dividen en positivos seguros (sf), negativos seguros (non) y “dudosos” (quizdis). Sin embargo lo dudoso no es el hecho sino el saber de quien habla de él. En resumen, se estén considerando bajo un mismo criterio hechos absolutamente heterogé- neos. Con esta misma amplitud de miras habria que abrir nuevos apartados entre los adverbios; por ejemplo, uno para los desiderativos. Asi en una frase como {Ojald vefta! resulta palmario que ojalé tiene idéntico rango que quizdis en Quizdis vefia. Y sin embargo nadie habla de adverbios deside- rativos (y en esto incluimos al castellano que es absolutamente idéntico al gallego y, dentro de él, nuestra habla), Y quien dice ojald dice qué: ;Qué volva sano e salvo! Pero hay todavia mAs. gGémo es que adverbios como hoi, aqui, asi, etc., no influyen para nada en el modo elbeetholmienteas que quizdis, si influ- Hoi (— aqui asi) vai chover pero Quizdis vaia chover. Esto nos demuestra una cosa: que hoi, aqui, asi, etc, estén subordinados al predi- cado mientras que con quizdis, es el predicado el que est4 subordinado. Exactamente igual que con su equivalente oracional “poder ser que” (Pode ser (que) chova). Y éste es justamente el camino de la génesis del “adverbio” de duda quizdis. *gQuis sapit quod ploviat? > Quizdis chova. Porque ¢de qué otro modo se puede Tistifear el subjuntivo? En el plano sincrénico yeti ty decir, aim hoy, que hay en quizdis una oracién de posibilidad Jatente de la cual depende el hecho expresado. Entre los Iamados adverbios de duda existe en castellano ’tal vez’ que en muestra habla no se emplea en absoluto. Pero si se emplea en su lugar el indefinido Igual: Igual ven hoi; Igual non ven hasta mand. Igualmente se emplea el también indefinido 0 mismo: O mismo non Ue parece ben (cast. ‘a lo mejor’). Acerca de su génesis como particulas de ea hier mos seguros. Es posible que esté en oraciones donde igual y o mismo ac- tuaban como complementos de modo: Fulano ven ge tu ves igual? (igual- mente’) —Eu igual non vou (tal vez); Eu collo dous ou tres e tu 0 mismo Cigualmente’) —Home eu 0 mismo non me atrevo (a lo mejor). Algo por el estilo debié de suceder con el modal castellano “a lo mejor”. B) Adverbios extensos Acabamos de estudiar los adverbios minimos, vamos a ver a continuacién los adverbios extensos, es decir aquéllos formados por una entidad segmen- table. Se trata, como puede comprenderse, de aquellos casos en que un sus- tantivo, un adjetivo e incluso un adverbio, o bien una oracién entera, son reducidos a Ta categoria de adverbios. Deliberadamente dejamos este capf- tulo solamente esbozado para otra ocasién, puesto que su estudio detallado nos Tlevaria, sin duda, demasiado lejos. Por razones de claridad conviene Cividir la materia en dos apartados: a) Adverbializacién de palabras ninguna de las cuales es predicado y b) Ad- verbializacién de oraciones. En el primer caso se trata del estudio del com- EL ADVERBIO GALLEGO 85 plemento cicunstancil en Ta oracién y, en el segundo, del estudio de las llamadas oraciones subordinadas adverbiales 1. EL COMPLEMENTO CIRCUNSTANCIAL NO ORACIONAL Mediante un traspositor preposicional los sustantivos y adjetivos pueden reducirse a la categoria de adverbios. También los adverbios propiamente dichos pueden ir precedidos de preposicién, lo cual debe entenderse como una traslacién subcategérica (TxsNtne, 0. cit., p. 472). Por este procedi- miento puede trasponerse un adverbio de una clase en otra o bien delimitar su extensién primitiva. Podemos dividir los complementos circunstanciales en igual nimero de clases que los adverbios no extensos; fundamentalmente dos: localizadores (lugar y tiempo) y de modo (modo, cantidad, causa, fin). Vamos a ver, a través de las marcas prepositivas (a veces con marca Z), cada una de las distintas clases de complementos circunstanciales. a) De lugar Fundamentalmente hay cuatro aspectos que determinar: a) Ausencia de movimiento: responde a la pregunta dnde?; 8) el de movimiento hacia un lugar: responde a la pregunta ga dnde?; x) el movi miento desde un punto: responde a la pregunta gdesde éndeP y 8) el movi miento a través de: responde a la pregunta gpor énde? 2) El aspecto carente de movimiento, 0 con movimiento intralocal, se expresa lo més frecuentemente mediante la preposicién en: Tase ben na casa; Atopéiol no muin. En tiene preferentemente el valor de “dentro de” (Ta no caxén), pero, légicamente, si el objeto subordinado no es tridimen- sional (0 no Jo consideramos asf), en adquiere el valor de “sobre” (Sentéino no meu colo). Mediante la preposicién a también se expresa Ja localizacién puntual, ero, al contrario de en, que indica que los predicados ocurren “dentro” o sobre” algiin lugar, a posee una significacién mucho ms general, dentro de la cual caben también, naturalmente, las ideas de “dentro” y “sobre”. Asi se explica la diferencia entre Té no lume y Té 6 Tume. En castellano con determinados verbos ya no se admite la preposicién @, mientras que nuestra habla atin Ia admite: Pouséi é Pena, que xa non podia mais (‘en' 0 junto a la casa de’); Hai un morto 6 Carballo (en casa de’); Atopéiol 4 cancela (‘junto 2’). También puede utilizarse como traspositor de sustantivos en adverbios la preposicién onda — onde, originariamente adverbio: Quédate aqui onda min. Que onda es una verdadera preposicién nos lo demuestra que exige la forma oblicua de! pronombre (cht. sin in, por'nién): No quedh descar~ tado que sea amalgama de onde + a originado en frases del tipo °Trou- xeno onde a Pedro en vez de °a onde Pedro. Notemos que onda “onde sdlo pueden expresar proximidad, La misma idea podriamos expresarla por cabo de: Tando cabo de min non tefias medo. Con verbos que no indican movimiento, también puede usarse por, para indicar lugar donde. Por debaxo do prado habta un camin. Por da al com- 86 ANTONIO SANTAMARINA plemento un aspecto lineal sin movimiento, frente a en, por ejemplo, Com- parar: Habia muitas mazds no cuarto | Habia muitas mazds polo cuarto. También se puede utilizar para expresar la localizacién sin movimiento la preposicién contra: Deixéinol contra a parede. En este caso ademas de la eneeaea hay cierto matiz modal. El objeto que queremos situar puede est: objetos. La marca es en este caso la prepos llos entre a herba. No es raro que se necesiten dos preposiciones para precisar mejor la idea de localizacién. Sempre habia un rabafio de nenos por onda el. 8) El movimiento a partir de un punto se expresa fundamentalmente con los traspositores de, desde mate Da mifia casa & del non hai se- non 20 metros; Verto con esta carga dena Fonte do Prado; E faillo padre desdabaxo. +) El movimiento ’a donde’ se apes fundamentalmente con Jas pre- osiciones a, en, pra; en todas existe la idea de movimiento translocal. La iferencia entre ellas radica en que a nos informa de un movimiento visto fundamentalmente desde su origen (Fulano vai é Fonsagrada; Foi 4 Fon- sagrada). En indica que hay un movimiento hacia un punto y que el obje- tivo esta actual o virtualmente conseguido (F. vai na Fonsagrada). Se enfoca fundamentalmente el objetivo, dentro del cual posiblemente estd ya el su- jeto. Por eso no son admisibles como sujetos ni Ia primera ni la’ segunda persona (°Vou na Wonsderada; vases Woneazvadeys ya que en este caso el conocimiento real de los hechos nos daria la informacion cierta de si “estoy ya” o “ain voy”. Por otra parte, sigue existiendo como fundamental la idea de movimiento. Por eso las frases de ir + en sdlo son posibles con tiempos de presente (Vai na Fonsagrada; Iba na Fonsagrada), pero son ab- solutamente inadmisibles aquéllas en las que el movimiento ya esté defini- tivamente concluso (*Foi_na Fonsagrada) o en las que