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Graciela Frigerio

Gabriela Diker
(comps.)

La transmisión
en las sociedades,
las instituciones y
los sujetos.
Un concepto de
la educación en acción

Graciela Frigerio - Laure nce Co rn u - Sandra Carl i


Norma Barbagelarra - Patricia Brizuela, Patricia Rosales,
Cynrhia Wierna y Luis Páez- Mari ana Karol - Brigirre Frela r-Kahn
Daniel Ko rin feld -Violeta Nú ñ ez- Sil via AJderoqui
Alejandro A. Cerletti -Eduardo Corbo Zabatel -Alond ra D íaz y
O iga G rau - R ica rd o Baq ue ro - AJa is Ribei ro Ávila- Régine Sirota
Flavia Terigi - Sand ra Alegre, Beatriz Greco, Marta Sipes y
Liliana Zacañ ino- H u mbeno Quiceno Castrilló n - Gab riela Diker

Ediciones NOVEDADES EDUCATIVAS


Buenos Aires • México

centro de edtuai'o:J multidisciplinarios


fundación
La transmisión en las sociedades, las instituciones y los sujetos : un
concepto de la educación en acción 1 compilado por Gabriela D1ker
y Graciela Frigerio. • 11 . ed. • Buenos Aires : Centro de Publicaciones
Educativas y Material Didáctico, 2004.
Ín dice
232 p. ; 23x16 cm.

ISBN 987·538·115·2

1. Conocimiento-Transmisión 2. Sociología de la Educación l. Diker,


Gabriela, coor. 11. Frigerio, Graciela, coor.
CDD 306.43

Agr ad eci m ientos -·----·- ....---···-..·----··--·--·..- .. _·--···---..- .......-....... 7

Prólogo 9

Los avat ares de la transmisión


1 11 e d ición , novie m bre de 2004. Gmcie!a Frigerio ... --·-·-·---..·-··-..-------....- - - - - - - - 11

Transmisión e institución del sujeto.


Transmisión simbólica, sucesión, finitud
© Ediciones Novedades Educativas Laztre11ce Corntt ........................................................... ..................................................... ........................................................ 27
del Centro de Publicaciones Educativas y Material Didáctico S.R.L.
Av. Corrientes 4345 (C1195AAC) Buenos Aires - Argentina
Tel.: (54 11) 4867-2020- Fax: (54 11 ) 4867-0220 Imágenes de una transmisión: Lino Spilimbergo y Carlos Alonso
noveduc@noveduc.com 1 www.noveduc.com Srmdm Carli -··--·--·--- 39

Ediciones Novedades Educativas de México S.A. de C.V. Transmis ión y d uelo. Historia s mínimas
Privada del Relox #20 - Colonia Chimalistac,
San Ángel, México D.F.- México- C.P. 01070 Norma Barbagelatta - - - - - -·-..·--·--·-..-- 51
Tel./Fax: (52 55) 55 50-9728 1 55 50-9764
novemex@lnfosel.net.mx Representaciones en la transmisión
Patricia Brizuela, Patricia Rosales, Cynthia Wierna y Luis Páez __ 59

I.S.B.N. Ng 987-538-11 5-2


Transmisi ón: historia y arqueología
Mariana Karol - - - - - - - 71
Hecho el depósito que marca la ley 11 .723
Las figuras de la transmisión
Impreso en Argentina - Printed In Argentina Brigitte Frelat-Kah12 .............................................- ................................................................................. . 83

La reproducción total o parcial de este material, en cualquier forma que sea, no autorizada por Volver a contar. Memoria y transmisi ón
los editores, viola derechos reservados. Cualquier utili7.aci6n debe ser previamente solicitada. Daniel Korinfeld.. ........ --·· ... 97
La enseñanza como
problema ·político

