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Justificación
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La actividad internacional de elaboración y debate sobre la investigación en diseño
puede ser constatada en la lista de discusión PhD-Design: “This list is for discussion
of PhD studies and related research in Design”
(https://www.jiscmail.ac.uk/cgi-bin/webadmin?A0=PHD-DESIGN)
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A diferencia de la lista de discusión mencionada, es común encontrar en Foroalfa
(http://foroalfa.org), probablemente el foro latinoamericano de diseño más
acreditado, expresiones de duda acerca de la viabilidad de la teoría y la investigación
en diseño, o frases que reflejan la dicotomía entre teoría y práctica: “El pensamiento
compelido a la acción es un oxímoron conceptual recurrente del ejercicio del
diseño...” (http://foroalfa.org/articulos/reflexion-y-vs-o-tecnologia, consultado en
diciembre de 2012)
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Tal vez la pregunta que debamos responder ahora no es si existen teorías o
investigación alrededor del diseño, sino ¿cómo podemos desarrollarlas?,
¿cómo generamos conocimientos acerca del diseño?
Un discurso que permita explorar las relaciones del diseño con distintas
elaboraciones que se han realizado desde otras disciplinas sobre la cultura
material, la agencia, la intencionalidad, la función, la significación o la
corporización (embodiment), por mencionar unos cuantos tópicos.
Preguntas de investigación
¿Cuál es el discurso con el que se trata de validar como disciplina?, ¿hay una
forma de conocimiento característica del diseño?
Hipótesis
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El discurso con el que los diseñadores tratan de amparar su actividad
profesional se ve reflejado en los productos de diseño, mismos que tienen un
impacto en las prácticas y discursos de los individuos y de los grupos
sociales.
Objetivo
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Marco teórico
Introducción
Vivo rodeado de cosas realizadas por el ser humano y no podría llevar a cabo
mis actividades cotidianas, actos vitales incluidos, sin dichos objetos. No sólo
mis acciones se ven marcadas por estas cosas, giran en torno a ellas, son
como son y no de otra manera por los productos con los que las realizo,
también mis relaciones con los demás se encuentran mediadas por los
artefactos.
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creencias respecto al cuerpo y el aseo personal. Todo artefacto forma parte
de un medio social en el que cumple determinados papeles a través de
valores y significaciones implícitos.
Desde hace algún tiempo se han venido haciendo los mangos o empuñaduras
del cepillo más ergonómicos, bajo la premisa de que así cumple mejor su
función, con la consecuencia es que ya no es posible colocar el cepillo de
dientes en las ranuras correspondientes de los muebles de baño. De esta
forma el usuario debe implementar sistemas alternativos para la colocación
de los cepillos, como contar con un vaso destinado a eso, adquirir ganchos
especiales, etc. Las funciones nunca están aisladas y se encuentran
mediadas por el uso.
En su origen las cosas creadas por el ser humano son sólo una idea, un
proyecto que no surge espontáneamente de la nada, sino que viene
precedido de deseos, que presupone creencias, temores, gustos, valores.
Pero lo que así se piensa no es una cosa cualquiera, se supone que el objeto
que pueda surgir a partir de esta idea deberá ser capaz de cumplir con uno o
más propósitos: tiene una intencionalidad o función. Pero esta idea, además,
deberá materializarse, convertirse en un ente concreto a través de un
proceso de producción.
De esta forma nos encontramos con que hay una actividad, mental y física,
que comprende deseos, proyectos, definiciones y especificaciones de una
cosa que se materializará para cumplir una o varias funciones. A esta
actividad se le llama, en forma genérica, diseño.
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El diseño es la actividad originaria del mundo de artefactos en el que
vivimos. La reflexión acerca del diseño es, en este sentido, una deliberación
sobre los objetos que nos rodean, su génesis, su razón de ser, sobre el papel
que juegan en nuestra vida.
Techné
... el problema práctico consiste en hacer que [el mundo] sea lo que
no es –pero conviene–, el problema teorético consiste en hacer que no
sea lo que es...