todavia est por emprender (*Ha de ir na Fonsagrada). Con pra se contempla el movimiento en su curso (vow pré Fonsagrada; Iba pré Fonsagrada). Con otros tiempos que no sean los presentes (vou, iba), con los cuales la contemplacién del movimiento no es posible sin que deje de existir la idea de desplazamiento, pra indica que, una vez alcanzado el punto de destino, la estancia en él va a ser permanente (Marchéu pré Fonsagrada; Has volver de boa gana pré tia casa). Evidentemente los “praesentes pro futuris” valen como futu- ros normales; por Io tanto una frase como Fulano marcha majid prd Fonsa- grada indica que la permanencia va a ser duradera. Resumiendo esquemiticamente los valores de las tres preposiciones: localizado en medio de otros ién entre, Habla muitos gara- Partida Destino Vai 4 Fonsagrada @ oO Vai na Fonsagrada @ » Vai pré Fonsagrada @ > Oo Sentido similar al de pra en Vou pré Fonsagrada, lo tiene cara a o bien el castellanismo hacia; Vou cara é Fonsagrada, EL ADVERBIO GALLEGO 87 El limite hasta el cual se realiza un desplazamiento se introduce con la preposicién hasta: Foron hasta a Pena da Restre; Dixome tantas que me enchéu hasta as narices; Vou a ver se sego hasta aquel cancelo. El final del proceso esté concebido como un tope unidimensional (punto o linea). Es conveniente tener esto en cuenta porque también a indica el término de un proceso; lo que ocurre en este caso es que la meta es pensada bi- o tridi- mensionalmente y junto o dentro de ella se concluye el proceso: Foron 4 Pena da Restre. De que algunas veces resulte imposible (0 indiferente) el determinar si la meta es uni- o pluridimensional resulta el que el uso de a 0 hasta sea indiferente: Chegaron d sebe do estivo e deron volta ~ Che- garon hasta a sebe do estivo e deron volta. La inversa también es vélida, es decir, que hasta nos haga concebir como puntual o lineal lo que en realidad tiene mds de una dimensién: Vou hasta a Fonsagrada. En caso de que el punto de partida hacia una meta sea absoluto, el del hablante, en Weed de hasta puede usarse la preposicién demostrativa deica: Vou deica a cas do Tiu Xan. No son raros los casos de movimiento hacia un punto que no tienen marea rere en la expresién. La raz6n radica naturalmente en que el mismo verbo expresa la idea de desplazamiento. A muller foi una comadre (a unde); Tifia ben terreno que recorrer pra ir undela (‘a unde’); Eran os que tiraban as galgas grandes que baxaban unda min (a unda’). 8) Para expresar un movimiento translocal, sin término de partida ni de Hegada, se usa casi exclusivamente la preposiciin, por: Marchéu por ali adiante; gE por énde mhei dir?; Pasdu por Naraxa. Es muy frecuente que, ademas de expresar el lugar por donde, se complemente Ia informacién in- dicando la direccién. Esto se hace posponiendo al sustantivo o al adverbio los complementos arriba, abaxo, adiante, segin la situacién topogritin Pa- séu polo riu arriba; Botéu polo prado abaxo; Corréu pola leira adiante. Digamos que arriba, etc., inciden sobre el mitcleo del predicado y no sobre el sustantivo o el adverbio, como aparentemente parece que ocurre. Asi, una frase como Paséu por aqui arriba, no debera analizarse: Paséu por aqui arriba sino No es frecuente que el movimiento “por donde” se exprese sin prepo- sicién, pero esto ‘iltima también pnede oomrir. Atraveséu o riu unda no- gueira (por unde’); O can ptixose a andar mui debeleiro 6 redor dos caza- lores (‘por 6 redor); Botou arrebullén costa abaxo (abaxo pola costa’). b) De tiempo También para la expresién de tiempo hay que considerar varios aspectos: ) ausencia de transcurso temporal: respuesta a la pregunta 88 ANTONIO SANTAMARINA geudndo?, 8) duracién temporal a partir de un momento: respuesta a la pregunta ydesde cudndo?, y) transcurso hasta un limite: respuesta a ghasta cudndo? y 6) transcurso: pregunta gpor cudnto tempo? «) La ausencia de transcurso temporal debe entenderse en un sentido muy lato, abarcando tanto espacios temporales puntuales como otros de du- racién més 0 menos amplia. Comparar por ejemplo Cas mismas marchou frente a Aquel ano chovéu muito. En los traspositores no hay verdadera especializacién para marcar lo puntual frente a lo lineal puesto que, en realidad, los limites entre ambos aspectos no estén claros. En lineas ‘generales podemos decir que en incluye un hecho dentro de otto: Neste ano heime casar se Dios quer; Nesto chegou o pai da rapaza; Taba nas tiltimas. A indica coincidencia: Vew é hora; Chegéu 4 desfeita; Aparecéu é des- hora da noite. El aspecto puntual o durativo de la expresién contenida de- penderd tinicamente de la duracién del espacio que la palabra acompaiiada Por a designe y, por supuesto, seré fundamental la modalidad de Ta. accion lel verbo. Asi: O cabo do ano déullol indicaré coincidencia puntual, mien- tras que © outro ano estudiéu seguido supone ua coincidencia lineal. Pra expresa anterioridad inmediata, 0 sea una temporalidad perfectiva: Pra esa hora tou aqui; Volve a tempo pré Entroiro; Prd primavera ta nacido. Si el espacio, temporal es muy grande, el aspecto perfectivo que confiere pra a la expresién queda atenuado: Pré ano que ven volvo (0 ano que ven volvo). No es taro que el matiz temporal de estas expresiones vaya acompafiado por un matiz local e incluso final: Veu pré festa pro xa mar- chéu outra vez; es decir ’vino antes de la fiesta’ (temporal), ’a la fiesta’ (local) y ‘para pasar la fiesta’ (final). Por + sustantivo expresa una circunstancia intratemporal poco precisa: Onte pola mand chovéu; Mara pola maiié venme ver. Coincide por tanto en ciertos aspectos con en y con a, concretamente en aquellos casos en que las circunstancias introducidas por a y en no son puntuales. Asf, sera lo mismo decir Majid pola maid: — Maid é maid — Maid na maid (Pero no: Veu é hora = *Veu pola hora). La aproximacién temporal se marca mediante la preposicién contra: Contra 0 dia despertéi; Vird ahi contra a noite. También dentro de la esfera temporal que carece de transcurso podemos incluir aquellas circunstancias que se dan intermitentemente, es decir, que confieren al hecho un aspecto repetitivo. Este aspecto se expresa funda- mentalmente por expresiones como (de) cada + sust. 0 adverbio; (De) cada pouco; (De) cada dous dias; (De) cada ano. Valor semejante tienen los com- jlementos circunstanciales formados con el esquema de + sust, + en + sust. ’e ano en ano, De Pascuas en Ramos. Si la intermitencia es de frecuencia escasa se usa la expresién més vaga de vez en cuando o ds veces. Hasta el momento hemos visto casos en que el sustantivo adverbializado iba acompafiado de un traspositor preposicional. Pero con mucha frecuencia un sustantivo con marca %, es decir sin ir precedido de preposicién, puede funcionar como complemento temporal. En este caso, es normal que lleve articulo puesto que generalmente se trata de un tiempo especifico y no ge- nérico: O ano que ven volvede; Sempre chove o dia da festa; A primavera EL ADVERBIO GALLEGO 89 pasada tuvo un tempo bdrbaro. La ausencia de articulo supone un grado de adverbializacién muy grande y convierte las expresiones de este tipo casi en adverbios minimos semejantes a hoi, onte, mand. Esto ocurre facul- tativamente con los dias de la semana: Marcho martes; Venres que ven volvo. Lo mismo ocurre con la palabra dia, o sinénimas, usadas relativa- mente, es decir sin referencia al momento del discurso: E claro, levaba sono porque tuvera tocando vispora da festa, dia da festa, ensoutro dia ‘da festa. Con palabras que no signifiquen “ia! este uso no es posible; asi: *Nacéu ano da guerra. 