Flavia 1 1
Terigi
Im posible comenzar este escri ro sin una referencia a la
idea de transmisión, objeto de los trabajos de esta publi-
cación. Pensamos en la transmisión como un acro de
pasaje, un pasaje en el que la oferta de senrido que reali-
za el campo social {Karol, 2004) puede ser apropiada y,
de suyo, transformada. La transmisión aparece así dá ndo-
nos sentido de conti nuidad, inscribiéndonos en una
genealogía; o, al decir de Yigotsky, terminando b fllogé-
nesis para dar lugar a la historia {Wensch, 1988). En la
perspectiva de la historia, una transmisión lograda es, de
modo aparentemente paradoja!, un a transmisión inte-
rrumpida en algún punro que deja apa recer la diferencia;
en términos de H assoun, " una transmisión lograda ofrece
a quien la recibe un espacio de libertad" (1996: 17).
Pese a nuestros probables acuerdos con lo que se aca-
ba de expo ner, es necesario recordar que la idea de trans-
misió n, inscripta enrre las definiciones básicas de b edu-
cación, ha sido puesta en tela de juicio por la pedagogía
hasta el lím ite del desprestigio. La idea de transmisión , en
su utilización habitual en educación, aparece cargada de
un sentido ligado a la repetición irreflexiva, a la reproduc-
ción de modelos de saber y de autoridad. Es necesario
recordar este desprestigio en cualquier intento de sostener
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un debate sobre la rransmisión en el mundo ed ucati vo, tanto para qu e éste general acerca de la producción y circulación social del saber, y habida cuenta
no sea descartado de plano como para no convalidar el regreso a posicio- del compromiso de muchos maestros y profesores con el sostenimiento de una
nes conservadoras sob re el papel de la escuela en la transm isión culmral. enseñanza que asegure a todos los derechos educativos. que les corresponden.
Sin desplegar una discusión a fondo sobre la idea misma de transmisió n Es cierto que existen impo rtantes lotes de conocimiento didáctico que se
-que se desarro lla en otros trabajos de esta publicación que debaten la cues- han construido en total ajenidad con respecto al problema político de la es-
tión de mejo r manera- , asumiré que la transmisió n que socialmente le colarización y del proyecto social sobre la infancia que ésta implica. Una
confiamos a la educación escolarizada se realiza o puede ocurrir en la ense- parte importante de la producció n didáctica, denominada o evaluada como
ñanza, y me ceñiré a ciertas reflexiones que estoy en condiciones de realizar "tecnocrática", se pretende "todoterreno", precisamente porque omite el
so bre la enseñanza, dejando sólo sugeridas sus relaciones con la transmisión. análisis de las condiciones sociopolíticas en que tiene lugar la escolariza-
ción; llega a creer, o por lo menos a afi rmar, que existe una solución técni-
111 ~ para asegurar la transmisión cultural, cualquiera sea el contexto y los
condicionantes sociopolfticos que afecten esa transmisión. Pero, pese a esta
Pretendo real izar un planteo que se me ocurre provocador: defi nir la ense- ajenidad que no dejamos de reconocer en cierto modo de producir el cono-
ñanza como problema político. La enseñanza, entendida y defi nida habitual- cimiento didáctico, los últimos lustros han sido fecundos en la producción
mente como un problema didáctico; estudiada, en consecuencia, por espe- de teorizació n y de propuestas didácticas comprometidas con el análisis de los
cialistas en didáctica; diseñada a diario por maestros y profesores, es defendi- condicio namientos de la enseñanza y con la generación de formas de tra-
da aqu í como un problema q ue requiere un nivel de reflexió n y de propuesta bajo pedagógico capaces de cambiar la relació n de los alumnos con el saber
en un plano en el que su aparición es inhabitual: el plano político. y de habilitarlos para domin ar el saber y construir poder intelectual.
Tiempo atds, Justa Ezpeleta sos tenía la necesidad de que la enseñanza Si se nos permite la expresión, la enseñanza "se sabe" política: asume la
accediera al rango de problema institucional en las escuelas, y fuera asumi- respo nsabilidad social de lograr que todos los que asisten a las escuelas en
da como problema político. Escri bía: "las crmzcterlsticns del movimiento ins- calidad de alumnos alcancen las metas educativas que se consideran valiosas
titucional tienden a asimilar los problemas pedagógicos al nivel de asuntos para el conjunto de la población . La didáctica (no toda didáctica, cabe insis-