José Ortega y Gasset
Posteriormente se refiere a las virtudes por las cuales “el alma alcanza la
verdad, a saber: arte (techné), ciencia (episteme), prudencia (phronesis),
sabiduría (sophia), intuición (nous).”
Cabe destacar que para Aristóteles tanto la episteme como la techné son
maneras de alcanzar la verdad, por contraposición con la conjetura o la
opinión (doxa) por la cual “es posible incurrir en el error”. En este sentido
ambas, episteme y techné, son formas de conocimiento; a pesar de ser
diferentes entre sí.
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En relación a la episteme nos dice que lo que sabemos a partir de ella
… no admite ser de otra manera, porque las cosas que admiten ser de
otra manera, cuando están fuera de nuestra vista, no nos permiten
saber si son o no son. Así, lo que es objeto de ciencia existe de
necesidad. Y por esta razón es eterno… (Aristóteles, 2004:101)
Por otro lado, nos dice Aristóteles que las cosas que cambian, “que pueden
ser de otra manera, unas son del dominio del hacer, otras del obrar.” Aquí la
distinción es entre la creación o producción de algo (poiêton) y la actividad o
práctica (praktikon), ya que “el hábito práctico acompañado de razón es
distinto del hábito productivo acompañado de razón.”
El obrar sin otra finalidad que la acción misma sería el tema de la prudencia
(phronesis), en tanto que el hacer con la finalidad de crear algo más allá de
la propia actividad es el tema de la técnica o arte (techné).
Todo arte tiene por objeto traer algo a la existencia, es decir, que
procura por medios técnicos y consideraciones teóricas que venga a
ser alguna de las cosas que admiten tanto ser como no ser, y cuyo
principio está en el que produce y no en lo producido. (ídem, p. 102)
De esta forma la techné es una virtud del alma o mente (psique) que tiene
por finalidad producir algo, a diferencia de la práctica sin objetivo o propósito
ulterior, que sería el ámbito de la phronesis.
Pero este producir algo, que es una actividad, se realiza a través del
razonamiento y las consideraciones teóricas. En este sentido la techné
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trasciende la dicotomía entre teoría y práctica: “El arte, es, por consiguiente,
según lo que queda dicho, cierto hábito productivo acompañado de razón
verdadera.” (ídem)
No hay arte en las cosas que son o vienen a ser por necesidad, ni de
las que son o llegan a ser por naturaleza, puesto que todas ellas tienen
en sí mismas su principio. (ídem)
A diferencia de las entidades naturales, para las cosas que pueden existir o
no su principio no reside en sí mismas, por lo cual el principio de las cosas
producidas por la techné se encuentra en quien las produce.
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Calefacción, agricultura y fabricación de carros o automóviles no son,
pues, actos en que satisfacemos nuestras necesidades, sino que, por
lo pronto, implican lo contrario: una supresión de aquel repertorio
primitivo de haceres en que directamente procuramos satisfacerlas.
(ídem)
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Diseño y reflexión
Por su parte, Gui Bonsiepe lo expresa de esta forma en su libro “Del objeto a
la interfase” (1999):
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Más allá de que la lectura es una actividad poco desarrollada entre los
diseñadores y la escritura es tomada como un reto, la reflexión misma es
vista como una pérdida de tiempo y, en ocasiones, como una forma de
intimidación. De nuevo en palabras de Russell:
Vale la pena destacar esta última frase: estas trivialidades no prácticas (la
investigación, la síntesis de teorías divergentes, la formación de ideas
coherentes, la conceptualización formal, la escritura, etc.) son impuestas
sobre la gente orientada a la práctica para reducir su posición mágica como
creadores de cosas.
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Fernando Broncano coincide en que la tecnología no ha merecido la misma
atención de los filósofos que otros campos de la cultura (Broncano et al,
1995). Más allá del sesgo teoricista de nuestra cultura, Broncano atribuye
esta falta de atención, entre otros elementos, al papel mismo que jugó la
técnica antes de los siglos XIX y XX:
De esta forma, sin pretender una revisión exhaustiva, podemos decir que es
a partir del siglo XX que la técnica y los artefactos empiezan a ser motivo de
reflexión filosófica.