8) La circunstancia temporal que indica partida desde un limite se areal con| last wepostel ME PieN Zesdetetcedite ten esine all at eetIOTC al sustantivo. De aqui en diante hei mandar eu; Desde hoi non me volvas pola casa; De hoi nun ano; De ali a 8 ou 15 dias. ) El limite hasta cuando se expresa fundamentalmente mediante la pre- posicién hasta (0 deica, deictica): I hasta agora mandéu usté, de aqui en liante hei mandar eu; Esperéu hasta o dia; Deica outra. 8) El transcurso temporal, es decir, la circunstancia temporal que acom- pila a im hecho determinado durante un espacio delimitado, se, expresa randamentalmente con la prposicién por: Por un ano non volvas méis, Tam- bién con la preposicién en: Naqueles dous dias non volvéu a aparcer por ali. No es frecuente la expresién durante en nuestra habla, si bien no es del todo desconocida; se trata, creemos, de un castellanismo. También es frecuente que se exprese la circunstancia durativa sin marca preposicional: Ttiveno un ano comigo a ver se lle aprendia a carpentear; Choréu a noite toda; Foron acompandndol un pedazo. ©) De modo Esta es la clase més extensa de adverbios, Podemos decir que casi no hay sustantivo 0 adjetivo sustantivado que no sea susceptible de ser trans- formado en adverbio de modo. Ademas, con mucha frecuencia, el uso de la palabra esté tomado en un sentido metaférico para hiperbolizar lo que se dice, As{ se explica que aun queden acral omitera eet dales algunas palabras ya desaparecidas de otras esferas del léxico. En el pequefio muestrario que damos abajo son aquellas marcadas con daga: +. ‘La preposicién usada mds frecuentemente es a, poseedora ya en latin de un valor idéntico al actual (ad arbitrium alterius ’a la voluntad de otro’). Podemos separar en tres apartados las frases de.este tipo, si bien el iS Toiaa on eld puesto que seménticamente no existe apenas diferencia entre ellos. En el 1° incluimos aquellos casos en que a va seguida de la palabra que adverbializa sin que medie el articulo. Posi- blemente el giro tiene su origen en frases como ir a mdis, donde mdis, por no ser nombre, no admite articulo. En el 2.°, a va seguida de articulo + sustantivo en singular. El punto de partida de estas frases debe estar en las del tipo ter d vista. En el 3°, a va seguida de articulo y sustantivo en plural. El posible punto de origen debe de estar en frases como dar ds maus cheas. Cualquiera de los procedimientos est’ mecanizado. De los tres el més productivo es el 1° Digamos finalmente que las diferencias entre 90 ANTONIO SANTAMARINA ellos son eseasas por lo cual en algunos casos es posible la alternativa a a + articulo. Esta doble posibilidad también la marcamos. Con cada frase damos un verbo como guia. 1° (ir) a mdis ‘a mas’ (in @ menos ‘a menos’ (nevar) a ceo aberto ’a montones’ (quedar) a vé-las vir ‘con la gana’ (chover) ads concadas ‘a cantaros’ (salir) a cara descuberta ceneneniiaice: (comer) a barriga-ten-mau *sin tasa’ tin) @ requicho ’a cuestas’ (ir) @ rastro ‘arrastrando” (andar) a dereitas ’a derechas’ (haber) @ montéis ’a montones’ (haber) @ barullo ’a montones’ (encher) a garfeladas ’a cucharones’ (levar) a brazados ‘a brazados’ (mamar) @ fucifiadas “golpeando con el hocico’ (andar) @ cabezadas dando golpes con la cabeza’ (porter) a pan pedir ‘a la_miseria’ (cargar) a cuatro adrdis "mucho (i) a repelo "a contrapelo’ (encher) a embozadas ‘a almorzadas’ + (sangrar) a pipel a chorro’ (levar) a feito ‘sin dejar nada’ (andar) a hostias "a tortas’ (andar) a brincos ’a la carrera’ (ter) a ollo ’a ojo’ (mirar con esperanza’) (éraballar) a medias ’a medias’ (% para el amo, para quien trabaja) (coller) a modo “con cuidado” (coller) a xeito “con cuidado’ (encher) @ picos arriba “hasta los topes’ (queda) a ben *amistosamente? (botar) @ escape ’a la carrera’ (botar) a toda mecha ’a la carrera’ (andar) a6 contraxeito *contracorriente™ + (cuadrar) a4 desmdu ’a trasmano’ + (cuadrar) a4 descoméu ’a trasmano’ + (cuadrar) ad tresmdu _’a trasmano” 2° (tar) 4 vista ’a la vista’ (ir) 6 biés ‘de lado’ (resgar) 6 largo ‘a lo largo’ (arar) 6 través ‘al través’ (salir) 6 dereito ‘bien’ (salir) 6 rovés ‘mal’ (tratar) @ condenada *del peor modo’ EL ADVERBIO GALLEGO (andar) + (tirar) t (deixar) (porer) (comer) (andar) (peinar) (ver) (ir) (ir) 3° (andar) (ir) + (quedar) (tar) (perder) (pofier) (andar) 4 (ir) (traballar) 4 pata coxa 4 pillagata 6 lilt 4 rebengueita 4 empincha 4 miseria 4 forza 6 tuntin 6 xeito 6 tresluz a4 carranchaperna a—6 trote és apalpadas ds escuras ds ruches as rapadas ds cheas ds travesadas ds ds ds ds ds escondidas agachadas carreiras carabeilolas secas et ’a la pata coja’ ‘a la rebatifia’ “fuera de su sitio’ “a porfia’ ’a porfia’ ’a la miseria’ ‘a la fuerza’ ‘al tuntén’ ’a favor de la corriente’ ‘al trasluz’ ’a horcajadas’ “al trote’ ’a tientas’ ’a_oscuras’ ’a oscuras’ ‘hasta los topes’ por mucho’ ‘de través’ ‘a escondidas’ ‘disimuladamente’ va la carrera’ “a horcajadas en la espalda’ *por un jornal pero sin comida’ Otra preposicién también muy fecunda en Ja formacién de frases moda- les es de. También de puede usarse: 1.°) con una palabra sin articulo (de boa gana) 0 bien 2.°) con un sustantivo con articulo (do dereito). El origen del primer grupo puede estar en aquellos casos en que de va con un adver- bio (de méis, de menos) 0, tal vez, en aquellos otros en que el sustantivo est& traspuesto a adjetivo y por lo tanto usado de una manera genérica. Asi de Este neno é de medo ‘muy malo’, pudo mecénicamente pasarse a Hoi chove de medo ’mucho’ (igual que Este neno é alto es a Este neno fala alto). Digamos, finalmente, que el primero resulta con mucho el procedimiento mas fecundo. 12 (ter) (mirar) + (mirar) (cortar) (arrancar) (chover) (cobrar) (pesar) (pesar) (pesar) (arar) (atravesar) + (andar) de de de de de de de de de de de de de ollo través reollo xesgo raiz dis menos caralllo muito sandids medo riba a baxo medio a medio picos pardos ‘bajo vigilancia’ ‘de través’ ‘de reojo” ‘al sesgo’ "de raiz’ "de mas’ “de menos’ *mucho’ *mucho’ “mucho” “de arriba a abajo’ “de un lado al otro’ *de galanteo’ 92 ANTONIO SANTAMARINA (recibir) de malas maneiras ‘de malas maneras’ + (evar) de face ’a feito’ (cuadrar) de camin ‘de paso’ t (presentarse de soflauto ‘de repente’ tragar) dun. envidn ‘de un golpe’ (beber) de boa gana ‘de buena gana’ (tropezar) de cheo “de Teno’ (conocer) de vista “de vista’ (conocer) de oidas ’de oidas’ (tocar) de oido “de vido’ (ter) de mau ‘al cuidado’ (irse) de vez ‘para siempre’ (irse) de tin en tin le uno en uno’ (axustar) de aqui e de ali “hasta donde sea posible’ 2° (pofier) do direito “del_derecho’ fier) do rovés “del revés’ + (potter) do torcado lo de un pie en el otro’ (ter) ‘mau "de la mano’ Debemos de notar que estén en el limite del adjetive y del adverbio aquellos casos en que ‘de + sustantivo, adjetivo 0 adverbio son comple. mentos del verbo y predicados del sujeto a la vez. Es lo que ocurre en frases del tipo: O riw oai de tas en tabés (‘leno’); Tuoo xogando no barro @ ptixose de medo (‘perdido’). Otra preposicién capaz de formar complementos modales, también es en. En este caso no es posible la alternativa en + art./en + art. 2, debido a razones estructurales, ya que la presencia del articulo supondria una cir- cunstancia local, mientras que su ausencia da a la expresién un carécter modal. Comparese Bailar en camisa/Bailar na camisa, (haber) en abundancia ‘en abundancia’ (falar) en plata ‘claramente’ (andar) en mangas de camisa ’en camisa’ (andar en chancleta ‘calzando zueca, sin calcetin’ (ir) en estéu ‘por la escampada’ (ir) en canelas ‘sin medias’ (pasé-la noite) en vela “en vela’ tar ca pluma) en ristre “en ristre’ También con traspone a adverbio modal el sustantivo: (porter) co de diante pra trés "del revés’ (pofter) co de dentro pra fora ’del revés’ (potter) co de riba pra baxo “del revés’ Podemos incluir en este apartado sin escripulo alguno los amados com- plementos instrumentales: EL ADVERBIO GALLEGO 93 (petelar) co martelo “con el martillo? (traballar) con pacencia “con paciencia’ (facer algo) con ferro “con hierro” También por introduce complementos modales: (ganar) polas malas ’a las malas’ (decir) polo baxo “en voz baja? (amafarse) pols boas ‘sin llegar a la pelea’ (facer algo) pola caladifia in decir nada’ (levar) pola mau ‘de la mano’ EI origen de estas expresiones fue evidentemente local. Todavia son mu- chas veces inseparables los dos valores; asi ocurre con el ultimo ejemplo dado y lo mismo ocurre con el siguiente: Levaba un burro polo ramal, Finalmente, no es raro que un sustantivo o adjetivo fancione como ad- verbio de modo sin que haya traspositor alguno: Partirono mité por mitd; Deitouse barriga arriba (ca barriga pra riba’); Chove cada vez mdis; En- traron un por un. d) De fin y causa Hay algunos casos de sustantivos 0 adjetivos redncidos a adverbios que no pueden incluirse en ninguna de las clases semdnticas mencionadas ante- riormente; son los lamados complementos de causa y fin. Entre otros, los traspositores mas frecuentes para transferir un sustantivo 0 adjetivo a un adverbio de esta clase son pra (para los finales) y por (para los causales): Estudia pra médico; Vai pra cura; E itil pré servicio; Non te apures por amor deso; Fagol por teu padre; Cala por Dios; Perdéuse por burro; Enve- Uecéu polos traballos. ©) El régimen de los verbos Aparte de los casos mencionados, en que el complemento precedido de preposicién (a y para, aparte) funciona como adverbio, hallamos otros mu- chos casos, en los que, a pesar de ser formalmente idénticos a los circuns- tanciales, la nocién de adverbio no es en absoluto valida para ellos puesto jue semanticamente vienen a equivaler a lo que tradicionalmente se entien- ae como complemento directo’. Los traemos a este capitulo tmicamente por dos razones: la de su origen, ya que la mayoria de estos complementos se originan en expresiones de modo, Ingar y causa, y la de su identidad formal con los complementos circunstanciales. De todos modos la diferencia entre una y otra ase de complementos es notoria como podemos compro- bar por las conmutaciones siguientes: Esquencéronse de todo ’totalmente’ / Esquencéronse de Pedro; Aguantéu de pé | Aguantéu de Pedro: Taban to- cando na Fon:agrada | Taban tocando na jota; Estudiaba no cuarto | Es- tudiaba na leucién. O si se quiere, por contraste: Esquencéuse de todo de ° Cf. E. ALaRcos, Opus citatum, p. 117 y ss. 94 ANTONIO SANTAMARINA Pedro; Taban tocando na jota na Fonsagrada. En todos los casos, la dife- rencia entre las frases conmutadas radica en que la 2# de cada pareja ad- mite la sustitucién del complemento por un complemento directo sin pre- posicién (o con a): Esquencéu a Pedro; Aguantéu a Pedro; Taban tocando @ jota; Estudiaban a leucién. Por lo que acabamos de decir, parecer que la identidad entre el Ilama- do tradicionalmente complemento directo y esta clase de complementos in- troducidos por de, en, con y por es completa. En efecto es lo mismo Deu de voces que Deu voces; Taba xuntando as gabelas que Taba xuntando nas gabelas; Tiréuol que Tiréu con el; Chaméuol que Chaméu por el. Sin em- bargo no siempre es posible esta sustitucién: Cft. Deulle de voces | *Deulle de pan; Xuntéu dous ou tres | *Xuntéu de dous ou tres. Esto puede demostrar dos cosas: 0 que el uso de estos complementos est totalmente fijado y que sélo son determinados verbos con determinados complementos los qué admiten esta alternativa; o bien, que existe en el foadysleaee diferencia, aunque no sea més que estilistica, que distingue las dos alternativas. Por nuestra parte creemos mas bien esto Atkins, aunque no descartamos que se tienda a la gramaticalizacién completa, Por lo menos estamos ceeuras que el segundo fue el camino del origen de estas expre- siones. Todavia hoy es diferente Ten de “— por esto de Ten esto (‘sujeta esto’ / ’ten esto’), y la explicacién radica en que desto, por esto tiene valor local en su origen. Lo mismo podriamos decir de: Cambiéi de zocos | Cam- biéi os zocos fme puse otros. / “los cambié por otros’) donde la 1* frase seré modal (gen qué cambiéi?) mientras que la 28 no (gqué cambiéi?). Veamos a continuacién un pequefio estudio acerca de estos complemen- tos, si bien basdndonos en un criterio meramente formal, es decir clasifi- cdndolos a través de las preposiciones que los enlazan con el verbo. Esta diferencia formal entrafia también una diferencia significativa aunque no vayamos a detenernos en este momento a detallarlo. De. Es posible que estos giros tuviesen su orig en frases en que de daba al sustantivo un valor partitivo (Colle desto), local (Téivolle das orellas 6 cocho), etc. Podemos citar entre los mas frecuentes los siguientes casos (damos entre paréntesis un complemento como guia): dar de (voces) saber de (abellas) (ab)usar de (alguén) sacar de (chaqueta) coller de (caiada) cuidar de (0s pais) manter de (os fillos). Con los verbos reflexivos el régimen prepositivo parece estar relacionado con el de los sustantivos o adjetivos afines (formal o sem4nticamente): Ta queizoso de seu tiu —s Quéixase de seu tiu; Ten acordo das vacas Acérdate das vacas; Deulle vergonza del — Avergonzéuse del. La seme- janza Hega a ser tan grande que incluso los términos Evie y objetivo (As queixas de meu tio “las que él da’, ‘las que dan de é1) son ‘aplicables EL ADVERBIO GALLEGO 95 aqui. Esta es la diferencia que hay entre Rimonos del (a risa fue nuestra’) y Axudémonos del (la ayuda fue suya’). En. Una actividad cualquiera puede desarrollarse en un determinado lugar. Tal lugar puede determinarse, entre otros procedimientos, mediante el traspositor en + sustantivo. As{, Van segar pan na Pombeira (han ido a segar centeno a la Pombeira’) y Taba arrogaiando o libro na tapa, Frases como éstas es posible transformarlas en las siguientes: Van segar no pan da Pombeira; Taba arroganando na tapa do libro. En estos casos pan y tapa dejaron de ser el lugar “donde”, para ser los objetos directos de segar y de arrogafiar. El paso de una funcién a otra quizis deba explicarse por él hecho de que al realizar una determinada actividad “sobre” un objeto, éste queda automaticamente modificado como cosa actuanda, Dicho de otro modo, el objeto pasa a completar al micleo del predicado, no de un modo circunstancial, sino esencialmente. Entre Segar no prado y Caer no prado hay una diferencia radical ya que, en el primer caso, el prado queda “se- gado” mientras que en el ségundo no queda “caido”. Algo semejante ocurre con Cortar na lefia | Ir na lefia. En resumen, el objeto sobre el cual se realiza una actividad transitiva, pasa a ser gramaticalmente objeto directo de esta actividad. El mecanismo comenzaria siendo util, en un principio, para aquellos casos en que el complemento directo (o sea el objeto verbal) era capaz de recibir en si (“dentro de s{” 0 “sobre si”) la actividad expre- sada por Ja palabra predicativa (Resgar na roupa, Peinar no neno), y aca- baria extendiéndose a aquellos casos en que el objeto es incapaz de recibir la actividad a no ser “acerca de si”, es decir, sin ubicar al sujeto “dentro” o “encima”: Apajiar nas patacas ‘recoger patatas, Cocer nas papas ‘cocer las papas’. Debemos notar esto como un hecho sintactico y estilistico importante frente al castellano. Asi, una frase como Apafiaba patatas en un cesto po- demos traducirla a nuestra habla (y creemos que en general a todo el ga- Tlego) como Apafiaba as patacas nun cesto o bien Apanaba nas patacas pra un cesto. Tenemos, pues, al menos, dos maneras de construir los complementos directos: a) sin enlace prepositivo 0 con a (Abrazd-lo neno —~ Abrazar 6 neno) y b) mediante en (Abrazar no neno). Y aqui cabe una pregunta: gre- sultan ‘absolutamente idénticos? La respuesta es no. No siendo idénticos ca- bran por lo menos dos explicaciones. La primera, que los casos de comple- mento directo con en estén a medio camino entre los complementos circuns- tanciales de lugar y los propiamente directos o que por lo menos exista un cierto matiz local en ellos. Que esta explicacién es equivocada nos lo de- muestra un caso como Cocer nos cachelos donde es imposible resto alguno de circunstancia local. La segunda, la verdadera a nuestro entender, es que hay una diferencia aspectual entre las acciones complementadas con en y las que enlazan el objeto directo sin preposicién. Las primeras contemplan determinada tarea como incompleta, mientras que las segundas la dan como real o virtualmente acabada. As{, cuando decimos Segaron 0 pan, expresa- mos que la siega del centeno esta concluida y la accién de segar parada. 