personales que, por ser tales, pueden reducirse ni dmbito de lo doméstico. Y tir, pero sí buena parte de ella) "sabe" que en el nivel local de la práctica
entonces surgird la pregunta: ¿cómo lograr que 1111 problema doméstico acceda pedagógica se juega el proyecto político, y "sabe" que las propuestas de ense-
al rango de problema institucional? Y junto a ello, ¿cómo Lograr que un ñanza no son inmunes a los condicionamientos que se presentan y que
probLema institucionaL sea asumido como probLema pol!tico, como asunto de suelen analizarse en otros niveles. La didáctica "sabe" que, aunque existe
pol!ticas educativas?" (1997 :21 0-21 1). cierto grado de autonomía para la enseñanza, proyectos didácticos ali neados
Reforma ed ucativa mediante, llevamos en nuestro país una década tra- con la producción histórica de la igualdad encuentran serios límites en con-
tando de q ue la enseñanza acceda al rango de problema instimcional. Los textos institucio nales segregatorios (Connell, 1997), y "sabe" que políticas
(m uy difundidos) d iscursos acerca de la "form ulación del PE!" han sido igualadoras tropiezan inexorablemente con los límites que les plantea una
expresión de la pretensión de instalar la dimensión instimcional de la ense- enseñanza que no haya sido interpelada en sus supuestos ho mogeneizado res.
ñanza. Es opinable si esta instalació n ha sido lograda; en cam bio, es menos
ri esgoso afirmar qu e ha sido m ucho meno r el énfasis en considerar la 1 111
dimensió n polftica del problema de la enseñanza.
Convendría explicar en qué sentido defi nir a la enseñanza como proble- Es en cambio en el nivel de las políticas educativas donde la enseñanza resul-
ma politico es colocarla en un plano de análisis q ue le es extraño, habida cuen- ta un asunto extraño. Este aserto requiere alguna justificación, toda vez que,
ta de que un n úmero importante de didactas 1 viene sosten iendo, desde hace si algo esperamos de la política educativa, es que aparezca una y o tra vez
tiempo, la profunda implicación de la didáctica en el proyecto político más comprometida con el mejo ram iento de la enseñanza. Sucede que hay una
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forma dom inante de entender las políticas educativas que identifica el pro- que éstas habilitan a Los docentes no hacen posible el Logro de los prop6sitos que
blema del planeamiento con la definición de grandes propósitos y con la se persiguen. Al no producir un análisis correlativo de la enseñanza, la política
previsión de las co ndiciones organizativas, normativas, presupuestarias e ins- entendida del modo en que lo acabamos de definir deja una gran responsabili-
titucio nales -con una suene d e esqueleto organizativo de los programas y dad a las escuelas y a los docentes, además de poner en riesgo sus propios fines"
proyectos d e política educativa-, de manera independiente, ajena e incluso (Terigi, 2004:55-56). Bajo estas condiciones, no debería sorprendernos que
igno rante (nótese la gradación casi desesperante que plantean estos califica- las investigaciones muestren una y otra vez que no aparecen correlaciones
tivos) del modo en que finalmente, efectivamente, tendrá lugar la enseñanza. evidentes entre los recursos puestos a disposición por la política y los efec-
La didáctica asume, en esta perspectiva, una fun ció n instrumenral, de tos esperados en los aprendizajes de los alumnos; pero el anális is no debe-
concretar en el plano de la enseiianza los p ropósitos ele las po líticas. Para ría recaer en la claudicación habitual de atri buir a una supuesta incomp ren-
muchos responsables del gobierno ele la educación, la d idáctica no alcanza si- sión de los docentes el desajuste entre lo propuesto y lo alcanzado. 2
gu iera el sratus de género menor en la política ed ucativa: la enseñanza es un
asun to que debe ser pensado después, y por otros. Se planifican las políticas 1 IV
en un nivel macro como si las definiciones pedagógicas que se toman en ese
nivel pudieran ser independ ientes d e las definiciones pedagógicas que se to- Tal vez porgue el análisis político-educativo escinde obstinadamenre los
marán en niveles más próximos a la enseñanza como práctica; como si el pla- niveles q ue persiste en llamar "macro" y "micro", el planeamienro es pobre
neamiento generara el escenario para que otros -docentes, capacitadores, en conocimiento fundado co n respecto a las formas co ncretas en que la edu-
