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Este apartado trata sobre los fundamentos del ejercicio en los distintos grupos de
edad, desde los jóvenes hasta los mayores de 65 años, pasando por los adultos. Sin
embargo, se incide sobre todo en el ejercicio físico y el entrenamiento para la
población juvenil, ya que existen otros capítulos específicos para el resto de
grupos.
Hay edades más idóneas que otras para el aprendizaje o el desarrollo óptimo de
las diferentes condiciones motrices. Así:
Equilibrio dinámico: de 12 a 15 años.
Equilibrio en los movimientos rotatorios de 11 a 14 años.
Exactitud en los movimientos en los que se utiliza la mano derecha alejada
del cuerpo: de 10 a 13 años.
Precisión en los movimientos en los que se emplea la mano izquierda
alejada del cuerpo: de 10 a 15 años.
Exactitud en los movimientos con amas manos cerca del cuerpo: de 10 a
18 años.
Fuerza de presión de la mano: de 11 a 14 años.
Fuerza de musculatura femoral: de 10 a 12 años.
Reacción a estímulos ópticos: de 18 a 22 años.
Reacción a estímulos acústicos: 18 años.
Reacción a estímulos táctiles: de 14 a 18 años.
Velocidad de movimiento rotatorio: de 12 a 14 años.
Velocidad de movimientos de la mano: de 10 a 14 años.
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Resistencia en general (volumen máximo de oxigeno): de 15 a 22 años.
Por esta razón conviene realizar actividad física desde la infancia: para
aprovechar los momentos en que el organismo se halla más receptivo para
lograr mejoras en el rendimiento.
La infancia
Existen diferencias poco significativas entre los niños y las niñas. El ejercicio
es necesario para el crecimiento físico normal y el desarrollo motor, pero
también para el equilibrio psicológico. La maduración afectiva y el
rendimiento escolar. Durante esta etapa, la termorregulación se encuentra
todavía inmadura y por lo tanto, existe menor resistencia al estrés térmico.
Tanto el juego como la actividad física constituyen una parte fundamental del
desarrollo y del proceso de socialización del alumno.
Objetivos
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Desarrollo de las habilidades necesarias para la adquisición de un
estilo de vida físicamente activo durante la etapa adulta.
Ejemplos de actividades
Precauciones
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Tener especial cuidado con las lesiones por sobrecarga y las que
pueden afectar los núcleos epifisarios de crecimiento.
Objetivos
Ejemplos de actividades
Técnica FNP
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Fases sensibles en el entrenamiento de la fuerza
Es un dato bien conocido que muchos países, como Cuba o Alemania, entrenan la
fuerza desde edades tempranas para aprovechar las fases sensibles que se dan en
este periodo de la vida. Estas fases son aquellas en las cuales existe una especial
sensibilidad hacia determinados estímulos externo. Pero su situación en el
desarrollo de la fuerza muscular no esta nada clara. Wolaski (1976) indica el
periodo entre los 7-8 años y los 12-13 como el más favorable para el desarrollo de
la fuerza explosiva. Por otro lado, Ivanovich señala los 15 años como la edad más
favorable para desarrollar la fuerza dinámica (sin definirla). Winter (1987) sitúa la
franja entre los 8 y los 10 años como la más idónea para estimular la fuerza
explosiva (alta velocidad de movimientos), y la franja entre los 11-13 (niñas) y
13-15 años (niños) para la fuerza máxima dinámica (óptimo reclutamiento de
unidades motoras). Se debe destacar que la escasa concentración de andrógenos
circulantes en estas edades hace que la hipertrofia muscular prácticamente no
aparezca, por lo que las ganancias de fuerza se realizan predominantemente a
expensas de los factores neurales.
Fuerza
Adultez
Etapa del desarrollo que corresponde a la edad adulta. Se inicia normalmente a los
20 años, momentos en que ya se ha alcanzado la plena madurez física. La etapa
temprana de la edad adulta se extiende hasta los 40 años, cuando completa la
etapa media. Los 65 años marca el inicio de la tercera edad que dura
aproximadamente hasta los 75 años a partir de los cuales se entra en la etapa
adulta tardía.
En esta fase (entre los 25 y los 65 años) comienza a manifestarse una pérdida
progresiva de las capacidades físicas. Sin embargo, la actividad física regular
puede ayudar a frenar dicho proceso. El ejercicio tiene efectos preventivos y
terapéuticos, sobre todo en las enfermedades cardiovasculares, metabólicas y
osteoarticulares: también posee efectos beneficiosos en el embarazo, la
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recuperación posparto y la prevención y tratamiento de los trastornos relacionados
con la menopausia. Es importante aprovechar la gran influencia que tiene los
hábitos paternos para que los hijos adquieran un estilo de vida saludable. Ésta es
la etapa ideal para la práctica de actividades físicas durante el tiempo de ocio. Por
lo tanto, se trata de una etapa crucial para el mantenimiento de un estilo de vida
físicamente activo. El abandono de hábitos tóxicos se puede favorecer mediante la
práctica de ejercicio físico regular.
Objetivos
Ejemplos de actividades
Precauciones
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Incluir siempre una fase de calentamiento y una de enfriamiento,
progresivas.
Controlar la intensidad del ejercicio y la progresión de manera
individualizada, en función de la capacidad física y la adaptación
de cada individuo.
Prevención activa y pasiva de los accidentes físicos
(contactos violentos, lesiones por sobrecarga, caídas, entre otros) y
orgánicos (hipertermia, deshidratación, hipoglucemia, síncope,
entre otros).
Prevención del uso de sustancias dopantes en deportistas.
Control medico- deportivo en deportistas muy activos o de
competición.
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