96 ANTONIO SANTAMARINA Por el contrario, Segaron no pan da la accién de segar como parada pero la siega como no concluida. Vamos a representar lo dicho con un paradigma entero donde esquemé- ticamente representemos al conjunto pan por un eirculo y a la accién segar Bor un segmento que puede abarear el circulo entero (hecho como conclui- lo) 0 bien estar contenido en él sin abarcarlo mas que parcialmente (hecho no concluso). Por supuesto, en los tiempos © (presente ¢ imperfecto), des- conocemos si la accién va a ser completa o no, por ello la marcamos dentro del circulo del conjunto con una linea de puntos lo cual quiere decir que puede haber perfeccién 0 no (virtualmente sf): Segan o pan 8 Segan no pan © Segaban o pan Qe Segaban no pan oO Segaron o pan 8 Segaron no pan © Han segé-lo pan Co Han segar no pan © Quizdis seguen o pan ©) Quizdis seguen no pan (=) Quizdis segasen o pan Q) Quizdis segasen no pan (=) Esto nos explica por qué una perifrasis perfectiva que signifique accién parada y tarea concluida es incompatible con un complemento directo con en, Asi *Tifian no pan segado. O, sin tratarse de perifrasis verbal, con algén complemento que indique perfeccién o terminacion: *Coméu neles de todo (los comié completamente’), °*Regalou nel (frente a Regaléu neles). La inversa, sin embargo no es valida; es decir accién verbal perfectiva © no, tarea no concluida, admite las dos alternativas (y no el complemento directo con en exclusivamente, como seria de esperar). Asi: Roéu neles 0 que quixo . Roeunos 0 que quixo; Roe neles 0 que queiras — Réeos o que queiras. Podriamos estar tentados a creer que la diferencia existente entre Segar no pan | Segd-lo pan es la misma que existe en castellano y también en nuestra habla segar centeno | segar el centeno (Segar pan | Segd-lo pan). La semejanza es sin embargo engajiosa, como resulta evidente comparando Cocéu patacas toda tarde (cocié patatas varias veces en la tarde’) / Cocéu nas patacas toda a tarde (‘estuvo cociendo las mismas patatas toda la tarde’). Dejamos para otra ocasién los detalles puesto que descender a la casuis- tica minuciosa nos alargaria excesivamente, Ofrecemos como final de este apartado un pequefio muestrario de los casos mas frecuentes. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que se trata de un mecanismo gramatical capaz de figurar en multiples contextos. Casi no hay verbo transitivo que no sea susceptible de este uso: Tou achaiando nesta lefia "Estoy acercando esta lefia’ Tou encetando neste pan *..,empezando...’ O lobo esmelandra na ovella despedaza. EL ADVERBIO GALLEGO 97 O can esmendrellaba no meu refaxo *...estropeaba. A vaca esparangallaba na herba *...esparcia..” Tuven fendendo neste rebolo "Estuve partiendo este tronco’ O can vifia e lambialle nas maus A comadre andaba empapelando nel *.engafiéndolo...” Ceba tu no neno ‘Dale tt la comida al nifio’ Resga neste trapo, que non vale Rasga... Enxuguéi nela toda a tarde “La sequé...” E bota a arrancar nos nabos *Y se puso a arrancar nabos’ Apazugaron un chisco nel ‘Lo calmaron un poco’ Non abaniques en min Ta moncendo nas vacas Taba velando nas perdices Ta escribindo na carta Giistalle sorber no caldo Mira o can como mata nas pulgas E metia nelas pré saco "Las metfa en el saco’ Con. En, como vimos arriba, acabé despojandose por completo de su valor local primitivo y se convirtié en un utensilio para relacionar un com- plemento directo con su nticleo, si bien con ciertas limitaciones. Es decir se transformé en un mecanismo gramatical capaz de operar en miltiples contestos. Con, por el contraro, a pesar de que en algiin caso admite la sustitucién por © 0 por a, o sea introduce lo que tradicionalmente se en- tiende por complemento directo, figura solamente en contextos contados. Esta perfectamente fijado, dando lugar ya a la frase hecha. Nos parece que en este uso de con con complemento directo hay una tendencia teleolégica puesto que a través de él podemos apreciar que el valor seméntico del verbo no es usual. As{ es como diferenciamos Facia cun fillo aqut ‘creia que un hijo iba a venir’ / Facia un fillo aqui; Acabara ca casa “habia traido Ja casa a la miseria’ / Acabara a casa ‘habia terminado la casa’; Aguantéu con Sabela "tuvo que soportar a Sabela’ / Aguantéu a Sabela ‘aguanté a Sabela’; Cangéu con aquel prado “tuvo que hacerse cargo de aquel prado’ / Cangéu aquel prado ‘cerré aquel ad de cangos’; Conto con vosoutros euento con vosotros’ / Céntovos ’os cuento’. No hay diferencia sin embargo entre Tira con eso / Tira eso; Colléu ca cesta pra casa | Colléu a cesta pra casa; Atopéi con el no camin | Atopéiol no camin, Este uso de con no pudo salir, Kbgicamente, pur generacién esponténe: Suponemos que esté relacionado en su origen con complementos de com- paiifa o instrumentales (subclases de los de modo). Asi, Acabar con pudo ser creado a partir de arramplar con (Acabéu co que habia = Arrampléu co que habia); aguantar con a partir de apandar con (Aguantéu con ela = Apandéu con ela); Atopar con a partir de tropezar con (Atopéi con el = Tr pecéi con el); coller con a partir de marchar con (Colléu con el pra casa = 98 ANTONIO SANTAMARINA Marchéu con el pra casa); tirar con a partir de ir con (Tira con eso de ahi = Vaite con eso de ahi)». Por. También hay algunos casos en que por + sustantivo es sustituible por @ (0 a) + sustantivo, es decir, equivale a un complemento directo. Y también es posible que hubiese en el origen de estas frases una razén es- tructural, teleolégica, puesto que la presencia/ausencia de por esta relacio- nada con el valor seméntico del verbo. Asi Tifa el polo carro ‘sujetaba él el carro’ / Tifta el o carro “tenia él el carro’; Tirar polo carro | Tird-lo carro; Facer pola casa ’conservar la casa’ | Facé-la casa ‘hacer la casa’; Chamar por alguén "llamar a alguien a gritos’ 0 Ilamarlo a través de otro’ / Chamar @ alguén ‘llamar a alguien’. Estos casos son, sin embargo, muy pocos y por no llega a constituir en absoluto un mecanismo util para crear complementos directos como ocurre en rumano donde, como es sabido, pe (. a unde, hasta onde — hasta unde, pra onde \ pra unde, onde — unde: ¢Quén sabe inde vai?; Cheguéi a onde me mandaron; Anda pra onde che mandan; Chegéu hasta onde queria. +) El movimiento a partir de um término se expresa mediante de onde — de unde, dende onde —. dende unle: Haberd cen metros @unde me saliu @ unde miatopéi sin el. 6) El movimiento a través de un lugar, se expresa mediante por onde —. por unde: jMira tu por dnde lle deul ” No descartamos tampoco que el origen de estos giros esté en el uso de reflexi- vos + complemento circunstancial precedido