didactas- encuentren, en el nivel micro, soluciones pedagógicas a los proble- cación se co nvierte en experiencia de los sujetos; esa pobreza no resulta tan-
mas que generaron el requerimiento de determinadas políticas. ro de la ausencia de saber fundado, sino d el persistente desconoci miento de
En otro lugar (Terigi, 2004) analizamos un ejemplo (más) d e esta esci- ese saber por parte de muchos de quienes asumen la responsabilidad del
sió n entre dos pretendidas dimensiones (política y didáctica) de la enseñan- diseño de las políticas. H ace más d e tres décadas, Jackson iniciaba su pode-
za, en los discu rsos a propósito de la "atención a la diversidad" y la "escuela roso análisis de la vida en las aulas invitándonos a reflexionar sobre el signi-
incl usiva". Afi rmamos que, a pesar de tales discursos, pocas condiciones co n- ficado que tiene para los niños la experiencia cotidiana de asistir a la escue-
cretas de la escolarización han sido conmovidas. Por ejemplo, la escuela sigue la Qackson, 1990). Aquella invitació n, que abrió el camino para un análisis
y
siendo graduada, ello no sólo en su dimensión o rganizativa sino, sobre ro- reflexivo sob re las condiciones de la escolarizació n, debería retomarse cada
do, en el saber didáctico que sostiene la intervenció n d ocente: es graduada vez que se pretende influir sobre el sign ificad o de la experiencia edu cativa,
allí, en los saberes profesionales con que se piensa la programación didácti- planteándole nuevos fi nes o simplemente procurando que logre los que se
ca. Bajo estas condiciones, la resolución co ncreta de la "atención a la diver- p ro pone; es decir, roda vez q ue se pretenda hacer política educativa.
sidad" y de la "escuela inclusiva", que no ha sido asu mida como desafío por Cuando se analiza la enseñanza como problema central de las políticas
la polftica educativa y que los docentes enfrentan con lo que saben, ha que- educativas, una parte importante del d ebate acerca de la auto nomía de las es-
dado casi exclusivamente restringida a las propuestas de diversificación curri- cuelas p ued e apreciarse bajo una nu eva luz. Este debate enfrenta a quienes
cular en sala de clases, en un movimiento en el cual la responsabilidad por defienden a rajatabla la idea d e restringir la acció n del Estado al financia-
la atenció n a la diversidad termina transferida a los d ocentes. mien to y evaluació n de las escuelas - dejando a sus equipos docentes to tal
"Lo que falta en el análisis político-educativo as! entendido es un análisis libertad de acció n para definir sus propios proyectos pedagógicos-3 con
correlativo de la enseñanza: falta someter a análisis las opciones que pueden quienes d efienden (defendemos) la responsab ilidad principal del Estado
realizar los docentes en el marco de las condiciones institucionales de la escola- en el m ejoramiento de la acción pedagógica de las escuelas. Por contra-
rizaci6n que La pol!tica plantea o deja intactas; falta hacer previsiones sobre las p uestas que resulten las posiciones, hay un punto en el que muchos de los
implicaciones de aquellas opciones posibles para el aprendizaje de los alumnos; argum entos se asemejan de manera alarman te: el d esconocimiento de la
se renuncia por defecto a forzar o modificar las condiciones cuando las opciones enseñanza como problema. Si trad icionalmente las políticas educativas han
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ignorado el nivel didáctico en el planeamiento de la gestión política, el dis- deben resolver las políticas, en un trabajo que: 1) anal ice con sumo cuida-
curso "pro autonomía" no hace sino prolongar ese desconocimiento, por- .do las características del proyecto didáctico que se requiere para que los pro"
que sigue apoyándose en la idea de que la definición pedagógico-didáctica pósitos de las políticas puedan alcanzarse, y que 2) establezca -sobre la base
se realiza en el nivel micro y sólo en él.~ del conocimiento fundado acerca de la enseñanza- las condiciones organi-
La perspectiva de análisis que sostengo es diferente: creo necesario insistir zativas, institucionales, presupuestarias, normativas, para que ese proyecto
con la idea de que la enseñanza es el problema que las políticas educativas didáctico pueda desplegarse. No se trata, por otro lado, sólo de una pers-