Por otro lado, a partir de la segunda mitad del siglo XX diferentes autores en
otras áreas de conocimiento iniciaron también reflexiones sobre el diseño, la
técnica y otros tópicos relacionados. Uno de los autores más influyentes es
sin duda Herbert Simon, que en su texto de 1969 Las ciencias de lo artificial
define al Diseño como una acción encaminada a transformar una situación
existente para llevarla a otra, preferida. (Simon, 1996).
De acuerdo con Cross (2001) el texto de Simon coincide con un propósito por
cientifizar al diseño (‘scientise’ design) en los sesenta.
The 1960s was heralded as the ‘design science decade’ by the radical
technologist Buckminster Fuller, who called for a ‘design science
revolution’, based on science, technology and rationalism... From this
perspective, the decade culminated with Herbert Simon’s outline of
‘the sciences of the artificial’ and his specific plea for the development
of ‘a science of design’ in the universities...
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Este propósito de cientifizar el diseño tuvo sus expresiones iniciales en las
primeras décadas del siglo XX con el surgimiento de la tendencia
funcionalista, bajo el supuesto de que el trabajo de diseño puede ser
fundamentado en la objetividad y la racionalidad. El diseño consiste, para
esta corriente, en la aplicación de principios científicos y técnicos a la
creación de productos de consumo.
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Engineering Design in 1989, the Journal of Engineering Design and the
Journal of Design Management in 1990, Languages of Design in 1993
and the Design Journal in 1997. (Cross, ídem)
Sin embargo, la idea de concebir al diseño como una ciencia fue quedando de
lado frente a la noción de que la problemática que afronta el diseño es
distinta a la de la ciencia y que por lo tanto deben existir formas de razonar
específicas del diseño que no se corresponden con la razón científica.
Design Thinking
… perhaps there was not so much for design to learn from science
after all, and… perhaps science rather had something to learn from
design. Cross et al. claimed that the epistemology of science was, in
any case, in disarray, and therefore had little to offer an epistemology
of design. (Cross, ídem)
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(Stewart, 2011; Razzouk and Shute, 2012). A fin de cuentas, se dice, el
design thinking puede ser aplicado a cualquier área de experiencia humana
(Buchanan, 1992:16).
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Plan de trabajo
Primer año:
Búsqueda, revisión y selección bibliográfica.
Redefinir y limitar problemática. Establecer el marco teórico.
Segundo año:
Crítica del Design Thinking y revisión de algunos enfoques
característicos del diseño.
Participación en seminarios.
Tercer año:
Definición del sistema de valores de los productos de diseño
examinados. Conclusiones del análisis.
Discusión y crítica.
Cuarto año:
Revisiones y correcciones.
Redacción final.
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Bibliografía:
Brown, Tim (2008). “Design Thinking”, Harvard Business Review, june 2008,
pp. 1-9.
Dorst, Kees (2011). “The core of ‘design thinking’ and its application”, Design
Studies, 32(6), pp. 521-532.
González Ochoa, César (2007). “El significado del diseño y la construcción del
entorno”. Editorial Designio, México, 216 pp.
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Ingold, Tim (2007-2). “Writing texts, reading materials. A response to my
critics”, Archaeological Dialogues, 14, pp 31-38
Miller, Daniel et al (2001). “Material cultures: why some things matter”. UCL
Press, Taylor & Francis Group, Londres, 243 pp.
Owen, Charles (2007). “Design Thinking: Notes on ins nature and Use”,
Design Research Quarterly, 2(1), pp. 16-27.
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Razzouk, Rim and Shute, Valerie (2012). “What Is Design Thinking and Why
Is It Important?”, Review of Educational Research, Vol. 82, No. 3, pp. 330–
348.
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