de con: Tropecéime con el, donde me es complemento directo y con el, advetbio de compaiifa (modo). De la desreflexivacién del verbo pudo originarse Aropéi con el. EL ADVERBIO GALLEGO 99 b) Tiempo EI traspositor esperado es cuando; también, como onde, capaz de expre- sar distintos aspectos, segiin la preposicién que lo preceda. Conviene de todos modos aclarar que en los aspectos de cuando puede haber interfe- rencia del aspecto verbal. «) La coincidencia de momentos, con ausencia de transcurso temporal, se expresa a través de cuando (no momento en ue): Xa pagaré cuando poida; Cuando Ue porecéu loba piixose enfurecida, La ausencia de trans curso aun puede adquirir ciertos matices aspectuales, por ejemplo, la coin- cidencia puntual, que se expresa de muy distintos modos. Entre otros, a través de relacionantes tales como 6 mismo (+ inf.), 6 que, tan axina como, segtin, namdis, inda ben non (...cuando): 6 mismo chegares escribe; O que soubo que taba ali presa bota pra alé; Paréi de escribirme con el tan axina como soupen eso; Segtin entro atépome con el de frente; Namdis abre a boca xa me boto a trembar; Inda ben non ol viche (cuando) xa non ol ves. La matizacién de la coincidencia puntual puede Iegar a extremos tales que la oracién temporal quede formalmente destruida: Mismo foi chegar eu e marchar el; Sabelo e botarse a camin todo foi un. La coincidencia puede tener lugar también de un modo iterativo. En este caso se marca mediante relativos tales como: sempre que, cada vex que, cuantas veces, segtin (+ perifrasis iva): Sempre que ven ese hai paus; Cada vez que che faga falta avisa; Veu comigo cuantas veces llo pe- din; Daba segtin iban chegando. 8) La coincidencia como transcurso hasta un término, se expresa a tra- vés de hasta cuando, o, mas frecuentemente, por hasta que: Podes telo hasta cuando eu volva; Tuvo ali hasta que canséu; es decir durante todo el itempo hasta la vuelta, hasta cansarse; por eso estas oraciones admiten Ja alterna- tiva mentres non en vez de hasta que: Podes telo mentres non volva; Tuvo ali mentres non canséu. 7) La coincidencia como transcurso a partir de un momento se expresa por desde — dende cuando o por un sinénimo mas frecuente desde dende que — desque: Ten un grano no fucin dende cuando era neno; Non 9) g s volvéu por aqui desque botaron os mozos cuel: Ta desconocido dende que casdu. 8) El transcurso temporal “por cuanto tempo" no se expresa como es- perariamos a través del relacionante *por cuando (ni a través de *por que. Cft. hasta que). El relacionante es en este caso mentras — mentres men- tes: Teno mentres queiras; Déivalle que se divirta mentres é novo. El trans- curso durativo también puede expresarse por un gerundio sin que medie relacionante alguno: Non se che ocurra marchar chovendo. Aparte de la coincidencia puede haber otras localizaciones temporales antes 0 después del referendo. La anterioridad se expresa mediante el rela- tivo antes que — antes de que —. antes de (+ infinitivo): Péscate alé antes de que sea tarde; Esto foi o que me dixo antes de morrer. La poste- rioridad con relacién al referendo se expresa por los enlaces dende que 100 ANTONIO SANTAMARINA desde que — desque “>. despéts que —. despots de (+ infiniti): Dende que marchbu berrdballe; Despéis que se foi d saneristia inda trembaba mais co medo; Desque coméu contdronllo. Un recurso muy frecuente para expre- sar la posterioridad es el giro en + gerundio: En morrendo cebada 6 rabo. ©) Modo La circunstancia modal puede expresarse, entre otros, por los siguientes faces sin que, sin + infinitivo, con que, con + infinitive, @ + ge- rundio, ete.: Non vaias sin que te chamen; Quedéu sin casar; Abonda con que le fagd-lo lume; Saliu pitando de ali. Otras modalidades se expresan recurriendo a una comparacién en la que se utilizan los relativos como como que > como quen que ~ como se > segiin “~ de xeito que ‘> de modo e de manera que; a veces existe un peeciai en la principal: tal — talmente — mismadamente — xustamente — asi: Ejemplos: En- capelaba a parede de torrdis e como pudia; Fixo como que non ota; Faite como quen que tas murindo; Viase talmente como cuando é de dia; Aquel, segin por onde le daba; Presentéuse mismadamente do xeito que che dixen; Tou como se me deran cunha maza prd cabeza. @) Cantidad La oracién cuantitativa es una oracién transferida en adverbio de can- tidad. Las expresiones relativas estén generalmente constituidas por un ad- verbio de cantidad seguido de los traslativos como “~ que y otros. La proposicién subordinads puede, expresar ‘una cantidad equivalente a la de principal; en este caso los relacionantes son cuanto > 0 que — todo o que — tanto como ~ outro tanto como (outro) tanto como que ~ igual que: Traballéi cuanto puiden; Trouxo igual que levou; Ven outro tanto como que chove toucifios, Cuando uno o Ios dos términos comparados es un adjetivo o un adverbio, tanto se apocopa en tan: E tan burro como grande. Puede ocurrir ie fieagomparsie mismo nticleo del predicado en listintos sujetos 0 complementos. En este caso el nicleo puede elidirse des- pués de mencionado una vez: Traballéi tanto coma tres; Saliu tan burro coma 0 pai. En estos casos la particula trasferente puede ser como o coma y el adverbio cuantitativo es frecuente que se elida: Traballéi coma tres; Saliu burro coma o pai. La verdadera cualidad de la vocal final en la particula est4 en Ja mayorfa de los casos enmascarada al encontrarse contraida con Jas vocales iniciales de las palabras que le siguen. Sospechamos sin em- bargo que es -a puesto que ante o- el resultado es [9] y no [9] ([-a + o-] a fol, mientras que [-0 + 9] > [6]: Cft. Escuita 0 cuco > Escuit’g cuco frente a Escuito 0 cuco > Escuit'9 cuco)". Por otra parte, ante consonante, donde no hay lugar a tal enmascaramiento, lo mAs frecuente es coma, aun- que también’ se oye como”. 4 De todos modos también Todo o dia > Tod'o dia. ® Sobre este tema ver nuestra “Contribucién pra un estudio das particulas compa- rativas que=ca e como=coma en galego”. Verba, 1 (1974), 16-30. EL ADVERBIO GALLEGO 101 Muchas veces la proposicién subordinada puede expresar una cantidad superior o inferior a su principal. En el primer caso tendremos como cuan- titativo a mdis (muito mdis, a mité mdis, cen veces mdis, 0 demo maior mdis) seguido del traspositor que > do que. En el segundo tendremos como cuantitativo a menos (mil veces menos, 0 doble menos, etc.) seguido del traspositor que do que“. Levdu mdis paus que pelos ten na cabeza; Sempre come menos que le pide 0 corpo —~ ...do que Ue pide o corpo; E méis guapo que listo; Ta menos afeito que deseoso. Es notable que la par- ticula que tenga ¢ abierta (frente a do que, por ejemplo, o al relativo que), tratindose de una particula dtona. Es un hecho que no sabriamos explicar. Puede considerarse como un indicio el que a veces tenga valor distintivo el timbre de esa -e: Dinlle aquelas, e mdis que queria | Dinlle aquelas ¢ mdis que queria (le di aquéllas y aun queria ms’ / ‘le di aquéllas y aun més de las que queria’). Puede ocurrir, como en las frases cuantitativas de igualdad, que el nticleo del predicado sea idéntico para varios sujetos 0 para varios complementos. En este caso se menciona una vez y el resto de las veces se elide. La par- ticula traspositora puede ser que “ ca: Vai mdis friu que na Fonsagrada; Soutéi mdis ca Filomena; Taba méis abaxo ca min; Teno menos que facer que onte; E mdis pequeno cé meu ‘Ca procede del latin quam'® y deberfa dar en nuestra habla ca [ke]. Creemos que el hecho de la abertura y mayor tensién articulatoria se debe a que con mucha frecuencia va ante la a del articulo femenino con Jo cual, de la crasis (ca a) resulta una vocal contraida y