deben plantearse desde el principio y resolver en el nivel máximo del planea- pectiva de análisis; constituye una posición acerca del planeamiento que
miento. La afirmación es delicada y debe ser explicada si se pretende (lo pre- creo que puede desarrollarse desde el gobierno de la educación. 5
tendo) desautorizar que quienes definen las políticas educativas generen tec-
nologías para controlar el accionar de los docentes e incautar la enseñanza. IV
Algo de esto pretendieron las políticas nacionales en los noventa: perplejas
ante la dificultad de transformar la enseñanza a pesar del fenomenal esfuerzo C uando se piensa la enseñanza no como problema a ser resuelro por otros
de planeamiento (entre cuyos principales productos podemos enumerar los sino como asunro a ser atendido en el nivel del diseño de las políticas edu-
CBC, el sistema nacional de evaluación, y la capacitación para la "reconversión cativas, aparecen una canridad de problemas que bajo otros enfoques del
docente"), intentaron en determinado momento el camino del" control de la planeamiento no surgen. tv'le referiré brevemente a dos problemas concre-
enseñanza, por vía de los CBC "amigables", las "orientaciones metodológicas" tos, con la expectativa de que la idea de la enseñanza como problema polí-
derivadas del análisis de las evaluaciones nacionales, y otras alternativas tico quede mejor desplegada.
similares. Todas ellas parrieron del reconocimiento de que la definición peda- Un primer problema es el de la escala del programa de política educativa, en
gógico-didáctica se realiza en el nivel micro (esto es, reprodujeron la escisión especial si se trata de una innovación pedagógica. Con frecuen~~:ia-,-el programa
cuyos límites tratamos de mostrar aquO, y pretendieron ocupar ese nivel de yue estamos en condiciones de proponer, la ·innovació n concreta que som os
operaciones con materiales que formatearan' la actividad de los enseñantes. capaces de generar en el nivel del planeamiento, tiene un alcance menor que
Asumir la enseñanza como problema principal de las políticas educati- la envergadura que presenta el problema detectado en ese mismo nivel.
vas no es diseñar políticas "a prueba de docentes". No se trata de que la Analicemos, por ej.emplo, la escala del Programa de Aceleración de la
planificación de un programa de política educativa se acompañe de mate- Secretaría de Educación del gobierno de la ciudad de Buenos Aires. 6 ¿C uál es
riales que respondan a una tecnología empaquetada de instrucción que la envergadura del problema? En 200 1, más de 8.000 chicos y chicas que cur-
plantee como alternativa antagónica su reformulación por parte de los saban 4° grado en los colegios de gestió n estatal de la ciudad de Buenos Aires
maestros y profesores. En general, estas tecnologías sólo dan una resp ues- presentaban la condición de ·sobreedad; 7 es decir, tenían: uno o más años de
ta coyuntural a los problemas didácticos, a un costo muy alto, y en desme- edad cronológica que la correspondiente a la edad teórica del grado que cur-
dro de la instrumentación de los docentes para abordar situaciones análo- saban. De esos 8.000 chicos, más de 1. 500 tenían dos o más años de sobree-
gas con las mismas u otras estrategias; pero además no es de esto de lo que dad, lo que significa que encontrábamos, en 4° grado de la escuela primaria
estamos hablando. Lo que estamos sosteniendo es que el problema didác- estatal, l .500 chicos y chicas con 11 , 12, 13 o más años de edad.
tico no aparece -y por tanto no debería plantearse- al final del planea- Al10ra bien, en su .edición 2003, el Programa de Aceleración alcanzó a
mienro: aparece al principio, cuando nos pregunramos bajo qué condicio- unos 150 chicos de 4° grado a través ~e los grados de aceleración, y a unos
nes pedagógicas va a ser posible que los chicos y las chicas aprendan. 15 chicos a través de los grupos de aceleración; poco más del 10% de la
Si planeamiento y enseñanza se escinden y se colocan en una secuencia, si población de 4° grado afectada por el problema. 'Ante un problema que
primero se plantea el esquema general y se deja para el final -para quien pue- afecta a 1.500 chicos, ¿es aceptable atender solamente a 165?
da asumirlo- el problema de la enseñanza, se comete un grave error. En la La preocupación és genui na, pero la pregunta q ue propongo formular
perspectiva q ue sostiene nuestro trabajo, la enseñanza es el problema c;,ue es otra: ¿es posible atender a los 1.500? Afirmo que, bajo cierras cond icio-

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LA ENSEÑANZA COMO PROBLEMA POLITICO
LA TRANSMISIÓN EN LAS SOCIEDADES, LAS INSTITUCIONES Y LOS SUJETOS

nes, es necesario aceptar un desajuste impo rtante entre la envergadu ra del han interrumpido su escolaridad, se diseñó u n tipo de escuela con un modelo
problema y el alcance d e la sol ución, al m enos en los momen tos iniciales organiza.tivo, un régimen académico y un currículo específicos. Es interesan-
de la atenció n d el problema, porque partimos de un desajuste previo: entre re observar que, mientras que la organización institucional y el régimen aca-
la co mplej idad d el p roblema que debe ser atendido, y la imprecisión de las démico resultantes son novedosos con respecto a los habit uales, la propuesta
estrategias y recursos pedagógicos con los que con tamos, visro el saber acu- curricular q ue finalmente se aprobó para estas escuelas lo es en grado mucho
mulad o en el campo educativo. Bajo esas condicio nes, la política d ebe menor: sigue la lógica clasificada d el cu rrícu lo académico, con la salvedad de
hacerse cargo d e acumular el conocimiento que se requiere: conocimienro la inclusió n d e algunas materias originales y de algunas opciones entre las cua-
institucional, co nocimien tO pedagógico y en particular conocimiento di- les se cuen tan p ropuestas de fo rmación laboral.
dáctico. Algunos proyectos de política ed ucativa tienen que asumir una ¿Po r qu é se tomó la d ecisión de moderar la innovación en el com po-
escala q ue puede resultamos inaceptable si sólo la evaluamos en relació n co n nente curricular d e las escuelas? Desd e luego, en la fase d e planeamiento
el problem a a ser atendido, pero que se vuelve ineludible cuando la evalua- se pla nteó el requerimiento de un currículo más atractivo, co n mayo r car-
mos en relación co n la disponibilidad de saber, y co n las condiciones que ga d e sentido, con contenidos novedosos con respecto al currículo habitual
se req uieren para construi r el tipo de saberes que permitan después genera- d e la escuela med ia. A partir de este requerim iento, se analizaron propuestas
lizar estrategias y realizar ampliaciones importantes de los program as. 8 innovadoras, algunas de las cuales compilan todo lo q ue probablemente
Las decis io nes to madas sobre la escala del Programa de Aceleració n deseamos para la propuesta fo rmativa que la escuela secu ndaria podría po-
ejemplifican el tipo de decisiones que es necesario tomar cuando se pone ner a d isposición de los adolescentes y jóvenes. A11ora bien, como en la
la enseñanza en primer término. Otra sería la escala del Progra ma si se ca- m isma fase de planeamiento (no después, sino en el planeam iento mismo) se
yera en la simplificació n del problema. Se pod ría haber realizado un cál- planteó la cuestió n de la enseñanza, se ponderó la cuestión de la accesibilidad
culo sencillo: siendo 1.500 chicos, a diez chicos por grado d e aceleración , didáctica del currículo y se concluyó la inconven iencia d e una propuesta
se trata d e designar 150 maestros, y que ellos definan cómo hacer para que r:urricular extremadamente alejada con respecto a la acción pedagógica que
chicos y chicas, co n un a trayectoria escolar signad a por las dificultades ini- los d ocentes están en cond icio nes ·de llevar adelante, vistas su formación ini-
cien un proceso d e avance intensivo en su escolarid ad qu e les permita cial, su experiencia profesional acumulada y la tradición pedagógica de la
alcanzar los objetivos d e apren dizaje que plan tea el currículo en menos escuela med ia. Se optó en consecuencia por plan ificar un currículo en el q ue
tiempo. En el enfoqu e sobre el planea mien ro q ue esroy propo niendo, esa los pro feso res no tuvieran que comenzar a enseñar cosas que no conocen,
delegació n d e responsabilidades es inaceptable. para las cuales no han sido formados. La opción por una alternativa accesible
U n segund o problema que aparece es el d e la accesibilidad di dáctica de para los docentes fue una decisió n estratégica del cambio curricular: se puso
las políticas: el grado hasta el cual las implicacio nes didácticas d e una cier- especial cuidado en q ue las expectativas sobre el desempeño docente que se
ta medida de política ed ucativa se hacen acces ibles para los d ocentes, en tenían al cambiar el currículo no fueran tan sofisticadas que los desempeños
función de su conocimien to didáctico. Al plan tear la necesid ad de cuidar esperados sólo fuesen posibles para profesores excepcionales.
la accesibil idad didáctica del program a pedagógico, sos tenemos que la
política ed ucativa d ebe plantear un desajuste ad ecuado d e las propuestas lVI
pedagógicas que realiza co n respecto a las capacidades efecti vas de los d o-
centes para pensar y lleva r adelante la enseñanza. Q uisiera insistir, en la reflexión final, sobre la posibilidad material de definir
La cuestión de la accesibilidad didáctica pued e analizarse en las decisiones políticas educativas que m ejo ren la enseñanza, planteándola del siguiente
curriculares tomadas para las escuelas de reingreso del Programa Deserción modo: la enseñanza tiene que em pezar a ser to mad a como un problema
Cero. E n el esfuerzo que está realizando la Secretaría de Educación del GCBA político. D emasiado habitualmen te la enseñanza es tomada como un pro-
para generar escuelas de nivel secundario adecuadas para el reingreso d e ado- blema doméstico, com o un p roblema individual, como un problema didácti-
lescentes y jóvenes que tuvieron algú n pasaje por el nivel secundario, pero que co, en u n uso peyorativo de este térm ino que restri nge lo didáctico al diseño