muy abierta: cd: Gristanme mdis as mazds cds peras; Son meirandes ca nds [...k4 nés] (frente a otras hablas de Galicia Son meirandes ca nds [...ke nés]). Conviene ademas destacar que de las crasis de coa y ca a resultaron distintos timbres (o intensidades) de lo cual result6 favorecido el sistema puesto que la contraccién de coa se resuelve en [ke] mientras que la de ca alo hace en [ka]: Ta mellor ca muller “esti mejor con la mujer’ | Ta mellor cd muller ’esta mejor que la mujer’. Es curioso que, si el segundo término de la comparacién es un pronom- bre personal, entonces debemos usar la forma oblicua preposicional min, ti, el: Traballéu mdis ca min e ca ti xuntos; FE. mdis rico ca ti e ca min, en vez de los esperados *Traballéu mdis que eu e tu, *E mdis rico ca eu @ ca tu. Evidentemente se trata de una generalizacién de casos en que el pronombre personal va en un caso prepositivo: Quéreme mdis a min cd ti (ca a ti). Es singular que min y ti, tal vez partiendo de estas frases compa- © Do que, s6lo en iguales circunstancias que el castellano "de lo que’. No son po- sibles en nuestra habla frases como Bebe mis do que eu; E mdis guapo do que eu, usuales en Lugo y alrededores "Vid. nota anterior. Aunque aparentemente las estructuras oracionales quedan idénticas cuando se elide un predicado nominal o uno verbal, en el fondo hay una diferencia, puesto que la reconstruccién de la frase entera es diferente. As{, una frase en que se comparan dos predicados verbales, uno elidido, Soutéi mdis ca Filomena se reconstruye: *Soutéi mdis a Filomena soutdu. Por el contrario una frase como O meu neno é mdis guapo c6 teu se reconstruye: *O meu neno é guapo mdis c6 teu (é guapo). Ver nuestro trabajo citado en la nota 10. 102 ANTONIO SANTAMARINA rativas, se generalizasen también tras otros adverbios relativos (onda min, cuanda ti), y que estos acabasen reduciéndose a preposiciones por simpatia con los adverbios prepositivos que acompaiiaban. ©) Causales Preposicién causal es aquélla que es transferida en adverbio de causa. La transferencia puede efectuarse a través de relacionantes tales como por- que, como, que, pois, gracias a que — gracias ia que, a costa de que, visto que, entre otros. Non vew porque non quixo; Pero como non se lavaba parecia mdis malo cé demo ainda; Como viu qu'iba pago abondo tuvo que deixalo ir; Voulle polo mundo quiaqut non temos nin que comer; Pero non temos que le decir nada a noso padre, que se non, se nolo sabe..; I ahora hei mandar eu (pois tamén tifia que mandar Pedro); Chegou gracias i a que apa ben; Pro ast e todo, a costa de que Ile porfiasen muito, foi e mar- chéu; Aquela mulleroa, visto que o home non Ue tifia medo, empezdu a abalar nos castaneiros que parecia que se arrancaban. Con algunos de los relacionantes anteriores es posible sustituir la se- cuencia de sustantivador (que) + verbo en forma personal, por un infinitivo. La supresién de que es esperada puesto que, en caso contrario, la categoria sustantiva de la oracién subordinada quedaria hipercaracterizada: Pois por andares asi xa non a levas; Cheguéi a tempo gracias ia vir de a cabalo; A costa de furgar sacaron auga. 7 La transferencia de una oracién en adverbio causal puede hacerse sin traspositores cuando su micleo verbal es un gerundio, el cual contiene en si, como se ha visto en su Iugar”, las caracteristicas de sustantivo y caso oblicuo no preposicional: Chovendo asi non salio. Advirtamos que Ja cir- cunstancia expresada por el gerundio posee um valor ambiguo la mayoria de las veces, puesto que, al carecer a preposicién, el valor exacto de la relacién expresada quedaré muy poco matizado. En todo caso ha de ser el contexto quien nos saque de la duda. £) Condicionales La oracién condicional expresa una premisa a la cual esté condicionado el cumplimiento de lo expresado en Ja principal. El subordinante més fre- cuente entre la subordinada y su nticleo es se: Se nolo sube noso pai mé- tanos; Se non tes con que pagar douche eu; Aqueles cartos guarddraos, Sacaso non morria, pois pra despdis disponer deles. En una frase como Se vas doucho, queda perfectamente formulado que dar est4 supeditado al cumplimiento de ir, lo que supone que el no ir exige no dar. Sin embargo en Ia lengua es muy frecuente que se desarrolle in extenso toda la férmula, resultando en este caso frases como Se vas doucho, se non vas non cho dou. Es decir se expresa también la alternativa que queda. Pero en este caso la alternativa segunda suele abreviarse suprimiendo " Ver nuestro trabajo El verbo gallego, Universidad de Santiago, anejo 4 de Verba, 1974, pp. 133-135. EL ADVERBIO GALLEGO 103 los predicados de las dos oraciones y dejando “inicamente las marcas positiva © negativa: Se vas doucho, se non, non, Otra partfcula muy frecuente como relacionante es como: Como voloa por aqui pdrtiolla crisma; Como non estudies xa te podes preparar. No es infrecuente que la subordinada condicional se relacione con su niicleo directamente (tanto con micleos de predicado en forma personal como nominal). Quen de nove quita dex a conta vaille 6 revés; Quen me dia un pau doullun peso; Morrendo non arreglas nada. Aclaremos de todos modos que la ausencia de relacionantes convierte estas frases en ambiguas. Hay que atenerse, pues, al contexto. En el lenguaje afectivo hay ocasiones en que, en caso de incumplimiento de la condicién, no se sigue una apédosis Pedals aot pie eae se cael tinicamente como un deseo. Ocurre esto con mucha frecuencia*en los jura- mentos: Que cego me vexa se non é verdd; Que unha centella me partia se non cho traigo pra mafid; Que me leve 0 demo se non che desfago a mola da cabeza. En realidad, en estas frases, la prétasis no es una verdadera condicién. Se trata de una oracién enunciativa cuya veracidad es tan se- pare que en caso contrario resultarfa para el sujeto una consecuencia tan lescabellada como ineretble. Por eso no es raro que estas frases degeneren en la broma: Que un cego me vexa se non é verdd. O acaben perdiendo su estructura condicional: E léveme o demo non encontréu unha boda polo camin (“...se non encontréu”, etc.). Hasta, incluso el juramento, es decir, el deseo, se formula cuando ja supuesta prétasis es positiva, lo cual en Ia realidad, analizindolo con detalle, seria absurdo: Que me coma o demo como é verdé. Merecen destacarse oraciones como la siguiente: Que leve o sacho s‘ol paga e se non qwol leve igual. En ella se expresa primero una condicién la cual inmediatamente se niega; 0, Io que es lo mismo, se neutraliza la condi- cién con una concesién. Por eso la oracién anterior podriamos reformularla como: Que leve o sacho s’ol paga e anque non ol pague (quol leve) o bien: Que leve 0 sacho pague que non pague. Las oraciones de este tipo parecen en cierto modo absurdas puesto que si hay condicién y negacién de la misma seria mucho més econémico no mentarla siquiera."De todas maneras, la informacién acerca de la condicién y su negativa no es en modo alguno superflua, puesto que lama la atencién sobre el tinico hecho que el inter- locutor pudiera creer condicionante y que sin embargo no lo es. En nuestro caso el precio del sacho. Frases de este tipo son muy frecuentes en el len- guaje cotidiano: Morra que non morra o entero é lunes; Tanto se ven como s¢ non ven eu hei facé-lo que me dia a gana. g) Concesivos La subordinada adverbial concesiva expresa_una circunstancia_la cual esperariamos que produjese efectos contrarios a los que produce. Entre los enlaces més frecuentes podemos citar anque, (a)inda que, originados como resulta evidente en adverbios temporales: Chove inda, pro voume > Inda que chove voume. Estos enlaces acabaron propagéndose a casos en los que 104 ANTONIO SANTAMARINA ya no es posible restaurar el valor temporal: Vai vendido de mdis anque non lle quitémo-lo freno. Si el impedimento supuesto era de tipo cuantitativo, entonces se usan las expresiones por + adverbio de cantidad + que como enlaces: Por pou- cos que vefian hamos ser abondos; Por ben deles que haxa non nos poin medo; Por mdis que le daban non se desfixo del; Por muito que Ue ‘por- fiaron non quixo quedarse. Si el impedimento es de tipo modal, suele em- plearse eet atal enisot pesar de que o a pesar de + infinitivo: Non quixo (qwol operase a pesar de tar nas tiltimas. Es posible expresar la concesién mediante un miicleo de predicado en gerundio. Sin embargo, no siendo posible utilizar el gerundio con preposi- iones, y resultando por ello. que puede darse Iugar a la ambigiiedad. se recurre a la-expresién gerundio + e todo, con lo cual el valor concesivo resulta inequivoco: Chovendo e todo atrevéuse a marchar; Foise co cabalo coxeando ¢ todo. Si el niicleo del predicado no es verbal, sino nominal, se emplea el mismo esquema, pero sustituyendo el gerundio por un. adjetivo: Levdu aquel, roto ¢ todo; Inda parece que rebulia, morto ¢ todo; Pintdballe ben cheu de merda e todo. h) Consecutivos La oracién adverbial consecutiva explica el resultado que se sigue de una causa. Entre los relacionantes mis frecuentes estin por ejemplo de xeito que, de maneira que: Pono de xeito que che sea doado saltar; Faléu de ma- neira que puidesen oir todos. El parentesco con las oraciones modales re- sulta patente. Un procedimiento muy frecuente en la construccién de Ja adverbial con- secutiva es mediante la correlacién tanto, indefinido o adverbio, y el relativo que. Tanto, en caso de que vaya calificando a un adjetivo, se apocopa en tan: Era tan grande que facta retremé-lo piso; Habia tantas truitas que se vifian solas pré nasa; Chovéu tanto que arroiaron as terras, Con frecuencia Ia cuantificacién del predicado que va a dar lugar a Ja consecuencia resulta implicita en el propio Predicad, bien porque se trate de un hecho visible (Corre que se mata o bien porque, siguiéndose una consecuencia grave, es de suponer que el hecho que la produce no es normal: Taba que bufaba; Vifia que daba medo. i) Finales La adverbial final indica el fin por el cual se realiza lo enunciado en la principal. El relacionante mayoritario es pra que: Abriu as contras pra que entrase ben o sol. Con frecuencia resulta tan patente que la subordinada es una finalidad que ni siquiera es preciso el signo subordinante pra: Ven agué que te vexa mellor. j) Régimen de algunos verbos Existen algunos verbos que tienen un régimen prepositivo especial como hemos visto arriba. Esto da lugar a complementos que formalmente son EL ADVERBIO GALLEGO 105 idénticos a los circunstanciales y que, respecto a su funcién, son, sin em- bargo, equiparables a verdaderos complementos directos. Esto quiere decir que, en el plano de Ja oracién compuesta, la subordinada originada serd sustantiva completiva. Légicamente esperariamos que todos Ios verbos exa- minados arriba, con sus regimenes prepositivos correspondientes (Dar de voces; Cebar no neno; Ter polo burro; Facer con eles) pudiesen ser utili- zados llevando como subordinada a una oracién entera, precedida, natural- mente, del nominalizador que: (*Dar de que + oracién, *Cebar en que + oracién, etc.). Sin embargo la némina de los verbos que rigen complemento directo recedidos de las preposiciones de, en y con se reduce mucho en este caso. a raz6n es evidente: los complementos directos con de se originaban prin- cipalmente en los partitivos, los formados con en surgieron de complementos circunstanciales de lugar, los de con en complementos de compaitia (moda- les). Por supuesto, un predicado, siendo una idea abstracta, no es fragmen- table; por eso no pudo haber oraciones complementarias partitivas, lo mismo que hay complementos nominales partitivos (Cft. Compréi deles repolos). Por la misma razén, un predicado tampoco es susceptible de que nada se realice “dentro” de él (Cit, Segar na letra). ‘Algo parecido ocurre con la compafiia, a no ser que se entienda en el sentido temporal. Por todo ello, sdlo en caso de que exista un desgaste irreversible en los giros verbo subordinante + preposicién, es posible subordinar un comple- mento directo oracional por idéntico método. Esta subordinada completiva, precedida de preposicién, va fundamentalmente dependiendo de verbos que pertenecen a la ésfera siquica. Generalmente todos estos verbos poseen el mismo régimen que sus parientes léxicos adjetivos 0 sustantivos: Deter- minéu de marchar = Toméu a determinacién de marchar; Probaron de que o castafieiro era deles = Fixose a proba de que o castafieiro era deles. No cabe duda de que este parentesco léxico y semantico entre adjetivos y sustantivos con el verbo es fundamental en la supervivencia del comple- mento directo prepositivo. Digamos finalmente que, si el nficleo del predicado est en infinitivo, el signo nominalizador que no es necesario puesto que el infinitivo es ya de por s{ un sustantivo. Basdndonos en una clasificacién meramente formal veamos algunos de los casos mas frecuentes: De. Nos interesan s6lo aquellos casos en que el complemento que intro- duce es transformable en el sustituto pronominal 0: Probaron de que era verdé (= Probdrono); Acordéuse de que tamén el fora novo (= Acordéuno); I cemeNde( eRe Lerad ca Mtn one ecru Tte que tifa que levd-lus vucus w Leber (= Esyuencerol); Mira de non despertalo ‘ir’ol). En caso de que la sustitucién no sea posible, las frases introducidas por de que (0 por de + infinitivo) deberdn ser estudiadas en alguno de los apartados anteriores. Asi: Canséime de esperar, seri causal (no es posible *Canséino); Enchéuse de chover toda a tarde seré modal; Defendéu o horto de que non Wol comese o burgo, final, etc. 106 ANTONIO SANTAMARINA En. Es un subordinante, en este sentido, de uso més restringido que de: Xa non sofiaba senén en [que algin dia puidese volver aquel fillo que mar- chara de tan novo]; cane en [que non seria conveniente deixalo ir]. Re- sulta evidente que las frases que damos entre corchetes son objeto directo de sofiar y de pensar, respectivamente. Este es un hecho que podemos com: robar analizando seménticamente los enunciados. Si aun ast nos quedase IE duda de si sera o no un verdadero complemento directo podemos intentar intercalar uno que no ofrezca duda, por ejemplo el sustituto 0: *Pensébao en que seria conveniente. La frase no es posible ya que o + en que, etc., resultan incompatibles, lo cual quiere decir que son la misma cosa. Sin em. bargo, no es een pensar algo que pensar en algo. Con la primera construccién damos a la frase un aspecto perfectivo, es decir, el objeto pensado o soiiado se tiene ya en la imaginacién completamente, mientras que en el segundo caso, pensar o softar en algo dan a la frase un aspecto imperfectivo, nuestra imaginacién no ha aprendido o decidido globalmente el problema. ‘La mayorfa de las veces en no introduce complementos directos sino circunstanciales: Conocino en que non levaba antiojos. Con. También con puede introducir a veces una oracién completiva. El régimen tampoco es justificable m4s que como una mecanizacién completa de un recurso originado en la oracién simple. Encontréu con que resultara verdd; Conto con que non falte; Facta con que virian. En este caso todas son sustituibles por el complemento directo apreposicional sin que el sentido varie en absoluto: Facta que virian, Por. Quedé inhabilitado para introducir complementos directos oracio- nales porque daria lugar a interferencias con las circunstanciales causales y finales.

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