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LA TRANSMISIÓN EN LAS SOOEDADES, lAS INSTITUCIONES Y lOS SUJETOS LA ENSEÑANZA COMO PROBlEMA POLITICO

de estrategias de trabajo en el aula, a un problema de m(todología, con el 4. Quede claro que reconocer un punto de convergencia en las argumentaciones
supuesto "todoterreno" de la visión tecnocrática o con el supuesto mínima- que se despliegan en el debate no significa valorar las posiciones de igual modo.
lista de que la enseñanza se encuentra al final de la cadena de transmisión En o tro lugar hemos analizado las amenazas que los modelos de reforma basa-
que arranca en el motor de las definiciones políticas. Desde luego, la ense- da en la escuela realizan a algunos de los sentidos más valorados que hemos sos-
ñanza es un problema didáctico; pao la didáctica (S un problema político. tenido histórica mente pa~a la escolarización de la població n (Terigi, 1999).
"Ltz enseñanza no es un problema doméstico, no es zm problema de estrate- Existe, además, importante evidencia de que las polrricas de reforma basadas
gias: es un problema de condiciones de escolttriZtlción. Y la modificación de !tts en la escuela están lejos de resolver el problema de la calidad de la enseñanza.
condiciones de escolarización, la provisión de otras condiciones, es responsabili- En su análisis de los fallos del movimienm de m ejora de las escuelas, por ejem-
dad principal del Estado m el desarrollo de políticas príblicrzs hacia la escuela. plo, Bolívar mostró que los discursos y estrategias para el desarrollo profesio- ·
Muchos docmus son conscientes del destino d( fracaso que espera a los chicos nal y o rganizativo de los profesores -en los que este movimiento es prolífico-
se realizaron y realizan sin ligazón con el mejoramiento de la calidad de la ense-
bajo las condiciones habituales de escolariZtJción y quiaen modificar este desti-
ñanza (Bolívar, 1996).
no, pero no saben cómo hacerlo; o tienen idea de cómo hacerlo, pero no pueden
5. Desde agosro de 2000 me desempe1íé co mo directora general de Planea mien-
proveer otras condiciones materiales para la escolariZtlción, con lo cual tropie-
ro de la Secretaría de Educación del Gobierno de la C iudad de Buenos Ai res,
Ztln muy rápidamente con el límiu de las habituales. Es en este punto donde
y desde mayo de 2003 asumí la Subsecretaría de Educación. En tales funcio-
entmden10s qru (l Estado time que (Star pr(smu, provqendo condiciones,
nes y en acuerdo co n otros colegas con quienes comparto responsabilidades
genaando capacidad para invmigar problemas didácticos, gmerando saber
públicas, me ha tocado diseñar, impulsar y evaluar programas y proyectos de
comunicabl( m (l marco de la exp(rimcia de innovación, estudiando la forma
política ed ucativa, en relación con los cuales se ha procurado imerpelar aspec-
en la cual rmos logros p(dagógicos obtenidos bajo ciertas condiciones pueden
tos habituales de la enseóanza planteando, desde el niveL deL plmwzmiento, con-
extenderse a toda la pob!ttción potencialmmte alcanZtlda por un problema" diciones pedagógicas que hagan posible qu e la expectativa de que todos y
(Terigi, 2004:56). Como señala Bolívar, "u trata de comenZtlr por qué
rodas puedan aprender se cumpla.
entendemos qu( son buenas prácticas de enwíanZtll aprendiZilje, a continua- G. Para una presenración detallada del Programa, véase Terigi, 2002. Dispo nible
ción qué es preciso que ocurra para que aconuzcan las prácticas que deseamos para su lectura en el CINDE (Centro de Info rmación y Documentación
y, en tercer lugar, qué estructuras podrían apoyar la. enseñanZ/1 y el aprendiZtJ- Ed ucativa) de la Sccrecaría (Bartolom é Mitre 1249, planta baja, Buenos Aires).
je que deseamos" {Bolívar, 1996:248). 7 . Estadísticas producidas por la Dirección de lnvescigación de la Di rección
General d e Planeam ienro de la Secretaría de Ed ucación del Gobierno de la

Notas Ciudad de Buenos Aires.


8. Si n d esconocer cuámas veces las restriccio nes en la disponibilidad de recursos
l . En especial aquellos que, trabajando en d iversos campos de especialización, materiales funciona n como límite, no estoy hablando aquí de restricciones pre-
h an abrevado en la renovación teórica y metodo lógica que supuso la didácti- supuestarias, sino de falta de saber didácti co d ispo nible, y de la responsabilidad
ca francesa de la matemática. de b pol ític:~ en b generación de ral saber.
2. No pretendo desresponsabilizar a los docentes ni afirmar que la actividad
docente es inocente con respecto a los efectos de la enseñanza sobre el apren-
dizaje de los alu mnos. Estoy enfatizando los efectos sobre la ense1ianza del
desconocimiento que de el la suele tener el planeamiento.
3. Según ese discurso, las escuelas tienen rodas las potencialidades que se requie-
ren para el desarrollo de proyectos de aira relevancia pedagógica; lo que en rea-
lidad obtura la formu lación y el desa rrollo de tales proyectos es el pobre mar-
gen de maniobra que les acuerdan las regulaciones estatal es.

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LA TRANSMISIÓN. El'! LA;' SOCIEDADES, LAS INSTITUCIONES Y LOS SUJETOS

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q ue confo rmamos suponen un acercam iento a la realidad
cotidiana de esta escuela y el p ropósito de influir favora-
Fl avia Terigi . Profesora de la UBA (CEFIEC, Faculrad de Ciencias Exactas y blemente sob re ella, aunque venimos caracterizando la
Naturales), Subsecretaria de Educación GCBA. experiencia como de "no intervención". Ambos, equi po y
escuela, nos d efi nimos en principio po r la nega tiva.
La "no-graduada" es una escuela situada en la provincia
de Buenos Aires, en un contexto castigado por la pobreza,
donde el destino pareciera ensañarse decretando fracaso
escolar, cerrando puertas, deshabilitando transformaciones.
H ace quince años, un grupo de docenres decidió des-
afiar el des ~ino d e estos niños, niñas y adol escentes y se
propuso reinvenrar la escuela. D esar mó los grad os tradi-

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